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"El Beso de la Noche" (Nick y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
CAPITULO 14
Para cuando llegó el viernes, ______(T.n) estaba más que preparada para que se realizase la boda. Su hermana y Kat la habían mantenido ocupada y frenética toda la semana. Nicholas se había mantenido felizmente fuera de su camino.
Si alguna vez le pedían su opinión sobre algo, su respuesta siempre era: Sé que no debo meterme en medio de tres mujeres discutiendo. Si lo recuerdas, la guerra de Troya comenzó por eso.
Chris no era tan sabio, y finalmente había aprendido a mantenerse fuera del apartamento lo más posible. O salir corriendo en el instante en que las veía aproximándose a él.
Ahora ______(T.n) estaba en el dormitorio, con su vestido de novia y esperando. Su largo cabello rubio—rojizo caía alrededor de sus hombros, como era la costumbre de la gente de Nicholas. Llevaba una corona de plata entrelazada con flores frescas; otra costumbre nórdica. Chris le había dicho que la corona había pasado por todas las generaciones de la familia de Nicholas desde su cuñada.
Significaba mucho para ella estar llevándola ahora. Sentirse conectada con el pasado de Nicholas.
Nicholas también llevaría la espada familiar para el evento, y cuando su bebé se casara, él también llevaría la espada atada a su costado.
La puerta se abrió lentamente para revelar a Urian del otro lado. Su largo cabello rubio colgaba sobre sus hombros, y vestía un elegante traje de seda negra.
—¿Estás lista?
Luego de mucho debatir habían decidido permitir que fuera su padrino. Los Apolitas no tenían las mismas costumbres que los humanos. Como había una gran posibilidad de que los padres de la novia ya hubiesen muerto, elegían a un padrino que pudiera escoltar a la novia hacia el altar, y decir las palabras acostumbradas para unir a la pareja.
______(T.n) deseaba que pudieran tener a un pastor para el evento, pero tanto ella como Nicholas había estado de acuerdo en que arriesgaría demasiado a la comunidad traer uno. Así que se casarían al verdadero modo Apolita.
Al principio, Urian se había negado a la idea de ser su padrino, pero Phoebe lo había convencido rápidamente de que sería mejor para él cooperar con sus deseos.
“Lo harás, y sé agradable con Nicholas o dormirás en el sillón. Para siempre, y considerando tu edad, eso significa algo.”
—¿Nicholas está listo? —le preguntó ______(T.n) a Urian.
Él asintió.
—Él y Chris están esperándote en el complejo principal.
Kat le alcanzó una rosa blanca que estaba envuelta en cintas rojas y rosadas. Otra costumbre Apolita.
______(T.n) tomó la rosa.
Kat y Phoebe tomaron sus lugares frente a ella y abrieron el camino. Tomados del brazo, ella y Urian caminaron detrás de ellas.
La costumbre escandinava era que las bodas se hicieran al aire libre. Como semejante cosa era incluso más peligrosa que traer a un pastor, habían alquilado la abierta parte comercial. Shanus y varios miembros del consejo se habían tomado la molestia de traer flores y plantas hidropónicas para simular un jardín.
Incluso habían construido una pequeña fuente.
______(T.n) vaciló al entrar al complejo.
Nicholas y Chris estaban parados frente a la cascada construida apresuradamente, que aún así era hermosa. Ella esperaba a medias que Nicholas estuviese vestido con sus ropas nórdicas. En cambio, él y Chris llevaban smokings iguales al de Urian.
Nicholas llevaba el cabello largo y suelto, apartado de su rostro. La seda de su traje se moldeaba perfectamente a su cuerpo, acentuando cada curva musculosa. Jamás en su vida había visto a un hombre más apuesto.
Era absolutamente hermoso.
—Me encargaré de esto.
______(T.n) se quedó boquiabierta al escuchar la voz de su padre detrás de ella.
—¿Papi? —dijo, girando para encontrarlo con una amplia sonrisa en su rostro.
—Realmente no pensaste que me perdería a mi bebé casándose, ¿verdad?
______(T.n) lo miró de los pies a la cabeza, con el corazón martilleando. No podía creer que él estaba allí, con ella.
—Pero, ¿cómo?
Señaló a Nicholas con la cabeza.
—Nicholas fue a casa anoche y me trajo aquí. Dijo que no sería una boda para ti a menos que viniera. Y me contó acerca de Phoebe. Pasé la noche en su apartamento con ella, para poder ponernos al día y luego sorprenderte —Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras miraba fijamente el vientre de ______(T.n)—. Estás hermosa, bebé.
Ella se arrojó a sus brazos, o al menos lo más que pudo debido a su panza extendida, y lo sostuvo con fuerza. Era el mejor regalo que Nicholas podría haberle dado.
Estaba lloriqueando como una niña.
—¿Deberíamos cancelar la boda antes de que nos ahogues en lágrimas? —preguntó Kat.
—¡No! —dijo ______(T.n), recomponiéndose con una aspiración—. Estoy bien. En serio.
Su padre le dio un beso en la mejilla, puso su mano en la curva de su brazo, y la condujo hacia Nicholas. Kat y Phoebe fueron a pararse detrás de Chris mientras Urian tomaba su lugar al lado de Phoebe. La otra única persona presente era Shanus, quien se mantenía alejado pero los observaba con una expresión amistosa que demostraba que estaba más que feliz de ser testigo del evento.
—Gracias —le dijo en silencio a Nicholas, quien le regaló una pequeña y desgarradora sonrisa.
En ese momento, ______(T.n) sintió toda la intensidad de su amor por él. Él sería un buen esposo para ella en los próximos meses, y sería un padre excelente.
A pesar de lo que Chris hubiese dicho.
Una vez que llegaron hasta su futuro esposo, su padre tomó su mano y la puso sobre la de Nicholas. Luego su padre tomó las cintas rojas y rosadas de la rosa y las ató alrededor de sus manos unidas.
______(T.n) miró fijamente a Nicholas. Sus ojos eran cálidos. Bondadosos. Ardían con pasión y orgullo mientras la miraba. La hizo estremecer. La excitó.
Su mirada tocaba cada parte de su cuerpo.
Él apretó su mano mientras el padre comenzaba a decir las palabras que los ligarían.
—En la noche…
—Luz —susurró fuertemente Urian, interrumpiéndolo.
El rostro de su padre se sonrojó un poquito.
—Lo siento. Tuve que aprender esto con bastante prisa. —Aclaró su garganta y comenzó de nuevo—. En la luz nacemos, y en… en… —su padre vaciló. Urian se adelantó para susurrar al oído de su suegro—. Gracias —dijo—. Esta ceremonia no es nada parecida a la nuestra. —Urian inclinó la cabeza y dio un paso atrás, pero no sin antes guiñarle el ojo a ______(T.n), en un gesto poco característico en él—. En la luz nacemos, y en la noche viajamos. La luz es el amor de nuestros padres, quienes nos reciben y nos dan la bienvenida a este mundo, y es con el amor de nuestro compañero que partimos de él. Nicholas y ______(T.n) han elegido estar juntos, para aliviar su restante viaje y reconfortarse mutuamente en las noches que vendrán. Y cuando la noche final caiga sobre ellos… —Su padre se detuvo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. La miró. La desdicha y el horror que vio en sus ojos hizo que en los de ______(T.n) también brotaran lágrimas—. No puedo —dijo en voz baja.
—¿Papi?
Él dio un paso atrás mientras una lágrima descendía por su mejilla.
Phoebe se adelantó y lo envolvió con sus brazos.
______(T.n) comenzó a acercarse a él, pero Phoebe la detuvo.
—Termínalo, por favor, Uri.
Phoebe llevó a su padre a un costado.
______(T.n) quería unirse a ellos, pero podía notar que su padre ya estaba demasiado avergonzado y apenado por haber arruinado su boda. Así que se quedó junto a Nicholas.
Urian fue a pararse frente a ellos.
—Cuando la noche final caiga sobre nosotros, juramos mantenernos unidos y aliviar a quien parta primero. Alma con alma, hemos tocado. Carne a carne, hemos respirado. Y es en soledad que debemos abandonar esta existencia, hasta que llegue la noche en que los Destinos sentencien que nos reunamos en Katoteros.
______(T.n) sintió que sus propias lágrimas regresaban mientras Urian pronunciaba el término Atlante para “paraíso.”
Urian subió al pedestal que tenía una elaborada copa de oro. Los tres Destinos estaban grabados en ella. Se la alcanzó a ______(T.n).
—Normalmente esta sería la sangre de ambos combinada, pero como ninguno de ustedes está precisamente emocionado por beber eso, es vino.
Urian le pasó la copa a ______(T.n), quien dio un sorbo, luego se la dio a Nicholas, que siguió su ejemplo. Nicholas le regresó la copa a Urian. Como era la costumbre Apolita, Nicholas se inclinó y la besó, para que el sabor del vino estuviese mezclado con ellos.
Urian devolvió la copa al pedestal y terminó la ceremonia.
—He aquí la novia, ______(T.n). Es única en este mundo. Su belleza, gracia y encanto son el legado de su ascendencia, y serán dotados a quienes nazcan de ella. Este hombre, Nicholas, por otro lado, he aquí siendo producto de… —Urian frunció el ceño mientras hacía una pausa—. Bueno, él es producto de una perra que no puede soportar la idea de que los hijos de Apolo gobiernen la tierra.
—¡Urian, compórtate! —dijo Phoebe bruscamente desde su sitio junto a su padre.
Él se agitó ante su orden.
—Considerando el hecho de que acabo de unir a un miembro de tu familia con una de las personas que he jurado aniquilar, creo que estoy siendo admirablemente bueno.
Phoebe lo observó de un modo que proclamaba a los gritos que él dormiría solo durante al menos una semana.
Si no más.
Urian frunció los labios al mirar a Nicholas. Estaba claro a quién culpaba por el malestar de su esposa.
—Bien. Me alegro de no haber dicho lo que realmente pensaba —murmuró en voz baja. Hablando más alto, Urian regresó a la ceremonia—. Son sus similitudes las que los unieron, y sus diferencias las que añaden variedad y chispas a su vida. Que los dioses bendigan y protejan su unión, y que sean… —se detuvo nuevamente—. Bueno, ya han sido bendecidos con fertilidad, así que saltearemos eso.
Phoebe gruñó en voz baja mientras ______(T.n) lo miraba furiosamente.
Urian asesinó con la mirada a Nicholas otra vez.
—Que ambos disfruten cada minuto que les quede.
Entonces, Urian tomó las cintas que unían sus manos y las ató con un doble nudo. Las cintas permanecerían toda la noche, y por la mañana serían cortadas y enterradas para la buena suerte.
Chris y Kat condujeron al grupo de regreso al apartamento.
Su padre se acercó y la abrazó por la cintura.
—Lamento no haber podido terminar.
—Está bien, papi. Comprendo.
Y así era. La perspectiva de decirle adiós también la lastimaba.
Cuando llegaron al apartamento, Nicholas, como indicaba la costumbre nórdica, la levantó en brazos y la cargó a través del umbral. La sorprendió, porque él tuvo que hacerlo con un solo brazo, ya que la otra mano aún estaba unida a la suya.
Chris sirvió bebidas para todos.
—Y ahora es cuando la gente de Nicholas se embriagaría y tendría fiestas por una semana entera. ¡Todos aclamen a los Vikingos, antepasados de los chicos de las fraternidades!
—Tú puedes divertirte —le dijo Nicholas—, pero será mejor que no te encuentre ebrio.
Chris puso los ojos en blanco, luego se inclinó y le habló al vientre de ______(T.n).
—Sé inteligente, pequeñito, quédate allí dentro donde el Rey Neurótico no puede terminar con toda tu diversión.
Nicholas sacudió la cabeza.
—Me sorprende que estés aquí sin tus recién encontradas amigas.
—Sí, lo sé. Voy a buscarlas en un rato. Kyra está trabajando en un nuevo programa y yo voy a probarlo.
Urian resopló al escucharlo.
—Esa es una forma de decirlo.
El rostro de Chris se puso rojo como un tomate.
—Y yo pensé que él —dijo señalando a Nicholas con el pulgar—, era malo. ¿Qué sucede con las mujeres Peters que las atraen los perdedores?
—Creo que eso me ofende —dijo el padre.
Nicholas rió.
—Será mejor que vayas a buscar a Kyra antes de enterrarte aún más.
—Sí, creo que estoy de acuerdo.
Chris se disculpó y salió.
Kat apareció detrás de ______(T.n) y le quitó la corona de la cabeza.
—Voy a asegurarme de guardarla en su estuche.
—Gracias.
De pronto, una sensación un poco incómoda inundó la habitación.
—¿Papi? ¿Quieres regresar a casa con nosotros? —preguntó Phoebe.
—Seguro. —Le dio un beso en la mejilla a ______(T.n)—. No fue una gran recepción, pero creo que deberían estar a solas.
Kat se les unió mientras partían.
Ahora estaban a solas, y Nicholas extrajo de su bolsillo un perfecto anillo de diamantes de un quilate y lo deslizó en el dedo de ______(T.n). El anillo era una trama enrejada nórdica muy delicada. Jamás había visto algo tan adorable.
—Gracias, Nicholas —susurró.
Nicholas asintió. La miró fijamente bajo la pálida luz, los ojos de ______(T.n) brillaban con calidez.
Su esposa.
Lo único que jamás había pensado en tener. Al menos no en los últimos mil doscientos años.
Normalmente una pareja en su luna de miel estaría pensando en su futuro juntos. Cómo pasarían sus vidas…
Él no quería pensar en el futuro. Era demasiado sombrío. Demasiado doloroso. Debería haber mantenido a ______(T.n) fuera de su corazón. Cada día lo intentaba, y cada día la encontraba metida aún más profundamente en él que antes.
—______(T.n) Tryggvason —susurró, probando su nuevo nombre.
—Suena agradable, ¿verdad?
Él tocó sus labios con los dedos. Era suaves y delicados, como ella. Tentadores.
—¿Eres feliz?
—Sí.
Y aún así, sus ojos verdes estaban teñidos de tristeza.
Cómo deseaba poder eliminar esa tristeza para siempre.
______(T.n) se puso en puntas de pie y lo besó. Nicholas gruñó ante su sabor. Ante el modo en que se sentía la mano de ______(T.n) sobre su nuca mientras sus largos y gráciles dedos le enroscaban el cabello.
Su aroma a rosas lo atravesó, embriagándolo y excitándolo.
—Eres hermosa, mi ______(T.n).
______(T.n) se estremeció ante sus palabras gravemente pronunciadas. Le encantaba cuando él se refería a ella como suya.
Tomando su mano atada con la de él, lo condujo hacia el dormitorio.
______(T.n) se mordió los labios mientras lo observaba. Era tan alto y devastador. Él la recostó cuidadosamente en la cama, luego se detuvo.
—¿Cómo se supone que nos quitemos la ropa con esto en las muñecas?
—Mis mangas pueden sacarse.
—Las mías no.
—Entonces tendrás ese smoking toda la noche. ¡Ew!
—¿Ew? —preguntó él, juguetonamente—. ¿Ahora soy “ew”?
Ella gimió mientras él acunaba su mentón y mordisqueaba sus labios con los dientes.
—Extremadamente “ew” —lo provocó sin aliento.
Ella sintió que Nicholas bajaba la cremallera en la espalda de su vestido lentamente, como si estuviese saboreando la anticipación de tenerla desnuda con él.
—Sabes, según la tradición Vikinga, hubiésemos tenido testigos para esto.
______(T.n) se estremeció mientras la caliente mano de Nicholas rozaba su piel desnuda.
—No quiero ofenderte, pero me alegro de que esta no sea tu época.
—También yo. Tendría que matar a cualquier hombre que viera lo hermosa que eres realmente. Si te viesen, sé que estarían soñando contigo, y jamás podría permitir eso.
Ella cerró los ojos, saboreando esas palabras, mientras él le quitaba el vestido.
Se detuvo sólo lo necesario para besar su vientre abultado. En el instante en que sus labios la rozaron, ella sintió el ligero y aleteante movimiento en su interior.
—Oh, dios mío —susurró—. ¡Acabo de sentir al bebé!
Él se apartó.
—¿Qué?
Con los ojos llenándose de lágrimas, ella colocó su mano sobre el punto que los labios de Nicholas habían tocado, deseando sentir al bebé de nuevo.
—Lo sentí —repitió—. Recién.
El orgullo brilló vivamente en los ojos de Nicholas mientras bajaba la cabeza y besaba su estómago nuevamente. Le acarició la piel con su mejilla barbuda.
______(T.n) debería haberse sentido avergonzada de tener a un hombre tan perfectamente formado acariciándola cuando ella tenía el tamaño de una ballena, pero no lo estaba. Era tan reconfortante tenerlo a su lado.
Él era su defensor. No por haber salvado su vida, sino por el modo se quedaba junto a ella ahora. El modo en que la abrazaba cuando lloraba. El modo en que la consolaba.
Él era su fuerza. Su coraje.
Y ella estaba terriblemente agradecida de tenerlo. No quería enfrentar sola el final.
Nicholas no se lo permitiría. Estaría allí con ella, aunque iba a matarlo verla morir. Él sostendría su mano, y cuando ella se hubiese ido, sería recordada a través del tiempo.
—Ni siquiera sé el nombre de mi abuela.
Nicholas frunció el ceño.
—¿Qué?
—No sé el nombre de mi abuela. Mi madre murió antes de que pudiera preguntárselo. Phoebe dijo que ella tampoco se lo había preguntado jamás. No sé que apariencia tenían ella ni mi abuelo. Sólo conozco a los padres de mi padre por fotografías. Estaba pensando que sólo seré una foto para el bebé. Él me verá como yo solía verlos a ellos. Personas abstractas. Nunca realmente reales.
Los ojos de Nicholas brillaron con intensidad.
—Serás real para él, ______(T.n). Te lo prometo.
Cómo deseaba ella que eso fuera verdad.
Él la envolvió en sus brazos y la sostuvo cerca. ______(T.n) se aferró, necesitando su calor. Apartó el arrepentimiento y el sufrimiento de su mente.
No había nada que pudiera hacer. Inevitable significaba inevitable. Al menos tenía este momento.
Comenzó a reír y llorar al mismo tiempo.
Nicholas la apartó y la miró, confundido.
—Lo siento —dijo ella, intentando controlar sus emociones—. Sólo estaba pensando en esa estúpida canción, “Estaciones en el sol.” Ya sabes, “tuvimos alegría, nos divertimos, tuvimos estaciones en el sol.” Por dios, debería ser una paciente mental.
Él le secó las lágrimas y besó sus mejillas. Sus cálidos labios le quemaron la piel.
—Tienes más fuerza que cualquier guerrero que haya conocido. Nunca vuelvas a disculparte por esos pocos momentos en que me muestras tu miedo, ______(T.n).
El amor que sentía por él la atravesó, ahogándola aún más que sus arrepentimientos.
—Te amo, Nicholas —susurró—. Más de lo que creo haber amado jamás.
Nicholas no podía respirar mientras escuchaba esas sinceras palabras. Lo cortaron como un vidrio hecho añicos.
—Yo también te amo —dijo, con la garganta apretada por la verdad.
No quería dejarla ir. Jamás.
Pero no había nada que pudiese hacer para detenerlo.
______(T.n) jadeó mientras él la besaba apasionadamente. Terminó de desvestirla en un instante. Ella desabotonó su camisa y cuando no pudieron encontrar un modo de quitarla, ni tampoco su chaqueta, Nicholas las desgarró.
Ella rió ante su imagen. Pero la risa se detuvo en el instante en que él recostó su pesado y caliente cuerpo contra el de ella y regresó a sus labios.
Nicholas rodó sobre su espalda y la subió encima suyo. Siempre tenía mucho cuidado, para no presionar su vientre y lastimarla a ella o al bebé.
Con los ojos ardiendo, la colocó sobre él.
Ambos gruñeron en el instante en que la penetró. Hicieron el amor furiosamente, cada uno consciente del hecho de que el final se estaba aproximando hacia ellos con rapidez.
Conscientes de que cada día que pasaba se acercaban a un resultado que ninguno de los dos podía controlar ni evitar.
Era aterrador.
______(T.n) gritó mientras alcanzaba una ola de pasión fundida. Nicholas la atrajo contra sí mientras la acompañaba.
Sus manos unidas descansaban sobre la cama, encima de sus cabezas. Nicholas entrelazó sus dedos con los de ella y le hizo una promesa con la respiración entrecortada.
—No te dejaré ir sin luchar.
Para cuando llegó el viernes, ______(T.n) estaba más que preparada para que se realizase la boda. Su hermana y Kat la habían mantenido ocupada y frenética toda la semana. Nicholas se había mantenido felizmente fuera de su camino.
Si alguna vez le pedían su opinión sobre algo, su respuesta siempre era: Sé que no debo meterme en medio de tres mujeres discutiendo. Si lo recuerdas, la guerra de Troya comenzó por eso.
Chris no era tan sabio, y finalmente había aprendido a mantenerse fuera del apartamento lo más posible. O salir corriendo en el instante en que las veía aproximándose a él.
Ahora ______(T.n) estaba en el dormitorio, con su vestido de novia y esperando. Su largo cabello rubio—rojizo caía alrededor de sus hombros, como era la costumbre de la gente de Nicholas. Llevaba una corona de plata entrelazada con flores frescas; otra costumbre nórdica. Chris le había dicho que la corona había pasado por todas las generaciones de la familia de Nicholas desde su cuñada.
Significaba mucho para ella estar llevándola ahora. Sentirse conectada con el pasado de Nicholas.
Nicholas también llevaría la espada familiar para el evento, y cuando su bebé se casara, él también llevaría la espada atada a su costado.
La puerta se abrió lentamente para revelar a Urian del otro lado. Su largo cabello rubio colgaba sobre sus hombros, y vestía un elegante traje de seda negra.
—¿Estás lista?
Luego de mucho debatir habían decidido permitir que fuera su padrino. Los Apolitas no tenían las mismas costumbres que los humanos. Como había una gran posibilidad de que los padres de la novia ya hubiesen muerto, elegían a un padrino que pudiera escoltar a la novia hacia el altar, y decir las palabras acostumbradas para unir a la pareja.
______(T.n) deseaba que pudieran tener a un pastor para el evento, pero tanto ella como Nicholas había estado de acuerdo en que arriesgaría demasiado a la comunidad traer uno. Así que se casarían al verdadero modo Apolita.
Al principio, Urian se había negado a la idea de ser su padrino, pero Phoebe lo había convencido rápidamente de que sería mejor para él cooperar con sus deseos.
“Lo harás, y sé agradable con Nicholas o dormirás en el sillón. Para siempre, y considerando tu edad, eso significa algo.”
—¿Nicholas está listo? —le preguntó ______(T.n) a Urian.
Él asintió.
—Él y Chris están esperándote en el complejo principal.
Kat le alcanzó una rosa blanca que estaba envuelta en cintas rojas y rosadas. Otra costumbre Apolita.
______(T.n) tomó la rosa.
Kat y Phoebe tomaron sus lugares frente a ella y abrieron el camino. Tomados del brazo, ella y Urian caminaron detrás de ellas.
La costumbre escandinava era que las bodas se hicieran al aire libre. Como semejante cosa era incluso más peligrosa que traer a un pastor, habían alquilado la abierta parte comercial. Shanus y varios miembros del consejo se habían tomado la molestia de traer flores y plantas hidropónicas para simular un jardín.
Incluso habían construido una pequeña fuente.
______(T.n) vaciló al entrar al complejo.
Nicholas y Chris estaban parados frente a la cascada construida apresuradamente, que aún así era hermosa. Ella esperaba a medias que Nicholas estuviese vestido con sus ropas nórdicas. En cambio, él y Chris llevaban smokings iguales al de Urian.
Nicholas llevaba el cabello largo y suelto, apartado de su rostro. La seda de su traje se moldeaba perfectamente a su cuerpo, acentuando cada curva musculosa. Jamás en su vida había visto a un hombre más apuesto.
Era absolutamente hermoso.
—Me encargaré de esto.
______(T.n) se quedó boquiabierta al escuchar la voz de su padre detrás de ella.
—¿Papi? —dijo, girando para encontrarlo con una amplia sonrisa en su rostro.
—Realmente no pensaste que me perdería a mi bebé casándose, ¿verdad?
______(T.n) lo miró de los pies a la cabeza, con el corazón martilleando. No podía creer que él estaba allí, con ella.
—Pero, ¿cómo?
Señaló a Nicholas con la cabeza.
—Nicholas fue a casa anoche y me trajo aquí. Dijo que no sería una boda para ti a menos que viniera. Y me contó acerca de Phoebe. Pasé la noche en su apartamento con ella, para poder ponernos al día y luego sorprenderte —Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras miraba fijamente el vientre de ______(T.n)—. Estás hermosa, bebé.
Ella se arrojó a sus brazos, o al menos lo más que pudo debido a su panza extendida, y lo sostuvo con fuerza. Era el mejor regalo que Nicholas podría haberle dado.
Estaba lloriqueando como una niña.
—¿Deberíamos cancelar la boda antes de que nos ahogues en lágrimas? —preguntó Kat.
—¡No! —dijo ______(T.n), recomponiéndose con una aspiración—. Estoy bien. En serio.
Su padre le dio un beso en la mejilla, puso su mano en la curva de su brazo, y la condujo hacia Nicholas. Kat y Phoebe fueron a pararse detrás de Chris mientras Urian tomaba su lugar al lado de Phoebe. La otra única persona presente era Shanus, quien se mantenía alejado pero los observaba con una expresión amistosa que demostraba que estaba más que feliz de ser testigo del evento.
—Gracias —le dijo en silencio a Nicholas, quien le regaló una pequeña y desgarradora sonrisa.
En ese momento, ______(T.n) sintió toda la intensidad de su amor por él. Él sería un buen esposo para ella en los próximos meses, y sería un padre excelente.
A pesar de lo que Chris hubiese dicho.
Una vez que llegaron hasta su futuro esposo, su padre tomó su mano y la puso sobre la de Nicholas. Luego su padre tomó las cintas rojas y rosadas de la rosa y las ató alrededor de sus manos unidas.
______(T.n) miró fijamente a Nicholas. Sus ojos eran cálidos. Bondadosos. Ardían con pasión y orgullo mientras la miraba. La hizo estremecer. La excitó.
Su mirada tocaba cada parte de su cuerpo.
Él apretó su mano mientras el padre comenzaba a decir las palabras que los ligarían.
—En la noche…
—Luz —susurró fuertemente Urian, interrumpiéndolo.
El rostro de su padre se sonrojó un poquito.
—Lo siento. Tuve que aprender esto con bastante prisa. —Aclaró su garganta y comenzó de nuevo—. En la luz nacemos, y en… en… —su padre vaciló. Urian se adelantó para susurrar al oído de su suegro—. Gracias —dijo—. Esta ceremonia no es nada parecida a la nuestra. —Urian inclinó la cabeza y dio un paso atrás, pero no sin antes guiñarle el ojo a ______(T.n), en un gesto poco característico en él—. En la luz nacemos, y en la noche viajamos. La luz es el amor de nuestros padres, quienes nos reciben y nos dan la bienvenida a este mundo, y es con el amor de nuestro compañero que partimos de él. Nicholas y ______(T.n) han elegido estar juntos, para aliviar su restante viaje y reconfortarse mutuamente en las noches que vendrán. Y cuando la noche final caiga sobre ellos… —Su padre se detuvo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. La miró. La desdicha y el horror que vio en sus ojos hizo que en los de ______(T.n) también brotaran lágrimas—. No puedo —dijo en voz baja.
—¿Papi?
Él dio un paso atrás mientras una lágrima descendía por su mejilla.
Phoebe se adelantó y lo envolvió con sus brazos.
______(T.n) comenzó a acercarse a él, pero Phoebe la detuvo.
—Termínalo, por favor, Uri.
Phoebe llevó a su padre a un costado.
______(T.n) quería unirse a ellos, pero podía notar que su padre ya estaba demasiado avergonzado y apenado por haber arruinado su boda. Así que se quedó junto a Nicholas.
Urian fue a pararse frente a ellos.
—Cuando la noche final caiga sobre nosotros, juramos mantenernos unidos y aliviar a quien parta primero. Alma con alma, hemos tocado. Carne a carne, hemos respirado. Y es en soledad que debemos abandonar esta existencia, hasta que llegue la noche en que los Destinos sentencien que nos reunamos en Katoteros.
______(T.n) sintió que sus propias lágrimas regresaban mientras Urian pronunciaba el término Atlante para “paraíso.”
Urian subió al pedestal que tenía una elaborada copa de oro. Los tres Destinos estaban grabados en ella. Se la alcanzó a ______(T.n).
—Normalmente esta sería la sangre de ambos combinada, pero como ninguno de ustedes está precisamente emocionado por beber eso, es vino.
Urian le pasó la copa a ______(T.n), quien dio un sorbo, luego se la dio a Nicholas, que siguió su ejemplo. Nicholas le regresó la copa a Urian. Como era la costumbre Apolita, Nicholas se inclinó y la besó, para que el sabor del vino estuviese mezclado con ellos.
Urian devolvió la copa al pedestal y terminó la ceremonia.
—He aquí la novia, ______(T.n). Es única en este mundo. Su belleza, gracia y encanto son el legado de su ascendencia, y serán dotados a quienes nazcan de ella. Este hombre, Nicholas, por otro lado, he aquí siendo producto de… —Urian frunció el ceño mientras hacía una pausa—. Bueno, él es producto de una perra que no puede soportar la idea de que los hijos de Apolo gobiernen la tierra.
—¡Urian, compórtate! —dijo Phoebe bruscamente desde su sitio junto a su padre.
Él se agitó ante su orden.
—Considerando el hecho de que acabo de unir a un miembro de tu familia con una de las personas que he jurado aniquilar, creo que estoy siendo admirablemente bueno.
Phoebe lo observó de un modo que proclamaba a los gritos que él dormiría solo durante al menos una semana.
Si no más.
Urian frunció los labios al mirar a Nicholas. Estaba claro a quién culpaba por el malestar de su esposa.
—Bien. Me alegro de no haber dicho lo que realmente pensaba —murmuró en voz baja. Hablando más alto, Urian regresó a la ceremonia—. Son sus similitudes las que los unieron, y sus diferencias las que añaden variedad y chispas a su vida. Que los dioses bendigan y protejan su unión, y que sean… —se detuvo nuevamente—. Bueno, ya han sido bendecidos con fertilidad, así que saltearemos eso.
Phoebe gruñó en voz baja mientras ______(T.n) lo miraba furiosamente.
Urian asesinó con la mirada a Nicholas otra vez.
—Que ambos disfruten cada minuto que les quede.
Entonces, Urian tomó las cintas que unían sus manos y las ató con un doble nudo. Las cintas permanecerían toda la noche, y por la mañana serían cortadas y enterradas para la buena suerte.
Chris y Kat condujeron al grupo de regreso al apartamento.
Su padre se acercó y la abrazó por la cintura.
—Lamento no haber podido terminar.
—Está bien, papi. Comprendo.
Y así era. La perspectiva de decirle adiós también la lastimaba.
Cuando llegaron al apartamento, Nicholas, como indicaba la costumbre nórdica, la levantó en brazos y la cargó a través del umbral. La sorprendió, porque él tuvo que hacerlo con un solo brazo, ya que la otra mano aún estaba unida a la suya.
Chris sirvió bebidas para todos.
—Y ahora es cuando la gente de Nicholas se embriagaría y tendría fiestas por una semana entera. ¡Todos aclamen a los Vikingos, antepasados de los chicos de las fraternidades!
—Tú puedes divertirte —le dijo Nicholas—, pero será mejor que no te encuentre ebrio.
Chris puso los ojos en blanco, luego se inclinó y le habló al vientre de ______(T.n).
—Sé inteligente, pequeñito, quédate allí dentro donde el Rey Neurótico no puede terminar con toda tu diversión.
Nicholas sacudió la cabeza.
—Me sorprende que estés aquí sin tus recién encontradas amigas.
—Sí, lo sé. Voy a buscarlas en un rato. Kyra está trabajando en un nuevo programa y yo voy a probarlo.
Urian resopló al escucharlo.
—Esa es una forma de decirlo.
El rostro de Chris se puso rojo como un tomate.
—Y yo pensé que él —dijo señalando a Nicholas con el pulgar—, era malo. ¿Qué sucede con las mujeres Peters que las atraen los perdedores?
—Creo que eso me ofende —dijo el padre.
Nicholas rió.
—Será mejor que vayas a buscar a Kyra antes de enterrarte aún más.
—Sí, creo que estoy de acuerdo.
Chris se disculpó y salió.
Kat apareció detrás de ______(T.n) y le quitó la corona de la cabeza.
—Voy a asegurarme de guardarla en su estuche.
—Gracias.
De pronto, una sensación un poco incómoda inundó la habitación.
—¿Papi? ¿Quieres regresar a casa con nosotros? —preguntó Phoebe.
—Seguro. —Le dio un beso en la mejilla a ______(T.n)—. No fue una gran recepción, pero creo que deberían estar a solas.
Kat se les unió mientras partían.
Ahora estaban a solas, y Nicholas extrajo de su bolsillo un perfecto anillo de diamantes de un quilate y lo deslizó en el dedo de ______(T.n). El anillo era una trama enrejada nórdica muy delicada. Jamás había visto algo tan adorable.
—Gracias, Nicholas —susurró.
Nicholas asintió. La miró fijamente bajo la pálida luz, los ojos de ______(T.n) brillaban con calidez.
Su esposa.
Lo único que jamás había pensado en tener. Al menos no en los últimos mil doscientos años.
Normalmente una pareja en su luna de miel estaría pensando en su futuro juntos. Cómo pasarían sus vidas…
Él no quería pensar en el futuro. Era demasiado sombrío. Demasiado doloroso. Debería haber mantenido a ______(T.n) fuera de su corazón. Cada día lo intentaba, y cada día la encontraba metida aún más profundamente en él que antes.
—______(T.n) Tryggvason —susurró, probando su nuevo nombre.
—Suena agradable, ¿verdad?
Él tocó sus labios con los dedos. Era suaves y delicados, como ella. Tentadores.
—¿Eres feliz?
—Sí.
Y aún así, sus ojos verdes estaban teñidos de tristeza.
Cómo deseaba poder eliminar esa tristeza para siempre.
______(T.n) se puso en puntas de pie y lo besó. Nicholas gruñó ante su sabor. Ante el modo en que se sentía la mano de ______(T.n) sobre su nuca mientras sus largos y gráciles dedos le enroscaban el cabello.
Su aroma a rosas lo atravesó, embriagándolo y excitándolo.
—Eres hermosa, mi ______(T.n).
______(T.n) se estremeció ante sus palabras gravemente pronunciadas. Le encantaba cuando él se refería a ella como suya.
Tomando su mano atada con la de él, lo condujo hacia el dormitorio.
______(T.n) se mordió los labios mientras lo observaba. Era tan alto y devastador. Él la recostó cuidadosamente en la cama, luego se detuvo.
—¿Cómo se supone que nos quitemos la ropa con esto en las muñecas?
—Mis mangas pueden sacarse.
—Las mías no.
—Entonces tendrás ese smoking toda la noche. ¡Ew!
—¿Ew? —preguntó él, juguetonamente—. ¿Ahora soy “ew”?
Ella gimió mientras él acunaba su mentón y mordisqueaba sus labios con los dientes.
—Extremadamente “ew” —lo provocó sin aliento.
Ella sintió que Nicholas bajaba la cremallera en la espalda de su vestido lentamente, como si estuviese saboreando la anticipación de tenerla desnuda con él.
—Sabes, según la tradición Vikinga, hubiésemos tenido testigos para esto.
______(T.n) se estremeció mientras la caliente mano de Nicholas rozaba su piel desnuda.
—No quiero ofenderte, pero me alegro de que esta no sea tu época.
—También yo. Tendría que matar a cualquier hombre que viera lo hermosa que eres realmente. Si te viesen, sé que estarían soñando contigo, y jamás podría permitir eso.
Ella cerró los ojos, saboreando esas palabras, mientras él le quitaba el vestido.
Se detuvo sólo lo necesario para besar su vientre abultado. En el instante en que sus labios la rozaron, ella sintió el ligero y aleteante movimiento en su interior.
—Oh, dios mío —susurró—. ¡Acabo de sentir al bebé!
Él se apartó.
—¿Qué?
Con los ojos llenándose de lágrimas, ella colocó su mano sobre el punto que los labios de Nicholas habían tocado, deseando sentir al bebé de nuevo.
—Lo sentí —repitió—. Recién.
El orgullo brilló vivamente en los ojos de Nicholas mientras bajaba la cabeza y besaba su estómago nuevamente. Le acarició la piel con su mejilla barbuda.
______(T.n) debería haberse sentido avergonzada de tener a un hombre tan perfectamente formado acariciándola cuando ella tenía el tamaño de una ballena, pero no lo estaba. Era tan reconfortante tenerlo a su lado.
Él era su defensor. No por haber salvado su vida, sino por el modo se quedaba junto a ella ahora. El modo en que la abrazaba cuando lloraba. El modo en que la consolaba.
Él era su fuerza. Su coraje.
Y ella estaba terriblemente agradecida de tenerlo. No quería enfrentar sola el final.
Nicholas no se lo permitiría. Estaría allí con ella, aunque iba a matarlo verla morir. Él sostendría su mano, y cuando ella se hubiese ido, sería recordada a través del tiempo.
—Ni siquiera sé el nombre de mi abuela.
Nicholas frunció el ceño.
—¿Qué?
—No sé el nombre de mi abuela. Mi madre murió antes de que pudiera preguntárselo. Phoebe dijo que ella tampoco se lo había preguntado jamás. No sé que apariencia tenían ella ni mi abuelo. Sólo conozco a los padres de mi padre por fotografías. Estaba pensando que sólo seré una foto para el bebé. Él me verá como yo solía verlos a ellos. Personas abstractas. Nunca realmente reales.
Los ojos de Nicholas brillaron con intensidad.
—Serás real para él, ______(T.n). Te lo prometo.
Cómo deseaba ella que eso fuera verdad.
Él la envolvió en sus brazos y la sostuvo cerca. ______(T.n) se aferró, necesitando su calor. Apartó el arrepentimiento y el sufrimiento de su mente.
No había nada que pudiera hacer. Inevitable significaba inevitable. Al menos tenía este momento.
Comenzó a reír y llorar al mismo tiempo.
Nicholas la apartó y la miró, confundido.
—Lo siento —dijo ella, intentando controlar sus emociones—. Sólo estaba pensando en esa estúpida canción, “Estaciones en el sol.” Ya sabes, “tuvimos alegría, nos divertimos, tuvimos estaciones en el sol.” Por dios, debería ser una paciente mental.
Él le secó las lágrimas y besó sus mejillas. Sus cálidos labios le quemaron la piel.
—Tienes más fuerza que cualquier guerrero que haya conocido. Nunca vuelvas a disculparte por esos pocos momentos en que me muestras tu miedo, ______(T.n).
El amor que sentía por él la atravesó, ahogándola aún más que sus arrepentimientos.
—Te amo, Nicholas —susurró—. Más de lo que creo haber amado jamás.
Nicholas no podía respirar mientras escuchaba esas sinceras palabras. Lo cortaron como un vidrio hecho añicos.
—Yo también te amo —dijo, con la garganta apretada por la verdad.
No quería dejarla ir. Jamás.
Pero no había nada que pudiese hacer para detenerlo.
______(T.n) jadeó mientras él la besaba apasionadamente. Terminó de desvestirla en un instante. Ella desabotonó su camisa y cuando no pudieron encontrar un modo de quitarla, ni tampoco su chaqueta, Nicholas las desgarró.
Ella rió ante su imagen. Pero la risa se detuvo en el instante en que él recostó su pesado y caliente cuerpo contra el de ella y regresó a sus labios.
Nicholas rodó sobre su espalda y la subió encima suyo. Siempre tenía mucho cuidado, para no presionar su vientre y lastimarla a ella o al bebé.
Con los ojos ardiendo, la colocó sobre él.
Ambos gruñeron en el instante en que la penetró. Hicieron el amor furiosamente, cada uno consciente del hecho de que el final se estaba aproximando hacia ellos con rapidez.
Conscientes de que cada día que pasaba se acercaban a un resultado que ninguno de los dos podía controlar ni evitar.
Era aterrador.
______(T.n) gritó mientras alcanzaba una ola de pasión fundida. Nicholas la atrajo contra sí mientras la acompañaba.
Sus manos unidas descansaban sobre la cama, encima de sus cabezas. Nicholas entrelazó sus dedos con los de ella y le hizo una promesa con la respiración entrecortada.
—No te dejaré ir sin luchar.
Belieber&Smiler♥
Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!
OMJ!!
maas hermosoo Nicholaas noo puedee seer!!!
NOS CASAMOOOS!!!
qee tiernooo! loo adorooo!
te amoo mi vikingoo sexii!
jajaja adoroo tu novelaaa!!
besitooos
siguelaa prontooo!
Byee
OMJ!!
maas hermosoo Nicholaas noo puedee seer!!!
NOS CASAMOOOS!!!
qee tiernooo! loo adorooo!
te amoo mi vikingoo sexii!
jajaja adoroo tu novelaaa!!
besitooos
siguelaa prontooo!
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Invitado
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Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
Mas les vale que valoren este vídeo que me mate haciendo ó_ó
Adelanto de la Próxima Novela
Adelanto de la Próxima Novela
Belieber&Smiler♥
Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
DIOOS!
amee el traileer de la proximaa historiaa!
prometee seer una novee llenaa de misterioo y un oscuroo amoor!
adoroo tus novees!
me declaroo faan oficiaal!
jajaja
amee el videoo!
Graciaas!
Besoos
Byee
amee el traileer de la proximaa historiaa!
prometee seer una novee llenaa de misterioo y un oscuroo amoor!
adoroo tus novees!
me declaroo faan oficiaal!
jajaja
amee el videoo!
Graciaas!
Besoos
Byee
Invitado
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Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
estoy muy enamorad de esta novela al iugual q una amiga llamada noe! te pedimos q por favor va yo te lo pido q me digas en donde puedo conseguir los libroa de la saga esq soy geniales! o solo pon los links de tus oitras nvelas aiii solo seguila jajajajajajajajja
encerio estan super lindas ya se como es ascheron y como es el escudo de los arcos necesito mas imformacion me re atrape con esto desde la primera ves q lei pacion noscurna va creo q era esa! jajaja buenooo nos estamos viebndo en los siguiente spoesteos q pongas cap! porfa no te detengas NUNCAAAAA!
te kiere...
Pauly
encerio estan super lindas ya se como es ascheron y como es el escudo de los arcos necesito mas imformacion me re atrape con esto desde la primera ves q lei pacion noscurna va creo q era esa! jajaja buenooo nos estamos viebndo en los siguiente spoesteos q pongas cap! porfa no te detengas NUNCAAAAA!
te kiere...
Pauly
Invitado
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Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
CAPITULO 15
Las siguientes semanas pasaron en una nebulosa mientras ______(T.n) terminaba la caja de recuerdos del bebé. Por primera vez en su vida, se sentía verdaderamente a salvo en algún lugar.
Era una sensación gloriosa.
Chris y Kyra, la supuesta “nena Apolita” que Chris había encontrado, pasaba mucho tiempo en el apartamento. Kyra era una mujer agradable que con frecuencia simulaba no recordar a Nicholas sólo para hacerlo enojar.
La alta y delgada Apolita lo miraba inocentemente y preguntaba: “¿Te conozco?”
Irritaba a Nicholas pero entretenía a todos los demás.
Mientras el embarazo progresaba, ______(T.n) se dio cuenta de otra razón por la cual los Daimons no podían tener hijos. Necesitaba cada vez más sangre. Sus transfusiones quincenales se convirtieron en diarias, y en las últimas semanas había necesitado dos o tres por día.
El incremento la preocupaba. ¿Significaba que el bebé sería más Apolita que humano?
La Dra. Lakis le había dicho que en realidad no tenía nada que ver con la biología del bebé, y que debería relajarse. Pero era difícil.
______(T.n) había estado bastante deprimida y demasiado cansada para moverse toda la noche. Había ido a la cama temprano, incluso antes del amanecer, deseando descansar y estar cómodo algunos minutos.
Nicholas entró y la despertó lo suficiente como para preguntarle cómo se sentía.
—Estoy durmiendo –le dijo bruscamente—. Déjame en paz.
Él había levantado las manos en señal de rendición, había reído bondadosamente y luego se había acurrucado contra ella. ______(T.n) tenía que admitir que le encantaba la sensación de tenerlo allí. La sensación de la mano de Nicholas sobre su estómago.
Siempre parecía que el bebé sabía cuándo era la mano de Nicholas la que estaba sobre él. Inmediatamente se volvía más activo, como si quisiera decir: “Hola, papi, no puedo esperar para conocerte.”
También reaccionaba ante la voz de su padre.
Cerrando los ojos, ______(T.n) intentó dormirse otra vez, pero no era sencillo, ya que el pequeño Pie Grande comenzó a bailar fandango y decidió darle rodillazos en las costillas un par de veces.
Se quedó allí recostada durante más o menos una hora, hasta que el dolor en su espalda baja disminuyó. A los veinte minutos se dio cuenta de que sus contracciones se habían estabilizado y eran continuas.
Nicholas estaba durmiendo pacíficamente cuando ______(T.n) lo despertó.
—El bebé está llegando —jadeó.
—¿Estás segura? –Con una sola mirada a su rostro exasperado supo la respuesta a esa estúpida pregunta—. Está bien –dijo, intentando despertarse y aclarar la bruma de su cabeza—. Quédate aquí y convocaré a las tropas.
Salió corriendo de la habitación para despertar a Kat y enviar a Chris en busca de la doctora, luego regresó rápidamente al dormitorio para estar con ______(T.n), quien se había levantado y estaba caminando.
—¿Qué estás haciendo?
—Estoy paseando para aliviar el dolor.
—Sí, pero…
—Está bien, querido –dijo Kat atravesando la puerta—. El bebé no caerá de cabeza.
Nicholas no estaba seguro acerca de eso, pero había aprendido que no debía discutir con ______(T.n) embarazada. Estaba bastante tensa y emotiva, y podía despellejar con sus palabras cuando quería.
Era mejor darle lo que quería.
—¿Qué puedo traerte? –preguntó Nicholas.
______(T.n) estaba resoplando.
—¿Qué tal a alguien que tenga a este niño por mí?
Él rió. Al menos hasta que ella lo miró como para asesinarlo.
Calmándose, se aclaró la garganta.
—Ojalá pudiera.
Para el momento en que la doctora llegó, Nicholas estaba parado junto a ella, sosteniendo su vientre y ayudándola a respirar durante las contracciones. Podía sentir cada contracción apretando contra sus palmas, y sabía exactamente cuándo iba a maldecir por el dolor que le causaba.
Nicholas odiaba que ______(T.n) tuviera que pasar por esto. Ya estaba transpirada por el esfuerzo, y apenas había comenzado con la labor de traer a su hijo al mundo.
Las horas pasaron lentamente mientras trabajaban juntos, y ______(T.n) gritaba todo tipo de obscenidades a Nicholas, a todos los hombres en general, y a los dioses en particular.
Nicholas sostenía su mano y limpiaba su frente mientras la doctora les decía qué hacer.
Eran recién pasadas las cinco de la tarde cuando su hijo finalmente nació.
Nicholas observó al diminuto niño que estaba en manos de la doctora mientras el bebé berreaba con un par de pulmones que tenían que pertenecer a un niño sano.
—Realmente está aquí –sollozó ______(T.n) mientras se aferraba a la mano de Nicholas y miraba al bebé que había dado a luz.
—Está aquí –rió Nicholas, besando su húmeda sien—. Y es hermoso.
La doctora lo limpió y lo examinó, luego se lo dio a su madre.
______(T.n) no podría respirar mientras sostenía a su hijo por primera vez. Sus diminutos puños estaban apretados mientras sus gritos dejaban saber a todos que estaba aquí. Su rostro estaba arrugado como el de un anciano, pero aún así era hermoso para ______(T.n).
—Mira su cabello –dijo, peinando la densa masa de cabello negro—. Se parece a su padre.
Nicholas sonrió mientras el bebé envolvía su pequeña mano alrededor del índice de su padre.
—Tiene tus pulmones.
—¡Oh, por favor! –dijo ella indignada.
—Confía en mí —le dijo Nicholas, encontrándose con su mirada—. Cada Apolita ahora sabe que mis padres no estaban casados cuando nací, y que si sobrevives a esta noche, planeas convertirme en eunuco.
Ella se rió y lo besó mientras sostenía a su hijo.
—A propósito, si hablabas en serio acerca de eso, ______(T.n) –dijo la doctora, con los ojos bajos—. Tengo un bisturí que puedo prestarte.
______(T.n) rió otra vez.
—No me tientes.
Nicholas tomó al bebé y lo sostuvo cuidadosamente con sus grandes manos. Su hijo. La alegría y el miedo dentro suyo eran debilitantes. Nunca había sentido algo así.
El bebé era tan increíblemente pequeño. Un milagro de la vida. ¿Cómo podría algo tan diminuto sobrevivir? Nicholas sabía que mataría o dañaría seriamente a cualquiera que amenazara a su hijo alguna vez.
—¿Cómo vas a llamarlo? –le preguntó Nicholas a ______(T.n).
Todas estas semanas se había mantenido fuera de esa decisión a propósito. Quería que su madre le pusiera el nombre.
Sería su legado perdurable para su hijo, quien jamás la conocería realmente.
—¿Qué te parece Erik Jefferson Tryggvason?
Nicholas parpadeó, incrédulo.
—¿Estás segura? –Ella asintió mientras él tocaba suavemente la mejilla del bebé—. Hola, pequeño Erik –susurró Nicholas. Su corazón se encogió mientras lo llamaba por el nombre de su hermano—. Bienvenido a casa.
—El bebé probablemente quiera alimentarse ahora –dijo la Dra. Lakis mientras terminaba de limpiar todo—. Podría devolvérselo a su madre un momento. —Nicholas hizo lo que le sugerían—. ¿Necesitarás una nodriza? –le preguntó la Dra. Lakis a ______(T.n)—. Los bebés Apolitas generalmente no toman mamaderas ni mezclas nutritivas, especialmente cuando tienen una herencia mixta. No hay una mezcla realmente adecuada que podamos probar, ya que no sabemos cuánto hay de Apolita o de humano en él.
—Creo que la nodriza será una buena idea –dijo ______(T.n)—. No quiero echar a perder esto e impedir su crecimiento, o convertirlo en un mutante o algo así.
La doctora tenía una extraña expresión en el rostro, que básicamente decía: “pensé que tu hijo era un mutante.”
Sabiamente, se quedó callada.
Nicholas acompañó a la doctora afuera.
—Gracias –le dijo mientras pasaban al living, donde Chris y Kat estaban sentados esperando.
—¡Já! –Dijo Kat en cuanto vio a Nicholas—. Te dije que llegaría sano y salvo.
—Demonios –murmuró Chris antes de entregarle un billete de veinte—. Me dijeron que habías sido castrado después de todo.
Ambos fueron rápidamente hacia el dormitorio para ver al bebé, mientras Nicholas hablaba con la doctora.
Ella le sonrió con tristeza.
—Supongo que es, de algún modo, apropiado.
—¿Qué cosa?
—Que el último bebé al que ayudé a llegar al mundo sea el destinado a mantenerlo a salvo.
Nicholas frunció el ceño.
—¿Qué quiere decir con “el último bebé”?
La Dra. Lakis suspiró como si el peso del Armagedon estuviese sobre sus hombros.
—El jueves es mi cumpleaños.
Nicholas se quedó helado ante sus palabras, y lo que ellas significaban.
—¿El vigésimo séptimo?
Ella asintió.
—La Dra. Cassus se ocupará de vigilar la salud de ambos. Será quien le dé a ______(T.n) su examen físico mensual y se asegure que todo prosigue como debería.
La Dra. Lakis se encaminó hacia la puerta.
—Doctora, espere. –Ella giró hacia él—. Lo…
—No diga que lo lamenta. Soy sólo otra Apolita para usted.
—No –dijo él, sinceramente—. No lo es. Usted es la mujer que mantuvo a mi esposa a salvo y que ayudó a mi hijo a nacer. Jamás olvidaré eso.
Ella le ofreció una sonrisa trémula.
—Le deseo suerte con su hijo. Espero que crezca para ser un hombre como su padre.
Nicholas la observó partir con el corazón pesado. Había intentado con tanta fuerza mantenerse indiferente a todos aquí. Sin preocuparse y sin ver cuán humanos eran sus enemigos. Pero era imposible. Tan imposible como era mantenerse apartado de ______(T.n).
Contra su voluntad y su sentido común, todos ellos habían invadido su corazón.
¿Cómo podría volver a su papel de Cazador Oscuro luego de esto?
¿Cómo podría matar a otro Daimon cuando los comprendía tan bien? ¿Cómo?
Para el momento en que Nicholas regresó junto a ella, ______(T.n) estaba exhausta. Kat y la nodriza habían tomado al bebé para cuidarlo y que ella pudiese descansar. Por supuesto, tendrían que despertarla cuando fuera tiempo de su próxima comida, pero por un ratito, ______(T.n) podría descansar cómodamente.
—Cierra los ojos –dijo Nicholas.
______(T.n) hizo lo que le pedía sin discutir, y sintió que él ponía algo alrededor de su cuello. Abriendo los ojos, vio un anticuado e intrincado collar. El diseño era evidentemente nórdico. Tenía cuatro piezas cuadradas de ámbar montadas de costado, en forma de diamante. En el centro había una pieza circular con otra piedra ámbar incrustada, y cayendo de la misma había un diminuto barco Vikingo, cuya vela estaba hecha de más ámbar.
—Es hermoso.
—Erik y yo compramos dos de ellos a un comerciante danés en Bizancio. Nos recordaba a nuestro hogar. Él le dio el suyo a su esposa y yo iba a darle el mío a mi hermana, Brynhild.
—¿Por qué no se lo diste?
—No quería aceptarlo. Estaba demasiado enojada conmigo por no haber estado allí cuando nuestro padre había muerto, enojada porque hacía incursiones. Dijo que jamás quería volver a verme, así que me fui y he tenido el collar conmigo desde entonces. Lo saqué de mi caja fuerte cuando fui con Kat a buscar mi espada.
Su tristeza la alcanzó. En los últimos meses, había aprendido cuánto habían significado sus hermanos para él.
—Lo siento, Nicholas.
—No lo hagas. Me agrada verlo en ti. Es como si tuviese que estar allí. –Le pasó la mano por el cabello—. ¿Quieres que vaya a dormir al sofá?
—¿Por qué querría eso?
—Más temprano dijiste que jamás dejarías que me aproximara a tu cama.
Ella rió suavemente.
—Ni siquiera recuerdo la mitad de lo que dije.
—Está bien. Creo que Chris estaba grabándolo en la otra habitación, para la posteridad.
Ella se cubrió el rostro con las manos.
—Espero que estés bromeando.
—No, en realidad no.
______(T.n) pasó su mano por el sedoso cabello de Nicholas, y dejó que los mechones se deslizaran entre sus dedos.
—Bueno, ahora que terminó todo, soy mucho más tolerante contigo. Así que, ven y acurrúcate. Creo que podría venirme bien.
Nicholas la obedeció rápidamente.
______(T.n) exhaló larga y cansadamente, y luego se quedó dormida.
Nicholas la observó mientras permitía que la cálida suavidad de su cuerpo se filtrara en su corazón. Tomó la mano de ______(T.n) y estudió su delicada forma.
—No me dejes, ______(T.n) –susurró—. No quiero criar a nuestro hijo sin ti.
Pero desear que ella se quedara era tan productivo como desear recuperar su alma.
La mañana del jueves Nicholas no podía dormir. ______(T.n) y Erik estaban felizmente inconscientes. Pero sus pensamientos no se asentaban lo suficiente como para dejarlo descansar.
Levantándose, se vistió y abandonó el apartamento. Como pocos Apolitas se habían levantado de la cama, no tuvo que soportar muchos gestos de desprecio y miradas furibundas.
Sabía que no tenía nada que hacer en el sitio al que se dirigía, pero no podía evitarlo.
Tenía que decirle adiós a la Dra. Lakis. Extrañamente, ella se había convertido en otro miembro de su pequeña tropa en las semanas que había mantenido vigilia sobre la salud de ______(T.n) y Erik.
Su apartamento no quedaba lejos del de Phoebe.
Inseguro de cómo lo recibirían, golpeó a la puerta.
Un chico de aproximadamente doce años respondió.
—¿Tú eres Ty? –le preguntó, recordando a la Dra. Lakis hablando de su hijo mayor.
—Mi mamá no va a convertirse en Daimon. Puede dejarla en paz.
Nicholas retrocedió ante sus furiosas palabras.
—Sé que no lo hará. Sólo quería verla un minuto.
—Tía Millicent –gritó el chico sin permitirle entrar—. El Cazador Oscuro quiere ver a mamá.
Una hermosa mujer de la edad de Chris se acercó a la puerta.
—¿Qué desea?
—Quiero ver a la Dra. Lakis.
—¡Va a matarla! –dijo el chico, detrás de ella.
La mujer lo ignoró. Entrecerrando los ojos, dio un paso atrás y dejó entrar a Nicholas.
Nicholas respiró hondo, aliviado, mientras lo conducía a una habitación a su izquierda. La puerta se abrió y le mostró un dormitorio con cinco pequeños y otra mujer de la edad de Millicent. La Dra. Lakis estaba recostada en la cama, pero él apenas la reconoció. En lugar de la joven y vibrante mujer que había traído a su bebé al mundo, ya se veía como si tuviese cincuenta años.
Millicent hizo salir a los niños y a la otra mujer.
—Tiene sólo cinco minutos, Cazador Oscuro. Queremos estar con ella tanto como podamos.
Él asintió, y una vez que estuvo a solas con ella, se arrodilló junto a la cama.
—¿Por qué está aquí, Nicholas? –preguntó la Dra. Lakis.
Era la primera vez que usaba su nombre.
—No estoy seguro. Sólo quería agradecerle otra vez.
Ella parpadeó sus ojos llenos de lágrimas y pareció envejecer diez años más.
—Esta no es la peor parte –susurró—. Esa viene después, cuando nuestros cuerpos se despedazan mientras estamos vivos. Si tenemos suerte, nuestros órganos fallan rápidamente y morimos. De otro modo dura horas, y es muy doloroso.
Esas palabras lo desgarraron por dentro mientras pensaba en ______(T.n) pasando por eso. Sufriendo mucho más dolor del que había pasado cuando Erik había nacido.
—Lo siento tanto.
La Dra. Lakis no sintió pena por él.
—Sólo respóndame una pregunta.
—Lo que sea.
Su mirada lo taladró con su calor fundido.
—¿Comprende?
Él asintió. Sí, sabía por lo que pasaban, y entendía porqué los Daimons se convertían. ¿Quién podría culparlos?
La Dra. Lakis se estiró y tocó la mano de Nicholas con la suya.
—Espero que su hijo se salve de esto. Realmente, realmente lo deseo. Por el bien de ambos. Nadie debería morir así. Nadie.
Nicholas miró fijamente la mano que ahora tenía arrugas y manchas. Una mano que había sido tan suave como la suya unas pocas horas atrás.
—¿Hay algo que pueda hacer por usted? –le preguntó.
—Cuide a su familia y no permita que ______(T.n) muera sola. No hay nada peor que pasar esto solo.
Su familia regresó a la habitación.
Nicholas se levantó y los dejó con la persona que amaban. Cuando iba hacia la puerta, la Dra. Lakis lo detuvo.
—En caso de que desee saberlo, Nicholas, mi nombre es Maia.
—Buen viaje, Maia –le dijo, con la voz profunda por las emociones reprimidas—. Espero que sus dioses sean mucho más piadosos en la próxima vida.
Lo último que Nicholas vio fue a su hijo cayendo en sus brazos y llorando.
Nicholas abandonó el apartamento y fue hacia el suyo. Para el momento en que llegó, su furia ardía. Entró a la habitación y vio a ______(T.n) durmiendo con Erik a su lado.
Se veían tan hermosos. Ella era una joven mujer que debería tener el resto de su vida por delante. Tenía un bebé que necesitaba conocer a su madre.
Más que nada, Nicholas la necesitaba.
No podía terminar de este modo. No podía.
Él no iba a permitirlo.
Tomando su teléfono celular, regresó al living y llamó a Acheron.
Para su sorpresa, Ash respondió al primer repique.
—¿Regresaste? –preguntó Nicholas.
—Aparentemente.
Él ignoró el habitual sarcasmo de Ash y fue directo al asunto.
—¿Tienes alguna idea de lo que ha sucedido mientras no estabas?
—Lo sé, Nicholas –dijo Ash en un tono compasivo—. Felicitaciones por tu matrimonio y por Erik.
Nicholas se atragantó ante la mención de su hijo. No se molestó en preguntarle a Ash cómo se había enterado de los dos eventos. Ash no le respondería, y todos sabían que el hombre era anormal.
—¿Hay algo…?
Nicholas ni siquiera podía resignarse a preguntar si tenían o no alguna esperanza de un futuro juntos.
—No estás preparado para la respuesta.
Su furia explotó.
—Maldito seas, Ash. ¿Qué quieres decir con que no estoy preparado?
—Escúchame, Nicholas –dijo en el tono paciente de un padre tratando con un hijo molesto—. Escucha con atención. A veces, para tener lo que más deseamos, debemos abandonar todo lo que creemos. Aún no estás listo para hacer eso.
Nicholas apretó con más fuerza el teléfono.
—Ni siquiera sé de lo que estás hablando. ¿Por qué nunca puedes responder a una simple pregunta?
—Hazme una pregunta sencilla y obtendrás una respuesta sencilla. Lo que me preguntas es extremadamente complicado. Has hecho lo que Artemisa quería que hicieras. Has salvado a tu linaje y al de su hermano.
—¿Entonces por qué no pareces alegrarte por eso?
—No me gusta ver que usen o jueguen con nadie. Sé que ahora mismo estás sufriendo. Sé que estás furioso. Lo comprendo. Tienes todo el derecho a sentir cada emoción que está agitándose dentro tuyo. Pero esto no ha terminado. Cuando estés preparado, responderé a tu pregunta.
El bastardo le colgó.
Nicholas se quedó allí parado, sintiéndose aún más traicionado. Quería la sangre de Ash, pero más que nada quería la sangre de Artemisa y la de Apolo. Cómo se atrevían a joderlo así, como si no fuera nada.
La puerta de su dormitorio se abrió, para mostrarle a ______(T.n) allí parada, con la frente arrugada por la preocupación.
—Hola –dijo ella; se veía muy cansada.
—Deberías estar en la cama.
—También tú. Me preocupé cuando desperté y no estabas. ¿Todo está bien?
Por alguna razón, todo siempre estaba bien cuando ella estaba cerca. Era lo que hacía que fuese tan difícil estar con ella ahora.
Nicholas intentó imaginar cómo sería sostener su mano mientras ella envejecía frente a él.
Cómo sería cuando la viese desintegrarse como polvo…
El dolor lo atormentó tan violentamente que hizo todo lo que pudo para no demostrarlo. Para no gritar con toda su furia hasta hacer temblar los propios pasillos del Olimpo.
La deseaba entonces, deseaba tanto estar dentro de ella que apenas podía pensar.
Pero era demasiado pronto. Aún estaba dolorida por dar a luz a su hijo. Y sin importar cuánto deseara el consuelo físico de su cuerpo, jamás sería tan egoísta.
______(T.n) no esperaba que Nicholas la levantara y la acorralara contra la pared detrás suyo. Sus labios cubrieron los de ella mientras la besaba como si nunca fuese a tener otra oportunidad de hacerlo.
Sin aliento, ella respiró el aroma de su antiguo guerrero. Permitió que la sensación de sus brazos sosteniéndola la llevaran lejos de la realidad de lo que era inevitable.
______(T.n) sabía que la necesitaba. Él no lo admitiría. También sabía eso. Nicholas era demasiado fuerte como para admitir alguna vez que tenía una debilidad. Como para decir que tenía miedo, pero, ¿cómo podía no estar asustado?
Ninguno de ellos sabía si su hijo era humano o Apolita. La prueba preliminar no había sido concluyente. Y pasarían tres meses más antes de que pudiesen analizar a Erik nuevamente, para ver qué ADN era dominante en él.
Cualquiera que fuese el resultado, Nicholas estaría solo para ocuparse de las necesidades de Erik.
La soltó.
______(T.n) tomó su mano y lo llevó de regreso al dormitorio. Lo hizo sentar sobre la cama, y luego lo forzó a recostarse.
—¿Qué estás haciendo? –le preguntó Nicholas.
Ella bajó el cierre de sus pantalones.
—Luego de todos estos siglos, pensé que serías capaz de reconocer a una mujer seduciéndote.
Él cayó sobre sus manos. ______(T.n) descendió la mano por el largo de su pene. Ya estaba duro y goteando. Ella trazó su punta, permitiendo que la humedad cubriera sus dedos.
Nicholas no podía respirar mientras la observaba. Acunó el rostro de ______(T.n) entre sus manos mientras ella se inclinaba para provocarlo con su dulce boca.
Con la respiración entrecortada, vio mientras ella lamía todo el camino hasta la punta mientras su mano acunaba suavemente sus testículos. Era tan agradable hacer el amor con alguien que lo conocía. Alguien que recordaba cómo le gustaba que lo tocaran y lo acariciaran.
Alguien que lo recordaba.
Durante siglos, sólo extrañas lo habían tocado. Con ninguna de ellas se había sentido así. Ninguna de ellas había entibiado ese frío lugar dentro de su corazón y lo había debilitado.
Sólo ______(T.n) hacía eso.
Ella sintió que el cuerpo de Nicholas se relajaba más con cada suave lamida y cada succión que le daba.
Llegó al orgasmo con un feroz gruñido.
Una vez que estuvo completamente vacío y saciado, se quedó recostado en la cama, jadeando, con los ojos cerrados mientras ella se sentaba a horcajadas encima de él y se recostaba sobre su pecho. Los brazos de Nicholas la encerraron mientras ella escuchaba su corazón latiendo fuertemente.
—Gracias –le dijo suavemente, acariciando su pelo.
—De nada. ¿Te sientes mejor?
—No.
—Bueno, lo intenté.
Él le rió en un tono agridulce.
—No eres tú, amor. Realmente no es tu culpa.
De repente, Erik despertó llorando. Nicholas se ajustó el pantalón mientras ______(T.n) alzaba al bebé y lo consolaba.
Nicholas vio que ella se levantaba la remera para amamantar a su bebé. Observó lleno de admiración la imagen, que tocó cada salvaje parte masculina de él. Estos eran su esposa y su hijo.
Se sentía primitivo cerca de ellos. Protector. Mataría a cualquiera que se atreviese a amenazarlos.
Se sentó en la cama y abrazó a ______(T.n) mientras ella alimentaba a su hijo.
—Esta mañana comenzamos a congelar mi leche de pecho –dijo ______(T.n) tranquilamente.
—¿Por qué?
—Para Erik. La Dra. Lakis dijo que sería probable que él necesite mi leche hasta los seis meses. Los Apolitas han desarrollado un modo de preservarla, ya que tantas de sus mujeres mueren antes de que sus hijos se hayan destetado.
—No lo hagas –susurró contra su sien, incapaz de soportar la idea de su muerte—. Yo… he estado pensando acerca de esto. Mucho.
—¿Y?
—Quiero que te conviertas en Daimon.
______(T.n) se reclinó para mirarlo, conmocionada.
—¿Nicholas? ¿Hablas en serio?
—Sí. Tiene sentido. De ese modo…
—No puedo hacer eso –dijo ella, interrumpiéndolo.
—Claro que puedes. Todo lo que tienes que hacer es…
—Matar a gente inocente. –Ella parecía horrorizada—. No puedo.
—Phoebe no mata a nadie.
—Pero ella se alimenta de alguien que sí lo hace, y ella tiene que chupar su sangre. Sin ánimos de ofender, ¡puaj! Sin mencionar el pequeño detalle de que ya no estoy equipada para chupar la sangre de nadie, y a la última persona que quiero morder es a Urian. Y ya que estamos con este tema, no olvidemos que tú y tus compañeros estarán detrás mío si alguna vez pongo un pie fuera de Elysia para cazar a alguien.
—No, no lo harán –dijo él, enfáticamente—. No se los permitiré. Puedo mantenerte a salvo, ______(T.n). Lo juro. Puedes quedarte en el sótano conmigo. Nadie tiene que saberlo.
Los rasgos de ______(T.n) se suavizaron. Puso su suave y cálida mano sobre la mejilla de Nicholas.
—Yo lo sabría, Nicholas. Erik lo sabría. Chris…
—Por favor, ______(T.n) –le rogó, pensando en la Dra. Lakis y cómo se veía. Cómo había envejecido. El sufrimiento en su rostro—. No quiero que mueras. Especialmente no como…
—Yo tampoco –dijo, interrumpiéndolo—. Puedes creerme.
—Entonces lucha por mí. Lucha por Erik.
Ella dio un respingo.
—Eso no es para nada justo. No deseo morir más de lo que tú deseas que muera, pero lo que me estás pidiendo es imposible. Va contra todo lo que has combatido y contra todo lo que crees. Me odiarías.
—Jamás podría odiarte.
Ella sacudió la cabeza, incrédula.
—Las cortes de divorcio están llenas de maridos que pensaban eso cuando se casaron con sus esposas. ¿Cómo te sentirías de aquí a un año, luego de que haya tomado varias vidas inocentes?
Nicholas no quería pensar en eso. Sólo quería pensar en ellos. Por una vez en la eternidad quería ser egoísta. Al diablo con el mundo. Durante mil doscientos años había defendido a los humanos.
Todo lo que pedía era un año de felicidad. ¿Era tanto, luego de todo lo que había hecho por la humanidad?
—¿Al menos lo pensarías, por mí? –le pidió tranquilamente, aunque sabía que ella tenía razón.
“Ten cuidado con lo que deseas, porque podrías obtenerlo.” Las palabras de Talon lo perseguían.
—Está bien –susurró ______(T.n), pero aunque dijo esas palabras, sabía lo que debía hacer.
Ambos saltaron cuando el teléfono sonó.
Pensando que era Ash, ya que no registraba la identidad de quien llamaba ni el número, Nicholas lo extrajo de su cinto y atendió.
—Hola, Vikingo.
Su sangre se heló ante el sonido del grueso acento griego que recordaba demasiado bien.
—¿Stryker?
—Sí. Muy bien. Estoy orgulloso de ti.
—¿Cómo conseguiste mi número?
Si Urian los había traicionado, que dios lo ayudara, porque Nicholas arrancaría su corazón de Daimon y se lo haría comer.
—Ah, esa es una interesante pregunta, ¿verdad? Te daré crédito. Me has llevado a una alegre persecución por toda la ciudad. Pero tengo mis fuentes. Afortunadamente, una de ellas vive justo aquí.
—¿Quién? –exigió Nicholas.
Stryker se burló.
—La anticipación debe estar matándote, ¿no? ¿A quién tengo? ¿Qué quiero? ¿Mataré a esta persona que tengo conmigo? –Se detuvo para hacer un sonido de deleite—. Bueno, tendré piedad de ti. Creo que eres lo suficientemente inteligente como para saber lo que estoy buscando.
—No te daré a ______(T.n). No me importa a quién tengas.
—Oh, ya no quiero a ______(T.n), Vikingo. Usa la cabeza. De cualquier modo ella estará muerta en algunas semanas. Lo que quiero es a tu hijo, y lo quiero ahora.
—¡Vete al demonio!
El Daimon se burló de él nuevamente.
—¿Esa es tu respuesta final? ¿Ni siquiera deseas saber de quién es el alma que voy a devorar?
No cuando la comparaba a su hijo o a ______(T.n). Realmente no importaba. Nadie en el mundo era más importante para Nicholas. Pero tenía que saberlo.
—¿A quién tienes?
El teléfono quedó en silencio varios segundos, mientras Nicholas aguantaba la respiración. No podía tener a ______(T.n), ni a Erik, ni a Chris. ¿Quién quedaba?
La respuesta heló su sangre.
—¿Nicholas?
Era el padre de ______(T.n).
Las siguientes semanas pasaron en una nebulosa mientras ______(T.n) terminaba la caja de recuerdos del bebé. Por primera vez en su vida, se sentía verdaderamente a salvo en algún lugar.
Era una sensación gloriosa.
Chris y Kyra, la supuesta “nena Apolita” que Chris había encontrado, pasaba mucho tiempo en el apartamento. Kyra era una mujer agradable que con frecuencia simulaba no recordar a Nicholas sólo para hacerlo enojar.
La alta y delgada Apolita lo miraba inocentemente y preguntaba: “¿Te conozco?”
Irritaba a Nicholas pero entretenía a todos los demás.
Mientras el embarazo progresaba, ______(T.n) se dio cuenta de otra razón por la cual los Daimons no podían tener hijos. Necesitaba cada vez más sangre. Sus transfusiones quincenales se convirtieron en diarias, y en las últimas semanas había necesitado dos o tres por día.
El incremento la preocupaba. ¿Significaba que el bebé sería más Apolita que humano?
La Dra. Lakis le había dicho que en realidad no tenía nada que ver con la biología del bebé, y que debería relajarse. Pero era difícil.
______(T.n) había estado bastante deprimida y demasiado cansada para moverse toda la noche. Había ido a la cama temprano, incluso antes del amanecer, deseando descansar y estar cómodo algunos minutos.
Nicholas entró y la despertó lo suficiente como para preguntarle cómo se sentía.
—Estoy durmiendo –le dijo bruscamente—. Déjame en paz.
Él había levantado las manos en señal de rendición, había reído bondadosamente y luego se había acurrucado contra ella. ______(T.n) tenía que admitir que le encantaba la sensación de tenerlo allí. La sensación de la mano de Nicholas sobre su estómago.
Siempre parecía que el bebé sabía cuándo era la mano de Nicholas la que estaba sobre él. Inmediatamente se volvía más activo, como si quisiera decir: “Hola, papi, no puedo esperar para conocerte.”
También reaccionaba ante la voz de su padre.
Cerrando los ojos, ______(T.n) intentó dormirse otra vez, pero no era sencillo, ya que el pequeño Pie Grande comenzó a bailar fandango y decidió darle rodillazos en las costillas un par de veces.
Se quedó allí recostada durante más o menos una hora, hasta que el dolor en su espalda baja disminuyó. A los veinte minutos se dio cuenta de que sus contracciones se habían estabilizado y eran continuas.
Nicholas estaba durmiendo pacíficamente cuando ______(T.n) lo despertó.
—El bebé está llegando —jadeó.
—¿Estás segura? –Con una sola mirada a su rostro exasperado supo la respuesta a esa estúpida pregunta—. Está bien –dijo, intentando despertarse y aclarar la bruma de su cabeza—. Quédate aquí y convocaré a las tropas.
Salió corriendo de la habitación para despertar a Kat y enviar a Chris en busca de la doctora, luego regresó rápidamente al dormitorio para estar con ______(T.n), quien se había levantado y estaba caminando.
—¿Qué estás haciendo?
—Estoy paseando para aliviar el dolor.
—Sí, pero…
—Está bien, querido –dijo Kat atravesando la puerta—. El bebé no caerá de cabeza.
Nicholas no estaba seguro acerca de eso, pero había aprendido que no debía discutir con ______(T.n) embarazada. Estaba bastante tensa y emotiva, y podía despellejar con sus palabras cuando quería.
Era mejor darle lo que quería.
—¿Qué puedo traerte? –preguntó Nicholas.
______(T.n) estaba resoplando.
—¿Qué tal a alguien que tenga a este niño por mí?
Él rió. Al menos hasta que ella lo miró como para asesinarlo.
Calmándose, se aclaró la garganta.
—Ojalá pudiera.
Para el momento en que la doctora llegó, Nicholas estaba parado junto a ella, sosteniendo su vientre y ayudándola a respirar durante las contracciones. Podía sentir cada contracción apretando contra sus palmas, y sabía exactamente cuándo iba a maldecir por el dolor que le causaba.
Nicholas odiaba que ______(T.n) tuviera que pasar por esto. Ya estaba transpirada por el esfuerzo, y apenas había comenzado con la labor de traer a su hijo al mundo.
Las horas pasaron lentamente mientras trabajaban juntos, y ______(T.n) gritaba todo tipo de obscenidades a Nicholas, a todos los hombres en general, y a los dioses en particular.
Nicholas sostenía su mano y limpiaba su frente mientras la doctora les decía qué hacer.
Eran recién pasadas las cinco de la tarde cuando su hijo finalmente nació.
Nicholas observó al diminuto niño que estaba en manos de la doctora mientras el bebé berreaba con un par de pulmones que tenían que pertenecer a un niño sano.
—Realmente está aquí –sollozó ______(T.n) mientras se aferraba a la mano de Nicholas y miraba al bebé que había dado a luz.
—Está aquí –rió Nicholas, besando su húmeda sien—. Y es hermoso.
La doctora lo limpió y lo examinó, luego se lo dio a su madre.
______(T.n) no podría respirar mientras sostenía a su hijo por primera vez. Sus diminutos puños estaban apretados mientras sus gritos dejaban saber a todos que estaba aquí. Su rostro estaba arrugado como el de un anciano, pero aún así era hermoso para ______(T.n).
—Mira su cabello –dijo, peinando la densa masa de cabello negro—. Se parece a su padre.
Nicholas sonrió mientras el bebé envolvía su pequeña mano alrededor del índice de su padre.
—Tiene tus pulmones.
—¡Oh, por favor! –dijo ella indignada.
—Confía en mí —le dijo Nicholas, encontrándose con su mirada—. Cada Apolita ahora sabe que mis padres no estaban casados cuando nací, y que si sobrevives a esta noche, planeas convertirme en eunuco.
Ella se rió y lo besó mientras sostenía a su hijo.
—A propósito, si hablabas en serio acerca de eso, ______(T.n) –dijo la doctora, con los ojos bajos—. Tengo un bisturí que puedo prestarte.
______(T.n) rió otra vez.
—No me tientes.
Nicholas tomó al bebé y lo sostuvo cuidadosamente con sus grandes manos. Su hijo. La alegría y el miedo dentro suyo eran debilitantes. Nunca había sentido algo así.
El bebé era tan increíblemente pequeño. Un milagro de la vida. ¿Cómo podría algo tan diminuto sobrevivir? Nicholas sabía que mataría o dañaría seriamente a cualquiera que amenazara a su hijo alguna vez.
—¿Cómo vas a llamarlo? –le preguntó Nicholas a ______(T.n).
Todas estas semanas se había mantenido fuera de esa decisión a propósito. Quería que su madre le pusiera el nombre.
Sería su legado perdurable para su hijo, quien jamás la conocería realmente.
—¿Qué te parece Erik Jefferson Tryggvason?
Nicholas parpadeó, incrédulo.
—¿Estás segura? –Ella asintió mientras él tocaba suavemente la mejilla del bebé—. Hola, pequeño Erik –susurró Nicholas. Su corazón se encogió mientras lo llamaba por el nombre de su hermano—. Bienvenido a casa.
—El bebé probablemente quiera alimentarse ahora –dijo la Dra. Lakis mientras terminaba de limpiar todo—. Podría devolvérselo a su madre un momento. —Nicholas hizo lo que le sugerían—. ¿Necesitarás una nodriza? –le preguntó la Dra. Lakis a ______(T.n)—. Los bebés Apolitas generalmente no toman mamaderas ni mezclas nutritivas, especialmente cuando tienen una herencia mixta. No hay una mezcla realmente adecuada que podamos probar, ya que no sabemos cuánto hay de Apolita o de humano en él.
—Creo que la nodriza será una buena idea –dijo ______(T.n)—. No quiero echar a perder esto e impedir su crecimiento, o convertirlo en un mutante o algo así.
La doctora tenía una extraña expresión en el rostro, que básicamente decía: “pensé que tu hijo era un mutante.”
Sabiamente, se quedó callada.
Nicholas acompañó a la doctora afuera.
—Gracias –le dijo mientras pasaban al living, donde Chris y Kat estaban sentados esperando.
—¡Já! –Dijo Kat en cuanto vio a Nicholas—. Te dije que llegaría sano y salvo.
—Demonios –murmuró Chris antes de entregarle un billete de veinte—. Me dijeron que habías sido castrado después de todo.
Ambos fueron rápidamente hacia el dormitorio para ver al bebé, mientras Nicholas hablaba con la doctora.
Ella le sonrió con tristeza.
—Supongo que es, de algún modo, apropiado.
—¿Qué cosa?
—Que el último bebé al que ayudé a llegar al mundo sea el destinado a mantenerlo a salvo.
Nicholas frunció el ceño.
—¿Qué quiere decir con “el último bebé”?
La Dra. Lakis suspiró como si el peso del Armagedon estuviese sobre sus hombros.
—El jueves es mi cumpleaños.
Nicholas se quedó helado ante sus palabras, y lo que ellas significaban.
—¿El vigésimo séptimo?
Ella asintió.
—La Dra. Cassus se ocupará de vigilar la salud de ambos. Será quien le dé a ______(T.n) su examen físico mensual y se asegure que todo prosigue como debería.
La Dra. Lakis se encaminó hacia la puerta.
—Doctora, espere. –Ella giró hacia él—. Lo…
—No diga que lo lamenta. Soy sólo otra Apolita para usted.
—No –dijo él, sinceramente—. No lo es. Usted es la mujer que mantuvo a mi esposa a salvo y que ayudó a mi hijo a nacer. Jamás olvidaré eso.
Ella le ofreció una sonrisa trémula.
—Le deseo suerte con su hijo. Espero que crezca para ser un hombre como su padre.
Nicholas la observó partir con el corazón pesado. Había intentado con tanta fuerza mantenerse indiferente a todos aquí. Sin preocuparse y sin ver cuán humanos eran sus enemigos. Pero era imposible. Tan imposible como era mantenerse apartado de ______(T.n).
Contra su voluntad y su sentido común, todos ellos habían invadido su corazón.
¿Cómo podría volver a su papel de Cazador Oscuro luego de esto?
¿Cómo podría matar a otro Daimon cuando los comprendía tan bien? ¿Cómo?
Para el momento en que Nicholas regresó junto a ella, ______(T.n) estaba exhausta. Kat y la nodriza habían tomado al bebé para cuidarlo y que ella pudiese descansar. Por supuesto, tendrían que despertarla cuando fuera tiempo de su próxima comida, pero por un ratito, ______(T.n) podría descansar cómodamente.
—Cierra los ojos –dijo Nicholas.
______(T.n) hizo lo que le pedía sin discutir, y sintió que él ponía algo alrededor de su cuello. Abriendo los ojos, vio un anticuado e intrincado collar. El diseño era evidentemente nórdico. Tenía cuatro piezas cuadradas de ámbar montadas de costado, en forma de diamante. En el centro había una pieza circular con otra piedra ámbar incrustada, y cayendo de la misma había un diminuto barco Vikingo, cuya vela estaba hecha de más ámbar.
—Es hermoso.
—Erik y yo compramos dos de ellos a un comerciante danés en Bizancio. Nos recordaba a nuestro hogar. Él le dio el suyo a su esposa y yo iba a darle el mío a mi hermana, Brynhild.
—¿Por qué no se lo diste?
—No quería aceptarlo. Estaba demasiado enojada conmigo por no haber estado allí cuando nuestro padre había muerto, enojada porque hacía incursiones. Dijo que jamás quería volver a verme, así que me fui y he tenido el collar conmigo desde entonces. Lo saqué de mi caja fuerte cuando fui con Kat a buscar mi espada.
Su tristeza la alcanzó. En los últimos meses, había aprendido cuánto habían significado sus hermanos para él.
—Lo siento, Nicholas.
—No lo hagas. Me agrada verlo en ti. Es como si tuviese que estar allí. –Le pasó la mano por el cabello—. ¿Quieres que vaya a dormir al sofá?
—¿Por qué querría eso?
—Más temprano dijiste que jamás dejarías que me aproximara a tu cama.
Ella rió suavemente.
—Ni siquiera recuerdo la mitad de lo que dije.
—Está bien. Creo que Chris estaba grabándolo en la otra habitación, para la posteridad.
Ella se cubrió el rostro con las manos.
—Espero que estés bromeando.
—No, en realidad no.
______(T.n) pasó su mano por el sedoso cabello de Nicholas, y dejó que los mechones se deslizaran entre sus dedos.
—Bueno, ahora que terminó todo, soy mucho más tolerante contigo. Así que, ven y acurrúcate. Creo que podría venirme bien.
Nicholas la obedeció rápidamente.
______(T.n) exhaló larga y cansadamente, y luego se quedó dormida.
Nicholas la observó mientras permitía que la cálida suavidad de su cuerpo se filtrara en su corazón. Tomó la mano de ______(T.n) y estudió su delicada forma.
—No me dejes, ______(T.n) –susurró—. No quiero criar a nuestro hijo sin ti.
Pero desear que ella se quedara era tan productivo como desear recuperar su alma.
La mañana del jueves Nicholas no podía dormir. ______(T.n) y Erik estaban felizmente inconscientes. Pero sus pensamientos no se asentaban lo suficiente como para dejarlo descansar.
Levantándose, se vistió y abandonó el apartamento. Como pocos Apolitas se habían levantado de la cama, no tuvo que soportar muchos gestos de desprecio y miradas furibundas.
Sabía que no tenía nada que hacer en el sitio al que se dirigía, pero no podía evitarlo.
Tenía que decirle adiós a la Dra. Lakis. Extrañamente, ella se había convertido en otro miembro de su pequeña tropa en las semanas que había mantenido vigilia sobre la salud de ______(T.n) y Erik.
Su apartamento no quedaba lejos del de Phoebe.
Inseguro de cómo lo recibirían, golpeó a la puerta.
Un chico de aproximadamente doce años respondió.
—¿Tú eres Ty? –le preguntó, recordando a la Dra. Lakis hablando de su hijo mayor.
—Mi mamá no va a convertirse en Daimon. Puede dejarla en paz.
Nicholas retrocedió ante sus furiosas palabras.
—Sé que no lo hará. Sólo quería verla un minuto.
—Tía Millicent –gritó el chico sin permitirle entrar—. El Cazador Oscuro quiere ver a mamá.
Una hermosa mujer de la edad de Chris se acercó a la puerta.
—¿Qué desea?
—Quiero ver a la Dra. Lakis.
—¡Va a matarla! –dijo el chico, detrás de ella.
La mujer lo ignoró. Entrecerrando los ojos, dio un paso atrás y dejó entrar a Nicholas.
Nicholas respiró hondo, aliviado, mientras lo conducía a una habitación a su izquierda. La puerta se abrió y le mostró un dormitorio con cinco pequeños y otra mujer de la edad de Millicent. La Dra. Lakis estaba recostada en la cama, pero él apenas la reconoció. En lugar de la joven y vibrante mujer que había traído a su bebé al mundo, ya se veía como si tuviese cincuenta años.
Millicent hizo salir a los niños y a la otra mujer.
—Tiene sólo cinco minutos, Cazador Oscuro. Queremos estar con ella tanto como podamos.
Él asintió, y una vez que estuvo a solas con ella, se arrodilló junto a la cama.
—¿Por qué está aquí, Nicholas? –preguntó la Dra. Lakis.
Era la primera vez que usaba su nombre.
—No estoy seguro. Sólo quería agradecerle otra vez.
Ella parpadeó sus ojos llenos de lágrimas y pareció envejecer diez años más.
—Esta no es la peor parte –susurró—. Esa viene después, cuando nuestros cuerpos se despedazan mientras estamos vivos. Si tenemos suerte, nuestros órganos fallan rápidamente y morimos. De otro modo dura horas, y es muy doloroso.
Esas palabras lo desgarraron por dentro mientras pensaba en ______(T.n) pasando por eso. Sufriendo mucho más dolor del que había pasado cuando Erik había nacido.
—Lo siento tanto.
La Dra. Lakis no sintió pena por él.
—Sólo respóndame una pregunta.
—Lo que sea.
Su mirada lo taladró con su calor fundido.
—¿Comprende?
Él asintió. Sí, sabía por lo que pasaban, y entendía porqué los Daimons se convertían. ¿Quién podría culparlos?
La Dra. Lakis se estiró y tocó la mano de Nicholas con la suya.
—Espero que su hijo se salve de esto. Realmente, realmente lo deseo. Por el bien de ambos. Nadie debería morir así. Nadie.
Nicholas miró fijamente la mano que ahora tenía arrugas y manchas. Una mano que había sido tan suave como la suya unas pocas horas atrás.
—¿Hay algo que pueda hacer por usted? –le preguntó.
—Cuide a su familia y no permita que ______(T.n) muera sola. No hay nada peor que pasar esto solo.
Su familia regresó a la habitación.
Nicholas se levantó y los dejó con la persona que amaban. Cuando iba hacia la puerta, la Dra. Lakis lo detuvo.
—En caso de que desee saberlo, Nicholas, mi nombre es Maia.
—Buen viaje, Maia –le dijo, con la voz profunda por las emociones reprimidas—. Espero que sus dioses sean mucho más piadosos en la próxima vida.
Lo último que Nicholas vio fue a su hijo cayendo en sus brazos y llorando.
Nicholas abandonó el apartamento y fue hacia el suyo. Para el momento en que llegó, su furia ardía. Entró a la habitación y vio a ______(T.n) durmiendo con Erik a su lado.
Se veían tan hermosos. Ella era una joven mujer que debería tener el resto de su vida por delante. Tenía un bebé que necesitaba conocer a su madre.
Más que nada, Nicholas la necesitaba.
No podía terminar de este modo. No podía.
Él no iba a permitirlo.
Tomando su teléfono celular, regresó al living y llamó a Acheron.
Para su sorpresa, Ash respondió al primer repique.
—¿Regresaste? –preguntó Nicholas.
—Aparentemente.
Él ignoró el habitual sarcasmo de Ash y fue directo al asunto.
—¿Tienes alguna idea de lo que ha sucedido mientras no estabas?
—Lo sé, Nicholas –dijo Ash en un tono compasivo—. Felicitaciones por tu matrimonio y por Erik.
Nicholas se atragantó ante la mención de su hijo. No se molestó en preguntarle a Ash cómo se había enterado de los dos eventos. Ash no le respondería, y todos sabían que el hombre era anormal.
—¿Hay algo…?
Nicholas ni siquiera podía resignarse a preguntar si tenían o no alguna esperanza de un futuro juntos.
—No estás preparado para la respuesta.
Su furia explotó.
—Maldito seas, Ash. ¿Qué quieres decir con que no estoy preparado?
—Escúchame, Nicholas –dijo en el tono paciente de un padre tratando con un hijo molesto—. Escucha con atención. A veces, para tener lo que más deseamos, debemos abandonar todo lo que creemos. Aún no estás listo para hacer eso.
Nicholas apretó con más fuerza el teléfono.
—Ni siquiera sé de lo que estás hablando. ¿Por qué nunca puedes responder a una simple pregunta?
—Hazme una pregunta sencilla y obtendrás una respuesta sencilla. Lo que me preguntas es extremadamente complicado. Has hecho lo que Artemisa quería que hicieras. Has salvado a tu linaje y al de su hermano.
—¿Entonces por qué no pareces alegrarte por eso?
—No me gusta ver que usen o jueguen con nadie. Sé que ahora mismo estás sufriendo. Sé que estás furioso. Lo comprendo. Tienes todo el derecho a sentir cada emoción que está agitándose dentro tuyo. Pero esto no ha terminado. Cuando estés preparado, responderé a tu pregunta.
El bastardo le colgó.
Nicholas se quedó allí parado, sintiéndose aún más traicionado. Quería la sangre de Ash, pero más que nada quería la sangre de Artemisa y la de Apolo. Cómo se atrevían a joderlo así, como si no fuera nada.
La puerta de su dormitorio se abrió, para mostrarle a ______(T.n) allí parada, con la frente arrugada por la preocupación.
—Hola –dijo ella; se veía muy cansada.
—Deberías estar en la cama.
—También tú. Me preocupé cuando desperté y no estabas. ¿Todo está bien?
Por alguna razón, todo siempre estaba bien cuando ella estaba cerca. Era lo que hacía que fuese tan difícil estar con ella ahora.
Nicholas intentó imaginar cómo sería sostener su mano mientras ella envejecía frente a él.
Cómo sería cuando la viese desintegrarse como polvo…
El dolor lo atormentó tan violentamente que hizo todo lo que pudo para no demostrarlo. Para no gritar con toda su furia hasta hacer temblar los propios pasillos del Olimpo.
La deseaba entonces, deseaba tanto estar dentro de ella que apenas podía pensar.
Pero era demasiado pronto. Aún estaba dolorida por dar a luz a su hijo. Y sin importar cuánto deseara el consuelo físico de su cuerpo, jamás sería tan egoísta.
______(T.n) no esperaba que Nicholas la levantara y la acorralara contra la pared detrás suyo. Sus labios cubrieron los de ella mientras la besaba como si nunca fuese a tener otra oportunidad de hacerlo.
Sin aliento, ella respiró el aroma de su antiguo guerrero. Permitió que la sensación de sus brazos sosteniéndola la llevaran lejos de la realidad de lo que era inevitable.
______(T.n) sabía que la necesitaba. Él no lo admitiría. También sabía eso. Nicholas era demasiado fuerte como para admitir alguna vez que tenía una debilidad. Como para decir que tenía miedo, pero, ¿cómo podía no estar asustado?
Ninguno de ellos sabía si su hijo era humano o Apolita. La prueba preliminar no había sido concluyente. Y pasarían tres meses más antes de que pudiesen analizar a Erik nuevamente, para ver qué ADN era dominante en él.
Cualquiera que fuese el resultado, Nicholas estaría solo para ocuparse de las necesidades de Erik.
La soltó.
______(T.n) tomó su mano y lo llevó de regreso al dormitorio. Lo hizo sentar sobre la cama, y luego lo forzó a recostarse.
—¿Qué estás haciendo? –le preguntó Nicholas.
Ella bajó el cierre de sus pantalones.
—Luego de todos estos siglos, pensé que serías capaz de reconocer a una mujer seduciéndote.
Él cayó sobre sus manos. ______(T.n) descendió la mano por el largo de su pene. Ya estaba duro y goteando. Ella trazó su punta, permitiendo que la humedad cubriera sus dedos.
Nicholas no podía respirar mientras la observaba. Acunó el rostro de ______(T.n) entre sus manos mientras ella se inclinaba para provocarlo con su dulce boca.
Con la respiración entrecortada, vio mientras ella lamía todo el camino hasta la punta mientras su mano acunaba suavemente sus testículos. Era tan agradable hacer el amor con alguien que lo conocía. Alguien que recordaba cómo le gustaba que lo tocaran y lo acariciaran.
Alguien que lo recordaba.
Durante siglos, sólo extrañas lo habían tocado. Con ninguna de ellas se había sentido así. Ninguna de ellas había entibiado ese frío lugar dentro de su corazón y lo había debilitado.
Sólo ______(T.n) hacía eso.
Ella sintió que el cuerpo de Nicholas se relajaba más con cada suave lamida y cada succión que le daba.
Llegó al orgasmo con un feroz gruñido.
Una vez que estuvo completamente vacío y saciado, se quedó recostado en la cama, jadeando, con los ojos cerrados mientras ella se sentaba a horcajadas encima de él y se recostaba sobre su pecho. Los brazos de Nicholas la encerraron mientras ella escuchaba su corazón latiendo fuertemente.
—Gracias –le dijo suavemente, acariciando su pelo.
—De nada. ¿Te sientes mejor?
—No.
—Bueno, lo intenté.
Él le rió en un tono agridulce.
—No eres tú, amor. Realmente no es tu culpa.
De repente, Erik despertó llorando. Nicholas se ajustó el pantalón mientras ______(T.n) alzaba al bebé y lo consolaba.
Nicholas vio que ella se levantaba la remera para amamantar a su bebé. Observó lleno de admiración la imagen, que tocó cada salvaje parte masculina de él. Estos eran su esposa y su hijo.
Se sentía primitivo cerca de ellos. Protector. Mataría a cualquiera que se atreviese a amenazarlos.
Se sentó en la cama y abrazó a ______(T.n) mientras ella alimentaba a su hijo.
—Esta mañana comenzamos a congelar mi leche de pecho –dijo ______(T.n) tranquilamente.
—¿Por qué?
—Para Erik. La Dra. Lakis dijo que sería probable que él necesite mi leche hasta los seis meses. Los Apolitas han desarrollado un modo de preservarla, ya que tantas de sus mujeres mueren antes de que sus hijos se hayan destetado.
—No lo hagas –susurró contra su sien, incapaz de soportar la idea de su muerte—. Yo… he estado pensando acerca de esto. Mucho.
—¿Y?
—Quiero que te conviertas en Daimon.
______(T.n) se reclinó para mirarlo, conmocionada.
—¿Nicholas? ¿Hablas en serio?
—Sí. Tiene sentido. De ese modo…
—No puedo hacer eso –dijo ella, interrumpiéndolo.
—Claro que puedes. Todo lo que tienes que hacer es…
—Matar a gente inocente. –Ella parecía horrorizada—. No puedo.
—Phoebe no mata a nadie.
—Pero ella se alimenta de alguien que sí lo hace, y ella tiene que chupar su sangre. Sin ánimos de ofender, ¡puaj! Sin mencionar el pequeño detalle de que ya no estoy equipada para chupar la sangre de nadie, y a la última persona que quiero morder es a Urian. Y ya que estamos con este tema, no olvidemos que tú y tus compañeros estarán detrás mío si alguna vez pongo un pie fuera de Elysia para cazar a alguien.
—No, no lo harán –dijo él, enfáticamente—. No se los permitiré. Puedo mantenerte a salvo, ______(T.n). Lo juro. Puedes quedarte en el sótano conmigo. Nadie tiene que saberlo.
Los rasgos de ______(T.n) se suavizaron. Puso su suave y cálida mano sobre la mejilla de Nicholas.
—Yo lo sabría, Nicholas. Erik lo sabría. Chris…
—Por favor, ______(T.n) –le rogó, pensando en la Dra. Lakis y cómo se veía. Cómo había envejecido. El sufrimiento en su rostro—. No quiero que mueras. Especialmente no como…
—Yo tampoco –dijo, interrumpiéndolo—. Puedes creerme.
—Entonces lucha por mí. Lucha por Erik.
Ella dio un respingo.
—Eso no es para nada justo. No deseo morir más de lo que tú deseas que muera, pero lo que me estás pidiendo es imposible. Va contra todo lo que has combatido y contra todo lo que crees. Me odiarías.
—Jamás podría odiarte.
Ella sacudió la cabeza, incrédula.
—Las cortes de divorcio están llenas de maridos que pensaban eso cuando se casaron con sus esposas. ¿Cómo te sentirías de aquí a un año, luego de que haya tomado varias vidas inocentes?
Nicholas no quería pensar en eso. Sólo quería pensar en ellos. Por una vez en la eternidad quería ser egoísta. Al diablo con el mundo. Durante mil doscientos años había defendido a los humanos.
Todo lo que pedía era un año de felicidad. ¿Era tanto, luego de todo lo que había hecho por la humanidad?
—¿Al menos lo pensarías, por mí? –le pidió tranquilamente, aunque sabía que ella tenía razón.
“Ten cuidado con lo que deseas, porque podrías obtenerlo.” Las palabras de Talon lo perseguían.
—Está bien –susurró ______(T.n), pero aunque dijo esas palabras, sabía lo que debía hacer.
Ambos saltaron cuando el teléfono sonó.
Pensando que era Ash, ya que no registraba la identidad de quien llamaba ni el número, Nicholas lo extrajo de su cinto y atendió.
—Hola, Vikingo.
Su sangre se heló ante el sonido del grueso acento griego que recordaba demasiado bien.
—¿Stryker?
—Sí. Muy bien. Estoy orgulloso de ti.
—¿Cómo conseguiste mi número?
Si Urian los había traicionado, que dios lo ayudara, porque Nicholas arrancaría su corazón de Daimon y se lo haría comer.
—Ah, esa es una interesante pregunta, ¿verdad? Te daré crédito. Me has llevado a una alegre persecución por toda la ciudad. Pero tengo mis fuentes. Afortunadamente, una de ellas vive justo aquí.
—¿Quién? –exigió Nicholas.
Stryker se burló.
—La anticipación debe estar matándote, ¿no? ¿A quién tengo? ¿Qué quiero? ¿Mataré a esta persona que tengo conmigo? –Se detuvo para hacer un sonido de deleite—. Bueno, tendré piedad de ti. Creo que eres lo suficientemente inteligente como para saber lo que estoy buscando.
—No te daré a ______(T.n). No me importa a quién tengas.
—Oh, ya no quiero a ______(T.n), Vikingo. Usa la cabeza. De cualquier modo ella estará muerta en algunas semanas. Lo que quiero es a tu hijo, y lo quiero ahora.
—¡Vete al demonio!
El Daimon se burló de él nuevamente.
—¿Esa es tu respuesta final? ¿Ni siquiera deseas saber de quién es el alma que voy a devorar?
No cuando la comparaba a su hijo o a ______(T.n). Realmente no importaba. Nadie en el mundo era más importante para Nicholas. Pero tenía que saberlo.
—¿A quién tienes?
El teléfono quedó en silencio varios segundos, mientras Nicholas aguantaba la respiración. No podía tener a ______(T.n), ni a Erik, ni a Chris. ¿Quién quedaba?
La respuesta heló su sangre.
—¿Nicholas?
Era el padre de ______(T.n).
Belieber&Smiler♥
Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
MALDITOOOO! dios lo odioo! justo agarro a mi padre noooooooooooooooooooooo!
jajaja siguela esta super me matooo! aii q tiernbo nick! queria q me convierta en daimons asi nunca lo dejoooo aww me lo como ! jksjajaja
bueno me encantooooo
esto a si ya registrado por...
Pauly .V Depetris de Jonas Miller
jajaja siguela esta super me matooo! aii q tiernbo nick! queria q me convierta en daimons asi nunca lo dejoooo aww me lo como ! jksjajaja
bueno me encantooooo
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Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
aaaaaaaaaa maldito estryker ¬¬
nickk es una amorrr (l)
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Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
grax x seguir posteando! bue sigue asiiiiiiiiiiii
me encantooo me derrito todo el tiempooo LA AMOOOOOOOOOOOOO!
bueno me voy con mi Casador Oscuroooo! jajajaja nos vemossss
este COMENTARIO ( resaltado para mi amiga NOELIA) a sido ya registrado por...
Princesa Pauly Apollymi del Casador Oscuro Nicholas
me encantooo me derrito todo el tiempooo LA AMOOOOOOOOOOOOO!
bueno me voy con mi Casador Oscuroooo! jajajaja nos vemossss
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Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
lean mi nueva novelaaa! porfaaaa!
y comenten!
___________________NOVELAS____________________
Mi deber me lo impide : [url=https://onlywn.activoforo.com/solo-para-mayores-f8/novela-mi-deber-me-lo-impide-de-nick-t1800.htm]https://onlywn.activoforo.com/solo-para-mayores-f8/novela-mi-deber-me-lo-impide-de-nick-t1800.htm[/url]
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Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
Ok en cuanto al 1er cap q leí hoy:
OMJ! que HERMOSO! Nick se paso de hermoso al traer a mi padre a la bodaa!! Se toma demasiadas molestias por mi! Es un amoor! La boda fue perfecta..!!
Pro hubo algo que AME aun mas! Y fue esta partesita
"El amor que sentía por él la atravesó, ahogándola aún más que sus arrepentimientos.
—Te amo, Nicholas —susurró—. Más de lo que creo haber amado jamás.
Nicholas no podía respirar mientras escuchaba esas sinceras palabras. Lo cortaron como un vidrio hecho añicos.
—Yo también te amo —dijo, con la garganta apretada por la verdad.
No quería dejarla ir. Jamás."
Creo q hasidpi parte favorita de toda la nove!!!! Jajajja
Bueno en el segundo CAP q leí:
Ahhhhhhhh mi bb Nacio! Mi hermoso Erik!!
Pobre nick le grite de todo jajajaja
Me dio cosita con la doctora :( espero no convertirme en Daimon!!
Stryker?!?!?! Mi Papa?!?!?! NOooooOo...!!!
no la dejs asii... SIGUELA! Amo Sta. Novee!!
OMJ! que HERMOSO! Nick se paso de hermoso al traer a mi padre a la bodaa!! Se toma demasiadas molestias por mi! Es un amoor! La boda fue perfecta..!!
Pro hubo algo que AME aun mas! Y fue esta partesita
"El amor que sentía por él la atravesó, ahogándola aún más que sus arrepentimientos.
—Te amo, Nicholas —susurró—. Más de lo que creo haber amado jamás.
Nicholas no podía respirar mientras escuchaba esas sinceras palabras. Lo cortaron como un vidrio hecho añicos.
—Yo también te amo —dijo, con la garganta apretada por la verdad.
No quería dejarla ir. Jamás."
Creo q hasidpi parte favorita de toda la nove!!!! Jajajja
Bueno en el segundo CAP q leí:
Ahhhhhhhh mi bb Nacio! Mi hermoso Erik!!
Pobre nick le grite de todo jajajaja
Me dio cosita con la doctora :( espero no convertirme en Daimon!!
Stryker?!?!?! Mi Papa?!?!?! NOooooOo...!!!
no la dejs asii... SIGUELA! Amo Sta. Novee!!
Dayi_JonasLove!*
Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
CAPITULO 16
Nicholas colgó, con los pensamientos revueltos. Miró a ____(T.n), que había empalidecido.
—¿Qué dijo?
Una parte de él quería mentirle, pero no podía. Su relación estaba más allá de eso. Jamás le había ocultado nada. No iba a comenzar a hacerlo ahora. Ella tenía derecho a saber lo que estaba pasando.
—Stryker quiere cambiar a tu padre por Erik. Si nos negamos, tu padre muere.
Lo que no le dijo era que su padre probablemente moriría, de cualquier modo, dado lo que conocía de Stryker. Estaba casi garantizado.
Pero tal vez Urian podría mantener con vida a Jefferson Peters, ya que tenía un interés personal en la salud de ese hombre.
____(T.n) se cubrió la boca con la mano. Sus ojos estaban abiertos de par en par, llenos de terror.
—¿Qué hacemos? No puedo permitir que mate a mi padre, y está malditamente claro que no puedo darle a mi bebé.
Nicholas se puso de pie y mantuvo su voz calma para no alarmar más a ____(T.n). Ella tenía que preocuparse por su salud y la de Erik. Él se ocuparía de lo demás.
—Sólo hay una cosa que sé hacer. Iré a matar a Stryker.
Ella se veía poco convencida.
—Hemos intentado eso, ¿recuerdas? No funcionó. Creo recordar que él y sus hombres hicieron muñequitos de papel contigo, los Were-Hunters, y Corbin.
—Lo sé, pero lo que tenemos los Vikingos es que sabemos cómo tomar ventaja de los ataques sorpresa, y desorientar a nuestros oponentes. Él no esperará que yo ataque.
—Claro que sí. No es estúpido y sabe con quién está tratando.
—¿Entonces qué quieres que haga? –le preguntó, frustrado—. ¿Quieres que le entregue a Erik y diga bon appétit?
—¡No!
—Entonces ofréceme otra solución.
____(T.n) intentó desesperadamente pensar en algo. Pero él tenía razón. No había otro modo.
Tal vez si pudieran contactar a Urian, pero ya hacía varios días que se había ido y nadie, ni siquiera Phoebe, había visto un pelo de él.
—¿Cuándo y dónde se supone que te encuentres con él? –le preguntó.
—Esta noche en el Inferno.
—Pensaremos en algo para entonces.
Eso esperaba Nicholas. La alternativa era completamente inaceptable para él.
—Iré a ayudar.
Tanto Nicholas como Kat miraron a Chris como si hubiese perdido la cabeza.
—¿Qué se supone que hagamos contigo, Chris? –Preguntó Nicholas—. ¿Arrojarte por encima de ellos?
Chris se erizó, ofendido.
—No soy un bebé, Nicholas. Resulta que sé cómo pelear. Demonios, he estado entrenando contigo durante años.
—Sí, pero nunca te golpeé en realidad.
Chris pareció aún más ofendido.
Kat le palmeó el brazo.
—No te preocupes, Chris. El día en que Sony PlayStation ataque al mundo y amenace con destruirlo, te llamaremos.
Chris hizo un sonido de irritación.
—¿Para qué me molesto?
Nicholas respiró hondo mientras ajustaba su espada.
—Tu trabajo es proteger a ____(T.n) y a Erik. Te necesito aquí, niño.
—Sí, sí. Siempre soy inútil.
Nicholas tomó a Chris por la nuca y lo acercó a sí.
—Tú nunca eres inútil para mí. No quiero volver a escucharte decir eso. ¿Me entiendes?
—Está bien. —Chris cedió mientras intentaba soltarse del fuerte agarre de Nicholas—. Supongo que mis habilidades para hacer bebés no están completamente difuntas con el nuevo heredero, ¿eh?
Nicholas le revolvió el cabello, luego giró hacia Kat.
—¿Estás lista?
—Supongo. ¿Te das cuenta de que simplemente escaparán de mí?
—Bien. Mantenlos en movimiento. Si están ocupados preocupándose por no lastimarte, entonces no podrán concentrarse en cortarme en pedazos.
—Buen punto.
Mientras iba hacia la puerta, ____(T.n) lo detuvo. Lo atrajo contra sí y lo abrazó con fuerza.
—Vuelve a mí, Nicholas.
—Tengo toda la intención de hacerlo. Si dios y Odín quieren.
Ella lo besó y luego lo dejó ir.
Nicholas miró por última vez a su esposa y al bebé que dormía en el suelo, completamente inconsciente de lo que estaba sucediendo esta noche. Inconsciente de que si Stryker se salía con la suya, Erik moriría y el mundo también.
Cómo deseaba poder ser así de ignorante.
Pero no podía. Tenía un trabajo que hacer y demasiado que perder si fallaba.
En el fondo de su mente se repetía una idea… ¿cómo se había enterado Stryker acerca del padre de ____(T.n)?
¿Podía haberlos traicionado Urian? ¿Lo habría hecho?
Una parte suya quería creer que era una coincidencia. La otra no podía evitar preguntarse si Urian habría cambiado de opinión sobre ayudar a Stryker después de todo. El hombre era su padre…
Nicholas y Kat abandonaron el apartamento y se encontraron con Phoebe en la entrada principal. Ella extrajo un collar y lo colocó alrededor del cuello de Nicholas.
—Esto permitirá que la puerta de Elysia se abra cuando regreses. No pude ponerme en contacto con Urian y eso me preocupa. Sólo ruego que no se hayan enterado de la ayuda que nos otorga.
—Él está bien, Phoebe –la tranquilizó Kat—. Créeme, es un gran actor. No tenía idea de que no era un completo idiota. Estoy segura de que su padre tampoco lo sabe. —Phoebe parecía irritada por sus palabras—. Era una broma, Phoebe –dijo Kat—. Alíviate.
Phoebe sacudió la cabeza.
—¿Cómo puedes estar tan impasible cuando sabes lo que está en juego?
—Porque a diferencia de ustedes, sé que sobreviviré a esta noche, de un modo u otro. A menos que la tierra sea destruida o que me corten en pedazos, no corro peligro. Sólo temo por ustedes.
—Entonces asegúrate de mantenerte cerca mío –dijo Nicholas, sólo bromeando a medias—. Necesito una armadura cubierta de teflón.
Kat lo empujó hacia la salida.
—Sí, sí. El gran defensor Vikingo escondiéndose detrás de mí. Creeré eso cuando lo vea.
Nicholas encabezó el camino fuera de la ciudad, hacia la superficie. La camioneta en la que habían llegado había sido llevada a una cueva cercana que albergaba varios vehículos, guardados en caso de que una de sus personas se convirtiera en Daimon y necesitase una conexión con el mundo humano.
Era enfermo, pero esta vez Nicholas estaba agradecido por su “preocupación” hacia los Daimons.
El deshielo de la primavera había comenzado, y el suelo no estaba tan congelado como antes.
Shanus le había entregado varias llaves para que escogiera el automóvil que pudiera sacarlos de allí más rápidamente. Nicholas eligió un Mountaineer azul marino.
Kat entró primero. Él miró hacia atrás, por el camino en que habían llegado mientras sus pensamientos regresaban a su familia.
—Todo estará bien, Nicholas.
—Sí –susurró él.
Sabía que así sería. Se iba a asegurar de eso, maldita sea.
Nicholas subió a la camioneta y condujo de regreso a la ciudad. La primera parada sería su casa. O lo que quedaba de ella. Quería estar totalmente armado para este conflicto.
Viajaron al menos durante una hora antes de llegar a su propiedad. Nicholas entró al camino que conducía a la casa y vaciló. Ya no había señales de batalla. Su garaje, sus ventanas, todo estaba intacto.
Incluso el portón de entrada estaba de pie.
—¿Stryker lo reparó? –le preguntó a Kat.
Ella se echó a reír.
—No es su estilo. Créeme. Jamás repara el daño que causa. No tengo idea de lo que sucedió aquí. ¿Quizás tu Consejo de Escuderos?
—No. Ellos ni siquiera estaban enterados de esto.
Nicholas abrió la traba del portón y luego se aproximó lentamente a la casa, esperando lo peor.
Mientras se acercaba a la puerta principal, se detuvo repentinamente.
Allí, en las sombras al lado de su casa, vio movimiento.
La bruma que provenía del lago era espesa, remolineante. Apagó las luces para que su visión no fuese dañada por ellas, y buscó la espada retráctil debajo de su asiento.
Había tres hombres muy altos, vestidos de negro, caminando hacia ellos lentamente, arrogantemente, como si tuviesen todo el tiempo del mundo. Estaban unidos en poder y fuerza, y su ansia de luchar brotaba de cada uno de sus poros.
Todos ellos eran rubios.
—Quédate aquí –le advirtió a Kat mientras se bajaba de la camioneta, preparado para la lucha.
La niebla se arremolinó alrededor de los tres hombres a medida que se aproximaban.
Probablemente de no más de un metro noventa y dos, uno de ellos vestía pantalones, un suéter y un sobretodo de lana. Una parte del abrigo estaba apartada para mostrar una antigua vaina y espada de diseño Griego. El del medio era cinco centímetros más alto. Él también vestía pantalones de lana y un suéter, junto con una larga chaqueta de cuero negra.
El tercero tenía el cabello corto, apenas más oscuro que el de los otros dos. Vestido completamente en cuero negro, tenía dos trenzas que caían desde su sien izquierda.
Y en ese instante, Nicholas lo recordó.
—¿Talon?
El motociclista sonrió ampliamente.
—Por el modo en que sostienes esa espada, me preguntaba si ibas a recordarme o no, Vikingo.
Nicholas rió mientras su viejo amigo se acercaba. No se habían visto por más de un siglo. Estrechó felizmente la mano del Celta.
Nicholas se volvió hacia el hombre el medio y también lo recordó, por el breve tiempo que había pasado en Nueva Orleáns más de cien años atrás, durante Mardi Gras.
—¿Kevin? —preguntó.
El antiguo general Griego había cambiado un poco desde la última vez que lo había visto.
En ese entonces, el cabello de Kevin estaba muy corto y usaba barba. Ahora le llegaba a los hombros y su rostro estaba perfectamente afeitado.
—Me agrada verte de nuevo –dijo Kevin, tomando su mano—. Y este es mi amigo Joseph de Macedonia.
Nicholas conocía al hombre sólo por su reputación. Joseph era quien había enseñado a Kevin todo lo que sabía sobre pelear y la batalla.
—Es un placer conocerte. Ahora, ¿qué diablos están haciendo ustedes tres aquí?
—Son tu refuerzo.
Nicholas giró para ver a Acheron Parthenopaeus uniéndose al grupo. No supo qué lo sorprendió más, su presencia o ver al niño que Ash llevaba en un porta-bebés, contra su pecho.
Nicholas estaba horrorizado.
—¿Kevin? ¿Esa es tu bebé?
—Diablos, no –dijo Kevin—. De ningún modo metería a Marissa en esto. Amanda me castraría y luego me mataría si siquiera lo considerara. –Señaló a Acheron con la cabeza—. Ese es el bebé de Ash.
Nicholas enarcó una ceja.
—Lucy –dijo en un burlón acento a lo Ricky Ricardo—, tienes algo que explicar.
Ash gruñó.
—Stryker no es estúpido. Tu idea de llevar a un bebé de plástico, aunque es admirable, jamás funcionaría. Stryker olería el plástico en un instante. –Giró el porta bebé para que enfrentara a Nicholas y así él pudiese ver al diminuto bebé de cabello negro que contenía—. Así que te doy a un bebé real.
—¿Y qué sucede si se lastima?
El bebé estornudó.
Nicholas se sobresaltó al ver el fuego que salió despedido de las fosas nasales y que casi le chamuscó la pierna.
—Discúlpame –dijo el bebé con una vocecita cantarina—. Casi hice barbacoa de Cazador Oscuro, lo que sería realmente triste porque no traigo salsa de barbacoa conmigo. –El bebé echó la cabeza hacia atrás para mirar a Ash—. Sabes que el Cazador Oscuro frito no queda bien sin aderezo. Lo que necesitas…
—Sim –dijo Ash en un tono de advertencia en voz baja, interrumpiendo al bebé.
El bebé lo miró.
—Oh, lo olvidé, akri. Perdón. Gu, ga, gu.
Nicholas se frotó la frente.
—¿Qué es eso?
—Ya te lo dijo, Simi es su bebé… demonio.
Los cinco se dieron vuelta ante la profunda y siniestra voz que tenía un pesado acento Griego. Otro hombre salió de las sombras. Era casi tan alto como Acheron, de cabello negro y vibrantes ojos azules.
Ash arqueó una ceja.
—Viniste, después de todo, Z. Me alegra que te hayas unido al equipo.
Zarek bufó.
—¿Qué demonios? No tenía nada mejor que hacer. Pensé que bien podría patear algunos traseros y tomar nombres. Y no es que en realidad me importen un comino sus nombres. Sólo lo hago por la sed de sangre.
—Así que tú eres Zarek –dijo Nicholas, observando al ex—Cazador Oscuro de mala fama que una vez había sido exiliado a Fairbanks, Alaska.
Su desagradable actitud no sólo brotaba de cada uno de sus poros, sino que era evidente por el labio que mantenía perpetuamente fruncido. Billy Idol y Elvis no era competencia para él.
—Sí –dijo Zarek, mofándose aún más—. Y estoy helándome, así que ¿podemos apresurar esta pequeña reunión así puedo matar a algunos imbéciles y regresar a la playa a la que pertenezco?
—Si odias tanto estar aquí –preguntó Talon—, ¿por qué acordaste venir?
En un sutil gesto de hacer enojar a Talon, Zarek se rascó la ceja con su dedo mayor, que estaba cubierto por una larga y afilada garra metálica.
—Astrid quiere que haga amigos. No sé porqué. Alguna cosa extraña de las mujeres. Está intentando hacerme más sociable. –Ash, extrañamente, rió al escucharlo. Zarek miró a Acheron de un modo igualmente divertido y cómplice—. No quiero que me digas nada, O Gran Ash. Tú eres quien me metió en esto en primer lugar. –Entonces Zarek hizo lo más sorprendente que se podía imaginar; se inclinó y le hizo cosquillas en el mentón a la bebé—. ¿Cómo estás, pequeña Simi?
La bebé saltó felizmente.
—Bien. ¿Tienes más frijoles congelados para mí? Extraño estar en Alaska contigo. Fue divertido.
—No hay tiempo para la comida, Sim –respondió Ash.
La bebé lo abucheó.
—¿Puedo comer a los Daimons, entonces?
—Si puedes atraparlos –prometió Ash, haciendo que Nicholas se preguntara qué sabía el hombre acerca de los Daimons, que no estaba compartiendo.
—¿Qué significa eso? –preguntó Zarek por él—. ¿Estás siendo impreciso nuevamente?
Ash lo miró pícaramente.
—Siempre.
Zarek dejó escapar un sonido irritado.
—Personalmente, pienso que deberíamos unirnos y destrozarte a golpes hasta que confieses todo.
Kevin se rascó el mentón pensativamente.
—Sabes…
—Ni siquiera lo intenten –dijo Acheron irritablemente. Se volvió hacia Nicholas—. Ve a buscar tus armas. Tienes una cita que cumplir.
Nicholas se detuvo junto a Ash.
—Gracias por venir.
Ash inclinó la cabeza y se apartó mientras abrazaba al bebé demonio contra su pecho.
Nicholas regresó al auto para buscar a Kat, pero ella no estaba por ninguna parte.
—¿Kat? –la llamó—. ¿Kat?
—¿Qué sucede? –preguntó Talon mientras él y los demás se unían a Nicholas junto al auto.
—¿Vieron a la mujer con la que estaba?
Ellos negaron con la cabeza.
—¿Qué mujer? –preguntó Talon.
Nicholas frunció el ceño.
—Mide un metro noventa y cinco y es rubia. No puede haber simplemente desap… —se detuvo mientras lo pensaba de nuevo—. No importa, ella es una de las pocas personas que podría haberse esfumado.
—¿Es tu esposa? –preguntó Kevin.
—No, es una de las doncellas de Artemisa, que ha estado ayudándonos.
Ash frunció el ceño.
—Artemisa no tiene a ninguna kori más alta que ella. Créeme. No permite que ninguna mujer la mire desde arriba. Literalmente.
Nicholas lo observó mientras una sensación de temor lo atravesaba.
—Espero que estés equivocado. Porque si no lo estás, entonces Kat estuvo trabajando con Stryker todo este tiempo, y es muy probable que haya ido a contarle acerca de nuestra fiesta sorpresa.
Ash inclinó la cabeza levemente, como si estuviera escuchando algo.
—Ni siquiera la siento. Es como si no existiera.
—¿Entonces qué piensas? –preguntó Kevin.
Ash levantó a su bebé cuando ella comenzó a patearlo en la entrepierna, y la puso sobre su cadera. La bebé jugó con su trenza y luego comenzó a masticarla.
Nicholas frunció el ceño. Si no lo supiera, hubiese jurado que la bebé tenía colmillos.
—No sé qué pensar –dijo Ash, apartando su cabello de la bebé—. Kat posee la descripción de una Apolita o de una Daimon.
—Pero camina bajo la luz del sol –agregó Nicholas.
Zarek maldijo.
—No me digas que hay otra Cazadora Diurna suelta.
—No –dijo Acheron firmemente—. Sé a ciencia cierta que Artemisa no ha creado una. No se atrevería. Al menos no por el momento.
—¿Qué es una Cazadora Diurna? –preguntó Talon.
—Ni siquiera quieres saberlo –respondió Joseph.
—Sí –convino Zarek—. Lo que él dijo, cien veces más.
—Muy bien, entonces –dijo Nicholas, encaminándose hacia su casa—. Dejen que tome mis cosas y podremos ponernos en marcha.
Mientras se alejaba, vio que Talon se corría para quedar junto a Ash.
—Esta es la parte en la que normalmente dices que si todos hacen lo que se supone que hagan, todo resultará como debería. ¿Verdad?
El rostro de Acheron era impasible.
—Normalmente, sí.
—¿Pero?
—Estamos tratando con algo más grande que los Destinos esta noche. Sinceramente, todo lo que puedo decir es que será una terrible pelea.
Nicholas rió al escucharlo, mientras salía del alcance de audición. Eso estaba bien para él. Pelear era la única cosa en la que él y su gente sobresalían.
Llegaron al Inferno justo antes de medianoche. Por extraño que pareciese, el bar estaba completamente vacío de clientes.
Dante los encontró en la puerta, vestido de cuero negro. No llevaba puestos sus dientes de vampiro, y se veía extremadamente enojado.
—Ash –dijo, saludando al Atlante—. Ha pasado mucho tiempo desde que oscureciste mi puerta.
—Dante. —Ash estrechó su mano.
Dante miró al bebé con una ceja fruncida.
—¿Simi? –La bebé sonrió. Dante silbó bajo y dio un paso atrás—. Demonios, Ash, desearía que me advirtieras cuando planeas traer a tu demonio aquí. ¿Debo avisarles a los chicos que la máquina de comer ha venido de visitas?
—No –dijo Ash, acunando ligeramente a la bebé—. Sólo está aquí para mascar Daimons.
—¿Dónde están todos? –preguntó Nicholas.
Dante observó la pared a su derecha.
—Me enteré de lo que sucedería esta noche, así que cerramos el lugar.
Nicholas siguió su línea de visión y vio la piel de una pantera fijada allí. Reconoció el cuero por las rayas rojas que tenía.
—¿Tu hermano?
Con la furia oscureciendo sus ojos, Dante se encogió de hombros.
—El bastardo estaba colaborando con los Daimons. Dándoles información sobre ustedes y nosotros.
—Hombre –susurró Talon—. Es frío matar a tu propia sangre.
Dante giró hacia él con un salvaje resoplido que traicionó el hecho de que Dante no era humano.
—Mi hermano me traicionó, y también a nuestra gente. Si fuese tan frío como me gustaría, su piel estaría sobre el piso para que todos pudiesen caminar sobre él. Desgraciadamente, mis otros hermanos estaban un poco perturbados por eso, así que llegamos al arreglo de la pared.
—Entendido –dijo Ash—. ¿Dónde está el resto de la pandilla?
—Atrás. Vamos a mantenernos fuera de esto. No nos gusta matar a los nuestros.
Zarek se mofó.
—A menos que sea tu hermano.
Dante se acercó a Zarek, y los dos intercambiaron gestos de desprecio.
—La ley de la selva. El traicionado tiene derecho a comer al traidor.
Zarek lo miró divertidamente.
—La ley de mi selva: Mátalos y deja que Hades los separe.
Dante se rió.
—Me agrada éste, Ash. Él nos comprende.
—Dios, Z –dijo Ash en broma—. Creo que puedes haber encontrado a un amigo después de todo. Eso debería hacer feliz a Astrid. —Zarek le hizo una seña. Ash lo ignoró—. Bien, chicos, llegó la hora de jugar.
Dante fue a custodiar la puerta de entrada mientras Ash quitaba a su bebé del carrito y se la entregaba a Nicholas, que estaba un poco dudoso de tocar a la pequeña niña demonio.
Ella lo miró especulativamente, y luego sonrió.
—Simi no te morderá si no la dejas caer.
—Entonces intentaré no dejarte caer.
Ella le mostró sus colmillos, luego se ubicó en sus brazos, y era la imagen perfecta de un bebé relajado.
—¿Deberíamos escondernos? –Preguntó Joseph—. ¿Tomarlos por sorpresa?
—No podemos –dijo Ash—. Stryker no es un Daimon normal.
—¿Más como Desiderius? –preguntó Kevin.
—Peor. De hecho, mi mejor consejo a todos ustedes… —Ash dirigió una mirada de advertencia a Zarek—… es que dejen que yo me encargue de Stryker. Soy el único al que no puede matar.
—¿Y por qué es eso, Acheron? –Preguntó Zarek—. Oh, espera, me sé ésta. Hará 210º en Fairbanks en pleno enero antes de que respondas a eso.
Ash cruzó los brazos sobre el pecho.
—¿Entonces para qué preguntas?
—Sólo para molestarte. —Zarek caminó—. De cualquier modo, ¿cuándo se supone que lleguen? —El aire sobre la pista de baile brilló y siseó. El rostro de Zarek se transformó en una amplia sonrisa—. Oh, bien. Que comience el baño de sangre.
Kevin extrajo su espada y extendió el cuchillo mientras Talon sacaba su srad circular. Joseph desenvainó su espada Griega.
Zarek y Ash no se movieron para tomar sus armas.
Tampoco Nicholas. Su meta era proteger a Simi, Erik, y ____(T.n).
El bolt-hole destelló un segundo antes de que Stryker saliera a través del mismo. Una legión completa de Daimons salió junto a él, incluyendo a Urian.
El rostro de Urian era completamente estoico al encontrarse con la mirada de Nicholas. Era difícil creer que este era el hombre que lo había casado con ____(T.n). No había nada en su rostro ni en sus ojos que indicara que lo conocía. Kat tenía razón, el hombre era un tremendo actor.
—Qué agradable –dijo Stryker con una risa malévola—. Trajiste la cena para mis hombres. Si tan sólo todos fuesen tan considerados.
Varios de los Daimons rieron.
Zarek también.
—Sabes, casi me agrada este tipo, Acheron. Es una lástima que tengamos que matarlo.
Stryker miró de reojo a Zarek antes de que su mirada fuera hacia Acheron. Los dos se miraron fijamente sin una palabra ni emoción.
Pero Nicholas vio la momentánea confusión en el rostro de Urian en cuanto vio a Acheron.
—¿Padre?
—Todo está bien, Urian. Sé todo sobre el Atlante. ¿No es verdad, Acheron?
—No. Sólo crees que lo sabes, Strykerius. Yo, por otro lado, conozco cada defecto tuyo, incluso el que te permite confiar en la Destructora mientras ella juega contigo.
—Mientes.
—Tal vez. Pero tal vez no.
Oh, sí, nadie podía jugar el juego de la vaguedad mejor que Acheron. Era un maestro en no decir nada y hacer que la gente dudase hasta del aire que respiraba.
Finalmente, Stryker se volvió hacia Nicholas. Su mirada descendió hasta el bebé que Nicholas sostenía. Inclinó la cabeza y sonrió.
—Qué dulce. Te tomaste tantas molestias, ¿cierto? Todos ustedes. Debería sentirme halagado.
Una mala sensación atravesó a Nicholas. Algo no estaba bien.
¿El Daimon sabía que Simi no era suya?
Stryker fue a pararse junto a Urian. Pasó un brazo sobre los hombros de su hijo y lo besó en la mejilla.
Urian frunció el ceño ante ese gesto, y se puso rígido.
—Los hijos son la razón por la que vivimos, ¿verdad? –Preguntó Stryker—. Nos traen alegría. A veces nos traen dolor. —Urian frunció el ceño aún más mientras su padre jugaba con los lazos de cuero que mantenían el rubio cabello de Urian en una trenza—. Por supuesto, jamás comprenderás el dolor al que me refiero, Nicholas. Tu hijo no vivirá lo suficiente como para traicionarte.
Antes de que alguien pudiera moverse, Stryker cortó la garganta de Urian con su mano, que ya no era humana. Tenía la forma de la garra de un dragón.
Empujó a Urian lejos suyo. Urian cayó al suelo jadeando, sosteniendo las manos contra el cuello para contener el flujo de sangre mientras su padre enfrentaba a los Cazadores Oscuros.
—¿Realmente no pensaron que era lo suficientemente estúpido como para caer con este truco, verdad? –Su mirada sostuvo la de Nicholas, y cuando habló, no era la voz de Stryker la que se escuchaba… era la voz del padre de ____(T.n)—. Sabía que jamás me traerías al bebé. Sólo necesitaba sacar a los guardianes de Elysia por un rato.
Nicholas maldijo ante sus palabras, y se movió para atacar.
Stryker desapareció en una nube de humo negra mientras los Daimons atacaban.
—¡Ak'ritah tah! –gritó Acheron.
El portal se abrió.
Uno de los Daimons rió.
—No tenemos que atravesar…
Antes de que pudiera terminar la oración, el Daimon fue violentamente succionado por la abertura.
Los demás lo siguieron rápidamente.
Ash corrió a través del lugar hacia donde Urian estaba recostado en un charco de sangre.
—Sh –susurró Ash, cubriendo las manos de Urian con las suyas. Los ojos de Urian estaban llenos de lágrimas mientras miraba a Acheron—. Respira despacio y con calma –dijo Acheron, su tono de voz era tranquilizante y profundo.
Nicholas y los demás observaron en un asombrado silencio cómo Ash curaba al Daimon.
—¿Por qué? –preguntó Urian.
—Lo explicaré más tarde. —Acheron se paró y levantó el borde de su remera hasta que su delgado y bien definido estómago estuvo a la vista—. Simi, regresa a mí.
La bebé salió inmediatamente disparada de las manos de Nicholas. Se convirtió en un diminuto dragón, y se recostó sobre la piel de Acheron hasta convertirse en un tatuaje sobre sus costillas izquierdas.
—Siempre me pregunté cómo se movía tu tatuaje –dijo Kevin.
Ash no habló. En lugar de eso, levantó las manos.
Un segundo estaban en el Inferno; al siguiente, estaban en medio de Elysia.
Se había desatado algo peor que el infierno desde que Nicholas y Kat se habían ido, más temprano. Gritos interminables rasgaban el aire. Había cuerpos de hombres, mujeres y niños Apolita esparcidos por todas partes. Aparentemente, ellos no se desintegraban como los Daimons a menos que muriesen en sus cumpleaños.
El pavor y el miedo desgarraron a Nicholas.
—¡Phoebe! –gritó Urian, corriendo hacia su apartamento.
Nicholas no se molestó en llamar. Nadie podía escuchar sobre los gritos. Así que corrió lo más rápido que podía hacia su esposa y su hijo.
Varios Daimons intentaron detenerlo. Con la mirada nublada por la furia, Nicholas los atravesaba a cortes.
Nadie se interpondría entre él y su familia.
Nadie.
Llegó al apartamento para ver que la puerta había sido abierta a patadas. El cuerpo muerto de Shanus estaba tirado en el living.
Nicholas se ahogó con el terror hasta que escuchó sonidos de pelea en su habitación. Mejor aún, escuchó los enojados chillidos de su hijo.
Corriendo a través de la habitación, llegó al dormitorio y se detuvo. Chris estaba parado en la esquina más lejana, sosteniendo a Erik contra su pecho. Sus dos amigas Apolitas, Kyra y Ariella, estaban frente a él como si fuesen una barrera para proteger a Chris y a Erik.
Stryker y tres Daimons más estaban atacando a Kat y a ____(T.n), quienes peleaban contra ellos con un admirable talento y habilidad.
—No puedes sostener tu escudo por siempre, Katra –gruñó Stryker.
Kat miró a Nicholas y sonrió.
—No tengo que hacerlo. Sólo tenía que sostenerlo lo suficiente para que la caballería llegara.
Stryker vaciló, luego miró sobre su hombre al mismo tiempo que Nicholas atacaba.
Nicholas mató a un Daimon, y entonces fue por Stryker. Stryker giró y golpeó a Nicholas con un rayo dorado que lo lanzó contra la pared.
Siseando de dolor, Nicholas vio movimiento por el rabillo del ojo.
Eran Ash y Zarek.
Kat desapareció inmediatamente mientras Stryker maldecía.
Nicholas y Zarek fueron tras los dos últimos Daimons mientras Ash y Stryker se enfrentaban.
—Ve a casa, Stryker –dijo Ash—. La guerra ha terminado.
—Jamás terminará. No mientras mi padre… —escupió la palabra—… viva.
Ash sacudió la cabeza.
—Y yo pensé que mi familia era disfuncional… Ya basta. Has perdido. Mi dios, mataste a tu propio hijo, ¿y para qué?
Stryker rugió con furia y atacó a Ash.
Nicholas tomó a su hijo de los brazos de Chris al mismo tiempo que Zarek colocaba a ____(T.n) detrás suyo. Nicholas quería llevarlos a un sitio a salvo, pero no podían ir hacia la puerta mientras Ash y Stryker peleaban frente a ella.
Stryker le lanzó un rayo dorado a Ash, quien lo recibió sin sobresaltarse. En cambio, dio un golpe al Daimon que lo levantó en el aire y lo estrelló contra la pared.
Nicholas silbó bajo. Todos sabían que Ash era poderoso, pero jamás había visto al Atlante hacer algo así.
Stryker atacó nuevamente. Pero, por alguna razón, Ash no lo mató. Los dos hombres se aporrearon como si fuesen humanos y no…
Lo que diablos fueran.
Con el rostro ensangrentado, Stryker lanzó otro golpe hacia Ash.
Él lo desvió. Ash levantó su mano, y mientras lo hacía, Stryker fue elevado del piso.
Stryker realizó otro golpe que causó que Ash se tambaleara y lo soltase.
El Daimon cayó al suelo. Envolvió sus brazos alrededor de Ash y lo apretó contra la pared.
Pero antes de que pudiera golpear a Acheron otra vez, un demonio amarillo apareció de la nada. Con los ojos destellando, envolvió sus brazos alrededor de Stryker y luego desapareció.
Acheron refunfuñó.
—Ya que estás en eso, Apollymi –gritó Ash—, será mejor que lo mantengas allí.
—¿Qué diablos eres? –le preguntó Nicholas a Ash mientras él giraba para enfrentarlos.
—No hagas preguntas que no quieres que te respondan –dijo Zarek—. Créeme. No estás para nada preparado para saber la verdad.
—¿Stryker se ha ido? –preguntó ____(T.n).
Ash asintió.
____(T.n) abrazó a Nicholas, y luego tomó a Erik de sus manos y lo sostuvo contra su hombro, para calmarlo.
—Lo sé, bebé –lo arrulló—. Pero el hombre malo se ha ido.
—¿Qué agarró al Daimon? –Preguntó Kyra—. ¿Adónde fueron?
Ash no respondió.
—Ahora están a salvo, chicos. Al menos durante un tiempo.
—¿Regresará? –preguntó ____(T.n).
Ash rió a medias.
—No lo sé. Él es una de las pocas criaturas que está más allá de mis poderes. Pero como él dijo, no ha terminado. Podría regresar en unos pocos meses o dentro de algunos siglos. El tiempo pasa de un modo diferente donde él vive.
Kevin, Talon, y Joseph entraron a la habitación.
—Los Daimons han desaparecido –dijo Talon—. Matamos a algunos, pero el resto…
—Está bien –dijo Ash—. Gracias por la ayuda.
Ellos asintieron, luego salieron de la habitación hacia el caos del living.
—Hombre, llevará días limpiar esto –dijo Chris, mirando a su alrededor con incredulidad.
Entonces, ante sus ojos, la destrucción fue deshecha. Lo único que quedaba eran los cuerpos.
Zarek bufó.
—Será mejor que te detengas mientras llevas ventaja, Acheron.
—No llevo ventaja, Z. No puedo arreglar lo que fue realmente dañado aquí esta noche.
La mirada de Ash fue hacia el cuerpo de Shanus.
Nicholas sacudió la cabeza mientras levantaba a Shanus para llevarlo hacia el centro de la ciudad.
Había Apolitas en todos lados, llorando y gritando por sus muertos.
—Ellos no merecían esto –le dijo Nicholas a Acheron.
—¿Quién lo merece? –preguntó Ash.
Una mujer se acercó a Nicholas. Tenía el porte de la realeza, y no hacía falta mucho para comprobar quién era.
—¿Shanus? –dijo, con los ojos llenos de lágrimas.
Nicholas recostó el cuerpo para que ella lo viera.
—¿Eres su esposa?
Ella asintió mientras las lágrimas resplandecían en sus ojos. Puso la cabeza de su esposo sobre su regazo y lloró silenciosamente.
____(T.n) se adelantó.
—Lo siento tanto.
La mujer levantó la mirada, con los ojos llenos de odio.
—Salgan. ¡Todos ustedes! Ya no son bienvenidos aquí. ¡Los ayudamos, y ustedes nos destruyeron!
Zarek se aclaró la garganta.
—Ese no sería un mal consejo –le dijo a Nicholas, viendo alrededor a los demás, que dirigían miradas asesinas hacia ellos.
—Sí –concordó Ash—. Ayuden a Nicholas y a su familia a salir de aquí. Tengo que ir a ver a alguien.
Nicholas supo que se refería a Urian.
—¿Quieres que te esperemos?
—No. Habrá un par de SUVs esperándolos arriba. Vayan a casa y nos encontraremos más tarde.
—¿SUVs? –preguntó Kevin.
—Nuevamente, repito, no hagas preguntas que no quieres que te respondan –dijo Zarek—. Simplemente acepta el hecho de que Acheron es un fenómeno de la naturaleza, y basta.
Ash lo miró con diversión.
—Podré ser un fenómeno, pero al menos no le lanzo relámpagos a mi hermano.
Zarek rió malignamente.
—Al menos no lo he golpeado con uno de ellos… aún.
Ash observó mientras Zarek conducía al grupo fuera de la ciudad.
Él se quedó parado en el centro, inspeccionando el daño que lo rodeaba. Comenzó a aclararlo tal como había hecho en la casa de Nicholas y en el apartamento, y entonces se detuvo. Los Apolitas necesitarían algo en qué concentrarse además de su dolor.
Reconstruir la ciudad apartaría sus mentes del sufrimiento. Al menos por un rato.
En lo profundo de su corazón, lloró con ellos.
Sólo porque puedes, no significa que deberías…
Se forzó a sí mismo a caminar por el corredor sin rendirse a la necesidad de arreglar todo.
Para el momento en que había llegado al apartamento de Urian, Ash estaba asqueado por el derramamiento de sangre que Stryker había forjado en nombre de Apollymi.
Esto no tenía sentido, pero por otro lado, ella era la diosa de la Destrucción. Y por eso era que él debía asegurarse de que ella jamás fuera liberada de su prisión.
Ash encontró a Urian arrodillado en el centro del living. El hombre sostenía un pequeño relicario de oro en sus manos, mientras lloraba en silencio.
—¿Urian? –dijo Ash en un tono bajo y firme.
—¡Vete! –gruñó—. Déjame en paz.
—No puedes quedarte aquí –dijo Ash—. Los Apolitas se volverán contra ti.
—Como si me importara. –Miró hacia arriba, y el dolor empático que Ash sintió por Urian lo hizo dar un paso atrás. Hacía mucho tiempo desde la última vez que Ash había estado en contacto directo con tanto sufrimiento desesperado—. ¿Por qué no me dejaste morir, también? ¿Por qué me salvaste?
Ash respiró hondo mientras se lo explicaba.
—Porque si no lo hubiese hecho, habrías vendido tu alma a Artemisa por esto, y hubieses matado a tu padre.
—¿Piensas que no voy a matarlo por ésto? –Se volvió hacia Ash con un gruñido—. No queda nada de ella. ¡Nada! Ni siquiera tengo algo para enterrar. Yo… —sus palabras se cortaron mientras sollozaba.
—Lo sé –dijo Ash, colocando su mano sobre el hombro de Urian.
—¡No lo sabes!
Ash lo tomó del mentón y lo levantó hasta que sus miradas se encontraron.
—Sí, Urian, lo sé.
Urian luchó por respirar mientras veía imágenes atravesando los cambiantes ojos plateados de Ash. Había tanto dolor en ellos, tanta agonía y sabiduría.
Era difícil mantener el contacto visual con él.
—No quiero vivir sin mi Phoebe –dijo Urian, con la voz quebrada al hablar.
—Lo sé. Por esa razón, estoy dándote una opción. No puedo estar siguiendo a tu padre para vigilarlo. Necesito que lo hagas por mí. Porque, tarde o temprano, él regresará en busca del linaje de Apolo.
—¿Por qué los protegería? ¡Phoebe murió por su culpa!
—Phoebe vivió por ellos, Urian. ¿Recuerdas? Tú y tu padre fueron responsables de matar a toda su familia. ¿Alguna vez le dijiste a Phoebe que fuiste tú? ¿Tú, quien mató a su abuela? ¿O a sus primos?
Urian apartó la mirada, avergonzado.
—No. Jamás la habría lastimado.
—Sin embargo, lo hiciste. Cada vez que tú, tu padre o uno de tus Spathis mataba a alguien de su familia, ella sentía el dolor que tú sientes ahora. Las muertes de su madre y de sus hermanas la desgarraron. Para empezar, ¿no fue por eso que salvaste a ____(T.n)?
—Sí. —Ash se apartó de él mientras Urian se secaba las lágrimas—. ¿Dijiste que tengo una opción?
—La otra es que borraré tus recuerdos de todo. Estarás libre de todo esto. De todo tu sufrimiento. Del pasado, del presente. Puedes vivir como si nada de esto te hubiese sucedido.
—¿Me matarás si te lo pido?
—¿Realmente deseas que lo haga?
Urian miró fijamente el piso. Para la mayoría de la gente sus pensamientos serían desconocidos. Pero Ash lo sabía. Los oía tan claramente como escuchaba los propios.
—Ya no soy un Daimon, ¿cierto? –preguntó Urian luego de una breve pausa.
—No. Ni tampoco eres exactamente Apolita.
—Entonces, ¿qué soy?
Ash respiró hondo mientras decía la verdad.
—Eres único en este mundo.
A Urian no le gustó eso mucho más de lo que a Ash le gustaba ser único. Pero algunas cosas jamás podían ser cambiadas.
—¿Cuánto más viviré? –preguntó Urian.
—Eres inmortal, excepto que estés muerto.
—Eso no tiene sentido.
—La mayor parte de la vida no lo tiene.
Sintió la frustración de Urian con él, pero al menos estaba disminuyendo un poco del dolor del hombre.
—¿Puedo caminar bajo la luz del sol?
—Si lo deseas, así puedo hacerlo. Si eliges la amnesia, te haré completamente humano.
—¿Puedes hacer eso? —Ash asintió. Urian rió amargamente mientras echaba una fría mirada al cuerpo de Ash—. Sabes, Acheron, no soy estúpido, ni tan ciego como Stryker. ¿Él sabe sobre el demonio que llevas en tu cuerpo?
—No, y Simi no es un demonio, es una parte de mí.
La mirada de Urian se hundió en la suya.
—Pobre Stryker, está tan jodido, y ni siquiera lo sabe. —La intensidad de la mirada de Urian quemaba—. Sé quién y qué eres, Acheron Parthenopaeus.
—Entonces sabes que si alguna vez pasas ese conocimiento a alguien, me aseguraré que lo lamentes. Eternamente.
Él asintió.
—Pero no comprendo por qué te escondes.
—No estoy ocultándome –dijo Ash con sencillez—. Lo que sabes no puede ayudar a nadie. Sólo puede destruir y dañar.
Urian pensó en eso un minuto.
—No puedo ser más un Destructor.
—¿Entonces qué eres?
Urian dejó que sus pensamientos vagaran a través de los eventos de esta noche. Pensó en el doloroso sufrimiento dentro suyo, que gritaba por la pérdida de su esposa. Era tan tentador permitir que Acheron lo borrase todo, pero con eso él también perdería los buenos recuerdos.
Aunque él y Phoebe habían tenido unos pocos años juntos, ella lo había amado de un modo en que nadie más lo había hecho. Había tocado un corazón que él hacía tiempo que pensaba que estaba muerto.
No, dolía vivir sin ella, pero no quería perder toda su conexión con Phoebe.
Ajustó el relicario de su esposa alrededor de su cuello y se puso de pie lentamente.
—Soy tu hombre. Pero te advierto ahora. Si alguna vez tengo la oportunidad de matar a Stryker, la tomaré. Y malditas sean las consecuencias.
Nicholas colgó, con los pensamientos revueltos. Miró a ____(T.n), que había empalidecido.
—¿Qué dijo?
Una parte de él quería mentirle, pero no podía. Su relación estaba más allá de eso. Jamás le había ocultado nada. No iba a comenzar a hacerlo ahora. Ella tenía derecho a saber lo que estaba pasando.
—Stryker quiere cambiar a tu padre por Erik. Si nos negamos, tu padre muere.
Lo que no le dijo era que su padre probablemente moriría, de cualquier modo, dado lo que conocía de Stryker. Estaba casi garantizado.
Pero tal vez Urian podría mantener con vida a Jefferson Peters, ya que tenía un interés personal en la salud de ese hombre.
____(T.n) se cubrió la boca con la mano. Sus ojos estaban abiertos de par en par, llenos de terror.
—¿Qué hacemos? No puedo permitir que mate a mi padre, y está malditamente claro que no puedo darle a mi bebé.
Nicholas se puso de pie y mantuvo su voz calma para no alarmar más a ____(T.n). Ella tenía que preocuparse por su salud y la de Erik. Él se ocuparía de lo demás.
—Sólo hay una cosa que sé hacer. Iré a matar a Stryker.
Ella se veía poco convencida.
—Hemos intentado eso, ¿recuerdas? No funcionó. Creo recordar que él y sus hombres hicieron muñequitos de papel contigo, los Were-Hunters, y Corbin.
—Lo sé, pero lo que tenemos los Vikingos es que sabemos cómo tomar ventaja de los ataques sorpresa, y desorientar a nuestros oponentes. Él no esperará que yo ataque.
—Claro que sí. No es estúpido y sabe con quién está tratando.
—¿Entonces qué quieres que haga? –le preguntó, frustrado—. ¿Quieres que le entregue a Erik y diga bon appétit?
—¡No!
—Entonces ofréceme otra solución.
____(T.n) intentó desesperadamente pensar en algo. Pero él tenía razón. No había otro modo.
Tal vez si pudieran contactar a Urian, pero ya hacía varios días que se había ido y nadie, ni siquiera Phoebe, había visto un pelo de él.
—¿Cuándo y dónde se supone que te encuentres con él? –le preguntó.
—Esta noche en el Inferno.
—Pensaremos en algo para entonces.
Eso esperaba Nicholas. La alternativa era completamente inaceptable para él.
—Iré a ayudar.
Tanto Nicholas como Kat miraron a Chris como si hubiese perdido la cabeza.
—¿Qué se supone que hagamos contigo, Chris? –Preguntó Nicholas—. ¿Arrojarte por encima de ellos?
Chris se erizó, ofendido.
—No soy un bebé, Nicholas. Resulta que sé cómo pelear. Demonios, he estado entrenando contigo durante años.
—Sí, pero nunca te golpeé en realidad.
Chris pareció aún más ofendido.
Kat le palmeó el brazo.
—No te preocupes, Chris. El día en que Sony PlayStation ataque al mundo y amenace con destruirlo, te llamaremos.
Chris hizo un sonido de irritación.
—¿Para qué me molesto?
Nicholas respiró hondo mientras ajustaba su espada.
—Tu trabajo es proteger a ____(T.n) y a Erik. Te necesito aquí, niño.
—Sí, sí. Siempre soy inútil.
Nicholas tomó a Chris por la nuca y lo acercó a sí.
—Tú nunca eres inútil para mí. No quiero volver a escucharte decir eso. ¿Me entiendes?
—Está bien. —Chris cedió mientras intentaba soltarse del fuerte agarre de Nicholas—. Supongo que mis habilidades para hacer bebés no están completamente difuntas con el nuevo heredero, ¿eh?
Nicholas le revolvió el cabello, luego giró hacia Kat.
—¿Estás lista?
—Supongo. ¿Te das cuenta de que simplemente escaparán de mí?
—Bien. Mantenlos en movimiento. Si están ocupados preocupándose por no lastimarte, entonces no podrán concentrarse en cortarme en pedazos.
—Buen punto.
Mientras iba hacia la puerta, ____(T.n) lo detuvo. Lo atrajo contra sí y lo abrazó con fuerza.
—Vuelve a mí, Nicholas.
—Tengo toda la intención de hacerlo. Si dios y Odín quieren.
Ella lo besó y luego lo dejó ir.
Nicholas miró por última vez a su esposa y al bebé que dormía en el suelo, completamente inconsciente de lo que estaba sucediendo esta noche. Inconsciente de que si Stryker se salía con la suya, Erik moriría y el mundo también.
Cómo deseaba poder ser así de ignorante.
Pero no podía. Tenía un trabajo que hacer y demasiado que perder si fallaba.
En el fondo de su mente se repetía una idea… ¿cómo se había enterado Stryker acerca del padre de ____(T.n)?
¿Podía haberlos traicionado Urian? ¿Lo habría hecho?
Una parte suya quería creer que era una coincidencia. La otra no podía evitar preguntarse si Urian habría cambiado de opinión sobre ayudar a Stryker después de todo. El hombre era su padre…
Nicholas y Kat abandonaron el apartamento y se encontraron con Phoebe en la entrada principal. Ella extrajo un collar y lo colocó alrededor del cuello de Nicholas.
—Esto permitirá que la puerta de Elysia se abra cuando regreses. No pude ponerme en contacto con Urian y eso me preocupa. Sólo ruego que no se hayan enterado de la ayuda que nos otorga.
—Él está bien, Phoebe –la tranquilizó Kat—. Créeme, es un gran actor. No tenía idea de que no era un completo idiota. Estoy segura de que su padre tampoco lo sabe. —Phoebe parecía irritada por sus palabras—. Era una broma, Phoebe –dijo Kat—. Alíviate.
Phoebe sacudió la cabeza.
—¿Cómo puedes estar tan impasible cuando sabes lo que está en juego?
—Porque a diferencia de ustedes, sé que sobreviviré a esta noche, de un modo u otro. A menos que la tierra sea destruida o que me corten en pedazos, no corro peligro. Sólo temo por ustedes.
—Entonces asegúrate de mantenerte cerca mío –dijo Nicholas, sólo bromeando a medias—. Necesito una armadura cubierta de teflón.
Kat lo empujó hacia la salida.
—Sí, sí. El gran defensor Vikingo escondiéndose detrás de mí. Creeré eso cuando lo vea.
Nicholas encabezó el camino fuera de la ciudad, hacia la superficie. La camioneta en la que habían llegado había sido llevada a una cueva cercana que albergaba varios vehículos, guardados en caso de que una de sus personas se convirtiera en Daimon y necesitase una conexión con el mundo humano.
Era enfermo, pero esta vez Nicholas estaba agradecido por su “preocupación” hacia los Daimons.
El deshielo de la primavera había comenzado, y el suelo no estaba tan congelado como antes.
Shanus le había entregado varias llaves para que escogiera el automóvil que pudiera sacarlos de allí más rápidamente. Nicholas eligió un Mountaineer azul marino.
Kat entró primero. Él miró hacia atrás, por el camino en que habían llegado mientras sus pensamientos regresaban a su familia.
—Todo estará bien, Nicholas.
—Sí –susurró él.
Sabía que así sería. Se iba a asegurar de eso, maldita sea.
Nicholas subió a la camioneta y condujo de regreso a la ciudad. La primera parada sería su casa. O lo que quedaba de ella. Quería estar totalmente armado para este conflicto.
Viajaron al menos durante una hora antes de llegar a su propiedad. Nicholas entró al camino que conducía a la casa y vaciló. Ya no había señales de batalla. Su garaje, sus ventanas, todo estaba intacto.
Incluso el portón de entrada estaba de pie.
—¿Stryker lo reparó? –le preguntó a Kat.
Ella se echó a reír.
—No es su estilo. Créeme. Jamás repara el daño que causa. No tengo idea de lo que sucedió aquí. ¿Quizás tu Consejo de Escuderos?
—No. Ellos ni siquiera estaban enterados de esto.
Nicholas abrió la traba del portón y luego se aproximó lentamente a la casa, esperando lo peor.
Mientras se acercaba a la puerta principal, se detuvo repentinamente.
Allí, en las sombras al lado de su casa, vio movimiento.
La bruma que provenía del lago era espesa, remolineante. Apagó las luces para que su visión no fuese dañada por ellas, y buscó la espada retráctil debajo de su asiento.
Había tres hombres muy altos, vestidos de negro, caminando hacia ellos lentamente, arrogantemente, como si tuviesen todo el tiempo del mundo. Estaban unidos en poder y fuerza, y su ansia de luchar brotaba de cada uno de sus poros.
Todos ellos eran rubios.
—Quédate aquí –le advirtió a Kat mientras se bajaba de la camioneta, preparado para la lucha.
La niebla se arremolinó alrededor de los tres hombres a medida que se aproximaban.
Probablemente de no más de un metro noventa y dos, uno de ellos vestía pantalones, un suéter y un sobretodo de lana. Una parte del abrigo estaba apartada para mostrar una antigua vaina y espada de diseño Griego. El del medio era cinco centímetros más alto. Él también vestía pantalones de lana y un suéter, junto con una larga chaqueta de cuero negra.
El tercero tenía el cabello corto, apenas más oscuro que el de los otros dos. Vestido completamente en cuero negro, tenía dos trenzas que caían desde su sien izquierda.
Y en ese instante, Nicholas lo recordó.
—¿Talon?
El motociclista sonrió ampliamente.
—Por el modo en que sostienes esa espada, me preguntaba si ibas a recordarme o no, Vikingo.
Nicholas rió mientras su viejo amigo se acercaba. No se habían visto por más de un siglo. Estrechó felizmente la mano del Celta.
Nicholas se volvió hacia el hombre el medio y también lo recordó, por el breve tiempo que había pasado en Nueva Orleáns más de cien años atrás, durante Mardi Gras.
—¿Kevin? —preguntó.
El antiguo general Griego había cambiado un poco desde la última vez que lo había visto.
En ese entonces, el cabello de Kevin estaba muy corto y usaba barba. Ahora le llegaba a los hombros y su rostro estaba perfectamente afeitado.
—Me agrada verte de nuevo –dijo Kevin, tomando su mano—. Y este es mi amigo Joseph de Macedonia.
Nicholas conocía al hombre sólo por su reputación. Joseph era quien había enseñado a Kevin todo lo que sabía sobre pelear y la batalla.
—Es un placer conocerte. Ahora, ¿qué diablos están haciendo ustedes tres aquí?
—Son tu refuerzo.
Nicholas giró para ver a Acheron Parthenopaeus uniéndose al grupo. No supo qué lo sorprendió más, su presencia o ver al niño que Ash llevaba en un porta-bebés, contra su pecho.
Nicholas estaba horrorizado.
—¿Kevin? ¿Esa es tu bebé?
—Diablos, no –dijo Kevin—. De ningún modo metería a Marissa en esto. Amanda me castraría y luego me mataría si siquiera lo considerara. –Señaló a Acheron con la cabeza—. Ese es el bebé de Ash.
Nicholas enarcó una ceja.
—Lucy –dijo en un burlón acento a lo Ricky Ricardo—, tienes algo que explicar.
Ash gruñó.
—Stryker no es estúpido. Tu idea de llevar a un bebé de plástico, aunque es admirable, jamás funcionaría. Stryker olería el plástico en un instante. –Giró el porta bebé para que enfrentara a Nicholas y así él pudiese ver al diminuto bebé de cabello negro que contenía—. Así que te doy a un bebé real.
—¿Y qué sucede si se lastima?
El bebé estornudó.
Nicholas se sobresaltó al ver el fuego que salió despedido de las fosas nasales y que casi le chamuscó la pierna.
—Discúlpame –dijo el bebé con una vocecita cantarina—. Casi hice barbacoa de Cazador Oscuro, lo que sería realmente triste porque no traigo salsa de barbacoa conmigo. –El bebé echó la cabeza hacia atrás para mirar a Ash—. Sabes que el Cazador Oscuro frito no queda bien sin aderezo. Lo que necesitas…
—Sim –dijo Ash en un tono de advertencia en voz baja, interrumpiendo al bebé.
El bebé lo miró.
—Oh, lo olvidé, akri. Perdón. Gu, ga, gu.
Nicholas se frotó la frente.
—¿Qué es eso?
—Ya te lo dijo, Simi es su bebé… demonio.
Los cinco se dieron vuelta ante la profunda y siniestra voz que tenía un pesado acento Griego. Otro hombre salió de las sombras. Era casi tan alto como Acheron, de cabello negro y vibrantes ojos azules.
Ash arqueó una ceja.
—Viniste, después de todo, Z. Me alegra que te hayas unido al equipo.
Zarek bufó.
—¿Qué demonios? No tenía nada mejor que hacer. Pensé que bien podría patear algunos traseros y tomar nombres. Y no es que en realidad me importen un comino sus nombres. Sólo lo hago por la sed de sangre.
—Así que tú eres Zarek –dijo Nicholas, observando al ex—Cazador Oscuro de mala fama que una vez había sido exiliado a Fairbanks, Alaska.
Su desagradable actitud no sólo brotaba de cada uno de sus poros, sino que era evidente por el labio que mantenía perpetuamente fruncido. Billy Idol y Elvis no era competencia para él.
—Sí –dijo Zarek, mofándose aún más—. Y estoy helándome, así que ¿podemos apresurar esta pequeña reunión así puedo matar a algunos imbéciles y regresar a la playa a la que pertenezco?
—Si odias tanto estar aquí –preguntó Talon—, ¿por qué acordaste venir?
En un sutil gesto de hacer enojar a Talon, Zarek se rascó la ceja con su dedo mayor, que estaba cubierto por una larga y afilada garra metálica.
—Astrid quiere que haga amigos. No sé porqué. Alguna cosa extraña de las mujeres. Está intentando hacerme más sociable. –Ash, extrañamente, rió al escucharlo. Zarek miró a Acheron de un modo igualmente divertido y cómplice—. No quiero que me digas nada, O Gran Ash. Tú eres quien me metió en esto en primer lugar. –Entonces Zarek hizo lo más sorprendente que se podía imaginar; se inclinó y le hizo cosquillas en el mentón a la bebé—. ¿Cómo estás, pequeña Simi?
La bebé saltó felizmente.
—Bien. ¿Tienes más frijoles congelados para mí? Extraño estar en Alaska contigo. Fue divertido.
—No hay tiempo para la comida, Sim –respondió Ash.
La bebé lo abucheó.
—¿Puedo comer a los Daimons, entonces?
—Si puedes atraparlos –prometió Ash, haciendo que Nicholas se preguntara qué sabía el hombre acerca de los Daimons, que no estaba compartiendo.
—¿Qué significa eso? –preguntó Zarek por él—. ¿Estás siendo impreciso nuevamente?
Ash lo miró pícaramente.
—Siempre.
Zarek dejó escapar un sonido irritado.
—Personalmente, pienso que deberíamos unirnos y destrozarte a golpes hasta que confieses todo.
Kevin se rascó el mentón pensativamente.
—Sabes…
—Ni siquiera lo intenten –dijo Acheron irritablemente. Se volvió hacia Nicholas—. Ve a buscar tus armas. Tienes una cita que cumplir.
Nicholas se detuvo junto a Ash.
—Gracias por venir.
Ash inclinó la cabeza y se apartó mientras abrazaba al bebé demonio contra su pecho.
Nicholas regresó al auto para buscar a Kat, pero ella no estaba por ninguna parte.
—¿Kat? –la llamó—. ¿Kat?
—¿Qué sucede? –preguntó Talon mientras él y los demás se unían a Nicholas junto al auto.
—¿Vieron a la mujer con la que estaba?
Ellos negaron con la cabeza.
—¿Qué mujer? –preguntó Talon.
Nicholas frunció el ceño.
—Mide un metro noventa y cinco y es rubia. No puede haber simplemente desap… —se detuvo mientras lo pensaba de nuevo—. No importa, ella es una de las pocas personas que podría haberse esfumado.
—¿Es tu esposa? –preguntó Kevin.
—No, es una de las doncellas de Artemisa, que ha estado ayudándonos.
Ash frunció el ceño.
—Artemisa no tiene a ninguna kori más alta que ella. Créeme. No permite que ninguna mujer la mire desde arriba. Literalmente.
Nicholas lo observó mientras una sensación de temor lo atravesaba.
—Espero que estés equivocado. Porque si no lo estás, entonces Kat estuvo trabajando con Stryker todo este tiempo, y es muy probable que haya ido a contarle acerca de nuestra fiesta sorpresa.
Ash inclinó la cabeza levemente, como si estuviera escuchando algo.
—Ni siquiera la siento. Es como si no existiera.
—¿Entonces qué piensas? –preguntó Kevin.
Ash levantó a su bebé cuando ella comenzó a patearlo en la entrepierna, y la puso sobre su cadera. La bebé jugó con su trenza y luego comenzó a masticarla.
Nicholas frunció el ceño. Si no lo supiera, hubiese jurado que la bebé tenía colmillos.
—No sé qué pensar –dijo Ash, apartando su cabello de la bebé—. Kat posee la descripción de una Apolita o de una Daimon.
—Pero camina bajo la luz del sol –agregó Nicholas.
Zarek maldijo.
—No me digas que hay otra Cazadora Diurna suelta.
—No –dijo Acheron firmemente—. Sé a ciencia cierta que Artemisa no ha creado una. No se atrevería. Al menos no por el momento.
—¿Qué es una Cazadora Diurna? –preguntó Talon.
—Ni siquiera quieres saberlo –respondió Joseph.
—Sí –convino Zarek—. Lo que él dijo, cien veces más.
—Muy bien, entonces –dijo Nicholas, encaminándose hacia su casa—. Dejen que tome mis cosas y podremos ponernos en marcha.
Mientras se alejaba, vio que Talon se corría para quedar junto a Ash.
—Esta es la parte en la que normalmente dices que si todos hacen lo que se supone que hagan, todo resultará como debería. ¿Verdad?
El rostro de Acheron era impasible.
—Normalmente, sí.
—¿Pero?
—Estamos tratando con algo más grande que los Destinos esta noche. Sinceramente, todo lo que puedo decir es que será una terrible pelea.
Nicholas rió al escucharlo, mientras salía del alcance de audición. Eso estaba bien para él. Pelear era la única cosa en la que él y su gente sobresalían.
Llegaron al Inferno justo antes de medianoche. Por extraño que pareciese, el bar estaba completamente vacío de clientes.
Dante los encontró en la puerta, vestido de cuero negro. No llevaba puestos sus dientes de vampiro, y se veía extremadamente enojado.
—Ash –dijo, saludando al Atlante—. Ha pasado mucho tiempo desde que oscureciste mi puerta.
—Dante. —Ash estrechó su mano.
Dante miró al bebé con una ceja fruncida.
—¿Simi? –La bebé sonrió. Dante silbó bajo y dio un paso atrás—. Demonios, Ash, desearía que me advirtieras cuando planeas traer a tu demonio aquí. ¿Debo avisarles a los chicos que la máquina de comer ha venido de visitas?
—No –dijo Ash, acunando ligeramente a la bebé—. Sólo está aquí para mascar Daimons.
—¿Dónde están todos? –preguntó Nicholas.
Dante observó la pared a su derecha.
—Me enteré de lo que sucedería esta noche, así que cerramos el lugar.
Nicholas siguió su línea de visión y vio la piel de una pantera fijada allí. Reconoció el cuero por las rayas rojas que tenía.
—¿Tu hermano?
Con la furia oscureciendo sus ojos, Dante se encogió de hombros.
—El bastardo estaba colaborando con los Daimons. Dándoles información sobre ustedes y nosotros.
—Hombre –susurró Talon—. Es frío matar a tu propia sangre.
Dante giró hacia él con un salvaje resoplido que traicionó el hecho de que Dante no era humano.
—Mi hermano me traicionó, y también a nuestra gente. Si fuese tan frío como me gustaría, su piel estaría sobre el piso para que todos pudiesen caminar sobre él. Desgraciadamente, mis otros hermanos estaban un poco perturbados por eso, así que llegamos al arreglo de la pared.
—Entendido –dijo Ash—. ¿Dónde está el resto de la pandilla?
—Atrás. Vamos a mantenernos fuera de esto. No nos gusta matar a los nuestros.
Zarek se mofó.
—A menos que sea tu hermano.
Dante se acercó a Zarek, y los dos intercambiaron gestos de desprecio.
—La ley de la selva. El traicionado tiene derecho a comer al traidor.
Zarek lo miró divertidamente.
—La ley de mi selva: Mátalos y deja que Hades los separe.
Dante se rió.
—Me agrada éste, Ash. Él nos comprende.
—Dios, Z –dijo Ash en broma—. Creo que puedes haber encontrado a un amigo después de todo. Eso debería hacer feliz a Astrid. —Zarek le hizo una seña. Ash lo ignoró—. Bien, chicos, llegó la hora de jugar.
Dante fue a custodiar la puerta de entrada mientras Ash quitaba a su bebé del carrito y se la entregaba a Nicholas, que estaba un poco dudoso de tocar a la pequeña niña demonio.
Ella lo miró especulativamente, y luego sonrió.
—Simi no te morderá si no la dejas caer.
—Entonces intentaré no dejarte caer.
Ella le mostró sus colmillos, luego se ubicó en sus brazos, y era la imagen perfecta de un bebé relajado.
—¿Deberíamos escondernos? –Preguntó Joseph—. ¿Tomarlos por sorpresa?
—No podemos –dijo Ash—. Stryker no es un Daimon normal.
—¿Más como Desiderius? –preguntó Kevin.
—Peor. De hecho, mi mejor consejo a todos ustedes… —Ash dirigió una mirada de advertencia a Zarek—… es que dejen que yo me encargue de Stryker. Soy el único al que no puede matar.
—¿Y por qué es eso, Acheron? –Preguntó Zarek—. Oh, espera, me sé ésta. Hará 210º en Fairbanks en pleno enero antes de que respondas a eso.
Ash cruzó los brazos sobre el pecho.
—¿Entonces para qué preguntas?
—Sólo para molestarte. —Zarek caminó—. De cualquier modo, ¿cuándo se supone que lleguen? —El aire sobre la pista de baile brilló y siseó. El rostro de Zarek se transformó en una amplia sonrisa—. Oh, bien. Que comience el baño de sangre.
Kevin extrajo su espada y extendió el cuchillo mientras Talon sacaba su srad circular. Joseph desenvainó su espada Griega.
Zarek y Ash no se movieron para tomar sus armas.
Tampoco Nicholas. Su meta era proteger a Simi, Erik, y ____(T.n).
El bolt-hole destelló un segundo antes de que Stryker saliera a través del mismo. Una legión completa de Daimons salió junto a él, incluyendo a Urian.
El rostro de Urian era completamente estoico al encontrarse con la mirada de Nicholas. Era difícil creer que este era el hombre que lo había casado con ____(T.n). No había nada en su rostro ni en sus ojos que indicara que lo conocía. Kat tenía razón, el hombre era un tremendo actor.
—Qué agradable –dijo Stryker con una risa malévola—. Trajiste la cena para mis hombres. Si tan sólo todos fuesen tan considerados.
Varios de los Daimons rieron.
Zarek también.
—Sabes, casi me agrada este tipo, Acheron. Es una lástima que tengamos que matarlo.
Stryker miró de reojo a Zarek antes de que su mirada fuera hacia Acheron. Los dos se miraron fijamente sin una palabra ni emoción.
Pero Nicholas vio la momentánea confusión en el rostro de Urian en cuanto vio a Acheron.
—¿Padre?
—Todo está bien, Urian. Sé todo sobre el Atlante. ¿No es verdad, Acheron?
—No. Sólo crees que lo sabes, Strykerius. Yo, por otro lado, conozco cada defecto tuyo, incluso el que te permite confiar en la Destructora mientras ella juega contigo.
—Mientes.
—Tal vez. Pero tal vez no.
Oh, sí, nadie podía jugar el juego de la vaguedad mejor que Acheron. Era un maestro en no decir nada y hacer que la gente dudase hasta del aire que respiraba.
Finalmente, Stryker se volvió hacia Nicholas. Su mirada descendió hasta el bebé que Nicholas sostenía. Inclinó la cabeza y sonrió.
—Qué dulce. Te tomaste tantas molestias, ¿cierto? Todos ustedes. Debería sentirme halagado.
Una mala sensación atravesó a Nicholas. Algo no estaba bien.
¿El Daimon sabía que Simi no era suya?
Stryker fue a pararse junto a Urian. Pasó un brazo sobre los hombros de su hijo y lo besó en la mejilla.
Urian frunció el ceño ante ese gesto, y se puso rígido.
—Los hijos son la razón por la que vivimos, ¿verdad? –Preguntó Stryker—. Nos traen alegría. A veces nos traen dolor. —Urian frunció el ceño aún más mientras su padre jugaba con los lazos de cuero que mantenían el rubio cabello de Urian en una trenza—. Por supuesto, jamás comprenderás el dolor al que me refiero, Nicholas. Tu hijo no vivirá lo suficiente como para traicionarte.
Antes de que alguien pudiera moverse, Stryker cortó la garganta de Urian con su mano, que ya no era humana. Tenía la forma de la garra de un dragón.
Empujó a Urian lejos suyo. Urian cayó al suelo jadeando, sosteniendo las manos contra el cuello para contener el flujo de sangre mientras su padre enfrentaba a los Cazadores Oscuros.
—¿Realmente no pensaron que era lo suficientemente estúpido como para caer con este truco, verdad? –Su mirada sostuvo la de Nicholas, y cuando habló, no era la voz de Stryker la que se escuchaba… era la voz del padre de ____(T.n)—. Sabía que jamás me traerías al bebé. Sólo necesitaba sacar a los guardianes de Elysia por un rato.
Nicholas maldijo ante sus palabras, y se movió para atacar.
Stryker desapareció en una nube de humo negra mientras los Daimons atacaban.
—¡Ak'ritah tah! –gritó Acheron.
El portal se abrió.
Uno de los Daimons rió.
—No tenemos que atravesar…
Antes de que pudiera terminar la oración, el Daimon fue violentamente succionado por la abertura.
Los demás lo siguieron rápidamente.
Ash corrió a través del lugar hacia donde Urian estaba recostado en un charco de sangre.
—Sh –susurró Ash, cubriendo las manos de Urian con las suyas. Los ojos de Urian estaban llenos de lágrimas mientras miraba a Acheron—. Respira despacio y con calma –dijo Acheron, su tono de voz era tranquilizante y profundo.
Nicholas y los demás observaron en un asombrado silencio cómo Ash curaba al Daimon.
—¿Por qué? –preguntó Urian.
—Lo explicaré más tarde. —Acheron se paró y levantó el borde de su remera hasta que su delgado y bien definido estómago estuvo a la vista—. Simi, regresa a mí.
La bebé salió inmediatamente disparada de las manos de Nicholas. Se convirtió en un diminuto dragón, y se recostó sobre la piel de Acheron hasta convertirse en un tatuaje sobre sus costillas izquierdas.
—Siempre me pregunté cómo se movía tu tatuaje –dijo Kevin.
Ash no habló. En lugar de eso, levantó las manos.
Un segundo estaban en el Inferno; al siguiente, estaban en medio de Elysia.
Se había desatado algo peor que el infierno desde que Nicholas y Kat se habían ido, más temprano. Gritos interminables rasgaban el aire. Había cuerpos de hombres, mujeres y niños Apolita esparcidos por todas partes. Aparentemente, ellos no se desintegraban como los Daimons a menos que muriesen en sus cumpleaños.
El pavor y el miedo desgarraron a Nicholas.
—¡Phoebe! –gritó Urian, corriendo hacia su apartamento.
Nicholas no se molestó en llamar. Nadie podía escuchar sobre los gritos. Así que corrió lo más rápido que podía hacia su esposa y su hijo.
Varios Daimons intentaron detenerlo. Con la mirada nublada por la furia, Nicholas los atravesaba a cortes.
Nadie se interpondría entre él y su familia.
Nadie.
Llegó al apartamento para ver que la puerta había sido abierta a patadas. El cuerpo muerto de Shanus estaba tirado en el living.
Nicholas se ahogó con el terror hasta que escuchó sonidos de pelea en su habitación. Mejor aún, escuchó los enojados chillidos de su hijo.
Corriendo a través de la habitación, llegó al dormitorio y se detuvo. Chris estaba parado en la esquina más lejana, sosteniendo a Erik contra su pecho. Sus dos amigas Apolitas, Kyra y Ariella, estaban frente a él como si fuesen una barrera para proteger a Chris y a Erik.
Stryker y tres Daimons más estaban atacando a Kat y a ____(T.n), quienes peleaban contra ellos con un admirable talento y habilidad.
—No puedes sostener tu escudo por siempre, Katra –gruñó Stryker.
Kat miró a Nicholas y sonrió.
—No tengo que hacerlo. Sólo tenía que sostenerlo lo suficiente para que la caballería llegara.
Stryker vaciló, luego miró sobre su hombre al mismo tiempo que Nicholas atacaba.
Nicholas mató a un Daimon, y entonces fue por Stryker. Stryker giró y golpeó a Nicholas con un rayo dorado que lo lanzó contra la pared.
Siseando de dolor, Nicholas vio movimiento por el rabillo del ojo.
Eran Ash y Zarek.
Kat desapareció inmediatamente mientras Stryker maldecía.
Nicholas y Zarek fueron tras los dos últimos Daimons mientras Ash y Stryker se enfrentaban.
—Ve a casa, Stryker –dijo Ash—. La guerra ha terminado.
—Jamás terminará. No mientras mi padre… —escupió la palabra—… viva.
Ash sacudió la cabeza.
—Y yo pensé que mi familia era disfuncional… Ya basta. Has perdido. Mi dios, mataste a tu propio hijo, ¿y para qué?
Stryker rugió con furia y atacó a Ash.
Nicholas tomó a su hijo de los brazos de Chris al mismo tiempo que Zarek colocaba a ____(T.n) detrás suyo. Nicholas quería llevarlos a un sitio a salvo, pero no podían ir hacia la puerta mientras Ash y Stryker peleaban frente a ella.
Stryker le lanzó un rayo dorado a Ash, quien lo recibió sin sobresaltarse. En cambio, dio un golpe al Daimon que lo levantó en el aire y lo estrelló contra la pared.
Nicholas silbó bajo. Todos sabían que Ash era poderoso, pero jamás había visto al Atlante hacer algo así.
Stryker atacó nuevamente. Pero, por alguna razón, Ash no lo mató. Los dos hombres se aporrearon como si fuesen humanos y no…
Lo que diablos fueran.
Con el rostro ensangrentado, Stryker lanzó otro golpe hacia Ash.
Él lo desvió. Ash levantó su mano, y mientras lo hacía, Stryker fue elevado del piso.
Stryker realizó otro golpe que causó que Ash se tambaleara y lo soltase.
El Daimon cayó al suelo. Envolvió sus brazos alrededor de Ash y lo apretó contra la pared.
Pero antes de que pudiera golpear a Acheron otra vez, un demonio amarillo apareció de la nada. Con los ojos destellando, envolvió sus brazos alrededor de Stryker y luego desapareció.
Acheron refunfuñó.
—Ya que estás en eso, Apollymi –gritó Ash—, será mejor que lo mantengas allí.
—¿Qué diablos eres? –le preguntó Nicholas a Ash mientras él giraba para enfrentarlos.
—No hagas preguntas que no quieres que te respondan –dijo Zarek—. Créeme. No estás para nada preparado para saber la verdad.
—¿Stryker se ha ido? –preguntó ____(T.n).
Ash asintió.
____(T.n) abrazó a Nicholas, y luego tomó a Erik de sus manos y lo sostuvo contra su hombro, para calmarlo.
—Lo sé, bebé –lo arrulló—. Pero el hombre malo se ha ido.
—¿Qué agarró al Daimon? –Preguntó Kyra—. ¿Adónde fueron?
Ash no respondió.
—Ahora están a salvo, chicos. Al menos durante un tiempo.
—¿Regresará? –preguntó ____(T.n).
Ash rió a medias.
—No lo sé. Él es una de las pocas criaturas que está más allá de mis poderes. Pero como él dijo, no ha terminado. Podría regresar en unos pocos meses o dentro de algunos siglos. El tiempo pasa de un modo diferente donde él vive.
Kevin, Talon, y Joseph entraron a la habitación.
—Los Daimons han desaparecido –dijo Talon—. Matamos a algunos, pero el resto…
—Está bien –dijo Ash—. Gracias por la ayuda.
Ellos asintieron, luego salieron de la habitación hacia el caos del living.
—Hombre, llevará días limpiar esto –dijo Chris, mirando a su alrededor con incredulidad.
Entonces, ante sus ojos, la destrucción fue deshecha. Lo único que quedaba eran los cuerpos.
Zarek bufó.
—Será mejor que te detengas mientras llevas ventaja, Acheron.
—No llevo ventaja, Z. No puedo arreglar lo que fue realmente dañado aquí esta noche.
La mirada de Ash fue hacia el cuerpo de Shanus.
Nicholas sacudió la cabeza mientras levantaba a Shanus para llevarlo hacia el centro de la ciudad.
Había Apolitas en todos lados, llorando y gritando por sus muertos.
—Ellos no merecían esto –le dijo Nicholas a Acheron.
—¿Quién lo merece? –preguntó Ash.
Una mujer se acercó a Nicholas. Tenía el porte de la realeza, y no hacía falta mucho para comprobar quién era.
—¿Shanus? –dijo, con los ojos llenos de lágrimas.
Nicholas recostó el cuerpo para que ella lo viera.
—¿Eres su esposa?
Ella asintió mientras las lágrimas resplandecían en sus ojos. Puso la cabeza de su esposo sobre su regazo y lloró silenciosamente.
____(T.n) se adelantó.
—Lo siento tanto.
La mujer levantó la mirada, con los ojos llenos de odio.
—Salgan. ¡Todos ustedes! Ya no son bienvenidos aquí. ¡Los ayudamos, y ustedes nos destruyeron!
Zarek se aclaró la garganta.
—Ese no sería un mal consejo –le dijo a Nicholas, viendo alrededor a los demás, que dirigían miradas asesinas hacia ellos.
—Sí –concordó Ash—. Ayuden a Nicholas y a su familia a salir de aquí. Tengo que ir a ver a alguien.
Nicholas supo que se refería a Urian.
—¿Quieres que te esperemos?
—No. Habrá un par de SUVs esperándolos arriba. Vayan a casa y nos encontraremos más tarde.
—¿SUVs? –preguntó Kevin.
—Nuevamente, repito, no hagas preguntas que no quieres que te respondan –dijo Zarek—. Simplemente acepta el hecho de que Acheron es un fenómeno de la naturaleza, y basta.
Ash lo miró con diversión.
—Podré ser un fenómeno, pero al menos no le lanzo relámpagos a mi hermano.
Zarek rió malignamente.
—Al menos no lo he golpeado con uno de ellos… aún.
Ash observó mientras Zarek conducía al grupo fuera de la ciudad.
Él se quedó parado en el centro, inspeccionando el daño que lo rodeaba. Comenzó a aclararlo tal como había hecho en la casa de Nicholas y en el apartamento, y entonces se detuvo. Los Apolitas necesitarían algo en qué concentrarse además de su dolor.
Reconstruir la ciudad apartaría sus mentes del sufrimiento. Al menos por un rato.
En lo profundo de su corazón, lloró con ellos.
Sólo porque puedes, no significa que deberías…
Se forzó a sí mismo a caminar por el corredor sin rendirse a la necesidad de arreglar todo.
Para el momento en que había llegado al apartamento de Urian, Ash estaba asqueado por el derramamiento de sangre que Stryker había forjado en nombre de Apollymi.
Esto no tenía sentido, pero por otro lado, ella era la diosa de la Destrucción. Y por eso era que él debía asegurarse de que ella jamás fuera liberada de su prisión.
Ash encontró a Urian arrodillado en el centro del living. El hombre sostenía un pequeño relicario de oro en sus manos, mientras lloraba en silencio.
—¿Urian? –dijo Ash en un tono bajo y firme.
—¡Vete! –gruñó—. Déjame en paz.
—No puedes quedarte aquí –dijo Ash—. Los Apolitas se volverán contra ti.
—Como si me importara. –Miró hacia arriba, y el dolor empático que Ash sintió por Urian lo hizo dar un paso atrás. Hacía mucho tiempo desde la última vez que Ash había estado en contacto directo con tanto sufrimiento desesperado—. ¿Por qué no me dejaste morir, también? ¿Por qué me salvaste?
Ash respiró hondo mientras se lo explicaba.
—Porque si no lo hubiese hecho, habrías vendido tu alma a Artemisa por esto, y hubieses matado a tu padre.
—¿Piensas que no voy a matarlo por ésto? –Se volvió hacia Ash con un gruñido—. No queda nada de ella. ¡Nada! Ni siquiera tengo algo para enterrar. Yo… —sus palabras se cortaron mientras sollozaba.
—Lo sé –dijo Ash, colocando su mano sobre el hombro de Urian.
—¡No lo sabes!
Ash lo tomó del mentón y lo levantó hasta que sus miradas se encontraron.
—Sí, Urian, lo sé.
Urian luchó por respirar mientras veía imágenes atravesando los cambiantes ojos plateados de Ash. Había tanto dolor en ellos, tanta agonía y sabiduría.
Era difícil mantener el contacto visual con él.
—No quiero vivir sin mi Phoebe –dijo Urian, con la voz quebrada al hablar.
—Lo sé. Por esa razón, estoy dándote una opción. No puedo estar siguiendo a tu padre para vigilarlo. Necesito que lo hagas por mí. Porque, tarde o temprano, él regresará en busca del linaje de Apolo.
—¿Por qué los protegería? ¡Phoebe murió por su culpa!
—Phoebe vivió por ellos, Urian. ¿Recuerdas? Tú y tu padre fueron responsables de matar a toda su familia. ¿Alguna vez le dijiste a Phoebe que fuiste tú? ¿Tú, quien mató a su abuela? ¿O a sus primos?
Urian apartó la mirada, avergonzado.
—No. Jamás la habría lastimado.
—Sin embargo, lo hiciste. Cada vez que tú, tu padre o uno de tus Spathis mataba a alguien de su familia, ella sentía el dolor que tú sientes ahora. Las muertes de su madre y de sus hermanas la desgarraron. Para empezar, ¿no fue por eso que salvaste a ____(T.n)?
—Sí. —Ash se apartó de él mientras Urian se secaba las lágrimas—. ¿Dijiste que tengo una opción?
—La otra es que borraré tus recuerdos de todo. Estarás libre de todo esto. De todo tu sufrimiento. Del pasado, del presente. Puedes vivir como si nada de esto te hubiese sucedido.
—¿Me matarás si te lo pido?
—¿Realmente deseas que lo haga?
Urian miró fijamente el piso. Para la mayoría de la gente sus pensamientos serían desconocidos. Pero Ash lo sabía. Los oía tan claramente como escuchaba los propios.
—Ya no soy un Daimon, ¿cierto? –preguntó Urian luego de una breve pausa.
—No. Ni tampoco eres exactamente Apolita.
—Entonces, ¿qué soy?
Ash respiró hondo mientras decía la verdad.
—Eres único en este mundo.
A Urian no le gustó eso mucho más de lo que a Ash le gustaba ser único. Pero algunas cosas jamás podían ser cambiadas.
—¿Cuánto más viviré? –preguntó Urian.
—Eres inmortal, excepto que estés muerto.
—Eso no tiene sentido.
—La mayor parte de la vida no lo tiene.
Sintió la frustración de Urian con él, pero al menos estaba disminuyendo un poco del dolor del hombre.
—¿Puedo caminar bajo la luz del sol?
—Si lo deseas, así puedo hacerlo. Si eliges la amnesia, te haré completamente humano.
—¿Puedes hacer eso? —Ash asintió. Urian rió amargamente mientras echaba una fría mirada al cuerpo de Ash—. Sabes, Acheron, no soy estúpido, ni tan ciego como Stryker. ¿Él sabe sobre el demonio que llevas en tu cuerpo?
—No, y Simi no es un demonio, es una parte de mí.
La mirada de Urian se hundió en la suya.
—Pobre Stryker, está tan jodido, y ni siquiera lo sabe. —La intensidad de la mirada de Urian quemaba—. Sé quién y qué eres, Acheron Parthenopaeus.
—Entonces sabes que si alguna vez pasas ese conocimiento a alguien, me aseguraré que lo lamentes. Eternamente.
Él asintió.
—Pero no comprendo por qué te escondes.
—No estoy ocultándome –dijo Ash con sencillez—. Lo que sabes no puede ayudar a nadie. Sólo puede destruir y dañar.
Urian pensó en eso un minuto.
—No puedo ser más un Destructor.
—¿Entonces qué eres?
Urian dejó que sus pensamientos vagaran a través de los eventos de esta noche. Pensó en el doloroso sufrimiento dentro suyo, que gritaba por la pérdida de su esposa. Era tan tentador permitir que Acheron lo borrase todo, pero con eso él también perdería los buenos recuerdos.
Aunque él y Phoebe habían tenido unos pocos años juntos, ella lo había amado de un modo en que nadie más lo había hecho. Había tocado un corazón que él hacía tiempo que pensaba que estaba muerto.
No, dolía vivir sin ella, pero no quería perder toda su conexión con Phoebe.
Ajustó el relicario de su esposa alrededor de su cuello y se puso de pie lentamente.
—Soy tu hombre. Pero te advierto ahora. Si alguna vez tengo la oportunidad de matar a Stryker, la tomaré. Y malditas sean las consecuencias.
Belieber&Smiler♥
Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
perdon por no comentar antes
bueno te digo algo
que la sigas plis
jaja xd
bye
bueno te digo algo
que la sigas plis
jaja xd
bye
angie- d jonas
Re: "El Beso de la Noche" (Nick y tu)
DIOS!!
amee loos caaps!!
Erick, qee lindoo qe suenaa, adoree esa partee!
pero...
Pobree urian, casii lloroo coon todaas las partees tristees qee huboo
ODIO A STRYKER!
comoo puedee hacerlee esoo a su hijoo? ¬¬ Malditoo!
AMO TU NOVELA!! qee maal qee estee poor terminaar u.u
AME ESTA PARTE:
—Vuelve a mí, Nicholas.
—Tengo toda la intención de hacerlo. Si dios y Odín quieren.
Ella lo besó y luego lo dejó ir.
Nicholaas es supeer tiernoo, loo amoo :D
en fiin, deboo irmee
Besoos
Byee :D
amee loos caaps!!
Erick, qee lindoo qe suenaa, adoree esa partee!
pero...
Pobree urian, casii lloroo coon todaas las partees tristees qee huboo
ODIO A STRYKER!
comoo puedee hacerlee esoo a su hijoo? ¬¬ Malditoo!
AMO TU NOVELA!! qee maal qee estee poor terminaar u.u
AME ESTA PARTE:
—Vuelve a mí, Nicholas.
—Tengo toda la intención de hacerlo. Si dios y Odín quieren.
Ella lo besó y luego lo dejó ir.
Nicholaas es supeer tiernoo, loo amoo :D
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