Losing Grip {James Maslow & Tú}

Me despierto por la mañana un nuevo día bajo el resguardo de una cueva no muy profunda. Me quito las mantas de encima y me levanto. Me estire y salí de la cueva, la luz ataco mis ojos como todos los días.
Estoy segura que un día de estos me quedo ciega. Aunque pronto las nubes no volverán a dejar pasar un solo rayo de sol y estaremos perdidos.
Me acerco a uno de los últimos lagos con agua potable que quedan para limpiarme la cara y beber.
Miro mi rostro. El pelo castaño recogido en una trenza y con mechones sueltos por todos lados, los ojos grises que poco a poco se van apagando más y más, tengo miedo que un día ya no halla brillo en ellos. La nariz con un pequeño arañazo, el pómulo izquierdo con un arañazo esta vez más grande, los labios secos y cortado y la ropa, unos vaqueros marrones llenos de aberturas debido a las heridas y a las caídas, un polo blanco que se ha convertido en gris y una cazadora marrón también por encima para no pasar frío. Damos pena… Pero estoy segura que soy de las que mejor aspecto tengo comparada con otra mucha gente vagando sola por el mundo, buscando el último aliento de vida que tan seguros están de encontrar… Aunque en mi, poca esperanza queda ya.

-Buenos días princesa-miro atrás y veo a Gabriel. La única persona que es capaz de sacarme una sonrisa. Tiene nada más que tres años más que yo y consiguió cuidarme desde que nací pero todo gracias a David, que murió cuando yo cumplí los diez años y ahora que tengo dieciséis… Todo es peor.
-Buenas-le sonrío. Sonríe y se mira la cara en el reflejo del lago.

Su pelo es de un rubio oscuro y lo solía llevar corto, pero hace tiempo que no encontrábamos nada para estar decentes y ha empezado a dejárselo que crezca, y le queda demasiado bien. Tiene unos ojos azules preciosos y siempre con una pizca de humor, una nariz recta, unos labios perfectos aunque con una herida en ellos y un físico increíble… Lo admito no he podido evitar que me guste… Pero solo un poco.

-Parece una selva mi pelo-me mira-¿no crees?
-¿Y eso que importa? No te va a ver nadie-empiezo a caminar hacia la cueva.
-Eso es mentira-dice poniéndose a mi lado. Le miro divertida-Tu si me estas viendo.
-Bueno, pero yo creo que estas bien así igual, así que no te preocupes-Gabriel sonríe.
-Eso me gusta-susurra.

Suspiro.
Cogemos las lanzas y nos adentramos en el bosque. Ahora toca rezar porque aparezca alguno de los pocos animales que quedan y no tener otro día con el estómago vacío, ya van dos días, empezamos a tener miedo de que por esta zona ya hayamos acabado con todos. Pero es muy improbable, cazamos con precaución siempre asegurándonos de no pasarnos.
Estuvimos más de una hora buscando, esperando, observando… En silencio. No conseguíamos nada, por lo que decidimos separarnos.
Intento subirme a un árbol, la primera me caigo, la segunda también y la tercera, a la cuarta ya cansada lo consigo. Trato de visualizar algún animal, por pequeño que sea, aunque sea volador, necesito comer, necesitamos comer. Con cuidado intento acercarme más al borde de una rama. Pero entonces una flecha pasa por mi lado rozándome la mejilla y cortándome superficialmente. Miro la flecha que esta clavada en el árbol.
-Anda, pero si no eres un animal-miro a lo lejos. En un árbol colocado a unos cuantos metros hay un chico con un arco y mirándome sonriente. Yo no digo nada y arranco la flecha del árbol-¿Me la puedes pasar?
-¿La quieres?-le pregunto haciéndome la interesante.
-Claro. No puedo arriesgarme ha quedarme sin una flecha-sigue con una sonrisa.
-Bien. Pues cógela-con fuerza lanzo la flecha lo más lejos que puedo-Vamos vete a por ella.
-Gracias-dice ahora serio. De un salto baja del árbol y se va corriendo hacia donde tiré la flecha.
-Idiota. Casi me mata-me toco la mejilla con la mano. Hay sangre.

Bajo del árbol intentando no caerme, pero no lo consigo y me doy un fuerte golpe en la cabeza.
Corro por el bosque intentando encontrar a Gabriel. Después de media hora buscándole vuelvo a nuestra “casa” y veo al mismo chico del árbol bebiendo agua.

-¡Eh tu!-acelero el paso hacia él. El chico me mira sorprendido-Es nuestro territorio, fuera de aquí. Búscate tu propia fuente de agua-él se levanta y me mira severo.
-¿Nunca te enseñaron a compartir?-llego hasta el-Necesito beber. Me voy a morir de sed si sigo así-me dice mirándome a los ojos directamente.
-Me da igual. No es mi problema. Vete-le digo firmemente.
-¿En serio? ¿No me vas a dejar beber? El agua no se os va a acabar.
-Que te vayas.
-No. Tengo derecho a un poco de agua ¿Qué daño te hace?
-Olivia, déjale-miro atrás. Gabriel viene caminando hacia nosotros con un arañazo nuevo en la barbilla.
-Pero no tiene derecho-digo empezando a molestarme.
-Porque beba un poco no va a pasar nada-miro al chico con el ceño fruncido.
-¿Entonces puedo?
-Bebe cuanto necesites-el chico sonríe y se acerca de nuevo al lago a beber. Yo me acerco a Gabriel.
-Es nuestro territorio-digo en un susurro tan cerca de él que un pequeño rubor se me hace notar.
-Mírale bien-me dice guiñándome un ojo. Pongo los ojos en blanco y miro hacia el de reojo-¿No le ves? Está bien alimentado.
-No esta gordo…
-Estar bien alimentado no quiere decir estar gordo.

Vale. Él chico estaba en forma y tenía buenos músculos, la ropa estaba en buen estado, no tenía las mejillas huecas como nosotros, no parecía un esqueleto como nosotros, tenía alguna fuente de comida segura.

-Vale… ¿Y qué pasa?-pregunto mirando a Gabriel de nuevo.
-Si nos ganamos su confianza igual podría decirnos de donde consigue la comida-dice con una sonrisa y un brillo nuevo en los ojos.
-No me gusta la idea.
-No tenemos nada mejor que hacer.

Gabriel se acerca al chico y se dan la mano.

He pasado todo el día apartada de Gabby y el chico alto, no me gusta nada. Gabby ha estado intentando que me una a ellos, pero ni yo quiero ni el parece que quiera, siempre que Gabby dice "Oli, vamos ven" el chico alto me lanza miradas no muy agradables. Igual es gay y le gusta Gabby y tiene miedo de que se lo robe.
Ahora es por la noche y estamos en la cueva resguardándonos de la noche y para combatir el frío estamos sentados al rededor de un fuego que Gabby ha hecho y me ha dado todas las mantas para que no pase frío y no me he podido negar.
Ellos estan hablando y yo solamente observo las llamas del fuego.

-¿Diamantes?-pregunta Gabby sin entender.
-Si, son una especie de piedras cristalinas y muy brillantes.
-¿Las viste tu?
-No. Chris me lo contó...-miro al chico. Su voz se ha apagado ligeramente al decir el nombre de el tal Chris.
-¿Y quién es Chris?-el chico sonríe, baja la mirada y se muerde el labio.
-Chris fue el hombre que me crió. Tenía ochenta años, era él el que me contaba todas esas historias de como el mundo era antes de...-mira al exterior-...Todo esto. Me contaba sus aventuras cuando era joven y...-suelta una risa-No creo que te interese perdona.
-No, sigue-dice Gabby seguro.
-Bueno... Simplemente el siempre ha tenido la esperanza de que todo volviera a ser como es.
-¿Por qué murió?-pregunto y me arrepiento, pero demasiado tarde como para echarme atrás. El chico y Gabby me miran sorprendidos al oírme hablar.
-Oli, no creo que quiera hablar de ello...-interviene Gabby, mientras aun noto la mirada del chico puesta en mí.
-No. No me importa-nuestras miradas se encuentran-Le asesinaron-suelta en un suspiro.
-¿Quién?-digo sorprendida.
-Una chica. Pero no recuerdo nada más-el aparta la mirada pero yo sigo mirándole fijamente,
-Bueno... ¿Queréis dormir ya?-dice Gabby con tal de acabar con la conversación.

Tuve que darle al chico una de mis mantas, el me miro a los ojos pero no dijo nada, yo mantuve el silencio también.
Gabby y yo dormimos pegados como siempre mientras que el chico se acurruca al lado de la pared tratando de entrar en calor. Siento lástima por el.
Después de una hora no he conseguido dormir y por lo que veo el chico tampoco, tiene demasiado frío como para conseguir cerrar los ojos y dormir. Con un suspiro me aparto con suavidad de Gabby y cogo una de nuestras tres mantas. Me levanto y me acerco a el. Me mira.

-¿Qué haces?-me pregunta levantándose.
-No te levantes-le lanzo la manta.
-Gracias...-dice cogiendo la manta algo incrédulo.
-No te acostumbres-digo mirándole firmemente.

Vuelvo a mi sitio junto a Gabby y consigo conciliar el sueño por fin.
Me sentía calentita, a gusto y cómoda pero alguien tenía que estropearlo, por supuesto, no podía durar mucho esa sensación.

-¡¡Olivia!!-abro los ojos de golpe-¡Vamos levanta!-me levanto con lentitud.
-¿Qué pasa?-pregunto al ver a Gabby recoger todo.
-Nos tenemos que ir-frunzo el ceño y me levanto del todo.
-¿A dónde?
-James me ha hablado de una ciudad en la que dicen que hay gente, comida, agua... Una pequeña población tratando de recomponerse y sobrevivir-sonríe con esperanza.
-¿James?
-Si, yo-el chico alto entra con una especie de mochila verde oscuro-Me hablo Chris de ello-no me mira.
-¿Acaso estaba loco?-los dos me miran y "James" con dolor-Si. ¿En serio os creéis eso?
-Yo lo creo-dice Gabby serio.

James no dice nada. Meten todas esas cosas en la mochila.
James insiste en llevar el la mochila y lo consigue, yo llevo dos mantas y Gabby las armas.
No me gusta nada esto, no me gusta nada el.

-Acabaremos mal-susurro para mí.
-Que pesimista-miro a mi derecha y veo a James mirarme de reojo.
-Realista. No me creo lo que te contó el papá pueblos ese-digo seria y volviendo a mirar hacia delante donde veo la espalda ancha de Gabby. Sexy y guapo, lo tiene todo...
-¿Papá pueblos? Mira... No te metas con el. Te puedes meter conmigo pero con el no.
-No me he metido con el-pongo los ojos en blanco.
-Asco me das-dice en un tono bajo para que no le oiga, pero le he oído. Le miro mal, me acerco a el y le doy un empujón tirandole al suelo-¡Pero qué haces!
-¡Olivia!
-No vuelvas a decir eso niño. Tu si que me das asco a mí-le lanzo un escupitajo a la cara y salgo corriendo de allí.
-¡¡Olivia!!-Gabby corre detrás mío. Siempre ha sido más rápido por lo que me alcanza y me coge.
-¡¡¡Déjame!!! ¡¡No pienso seguir!! ¡¡No quiero verle la cara!! ¿¿Entiendes??-sus labios se pegan a los míos por dos segundos ya que yo me aparto sorprendida-Pero que...
-Por favor Oli...-le miro con los ojos brillantes-Dime que aun queda esperanza en esos hermosos ojos...-los ojos empiezan a arderme a punto de soltar alguna que otra lágrima. Intento impedirlo-El es nuestra única esperanza... Si lo que le conto Chris es cierto podríamos llevar una vida de verdad... No esto... Por favor-trago saliva y miro al suelo-Por favor-le miro-Porfa...
-Pero...-suspiro-Para mi será como si estuviera muerto.
-El sentimiento es mutuo-miramos detrás mío. James me mira con severidad.
-Esta bien-se limita a decir Gabby. Se acerca a mí y me da un beso en la frente-Vamos.

Me toco los labios antes de empezar a caminar. Me ha besado... Noto una mirada en mí y veo a James mirándome con asco de nuevo. Esta vez le ignoro y voy corriendo hacia el lado de Gabby dejando a James solo detrás nuestro.