Red De Mentiras [James Maslow & Tú] CANCELADA

Como había dicho Drake, literalmente flipe. Por fuera era todo un peso muerto, pero por dentro, tenía un aspecto moderno, pero con un toque escalofriante.

Al entrar en la casa me encontré con un suelo cubierto por una moqueta gris y las paredes negras como el cielo de este mundo. Era una especie de pasillo que daba a varias habitaciones y al final acababa en unas escaleras de madera casi negras. En el pasillo había varios cuadros adornando las paredes. El que más me llamo la atención fue uno que se desarrollaba en medio de una carretera, desierta, que se abría dando paso a una grieta que llevaría a ese humano con expresión desgarradora al infierno, donde, dependiera de sus delitos anteriores cumpliría una condena u otra, si sus delitos eran menores, se vería obligado a revivirlos con hologramas, por ejemplo si había matado a su hijo, reviviría ese momento, el hijo claramente sería una ilusión, pero para el no, luego si sus delitos eran mayores, los demonios se harían cargo de él, haciéndole sufrir una tortura eterna.

—Mola— digo mirando el interior con curiosidad.
—Esta igual que la anterior vez que vine—miro a Drake de reojo. Siempre había tenido una especie de belleza agresiva debida a su expresión divertida y maliciosa, pero ahora su expresión era más suave y tenía una pizca de tristeza, lo que provoco que me descolocara.
— ¿Te pasa algo?—Drake me mira y su expresión de siempre regresa a su rostro.
—No, que va-dice con su sonrisa de siempre—Tenemos ropa en los armarios de la habitaciones, por lo que no hay que preocuparse y la comida esta en la nevera de la cocina—Drake se acerca a mi—Ven. Te enseñaré la casa.

Con un brazo me rodea por la cintura y me lleva por toda la casa.
La cocina era muy espaciosa con un suelo de baldosas negras y blancas y un toque retro. Había una especie de barra a un lado de la pared.
El salón, estaba cubierto por una moqueta negra, una mesa blanca acompañada de cinco sillas, cuadros de pinturas abstractas adornando las paredes, había un sofá blanco y grande con aspecto cómodo, delante reposaba una pequeña mesa de cristal baja donde descansaba un fino jarrón con dos flores blancas y delante colgada de la pared un gran televisor de plasma.
Después me enseño donde se encontraban los baños y las habitaciones.
La habitación que había escogido para mi era del mismo estilo que el salón, solo que en vez de un sofá era una cama blanca y redonda, a los lados dos mesitas, luego un armario y por toda la habitación había muebles adornándola para que no fuera tan pobre. También a un lado de la pared había una puerta de cristal que daba a una pequeña terraza.

—Pasaremos una o dos semanas adaptándonos a todo esto. A ti te llevará más tiempo. Luego, Lucifer ya se ha hecho cargo de todo lo que necesitamos para entrar en el instituto, no hay nada de lo que preocuparse—mientras Drake hablaba me había sentado en mi cama dejándole a él en el marco de la puerta.
—Vale—me echo en la cama y noto como todo el cuerpo se me relaja. La garganta aun la tenía seca, el cuerpo ya no me pesaba tanto y el dolor de cabeza había disminuido.
—Deberías beber agua o algo para la garganta—me inclino un poco para ver extrañada a Drake. Se le veía preocupado, raro en el y en cualquier criatura procedente del Infierno.
— ¿Te pasa algo? Te comportas raro—vuelvo a apoyar la cabeza en la cama. Aunque tenía razón, me sentaría bien beber agua. Me levanto lentamente de la cama. Al pasar por el lado de Drake sus ojos negros se pierden en la pared. Noto como emana un sentimiento de tristeza desgarradora y nostalgia pero a la vez un sentimiento totalmente contradictorio una esperanza de amor. Me da escalofríos de solo captarlo. Prefiero no hablar con el, bajo a la cocina, cojo un vaso, lo lleno de agua y bebo de este. Al acabar suelto el aire, me siento mejor. Vuelvo a subir a mi habitación, Drake ya no esta al pie de mi puerta. Ha entrado y esta tumbado en mi cama con sus ojos negros enfocados en el techo— ¿Me vas a contar que te pasa?—me tumbo a su lado y miro al techo también.
— ¿Acaso te importa?—pregunta con un tono pasivo.
—No—reconozco—Pero tengo curiosidad.
—Eres mala—le miro de reojo y veo como sonríe al decirlo.
—Dímelo—le ordeno.
—No se lo he contado a nadie ¿Por qué iba a contártelo a ti?
—Porque soy tu mejor amiga y además la hija del mismísimo Diablo, no creo que te quieras meter en líos—le miro sonriendo. El me mira con una ceja levantada.
—¿Me estas amenazando?—pregunta con tono divertido.
—Quizá. Depende ¿Me lo vas a contar?
—Si no queda más remedio—vuelve su vista al techo y suspira—Cuando vine aquí, fue hace 30 años. Me había infiltrado muy bien en el instituto de este pueblo, quizá demasiado bien. Me había vuelto muy popular y todas las chicas perdían la cabeza por mí—me miro sonriendo—Por culpa de eso me volví aún más arrogante de lo que ya era—sonrío— En clase de literatura conocí a una chica que era nueva en el instituto—vuelve su mirada al techo con expresión pensativa—Se llamaba… Sheryl. Era una chica muy guapa y divertida. Me había hecho cercano a ella y me había enterado que tenía problemas familiares y que además su ex la estaba acosando. Un día que quedamos, lo vi con mis propios ojos, ese chico estaba intentando algo con ella. Vino corriendo hacia nosotros con un cuchillo en la mano, salve a Sheryl por poco. Después de eso una ira se desato en mi interior como el fuego y llegué a la conclusión de que se merecía un castigo. Le localicé y le manipule para que cogiera un cuchillo y se regara el cuello—Drake me miro y vi en sus ojos como había disfrutado haciéndole eso al chico—Tenías que haber visto su cara. Era puro pánico. Se lo merecía. El problema es que se arrepintió de todo sus pecados y subió al cielo—suspira—Cuando Sheryl se entero—su mirada se apaga—lloró en mi pecho desconsoladamente. Sufrió tanto que incluso me toco el corazón—dice con una sonrisa sarcástica—Y eso que no tengo—sonrío. No teníamos corazón. Pero podíamos sentir. Había algo en nuestro interior donde debía estar el corazón. Aunque nadie sabía lo que era—Me acabe…—hace una pausa y se muerde el labio—No se como, me acabe enamorando de ella…—Drake suspira. Le miro sorprendida.
— ¿Te enamoraste de una mortal?—no puedo salir de mi asombro y me siento ignorando como la cabeza me esta empezando a dar vueltas.