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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
Potato. escribió:Y si con el capítulo anterior había muerto con este estoy 100 metros bajo tierra y cantando la Macarena infrinjonknzdvkjsnivnsfvjinsvfijbijrvsrj
Se besaron! Onslvnisj esta emabaraza! (supuestamente, pero emociona igual)
Jigrsnnri síguela en cuanto puedas :)
ASDFGHJJVITRNL Lo sé *O* *Fiesta de 5 Segundos*
Muchas gracias por pasarte linda!
EleanorJCalder
Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
TefyJonasPotato escribió:OMG!
Dios santo sigo sin poder creer que Harry haya dicho que rayis tiene 3 meses de embarazo O.o y que la haya besado, es tan mágico *o*
Siguela lo mas pronto posible :) espero ver otro capitulo muy pronto :D
:p A Harry se le pueden ocurrir cosas muy locas jajaja
EleanorJCalder
Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
stephmeza escribió:Nueva Lectora! Me llamo Stephanie pero me dicen Steph:D Soy de México también;)
Me encanta la novela, enserio que no puedo creer lo que dijo Hazza, 3 meses? oseas asjhdfjsgfjadgsjfgj hahahahahha Siguela cuando puedas<3
Bienvenidisima Steph!!! Muchas gracias por pasarte me alegra mucho que te guste :DDDD
EleanorJCalder
Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
LalaHoran escribió:kjhahgakjhdkdsksk harry estaa locooo looocoo locooo safaditoo embaraazada de trees messsee? wooow primeeroo tienes qe llavartee a rayis a la camaaa Stylees!! clases de sexualidad para el señor porfaavoor escritooraa!! ahahahaha amee tu noveela asi compleetaamentee amadaa!! sigueeelaa prontooo
Me alegra que te guste :)
EleanorJCalder
Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
NUEVA LECTORAAAAAAAAAAAA :D
ME ENCANTAAAAAAAAA :love:
Me llamo Rocío, soy de Argentina y podes decirme como quieras xD
Espero el próximo.
Un beso ;)
ME ENCANTAAAAAAAAA :love:
Me llamo Rocío, soy de Argentina y podes decirme como quieras xD
Espero el próximo.
Un beso ;)
Roochi.1D
Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
Holaa! :D me encanta tu novelaa :3
siguela pronto
besos xx
atte: Lara ;)
siguela pronto
besos xx
atte: Lara ;)
laruskii
Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
hdjkghsjglslda excelentee capituloo y cada vez mas emocionaantee la novelaa espero la sigas prontoo besoos!
LalaHoran
Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
Holis soy nueva lectora me encanta la nove pero me paso una tragedia mi unicornio rosado se escapo y tuve que mandar a mi dragon rojo a buscarlo y porque se escapo mi unicornio pues porque queria seguir leyanedo la nove ves lo que me haces!!!
PD: mi unicornio dece que la sigas
PD2: me ENCANTA tu nove
PD3: vas a creer que estoy loca
PD4: me siento una baby ya que vos en la universidad y te apuesto que todas tus lectoras ya son grandes y yo aqui con 12 años encerio :(
PD5: ya no te voy a molestar y me voy a callar
PD6:perdon pero me llamo maría jose decime Majo
PD7: ahora si me voy CHAO y Pura Vida (palabra costarricence)
PD8: SIGUEEE
PD: mi unicornio dece que la sigas
PD2: me ENCANTA tu nove
PD3: vas a creer que estoy loca
PD4: me siento una baby ya que vos en la universidad y te apuesto que todas tus lectoras ya son grandes y yo aqui con 12 años encerio :(
PD5: ya no te voy a molestar y me voy a callar
PD6:perdon pero me llamo maría jose decime Majo
PD7: ahora si me voy CHAO y Pura Vida (palabra costarricence)
PD8: SIGUEEE
majo.cho
Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
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Capítulo 7
—Tranquilo, muchacho, tranquilo —Cameron Gallagher trató de apaciguar al enorme semental acariciándole el cuello.
El gran caballo negro estaba encerrado en un corral. Harry y Trent estaban junto a la valla, observando cómo trabajaba Cameron con el animal.
—Es precioso, ¿verdad? —dijo Trent.
—Desde luego —asintió Harry.
—Cam lo atrapó hace un par de semanas en un cañón por el que suelen deambular varias manadas de caballos salvajes —explicó Trent—. Hacía varios meses que le había echado el ojo.
—Se nota que sabe manejar a los caballos —dijo Harry, observando las maniobras de aquel vaquero alto y moreno con el animal.
—Lo único que le interesa a Cameron son los caballos, su esposa y su hija... no necesariamente por ese orden.
Trent hizo un saludo con la cabeza mientras Cameron se acercaba a donde estaban.
—Hola, Cam.
—Hola, Trent —saludó Cameron.
—Este es Harry Styles, de Great Falls. Le estaba contando lo bien que se te da atrapar y domar caballos.
—¿Es usted ranchero, señor Styles? —preguntó Cameron mientras estrechaba la mano de Harry.
—De momento no, pero puede que en el futuro. En algún momento me gustaría tener un pequeño rancho con algunos caballos —contestó Harry, sorprendiéndose al comprobar que lo que acababa de decir era cierto.
—Hay mucha tierra sin explotar en Mustang.
—Probablemente buscaré por la zona de Great Falls —contestó Harry. Tomó nota mental para tan-tear la posibilidad de comprar alguna propiedad cuando regresara a Great Falls.
—Espero que tenga suerte —dijo Cameron, que apenas podía disimular sus ganas de volver con el caballo.
Trent miró su reloj.
—Supongo que ya va siendo hora de que volvamos. Elena y yo tenemos nuestra sesión con Barbara después de la cena.
—¿Qué te decidió a hacer el cursillo? —preguntó Harry mientras regresaban al todo terreno de Trent. Trent se encogió de hombros. —Elena pensó que nos vendría bien —dedicó a Harry un guiño cómplice—. Ya conoces a las muje¬res, les encantan este tipo de cosas.
—¿Y a ti no te importó? —preguntó Harry. Trent sonrió como si fuera poseedor del secreto más fantástico del mundo.
—¡Claro que no! Me hace feliz lo que le haga feliz a ella, y esto tampoco requiere tanto esfuerzo.
Harry volvió a sentir una envidia atípica en él. Mientras regresaban al rancho pensó en la sonrisa de Trent. Había sido algo más que el simple gesto de un hombre feliz. Había sido la sonrisa de un hombre que hnbía encontrado el secreto de una profunda dicha, y lo había encontrado en la felicidad de su esposa.
Harry nunca había pensado demasiado en el matrimonio y la familia. Nunca le habían interesado esos temas. Pero de pronto empezaba a pensar en la idea, tratando de imaginar lo que sería amar a una mujer todos los días y noches de su vida. ¿Qué sen¬tiría sosteniendo entre sus brazos a un Harry Júnior o a una Ashley recién nacida? Por primera vez en su vida, la idea no lo asustó.
Tal vez había llegado el momento de empezar a buscar una esposa. Tenía treinta y tres años. Si iba a tener familia, no quería empezar cuando ya fuera demasiado mayor como para disfrutar de los niños.
—¿Te gusta ser padre? —preguntó a Trent.
Trent asintió.
—Aunque no haga otra cosa en la vida aparte de criar a mi hijo, ya habré hecho algo importante —replicó. Tras una pausa, sonrió y preguntó—: ¿Te pone un poco nervioso el embarazo de tu mujer?
—El embarazo... Oh, sí... un poco —por un instante, Harry sintió el impulso de sincerarse con Trent diciéndole que su matrimonio y el embarazo de ______ no eran más que mentiras.
—No te preocupes —dijo Trent—. Tener hijos es casi tan divertido como hacerlos.
Harry le dedicó una débil sonrisa. El impulso de sincerarse pasó. No tendría sentido decir la verdad y arriesgarse a perder a Brody como cliente por un momentáneo ataque de mala conciencia.
Cuando llegaron al rancho, Trent fue a reunirse con su esposa y Barbara en la biblioteca, y Harry subió a su habitación, donde encontró a ______ caminando de un lado a otro.
—¿Intentas hacer un agujero en la alfombra? —pre¬guntó.
—No, solo estaba pensando —contestó ella, y se sentó en el sofá con expresión preocupada—. ¿Has visto los caballos del cuñado de Trent?
—Algunos —Harry se sentó en el borde de la cama.
Sabía que se había ido bruscamente, dejando allí sola a ______. Pero, de algún modo, sentía que todos aquellos inquietantes pensamientos sobre el matrimonio y la familia giraban en torno a la mujer que estaba sentada frente a él. Y eso lo asustaba.
Desde que ______ empezó a trabajar para él, dos años antes, no solo sus negocios, sino también su vida personal, habían fluido con gran suavidad.
El año anterior a encontrarla había tenido cinco se¬cretarias. Intuía que encontrar una esposa adecuada sería mucho más fácil que encontrar una buena secretaria. Y no estaba dispuesto a arriesgar lo que tenía si¬guiendo un impulso de locura o cediendo al absurdo deseo que sentía por ella en algunos momentos.
—¿Qué quieres hacer antes de comer? —preguntó ______—. ¿O tienes ya algún plan? —miró su reloj—. Aún tenemos una hora y media libre.
—Tú haz lo que quieras —Harry se tumbó en la cama—. Yo creo que voy a echar una pequeña siesta —era hora de recuperar y mantener las distancias con ella. Cerró los ojos, demasiado consciente de su presencia en el dormitorio.
—De acuerdo. Entonces nos vemos en el comedor.
Harry gruñó una ambigua respuesta. Oyó que ______ se levantaba y sintió que lo miraba, dubitativa. Luego oyó sus pasos mientras salía del dormitorio.
Suspiró, aliviado, esperando que el aroma de su perfume se fuera con ella.
Cuatro días más y aquella loca semana habría acabado. Cuatro días más y estarían de vuelta en Great Falls.
Sin duda, podría superar aquellos cuatro días. Podía seguir simulando ser su marido a la vez que se mantenía lo suficientemente distanciado de ella para no poner en peligro su relación de trabajo.
Y, durante los dos días siguientes, Harry logró mantener las distancias. Siguió interpretando su papel de marido feliz, aunque notó que ______ sentía con toda claridad su distanciamiento. Vio preguntas no formuladas en sus ojos, pero no las respondió. ¿Qué sentido habría tenido confesar que le gustaba su secretaria? Sobre todo porque no tenía intención de hacer nada respecto a sus sentimientos por ella.
Los únicos momentos en los que se tocaban era mientras dormían. Cada noche, a pesar de que Harry se proponía que no fuera así, sus cuerpos buscaban la calidez y el placer de tocar al otro. Y cada mañana despertaban abrazados y se apartaban como si aquel contacto los quemara.
Para el sábado por la tarde, Harry se felicitó en si¬lencio por un trabajo bien hecho. No solo habían engañado a Brody y a Barbara, sino a las demás parejas y, además, él había logrado dejar a un lado sus extraños sentimientos por ______.
Aquellos momentos de deseo, aquella loca necesidad de abrazarla, de besarla, habían pasado y, al día siguiente a primera hora, regresarían a Great Falls, de vuelta a sus vidas normales y separadas.
Dedicó a ______ una confiada sonrisa mientras empezaban su última sesión privada con Barbara. Como habían hecho durante toda la semana, se sentaron en la mullida alfombra que había junto a la chimenea mientras Barbara ocupaba un sillón a cierta distancia de ellos.
—He disfrutado mucho trabajando con vosotros dos durante esta semana —dijo Barbara—. Dentro de unos días os mandaré un breve cuestionario. Espero que os toméis el tiempo necesario para contarme lo que os ha parecido esta experiencia y lo que ha funcionado y lo que no para vuestra relación.
—También ha sido una semana estupenda para nosotros, Barbara —dijo ______. Harry asintió, satisfecho como siempre con el encanto natural de su secretaria.
Sería una esposa estupenda para cualquier hombre, pensó, tratando de reprimir una punzada de pesar. Tenerla sería un auténtico logro en la vida de cualquiera. Pero él no la quería como esposa. La necesitaba desesperadamente como secretaria.
—De acuerdo —Barbara unió sus manos y sonrió—. Hoy vamos a experimentar algo divertido. Las parejas no tardan mucho en dar el sexo por sentado. Las noches de largas caricias e interminables jugueteos suelen terminar pronto tras la boda.
Harry sintió que el corazón le daba un vuelco. ¿Qué pretendía Barbara que hicieran? ¿Practicar algún juego íntimo allí mismo, en la biblioteca, ante ella? Seguro que no. Miró a ______ y vio que su rostro reflejaba la misma ansiedad que él sentía.
Barbara rió.
—Deberíais veros las caras. No os preocupéis, no soy una mirona empeñada en compartir unos mo¬mentos íntimos con vosotros. De hecho, no quiero que os acariciéis en un sentido sexual, aunque sí quiero que os toquéis el uno al otro.
—¿Qué quieres decir? —Harry trató de no mostrar la aprensión que sentía. Tocar a ______, de cualquier manera, se había convertido en una exquisita forma de tortura.
—Empezaremos contigo, Harry —dijo Babrbara—. Quiero que explores el rostro de ______ con las manos.
Harry miró a ______, preguntándose si alguien más en la habitación podría oír los fuertes latidos de su corazón. No quería tocarla... porque deseaba con toda el alma hacerlo.
Enmarcó su rostro con las manos y luego miró a Barbara.
—No estoy seguro de lo que quieres que haga.
—Cierra los ojos. Simula que tu única forma de ver es con los dedos —explicó Barbara—. Empieza con el pelo y luego sigue por el rostro.
Harry cerró los ojos y desató el pañuelo que suje¬taba el pelo de ______ en la nuca. Los sedosos me¬chones resultaban maravillosamente eróticos contra las palmas de sus manos. Comprendió que había so¬ñado con hacer aquello desde que la vio con el pelo suelto la mañana que fue a recogerla a su casa.
Tras disfrutar un rato con aquello, deslizó las pun¬tas de los dedos por su frente, por sus perfectamente arqueadas cejas y a lo largo de su nariz. Su piel era mucho más suave de lo que había imaginado.
Sus mejillas desprendían calor y cuando deslizó los dedos con ligereza por sus labios, Harry abrió los ojos y la miró.
¿Cómo era posible que hubiera considerado al¬guna vez a ______ como un chica del montón? Sus ojos color ámbar despedían un brillo que lo dejó sin aliento. Sus largas pestañas revolotearon un momento cuando apartó la mirada, avergonzada.
A continuación fue ella la que exploró los rasgos de Harry. Las puntas de sus dedos estaban frías y temblaron ligeramente cuando las deslizó por sus cejas y mejillas. Cuando le tocó los labios, él sintió que el fuego que había estado latente en su interior se inflamaba en llamas.
Sintió el aliento de ______ en el rostro, cálido, dulce y ligeramente agitado, demostrando que ella también se sentía afectada por aquel ejercicio de ca¬ricias.
—De acuerdo —la voz de Barbara rompió el em¬brujo. ______ apartó las manos y Harry dio un pro¬fundo suspiro.
—Ahora las manos —dijo Barbara—. Quiero que os exploréis mutuamente las manos.
El corazón de Harry volvió a latirle descompasadamente en el pecho. Quería salir de allí, alejarse de ______. Pero, en lugar de saltar y marcharse de allí corriendo, en lugar de hacer una escena, tomó las manos de ______ entre las suyas.
Pequeñas. Delicadas. Harry nunca había imagi¬nado que unas manos pudieran ser tan eróticas.
—Solo voy a poneros un deber más —dijo Barbara al cabo de unos momentos. Harry soltó las manos de ______, agradecido por la interrupción—. Quiero que esta noche exploréis vuestros cuerpos. Quiero que toquéis y acariciéis todos los rincones, excepto las zonas erógenas más habituales. Los brazos, las pier¬nas, las rodillas, los hombros... Quiero que ambos os deis cuenta de que hacer el amor no es solo una cuestión de tocar los órganos sexuales. Tomaos el tiempo necesario para descubrir esas secretas zonas erógenas que todos tenemos. Y eso es todo —concluyó, levantándose.
Harry saltó de la alfombra como si un pie invisi¬ble le hubiera dado una patada. ______ también se puso en pie, con las mejillas a juego con la camiseta roja que llevaba puesta.
—Nos vemos a la hora de cenar —dijo Barbara. Con una sonrisa, salió de la biblioteca.
—Vaya —dijo Harry, forzando una animada son¬risa—. Esto sí que ha sido intenso.
—Demasiado, para mí —dijo ______, sin mirarlo—. Ese es un deber que no vamos a completar.
Harry sintió una punzada de remordimiento. Cuando ______ iba a salir, la tomó por el brazo.
—Lo siento, ______. No sabía en qué nos estába¬mos metiendo cuando planeé esto.
______ se apartó de él y se encogió de hombros.
—No te preocupes.
—Pero no sabías que te iba a toquetear cuando aceptaste hacerte pasar por mi esposa —Harry miró su rostro, buscando algún indicio de que no estaba enfadada, de que todo iba bien—. Necesito saber que podemos dejar todo esto atrás cuando volvamos al trabajo.
—Claro que podemos —dijo ______, aunque sin mirarlo.
—¿Estás segura?
—No hay problema —contestó ______, mirándolo finalmente—. Cuando volvamos a la oficina me qui¬taré el anillo, tu volverás a ser el señor Styles y yo recibiré la gratificación que hará que todo lo sucedido merezca la pena.
Harry sintió una extraña decepción al oír mencio¬nar el dinero, aunque no entendía por qué. Sabía desde el principio que ______ había aceptado inter¬venir en aquella farsa por dinero.
Sus sonrisas, su risa, incluso el beso que habían compartido, habían sido parte de su interpretación, una interpretación necesaria para ganarse la gratificación y para que él pudiera conservar a Robinson como cliente. La base de todo era el dinero. Por un momento casi lo había olvidado.
—Si no te importa, creo que voy a echarme un rato antes de cenar. Me duele la cabeza —dijo ______.
Harry sonrió.
—Nuestro primer dolor de cabeza —dijo, tratando de recuperar el humor de los días pasados.
—Supongo que sí —respondió ______, aunque sin sonreír. Sin decir nada más, se volvió y salió de la biblioteca.
Harry se sentó en un sillón, preguntándose porqué se sentía tan deprimido. Habían superado la se¬mana sin despertar las sospechas de nadie. Brody aún seguía siendo su cliente y, cuando volvieran a Great Falls, todo seguiría igual que antes. Entonces, ¿por qué se sentía tan mal?
______ se puso el pijama, agradeciendo que aquella fuera la última noche que iba a compartir la cama con Harry Styles. Aquella era la última no¬che que iban a simular una relación que no existía, que nunca existiría.
Comprobó que tenía abrochado el último botón del pijama y se apartó del espejo del baño. Llevaba allí tiempo suficiente como para que Harry se hu¬biera quedado dormido.
Salió silenciosamente y se acercó a la cama. Apagó la lámpara de la mesilla de noche y se acostó de espaldas a Harry, quien, efectivamente, parecía profundamente dormido.
Todas las noches se aferraba a su lado de la cama como si estuviera al borde de un precipicio, y todas, cuando se quedaba dormida, acababa en medio de la cama y en brazos de Harry.
La habitación estaba en silencio, excepto por el sonido de sus respiraciones. ______ cerró los ojos y trató de relajar su mente para que el sueño se apoderara de ella, pero su mente se negó a colaborar.
Solo podía pensar en el ejercicio que habían practicado con Barbara esa tarde. Tocar el rostro de Harry, explorar sus atractivos rasgos con las yemas de los dedos había despertado una intensa oleada de deseo en su interior... un deseo que nunca había sentido hasta entonces.
El resto del día se había sentido sofocada y no había sido capaz de pensar en otra cosa que en Harry.
—¿______?
La voz profunda de Harry la sobresaltó. Por un instante pensó en no responder, en simular que dormía.
—¿Estás dormida?
—No —contestó finalmente, y se tumbó de espal¬das sobre la cama.
Harry, que estaba de costado, se apoyó sobre un codo y la miró.
—Estoy pensando en comprar algo de tierra cuando volvamos a Great Falls —dijo—. Nada demasiado grande. Lo suficiente para una casa y un esta¬blo con un par de caballos.
______ lo miró sin ocultar su sorpresa.
—¿Y tu negocio?
—Oh, eso no cambiará, aunque puede que em¬piece a trabajar menos para tener más tiempo libre —Harry se tumbó de espaldas y miró el techo—. Estos últimos días he estado pensando bastante.
—¿Sobre qué? —preguntó ______.
—El día que nos arrebataron el rancho y todas nuestras posesiones juré que trabajaría lo que hiciera falta para hacerme lo suficientemente rico como para que nadie pudiera volver a quitarme nada —Harry volvió a ponerse de costado para mirar a ______—. Ahora comprendo que aunque hubiera per¬dido a Brody como cliente el negocio habría seguido marchando bien.
—¿Me estás diciendo que lo sucedido esta semana no era realmente necesario?
—Al menos, no por los motivos que te dije originalmente —Harry permaneció unos momentos en silencio—. Pero puede que fuera necesario por otros. Sin esta semana, no habría llegado a darme cuenta de que había perdido el camino de mi meta original.
—¿Y cuál era tu meta original? —preguntó ______. Ambos estaban hablando con gran suavidad. Resul¬taba extraño estar tumbada junto a Harry, susurrando en la oscuridad.
—La felicidad —Harry respiró profundamente—. Cuando puse en marcha la agencia de publicidad, mi plan era ganar suficiente dinero para comprar algo de tierra y conseguir un caballo como el que me quitaron. Sí, en cuanto vuelva me voy a comprar un rancho con un par de acres de terreno —sus ojos brillaron con ilusión.
—Debería ser una casa con un gran porche delantero —dijo ______, imaginando con facilidad el lugar.
—Sí... Un porche en el que pueda sentarme por la tarde a contemplar la puesta de sol.
—O disfrutar de tu primer café viendo amanecer —añadió ______.
Harry asintió y sus labios esbozaron una suave sonrisa.
—El establo será del tradicional color rojo, y la casa tendrá alrededor una valla blanca de madera.
—Con flores plantadas por todas partes, floreciendo en diversas épocas del año.
—Va a ser fantástico.
—Perfecto —asintió ______, con un toque de añoranza, deseando que aquel fuera un sueño compartido entre ambos. Pero no debía olvidar que Harry no contaba con ella en sus planes.
—Eso es lo que siempre he querido... de lo que me había despistado. Pensaba que algún día me casaría, que tendría hijos, y que mi negocio iría tan bien que ellos nunca tendrían que sufrir la pérdida de su hogar.
Pensar en Harry casándose con alguna mujer y te¬niendo familia en un pequeño rancho hizo que ______ sintiera una anhelante añoranza.
—Es un sueño muy bonito, Harry, y espero que lo¬gres que se cumpla —también esperaba que no notara que su voz se había vuelto más grave de lo habitual.
—Si lo logro, será gracias a ti. Si no hubieras aceptado venir conmigo esta semana, no me habría dado cuenta de hasta qué punto me había desviado de mi meta original. Esta semana y tú me habéis re¬cordado todas las cosas que quiero de la vida. Y te estoy muy agradecido por ello —antes de que ______ se diera cuenta de cuál era su intención, Harry se inclinó sobre ella y la besó.
UP!!!!!
Perfect Wife: Capitulo 7
Capítulo 7
—Tranquilo, muchacho, tranquilo —Cameron Gallagher trató de apaciguar al enorme semental acariciándole el cuello.
El gran caballo negro estaba encerrado en un corral. Harry y Trent estaban junto a la valla, observando cómo trabajaba Cameron con el animal.
—Es precioso, ¿verdad? —dijo Trent.
—Desde luego —asintió Harry.
—Cam lo atrapó hace un par de semanas en un cañón por el que suelen deambular varias manadas de caballos salvajes —explicó Trent—. Hacía varios meses que le había echado el ojo.
—Se nota que sabe manejar a los caballos —dijo Harry, observando las maniobras de aquel vaquero alto y moreno con el animal.
—Lo único que le interesa a Cameron son los caballos, su esposa y su hija... no necesariamente por ese orden.
Trent hizo un saludo con la cabeza mientras Cameron se acercaba a donde estaban.
—Hola, Cam.
—Hola, Trent —saludó Cameron.
—Este es Harry Styles, de Great Falls. Le estaba contando lo bien que se te da atrapar y domar caballos.
—¿Es usted ranchero, señor Styles? —preguntó Cameron mientras estrechaba la mano de Harry.
—De momento no, pero puede que en el futuro. En algún momento me gustaría tener un pequeño rancho con algunos caballos —contestó Harry, sorprendiéndose al comprobar que lo que acababa de decir era cierto.
—Hay mucha tierra sin explotar en Mustang.
—Probablemente buscaré por la zona de Great Falls —contestó Harry. Tomó nota mental para tan-tear la posibilidad de comprar alguna propiedad cuando regresara a Great Falls.
—Espero que tenga suerte —dijo Cameron, que apenas podía disimular sus ganas de volver con el caballo.
Trent miró su reloj.
—Supongo que ya va siendo hora de que volvamos. Elena y yo tenemos nuestra sesión con Barbara después de la cena.
—¿Qué te decidió a hacer el cursillo? —preguntó Harry mientras regresaban al todo terreno de Trent. Trent se encogió de hombros. —Elena pensó que nos vendría bien —dedicó a Harry un guiño cómplice—. Ya conoces a las muje¬res, les encantan este tipo de cosas.
—¿Y a ti no te importó? —preguntó Harry. Trent sonrió como si fuera poseedor del secreto más fantástico del mundo.
—¡Claro que no! Me hace feliz lo que le haga feliz a ella, y esto tampoco requiere tanto esfuerzo.
Harry volvió a sentir una envidia atípica en él. Mientras regresaban al rancho pensó en la sonrisa de Trent. Había sido algo más que el simple gesto de un hombre feliz. Había sido la sonrisa de un hombre que hnbía encontrado el secreto de una profunda dicha, y lo había encontrado en la felicidad de su esposa.
Harry nunca había pensado demasiado en el matrimonio y la familia. Nunca le habían interesado esos temas. Pero de pronto empezaba a pensar en la idea, tratando de imaginar lo que sería amar a una mujer todos los días y noches de su vida. ¿Qué sen¬tiría sosteniendo entre sus brazos a un Harry Júnior o a una Ashley recién nacida? Por primera vez en su vida, la idea no lo asustó.
Tal vez había llegado el momento de empezar a buscar una esposa. Tenía treinta y tres años. Si iba a tener familia, no quería empezar cuando ya fuera demasiado mayor como para disfrutar de los niños.
—¿Te gusta ser padre? —preguntó a Trent.
Trent asintió.
—Aunque no haga otra cosa en la vida aparte de criar a mi hijo, ya habré hecho algo importante —replicó. Tras una pausa, sonrió y preguntó—: ¿Te pone un poco nervioso el embarazo de tu mujer?
—El embarazo... Oh, sí... un poco —por un instante, Harry sintió el impulso de sincerarse con Trent diciéndole que su matrimonio y el embarazo de ______ no eran más que mentiras.
—No te preocupes —dijo Trent—. Tener hijos es casi tan divertido como hacerlos.
Harry le dedicó una débil sonrisa. El impulso de sincerarse pasó. No tendría sentido decir la verdad y arriesgarse a perder a Brody como cliente por un momentáneo ataque de mala conciencia.
Cuando llegaron al rancho, Trent fue a reunirse con su esposa y Barbara en la biblioteca, y Harry subió a su habitación, donde encontró a ______ caminando de un lado a otro.
—¿Intentas hacer un agujero en la alfombra? —pre¬guntó.
—No, solo estaba pensando —contestó ella, y se sentó en el sofá con expresión preocupada—. ¿Has visto los caballos del cuñado de Trent?
—Algunos —Harry se sentó en el borde de la cama.
Sabía que se había ido bruscamente, dejando allí sola a ______. Pero, de algún modo, sentía que todos aquellos inquietantes pensamientos sobre el matrimonio y la familia giraban en torno a la mujer que estaba sentada frente a él. Y eso lo asustaba.
Desde que ______ empezó a trabajar para él, dos años antes, no solo sus negocios, sino también su vida personal, habían fluido con gran suavidad.
El año anterior a encontrarla había tenido cinco se¬cretarias. Intuía que encontrar una esposa adecuada sería mucho más fácil que encontrar una buena secretaria. Y no estaba dispuesto a arriesgar lo que tenía si¬guiendo un impulso de locura o cediendo al absurdo deseo que sentía por ella en algunos momentos.
—¿Qué quieres hacer antes de comer? —preguntó ______—. ¿O tienes ya algún plan? —miró su reloj—. Aún tenemos una hora y media libre.
—Tú haz lo que quieras —Harry se tumbó en la cama—. Yo creo que voy a echar una pequeña siesta —era hora de recuperar y mantener las distancias con ella. Cerró los ojos, demasiado consciente de su presencia en el dormitorio.
—De acuerdo. Entonces nos vemos en el comedor.
Harry gruñó una ambigua respuesta. Oyó que ______ se levantaba y sintió que lo miraba, dubitativa. Luego oyó sus pasos mientras salía del dormitorio.
Suspiró, aliviado, esperando que el aroma de su perfume se fuera con ella.
Cuatro días más y aquella loca semana habría acabado. Cuatro días más y estarían de vuelta en Great Falls.
Sin duda, podría superar aquellos cuatro días. Podía seguir simulando ser su marido a la vez que se mantenía lo suficientemente distanciado de ella para no poner en peligro su relación de trabajo.
Y, durante los dos días siguientes, Harry logró mantener las distancias. Siguió interpretando su papel de marido feliz, aunque notó que ______ sentía con toda claridad su distanciamiento. Vio preguntas no formuladas en sus ojos, pero no las respondió. ¿Qué sentido habría tenido confesar que le gustaba su secretaria? Sobre todo porque no tenía intención de hacer nada respecto a sus sentimientos por ella.
Los únicos momentos en los que se tocaban era mientras dormían. Cada noche, a pesar de que Harry se proponía que no fuera así, sus cuerpos buscaban la calidez y el placer de tocar al otro. Y cada mañana despertaban abrazados y se apartaban como si aquel contacto los quemara.
Para el sábado por la tarde, Harry se felicitó en si¬lencio por un trabajo bien hecho. No solo habían engañado a Brody y a Barbara, sino a las demás parejas y, además, él había logrado dejar a un lado sus extraños sentimientos por ______.
Aquellos momentos de deseo, aquella loca necesidad de abrazarla, de besarla, habían pasado y, al día siguiente a primera hora, regresarían a Great Falls, de vuelta a sus vidas normales y separadas.
Dedicó a ______ una confiada sonrisa mientras empezaban su última sesión privada con Barbara. Como habían hecho durante toda la semana, se sentaron en la mullida alfombra que había junto a la chimenea mientras Barbara ocupaba un sillón a cierta distancia de ellos.
—He disfrutado mucho trabajando con vosotros dos durante esta semana —dijo Barbara—. Dentro de unos días os mandaré un breve cuestionario. Espero que os toméis el tiempo necesario para contarme lo que os ha parecido esta experiencia y lo que ha funcionado y lo que no para vuestra relación.
—También ha sido una semana estupenda para nosotros, Barbara —dijo ______. Harry asintió, satisfecho como siempre con el encanto natural de su secretaria.
Sería una esposa estupenda para cualquier hombre, pensó, tratando de reprimir una punzada de pesar. Tenerla sería un auténtico logro en la vida de cualquiera. Pero él no la quería como esposa. La necesitaba desesperadamente como secretaria.
—De acuerdo —Barbara unió sus manos y sonrió—. Hoy vamos a experimentar algo divertido. Las parejas no tardan mucho en dar el sexo por sentado. Las noches de largas caricias e interminables jugueteos suelen terminar pronto tras la boda.
Harry sintió que el corazón le daba un vuelco. ¿Qué pretendía Barbara que hicieran? ¿Practicar algún juego íntimo allí mismo, en la biblioteca, ante ella? Seguro que no. Miró a ______ y vio que su rostro reflejaba la misma ansiedad que él sentía.
Barbara rió.
—Deberíais veros las caras. No os preocupéis, no soy una mirona empeñada en compartir unos mo¬mentos íntimos con vosotros. De hecho, no quiero que os acariciéis en un sentido sexual, aunque sí quiero que os toquéis el uno al otro.
—¿Qué quieres decir? —Harry trató de no mostrar la aprensión que sentía. Tocar a ______, de cualquier manera, se había convertido en una exquisita forma de tortura.
—Empezaremos contigo, Harry —dijo Babrbara—. Quiero que explores el rostro de ______ con las manos.
Harry miró a ______, preguntándose si alguien más en la habitación podría oír los fuertes latidos de su corazón. No quería tocarla... porque deseaba con toda el alma hacerlo.
Enmarcó su rostro con las manos y luego miró a Barbara.
—No estoy seguro de lo que quieres que haga.
—Cierra los ojos. Simula que tu única forma de ver es con los dedos —explicó Barbara—. Empieza con el pelo y luego sigue por el rostro.
Harry cerró los ojos y desató el pañuelo que suje¬taba el pelo de ______ en la nuca. Los sedosos me¬chones resultaban maravillosamente eróticos contra las palmas de sus manos. Comprendió que había so¬ñado con hacer aquello desde que la vio con el pelo suelto la mañana que fue a recogerla a su casa.
Tras disfrutar un rato con aquello, deslizó las pun¬tas de los dedos por su frente, por sus perfectamente arqueadas cejas y a lo largo de su nariz. Su piel era mucho más suave de lo que había imaginado.
Sus mejillas desprendían calor y cuando deslizó los dedos con ligereza por sus labios, Harry abrió los ojos y la miró.
¿Cómo era posible que hubiera considerado al¬guna vez a ______ como un chica del montón? Sus ojos color ámbar despedían un brillo que lo dejó sin aliento. Sus largas pestañas revolotearon un momento cuando apartó la mirada, avergonzada.
A continuación fue ella la que exploró los rasgos de Harry. Las puntas de sus dedos estaban frías y temblaron ligeramente cuando las deslizó por sus cejas y mejillas. Cuando le tocó los labios, él sintió que el fuego que había estado latente en su interior se inflamaba en llamas.
Sintió el aliento de ______ en el rostro, cálido, dulce y ligeramente agitado, demostrando que ella también se sentía afectada por aquel ejercicio de ca¬ricias.
—De acuerdo —la voz de Barbara rompió el em¬brujo. ______ apartó las manos y Harry dio un pro¬fundo suspiro.
—Ahora las manos —dijo Barbara—. Quiero que os exploréis mutuamente las manos.
El corazón de Harry volvió a latirle descompasadamente en el pecho. Quería salir de allí, alejarse de ______. Pero, en lugar de saltar y marcharse de allí corriendo, en lugar de hacer una escena, tomó las manos de ______ entre las suyas.
Pequeñas. Delicadas. Harry nunca había imagi¬nado que unas manos pudieran ser tan eróticas.
—Solo voy a poneros un deber más —dijo Barbara al cabo de unos momentos. Harry soltó las manos de ______, agradecido por la interrupción—. Quiero que esta noche exploréis vuestros cuerpos. Quiero que toquéis y acariciéis todos los rincones, excepto las zonas erógenas más habituales. Los brazos, las pier¬nas, las rodillas, los hombros... Quiero que ambos os deis cuenta de que hacer el amor no es solo una cuestión de tocar los órganos sexuales. Tomaos el tiempo necesario para descubrir esas secretas zonas erógenas que todos tenemos. Y eso es todo —concluyó, levantándose.
Harry saltó de la alfombra como si un pie invisi¬ble le hubiera dado una patada. ______ también se puso en pie, con las mejillas a juego con la camiseta roja que llevaba puesta.
—Nos vemos a la hora de cenar —dijo Barbara. Con una sonrisa, salió de la biblioteca.
—Vaya —dijo Harry, forzando una animada son¬risa—. Esto sí que ha sido intenso.
—Demasiado, para mí —dijo ______, sin mirarlo—. Ese es un deber que no vamos a completar.
Harry sintió una punzada de remordimiento. Cuando ______ iba a salir, la tomó por el brazo.
—Lo siento, ______. No sabía en qué nos estába¬mos metiendo cuando planeé esto.
______ se apartó de él y se encogió de hombros.
—No te preocupes.
—Pero no sabías que te iba a toquetear cuando aceptaste hacerte pasar por mi esposa —Harry miró su rostro, buscando algún indicio de que no estaba enfadada, de que todo iba bien—. Necesito saber que podemos dejar todo esto atrás cuando volvamos al trabajo.
—Claro que podemos —dijo ______, aunque sin mirarlo.
—¿Estás segura?
—No hay problema —contestó ______, mirándolo finalmente—. Cuando volvamos a la oficina me qui¬taré el anillo, tu volverás a ser el señor Styles y yo recibiré la gratificación que hará que todo lo sucedido merezca la pena.
Harry sintió una extraña decepción al oír mencio¬nar el dinero, aunque no entendía por qué. Sabía desde el principio que ______ había aceptado inter¬venir en aquella farsa por dinero.
Sus sonrisas, su risa, incluso el beso que habían compartido, habían sido parte de su interpretación, una interpretación necesaria para ganarse la gratificación y para que él pudiera conservar a Robinson como cliente. La base de todo era el dinero. Por un momento casi lo había olvidado.
—Si no te importa, creo que voy a echarme un rato antes de cenar. Me duele la cabeza —dijo ______.
Harry sonrió.
—Nuestro primer dolor de cabeza —dijo, tratando de recuperar el humor de los días pasados.
—Supongo que sí —respondió ______, aunque sin sonreír. Sin decir nada más, se volvió y salió de la biblioteca.
Harry se sentó en un sillón, preguntándose porqué se sentía tan deprimido. Habían superado la se¬mana sin despertar las sospechas de nadie. Brody aún seguía siendo su cliente y, cuando volvieran a Great Falls, todo seguiría igual que antes. Entonces, ¿por qué se sentía tan mal?
______ se puso el pijama, agradeciendo que aquella fuera la última noche que iba a compartir la cama con Harry Styles. Aquella era la última no¬che que iban a simular una relación que no existía, que nunca existiría.
Comprobó que tenía abrochado el último botón del pijama y se apartó del espejo del baño. Llevaba allí tiempo suficiente como para que Harry se hu¬biera quedado dormido.
Salió silenciosamente y se acercó a la cama. Apagó la lámpara de la mesilla de noche y se acostó de espaldas a Harry, quien, efectivamente, parecía profundamente dormido.
Todas las noches se aferraba a su lado de la cama como si estuviera al borde de un precipicio, y todas, cuando se quedaba dormida, acababa en medio de la cama y en brazos de Harry.
La habitación estaba en silencio, excepto por el sonido de sus respiraciones. ______ cerró los ojos y trató de relajar su mente para que el sueño se apoderara de ella, pero su mente se negó a colaborar.
Solo podía pensar en el ejercicio que habían practicado con Barbara esa tarde. Tocar el rostro de Harry, explorar sus atractivos rasgos con las yemas de los dedos había despertado una intensa oleada de deseo en su interior... un deseo que nunca había sentido hasta entonces.
El resto del día se había sentido sofocada y no había sido capaz de pensar en otra cosa que en Harry.
—¿______?
La voz profunda de Harry la sobresaltó. Por un instante pensó en no responder, en simular que dormía.
—¿Estás dormida?
—No —contestó finalmente, y se tumbó de espal¬das sobre la cama.
Harry, que estaba de costado, se apoyó sobre un codo y la miró.
—Estoy pensando en comprar algo de tierra cuando volvamos a Great Falls —dijo—. Nada demasiado grande. Lo suficiente para una casa y un esta¬blo con un par de caballos.
______ lo miró sin ocultar su sorpresa.
—¿Y tu negocio?
—Oh, eso no cambiará, aunque puede que em¬piece a trabajar menos para tener más tiempo libre —Harry se tumbó de espaldas y miró el techo—. Estos últimos días he estado pensando bastante.
—¿Sobre qué? —preguntó ______.
—El día que nos arrebataron el rancho y todas nuestras posesiones juré que trabajaría lo que hiciera falta para hacerme lo suficientemente rico como para que nadie pudiera volver a quitarme nada —Harry volvió a ponerse de costado para mirar a ______—. Ahora comprendo que aunque hubiera per¬dido a Brody como cliente el negocio habría seguido marchando bien.
—¿Me estás diciendo que lo sucedido esta semana no era realmente necesario?
—Al menos, no por los motivos que te dije originalmente —Harry permaneció unos momentos en silencio—. Pero puede que fuera necesario por otros. Sin esta semana, no habría llegado a darme cuenta de que había perdido el camino de mi meta original.
—¿Y cuál era tu meta original? —preguntó ______. Ambos estaban hablando con gran suavidad. Resul¬taba extraño estar tumbada junto a Harry, susurrando en la oscuridad.
—La felicidad —Harry respiró profundamente—. Cuando puse en marcha la agencia de publicidad, mi plan era ganar suficiente dinero para comprar algo de tierra y conseguir un caballo como el que me quitaron. Sí, en cuanto vuelva me voy a comprar un rancho con un par de acres de terreno —sus ojos brillaron con ilusión.
—Debería ser una casa con un gran porche delantero —dijo ______, imaginando con facilidad el lugar.
—Sí... Un porche en el que pueda sentarme por la tarde a contemplar la puesta de sol.
—O disfrutar de tu primer café viendo amanecer —añadió ______.
Harry asintió y sus labios esbozaron una suave sonrisa.
—El establo será del tradicional color rojo, y la casa tendrá alrededor una valla blanca de madera.
—Con flores plantadas por todas partes, floreciendo en diversas épocas del año.
—Va a ser fantástico.
—Perfecto —asintió ______, con un toque de añoranza, deseando que aquel fuera un sueño compartido entre ambos. Pero no debía olvidar que Harry no contaba con ella en sus planes.
—Eso es lo que siempre he querido... de lo que me había despistado. Pensaba que algún día me casaría, que tendría hijos, y que mi negocio iría tan bien que ellos nunca tendrían que sufrir la pérdida de su hogar.
Pensar en Harry casándose con alguna mujer y te¬niendo familia en un pequeño rancho hizo que ______ sintiera una anhelante añoranza.
—Es un sueño muy bonito, Harry, y espero que lo¬gres que se cumpla —también esperaba que no notara que su voz se había vuelto más grave de lo habitual.
—Si lo logro, será gracias a ti. Si no hubieras aceptado venir conmigo esta semana, no me habría dado cuenta de hasta qué punto me había desviado de mi meta original. Esta semana y tú me habéis re¬cordado todas las cosas que quiero de la vida. Y te estoy muy agradecido por ello —antes de que ______ se diera cuenta de cuál era su intención, Harry se inclinó sobre ella y la besó.
UP!!!!!
LOS COMENTARIOS SON EL OXIGENO DEL ESCRITOR, ¡NO QUIERO MORIR JOVEN!
[/quote][/quote]EleanorJCalder
Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
Roochi.1D escribió:NUEVA LECTORAAAAAAAAAAAA :D
ME ENCANTAAAAAAAAA :love:
Me llamo Rocío, soy de Argentina y podes decirme como quieras xD
Espero el próximo.
Un beso ;)
Hola Rocio!! Gracias por pasarte espero verte por aquí pronto ;)
EleanorJCalder
Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
Ya la seguí linda :)laruskii escribió:Holaa! :D me encanta tu novelaa :3
siguela pronto
besos xx
atte: Lara ;)
EleanorJCalder
Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
LalaHoran escribió:hdjkghsjglslda excelentee capituloo y cada vez mas emocionaantee la novelaa espero la sigas prontoo besoos!
Graciaaaas :DDDDD
EleanorJCalder
Re: Perfect Wife [Harry Styles] Terminada
majo.cho escribió: Holis soy nueva lectora me encanta la nove pero me paso una tragedia mi unicornio rosado se escapo y tuve que mandar a mi dragon rojo a buscarlo y porque se escapo mi unicornio pues porque queria seguir leyanedo la nove ves lo que me haces!!!
PD: mi unicornio dece que la sigas
PD2: me ENCANTA tu nove
PD3: vas a creer que estoy loca
PD4: me siento una baby ya que vos en la universidad y te apuesto que todas tus lectoras ya son grandes y yo aqui con 12 años encerio :(
PD5: ya no te voy a molestar y me voy a callar
PD6:perdon pero me llamo maría jose decime Majo
PD7: ahora si me voy CHAO y Pura Vida (palabra costarricence)
PD8: SIGUEEE
HOLA HERMOSA MAJO!! :D
No creo que estés loca, la verdad es que paso mucho tiempo cuidando mi unicornio :P
No debes sentirte mal por tener 12, ya quisiera yo tener 12 ser grande es el asco :S
!muchismas gracias por pasarte! Recuerda que eres más que bienvenida :D
-Juli
EleanorJCalder
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