No Regrets - Niall Horan y tú

Cuando llegamos al boliche, dimos las entradas y entramos. Estaba abarrotado de gente, el sonido hacia retumbar todo, creo que incluso nosotras retumbábamos.
-Hola, preciosas-escuchamos una voz masculina detrás de nosotras.
-Zayn…-dijo Lin dándose vuelta y saludando a mi primo
-¿Quién más…?-comenzó pero al ver a Linna de frente se quedó embobado-Wow…Lin…estas….-pero no pudo terminar y comenzó a pasar las manos por su cabello. Amaba verlo así de nervioso, pero al parecer a Lin lo único que le producía era más nerviosismo del que ya tenía y se puso tan roja como la blusa que tenia puesta que ni siquiera podía diferenciara de su piel.
-Tú también te ves muy bien, Z-dije sacándolos del trance.
-Oh…hola R-me dio un beso en la mejilla el cual correspondí con mucho gusto y aproveché para susurrarle algo que simplemente lo puso más nervioso de lo que ya estaba.
-Podrías ser algo mas considerada, Rae-me retó Liam cuando me acerque a saludarlo.
-¿Por qué? Si no, no sería divertido-le dije picara.
Cuando terminamos de saludar a los que estaban allí (Liam, Lou, Harry y Z) hablamos un rato hasta que Zayn y Linna se fueron a bailar. Harry se fue con una chica que solo Dios sabía su nombre. Cuando estábamos por ir a bailar con los chicos restantes aparecieron Any y Niall así que nosotras pegamos media vuelta y nos dirigimos a la pista de baile, solas.
Paso un rato largo, eran como las 2:15 de la mañana. Hasta ese momento lo único que habíamos hecho había sido bailar como unas locas sin parar. En ese momento estábamos afuera con unos amigos de Ronny, debido a la falta de aire. Aun que en realidad los chicos estaban tan lindos que no te dejaban ni respirar.
-Voy a tomar algo- avisé ya que me moría de sed. Me dirigí a la barra y pedí un agua.
Cuando estaba tomando de la botella sentí, por detrás, unas manos que muy delicadamente pero extremadamente posesivamenete se apoderaban de mi cintura y me acercaban al cuerpo de aquel desconocido que comenzaba besarme el cuello con cortos y húmedos besos mientras me susurraba cosas que no escuchaba debido al volumen de la música.
Intente soltarme pero lo único que conseguí fue quedar de frente a aquella persona que me empujo contra la pared para luego pegar nuestros cuerpos e impedir que cualquier brisa pasara entre nosotros. Entre tanto con sus labios seguía depositando cortos pero necesitados besos por mi cuello y clavícula, también sus manos vagaban por todo mi cuerpo.
Necesitaba saber quién era pero no lograba darme cuenta debido a que su cara estaba en mi cuello. Con ambas manos, que hasta ese momento habían estado en el pecho del muchacho intentando de separarlo, lo tomé por la mandíbula para que me mirara a los ojos.
El muchacho cedió feliz al pensar que yo iba a corresponderle el beso y me encontré con lo que menos me esperaba en la vida. Me encontré con un par de ojo color cielo que me miraban con un deseoso, esos hermosos ojos estaban en un hermoso rostro de labios finos y piel blancuzca enmarcada por una melena rubia….
-Niall!...¡salte! ¡No me toques!- le grité empujándolo hacia un costado, se ve que lo había desconcentrado al hacer que me mirara. Eche a correr hacia fuera para ir con Vicky, pero no la encontré y lo único que conseguí fue que Niall me encontrara fácilmente y viniera detrás de mí.
Me dirigí a los baños asiendo un pequeño zigzag para perderlo. Una vez en el baño entre en un tóale y me puse a pensar rápidamente lo que debía hacer. Sin darle tiempo a mis lagrimas para salir.
Me tenía que ir de cualquier forma de allí, tenía que asimilar lo que había pasado, tenía que analizarlo pues no entendía nada de nada y eso me desesperaba. Tomé el teléfono y marqué el número de papá.
-Hola…-se escucho la voz adormilada del otro lado.
-Papá
-¿Rae, qué sucede?-me pregunto
-Necesito que me vengas a buscar…emmm no me siento muy bien, sabes
-Oh sí, claro. En media hora estoy allí.
Listo, primer problema solucionado ahora tenía que avisar a Vicky, a Ronny y a Linna. Llamé a Liam, ya que él podría sacarlo de la puerta del baño, y así lo hizo. Sin preguntar, simplemente escuchó el pedido que más bien tomó como una orden, debido a mi tono de voz y porque estaba acostumbrado a mis indicaciones sin motivo, se puso manos a la obra.
Luego de unos diez minutos me mando un mensaje diciendo que tenía el camino libre, cuando salí me encontré con Vicky y Lou a quienes Liam había avisado de que algo me sucedía y vinieron. Les dije que luego les explicaría pero que en ese momento me tenía que ir.
Me acompañaron a la puerta y luego de unos quince minutos apareció mi papá en el auto, al cual subí gustosa.

Hola Nazarena, bienvenida, gracias por leer. Bueno a vos y a todas.
xoxoxo
PD: mañana les subo el cap

Una vez subida en el auto en la parte de atrás me puse el cinturón, subí mis piernas al asiento y apoyé mi espalda contra la puerta. La música de papá sonaba, no muy fuerte aun así llenaba mis oidos, sonaba la canción de Lenny Kravitz “Get you off my mind” (https://www.youtube.com/watch?v=ZDhMkHfTdTc), ¿enserio? Qué buena puntería tenía mi papá.
La canción hablaba de perder algo, de perder a esa persona y no poder sacártela de la cabeza, pero…como iba a perder algo que nunca había sido mío. Niall nunca había sido mío, ni siquiera un pelo.
Pero me había besado desesperadamente; como si yo siempre hubiera sido de él, como si de verdad me quisiera…
Eso no podía ser posible, él debía de estar tremendamente borracho, debía haber tomado y absorbido alcohol como una esponja. Pero no tenia olor a alcohol, a menos que hubiera tomado vodka que no deja olor. Por otro lado todos sus movimientos eran precisos, en ningún momento estuvo a punto de caerse o algo por el estilo, tampoco amago a vomitar.
No lo sé, tal vez de verdad quería que él hubiera estado sobrio, que lo hubiera hecho conscientemente y entonces todas mis “evidencias” apuntaban en esa dirección. Pero convengamos que él estaba sobrio al principio de la fiesta y la barra habría a las 3 de la mañana y recién, en ese momento, eran las 3 de la mañana.
Comencé a soltar débiles y pequeñas lagrimas, hasta que comenzaron a ser enormes lagrimones. Sabía que impedir que cayeran era como intentar frenar la lluvia con las manos.
No entendía porque hacía eso. Él estaba de novio con Any. Porque demonios jugaba a dos puntas… eso me ponía los nervios de punta, quería gritar pero no podía, no con mi papa ahí.
Llegamos a la casa, subí a mi cuarto y me cambie (http://1.bp.blogspot.com/-0jM6ZpXcNKA/ToyXLUuk17I/AAAAAAAAAC4/GnOosxpri4Y/s320/frdc.PNG ), llevé el chelo abajo por las dudas que tuviera la necesidad de tocar aquel enorme instrumento y encendí la televisión.
No hacía otra cosa que pensar en Niall, la forma en la que me había agarrado y besado el cuello. Me tocaba mi propio cuello y cintura y recordaba aun mas aquel momento y me hacia sonreír como una tonta. Mientras al mismo tiempo derramaba lágrimas gigantes por todos lados.
Lo sé, estaba mal, Niall literalmente se había abusado de mí, pero era el chico que me volvía loca. Supongo que, como era la primera vez que algún chico me tomaba por la cintura, sin contar a Zayn y Liam, y besado el cuello no importaba demasiado quien era mientras lo hiciera con amor siempre seria grandioso. No lo sé tal vez él no había sentido absolutamente nada pero eso justamente no me pareció.
Estaba sumida en mis pensamientos cuando un ruido me sacó de ellos, era mi celular. Lo tomé y en la pantalla decía “Zayn”
-¿Hola?
-RAE primita querida de mi corazón….
-Que quieres, Zayn?-le dije cortante, lo conocía y algo necesitaba.
-Pues mira, R, lo que sucede es que con los chicos íbamos a ir todos a mi casa, pero estamos bastantes borrachos
-Sabes, no me había dado cuenta-ya sabía lo que me esperaba, él quería venir con los chicos a casa. Mi único problema era Niall. No lo quería tener en mi casa ya había tenido bastante de él por una noche.
-¿No podríamos ir a tu casa?
-¿Por qué?-le respondí con otra pregunta
-Porque el tío Chris no me dirá nada…por favor…-alargó
-Me debes una Zayn. Vente para acá, vamos.-dicho esto corte la llamada y me fije la hora, las 5 de la mañana.
Luego de media hora tocaron el timbre. Bajé a abrir y me encontré con Niall, Harry y Lou que no se podían ni parar, Zayn mas o menos, y Liam, bueno era Liam, el más sensato de todos quien no había tomado ni una sola gota de alcohol y eso se notaba kilómetros. Mientras que los otros definitivamente se habían tomado hasta el agua del inodoro.
-Rae-me dijo alegre Harry mientras se me tiraba enzima.
-Compórtate, Harry - lo retó Liam, mientras lo alejaba de mi.
-Dios mio. Parecen se nota que absorbieron como esponjas.
-¡Como Bob Esponja!-gritó Lou- si, ¿no vieron la presentación que absorbe, y absorbe y después hace FUISHHH y todo el agua sale por todos lados?
-Si,si claro Louis-dijo Liam, el pobre estaba agotado. Había aguantado a los cuatro que estaban súper borrachos, sinceramente no sé como no les agarro un coma alcohólico.
-Te ayudo-le dije a Liam ayudándolo a cargar a los chicos.
Cuando llegamos al loft sentamos en el sofá a mis niñitas y con Liam y papá les hicimos las camas. En el sillón que era una “L” entraban dos así que pusimos tres colchones en el piso. Los chicos estaban muy mimosos, se me tiraban enzima y me daban besos en la mejilla me hubieran besado los labios pero los saque de una patada, literalmente.
Finalmente logramos que se durmieran luego de media hora, papá se fue a dormir y quedamos solo Liam y yo.
-Voy a hacer té, ¿quieres?
-No, si no te molesta me voy a dormir no puedo estar un momento más en pie
-Claro que no me molesta, aparte fuiste mi héroe de esta noche….-le dije acercándome a él y sentándome a su lado.
-Es verdad-dijo aun despierto-¿quieres hablar de eso?-se notaba que la intriga lo estaba matando, pero estaba muy cansado y tenía que descansar.
-Te contare mañana, ¿ok?
-Claro-me dijo dándome un beso en la mejilla y luego se acostó. Lo tape bien y le di un beso en la frente.
La relación que tenia con los jugadores es bastante… rara, sí, eso es, rara. Muchas veces los trato como nenitas y ellos a mí como una entrenadora más, como si tuviera veinte años más que ellos. Otras era su psicóloga y me contaban todo, sin excepción. Otras era como su hermana, solía molestar con ellos, bromear pero otras veces me sentía como su madre. A pesar de ser más chica me trataban como tal, se enojaban tremendamente cuando alguien me molestaba como harían con su madre, me respetaban y seguían mis órdenes. Incluso discutían con migo como si fuera su madre. Mientras que yo los aconsejaba como tal, los quería y trataba como si hubieran salido de mi propio seno, y por ultimo me enfurecía tremendamente cuando alguien los lastimaba y les curaba todas sus heridas sin excepción.
Era raro, pero así era y había sido con todos los equipos que había entrenado junto a mi padre. Y no cambiaria, porque aunque cada generación era diferente siempre terminábamos teniendo ese lazo que ni el tiempo ni el tiempo pueden sepáralo. Y lo he comprobado porque los jugadores que ya egresaron vienen a ver los partidos y la relación es la misma.
Me dirigí a la cocina, con una pequeña sonrisa en los labios, me hice un té y cuando estaba por subir las escaleras escuché que alguien me llamaba.
-¿Rae? ¿Eres tú?-me preguntó la voz de Niall.

-Sí, ¿qué sucede, Niall?-le pregunté acercándome hacia el sillón donde estaba acostado y arrodillándome en el piso, para quedar a su altura.
-No me puedo dormir, Rae-se notaba que aún estaba borracho, pero aún así me dio mucha ternura…NO RAE CONTROLATE
-¿Y qué querés que haga?
-Mmmmm no lo sé-me respondió clavando su mirada azulada en la mía.
-Pues piensa, porque tengo sueño.
-Oh claro, claro… ¿eso es un té?
-¿Eso?-le pregunté dirigiéndome hacia la taza que había dejado encima de la mesa ratona, él asintió.-sí
-Me podrías hacer uno, por favor.
-Claro…Ten-le dije tendiéndole la taza.
-No
-No, ¿qué? ¿No era que querías té?-le pregunté desconcertada
-Pues, sí.
-¿Entonces?
-Es que es tu taza, sabés, y las tazas no se comparten.-dijo serio.
-Vamos, tómatelo.
-No puedo, ya te dije. Las tazas no se comparten, y menos si es de una persona especial. Podría pasar que la especialidad del dueño de la taza pase a la otra persona. Y que se transformara en una persona común y corriente como el resto.-dios, porque tenía que ser tan dulce.
-Sí, tienes razón de esta tasa solamente toman personas especiales que no puedan sacarme mi especialidad, así que tomá.
-¿Me estás diciendo especial?-sí, especialmente estúpido, pensé.
-Exacto.
-Entonces, sí-dijo tomando la taza y con una débil sonrisa. Fui hasta la cocina para hacerme un té, para luego sentarme en silla junto a Niall.- Lo lamento
-¿Por qué? ¿Qué lamentás?-le pregunté sin entender.
-Todo, fui un hipócrita con vos. Por haberte tratado como te traté y mas este último tiempo-no había mencionado lo de esa noche, ¿qué acaso no se arrepentía?
-¿Y por qué lo hiciste?
-No lo sé. Siempre me gustaste y mucho. Desde el primer entrenamiento, pero no lo sé…me parecías tan distante. Un amor tan imposible, que necesitaba sacarte de mi vida de alguna forma. Pero creo que lo hice de la peor manera. Y luego este año cuando me diste esa lección en el entrenamiento, me enojo muchísimo, pero sé que lo hiciste por un motivo y ese motivo lo conozco muy bien. No podía creer que le habías dado en el clavo con algo que me molestaba tanto, entonces pensé que lo que había hecho para mantenerte lejos no había funcionado. Decidí probar otra cosa. Y esa cosa fue tratarte horrible, y lo lamento. No sé que me sucedió.- se detuvo un momento para darle un sorbo al té- En realidad siempre quise agarrarte por la cintura y besarte como hice esta noche. Créeme aunque no hubiera sido el mejor método no me arrepiento. Créeme que lo siento de corazón y jamás me imaginé que podría hacer una cosa como esa a alguien. Menos a alguien que me importa tanto como tú, y no espero que me perdones.
-¿Qué sucede con Any?-le pregunté sin titubear. Sabía que me pedía perdón de verdad pero iba perdonarlo así como así.
-¿Any? –preguntó sin comprender- Oh, si, si. Any. Bueno ella…ella apareció un mes después de que me pusieras de quarterback-“de que me pusieras” tenía razón yo lo había puesto en esa posición, pero jamás pensé que lo registraría.- Lo que sucedió fue que, durante todo mi primer año había intentado sacarte de mi cabeza sin obtener buenos resultados. Es mas cada vez que pensaba en ti o te veía se me hacia mas imposible, y sigue siéndolo. Bueno, la cuestión es que Any apareció. Ella era bastante linda. No de mi tipo pero pensé que me ayudaría a quitarte de mi cabeza…Pero no funciono.
-Con que eso es lo que sucedió…
-Si y lo lamento, lo lamento de veras, sé que es difícil, pero… ¿podrías perdonarme?-preguntó algo vergonzoso.
-No lo sé, tendré que pensarlo.
-De acuerdo
En realidad ya sabía que hacer, lo perdonaría de eso estaba segura. Pero de que me serviría si para mañana por la mañana él no sé acordaría de absolutamente nada y volvería a ser el mismo chico falso. Que en realidad no era. Dicen que la gente cuando esta borracha dice lo que en verdad siente. Creo que me gustaba más el Niall Horan borracho que el sobrio.
-Rae-me llamó sacándome de mis pensamientos.
-Si, Niall-le respondí.
-¿Podrías tocar el chelo, para mí?-me dijo señalando mi preciado instrumento.
-Pero hace un mes dijiste que era ruido-le dije mirándolo y levantando un ceja.
-Mentí-dijo más avergonzado que antes-En realidad me encanto escucharte tocar. Pero no podía soportar escucharte tocar de esa manera y no poder ir a felicitarte.
-¿Y por qué no lo hiciste?
-Porque soy un cobarde-eso me partió el alma, no podía verlo así. De esa forma, parecía tan indefenso.
-Bien, bien tocare algo para ti, pero prométeme que intentaras dormir.
-Claro-dijo emocionado.
Fui hasta la pared, tomé el chelo y volví a sentarme en la silla. Comencé a tocar una canción de cuna que repetí unas diez veces sin parar, para asegurarme que Niall se durmiera. Dejé el chelo contra la pared, tomé las dos tazas de té, las lave en la cocina. Lo arropé bien y luego le susurre ‘si te perdono’ en su oído para después darle un beso en la mejilla e irme a dormir.

Estaba tirada en la cama durmiendo cuando de repente sentí que alguien se sentaba en la cama y comenzaba a acariciarme el cabello y luego pasaba a mi mejilla. Eran caricias muy suaves y dulces.
-Rae-dijo en un susurro el dueño de la mano que me proporcionaba tan deliciosas caricias-Levántate, tu padre quiere que bajes a desayunar.
-En cinco minutos-logré murmurar y de la persona sonó una melodiosa carcajada.
No sabía de quien era aquella voz, estaba demasiado dormida como para darme cuenta. Además, solo me importaba que me siguiera acariciando, eran adictivas. Pero de repente cesaron, la persona se paro y fue hasta la escalera. ¡NO! pensé, estaba demasiado cómoda con sus caricias, me sentía segura, como si nada ni nadie pudiera hacerme daño.
-Ahora baja-anunció la voz.
-No, dile que baje ahora, Niall-¿¡QUE?! NIALL mis ojos se abrieron como platos, no podía ser Niall. Bueno el Niall borracho sí, pero no el Niall sobrio. ¡¡¡Eso era imposible!!!
Aparte me había visto casi desnuda, estaba en pijama o mejor dicho lo que simulaba serlo. Estaba con mis bóxers completamente desacomodados, un lado completamente corrido para arriba y el otro para abajo. Mi remera súper gastada tan levantada que agradezco que no se me viera nada porque estaba boca abajo. (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=51507983&.locale=es )
–De acuerdo.
Sentí como se acercaba hacia mí y cerré mis ojos como si no hubiera escuchado nada. Me di cuenta como se arrodillaba en el piso para quedar a mi altura, por el ruido que hacían las maderas del piso por su peso.
-Rae-comenzó acariciándome otra vez el cabello, ¿por qué demonios hacia eso? Quería que me despertara y sus caricias lo único que hacían era relajarme y darme más ganas de dormir.-Tú padre dice que bajes ahora.-dijo sin dejar de acarícienme, su voz era tranquila y suave.
Abrí los ojos y me topé con una mirada azul cielo que me miraba con dulzura.
¿Estaba más lindo ese día? No lo sé, pero como ya sabía porque había hecho todo lo que había hecho y también sabía que estaba arrepentido y lo había perdonado… ¡Oh vamos, ni siquiera sé que estoy diciendo! Estaba tan lindo y hermoso y perfecto como siempre. Solamente tenía una enorme, perfecta y sincera sonrisa en su rostro y su mirada había cambiado también. Eso hacía que me derritiera.
-Bien ahora me levanto…
-No, ahora. Si no tu papá es capaz de mandarme a correr. Ambos reímos.
-De acuerdo-le dije levantándome
-Bien me voy. Prométeme que no te volverás a acostar.
-Lo prometo.-prometí sonriendo, ¿acaso el viejo y verdadero Niall había vuelto?
Una vez que él bajo me cambie. (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=51507404&.locale=es ) y baje para lavarme los dientes y cepillarme el cabello. No sé porque pero estaba de un extraño muy buen humor. Fui a la cocina y me encontré con mi padre cocinando el desayuno, a cuatro con una terrible resaca y a mi castaño héroe.
-Buenos días-saludé con una sonrisa.
-No grites, que me duele la cabeza- se quejó Harry de muy mal humor.
-Que tú te hayas tomado cada gota de alcohol que había en la tierra, no es su problema- lo retó Liam abrazándome por detrás y depositando un beso en mi mejilla.
-¿Como esta, mi héroe? ¿Descansaste bien?-le dije dándome vuelta y correspondiéndole el beso en la mejilla. Pude notar como Niall arrugaba la nariz y negaba con la cabeza cuando Liam me abrazo por detrás ¿celos?. No tengo idea. Cuando le dije héroe a Liam, bajo la cabeza como sintiéndose culpable por algo, y yo sabía bien porque era. Pero no se lo decía solo por eso, sino también porque había cuidado a los chicos la noche anterior.
-Sí, gracias-me dijo Liam, se acerco a mi oído y me susurro-tú y yo tenemos que hablar.- a lo que yo asentí con la cabeza.
-Bueno, bueno. Mucho amor, mucho amor-escuché que decía Zayn mientras nos agarraba a ambos y nos separaba-Ve a buscar unas aspirinas, R, y no me mires con esa cara, señorita- me ‘retó’ cuando yo revoleaba los ojos ante su escena de celos.
-Claro, claro-mientras buscaba la caja de aspirinas y tomé cuatro vasos con agua.-Tengan-les dije dejándole todo enfrente.
-Gracias, Rae-dijo contentó Lou dándome un beso en la mejilla.
-De nada, Bob Esponja-me miró sin comprender, Liam y yo reímos al recordar a nuestro amigo cantar la presentación del programa, la noche anterior.
-Perdón, Rae, no debí agarrármelas con vos. No estuvo bien, perdóname-me dijo Harry apenado cuando me acerque a él.
-Todo está bien, Hazza-le aseguré poniendo mi mano sobre su cabello acariciándolo, como lo haría una madre.
-Gracias-dijo con una sonrisa.
Así paso el desayuno, entre risas y comentarios de todos excepto de Niall que ni siquiera había tocado su comida. Eso era raro, siempre que lo veía comiendo parecía que se comía la vida. Pero a pesar de eso me sentía muy feliz con ellos ahí, como una madre con sus pollitos.
Cuando terminamos Niall fue el primero en irse. Lo invité a almorzar pero dijo que tenía mucha tarea y se fue a la velocidad de la luz. Luego se fueron Hazza y Lou. Quedándonos Liam, Zayn y yo solos, ya que papá había salido al supermercado.
-Bien-dijo Liam sentándose en el sillón-cuéntame.
-¿Qué te cuente qué?- pregunté Zayn sentándose al lado de Liam.
-Anoche, Rae, me llamó y me dijo que tenía sacar a Niall de la puerta del baño. Por supuesto lo hice, pero ahora necesito saber por qué.-Los dos me miraban con ansiedad, me senté entre medio de los dos y comencé.
-Bien, pero tienen que prometerme, no, mejor dicho jurarme que no irán y le molerán la cara a golpes-les dije tomando sus manos. Ambos se miraron. Parecía que tenían conexión mental o algo por el estilo porque puedo asegurar que se estaban comunicando de una forma u otra.
-Lo juramos-dijeron al unísono.
-Bien, lo que sucedió fue que…-y comencé la historia desde el viernes por la tarde en las canchas para terminar en la reacción de Niall de hoy por la mañana. No les oculte nada porque simplemente no podía. Ellos me habían cuidado siempre, eran como mis guardaespaldas y les tenía demasiado aprecio como para ocultarles algo. Tenían que saber todo con todos los detalles incluidos y así fue, les dije todo.
Se quedaron callados hasta que termine de relatar la historia. Liam fue el primero en hablar.
-Entonces, ¿tú nos estas pidiendo que no le molamos la cara al inútil ese que jugó con tus sentimientos? ¿Qué te dijo que eras una cualquiera?- me preguntó sin perder la calma, pero apretando mi mano que aún tenía tomada con la suya.
-Sí.-respondí sin titubear-si alguien le romperá la cara seré yo. Yo y solo yo arreglare las cosas con Niall-me quedé en silencio esperando a que respondan- ¿Entendido?- ambos asintieron-Mientras tanto quiero que su relación con Niall no cambie.-ordené, recalcando esto último.
-Que nos pidas que no le rompamos la cara es una cosa, pero que nuestra relación con él no cambie ¡es otra!-explotó Zayn estrujando mi mano con todas sus fuerzas.
-Z, me lastimas
-Lo lamento-dijo abriendo un poco su mano pero sin soltar la mía.
-Y sí, si te estoy pidiendo eso Zayn. Tú relación con él no cambio durante este último mes que hizo que mi vida fuera un infierno y tampoco tiene que cambiar por esto, un problema que no es tuyo.
-No, Rae, eso no es así-me dijo Liam-Tus problemas también son nuestros. Pero si nos pides que nos hagamos a un lado lo aremos. Siempre y cuando no mantengas al tanto. ¿Cierto, Zayn?... ¿Cierto, Zayn?-repitió al notar que Zayn estaba maquinando algo en su mente, no muy lindo me atrevo a decir.
-¿Tengo otra opción, R?-me pregunto
-No, no la tienes-le dije convencida
-Entonces, si. Me haré a un lado y no me meteré mientras me mantengas al tanto.
-Siempre-dije aliviada y abrazándolos.
Luego de eso nos la pasamos en el sillón mirando películas hasta que se hizo la hora la hora de cenar y ambos se fueron a sus respectivas casas. Mi día termino tranquilo y cuando me fui a dormir lo hice recordando las caricias de Niall de esa mañana.
Como me hubiera gustado tenerlas en ese momento.

Hey;3 nueva lectora. siguela

El resto del fin de semana paso lento y tranquilo, pero con mucha tarea. Hasta que el tan odiado lunes llegó. Me arreglé (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=51518568&.locale=es ) y cuando terminaba de desayunar Zayn tocó el timbre. Bajé y me encontré con una escena de lo más tierna. Zayn apoyado contra el auto mientras abrazaba de costado a Linna, quien apoyaba su cabeza en el pecho del muchacho. Mientras hablaban.
-AAAAWWWW son tan tiernos-dije mientras me apoyaba contra el auto al lado de ellos.
-Hola, R-me dijo mi primo separándose de Lin, quien se ruborizo tremendamente.
-Oh vamos Lin, que no te de vergüenza, la estabas pasando muy bien hasta que llegué-eso hizo que toda la sangre que mi amiga tenía en el cuerpo le subiera a las mejillas y riera tontamente.
-Ya, ya, R. No te pongas celosa y ven acá-yo me acerque y nos abrazo a ambas mientras besaba nuestras cabezas. Mi primo a veces era un poco celoso y cínico, pero también podía ser demasiado tierno.-Vamos, señoritas, suban al auto o llegaremos tarde.
Estábamos en el auto charlando los tres y debo admitir que era muy divertido. Zayn iba en el asiento del piloto, lógicamente. Linna en el del coo-piloto, era mi lugar, pero por ella podía dar el brazo a torcer. Mientras yo estaba acostada atrás.
Llegamos al colegio, nos despedimos de Zayn y fuimos a clases.
La mañana paso rápida y bastante divertida. Cuando llego la hora del almuerzo nos sentamos los nueve juntos. Ronny, Vicky, Linna, Zayn, Niall, Lou, Liam y Hazza.
Linna estaba junto a Zayn quien la abrazaba por los hombros y le susurraba cosas que ponían a mi amiga roja y la hacía soltar pequeñas risitas. Cosa que definitivamente Zayn adoraba, ya que no paraba de hacerlo, como dije antes es un cínico. Valla a saber qué clase de cosas le diría a la inocente Lin.
Vicky estaba junto a Louis, no sabía desde cuando se llevaban tan bien. Hablaban muy animadamente de algo que parecía ser la fiesta del viernes. De seguro por ese lado venia la cosa, de la fiesta. Siempre me pareció que si algún día se hablaban llegarían a ser grandes amigos o tal vez algo más, ya que a ambos les gustaba reír. De hecho vivían riendo y bromeando.
Harry le preguntaba a Ronny si conocía a una chica de no sé dónde. Yo estaba junto con Liam hablando de alguna que otra pavada, mientras que Niall seguía con la misma actitud del sábado por la mañana. Cabizbajo, como sumido en su mundo, como si estuviera analizando algo sea lo que sea me comenzaba a preocupar.
-Liam, quiero un postre ¿me acompañás a comprarlo?
-¿Que te va a comer el lobo si vas sola, Rae?-me respondió con otra pregunta, a la cual le hice una seña de que necesitaba hablar con él. La cual entendió a la perfección y se paro junto a mí y comenzamos a caminar.
-Y bien, ¿sobre qué querías hablar?-me preguntó cuando estuvimos alejados de los muchachos.
-Sobre Niall…
-¿Pasó algo más?-preguntó frunciendo el ceño.
-No, bueno si. Me preocupa el estado en el que se encuentra.-le comenté
-Si…a mi también, sabés. A estado así todo el día. Creo que deberían hablar. Él es un gran chico, aunque utilice un caparazón que lo hace ver como la peor persona del mundo.
-Sí, lo sé
-Si, y creo que se siente muy culpable por lo del viernes y por todo. Tal vez si hablas con él todo se arregle.
-Si, yo también lo pensé, pero no sé como hacerlo…
-Bueno algo se te ocurrirá, siempre se te ocurre algo. Pero espero que sea rápido-me dijo pasándome su brazo por los hombros.
-Si yo también espero eso…-le dije mientras llegábamos al comedor y yo compraba un chocolate.
Volvimos a la mesa hablando de cosas sin sentido. Cuando llegamos vi a Niall y decidí que si iba a moverme, si iba a hacer algo, lo haría en ese momento.
-Niall-lo llamé parada al lado de la mesa. Él levanto su mirada pero no me miro a los ojos. En los suyos se notaba culpa y decepción.-Tengo que hablar con vos sobre algo, asolas.
Todos se nos quedaron viendo con intriga, todos excepto Zayn y Liam que entendían perfectamente que sucedía. Niall volvió a bajar la cabeza y por un momento pensé que no vendría, pero luego de unos minutos levantó su cabeza y se paró.
Comenzamos a caminar por el patio hasta llegar a las canchas. Fuimos hasta las gradas y me senté, acto seguido él también lo hizo. Estuvimos unos minutos en silencio hasta que decidí hablar. Pero cuando iba a hacerlo él me gano de ante mano.
-¿Por qué?-me preguntó.
-¿Por qué qué?-le respondí con otra pregunta.
-¿Por qué me cambiaste de posición en el segundo entrenamiento?-me agarró completamente desprevenida -¿me querías dar una lección, vedad?-me limité a asentir- Bueno, entonces por favor dámela de una vez porque esto me está matando. Dime, Rae, dime que es lo que de verdad piensas sobre mí.
Mire la hora, tenía un montón de cosas para escupir y no podía quedarme por la mitad. Por suerte teníamos media hora, asique comencé.
-¿Desde el principio?-él asintió-Bien, para serte sincera cuando te conocí en estas canchas hace dos años me caíste tremendamente bien, es mas hasta comenzaste a gustarme.-le diría todo, no me quedaría con absolutamente nada-Eras un gran chico, amable, chistoso, tierno. Pero la popularidad te cambio. Desde que te convertiste en el quarterback del equipo el ego se te subió a la cabeza. Y tú relación con Any no ayudo en nada, sino que te volvió más arrogante, irrespetuoso, mal humorado, cínico, hipócrita. Cosas que sé muy bien que no eres. Y luego hace un mes te volviste un abusador, me hiciste llorar, enfurecer, me dieron ganas de romperte la cara a golpes, me hiciste planear planes mafiosos de tortura. Y montones de cosas horribles que jamás pensé que me harías sentir. El viernes por la noche, no tuviste mejor idea que, literalmente, abusarte de mí. Después viniste a mi casa y el sábado por la mañana me despertaste como si fuera el amor de tu vida y ahora estas así, en esta situación desde el sábado en el desayuno. Estas como analizando algo, como arrepentido, confundido, sumido en tus pensamientos.
-Sabés que me estas contando mi propia historia, ¿verdad?
-Niall, no importa lo que piensen los demás de vos. Solo te estoy haciendo ver tú historia desde otra perspectiva, desde afuera. ¿Te acurdas que te dije hace dos años en el segundo entrenamiento cuando te puse como quarterback?
-‘Necesito que mires el partido desde otra perspectiva, desde afuera’ –recitó mis palabras de memoria.
-Exacto. Mirá, te hice eso en el entrenamiento para hacerte ver que el mundo no es tuyo, que no estás por encima de todos. Los hice para bajarte los humos.
-Bajarme los humos-repitió en voz baja. En eso llegó Any y se le sentó encima, lo tomó por el cuello y comenzó a besarlo. Pero él sin prestarle atención se paro y ella calló. Ahora ya no se veía como si estuviera analizando algo o arrepentido de algo.
Estaba en estado de depresión. Se dio media vuelta y comenzó a caminar. No caminaba mas con la cabeza gacha, pero en su mirada no había expresión. Solo se notaba un estado de depresión bastante alto.
Any se levanto rápido de piso, me miro con odio y se fue detrás de Niall, quien no le dio ni la hora.

Bienvenida nueva lectora, de la cual no se el nombre jajjaja espero que te guste
xoxoxooxooxo

Cuando las clases terminaron nos fuimos todas a mi casa a hablar sobre la fiesta del viernes.
-Bien- dijo Vicky una vez que estuvimos sentadas en mi cama, mientras comía un paquete de galletitas. -Comenzás vos, Lin. Contá.
-Cuando me fui con él y nos separamos de ustedes nos fuimos a bailar, estuvimos un rato ahí y luego salimos a tomar aire. Nos besamos, ambos tomamos y luego me fui a casa.
-Oh, vamos, Lin. Queremos saber los detalles sucios-le insistió Ronny, en tanto mi rubia amiga se ponía colorada-¿¡Han tenido relaciones?! ¡LINNA, NO SON NI SIQUIERA NOVIOS!
-¿Qué? No, no tuvimos relaciones, Ron.
-Además no sos la más indicada para retarla por eso- murmuro con malicia, pero todas me escucharon perfectamente.
-Fueron dos veces-se defendió la aludida-¡Dos!
–Entonces, ¿por qué tan colorada?-le pregunté a la rubia haciendo caso omiso a las excusas de la castaña.
-Porque él, bueno, me metió la mano por debajo de la remera y la pollera, no tocó nada que yo no quisiera, lo juro. –prometió con inocencia.
-Nada que no quisieras…-repití-¿¡QUÉ TE TOCÓ?!
-Nada. No sean paranoicas. No me tocó nada de lo que están pensando, ¡sucias!-las tres nos miramos y reímos. Sí, éramos las tres unas sucias siempre le buscábamos el doble sentido a las cosas. Vicky no, pero cuando Ron y yo lo hacíamos entendía bastante rápido.
-Bien, ya sabemos la historia romántica, ahora la tuya.-se dirigió Vick a la pálida chica.
-Bueno haber…estuve con John hasta que tú te fuiste, Rae. Porque luego comenzó a olerme y ronronear así que me escape….
-¿Qué él qué?- preguntamos las tres al unísono interrumpiéndola, y comenzamos a reír. Ronny siempre tenía historias bizarras como esas.
-Si, no sé que le pasaba pero de la nada comenzó a oler mi cabello y a ronronear en mi oído que tipo de shampoo y crema de enjuague usaba.
No podíamos más de la risa, estábamos todas revolcadas en alguna parte del cuarto riéndonos y diciendo cosas como “¿me permite olerle el cabello señorita?” “Usted usa shampoo de chocolate, pero que valiente es, no cualquiera usa ese tipo de shampoo. Estuvieron a punto de cortar su producción hace unos meses” y cosas por el estilo.
Paso un rato largo hasta que nos calmamos y Vicky pudo comenzar a contar su historia.
-Estaba con Tommy, el amigo del “huele cabellos”, cuando Liam me llamó y me dijo que Rae me necesitaba, pero esa es otra historia. Así que fui al baño y me encontré con Louis y comenzamos a hablar y a reír. Luego de que Rae se fuera fuimos a bailar. Me ofreció unos tragos pero le dije que no tomaba y me compró un agua para que lo acompañaba mientras él tomaba.
-Y si que tomó-acoté yo, recordando el estado de Tommo.
-Sí, lo sé. Pero podría haber seguido si no lo hubiera parado créeme. Pero aparte de eso la pase genial con él, es muy divertido y me hizo reír hasta quedarme si aire. Y no hace falta decir que es hermoso, esos ojos que tiene son tan lindos y su sonrisa es perfecta, sin hablar de su cuerpo.- Vicky comenzaba a acalorarse al recordar a Lou.
-Oh, vamos Vicky ¿a vos no te gustaba Harry?-le pregunté, ya que por dos años me había taladrado la cabeza con él.
-Sí, me gustaba eso es pasado, Rae. Aparte nunca hable con él, pero con Louis sí.
-Eres una babosa-le recriminó Linna
-Sí, lo sé, pero no me arrepiento. Pero bueno vamos a lo importante, la historia de Rae.
Al principio dudé un poco, pero después me decidí. Eran mis amigas y tenían que saberlo. Cuando terminé de contarles estaban completamente confundidas y enojadas.
***
El martes paso tranquilo, entre risas con los chicos. No pasó nada del otro mundo, lo único que me perturbaba era que Niall seguía en ese extraño estado de depresión con el cual se fue de nuestra charla el día anterior.
Caminaba por los pasillos como un muerto, no me gusta usar expresión pero así estaba. Casi no hablaba y si lo hacía era con un tono hueco como si no tuviera nada dentro de él. Ni siquiera reaccionaba cuando le pegaban un empujón o Any se le tiraba encima. Y para rematar, en el entrenamiento no hacía nada, es decir, daba indicaciones, sí, pero las decía de memoria no pensaba simplemente decía las que recodaba.
Así pasó también todo el miércoles, el jueves y el viernes. Así, en ese estado de muerto viviente. Eso me desesperable, de una forma tal que hasta estuve a punto de tirarle mi libro de historia, que pesaba una tonelada, por la cabeza, pero Liam me detuvo cuando estaba a punto de lanzarlo.
-Creeme que me gustaría que lo hicieras, pero no lograremos nada con ello-me dijo mientras tomaba el libro en sus manos y me abrazaba por los hombros y caminábamos lejos de Niall.
Me llevó atrás de las canchas bien lejos de Niall, de esta forma no lo vería y no se me saltaría la térmica.
Liam se había sentado al pie de un árbol gigantesco y yo me había quedado dormida en su falda. Nos pasamos ahí un rato largo hasta que la hora del almuerzo termino.
Luego de tener clases toda la tarde la jornada escolar terminó y con ella el comienzo del entrenamiento. Como siempre fui hasta las gradas, las subí y saqué el libro de geografía del cual tenía que estudiar para la prueba del martes siguiente. Todo iba tranquilo, el entrenamiento había comenzado en horario y los chicos estaban comenzando a jugar luego de haber calentado. El sábado tenían el primer partido de la temporada, uno de los más importantes. Era su presentación frente a los otros colegios y Niall, el quarterback, el líder del equipo seguía en ese estado vegetativo.
-Horan-escuché que mi padre lo llamaba, ya lo tenía cansado con eso del muerto viviente-a la psicología.
Ahí fue cuando levante la cabeza, la psicología en otras palabras significaba hablar conmigo. Hacerlo entrar en razón, escuchar sus problemas y aconsejarlo. Esta era mi oportunidad, me iba a tener que hablar y decir todo de todo. No importaba si tenía que torturarlo, él me iba a decir exactamente que le pasaba y yo lo aria entrar en razón.
Niall subió las gradas sin cambiar de actitud. Tenía la mirada sin expresión alguna y perdida en el horizonte, sus brazos colgaban a sus costados, sus pies apenas se levantaban para subir los escalones y su espalda estaba levemente encorvada hacia adelante. Cuando llegó hasta donde estaba yo se sentó a mi lado y se quedó allí callado.
-Niall-llamé su atención y él me miro. Me había quedado como cinco minutos pensando en cómo debía hablarle para que me entendiera, se lo tomara bien y no se enojara conmigo.- ¿Sabés por qué estás acá?-él levantó los hombros en señal de no me importa- Mirá, no quiero que te lo tomés a mal, pero mañana tenemos uno de los partidos más importantes de la temporada. El de apertura por si no sabias, y tenemos que ganar, no tenemos otra opción. El problema acá es tu actitud, Niall. Has estado en un estado de depresión muy importante y preocupante desde el lunes después de hablar conmigo. Y para serte sincera, pareces un muerto viviente.
-Un muerto viviente-repitió y al parecer ese comentario le había hecho gracia ya que una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro. Era tan lindo verlo sonreír, y más después de cinco días. Si supiera que por dentro me estaba derritiendo…
-Y, ¿bien?-le pregunté intentando de no perder la paciencia-decime que te pasa porque si no mi papá tendrá que sacarte del equipo para el partido de mañana.
-¿De verdad querés saber que me sucede?-me respondió con otra pregunta a la cual yo asentí con ganas- Bueno, resulta que hace poco más de dos años conocí a la chica más linda, dulce y buena onda del mundo entero. Pero me parecía, por alguna razón, inalcanzable. No porque ella fuera una engreída que tuviera a todos los chicos atrás. Si no porque al ser la entrenadora del equipo que te trataba igual que al resto, como sus nenas, sus hijos o a enormes bestias y porque convengamos que tenia catorce años. En realidad no tengo una razón concreta, solamente te puedo decir que soy demasiado tímido y tonto, que me dio miedo.-hizo una pausa y continuó- Luego de un año, en el cual yo había estado mirándola y babeando por ella me pusieron, más bien ella me puso, como quarterback del equipo. Luego de eso decidí que si no podría hacerla entrar por completo en mi vida no quería tener nada de ella. Porque si no sufriría y aprovechando la oportunidad de tener mas popularidad y una novia que era la “más hermosa” del colegio, tomé la peor decisión. Elegí la popularidad y una novia, que ni siquiera me gustaba, antes que ella pensando que así la olvidaría. Pero no lo hice y en vez de eliminar los sentimientos que tenía hacia ella, los intensifiqué. Cuando comenzó este año ella me dio una lección que jamás voy a olvidar y por ser cabeza dura me enoje sin razón y la traté como un animal. La hice llorar, sentir mal, en resumen fui la peor persona de todas. A demás en la fiesta del viernes pasado abusé de ella, hice lo que hacía dos años tenía ganas de hacer pero de la peor manera. Para luego emborracharme, ir a su casa y darme cuenta de todo lo que le había hecho. También, para rematar el lunes me encaró y me habló con tanta sinceridad que le pegó en el clavo, se dió cuenta de todo. Y ahora me siento un inútil porque no lo voy a poder solucionar.
-¿Lo intentaste? Digo, ¿intentaste solucionarlo?-le pregunté mirándolo a los ojos. Mientras que él hasta ese momento había hablado con la vista perdida en el horizonte, pero cuando escuchó mi pregunta me miró directo a los ojos.
En su mirada se notaba que tenia vergüenza por los actos que había hecho, pero a la vez esperanza. Tal vez por el tono de voz que había utilizado ya que yo misma tenía la esperanza de que él me pidiera disculpas y que todo mejorara.
-No, no lo hice. No estoy seguro de que ella me perdone.
-No pierdes nada con intentarlo, pero procura estar sobrio cuando lo hagas-esto último lo hice soltando una pequeña risa.
-¿Sobrio? Pero qué demonios…No puede ser, ¿esa noche en tu casa yo te pedí perdón?-me pregunto incrédulo y luego se echo a reír con ganas. Era tan lindo verlo reír y tenía una risa tan contagiosa que yo también lo hice.- ¿Y qué te dije? –me pregunto
-Oh, eso sí que no te lo diré-le dije negando con la cabeza.
-¿Por qué no?-preguntó poniendo cara de niño bueno.
-Porque si no sabrás como hacerlo y, eso es hacer trampa-le dije divertida.
-Bien, bien-dijo bufando-Ya sabés porque actué de la forma tan estúpida como lo hice. Sabés que estoy arrepentido. Ahora por favor, Rae, ¿podrías perdonarme o por favor intentarlo?. De verdad lo siento, ¿sabés?, de corazón. Nunca estuve tan arrepentido de tratar a alguien como te trate a vos y de verdad espero que algún día me puedas perdonar. Porque yo te aprecio mucho y de verdad me gustaría que seamos amigos.-se disculpó. Su actitud era igual de sincera que la de la noche en mi casa o tal vez mas porque estaba consciente de lo que hacía y tal vez eso era lo que más apreciaba. Que lo hacía con conciencia.
Me acerque a él, eliminando la distancia entre nosotros y me acerque a su mejilla. Le di un beso en esta y al oído le susurre “Si, te perdono”. Esto pareció haber sido la cura mágica porque automáticamente su rostro se iluminó, me sonrió y volvió corriendo a la cancha, volviendo a jugar como antes. Con ganas, con corazón, alma y pasión.
El día termino y yo no paraba de sonreír. Me fui a dormir temprano porque al día siguiente tenia partido y tenía que estar fresca para ayudar a mi papá y los chicos.




PD: NO ME GUSTAN LOS FANTASMAS!!!!!!
xoxoxo
espero que les guste
xoxoxoxo

El sábado me desperté como a las 9:00 de la mañana, era un día nublado y ventoso e incluso estaba pronosticada lluvia para aquella noche. Pero eso no iba a impedir que el partido se jugara, así que me levante y preparé, (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=51532436&.locale=es y http://1.bp.blogspot.com/-K-Cyt7-2WII/TfwkeFsO2LI/AAAAAAAAE_U/Hmxt5vKjZiI/s320/bdg-wool-varsity-jacket-profile.jpg con las iniciales del colegio, Los Ángeles High School en blanco) me hice unos sándwiches para el almuerzo y me fui al colegio. Era muy temprano, si, el partido era a las 7:00 pero había muchas cosas para hacer solo con pensar que mis preciositas no habían lavado ni las medias de su uniforme.
Una vez en el colegio me dirigí a los vestuarios. Abrí los casilleros de los chicos, donde guardaban las cosas, y tome sus uniformes. Gracias a Dios tres años atrás con el dinero que habíamos ganado en la copa anual mi padre y el colegio habían tenido la sabia decisión de comprar un lavarropas, así que lave los treinta uniformes en varias tandas, los deje secar y una vez secos los planche.
Entre medio de eso comí y cuando termine llene los bidones con agua, colgué nuestra bandera en las gradas y deje todo listo. Cuando mi reloj marco las 6:00 de la tarde mis nenas comenzaron a llegar y a prepararse, al ver sus uniformes limpios y planchados vinieron y todos sin excepción me lo agradecieron y me dieron un beso en la mejilla acompañada de varios comentarios, incluyendo a los nuevos. Quienes hacia tiempo me habían empezado a tomar como una entrenadora mas y acostumbrado a mis pequeños mimos y, vale la aclaración, retos.
Pero nada me puso más contenta que cuando llegó Niall, yo estaba en la oficina, él entro apenas llegó, me salud y me dio un beso en la mejilla. Cosa que me dejo totalmente embobada, algo que creo que notó porque soltó una melodiosa risa.
Todo llega en algún momento, como lo hicieron las 7:00 de la tarde. Los chicos estaban sentados en los asientos del vestuario mientras escuchaban las últimas instrucciones de mi papá, cuando llegó uno de los árbitros y anunció que teníamos que salir. Mi padre me miro y salió.
-Bien, mis nenas-les dije ocupando el lugar en el que anteriormente había estado mi padre-Están a punto de salir a jugar uno de los partidos más importantes de la temporada, así que no importa con lo que nos encontremos cuando salgamos quiero que todos den todo de sí y que me prometan que pase lo que pase seguirán adelante.
-¡¡SII!!-gritaron todos
-Bien entonces ¿qué hacen acá? Para afuera, ¡ahora!-les grité y todos se levantaron, tomaron sus cascos y se acercaron a mí.
-Danos un poco de tu magia, bruja-dijo Harry acercándome su mejilla.
En todos los partidos hacían lo mismo, me pedían un poco de mi magia para poder ganar. Asique fiel a nuestra estúpida tradición fui besando una por una las mejillas de mis nenas, quienes luego salían a la cancha. Llegó el turno de Niall quien era el último y ocasionalmente el vestuario estaba vacío.
-Dos veces en menos de cuarenta y ocho horas, creo que estoy teniendo suerte-dijo con una picara sonrisa en su perfecto rostro mientras ponía su mejilla frente a mis labios.
-No abuses de la situación, Horan- le advertí mientras le daba un corto beso en su cachete.
-Es que soy un oportunista-me respondió robándome un beso en la mejilla para luego giñarme un ojo y salir…
¡Demonios! Me había quedado en blanco, ¿cuánto tiempo había pasado desde que Niall había salido? Pues no lo sé. Tomé mi campera, gorra y silbato y salí.
Los del otro equipo ya habían salido y estaban todos listos para comenzar el partido. La gente en las tribunas estaba enloquecida, gritaban como si quisieran escupir sus pulmones por la boca. El cielo estaba peor que por la mañana y el viento hacia que todo se moviera, parecía que en cualquier momento se largaba una tormenta.
Justo antes de que tocaran el silbato, que daba comienzo al partido, divise a Niall y él también lo hizo conmigo y aprovechó para giñarme un ojo y sonreírme pícaramente. Si el niñito este quería tener una relación de amistad conmigo más le valía que esa relación incluyera: babosear por tu amigo, no poder seguirle el hilo de la conversación porque me perdía en sus ojos y tenerle unas ganas tremendas a tu amigo.
Me dirigí hasta donde estaba mi padre y me senté en la banca a ver el partido con los suplentes. Pero a los pocos minutos me levante para festejar un punto, a gritar indicaciones y una que otra palabrota. Definitivamente no me pude volver a sentar.
Los cuarenta y cinco minutos del primer tiempo terminaron y con el equipo y mi padre entramos a los vestuarios. Los chicos estaban negros por el barro, como había previsto, y también hechos una sola y enorme gota de agua debido a la transpiración. Se sentaron y mientras les acercaba los botellones de agua mi padre fue a buscarse un abrigo a su oficina. Mientras los muchachos tomaban agua, les di algunos consejos e indicaciones para matar el tiempo hasta que mi papá volviera.
Pasaron como diez minutos y no había señal de él, asique fui hasta la oficina pero no me encontré con la mejor imagen.
Mi padre estaba tirado en el piso de la oficina al lado del escritorio con la cara toda morada, debido a la falta de aire. Estaba teniendo un ataque pulmonar. No, esto no puede ser posible, pensé, no, no ahora. Conocía perfectamente los síntomas ya que varias veces durante toda mi vida las había sufrido, pero en ninguna ocasión, a pesar de que había tomado cursos para ayudarlo, había podido hacer mucho. El pánico que me entraba no me dejaba hacer otra cosa más que llorar.
Mi primera reacción, luego de salir de shock, fue llorar y gritar. Comencé a gritar los nombres de los chicos uno por uno y uno por uno fueron apareciendo. Los primeros en entrar fueron Liam, Lou, Hazza, Zayn y Niall.
Liam quien nunca, no importa lo que pasara, perdía la calma llamó a la ambulancia. Mientras algunos de los jugadores se llevaban a mi padre afuera a esperar a la ambulancia.
No lo podía creer ni soportar, pero lo que peor me hacía era no poder hacer nada, era terriblemente pésima bajo presión, estaba nerviosa y todo me salía mal.
Mis piernas se quebraron y caí al piso de rodillas. Me senté, doble mis piernas y las junte contra mi pecho para poder abrazarlas con mis brazos y esconder mi cabeza en el espacio que quedaba entre mis piernas y mi pecho. Sentí como unos fuertes brazos me abrazaban desde un costado, para atraer todo mi cuerpo, incluido torso y piernas, contra el cuerpo dueño de aquellos brazos. No sé porque pero por primera vez me sentí segura de llorar, y así lo hice. Lloré y lloré mientras sus brazos me apretaban, sus manos me acariciaban dulcemente y apoyaba su cabeza sobre la mía, depositando cortos besos en ella.
Por primera vez me sentí completamente segura y, a pesar de todo, a salvo.
-Discúlpenme- escuché que alguien nos decía desde la puerta, a mis espaldas. Me separe de la misteriosa persona que me contenía y, sin mirarlo, me di vuelta y me encontré con uno de los árbitros- La ambulancia ha llegado y se están llevando al entrenador Mc Lean. Necesitamos saber si perderán por default.
-No, señor, puede estar seguro que nos presentaremos para el próximo tiempo.-por primera vez escuche la voz del hombre dueño de los brazos en los cuales había llorado y ese hombre era Niall. Lo miré con suplica, no podía pensar en otra cosa que no fuera en la imagen de mi padre en el piso de la oficina. ¿Cómo iba a dirigir al equipo?-Valla a fuera y dígale al otro que terminaremos el partido.-Dicho esto el hombre se fue y me volví a quedar sola con Niall. Quien se arrodillo en frente mío y me tomó por los hombros.-Todo va a estar bien, lo prometo. Pero ahora necesito que abras tu cabeza y te concentres en el juego. No quiero peros. -me advirtió al ver que yo estaba a punto de recriminarle algo-Antes de salir a la cancha al comienzo del partido nos hiciste prometerte que no importa lo que pasara seguiríamos a delante, y lo haremos, pero necesitamos un entrenador, Rae. Estamos todos juntos en esto ¿lo olvidas?
-Tienes razón-me costaba admitirlo pero la tenia, no podía dejarlos y menos ahora. Teníamos que terminar lo que habíamos empezado.
Luego de lavarme y secarme la cara salimos a la cancha. Todo el mundo estaba en silencio, esperando a saber qué demonios sucediera con el partido. Tanto los locales como los visitantes esperaban con ansias saber si seguiríamos en el partido y peor aún en la copa intercolegial de aquel año. El director de mi escuela y el entrenador del equipo visitante discutían.
-Le estoy diciendo que la hija del entrenador tiene permitido entrenar a nuestro equipo y por ende presentarse a un partido con ellos como la entrenadora.
-Pero es tan solo una niñita de catorce años-dieciséis idiota, pensé. Al parecer Niall se dio cuenta de la calentura que tenía en ese momento hacia aquel entrenador, como me fastidiaba que desvaloricen a los demás, y me tomó la mano para apretarla y dedicarme una mirada de no vale la pena.
-Con más razón no debería tener miedo, entrenador Smith, si es tan solo una niñita su equipo ganara fácilmente-me defendió orgulloso mi director.
-Director Jones- lo llamé para llamar su atención y la del entrenador quien me fulminó con la mirada yo hice lo mismo, lo maté con la mirada y se la sostuve hasta que el la bajo. Le daría a entender que con migo no jugaría.-Estamos listos-dije dirigiéndome a mi director. Todas las miradas habían estado puestas en mi desde que había llegado al campo, algunas me miraban con suplica y otras con odio. Pero solo vasto eso para que las caras de todos se iluminaran y el segundo tiempo empezara.
Los chicos se acercaron y me abrazaron. Se notaba pena en sus rostros cansados, pero también esperanza, y sabía bien que esa esperanza era yo. No podía dejar a los chicos solos y sabía perfectamente que eso era lo que mi padre me hubiera pedido. Que me quedé con ellos hasta el final y que los hiciera ganar.
Comenzamos la segunda mitad del partido empatando con el otro equipo pero a los pocos minutos comencé a dar indicaciones y ganamos con una amplia diferencia en comparación con el otro equipo.
Recordé como lo hacía mi papá, que me hubiera dicho si hubiera estado conmigo.

Una vez que el partido dio por terminado, con una victoria de parte nuestra, ordené mis cosas, me despedí de los chicos y comencé a caminar hacia mi casa mientras del cielo comenzaban a caer finas gotas de agua. Podría haberle pedido a Zayn que me llevara a casa ya que a demás de llover era de noche, pero en la casa de uno de los jugadores iban a organizar una fiesta por su victoria, a la cual estaba invitada, pero sinceramente no estaba de humor para ir a una fiesta y no iba a hacer que mi primo se perdiera parte de la fiesta. En el camino decidí llamar al hospital para saber el estado de mi padre.
-Hospital Central de Los Ángeles- atendió una mujer que a juzgar por su voz era joven y no superaba los veinticinco años.
-Buenas noches-comencé ya que eran las 10:00 de la noche-hace unas horas mi padre, Christopher Mc Lean, fue trasladado al hospital por un paro pulmonar. Quería saber en que estado se encuentra y si se puede entrar a la habitación a verlo.
-Primero necesito saber su nombre, edad y parentesco con el Sr. Mc Lean.
-Mi nombre es Raeven Mc Lean, tengo dieciséis años de edad y soy su hija-le respondí.
-Un minuto por favor…El Sr. Mc Lean se encuentra en terapia intensiva y no podrá pasar a verlo hasta próximo aviso.
-¿Y eso cuando sucederá?
-Mañana por la tarde.
-Bien, muchas gracias seguiré en contacto. Que tenga buenas noches. Ah…y por favor cuando recupere la conciencia dígale que ganamos el partido, por favor.
-Claro, esperamos su llamada y que tenga buenas noches usted también-dicho esto finalicé la llamada y miré por sobre mi hombro.
En la calle estaba Niall en su motocicleta y, desde esta, había avanzado a mi lado a paso de hombre mientras yo lo hacía por la vereda. Ya lo había visto, pero como su presencia no me molestaba mientras hablaba por teléfono y por ende no podía hablar con él, había dejado que me acompañase en silencio a mi lado.
-¿Cómo está?-preguntó mientras seguíamos andando
-En terapia intensiva y aún no lo puedo pasar a ver, así que me voy a casa
-De acuerdo, subí-me quedé estática, no, definitivamente no me subiera con él. Tenía dos motivos para hacerlo, el primero era que nunca en la vida me había subido a una motocicleta y si bien me encantaría hacerlo seguía teniendo algo de miedo. Y como segunda cuestión, ¿con él? Bien de acuerdo a cualquier chica le encantaría estar en mi situación con el chico que les gusta, pero no podía.
-No importa, Niall, me voy caminando. Aparte tenés que ir a la fiesta.
-Abra muchas más fiestas durante todo el año, no me moriré por perderme una. Aparte está lloviendo y te podés enfermar. Y si te enfermas no tendremos entrenadora-¿En serio? ¿En serio, Niall? ¿De verdad eso era lo único que le importaba? ¿No tener entrenadora?
-Con que eso es lo que te importa, no tener entrenadora-le dije cambiando el tema
-Bueno si…y si te enfermas no podre restaurar nuestra amistad-dijo algo nervioso, estaba mintiendo y eso se le notaba a kilómetros
-¿Con que restaurar nuestra amistad, eh?
-Vamos, Rae, subí a la motocicleta-Mis sospechas estaban completamente confirmadas, si de verdad fuera solo amistad no se pondría así de nervioso.
-Nop, me voy caminando.
-Te vas a enfermar, subí.
-¿Y que puede cambiar si me subo a tu moto? No tiene techo y cuando arranque el viento me pegara más fuerte.
-Pero llegaras más rápido y te prestare mi campera impermeable, ahora subí-me ordeno con autoridad.
-Nop-le dije y seguí caminando, era divertido hacerlo enojar.
-No nada, te subís ahora-estaba que hervía por dentro, frenó la motocicleta, se bajo y de un momento a otro yo me encontraba pataleando y gritando sobre su hombro.
-Bájame, Niall, ¡¡AHORA!!
-Esto te ganás por hacerme enojar-me dijo sentándome en el asiento y poniéndome su campera, la cual, vale aclarar, estaba calentita e impregnada de su olor. Cosa que me hizo sonreír como una idiota.
-Oh, pero que miedo tengo…-dije fingiendo miedo
-Pues deberías…
-Ah ¿sí? lo que estás haciendo no es de una persona mala, si no de una muy muy buena. ¿Qué paso con el Niall malo?-le pregunté con picardía.
-¿De verdad, me lo estas preguntando? Pues se ha ido. -respondió algo confuso debido a mi pregunta.
-Es una lástima, me hubiera encantado conocer más a ese Niall.
-Rae, ese Niall te hizo sufrir y llorar, de seguro estas de broma…
-No hablo de ese Niall, ese era malo, si, pero yo hablo de otra maldad
-¿Cual?-pregunto sin entender, yo solo levanté los hombros-¿no me dirás?
-Nop-definitivamente no tenía ni idea de que estaba diciendo, pero era divertido hacerlo, claro, mientras no habrá de más mi bocota.
-Estas caprichosa, eh. Ahora no te muevas y agárrate de mí o te caerás.-me advirtió sentándose delante de mí y yo me aferre a su trabado torso. No quería apretarlo mucho para que no se diera cuenta de lo aterrada que estaba pero apenas avanzo un metro le hinque las uñas y el hecho a reír.
-No te rías-le recriminé pegándole suavemente en la panza- no es gracioso que sea una miedosa.
-¿Por qué vas a tener miedo? Estas con migo- dijo con obviedad.
-Antes habías dicho que te debía tener miedo-dije divertida. El solamente negó con la cabeza y arranco camino a mi casa.
Poco a poco comencé a tomar confianza y estaba mucho más calmada, pero aun así nunca deje de apretarlo bien contra mí. El viaje paso en silencio, lo único que se escuchaba era la lluvia y el viento que se habían intensificado enormemente.
Cuando llegamos, Niall subió la moto a la ancha vereda y yo me bajé.
-Gracias Niall, nos vemos-lo saludé con un beso en la mejilla.
Le di su campera, a la fuerza, me di media vuelta y encaré a la puerta, saqué las llaves de mi bolsillo pero cuando iba a abrir la puerta me quede dura. No sé porque me sucedió eso, no era la primera vez que me iba a quedar sola en mi casa. Esa podía ser mi primera noche sola del resto de mi vida. Vi como Niall se paraba al lado mío y me sacaba las llaves de la mano para abrir la puerta.
-Ven-me dijo poniendo suavemente su mano en mi espalda para que entrara.
-¿Qué hacés?-le pregunté confundida al ver que el entraba después de mi.
-Entrando-me dijo naturalmente como si fuera lo más lógico.
-¿y por qué entrás?-le pregunté mientras intentaba empujarlo hacia afuera, cosa que se me hacía imposible.
-Ya te dije quiero arreglar las cosas contigo.
-¿Que no te das cuenta? Lo único que estás haciendo es empeorarla
-Eso es lo que tú piensas, pero te quedaste en shock cuando ibas a abrir la puerta. Definitivamente no puedes estar sola.
-Si puedo estar sola-le recriminé con frustración- he estado sola muchas veces y estoy bien.
-Has estado sola porque no tenías a nadie que este contigo.
-¿Y ahora la tengo?
-¿Qué no me ves?-me respondió con otra pregunta-Me quedó y es mi última palabra- dándose vuelta hacia las escaleras.
-Esas son siete palabras-dije con frustración mientras caminaba detrás de él.
-Vamos-se dio media vuelta con una amplia sonrisa en el rostro, se acercó a mí y me abrazo por los hombros. Subimos siete escaleras hasta llegar al piso donde se encontraba mi loft y entramos.-Bien, vos vas a tomar un baño caliente y a cambiarte esa ropa toda mojada mientras yo cocino algo-me dijo con dulzura pero a la vez con firmeza.
-No tengo hambre, gracias. Comé vos
-Vas a comer y punto.
-No tengo hambre, Niall. No hambre, no comida. ¿Entendés?
-Vas a comer. –dijo entre tanto se ponía a buscar cosas en la cocina.
-Sos un necio, Horan. No quiero comer y no voy a comer.
-Seré un necio, pero te estoy haciendo un bien y vos un mal. A la ducha, vamos.
-Esta bien, -no había caso, asique acepté- pero vos tenés que cambiarte también.
-No yo no…-pero ya era tarde, ya estaba en la puerta del cuarto de mi padre. Iba a entrar pero me quede estática bajo el marco de la puerta. Sentí como pasaba su brazo por sobre mis hombros-De verdad, no hace falta.
-¿De que sirve una entrenadora sin un quarterback?-le pregunté entrando con decisión a la habitación y tomando una camisa, un pantalón, un buzo y un par de medias.-Ten o te enfermaras-dije tendiéndole la ropa intentando de embozar una sonrisa.
A pesar de que había sido poco tiempo en aquella habitación había parecido una pequeña eternidad. Al parecer Niall se percato y me hundió en su pecho, a lo que no me resistí. Simplemente me deje abrazar y escondí mi cabeza en su pecho. Era unos abrazos que te hacen sentir mejor, que te dicen por si solos que todo estará bien.
-Ahora, mi pequeña valiente-me dijo se parándose de mí y secando una lagrima que se había escapado de uno de mis ojos-a la ducha.
Obedecí la orden de mi…¿qué era? Pongámosle mi “Niñero Super Sweet & Hot”. Me di un baño largo, caliente y tranquilo y me vestí ( http://www.polyvore.com/cgi/set?id=51920629&.locale=es ) bien sencillo y tranquilo porque no estaba de mucho humor para arreglarme.
Bajé y desde la cocina llegaba un fuerte aroma a polenta y salsa. No lo podía creer, la polenta es bastante complicada de hacer y tarda un buen rato. Mi Niñero Super Sweet & Hot había cocinado una polenta que era muy buena, eso se notaba a kilómetros debido a su textura y aroma, con salsa.
-Guauu…-dije atónita.
-Buscando en la alacena la encontré y supuse que te gustaba porque había unos diez paquetes-ambos reímos ante su comentario. Tenía razón, la polenta con salsa de tomate era la comida con preferencia en mi casa, por lo menos una vez a la semana comíamos con mi papá.
-No me gusta, me encanta y aun no puedo creer que la hallas cocinado, gracias-le agradecí y él se limito a dedicarme una amplia sonrisa.
Juntos pusimos la mesa y comimos. Lo hicimos entre risas ya que Niall no paraba de hacer o contarme cosas graciosas. Charlamos de todo un poco, por momentos hablábamos de cosas sin sentido que nos podían llevar a cosas serias para luego volver a las bromas.

Terminamos de comer luego de que Niall se comiera unos cinco platos. Levantamos las cosas y, a pesar de que me negué rotundamente, Niall secó los platos luego de que yo los lavara. Una vez que terminamos, él se tiró pesadamente sobre el sillón y yo me senté a su lado. Tomó el control remoto y cuando llevábamos como media hora mirando El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey sentí como su brazo pasaba por sobre mi hombro y me abrazaba.
-Perdón, pensé que tendrías frío-me dijo algo tímido cuando levante los ojos y nuestras miradas se encontraron.
-Mucho-mentí subiendo mis piernas para acurrucarme contra él. ¿Qué hacia? Pues no tenía idea.
Había perdonado a este chico hacia poco más de veinticuatro horas y ya estaba acurrucada en sus brazos como si fuéramos novios o algo parecido. Eso no tenía sentido, nada de lo que había sucedido esa noche tenia coherencia. Él estaba semi-recostado contra el respaldo de sillón y yo estaba acurrucada casi sobre él mientras que me acariciaba con su brazo.
-¿Querés ir a dormir?-me preguntó cuando la película terminó al ver que yo cabeceaba.
-Si, adiós- le dije besando su mejilla y parándome para abrirle la puerta.
-Yo no me voy-me refuto decidido.
-¿Cómo que no? Tienes que ir a dormir a tu casa.
-Eso es lo de menos, aparte que sucede si te pones a llorar en medio de la noche o tienes una pesadilla.
-Me levantó, tomó un vaso de agua y vuelvo a dormir.
-Pero es mejor si estoy aquí.
-Si, hasta que tu madre se entere y te castigue de por vida. Ya son las 2:00 de la madrugada y ni siquiera le has llamado.
-No importa le digo que me fui a lo de Liam y ya está.
-Niall…-alargué
-Rae…-me miro levantándome una ceja como advirtiéndome algo.
-Está bien, pero dormis acá en el sillón.-le condicioné.
-Por mi está bien.
Armamos su cama, me fui a mi cuarto y después de tocar una canción en el chelo me metí en la cama.
Una vez que la luz estuvo apaga comencé a recapitular para atrás todo lo sucedido con mi Niñero Super Sweet & Hot esa noche. Desde que me había dicho que se quedaba en mi casa. Cuando miramos una de mis películas preferidas y enterarme que él también era un fanático de ella. Él cocinando vestido con la ropa de padre.
Me había olvidado por completo de él. Por ese motivo Niall estaba en mi casa, por eso me había consolado y llevado a mi casa. Porque mi padre estaba en el hospital.
Por un momento pensé que lo iba a perder, nunca había llegado al punto de que lo internaran en terapia intensiva. Nunca.
Mi papá estaba en terapia intensiva, en estado crítico por un paro respiratorio y yo estaba tranquilamente tirada en mi cama. Ese horrible sentimiento que hace que se te retuerza todo en tu interior me invadió. Me sentía culpable, vacía y sucia. Abrí mis ojos que estaban tan cargados de lagrimas que en cualquier momento explotarían, así las deje caer para mojar todo, desde mi cara hasta la almohada y las sábanas. No podía estar un minuto más allí sin hacer nada, mi lugar era en el hospital, esperando a que me dieran noticias. No en mi casa. No en mi cama, como si nada sucediera.
Me levanté y bajé las escaleras. Niall estaba profundamente dormido en el sillón. No había mucha luz dentro de la habitación, pero algunos pequeños y débiles rayos de luz se filtraban por la ventana.
Su rostro estaba relajado y tranquilo mientras que seguía respirando lenta y acompasadamente. Me podría haber quedado observándolo, analizándolo o intentando de encontrarle algún defecto a su perfecto rostro, aunque hubiera sido un intento fallido ya que era como buscarle el pelo al huevo. Pero no podía debido que mi sentimiento de culpa que me invadía era más fuerte.
Entré al estudio, tomé el teléfono fijo, me senté en el sillón y marque el número de Liam. Eran las 3:00 de la mañana, si, pero necesitaba aclarar mi conciencia y acomodar mis ideas y ¿qué mejor forma de hacerlo que hablar con Liam? Quien tenía la conciencia más limpia de todas. A demás lo más probable era que todavía ni siquiera este acostado, de hecho estaba cien por ciento segura de que aun no se habría ido de la fiesta.
-Hola-me atendió entre toda la música y griterío de la gente.
-Liam, tengo que hablar con vos-dije intentando de no gritar por Niall que estaba durmiendo, pero hablando bastante alto como para que me escuchara.
-Dame un minuto-luego de unos cinco minutos toda la música cesó-Ahora si, ¿Qué sucede?
-Primero, gracias- sabía que estaba en su auto dejando la fiesta, debido al sonido del motor.
-No hay de que, es mas hasta creo de yo te tengo que dar las gracias a vos, me diste una excusa para salir de esa fiesta de borrachos. Pero vamos a lo importante ¿Por qué lloras? Tú padre estará bien y…
-No es por eso Liam
-¿Entonces por qué es?
-Por Niall
-¿Qué? ¿Qué te hizo el idiota ese ahora?
-Él no mi hizo nada Liam, yo lo hice, mejor dicho mi conciencia lo hizo.
-Empezá desde el principio.-le conté toda la historia desde el entretiempo, cuando me consoló en los vestuarios hasta todo mi análisis de la situación de hacía pocos minutos.-Lo comprendo, créeme que lo hago.
-Si lo sé.
-¿Donde está él en este momento?
-En el sillón del living.-dije sin poder evitar que una picara y pequeña sonrisa se dibujara en mis labios.
-Borra esa sonrisa, Rae, antes de que te arrepientas-me dijo como si me estuviera viendo y si en ese instante lo hacía, otra vez la culpabilidad me inundaba-Ahora, tienes que saber que lo que tú hiciste no estuvo mal, aun que tu lo creas. De hecho estuvo bien, hiciste justamente lo que tu padre quiere que hagas en estas situaciones. Que sigas con tu vida.
-Una cosa es seguir con mi vida y otra es olvidarme por completo de él. Eso es lo que me molesta.
-Tal vez no fue la forma en la cual mas te hubiera gustado, pero así pasó. Niall logró algo que ni yo pude lograr alguna vez. Logró que dejes de maquinar y hacerte la película por más de cinco minutos y eso es muy valorable. Aparte por lo que vos dices lo podrás ir a ver mañana por la tarde.
-Sí, pero…no lo sé, no sé que hacer.
-Yo te diré que hacer. Dejá de pensar por un momento, vuelve a la cama donde deberías y dormite de una vez, que ya es tarde.
-Si, papá.
-Sueña conmigo, preciosa
-Que aparezcan pulgas en tus sueños-me despedí para luego colgar el teléfono y dejarlo en su lugar.
Salí del estudio y cuando iba a subir a las escaleras sentí que una mano me agarraba de la muñeca y me daba vuelta. No podía ver bien, solo su silueta, pero sabía que era Niall y que no tenía una sonrisa, justamente, en su rostro.
-No te pido que confíes en mi ni mucho menos, pero yo te dije que estaría aquí para ti. ¿No me podrías haber tomado la palabra por lo menos?-me preguntó con voz ronca ya que acababa de despertarse, o por lo menos era la primera vez que hablaba luego de hacerlo y también algo decepcionada. Pero aun así él seguía con sus manos en mis hombros impidiendo que me alejara.
-Lo lamento, Niall, pero justamente esto no podía hablarlo contigo.
-¿Por qué no? Yo soy la causa de que te sientas culpable por algo que ni siquiera tuviste la culpa.-nuestras frentes estaban pegadas y nuestras respiraciones se mezclaban.
-¿Querés hablar?- le pregunté intentando de separarme un poco- Bien, hablemos. Lo que pasa es que estoy en el living de mi casa con un chico que me hizo pasar la mejor noche de mi vida, pero ahora me siento culpable por haberme olvidado el motivo por el cual este chico me hizo pasar la mejor noche de mi vida.
-Si, pero vos no tenés la culpa. La culpa la tiene ese chico por haberte hecho olvidar no vos. – espetó con rabia.
-Sí, eso ya me quedo claro. – dije intentando no perder la cordura. Estábamos demasiado cerca y si seguíamos así terminaría besándolo.
-Quiero que sepas que estaré a tu lado para cualquier cosa que necesites. Incluso si se trata de una ecuación de matemáticas. – me aclaró un poco más calmado, acercándose y eliminando la distancia que yo había creado entre nosotros.
-Niall…
-¿Si?
-Sos malo en matemáticas.
-Sí, lo sé. Pero ese no es el punto y creo que lo has entendido bastante bien.
-Y lo hice, creeme, gracias. Te prometo que de ahora en más también hablare con vos de estas cosas.
-Excelente, ahora a dormir...un momento como sabes que soy malo en matemáticas, ¿acaso has estado mirando mis notas?-me preguntó desconfiado.
-Buenas noches, Niall-lo saludé evitando el tema, ya que tenía razón, y dándole un beso en la mejilla.
-Dormí bien, hermosa-me dijo correspondiéndome el beso, muy cerca de mis labios, y abrazándome.
Cuando nos separamos me fui a la cama y me dormí al instante.

Me desperté por los fuertes rayos de luz que se filtraban por la ventana, mire la hora, eran las 3:00 de la tarde. Era impresionante que luego de casi diez horas de pura lluvia el cielo estuviera despejado como si nada nunca hubiera pasado.
Se sentía un aroma a comida que venía desde la cocina, y supuse que era Niall, quien estaba cocinando. Me puse las alpargatas y el pañuelo para luego bajar las escaleras.
Pero no estaba en la cocina, busque en el baño, en el estudio, en el cuarto de mi padre incluso busque debajo de los sillones pero no había rastro de él.
Volví a la cocina donde, en la puerta del horno, había un cartelito que decía ‘Ábreme’, la abrí y me encontré con enorme plato con huevos revueltos, panceta y tostadas. Lo saqué del horno y lo pusé en la mesada, en el borde del plato me encontré con otro cartelito ‘Ahora ve a la heladera’. Obediente me di vuelta y caminó los pocos pasos que había del horno a la heladera. Abrí la puerta de está y me encontré con dos vasos, uno con jugo y otro con leche chocolatada. Tomé ambos y los deje al lado del plato.
Ambos vasos tenían un cartel respectivamente. El del vaso con jugo decía ‘Volveré en un rato’ y el del segundo vaso decía ‘Comételo todo’
-¿De verdad? Con todo esto podría comer una familia china por un mes.- me dije a mi misma, no era que comía poco, porque justamente no lo hacía. Pero la cantidad de comida que había era mucha hasta para mí. Pero obedecí las indicaciones, como si mi Niñero estuviera allí y me senté a comer.
Me sorprendí a mi misma al ver que había comido más de la mitad del plato, pero como no podía mas lo guardé en la heladera.
-Hospital Central de Los Ángeles-me respondió la misma voz de la noche anterior cuando llamé al hospital.
-Buenas tardes, llamo para averiguar sobre mi padre, Christopher Mc Lean, que fue llevado anoche al hospital por un paro respiratorio. Soy su hija.
-¿Señorita Mc Lean?-me preguntó la voz
-La misma, quería saber cómo se encuentra.
-El paciente está más estable, lo hemos transferido a la zona de mitad terapia intensiva pero todavía no ha despertado.
-¿Cuando lo podre pasar a ver?
-Desde las 5:00 de la tarde hasta las 9:00 de la noche está abierto el horario de visita.
-Bien, entonces en unas horas estaré allí, muchas gracias.
-Un placer.-me dijo la joven antes de cortar.
Quería verlo, me moría de ganas de hacerlo, pero no en esa situación. Odiaba ver a la gente llena de cables y cosas y más si esa persona me importaba. Simplemente no lo soportaba.
Fui arriba y busqué mi chelo para bajarlo. Comencé a tocar ‘My inmortal’ de Evanescence (https://www.youtube.com/watch?v=jGKRXhmFQlw ) y varias lagrimas comenzaron a brotar involuntariamente de mis ojos.
Como siempre todo desapareció. Todos los sonidos excepto el de mi chelo. Todas las cosas, incluyendo la silla en la que estaba sentada, excepto mi chelo. Todo, no había nada a excepción de mi instrumento y yo. Cuando la canción terminó todo volvió a su lugar o más bien a aparecer, pero también algo que no estaba cuando había comenzado a tocar. Un leve y apenas audible tarareo que venía desde detrás de la puerta de entrada.
Me levanté y fui a abrirla. Tomé las llaves, las introduje en la abertura, las giré, tomé la perrilla, la giré y cuando abrí la puerta, un cuerpo cayó al piso. De un momento a otro tenía a un hermoso rubio tirando en el piso de la entrada de mi casa agarrándose la cabeza y gimiendo de dolor.
-Niall, lo lamento-le pedí disculpas al mismo tiempo que me arrodillaba a su lado y le tomaba la cabeza.-No sabía que estabas de otro lado.
-Creeme que me di cuenta-me dijo entre cortado debido al dolor.
-No te quejes, podrías haber tocado y…
-Es que no quería interrumpirte…
-Tú no interrumpes-¡DEMONIOS! ¿Qué había sido eso? ¡BOCONA!
-Lo tendré en cuenta para la próxima-me dijo abriendo los ojos, los cuales estaban algo aguados, y me embozó una sonrisa.
-Vamos, levántate así te pongo…te pones-me corregí rápido, ¡qué me pasaba!-algo de hielo.
-No tengo problema de que me lo pongas vos
-Yo tampo…Eso ya lo veremos-¡DIOS! Si que estaba bien idiota!
-Si, claro, claro-me dijo parándose algo costosamente debido a que por el golpe estaba medio mareado.
-Yo te ayudo
-¿Eso no te lo vas a retractar?
-Cerrá la boca y ayúdame, ¿querés? Estas un poquito pesado-le ordené tomándolo por la cintura mientras él se apoyaba en mi hombro y yo cerraba la puerta
-¿Me estás diciendo gordo?
-Pesado, no gordo- le aclaro. Vamos, hasta alguien con dos dedos de frente se daría cuenta que no está gordo con ese cuerpo. ¡BASTA! ¡VAS A BABEAR! Me gritaba.
Llegamos a la cocina y lo hice sentar en uno de los bancos de la barra mientras yo buscaba hielo en el refrigerador. Una vez que lo tuve en la mesada lo puse en una servilleta de tela para que no se congelara demasiado la cabeza.
-Ten-le dije tendiéndole el hielo.
-¿No era que me lo pondrías vos?-yo simplemente le levanté una ceja en señal de advertencia-Bien, bien. Vos me decis si me lo pongo en el golpe o no. –Se me quedó mirando fijamente y me tomó el rostro entre sus manos. – Has estado llorando- lo dijo mas como una afirmación que como una pregunta. Me limito a asentir con la cabeza- Vení acá- antes de que él pudiera hacer algo lo abracé fuerte, mientras él me estrujaba en sus brazos.
-Haber, vamos a ponerle hielo a ese golpe, o se te va a hacer una chichón gigante- le avisé separándome un poco, pero sin romper el abrazo. Él solo me limpio las lagrimas y me sonrió.
-De acuerdo.
-Más arriba-le dije al ver que se lo ponía en la nuca.
-¿Ahí?
-No… aquí-le indiqué tomándole la mano y ubicándola en el chichón.
-¿Está muy mal?
-Creo que tendremos que conseguirte un casco más grande para jugar-bromeé, aunque de verdad era enorme.
-Bueno, otra escusa para pasar tiempo contigo.
-Niall, te recuerdo que estas de novio.
-¿Y recién te acordás de eso?-lo miré mal-sí, lo sé, por eso digo. Otra excusa.
-¿Qué le dirás cuando te pregunte porque no fuiste a la fiesta de anoche?
-Que me fui a casa porque me sentía mal-revoleé los ojos.
-Intenta pensar algo más original, esa excusa ya está muy gastada
-Podríamos pensar una juntos
-Al que le importa Any es a vos no a mí, me importa poco y nada pelearme con ella
-Yo nunca dije que me importara.
-Oh si claro, claro
-Me importa muy poco, de hecho hay gente que me importa más. Por ejemplo si me importara más que vos, ayer por la noche hubiera ido a la fiesta y no lo hice-¿¡QUÉ?! ¿Qué había dicho? Eso era una indirecta muy directa de ‘tú me importas’-No tendrás algo de comer de casualidad, ¿verdad?
-Si, tengo algo del desayuno
-¿Cómo que no te lo comiste todo?
-Niall, estaba muy bueno y muchas gracias por cocinármelo me había olvidado de agradecerte, lo lamento. Pero en serio, esa era mucha comida.
-Cuando quieras, preciosa. Ahora hazle un favor a esos huevos y trámelos, por favor.
-Claro-fui hasta la heladera y saqué lo huevos que habían sobrado-Ten-le dije poniéndole el plato y un tenedor en frente.
-Me podrías tener el hielo mientras como, ¿por favor?
-Claro, oportunista-dije con una pequeña sonrisa.
-Exacto-afirmó con una sonrisa triunfadora en su rostro mientras se metía un bocado gigante de comida en la boca.
Mientras él comía yo le sostenía el hielo y hablábamos. Me preguntó por mi padre y le conté la conversación que había tenido hacia un rato con la recepcionista. Se disculpó por haberse ido, me contó que se había ido a su casa a hacer unas cosas y que no debía preocuparme, que su madre se había tragado el cuento de que había estado con Zayn y que supuestamente en ese momento estaba en el parque con los chicos.
-Ve a cambiarte-me dijo dejando los cubiertos y el plato vacio en el lava manos.
-¿Para qué?-pregunté algo insegura. Sabía lo que se venía, pero no quería ni pensarlo.
-¿Cómo que para qué? Para ir a ver a tu papá
-Pero yo…
-Pero yo nada- me interrumpió- ve a cambiarte a menos que quieras que lo haga por ti.-me dijo firme, él sabía que debía hacerlo de esa forma o sino no iría, porque me aterraban los hospitales y más aun la gente toda cableada e inconsciente, las cicatrices, sangre, operaciones y todo ese tipo de cosas que se puede encontrar en un hospital.-Solo será un rato-me aseguró tomándome por los hombros y haciéndome subir las escaleras de mi cuarto.-Ahora cambiate, te quiero abajo a mas tardar media hora. Todo va a estar bien lo prometo-me dijo estrujándome en sus brazos solo unos momentos para luego bajar y dejarme sola en el entrepiso.

Me cambié (http://www.polyvore.com/13/set?id=52472030 ) bien arreglada porque si mi padre despertaba, no quería que viera a su hija toda desaliñada y con una angustia que se notaba a kilómetros. A demás sabía que eso no ayudaría a que mejorara.
-Wow…-susurro Niall al verme bajar por las escaleras
-¿Qué? ¿No te gusta?-le pregunté algo insegura
-¿Qué… ¿Qué si… no me gus…gusta?-dijo algo entrecortado, haciendo que me pusiera colorada- Pero si estas hermosa y que nadie te diga lo contrario-me aseguró recuperando el control de sus labios. Tomó su chaqueta y me abrazó por los hombros mientras salíamos del departamento.
Una vez fuera pude observar mejor el vehículo en el cual me había trasladado a casa la noche anterior. Era una moto negra y grande, muy grande. Era una BMW no sabía que modelo y tampoco me importaba demasiado.
Nos subimos, Niall me dio un casco no de esos grandes y feos sino los otros que son más pequeños, no sé como explicarlo, esos que son como los que se usaban antes, negro. Él se dio vuelta y su puso unos lentes oscuros, que lo hacían ver muy sexy, y yo lo abrasé por detrás para comenzar el viaje al tan odiado hospital.
Me aferré a mi Niñero y apoyé mi cabeza en su hombro para luego cerrar los ojos y dejar que el viento me pegara en la cara. Aspiré, como droga, su peculiar aroma y entre en algo así como un transe, ya que algo dormida pero seguía escuchando los autos y me daba cuenta de las cosas que pasaban, como frenar, volver arrancar y ese tipo de cosas.
-Rae, llegamos-escuché que Niall me decía mientras me acariciaba el cabello.
-Creo que en este preciso momento no me puedo retractar, ¿verdad?-le pregunté enderezándome para mirarlo a la cara y perderme en sus ojos.
-Creo que conoces la respuesta, vamos-me dijo para luego ponerse de pie y bajarse-Ven-me dijo tendiéndome una mano-Dame eso-me dijo una vez que baje mientras me desabrochaba el casco y se lo ponía bajo el brazo-Ahora sí, adentro.-y dicho esto entrelazo su brazo con el mío y entramos al hospital.
-Buenas tardes-saludé a la chica de la recepción. Era una joven de no mas de veinticinco años, rubia cenisa, delgada y de ojos oscuros pero de aspecto amable y mirada dulce.
-Buenas tardes.
-Vengo a visitar a Christopher Mc Lean
-Necesito saber su nombre, edad y que tipo de relación tiene con el paciente ya que, debido a su estado crítico, solo lo pueden pasar a ver sus parientes cercanos.
-Me llamo Raeven Mc Lean tengo dieciséis años y soy su hija.
-La recuerdo, yo hablé con usted hace unas horas y ayer por la noche, ¿verdad?
-La misma.
-Bien, pase entonces. Está en la sección de media terapia intensiva en el tercer piso en el ala derecha la habitación 434-me indicé luego de fijarse la ubicación de mi padre.- Aguardé, solo parientes cercanos-esto último lo dijo dirigiéndose a Niall.
-Soy su acompañante-le dijo abrasándome por atrás y dándome un beso en la mejilla, dando a entender que era algo mas que mi acompañante
-En ese caso, continúen por favor- dijo la joven mirándonos con ternura.
-¿Vamos, calabacita?-me preguntó esta vez entrelazando sus dedos con los míos. Estaba atónita, ¿Calabacita? Dios este chico me iba a volver loca…LOCA!!! Aunque me gustaba sentir sus largos dedos acariciar los míos con dulzura.
-¿Qué demonios fue eso?-le pregunte mirándolo asesinamente en el ascensor.
-¿Querías venir sola o acompañada?-me respondió con otra pregunta-aparte no me vas a negar que te gusto que te agarre así-susurro en mi oído mientras me abrazaba por atrás desde la cintura-y que haga esto-me dijo para luego darme un largo y dulce beso en mi mejilla.
-No, no me gusto en absoluto-dije algo costosamente
-Entonces ¿por qué no te zafas de mi agarre?-me dijo sensualmente en mi oído
-Muévete que llegamos-dije soltándome bruscamente de sus brazos para luego salir rápidamente del ascensor y dirigirme a la habitación de mi padre.
-Hey, hey espérame-me dijo una vez que llego a mi lado, luego de haber corrido y recibido varios retos de enfermeras
-¿Por qué?-le pregunte molesta
-Lo lamento, ¿sí?
-No sirve si lo dices de memoria-le dije aun sin mirarlo
-Mírame-me dijo poniéndose en frente mío- de verdad lo siento, solo estaba jugando
Lo miré a los ojos y definitivamente no había arrepentimiento en ellos, tal cual lo había imaginado. Él no estaba para nada arrepentido y eso se notaba a kilómetros. Lo que había echo le había gustado y mucho.
-Repito, si no lo sientes no lo digas.
-¿Que querés que diga?-me preguntó impaciente
-La verdad-le respondí sin perder la calma.
-La verdad-repitió-la verdad es que me tienes loco…LOCO RAE LOCO tan loco que te quiero tener para mí y solo para mí el resto de mi vida-me dijo tomándome por los hombros
-Pero tienes novia, te recuerdo.-Si era mala, lo estaba haciendo enojar. Pero había sufrido mucho por él pero también él había hecho mucho por mí en las últimas horas…pero si tan solo era un impulso, ¿un capricho? No, no me podía arriesgar.
-Al diablo con Any, yo te quiero a ti
-Mira Any no me cae para nada bien, pero ninguna chica se merece que la engañen. Y tú lo estás haciendo
-Es decir ¿qué no me querés?
-Estoy diciendo que tenés novia, no que no te quiero.-toda mi actuación de la chica fría se había ido al caño, pero no importaba. Él sabía que con novia no tenía posibilidades, pero si la situación era a la inversa si las tenia.
Con una débil sonrisa en los labios se corrió y se puso a mi lado para luego volver a entrelazar su brazo con el mío y comenzar a caminar hacia la habitación
-Te prometo, que estaremos juntos. No sé cuando, intentare que sea pronto. Mientras tanto vos por favor espérame, ¿si?-susurró en mi oído devilmente y con vergüenza, yo solo sonreí y asentí débilmente con la cabeza.
Llegamos a la pieza de mi padre, era simplemente deplorable. Mi padre pálido acostado en la camilla durmiendo con cientos de cables conectados a su cuerpo y una máscara respiratoria. Las paredes de la habitación eran blancas con pequeños puntos de un azul apagado horrible. En la pared que se encontraba frente a la camilla había un cuadro colgado con un paisaje que en algún momento podría haber sido lindo, pero en ese momento los años lo tenían consumido. Todos los colores sin vida y la única sensación y sentimiento que transmitía era dolor. Debajo del cuadro había un sillón de dos cuerpos azul pálido, también consumido por los años y las polillas.
Aun no podía creer como este podía ser un hospital privado, a cualquiera que despertara aquí lo último que querría seria mejorarse.
Una vez dentro, me acerque a él y no pude hacer nada mas mirarlo. Luego de varios minutos me volví hacia el cuarto y la rabia me invadió. Estaba decidida a que mi padre nunca se despertaría en un cuarto como eso, nunca lo haría mientras yo viviera.
Miré la hora, las 7:14, perfecto tenía casi tres horas para cambiar el aspecto de ese asqueroso lugar. Me dispuse a salir por la puerta, pero cuando tomé la perilla sentí una voz detrás de mí que me hizo recordar que no me encontraba sola allí.
-¿A dónde vas?
-A la librería y a la casa de deportes a unas cuadras
-¿Para?
-Para cambiarle un poco el aspecto a esto-dije mirando el cuarto-¿venís?-le pregunté tendiéndole mi mano la cual tomo gustoso.
Juntos salimos del hospital y fuimos primero a la librería, en la cual compramos marcadores gruesos y cartulinas de colores. Luego fuimos a la casa de deportes, donde ya me conocían porque allí comprábamos y encargábamos los uniformes, las pelotas y esas cosas, y nos dieron diferentes posters de jugadores de futbol americano que ya no les servían.
De vuelta en la pieza de mi padre nos dispusimos a sacar el horrible cuadro y en su lugar poner un poster del equipo favorito de futbol americano de mi papá. Después en una de las cartulinas pusimos el nombre de todos los jugadores y sus números. En otra escribimos ‘JUST’ y una boca feliz y así con cinco mas con diferentes frases como ‘Estamos juntos en esto’ ‘Never look back’ y cosas así.
Por suerte terminamos cinco minutos antes de las nueve para que no nos echaran y luego nos fuimos a mi casa a cenar.
-Hoy no me puedo quedar hasta muy tarde porque si no mi mama me va matar-me dijo una vez que corto el teléfono luego de hablar con ella.
-Esta bien.- en eso el teléfono comenzó a sonar- Hola
-¿Rae, cariño, cómo has estado?-reconocí la voz de mi tía del otro lado.
-Bien, gracias, tía Lily
-Hoy fuimos a visitar a tu padre, todavía no ha despertado.-me contó preocupada
-Sí, lo sé. Yo también fui.
-¿Sola?-preguntó.
-No, un amigo me acompaño.
-Con que con un muchacho-dijo picara
-Es un amigo, tía. Juega en el equipo y me acompaño. Nada mas.
-Oh, claro, claro-dijo desconfiada.-Cualquier cosa me llamás, ¿si?
-Sí, tía. Nos vemos, besos-le aseguré antes de colgar.

-¿Qué cocinas?
-Milanesas de pollo con ensalada de huevo y tomate
-Que aburrido
-Ya se pero algo sano hay que comer sino vamos a terminar como pelotas gigantes.
-Hablá por vos, yo tengo una entrenadora que no deja que me quede nada de comida en el cuerpo.
-Agradecele que podés comer sin culpa.
-Vos tampoco-me refutó analizándome de arriba abajo.
-No me mires así
-¿Así como?
-Así, con cara de baboso, como si fuera un pedazo de carne.-le dije acusadoramente.
-Lo lamento-dijo mientras sus mejillas se tornaban rojas y bajaba la mirada.
-Ves, esa es una disculpa con sentimiento
-¿Qué acaso me vas a refregar eso toda mi vida?
-Sep
-Genial-nos quedamos unos minutos en silencio mientras yo sacaba las milanesas del horno-Rae-me llamo y yo me di vuelta
-Si
-Alguna vez te habían dicho que eres realmente hermosa
-No-dije algo avergonzada mientras sentía como toda la sangre que tenía en mi cuerpo subía a mis mejillas.
-Pues, lo sos-me afirmó mirándome a los ojos para luego volver a bajar su mirada
-La comida esta lista, ahora hay que poner la mesa.-dije luego de un largo pero para nada incomodo silencio.
-Eso lo hago yo
-Por qué?
-Porque vos cocinaste, ahora dame ese mantel.