Mi alma gemela. (Harry Styles) [TERMINADA]

Después de caminar unos metros más, llegamos hasta una parte del bosque donde, inunda tranquilidad. La hierba fresca y los robles robustos, sustituien a los tajos puntiagudos y a los pinos escalofriantes, de la parte sur. Una brisa, recorre nuestros cuerpos relajados, y es cuando nos damos cuenta, de que hay una pequeña cabaña de madera a unos diez metros más lejos.
El bosque, era mi sitio preferido cuando estaba viva. Los colores, la tranquilidad que se respiraba en el aire, la falta de ruido, los arboles que parecían protegerte de cualquier cosa... eran muchas las razones. Pero, sobretodo era porque allí solía hacer mis mejores canciones.
Mientras Harry y Zayn, iban a la cabaña a buscar unas cosas (al parecer, querían hacer la cena al aire libre) me senté en la humeda tierra, para después dejando caer mi cuerpo por completo.
El cielo estaba muy gris, y se veía que estaba a punto de llover. Tal y como a mi me gustaba.
Siempre he tenido unos gustos raros. Demasiado. Mientras que otros niños querían jugar a la playa soleada, yo prefería ir al bosque debajo de la lluvia.
Mientras que las niñas de mi escuela se preucupaban más de su pelo y de cómo iban, yo prefería componer canciones y escuchar musica. Sí, así nací yo, pero por mucho que me criticasen, yo era así y no pensaba cambiar por ellos. De pequeña pensaba que cada uno es diferente, y eso los hace únicos. Peró a medida que iba creciendo, me daba cuenta de que las personas quieren ser perfectos, y ocultan sus virtudes y defectos, y así lo único que se aconseguía, es borrar su identidad y hacer un "copiar y pegar" de el prototipo de persona de plástico/perfecto. Aunque yo, siempre consideré que el ser perfecto, es imposible, y arriesgar todo lo que eres, por un intento fallido, no vale la pena. Yo era la única que no ocultaba mis defectos ni mis virtudes, por eso mismo, siempre destaqué como rara, aunque yo diría, única.
Sentí un crujir de hojas en el suelo, aunque le resté importáncia. Pero me empecé a alertar cuando una fragancia varonil, invadió mi fossas nasales. Abrí los ojos y me encontré a Harry estirado a mi lado, mirandome detenidamente. Di un bote un poco exagerado, para después añadí:
-¡¡¡¡SANTA VIRGEN MARÍA DEL AMOR HERMOSO DE DIOS, HARRY, ME HAS ASUSTADO!!!!-Dije yo sobresaltada. Aunque solo aconseguí que él diera una sonora carcajada.
-Tranquíla, yo solo iba ha pedirte que te quedaras a cenar con nosotros.-Dijo él aún a mi lado. Demasiado cerca. Demasiado.
-Harry, ¿podrías apartarte un poquito, cariño?-Dije mientras intentaba sacudirle para que se moviera. Aunque cuando mi piel pasó por su torso, me estremecí por completo. Aún con ropa, se podía notar su anatomía perfecta. Pectorales trabajados, abdominales marcados...La voz de Harry me despertó, acompañada de una risa. Menos mal que no sabía lo que pensaba.
-¿Eso es un si?-Dijo con voz ronca. Otra vez pelo de punta. Otra vez las malditas cucarachas en el estómago. ¿O eran mariposas?
-Eso es un tal vez.-Le respondí riendo. Aunque él seguía con la mirada puesta en la mía y intimidaba un poco. Sus ojos verdes, penetraban con fuerza los míos, aunque cualquiera hubiera bajado la mirada, me gustaba ese juego de "miradas fijas" así que le seguí la corriente. El aire pasó un momento, pero solo bastó un momento para que el aire le despeinase un rizo. Un momento bastó para que yo pudiera tocar su sedoso cabello y apartarle de la cara. Que ahora parecía un ángel, aunque fuera todo lo contrario. Bastó un solo momento para que él me tomase y juntara nuestros labios.
Sus labios se movían al compás con los míos, sentía sus manos en mis caderas para que me apretase más a él. Cerré los ojos, disfrutando del momento. En ese preciso instante, parecía estar en una montaña rusa, que estaba a punto de bajar. Los nervios se juntaban y se multiplicaban, aunque el beso no acababa. No quería separarme de él, y por lo que se ve, él tampoco de mí.
Entonces recordé, recordé el porque nunca me acercaba a los chicos, y porque nunca me había enamorado. Le aparté con brusquedad, y me separé de sus labios con fuerza.
Él me miraba atónito, buscando una respuesta con su mirada. Yo negué la cabeza, lentamente, mientras buscaba oxigeno.

-Yo...lo siento, no puedo. Me levanté y me fui con Zayn a preparar la comida, dejando a Harry más confuso de lo que estaba.
Entré a la cabaña cuando fui en busca de Zayn, pero fue una sorpresa, al ver otro chico, de pelo entre castaño y miel, con ojos chocolate, que estaba hablando animadamente con él. Él, enseguida me miró, extrañado.
-Emm...yo me llamo Judy, vengo de...-Pero una mano, la de Zayn, me tapó la boca.
-És mi pariente lejana, al parecer su madre, me pidió que la cuidara unos días...esta diablilla se ha portado muy mal, últimamente.-Y me apretó las mejillas, como hace una abuela a su nieto.
Le miré con cara extrañada, pidiendo explicaciones, aunque él me contestó con una mueca de "te lo contaré después".
-Hola Judy, me llamo Liam, Liam Payne. Soy el mejor amigo de Zayn y Harry, así que me verás bastante por aquí. ¿Ya conoces a Harry?-Me preguntó. Yo asentí, tragando fuerte, no quería recordar, los minutos anteriores.
Justamente, cuando asentí, apareció Harry, con el pelo revuelto y los labios rojos. Bien, yo debería estar igual. Solamente lo vi, un sentimiento de culpa me invadió. Me sentía fatal, por haberlo dejado a medio beso, sin explicaciones. Puede que piense que tengo un trastorno mental, o algo parecido. Aunque, ahora que lo pienso, un poco tarada estoy.
Él solamente me sonrió, como si no hubiera pasado nada, mostrando unos perfectos hoyuelos.

-Hablando de el rey de roma...-Comentó Zayn. Harry y Liam se saludaron, y después noté unas manos arrastrándome fuera de la cocina.

-¿Porque le has dicho eso, Zayn?- Pregunté enfadada.

-No puedes decir que eres un ángel, estando en pleno infierno, así que cuantas menos personas lo sepan mejor.-Yo solo asentí, tenía razón aunque no me gustaba mentir.- ¿Solo lo sabemos yo y Harry, no?- Y ahí fue donde me acordé de Louis.
-¡Oh Dios mío, Louis!-Exclamé, me había olvidado completamente de él.
-Que carajo? Quién és Louis?-Preguntó Zayn, claro, él solo me vió a mi.
-Verás, cuando estaba en el paraíso, Louis, que és un amigo mío, también ángel, me retó a que no podía bajar al infierno, a lo cual yo acepté, por mi estúpida competitividad, a lo qual, lo perdí de vista a medio camino, después hos encontré a tu y a Harry.-Al nombrar a Harry, un nudo se formó en mi garganta.
-Ahh.. vale...-Y me miró picarón.
-¿Qué? -Pregunté yo, molesta.
-No intentes negar, que te gusta Hazza.-Dijo él levantando y bajando las cejas. Reí, como si me hubiera contado un chiste.
-¿Yo? ¿Con él? ¿Estás de broma?Dije yo riendo. ¿Hos dije, que uno de mis defectos, era precisamente, no saber mentir?
-Yo no, pero al parecer tu si...-Dijo él. Me había calado.
-¿¿¿¿Ohh vamos tanto se nota????-Dije yo resignada.
-¿Porque no le pides salir..? Eres guapa y divertida, el prototipo perfecto para él...-Comentó él. Los halagos de "guapa y divertida" o "el prototipo perfecto para él" no pude evitar sonrojarme y reproducir el momento del beso. La verdad esque la razón por la que negaba salir con chicos era por miedo a que me dañaran con la ruptura. Pero yo no le podía decir eso a Zayn, seguramente él, Harry y Liam, habían salido con infinitas de chicas (o diablesas, lo que sea) y no saben lo que se siente...claro, están tan calient.. Saqué mis pensamientos perversos y me dispuse a mentir a Zayn.
-Te olvidas de un pequeño detalle, él es un demonio, yo un ángel. Amor prohibido. Eso solo funciona en Crepúsculo...-Le dirigí una mirada de superioridad, aunque él no se lo tomó de la misma manera.
-¿Y que más da? ¡¡más emocionante, entonces!!-Le tapé la boca, antes de que me diera el batacazo final y yo revelara mi trágica história.
-Cállate Zayn, no funcionará.-Le saqué la mano.
-Bueno, si no quieres hacerme caso, és tu decisión...-Suspiró resignado.-Aunque espero que no hayas pensado cosas hots de tu y él, en su presencia.- ¿Y eso? ¿Porque?
-Mmmm ¿Y Porque carajo, me dices esto?- Dije yo, aunque él se limitó a reir.
-¿Aún no lo sabes?- Negué con la cabeza.
-No, ¿que és lo que se supone que he de saber?-Pregunté aun más confusa.
-Que Harry, lee la mente.- Me susurró él a mi oído. Me quedé de piedra. Había pensado demasiadas cosas perversas en su presencia. DE-MA-SIA-DAS.