{·} Un amor poco convencional (Zayn Malik).

Él caminaba sólo por uno de los barrios bajos de Londres. Estaba tranquilo, más de lo normal, quizá más de lo que acostumbraba. Tenía los auriculares puestos. Por primera vez se encontró escuchando música “tranquila” dentro de todo. Miró el cielo, notando la hermosa noche que lo rodeaba.
Un grito llamó su atención. Examinó el lugar con la mirada, una muchacha, cubierta con un vestido floreado y una chaqueta de jean, estaba siendo rodeada por algunos muchachos. No le parecieron amigables por lo que decidió acercarse.

—¿Qué hacen? —los miró.

—¿Y a ti quién te llamó? —dijo el castaño.

—Dejen a la chica en paz —ella tenía los ojos llenos de lágrimas. Al oír aquello, y darse cuenta de que con él estaría segura corrió a su lado.

—Gracias —murmuró abrazando las caderas del chico por detrás.

—Oh —sonrió, el anterior, con malicia—. Así que tu también quieres…

—¡Eso! —gritó el más alto—. ¡¡Vamos a darle!!

—No… —dijo uno moreno, como Zayn—, déjenlos.

El muchacho que habló salió de la oscuridad del callejón y lo miró a los ojos.

—¡León! —exclamó Malik, sorprendido—. León estás bien… —murmuró luego.

—Sí, estoy de maravilla —dijo—. Pero no quiero que mamá y papá sepan de esto. ¿Entiendes, hermano?

—Pero…

—No. No quiero volver allí. Estoy mejor con ellos, con mi familia.

—Vale —dudó—. Promete ir a visitarme cada tanto, no lo sé, búscame a la salida del instituto… da igual. Con saber que estás entero me conformo.

—Lo prometo —le dio la mano—. Ahora vete, nos veremos pronto Zayn.

Él asintió y comenzó a caminar luego de tomar de la mano a su acompañante.

—¿Estás bien? —la miró.

—S-sí —aún temblaba—. ¿Los conoces?

—No… relativamente no. Sólo a León. Es mi hermano… pero se ha fugado de mi casa. Me alegra saber que esté bien —sonrió—. ¿Te han hecho algo?

—Casi… gracias por ayudarme —besó su mejilla—. ¿Puedes llevarme a mi casa? Ya no quiero estar aquí.

—Vale… ven.

Caminaron hasta donde Malik había dejado su auto. Ambos subieron y él arrancó.

—¿Qué hacías aquí sola?

—Nada… me perdí. Iba a un antro.

—Oh… vale. La próxima ten más cuidado, nena.

—¿Cómo te llamas? —preguntó.

—Zayn… Zayn Malik —se giró, ella estaba apreciando todas las calles que pasaban. No se perdía de ningún detalle—. ¿Tú?

—_____, _____ Tomlinson —le sonrió.

—Bonito nombre…

—Gracias.

—¿Dónde dices que vives? —preguntó pegándose al parabrisas… la calle estaba algo oscura.

—La tercera casa a la izquierda de la cuadra siguiente.

—Vale…

—Te estaré eternamente agradecida —dijo—. Si no hubieras llegado probablemente estaría convertida en historia…

—Pero ahora puedes contar esa historia, aunque no lo recomendaría. Puede que si cuentes lo que ha sucedido te busquen nuevamente.

—No lo haré… lo prometo. Nadie sabrá lo de tu hermano.

—No es por eso… —negó.

—No diré nada…

—Vale, gracias, _____.

—De nada —sonrió—. ¿Podemos vernos de nuevo?

—El tiempo dirá… no me gusta permanecer quieto, nena. Me gusta moverme, no frecuento los mismos lugares dos veces.

—¿Qué edad tienes?

—Veinticinco… ¿tú?

—Diecisiete.

—Ese es otro motivo por el cual no deberíamos volver a vernos. Eres menor. Pueden meterme preso por estar contigo.

—La edad es sólo un número.

—Claro… díselo a la policía, veamos que creen.

—Vale. Tú ganas… pero quiero volver a verte. ¿Por favor?

—Bueno, está bien. Pero no te aseguro nada, ¿sí? Un día de estos vendré a buscarte, iremos a pasar el día, juntos. Primero tenemos que conocernos más.

—Vale, gracias —beso la mejilla del chico.

—Nos vemos, nena.

—Nos vemos, Zayn —y se bajó del auto.

Unos meses más tarde…

_____ se había cansado de esperar algo que nunca llegaría. Estaba decepcionada, Zayn había prometido algo que no iba a cumplir. “Él mismo dijo que no te aseguraba nada, _____” dijo una voz dentro de su cabeza. “Tú y sólo tú has decidido ilusionarte con un hombre que viste una noche en la que corrías peligro… él sólo hizo su deber.”
Algunas lágrimas comenzaron a correr por el rostro de Tomlinson. Se sentía una completa idiota… jamás había confiado en nadie. Nunca le había conferido a nadie el poder de hacerla sufrir. Pero había decidido dárselo a un hombre ocho años mayor que ella, y que por encima de todas las cosas sólo lo había visto una noche, sólo una.

—¿_____? —preguntó Louis—. ¿_____, por qué lloras?

Ella no quiso responderle.

—_____, nena —dijo.

“Nena…” así le había dicho él, ¿por qué su hermano tenía que repetirlo? ¿Por qué? ¿Es que todo estaba en contra de ella?
El timbre sonó en los oídos de los Tomlinson. ¿Quién podría ser a las ocho a.m?
Louis bajó las escaleras nervioso, su hermana lloraba y justo en aquel momento alguien decidía ir a molestar.

—¿Quién es? —preguntó.

—Soy Zayn, Zayn Malik —dijo con voz potente, varonil.

Abrió la puerta, y miró a ese hombre a los ojos.

—¿A quién buscas?

—A _____ Tomlinson, ¿vive aquí?

—Sí, espera un momento… —el castaño subió las escaleras. Directo a buscar a su hermana.

—_____, un tal Zayn Malik te busca.

La puerta se abrió instantáneamente, y la castaña salió corriendo escaleras abajo. Luego de abrir la puerta se arrojó sobre Zayn.

—¡Viniste! —exclamó con los ojos llenos de lágrimas—. Dios… creí que me habías mentido… que me habías olvidado.

—Te dije que vendría —la tomó por la cintura para que no se cayera—. Yo no miento, soy un hombre de palabra.

—Te creo —sonrió ella.

—¿A dónde quieres ir? —dijo—. Vístete.

—Mientras esté contigo, a cualquier lado.

—Debo decirte que hoy vine en moto…

—¡Ya sé! Vamos al risco, ¿quieres?

—Vale… pero tienes que quitarte el pijama, nena…

—¿Quieres entrar? —preguntó luego de asentir.

—Claro… así te espero.

Ambos entraron a la casa, sonriendo. _____ le indicó cuál era el living y le pidió que se quedase allí. Subió a su habitación para bañarse y cambiarse. Al terminar (luego de cuarenta y cinco minutos) bajo nuevamente.

—¿Nos vamos?

—Nos vamos —sonrió.

Estaban por llegar al risco, era un sitio de Londres alejado del centro. Siempre estaba vacío. El pasto abundaba allí. Y era un lugar ideal para un picnic o una charla o… cualquier cosa. La gente pasaba por ahí cada muerte de obispo.

—¿Estás contenta? —preguntó él.

—¿De qué? ¿De volver a verte?

Él asintió.

—Sí… en realidad está mañana me resigne… y… pensé que jamás iba a volver a verte…

—Yo cumplo con mis promesas… _____.

—Ahora lo sé… comprende. Antes de que llegaras no consideraba aquello.

—Bueno… pero ahora lo sabes.