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Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
♦ CAPITULO 1 (PARTE 1) ♦
San Diego
4 de enero, de madrugada
Más fuerte —gimió. Nicholas Jonas apretó los dientes, empezando a moverse más rápido, más duro. La cama sucia y barata crujió tanto que tuvo miedo de que se fuera a partir—. Más duro —insistió ella. La mujer debajo de él tenía la cara roja, los ojos vidriosos, los dientes apretados fuertemente, mientras sus caderas golpeaban las de ella.
—Más siseó ella. Cuando habían llegado dando tumbos al sucio apartamento, borrachos y besándose, ella le había dicho que le gustaba quela sujetaran durante el sexo. Así que la estaba sujetando, apretando sus manos fuertemente alrededor de sus muñecas. Ella se arqueó contra él, fuerte, su pelvis golpeando contra la suya, y gimió de nuevo.
Lo que oyó fue dolor.
Espantado, Nicholas dejó de moverse en su interior, levantando las manos. Ella tenía las muñecas rojas, empezaban a hincharse. Podía ver la marca de sus dedos.
Dios.
Tenía manos grandes y fuertes. Las manos de su padre. Duras, nervudas. Manos que podían hacer daño. Manos que le habían hecho daño a aquella mujer.
Nicholas tenía las manos de su padre pero jamás había visto a su padre tocara su madre o a sus hermanos con algo que no fuera amabilidad, ternura y amor.
Las manos de su padre habían hecho daño a aquella mujer.
Y a ella le gustaba.
El horror bulló en su interior.
Nicholas se apartó de ella, rodó y recorrió el pequeño apartamento buscando el aseo. Abrió la puerta del vestidor, el de una cocina diminuta y finalmente encontró la puerta del baño. Subió la tapa del inodoro con un golpe sonoro, casi sin llegar a tiempo de vomitar dentro del váter manchado de marrón.
Vomitó los seis whiskys con cerveza, el plato de patatas grasientas que solían placar al alcohol y, sobre todo, vomitó el hecho de que había estado follándose a una mujer a la que le había hecho daño y que quería que él le hiciera daño.
Nicholas Jonas no hacía daño a las mujeres. Jamás. Solo pensarlo le había hecho vomitar en el asqueroso váter, con una mano apoyada sobre los azulejos manchados con suciedad, mientras él soltaba hasta la bilis.
—¡Hey! —Una afilada uña le golpeó su espalda desnuda—. ¡Tú, gilipollas! Me has dejado colgada. ¿Qué coño te pasa?
Nicholas no tenía ni idea.
Miró el increíblemente sucio baño que llevaba meses sin limpiarse.
¿Qué le pasaba?
Buena pregunta.
¿Qué coño estaba haciendo allí?
Pregunta todavía mejor.
Tenía la verga abajo, la goma le colgaba de la punta. Se la sacó y la tiró aun cesto de basura sobresaturado.
—¡Hey, tú, gilipollas! —le dio un fuerte golpe en la espalda—. ¡Estoy hablando contigo!
Nicholas se giró hacia ella.
No tenía ni idea de quién era.
No recordaba su nombre. Tal vez ni se lo había dicho. Tal vez él no había preguntado.
El bar había estado oscuro y ruidoso y se habían comunicadoprincipalmente con la mano de ella sobre el paquete de él, restregándole la polla. Cinco minutos después de que pusiera los ojos sobre ella estaban entrando por la puerta de aquel apartamento, a una manzana de distancia.
No era una profesional.
No le había pedido dinero. Todo lo que quería era follar.
Y que él le hiciera daño.
Lo podía ver ahora, las finas cicatrices que le cruzaban la cara, dos cicatrices de cuchillo en su pecho desnudo, moratones viejos y nuevos. Ya le habían hecho daño, un montón.
Más que delgada, era flaca, como si lo que comiera no solo no fuera suficiente sino que además fuera mierda. Nicholas la superaba en más de cincuenta kilos. Lo había escogido en un bar, un hombre borracho y corpulento, y ahora le estaba provocando.
Le abofeteó, luego dio un paso y se le puso justo a la cara, las facciones retorcidas por una mueca desdeñosa, la boca con el pintalabios corrido.
—¿Me oyes, imbécil? Me follarás hasta que yo haya acabado, no hasta que tú lo hagas. Y luego vete a vomitar a otro lado, pedazo de gilipollas.
Nicholas simplemente la miró, controlando otro espasmo de bilis.
Ella lo miraba, sus ojos oscuros brillando de anticipación. Acababa de desafiarlo, de insultar su hombría.
Era como de guión, una secuencia de sucesos preestablecida, una que ella esperaba, ansiaba. Se suponía que él empezaría a atizarle, a golpear sangrientamente. Empezando… ya.
Ella se lo esperaba. Lo quería. Lo ansiaba. Y si podía leer a una mujer excitada, y tenía años de experiencia en ello, se estaba corriendo con la idea de ser golpeada. Por él.
Nicholas no podía respirar.
Necesitaba salir de allí, rápido. Necesitaba salir de aquel asqueroso baño, de aquel asqueroso apartamento, de aquella asquerosa vida. Ahora.
Ella estaba de pie en la puerta del aseo bloqueándole el paso.
Nicholas alargó las manos y se las puso sobre los hombros. Bajo sus grandes manos los huesos de ella se sentían como de pajarillo, apenas cubiertos por la piel. Ella tembló, un movimiento incontrolable de excitación. El juego estaba a punto de comenzar, y, tío, ella estaba más que lista.
Pero en vez de estamparla contra la pared, Nicholas simplemente la levantó un poco del suelo y suavemente la colocó de pie a la derecha para poder salir de aquel maldito baño y coger sus ropas antes de que lo que estaba dando tumbos en su estómago subiera y saliera de nuevo.
Se estaba metiendo los tejanos cuando sintió que ella le empujaba la espalda.
—¡Tú, hijo de puta! —gritó—. ¿Dónde coño te crees que vas, eh? Te vas aquedar aquí mismo y acabar la faena, bastardo.
Nicholas miró buscando sus botas, oyendo su aguda voz como si le llegara desde la distancia, como una mosca zumbando y golpeando contra el cristal de la ventana.
Encontró las botas (una bajo la cama, la otra tirada al lado, bajo una silla inestable y astillada). Recordaba habérselas sacado. Había tenido prisa por quitarse la ropa, meterse en la cama. No porque estuviera consumido por la lujuria, ahora se daba cuenta, si no porque quería empezar a follar antes de que el olor y el sucio desorden que podía ver incluso con la tenue luz, lo apagaran por completo.
Ahora que había vomitado la mayor parte del alcohol y estaba semi-sobrio, comprendió que había tenido razón para apresurarse, porque lo que vio le bastaba para hacer que se le bajara el miembro.
Era un Marine —aunque hubiera sido un SWAT en el Departamento de Policía de San Diego y ahora fuera socio de un próspero negocio de seguridad con sus hermanos— porque una vez Marine, siempre Marine. Los Marines eran limpios y organizados. En aquel desastroso agujero parecía que anidaran ratas. Ropas colgando por todas partes, ni una sola de ellas doblada. La cama había estado sin hacer la otra noche, las sábanas sucias y manchadas. Todo el lugar apestaba a sudor, sexo y desesperación y, ay Dios, ahora que prestaba atención, había un lugar preparado en una mesa, con una cuchilla de afeitar y polvo blanco que se había desparramado.
Mierda. Joder. Joder, joder.
Una cocainómana. Se había follado a una cocainómana. Medio follado una cocainómana.
Ella le estaba gritando abusador, dándole patadas, intentando arrearle con los puños. Nicholas se sentía tentado de quedarse allí y dejar que ella abusara de él porque se lo merecía.
Tenía treinta y cinco años. Había sido soldado y además unomalditamente bueno. Había sido un SWAT, el mejor en la fuerza. Y ahora era socio en una de las mejores compañías de seguridad del país.
Era uno de los chicos buenos.
Así que, ¿qué coño estaba haciendo allí con una cocainómana? Encima con una con problemas mentales. ¿Qué diantre le sucedía?
Escuchó lo que ella le estaba gritando.
—… jodido gilipollas, ¿qué coño te crees que estás haciendo, maldito imbécil?, ni siquiera la puedes tener levantada, pensé que me estaba trayendo un hombre a casa y me he traído un nenaza que no la puede ni levantar…
Nicholas se desconectó mientras se ponía la chaqueta. Si había algoremotamente divertido en todo aquello, se reiría. Su gran problema en la vida hasta ahora había sido, no que no se levantara, sino mantenerla bajada.
El sexo siempre había sido como una especie de refugio, una manera de desconectar la cabeza, apagar los sentimientos. Como correr, solo que más divertido. Ejercicio sudoroso y sin sentido.
Aquello… aquello no sabía lo que era. No era sexo. No era divertido. Era un vistazo a la parte oscura de sí mismo que lo hacía cagarse de miedo. Una parte oscura que inevitablemente conducía a un futuro negro y tenebroso hecho de agujeros inmundos como aquel, tocando fondo una, otra y otra vez.
Sus gritos ahora fueron más altos, cuando comprendió que se estaba yendo de verdad y que ella no iba a lograr ni que la follaran ni que la golpearan.
Mierda.
Estaba haciendo un estruendo tremendo. Alguien iba a llamar a la poli y ¿no sería un final perfecto para un día perfecto? Tener a sus antiguos compañeros de la poli persiguiendo su culo y llevándolo a comisaría.
Sus compañeros en las fuerzas de la ley sabían que era incapaz de hacerle daño a una mujer. Algunos incluso sabían que su compañía, RBJ Security Inc., ayudaba en secreto a mujeres golpeadas y maltratadas a escapar de sus torturadores y las colocaba en algún otro lugar con una nueva vida. Su propio tren de la libertad.
Pero aquella mujer mostraba signos de abusos continuados. Si gritaba“¡violación!”, encontrarían su ADN sobre ella, aunque no en ella, y se verían obligados por el honor a llevar todo el patético espectáculo hasta la central y meter a la fiscalía.
Y Sam y Harry irían a pagarle la fianza.
Habría una investigación, tal vez un juicio. El nombre de RBJ se vería arrastrado por el lodo.
Jesús.
Nicholas cerró la puerta a la mujer gritona y miró a su alrededor. Si el apartamento era malo, el pasillo era peor. Cada una de las bombillas estaba fundida y todo el lugar apestaba a meado. El pie se le pegó al manchado y sucio linóleo. Ahora que la mujer de detrás de la puerta había dejado de gritar y sólo lloraba, Nicholas pudo oír a otra mujer gritando detrás de una puerta un poco más allá en el pasillo.
El lugar apestaba a enfermedad, violencia y desesperación.
Llegó hasta las escaleras, con la cabeza gacha, conteniendo la respiración. Alguien había vomitado en el descansillo del segundo piso. No sabía qué le deprimía más, aquel triste vertedero o el hecho de que había estado tan borracho tropezando al subir las escaleras, con el cerebro en los pantalones, que no se había percatado de nada.
Empujar la puerta para abrirla a la calle y salir al aire limpio y fresco de la noche fue como una mano acariciándolo para tranquilizarle. Finalmente respiró mientras comprobaba los alrededores. Toda la calle era una mala noticia. Las pocas farolas funcionandomostraban casas abandonadas, seres humanos enroscados sobre sí en las aceras, un tío viejo en las escaleras de un porche bebiendo de una bolsa de papel, otro con harapos sucios meando contra una pared, la mayor parte de ello salpicándole a los zapatos porque no atinaba.
Era probable que todo el alcohol en el organismo de Nicholas ya estuviera yéndose por el sistema de alcantarillado de San Diego, pero no valía la pena arriesgarse a que le pillaran en un control policial. Dejaría su SUV donde estaba.
Tenía un sistema de rastreo si alguien lo robaba y, de todas formas, lo tenía asegurado hasta las cejas. Al día siguiente haría que Barney lo llevara hasta allí. Le diría alguna mentira sobre estar en una vigilancia. Barney ni lo cuestionaría. Pensaba que Nicholas, Sam y Harry eran dioses.
Nicholas resopló al pensarlo.
Levantó la vista al cielo nocturno, claro; unas pocas estrellas brillantes penetraban en la contaminación lumínica de la ciudad. Cuando iba deacampada, muy lejos de las luces de la ciudad, podía ver billones de estrellas por la noche.
¿Cuándo había sido la última vez que había ido de acampada? Dios, ni lo recordaba.
¿Y qué estaba haciendo allí, en aquella parte de la ciudad dejada de la mano de Dios, follándose a una mujer medio desquiciada? ¿Una mujer que quería que él le hiciera daño? Nicholas había follado un montón en su vida pero siempre se había mantenido a distancia de las locas. Las drogadas, las casadas y las locas. Regla básica, jamás rota, hasta ahora.
¿Qué estaba haciendo? Sabía lo que estaba haciendo. Huir de Sam y Harry y sus familias, eso era.
4 de enero, de madrugada
Más fuerte —gimió. Nicholas Jonas apretó los dientes, empezando a moverse más rápido, más duro. La cama sucia y barata crujió tanto que tuvo miedo de que se fuera a partir—. Más duro —insistió ella. La mujer debajo de él tenía la cara roja, los ojos vidriosos, los dientes apretados fuertemente, mientras sus caderas golpeaban las de ella.
—Más siseó ella. Cuando habían llegado dando tumbos al sucio apartamento, borrachos y besándose, ella le había dicho que le gustaba quela sujetaran durante el sexo. Así que la estaba sujetando, apretando sus manos fuertemente alrededor de sus muñecas. Ella se arqueó contra él, fuerte, su pelvis golpeando contra la suya, y gimió de nuevo.
Lo que oyó fue dolor.
Espantado, Nicholas dejó de moverse en su interior, levantando las manos. Ella tenía las muñecas rojas, empezaban a hincharse. Podía ver la marca de sus dedos.
Dios.
Tenía manos grandes y fuertes. Las manos de su padre. Duras, nervudas. Manos que podían hacer daño. Manos que le habían hecho daño a aquella mujer.
Nicholas tenía las manos de su padre pero jamás había visto a su padre tocara su madre o a sus hermanos con algo que no fuera amabilidad, ternura y amor.
Las manos de su padre habían hecho daño a aquella mujer.
Y a ella le gustaba.
El horror bulló en su interior.
Nicholas se apartó de ella, rodó y recorrió el pequeño apartamento buscando el aseo. Abrió la puerta del vestidor, el de una cocina diminuta y finalmente encontró la puerta del baño. Subió la tapa del inodoro con un golpe sonoro, casi sin llegar a tiempo de vomitar dentro del váter manchado de marrón.
Vomitó los seis whiskys con cerveza, el plato de patatas grasientas que solían placar al alcohol y, sobre todo, vomitó el hecho de que había estado follándose a una mujer a la que le había hecho daño y que quería que él le hiciera daño.
Nicholas Jonas no hacía daño a las mujeres. Jamás. Solo pensarlo le había hecho vomitar en el asqueroso váter, con una mano apoyada sobre los azulejos manchados con suciedad, mientras él soltaba hasta la bilis.
—¡Hey! —Una afilada uña le golpeó su espalda desnuda—. ¡Tú, gilipollas! Me has dejado colgada. ¿Qué coño te pasa?
Nicholas no tenía ni idea.
Miró el increíblemente sucio baño que llevaba meses sin limpiarse.
¿Qué le pasaba?
Buena pregunta.
¿Qué coño estaba haciendo allí?
Pregunta todavía mejor.
Tenía la verga abajo, la goma le colgaba de la punta. Se la sacó y la tiró aun cesto de basura sobresaturado.
—¡Hey, tú, gilipollas! —le dio un fuerte golpe en la espalda—. ¡Estoy hablando contigo!
Nicholas se giró hacia ella.
No tenía ni idea de quién era.
No recordaba su nombre. Tal vez ni se lo había dicho. Tal vez él no había preguntado.
El bar había estado oscuro y ruidoso y se habían comunicadoprincipalmente con la mano de ella sobre el paquete de él, restregándole la polla. Cinco minutos después de que pusiera los ojos sobre ella estaban entrando por la puerta de aquel apartamento, a una manzana de distancia.
No era una profesional.
No le había pedido dinero. Todo lo que quería era follar.
Y que él le hiciera daño.
Lo podía ver ahora, las finas cicatrices que le cruzaban la cara, dos cicatrices de cuchillo en su pecho desnudo, moratones viejos y nuevos. Ya le habían hecho daño, un montón.
Más que delgada, era flaca, como si lo que comiera no solo no fuera suficiente sino que además fuera mierda. Nicholas la superaba en más de cincuenta kilos. Lo había escogido en un bar, un hombre borracho y corpulento, y ahora le estaba provocando.
Le abofeteó, luego dio un paso y se le puso justo a la cara, las facciones retorcidas por una mueca desdeñosa, la boca con el pintalabios corrido.
—¿Me oyes, imbécil? Me follarás hasta que yo haya acabado, no hasta que tú lo hagas. Y luego vete a vomitar a otro lado, pedazo de gilipollas.
Nicholas simplemente la miró, controlando otro espasmo de bilis.
Ella lo miraba, sus ojos oscuros brillando de anticipación. Acababa de desafiarlo, de insultar su hombría.
Era como de guión, una secuencia de sucesos preestablecida, una que ella esperaba, ansiaba. Se suponía que él empezaría a atizarle, a golpear sangrientamente. Empezando… ya.
Ella se lo esperaba. Lo quería. Lo ansiaba. Y si podía leer a una mujer excitada, y tenía años de experiencia en ello, se estaba corriendo con la idea de ser golpeada. Por él.
Nicholas no podía respirar.
Necesitaba salir de allí, rápido. Necesitaba salir de aquel asqueroso baño, de aquel asqueroso apartamento, de aquella asquerosa vida. Ahora.
Ella estaba de pie en la puerta del aseo bloqueándole el paso.
Nicholas alargó las manos y se las puso sobre los hombros. Bajo sus grandes manos los huesos de ella se sentían como de pajarillo, apenas cubiertos por la piel. Ella tembló, un movimiento incontrolable de excitación. El juego estaba a punto de comenzar, y, tío, ella estaba más que lista.
Pero en vez de estamparla contra la pared, Nicholas simplemente la levantó un poco del suelo y suavemente la colocó de pie a la derecha para poder salir de aquel maldito baño y coger sus ropas antes de que lo que estaba dando tumbos en su estómago subiera y saliera de nuevo.
Se estaba metiendo los tejanos cuando sintió que ella le empujaba la espalda.
—¡Tú, hijo de puta! —gritó—. ¿Dónde coño te crees que vas, eh? Te vas aquedar aquí mismo y acabar la faena, bastardo.
Nicholas miró buscando sus botas, oyendo su aguda voz como si le llegara desde la distancia, como una mosca zumbando y golpeando contra el cristal de la ventana.
Encontró las botas (una bajo la cama, la otra tirada al lado, bajo una silla inestable y astillada). Recordaba habérselas sacado. Había tenido prisa por quitarse la ropa, meterse en la cama. No porque estuviera consumido por la lujuria, ahora se daba cuenta, si no porque quería empezar a follar antes de que el olor y el sucio desorden que podía ver incluso con la tenue luz, lo apagaran por completo.
Ahora que había vomitado la mayor parte del alcohol y estaba semi-sobrio, comprendió que había tenido razón para apresurarse, porque lo que vio le bastaba para hacer que se le bajara el miembro.
Era un Marine —aunque hubiera sido un SWAT en el Departamento de Policía de San Diego y ahora fuera socio de un próspero negocio de seguridad con sus hermanos— porque una vez Marine, siempre Marine. Los Marines eran limpios y organizados. En aquel desastroso agujero parecía que anidaran ratas. Ropas colgando por todas partes, ni una sola de ellas doblada. La cama había estado sin hacer la otra noche, las sábanas sucias y manchadas. Todo el lugar apestaba a sudor, sexo y desesperación y, ay Dios, ahora que prestaba atención, había un lugar preparado en una mesa, con una cuchilla de afeitar y polvo blanco que se había desparramado.
Mierda. Joder. Joder, joder.
Una cocainómana. Se había follado a una cocainómana. Medio follado una cocainómana.
Ella le estaba gritando abusador, dándole patadas, intentando arrearle con los puños. Nicholas se sentía tentado de quedarse allí y dejar que ella abusara de él porque se lo merecía.
Tenía treinta y cinco años. Había sido soldado y además unomalditamente bueno. Había sido un SWAT, el mejor en la fuerza. Y ahora era socio en una de las mejores compañías de seguridad del país.
Era uno de los chicos buenos.
Así que, ¿qué coño estaba haciendo allí con una cocainómana? Encima con una con problemas mentales. ¿Qué diantre le sucedía?
Escuchó lo que ella le estaba gritando.
—… jodido gilipollas, ¿qué coño te crees que estás haciendo, maldito imbécil?, ni siquiera la puedes tener levantada, pensé que me estaba trayendo un hombre a casa y me he traído un nenaza que no la puede ni levantar…
Nicholas se desconectó mientras se ponía la chaqueta. Si había algoremotamente divertido en todo aquello, se reiría. Su gran problema en la vida hasta ahora había sido, no que no se levantara, sino mantenerla bajada.
El sexo siempre había sido como una especie de refugio, una manera de desconectar la cabeza, apagar los sentimientos. Como correr, solo que más divertido. Ejercicio sudoroso y sin sentido.
Aquello… aquello no sabía lo que era. No era sexo. No era divertido. Era un vistazo a la parte oscura de sí mismo que lo hacía cagarse de miedo. Una parte oscura que inevitablemente conducía a un futuro negro y tenebroso hecho de agujeros inmundos como aquel, tocando fondo una, otra y otra vez.
Sus gritos ahora fueron más altos, cuando comprendió que se estaba yendo de verdad y que ella no iba a lograr ni que la follaran ni que la golpearan.
Mierda.
Estaba haciendo un estruendo tremendo. Alguien iba a llamar a la poli y ¿no sería un final perfecto para un día perfecto? Tener a sus antiguos compañeros de la poli persiguiendo su culo y llevándolo a comisaría.
Sus compañeros en las fuerzas de la ley sabían que era incapaz de hacerle daño a una mujer. Algunos incluso sabían que su compañía, RBJ Security Inc., ayudaba en secreto a mujeres golpeadas y maltratadas a escapar de sus torturadores y las colocaba en algún otro lugar con una nueva vida. Su propio tren de la libertad.
Pero aquella mujer mostraba signos de abusos continuados. Si gritaba“¡violación!”, encontrarían su ADN sobre ella, aunque no en ella, y se verían obligados por el honor a llevar todo el patético espectáculo hasta la central y meter a la fiscalía.
Y Sam y Harry irían a pagarle la fianza.
Habría una investigación, tal vez un juicio. El nombre de RBJ se vería arrastrado por el lodo.
Jesús.
Nicholas cerró la puerta a la mujer gritona y miró a su alrededor. Si el apartamento era malo, el pasillo era peor. Cada una de las bombillas estaba fundida y todo el lugar apestaba a meado. El pie se le pegó al manchado y sucio linóleo. Ahora que la mujer de detrás de la puerta había dejado de gritar y sólo lloraba, Nicholas pudo oír a otra mujer gritando detrás de una puerta un poco más allá en el pasillo.
El lugar apestaba a enfermedad, violencia y desesperación.
Llegó hasta las escaleras, con la cabeza gacha, conteniendo la respiración. Alguien había vomitado en el descansillo del segundo piso. No sabía qué le deprimía más, aquel triste vertedero o el hecho de que había estado tan borracho tropezando al subir las escaleras, con el cerebro en los pantalones, que no se había percatado de nada.
Empujar la puerta para abrirla a la calle y salir al aire limpio y fresco de la noche fue como una mano acariciándolo para tranquilizarle. Finalmente respiró mientras comprobaba los alrededores. Toda la calle era una mala noticia. Las pocas farolas funcionandomostraban casas abandonadas, seres humanos enroscados sobre sí en las aceras, un tío viejo en las escaleras de un porche bebiendo de una bolsa de papel, otro con harapos sucios meando contra una pared, la mayor parte de ello salpicándole a los zapatos porque no atinaba.
Era probable que todo el alcohol en el organismo de Nicholas ya estuviera yéndose por el sistema de alcantarillado de San Diego, pero no valía la pena arriesgarse a que le pillaran en un control policial. Dejaría su SUV donde estaba.
Tenía un sistema de rastreo si alguien lo robaba y, de todas formas, lo tenía asegurado hasta las cejas. Al día siguiente haría que Barney lo llevara hasta allí. Le diría alguna mentira sobre estar en una vigilancia. Barney ni lo cuestionaría. Pensaba que Nicholas, Sam y Harry eran dioses.
Nicholas resopló al pensarlo.
Levantó la vista al cielo nocturno, claro; unas pocas estrellas brillantes penetraban en la contaminación lumínica de la ciudad. Cuando iba deacampada, muy lejos de las luces de la ciudad, podía ver billones de estrellas por la noche.
¿Cuándo había sido la última vez que había ido de acampada? Dios, ni lo recordaba.
¿Y qué estaba haciendo allí, en aquella parte de la ciudad dejada de la mano de Dios, follándose a una mujer medio desquiciada? ¿Una mujer que quería que él le hiciera daño? Nicholas había follado un montón en su vida pero siempre se había mantenido a distancia de las locas. Las drogadas, las casadas y las locas. Regla básica, jamás rota, hasta ahora.
¿Qué estaba haciendo? Sabía lo que estaba haciendo. Huir de Sam y Harry y sus familias, eso era.
Bueno ya tienen la primer parte del primer capitulo! :)
quizas es un poco fuerte :?: pero es parte de....
lo siguiente no esta tan fuerte, :suspect: solo esta mujer loca! :evil:
Bienvenidas a todos mis lectoras, que bueno que les guste la nove! ;)
las leo mañana! :D :bounce:
Lu wH!;*
:hi:
quizas es un poco fuerte :?: pero es parte de....
lo siguiente no esta tan fuerte, :suspect: solo esta mujer loca! :evil:
Bienvenidas a todos mis lectoras, que bueno que les guste la nove! ;)
las leo mañana! :D :bounce:
Lu wH!;*
:hi:
HeyItsLupitaNJ
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
Bueno, el inicio yo dijo "Que Rayos?!!!" Digo, partio muy directo, pero bueno ya sabia que Mike (Nicholas) era el mujeriego de los tres
Que tipa mas loca, le gusta que la golpeen, la corten, y drogadicta
y el solo huye de que aun es soltero, y sus amigos ya casados y con bebes..
cayo fondo pero pronto lo levantaran
Me imagino el lugar, que asco
estoy escuchando una cancion nada que ver
Give Love A Try..que diferencia!!
Me di cuenta que en las 3 noves esta ese pensamiento del que rehuyen, lastimar a una mujer o a un niño y esa mujer queria que el la golpeara
Que bueno que esto acabara, que bueno que el reacciono
SIGUELA
Que tipa mas loca, le gusta que la golpeen, la corten, y drogadicta
y el solo huye de que aun es soltero, y sus amigos ya casados y con bebes..
cayo fondo pero pronto lo levantaran
Me imagino el lugar, que asco
estoy escuchando una cancion nada que ver
Give Love A Try..que diferencia!!
Me di cuenta que en las 3 noves esta ese pensamiento del que rehuyen, lastimar a una mujer o a un niño y esa mujer queria que el la golpeara
Que bueno que esto acabara, que bueno que el reacciono
SIGUELA
Taescaab
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
ahhh yo creo que Nick quiere una familia como la de Sam y Harry
Por eso se emborracho y termini con esa loca :¬¬:
Pero pronto la tendras Nick
Siguela!!!!
Por eso se emborracho y termini con esa loca :¬¬:
Pero pronto la tendras Nick
Siguela!!!!
aranzhitha
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
EMPEZAMOS FUERTE NO?
QUE MUJER TAN LOCA!
LE GUSTA QUE LA GOLPEEN? DIOS!
Y EL LUGAR, REPUGNANTE!
POBRE NICHOLAS...
PERO ME ENCANTA!
NEW READER!
YA SABES IBA A ESTAR AQUI! DE LEY!
SIGUELA!!!!
QUE MUJER TAN LOCA!
LE GUSTA QUE LA GOLPEEN? DIOS!
Y EL LUGAR, REPUGNANTE!
POBRE NICHOLAS...
PERO ME ENCANTA!
NEW READER!
YA SABES IBA A ESTAR AQUI! DE LEY!
SIGUELA!!!!
Just Me! Melissa! :)
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAIIII!!!
POBRE DE NIIICCCKKKK!!!!!
ESTA SOOLIITOOOOOO!!!!... HEEEYYY LLAAAMAAAMRRR Y YO TE ACOMPÑOOOOO!!!!!!
JEJEJEJEJEE
ES BROMAAAAA!!!
PERO CHIIICOO LINDO YA LLEGAAARAAA TUU MEEDIA NARANJAAA
POBRE DE NIIICCCKKKK!!!!!
ESTA SOOLIITOOOOOO!!!!... HEEEYYY LLAAAMAAAMRRR Y YO TE ACOMPÑOOOOO!!!!!!
JEJEJEJEJEE
ES BROMAAAAA!!!
PERO CHIIICOO LINDO YA LLEGAAARAAA TUU MEEDIA NARANJAAA
chelis
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
Holaaaa ya llegue :)
Nueva y Fiel Lectora!!
Ahhhh pobre Nicholas (Mike)
Jejejejeje esta vez si que se ha pasado
Pero me ha encantado el CAP ya me imagino
Por todas las cosas que ha de haber pasado cuando
Era pequeño y esa chica no estaba loca
Sino completamente desquiciada!!
Plis siguelaaaaaaa!!
Nueva y Fiel Lectora!!
Ahhhh pobre Nicholas (Mike)
Jejejejeje esta vez si que se ha pasado
Pero me ha encantado el CAP ya me imagino
Por todas las cosas que ha de haber pasado cuando
Era pequeño y esa chica no estaba loca
Sino completamente desquiciada!!
Plis siguelaaaaaaa!!
Karli Jonas
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
Taescaab escribió:Bueno, el inicio yo dijo "Que Rayos?!!!" Digo, partio muy directo, pero bueno ya sabia que Mike (Nicholas) era el mujeriego de los tres
Que tipa mas loca, le gusta que la golpeen, la corten, y drogadicta
y el solo huye de que aun es soltero, y sus amigos ya casados y con bebes..
cayo fondo pero pronto lo levantaran
Me imagino el lugar, que asco
estoy escuchando una cancion nada que ver
Give Love A Try..que diferencia!!
Me di cuenta que en las 3 noves esta ese pensamiento del que rehuyen, lastimar a una mujer o a un niño y esa mujer queria que el la golpeara
Que bueno que esto acabara, que bueno que el reacciono
SIGUELA
si es un poco fuerte al inicio, pero como bien dices ese es Nicho de antes! :twisted:
ya que va a dar un cambio! ;)
me encanta esa canción! :) :arre:
sii le huyen debido a sus historias! :caliente2:
ya subo capitulo! ;)
ya que va a dar un cambio! ;)
me encanta esa canción! :) :arre:
sii le huyen debido a sus historias! :caliente2:
ya subo capitulo! ;)
HeyItsLupitaNJ
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
aranzhitha escribió: ahhh yo creo que Nick quiere una familia como la de Sam y Harry
Por eso se emborracho y termini con esa loca :¬¬:
Pero pronto la tendras Nick
Siguela!!!!
Siii es lo que quiere :jeje: , & es entendible! :L:
ya la sigo! ;)
ya la sigo! ;)
HeyItsLupitaNJ
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
Just Me! Melissa! :) escribió:EMPEZAMOS FUERTE NO?
QUE MUJER TAN LOCA!
LE GUSTA QUE LA GOLPEEN? DIOS!
Y EL LUGAR, REPUGNANTE!
POBRE NICHOLAS...
PERO ME ENCANTA!
NEW READER!
YA SABES IBA A ESTAR AQUI! DE LEY!
SIGUELA!!!!
:D Bienvenida! :cheers: si sabia que no me ibas a fallar! ;)
siiii super fuerte! :pale: pero parte de....
ya subo capitulo ;) nos estamos leyendo! :lol!:
siiii super fuerte! :pale: pero parte de....
ya subo capitulo ;) nos estamos leyendo! :lol!:
HeyItsLupitaNJ
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
chelis escribió:AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAIIII!!!
POBRE DE NIIICCCKKKK!!!!!
ESTA SOOLIITOOOOOO!!!!... HEEEYYY LLAAAMAAAMRRR Y YO TE ACOMPÑOOOOO!!!!!!
JEJEJEJEJEE
ES BROMAAAAA!!!
PERO CHIIICOO LINDO YA LLEGAAARAAA TUU MEEDIA NARANJAAA
hahahah siii :) con nosotras no le faltara compañia! ;)
HeyItsLupitaNJ
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
Karli Jonas Lovato escribió:Holaaaa ya llegue :)
Nueva y Fiel Lectora!!
Ahhhh pobre Nicholas (Mike)
Jejejejeje esta vez si que se ha pasado
Pero me ha encantado el CAP ya me imagino
Por todas las cosas que ha de haber pasado cuando
Era pequeño y esa chica no estaba loca
Sino completamente desquiciada!!
Plis siguelaaaaaaa!!
;) Bienvenida! :lol!:
si ya verás el pq de su comportamiento! :sad: :zz:
si estaba desquiciada la mujer esa! :pokerface:
ya subo capitulo :D
nos estamos leyendo! :polli:
si ya verás el pq de su comportamiento! :sad: :zz:
si estaba desquiciada la mujer esa! :pokerface:
ya subo capitulo :D
nos estamos leyendo! :polli:
HeyItsLupitaNJ
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
♦CAPITULO 1 (PARTE 2)♦
Se restregó el pecho. ¿Cómo podía ser que todavía doliera? La pérdida de su familia había sucedido hacía veinticinco jodidos años. Era un hombre. Un Marine, un poli, un experto en seguridad. Un francotirador, uno de los mejores. Resistente como el cuero.
Y todavía dolía, joder.
A casa. Necesitaba llegar a casa.
¿Por qué estaba allí y no en casa?
Bueno, aparte del hecho de que aquella casa era grande y estaba vacía, sin nada para él, había visto cómo sus cuñadas intercambiaban La Mirada.
Toda la época de Navidad la habían pasado comiendo o en casa de Sam o en la de Harry. Todos vivían en el mismo edificio en Coronado Shores, donde Nicholas tenía un espacio grande y vacío al que más o menos llamaba hogar porque no había ningún otro al que llamar así, así que Eso lo era. Hogar por defecto.
El gigantesco apartamento de Sam en el edificio y el de Harry, ligeramente más pequeño, habían sido transformados en lugares acogedores por sus esposas. Decidir cuál era más bonito era difícil. La casa de Sam y Nicole era enorme, su ama de llaves era una cocinera fabulosa y, como hija de un embajador, Nicole era una anfitriona consumada.
Cuatro pisos más abajo, la casa de Harry y Ellen era un poco más pequeña, sin cocinera, aunque Ellen tenía una pequeña panda de fans que eran chefs de restaurantes y que se disputaban el enviar platos de gourmet.
En cualquier momento podían estar comiendo platos preparados por los chefs de los mejores restaurantes de la ciudad.
Había otra cosa genial en cenar en casa de Harry. Su esposa era una de las mejores cantantes del mundo y a la cena a menudo le seguía un pequeño concierto improvisado que haría que cualquier amante de la música derramara lágrimas de agradecimiento.
Y las niñas. Jesús.
Nicholas caminaría descalzo sobre brasas ardientes por jugar con la pequeña niña de Sam, Meredith. Merry era adorable, brillante y hermosa. Amaba a su Tío Nicholas y, tío, él también la quería. Otra pequeña estaba en camino y todos la estaban ansiando. Y la pequeña de Harry, Grace, que tenía solo tres meses y ya sonreía cuando oía su voz.
Así que era realmente fácil caer en el hábito de comer tres, cuatro y, ahora que lo pensaba, hasta cinco noches a la semana con Sam o con Harry. Y por supuesto los fines de semana quedaban todos juntos. Barbacoas en la terraza o pizza en casa, y cervezas y partidos.
Aquel año había sido el más feliz de Nicholas desde que su familia había sido masacrada. Incluso había perdido un poco de peso porque estaba comiendo sano de manera regular. Comida de verdad, no mierda de bar.
Su vida sexual había tocado techo, pero si le ponías una antorcha debajo de los pies desnudos y le arrancabas las uñas tendría que admitir que estaba más que un poco cansado de ir a los bares y del sexo impersonal que lo acompañaba.
Así que estaba feliz de vivir a través de las familias de sus hermanos, aunque él no lo veía así. No hasta la otra noche.
Había pasado la noche de fin de año en casa de Sam, jugando con Merry, todos ellos habían pasado el día de Año Nuevo en casa de Harry y la noche de después en casa de Sam. Cuando Nicholas preguntó sobre hoy, había habido un entendimiento entre Ellen, Nicole, Sam y Harry. Una mirada que contenía miles de palabras.
¿Quién se iba a quedar con el niño problemático, el que no podía controlarse?
Eve estaba cansada porque había dado su concierto anual de Navidad y le exigía mucho de sí y además durante las Navidades había grabado un CD que iba a salir en Marzo. Además Grace estaba con los dientes y ambos, ella y Harry, tenían unas enormes ojeras por las noches sin dormir. Nicole estaba embarazada de tres meses, sufriendo náuseas nocturnas y tenía un trabajo importante de traducción que había aceptado durante las vacaciones y estaba trabajando desde casa.
Y ahí fue cuando la realidad le golpeó a Nicholas en la cabeza: querían pasar tiempo a solas. Cada familia quería pasar una noche a solas, cada uno en su propia casa, relajándose. El único sin familia con la que ir era Nicholas, y ellos más o menos se habían echado la carga de proveerle una familia en préstamo.
Ardía de vergüenza cuando comprendió lo a menudo que simplemente daba por hecho que sería bienvenido, cualquier día que quisiera, cualquier comida que quisiera. Alimentándose de las buenas vibraciones que las familias de Sam y Harry emitían.
Nicholas Jonas, vampiro.
Se resolvió a dejar de chupar de la teta de la familia de sus hermanos y a cuidarse de sí mismo. Empezando por ya. Aquella noche abrió el frigorífico, vio el brillante vacío (excepto por dos paquetes de Anchor Steam) y se dirigió al centro. A buscar algo que comer y algo que follar.
Bueno, pues qué bien había ido todo, ¿eh?
Nicholas tenía un sentido de orientación excelente. Había estado en lo más alto de su clase de entrenamiento para Francotiradores y había llegado al Force Recon. El mapa que tenía en la cabeza se encendió; giró y empezó a caminar.
Caminar se convirtió en un trote lento porque quería escapar de sus pensamientos. Y quería largarse de aquella parte de la ciudad. Era deprimente, rozando la peligrosidad. Las calles estaban oscuras y sucias. Montones patéticos de ropa cubiertos con cartones se apiñaban entre las aceras y las paredes de los edificios, esperando captar algo de calor residual.
Pasó junto a un bidón oxidado. Dentro habían encendido una fogata, rugosas manos calentándose sobre el fuego.
El brillo anaranjado iluminaba rostros grotescos, desiguales, mal afeitados; los rostros de hombres condientes con flemones y cortes que jamás eran tratados. Un hombre abrió la boca lanzando un rugido como un animal enfurecido, mostrando dientes rotos semejantes a tocones negros en su boca.
Un pillado a la metadona, justo como el que había golpeado a la madre de Harry y a su hermana pequeña hasta la muerte. Harry estaba empezando a superarlo gracias a una esposa maravillosa y a una hijita, a las que amaba desesperadamente.
Nicholas corrió más rápido. Quería irse de allí, irse de todo lo que estaba allí, de la oscuridad, del dolor y del lamento. Ya tenía suficiente de eso en su vida.
¿Por qué no podía huir de ello?
Ahora estaba corriendo, aquel ritmo constante que lo abstraía de sí mismo, sudando las toxinas de aquella noche y los recuerdos de todas las noches que había ido a ligar a antros, despertándose entre sábanas arrugadas y sudadas con la mujer de turno, intentando recordar su nombre incluso aunque su resaca era tan catastrófica que apenas podía recordar el suyo propio.
Quería olvidarlo todo mientras corría, corría y corría. Había más de veinticuatro kilómetros hasta Coronado Shores, sin contar el ferry, ladistancia que había corrido diariamente en el campo de entrenamiento llevando encima casi veinticinco kilos de material. Y cuando estaba doblado por el flato, aquel viejo bastardo de Ditty, su instructor, le gritaba directamente al oído que el dolor era la debilidad abandonando el cuerpo.
Ditty tenía razón, por supuesto. Sus instructores siempre tenían razón. Todos los instructores de los Marines eran Dios.
Y siguió, y siguió y siguió. Levantó la cabeza cuando llegó al océano, el limpio olor a sal metiéndosele en los pulmones. Había sudado la peste de la habitación de la mujer y de su sesión de sexo enfermizo. Ahora lo único que podía oler era su propio sudor y el mar. El cielo sobre la ciudad detrás de él ahora tenía un tono más claro de negro y, delante de él, podía empezar a distinguir la línea donde el mar se encuentra con el cielo.
Se detuvo en el embarcadero del ferry, corriendo sin moverse del sitio para no perder el ritmo y lo mantuvo incluso cuando llegó el ferry y embarcó. Era tan temprano que había pocas personas que miraran al loco que saltaba arriba y abajo. Cuando llegaron a tierra, corrió directamente afuera.
Le chorreaba el sudor cuando llegó al camino de entrada a su edificio, el último condominio de Coronado Shores, y rebuscó las llaves en los pantalones. Ruiz, uno de los cuatro vigilantes nocturnos del edificio, le vio y abrió las dos enormes puertas de cristal por control remoto.
Ruiz llevaba allí un par de años y había visto a Nicholas llegar a casa en cada uno de los estados posibles: después de noches de sexo alcohólico y después de noches de trabajo infiltrado. Empapado de sudor después de una larga corrida vestido en tejanos, camiseta y cazadora bomber no era nada. Ruiz simplemente asintió hacia Nicholas cuando se fue deteniendo hasta caminar y cruzó el enorme vestíbulo.
Arriba, su apartamento estaba exactamente como lo había dejado antes aquella noche (no, la noche anterior), con las prisas inquietas. Limpio, porque una señora de la limpieza iba una vez a la semana y porque era pulido como un Marine. De todos modos no tenía muchas cosas. Cama, sofá y centro de entretenimiento, y una cocina que nunca usaba.
Antiséptico y vacío.
Se quitó las ropas empapadas en sudor, las dejó caer en la cesta de la ropa sucia y se fue a tomar una ducha. Se quedó de pie bajo el chorro del agua, apoyándose con ambas manos contra la pared, dejando que el aguacaliente se deslizara por su espalda durante media hora entera. Para cuando salió, el cielo afuera de la ventana estaba gris perla. Caminó hacia el largo balcón que daba al Pacífico y miró aquella vista que adoraba.
Aquella mañana el vasto océano azul cobalto con sus olas de encaje no le dieron la profunda calma que normalmente le transmitían. Apretó las manos en la baranda del balcón, de pie con una gran toalla blanca rodeándole las caderas, observando al cielo hacerse más y más claro.
A diferencia de Harry, Nicholas jamás había tenido problemas para dormir. Antes de casarse y convertirse de golpe en Harry el Feliz, Harry había llegado a pasar tres y cuatro noches sin dormir, algo que Nicholas nunca había entendido.
Ahora sí.
No tenía ni un poco de ganas de dormir. Se sentía como si no fuera a dormir nunca más. Observó el
cielo hacerse más claro, el océano hacerse más largo, y sintió que su vida era como el océano, que continuaba y continuaba pero no cambiaba nunca. Tenía un destello de su propio futuro en el agua.
Continuar y continuar.
Intentaría no agobiar demasiado a Nicole y Ellen. Pero vería a sussobrinas tanto como pudiera, porque amaba a aquellas niñas. Le parecía que lo único que podría esperar de la vida era verlas crecer, mirándolo desde fuera.
Se sintió inquieto, casi ansiando aquella pelea que la mujer habíadeseado. No quería luchar con ella, quería… mierda. No sabía qué coño quería. Sabía solo que si se hubiera topado con alguna banda de maleantes de camino a casa le habría dado la bienvenida a una buena y dura pelea.
Era bueno con los puños. Era un luchador, siempre lo había sido. No había ninguna cantidad de hombres que le hicieran echarse atrás. Adelante.
Huuah. Yiiijah.
Menuda mierda.
Algo en lo más profundo de su ser le dijo que no había ninguna cantidad de lucha que pudiera calmar lo que fuera que hervía en él.
Finalmente, cuando el sol aclaró todo el cielo, regresó adentro a vestirse para otro día de trabajo.
Y todavía dolía, joder.
A casa. Necesitaba llegar a casa.
¿Por qué estaba allí y no en casa?
Bueno, aparte del hecho de que aquella casa era grande y estaba vacía, sin nada para él, había visto cómo sus cuñadas intercambiaban La Mirada.
Toda la época de Navidad la habían pasado comiendo o en casa de Sam o en la de Harry. Todos vivían en el mismo edificio en Coronado Shores, donde Nicholas tenía un espacio grande y vacío al que más o menos llamaba hogar porque no había ningún otro al que llamar así, así que Eso lo era. Hogar por defecto.
El gigantesco apartamento de Sam en el edificio y el de Harry, ligeramente más pequeño, habían sido transformados en lugares acogedores por sus esposas. Decidir cuál era más bonito era difícil. La casa de Sam y Nicole era enorme, su ama de llaves era una cocinera fabulosa y, como hija de un embajador, Nicole era una anfitriona consumada.
Cuatro pisos más abajo, la casa de Harry y Ellen era un poco más pequeña, sin cocinera, aunque Ellen tenía una pequeña panda de fans que eran chefs de restaurantes y que se disputaban el enviar platos de gourmet.
En cualquier momento podían estar comiendo platos preparados por los chefs de los mejores restaurantes de la ciudad.
Había otra cosa genial en cenar en casa de Harry. Su esposa era una de las mejores cantantes del mundo y a la cena a menudo le seguía un pequeño concierto improvisado que haría que cualquier amante de la música derramara lágrimas de agradecimiento.
Y las niñas. Jesús.
Nicholas caminaría descalzo sobre brasas ardientes por jugar con la pequeña niña de Sam, Meredith. Merry era adorable, brillante y hermosa. Amaba a su Tío Nicholas y, tío, él también la quería. Otra pequeña estaba en camino y todos la estaban ansiando. Y la pequeña de Harry, Grace, que tenía solo tres meses y ya sonreía cuando oía su voz.
Así que era realmente fácil caer en el hábito de comer tres, cuatro y, ahora que lo pensaba, hasta cinco noches a la semana con Sam o con Harry. Y por supuesto los fines de semana quedaban todos juntos. Barbacoas en la terraza o pizza en casa, y cervezas y partidos.
Aquel año había sido el más feliz de Nicholas desde que su familia había sido masacrada. Incluso había perdido un poco de peso porque estaba comiendo sano de manera regular. Comida de verdad, no mierda de bar.
Su vida sexual había tocado techo, pero si le ponías una antorcha debajo de los pies desnudos y le arrancabas las uñas tendría que admitir que estaba más que un poco cansado de ir a los bares y del sexo impersonal que lo acompañaba.
Así que estaba feliz de vivir a través de las familias de sus hermanos, aunque él no lo veía así. No hasta la otra noche.
Había pasado la noche de fin de año en casa de Sam, jugando con Merry, todos ellos habían pasado el día de Año Nuevo en casa de Harry y la noche de después en casa de Sam. Cuando Nicholas preguntó sobre hoy, había habido un entendimiento entre Ellen, Nicole, Sam y Harry. Una mirada que contenía miles de palabras.
¿Quién se iba a quedar con el niño problemático, el que no podía controlarse?
Eve estaba cansada porque había dado su concierto anual de Navidad y le exigía mucho de sí y además durante las Navidades había grabado un CD que iba a salir en Marzo. Además Grace estaba con los dientes y ambos, ella y Harry, tenían unas enormes ojeras por las noches sin dormir. Nicole estaba embarazada de tres meses, sufriendo náuseas nocturnas y tenía un trabajo importante de traducción que había aceptado durante las vacaciones y estaba trabajando desde casa.
Y ahí fue cuando la realidad le golpeó a Nicholas en la cabeza: querían pasar tiempo a solas. Cada familia quería pasar una noche a solas, cada uno en su propia casa, relajándose. El único sin familia con la que ir era Nicholas, y ellos más o menos se habían echado la carga de proveerle una familia en préstamo.
Ardía de vergüenza cuando comprendió lo a menudo que simplemente daba por hecho que sería bienvenido, cualquier día que quisiera, cualquier comida que quisiera. Alimentándose de las buenas vibraciones que las familias de Sam y Harry emitían.
Nicholas Jonas, vampiro.
Se resolvió a dejar de chupar de la teta de la familia de sus hermanos y a cuidarse de sí mismo. Empezando por ya. Aquella noche abrió el frigorífico, vio el brillante vacío (excepto por dos paquetes de Anchor Steam) y se dirigió al centro. A buscar algo que comer y algo que follar.
Bueno, pues qué bien había ido todo, ¿eh?
Nicholas tenía un sentido de orientación excelente. Había estado en lo más alto de su clase de entrenamiento para Francotiradores y había llegado al Force Recon. El mapa que tenía en la cabeza se encendió; giró y empezó a caminar.
Caminar se convirtió en un trote lento porque quería escapar de sus pensamientos. Y quería largarse de aquella parte de la ciudad. Era deprimente, rozando la peligrosidad. Las calles estaban oscuras y sucias. Montones patéticos de ropa cubiertos con cartones se apiñaban entre las aceras y las paredes de los edificios, esperando captar algo de calor residual.
Pasó junto a un bidón oxidado. Dentro habían encendido una fogata, rugosas manos calentándose sobre el fuego.
El brillo anaranjado iluminaba rostros grotescos, desiguales, mal afeitados; los rostros de hombres condientes con flemones y cortes que jamás eran tratados. Un hombre abrió la boca lanzando un rugido como un animal enfurecido, mostrando dientes rotos semejantes a tocones negros en su boca.
Un pillado a la metadona, justo como el que había golpeado a la madre de Harry y a su hermana pequeña hasta la muerte. Harry estaba empezando a superarlo gracias a una esposa maravillosa y a una hijita, a las que amaba desesperadamente.
Nicholas corrió más rápido. Quería irse de allí, irse de todo lo que estaba allí, de la oscuridad, del dolor y del lamento. Ya tenía suficiente de eso en su vida.
¿Por qué no podía huir de ello?
Ahora estaba corriendo, aquel ritmo constante que lo abstraía de sí mismo, sudando las toxinas de aquella noche y los recuerdos de todas las noches que había ido a ligar a antros, despertándose entre sábanas arrugadas y sudadas con la mujer de turno, intentando recordar su nombre incluso aunque su resaca era tan catastrófica que apenas podía recordar el suyo propio.
Quería olvidarlo todo mientras corría, corría y corría. Había más de veinticuatro kilómetros hasta Coronado Shores, sin contar el ferry, ladistancia que había corrido diariamente en el campo de entrenamiento llevando encima casi veinticinco kilos de material. Y cuando estaba doblado por el flato, aquel viejo bastardo de Ditty, su instructor, le gritaba directamente al oído que el dolor era la debilidad abandonando el cuerpo.
Ditty tenía razón, por supuesto. Sus instructores siempre tenían razón. Todos los instructores de los Marines eran Dios.
Y siguió, y siguió y siguió. Levantó la cabeza cuando llegó al océano, el limpio olor a sal metiéndosele en los pulmones. Había sudado la peste de la habitación de la mujer y de su sesión de sexo enfermizo. Ahora lo único que podía oler era su propio sudor y el mar. El cielo sobre la ciudad detrás de él ahora tenía un tono más claro de negro y, delante de él, podía empezar a distinguir la línea donde el mar se encuentra con el cielo.
Se detuvo en el embarcadero del ferry, corriendo sin moverse del sitio para no perder el ritmo y lo mantuvo incluso cuando llegó el ferry y embarcó. Era tan temprano que había pocas personas que miraran al loco que saltaba arriba y abajo. Cuando llegaron a tierra, corrió directamente afuera.
Le chorreaba el sudor cuando llegó al camino de entrada a su edificio, el último condominio de Coronado Shores, y rebuscó las llaves en los pantalones. Ruiz, uno de los cuatro vigilantes nocturnos del edificio, le vio y abrió las dos enormes puertas de cristal por control remoto.
Ruiz llevaba allí un par de años y había visto a Nicholas llegar a casa en cada uno de los estados posibles: después de noches de sexo alcohólico y después de noches de trabajo infiltrado. Empapado de sudor después de una larga corrida vestido en tejanos, camiseta y cazadora bomber no era nada. Ruiz simplemente asintió hacia Nicholas cuando se fue deteniendo hasta caminar y cruzó el enorme vestíbulo.
Arriba, su apartamento estaba exactamente como lo había dejado antes aquella noche (no, la noche anterior), con las prisas inquietas. Limpio, porque una señora de la limpieza iba una vez a la semana y porque era pulido como un Marine. De todos modos no tenía muchas cosas. Cama, sofá y centro de entretenimiento, y una cocina que nunca usaba.
Antiséptico y vacío.
Se quitó las ropas empapadas en sudor, las dejó caer en la cesta de la ropa sucia y se fue a tomar una ducha. Se quedó de pie bajo el chorro del agua, apoyándose con ambas manos contra la pared, dejando que el aguacaliente se deslizara por su espalda durante media hora entera. Para cuando salió, el cielo afuera de la ventana estaba gris perla. Caminó hacia el largo balcón que daba al Pacífico y miró aquella vista que adoraba.
Aquella mañana el vasto océano azul cobalto con sus olas de encaje no le dieron la profunda calma que normalmente le transmitían. Apretó las manos en la baranda del balcón, de pie con una gran toalla blanca rodeándole las caderas, observando al cielo hacerse más y más claro.
A diferencia de Harry, Nicholas jamás había tenido problemas para dormir. Antes de casarse y convertirse de golpe en Harry el Feliz, Harry había llegado a pasar tres y cuatro noches sin dormir, algo que Nicholas nunca había entendido.
Ahora sí.
No tenía ni un poco de ganas de dormir. Se sentía como si no fuera a dormir nunca más. Observó el
cielo hacerse más claro, el océano hacerse más largo, y sintió que su vida era como el océano, que continuaba y continuaba pero no cambiaba nunca. Tenía un destello de su propio futuro en el agua.
Continuar y continuar.
Intentaría no agobiar demasiado a Nicole y Ellen. Pero vería a sussobrinas tanto como pudiera, porque amaba a aquellas niñas. Le parecía que lo único que podría esperar de la vida era verlas crecer, mirándolo desde fuera.
Se sintió inquieto, casi ansiando aquella pelea que la mujer habíadeseado. No quería luchar con ella, quería… mierda. No sabía qué coño quería. Sabía solo que si se hubiera topado con alguna banda de maleantes de camino a casa le habría dado la bienvenida a una buena y dura pelea.
Era bueno con los puños. Era un luchador, siempre lo había sido. No había ninguna cantidad de hombres que le hicieran echarse atrás. Adelante.
Huuah. Yiiijah.
Menuda mierda.
Algo en lo más profundo de su ser le dijo que no había ninguna cantidad de lucha que pudiera calmar lo que fuera que hervía en él.
Finalmente, cuando el sol aclaró todo el cielo, regresó adentro a vestirse para otro día de trabajo.
Hola! como estan!? yo reportandome con el nuvo capi! ;) :polli:
en el proximo entraremos en materia! :D les va a encantar! promise u! :jeje:
Bienvenidas a las nuevas lectoras! ;)
las leo :study: más tardesito! :lol!:
Lu wH!;*
:hi:
en el proximo entraremos en materia! :D les va a encantar! promise u! :jeje:
Bienvenidas a las nuevas lectoras! ;)
las leo :study: más tardesito! :lol!:
Lu wH!;*
:hi:
HeyItsLupitaNJ
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
Hola gracias por la bienvenida
Ahhhhh pobre Nick ya no sabe ni a donde
Ir con sus hermanos :( ya no mucho
Ahhhh ya quiero que encuentre a la rayis :)
Y Awwww mi vida sus hermanos son un amor
Plis siguela
Ya quiero leer que sigue :)
Ahhhhh pobre Nick ya no sabe ni a donde
Ir con sus hermanos :( ya no mucho
Ahhhh ya quiero que encuentre a la rayis :)
Y Awwww mi vida sus hermanos son un amor
Plis siguela
Ya quiero leer que sigue :)
Karli Jonas
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
awww pobre Nick
Que mal que se sienta asi :(
Pero pronto tendra su propia familia y estara mejor
Awww Nicole esta embarazada otra vez :hug: que lindo
Como crece la familia :arre:
Siguela!!!!
Que mal que se sienta asi :(
Pero pronto tendra su propia familia y estara mejor
Awww Nicole esta embarazada otra vez :hug: que lindo
Como crece la familia :arre:
Siguela!!!!
aranzhitha
Re: Fuego Nocturno - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA
Awww a el le falta alguien para no sentirse asi de solo
bueno, creo que eso viene prontoooo
SIGUELA
bueno, creo que eso viene prontoooo
SIGUELA
Taescaab
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