The Big Secret. |One Direction| (Terminada)

Me levanté tarde, la noche anterior me había dormido a altas horas de la madrugada. Leía los mensajes que me insultaban en twitter, efectivamente tal y como me lo imaginaba las notas sobre la discusión en el restaurante habían estado vinculándose por todo internet.

Habían pasado ya dos días desde aquel día en el cual discutimos, me continuaba sintiendo mal, pero enserio ellos habían hecho que perdiera toda mi paciencia. Liam y Zayn me habían llamado varias veces y Niall y Louis me habían enviado varios tweets, el único que no había tratado de comunicarse conmigo había sido Harry.

Entonces, dejé de pensar en los chicos y me puse a pensar en Samantha. Aunque dije que ya no insistiría mas en la búsqueda, no podía dejar que las cosas se quedaran así. Aunque no deseaba pensar eso, quizás si era algo malo. Y aunque no lo fuera, Samantha estaba encerrada en una cabaña desconocida. Me sentía como una agente secreta o una oficial de policía, pero tenía que ir a sacarla de ese lugar.

–Hija, ¿puedo pasar?– preguntó mi madre.
–Claro mamá, pasa.

Mi madre entró y observó mi cuarto. Era un completo desastre, aunque no era una chica muy ordenada, nunca antes había tenido un desorden como ese.

–¿Que pasó en tu cuarto?
–Nada.
–De acuerdo. Mer, ¿puedes prestarme tu celular? No tenemos el servicio del teléfono, olvide pagarlo. Ademas, mi celular esta descargado y no encuentro el cargador.
–Mamá, mi celular se cayó y se rompió.
–¿Se rompió? Debió ser una fuerte caída.
–Lo fue mamá, lo fue– ella se sentó al lado de mi y después comencé a hablar –Mamá... ¿Podrías prestarme tu auto?
–¿Mi auto? ¿Para que quieres mi auto, linda?
–Es algo muy difícil de explicar mamá, no quiero que creas que soy una loca. Préstame tu auto, por favor... Prometo cuidarlo y cuando haya hecho lo que tengo que hacer.

Mi mamá me miro fijamente, era obvio que estaba extrañada. Amaba a mi madre, aunque no me entendiera siempre hacía lo posible por entenderme y se ponía de mi parte siempre que tenía la razón o cuando necesitara ayuda. Fue a la sala, tomó su bolsa y me entregó las llaves del auto. Me dio un beso en la frente y me deseo suerte, aún y cuando no supiera que iba a hacer.

Aunque no conducía muy bien, por lo menos sabía algo. Empecé a conducir a una gasolinera por algo de combustible, seguramente me haría falta. Tendría que manejar por una carretera, muchos kilómetros, a las afueras de Londres. Una vez que cargaron el auto de combustible, pagué y empecé a conducir.

Entonces me puse a pensar, ¿en que carretera? Había pensado en todo un plan, pero nunca pensé por que lugar irme. Entonces comencé a recordar algo. En una ocasión, los chicos y yo íbamos ir a Holmes Chapel, entonces Harry mencionó que no nos fuéramos por un especie de camino... Quedaba muy lejos.

Afortunadamente, yo tenía una perfecta memoria fotográfica. Comencé a conducir, un poco lento la verdad, pero lo hacía lo mejor que podía. En ese momento deseaba haberle dicho todo a mi madre y que ella conduciera, seguro que sería mucho mas rápido y ya hubiera sabido el secreto. Oh hubiera llamado a Ari, ella de seguro quisiera acompañarme. O a Tom, aunque al principio se hubiera terminado molestando por mi insistencia, finalmente hubiera aceptado. Pero bueno, tenía que hacer las cosas solas.

–Si– dije para mi misma.

Observe una cabaña, era la única que se encontraba ahí así que lo primero que pensé es que probablemente ahí se encontraba Samantha. Estacione el auto y bajé. Suspire, después de tanto tiempo, por fin había llegado el momento. Iba a rescatar a Samantha y descubriría el gran secreto.