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When you start to believe. {Novela colectiva}
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
NellaSparksFlyϟ escribió:Hoy es el turno de cammi, noo? :3
Si, hoy empieza mi turno :B
Tengo que seguir escribiendo, ya llegue del colegio.
Y mi mamá quiere que limpie D:
wtf, nunca me lo pide y justo ahora, nono, ¡ME NIEGO!
Le dije que no entiende "el dilema de una escritora" se me cago de risa y me dijo que hace mucho que no escuchaba la palabra "dilema" xd
Invitado
Invitado
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
Jajajaja en otras circunstancias diria que adoro a tu madre, pero... CON LOS CAPS DE CAMMI NO SE JUEGA :| (?
Nella †
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
JAJAJA yo siempre hago comentarios así, pero mi mamá primero se parte de la risa y después me empieza a retar y putear :B
W I N T E R is coming. †
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
Alguien conoce el MecaNet? Lo descargué hace un ratito porque hoy falté a la primera clase del taller de Informática, y dice una amiga que jugaron a eso. Me obsesioné completamente con ese juego xDDDDDDDD No puedo parar de jugarlo...
W I N T E R is coming. †
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
Jsdsdjf realmente no tengo ni idea de que es eso :| jaja
Mandy! Ya has vuelto del dentista? Que tal te fue?
Mandy! Ya has vuelto del dentista? Que tal te fue?
Nella †
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
Jajaja tranquila, Nella, no me extraña, solo al profesor de Informática si le cruzaría por la cabeza hacernos jugar a ese juego (?
Si sip, ya estoy en mi casita : )
Bueeno, la dentista me dijo que tengo que hacerme otro conducto para el lado derecho de la boca (como el que me hicieron hace unos dias, solo que del lado derecho y no el izquierdo). Casi me suicido /= Pero si le miras el lado amable, por lo menos me van a tratar de arreglar la muela que siempre me duele, y aparte hoy no me hizo nada doloroso, solo me revisó la boca ^^
Si sip, ya estoy en mi casita : )
Bueeno, la dentista me dijo que tengo que hacerme otro conducto para el lado derecho de la boca (como el que me hicieron hace unos dias, solo que del lado derecho y no el izquierdo). Casi me suicido /= Pero si le miras el lado amable, por lo menos me van a tratar de arreglar la muela que siempre me duele, y aparte hoy no me hizo nada doloroso, solo me revisó la boca ^^
W I N T E R is coming. †
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
Jsdfhsdfks Zicky moment everywhere (¿?
Aay mandy, bueno, entonces al menos me alegro de que luego no te vaya a doler mas la muela :/
Igual me quedo curiosidad, de que trata ese juego? :3
Aay mandy, bueno, entonces al menos me alegro de que luego no te vaya a doler mas la muela :/
Igual me quedo curiosidad, de que trata ese juego? :3
Nella †
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
Veo lo que me falta escribir y me canso de antemano xd lol
Invitado
Invitado
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
NellaSparksFlyϟ escribió:Jsdfhsdfks Zicky moment everywhere (¿?
Aay mandy, bueno, entonces al menos me alegro de que luego no te vaya a doler mas la muela :/
Igual me quedo curiosidad, de que trata ese juego? :3
El objetivo es recordar dónde se ubica cada tecla en el computador. Cada dedo es una letra, y sin ver tienes que escribir {con los dedos correctos, claro} la palabra que se te indica. Tiene muchas lecciones, son como 20 o 25 :B
Puede parecer medio estúpido, pero sirve. Igualmente, yo me sé las teclas de memoria, porque soy awesome 8) Okno xDDDDDDD
W I N T E R is coming. †
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
Cammi escribió:Veo lo que me falta escribir y me canso de antemano xd lol
Sé lo que se siente (? Pobre Cammi! /=
W I N T E R is coming. †
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
Cammi escribió:¡Nella! ¿Que hora es allá?xd
Ah yo lo se :3 Son las dos n.n
YassGenao
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
YassGenao escribió:Cammi escribió:¡Nella! ¿Que hora es allá?xd
Ah yo lo se :3 Son las dos n.n
ah xd porque siempre se me hace que es re tarde allá (?)
Invitado
Invitado
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
ok, termine mi capitulo, es tan light, lol xd
Termino de comer y bañarme y lo subo :)
Nella me va a matar porque después mañana le va a tocar a ella y yo prometí que iba a tardar más xd
Termino de comer y bañarme y lo subo :)
Nella me va a matar porque después mañana le va a tocar a ella y yo prometí que iba a tardar más xd
Invitado
Invitado
Re: When you start to believe. {Novela colectiva}
15 de febrero.
Todos los alumnos de Hogwarts observaban a McGonagall que estaba frente a ellos con una clara expresión de preocupación. Un escalofrío recorrió los cuerpos de los presentes, aquello no podía ser bueno. Y estaban teniendo una especie de deja vú, todos allí reunidos, otra vez. Como cuando anunció que Harry Styles había muerto.
Esta vez no había murmullos, ni gente gritando, todos esperaban impacientes y asustados que comunicaría su directora.
—Cosas horribles están acechando en Hogwarts… —Dijo mientras bajaba a la mirada—. Y si él estuviera aquí, estoy segura que desearía que les contara de qué se trata.
Sabían de quien hablaba, el antiguo director: Dumbledore. Pero algunos ojos se levantaron hacia ella confundidos, sin dejar de pensar cuanto de la verdad contaría. A veces parecía que ella sabía todo, y hacía un gran esfuerzo por no intervenir.
—Sea lo que sea, quien sea, está atacando menores de edad… —empezó explicando, los alumnos la miraron asustados—. Y esto, solo está pasando aquí, en nuestra escuela.
>>No sabemos si son los mortifagos, si son otras personas… Ustedes pueden sacar sus propias conclusiones, como sé que ya lo han hecho. No sabemos cómo han logrado traspasar nuestras barreras, pero estamos intentando averiguarlo. No dejaremos que ningún inocente vuelva a morir. Pero es necesario que les diga, niños, que el mundo mágico esta buscado a un alumno como ustedes que ha desaparecido. Quiero que sepan, que no pararemos hasta encontrar a Ethan Black, sano y salvo.<<
Fue en ese momento que cuatro chicas buscaron unos ojos entre sí, pero solo Beth que se encontraba al lado de Damon y Eliox, fue quien vio el rostro del verdiazul al escuchar aquello.
Todo el colegio estaba alborotado, los alumnos estaban preocupados y asustados de que algo así pudiera pasarle a ellos. Los cazadores como Bianca y Pansy, estaban allí también, parecían más calmados e indiferentes al tema. Emma los observaba con los ojos entrecerrados, lo planearon bien. Nadie podría dudar de ellos, si estaban en el colegio a la mañana siguiente.
Vio a Daphne cruzar el pasillo, esquivando a las otras dos chicas. Emma se escondió detrás de la pared, y cuando la rubia llego a la esquina, ella jalo de su brazo y tiro de ella hasta quedo en el mismo pasillo oscuro donde se encontraba.
—¡Por las barbas de Merlín, Nott! —Casi grito cuando la vio, llevo una mano a su corazón, la había asustado. Emma llevo un dedo a sus labios y chitó, estaba haciendo demasiado ruido—. ¿Qué te sucede?
—¿Dónde está, Ethan? —Preguntó sin rodeos, Daphne frunció el ceño y los labios, su pequeño rostro ahora estaba todo arrugado.
—No puedo decirte eso… —La ojiverde se tiro hacia atrás, con la intención de deshacerse de la mano de Emma que todavía seguía sujetando su brazo.
—Podrás. —Había un tono de advertencia en su voz—. Te prometí que te ayudaría…
—Sí, pero… —Emma negó con la cabeza con rapidez, sin dejarla terminar de hablar.
—Pero… ahora yo necesito tu ayuda. —Daphne la miro mordiéndose el labio, realmente quería librarse de todo aquello—. Tu eres la única que puede ayudarlo, Daphne. No confío en otra persona, así que es tiempo que dejes de ser la villana, para convertirte en la heroína de la historia. Pero para eso, debes ayudarme.
Por un minuto, la rubia la miro fijamente, en su rostro denotaba pena, luego bajo la mirada al suelo.
—No puedo ayudarte… —Dijo y la castaña la miro boquiabierta, parpadeo confundida. La forma que lo había dicho, tan decidida, fue como si la golpeará. Por un minuto Daphne alzo la vista, y vio en los ojos de Emma decepción. Esquivo su mirada después de eso, sus ojos podían ser tan fríos y hacerte sentir tan mal.
—Entonces yo tampoco podré ayudarte. —Le respondió después de aquel silencio—. Y todo lo que acordamos, olvídalo, todo.
Ella la miro casi con asco, y soltándola se alejo de allí a paso rápido. Daphne nunca la miro, pero había una sola persona en la mente de las dos, ya sabían que significaba aquello. También incluía el trato que habían hecho sobre Louis.
Kayla revolvió la poción mientras miraba a su compañero de clases. El rubio estaba muy concentrado leyendo la receta. Ella miro para todos lados, verificando que nadie les prestara atención y cuando supo que nadie lo hacía, en voz muy baja le hablo al chico.
—¿Qué crees que esté pasando? —Draco se sobresalto al escucharla, la observo por unos minutos sin entender.
—¿De qué hablas? —Preguntó, empezando así una conversación en susurros.
—De las muertes y las desapariciones de alumnos… —Comentó como si fuera obvio, era de lo que hablaba todo el colegio—. ¿Tú crees que sean los mortifagos?
—¿Quién sería sino? —Él se encogió de hombros mientras evitaba su mirada, saber la verdad no lo autorizaba a ir desparramándola por todos lados.
—No lo sé, no lo entiendo…. —Ella frunció el ceño, algo iba realmente mal—. Emma no me dice nada, y ella no hubiese matado a Harry…
—Tal vez la obligaron. —Comentó intentando no darle mucha importancia. Kayla se mordió el labio, no era una chica tonta, jamás podrías engañarla con facilidad.
—No tiene sentido… —Algo empezó a unirse en su cabeza mientras dejaba de revolver su poción—. Harry Styles… Lo había visto antes con Samantha Tomlinson.
—¿Y qué tiene que ver eso? —Preguntó Draco con nerviosismo, no le gustaba ver que ella estaba uniendo cosas.
—Y Ethan... Paso todo el día de San valentin con el rarito. —Volvió a fruncir el ceño mientras se sujetaba de la mesa—. Y ahora desapareció. Ethan es hermano de Abie, que es amiga de Emma. Este mismo es amigo del hermano de Emma y al parecer tiene algo con el rarito de Fretiur, que también se junta con ella… Fretiur era amigo de Styles, que parecía muy amigo de Samantha Tomlinson… Que estuvo en la enfermería hasta hace poco. Y si mal no recuerdo… Emma y Beth… también lo estuvieron, junto a Sam. Un tiempo atrás… a principios de año ¿lo recuerdas?
Draco asintió con la cabeza, se estaba poniendo cada vez más pálido, pensando cómo hacer que ella deje de unir cosas.
—¿Por qué todas las personas que fueron lastimadas… los llevan a ellos? —Se preguntó más para sí misma, la poción hirvió y la distrajo de sus pensamientos—. ¿No te parece raro?
—¿Qué? —Dijo él mientras apaga el fuego y miraba con mala cara el caldero, tendría una mala nota.
—Que todo termine en Fretiur, Tomlinson, Greenwood y… —Se detuvo en seco y fue como si recordará algo—. El lago…
—¿Qué tiene que ver el lago? —Preguntó Malfoy que de pasar a estar nervioso, solo se confundió más.
—He recordado cuando Emma me contó, que Pansy la tiro al lago… —Sus palabras se perdían y enredaban pensamientos en su cabeza, como si fuera una telaraña—. Me dijo que Victoria la ayudo a salir…
—¿Y qué tiene que ver eso? —Al rubio no le gustaba nada, pero nada a donde estaba llegado con sus ideas.
—Que… Era la última que me faltaba. Todos se unes, los cinco… Emma pasa mucho tiempo con los cuatro, y todo se une… —Se mordió el labio pensando, ni siquiera le había importado que la poción se haya arruinado. Se sentía como cuando tenía que encontrar algún enigma de un problema muy difícil. Y si bien, ella había deseado siempre se una Slytherin, también tenía su parte Ravenclaw—. ¿Por qué los mortifagos que Emma maneja, lastimarían a la gente que ella quiere o que sus amigos quieren? No tiene sentido…
—No entiendo a que conclusión llegaste con eso… —Hizo su mejor esfuerzo para hacerse el desinteresado y confundido. Kayla lo miro a los ojos, con una expresión que decía que era un tonto por no entender.
—Que hay algo realmente malo detrás de todo esto… —Luego negó con la cabeza en parte sin poder creer todo eso y para intentar despegarse de todas esas ideas—. Y que deberías cuidarte, Draco… Todos los que estamos cerca de ellos deberíamos.
Oscuro, todo estaba realmente oscuro y era por eso que él sabía que era de noche. Se le escapo de un suspiro de sus labios, mientras sentía la tierra húmeda contra su rostro. Al parecer había llovido, y el olor a césped se alzaba con potencia y llegaba hasta su nariz.
Él intento abrir los ojos, a pesar de que le resultaba agotador, observo el césped que bajo la luz de la luna tenía un color verde oscuro. Pensó en el color verde y sonrió. Ese instante de felicidad, atrajo a unas sombras oscuras, que volaron hacia él con gracia y rapidez. Para su suerte, no estaban solos aquella noche, había aurores. Que encontraron a Ethan Black, solo en el bosque prohibido.
Parecía un lugar demasiado familiar para Emma que frunció el ceño. Pero al mismo tiempo se dijo que tendría que acostumbrarse, ella deseaba ser sanadora. Afuera de la enfermería estaba ella, esperando juntos a Theo, Tom y Eliox.
—Cálmate, Eliox. —Le dijo Emma al verlo temblar, mientras caminaba de un lado a otro. Su rostro estaba demacrado por lo que era una mezcla de ira y preocupación, él estaba lleno de tristeza—. Abie saldrá en cualquier momento, prometo que serás el próximo en entrar.
Su hermano y Tom la miraron con una ceja levantada, ellos también deseaban ver a su amigo con rapidez. Ella viró los ojos, y negó con la cabeza. Fue suficiente para que los dos entendieran, porque estaban acostumbrados a que Emma mandara. Por el pasillo llego corriendo Samuel Trilé.
—¿Cómo se encuentra? —Preguntó mientras se doblaba y apoyaba sus manos en sus rodillas, se había quedado sin aire por correr hacia la enfermería.
—Estable. —Respondió Tom—. Eso es lo que ha dicho la enfermera.
Emma lo había observado todo ese tiempo, porque a pesar de que tenía el mismo rostro de tristeza que todos los presentes, sus ojos estaban cargados de algo más, algo que ella podía reconocer pero no lograba entender porqué razón habitaban en el alma de él en aquel momento. Se preguntaba porque los ojos de Tom, estaban tan llenos de culpa.
—Todavía no entiendo… ¿Por qué él? —Samuel negó con la cabeza—. ¿Por qué los mortifagos se meterían con él que no ha hecho nada malo?
Todos se quedaron en silencio, a cada uno la culpa lo acechaba, por diferentes razones pero estaba allí. Tampoco lograban entender porqué Ethan, que no había hecho nunca nada, era un sangre pura y un Slytherin, había sido atacado por mortifagos. Claro que esa era la historia que se circulaba, más bien no se acercaba a la verdad. Para Theo aquello no tenía una explicación lógica, y no dejaba de mirar a su hermana en buscas de respuestas. Pero no obtenía nada y eso lo enfurecía, no entendía porque ella no había hecho nada para detener aquello.
—Porque los mortifagos no tienen corazón, esa es la única respuesta. —Aquello, para sorpresa de muchos, salió de la boca de Emma. Que miraba fijamente a Samuel, este asintió con la cabeza, estando de acuerdo.
Sujeté su mano con delicadeza, estaba tan lastimado. Madam Pomfrey me había asegurado que estuvo en San Mungo, y que lo habían diagnosticado como estable y por eso podía estar aquí en la enfermería del colegio.
—Lo siento tanto, Ethan. —Lo mire con pena, parecía dormir—.Lamento como nuestros padres te han tratado y que nos hayamos alejado. Lamento que ya no quieras ser mi hermano y que pienses que solo vine al mundo para humillarte ante todos. Tú sabes que no es así, yo te quiero, eres mi hermano… A pesar de cualquier diferencia. Te quiero y deseo que te pongas bien ¿me has oído?
Realmente no puedo saber si me escucho, porque el mantenía los ojos cerrados. Pero en ese momento me sentí mejor, más tranquila y feliz. Siempre había deseado decirle aquello, que no importaba cuanto nuestros padres hayan dicho que me preferían a mí. Siempre había pensando que Ethan era un hijo genial, y un hermano también. Nunca me había enojado por todas las veces que habíamos peleado o él me había dicho algo hiriente. Ni siquiera cuando decepcione a mis padres entrando a otra casa, y él había sonreído con satisfacción… Yo simplemente entendía porque él era así, porque lo habían subestimado tanto en la vida, y él solo deseaba amor. Pero no podía, no dejaba que me acerque a él. Realmente parecía que me odiaba, yo nunca lo odie a él de aquella forma. Era mi hermano, siempre lo sería.
Me levante con lentitud de mi asiento y salí fuera de la enfermería. Al alzar la vista vi como Neville venía casi corriendo hacia allí. La expresión de calma que había preparado para salir al exterior se quebró al verlo a él, y corrí a su encuentro. Dejando que me abrazara y me consolara como nadie más podría hacerlo, porque solo en sus brazos yo sentía que todo iba a ir bien.
Eliox volvió a salir de la enfermería y miro a Emma.
—¿Puedes pasar? —Le preguntó, ella lo miro confundida. No estaba allí para ver a Ethan, solo quería darle apoyo moral a sus amigos y su hermano. Pero asintió y entro a la enfermería—. Necesito un favor.
Ella lo miro expectante, esperando que le diga que era lo que necesitaba.
—¿Podrías curarlo? —Dijo y señalo donde estaba el cuerpo de Ethan. Ella lo miro y dejo escapar un grito ahogado. Los cazadores no se habían limitado a torturarlo con magia, pero ella debía haberlo supuesto, era tan típico de ellos.
Se acerco con delicadeza, era imposible negarse. De todas formas era como si algo la llamara y la incitara a curarlo, como si dentro de ella existiera un instinto sanador.
Frunció el ceño y puso una mano en la frente de él, tenía una M marcada. Ella cerró los ojos, eso había sido obra de Pansy, y sintió como si fuera un ataque directo hacia ella. Para recordarle que le había hecho lo mismo, porque el bonito rostro de Ethan estaba lleno de cicatrices rojas. Había sido lastimado de la misma forma que Emma en la noche del baile.
Con un suspiró de tristeza al recordar aquello, ella puso sus dos manos en el rostro de él y se concentro. Aquel momento, cuando curaba a alguien, era glorioso para ella. Si bien siempre lograba dejarla agotada, se sentía fantástico. Como si estuvieras haciendo algo realmente bueno por el mundo, aunque sea en una sola persona. Curar las heridas de alguien, hacer que desaparecieran, que no sufriera más era purificante para el alma. Y así lo hizo curo todo lo que los cazadores habían dañado, si bien todavía quedaban marcas y demás, era porque siempre necesitaba una dosis muy fuerte de poder para curarlo todo. Eliox se ofreció a darle energía para curar a Ethan, pero ella se negó, no deseaba estar unida otra vez de aquella forma. Cuando Eliox había muerto, esa conexión se corto entre ellos. Aun así, le explicó que era lo mejor, sino la Madam Pomfrey sospecharía que algo raro había pasado.
Cuando termino de curarlo salió de la enfermería y sentó en el suelo junto a su hermano, apoyo la cabeza en su hombro cansada.
—¿Cómo está? —Preguntó Theo con preocupación.
—Estará mejor, te lo prometo. —Su sonrisa fue perezosa a causa del cansancio y estiro su mano para sujetar la de Theo y darle un apretón intentando trasmitirle un poco de su fuerza. Él le sonrío, sintió que eran dos niños devuelta. Beso su cien, Emma siempre había estado ahí para él.
16 de febrero.
La ojiazul resopló cuando vio a Daphne acercase hacia ella, agarro con fuerza el libro que había sacado de un estante. Y lo sujeto contra ella mientras avanzaba hacia una de las mesas de la biblioteca. Pero lo que no esperaba era que la rubia le bloqueara el paso, era obvio que quería hablar con ella.
—Si vienes a disculparte, ya es demasiado tarde. —Dijo mientras la empujaba con fuerza al pasar. La ojiverde trastrabillo y se sujeto de un estante para no resbalar hacia el suelo.
—Yo quería decirte… —Emma levanto una ceja, pero no se dio vuelta. Pensaba que aquella chica no tenía cara, había quedado claro que ya no quería volver a hablar con ella.
—Es sobre Louis. —Casi gritó y ella se dio vuelta, era como una palabra mágica. No pudo evitar preguntarse qué quería decirle sobre él. Observo lo nerviosa que parecía Daphne, y preocupada también. Se miraba las manos intentando encontrar palabras a algo que no debía contarle.
Pero necesitaba que ella lo ayude, lo salve. Ya que si lo hacía la misma rubia, estaría metida en varios problemas. Y sabía que Emma jamás se negaría si le decía que debía salvarlo, no si se traba de Louis.
Pero fue en ese momento en que ella diviso a Anneliese Lestrange pasar por la biblioteca, se quedo paralizada sin saber muy bien qué hacer. Miro a Emma que seguía esperando que hable, al ver que la rubia miraba hacia otro lado giro la cabeza para encontrarse con la Gryffindor que lejos de ellas, buscaba algún libro para hacer su tarea.
Emma confundida volvió a voltearse para preguntarle a Daphne que le sucedía, pero cuando volvió a mirar, la rubia había desaparecido de allí. Se había alejado casi corriendo, sin decirle nada.
Abrió el libro de transformaciones y con delicadeza empezó a hacer su trabajo. No había sido mucho que Daphne le había robado su tiempo para nada, y ahora tenía que adelantarse para terminar con aquello. Frente a ella se sentó alguien, escucho cuando la persona empujaba la silla y se sentaba. Levanto la vista solo por instinto, observo al chico y siguió escribiendo. Pero después parpadeo y volvió a mirarlo. Louis estaba sentado frente a ella, con un libro y le sonreía.
—¿Mucha tarea? —Le preguntó, ella negó con la cabeza.
—Solo es un trabajo de transformaciones. —Contestó, él no le dejaba de sonreír. Se sentía tonta porque le costaba concentrarse en lo que decía.
—Apuesto que ese trabajo lo tienes que entregar en una o dos semanas… —Dijo con diversión, ella se ruborizó y bajo la mirada sonriendo. Odiaba que él la conociera tanto, pero a la misma vez le gustaba. Suspiró, hasta ella misma se daba cuenta que era una chica complicada.
—¿Y tú en que tarea tienes que hacer? —Apuntó con la cabeza hacia los libros que él tenía, había estirado un pergamino sobre la mesa.
—Pociones. —Comentó e hizo una mueca.
—¿El profesor Slughorn les dio un trabajo escrito? —Preguntó extrañada. El hombre siempre prefería los trabajos prácticos.
—Bueno… No a todos. —Ella lo miro sin comprender—. Solo a ese Boot y a mí.
—¿Por? —Ella estaba sorprendida de escuchar el nombre de Terry junto al de Louis.
—Nos pusieron juntos como compañeros… No concordamos en muchas cosas. —Dijo con voz mordaz, realmente parecía que recordaba mal al chico. Ella no podía imaginárselo, Terry era muy inteligente y un fantástico compañero—. Así que el profesor al ver que no podíamos trabajar y que nos estábamos empezando a pelear simplemente nos dijo que íbamos a hacer un trabajo escrito y eso…
—Oh… —Emma asintió y luego bajo la mirada a su pergamino para seguir con su trabajo. No deseaba distraerlo a él tampoco. Pero el tiempo paso, y ella notaba la mirada de él. Así que levanto la vista y sonrío al comprobar que tenía razón, él no dejaba de mirarla—. ¿Necesitas algo?
—Yo… —Pareció dudar, pero luego más decidido añadió: —. Bueno, me estaba preguntado si estabas muy ocupada con eso.
Ella no respondió, solo inclino la cabeza lado a lado, dando a entender que no tanto.
—¿Podrías ayudarme…? —Él señalo su trabajo—. Hay varias cosas que no logro entender.
Ella se mordió el labio para no reír, era un año menor y eso sonaba como una tonta escusa. O tal vez no, él realmente no entendía y deseaba que lo ayude. Así que Emma asintió con la cabeza, y se levanto de su asiento. Fue a sentarse a su lado, y empezó a leer lo que él tenía que hacer. Louis la miro con una sonrisa que no se despego de sus labios.
En los vestuarios esperando que empiece el partido se encontraba el equipo de Hufflepuff.
Parecían nerviosos, y Austin estaba intentado calmarlos. Pero uno de ellos solo deseaba que se callara de una vez por todas.
—¡No puedes decirnos también si podemos estar calmados o no! —Le gritó con indignación, el otro chico lo miro sorprendido.
—Solo estoy diciendo que los nervios son traiciones, trato ayudar… —Le contestó. Valeria miro de un chico al otro, los dos tenían el rostro contraído por el enojo.
—¡Bueno, no lo estas logrando!
—¿Cuál es tu problema? —Le gritó Austin, siempre que estaban juntos terminan peleando.
—¡Tú eres mi problema!
—Eso no me interesa, ahora estamos en el campo de juego, compórtate, Trilé. —Dijo, y Samuel se puso rojo de furia. Se abalanzo sobre él pero rápidamente dos personas lo estaban deteniendo.
—A mí también me parece que deberías comportarte. —Le dijo Alexander. Pero Samuel viró los ojos, era obvio de qué lado iba a estar. Al fin y al cabo, Austin y Alexander eran amigos. Alvaró los miraba con indiferencia, aunque una sonrisa divertida cruzaba por su rostro. Luego negó con la cabeza, era tan típico que aquellos dos se pelearan.
Terry le había dicho que vaya a buscarlo al jardín que estaba en el centro del castillo, que irían juntos a ver el partido de Gryffindor contra Hufflepuff. Pero al llegar, lo encontró muy entretenido hablando con la hermana de Tom, Kaylee. Ellos parecían estar más juntos desde el día de San Valentin, al parecer se la habían pasado bien. Emma los observo, y luego se encogió de hombros. Dio media vuelta y siguió su camino por los pasillos. Alguien pasó su brazo por sus hombros, ella miro sorprendida al castaño. Venía acompañado por sus amigos.
—Ven a ver el partido en nuestra grada. —Le dijo Louis, Zayn y Liam caminaban del costado del chico. Pero un rubio se había instalado del lado de Emma.
—¿Qué? —Preguntó ella confundida, la habían tomado por sorpresa.
—¡Si! Ven con nosotros, nos divertiremos. —Alentó Niall a su lado con una sonrisa, ella sonrío era imposible negarles algo.
—¡Podemos abuchear a los dos equipos, ya que son todos malos jugadores! —Comentó Louis con decisión.
—¡En Gryffindor está tu hermana! —Le gritó ella, y él soltó una carcajada.
—Solo estoy bromeando… Pero no le digas que te he dicho eso. —La miro con una sonrisa cómplice, y ella se mordió el labio. Se recordó a si misma que debía resistirse a él, pero se estaba volviendo algo complicado.
—¡Pero yo si te he escuchado, Louis! —la voz de una chica se escucho detrás de ellos, y se dieron vuelta para encontrarse con una pelirroja que llevaba un gorro de Hufflepuff.
—Oye, Arleen que bien que te queda ese gorro. —Comentó con burla Louis, pero había algo más un tono divertido y de amistad. Ella negó con la cabeza pero le sonrío.
—Estoy mostrando mi espíritu por el Quidditch, o algo así.
—¡Ven a nuestras gradas tu también! —Dijo Niall, que empezó arrastrar a la pelirroja hacia el campo de Quidditch con ellos. Aunque ella se negaba y decía que debería estar con su gente de Hufflepuff. Pero más tarde Emma y ella estaban sentadas juntas riendo mientras apoyaban al equipo de Hufflepuff. Aunque la primera gritaba por los dos, ya que también Sam estaba en Gryffindor. Y cuando gritaba los puntos de los leones, los Slytherin la miraban con mala cara pero ella seguía allí, sola gritando como una loca. Vio a Victoria cerca de ellos, la miraba sonriendo, divertida al verla gritar por los dos equipos. Ella parecía aburrida por el partido, así que solo reía mientras miraba que hacían ellos ahí. Como los chicos abucheaban a Gryffindor, pero cuando alguien casi tira a Sam de su escoba Louis le empezó a gritar cosas a los de Hufflepuff como un poseso y nada que se deba volver a repetir. Fue en el momento que Sam anotó un tanto que Louis, Emma y Victoria, que a pesar de que no le gustaba el Quidditch pero le divirtió ver la cara de enojo de sus compañeros de casa, gritaron con alegría a favor de la leona que les sonreía.
Harry Potter atrapó la Snitch luciéndose como siempre, y el partido dio por terminado.
Kayla bufó con decepción cuando vio que los leones habían ganado. Ni siquiera le gustaba los tontos de Hufflepuff, pero su odio hacia la casa de Gryffindor era más grande como para desear que pierdan. Aparte el Quidditch era su deporte preferido, esperaba ansiosa el partido contra ellos, planeaba destrozarlos.
Su mirada se dirigió hacia las grades donde distinguió a dos chicos idénticos gritando con entusiasmo, los pelirrojos parecían felices por la victoria de su casa.
Kayla frunció el ceño e hizo una mueca. Realmente no había querido llegar tan lejos, todavía recordaba como antes de las vacaciones de navidad aquellos dos chicos la perseguían gracias a las pociones de amor. Como habían discutido entre ellos, y por un descuido de Kayla que dejo de administrarle la poción. Todo volvió a la normalidad. Para ella, era mucho mejor, dio como fallida su misión y aunque tuvo que escuchar los gritos de su padre, se sentía mejor. No le gustaba juntarse con plaga de Gryffindor, se repetía, para no admitir que tampoco disfrutaba del todo cuando los veía pelearse por ella. Tal vez sería porque era algo que le había encomendado su padre, y ella lo detestaba. La había amenazado, y Kayla no funcionaba de esa forma.
17 de febrero.
Su clase de herbología había empezado, Emma lazo una carcajada al ver como Victoria miraba las plantas con mala cara, como si no deseara volver acercarse a ellas jamás en su vida.
Su risa se fundió en el aire cuando escucho que alguien le hablaba a su lado, dio media vuelta, la pelirroja había tocado su hombro para llamar su atención.
—Eh… Hola. —Emma le sonrío, tratando de recordar su nombre—. Quería saber si bueno, ¿Después de lo del bosque mis compañeros de casa te han dejado de molestar?
Al recordar ese momento, la castaña logró recordar su nombre y asintió con la cabeza.
—Por ahora, gracias por preocuparte y por ayudarme, Lucy. —Le dijo y esta vez la otra chica fue la que sonrío.
—No te preocupes, se lo horrible que es que ellos te molesten… —Lucy bajo la mirada, y Emma frunció el ceño.
—Bueno, pero no dejes que te molesten a ti. —La chica hizo una mueca pero luego asintió y le sonrío, para después seguir trabajando junto a otra pelirroja. Emma alzo las cejas divertida al verlas, podrían formar parte de la familia Weasley si quisieran.
Volteo la vista para encontrarse con la mirada interrogante de Victoria.
—¿Lo del bosque? —Preguntó y solo en ese momento recordó que no le había dicho nada a sus hermanos.
—Oh, sí bueno... Luego te cuento. —La pelinegra iba a decir algo, pero Emma la interrumpió—. ¿Y Zayn?
—¿Qué tiene que ver él? —Preguntó con el ceño fruncido, pero sus mejillas se pusieron rojas. Emma se encogió de hombros.
—Beth me ha dicho que los vio abrazados viendo los fuegos artificiales… —Se le escapo una sonrisa picara mientras lo decía, le hubiese gustado estar allí para ver lo feliz que estaría su hermana en ese momento y también para luego poder burlarse de ellos dos.
—Oh… —Emma la miro casi indignada al escucharla decir solo eso.
—¿Oh? ¿Es todo lo que vas a decir? ¡Pensé que me contarías anécdotas llenas de romance y etcétera! —Bromeó con exageración, y a su lado Victoria viró los ojos.
—Pensé que no eras el tipo de chica chismosa, Emma. —La castaña hizo una señal con la mano como restándole importancia y luego se encogió de hombros.
—Deberías pasar más tiempo con él, sabes. —Comentó y la pelinegra la miro sorprendida.
—¿Más tiempo? ¿Por qué el querría pasar más tiempo conmigo? Seguramente le gustaría pasar tiempo con Alice… —Emma viró los ojos y resopló.
—Estamos mal, hermanita. —Luego sonrío, y bajo la voz para que no escuchen el nombre del chico—. De todas formas, yo creo que a Zayn le gustaría pasar tiempo contigo. Y solo sé tú misma, Vicky. Creo que es por eso que él te mira de esa forma últimamente.
—¿De qué forma? —Emma sonrió.
—De la misma forma que tú lo miras a él. —Luego se encogió de hombros y se señalo sus propios ojos—. Créeme, lo sé, estos ojos son muy atentos.
—¿Y cómo ha ido tu día de San Valentín? —Le preguntó Austin con una sonrisa. Bradon se encogió de hombros, aunque parecía desbordar felicidad.
—La he pasado junto a Vicky… —El castaño a su lado levanto las cejas con una sonrisa picara.
—¿Has pasado San Valentin con el amor de tu vida desde que tienes doce años? —Brandon se puso rojo como un tomate al escuchar aquello, pero asintió con la cabeza—. ¿Y qué han hecho?
—Pasamos el tiempo… —Hizo una mueca—. Quiero decir, no estuve todo el día con ella, pero…
—¿Pero qué? No me digas que la has dejado ir otra vez…
—No la puedo obligar a que este junto a mi todo el día, Austin. —Bajo la mirada al suelo, vio como el mismos jugaba con sus pies—. Aparte se aburriría de mí.
—No lo creas, amigo. Yo paso una gran parte de mi tiempo contigo y no me aburro. —Bradon lo miro con una sonrisa, siempre había sido inseguro, pero Austin lograba subir su autoestima aunque sea un poco. Le gustaba saber que al menos alguien no se aburría hablando con él—. ¿Creíste que si? Vamos, llevamos hablando tantos años, si me aburrieras, ya te hubiese dicho que te largaras.
—No lo harías… Tú no eres así. —Afirmó mientras negaba con la cabeza, conocía a su amigo de eso estaba seguro.
—¿Crees que no puedo ser un chico malo? Eh, claro que sí. —Bromeó mientras ponía una voz exageradamente ruda.
—Solo lo aparentas y dejas que la gente piense eso, pero los que te conocen saben que no lo eres.
—La gente puede pensar lo que quiera. —Dijo mientras se encogía de hombros—.Ya sabes, Bran. Nunca me importó nada de lo que decían los demás.
Brandon asintió con la cabeza, también sabía eso. Tal vez era por eso que eran amigos, luego lo miro y cambio de tema.
—¿Y tú como has pasado San Valentín? —Le preguntó y Austin hizo una sonrisa torcida mientras recordaba.
—Estuvo bastante bien… Me he encontrado con Ameliée ¿te acuerdas de ella? —Bradon asintió con la cabeza, era la chica que los había defendido el otro día—. Le he regalado una pulsera agradeciéndole por ayudarnos con aquellas serpientes.
—Me parece bien, es una chica agradable. —Dijo Bran que para él, cualquiera con buen corazón era agradable—. ¿Viste? Teníamos razón desde un principio, Austin. No todos los Slytherin son malas personas.
Fueron llamados al gran comedor, otra vez. La gente se miraba entre sí, buscándose uno al otro. Ser llamados todos a ese lugar ya era un presagio de malas noticias. La gente se alzaba en puntas de pie para poder encontrar a otra persona, que pudiera estar demasiado lejos de su vista. Algunos suspiraron agotados, otros parecían nerviosos y hasta temerosos.
Miraban atentos, el rostro consternado de la Directora Minerva McGonagall. A su lado, el profesor Flitwick parecía nervioso y tenía su varita en mano.
—Quiero informarles alumnos. Que se han puesto nuevas protecciones alrededor de Hogwarts. Protecciones mágicas muy poderosas. Ya no solo contamos con la ayuda de los aurores y… Dementores para cuidar de nuestro colegio. Tengo que anunciarles, que ya no se podrá salir del castillo. —Un murmullo de queja generalizado se alzo entre la multitud—. Nadie puede llegar más lejos del invernadero, y solo para asistir a clases. Quedan prohibidas las visitas a Hagrid, ya que los dementores están mucho más… cerca. Estas precauciones he de tomarlas, porque no puedo permitir que no otro alumno desaparezca. Si, el causante de este atroz hecho está entre nosotros… Entonces lo encontraremos. Pero hasta ahora queda determinante mente prohibido salir del colegio. Y muy a mi pesar, queridos alumnos, tengo que anunciarles que ha habido otra desaparición. Y esta se trata de Louis Tomlinson.
Tal vez era porque Louis tenía muchos más amigos que Ethan, pero en ese momento se escucho un grito ahogado proveniente de muchos lados de aquella habitación. Una castaña observo el lugar con determinación, con el pecho oprimido por la desesperación, encontró los ojos de Sam cerca de Flitiwick. Si la hubiese visto antes, habría sido fácil darse cuenta que a ella ya se le había informado sobre la desaparición de su hermano. Emma cerro los puños con fuerza, en su cabeza solo podía pensar que aquella había sido una mala movida de parte de los cazadores, ahora ella misma se encargaría de intercambiar papeles. Estaban jugando sucio, y ella también sabía cómo jugar aquel juego.
Emma cruzaba los pasillos con furia. Ellos se habían llevado a Louis, y no solo para molestarla a ella. Sino que lograban hacer más débil a Sam, ya que no paraban de meterse con su amiga, que para ella era como una hermana pequeña.
Y para agregarle cosas peores, no podía salir de aquel castillo. Con lo mucho que amaba pasar tiempo en los jardines, suspiró mientras dirigió con rapidez al pasar, su vista hacia una ventana.
Tal vez era lo mejor, porque allí afuera se encontraban los dementores. Pero no podía encontrar una forma para salir de allí e ir a buscar a Louis.
Tan concentrada iba pensando en aquello, que no se dio cuenta que otra persona venía enfrente tan distraído como ella. Colisionaron en el centro y cayeron al piso, Emma vio una luz fuerte en las paredes y olio el olor a quemado. Observo como las velas que colgaban allí se prendieron fuego como si ella misma lo hubiese planeado, pero no fue así. Se imagino que por su furia, el fuego había salido disparado al sentir su energía. Miro a la persona con la que había chocado y suspiró con resignación, ni acabando con la tarea de reintegración había logrado sacárselo de encima.
—Lo siento, Potter. —Le dijo mientras intentaba levantarse, él la ayudo también.
—No, perdóname tú a mí, Emma. Iba distraído. —Ella viró los ojos y asintió con la cabeza—. Pero… justo te estaba buscando.
Bueno, era un día lleno de sorpresa. Lo miro confundida, preguntándose para qué cosa la buscaría él.
—¿Has oído del ED? —“Oh, no. Lo único que me faltaba” Pensó. Y escuchó a Rose en su cabeza reír, sabía que ella creía que sería una buena idea.
—Si… —Dijo, no podía negar su existencia. Y prefería que él no se pusiera a contarle de que se trataba, ya que cuanto menos tiempo pasara junto a él, mejor para ella.
—Entonces… ¿Quieres unirte? —Lo miro con sorpresa, aun a pesar de que sentía de que aquello era lo que le iba a decir—. Sé que tú y Louis… Bueno, son amigos. Y estoy segura que estas desapariciones te parecen tan extrañas como a nosotros, por lo cual creí que tal vez…
—Oh. —Solo pudo decir eso mientras lo observaba. Él hizo una mueca que daba entender que estaba incomodo al decirle todo aquello, pero era Harry Potter, firme en sus convicciones y salvar el mundo.
—Debemos estar preparados para lo que sea que los mortifagos están tramando… —Él siguió hablando, pero Emma lo escucho a medias. Estaba concentrada pensando, tal vez no era una mala idea después de todo. Debía entrenarse si quería vencer a los cazadores, con su poder no iba a ser suficiente. Pensó en Beth y Sam, que ya estaban en el ED. Se preguntó si Eliox se uniría, pero la cosa más imposible sería convencer a Victoria. De todas formas miro a Harry con una sonrisa.
—Está bien, me uno. —Se dio cuenta de cómo había cambiado desde que había comenzado el año, anteriormente ella se había negado y casi escapado por no entrar al ED. Y ahora estaba allí, aceptando la oferta.
18 de febrero.
—Me alegro de que te hayas unido al ED, Emma. —Le dijo Beth mientras las dos estaban sentadas en el piso de su habitación. La ventana estaba abierta y el aire entraba haciendo que sus cabellos choquen contra sus rostros.
—Creo que necesitamos entrenar si queremos ganarles a los cazadores. —Dijo mientras se encogía de hombros. Aparentaba no estar preocupada, pero Beth podía verlo. Ella extrañaba y necesitaba ver a Louis.
—He leído que el fuego y el aire se complementan muy bien, ¿Por qué no intentamos juntarlos? —Le preguntó para hacer que Emma pensara en otra cosa, funcionó porque la miro intrigada.
—¿Cómo lo haremos? —Beth se encogió de hombros y le sonrió. Miro hacia la ventana e hizo que el viento se haga más fuerte y las rodeara como un torbellino—. Vas a destruir toda la habitación.
—Lo estoy controlando, no hará nada. Me has dicho que puedes crear fuego ¿no? —Emma asintió con la cabeza, se lo había contando hace unos minutos—. Entonces hazlo, has que el torbellino se prenda fuego.
—¿Te has vuelto loca? —Preguntó casi gritando, su sorpresa se asomaba por sus ojos—. ¿Qué pasa si sin querer te prendo fuego a ti?
Beth frunció el ceño como si estuviera pensando, y agarro las manos de Emma.
—Probemos algo… Si vez que el fuego se acerca a mi, intenta protegerme como te proteges a ti. —Le preguntó mentalmente a Rose si podía lograr aquello. “Realmente no lo sé… Pero si es verdad, me gustaría haberlo sabido antes” una imagine de un Louis de mayor edad y quemado de pies a cabeza apareció en su mente. Ella cerró los ojos con tristeza de verlo así, al saber que ese había sido su fin en otra vida. “Lo siento, no fue mi intención mostrarte aquello” —. ¿Estás hablando con Rose?
—Si, no sabe si puedo logarlo. Pero lo intentaré. —Emma cerró los ojos y se concentro en el aire, el ambiente se lleno de calor pero este no llego a Beth. Eso lo había aprendido, pero que no se queme era una cosa totalmente diferente. Intento prender fuego el aire, el torbellino que las rodeaba. Si alguien entraba en la habitación, se asustaría seguramente. De repente, con sus ojos cerrados, vio algo llamear detrás de sus parpados.
—Emma…—La llamo Beth con la voz entrecortada, la ojiazul abrió los ojos preocupada de haberla lastimado pero pronto entendió el porqué de su tono de voz. Fascinada observo el efecto del aire y el fuego colisionando. Era fuerte y poderoso, era maravilloso. Y lo manejaban ellas, porque iban a su antojo y no destruyeron la habitación. Emma nunca supo si pudo proteger a Beth del fuego, porque jamás la quemo, las dos podían manejar su poder con una técnica perfecta.
—¡Deja de gritar! —Le pedí con desesperación. Odiaba cuando él se ponía así de nervioso. Parecía tan triste, que me partía el corazón. Pero ya no era lo mismo, cuando lo miraba a los ojos, sabía que no era a él a quien amaba—. Le amo, Theodoro. ¡Entiéndalo!
—No tiene sentido… Tú y yo… —Empezó él, pero yo negué con la cabeza, no quería escucharlo.
—Nada de tú ni yo. Ya he elegido, Theo. —Me miro con impotencia, pero él tenía que entenderlo. Theo debería dejar de hacerse falsas ilusiones. Si bien, yo admitía que había estado confundida con él, había sentido lo que era el amor. Y el amor era lo que yo sentía por Neville.
—¿Pero no te importa estar rompiéndome el corazón? —Baje la mirada, claro que me importaba. Yo lo quería, no de la misma forma que como a mi novio. Pero de todas formas seguía siendo alguien en mi vida, y no deseaba lastimarlo. Pero era tan terco, no deseaba escuchar la verdad.
—Me habías dicho que no me odiarías si lo elegía a él. —Levante la vista y vi como aplanaba los labios con frustración.
—Nunca pensé que eso realmente pasaría. —Me sorprendí al escucharlo admitir aquello. Lo mire con pena y eso pareció enfurecerlo más—. ¡Eres una egoísta! No deberías haber estado jugando con los dos.
—¡No era eso lo que yo quería! Yo… —Me calle al ver como Emma cruzaba el pasillo hacia su próxima clase. Nos miro atentamente y frunció el ceño. Suspiré y sabiendo que ella se metería si sabía que estábamos peleando empecé a caminar hacia otro lado, alejándome de los dos hermanos. Allí estaba otra de las razones por la cual había elegido a Neville sobre Theo, jamás podría elegir a un chico que me haga llorar así.
—¿Sucedió algo malo? —Preguntó Emma observando a su hermano, pero este no contestó y ser marcho con pasos furiosos—. Bueno… ¡Gracias por dejarme hablando sola!
Gritó mientras veía a su hermano alejarse, viró los ojos y dio media vuelta para seguir su camino hacia clases de adivinación. Pero se choco con una persona que logro que sus libros caigan al suelo. Paralizada observo como la rubia se agachaba y le entregaba sus libros.
—Fíjate por dónde vas, la próxima vez. —Le dijo arrastrando las palabras, Emma ahogo las palabras que le diría a otra persona que le dijera aquello. Lucretia alzo las cejas, pero sus ojos parecían vacios. No estaban llenos de curiosidad o burla.
—Gracias… —Contestó y después frunció el ceño al pensar que le había agradecido por que la tratara de aquella forma. La rubia se encogió de hombros y se marcho de allí. Emma pensó que debía dejar de comportarse como una tonta cuando viera, a la que al parecer, era su prima.
Kayla acaricio a Firess detrás de la oreja y este ronroneo, su gato con rostro inteligente se agazapo a su lado como si supiera que el ambiente estaba tenso. Observo como Emma miraba por la ventana y suspiraba.
—Estoy impresionada de que no estés llorando… —Comentó con tono burlón. La castaña se dio media vuelta y la miro con mala cara.
—Pensé que me habías dicho que debía dejar de llorar. —le dijo recordando su charla de hace unos días.
—Nunca pensé que te lo tomarías tan literalmente… —La rubia la miraba con los ojos entrecerrados, quería saber que era lo que escondía su amiga—. ¿Por qué los mortifagos secuestraron al chico que te gusta, Emma?
La ojiazul se quedo quieta como si algún animal la estuviera asechando, paralizada en el lugar clavando las uñas en el marco de la ventana. Parpadeó sin saber cómo contestar esa pregunta.
—¿Por qué cada desaparición o muerte termina en ti y tus amigos? ¿Por qué los mortifagos a los cuales controlas tú los herirían, eh? Dime la verdad, Emma. —La castaña agacho la cabeza sin saber cómo contestar, no podía decirle y tampoco mentirle. Kayla no era ninguna tonta, no se creería así como así cualquier mentira.
—Lo siento, Kay… —Dijo con un suspiro—. Esto es algo que no te puedo contar.
Hubo un silencio en la habitación, en la cual ninguna de las dos dijo nada más. Pensó que sería así por mucho tiempo más, pero Kayla volvió a hablar.
—Pensé que éramos amigas, Emma. —Había un tono herido en su voz, uno que jamás había escuchado en su amiga—. Que confiabas en mí.
Emma no dijo nada, y tampoco hizo nada más que soltar un gran suspiro lleno de tristeza. Dejando escapar no solo el dolor que le causaba saber que había lastimado los sentimientos de su amiga, sino que también pensar que estarían haciendo los cazadores con Louis. Los mataría, los asesinaría si ellos hacían lo mismo con él. Necesitaba buscarlo e ir a verlo, pero parecía algo tan imposible…
—¡Lo han encontrado! —Gritó Beth cuando entro en la habitación unas horas más tarde, justo cuando ya todos deberían estar durmiendo.
—¿Dónde has estado? —Preguntó Emma confundida.
—¿Qué han encontrado, Beth? —La voz soñolienta de Luna se alzo desde un rincón de la habitación.
—¡He estado hablando con Sam! —Entonces corrió hacía la cama de Emma y se tiro allí—. Lo ha encontrado Emma, en hogsmeade, a Louis.
Por un momento ella sintió que su corazón se detuvo, para luego acelerar con fuerza. Él estaba allí, lo habían encontrado y al parecer, por la alegría de Beth, estaba vivo. Jamás se sintió tan feliz en su vida, salió de cama casi saltando.
“Esta herido, otra vez” dijo Rose en su cabeza con pena. Emma apretó los labios mientras lo miraba, está en pijamas y despeinada. Pero necesitaba ver que él estaba vivo, más no paso por su cabeza la opción de que este lastimado. De todas formas, Madam Pomfrey les había asegurado que estaba bien, y mucho mejor del estado en el que había vuelto Ethan. Al parecer los cazadores lo habían abandonado tirado en Hogsmeade, se preguntó si era porque no pudieron ingresar gracias a las protecciones o solo una técnica de distracción.
Ella se acerco a él, Sam le había permitido pasar justo después de ella. Pomfrey los dejo solos, aun sabiendo que debería estar durmiendo. McGonagall le había permitido estar allí, cinco minutos. Le bastaba y le sobraba para curar cualquier cosa que los cazadores pudieran haber lastimado.
“¿Has pensado alguna vez, Emma que tú destino no está con él?” se sobresaltó al escuchar a rose decir eso, no entendía que quería decir. “Míralo, siempre que se ha cruzado en nuestras vidas ha terminado de esta forma o peor. Es nuestra culpa” Emma no lo veía así, estaba segura que los cazadores se hubiesen vengando con él por ser hermano de Sam. “Tal vez, él estaría mejor sin nosotras”
Emma negó con la cabeza, y trago saliva. Era la primera vez que escuchaba a Rose decir algo como eso, renunciar a lo que más amaba. Suspiró, no podía abandonar a Louis. Siempre le habían dicho que era una persona fuerte, pero cuando se trataba del amor, ella era la más débil.
19 de febrero.
Theodoro tiro el libro contra la pared con furia. Daphne lo observo mientras entraba a la sala común y alzo una ceja.
—Déjame adivinar, ¿el gran amor de tu vida te ha roto el corazón? —Preguntó mientras se sentaba a su lado en el sillón, Theo viró los ojos y siguió observando la pared—. ¿Así que está muy interesante la pared?
—No quiero hablar contigo, Greengrass. —Le dijo con tono frío, ella se encogió de hombros.
—Nunca dije que era una opción que podrías elegir. —Luego sonrió—. Puedo hablar todo lo que yo quiera.
—Entonces habla sola. —Dijo mientras se levantaba enojado, ella resopló y agarro su brazo para tirar de él. Intento sentarlo a la fuerza pero no lo logró. Más el resultado fue que el tirara de ella y cayera al suelo. Theodoro no lo pudo evitar, pero se le escapo una sonrisa cuando la vio quejarse.
—A ver si aprendes a no molestar. —Ella sentó en el piso con las piernas y brazos cruzados, hizo un puchero con sus labios—. Ni te atrevas a hacerte la enojada conmigo.
Giró el rostro evitando la mirada de él, estaba intentado no reírse para que Theo no se dé cuenta que era una broma. Y no lo hizo porque con un suspiro se acerco a la rubia y le tendió una mano que ella tomo con una sonrisa de satisfacción.
—Lo siento, no fue mi intención tirarte al suelo. —Dijo con exasperación y la sonrisa de ella se ensanchó más.
—Lo sé, me gusta eso de que te disculpes. —Se volvió a sentar en el sillón y les dio unas palmaditas a su lado para invitar a que él se sentara—. Ahora ven, te hablaré de corazones rotos.
—Daphne… —Le advirtió él, ella puso los ojos en blanco.
—Oh, está bien. ¡Pero es egoísta de tu parte no querer contarme nada! —Le gritó mientras lo vio alejarse, escucho como él se carcajeaba.
—¡Eres una chismosa, pequeña! —Él se dio vuelta justo cuando ella le sacaba la lengua con un gesto infantil, no pudo evitar reír otra vez.
Emma volvió a reír mientras negaba con la cabeza por el chiste de Louis, sabía que él bromeaba sobre todo lo que paso para que ella no se sintiera mal. Él estaba allí parado, en el pasillo. Intacto, tal vez había sido que ella lo sano, o tal vez Madam Pomfrey, pero Louis estaba mucho mejor.
—Al parecer me he sanado mágicamente… —Comentó él con un sonrisa cómplice, ella se mordió el labio.
—Suena lógico. —Dijo al saber que todo su mundo estaba gobernado por la magia. Él torció la cabeza y la miro de costado.
—Sabes, ayer tuve un sueño muy raro… Tú estabas allí, y estabas en pijama y me curabas… —Emma se sorprendió y se ruborizo al darse cuenta que él había estado despierto la otra noche.
—Louis… —Él escucho su susurro, y se acerco más a ella.
—¿Si? —La voz de él era dulce, con ese tono cariñoso que no debería tener porque él había sido egoísta con ella, y se suponía que ella no debería caer en sus redes otra vez.
—¿De verdad te gusta Daphne? —Las palabras se escaparon de su boca, casi con un tono de dolor. Él se echo atrás como si lo hubiese golpeado, ella levanto la mirada para encontrarse con los ojos llenos de sorpresa de él.
—Yo…
—Dime la verdad, por favor. —Le pidió, él suspiró y esquivo su mirada.
—Si… —Solo tuvo que decir eso y ella retuvo el aire, no podía permitir que su corazón se rompiera una y mil veces. Asintió con la cabeza, como si le dijera que entendía, algo que realmente no era así—. ¿A ti te gusta ese chico, Boot?
Ella lo miro confundida de que le preguntara aquello y de escuchar el tono de celos en su voz. Negó con la cabeza al ver que Louis siempre hacía lo mismo, al parecer no la quería pero tampoco deseaba que este con nadie más.
—Es solo mi amigo. —Le respondió con naturalidad, y era porque realmente ella lo creía así. Si bien, sentía una punzada cada vez que ella veía como él de a poco se alejaba y pasaba más tiempo con Kaylee, no era porque le gustara sino porque se había acostumbrado a su presencia y ahora brillaba por su ausencia.
—No lo parece. —Ella alzo una ceja y suspiro con exasperación.
—¿Siempre vas a hacer lo mismo, Louis? —él frunció el ceño al escucharla—. Mira, yo no seré la segunda opción de nadie, y si te gusta Daphne, deberías estar con ella. Y dejar esos celos sin sentido.
—¿Celos? Yo no estoy…
—¡No! Basta, no arruines todo con tus mentiras. —Ella agarro su cabeza entre sus manos, le daba dolor de cabeza discutir con él—. ¡Por una vez en tu vida admite algo! ¡Por qué yo he admitido todo Louis! Te he dicho que te quería, te he besado y que si lo hubiese sabido, en ese tiempo, te hubiese pedido para ser mi novio. Pero yo no puedo estar con alguien que niega todo lo que siente, crece y decídete de una vez. Porque un día parece que me quieres y al otro no, y no puedes jugar con mis sentimientos como se te antoje. Y no puedo creer, no puedo creer que a pesar de todo eso yo te ame.
Ella se detuvo en seco y observo a Louis que la miraba con la boca abierta, los dos estaban sorprendidos de que ella lo hubiese admitido de una vez por todas. Lo hizo, ella le había dicho que lo amaba. Dio un paso atrás mientras se daba vuelta y se abrazaba a si misma, como si intentará formar una coraza y proteger su corazón de él. Suspiró y cerro los ojos, no debería haberle dicho eso, solo la hacía sentir más vulnerable.
Escuchó los pasos de Louis acercase a ella, y la abrazo desde atrás, apoyando su pecho en su espalda con dulzura.
—Oh, bueno eso esta bien... —Él parecía nervioso, pero a la vez algo como la ternura invadía su voz. Tomo aire con fuerza como si quisiera alentarse a decir algo—. Porque creo que yo también te amo, Emma.
Pensó que por un instante su corazón se había detenido, una sensación de felicidad subió dentro de su cuerpo. Y suspiró sonriendo.
—Al fin. —Dijo dándose vuelta para abrazarlo también. No estaba dispuesta a arruinar aquel momento, cuando siempre parecían arruinarse todos por culpa de uno de los dos. Solo se iba a dejar llevar por lo que su corazón sentía, no su mente. Aunque la verdad era que en ese momento las dos partes estaban de acuerdo, ella solo quería besarle, y así iba a hacer, pero él se le adelanto y la besó.
Todos los alumnos de Hogwarts observaban a McGonagall que estaba frente a ellos con una clara expresión de preocupación. Un escalofrío recorrió los cuerpos de los presentes, aquello no podía ser bueno. Y estaban teniendo una especie de deja vú, todos allí reunidos, otra vez. Como cuando anunció que Harry Styles había muerto.
Esta vez no había murmullos, ni gente gritando, todos esperaban impacientes y asustados que comunicaría su directora.
—Cosas horribles están acechando en Hogwarts… —Dijo mientras bajaba a la mirada—. Y si él estuviera aquí, estoy segura que desearía que les contara de qué se trata.
Sabían de quien hablaba, el antiguo director: Dumbledore. Pero algunos ojos se levantaron hacia ella confundidos, sin dejar de pensar cuanto de la verdad contaría. A veces parecía que ella sabía todo, y hacía un gran esfuerzo por no intervenir.
—Sea lo que sea, quien sea, está atacando menores de edad… —empezó explicando, los alumnos la miraron asustados—. Y esto, solo está pasando aquí, en nuestra escuela.
>>No sabemos si son los mortifagos, si son otras personas… Ustedes pueden sacar sus propias conclusiones, como sé que ya lo han hecho. No sabemos cómo han logrado traspasar nuestras barreras, pero estamos intentando averiguarlo. No dejaremos que ningún inocente vuelva a morir. Pero es necesario que les diga, niños, que el mundo mágico esta buscado a un alumno como ustedes que ha desaparecido. Quiero que sepan, que no pararemos hasta encontrar a Ethan Black, sano y salvo.<<
Fue en ese momento que cuatro chicas buscaron unos ojos entre sí, pero solo Beth que se encontraba al lado de Damon y Eliox, fue quien vio el rostro del verdiazul al escuchar aquello.
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Todo el colegio estaba alborotado, los alumnos estaban preocupados y asustados de que algo así pudiera pasarle a ellos. Los cazadores como Bianca y Pansy, estaban allí también, parecían más calmados e indiferentes al tema. Emma los observaba con los ojos entrecerrados, lo planearon bien. Nadie podría dudar de ellos, si estaban en el colegio a la mañana siguiente.
Vio a Daphne cruzar el pasillo, esquivando a las otras dos chicas. Emma se escondió detrás de la pared, y cuando la rubia llego a la esquina, ella jalo de su brazo y tiro de ella hasta quedo en el mismo pasillo oscuro donde se encontraba.
—¡Por las barbas de Merlín, Nott! —Casi grito cuando la vio, llevo una mano a su corazón, la había asustado. Emma llevo un dedo a sus labios y chitó, estaba haciendo demasiado ruido—. ¿Qué te sucede?
—¿Dónde está, Ethan? —Preguntó sin rodeos, Daphne frunció el ceño y los labios, su pequeño rostro ahora estaba todo arrugado.
—No puedo decirte eso… —La ojiverde se tiro hacia atrás, con la intención de deshacerse de la mano de Emma que todavía seguía sujetando su brazo.
—Podrás. —Había un tono de advertencia en su voz—. Te prometí que te ayudaría…
—Sí, pero… —Emma negó con la cabeza con rapidez, sin dejarla terminar de hablar.
—Pero… ahora yo necesito tu ayuda. —Daphne la miro mordiéndose el labio, realmente quería librarse de todo aquello—. Tu eres la única que puede ayudarlo, Daphne. No confío en otra persona, así que es tiempo que dejes de ser la villana, para convertirte en la heroína de la historia. Pero para eso, debes ayudarme.
Por un minuto, la rubia la miro fijamente, en su rostro denotaba pena, luego bajo la mirada al suelo.
—No puedo ayudarte… —Dijo y la castaña la miro boquiabierta, parpadeo confundida. La forma que lo había dicho, tan decidida, fue como si la golpeará. Por un minuto Daphne alzo la vista, y vio en los ojos de Emma decepción. Esquivo su mirada después de eso, sus ojos podían ser tan fríos y hacerte sentir tan mal.
—Entonces yo tampoco podré ayudarte. —Le respondió después de aquel silencio—. Y todo lo que acordamos, olvídalo, todo.
Ella la miro casi con asco, y soltándola se alejo de allí a paso rápido. Daphne nunca la miro, pero había una sola persona en la mente de las dos, ya sabían que significaba aquello. También incluía el trato que habían hecho sobre Louis.
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Kayla revolvió la poción mientras miraba a su compañero de clases. El rubio estaba muy concentrado leyendo la receta. Ella miro para todos lados, verificando que nadie les prestara atención y cuando supo que nadie lo hacía, en voz muy baja le hablo al chico.
—¿Qué crees que esté pasando? —Draco se sobresalto al escucharla, la observo por unos minutos sin entender.
—¿De qué hablas? —Preguntó, empezando así una conversación en susurros.
—De las muertes y las desapariciones de alumnos… —Comentó como si fuera obvio, era de lo que hablaba todo el colegio—. ¿Tú crees que sean los mortifagos?
—¿Quién sería sino? —Él se encogió de hombros mientras evitaba su mirada, saber la verdad no lo autorizaba a ir desparramándola por todos lados.
—No lo sé, no lo entiendo…. —Ella frunció el ceño, algo iba realmente mal—. Emma no me dice nada, y ella no hubiese matado a Harry…
—Tal vez la obligaron. —Comentó intentando no darle mucha importancia. Kayla se mordió el labio, no era una chica tonta, jamás podrías engañarla con facilidad.
—No tiene sentido… —Algo empezó a unirse en su cabeza mientras dejaba de revolver su poción—. Harry Styles… Lo había visto antes con Samantha Tomlinson.
—¿Y qué tiene que ver eso? —Preguntó Draco con nerviosismo, no le gustaba ver que ella estaba uniendo cosas.
—Y Ethan... Paso todo el día de San valentin con el rarito. —Volvió a fruncir el ceño mientras se sujetaba de la mesa—. Y ahora desapareció. Ethan es hermano de Abie, que es amiga de Emma. Este mismo es amigo del hermano de Emma y al parecer tiene algo con el rarito de Fretiur, que también se junta con ella… Fretiur era amigo de Styles, que parecía muy amigo de Samantha Tomlinson… Que estuvo en la enfermería hasta hace poco. Y si mal no recuerdo… Emma y Beth… también lo estuvieron, junto a Sam. Un tiempo atrás… a principios de año ¿lo recuerdas?
Draco asintió con la cabeza, se estaba poniendo cada vez más pálido, pensando cómo hacer que ella deje de unir cosas.
—¿Por qué todas las personas que fueron lastimadas… los llevan a ellos? —Se preguntó más para sí misma, la poción hirvió y la distrajo de sus pensamientos—. ¿No te parece raro?
—¿Qué? —Dijo él mientras apaga el fuego y miraba con mala cara el caldero, tendría una mala nota.
—Que todo termine en Fretiur, Tomlinson, Greenwood y… —Se detuvo en seco y fue como si recordará algo—. El lago…
—¿Qué tiene que ver el lago? —Preguntó Malfoy que de pasar a estar nervioso, solo se confundió más.
—He recordado cuando Emma me contó, que Pansy la tiro al lago… —Sus palabras se perdían y enredaban pensamientos en su cabeza, como si fuera una telaraña—. Me dijo que Victoria la ayudo a salir…
—¿Y qué tiene que ver eso? —Al rubio no le gustaba nada, pero nada a donde estaba llegado con sus ideas.
—Que… Era la última que me faltaba. Todos se unes, los cinco… Emma pasa mucho tiempo con los cuatro, y todo se une… —Se mordió el labio pensando, ni siquiera le había importado que la poción se haya arruinado. Se sentía como cuando tenía que encontrar algún enigma de un problema muy difícil. Y si bien, ella había deseado siempre se una Slytherin, también tenía su parte Ravenclaw—. ¿Por qué los mortifagos que Emma maneja, lastimarían a la gente que ella quiere o que sus amigos quieren? No tiene sentido…
—No entiendo a que conclusión llegaste con eso… —Hizo su mejor esfuerzo para hacerse el desinteresado y confundido. Kayla lo miro a los ojos, con una expresión que decía que era un tonto por no entender.
—Que hay algo realmente malo detrás de todo esto… —Luego negó con la cabeza en parte sin poder creer todo eso y para intentar despegarse de todas esas ideas—. Y que deberías cuidarte, Draco… Todos los que estamos cerca de ellos deberíamos.
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Oscuro, todo estaba realmente oscuro y era por eso que él sabía que era de noche. Se le escapo de un suspiro de sus labios, mientras sentía la tierra húmeda contra su rostro. Al parecer había llovido, y el olor a césped se alzaba con potencia y llegaba hasta su nariz.
Él intento abrir los ojos, a pesar de que le resultaba agotador, observo el césped que bajo la luz de la luna tenía un color verde oscuro. Pensó en el color verde y sonrió. Ese instante de felicidad, atrajo a unas sombras oscuras, que volaron hacia él con gracia y rapidez. Para su suerte, no estaban solos aquella noche, había aurores. Que encontraron a Ethan Black, solo en el bosque prohibido.
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Parecía un lugar demasiado familiar para Emma que frunció el ceño. Pero al mismo tiempo se dijo que tendría que acostumbrarse, ella deseaba ser sanadora. Afuera de la enfermería estaba ella, esperando juntos a Theo, Tom y Eliox.
—Cálmate, Eliox. —Le dijo Emma al verlo temblar, mientras caminaba de un lado a otro. Su rostro estaba demacrado por lo que era una mezcla de ira y preocupación, él estaba lleno de tristeza—. Abie saldrá en cualquier momento, prometo que serás el próximo en entrar.
Su hermano y Tom la miraron con una ceja levantada, ellos también deseaban ver a su amigo con rapidez. Ella viró los ojos, y negó con la cabeza. Fue suficiente para que los dos entendieran, porque estaban acostumbrados a que Emma mandara. Por el pasillo llego corriendo Samuel Trilé.
—¿Cómo se encuentra? —Preguntó mientras se doblaba y apoyaba sus manos en sus rodillas, se había quedado sin aire por correr hacia la enfermería.
—Estable. —Respondió Tom—. Eso es lo que ha dicho la enfermera.
Emma lo había observado todo ese tiempo, porque a pesar de que tenía el mismo rostro de tristeza que todos los presentes, sus ojos estaban cargados de algo más, algo que ella podía reconocer pero no lograba entender porqué razón habitaban en el alma de él en aquel momento. Se preguntaba porque los ojos de Tom, estaban tan llenos de culpa.
—Todavía no entiendo… ¿Por qué él? —Samuel negó con la cabeza—. ¿Por qué los mortifagos se meterían con él que no ha hecho nada malo?
Todos se quedaron en silencio, a cada uno la culpa lo acechaba, por diferentes razones pero estaba allí. Tampoco lograban entender porqué Ethan, que no había hecho nunca nada, era un sangre pura y un Slytherin, había sido atacado por mortifagos. Claro que esa era la historia que se circulaba, más bien no se acercaba a la verdad. Para Theo aquello no tenía una explicación lógica, y no dejaba de mirar a su hermana en buscas de respuestas. Pero no obtenía nada y eso lo enfurecía, no entendía porque ella no había hecho nada para detener aquello.
—Porque los mortifagos no tienen corazón, esa es la única respuesta. —Aquello, para sorpresa de muchos, salió de la boca de Emma. Que miraba fijamente a Samuel, este asintió con la cabeza, estando de acuerdo.
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Sujeté su mano con delicadeza, estaba tan lastimado. Madam Pomfrey me había asegurado que estuvo en San Mungo, y que lo habían diagnosticado como estable y por eso podía estar aquí en la enfermería del colegio.
—Lo siento tanto, Ethan. —Lo mire con pena, parecía dormir—.Lamento como nuestros padres te han tratado y que nos hayamos alejado. Lamento que ya no quieras ser mi hermano y que pienses que solo vine al mundo para humillarte ante todos. Tú sabes que no es así, yo te quiero, eres mi hermano… A pesar de cualquier diferencia. Te quiero y deseo que te pongas bien ¿me has oído?
Realmente no puedo saber si me escucho, porque el mantenía los ojos cerrados. Pero en ese momento me sentí mejor, más tranquila y feliz. Siempre había deseado decirle aquello, que no importaba cuanto nuestros padres hayan dicho que me preferían a mí. Siempre había pensando que Ethan era un hijo genial, y un hermano también. Nunca me había enojado por todas las veces que habíamos peleado o él me había dicho algo hiriente. Ni siquiera cuando decepcione a mis padres entrando a otra casa, y él había sonreído con satisfacción… Yo simplemente entendía porque él era así, porque lo habían subestimado tanto en la vida, y él solo deseaba amor. Pero no podía, no dejaba que me acerque a él. Realmente parecía que me odiaba, yo nunca lo odie a él de aquella forma. Era mi hermano, siempre lo sería.
Me levante con lentitud de mi asiento y salí fuera de la enfermería. Al alzar la vista vi como Neville venía casi corriendo hacia allí. La expresión de calma que había preparado para salir al exterior se quebró al verlo a él, y corrí a su encuentro. Dejando que me abrazara y me consolara como nadie más podría hacerlo, porque solo en sus brazos yo sentía que todo iba a ir bien.
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Eliox volvió a salir de la enfermería y miro a Emma.
—¿Puedes pasar? —Le preguntó, ella lo miro confundida. No estaba allí para ver a Ethan, solo quería darle apoyo moral a sus amigos y su hermano. Pero asintió y entro a la enfermería—. Necesito un favor.
Ella lo miro expectante, esperando que le diga que era lo que necesitaba.
—¿Podrías curarlo? —Dijo y señalo donde estaba el cuerpo de Ethan. Ella lo miro y dejo escapar un grito ahogado. Los cazadores no se habían limitado a torturarlo con magia, pero ella debía haberlo supuesto, era tan típico de ellos.
Se acerco con delicadeza, era imposible negarse. De todas formas era como si algo la llamara y la incitara a curarlo, como si dentro de ella existiera un instinto sanador.
Frunció el ceño y puso una mano en la frente de él, tenía una M marcada. Ella cerró los ojos, eso había sido obra de Pansy, y sintió como si fuera un ataque directo hacia ella. Para recordarle que le había hecho lo mismo, porque el bonito rostro de Ethan estaba lleno de cicatrices rojas. Había sido lastimado de la misma forma que Emma en la noche del baile.
Con un suspiró de tristeza al recordar aquello, ella puso sus dos manos en el rostro de él y se concentro. Aquel momento, cuando curaba a alguien, era glorioso para ella. Si bien siempre lograba dejarla agotada, se sentía fantástico. Como si estuvieras haciendo algo realmente bueno por el mundo, aunque sea en una sola persona. Curar las heridas de alguien, hacer que desaparecieran, que no sufriera más era purificante para el alma. Y así lo hizo curo todo lo que los cazadores habían dañado, si bien todavía quedaban marcas y demás, era porque siempre necesitaba una dosis muy fuerte de poder para curarlo todo. Eliox se ofreció a darle energía para curar a Ethan, pero ella se negó, no deseaba estar unida otra vez de aquella forma. Cuando Eliox había muerto, esa conexión se corto entre ellos. Aun así, le explicó que era lo mejor, sino la Madam Pomfrey sospecharía que algo raro había pasado.
Cuando termino de curarlo salió de la enfermería y sentó en el suelo junto a su hermano, apoyo la cabeza en su hombro cansada.
—¿Cómo está? —Preguntó Theo con preocupación.
—Estará mejor, te lo prometo. —Su sonrisa fue perezosa a causa del cansancio y estiro su mano para sujetar la de Theo y darle un apretón intentando trasmitirle un poco de su fuerza. Él le sonrío, sintió que eran dos niños devuelta. Beso su cien, Emma siempre había estado ahí para él.
16 de febrero.
La ojiazul resopló cuando vio a Daphne acercase hacia ella, agarro con fuerza el libro que había sacado de un estante. Y lo sujeto contra ella mientras avanzaba hacia una de las mesas de la biblioteca. Pero lo que no esperaba era que la rubia le bloqueara el paso, era obvio que quería hablar con ella.
—Si vienes a disculparte, ya es demasiado tarde. —Dijo mientras la empujaba con fuerza al pasar. La ojiverde trastrabillo y se sujeto de un estante para no resbalar hacia el suelo.
—Yo quería decirte… —Emma levanto una ceja, pero no se dio vuelta. Pensaba que aquella chica no tenía cara, había quedado claro que ya no quería volver a hablar con ella.
—Es sobre Louis. —Casi gritó y ella se dio vuelta, era como una palabra mágica. No pudo evitar preguntarse qué quería decirle sobre él. Observo lo nerviosa que parecía Daphne, y preocupada también. Se miraba las manos intentando encontrar palabras a algo que no debía contarle.
Pero necesitaba que ella lo ayude, lo salve. Ya que si lo hacía la misma rubia, estaría metida en varios problemas. Y sabía que Emma jamás se negaría si le decía que debía salvarlo, no si se traba de Louis.
Pero fue en ese momento en que ella diviso a Anneliese Lestrange pasar por la biblioteca, se quedo paralizada sin saber muy bien qué hacer. Miro a Emma que seguía esperando que hable, al ver que la rubia miraba hacia otro lado giro la cabeza para encontrarse con la Gryffindor que lejos de ellas, buscaba algún libro para hacer su tarea.
Emma confundida volvió a voltearse para preguntarle a Daphne que le sucedía, pero cuando volvió a mirar, la rubia había desaparecido de allí. Se había alejado casi corriendo, sin decirle nada.
Abrió el libro de transformaciones y con delicadeza empezó a hacer su trabajo. No había sido mucho que Daphne le había robado su tiempo para nada, y ahora tenía que adelantarse para terminar con aquello. Frente a ella se sentó alguien, escucho cuando la persona empujaba la silla y se sentaba. Levanto la vista solo por instinto, observo al chico y siguió escribiendo. Pero después parpadeo y volvió a mirarlo. Louis estaba sentado frente a ella, con un libro y le sonreía.
—¿Mucha tarea? —Le preguntó, ella negó con la cabeza.
—Solo es un trabajo de transformaciones. —Contestó, él no le dejaba de sonreír. Se sentía tonta porque le costaba concentrarse en lo que decía.
—Apuesto que ese trabajo lo tienes que entregar en una o dos semanas… —Dijo con diversión, ella se ruborizó y bajo la mirada sonriendo. Odiaba que él la conociera tanto, pero a la misma vez le gustaba. Suspiró, hasta ella misma se daba cuenta que era una chica complicada.
—¿Y tú en que tarea tienes que hacer? —Apuntó con la cabeza hacia los libros que él tenía, había estirado un pergamino sobre la mesa.
—Pociones. —Comentó e hizo una mueca.
—¿El profesor Slughorn les dio un trabajo escrito? —Preguntó extrañada. El hombre siempre prefería los trabajos prácticos.
—Bueno… No a todos. —Ella lo miro sin comprender—. Solo a ese Boot y a mí.
—¿Por? —Ella estaba sorprendida de escuchar el nombre de Terry junto al de Louis.
—Nos pusieron juntos como compañeros… No concordamos en muchas cosas. —Dijo con voz mordaz, realmente parecía que recordaba mal al chico. Ella no podía imaginárselo, Terry era muy inteligente y un fantástico compañero—. Así que el profesor al ver que no podíamos trabajar y que nos estábamos empezando a pelear simplemente nos dijo que íbamos a hacer un trabajo escrito y eso…
—Oh… —Emma asintió y luego bajo la mirada a su pergamino para seguir con su trabajo. No deseaba distraerlo a él tampoco. Pero el tiempo paso, y ella notaba la mirada de él. Así que levanto la vista y sonrío al comprobar que tenía razón, él no dejaba de mirarla—. ¿Necesitas algo?
—Yo… —Pareció dudar, pero luego más decidido añadió: —. Bueno, me estaba preguntado si estabas muy ocupada con eso.
Ella no respondió, solo inclino la cabeza lado a lado, dando a entender que no tanto.
—¿Podrías ayudarme…? —Él señalo su trabajo—. Hay varias cosas que no logro entender.
Ella se mordió el labio para no reír, era un año menor y eso sonaba como una tonta escusa. O tal vez no, él realmente no entendía y deseaba que lo ayude. Así que Emma asintió con la cabeza, y se levanto de su asiento. Fue a sentarse a su lado, y empezó a leer lo que él tenía que hacer. Louis la miro con una sonrisa que no se despego de sus labios.
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En los vestuarios esperando que empiece el partido se encontraba el equipo de Hufflepuff.
Parecían nerviosos, y Austin estaba intentado calmarlos. Pero uno de ellos solo deseaba que se callara de una vez por todas.
—¡No puedes decirnos también si podemos estar calmados o no! —Le gritó con indignación, el otro chico lo miro sorprendido.
—Solo estoy diciendo que los nervios son traiciones, trato ayudar… —Le contestó. Valeria miro de un chico al otro, los dos tenían el rostro contraído por el enojo.
—¡Bueno, no lo estas logrando!
—¿Cuál es tu problema? —Le gritó Austin, siempre que estaban juntos terminan peleando.
—¡Tú eres mi problema!
—Eso no me interesa, ahora estamos en el campo de juego, compórtate, Trilé. —Dijo, y Samuel se puso rojo de furia. Se abalanzo sobre él pero rápidamente dos personas lo estaban deteniendo.
—A mí también me parece que deberías comportarte. —Le dijo Alexander. Pero Samuel viró los ojos, era obvio de qué lado iba a estar. Al fin y al cabo, Austin y Alexander eran amigos. Alvaró los miraba con indiferencia, aunque una sonrisa divertida cruzaba por su rostro. Luego negó con la cabeza, era tan típico que aquellos dos se pelearan.
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Terry le había dicho que vaya a buscarlo al jardín que estaba en el centro del castillo, que irían juntos a ver el partido de Gryffindor contra Hufflepuff. Pero al llegar, lo encontró muy entretenido hablando con la hermana de Tom, Kaylee. Ellos parecían estar más juntos desde el día de San Valentin, al parecer se la habían pasado bien. Emma los observo, y luego se encogió de hombros. Dio media vuelta y siguió su camino por los pasillos. Alguien pasó su brazo por sus hombros, ella miro sorprendida al castaño. Venía acompañado por sus amigos.
—Ven a ver el partido en nuestra grada. —Le dijo Louis, Zayn y Liam caminaban del costado del chico. Pero un rubio se había instalado del lado de Emma.
—¿Qué? —Preguntó ella confundida, la habían tomado por sorpresa.
—¡Si! Ven con nosotros, nos divertiremos. —Alentó Niall a su lado con una sonrisa, ella sonrío era imposible negarles algo.
—¡Podemos abuchear a los dos equipos, ya que son todos malos jugadores! —Comentó Louis con decisión.
—¡En Gryffindor está tu hermana! —Le gritó ella, y él soltó una carcajada.
—Solo estoy bromeando… Pero no le digas que te he dicho eso. —La miro con una sonrisa cómplice, y ella se mordió el labio. Se recordó a si misma que debía resistirse a él, pero se estaba volviendo algo complicado.
—¡Pero yo si te he escuchado, Louis! —la voz de una chica se escucho detrás de ellos, y se dieron vuelta para encontrarse con una pelirroja que llevaba un gorro de Hufflepuff.
—Oye, Arleen que bien que te queda ese gorro. —Comentó con burla Louis, pero había algo más un tono divertido y de amistad. Ella negó con la cabeza pero le sonrío.
—Estoy mostrando mi espíritu por el Quidditch, o algo así.
—¡Ven a nuestras gradas tu también! —Dijo Niall, que empezó arrastrar a la pelirroja hacia el campo de Quidditch con ellos. Aunque ella se negaba y decía que debería estar con su gente de Hufflepuff. Pero más tarde Emma y ella estaban sentadas juntas riendo mientras apoyaban al equipo de Hufflepuff. Aunque la primera gritaba por los dos, ya que también Sam estaba en Gryffindor. Y cuando gritaba los puntos de los leones, los Slytherin la miraban con mala cara pero ella seguía allí, sola gritando como una loca. Vio a Victoria cerca de ellos, la miraba sonriendo, divertida al verla gritar por los dos equipos. Ella parecía aburrida por el partido, así que solo reía mientras miraba que hacían ellos ahí. Como los chicos abucheaban a Gryffindor, pero cuando alguien casi tira a Sam de su escoba Louis le empezó a gritar cosas a los de Hufflepuff como un poseso y nada que se deba volver a repetir. Fue en el momento que Sam anotó un tanto que Louis, Emma y Victoria, que a pesar de que no le gustaba el Quidditch pero le divirtió ver la cara de enojo de sus compañeros de casa, gritaron con alegría a favor de la leona que les sonreía.
Harry Potter atrapó la Snitch luciéndose como siempre, y el partido dio por terminado.
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Kayla bufó con decepción cuando vio que los leones habían ganado. Ni siquiera le gustaba los tontos de Hufflepuff, pero su odio hacia la casa de Gryffindor era más grande como para desear que pierdan. Aparte el Quidditch era su deporte preferido, esperaba ansiosa el partido contra ellos, planeaba destrozarlos.
Su mirada se dirigió hacia las grades donde distinguió a dos chicos idénticos gritando con entusiasmo, los pelirrojos parecían felices por la victoria de su casa.
Kayla frunció el ceño e hizo una mueca. Realmente no había querido llegar tan lejos, todavía recordaba como antes de las vacaciones de navidad aquellos dos chicos la perseguían gracias a las pociones de amor. Como habían discutido entre ellos, y por un descuido de Kayla que dejo de administrarle la poción. Todo volvió a la normalidad. Para ella, era mucho mejor, dio como fallida su misión y aunque tuvo que escuchar los gritos de su padre, se sentía mejor. No le gustaba juntarse con plaga de Gryffindor, se repetía, para no admitir que tampoco disfrutaba del todo cuando los veía pelearse por ella. Tal vez sería porque era algo que le había encomendado su padre, y ella lo detestaba. La había amenazado, y Kayla no funcionaba de esa forma.
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17 de febrero.
Su clase de herbología había empezado, Emma lazo una carcajada al ver como Victoria miraba las plantas con mala cara, como si no deseara volver acercarse a ellas jamás en su vida.
Su risa se fundió en el aire cuando escucho que alguien le hablaba a su lado, dio media vuelta, la pelirroja había tocado su hombro para llamar su atención.
—Eh… Hola. —Emma le sonrío, tratando de recordar su nombre—. Quería saber si bueno, ¿Después de lo del bosque mis compañeros de casa te han dejado de molestar?
Al recordar ese momento, la castaña logró recordar su nombre y asintió con la cabeza.
—Por ahora, gracias por preocuparte y por ayudarme, Lucy. —Le dijo y esta vez la otra chica fue la que sonrío.
—No te preocupes, se lo horrible que es que ellos te molesten… —Lucy bajo la mirada, y Emma frunció el ceño.
—Bueno, pero no dejes que te molesten a ti. —La chica hizo una mueca pero luego asintió y le sonrío, para después seguir trabajando junto a otra pelirroja. Emma alzo las cejas divertida al verlas, podrían formar parte de la familia Weasley si quisieran.
Volteo la vista para encontrarse con la mirada interrogante de Victoria.
—¿Lo del bosque? —Preguntó y solo en ese momento recordó que no le había dicho nada a sus hermanos.
—Oh, sí bueno... Luego te cuento. —La pelinegra iba a decir algo, pero Emma la interrumpió—. ¿Y Zayn?
—¿Qué tiene que ver él? —Preguntó con el ceño fruncido, pero sus mejillas se pusieron rojas. Emma se encogió de hombros.
—Beth me ha dicho que los vio abrazados viendo los fuegos artificiales… —Se le escapo una sonrisa picara mientras lo decía, le hubiese gustado estar allí para ver lo feliz que estaría su hermana en ese momento y también para luego poder burlarse de ellos dos.
—Oh… —Emma la miro casi indignada al escucharla decir solo eso.
—¿Oh? ¿Es todo lo que vas a decir? ¡Pensé que me contarías anécdotas llenas de romance y etcétera! —Bromeó con exageración, y a su lado Victoria viró los ojos.
—Pensé que no eras el tipo de chica chismosa, Emma. —La castaña hizo una señal con la mano como restándole importancia y luego se encogió de hombros.
—Deberías pasar más tiempo con él, sabes. —Comentó y la pelinegra la miro sorprendida.
—¿Más tiempo? ¿Por qué el querría pasar más tiempo conmigo? Seguramente le gustaría pasar tiempo con Alice… —Emma viró los ojos y resopló.
—Estamos mal, hermanita. —Luego sonrío, y bajo la voz para que no escuchen el nombre del chico—. De todas formas, yo creo que a Zayn le gustaría pasar tiempo contigo. Y solo sé tú misma, Vicky. Creo que es por eso que él te mira de esa forma últimamente.
—¿De qué forma? —Emma sonrió.
—De la misma forma que tú lo miras a él. —Luego se encogió de hombros y se señalo sus propios ojos—. Créeme, lo sé, estos ojos son muy atentos.
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—¿Y cómo ha ido tu día de San Valentín? —Le preguntó Austin con una sonrisa. Bradon se encogió de hombros, aunque parecía desbordar felicidad.
—La he pasado junto a Vicky… —El castaño a su lado levanto las cejas con una sonrisa picara.
—¿Has pasado San Valentin con el amor de tu vida desde que tienes doce años? —Brandon se puso rojo como un tomate al escuchar aquello, pero asintió con la cabeza—. ¿Y qué han hecho?
—Pasamos el tiempo… —Hizo una mueca—. Quiero decir, no estuve todo el día con ella, pero…
—¿Pero qué? No me digas que la has dejado ir otra vez…
—No la puedo obligar a que este junto a mi todo el día, Austin. —Bajo la mirada al suelo, vio como el mismos jugaba con sus pies—. Aparte se aburriría de mí.
—No lo creas, amigo. Yo paso una gran parte de mi tiempo contigo y no me aburro. —Bradon lo miro con una sonrisa, siempre había sido inseguro, pero Austin lograba subir su autoestima aunque sea un poco. Le gustaba saber que al menos alguien no se aburría hablando con él—. ¿Creíste que si? Vamos, llevamos hablando tantos años, si me aburrieras, ya te hubiese dicho que te largaras.
—No lo harías… Tú no eres así. —Afirmó mientras negaba con la cabeza, conocía a su amigo de eso estaba seguro.
—¿Crees que no puedo ser un chico malo? Eh, claro que sí. —Bromeó mientras ponía una voz exageradamente ruda.
—Solo lo aparentas y dejas que la gente piense eso, pero los que te conocen saben que no lo eres.
—La gente puede pensar lo que quiera. —Dijo mientras se encogía de hombros—.Ya sabes, Bran. Nunca me importó nada de lo que decían los demás.
Brandon asintió con la cabeza, también sabía eso. Tal vez era por eso que eran amigos, luego lo miro y cambio de tema.
—¿Y tú como has pasado San Valentín? —Le preguntó y Austin hizo una sonrisa torcida mientras recordaba.
—Estuvo bastante bien… Me he encontrado con Ameliée ¿te acuerdas de ella? —Bradon asintió con la cabeza, era la chica que los había defendido el otro día—. Le he regalado una pulsera agradeciéndole por ayudarnos con aquellas serpientes.
—Me parece bien, es una chica agradable. —Dijo Bran que para él, cualquiera con buen corazón era agradable—. ¿Viste? Teníamos razón desde un principio, Austin. No todos los Slytherin son malas personas.
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Fueron llamados al gran comedor, otra vez. La gente se miraba entre sí, buscándose uno al otro. Ser llamados todos a ese lugar ya era un presagio de malas noticias. La gente se alzaba en puntas de pie para poder encontrar a otra persona, que pudiera estar demasiado lejos de su vista. Algunos suspiraron agotados, otros parecían nerviosos y hasta temerosos.
Miraban atentos, el rostro consternado de la Directora Minerva McGonagall. A su lado, el profesor Flitwick parecía nervioso y tenía su varita en mano.
—Quiero informarles alumnos. Que se han puesto nuevas protecciones alrededor de Hogwarts. Protecciones mágicas muy poderosas. Ya no solo contamos con la ayuda de los aurores y… Dementores para cuidar de nuestro colegio. Tengo que anunciarles, que ya no se podrá salir del castillo. —Un murmullo de queja generalizado se alzo entre la multitud—. Nadie puede llegar más lejos del invernadero, y solo para asistir a clases. Quedan prohibidas las visitas a Hagrid, ya que los dementores están mucho más… cerca. Estas precauciones he de tomarlas, porque no puedo permitir que no otro alumno desaparezca. Si, el causante de este atroz hecho está entre nosotros… Entonces lo encontraremos. Pero hasta ahora queda determinante mente prohibido salir del colegio. Y muy a mi pesar, queridos alumnos, tengo que anunciarles que ha habido otra desaparición. Y esta se trata de Louis Tomlinson.
Tal vez era porque Louis tenía muchos más amigos que Ethan, pero en ese momento se escucho un grito ahogado proveniente de muchos lados de aquella habitación. Una castaña observo el lugar con determinación, con el pecho oprimido por la desesperación, encontró los ojos de Sam cerca de Flitiwick. Si la hubiese visto antes, habría sido fácil darse cuenta que a ella ya se le había informado sobre la desaparición de su hermano. Emma cerro los puños con fuerza, en su cabeza solo podía pensar que aquella había sido una mala movida de parte de los cazadores, ahora ella misma se encargaría de intercambiar papeles. Estaban jugando sucio, y ella también sabía cómo jugar aquel juego.
Emma cruzaba los pasillos con furia. Ellos se habían llevado a Louis, y no solo para molestarla a ella. Sino que lograban hacer más débil a Sam, ya que no paraban de meterse con su amiga, que para ella era como una hermana pequeña.
Y para agregarle cosas peores, no podía salir de aquel castillo. Con lo mucho que amaba pasar tiempo en los jardines, suspiró mientras dirigió con rapidez al pasar, su vista hacia una ventana.
Tal vez era lo mejor, porque allí afuera se encontraban los dementores. Pero no podía encontrar una forma para salir de allí e ir a buscar a Louis.
Tan concentrada iba pensando en aquello, que no se dio cuenta que otra persona venía enfrente tan distraído como ella. Colisionaron en el centro y cayeron al piso, Emma vio una luz fuerte en las paredes y olio el olor a quemado. Observo como las velas que colgaban allí se prendieron fuego como si ella misma lo hubiese planeado, pero no fue así. Se imagino que por su furia, el fuego había salido disparado al sentir su energía. Miro a la persona con la que había chocado y suspiró con resignación, ni acabando con la tarea de reintegración había logrado sacárselo de encima.
—Lo siento, Potter. —Le dijo mientras intentaba levantarse, él la ayudo también.
—No, perdóname tú a mí, Emma. Iba distraído. —Ella viró los ojos y asintió con la cabeza—. Pero… justo te estaba buscando.
Bueno, era un día lleno de sorpresa. Lo miro confundida, preguntándose para qué cosa la buscaría él.
—¿Has oído del ED? —“Oh, no. Lo único que me faltaba” Pensó. Y escuchó a Rose en su cabeza reír, sabía que ella creía que sería una buena idea.
—Si… —Dijo, no podía negar su existencia. Y prefería que él no se pusiera a contarle de que se trataba, ya que cuanto menos tiempo pasara junto a él, mejor para ella.
—Entonces… ¿Quieres unirte? —Lo miro con sorpresa, aun a pesar de que sentía de que aquello era lo que le iba a decir—. Sé que tú y Louis… Bueno, son amigos. Y estoy segura que estas desapariciones te parecen tan extrañas como a nosotros, por lo cual creí que tal vez…
—Oh. —Solo pudo decir eso mientras lo observaba. Él hizo una mueca que daba entender que estaba incomodo al decirle todo aquello, pero era Harry Potter, firme en sus convicciones y salvar el mundo.
—Debemos estar preparados para lo que sea que los mortifagos están tramando… —Él siguió hablando, pero Emma lo escucho a medias. Estaba concentrada pensando, tal vez no era una mala idea después de todo. Debía entrenarse si quería vencer a los cazadores, con su poder no iba a ser suficiente. Pensó en Beth y Sam, que ya estaban en el ED. Se preguntó si Eliox se uniría, pero la cosa más imposible sería convencer a Victoria. De todas formas miro a Harry con una sonrisa.
—Está bien, me uno. —Se dio cuenta de cómo había cambiado desde que había comenzado el año, anteriormente ella se había negado y casi escapado por no entrar al ED. Y ahora estaba allí, aceptando la oferta.
18 de febrero.
—Me alegro de que te hayas unido al ED, Emma. —Le dijo Beth mientras las dos estaban sentadas en el piso de su habitación. La ventana estaba abierta y el aire entraba haciendo que sus cabellos choquen contra sus rostros.
—Creo que necesitamos entrenar si queremos ganarles a los cazadores. —Dijo mientras se encogía de hombros. Aparentaba no estar preocupada, pero Beth podía verlo. Ella extrañaba y necesitaba ver a Louis.
—He leído que el fuego y el aire se complementan muy bien, ¿Por qué no intentamos juntarlos? —Le preguntó para hacer que Emma pensara en otra cosa, funcionó porque la miro intrigada.
—¿Cómo lo haremos? —Beth se encogió de hombros y le sonrió. Miro hacia la ventana e hizo que el viento se haga más fuerte y las rodeara como un torbellino—. Vas a destruir toda la habitación.
—Lo estoy controlando, no hará nada. Me has dicho que puedes crear fuego ¿no? —Emma asintió con la cabeza, se lo había contando hace unos minutos—. Entonces hazlo, has que el torbellino se prenda fuego.
—¿Te has vuelto loca? —Preguntó casi gritando, su sorpresa se asomaba por sus ojos—. ¿Qué pasa si sin querer te prendo fuego a ti?
Beth frunció el ceño como si estuviera pensando, y agarro las manos de Emma.
—Probemos algo… Si vez que el fuego se acerca a mi, intenta protegerme como te proteges a ti. —Le preguntó mentalmente a Rose si podía lograr aquello. “Realmente no lo sé… Pero si es verdad, me gustaría haberlo sabido antes” una imagine de un Louis de mayor edad y quemado de pies a cabeza apareció en su mente. Ella cerró los ojos con tristeza de verlo así, al saber que ese había sido su fin en otra vida. “Lo siento, no fue mi intención mostrarte aquello” —. ¿Estás hablando con Rose?
—Si, no sabe si puedo logarlo. Pero lo intentaré. —Emma cerró los ojos y se concentro en el aire, el ambiente se lleno de calor pero este no llego a Beth. Eso lo había aprendido, pero que no se queme era una cosa totalmente diferente. Intento prender fuego el aire, el torbellino que las rodeaba. Si alguien entraba en la habitación, se asustaría seguramente. De repente, con sus ojos cerrados, vio algo llamear detrás de sus parpados.
—Emma…—La llamo Beth con la voz entrecortada, la ojiazul abrió los ojos preocupada de haberla lastimado pero pronto entendió el porqué de su tono de voz. Fascinada observo el efecto del aire y el fuego colisionando. Era fuerte y poderoso, era maravilloso. Y lo manejaban ellas, porque iban a su antojo y no destruyeron la habitación. Emma nunca supo si pudo proteger a Beth del fuego, porque jamás la quemo, las dos podían manejar su poder con una técnica perfecta.
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—¡Deja de gritar! —Le pedí con desesperación. Odiaba cuando él se ponía así de nervioso. Parecía tan triste, que me partía el corazón. Pero ya no era lo mismo, cuando lo miraba a los ojos, sabía que no era a él a quien amaba—. Le amo, Theodoro. ¡Entiéndalo!
—No tiene sentido… Tú y yo… —Empezó él, pero yo negué con la cabeza, no quería escucharlo.
—Nada de tú ni yo. Ya he elegido, Theo. —Me miro con impotencia, pero él tenía que entenderlo. Theo debería dejar de hacerse falsas ilusiones. Si bien, yo admitía que había estado confundida con él, había sentido lo que era el amor. Y el amor era lo que yo sentía por Neville.
—¿Pero no te importa estar rompiéndome el corazón? —Baje la mirada, claro que me importaba. Yo lo quería, no de la misma forma que como a mi novio. Pero de todas formas seguía siendo alguien en mi vida, y no deseaba lastimarlo. Pero era tan terco, no deseaba escuchar la verdad.
—Me habías dicho que no me odiarías si lo elegía a él. —Levante la vista y vi como aplanaba los labios con frustración.
—Nunca pensé que eso realmente pasaría. —Me sorprendí al escucharlo admitir aquello. Lo mire con pena y eso pareció enfurecerlo más—. ¡Eres una egoísta! No deberías haber estado jugando con los dos.
—¡No era eso lo que yo quería! Yo… —Me calle al ver como Emma cruzaba el pasillo hacia su próxima clase. Nos miro atentamente y frunció el ceño. Suspiré y sabiendo que ella se metería si sabía que estábamos peleando empecé a caminar hacia otro lado, alejándome de los dos hermanos. Allí estaba otra de las razones por la cual había elegido a Neville sobre Theo, jamás podría elegir a un chico que me haga llorar así.
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—¿Sucedió algo malo? —Preguntó Emma observando a su hermano, pero este no contestó y ser marcho con pasos furiosos—. Bueno… ¡Gracias por dejarme hablando sola!
Gritó mientras veía a su hermano alejarse, viró los ojos y dio media vuelta para seguir su camino hacia clases de adivinación. Pero se choco con una persona que logro que sus libros caigan al suelo. Paralizada observo como la rubia se agachaba y le entregaba sus libros.
—Fíjate por dónde vas, la próxima vez. —Le dijo arrastrando las palabras, Emma ahogo las palabras que le diría a otra persona que le dijera aquello. Lucretia alzo las cejas, pero sus ojos parecían vacios. No estaban llenos de curiosidad o burla.
—Gracias… —Contestó y después frunció el ceño al pensar que le había agradecido por que la tratara de aquella forma. La rubia se encogió de hombros y se marcho de allí. Emma pensó que debía dejar de comportarse como una tonta cuando viera, a la que al parecer, era su prima.
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Kayla acaricio a Firess detrás de la oreja y este ronroneo, su gato con rostro inteligente se agazapo a su lado como si supiera que el ambiente estaba tenso. Observo como Emma miraba por la ventana y suspiraba.
—Estoy impresionada de que no estés llorando… —Comentó con tono burlón. La castaña se dio media vuelta y la miro con mala cara.
—Pensé que me habías dicho que debía dejar de llorar. —le dijo recordando su charla de hace unos días.
—Nunca pensé que te lo tomarías tan literalmente… —La rubia la miraba con los ojos entrecerrados, quería saber que era lo que escondía su amiga—. ¿Por qué los mortifagos secuestraron al chico que te gusta, Emma?
La ojiazul se quedo quieta como si algún animal la estuviera asechando, paralizada en el lugar clavando las uñas en el marco de la ventana. Parpadeó sin saber cómo contestar esa pregunta.
—¿Por qué cada desaparición o muerte termina en ti y tus amigos? ¿Por qué los mortifagos a los cuales controlas tú los herirían, eh? Dime la verdad, Emma. —La castaña agacho la cabeza sin saber cómo contestar, no podía decirle y tampoco mentirle. Kayla no era ninguna tonta, no se creería así como así cualquier mentira.
—Lo siento, Kay… —Dijo con un suspiro—. Esto es algo que no te puedo contar.
Hubo un silencio en la habitación, en la cual ninguna de las dos dijo nada más. Pensó que sería así por mucho tiempo más, pero Kayla volvió a hablar.
—Pensé que éramos amigas, Emma. —Había un tono herido en su voz, uno que jamás había escuchado en su amiga—. Que confiabas en mí.
Emma no dijo nada, y tampoco hizo nada más que soltar un gran suspiro lleno de tristeza. Dejando escapar no solo el dolor que le causaba saber que había lastimado los sentimientos de su amiga, sino que también pensar que estarían haciendo los cazadores con Louis. Los mataría, los asesinaría si ellos hacían lo mismo con él. Necesitaba buscarlo e ir a verlo, pero parecía algo tan imposible…
—¡Lo han encontrado! —Gritó Beth cuando entro en la habitación unas horas más tarde, justo cuando ya todos deberían estar durmiendo.
—¿Dónde has estado? —Preguntó Emma confundida.
—¿Qué han encontrado, Beth? —La voz soñolienta de Luna se alzo desde un rincón de la habitación.
—¡He estado hablando con Sam! —Entonces corrió hacía la cama de Emma y se tiro allí—. Lo ha encontrado Emma, en hogsmeade, a Louis.
Por un momento ella sintió que su corazón se detuvo, para luego acelerar con fuerza. Él estaba allí, lo habían encontrado y al parecer, por la alegría de Beth, estaba vivo. Jamás se sintió tan feliz en su vida, salió de cama casi saltando.
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“Esta herido, otra vez” dijo Rose en su cabeza con pena. Emma apretó los labios mientras lo miraba, está en pijamas y despeinada. Pero necesitaba ver que él estaba vivo, más no paso por su cabeza la opción de que este lastimado. De todas formas, Madam Pomfrey les había asegurado que estaba bien, y mucho mejor del estado en el que había vuelto Ethan. Al parecer los cazadores lo habían abandonado tirado en Hogsmeade, se preguntó si era porque no pudieron ingresar gracias a las protecciones o solo una técnica de distracción.
Ella se acerco a él, Sam le había permitido pasar justo después de ella. Pomfrey los dejo solos, aun sabiendo que debería estar durmiendo. McGonagall le había permitido estar allí, cinco minutos. Le bastaba y le sobraba para curar cualquier cosa que los cazadores pudieran haber lastimado.
“¿Has pensado alguna vez, Emma que tú destino no está con él?” se sobresaltó al escuchar a rose decir eso, no entendía que quería decir. “Míralo, siempre que se ha cruzado en nuestras vidas ha terminado de esta forma o peor. Es nuestra culpa” Emma no lo veía así, estaba segura que los cazadores se hubiesen vengando con él por ser hermano de Sam. “Tal vez, él estaría mejor sin nosotras”
Emma negó con la cabeza, y trago saliva. Era la primera vez que escuchaba a Rose decir algo como eso, renunciar a lo que más amaba. Suspiró, no podía abandonar a Louis. Siempre le habían dicho que era una persona fuerte, pero cuando se trataba del amor, ella era la más débil.
19 de febrero.
Theodoro tiro el libro contra la pared con furia. Daphne lo observo mientras entraba a la sala común y alzo una ceja.
—Déjame adivinar, ¿el gran amor de tu vida te ha roto el corazón? —Preguntó mientras se sentaba a su lado en el sillón, Theo viró los ojos y siguió observando la pared—. ¿Así que está muy interesante la pared?
—No quiero hablar contigo, Greengrass. —Le dijo con tono frío, ella se encogió de hombros.
—Nunca dije que era una opción que podrías elegir. —Luego sonrió—. Puedo hablar todo lo que yo quiera.
—Entonces habla sola. —Dijo mientras se levantaba enojado, ella resopló y agarro su brazo para tirar de él. Intento sentarlo a la fuerza pero no lo logró. Más el resultado fue que el tirara de ella y cayera al suelo. Theodoro no lo pudo evitar, pero se le escapo una sonrisa cuando la vio quejarse.
—A ver si aprendes a no molestar. —Ella sentó en el piso con las piernas y brazos cruzados, hizo un puchero con sus labios—. Ni te atrevas a hacerte la enojada conmigo.
Giró el rostro evitando la mirada de él, estaba intentado no reírse para que Theo no se dé cuenta que era una broma. Y no lo hizo porque con un suspiro se acerco a la rubia y le tendió una mano que ella tomo con una sonrisa de satisfacción.
—Lo siento, no fue mi intención tirarte al suelo. —Dijo con exasperación y la sonrisa de ella se ensanchó más.
—Lo sé, me gusta eso de que te disculpes. —Se volvió a sentar en el sillón y les dio unas palmaditas a su lado para invitar a que él se sentara—. Ahora ven, te hablaré de corazones rotos.
—Daphne… —Le advirtió él, ella puso los ojos en blanco.
—Oh, está bien. ¡Pero es egoísta de tu parte no querer contarme nada! —Le gritó mientras lo vio alejarse, escucho como él se carcajeaba.
—¡Eres una chismosa, pequeña! —Él se dio vuelta justo cuando ella le sacaba la lengua con un gesto infantil, no pudo evitar reír otra vez.
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Emma volvió a reír mientras negaba con la cabeza por el chiste de Louis, sabía que él bromeaba sobre todo lo que paso para que ella no se sintiera mal. Él estaba allí parado, en el pasillo. Intacto, tal vez había sido que ella lo sano, o tal vez Madam Pomfrey, pero Louis estaba mucho mejor.
—Al parecer me he sanado mágicamente… —Comentó él con un sonrisa cómplice, ella se mordió el labio.
—Suena lógico. —Dijo al saber que todo su mundo estaba gobernado por la magia. Él torció la cabeza y la miro de costado.
—Sabes, ayer tuve un sueño muy raro… Tú estabas allí, y estabas en pijama y me curabas… —Emma se sorprendió y se ruborizo al darse cuenta que él había estado despierto la otra noche.
—Louis… —Él escucho su susurro, y se acerco más a ella.
—¿Si? —La voz de él era dulce, con ese tono cariñoso que no debería tener porque él había sido egoísta con ella, y se suponía que ella no debería caer en sus redes otra vez.
—¿De verdad te gusta Daphne? —Las palabras se escaparon de su boca, casi con un tono de dolor. Él se echo atrás como si lo hubiese golpeado, ella levanto la mirada para encontrarse con los ojos llenos de sorpresa de él.
—Yo…
—Dime la verdad, por favor. —Le pidió, él suspiró y esquivo su mirada.
—Si… —Solo tuvo que decir eso y ella retuvo el aire, no podía permitir que su corazón se rompiera una y mil veces. Asintió con la cabeza, como si le dijera que entendía, algo que realmente no era así—. ¿A ti te gusta ese chico, Boot?
Ella lo miro confundida de que le preguntara aquello y de escuchar el tono de celos en su voz. Negó con la cabeza al ver que Louis siempre hacía lo mismo, al parecer no la quería pero tampoco deseaba que este con nadie más.
—Es solo mi amigo. —Le respondió con naturalidad, y era porque realmente ella lo creía así. Si bien, sentía una punzada cada vez que ella veía como él de a poco se alejaba y pasaba más tiempo con Kaylee, no era porque le gustara sino porque se había acostumbrado a su presencia y ahora brillaba por su ausencia.
—No lo parece. —Ella alzo una ceja y suspiro con exasperación.
—¿Siempre vas a hacer lo mismo, Louis? —él frunció el ceño al escucharla—. Mira, yo no seré la segunda opción de nadie, y si te gusta Daphne, deberías estar con ella. Y dejar esos celos sin sentido.
—¿Celos? Yo no estoy…
—¡No! Basta, no arruines todo con tus mentiras. —Ella agarro su cabeza entre sus manos, le daba dolor de cabeza discutir con él—. ¡Por una vez en tu vida admite algo! ¡Por qué yo he admitido todo Louis! Te he dicho que te quería, te he besado y que si lo hubiese sabido, en ese tiempo, te hubiese pedido para ser mi novio. Pero yo no puedo estar con alguien que niega todo lo que siente, crece y decídete de una vez. Porque un día parece que me quieres y al otro no, y no puedes jugar con mis sentimientos como se te antoje. Y no puedo creer, no puedo creer que a pesar de todo eso yo te ame.
Ella se detuvo en seco y observo a Louis que la miraba con la boca abierta, los dos estaban sorprendidos de que ella lo hubiese admitido de una vez por todas. Lo hizo, ella le había dicho que lo amaba. Dio un paso atrás mientras se daba vuelta y se abrazaba a si misma, como si intentará formar una coraza y proteger su corazón de él. Suspiró y cerro los ojos, no debería haberle dicho eso, solo la hacía sentir más vulnerable.
Escuchó los pasos de Louis acercase a ella, y la abrazo desde atrás, apoyando su pecho en su espalda con dulzura.
—Oh, bueno eso esta bien... —Él parecía nervioso, pero a la vez algo como la ternura invadía su voz. Tomo aire con fuerza como si quisiera alentarse a decir algo—. Porque creo que yo también te amo, Emma.
Pensó que por un instante su corazón se había detenido, una sensación de felicidad subió dentro de su cuerpo. Y suspiró sonriendo.
—Al fin. —Dijo dándose vuelta para abrazarlo también. No estaba dispuesta a arruinar aquel momento, cuando siempre parecían arruinarse todos por culpa de uno de los dos. Solo se iba a dejar llevar por lo que su corazón sentía, no su mente. Aunque la verdad era que en ese momento las dos partes estaban de acuerdo, ella solo quería besarle, y así iba a hacer, pero él se le adelanto y la besó.
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