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GIVE LOVE A TRY | Larry Stylinson
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
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GIVE LOVE A TRY | Larry Stylinson
por milicats Vie 01 Feb 2013, 12:21 am
GIVE LOVE A TRY
Nombre: Give Love a Try Autor: MiliCats Adaptación: Si (?) Este OS lo adapte de otro mio que lo escribí hace años para otra banda, solo cambien nombres en realidad. Género: Romance. Advertencias: Contenido homosexual. Otras páginas: No*** *** ***
Dentro de poco llegará la media noche y con ella el ritual de todos los días. Lo he observado por mi ventana cada noche desde que ella murió, hace más de un año.
Y como ya es costumbre, bajo por mi ventana y cruzo la calle que nos separa. No me ve, aunque ya sabe que mis pasos se aproximan a él. Escalo el árbol que esta junto a su ventana y es como logro llegar a su lado. Con su vista aun puesta en el cielo, en las estrellas, se que me siente llegar hasta a él.
Me siento a su lado, sobre el tejado; no digo nada, aun no es tiempo. Lo miro contemplar las estrellas, como si no hubiera cosa más maravillosa que ellas.
- Y no lo hay, Lou – sonrío ante su comentario. No es que lea mi mente, es que simplemente me conoce tan bien que no hay necesidad de decirle lo que pienso, porque él ya lo sabe. – ellas son lo único que el hombre no podrá alterar, ellas son lo único que jamás podré alcanzar.
- Me alegra que estemos progresando, Haz. – le digo, alzando mi mirada al cielo, admirándolo tal y como él lo hace.
- Si, me he dado cuenta de muchas cosas durante este tiempo – suspiró – y me has metido tanta filosofía en la cabeza que no me a quedado mas remedio que entender por las malas – reímos y no me cuesta nada perderme en su rostro, maravillándome, porque en realidad si existe algo mas hermoso que las estrellas: Él.
- De alguna forma debía hacerte entender – le digo, bromeando. Me quedo en silencio unos segundos, pensando, porque mi cabeza tiene dudas para las cuales deseo obtener respuesta, pero aun teniendo cuidado de no olvidar la sutileza - ¿No crees que ya ha pasado suficiente tiempo como para olvidar? – le miro, expectante por su respuesta.
- Si, ya ha pasado tiempo, pero es muy difícil olvidar, Louis. – responde, aun sin dejar de mirar el cielo - Sólo el que ha vivido una pena tan grande sabe lo que se siente el intentar olvidar y que tus esfuerzos sean en vano - murmura, más para el viento que como respuesta a mi pregunta - porque entre mas te esfuerzas pareciera que el recuerdo se hace más nítido e imposible de alejar – voltea su mirada hacia mi y por fin veo el verde esmeralda de sus ojos.
- Lo siento – con cuidado acerco una de mis manos para acariciar una de las suyas, que están posadas sobre el tejado, en señal de apoyo - es sólo que me duele verte de esta manera, intento ayudarte y me doy cuenta que de nada sirve. Y, sinceramente, ya no sé cómo hacerlo. – susurro, dándole una mirada afligida.
- ¡Hey, no, no digas eso! – toma mi mano entera, como si fuera lo más normal del mundo, dándome un ligero apretón - porque me has ayudado y mucho. Tal vez yo no te lo he sabido agradecer, pero me has ayudado más de lo que te imaginas. No se que hubiese hecho si tu no hubieras estado a mi lado. Tal vez y ya no seguiría viviendo. – termino en un susurro, dejando completamente perplejo.
He de confesar que me impactaron demasiado sus palabras. ¿Tanto así le había ayudado? Yo, un ser tan insignificante, había ayudado a otra persona, una muy importante en mi vida he de decir, a mantenerse en pie… con vida. En ese momento me sentí realmente importante para él. Pero tiene razón, no se lo que siente, no se cuan grande es su dolor. Pero me agrada el saber que he sido parte fundamental en su proceso de alivio.
Hazza, si supieras cuanto desearía poder quitar todo ese dolor de tus dulces ojos. No me importaría el llevar acuestas tu dolor con tal de verte sonreír de nuevo, con tal de ver esa luz que emanaban tus ojos llenos de alegría e ilusión, antes que sufrieras tan terrible perdida.
La amabas, de eso jamás he tenido duda, era una de las personas más importantes en tu vida, tu mejor amiga. Todo lo que hoy sabes lo aprendiste junto a ella.
Sólo quiero que por fin encuentres un poco de paz, que entiendas que aunque ella no este tienes todos esos buenos momentos que compartieron. Quiero que tus ojos vuelvan a brillar, que te vuelvas a ilusionar… que te puedas enamorar.
Quiero tantas cosas y en todas me incluyo a mí. Quiero que donde sea que estés yo pueda seguirte, como sea que hagas las cosas yo pueda apoyarte, cuando tengas necesidad yo pueda abrazarte. Ya no esta ella, pero aquí estoy yo, quiero ser yo siempre, quiero que me veas a mi, quiero que me sientas a mi.
Me siento tan desesperado, porque te ahogas en tu propio sufrimiento y no me dejas espacio para ayudarte de la manera en la que lo deseo. Así que lo último que quiero es que desde hoy haya un cambio, hoy que es un día especial para ti, te ayudare a marcar un nuevo comienzo.
Miro mi reloj y marcan las 12:10 am.
- Feliz cumple, Harry – susurro, dejando que las palabras lleguen hasta tus oídos, tranquilas.
- ¿Cómo? – volteas, sin entender del todo lo que he dicho, y sonrío. Sonrío porque eres tan despistado.
- ¿En qué mundo vives, Harry? Hoy es tu cumpleaños.
Mira la fecha en su celular, corroborando que lo que digo es verdad, mirándome con asombro.
- Es verdad – me dice, aun sorprendido - desde hace mucho que no se en que día vivo – me sonríe, intentando ocultar, en vano, su nostalgia – hace un año que ella no esta.
Instantáneamente, después de sus palabras, su mirada decae, dejando que un halo de tristeza nos envuelva otra ves.
- No, ella no esta. – le digo, mirándolo con insistencia, aunque su mirada la tenga puesta en sus pies - Pero aun tienes a tu familia, a tus padres, a tu hermana, a tus amigos. Me tienes a mí, no será mucho, pero aquí estoy… siempre. – termino en un murmullo.
Y le sonrío, consiguiendo que de nuevo su mirada se dirija hacia mí, con tanta intensidad que hasta siento como desnuda mi alma. No se lo que ocurre ni en que momento sucede, pero su tacto contra mi mejilla me estremece. Su mano me acaricia con ternura y lentitud, como si quisiera grabarse la textura de mi piel en su mano.
Por mero placer mis parpados caen, deleitándome con tan avasalladora caricia. Sintiendo su pulgar delinear desde mi mejilla hasta mi mentón. Él tal vez jamás alcance las estrellas, pero juro que con esa simple muestra de cariño me lleva en un viaje sin regreso, al mar de mis ilusiones. Porque esto lo siento como si quisiera decirme lo que tanto anhelo, pero sé que sólo es eso, un sentimiento, sólo una ilusión, para mi desgracia.
- Ya sé que es lo que quiero de regalo, Lou – susurra inesperadamente, cambiándome por completo el tema, lo que me hace abrir mis ojos, pero aun sintiendo su dulce caricia en mi mejilla – Porque sé que aun no lo tienes preparado, Boo – me mira cómplice y con una sonrisa burlona bailando en sus labios. Mis mejillas se tornan rojas, anunciando que él lleva toda la razón.
- Tenia pensado comprarlo hoy mismo – susurro, apenado, porque en realidad aun no tenía ni idea que podría regalarle.
- Pues no te molestes en gastar tu dinero ni tu tiempo buscando uno – se aleja repentinamente, dejando un frio a mí alrededor por su lejanía – como te digo, ya sé que es lo que quiero y quiero que venga de ti.
- ¿A, si? – le miro intrigado - ¿Y que es lo que desea el señorito? – bromeo y logro sacarle otra sonrisa.
Con ella en su rostro se acerca de nuevo y más a mi cuerpo, posa sus ojos directo en los míos, escudriñando mi mirada y mis reacciones. Yo sólo me siento como gelatina, porque jamás en la vida me había mirado de aquella forma, como queriendo sacarme la vida por los ojos.
Increíblemente le mantengo la mirada, aun cuan |do siento que el techo de bajo nuestro se desplomara en cualquier segundo, porque me siento mas pesado que un luchador de sumo.
No sé que ocurre, juro que no se. Sólo sé que él está a escasos 5 centímetros de mí, con su aliento chocando justo contra mi boca, y con su mirada insistente y deseosa entre mis labios y mis ojos. Seguro estoy soñando, si, no puede haber otra explicación. Porque sólo en mis sueños se rompe la distancia entre nosotros de este modo.
Sin premeditarlo, siento su pulgar delineando mis labios, acariciándolos con ternura. Se pasea tan tranquilo, como si estuviera en su casa. Y a mi no me importa, que haga de mi lo que se le venga en gana, a fin de cuentas que siempre me he considerado suyo, es sólo que él jamás ha hecho posesión de mi, de lo que le pertenece.
- Un beso – murmura, aun acariciándome. Y yo como un tonto, sin entender lo que pasa, sólo logro responderle con un quedo gemido que nace de mi garganta. Sonríe, porque sabe que aun no he caído en cuenta de lo que ahí sucede - Lo único que quiero, mi querido Boo Bear, es un beso – Y como si fuera posible se acerca un poco más, chocando su nariz con la mía, impacientándome, porque la distancia es poca y la desesperación mucha – Bésame – susurra, esta vez sobre mis labios.
Y algo hace clic en mi cerebro, haciéndome dar cuenta de lo que me esta pidiendo, lo que tanto he deseado desde hace mucho, mucho tiempo.
No lo hago esperar, capturo sus labios con los míos, en un tímido contacto, pero con la desesperación necesaria por la anticipación del contacto. Aun sin saber si lo que hago es la realidad o un simple sueño. Pero cuando siento a sus labios entreabrirse un poco, invitándome a pasar, sé que esto no puede ser sólo un sueño. En mis sueños jamás llego a esto, siempre despierto un segundo antes de hacer contacto con sus labios, y esta vez el contacto ya estaba hecho, así que no, esto no puede ser otra cosa más que la realidad, mi realidad.
Tomo con fuerza sus labios, acariciándolos con pericia, grabándome su textura, su sabor, su esencia. Sintiendo como toma mi labio inferior entre los suyos y se adueña completamente de mi. Me apresuro a enredar mis dedos en su cabello, acariciándolo, sintiendo la suave textura de sus rizos, mientras siento como él me toma de mi cintura, aproximándome mucho más a su cuerpo, acariciando suavemente mis costados. Tan unidos uno del otro, que hasta siento el fuerte palpitar de ambos corazones.
Me siento en las nubes, lo que jamás pensé que sucedería, esta pasando. Y mas correspondido no me puedo sentir. Nos separamos lentamente, sintiendo aun su exquisito sabor en mi boca.
- Feliz cumpleaños, Hazza… otra vez – le repito, en un susurro por la cercanía y con la mayor sonrisa de satisfacción que pueda existir. Y él me sonríe de vuelta, apretando su amarre en mi cintura.
- Presiento que este será el mejor día de toda mi vida. - le sonrío, feliz por su comentario.
- Este y prometo que todos los que vengan. – me declaro en una implícita confesión.
Y me acerco de nuevo, para darle por segunda vez de mi regalo, o tal ves terminen siendo 3 o 4, o 5. Por mi que sean de aquí al infinito, todo por jamás soltar sus labios de nuevo. Los que sean sólo por intentar darle un poco de mi amor.
Y como ya es costumbre, bajo por mi ventana y cruzo la calle que nos separa. No me ve, aunque ya sabe que mis pasos se aproximan a él. Escalo el árbol que esta junto a su ventana y es como logro llegar a su lado. Con su vista aun puesta en el cielo, en las estrellas, se que me siente llegar hasta a él.
Me siento a su lado, sobre el tejado; no digo nada, aun no es tiempo. Lo miro contemplar las estrellas, como si no hubiera cosa más maravillosa que ellas.
- Y no lo hay, Lou – sonrío ante su comentario. No es que lea mi mente, es que simplemente me conoce tan bien que no hay necesidad de decirle lo que pienso, porque él ya lo sabe. – ellas son lo único que el hombre no podrá alterar, ellas son lo único que jamás podré alcanzar.
- Me alegra que estemos progresando, Haz. – le digo, alzando mi mirada al cielo, admirándolo tal y como él lo hace.
- Si, me he dado cuenta de muchas cosas durante este tiempo – suspiró – y me has metido tanta filosofía en la cabeza que no me a quedado mas remedio que entender por las malas – reímos y no me cuesta nada perderme en su rostro, maravillándome, porque en realidad si existe algo mas hermoso que las estrellas: Él.
- De alguna forma debía hacerte entender – le digo, bromeando. Me quedo en silencio unos segundos, pensando, porque mi cabeza tiene dudas para las cuales deseo obtener respuesta, pero aun teniendo cuidado de no olvidar la sutileza - ¿No crees que ya ha pasado suficiente tiempo como para olvidar? – le miro, expectante por su respuesta.
- Si, ya ha pasado tiempo, pero es muy difícil olvidar, Louis. – responde, aun sin dejar de mirar el cielo - Sólo el que ha vivido una pena tan grande sabe lo que se siente el intentar olvidar y que tus esfuerzos sean en vano - murmura, más para el viento que como respuesta a mi pregunta - porque entre mas te esfuerzas pareciera que el recuerdo se hace más nítido e imposible de alejar – voltea su mirada hacia mi y por fin veo el verde esmeralda de sus ojos.
- Lo siento – con cuidado acerco una de mis manos para acariciar una de las suyas, que están posadas sobre el tejado, en señal de apoyo - es sólo que me duele verte de esta manera, intento ayudarte y me doy cuenta que de nada sirve. Y, sinceramente, ya no sé cómo hacerlo. – susurro, dándole una mirada afligida.
- ¡Hey, no, no digas eso! – toma mi mano entera, como si fuera lo más normal del mundo, dándome un ligero apretón - porque me has ayudado y mucho. Tal vez yo no te lo he sabido agradecer, pero me has ayudado más de lo que te imaginas. No se que hubiese hecho si tu no hubieras estado a mi lado. Tal vez y ya no seguiría viviendo. – termino en un susurro, dejando completamente perplejo.
He de confesar que me impactaron demasiado sus palabras. ¿Tanto así le había ayudado? Yo, un ser tan insignificante, había ayudado a otra persona, una muy importante en mi vida he de decir, a mantenerse en pie… con vida. En ese momento me sentí realmente importante para él. Pero tiene razón, no se lo que siente, no se cuan grande es su dolor. Pero me agrada el saber que he sido parte fundamental en su proceso de alivio.
Hazza, si supieras cuanto desearía poder quitar todo ese dolor de tus dulces ojos. No me importaría el llevar acuestas tu dolor con tal de verte sonreír de nuevo, con tal de ver esa luz que emanaban tus ojos llenos de alegría e ilusión, antes que sufrieras tan terrible perdida.
La amabas, de eso jamás he tenido duda, era una de las personas más importantes en tu vida, tu mejor amiga. Todo lo que hoy sabes lo aprendiste junto a ella.
Sólo quiero que por fin encuentres un poco de paz, que entiendas que aunque ella no este tienes todos esos buenos momentos que compartieron. Quiero que tus ojos vuelvan a brillar, que te vuelvas a ilusionar… que te puedas enamorar.
Quiero tantas cosas y en todas me incluyo a mí. Quiero que donde sea que estés yo pueda seguirte, como sea que hagas las cosas yo pueda apoyarte, cuando tengas necesidad yo pueda abrazarte. Ya no esta ella, pero aquí estoy yo, quiero ser yo siempre, quiero que me veas a mi, quiero que me sientas a mi.
Me siento tan desesperado, porque te ahogas en tu propio sufrimiento y no me dejas espacio para ayudarte de la manera en la que lo deseo. Así que lo último que quiero es que desde hoy haya un cambio, hoy que es un día especial para ti, te ayudare a marcar un nuevo comienzo.
Miro mi reloj y marcan las 12:10 am.
- Feliz cumple, Harry – susurro, dejando que las palabras lleguen hasta tus oídos, tranquilas.
- ¿Cómo? – volteas, sin entender del todo lo que he dicho, y sonrío. Sonrío porque eres tan despistado.
- ¿En qué mundo vives, Harry? Hoy es tu cumpleaños.
Mira la fecha en su celular, corroborando que lo que digo es verdad, mirándome con asombro.
- Es verdad – me dice, aun sorprendido - desde hace mucho que no se en que día vivo – me sonríe, intentando ocultar, en vano, su nostalgia – hace un año que ella no esta.
Instantáneamente, después de sus palabras, su mirada decae, dejando que un halo de tristeza nos envuelva otra ves.
- No, ella no esta. – le digo, mirándolo con insistencia, aunque su mirada la tenga puesta en sus pies - Pero aun tienes a tu familia, a tus padres, a tu hermana, a tus amigos. Me tienes a mí, no será mucho, pero aquí estoy… siempre. – termino en un murmullo.
Y le sonrío, consiguiendo que de nuevo su mirada se dirija hacia mí, con tanta intensidad que hasta siento como desnuda mi alma. No se lo que ocurre ni en que momento sucede, pero su tacto contra mi mejilla me estremece. Su mano me acaricia con ternura y lentitud, como si quisiera grabarse la textura de mi piel en su mano.
Por mero placer mis parpados caen, deleitándome con tan avasalladora caricia. Sintiendo su pulgar delinear desde mi mejilla hasta mi mentón. Él tal vez jamás alcance las estrellas, pero juro que con esa simple muestra de cariño me lleva en un viaje sin regreso, al mar de mis ilusiones. Porque esto lo siento como si quisiera decirme lo que tanto anhelo, pero sé que sólo es eso, un sentimiento, sólo una ilusión, para mi desgracia.
- Ya sé que es lo que quiero de regalo, Lou – susurra inesperadamente, cambiándome por completo el tema, lo que me hace abrir mis ojos, pero aun sintiendo su dulce caricia en mi mejilla – Porque sé que aun no lo tienes preparado, Boo – me mira cómplice y con una sonrisa burlona bailando en sus labios. Mis mejillas se tornan rojas, anunciando que él lleva toda la razón.
- Tenia pensado comprarlo hoy mismo – susurro, apenado, porque en realidad aun no tenía ni idea que podría regalarle.
- Pues no te molestes en gastar tu dinero ni tu tiempo buscando uno – se aleja repentinamente, dejando un frio a mí alrededor por su lejanía – como te digo, ya sé que es lo que quiero y quiero que venga de ti.
- ¿A, si? – le miro intrigado - ¿Y que es lo que desea el señorito? – bromeo y logro sacarle otra sonrisa.
Con ella en su rostro se acerca de nuevo y más a mi cuerpo, posa sus ojos directo en los míos, escudriñando mi mirada y mis reacciones. Yo sólo me siento como gelatina, porque jamás en la vida me había mirado de aquella forma, como queriendo sacarme la vida por los ojos.
Increíblemente le mantengo la mirada, aun cuan |do siento que el techo de bajo nuestro se desplomara en cualquier segundo, porque me siento mas pesado que un luchador de sumo.
No sé que ocurre, juro que no se. Sólo sé que él está a escasos 5 centímetros de mí, con su aliento chocando justo contra mi boca, y con su mirada insistente y deseosa entre mis labios y mis ojos. Seguro estoy soñando, si, no puede haber otra explicación. Porque sólo en mis sueños se rompe la distancia entre nosotros de este modo.
Sin premeditarlo, siento su pulgar delineando mis labios, acariciándolos con ternura. Se pasea tan tranquilo, como si estuviera en su casa. Y a mi no me importa, que haga de mi lo que se le venga en gana, a fin de cuentas que siempre me he considerado suyo, es sólo que él jamás ha hecho posesión de mi, de lo que le pertenece.
- Un beso – murmura, aun acariciándome. Y yo como un tonto, sin entender lo que pasa, sólo logro responderle con un quedo gemido que nace de mi garganta. Sonríe, porque sabe que aun no he caído en cuenta de lo que ahí sucede - Lo único que quiero, mi querido Boo Bear, es un beso – Y como si fuera posible se acerca un poco más, chocando su nariz con la mía, impacientándome, porque la distancia es poca y la desesperación mucha – Bésame – susurra, esta vez sobre mis labios.
Y algo hace clic en mi cerebro, haciéndome dar cuenta de lo que me esta pidiendo, lo que tanto he deseado desde hace mucho, mucho tiempo.
No lo hago esperar, capturo sus labios con los míos, en un tímido contacto, pero con la desesperación necesaria por la anticipación del contacto. Aun sin saber si lo que hago es la realidad o un simple sueño. Pero cuando siento a sus labios entreabrirse un poco, invitándome a pasar, sé que esto no puede ser sólo un sueño. En mis sueños jamás llego a esto, siempre despierto un segundo antes de hacer contacto con sus labios, y esta vez el contacto ya estaba hecho, así que no, esto no puede ser otra cosa más que la realidad, mi realidad.
Tomo con fuerza sus labios, acariciándolos con pericia, grabándome su textura, su sabor, su esencia. Sintiendo como toma mi labio inferior entre los suyos y se adueña completamente de mi. Me apresuro a enredar mis dedos en su cabello, acariciándolo, sintiendo la suave textura de sus rizos, mientras siento como él me toma de mi cintura, aproximándome mucho más a su cuerpo, acariciando suavemente mis costados. Tan unidos uno del otro, que hasta siento el fuerte palpitar de ambos corazones.
Me siento en las nubes, lo que jamás pensé que sucedería, esta pasando. Y mas correspondido no me puedo sentir. Nos separamos lentamente, sintiendo aun su exquisito sabor en mi boca.
- Feliz cumpleaños, Hazza… otra vez – le repito, en un susurro por la cercanía y con la mayor sonrisa de satisfacción que pueda existir. Y él me sonríe de vuelta, apretando su amarre en mi cintura.
- Presiento que este será el mejor día de toda mi vida. - le sonrío, feliz por su comentario.
- Este y prometo que todos los que vengan. – me declaro en una implícita confesión.
Y me acerco de nuevo, para darle por segunda vez de mi regalo, o tal ves terminen siendo 3 o 4, o 5. Por mi que sean de aquí al infinito, todo por jamás soltar sus labios de nuevo. Los que sean sólo por intentar darle un poco de mi amor.
FIN
*** *** ***
Soy relativamente nueva en el foro, asi que hola!! xDD!!
Como pudieron notarlo, este OS es por el cumple de Harry, que aunque esto jamas lo vera, le deseo un super feliz cumpleaños xDD!!
Y gracias a todos los que se tomaron la molestia de leer esto, y les agradecere tambien si me dejan saber su opinion, si les gusto o no.
Que pasen un bonito dia!! :P
milicats
Re: GIVE LOVE A TRY | Larry Stylinson
por petuniaa Vie 01 Feb 2013, 11:07 am
me encanto
ahhhhhhhhhhh!!!!!!!
estoy encajandome palillos y llorando en este momento
es tan lindo justo como me gustan los cortos
awww tan lindo en serio deberias sacar un libro o algo asi seria tu fiel seguidora y podria acosarte jejeje e_e
te quiero
nos vemos
sigue escribiendo yo estare aqui esperando por tus escritos
con amor
petuniaa
ahhhhhhhhhhh!!!!!!!
estoy encajandome palillos y llorando en este momento
es tan lindo justo como me gustan los cortos
awww tan lindo en serio deberias sacar un libro o algo asi seria tu fiel seguidora y podria acosarte jejeje e_e
te quiero
nos vemos
sigue escribiendo yo estare aqui esperando por tus escritos
con amor
petuniaa
petuniaa
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