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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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‣ɴσνіα ραЯα ʉɴα ɴσϲʜє›ʜαʀʀʏsτʏιes&τʉ‹∙ʜστ∙
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: ‣ɴσνіα ραЯα ʉɴα ɴσϲʜє›ʜαʀʀʏsτʏιes&τʉ‹∙ʜστ∙
Holita c:
¿Como estan? creo que las eh abandonado mucho verdad; Lo siento esque mi prepa me consume & no hago nada mas que estudiar; aveces nisiquira como por culpa de la escuela; pero que creen; I'm Back & promerto subirles cap's Las Adora Gracias por seguir Aqui*---*
¿Como estan? creo que las eh abandonado mucho verdad; Lo siento esque mi prepa me consume & no hago nada mas que estudiar; aveces nisiquira como por culpa de la escuela; pero que creen; I'm Back & promerto subirles cap's Las Adora Gracias por seguir Aqui*---*
Elizabeth♥
Re: ‣ɴσνіα ραЯα ʉɴα ɴσϲʜє›ʜαʀʀʏsτʏιes&τʉ‹∙ʜστ∙
Tranquila, la escuela está primero, 1D segundo, y este foro, tercero e.e
En serio, te estaremos esperando con un nuevo capítulo :)
En serio, te estaremos esperando con un nuevo capítulo :)
Roochi.1D
Re: ‣ɴσνіα ραЯα ʉɴα ɴσϲʜє›ʜαʀʀʏsτʏιes&τʉ‹∙ʜστ∙
Ya Ya! PERDON!
Esque acabo de terminar mi primer parcial no hace menos de un mes & YA estiy en examenes otra vez para el segundo!
Lose mi prepa es una mierda! Pero la amo*----*
Okey el viernes no tengo clases & por lo tanto tengo el dialibrecito!
Asi que el viernes tiene cap's se los juro por Tommo<3
que lo amo mucho! Gracias por seguir Love Ya!
#Besos-A!
Esque acabo de terminar mi primer parcial no hace menos de un mes & YA estiy en examenes otra vez para el segundo!
Lose mi prepa es una mierda! Pero la amo*----*
Okey el viernes no tengo clases & por lo tanto tengo el dialibrecito!
Asi que el viernes tiene cap's se los juro por Tommo<3
que lo amo mucho! Gracias por seguir Love Ya!
#Besos-A!
Elizabeth♥
Capitulo#27
Capitulo#_________________27
[size=18]
—No voy a terminar mi café —le informó con voz decidida.
Harry levantó una ceja y dejó su taza de café sobre la mesa.
—Entonces, acércate a mí, ¿no crees? —sugirió mientras se quitaba la toalla y golpeaba uno de sus musculosos muslos.
A ________ le flojeaban las rodillas pero hizo lo que le decía. Con el corazón a cien fue y se sentó en su regazo.
—No, ponte así —dijo él mientras la ayudaba para que se sentara a horcajadas encima de él.
Estaban cara a cara. La miró fijamente mientras le agarraba el trasero para acercarla más a él. ___________ contuvo el aliento. Harry bajó las manos hasta la parte trasera de sus rodillas para colocar sus piernas tras él, lo que hizo que su miembro se introdujera lentamente dentro de ella.
_________ quería llorar de puro placer. Estaba muy dentro de ella y la llenaba por completo. Le encantaba esa sensación pero quería más.
—¿Y ahora qué? —le preguntó ansiosa.
—¿Qué? —exclamó sorprendido—. ¿Me vas a decir que esto tampoco lo has hecho nunca?
—Bueno, no en un sofá. Y no muy bien, la verdad.
—Usa tus rodillas para mover tu trasero arriba y abajo, como si estuvieras montando a caballo. ¿Has montado a caballo?
—Recuerda que soy una chica del campo.
___________ no podía dar crédito a cómo se estaba comportando, hablando de todo con naturalidad. Estaba deseando impresionarlo, si no con su experiencia al menos con sus ganas de aprender cosas nuevas.
Agarró a Harry por los hombros, clavándole las uñas mientras comenzaba a moverse. Sentirlo dentro de ella cuando estaban quietos había sido maravilloso pero, en movimiento, era increíble. Adoraba la sensación de plenitud que le proporcionaba tenerlo dentro de su ser. Los espasmos de antes volvieron, con más fuerza y pasión esta vez. Y empezó a moverse más deprisa.
El gemido de Harry la paró en seco. Temía haberle hecho daño pero no podía evitarlo.
—No, no te pares —le dijo él con voz ronca—. Sigue haciendo lo que estabas haciendo. ¡Es fantástico! ¡Eres fantástica!
No le costó mucho obedecerle. Cerró los ojos para intentar concentrarse. Pero no podía pensar en otra cosa que no fuera la tensión que iba creciendo dentro de ella. Todos los músculos de su estómago se contrajeron, sus muslos se estremecieron y se le paró el corazón. Y de pronto lo sintió, todo su cuerpo se hizo pedazos y se abandonó por completo al éxtasis. Estaba casi llorando de placer.
Él gritó al mismo tiempo y, por primera vez en su vida, _________ entendió lo que significaba ser uno con otra persona. Se habían fundido en una sola carne, encajaban a la perfección y los dos se habían estremecido de placer al mismo tiempo, llegando juntos al orgasmo.
El cuerpo de ________ estaba aún sacudiéndose por los espasmos cuando Harry tomó su cara entre las manos y la besó hasta que ambos se recuperaron.
—Eres más que fantástica —le murmuró mirándolo con ojos cansados.
La abrazó acercándola a su pecho y ella suspiró feliz y agotada. Su mente y su cuerpo comenzaron a apagarse.
—Ya basta por ahora —le dijo mientras acariciaba su espalda—. Duérmete, dulce __________.
—Pero no quiero dormir —farfulló ella.
—No te preocupes. Te despierto más tarde.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
—Vale, pero no me lleves a la cama —dijo con una voz que parecía que estaba drogada.
—¿Por qué no? —preguntó sorprendido.
—A la cama no. Aún no. Promételo.
—Muy bien, chiflada. Te lo prometo.
—Bien.
_________ se despertó lentamente, saliendo poco a poco de la neblina de un sueño reparador y profundo como no recordaba haber vívido.
Bostezó, se estiró y, finalmente, abrió los ojos.
Lo primero que vio fue su reflejo en el espejo del techo y a Harry a su lado, aún dormido. Estaba acostado boca abajo, con la sábana blanca de satén cubriéndole sólo la mitad inferior de su cuerpo. Tenía los brazos de bajo de la almohada, donde descansaba su cabeza.
_________ estaba sonriendo. Lo normal habría sido que se sintiera destrozada pero no era así, se sentía genial.
Miró el reloj, eran las diez y veinte. No demasiado tarde teniendo en cuenta que había estado despierta casi toda la noche. «¡Y qué noche!», recordó.
Si no estuviera en ese momento viendo el reflejo de Harry en el espejo pensaría que había sido todo un sueño. Se giró y besó agradecida el hombro que tenía más cerca. Rozó suavemente con sus labios la piel de Harry.
Ni siquiera se movió. Era comprensible, debía de estar agotado.
Se había portado genial esa noche. El tipo de amante con el que todas las mujeres soñaban, pero que rara vez llegaban a experimentar. Sabía exactamente qué hacer para excitarla y para hacer que se mantuviera así. Le había hecho el amor de maneras que ni siquiera sabía que existían.
Se había convertido en un jeque mucho mejor de lo que ella nunca imaginó. Dominante y exigente a ratos pero muy cariñoso en otros momentos. Parecía saber con exactitud lo que ella necesitaba para borrar de un plumazo todo su pasado sexual. Con los años se había convertido en una amante tímida y temerosa, pero esa noche no fue así. La única tensión que había sentido esa noche había sido puramente sexual, cuando él la llevaba hasta el borde del placer para dejarla allí y hacerla rogar por más, atormentándola hasta dejarla fuera de sí. Pero había sido un tormento delicioso, le había encantado.
Le hubiera gustado quedarse en la cama reviviendo la noche anterior, pero tenía que usar el servicio y, además, no tenían mucho tiempo. Harry había vuelto a sugerir, después de satisfacerla una vez más, que sería buena idea que fuera con ella de viaje y, ella, por su puesto, le había suplicado que la acompañara.
Muy en el fondo aún estaba preocupada por el hecho de que el recién encontrado deseo se pudiera convertir en algo más. Pero su necesidad era más fuerte que su preocupación. Si para conseguir que Harry le hiciera el amor algunas veces más tenía que reunir más adelante los pedazos de su corazón, lo haría. Merecía la pena arriesgarse. La verdad era que haría cualquier cosa por vivir otras noches como aquélla. Tal era el poder de la pasión que sentía por él y el placer que le había hecho vivir.
No estaba segura de a qué hora tenían que dejar la habitación pero, aunque fuera tan tarde como las doce, eso no les dejaba mucho tiempo. Además, quería estar guapa para cuando él se despertara.
Con cuidado para no despertarlo, se levantó de la cama y se dirigió al servicio.
Harry se despertó al oír el agua de la ducha... Con un gemido, se dio media vuelta para mirar su reloj en la mesita. Eran las diez y media.
No tenían que dejar la habitación hasta las doce así que tendrían tiempo de disfrutar de un buen desayuno. Se imaginó que el servicio de habitaciones tendría algo especial para esos casos. Al fin y al cabo, era la mejor suite nupcial del hotel.
Y le había merecido la pena cada céntimo gastado en ella, pensó con una sonrisa mientras tomaba el auricular del teléfono. _________ había accedido finalmente a que la acompañara en el viaje al valle de Hunter, lo que le daba unos días más para intentar convencerla de que la quería para algo más que para una aventura de vacaciones. Se preguntó si estaría dispuesta a volver con él a Estados Unidos para vivir juntos...
—Servicio de habitaciones —dijo una voz femenina al otro lado de la línea.
—Soy el señor Styles de la suite Noches Árabes. Nos gustaría pedir el desayuno.
—Sí, por supuesto, señor Styles. A muchos recién casados les gusta nuestro desayuno especial de champán.
—No, no creo que sea buena idea —contestó él recordando el abuso que habían hecho la noche anterior de esa bebida—. Necesitamos algo más contundente. Tráiganos cereales, zumo de naranja recién exprimido, huevos fritos con beicon, tostadas y café.
—Muy bien, señor Styles. Y, ¿cuándo quiere que se lo llevemos?
—A las once, por favor.
—Muy bien, señor.
Harry colgó el teléfono. Tenía media hora para ducharse y afeitarse. Miró a su alrededor buscando algo que ponerse, pero sólo encontró la ropa que llevaba en la boda. Su maleta estaba en el vestidor y tenía que pasar por el baño para llegar a ella. No quería invadir la intimidad de _______ de nuevo así que se dirigió al salón donde sabía que estaba la toalla que dejó allí la noche anterior.
La toalla estaba sobre la mesa y no pudo evitar ver de nuevo la imagen de _________ completamente abandonada y fuera de sí encima de esa mesa mientras él le hacía el amor.
El estómago le dio un vuelco al recordar cómo se había sentido al tomarla allí mismo. Había sido salvaje. Ella era salvaje.
Era increíble que una chica tan inexperta como ________ hubiera asimilado y usado tan deprisa los placeres de la carne. Lo único que le preocupaba esa mañana era que quizás nunca llegara a querer de él otra cosa que no fuera sexo. Aunque recordaba sus palabras cuando le dijo que su sueño era casarse y formar una familia, y que no se iba a conformar con menos.
Lo cual dejaba a Harry en un grave dilema porque él estaba empeñado en no casarse con nadie, por mucho que la quisiera.
Se quedó helado, sin terminar de colocarse la toalla alrededor de la cintura. No podía creer que hubiera pensado eso. De pronto la verdad lo sacudió.
Por mucho que no lo quisiera... La quería.
«¡Pues claro que la quieres, imbécil!», le dijo una voz en su interior que llevaba mucho tiempo amordazando. Esa era la única explicación que podía tener su conducta. La había seguido por Sydney como un loco. Había fingido ser el tal Liam en la boda. Se había dejado la piel toda la noche intentando satisfacerla y hacer que disfrutara como nunca.
Sabía que ningún hombre pasaría por todo eso si no estuviera enamorado.
Harry se dejó caer sobre uno de los sofás. Estaba aturdido. El admitir que la quería lo cambiaba todo. Y le obligaba a enfrentarse a un miedo mayor que su pánico al matrimonio.
«¿Y si ella nunca me corresponde?», pensó. No sabía qué iba a hacer si después de los días de vacaciones se despidiera de él dándole las gracias por el estupendo sexo y nada más. Quizás nunca aceptara su amor. Seguramente pensaba de él que era un hombre incapaz de amar de verdad y comprometerse, alguien que no creía que pudiera llegar a ser un buen marido y un padre.
Harry se indignó al oír los imaginarios insultos. «¡Claro que puedo ser un buen marido y un buen padre!», se dijo. Ahora que se daba cuenta de que era capaz de amar se sentía capaz de cualquier cosa.
Suspiró aliviado. Se sentía mejor. Mucho mejor. Y una vez que la idea apareció en su cabeza, la abrazó. Le gustaba la idea. Incluso podía imaginarse teniendo hijos con ella. Sabía que sería una madre maravillosa.
Pero aún había un problema. Tenía que conseguir que se enamorara de él. Una cosa era lujuria, sabía que ella lo deseaba, pero el amor era algo muy diferente. Ahora se daba cuenta.
Se sentía fatal hasta que se dio cuenta de que no sería tan difícil. Al fin y al cabo, había conseguido que otras mujeres se enamoraran de él en el pasado.
Pero, aun así, quizás ayudara decirle a ________ que se había enamorado de ella y que había cambiado de opinión respecto al matrimonio.
Era importante que encontrara el momento adecuado. No podía ser muy pronto o no lo creería. Tendría que esperar. Mientras tanto...
Harry se puso de pie, se colocó la toalla alrededor de la cadera y se dirigió al baño. Ya no se oía el agua de la ducha. Lo más seguro era que estuviera ya vestida. De todos modos, llamaría para asegurarse.
_________ estaba a punto de comenzar a secarse el pelo cuando llamaron a la puerta.
—He pedido que nos traigan el desayuno a las once —le dijo sin entrar—. Quiero ducharme y afeitarme antes de que vengan. ¿Has terminado ya?
No, no había terminado. Aún le quedaba mucho. El secador se podía desconectar de la pared así que podía acabar de secarse el pelo y maquillarse en otro sitio. Había un escritorio de madera labrada en el salón con un espejo delante. Eso la serviría.
Pero no quería que Daniel la viera como estaba. Quería estar guapa y lista para él.
Bueno, al menos llevaba puesto uno de los nuevos conjuntos que se había comprado para la luna de miel. Llevaba vaqueros blancos, de los elásticos que dibujaban su anatomía, una camiseta de tirantes que se ataban a la nuca de color amarillo claro y sandalias blancas.
Su ropa interior era muy sexy pero no demasiado cómoda. El sujetador era de color crema claro, lo había comprado en la tienda de lencería tan cara del hotel. Llevaba un tanga a juego rematado con encaje. Le quedaba muy bien.
Tomó el secador y su neceser y abrió la puerta del baño de mala gana.
Harry intentó no quedarse hipnotizando mirándola. Solían decir que el amor era ciego. Pero no en su caso. Ver su preciosa cara, sin maquillaje, recién lavada y con sus hermosos ojos azules mirándolo, lo llenó de emoción.
Tuvo que contenerse para no decirle, en ese mismo momento, que la quería.
Y, en vez de hacerlo, se maldijo, lo que pilló a ________ por sorpresa.
—Perdona —se disculpó algo malhumorado—. Pero no es justo que estés tan guapa por la mañana, después de la noche que hemos pasado. Deberías estar ojerosa, como yo.
«¿Ojeroso?» pensó ella. Debía de estar bromeando. Estaba para comérselo. Su barba incipiente le daba un aspecto aún más sexy. También ayudaba bastante que sólo llevase puesto una toalla alrededor de sus caderas. Tenía un torso fabuloso con hombros anchos, pectorales bien definidos y un estómago liso y duro como una roca.
___________ se dio cuenta de que estaba mirándolo de forma descarada, pero no le importaba, estaba loca por él.
—Estaba pensando... —dijo para dejar de pensar en arrancarle la toalla—. ¿Le gustará a tu hermana que vengas conmigo de viaje? Al fin y al cabo, has venido hasta aquí para verla a ella.
—No le importará —le contestó—. Además, siempre puedo alargar la visita.
—¿En serio? —exclamó ella escondiendo su entusiasmo por la noticia—. Pensé que tenías que estar de vuelta en dos semanas.
—Pero soy mi propio jefe —repuso él encogiéndose de hombros.
—Muy bien. No quería que tuvieras problemas por mi culpa —dijo mientras se apartaba para dejarlo pasar—. Todo tuyo.
En cuanto se cerró la puerta del baño y oyó la ducha, corrió a la otra habitación, dejó las cosas sobre el sofá y tomó el teléfono. En cuanto tuvo línea marcó el número de su piso. Tenía que hablar con Danielle, necesitaba que alguien la hiciera entrar en razón. Era una emergencia.
—¿Diga? —dijo una voz adormecida.
—Danielle, soy yo. ¡Despierta!
— Niall, es _______.
—Oye, no quiero una conversación a tres bandas —dijo ella—. Sólo quiero hablar contigo.
—Voy camino a la cocina, cuéntame.
—Dime otra vez que sólo es lujuria.
— Ha estado muy bien, ¿eh?
—Sí.
—Entonces está claro que sólo se trata de lujuria. Un tipo de lujuria de lo más adictiva, pero nada más. Ahora ya no puedes dar marcha atrás, cariño.
—Así que no crees que esté enamorada de él, ¿verdad?
—Claro que no. ¿Qué tiene para que te enamores de él? —preguntó Danielle con cinismo.
A _________ se le ocurrían decenas de cosas por las que podía llegar a quererlo. No sólo era un semental sino que además era amable, inteligente, sensible y generoso. Se le encogió el corazón al recordar que se había ofrecido a pagar la boda. Era un montón de dinero. No tenía por qué hacerlo. Entonces había estado enfadada, pero con ella misma, no debería haberlo pagado con él. Seguro que había pensado que era una ingrata.
—¿Por qué te has quedado tan callada?
—Por nada, Dani. ¿Me puedes hace un favor?
—Lo que quieras.
—Hazme la maleta. Hay una en la parte de debajo de mi armario. Mete dentro toda la ropa que me compré para la luna de miel. Y todos los accesorios que crees que puedo necesitar. Tengo mi neceser conmigo así que no te preocupes por eso. Me pasaré sobre las doce y media a recogerla.
—No voy a estar aquí. Voy a ir a comer a casa de Niall.
—¡Vaya!
—No te preocupes. La preparo ahora mismo y te la dejo cerca de la puerta. Oye, me alegro muchísimo de que haya sido una noche tan estupenda, pero no puedo hablar ahora. Tengo que preparar tu equipaje y arreglarme yo. Niall acaba de entrar para meterme prisa.[/size]
Elizabeth♥
Capitulo#28
—No pasa nada. Gracias, Dani.
—De nada. Cuídate mucho.
Danielle colgó y miró a Niall.
—Deja el café y vuelve a la cama.
—No puedo, tengo que preparar la maleta de _________ antes de que nos vayamos.
—¿Por qué no la hace ella misma?
—Porque quiere llevarse a su amante de luna de miel lo antes posible, supongo. Quiere más de lo que tuvo anoche.
—¿Y tú no? —dijo con cara de ofendido.
—Pensé que después de seis meses de continuo sexo estarías ya cansado.
—Yo nunca me voy a cansar de ti, cariño. ¿Cuándo te vas a dar cuenta de ello?
Danielle no contestó. Le hubiera resultado imposible con la boca de Niall sobre la suya. Era un beso más pero había algo nuevo en su corazón. Esa estúpida boda había conseguido que deseara otras cosas, pensara en otras cosas y sintiera otras cosas.
Quizás había llegado el momento de darle otra oportunidad al amor.
—Lo siento, hermanita —dijo Harry mientras volvía a meter en la maleta la ropa que había sacado de allí sólo dos días antes—. Sé que estarás decepcionada.
—Sí y no —le respondió Gemma
—¿Qué quieres decir?
—Estaba deseando tenerte aquí, no te voy a mentir. He estado muy sola desde que dejé de trabajar cuando me quedé embarazada, pero estoy dispuesta a sacrificar el placer de tu compañía por algo más importante.
—¿Qué quieres decir? —repitió mientras cerraba su maleta.
—Conozco a mi hermano mayor lo suficiente como para darme cuenta de que está enamorado —dijo son riente.
—¿Tanto se nota?
—Me temo que sí. Josh me contó que tu cara te delató durante la boda. Dice que nunca ha visto a un novio tan enamorado de la novia.
—He tardado un tiempo en darme cuenta. Pero, cuando lo hice, me quedé alucinado, Gemma. Esto del amor es bastante más poderoso de lo que pensaba.
—Sí que lo es —respondió ella emocionada.
—Haría cualquier cosa por ella.
—Ya me doy cuenta.
—Pero me preocupa que ella nunca llegue a sentir lo mismo —le confesó con un suspiro—. Puede que sólo sea una historia de transición. Al fin y al cabo; acaban de plantarla.
No quería decirle que se temía que sólo era sexo para ________.
—A lo mejor. Supongo que pensaba que estaba enamorada del tal Liam si es que iba a casarse con él. Pero es obvio que se siente muy atraída por ti. La chica que conocí el viernes no te llevaría a su luna de miel si no tuviera sentimientos bastante fuertes por ti. No me pareció la típica chica promiscua, la verdad.
—No lo es —le confirmó Harry sintiéndose mucho mejor.
—Pero ten cuidado, Harry. Debe de estar muy confundida en estos momentos. Necesitará tiempo para aclarar sus propios sentimientos.
—¿Cuanto tiempo?
—Tendrás que improvisar sobre la marcha. Tú sé como eres y seguro que se rinde a tus píes
Harry no estaba tan seguro. _______ era distinta a las mujeres con las que había estado en el pasado. No parecía dejarse impresionar por sus encantos ni por su dinero. Sólo parecía interesarle su cuerpo.
Lo cual suponía toda una novedad para él. Así era como él solía ver a las mujeres. Sólo estaba interesado en sus cuerpos y en acostarse con ellas. Casi todas habían acabado hartas de que las tratara como a meros objetos sexuales y ahora se daba cuenta de por qué.
—Mientras desayunábamos, _______ insinuó que lo nuestro acabaría en cuanto terminara la luna de miel.
—A lo mejor sólo intenta protegerse. Cree que eres de los que no te comprometes así que no está dispuesta a que seas tú el que la deje.
—No lo pensaría si no se lo hubieses dicho tú —replicó mirando a su hermana.
—Venga, Harry. ¿A quién pretendes engañar? Tienes pinta de donjuán. Eres guapo, rico y soltero a tus treinta y seis años. Con esos datos cualquier mujer sabe que eres de los que sólo quieren pasar el rato. _________ no es ninguna tonta, se habría dado cuenta ella solita.
—Tienes razón. Yo incluso le dije que era alérgico al matrimonio.
—Ahí has cavado tu propia tumba, amigo. Ella quiere casarse y tener hijos. Tienes que hacerle saber que has cambiado de opinión sobre el matrimonio y la paternidad. Dale la oportunidad de enamorarse de ti.
—Quiero que se enamore de mí por lo que soy no porque pueda ofrecerle el matrimonio y la familia que desea.
—Lo quieres tener todo, Harry. Siempre has sido así —dijo ella suspirando.
—No, Gemma. Lo que pasa es que no me conformo con lo que papá tiene ahora, yo quiero algo de verdad. Y _________ es de verdad.
—Entonces, ¡ve por ella!
___________ esperó en el coche frente a la casa de Gemma. Estaba impaciente. Decidió no entrar con él mientras hacía las maletas. Hubiese sido una situación muy incómoda con su hermana y su cuñado allí.
«¿Qué pensarán de mí?», se dijo.
Una cosa era dejarse convencer para celebrar una boda falsa, pero llevarse al falso novio de luna de miel era algo muy distinto. A ________ nunca le había gustado el sexo sin amor ni las mujeres que iban demasiado deprisa, pero ahora estaba haciendo todo lo que siempre había odiado y le estaba encantando.
Después de hablar con Danielle esa mañana se preguntó de nuevo si estaría enamorada de Harry. Pero cuando salió del baño con sus pantalones beige y su camisa color vino no pudo pensar en otra cosa que no fuera volver a acostarse con él. ________ se había hecho a la idea de que el deseo sexual era lo único que la movía a comportarse como lo estaba haciendo.
Se moría de ganas de ir con Harry al complejo turístico a donde iban. Lo tendría todo para ella durante cinco largos días.
No le apetecía tener que hablar con la hermana de Harry, pero no iba a dejar que la culpabilidad, la vergüenza o la preocupación estropearan sus planes. Intentaría pensar en todo eso cuando se acabara la luna de miel. Hasta entonces, se moría por disfrutar de cada momento.
El corazón le dio un vuelco cuando se abrió la puerta de seguridad del jardín de Gemma y apareció Harry, arrastrando tras él una maleta.
Salió del coche para abrir el maletero y él le dirigió una de esas sonrisas que la dejaban sin aliento.
—Creo que tengo al chófer más atractivo de todo Sydney —le dijo él metiendo la maleta en el maletero y dándole un beso en la boca.
Sólo fue un beso intrascendente, pero el corazón de _______ latió con fuerza. Sus miradas se cruzaron y él pareció buscar algo más en los ojos de ella.
—¿Qué?
—Nada. ¿Nos vamos?
—¿Qué ha dicho tu hermana? —preguntó ella cuando ya iban de camino—. ¿Está enfadada?
—No. Un poco decepcionada, pero le he prometido que la resarciré.
—¿Cómo?
—Ya te lo dije antes. Alargando mi estancia aquí.
________ no estaba segura de que eso fuera buena idea. Quizás quisiera seguir saliendo con ella y no sabía si iba a poder mantener la cabeza fría si todo iba tan bien como hasta el momento. Se recordó que tenía que concentrarse sólo en el aspecto sexual, algo que no le costaba demasiado trabajo. Sólo tenerle a su lado en el coche le hacía pensar en su cuerpo. No podía dejar de mirar sus manos, con sus largos y fuertes dedos. Dedos que quería sentir en su cuerpo, tocándola en sitios donde...
—Mira la carretera —la advirtió Harry cuando el coche se salió ligeramente del carril— o deja que conduzca yo.
—¡Ni hablar! —repuso ella mientras recobraba la compostura y el control del vehículo—. No sabes cómo llegar.
—Conozco Sydney, ¿lo recuerdas?
—Sí, pero hace mucho que no estás por aquí. Y me dijiste antes que nunca habías estado en el norte, donde está el valle de Hunter.
Además, no quería que estuviera cansado cuando llegaran allí.
—¿Por qué no te tumbas y descansas? —le sugirió—. No hay mucho que ver hasta que salgamos de la ciudad. Y la verdad es que tampoco habrá mucho que ver después. Desde la autopista no se ve nada interesante. La zona más bonita está donde el río Hawkesbury, pero eso es todo.
—Y, ¿por qué no charlamos? —preguntó él.
Pero ella no quería hablar con él, no quería saber nada más de él. Ya le gustaba demasiado lo que sabía y no quería arriesgarse.
—¿De qué? —preguntó recelosa.
—De todo y de nada en particular —dijo encogiéndose de hombros.
—No puedo hablar y concentrarme en el tráfico al mismo tiempo.
—Es domingo, apenas hay tráfico.
—Ya, pero es que soy una conductora un poco nerviosa.
—Tu padre me dijo lo contrarío.
—Sí, pero ahora estoy contigo a mi lado —le espetó, pero se arrepintió de haberlo dicho—. Escucha, ¿por qué no pones la radio?
________ encendió la radio y buscó la BBC, una emisora con muchos informativos y debates y poca música.
—¿Te gusta ésta?
—¡Que remedio! —dijo él recostándose y entrecerrando sus ojos.
Casi se le escapa un suspiro de alivio. Aunque esa sensación le duró poco cuando volvió a pensar en lo que iba a vivir ese día. Era la una y llegarían al hotel algo después de las tres.
Después tendría la ocasión de tener a Harry para ella sola de nuevo. Pensar en todos los momentos de pasión que iba a pasar hizo que temblara de placer, no podía pensar en otra cosa. El día anterior había estado muy excitada, pero no era nada comparado con lo que sentía ahora que sabía lo que él podía ofrecerle.
Agarró el volante con fuerza para evitar que sus manos siguieran temblando. Se temía que las siguientes dos horas iban a ser las más largas de su vida.
Elizabeth♥
Capitulo#29
Harry no prestó atención a la radio. Su mente no dejaba de analizar lo que _______ acababa de hacer y decir. Estaba claro que estaba nerviosa. Recordó las palabras de su padre. Cuando algo te importa estás nervioso. Se preguntaba si ella estaba nerviosa porque le importaba o simplemente porque estaba excitada
Quizás se había equivocado al besarla antes cuando metía la maleta en el coche pero, cada vez que la veía, tenía la necesidad de tocarla o besarla.
Estaba nervioso, algo a lo que no estaba acostumbrado, pero había mucho en juego esos días. Conquistar el corazón de ________ iba a ser una difícil misión. Sobre todo porque, por el momento, lo único que podía ofrecerle era más noches de pasión.
Y no era que esa perspectiva lo molestara. Sólo pensar en hacerle el amor era suficiente para excitarlo. Ella era tan receptiva y se la veía feliz al haber descubierto cuánto placer podía conseguir con el sexo. Era normal que quisiera probarlo todo.
La miró de reojo, tenía las mejillas encendidas. Pensó que quizás por los nervios, o por la excitación. Era bellísima. Le encantaba su pelo. Lo llevaba tirante y recogido en una coleta alta que dejaba al descubierto su esbelto cuello y sus largos pendientes, que se balanceaban cada vez que el coche giraba.
Recordaba haber leído un libro sobre las zonas eróticas en la mujer. Los lóbulos de las orejas eran uno de esos puntos. Desde el antiguo Egipto, las mujeres adornaban sus orejas con pendientes para atraer así a los hombres hacia esa zona de su cuerpo.
—¿Puedes dejar de mirarme? —le preguntó ________- cortante.
Harry notó la frustración en su voz. Miró sus manos, tenía los nudillos blancos por la fuerza con la que agarraba el volante.
—Te has quitado el anillo de Liam.
—El anillo de pedida. Te lo has quitado —repitió él observando también que, como él, aún llevaba la alianza.
—¡Ah sí! Lo dejé en casa cuando volví por mis cosas.
—¿Se lo vas a devolver a Liam? —preguntó intentando entablar una conversación.
—Seguramente —dijo suspirando—. Sé que lo que hizo estuvo mal, pero yo no estoy siendo mucho mejor, ¿verdad?
—No estoy de acuerdo.
—Ya me imagino. Supongo que tú haces este tipo de cosas muy a menudo, pero yo no. Pero bueno, no me voy a culpabilizar por ello. Estoy aquí contigo porque quiero, nadie me obliga.
—Hablas como si lo que hiciéramos fuese algo sórdido. Pero eres una mujer libre, __________. Tienes derecho a estar con quien te dé la gana.
—¿No crees que la gente pensaría que soy superficial y promiscua al pasar de querer casarme con Liam a acostarme contigo al día siguiente?
Harry frunció el ceño. Su hermana tenía razón, ________ se sentía muy confusa y no demasiado cómoda con su decisión de ir con él al viaje.
—Estás simplificando algo que es mucho más complejo. Para empezar, no querías a Liam
—No, pero estaba convencida de que sí lo amaba. Siempre pienso que estoy enamorada de alguien cuando en realidad no es así.
Harry se quedó callado. Se preguntaba si se le habría escapado a ________ lo que acababa de decir y era lo que pensaba de él. Esperaba que no. Pero no era el momento para presionarla. Lo único que podía era tranquilizar su conciencia y hacerla ver que no era superficial ni promiscua.
—Mucha gente piensa que está enamorada cuando en realidad no lo está.
Se arrepintió al instante de sus palabras.
—Por fin me he dado cuenta de eso —dijo ella con una carcajada triste—. Si te hubiera conocido en otro momento de mi vida, estaría convencida de estar enamorada de ti. Ahora al menos tengo la suficiente experiencia para saber que sólo hay sexo entre nosotros. Lo mismo que sientes tú por mí.
Era lo peor que podía oír Harry. No sabía qué decir para salir de la situación. Si le decía que la quería, que la amaba desde el primero momento en que la vio, ella se reiría de él o lo acusaría de mentirla, estaba convencido.
—Muchas relaciones empiezan con atracción sexual —comentó intentando salir del paso.
—Pero no contigo. Estoy segura de que ni siquiera has vivido con una mujer.
—No, no lo he hecho. Pero a lo mejor era porque aún no había conocido a la chica adecuada.
—¡Ya estamos con la misma historia de siempre! —dijo mirándolo con frialdad—. Dijiste que te gustaba que fuera honesta. Pues yo quiero que tú también lo seas. Lo único que quieres es divertirte, tú mismo me lo dijiste. Y me parece bien porque lo único que quiero es que pasemos unos días fenomenales y nos divirtamos.
Harry decidió que era mejor que se callara. No con venía apurar las cosas. Estaba claro que iba a tener que ser muy paciente si quería casarse con ella. Pero no le importaba, tenía tiempo y ella no iba a irse a ningún sitio.
—Bueno, si quieres seguir pasándolo bien será mejor que descanse tal y como me sugeriste. Aún estoy bastante reventado después de lo de anoche.
Elizabeth♥
Capitulo#30
________ no podía creerse que por fin tumbara el respaldo del asiento y se durmiera. Nada la distraía ahora de sus casi pornográficos pensamientos. Sólo la carretera.
Después de lo que le pareció una eternidad, por fin dejó la autopista para desviarse por una de las carreteras que llevaban hasta Cessnock y la parte baja del valle de Hunter. Eran las tres menos cuarto. Mucho más temprano de lo que hubiera pensado.
Le fastidiaba que Harry estuviera durmiendo, a pesar de que ella misma se lo había sugerido. Lo que le molestaba era que estuviera tan tranquilo cuando ella tenía los nervios a flor de piel.
De pronto se movió en su asiento, se incorporó y puso el respaldo en la posición inicial.
—¿Dónde demonios estamos? —preguntó mirando a su alrededor—. Me siento como si lleváramos horas en el coche.
—No falta mucho —contestó ella, encantada de que también él estuviera impaciente.
—¡Menos mal! ¡Vaya! ¡Qué seco está todo por aquí! —comentó mirando los prados.
La verdad era que a _________ le parecía que no es taba tan mal para ser el último mes del verano. La hierba que crecía cerca de la carretera estaba bastante verde. Era cierto, sin embargo, que otros prados estaban más secos y los árboles tenían un aspecto un poco mustio, con las hojas marchitas y tristes.
—Si crees que esto está seco deberías ver la granja de mí padre. En algunos prados no hay nada de hierba. Lleva meses dando sólo pienso al ganado.
—¿Cómo es la situación con el agua allí? Leí el otro día en el periódico que a algunas ciudades pequeñas les estaban enviando agua de otras zonas.
—Han sido años de mucha sequía. Por suerte, mi padre tiene un pozo y un par de presas. Ahora, con el dinero que le diste, lo más seguro es que construya otra presa más.
—Todavía estás enfadada por culpa de ese dinero, ¿verdad?
—No. La verdad es que me arrepiento de haber reaccionado como lo hice. No tenías por qué hacerlo. Me di cuenta más tarde de que tú debías de saber que me quería acostar contigo de todas formas.
—¿Me estás diciendo que pensaste que le daba ese dinero a tu padre para sobornarte y conseguir acostarme contigo? —preguntó él con cara de extrema sorpresa.
—Sí, se me pasó por la cabeza que esa podía ser la razón.
—¡Pero le dije a tu padre que era un secreto! No es culpa mía que lo contara.
—Ahora me doy cuenta de eso, harry. Pero entonces estaba confusa y muy estresada. Lo siento.
—Acepto tus disculpas —dijo aún quejoso—. En el futuro intenta pensar antes de sacar conclusiones sobre mí o juzgarme con dureza. No soy ningún depravado y tampoco me gusta que me consideres un chico para pasar el tiempo. Sólo soy un hombre normal, con sangre en las venas, que quiere pasar más tiempo con una mujer preciosa y muy especial.
—Si tú lo dices —contestó ella sin implicarse, intentando no dejarse seducir ni halagar por su pico de oro—. ¿Crees que soy especial? Eso es muy dulce.
—¿Dulce? —se burló él de su tono—. Me haces sentir tan inteligente como el algodón de azúcar.
—No te voy a decir que no —dijo ella riendo—. ¡Mira! ¡Ahí está! Es Cessnock. Ya queda menos. ¿Sabes algo de Cessnock?
—No mucho —contestó él con poco interés.
—Minas, vinos y gente —leyó ella en uno de los carteles a la entrada de la ciudad—. Parece que resume muy bien este sitio. Los viñedos son más recientes, de estos últimos años. Pero han hecho que se desarrolle mucho la ciudad.
—Parece un sitio bastante próspero —comentó él mientras avanzaban por la avenida principal.
—Lo es. El mercado inmobiliario se ha puesto aquí por las nubes. Pero es uno de los sitios preferidos de la gente, sobre todo en verano. Ya verás cuando salgas del coche, debe de hacer un calor infernal. Hoy se esperan temperaturas de hasta treinta y ocho grados. Mucho más caluroso que Sydney.
—Pero no nos quedamos aquí, ¿verdad?
—No.
—¿Cuánto queda?
—No mucho. Unos diez minutos si no me pierdo —contestó.
No se equivocó y al poco tiempo avanzaban por la sinuosa carretera, rodeada de árboles, camino de Peacock Park.
—Según el mapa que me mandaron debe de estar a la derecha.
La carretera llegó a una hondonada para subir luego en una escarpada cuesta. Y, de repente, lo vieron a su derecha, un conjunto de edificios coloniales ubicados en la cima de la colina.
—Impresionante —comentó Harry mientras atravesaban las grandes verjas de hierro forjado.
—Según su página Web, tiene más de veinte años pero acaban de remodelado y es uno de los mejores complejos turísticos del valle de Hunter. Aquí tienes de todo —explicó ella mientras aparcaba frente al edificio donde estaba la recepción—. Hay un restaurante de cinco estrellas, un bar, piscina cubierta, canchas de tenis, gimnasio. Las habitaciones de lujo, como la nuestra, tienen jaccuzzi y terrazas con vistas al valle.
—Tendrán también aire acondicionado, espero —dijo Harry mientras salían del coche—. Tenías razón, hace muchísimo calor.
—Ya te lo advertí. Pero parece que va a haber tormenta —contestó ella mirando al horizonte, donde una masa imponente de nubes blancas avanzaban sobre las montañas.
Y el cielo no era el único que amenazaba tormenta. Ahora que habían llegado,_________ se vio sumergida en un torbellino de deseo. El calor del ambiente no era nada comparado con el que sentía en su interior.
—Será mejor que entremos —dijo él tomando su brazo para entrar en el edificio de la recepción.
La reserva estaba a nombre de ella así que no hubo ningún problema con que él no fuera Liam. Cinco minutos más tarde tenían su llave electrónica e indicaciones sobre cómo llegar a su habitación. Cuando les pregunta ron si querían hacer una reserva en el restaurante para esa noche Harry contestó rápidamente que no, que ya llamarían para solicitar algo a servicio de habitaciones.
______ no protestó. Porque eso era exactamente lo que quería, además de otras muchas cosas.
Condujeron hasta su habitación. Según la recepcionista, la habitación de al lado estaba vacía, por lo que nadie los molestaría, y contaban con las mejores v del lugar.
—¿Te apetece que nos demos un chapuzón en la piscina hasta que el aire acondicionado empiece a refrescar la habitación? —le preguntó Harry mientras dejaba las maletas al lado de la puerta para abrirla.
—¿A ti?
—No. Creo que una ducha será suficiente. Si estás de acuerdo.
—Creo que no hace falta que te conteste —respondió ella sin poder ocultar su necesidad por más tiempo.
—Yo me siento igual.
A __________ le hubiera encantado creerlo, pero sabía que lo que ella sentía no tenía nada que ver con lo que sentía él. Para ella todo era nuevo. En cambio Harry seguramente hubiera vivido ya experiencias similares en más de una ocasión.
Abrió la puerta y la mantuvo abierta para que pasara ella. De repente se sintió sobrecargada por todas las emociones. Miró a su alrededor, la habitación era espaciosa.
—Está muy bien aislada. Aquí hace por lo menos diez grados menos. Pero, aun así, un poco de aire acondicionado no estará de más.
Se dispuso a conectar el aire y después se distrajo con el gran televisor y otros detalles de la habitación.
—El baño está fenomenal —dijo—. Ven a verlo.
___________ se acercó y vio que estaba en lo cierto. Tenía un jaccuzzi en una esquina, una gran ducha y dos lavabos. Cuando salió del baño vio que Harry había des corrido las cortinas y estaba allí, en medio de la terraza con las manos en los bolsillos y disfrutando de las vistas.
—La vista es magnífica, y tan amplia. Es una pena que no podamos salir aún, quizás esta noche.
—Harry —gimió ella sin querer posponer lo inevitable ni un minuto más.
El se volvió lentamente como si lo hiciera de mala gana.
—¿Sí?
—Deja de torturarme.
—No te estoy torturando, cariño. Me torturo a mí mismo.
Oír cómo la llamaba cariño hizo que suspirara. Algo que él seguramente interpretó como fastidio cuando era todo lo contrario. _______ temía que todos sus planes de intentar convencerse de que sólo había algo físico entre ellos se iban a ir al traste si seguía tratándola así. Sus palabras le llegaron al corazón.
Avanzó hacia ella en tres zancadas y la agarró de forma violenta. Fue un alivio para ella que no se mostrara tierno, su actitud la ayudaría a mantener la mente despejada. La besó con ferocidad mientras intentaba arrancarle la ropa. Ella lo ayudó, contenta de prescindir de cualquier tipo de actitudes que fueran más cercanas al amor que al sexo.
Se quedaron desnudos en cuestión de segundos. Harry la echó encima de la cama, separó sus piernas y la penetró profundamente dejando escapar un gemido.
De pronto se paró, mirándola con una expresión extraña, como si estuviera sorprendido por lo que acababa de hacer. La noche anterior había sido impetuoso pero no tan violento.
—¡No te pares! —le rogó ella.
Harry se maldijo. Después sujetó las piernas de ________ alrededor de su torso y comenzó a penetrarla con más fuerza.
_________ gimió, gritó y le clavó las uñas en los glúteos. Los dos sudaban mucho por el esfuerzo.
—¡Dios mío, _________! —gimoteó él.
—¡No te pares! —repitió ella.
Harry siguió, pero no por mucho tiempo. Su cara se distorsionó con frustración cuando llegó al clímax. ________ no sabía por qué. Ella había conseguido llegar al orgasmo al mismo tiempo y había sido genial. Su propia cara se distorsionó por el placer, o quizás fuera por la agonía. La agonía de intentar no sentir nada más por él. No quería creer que aquello fuera amor. Su alma, tonta y romántica, le decía que había algo más. Intentó recordar los consejos de Danielle.
«No debo pensar que hay algo más. No debo esperar que lo haya» se repitió incesantemente. .
Tenía que tenerlo todo muy claro para no dejarse llevar.
Elizabeth♥
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