Re: Tu Eres Mi Hombre Objeto- Nick y Tu

por **ElitzJb** Lun 30 Jul 2012, 8:43 pm

siguela esta genial me encanta
nick esta casi en banca rota pobre :(
espero q suceda otra noche asi o mucho mejor q esa
siguela pronto please

por **aranzhitha** Lun 30 Jul 2012, 10:31 pm

siguela!!!!

por ***Stephanie*** Miér 01 Ago 2012, 8:29 am

Yo quiero un baño tanbien!!
siguela pronto porfaa!!!

por **Sunny** Miér 01 Ago 2012, 8:31 am

Yo quiero a Nick como marido! jajajaja
Espero que la sigas pronto, me encanta la nove!
Besos

por **aranzhitha** Miér 01 Ago 2012, 9:42 am

siguela!!!!!

por **Val's Matth.** Jue 02 Ago 2012, 1:54 pm

nyJB escribió:siguela esta genial me encanta
nick esta casi en banca rota pobre :(
espero q suceda otra noche asi o mucho mejor q esa
siguela pronto please

hHHAHAHA el capitulo que sigue me encanta ojala lo disfrutes xD

por **Val's Matth.** Jue 02 Ago 2012, 1:55 pm

aranzhitha escribió:siguela!!!!

la sigo deimediato :)

perdon por la demora u.u

por **Val's Matth.** Jue 02 Ago 2012, 1:56 pm

*Stephanie* escribió: Yo quiero un baño tanbien!!
siguela pronto porfaa!!!

hahahhaha te aseguro que si tubiera un baño como el que la rayis tubo, encadeno a nick hay mismo xD

por **Val's Matth.** Jue 02 Ago 2012, 1:58 pm

Luciana. escribió:Yo quiero a Nick como marido! jajajaja
Espero que la sigas pronto, me encanta la nove!
Besos

ahahahahah siiii cualquiera quisiera a nick como marido xD

por **Val's Matth.** Jue 02 Ago 2012, 1:58 pm

aranzhitha escribió:awww yo tambien quieri un baño como el de la rayiz
Nick me encanta
Ya quiero que se dejen llevar
Siguela!!!

hahahahaha dios yo encado a nick a la bañera xD

por **Val's Matth.** Jue 02 Ago 2012, 2:02 pm

Chicas lamento la demora pero e tenido que areglar algunos asuntos en la universidad, ya que el lunes 6 de agosto, comienso mi 5º sementre, por ello no e tenido tiempo pero aqui les dejo la nove ok un beso y gracias por esperar :)

Capitulo 11

_____ se sentía extraña después del
episodio de la noche anterior. Y no se le estaba dando muy bien recuperar la
cordura. Ella estaba acostumbrada a ir siempre con prisas, a las presiones de
su trabajo, pero iban a pasar horas hasta que recuperara el coche. No podía
fotografiar a los hijos de Juanita, y en llamar a Bernie sólo había empleado
unos minutos.

Después de una visita rápida a la
cocina para buscar unos trozos de zanahorias, fue paseando hacia el corral.
Dinamita estaba tumbada en el suelo y con la misma expresión somnolienta con la
que _____ la había encontrado la primera mañana que la había visto.

—Eres una vaga —se agachó a su lado y
le acercó una zanahoria—. Quieres que todo el mundo piense que eres una vieja
cansada para que no te manden trabajar.

—¿Quiere que se la prepare para ir a
dar una vuelta? —preguntó José, que se acercaba en aquel momento por allí.

—¿Te estás ofreciendo a acompañarme?

—Me encantaría, pero el jefe necesita
poner unos postes esta mañana. Aunque eso no significa que no pueda ir usted
sola. Hace un día estupendo para montar.

—¿No te da miedo que me pierda?

—Cuando se desoriente, siga la cerca.
Así no tendrá problemas para volver a casa.

—De acuerdo. Ahora mismo vengo, quiero
ir a buscar la cámara.

—Mientras tanto iré ensillando a
Dinamita.

—Oh, ya lo haré yo. Lo menos que puedo
hacer es ensillar a mi propio caballo.

—Bien por usted --dijo José con una
sonrisa.

_____ lo estudió con atención,
preguntándose si no haría bien en fijarse más en él. Además de atractivo, era
un buen tipo.

—¿Piensa tener hijos algún día? —le
preguntó.

José la miró con los ojos abiertos de
par en par.

—¿Perdón?

—Hijos —_____ fingió una risa—. No me
pregunte por qué se me ha ocurrido de repente pensar en ello, pero el caso es
que así ha sido.

José se aclaró la garganta.

—Bueno, antes debería encontrar a la
mujer adecuada. Ésa es una decisión que debería Nickar ella.

—¿Y si ella no quiere?

—Mire, si está pensando en presentarme
a alguien, dígame quién es y así podremos...

—No, era simple curiosidad.

José inclinó la cabeza y la observó
con expresión pensativa.

—Bueno, nunca me he puesto en esa
situación, pero supongo que dependería de la razón por la que no quisiera
tener hijos. Lo comprendería si la razón es que hay algún problema médico, o
está preocupada por el exceso de población mundial, o por los precios de los
colegios... cosas de ese tipo. Pero siempre me he imaginado que algún día sería
padre. Renunciar a ello sería un sacrificio, y no lo haría sino hubiera una
razón importante para ello.

—Ya veo.

—Pero si todavía está pensando en
alguien con quien le gustaría verme casado, dígamelo. Es posible que cambie de
opinión sobre el tema de los niños.

—No, de verdad, no estaba pensando en
nadie. Bueno, voy a buscar la cámara.

—¡Y no olvide el sombrero! —gritó José
tras ella.

Algún tiempo después, _____ guiaba a
Dinamita a lo largo de la cerca de alambre hasta salir del rancho. Se sentía
inmensamente libre. Allí no había ni teléfonos, ni fax, nada.

Se preguntaba dónde estaría Nick en
ese momento. Y no porque hubiera salido a montar con la esperanza de
encontrarlo, claro que no. De hecho, era la última persona del planeta a la
que le apetecía ver, pero después de lo ocurrido, preferiría que su primer
encuentro fuera en privado. Sabiendo que Juanita había advertido la atracción

que había entre ellos, temía que los
demás también pudieran darse cuenta.

Pero cuanto más se prolongaba su
paseo, menos parecía importarle todo lo demás. Miró el reloj y comprendió que
debería volver, pero la verdad era que no le apetecía nada. Dinamita
aceleraría durante la vuelta a casa, y además, aquel ejercicio estaba teniendo
en ella un efecto terapéutico.

La majestuosidad del paisaje
empequeñecía las preocupaciones humanas. Recordó que Nick había definido su
trabajo como uno de los más hermosos del mundo. Un oficio que podía perder a
la vez que el rancho.

—Pero eso no sucederá, ¿verdad
Dinamita? Susurros del Viento continuará perteneciendo a los Jonas durante
mucho tiempo.

La yegua alzó las orejas, como si
estuviera siguiendo atentamente la conversación.

—Eres una gran yegua, Dinamita. Voy a
echarte de menos. De hecho voy a hacerte una foto para tener algún recuerdo
tuyo —llevó a la yegua al lado de la cerca, desmontó y dejó las riendas en el
suelo, como Nick le había enseñado.

Se alejó unos metros y probó a
enfocarla desde diferentes ángulos.

—Abre los ojos, Dinamita —le ordenó. Y
entonces recordó que-esas habían sido exactamente las palabras de Nick la
noche anterior. En un primer momento, ella no quería hacerlo, pensando que
mantenerlos cerrados era como no reconocer que estaba Nick a su lado,
acariciando tantos rincones prohibidos. Pero Nick había apelado a su sentido
de la justicia y al final los había abierto.

Y al mirar a Nick a los ojos durante
aquellos momentos finales de placer había tenido la inconfundible sensación de
que Nick estaba atándola a él. Era ridículo, por supuesto. Ella no estaba atada
a nadie. Y muy pronto iba a volver a su casa con un calendario que se iba a
convertir en un éxito.

Se agachó en la hierba.

—De acuerdo, pedazo de carne con patas
—le regañó a Dinamita—. Si no te animas un poco, todo Nueva York va a darse
cuenta de que sólo eres un perezoso saco de huesos. ¿De verdad es ésta la
imagen que quieres que tengan de ti en la Gran Manzana?

Dinamita irguió la cabeza, como si se
hubiera puesto repentinamente alerta,

—Eh, así me gusta —disparó una foto.
Dinamita inclinó entonces la cabeza y entornó los ojos—. Eso es. Te van a
adorar.

Continuó fotografiando a Dinamita, que
parecía increíblemente animada, relinchaba y movía la cabeza como _____ no la
había visto hacerlo nunca. Pero cuando la yegua dio un relincho especialmente
agudo y se encabritó, comprendió que algo andaba mal.

—Eh, deja esas cosas para otros
caballos — dejó la cámara en el suelo y se acercó hacia Dinamita, que volvió a
alzarse sobre sus dos patas. _____ la miró aterrada. Se preguntaba si la cámara
habría asustado a la yegua, pero no tenía mucho sentido. Fuera lo que fuera lo
que la había asustado, el caso era que tenía que tranquilizarla.

—Mira, si es esa cajita negra la que
te asusta, no te haré más fotos. Hay mucha gente a la que no le gustan las
fotos.

Pero Dinamita continuaba
encabritándose, sin prestarle la menor atención.

—Tranquilízate, Dinamita —_____
decidió que si podía acercarse lo suficiente para agarrar las riendas, quizá
pudiera calmarla. Se inclinó lentamente para no asustarla más y entonces vio la
serpiente.

O, mejor dicho, a lo que quedaba de
ella: un cadáver sanguinolento, aplastado por los cascos de la yegua cuya visión
puso del revés el estómago de _____.

Tras el primer impacto, _____ Nickó
aire e intentó reponerse. Dinamita había cesado de relinchar y había
retrocedido algunos pasos. Temblaba por el esfuerzo realizado.

_____ se obligó a mirar de cerca la
serpiente. Jamás había visto una, pero la cola, todavía intacta, se parecía
mucho a la de las serpientes cascabel que había visto en televisión.

Entonces fue ella la que comenzó a
temblar.

—Creo que me has salvado la vida. Yo
habría pasado a su lado sin darme cuenta. Espero que no viajen de dos en dos.
Será mejor que me monte y vayamos juntas a buscar la cámara. Tú conoces esto
mucho mejor que yo.

Así que Nickó las riendas y comenzó a
montar. Y fue entonces cuando notó que Dinamita tenía la pierna izquierda enganchada
en el alambre de púas que colgaba de la cerca y estaba sangrando copiosamente.

—Yo tampoco había visto el alambre del
suelo, muchacha —musitó—. Debería haber prestado más atención al suelo, pero
sólo me he fijado en las montañas. Después de esto, no vas a querer montar
conmigo otra vez, pero no te culparé —

suspiró y dejó el sombrero en el
suelo—. Supongo que será mejor que te saque de ese lío. Y esperemos que no
aparezca de pronto otra serpiente.

Mientras regresaba al rancho para
almorzar, Nick se detuvo para comprobar los progresos de José con los postes.

—Estás haciendo un buen trabajo —le
dijo desde el caballo—. Pero ya es hora de hacer un alto para comer.

—Sí, lo sé —contestó José, echándose
el sombrero hacia atrás y quitándose el sudor de la frente—. Pero pensaba
continuar hasta que regresara _____, por si necesitaba ayuda.

Al oír el nombre de _____ a Nick se le
aceleró el corazón. Estaba peor de lo que pensaba, se dijo consternado.

—¿A dónde ha ido? —preguntó,
intentando parecer natural.

—Ha salido a montar con Dinamita. Se
dirigían por la cerca hacia el norte. Habiendo visto montar a _____ y sabiendo
que Dinamita es un buen caballo, he supuesto que no tendrían ningún problema.
Le he sugerido que siguiera la cerca si no quería perderse.

—Estupendo. ¿Y sabes cuándo va a
regresar?

José inclinó la cabeza y miró hacia el
cielo.

—Yo la espero de un momento a otro.
Probablemente ha empezado a a hacer fotografías y se ha olvidado de la hora.

—Entonces ya lleva fuera más tiempo de
lo normal —intentaba no pensar en desastres, pero no podía evitarlo.

—Sí, supongo que se está retrasando un
poco, aunque no tanto como para preocuparse —miró a Nick—. Hemos tenido una
conversación muy extraña antes de que se fuera. Me ha preguntado que si quería
tener hijos y que qué haría si la mujer con la que pensara casarme no quería
tener ninguno.

—¿De verdad?

—Sí. Yo creo que estaba pensando en
emparejarme con alguien.

—Es posible —y esperaba que ese
alguien no fuera _____, se dijo sombrío—. Creo que voy a ir a buscarla —dijo,
como si acabara de ocurrírsele, aunque no había pensado en otra cosa desde que
José le había indicado por dónde andaba.

—De acuerdo —dijo José—. Pero estoy
seguro de que estará perfectamente. Es una mujer muy inteligente.

—De eso puedes estar seguro. Dile a
Juanita que no me espere a comer.

—Eso es, corazón —_____ separó la
última vuelta de alambre de la pata del caballo y lo apoyó en la cerca. Los
dedos le dolían y los tenía cubiertos de sangre, tanto suya como de Dinamita y
sentía calambres en todos los músculos a causa de la difícil postura en la que
había permanecido durante todo el tiempo. Cuando intentó levantarse, sintió un
intenso mareo y temió estar a punto de desmayarse.

—Vas a tener que darme un minuto,
Dinamita —dijo mientras se tumbaba en el suelo y cerraba los ojos—. Serpientes,
procurad manteneros lejos de aquí. Necesito descansar un momento.

—Dios mío.

Al oír aquel grito angustiado abrió
los ojos y descubrió a Nick inclinado sobre ella, con el semblante blanco como
el papel.

—Hola, Nick.

Nick se arrodilló a su lado con
expresión lúgubre.

—No hables y no te muevas. Es posible
que tengas alguna lesión en la espalda.

_____ se enderezó al momento.

—¡Te he dicho que no te muevas! —gritó
Nick, agarrándola por los hombros.

—¿Quieres hacer el favor de callarte?
Vas a asustar a los caballos, y Dinamita ya ha tenido bastante por hoy.

—Al infierno con Dinamita. ¡Te ha dado
una coz en la cabeza!

—No, ella no...

—¿Entonces que haces tumbada en el
suelo y cubierta de sangre? Bueno, o qué hacías. Venga, túmbate, _____.

—¿Por qué? —adoraba que hubiera
acudido en su rescate. Con un final así, merecía la pena haberse llevado un
buen susto—. ¿Para que puedas tumbarte tú encima de mí?

—Maldita sea, ¿cómo puedes pensar en
el sexo en un momento como éste?

—Porque estoy perfectamente.

—Pues tienes un aspecto terrible.

_____ ya se lo imaginaba.

—Me he cortado los dedos con el
alambre al intentar desenredarlo de la pata de Dinamita. Después, al secarme
el sudor, me he llenado la cara de sangre.

Nick le Nickó ambas manos para
examinárselas.

—Guau, _____, tienes las manos en
carne viva.

—No lo he podido hacer de otra manera.
Échale un vistazo a su pata, ¿quieres, Nick? Creo que la mayor parte de las
heridas son muy superficiales, pero no soy una experta en ese tipo de cosas.

—No te muevas —le soltó las manos y
fue a ver a Dinamita. Al momento regresó y volvió a agacharse al lado de _____.
La miró a los ojos, con expresión de culpabilidad—. No tiene grandes heridas,
pero volveremos los dos montados en Red, para no forzarla más. Debería haber
arreglado esta parte de la cerca esta mañana, en vez de haberme dedicado a
montar como un idiota.

—Nick, esto no ha sido culpa tuya
—sospechaba además que la cabalgata solitaria de Nick de aquella mañana tenía
mucho que ver con ella—. Estoy estupendamente y Dinamita se curará muy pronto.
Lo que no va a tener solución es lo de la serpiente cascabel.

—¿La serpiente cascabel? ¿Te ha picado
una? — estaba aterrado.

—No, gracias a Dinamita. La ha
pisoteado mientras yo estaba distraída haciéndole fotografías. Y era una
serpiente bastante grande.

—¿Estás segura de que está muerta?

—Vete a verla tú mismo. Podrás
encontrar sus restos a un metro de Dinamita.

—Estáte quieta y no te muevas mientras
voy a comprobarlo.

—De acuerdo —pero _____ estaba
deseando demostrarle que no estaba herida, de manera que

en cuanto se alejó se levantó y
comenzó a caminar. Después de ponerse su sombrero, se acercó a Dinamita y le
acarició la cabeza—. Te has portado maravillosamente. Gracias por haber matado
a esa serpiente. Eres la mejor yegua del planeta —y le dio un beso en el
hocico.

—¿Es así como entiendes tú lo de
estarte quieta? —_____ se volvió y vio a Nick con la cámara en la mano—. Me he
encontrado esto en la hierba — le dijo—. Y sabiendo lo mucho que significa para
ti, me impresiona que la hayas abandonado para ocuparte de un caballo.

—La verdad es que adoro a esta yegua
—le palmeó el cuello al animal—. Ya sé que en realidad es tuya, pero después
de lo que hemos vivido hoy, tengo la sensación de que también es un poco mía.

—Te comprendo —asomó a sus labios una
débil sonrisa—. Pero, maldita sea, _____, pareces la víctima de una masacre
—le pasó la cámara y la agarró del brazo—. Vamos, déjame limpiarte un poco la
cara y las manos antes de volver, a no ser que quieras matar a todo el mundo de
un ataque al corazón.

—¿Era una serpiente cascabel?

—Sí, lo era —contestó Nick mientras la
conducía a su caballo—. Y de buen tamaño. Normalmente no se meten con nadie,
pero parece que has tenido la mala suerte de pararte en un lugar equivocado.

—Porque no me he fijado en lo que
tenía a mi alrededor. Si lo hubiera hecho, habría visto la serpiente, y
también el alambre. Tendría que haber buscado otro lugar para hacerle a
Dinamita las fotografías.

—No seas tan dura contigo misma —abrió
su alforja—. Si quieres, puedo llevarte la cámara.

—Gracias, Nick. Pero digas lo que
digas, me siento como una estúpida. Menudo lío he montado.

—Venga, _____, todavía no conoces la
zona — se sacó un pañuelo del bolsillo y lo humedeció con agua de la
cantimplora—. No es posible que repares en todas esas cosas al principio. Ahora
déjame verte las manos.

_____ le mostró las manos y apretó los
labios intentado dominar el dolor mientras él se las limpiaba.

—Eres una mujer dura, _____ —comentó Nick—.
No creo que haya mucha gente dispuesta a desgarrarse las manos de esta forma
para liberar a un caballo.

—No veía otra alternativa.

—Podrías haber esperado a que pasara
alguien por aquí —contestó.

—No sabía cuánto tiempo podía pasar
hasta entonces.

—Lo sé —respondió con amabilidad—. Y
te admiro por lo que has hecho. Te has comportado como una verdadera vaquera.

—Vaya, muchas gracias —sonrió.

—Pero tienes un aspecto espantoso.
Ahora, quédate quieta y déjame que intente limpiarte la cara.

_____ alzó la cara hacia él y cerró
los ojos. Nick la agarró de la barbilla con una mano y con la otra comenzó a
limpiarle las mejillas.

—Siento que te haya ocurrido esto.
Supongo que ahora estarás deseando volver a la civilización.

—No exactamente —de hecho, era lo
último que se le pasaba por la cabeza. En ese momento, sólo podía pensar en la
ternura con la que le alzaba la barbilla y en lo mucho que deseaba que la
besara. Después de aquel susto, necesitaba que la mimaran y Nick era el hombre
más indicado para hacer ese trabajo.

—Hablando de cosas que no deberíamos
haber hecho —dijo de pronto Nick—. Lo que pasó anoche...

—Mmm —el recuerdo de lo que había
ocurrido removió las entrañas de _____, excitando hasta el último rincón de su
piel.

—Probablemente no fue lo más
inteligente que podía haber hecho —dejó de limpiarle la cara, pero no le soltó
la barbilla.

_____ abrió los ojos y lo miró.

—No creo que la inteligencia tuviera
mucho que ver con eso.

—Tienes razón. Y parece que voy a
continuar comportándome con un estúpido —atrapó sus labios con una ansiedad
que dejó a _____ sin respiración.

_____ le rodeó el cuello con los
brazos y se estrechó contra aquel cuerpo glorioso, disfrutando del contacto
que se había negado la noche anterior. Pero justo en ese precioso instante,
Red relinchó.

—No podemos quedarnos aquí —susurró Nick—.
José puede venir en cualquier momento para ver lo que nos ha pasado.

—Tienes razón —contestó _____, sin
disimular su frustración—. Y además el veterinario tendría que ver a Dinamita.

—Realmente estás empezando a pensar
como una ranchera —la besó con ternura—. Ya dejaremos esto para más tarde.

—¿Y vamos a volver al rancho montados
en el mismo caballo? —preguntó _____ con voz seductora.

—Si puedo resistirlo, sí. Porque
maldita sea, _____, no sé si eres capaz de imaginarte cómo me excitas.

_____ comprendió que lo mejor que
podía hacer era aplazar el proyecto de encontrar marido. Pasar las próximas
noches con Nick era una perspectiva que dejaba de lado cualquier otra consideración.

—¿Quieres que intentemos hacer algo al
respecto cuando lleguemos a casa, vaquero?

No había nada en el mundo que pudiera
apetecerle más a Nick que lo que _____ había propuesto, pero antes tendrían
que curar las heridas de Dinamita. Además, antes de acostarse con _____, quería
que hablaran de algunas cosas. Había evitado una respuesta directa a su
pregunta contestándole con un beso que probablemente ella había interpretado
como un sí. Pero para Nick sólo era un quizá.

Le gustaba cómo había reaccionado ella
aquel día y se preguntaba si sabría lo bien que se estaba adaptando a la vida
del rancho. Quizá fuera ya plenamente consciente de ello, y fuera esa la razón
por la que le había hecho a José aquella extraña pregunta. Quizá estuviera
planeando casarse con un vaquero antes de volver a Nueva York, tal como había
hecho Deidre tras pasar unos días en el rancho.

11

—José me ha comentado que esta mañana
le has hecho una pregunta sobre un asunto matrimonial —sintió al instante cómo
se tensaba _____.

—Es bueno conocer en profundidad a los
modelos —le explicó—. Cuanto mejor los conozco, más posibilidades tengo de
enfatizar su carácter en las fotografías.

Nick inclinó la cabeza y le susurró al
oído:

—El día que fui a buscarte al
aeropuerto me dijiste que no estabas dispuesta a tolerar sandeces. Y yo
tampoco, y la explicación que me acabas de dar es una solemne estupidez.

_____ se estremeció.

—No me hagas eso en el oído.

—¿Por qué no?

—Porque... me excita —replicó ella.

—Es posible que los dos estemos en la
misma situación —y colocó el brazo de manera que rozara el seno de la joven.

—Nick —gimió _____.

Nick no desplazó el brazo.

—¿Vas a contestarme por qué le has
preguntado que si querrá tener hijos cuando se case?

_____ suspiró.

—Supongo que podría hacerlo. Pero
gracias a ti todo mi plan se ha hecho añicos.

Nick se puso alerta en cuanto oyó la
palabra «plan».

—¿Y cuál era tu plan?

—Encontrar marido.

Nick se quedó de piedra.

—¿De verdad?

—No te preocupes, Nick. No estaba
intentando atraparte a ti.

—Ibas detrás de José —replicó Nick con
un nudo en la garganta.

—No específicamente detrás de José. Y
menos tras haber averiguado que tiene muchas ganas de ser padre.

—No sé si te comprendo —sentía que la
cabeza le daba vueltas a una velocidad vertiginosa.

—No sé si te va a gustar, pero por
favor, intenta comprenderlo. Tú mismo pudiste comprobar hasta qué punto me
afecta una sesión de fotografía y... bueno, necesito a alguien en quien pueda
apoyarme... No quiero terminar seduciendo un buen día a alguno de mis modelos.

—Hablas como si estuvieras pensando en
alquilar un marido para desahogarte —contestó Nick con amargura.

—Sabía que reaccionarías de esa forma.
Pero es más que sexo realmente. Necesito un amigo, una persona con la que poder
llenar mi soledad entre trabajo y trabajo. Estoy buscando a alguien que no
tenga una visión muy estricta del matrimonio. No tendríamos que vivir juntos,
sólo nos veríamos cada cierto tiempo.

—Y os desahogarías —aquella idea del
matrimonio lo horrorizaba, pero, maldita fuera, también le parecía la más
provocativa que había oído en su vida.

—Bueno, también me gustaría que
disfrutáramos de nuestra mutua compañía, pero básicamente es ésa la idea.

—Eso no es un matrimonio. Es sólo
sexo.

—No estoy de acuerdo contigo. Podría
haber amor, respeto y comprensión. Ya sé que no sería un matrimonio muy normal,
pero eso es lo que necesi-

to y eso es lo que buscaba cuando
emprendí este viaje. Pero después te conocí a ti. Casi desde el primer momento
me dijiste que no estabas interesado en el matrimonio, y aunque lo estuvieras,
no puedo imaginarte aceptando un acuerdo de ese tipo.

—De eso puedes estar segura. Habría
que ser un mentecato para aceptar algo así.

_____ le apartó el brazo para que
dejara de tocar su seno.

—O ser más flexible de lo que tú eres.

—Sí, como un chicle.

—Puedes burlarte de mi idea todo lo
que quieras, no me importa lo que pienses. De hecho, tú no tienes nada que ver
con mi plan, salvo...

—¿Salvo?

—Pues que no me apetece ponerme a
buscar marido después de haber compartido contigo... ciertos momentos.

—Ya veo. En ese caso quizá no haya
sido del todo estúpido al meterme en esa piscina, de esa forma he conseguido
evitar que conviertas en una mascota a alguno de los mejores tipos de Montana.

—No sé por qué me siento atraída por
ti, la verdad. Eres demasiado machista. Si fuera más sabia, procuraría
mantenerme alejada de ti.

—Tú misma has dicho que la
inteligencia no tiene nada que ver con esto.

—Supongo que no. En cuanto me tocas,
dejan de funcionar todas las neuronas de mi cerebro.

Nick la estrechó contra él, pero era
consciente de que tenía entre manos un serio problema. Ya se había imaginado a
sí mismo haciendo el amor con ella en la cabana, pero si lo hacía, estaría bailando
al ritmo que _____ marcaba, convirtiéndose

en un simple desahogo. Se merecía algo
más que eso, y también _____. Lo que tenía que encontrar era una forma para
hacerle ver lo insultante que era su proyecto para ambos.

_____ no sería feliz con un perrito
faldero de marido. Por mucho que lo pretendiera, no era una persona a la que le
gustaran las medias tintas. Necesitaba a alguien tan fuerte como ella, alguien
que se entregara por entero a la relación. Alguien como... él. Pero él no
estaba interesado en una fo-tógrafa neoyorquina que no quería tener hijos.

¿Pero a quién diablos pretendía
engañar? _____ podía ser de Nueva York, pero encajaba perfectamente en el
rancho. Y en cuanto a los niños, estaba seguro de que le encantaría tenerlos.
Aunque ella todavía no lo supiera.

—Así que me estaba preguntando —dijo _____
con voz seductora—, si dispondrías de algún rato libre esta tarde.

—Podría ser. ¿Tú no tienes que hacer
nada?

—Tenía una cita, pero el coche se me
averió anoche y todavía no sé cuándo me lo van a arreglar.

—¿Y si ya te lo han arreglado?

—Podría fingir que no lo sé.

Así que estaba dispuesta a cambiar su
horario de trabajo por él.

—¿A cuántos vaqueros has fotografiado
ya?

—De momento a ocho.

—Así que necesitas cuatro más
—comenzaba a rondarle una idea por la cabeza.

—Sí, supongo que sí. En realidad
pensaba localizar a trece, por si alguno de ellos resultaba ser un buen
candidato a marido y tenía que eliminarlo del calendario.

Nick suspiró exasperado. Aquella mujer
había pasado demasiado tiempo detrás de una cámara y no tenía ni idea de cómo
funcionaba el mundo.

—¿Y realmente esperas encontrar un
marido

de esa forma?

—Bueno, parece que por lo menos en
este viaje va a ser imposible.

—Creo que lo de tener trece modelos
para el calendario es una buena idea de todas formas, por si alguien no aparece
bien en las fotografías.

—Oh, eso es imposible. Los retrato con
un cuidado exquisito.

—¿Y qué ocurriría si alguno no
quisiera firmar

el contrato?

—Entonces no haríamos un trato.

—¿Puedes hacer una excepción conmigo?

—¿Estás diciendo acaso que quieres
posar para

mí?

—Si lo hiciera, no firmaría el
contrato hasta

que no hubiera visto las fotografías.

—-Pero si hay una mínima posibilidad
de que pueda utilizar esas fotos para el calendario, esto impediría que hubiera
algo entre nosotros.

—Entonces me temo que tendrás que
elegir — lo que estaba intentando hacer Nick era demostrarle que hacer el amor
no era simplemente algo físico. No era un juego, y tampoco una forma de aliviar
las tensiones del trabajo. Era una de las cosas más importantes de la vida.

Lo último que _____ podía esperar de Nick
era que se ofreciera a posar. Mientras se acercaban al rancho, fue
recuperándose poco a poco de la im-

presión. Sabía que no podía Nickar
aquella decisión a la ligera: unas cuantas noches con él en la cama contra una
foto de portada que podía garantizar que el calendario fuera el mayor éxito de
su carrera.

Nick podía negarse a que utilizara la
fotografía, pero _____ lo dudaba. No conocía a nadie que no se hubiera gustado
al verse en las fotos. _____ tenía un ojo capaz de atrapar todo el atractivo
sexual de un hombre y no conocía ninguno al que no le gustara verse reflejado
de esa forma. Incluso a Nick, que sólo se miraba al espejo para afeitarse, le
encantarían las fotografías.

Además, podría ayudarlo a solventar su
situación económica. Aunque rechazara cualquier otra oferta para posar como
modelo, el hecho de que apareciera en el calendario, junto con Jeeter y José,
podía incrementar notablemente el número de visitantes del rancho. Se imaginaba
a cientos de mujeres solteras viajando hasta allí, y Nick podría subir los
precios.

Imaginar a Nick rodeado de mujeres la
molestaba un poco, pero no era aquel momento para preocuparse de ese tipo de
cosas.

Nickó aire antes de contestar.

—De acuerdo, trato hecho. Te haré las
fotos y te las enviaré con el contrato. ¿Cuándo quieres que las hagamos?

—Decídelo tú.

—Déjame algún tiempo para pensarlo.
Tengo que decidir dónde las vamos a hacer y qué tipo de luz utilizar.

—Avísame cuando lo decidas entonces.

_____ debería estar jubilosa, pero en
realidad te-

nía ganas de gritar. Nick pronto
estaría delante de su cámara, pero eso significaba que ella tendría que
renunciar a sentir de nuevo sus labios sobre su boca, o la fuerza de su abrazo,
o la delicadeza de sus caricias. Iba a ser un sacrifico mucho más doloroso de
lo que en principio pensaba.

Enjoy...

por **aranzhitha** Jue 02 Ago 2012, 2:43 pm

hay noooo yo no quiero fotos
Quiero a Nick en mi cama :twisted:
Awww lo amo
Siguela!!!!

por **ElitzJb** Jue 02 Ago 2012, 6:15 pm

x fin se digno a posar :)
definitivamente el capitulo me fascino
pero hay una frustración grande para la rayis ella tiene un gran DILEMA...
síguela por favor esta buenísima

por **ElitzJb** Vie 03 Ago 2012, 6:31 pm

mas
mas
mas
mas
quiero mas

por **thegirlwiththebrokensmile** Dom 05 Ago 2012, 9:22 am

Siguelaaa, siguelaaa , siguelaa!!

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