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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
hay chalai.
Gracias por subir el capitulo!!
Te voy a decir la verdad, me estoy enamorando de esta novela como no pense que iba a hacerlo con otra novela es.. hermosa. No quiero que se termine imaginate! hah
Gracias por subir el capitulo!!
Te voy a decir la verdad, me estoy enamorando de esta novela como no pense que iba a hacerlo con otra novela es.. hermosa. No quiero que se termine imaginate! hah
Augustinesg
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
ahh lo mato el sultan???
Me encanta Joe!!!
Siguela!!!
Me encanta Joe!!!
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
:O Trauma. Su abuelo mato a su padre (? ¡ME CAIGO DE LADO! Esto es muy fuerte aunque mi abuelo y mi tío se pegan con palos y mi abuelo le grita pederasta... bueh, me salgo del tema xD
Síguela (:
Síguela (:
ItsBee♡
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
—¿Tu tío ordenó la muerte de su propio cuñado?
—No; mi abuelo ordenó la muerte de su yerno.
—Vaya.
—¿Te asombra? ¿Acaso no existen las maquinaciones políticas en tu Inglaterra?
—En lo que yo llevo de vida, no.
—A tus diecisiete años eres todavía una niña —comentó Joe—. Peor aún que la muerte de mi padre es el hecho de que mi hermano y mi hermana yacen en tumbas prematuras por culpa de Fougere.
—¿De veras tienes intención de matarlo?
Joe la giró entre sus brazos para mirarla de frente.
—¿Eso te preocupa?
—Si Fougere es culpable, merece morir —respondió ella.
Joe se sintió aliviado con aquella respuesta, pero tampoco importaba demasiado lo que ella pensara.
—¿Apruebas la venganza?
—Si pudiera me vengaría de la muerte de mi padre —reconoció _______________.
Joe no quería que pensara en la muerte de su padre. Esos pensamientos turbaban sus sueños.
—¿Por qué te mostraste hostil con mi madre?
—Porque ella se mostró hostil conmigo.
—No, flor silvestre. Tú te mostraste agresiva con ella desde el primer momento —señaló Joe—. Me gustaría saber lo que sientes.
—Yo... no quiero herir tus sentimientos.
Él la estrechó, besándola en la frente. Sentía su cuerpo muy cerca y no podía apartar la vista de su hermoso rostro. Un hombre podía ahogarse en aquellas insondables lagunas verdes que eran sus ojos.
—¿Te importan mis sentimientos? —preguntó él con voz ronca.
—Por supuesto.
—En lo que respecta a mi madre, mis sentimientos se conservan intactos —reflexionó Joe.
—La noche que me escapé, salí por la puerta del jardín. Oí voces y me escondí detrás de esos arbustos. Al poco rato pasó tu madre y estaba hablando de ti con comentarios despectivos.
—¿Por ejemplo?
—Eso no importa. Todos los hijos necesitan una madre que los quiera incondicionalmente. No puedo respetar a una mujer que no hable bien de su propio hijo.
Conmovido, Joe se inclinó y la besó con ternura.
Omar regresó con la bandeja de la cena pero se encontró con una alcoba vacía. Dejó la bandeja sobre la mesa y cruzó la habitación en dirección a la puerta del jardín para avisar que la cena estaba lista. Entonces vio algo que le llenó el corazón de alegría: el príncipe y su señora estaban entrelazados en un abrazo apasionado. Omar sonrió y retrocedió sin hacer ruido. Miró la bandeja y decidió dejarla. Un hombre satisfecho era un hombre hambriento. Poco importaba que la comida estuviera fría.
«¡Gracias, Alá!», rezó Omar en silencio, mirando hacia las alturas, y abandonó la alcoba.
—No; mi abuelo ordenó la muerte de su yerno.
—Vaya.
—¿Te asombra? ¿Acaso no existen las maquinaciones políticas en tu Inglaterra?
—En lo que yo llevo de vida, no.
—A tus diecisiete años eres todavía una niña —comentó Joe—. Peor aún que la muerte de mi padre es el hecho de que mi hermano y mi hermana yacen en tumbas prematuras por culpa de Fougere.
—¿De veras tienes intención de matarlo?
Joe la giró entre sus brazos para mirarla de frente.
—¿Eso te preocupa?
—Si Fougere es culpable, merece morir —respondió ella.
Joe se sintió aliviado con aquella respuesta, pero tampoco importaba demasiado lo que ella pensara.
—¿Apruebas la venganza?
—Si pudiera me vengaría de la muerte de mi padre —reconoció _______________.
Joe no quería que pensara en la muerte de su padre. Esos pensamientos turbaban sus sueños.
—¿Por qué te mostraste hostil con mi madre?
—Porque ella se mostró hostil conmigo.
—No, flor silvestre. Tú te mostraste agresiva con ella desde el primer momento —señaló Joe—. Me gustaría saber lo que sientes.
—Yo... no quiero herir tus sentimientos.
Él la estrechó, besándola en la frente. Sentía su cuerpo muy cerca y no podía apartar la vista de su hermoso rostro. Un hombre podía ahogarse en aquellas insondables lagunas verdes que eran sus ojos.
—¿Te importan mis sentimientos? —preguntó él con voz ronca.
—Por supuesto.
—En lo que respecta a mi madre, mis sentimientos se conservan intactos —reflexionó Joe.
—La noche que me escapé, salí por la puerta del jardín. Oí voces y me escondí detrás de esos arbustos. Al poco rato pasó tu madre y estaba hablando de ti con comentarios despectivos.
—¿Por ejemplo?
—Eso no importa. Todos los hijos necesitan una madre que los quiera incondicionalmente. No puedo respetar a una mujer que no hable bien de su propio hijo.
Conmovido, Joe se inclinó y la besó con ternura.
Omar regresó con la bandeja de la cena pero se encontró con una alcoba vacía. Dejó la bandeja sobre la mesa y cruzó la habitación en dirección a la puerta del jardín para avisar que la cena estaba lista. Entonces vio algo que le llenó el corazón de alegría: el príncipe y su señora estaban entrelazados en un abrazo apasionado. Omar sonrió y retrocedió sin hacer ruido. Miró la bandeja y decidió dejarla. Un hombre satisfecho era un hombre hambriento. Poco importaba que la comida estuviera fría.
«¡Gracias, Alá!», rezó Omar en silencio, mirando hacia las alturas, y abandonó la alcoba.
NiinnyJonas
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
awww me encanta Joe es tan tierno :hug:
Y la rayiz que leal es
Tengo una queja Niinny los capitulos son muy cortitos
Y simpre me quedo con ganas de mas :( :wut:
Siguela!!
Y la rayiz que leal es
Tengo una queja Niinny los capitulos son muy cortitos
Y simpre me quedo con ganas de mas :( :wut:
Siguela!!
aranzhitha
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
hahaha es que ese era el final del capitulo 13 hahahahhaa ya te subire más :P
NiinnyJonas
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
14
Aquel miércoles, día de trabajo para musulmanes, cristianos y judíos, el sol estaba en su cénit en un cielo sin nubes. Estambul, ciudad de muchas caras, llevaba varias horas despierta. Las inquietas multitudes llenaban las serpenteantes calles de adoquines. Por encima del bullicio resonaban los gritos de los vendedores, que ofrecían de todo, desde verduras hasta yogur y agua para beber.
Joe y Nick se abrían camino a caballo entre el gentío de las calles en dirección a Beyoglu, donde se instalaban los mercaderes europeos. Detrás de ellos cabalgaban Abdul, Rashid y un contingente de diez guerreros a las órdenes del príncipe.
Hombres, mujeres y niños contemplaban boquiabiertos el paso del séquito. Al ver al príncipe que había ordenado la masacre de cientos de inocentes, la mayoría de adultos hacían una seña para protegerse de los malos espíritus. Los cristianos se santiguaban, los judíos volvían la cabeza y rezaban en silencio a Yahvé, los musulmanes palpaban sus masallahs, collares de abalorios azules que protegían del mal de ojo. Las madres, sin importar sus creencias religiosas, susurraban severas advertencias a sus traviesos hijos a la vez que señalaban a la temida Bestia del Sultán.
—Estás provocando tu revuelo habitual entre las gentes de Estambul —observó Nick.
Joe se encogió de hombros y miró al frente.
—Si fruncieras menos el entrecejo, la gente no te tendría miedo —dijo Nick.
—El miedo puede ser útil —repuso Joe, mirando de reojo a su amigo—. Escuchan la leyenda, ven la cicatriz y temen a la bestia.
—Tu flor silvestre no te ha temido nunca.
Joe no dijo nada, pero su expresión se ensombreció.
—¿Algún problema en tu paraíso privado? —inquirió Nick—. ¿Has pasado la noche en vela escuchando cómo se peleaban tu madre y tu esposa?
—Calla —gruñó Joe.
—La verdad, pareces cansado y de mal humor.
—Si insistes en saberlo, mi mujer no para de hostigarme —dijo Joe con voz pesarosa.
Nick rió.
—¿La Bestia del Sultán, el hombre más temido del Imperio, derrotado por el acoso de una muchacha?
—Ella insiste en que repita mis votos de matrimonio ante un sacerdote cristiano —se quejó Joe—. Anoche gozó en mi cama, pero luego se echó a llorar. Dice que no se puede sentir casada de verdad sin la bendición de un cura, y que nuestros encuentros amorosos la convierten en una puta.
—El problema tiene fácil solución —comentó Nick—. Pide que venga un sacerdote y asunto concluido.
—¿El sobrino del sultán participando en un ritual cristiano? Provocaría un escándalo.
—No tiene por qué saberlo nadie —insistió Nick—. Se puede hacer en secreto.
—Yo lo sabría ——respondió Joe—. Además, tampoco con eso podría dormir tranquilo. Las pesadillas de mi esposa sobre el asesinato de su padre me despertaron en medio de la noche.
—Quizá le sentaría bien una visita a April.
—Lo dudo. Si viera a su prima no haría más que pensar en Inglaterra.
Nick asintió.
—Entonces duerme en otra habitación.
—Pero ¿quién calmaría sus temores en medio de la noche? ¿Omar? Ése sólo sirve para dar masajes.
Nick sonrió. Era evidente que el dardo de Cupido había alcanzado al príncipe.
—Jamás pensé que el matrimonio sería algo tan irritante —musitó Joe—. Mi esposa se niega a comer la clara del huevo pero le encanta la yema. Esta mañana tuve que comerme las claras que había dejado.
Nick rió.
—Si vuelve a menospreciar la bondad de Ala, lo lamentará —añadió Joe.
—Supongo que lo que dicen de las comadronas es cierto —comentó Nick.
—¿Qué dicen?
—Las comadronas pegan a los recién nacidos en el culo para que a los más estúpidos se les caigan las pelotas —dijo Nick con seriedad.
Joe se mordió el labio para contener la risa. No estaría bien que el pueblo de Estambul viera reír a la Bestia del Sultán. Eso desmerecería su temible imagen.
—Ya hemos llegado —dijo Nick.
Los aguardaban varios marineros y un bote. Joe, Nick, Abdul y Rashid se encaramaron a la embarcación y los marineros empezaron a remar en dirección al barco del duque de Sassari. El contingente de guerreros del príncipe permaneció en la orilla con los caballos.
Nick se puso de pie en el bote cuando llegaron al barco del duque y gritó:
—¡El príncipe Joe solicita permiso para subir a bordo!
Pasaron cinco minutos, al cabo de los cuales apareció el capitán del barco y ordenó a sus hombres que bajaran la escala de cuerda. Luego hizo un gesto para que subieran.
Joe, Nick, Abdul y Rashid subieron a cubierta.
—Soy el capitán Molinari —se presentó el hombre—. Por favor, seguidme.
Joe, Nick y Abdul descendieron con el capitán. Por orden del príncipe, Rashid permaneció en cubierta.
Joe y Nick se abrían camino a caballo entre el gentío de las calles en dirección a Beyoglu, donde se instalaban los mercaderes europeos. Detrás de ellos cabalgaban Abdul, Rashid y un contingente de diez guerreros a las órdenes del príncipe.
Hombres, mujeres y niños contemplaban boquiabiertos el paso del séquito. Al ver al príncipe que había ordenado la masacre de cientos de inocentes, la mayoría de adultos hacían una seña para protegerse de los malos espíritus. Los cristianos se santiguaban, los judíos volvían la cabeza y rezaban en silencio a Yahvé, los musulmanes palpaban sus masallahs, collares de abalorios azules que protegían del mal de ojo. Las madres, sin importar sus creencias religiosas, susurraban severas advertencias a sus traviesos hijos a la vez que señalaban a la temida Bestia del Sultán.
—Estás provocando tu revuelo habitual entre las gentes de Estambul —observó Nick.
Joe se encogió de hombros y miró al frente.
—Si fruncieras menos el entrecejo, la gente no te tendría miedo —dijo Nick.
—El miedo puede ser útil —repuso Joe, mirando de reojo a su amigo—. Escuchan la leyenda, ven la cicatriz y temen a la bestia.
—Tu flor silvestre no te ha temido nunca.
Joe no dijo nada, pero su expresión se ensombreció.
—¿Algún problema en tu paraíso privado? —inquirió Nick—. ¿Has pasado la noche en vela escuchando cómo se peleaban tu madre y tu esposa?
—Calla —gruñó Joe.
—La verdad, pareces cansado y de mal humor.
—Si insistes en saberlo, mi mujer no para de hostigarme —dijo Joe con voz pesarosa.
Nick rió.
—¿La Bestia del Sultán, el hombre más temido del Imperio, derrotado por el acoso de una muchacha?
—Ella insiste en que repita mis votos de matrimonio ante un sacerdote cristiano —se quejó Joe—. Anoche gozó en mi cama, pero luego se echó a llorar. Dice que no se puede sentir casada de verdad sin la bendición de un cura, y que nuestros encuentros amorosos la convierten en una puta.
—El problema tiene fácil solución —comentó Nick—. Pide que venga un sacerdote y asunto concluido.
—¿El sobrino del sultán participando en un ritual cristiano? Provocaría un escándalo.
—No tiene por qué saberlo nadie —insistió Nick—. Se puede hacer en secreto.
—Yo lo sabría ——respondió Joe—. Además, tampoco con eso podría dormir tranquilo. Las pesadillas de mi esposa sobre el asesinato de su padre me despertaron en medio de la noche.
—Quizá le sentaría bien una visita a April.
—Lo dudo. Si viera a su prima no haría más que pensar en Inglaterra.
Nick asintió.
—Entonces duerme en otra habitación.
—Pero ¿quién calmaría sus temores en medio de la noche? ¿Omar? Ése sólo sirve para dar masajes.
Nick sonrió. Era evidente que el dardo de Cupido había alcanzado al príncipe.
—Jamás pensé que el matrimonio sería algo tan irritante —musitó Joe—. Mi esposa se niega a comer la clara del huevo pero le encanta la yema. Esta mañana tuve que comerme las claras que había dejado.
Nick rió.
—Si vuelve a menospreciar la bondad de Ala, lo lamentará —añadió Joe.
—Supongo que lo que dicen de las comadronas es cierto —comentó Nick.
—¿Qué dicen?
—Las comadronas pegan a los recién nacidos en el culo para que a los más estúpidos se les caigan las pelotas —dijo Nick con seriedad.
Joe se mordió el labio para contener la risa. No estaría bien que el pueblo de Estambul viera reír a la Bestia del Sultán. Eso desmerecería su temible imagen.
—Ya hemos llegado —dijo Nick.
Los aguardaban varios marineros y un bote. Joe, Nick, Abdul y Rashid se encaramaron a la embarcación y los marineros empezaron a remar en dirección al barco del duque de Sassari. El contingente de guerreros del príncipe permaneció en la orilla con los caballos.
Nick se puso de pie en el bote cuando llegaron al barco del duque y gritó:
—¡El príncipe Joe solicita permiso para subir a bordo!
Pasaron cinco minutos, al cabo de los cuales apareció el capitán del barco y ordenó a sus hombres que bajaran la escala de cuerda. Luego hizo un gesto para que subieran.
Joe, Nick, Abdul y Rashid subieron a cubierta.
—Soy el capitán Molinari —se presentó el hombre—. Por favor, seguidme.
Joe, Nick y Abdul descendieron con el capitán. Por orden del príncipe, Rashid permaneció en cubierta.
NiinnyJonas
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
awww me encanta!!
Gracias por el capi extra !!
Siguela!!
Gracias por el capi extra !!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
Síguela, ¡me hacen gracia su chiste de humor negro!
ItsBee♡
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
El capitán Molinari llamó a la puerta del duque y abrió. Joe y Nick entraron al camarote, pero Abdul y el capitán se quedaron fuera.
Sentado frente a una mesa, bebiendo vino con el conde Orcioni, estaba el duque de Sassari, que se puso de pie en cuanto entraron.
—Príncipe Joe, qué sorpresa tan agradable —saludó el duque, esbozando una falsa sonrisa.
Joe devolvió la sonrisa con la misma falta de sinceridad.
—¿Agradable?
—Veros es siempre un placer. —El duque se tiró del bigote con gesto nervioso—. Por favor, sentaos.
—Prefiero permanecer de pie.
—¿Una copa de vino?
—Mi religión prohíbe el consumo de alcohol —dijo Joe.
—Claro, me olvidaba —respondió el duque—. Permitidme presentaros al conde Orcioni, un primo lejano de Pantelleria.
Joe saludó al conde con un seco movimiento de la cabeza, recordando que aquel hombre habría convertido a su dulce flor silvestre en una puta maltratada.
—Habréis oído hablar de mi amigo, Nick Jonas —dijo.
—¿Quién no conoce las emocionantes historias sobre el Hijo del Tiburón? —contestó el duque.
Nick agradeció el halago con un gesto de la cabeza, y miró al conde.
—¿Cómo va el negocio de alcahuete, Orcioni?
El conde Orcioni se atragantó con el vino.
—Sin ánimo de ofender—dijo Nick.
—No se preocupe —aseguró el conde.
—¿Por qué habéis alargado vuestra estancia en Estambul? —preguntó Joe al duque de Sassari.
—¿Habéis remado hasta aquí para preguntarme eso?
—¿Acaso vuestra prolongada estancia tiene algo que ver con Fougere? —insistió Joe—. Me consta que se encuentra en algún lugar de Estambul.
—¿Savon en Estambul? —El duque de Sassari soltó una carcajada—. Con todos mis respetos, príncipe Joe, os equivocáis. Savon es demasiado cobarde para venir a Estambul.
—Fougere es un cobarde, pero está escondido por aquí —afirmó Joe—. Lo he sabido a través del bastardo que intentó asesinarme.
El duque de Sassari compuso una expresión de asombro.
—¿Mi primo contrató a un asesino para que os atacara?
—¿No sabíais nada de ello? —pregunto Joe, arqueando una ceja.
—Os puedo asegurar...
—Mentís —le acusó Nick impulsivamente.
—Juro que desconocía ese crimen, y me alegro de que sobrevivierais a un ataque tan ruin —repuso el duque, dirigiéndose a Joe—. Deseo una audiencia con Lyndar y por eso he permanecido en Estambul. Pese a ser mi hermanastra, necesito el permiso del sultán para este tipo de visita.
—En ese caso, permitidme que acelere el asunto en vuestro nombre —se ofreció Joe.
—Os lo agradecería profundamente.
—Dadlo por hecho. —Joe sonrió, pero sus ojos azules eran gélidos—. Si Fougere se pone en contacto con vos, decidle que me he casado con su prometida.
—Dudo que Savon se...
—Y decidle a Fougere que es hombre muerto —añadió Joe.
—¿Qué dirá vuestra esposa cuando lleguéis a casa con una hermosa esclava del establecimiento de Akbar? —preguntó Nick al duque.
El conde Orcioni terció en la conversación:
—La verdad es que, en un alarde de generosidad, el duque me ha obsequiado con su elección, un par de jóvenes gemelas rubias de Circasia idénticas en todo salvo el diminuto lunar que tiene una en el labio superior. He pensado que mis clientes apreciarían la novedad.
—No estoy dispuesto a gastar mi oro en el obsequio de un amigo de Fougere —bramó Joe, clavando su implacable mirada en el mercader de rameras de Pantelleria—. Exijo la devolución inmediata de esas mujeres.
—Es demasiado tarde —protestó Orcioni.
—Yo he pagado por ellas —le recordó Joe.
—Las mujeres no tienen ninguna importancia —dijo el duque, dirigiéndose al príncipe.
—El sultán es mi tío —advirtió Joe—. Podría confiscar este barco, y tardaríamos mucho en desenredar nuestro malentendido.
—¡Molinari! —llamó el duque. Cuando el capitán respondió a su llamada, le ordenó—: Trae las esclavas.
Pasaron varios minutos en silencio. El capitán volvió con dos esclavas que iban cubiertas con velo.
—Estas mujeres no se quedarán aquí —dijo Joe a Abdul—. Llévalas a cubierta y vigílalas. —Miró al duque y dijo—: Visitaréis a vuestra hermana esta semana. Aguardad hasta que os llegue el aviso.
—Os lo agradezco, príncipe Joe —respondió el duque.
—No olvidéis decirle a Fougere que es hombre muerto —repitió Joe, y abandonó el camarote con Nick.
Sin decir palabra, el duque de Sassari se quedó mirando por la portilla. Primero vio a dos guerreros gigantescos bajar con las mujeres en brazos y depositarlas en el bote. Luego bajaron Joe y Nick. El bote se alejó en dirección a la orilla.
El duque de Sassari cruzó el camarote con paso firme y, dirigiéndose a su baúl de viaje, dijo:
—Sal de ahí.
La tapa se abrió lentamente y apareció el rostro de una comadreja humana. Savon Fougere, el conde de Beaulieu, salió de su escondrijo.
Sentado frente a una mesa, bebiendo vino con el conde Orcioni, estaba el duque de Sassari, que se puso de pie en cuanto entraron.
—Príncipe Joe, qué sorpresa tan agradable —saludó el duque, esbozando una falsa sonrisa.
Joe devolvió la sonrisa con la misma falta de sinceridad.
—¿Agradable?
—Veros es siempre un placer. —El duque se tiró del bigote con gesto nervioso—. Por favor, sentaos.
—Prefiero permanecer de pie.
—¿Una copa de vino?
—Mi religión prohíbe el consumo de alcohol —dijo Joe.
—Claro, me olvidaba —respondió el duque—. Permitidme presentaros al conde Orcioni, un primo lejano de Pantelleria.
Joe saludó al conde con un seco movimiento de la cabeza, recordando que aquel hombre habría convertido a su dulce flor silvestre en una puta maltratada.
—Habréis oído hablar de mi amigo, Nick Jonas —dijo.
—¿Quién no conoce las emocionantes historias sobre el Hijo del Tiburón? —contestó el duque.
Nick agradeció el halago con un gesto de la cabeza, y miró al conde.
—¿Cómo va el negocio de alcahuete, Orcioni?
El conde Orcioni se atragantó con el vino.
—Sin ánimo de ofender—dijo Nick.
—No se preocupe —aseguró el conde.
—¿Por qué habéis alargado vuestra estancia en Estambul? —preguntó Joe al duque de Sassari.
—¿Habéis remado hasta aquí para preguntarme eso?
—¿Acaso vuestra prolongada estancia tiene algo que ver con Fougere? —insistió Joe—. Me consta que se encuentra en algún lugar de Estambul.
—¿Savon en Estambul? —El duque de Sassari soltó una carcajada—. Con todos mis respetos, príncipe Joe, os equivocáis. Savon es demasiado cobarde para venir a Estambul.
—Fougere es un cobarde, pero está escondido por aquí —afirmó Joe—. Lo he sabido a través del bastardo que intentó asesinarme.
El duque de Sassari compuso una expresión de asombro.
—¿Mi primo contrató a un asesino para que os atacara?
—¿No sabíais nada de ello? —pregunto Joe, arqueando una ceja.
—Os puedo asegurar...
—Mentís —le acusó Nick impulsivamente.
—Juro que desconocía ese crimen, y me alegro de que sobrevivierais a un ataque tan ruin —repuso el duque, dirigiéndose a Joe—. Deseo una audiencia con Lyndar y por eso he permanecido en Estambul. Pese a ser mi hermanastra, necesito el permiso del sultán para este tipo de visita.
—En ese caso, permitidme que acelere el asunto en vuestro nombre —se ofreció Joe.
—Os lo agradecería profundamente.
—Dadlo por hecho. —Joe sonrió, pero sus ojos azules eran gélidos—. Si Fougere se pone en contacto con vos, decidle que me he casado con su prometida.
—Dudo que Savon se...
—Y decidle a Fougere que es hombre muerto —añadió Joe.
—¿Qué dirá vuestra esposa cuando lleguéis a casa con una hermosa esclava del establecimiento de Akbar? —preguntó Nick al duque.
El conde Orcioni terció en la conversación:
—La verdad es que, en un alarde de generosidad, el duque me ha obsequiado con su elección, un par de jóvenes gemelas rubias de Circasia idénticas en todo salvo el diminuto lunar que tiene una en el labio superior. He pensado que mis clientes apreciarían la novedad.
—No estoy dispuesto a gastar mi oro en el obsequio de un amigo de Fougere —bramó Joe, clavando su implacable mirada en el mercader de rameras de Pantelleria—. Exijo la devolución inmediata de esas mujeres.
—Es demasiado tarde —protestó Orcioni.
—Yo he pagado por ellas —le recordó Joe.
—Las mujeres no tienen ninguna importancia —dijo el duque, dirigiéndose al príncipe.
—El sultán es mi tío —advirtió Joe—. Podría confiscar este barco, y tardaríamos mucho en desenredar nuestro malentendido.
—¡Molinari! —llamó el duque. Cuando el capitán respondió a su llamada, le ordenó—: Trae las esclavas.
Pasaron varios minutos en silencio. El capitán volvió con dos esclavas que iban cubiertas con velo.
—Estas mujeres no se quedarán aquí —dijo Joe a Abdul—. Llévalas a cubierta y vigílalas. —Miró al duque y dijo—: Visitaréis a vuestra hermana esta semana. Aguardad hasta que os llegue el aviso.
—Os lo agradezco, príncipe Joe —respondió el duque.
—No olvidéis decirle a Fougere que es hombre muerto —repitió Joe, y abandonó el camarote con Nick.
Sin decir palabra, el duque de Sassari se quedó mirando por la portilla. Primero vio a dos guerreros gigantescos bajar con las mujeres en brazos y depositarlas en el bote. Luego bajaron Joe y Nick. El bote se alejó en dirección a la orilla.
El duque de Sassari cruzó el camarote con paso firme y, dirigiéndose a su baúl de viaje, dijo:
—Sal de ahí.
La tapa se abrió lentamente y apareció el rostro de una comadreja humana. Savon Fougere, el conde de Beaulieu, salió de su escondrijo.
NiinnyJonas
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
Que le corten la lengua por mentiroso tenia a la comadreja todo este tiempo
Siguela
Siguela
JB&1D2
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
Es a-m-o-r lo que siento por esta nove!
Gracias!!
Gracias!!
Augustinesg
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
hahaha bonitas... :D Gracias por el apoyo y paciencia que me tienen
NiinnyJonas
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
ahhh maldito tipo mentiroso
Esta escondiendo a esa comadreja :¬¬:
Joe!!! Ten cuidado
Siguela!!!!
Esta escondiendo a esa comadreja :¬¬:
Joe!!! Ten cuidado
Siguela!!!!
aranzhitha
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