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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
Esta novela me quita el sueño, o valla que si lo hace!!
Me encanta, me fascina, o por Dios!
Por favor, vuelve pronto.
Y por supuesto te agradesco que hallas subido un capitulo.
Saludos"
Me encanta, me fascina, o por Dios!
Por favor, vuelve pronto.
Y por supuesto te agradesco que hallas subido un capitulo.
Saludos"
Augustinesg
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
awww me encanta este Joseph
Es tan lindo con ella
Siguela!!!!!
Es tan lindo con ella
Siguela!!!!!
aranzhitha
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
awwww no la verdad
joe es un tierno!!!
ah me mata
okkkk ame el capitulo!
siguelaaaaa
joe es un tierno!!!
ah me mata
okkkk ame el capitulo!
siguelaaaaa
# TeamBullshit
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
Aiiiiiiiiiiich que monosos*-*
Continuala pronto, ahora es todo muy tierno (:
Continuala pronto, ahora es todo muy tierno (:
ItsBee♡
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
_______________ se sentó en la cama, contrariada, se apartó los mechones cobrizos de los ojos y dijo:
—Mi casa está en Inglaterra.
—Tu casa está aquí conmigo —repuso Joe—. Levántate, y te ayudaré a ponerte el yashmak.
_______________ estaba demasiado cansada para discutir. Se puso de pie y se estuvo quieta mientras él la arropaba con la túnica y el velo negro.
—Tengo hambre —dijo.
—¿Siempre tienes hambre? —repuso él, cubriéndole la cara con el velo. Ella frunció el entrecejo.
Joe la acompañó a cubierta y bajó con ella por la escala de cuerda hasta el bote. Cuando llegaron a la orilla, saltó a la arena y ayudó a _______________ a bajar.
—Mi casa os espera, doncella —dijo Joe con un gesto hacia lo alto del acantilado.
_______________ miró hacia arriba. Incluso de noche, el baluarte de su captor parecía capaz de resistir un asedio de mil años. ¿Cómo iba a escapar de aquella fortaleza?
—¿Esperáis que suba por la pendiente de esa roca? —preguntó _______________, incrédula.
—Hay un camino para los menos aventurados.
—¡Hos geldiniz, bienvenidos! —los saludó una voz aguda.
_______________ apartó la vista de las almenas del castillo. En la arena delante de ellos se arrodillaba un hombre menudo y bastante fornido. Con la frente tocaba la puntera de las botas del príncipe.
—Levántate —le ordenó Joe en turco.
El hombre bajo y corpulento se incorporó y sonrió con afán de agradar. Tenía pelo y ojos negros, y piel atezada.
—Yo soy Omar —se presentó—, y sólo deseo serviros
—Ésta es _______________, mi flor silvestre —dijo Joe en francés—. Sirviéndola a ella, me servirás a mí.
Omar asintió con la cabeza y volviéndose hacia _______________, dijo:
—Os ruego que me acompañéis.
_______________ se aferró a Joe en un gesto que lo sorprendió. ¿Cómo podría soportar perder a la única mujer que había posado los ojos en su rostro desfigurado sin que asomara repulsa alguna en su mirada? ¿Cómo podría vender a una mujer que al parecer confiaba en él para que la protegiera? Ese inquietante pensamiento lo llenó de remordimiento.
Joe le rodeó los hombros con el brazo y la guió por el sendero que llevaba al castillo. Omar los siguió.
—Omar está aquí para servirte —le dijo Joe mientras caminaban.
—¿Yo soy su señora? —preguntó _______________.
—Sólo tienes que pedir y él acatará tus órdenes —explicó Joe.
Una vez dentro del castillo. Omar no dejó que _______________ tuviera más que un atisbo del salón iluminado por antorchas. Se la llevó enseguida por las escaleras a la alcoba que le tenía preparada.
_______________ se quitó el yashmak, bostezó ruidosamente y se sentó al borde de la cama. Entonces miró en derredor. Su alcoba era grande y tenía gruesas alfombras en el suelo. Un fuego cálido y alegre crepitaba en el hogar.
Parloteando sin cesar. Omar revolvió el contenido de los baúles de viaje que dos sirvientes habían llevado a la habitación. Finalmente sacó un camisón de seda, el que tendría que haberse puesto _______________ la noche de su boda.
—Sois la mujer más afortunada, por haberle robado el corazón al príncipe —aseguró Omar en francés, acercándose a ella.
—Os equivocáis. Él me ha secuestrado —repuso _______________.
—No importa —respondió Omar, haciendo un gesto con la mano—. Complaceréis al príncipe y daréis a luz sus hijos. Nuestras fortunas estarán aseguradas.
—¿Qué dices? Estás loco.
Omar no se inmutó y soltó una risilla. Luego se dispuso a ayudarla a desvestirse, pero _______________ lo apartó de un manotazo.
—Desvestiros es parte de mi trabajo —dijo Omar.
—No me tocarás ni en sueños.
—No tenéis nada que temer —le explicó el eunuco—. No soy un hombre en el sentido más primario. Estoy incapacitado, por así decirlo.
_______________ ignoraba el significado de lo que acababa de decirle, y lo miró confundida. Luego dijo:
—Prefiero desvestirme a solas. Por favor, márchate.
—Como queráis —suspiró Omar. Salió de la alcoba, pero se quedó detrás de la puerta.
_______________ se tendió en la cama, exhausta. Ningún hombre, incapacitado o no, se aprovecharía de ella. Se quedó mirando fijamente las hipnotizantes llamas del hogar, y al cabo de un rato se durmió.
Durante una hora. Omar esperó pacientemente en el pasillo. Al final abrió la puerta un poco, echo un vistazo al interior y sonrió. Su señora estaba dormida sobre la cama, y totalmente vestida. Sin hacer ruido, Omar entró, cerró la puerta y se acercó hacia la cama. Contempló embelesado el cautivador rostro de su nueva ama. Estaba alborozado. Aquella bella durmiente le haría rico, más rico de lo que pudiera sonar.
Omar empezó a desvestir a _______________ hasta que la tuvo desnuda ante sus ojos. Se fijó en la pulsera de oro y pensó que el príncipe ya la había conquistado. Se quedó maravillado por su cara angelical y su cuerpo exquisito, pero habría que rasurarle el repulsivo triangulo de vello cobrizo de la entrepierna.
En muda oración. Omar agradeció a las alturas que aquella belleza le fuera concedida al príncipe y, por supuesto, a él. Alá lo había obsequiado con un ángel cristiano al que debía servir, y ya podía oír el tintineo de las monedas de oro al caer en...
La puerta se abrió inesperadamente y entro Joe. Se había retirado a dormir en su propia alcoba, pero al final había cambiado de parecer. Su alcoba le había parecido muy solitaria sin su cautiva de pelo cobrizo. Se había acostumbrado a dormir junto a ella y seguiría haciéndolo hasta que ella se marchara. Además, si no se quedaba a su lado, ella lo añoraría.
—Mi casa está en Inglaterra.
—Tu casa está aquí conmigo —repuso Joe—. Levántate, y te ayudaré a ponerte el yashmak.
_______________ estaba demasiado cansada para discutir. Se puso de pie y se estuvo quieta mientras él la arropaba con la túnica y el velo negro.
—Tengo hambre —dijo.
—¿Siempre tienes hambre? —repuso él, cubriéndole la cara con el velo. Ella frunció el entrecejo.
Joe la acompañó a cubierta y bajó con ella por la escala de cuerda hasta el bote. Cuando llegaron a la orilla, saltó a la arena y ayudó a _______________ a bajar.
—Mi casa os espera, doncella —dijo Joe con un gesto hacia lo alto del acantilado.
_______________ miró hacia arriba. Incluso de noche, el baluarte de su captor parecía capaz de resistir un asedio de mil años. ¿Cómo iba a escapar de aquella fortaleza?
—¿Esperáis que suba por la pendiente de esa roca? —preguntó _______________, incrédula.
—Hay un camino para los menos aventurados.
—¡Hos geldiniz, bienvenidos! —los saludó una voz aguda.
_______________ apartó la vista de las almenas del castillo. En la arena delante de ellos se arrodillaba un hombre menudo y bastante fornido. Con la frente tocaba la puntera de las botas del príncipe.
—Levántate —le ordenó Joe en turco.
El hombre bajo y corpulento se incorporó y sonrió con afán de agradar. Tenía pelo y ojos negros, y piel atezada.
—Yo soy Omar —se presentó—, y sólo deseo serviros
—Ésta es _______________, mi flor silvestre —dijo Joe en francés—. Sirviéndola a ella, me servirás a mí.
Omar asintió con la cabeza y volviéndose hacia _______________, dijo:
—Os ruego que me acompañéis.
_______________ se aferró a Joe en un gesto que lo sorprendió. ¿Cómo podría soportar perder a la única mujer que había posado los ojos en su rostro desfigurado sin que asomara repulsa alguna en su mirada? ¿Cómo podría vender a una mujer que al parecer confiaba en él para que la protegiera? Ese inquietante pensamiento lo llenó de remordimiento.
Joe le rodeó los hombros con el brazo y la guió por el sendero que llevaba al castillo. Omar los siguió.
—Omar está aquí para servirte —le dijo Joe mientras caminaban.
—¿Yo soy su señora? —preguntó _______________.
—Sólo tienes que pedir y él acatará tus órdenes —explicó Joe.
Una vez dentro del castillo. Omar no dejó que _______________ tuviera más que un atisbo del salón iluminado por antorchas. Se la llevó enseguida por las escaleras a la alcoba que le tenía preparada.
_______________ se quitó el yashmak, bostezó ruidosamente y se sentó al borde de la cama. Entonces miró en derredor. Su alcoba era grande y tenía gruesas alfombras en el suelo. Un fuego cálido y alegre crepitaba en el hogar.
Parloteando sin cesar. Omar revolvió el contenido de los baúles de viaje que dos sirvientes habían llevado a la habitación. Finalmente sacó un camisón de seda, el que tendría que haberse puesto _______________ la noche de su boda.
—Sois la mujer más afortunada, por haberle robado el corazón al príncipe —aseguró Omar en francés, acercándose a ella.
—Os equivocáis. Él me ha secuestrado —repuso _______________.
—No importa —respondió Omar, haciendo un gesto con la mano—. Complaceréis al príncipe y daréis a luz sus hijos. Nuestras fortunas estarán aseguradas.
—¿Qué dices? Estás loco.
Omar no se inmutó y soltó una risilla. Luego se dispuso a ayudarla a desvestirse, pero _______________ lo apartó de un manotazo.
—Desvestiros es parte de mi trabajo —dijo Omar.
—No me tocarás ni en sueños.
—No tenéis nada que temer —le explicó el eunuco—. No soy un hombre en el sentido más primario. Estoy incapacitado, por así decirlo.
_______________ ignoraba el significado de lo que acababa de decirle, y lo miró confundida. Luego dijo:
—Prefiero desvestirme a solas. Por favor, márchate.
—Como queráis —suspiró Omar. Salió de la alcoba, pero se quedó detrás de la puerta.
_______________ se tendió en la cama, exhausta. Ningún hombre, incapacitado o no, se aprovecharía de ella. Se quedó mirando fijamente las hipnotizantes llamas del hogar, y al cabo de un rato se durmió.
Durante una hora. Omar esperó pacientemente en el pasillo. Al final abrió la puerta un poco, echo un vistazo al interior y sonrió. Su señora estaba dormida sobre la cama, y totalmente vestida. Sin hacer ruido, Omar entró, cerró la puerta y se acercó hacia la cama. Contempló embelesado el cautivador rostro de su nueva ama. Estaba alborozado. Aquella bella durmiente le haría rico, más rico de lo que pudiera sonar.
Omar empezó a desvestir a _______________ hasta que la tuvo desnuda ante sus ojos. Se fijó en la pulsera de oro y pensó que el príncipe ya la había conquistado. Se quedó maravillado por su cara angelical y su cuerpo exquisito, pero habría que rasurarle el repulsivo triangulo de vello cobrizo de la entrepierna.
En muda oración. Omar agradeció a las alturas que aquella belleza le fuera concedida al príncipe y, por supuesto, a él. Alá lo había obsequiado con un ángel cristiano al que debía servir, y ya podía oír el tintineo de las monedas de oro al caer en...
La puerta se abrió inesperadamente y entro Joe. Se había retirado a dormir en su propia alcoba, pero al final había cambiado de parecer. Su alcoba le había parecido muy solitaria sin su cautiva de pelo cobrizo. Se había acostumbrado a dormir junto a ella y seguiría haciéndolo hasta que ella se marchara. Además, si no se quedaba a su lado, ella lo añoraría.
NiinnyJonas
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
No entiendo a omar, porque la desnudo? ay creo que morirá Joe lo matara
siguelaaaa
siguelaaaa
JB&1D2
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
o.O Oh por todos los .. cielos. o.O
Eso es... Oh carajos -_-
Eso es... Oh carajos -_-
Augustinesg
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
Joe permaneció un momento de pie junto a Omar, y los dos hombres admiraron en silencio la belleza tendida sobre la cama.
—Es todo por esta noche —dijo Joe en turco, despidiendo al eunuco. Se quitó la camisa por encima de la cabeza y la dejó caer sobre la alfombra.
—¿Es todo...? —Que el príncipe tuviera intención de pasar la noche con su cautiva sorprendió a Omar—. Está sin bañar, y aún no le he rasurado el vello ni la he perfumado. No es costumbre acostarse con una mujer en estas condiciones.
—¿Te atreves a cuestionarme? —Joe extendió el brazo amenazadoramente hacia el eunuco.
—Pero esto no es Topkapi —rectificó Omar para aplacar a su amo—. Si así lo preferís, así se hará. —Tras esas palabras. Omar se escabulló a toda prisa. Enfurecer al príncipe no era una idea muy saludable.
Joe volvió a _______________ suavemente para que apoyara la cabeza en la almohada, luego se sentó en el borde de la cama y se quitó las botas. Se levantó para despojarse de los pantalones, pero cambió de opinión mientras dejaba vagar la mirada por la desnudez de _______________. Le resultaría muy difícil controlarse si sus cuerpos no estaban separados por alguna prenda. Así pues, conservando los pantalones Joe se tendió en la cama y cogió a _______________ entre sus brazos. En su sueño, ella se acurrucó contra él.
«Un corderillo durmiendo junto a un león», pensó Joe.
Por la mañana, Omar empezaría a instruir a _______________ en los modales propios de una mujer otomana decente. Y que Alá se apiadara del pobre eunuco.
—Es todo por esta noche —dijo Joe en turco, despidiendo al eunuco. Se quitó la camisa por encima de la cabeza y la dejó caer sobre la alfombra.
—¿Es todo...? —Que el príncipe tuviera intención de pasar la noche con su cautiva sorprendió a Omar—. Está sin bañar, y aún no le he rasurado el vello ni la he perfumado. No es costumbre acostarse con una mujer en estas condiciones.
—¿Te atreves a cuestionarme? —Joe extendió el brazo amenazadoramente hacia el eunuco.
—Pero esto no es Topkapi —rectificó Omar para aplacar a su amo—. Si así lo preferís, así se hará. —Tras esas palabras. Omar se escabulló a toda prisa. Enfurecer al príncipe no era una idea muy saludable.
Joe volvió a _______________ suavemente para que apoyara la cabeza en la almohada, luego se sentó en el borde de la cama y se quitó las botas. Se levantó para despojarse de los pantalones, pero cambió de opinión mientras dejaba vagar la mirada por la desnudez de _______________. Le resultaría muy difícil controlarse si sus cuerpos no estaban separados por alguna prenda. Así pues, conservando los pantalones Joe se tendió en la cama y cogió a _______________ entre sus brazos. En su sueño, ella se acurrucó contra él.
«Un corderillo durmiendo junto a un león», pensó Joe.
Por la mañana, Omar empezaría a instruir a _______________ en los modales propios de una mujer otomana decente. Y que Alá se apiadara del pobre eunuco.
NiinnyJonas
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
8
_______________ bostezó y se desperezó, abriendo los ojos. Recorrió la desconocida alcoba con la mirada y recordó que se encontraba en la fortaleza de su captor.
El desorden de la cama y las prendas de hombre en el suelo indicaban que él había dormido junto a ella. Ahora, no obstante, estaba sola. ¡Y desnuda! ¿Quién la había desvestido la noche anterior? ¿Joe u Omar?
_______________ se puso el caftán. Cruzó la alcoba en dirección a la ventana, apartó la cortina y miró el exterior.
La claridad del horizonte en el este proclamaba el nacimiento del día. La bahía estaba desierta, pues el Saddam ya había zarpado de regreso a casa.
La mirada de _______________ se detuvo en una silueta que había en la playa. Descalzo y desnudo hasta la cintura, Joe se afanaba en torno a un bote. Por lo visto, su captor había salido a pescar. Junto a Joe aguardaba un perro, al menos a _______________ le pareció un perro. Jamás había visto un animal igual. Grande y esbelto aunque musculoso como su amo, un animal leonado y blanco que parecía criado para la caza. _______________ contempló a Joe acariciar y abrazar al perro. ¿Cómo podía un canalla tan desalmado mostrar afecto por algo que no fuera su propia persona? ¿Era posible que su captor fuera diferente de lo que ella suponía? Aunque él lo negara, tal vez ocultaba un corazón bajo su fiera apariencia. _______________ observó sus anchos y musculosos hombros y su espalda, que acababa en una cintura esbelta. Joe parecía un espécimen de asombrosa virilidad, con sus sinuosos músculos flexionándose y relajándose mientras trajinaba.
Como si sintiera su mirada escrudiñándole la espalda, Joe se volvió hacia el castillo y levantó la vista. _______________ se agachó instintivamente, temerosa de que él la pillara admirando su magnífico cuerpo, aunque sabía que era imposible que la hubiera visto.
De pronto se abrió la puerta y entró Omar. Llevaba una bandeja con unas tartitas triangulares, melocotones y té.
—Veo que habéis despertado —dijo Omar, dejando el desayuno sobre la mesa—. Venid a comer. Luego os bañaréis.
—Estaba mirando la salida del sol —dijo _______________, sentándose ante la mesa. Cogió el pastelillo y dio un mordisco—. Delicioso. ¿Qué es?
—Boregs rellenos de queso —respondió Omar, cruzando la alcoba hacia la ventana. Echó un vistazo al exterior, vio a Joe abajo en la playa y sonrió para sus adentros. Por lo visto, la hermosa fierecilla estaba más interesada en el príncipe de lo que quería reconocer.
Mientras el eunuco se ocupaba en arreglar la alcoba, _______________ cogió un cuchillo de la bandeja y lo escondió en el bolsillo del caftán. Luego cogió una taza de té y bebió un sorbo.
—El amo os adora —dijo Omar, alborozado—. Tenemos aseguradas nuestras fortunas.
_______________ se atragantó con el té y tosió. Omar se precipitó hacia ella y le dio unas palmadas en la espalda.
—El príncipe tiene razón —observó—. Vuestros modales ingleses no son apropiados para Estambul.
—Pronto volveré a Inglaterra —replico _______________ con tono altanero.
Ignorando sus palabras. Omar le puso el yashmak por encima de los hombros y le cubrió la cabeza con un velo.
—Es hora de bañarse —anuncio—. Sígueme, —Y salió de la alcoba delante de ella.
_______________ lo siguió sin oponer resistencia. Pensaba fugarse y necesitaba conocer la distribución del castillo.
—Asquerosos cristianos que no se bañaban, y lo digo sin ánimo de ofender. Ellos construyeron este castillo en la antigüedad —le contó Omar mientras bajaban por el serpenteante laberinto de pasillos iluminados por antorchas—El príncipe mandó construir una sala de baño cuando vino a vivir aquí.
_______________ entró en los baños conducida por Omar y custodiada por un guardia. Era como penetrar en un mundo nuevo y exótico. El aire estaba húmedo a causa del agua caliente de la gran piscina que ocupaba un extremo de la enorme estancia. Las pareces y el suelo estaban cubiertos de azulejos, y aquí y allá había bancos de mármol blanco.
Con movimientos rápidos. Omar despojo a _______________ de la capa y el velo, y dos jóvenes esclavas escasas de ropa se apresuraron a ayudarla a desvestirse. _______________ las apartó con un gesto fiero y ellas retrocedieron, intimidadas.
—Yo me ocuparé de mi señora —les dijo Omar en turco, y se dirigió hacia _______________, que retrocedió de un salto y sacó el cuchillo del bolsillo.
—Tócame y morirás —advirtió.
Omar dio un paso atrás y exclamó algo en turco. Una de las muchachas echó a correr hacia la puerta y llamó al guardia.
Al cabo de unos momentos apareció Joe, aún en su turbadora desnudez hasta la cintura. Entró a grandes zancadas en los baños y contempló la escena. En ese momento _______________ acorralaba al eunuco con un cuchillo para la fruta.
—Alá me conceda paciencia —murmuró Joe en turco, avanzando hacia ellos. Se dirigió a Omar y preguntó—: ¿De dónde ha sacado ese cuchillo?
—Yo... yo no sabía que vuestra a... amada no fuera digna de confianza —farfulló Omar, temiendo la ira del príncipe.
—No es mi amada —gruñó Joe. Extendió la mano hacia _______________ y dijo en francés—: Dame el cuchillo.
—¿Dónde os gustaría? —preguntó ella, amenazándolo con la hoja absurdamente pequeña.
—No deseo hacerte daño.
—Pero yo sí deseo haceros daño.
—No podrás huir —repuso Joe—. Acepta la derrota con dignidad.
—No quiero que me manoseen —dijo _______________.
El desorden de la cama y las prendas de hombre en el suelo indicaban que él había dormido junto a ella. Ahora, no obstante, estaba sola. ¡Y desnuda! ¿Quién la había desvestido la noche anterior? ¿Joe u Omar?
_______________ se puso el caftán. Cruzó la alcoba en dirección a la ventana, apartó la cortina y miró el exterior.
La claridad del horizonte en el este proclamaba el nacimiento del día. La bahía estaba desierta, pues el Saddam ya había zarpado de regreso a casa.
La mirada de _______________ se detuvo en una silueta que había en la playa. Descalzo y desnudo hasta la cintura, Joe se afanaba en torno a un bote. Por lo visto, su captor había salido a pescar. Junto a Joe aguardaba un perro, al menos a _______________ le pareció un perro. Jamás había visto un animal igual. Grande y esbelto aunque musculoso como su amo, un animal leonado y blanco que parecía criado para la caza. _______________ contempló a Joe acariciar y abrazar al perro. ¿Cómo podía un canalla tan desalmado mostrar afecto por algo que no fuera su propia persona? ¿Era posible que su captor fuera diferente de lo que ella suponía? Aunque él lo negara, tal vez ocultaba un corazón bajo su fiera apariencia. _______________ observó sus anchos y musculosos hombros y su espalda, que acababa en una cintura esbelta. Joe parecía un espécimen de asombrosa virilidad, con sus sinuosos músculos flexionándose y relajándose mientras trajinaba.
Como si sintiera su mirada escrudiñándole la espalda, Joe se volvió hacia el castillo y levantó la vista. _______________ se agachó instintivamente, temerosa de que él la pillara admirando su magnífico cuerpo, aunque sabía que era imposible que la hubiera visto.
De pronto se abrió la puerta y entró Omar. Llevaba una bandeja con unas tartitas triangulares, melocotones y té.
—Veo que habéis despertado —dijo Omar, dejando el desayuno sobre la mesa—. Venid a comer. Luego os bañaréis.
—Estaba mirando la salida del sol —dijo _______________, sentándose ante la mesa. Cogió el pastelillo y dio un mordisco—. Delicioso. ¿Qué es?
—Boregs rellenos de queso —respondió Omar, cruzando la alcoba hacia la ventana. Echó un vistazo al exterior, vio a Joe abajo en la playa y sonrió para sus adentros. Por lo visto, la hermosa fierecilla estaba más interesada en el príncipe de lo que quería reconocer.
Mientras el eunuco se ocupaba en arreglar la alcoba, _______________ cogió un cuchillo de la bandeja y lo escondió en el bolsillo del caftán. Luego cogió una taza de té y bebió un sorbo.
—El amo os adora —dijo Omar, alborozado—. Tenemos aseguradas nuestras fortunas.
_______________ se atragantó con el té y tosió. Omar se precipitó hacia ella y le dio unas palmadas en la espalda.
—El príncipe tiene razón —observó—. Vuestros modales ingleses no son apropiados para Estambul.
—Pronto volveré a Inglaterra —replico _______________ con tono altanero.
Ignorando sus palabras. Omar le puso el yashmak por encima de los hombros y le cubrió la cabeza con un velo.
—Es hora de bañarse —anuncio—. Sígueme, —Y salió de la alcoba delante de ella.
_______________ lo siguió sin oponer resistencia. Pensaba fugarse y necesitaba conocer la distribución del castillo.
—Asquerosos cristianos que no se bañaban, y lo digo sin ánimo de ofender. Ellos construyeron este castillo en la antigüedad —le contó Omar mientras bajaban por el serpenteante laberinto de pasillos iluminados por antorchas—El príncipe mandó construir una sala de baño cuando vino a vivir aquí.
_______________ entró en los baños conducida por Omar y custodiada por un guardia. Era como penetrar en un mundo nuevo y exótico. El aire estaba húmedo a causa del agua caliente de la gran piscina que ocupaba un extremo de la enorme estancia. Las pareces y el suelo estaban cubiertos de azulejos, y aquí y allá había bancos de mármol blanco.
Con movimientos rápidos. Omar despojo a _______________ de la capa y el velo, y dos jóvenes esclavas escasas de ropa se apresuraron a ayudarla a desvestirse. _______________ las apartó con un gesto fiero y ellas retrocedieron, intimidadas.
—Yo me ocuparé de mi señora —les dijo Omar en turco, y se dirigió hacia _______________, que retrocedió de un salto y sacó el cuchillo del bolsillo.
—Tócame y morirás —advirtió.
Omar dio un paso atrás y exclamó algo en turco. Una de las muchachas echó a correr hacia la puerta y llamó al guardia.
Al cabo de unos momentos apareció Joe, aún en su turbadora desnudez hasta la cintura. Entró a grandes zancadas en los baños y contempló la escena. En ese momento _______________ acorralaba al eunuco con un cuchillo para la fruta.
—Alá me conceda paciencia —murmuró Joe en turco, avanzando hacia ellos. Se dirigió a Omar y preguntó—: ¿De dónde ha sacado ese cuchillo?
—Yo... yo no sabía que vuestra a... amada no fuera digna de confianza —farfulló Omar, temiendo la ira del príncipe.
—No es mi amada —gruñó Joe. Extendió la mano hacia _______________ y dijo en francés—: Dame el cuchillo.
—¿Dónde os gustaría? —preguntó ella, amenazándolo con la hoja absurdamente pequeña.
—No deseo hacerte daño.
—Pero yo sí deseo haceros daño.
—No podrás huir —repuso Joe—. Acepta la derrota con dignidad.
—No quiero que me manoseen —dijo _______________.
NiinnyJonas
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
Hhaha, la situacion parece ser incomoda haha xD
Pero ojo!, tiene un buen punto de vista del por qué.
Gracias por subir!!
Cada vez que hay un cap me pongo re feliz ahah.
Pero ojo!, tiene un buen punto de vista del por qué.
Gracias por subir!!
Cada vez que hay un cap me pongo re feliz ahah.
Augustinesg
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
Jajaja esta nove me mata
la rayiz es algo terca no?
siguelaaa
la rayiz es algo terca no?
siguelaaa
JB&1D2
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
aww la rayiz me mata de risa
y Joe es tan lindo
siguela!!!!!!!!!!!!
y Joe es tan lindo
siguela!!!!!!!!!!!!
aranzhitha
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
Síguela, todo lo que pasa en su mente es violento, eh? Jaja
ItsBee♡
Re: Esclavizada - Joe Jonas & Tu [Terminada]
Así que ése era el problema. Su cautiva cristiana se sentía incómoda con su propia desnudez, como todos los bárbaros europeos.
—Tu pudor es admirable —respondió Joe—, pero estas mujeres son sirvientes que miran sin ver. Además, la perfección de tu cuerpo desnudo no es nada de qué avergonzarse. Sé que es así porque te he visto.
—¡No digáis eso! —exclamó _______________, mientras su rostro enrojecía.
Joe suspiró.
—¿Dejarás que Omar te ayude sólo con el baño?
—Dejad que él os bañe a vos.
—Yo me bañaré luego. —Joe dijo algo en turco a las dos asistentas del baño y las despidió con un gesto. Luego se volvió hacia su tozuda cautiva.
Joe y _______________ se miraron en silencio. Sus ojos libraron una feroz batalla de voluntades enfrentadas, hasta que ella se rindió a la azul e intensa mirada de él.
Joe alargó el brazo y le quitó el cuchillo. Le desabrochó el caftán, lo dejó caer al suelo y se sintió fascinado por la asombrosa belleza que _______________ revelaba desnuda. El deseo le aceleró el pulso y le secó la boca.
Omar reconoció la irresistible atracción en la expresión de _______________, y la necesidad de responder en la mirada intensa del príncipe. Aquellos amantes de voluntad férrea se acoplarían con una pasión incomparable, y engendrarían una docena de magníficos varones. Alabado sea Alá, pensó el eunuco, su fortuna estaba asegurada.
Una de las mujeres regresó con una copa de agua de pétalos de rosa y se la dio a Omar, quien se la ofreció a Joe.
—Bebe esto, te calmará los nervios —le dijo Joe a _______________ con voz ronca—. Después Omar te bañará. Ella bebió el líquido y contempló al príncipe mientras salía de la habitación. Le dio la copa vacía a Omar, quien se la entregó a la mujer y la acompañó hasta la puerta.
Luego _______________, con aire distraído, se dejó conducir por Omar hasta la bañera. El eunuco le enjabono el cuerpo, la enjuagó y finalmente le lavó su magnífica melena cobriza. Relajada hasta el letargo, _______________ dejó que él le aplicara la pasta de almendras que eliminaba el vello púbico. Al enjuagarlo con agua caliente. Omar retrocedió un paso para admirar a su protegida.
—Vuestro monte de Venus tiene una hendidura profunda, que es la marca de la pasión más grande.
Después, Omar la secó y le cepilló el pelo concienzudamente. La condujo a un banco de mármol, la cubrió con una toalla y le ordenó que se tendiera sobre el vientre. A continuación, con manos diestras. Omar empezó a masajearle los hombros, la espalda y las nalgas. El agua de rosas, que sin duda contenía alguna pócima relajante, y los dedos hábiles del eunuco le produjeron una sensación maravillosamente lánguida que le impedía protestar.
—El príncipe os adora —dijo Omar sin dejar de masajear sus exquisitas nalgas.
—Yo no diría que su conducta es afectuosa —repuso _______________, experimentando una sensación maravillosa bajo sus manos.
—Anoche no soportó estar separado de vos —le confió—, e insistió en dormir en vuestra cama.
—El príncipe no quiere perder a su esclava.
—Te equivocas. Para él es muy fácil comprar esclavos. Además, os conviene confiar en mi juicio en todo lo que concierne al corazón del príncipe. Yo soy vuestro aliado.
—El príncipe no tiene corazón —replicó _______________. Pero al cabo de un instante agregó—: Háblame de él.
—Al príncipe Joe se le conoce como la Bestia del Sultán —empezó Omar—. Aunque es temido y respetado en todo el Imperio, su madre lo desdeña, pero no sé por qué. Denise, su madre, es la hija de Solimán el Magnífico y su amada Khurrem, ambos fallecidos. El sultán Selim es tío del príncipe. Y Kevin, el heredero del sultán, es su primo. El príncipe tiene una hermana menor, pero su hermana mayor y su hermano han muerto... Daos la vuelta.
Sumida en un placentero letargo, _______________ no tenía fuerzas para hacerlo.
—Omar ha dicho que os deis la vuelta —repitió una voz.
Omar levantó la cabeza, sorprendido, y se encontró con Joe, que estaba junto a ellos. Al parecer, el príncipe no podía mantenerse alejado de su bella esclava.
_______________ se dio la vuelta lentamente, murmurando.
—Joe...
—Tu pudor es admirable —respondió Joe—, pero estas mujeres son sirvientes que miran sin ver. Además, la perfección de tu cuerpo desnudo no es nada de qué avergonzarse. Sé que es así porque te he visto.
—¡No digáis eso! —exclamó _______________, mientras su rostro enrojecía.
Joe suspiró.
—¿Dejarás que Omar te ayude sólo con el baño?
—Dejad que él os bañe a vos.
—Yo me bañaré luego. —Joe dijo algo en turco a las dos asistentas del baño y las despidió con un gesto. Luego se volvió hacia su tozuda cautiva.
Joe y _______________ se miraron en silencio. Sus ojos libraron una feroz batalla de voluntades enfrentadas, hasta que ella se rindió a la azul e intensa mirada de él.
Joe alargó el brazo y le quitó el cuchillo. Le desabrochó el caftán, lo dejó caer al suelo y se sintió fascinado por la asombrosa belleza que _______________ revelaba desnuda. El deseo le aceleró el pulso y le secó la boca.
Omar reconoció la irresistible atracción en la expresión de _______________, y la necesidad de responder en la mirada intensa del príncipe. Aquellos amantes de voluntad férrea se acoplarían con una pasión incomparable, y engendrarían una docena de magníficos varones. Alabado sea Alá, pensó el eunuco, su fortuna estaba asegurada.
Una de las mujeres regresó con una copa de agua de pétalos de rosa y se la dio a Omar, quien se la ofreció a Joe.
—Bebe esto, te calmará los nervios —le dijo Joe a _______________ con voz ronca—. Después Omar te bañará. Ella bebió el líquido y contempló al príncipe mientras salía de la habitación. Le dio la copa vacía a Omar, quien se la entregó a la mujer y la acompañó hasta la puerta.
Luego _______________, con aire distraído, se dejó conducir por Omar hasta la bañera. El eunuco le enjabono el cuerpo, la enjuagó y finalmente le lavó su magnífica melena cobriza. Relajada hasta el letargo, _______________ dejó que él le aplicara la pasta de almendras que eliminaba el vello púbico. Al enjuagarlo con agua caliente. Omar retrocedió un paso para admirar a su protegida.
—Vuestro monte de Venus tiene una hendidura profunda, que es la marca de la pasión más grande.
Después, Omar la secó y le cepilló el pelo concienzudamente. La condujo a un banco de mármol, la cubrió con una toalla y le ordenó que se tendiera sobre el vientre. A continuación, con manos diestras. Omar empezó a masajearle los hombros, la espalda y las nalgas. El agua de rosas, que sin duda contenía alguna pócima relajante, y los dedos hábiles del eunuco le produjeron una sensación maravillosamente lánguida que le impedía protestar.
—El príncipe os adora —dijo Omar sin dejar de masajear sus exquisitas nalgas.
—Yo no diría que su conducta es afectuosa —repuso _______________, experimentando una sensación maravillosa bajo sus manos.
—Anoche no soportó estar separado de vos —le confió—, e insistió en dormir en vuestra cama.
—El príncipe no quiere perder a su esclava.
—Te equivocas. Para él es muy fácil comprar esclavos. Además, os conviene confiar en mi juicio en todo lo que concierne al corazón del príncipe. Yo soy vuestro aliado.
—El príncipe no tiene corazón —replicó _______________. Pero al cabo de un instante agregó—: Háblame de él.
—Al príncipe Joe se le conoce como la Bestia del Sultán —empezó Omar—. Aunque es temido y respetado en todo el Imperio, su madre lo desdeña, pero no sé por qué. Denise, su madre, es la hija de Solimán el Magnífico y su amada Khurrem, ambos fallecidos. El sultán Selim es tío del príncipe. Y Kevin, el heredero del sultán, es su primo. El príncipe tiene una hermana menor, pero su hermana mayor y su hermano han muerto... Daos la vuelta.
Sumida en un placentero letargo, _______________ no tenía fuerzas para hacerlo.
—Omar ha dicho que os deis la vuelta —repitió una voz.
Omar levantó la cabeza, sorprendido, y se encontró con Joe, que estaba junto a ellos. Al parecer, el príncipe no podía mantenerse alejado de su bella esclava.
_______________ se dio la vuelta lentamente, murmurando.
—Joe...
NiinnyJonas
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