I Was Enchanted To Meet You. - Nick Jonas & Tú. {OneShot}

Nombre: I Was Enchanted To Meet You.
Autora: Martina Grandi.
Adaptación: Inspirada en la canción "Enchanted" de Taylor Swift.
Género: Romántico.
Advertencias: Ninguna.
Otras páginas: Facebook.

I Was Enchanted To Meet You.

Detestaba de sobremanera las absurdas fiestas que mis padres ofrecían cada mes. Las disfrutaría mas si la gente que asistía a las mismas no fuera tan snob y grosera, eran los típicos millonarios que miran por encima del hombro a la gente que está por debajo de ellos. Asnos.
Pero no podía saltearme estos eventos tan "importantes" mis padres estaban convencidos que debía relacionarme con gente de mi alcurnia.
- _____, cariño ¿estás lista? los invitados están llegando y ya sabes que habrá gente que quiere conocerte - Dijo mi madre del otro lado de la puerta.
Me miré una vez mas al espejo, por lo menos el vestido que tenía para esa noche era bonito ( http://www.polyvore.com/party_sweet/set?id=48434958 ) mi cabello estaba hermoso con el recogido cascada que me había hecho (me negué rotundamente a que alguien mas me peinara) y el maquillaje natural había sido una buena opción, no me gustaba pintarme como una puerta. Suspiré, tomé el pequeño antifaz color plateado que yacía sobre mi cama y salí para que mi madre pueda observar mi obra.
Era mas que obvio que estaba encantada.
- ¡Mírate! ¡Pero si estás preciosa cielo!
- Gracias mamá - suspiré.
- Cariño, sé que estas fiestas no son de tu mayor agrado, pero hay gente que quiere conocerte, además, es mejor que trates de socializar ahora con esta gente que por lo menos aquí tienes la oportunidad de que si te cansas podrás excusarte y perderte un rato por la casa hasta que te sientas con el ánimo de volver
- El problema madre, es que si me voy, me encerraré en mi habitación y no volveré a bajar, esas personas son snobs
- Lo siento amor, pero no puedo hacer nada por ti - dijo con una mueca, yo volví a suspirar y me coloqué el antifaz.
- Bueno, mientras antes empecemos con esto, antes terminará
Mi madre dió una sonora carcajada y también se colocó un elegante antifaz y acto seguido ambas bajamos para recibir a todos los invitados.
Había demasiada gente, todas con antifaces, no puedo decir exactamente a cuanta gente tuve que saludar y la cantidad de sonrisas falsas que regalé, sin contar todas las risas que de alguna manera u otra tuve que hacer salir por la fuerza con algún chiste malo que me contaban solo para no dar mal impresión a mis padres.
En un momento me sentí fatigada, ya casi era hora de bailar y no me apetecía hacerlo con nadie, así que seguí el consejo de mi madre, me excusé y caminé hacia la gran terraza para contemplar las estrellas un rato.
El aire algo frío me invadió de repente haciendo que un delicioso escalofrío bajara por mi columna. Que bien me sentaba estar sola, que bien me hacía estar ahí, contemplando el espectacular cielo estrellado lejos de toda la hipocresía de gente que yacía en mi casa.
- ¿Qué hace una preciosa flor como usted tan sola, señorita? - Una gruesa voz masculina rompió el silencio de mi soledad, al darme la vuelta me encontré con un chico que debería tener mi edad, su cara estaba algo cubierta por el antifaz color negro que lo cubría, su cabello estaba lleno de pequeños bucles, era alto y por lo que se veía bastante atlético.
- Me sentía fatigada y decidí salir un momento - Me encogí de hombros restándole importancia.
- ¿Y no desea usted bailar? - Preguntó con suavidad. Yo reí.
- No es lo mío la verdad, y puedes tutearme, no soy una anciana - Ahora fue él el que rió.
- Bien, entonces ¿Tu nombre?
- _____
- Un hermoso nombre para una hermosa dama - Dijo, avanzó unos pasos hacia donde me encontraba, arrancó una rosa que se encontraba en la enredadera de la terraza y me la extendió mientras se presentaba. - Me llamo Nicholas Jonas, es un placer
Acepté su rosa y al hacerlo él atrapó con delicadeza mi mano entre las suyas para depositar un suave beso en el dorso de ésta. Era todo un caballero, un caballero que me hizo ruborizar. - La verdad te ves aún mas hermosa con ese tono rosado en tus mejillas
- Por favor ¡Para ya! - Reí. Él carcajeó conmigo.
- Lo lamento, ¿te importa mucho si te acompaño? Sé que parece que soy un chico muy acostumbrado a este tipo de cosas, pero realmente se me dan fatal las fiestas, no soy un chico de lo mas sociable - Reí y asentí.
- Por supuesto que puedes acompañarme
Nicholas me había caído muy bien, hablamos de diversos temas, él me demostró que no era como toda la gente frívola que se encontraba dentro del salón, era amable, atento, caballero y la verdad, era muy hermoso.
- ¿Puedo preguntarte algo? - Dijo de repente.
- Claro
- ¿Bailarías conmigo? - Me extendió su mano y solo en ese momento agudicé mi oído y escuché que dentro de la fiesta sonaba un lento.
- La verdad no soy muy buena para estas cosas... De verdad... Mira si te piso - Dije apenada.
- Por favor, solo un baile
- Está bien - Accedí al fin.
Coloqué una de mis manos en su hombro mientras que con la otra entrelacé mis dedos entre los de él, en lo que también colocó su mano libre sobre mi cintura con delicadeza. Bailamos, bailamos y bailamos. Me perdí en los ojos de Nicholas durante toda la velada. Todo acabó cuando dieron las doce. Hora de quitarse las máscaras.
Nos miramos y así lo hicimos, los antifaces desaparecieron y pude contemplar al fin la cara de Nick, era perfecta, una mandíbula fuerte, ojos pequeños y brillantes del color de las avellanas, una recta y pequeña nariz. Era simplemente hermoso. Bailamos por otro rato hasta que solo nos balanceamos con cuidado en el medio de la terraza mirándonos fijamente a los ojos.
- ¿Sabes? Me ha agradado estar contigo esta noche - Sonreí.
- Lo mismo digo... La verdad es que no me arrepiento de haber venido - dijo él y me sonrojé. - Oh dulce damicela, ese color en sus mejillas solo hace que este sentimiento de besarla crezca mas en mi interior
- Pues si ese es tu deseo... Complácelo - Sonreí y él igual. Poco a poco se fue acercando a mi mientras sus fuertes y tibias manos acariciaban con delicadeza mis caderas. Su aliento mentolado chocó con mis labios y de un impulso fui yo la que lo besó. Nos besamos por largos minutos hasta que él se separó de mi y me miró con sus ojos brillantes.
- Quiero volverte a ver... Lo tienes en claro ¿no? - Pregunté mirando sus ojos.
- Si, y yo también quiero volver a verte a ti... Mañana vendré nuevamente y pediré otro baile - Reí.
- Te concederé los que desees mi querido Nicholas
Permanecimos juntos el resto de la noche hasta concluida la fiesta. Se despidió de mi con un beso. Pero al otro día volvió como había prometido. Y al siguiente. Y al siguiente. Y al siguiente.
Hasta que jamás volvió a irse de mi lado.