Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
"Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 10 de 13. • Comparte
Página 10 de 13. • 1, 2, 3 ... 9, 10, 11, 12, 13
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
lamento mucho la tardanza chicas esqe estoy enferma y la verdad me siento fatal por eso no habia subido aqi les dejo otro cap espero les guste
Capítulo 13
—Tengo que irme —________ abrió los ojos y vio la seria expresión de Joe.
—Lo sé —murmuró.
—Lo siento. Sabes que me quedaría si pudiera.
Ella asintió.
—No te preocupes. Lo entiendo.
Joe la besó y salió de la cama. Recogió sus calzoncillos del suelo.
—No sé dónde está el resto de mi ropa —dijo con una sonrisa irónica.
—Limítate a seguir el rastro —sugirió ella, y le mandó un beso.
Unos minutos después Joe reapareció vestido y se sentó en el borde de la cama.
—Creo que lo he encontrado todo —se inclinó y la besó en los labios—. Nos vemos el lunes. Cuídate.
—Tú también.
Unos momentos después ________ oyó cómo se alejaba su coche. Miró el reloj y vio que eran las tres y cuarto. Joe había estado menos de dos horas con ella.
Dadas las circunstancias, sabía que no podía quejarse, pero ya empezaba a echarlo de menos. Apoyó el rostro en la parte de la almohada en que Joe había descansado su cabeza y aspiró su aroma.
Sentía los brazos vacíos, pero su corazón estaba lleno. Joe la amaba. Se lo había dicho. Sin duda, eso suponía un progreso.
Se acurrucó en la cama y acabó quedándose dormida.
Cuando despertó, las velas se habían consumido y la luz del sol entraba a raudales por la ventana. Eran las nueve y media. Solo había dormido seis horas, pero se sentía maravillosamente. Fue recogiendo su ropa mientras bajaba. Su pie tropezó con algo en el vestíbulo. Se agachó a recogerlo y vio que era la cartera de Joe. Podía necesitarla ese mismo día, pero no se daría cuenta de que le faltaba hasta que fuera a echar mano de ella.
Se la llevaría. No era ninguna molestia y sería una buena excusa para verlo de nuevo.
Se fue de casa hacia las diez y llegó a la de Joe poco después. El único coche que había en la entrada era el suyo, de manera que dedujo que sus padres ya se habrían ido. Bien. No le apetecía una mañana de interrogatorios, y estaba segura de que a él tampoco.
Llamó al timbre y un momento después se encontró ante una mujer de unos sesenta años, muy elegante y con el pelo gris. Tenía que ser la madre de Joe.
—¿En qué puedo ayudarla, querida? —preguntó la mujer, sonriente.
—¿Está Joe?
—Está en el jardín, con los niños, preparando una fogata. Un momento, voy a avisarlo.
Estaba a punto de volverse cuando ________ dijo:
—No hace falta… Tengo su cartera. Se le debió caer ayer en mi casa. Tal vez podría entregársela usted misma.
La mujer la miró atentamente y sonrió.
—Tú debes ser ________. Pasa, querida. Dásela personalmente; estoy segura de que le gustará verte. Acabo de preparar una tetera; ¿te apetece una taza o prefieres café? ________ se encontró de pronto en la cocina, con un par de tazas en la mano y cuidadosamente empujada hacia la mesa.
—Siéntate, yo lo aviso. ¿Joe? Es para ti. Es ________.
Joe entró del jardín y se quedó momentáneamente sorprendido.
—Hola… Creía que estabas al teléfono.
—Ayer se te cayó la cartera en el vestíbulo de mi casa —dijo ella, sintiéndose repentinamente culpable por haberse dejado convencer tan fácilmente para quedarse—. He supuesto que la necesitarías. Tu madre me ha ofrecido una taza de té.
—Lo supongo —dijo Joe en tono irónico—. Gracias por venir a traerme la cartera. Seguro que la habría echado de menos en el momento más inoportuno —tomó una silla y se sentó frente a ella—. Ahora mismo le estaba hablando a mi padre sobre la fiesta que me sugirió Lissa que organizara para quitar el papel de las paredes —continuó, sin dar la más mínima muestra de que lo irritara que ________ se hubiera presentado sin avisar—, ¿Crees que vendría alguien?
—Oh, sí —contestó ella al instante—. Estoy segura de que vendrían, aunque solo fuera por curiosidad. Sería una fiesta de inauguración de la casa un tanto alternativa, ¿no te parece?
Joe rio.
—Sí, muy alternativa. Pero apenas conozco a la gente de aquí. ¿Por qué iban a molestarse en venir?
—¿Porque son agradables? ¿Porque les gusta ayudar y hacer que la gente se sienta bienvenida? ¿Porque harían cualquier cosa por conseguir una comida gratis? ¿Cuándo piensas organizaría?
Él volvió a reír.
—En realidad no pensaba hacerlo. Esto podría convertirse en un loquero. Creo que no podría soportar más de una habitación por vez hecha un caos.
________ miró a su alrededor y alzó una ceja.
—Nada en las paredes sería mejor que lo que tienes ahora… ¡pero puede que después tuvieras que organizar otra fiesta para rellenar la rajas!
—¡Oh, no!
—¿Queréis unas galletas con el té? —preguntó la madre de Joe, que hasta ese momento se había mostrado de lo más discreta.
—No, gracias, mamá. Acabo de desayunar. ¿________?
—Me encantaría tomar alguna. Prácticamente he olvidado desayunar —«debido a las prisas por venir aquí», añadió ________ para sí.
—Ahora mismo te las saco. ¿Queréis otra taza de té?
—No, gracias —contestaron ________ y Joe al unísono. Sus miradas se encontraron y sonrieron.
—Quédate a comer —dijo él impulsivamente, y ella aceptó.
Durante la comida planearon la fiesta para quitar el papel y luego terminaron de preparar la fogata con los niños. Anocheció casi inesperJoeente para ambos.
—Gracias por este día tan agradable —dijo ________ cuando Joe la acompañó a la puerta.
—Ha sido un placer —contestó él y, tras mirar por encima del hombro para comprobar que no había nadie espiándolos, se inclinó y la besó en los labios. Fue un beso breve pero lo suficientemente intenso como para mantener caliente a ________ durante el trayecto de vuelta a su casa.
¿Por qué se le habría ocurrido invitar a ________ a quedarse? Había sido una auténtica tortura. Le habría gustado abrazarla y acariciarla a cada instante, y a su madre no se le había pasado nada por alto. Y tampoco a los niños, que no dejaron de darle la lata mientras los bañaba.
—Es muy buena… ¿Por qué no viene a vivir con nosotros en lugar de Carla?
—Sí, ¿por qué no? No me gusta Carla.
—Claro que te gusta, Jasper —dijo Joe con firmeza mientras frotaba los bracitos del niño con una esponja.
—No. No es tan buena como ________.
Joe reconoció en silencio que así era, pero eso no le facilitó las cosas.
—Está muy ocupada con su trabajo —explicó—. No puede venir a trabajar para nosotros.
—Pero podría venir a vivir aquí.
—Ya tiene su casa.
—Seguro que no es tan grande como la nuestra.
Joe sacó a Jasper del baño, lo envolvió en una toalla y luego ayudó a salir a Danny.
—Podrías preguntárselo —insistió este—. Seguro que no se lo has preguntado.
—No, no lo he hecho, y tampoco voy a hacerlo. De todos modos, recordad que Carla se va ir y que pronto tendremos que conseguir otra au pair.
Pero no lo suficientemente pronto. Carla empezaba a volverlo loco. Aquel fin de semana había decidido no presentarse hasta el lunes por la mañana, lo que iba a suponer una pesadilla logística.
Probablemente tendría que llevar a los niños a casa de sus padres antes de ir al hospital para que ellos se ocuparan de llevarlos al colegio, lo que significaría levantarse muy temprano para preparar sus comidas y sus carteras. Y todo porque Carla no quería molestarse en volver cuando debía.
Joe asomó la cabeza fuera del baño.
—¿Skye? —llamó—. Tu turno, querida.
—Ya voy.
Cuando Joe acabó de secar el pelo de Danny con la toalla, este lo miró seriamente a los ojos y dijo:
—Creo que deberías preguntárselo.
—Yo también —añadió Jasper.
—¿Preguntar qué a quién? —dijo Skye, que acababa de entrar en el abarrotado baño.
—Nada —contestó Joe de inmediato—. Vamos, chicos. Salid para que Skye pueda bañarse tranquilamente.
Acompañó a los niños a su habitación y volvió al baño cinco minutos después para lavar el pelo de Skye. Luego la ayudó a secárselo y se lo peinó cuidadosamente.
«La tarea de una madre», pensó con tristeza, y tuvo que tragar para deshacer el nudo que se le había formado inesperJoeente en la garganta. «Maldita Lyn. Maldito David».
—¡Ay!
—Lo siento, cariño —dijo Joe, instantáneamente arrepentido. Tuvo que contenerse para no abrazar a la niña. En lugar de ello acarició la parte de la cabeza en la que le había dado el tirón—. No estaba concentrado —terminó de peinarla cuidadosamente y luego recogió las toallas mientras Skye se lavaba los dientes.
Diez minutos después, con los tres niños ya acostados, Joe se sirvió un vaso de vino y se sentó frente al televisor.
Pero ningún programa llamó su atención. Solo podía pensar en ________, en lo bien que lo habían pasado bailando la noche anterior, y en que le había dicho que la quería.
No había tenido intención de hacerlo. Pretendía guardárselo para sí, pero había metido la pata. Estaba tan encantadora, con el rostro ligeramente ruborizado por la pasión, los ojos brillantes… sus defensas se habían desmoronado y la verdad había salido a la luz. ________ se merecía la verdad, y él se la había dado, pero ella se merecía más.
Se merecía lo que iba a continuación… pero él no podía dárselo.
Por mucho que quisiera hacerlo.
La pequeña Emily Parker era el peor caso de huesos quebradizos que ________ había visto en su vida. Había estado totalmente inmovilizada durante el fin de semana, pero Joe había decidido que iba a tratar de fijar el hueso roto por varios sitios de su pierna. Era una operación complicada en la que debía unir los trozos de huesos rotos como si se tratara de las cuentas de un collar.
—¿Estaré mejor entonces? —preguntó Emily en un tono extrañamente apagado. También estaba medio sorda debido a los problemas de los huesecillos de su oído interno, y eso complicaba aún más las cosas.
—Eso espero —contestó Joe con sinceridad—. Lo haré lo mejor posible, y soy bueno en lo que hago, pero no podré hacer más. De momento tendrás que seguir con la escayola en el brazo. No quiero hacer demasiado de una vez.
—Gracias —dijo la madre de la niña, que parecía bastante escéptica. ________ pensó que no era de extrañar. Por un motivo u otro, Emily había pasado la mayoría de sus seis años en el hospital, y su madre no la había dejado ni un momento.
Salió con Joe de la habitación y fueron a su despacho.
—¿Te encuentras bien? —preguntó al fijarse en su aspecto cansado.
—Carla no regresó ayer del fin de semana. Acaba de llegar y le he echado una buena bronca por teléfono. Supongo que hará las maletas y se irá antes de que llegue, pero casi será mejor así. Debo ponerme en contacto con alguna agencia de niñeras. La de las au pairs se está retrasando mucho y necesito una solución rápida.
—¿No hay ninguna vecina que pueda echarte una mano? —sugirió ________.
—Ha venido alguna niña para ofrecerse a hacer de canguro ocasionalmente, pero poco más. Necesito algo permanente; no puedo seguir así. No me puedo fiar de Carla, como tampoco podía fiarme de la anterior au pair —Joe miró su reloj y suspiró—. Ahora tengo que ir al quirófano. Nos vemos luego. ¿Vas a estar en casa esta noche?
________ habría cancelado lo que fuera, pero no tenía nada que cancelar.
—Sí —contestó—. Si aún conservas a tu au pair, ven a verme.
Joe gruñó.
—Pensándolo bien, será mejor que no me esperes. Te llamaré.
Y lo hizo, para decirle que Carla seguía allí cuando había llegado, pero que solo iba a quedarse aquella semana.
—¿Y el recibo del teléfono? —preguntó ________, que ya sabía lo blando que podía llegar a ser Joe—. ¿Vas a descontárselo?
—Supongo que no. Fue un intento de persuadirla para que se quedara más tiempo, pero no ha sido muy efectivo. He llamado a la agencia, pero no pueden hacer nada hasta la próxima semana.
—Si puedo echarte una mano, avísame —ofreció ________, pero él no le tomó la palabra—. ¿Qué tal ha ido la operación de Emily? —preguntó—. He tenido que irme antes de que salieras del quirófano.
—No tan mal como me temía. Solo espero que los extremos del hueso sean lo suficientemente fuertes como para soportar la tensión. Ese es el mayor peligro. Pero no podía hacer más. Con el niño de la espina bífida me ha ido mejor. Lo conocerás mañana. ¿Qué tal ha pasado el día Damián?
—Aburrido —dijo ________, con una sonrisa que Joe debió percibir en su voz—. Tengo una jovencita en prácticas que quiere ser médico; voy a hacer que se ocupe de él y busque formas de hacer que su vida resulte más interesante. Eso la ayudará a decidirse sobre su futuro.
Joe rio y ________ deseó que estuviera a su lado en la cama.
Hablaron casi una hora, sin decirse nada demasiado importante, simplemente disfrutando del sonido de sus voces. Finalmente, Joe suspiró.
—Tengo que dejarte. Los niños están armando jaleo. Nos vemos mañana. Piensa en mí mientras te acurrucas sola en la cama, ¿de acuerdo?
________ no necesitaba que se lo dijera. Colgó el teléfono y suspiró. «Dale tiempo», se dijo por enésima vez. «Acabará cediendo». Josh lo había dicho.
Y Josh era un experto en persuasión. Cuando Lissa se quedó embarazada de su primer bebé, aparcó la caravana en la que vivía frente a su casa. Y ella acabó cediendo.
Si esperaba lo suficiente, era posible que Joe también acabara por ceder.
Capítulo 13
—Tengo que irme —________ abrió los ojos y vio la seria expresión de Joe.
—Lo sé —murmuró.
—Lo siento. Sabes que me quedaría si pudiera.
Ella asintió.
—No te preocupes. Lo entiendo.
Joe la besó y salió de la cama. Recogió sus calzoncillos del suelo.
—No sé dónde está el resto de mi ropa —dijo con una sonrisa irónica.
—Limítate a seguir el rastro —sugirió ella, y le mandó un beso.
Unos minutos después Joe reapareció vestido y se sentó en el borde de la cama.
—Creo que lo he encontrado todo —se inclinó y la besó en los labios—. Nos vemos el lunes. Cuídate.
—Tú también.
Unos momentos después ________ oyó cómo se alejaba su coche. Miró el reloj y vio que eran las tres y cuarto. Joe había estado menos de dos horas con ella.
Dadas las circunstancias, sabía que no podía quejarse, pero ya empezaba a echarlo de menos. Apoyó el rostro en la parte de la almohada en que Joe había descansado su cabeza y aspiró su aroma.
Sentía los brazos vacíos, pero su corazón estaba lleno. Joe la amaba. Se lo había dicho. Sin duda, eso suponía un progreso.
Se acurrucó en la cama y acabó quedándose dormida.
Cuando despertó, las velas se habían consumido y la luz del sol entraba a raudales por la ventana. Eran las nueve y media. Solo había dormido seis horas, pero se sentía maravillosamente. Fue recogiendo su ropa mientras bajaba. Su pie tropezó con algo en el vestíbulo. Se agachó a recogerlo y vio que era la cartera de Joe. Podía necesitarla ese mismo día, pero no se daría cuenta de que le faltaba hasta que fuera a echar mano de ella.
Se la llevaría. No era ninguna molestia y sería una buena excusa para verlo de nuevo.
Se fue de casa hacia las diez y llegó a la de Joe poco después. El único coche que había en la entrada era el suyo, de manera que dedujo que sus padres ya se habrían ido. Bien. No le apetecía una mañana de interrogatorios, y estaba segura de que a él tampoco.
Llamó al timbre y un momento después se encontró ante una mujer de unos sesenta años, muy elegante y con el pelo gris. Tenía que ser la madre de Joe.
—¿En qué puedo ayudarla, querida? —preguntó la mujer, sonriente.
—¿Está Joe?
—Está en el jardín, con los niños, preparando una fogata. Un momento, voy a avisarlo.
Estaba a punto de volverse cuando ________ dijo:
—No hace falta… Tengo su cartera. Se le debió caer ayer en mi casa. Tal vez podría entregársela usted misma.
La mujer la miró atentamente y sonrió.
—Tú debes ser ________. Pasa, querida. Dásela personalmente; estoy segura de que le gustará verte. Acabo de preparar una tetera; ¿te apetece una taza o prefieres café? ________ se encontró de pronto en la cocina, con un par de tazas en la mano y cuidadosamente empujada hacia la mesa.
—Siéntate, yo lo aviso. ¿Joe? Es para ti. Es ________.
Joe entró del jardín y se quedó momentáneamente sorprendido.
—Hola… Creía que estabas al teléfono.
—Ayer se te cayó la cartera en el vestíbulo de mi casa —dijo ella, sintiéndose repentinamente culpable por haberse dejado convencer tan fácilmente para quedarse—. He supuesto que la necesitarías. Tu madre me ha ofrecido una taza de té.
—Lo supongo —dijo Joe en tono irónico—. Gracias por venir a traerme la cartera. Seguro que la habría echado de menos en el momento más inoportuno —tomó una silla y se sentó frente a ella—. Ahora mismo le estaba hablando a mi padre sobre la fiesta que me sugirió Lissa que organizara para quitar el papel de las paredes —continuó, sin dar la más mínima muestra de que lo irritara que ________ se hubiera presentado sin avisar—, ¿Crees que vendría alguien?
—Oh, sí —contestó ella al instante—. Estoy segura de que vendrían, aunque solo fuera por curiosidad. Sería una fiesta de inauguración de la casa un tanto alternativa, ¿no te parece?
Joe rio.
—Sí, muy alternativa. Pero apenas conozco a la gente de aquí. ¿Por qué iban a molestarse en venir?
—¿Porque son agradables? ¿Porque les gusta ayudar y hacer que la gente se sienta bienvenida? ¿Porque harían cualquier cosa por conseguir una comida gratis? ¿Cuándo piensas organizaría?
Él volvió a reír.
—En realidad no pensaba hacerlo. Esto podría convertirse en un loquero. Creo que no podría soportar más de una habitación por vez hecha un caos.
________ miró a su alrededor y alzó una ceja.
—Nada en las paredes sería mejor que lo que tienes ahora… ¡pero puede que después tuvieras que organizar otra fiesta para rellenar la rajas!
—¡Oh, no!
—¿Queréis unas galletas con el té? —preguntó la madre de Joe, que hasta ese momento se había mostrado de lo más discreta.
—No, gracias, mamá. Acabo de desayunar. ¿________?
—Me encantaría tomar alguna. Prácticamente he olvidado desayunar —«debido a las prisas por venir aquí», añadió ________ para sí.
—Ahora mismo te las saco. ¿Queréis otra taza de té?
—No, gracias —contestaron ________ y Joe al unísono. Sus miradas se encontraron y sonrieron.
—Quédate a comer —dijo él impulsivamente, y ella aceptó.
Durante la comida planearon la fiesta para quitar el papel y luego terminaron de preparar la fogata con los niños. Anocheció casi inesperJoeente para ambos.
—Gracias por este día tan agradable —dijo ________ cuando Joe la acompañó a la puerta.
—Ha sido un placer —contestó él y, tras mirar por encima del hombro para comprobar que no había nadie espiándolos, se inclinó y la besó en los labios. Fue un beso breve pero lo suficientemente intenso como para mantener caliente a ________ durante el trayecto de vuelta a su casa.
¿Por qué se le habría ocurrido invitar a ________ a quedarse? Había sido una auténtica tortura. Le habría gustado abrazarla y acariciarla a cada instante, y a su madre no se le había pasado nada por alto. Y tampoco a los niños, que no dejaron de darle la lata mientras los bañaba.
—Es muy buena… ¿Por qué no viene a vivir con nosotros en lugar de Carla?
—Sí, ¿por qué no? No me gusta Carla.
—Claro que te gusta, Jasper —dijo Joe con firmeza mientras frotaba los bracitos del niño con una esponja.
—No. No es tan buena como ________.
Joe reconoció en silencio que así era, pero eso no le facilitó las cosas.
—Está muy ocupada con su trabajo —explicó—. No puede venir a trabajar para nosotros.
—Pero podría venir a vivir aquí.
—Ya tiene su casa.
—Seguro que no es tan grande como la nuestra.
Joe sacó a Jasper del baño, lo envolvió en una toalla y luego ayudó a salir a Danny.
—Podrías preguntárselo —insistió este—. Seguro que no se lo has preguntado.
—No, no lo he hecho, y tampoco voy a hacerlo. De todos modos, recordad que Carla se va ir y que pronto tendremos que conseguir otra au pair.
Pero no lo suficientemente pronto. Carla empezaba a volverlo loco. Aquel fin de semana había decidido no presentarse hasta el lunes por la mañana, lo que iba a suponer una pesadilla logística.
Probablemente tendría que llevar a los niños a casa de sus padres antes de ir al hospital para que ellos se ocuparan de llevarlos al colegio, lo que significaría levantarse muy temprano para preparar sus comidas y sus carteras. Y todo porque Carla no quería molestarse en volver cuando debía.
Joe asomó la cabeza fuera del baño.
—¿Skye? —llamó—. Tu turno, querida.
—Ya voy.
Cuando Joe acabó de secar el pelo de Danny con la toalla, este lo miró seriamente a los ojos y dijo:
—Creo que deberías preguntárselo.
—Yo también —añadió Jasper.
—¿Preguntar qué a quién? —dijo Skye, que acababa de entrar en el abarrotado baño.
—Nada —contestó Joe de inmediato—. Vamos, chicos. Salid para que Skye pueda bañarse tranquilamente.
Acompañó a los niños a su habitación y volvió al baño cinco minutos después para lavar el pelo de Skye. Luego la ayudó a secárselo y se lo peinó cuidadosamente.
«La tarea de una madre», pensó con tristeza, y tuvo que tragar para deshacer el nudo que se le había formado inesperJoeente en la garganta. «Maldita Lyn. Maldito David».
—¡Ay!
—Lo siento, cariño —dijo Joe, instantáneamente arrepentido. Tuvo que contenerse para no abrazar a la niña. En lugar de ello acarició la parte de la cabeza en la que le había dado el tirón—. No estaba concentrado —terminó de peinarla cuidadosamente y luego recogió las toallas mientras Skye se lavaba los dientes.
Diez minutos después, con los tres niños ya acostados, Joe se sirvió un vaso de vino y se sentó frente al televisor.
Pero ningún programa llamó su atención. Solo podía pensar en ________, en lo bien que lo habían pasado bailando la noche anterior, y en que le había dicho que la quería.
No había tenido intención de hacerlo. Pretendía guardárselo para sí, pero había metido la pata. Estaba tan encantadora, con el rostro ligeramente ruborizado por la pasión, los ojos brillantes… sus defensas se habían desmoronado y la verdad había salido a la luz. ________ se merecía la verdad, y él se la había dado, pero ella se merecía más.
Se merecía lo que iba a continuación… pero él no podía dárselo.
Por mucho que quisiera hacerlo.
La pequeña Emily Parker era el peor caso de huesos quebradizos que ________ había visto en su vida. Había estado totalmente inmovilizada durante el fin de semana, pero Joe había decidido que iba a tratar de fijar el hueso roto por varios sitios de su pierna. Era una operación complicada en la que debía unir los trozos de huesos rotos como si se tratara de las cuentas de un collar.
—¿Estaré mejor entonces? —preguntó Emily en un tono extrañamente apagado. También estaba medio sorda debido a los problemas de los huesecillos de su oído interno, y eso complicaba aún más las cosas.
—Eso espero —contestó Joe con sinceridad—. Lo haré lo mejor posible, y soy bueno en lo que hago, pero no podré hacer más. De momento tendrás que seguir con la escayola en el brazo. No quiero hacer demasiado de una vez.
—Gracias —dijo la madre de la niña, que parecía bastante escéptica. ________ pensó que no era de extrañar. Por un motivo u otro, Emily había pasado la mayoría de sus seis años en el hospital, y su madre no la había dejado ni un momento.
Salió con Joe de la habitación y fueron a su despacho.
—¿Te encuentras bien? —preguntó al fijarse en su aspecto cansado.
—Carla no regresó ayer del fin de semana. Acaba de llegar y le he echado una buena bronca por teléfono. Supongo que hará las maletas y se irá antes de que llegue, pero casi será mejor así. Debo ponerme en contacto con alguna agencia de niñeras. La de las au pairs se está retrasando mucho y necesito una solución rápida.
—¿No hay ninguna vecina que pueda echarte una mano? —sugirió ________.
—Ha venido alguna niña para ofrecerse a hacer de canguro ocasionalmente, pero poco más. Necesito algo permanente; no puedo seguir así. No me puedo fiar de Carla, como tampoco podía fiarme de la anterior au pair —Joe miró su reloj y suspiró—. Ahora tengo que ir al quirófano. Nos vemos luego. ¿Vas a estar en casa esta noche?
________ habría cancelado lo que fuera, pero no tenía nada que cancelar.
—Sí —contestó—. Si aún conservas a tu au pair, ven a verme.
Joe gruñó.
—Pensándolo bien, será mejor que no me esperes. Te llamaré.
Y lo hizo, para decirle que Carla seguía allí cuando había llegado, pero que solo iba a quedarse aquella semana.
—¿Y el recibo del teléfono? —preguntó ________, que ya sabía lo blando que podía llegar a ser Joe—. ¿Vas a descontárselo?
—Supongo que no. Fue un intento de persuadirla para que se quedara más tiempo, pero no ha sido muy efectivo. He llamado a la agencia, pero no pueden hacer nada hasta la próxima semana.
—Si puedo echarte una mano, avísame —ofreció ________, pero él no le tomó la palabra—. ¿Qué tal ha ido la operación de Emily? —preguntó—. He tenido que irme antes de que salieras del quirófano.
—No tan mal como me temía. Solo espero que los extremos del hueso sean lo suficientemente fuertes como para soportar la tensión. Ese es el mayor peligro. Pero no podía hacer más. Con el niño de la espina bífida me ha ido mejor. Lo conocerás mañana. ¿Qué tal ha pasado el día Damián?
—Aburrido —dijo ________, con una sonrisa que Joe debió percibir en su voz—. Tengo una jovencita en prácticas que quiere ser médico; voy a hacer que se ocupe de él y busque formas de hacer que su vida resulte más interesante. Eso la ayudará a decidirse sobre su futuro.
Joe rio y ________ deseó que estuviera a su lado en la cama.
Hablaron casi una hora, sin decirse nada demasiado importante, simplemente disfrutando del sonido de sus voces. Finalmente, Joe suspiró.
—Tengo que dejarte. Los niños están armando jaleo. Nos vemos mañana. Piensa en mí mientras te acurrucas sola en la cama, ¿de acuerdo?
________ no necesitaba que se lo dijera. Colgó el teléfono y suspiró. «Dale tiempo», se dijo por enésima vez. «Acabará cediendo». Josh lo había dicho.
Y Josh era un experto en persuasión. Cuando Lissa se quedó embarazada de su primer bebé, aparcó la caravana en la que vivía frente a su casa. Y ella acabó cediendo.
Si esperaba lo suficiente, era posible que Joe también acabara por ceder.
Nani Jonas
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
nataly jonas escribió:aawww!! q lindo cap :( taaan romantico pero no tengo algo muy claro qien le dijo "te amo" a qien :|
no te preocupes yo te lo aclaro joe se lo dijo espero te sirva gracias por pasarte
Nani Jonas
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
awww Joe es tan dulce
Aunque un poco terco
Porque no quiere algo serio
Siguela!!!
Aunque un poco terco
Porque no quiere algo serio
Siguela!!!
aranzhitha
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
que tierno es joe,
puxa qe fome qe no acepte la ayuda de rayita para cuidar a los niños
pero espero hay que darle tiempo ajajja
siguelaaa!!!
puxa qe fome qe no acepte la ayuda de rayita para cuidar a los niños
pero espero hay que darle tiempo ajajja
siguelaaa!!!
Kari_JB
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
awwwn rayis, aguanata!!
aksdhaskd tienes que seguirla..y joseph debe de dejar de ser tan terco xdd
aksdhaskd tienes que seguirla..y joseph debe de dejar de ser tan terco xdd
helado00
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
dios , amo esta nove
quiero que ellos estén juntos enserio lo deseo
tienes que seguirla por favor!
quiero que ellos estén juntos enserio lo deseo
tienes que seguirla por favor!
fernanda
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
Ay ese Joe ! ..
porque no acepta a la raya para que al menos cuide de los niños hasta que encuentre una nueva niñera ? ..
SI-GUE-LAA !! ..
porque no acepta a la raya para que al menos cuide de los niños hasta que encuentre una nueva niñera ? ..
SI-GUE-LAA !! ..
Jess Jonas ..
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
Waaaaaaa Me encanta la nove
Y me encantaría mas si Joe deje tan siguiera
Que este con sus hijos y le ayude un poco
Los niñitos la quieres solo falta Skye
Plis siguelaaaa!!
Y me encantaría mas si Joe deje tan siguiera
Que este con sus hijos y le ayude un poco
Los niñitos la quieres solo falta Skye
Plis siguelaaaa!!
Karli Jonas
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
Capitulo 14
En medio del vestíbulo, mientras el papel de la casa era arrancado sistemáticamente del suelo al techo, Joe se preguntó si no se habría vuelto loco aceptando la idea de la fiesta. El cuarto de los niños, el de Skye y el cuarto de estar eran las habitaciones que figuraban en la agenda de trabajo, y el grupo se había dividido en tres.
Los más serios, que no paraban de hablar de nuevas técnicas quirúrgicas, estaban en el salón. Arriba, las mujeres se habían organizado en dos grupos y cada uno se estaba ocupando de una habitación. Los niños estaban en la habitación de los niños y las niñas en las de Skye. ________ y Allie estaban con Skye. Lissa y Sarah estaban en la habitación de los chicos, y no había duda de que les había tocado el trabajo más duro.
Joe asomó la cabeza por la puerta y se estremeció. Todas las cosas de los niños estaban apiladas en el centro. Las paredes estaban completamente empapadas y el papel había empezado a despegarse solo por la parte baja. Los niños no paraban de corretear.
—Creía que esto se te daba bien —dijo a Lissa con una sonrisa.
—Y se me da de maravilla. Mira detrás de la puerta.
Joe miró y vio que la pared estaba totalmente limpia.
—¡Fantástico! —murmuró—. Estoy asombrado. ¡Tanto orden a partir de tal caos!
—Por supuesto —Lissa se volvió hacia su hijo—. ¡Ben, para ya, por favor! —miró de nuevo a Joe—. Lo siento, pero me temo que está un poco excitado.
—Puede que haya llegado el momento de tomarse un descanso —sugirió Joe, pensando en las pizzas que había encargado y que se estaban calentando en el horno.
—Muy bien. Todo el mundo abajo —ordenó Lissa, y los niños corrieron en tromba hacia la puerta.
—Tranquilos, amigos —dijo Joe, pero fue totalmente ignorado. La pizza era mucho más importante que escuchar a los adultos.
En la puerta hubo un choque, por supuesto, y Ben y Danny decidieron echar una carrera. Probablemente, todo habría ido bien si Ben no hubiera resbalado sobre un pegajoso trozo de papel en lo alto de las escaleras, pero resbaló, y los demás vieron horrorizados cómo caía cabeza abajo. A mitad de la escalera se oyó un chasquido a la vez que el niño se detenía bruscamente y gritaba con todas sus fuerzas.
Todos se quedaron paralizados mientras Lissa se llevaba las manos al rostro y empezaba a temblar.
—Oh, Dios mío —susurró mientras Joe pasaba rápidamente junto a ella.
—Tranquilo, Ben —dijo, y descendió hasta donde estaba el niño. En la caída, el brazo de Ben se había enganchado en la barandilla de la escalera, que se había roto. El niño estaba sollozando y Joe oyó que se abría la puerta del cuarto de estar.
—¿Qué sucede?
—Ben… se ha caído por las escaleras y se ha hecho daño en el brazo. Pero estás bien, ¿verdad, pequeño? Vamos a sacarte de aquí. ¿Puedes echarme una mano, Josh?
—Por supuesto —Josh subió de inmediato y se agachó junto a su hijo—. No te preocupes, cariño. Papá está aquí —miró a Joe, lívido—. ¿Qué quieres que haga?
—Levántalo un poco para que yo pueda sacar el brazo.
Segundos después el niño estaba libre y Lissa bajó corriendo las escaleras con lágrimas en los ojos.
—¿Te encuentras bien, cariño? Ya estoy aquí. No te preocupes; todo irá bien.
—Es una clásica fractura de tallo verde —dijo Joe con calma—. Habrá que encajarla bajo anestesia y luego escayolarla, pero no creo que vaya a presentar ninguna complicación. ¿Puedes sentir los dedos, Ben? Muévelos para mí.
El niño los movió y asintió, lloroso.
—Duele.
—Seguro que duele, Ben. Lo siento. Vas a tener que ir al hospital a que te curemos. ¿Crees que podrás aguantarlo? Ben asintió y Joe miró a ________, que estaba en lo alto de las escaleras con Jasper tomado de la mano. Maldijo interiormente a Carla por haberse ido tan repentinamente.
—Siento tener que pedirte esto, ________, pero, ¿puedes cuidar de los niños mientras estoy fuera? La pizza está en el horno y el helado…
—No te preocupes, nos las arreglaremos —dijo ________—. Tú ocúpate de Ben y nosotros haremos el resto.
Y así fue. Todos comieron pizza y, mientras los niños tomaban helado y veían la televisión, las mujeres organizaron una limpieza general y los hombres volvieron a colocar los muebles en su sitio.
Matt y Sarah se llevaron a sus niños a casa y Allie y Mark se fueron tras asegurarse de que todo había quedado en orden.
—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó ________ a los niños de Joe—. ¿Vamos a ver cómo han quedado vuestros cuartos?
—Sucios —dijo Skye—. Creía que iban a quedar bonitos.
—Y quedarán bonitos. En cuanto terminemos de quitar el papel de las paredes podrás hacer lo que quieras en él. ¿Has decidido ya qué vas a poner?
—No.
________ supuso que la respuesta negativa de Skye era debida a una actitud de rechazo. A veces se preguntaba si no se atrevía a expresar su opinión por si estaba equivocada. ¿Estaba tan desesperada por recibir la aprobación de los demás que no se atrevía a mantener un punto de vista diferente?
«Pobre pequeña», pensó.
—Al menos tu cama está hecha. ¿Qué me decís de las vuestras, chicos? ¿Están listas para que os metáis en ellas?
—No sabemos.
Cuando entraron en el dormitorio de los niños vieron que las camas también estaban hechas. Alguien se había ocupado de ordenarlos mientras ella atendía a los pequeños en la cocina. Los ayudó a cambiarse, a lavarse y limpiarse los dientes. Luego los arropó en la cama.
Skye apartó el rostro cuando fue a besarla, pero ________ la besó de todos modos, porque sabía que la niña necesitaba muestras espontáneas de afecto.
—Que duermas bien, cariño —dijo, y bajó la intensidad de la luz.
—¡No tan oscuro! —dijo Skye, asustada, y ________ volvió a subirla.
—¿Así mejor?
—Gracias. Buenas noches, ________.
—Buenas noches, Skye. Que duermas bien… y bien hecho. Hoy has trabajado muy duro.
Bajó las escaleras, fue al cuarto de estar y ocupó el sillón más cercano. Estaba agotada, pero trató de mantenerse despierta para recibir a Joe.
Era posible que tardara mucho. Lo sabía, y se preguntó si no haría mejor yéndose a la cama, pero no quería hacerlo; no en su casa, con los niños allí. No estaría bien. Se trasladó al sofá, utilizó un cojín a modo de almohada y se tumbó plácidamente. Así estaría bien hasta que regresara…
Joe estaba agotado. Había trabajado todo el día, y justo cuando pensaba que iba a poder descansar había tenido que volver al quirófano con el pequeño Ben Lancaster. Había sido una rotura limpia, de las que no solían llevar mucho tiempo, pero había tardado tres horas en admitir su derrota y chaparla por si acaso. El hueso estaba tratando de rotar, de manera que no había tenido otra opción. Pero en aquellos momentos estaba agotado y lo único que quería era meterse en la cama y dormir.
Con ________.
Cuando entró en su casa la encontró dormida en el sofá. «Debería haber subido a la cama», pensó, y se preguntó a cuál. ¿A la de la habitación de la au pair, que no estaba hecha, o la de la habitación libre, en la que había dormido él el pasado fin de semana, cuando sus padres habían estado allí?
O a su cama.
Qué pensamiento tan tentador…
«Oh, Dios…», pensó, «esto se está volviendo demasiado íntimo. ________ pasa aquí mucho tiempo. Estuvo todo el domingo pasado, hoy ha estado todo el día, ahora sigue aquí…» Los niños estaban empezando a darle la lata con ella, sobre todo Danny, y a él no se le ocurría nada que hacer al respecto excepto mantenerla alejada.
La despertó con un beso. Ella abrió los ojos y sonrió.
—Hola. ¿Cómo está Ben?
—Le he tenido que poner una chapa y tendrá que quedarse en el hospital un par de días, pero se recuperará. Siento haber tardado tanto.
—No te preocupes. Pareces agotado. Ahora te dejo tranquilo —________ se levantó, fue por su abrigo y su bolso, que estaban junto a la puerta, y luego se puso de puntillas para despedirse de Joe con un beso.
—Nos vemos mañana —prometió.
—Puede que busque una canguro.
—Hazlo. Pero que no sea tu madre —bromeó ________—. Tiene la mirada demasiado penetrante.
Joe rio, volvió a besarla y le dio las gracias por haberse ocupado de todo aquella tarde.
Luego, mientras veía cómo se alejaba en su coche, se preguntó cómo podía ser tan perverso.
Había querido que se fuera, ¿no? Entonces, ¿por qué se sentía tan irracionalmente decepcionado porque lo hubiera hecho?
En medio del vestíbulo, mientras el papel de la casa era arrancado sistemáticamente del suelo al techo, Joe se preguntó si no se habría vuelto loco aceptando la idea de la fiesta. El cuarto de los niños, el de Skye y el cuarto de estar eran las habitaciones que figuraban en la agenda de trabajo, y el grupo se había dividido en tres.
Los más serios, que no paraban de hablar de nuevas técnicas quirúrgicas, estaban en el salón. Arriba, las mujeres se habían organizado en dos grupos y cada uno se estaba ocupando de una habitación. Los niños estaban en la habitación de los niños y las niñas en las de Skye. ________ y Allie estaban con Skye. Lissa y Sarah estaban en la habitación de los chicos, y no había duda de que les había tocado el trabajo más duro.
Joe asomó la cabeza por la puerta y se estremeció. Todas las cosas de los niños estaban apiladas en el centro. Las paredes estaban completamente empapadas y el papel había empezado a despegarse solo por la parte baja. Los niños no paraban de corretear.
—Creía que esto se te daba bien —dijo a Lissa con una sonrisa.
—Y se me da de maravilla. Mira detrás de la puerta.
Joe miró y vio que la pared estaba totalmente limpia.
—¡Fantástico! —murmuró—. Estoy asombrado. ¡Tanto orden a partir de tal caos!
—Por supuesto —Lissa se volvió hacia su hijo—. ¡Ben, para ya, por favor! —miró de nuevo a Joe—. Lo siento, pero me temo que está un poco excitado.
—Puede que haya llegado el momento de tomarse un descanso —sugirió Joe, pensando en las pizzas que había encargado y que se estaban calentando en el horno.
—Muy bien. Todo el mundo abajo —ordenó Lissa, y los niños corrieron en tromba hacia la puerta.
—Tranquilos, amigos —dijo Joe, pero fue totalmente ignorado. La pizza era mucho más importante que escuchar a los adultos.
En la puerta hubo un choque, por supuesto, y Ben y Danny decidieron echar una carrera. Probablemente, todo habría ido bien si Ben no hubiera resbalado sobre un pegajoso trozo de papel en lo alto de las escaleras, pero resbaló, y los demás vieron horrorizados cómo caía cabeza abajo. A mitad de la escalera se oyó un chasquido a la vez que el niño se detenía bruscamente y gritaba con todas sus fuerzas.
Todos se quedaron paralizados mientras Lissa se llevaba las manos al rostro y empezaba a temblar.
—Oh, Dios mío —susurró mientras Joe pasaba rápidamente junto a ella.
—Tranquilo, Ben —dijo, y descendió hasta donde estaba el niño. En la caída, el brazo de Ben se había enganchado en la barandilla de la escalera, que se había roto. El niño estaba sollozando y Joe oyó que se abría la puerta del cuarto de estar.
—¿Qué sucede?
—Ben… se ha caído por las escaleras y se ha hecho daño en el brazo. Pero estás bien, ¿verdad, pequeño? Vamos a sacarte de aquí. ¿Puedes echarme una mano, Josh?
—Por supuesto —Josh subió de inmediato y se agachó junto a su hijo—. No te preocupes, cariño. Papá está aquí —miró a Joe, lívido—. ¿Qué quieres que haga?
—Levántalo un poco para que yo pueda sacar el brazo.
Segundos después el niño estaba libre y Lissa bajó corriendo las escaleras con lágrimas en los ojos.
—¿Te encuentras bien, cariño? Ya estoy aquí. No te preocupes; todo irá bien.
—Es una clásica fractura de tallo verde —dijo Joe con calma—. Habrá que encajarla bajo anestesia y luego escayolarla, pero no creo que vaya a presentar ninguna complicación. ¿Puedes sentir los dedos, Ben? Muévelos para mí.
El niño los movió y asintió, lloroso.
—Duele.
—Seguro que duele, Ben. Lo siento. Vas a tener que ir al hospital a que te curemos. ¿Crees que podrás aguantarlo? Ben asintió y Joe miró a ________, que estaba en lo alto de las escaleras con Jasper tomado de la mano. Maldijo interiormente a Carla por haberse ido tan repentinamente.
—Siento tener que pedirte esto, ________, pero, ¿puedes cuidar de los niños mientras estoy fuera? La pizza está en el horno y el helado…
—No te preocupes, nos las arreglaremos —dijo ________—. Tú ocúpate de Ben y nosotros haremos el resto.
Y así fue. Todos comieron pizza y, mientras los niños tomaban helado y veían la televisión, las mujeres organizaron una limpieza general y los hombres volvieron a colocar los muebles en su sitio.
Matt y Sarah se llevaron a sus niños a casa y Allie y Mark se fueron tras asegurarse de que todo había quedado en orden.
—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó ________ a los niños de Joe—. ¿Vamos a ver cómo han quedado vuestros cuartos?
—Sucios —dijo Skye—. Creía que iban a quedar bonitos.
—Y quedarán bonitos. En cuanto terminemos de quitar el papel de las paredes podrás hacer lo que quieras en él. ¿Has decidido ya qué vas a poner?
—No.
________ supuso que la respuesta negativa de Skye era debida a una actitud de rechazo. A veces se preguntaba si no se atrevía a expresar su opinión por si estaba equivocada. ¿Estaba tan desesperada por recibir la aprobación de los demás que no se atrevía a mantener un punto de vista diferente?
«Pobre pequeña», pensó.
—Al menos tu cama está hecha. ¿Qué me decís de las vuestras, chicos? ¿Están listas para que os metáis en ellas?
—No sabemos.
Cuando entraron en el dormitorio de los niños vieron que las camas también estaban hechas. Alguien se había ocupado de ordenarlos mientras ella atendía a los pequeños en la cocina. Los ayudó a cambiarse, a lavarse y limpiarse los dientes. Luego los arropó en la cama.
Skye apartó el rostro cuando fue a besarla, pero ________ la besó de todos modos, porque sabía que la niña necesitaba muestras espontáneas de afecto.
—Que duermas bien, cariño —dijo, y bajó la intensidad de la luz.
—¡No tan oscuro! —dijo Skye, asustada, y ________ volvió a subirla.
—¿Así mejor?
—Gracias. Buenas noches, ________.
—Buenas noches, Skye. Que duermas bien… y bien hecho. Hoy has trabajado muy duro.
Bajó las escaleras, fue al cuarto de estar y ocupó el sillón más cercano. Estaba agotada, pero trató de mantenerse despierta para recibir a Joe.
Era posible que tardara mucho. Lo sabía, y se preguntó si no haría mejor yéndose a la cama, pero no quería hacerlo; no en su casa, con los niños allí. No estaría bien. Se trasladó al sofá, utilizó un cojín a modo de almohada y se tumbó plácidamente. Así estaría bien hasta que regresara…
Joe estaba agotado. Había trabajado todo el día, y justo cuando pensaba que iba a poder descansar había tenido que volver al quirófano con el pequeño Ben Lancaster. Había sido una rotura limpia, de las que no solían llevar mucho tiempo, pero había tardado tres horas en admitir su derrota y chaparla por si acaso. El hueso estaba tratando de rotar, de manera que no había tenido otra opción. Pero en aquellos momentos estaba agotado y lo único que quería era meterse en la cama y dormir.
Con ________.
Cuando entró en su casa la encontró dormida en el sofá. «Debería haber subido a la cama», pensó, y se preguntó a cuál. ¿A la de la habitación de la au pair, que no estaba hecha, o la de la habitación libre, en la que había dormido él el pasado fin de semana, cuando sus padres habían estado allí?
O a su cama.
Qué pensamiento tan tentador…
«Oh, Dios…», pensó, «esto se está volviendo demasiado íntimo. ________ pasa aquí mucho tiempo. Estuvo todo el domingo pasado, hoy ha estado todo el día, ahora sigue aquí…» Los niños estaban empezando a darle la lata con ella, sobre todo Danny, y a él no se le ocurría nada que hacer al respecto excepto mantenerla alejada.
La despertó con un beso. Ella abrió los ojos y sonrió.
—Hola. ¿Cómo está Ben?
—Le he tenido que poner una chapa y tendrá que quedarse en el hospital un par de días, pero se recuperará. Siento haber tardado tanto.
—No te preocupes. Pareces agotado. Ahora te dejo tranquilo —________ se levantó, fue por su abrigo y su bolso, que estaban junto a la puerta, y luego se puso de puntillas para despedirse de Joe con un beso.
—Nos vemos mañana —prometió.
—Puede que busque una canguro.
—Hazlo. Pero que no sea tu madre —bromeó ________—. Tiene la mirada demasiado penetrante.
Joe rio, volvió a besarla y le dio las gracias por haberse ocupado de todo aquella tarde.
Luego, mientras veía cómo se alejaba en su coche, se preguntó cómo podía ser tan perverso.
Había querido que se fuera, ¿no? Entonces, ¿por qué se sentía tan irracionalmente decepcionado porque lo hubiera hecho?
Nani Jonas
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
Capítulo 15
________ estaba de guardia el domingo por la mañana, y la primera persona a la que vio al entrar en el hospital fue a Josh, que estaba sentado junto a la cama de Ben, leyéndole.
Se acercó a ellos, sonriente.
—Buenos días. ¿Cómo te sientes, Ben?
—Duele —contestó el niño.
________ tanteó las puntas de sus dedos, que asomaban por el borde de la escayola. Comprobó que tenían la temperatura adecuada y que reaccionaban al tacto. Eso era buena señal. El brazo estaba apoyado en un cabestrillo especial sujeto a la cama y eso reducía mucho la movilidad, cosa muy incómoda para un niño tan activo como Ben.
—Está bien —dijo Josh—. Ha pasado una noche un poco inquieta. Yo me he quedado con él y Lissa ha estado en casa con Katie, pero ahora viene para aquí… ah, acaba de llegar. Ben, mamá está aquí.
________ se volvió para saludar a Lissa y vio que Joe entraba en la sala tras ella con sus tres hijos.
—Es una fiesta —dijo, sonriente, y saludó con la mano.
Los niños le devolvieron el saludo, todos excepto Skye, que miró a su alrededor, cohibida, y se arrimó a su padre. ________ se acercó a ellos y dejó a Lissa y a Katie hablando con Ben y con Josh.
—Hola —saludó—. ¿Has venido de visita o estás trabajando?
—Las dos cosas. ¿Qué tal está Ben? Estaba un poco preocupado por su circulación.
—Acabo de comprobarla y no hay problema.
—¿Se va a poner bien? —preguntó Skye, mirando el cabestrillo con recelo.
—Sí —contestó Joe—. Solo necesita tiempo para que los huesos vuelvan a juntarse. Luego le quitaremos las placas de metal que los sostienen unidos de momento.
—¿Placas de metal? —preguntó Danny, visiblemente interesado.
Joe miró a ________.
—¿Puedes darme las radiografías?
—Claro —________ las sacó del carrito en el que estaban todos los archivos de los pacientes y se las entregó.
Joe las colocó en la pantalla de luz que había junto a la cama de Ben.
—¿Ves, Ben? Ese es tu brazo, y esas cosas blancas son las placas que sostienen unidos tus huesos, y esos puntitos son los tornillos. Te los quitaremos en cuatro semanas, cuando estés mejor, y luego solo tendrás que llevar la escayola.
—¿Cuándo podrá volver a casa? —preguntó Josh.
Joe se encogió de hombros y miró a su colega pensativamente.
—¿En un par de días? Antes quiero que le baje la hinchazón para ponerle bien la escayola.
—¿Qué está mirando Jaz? —preguntó Danny.
Todos se volvieron y vieron al pequeño agachado bajo la cama especial de Damián, mirando por el hueco en el que este apoyaba el rostro.
—Ese es Damián —dijo Joe—. Tiene que pasar una temporada en esa cama que da vueltas. Se aburre mucho. Supongo que le gustará tener alguien con quien hablar —se volvió hacia ________—. Supongo que la cama está bien sujeta, ¿no?
Ella rio.
—Oh, sí. No hay forma de que Jaz pueda darle la vuelta y acabar con Damián en el suelo. De todas formas, creo que será mejor sacarlo de ahí debajo. Jaz, cariño, ven aquí.
El pequeño se despidió de Damián y corrió a arrojarse en brazos de ________. Ella lo sujetó, riendo, y lo apoyó en su cadera. Cuando miró a Joe, vio en su rostro una expresión pétrea.
—Será mejor que saque a los chicos de aquí —dijo él, tenso—. Vamos, Jasper.
________ dejó al niño en el suelo y vio cómo se alejaban, sorprendida por la repentina decisión de Joe.
—¿He dicho algo malo?
Josh se acercó a ella.
—Quién sabe —murmuró—. Ese hombre actúa de forma misteriosa. Creo que se ha asustado.
—¿Asustado? —repitió ________, sin comprender.
—Te estás acercando demasiado. Pero mantente firme. Lo conseguirás.
________ suspiró y miró la hora en su reloj.
—Debo ponerme en marcha. Tengo que recibir los informes de la noche. Nos vemos luego.
«Te estás acercando demasiado», pensó mientras iba a su despacho, tratando de ignorar el dolor que le había causado la repentina marcha de Joe. «¿Cómo puedo acercarme demasiado? Quiero a los niños, quiero a Joe y el me corresponde… ¿Cómo puedo acercarme demasiado?»
Joe no fue a su casa esa noche, y, por motivos de trabajo, ella no lo vio hasta el lunes por la tarde. Cuando se presentó a comprobar el estado de los operados, parecía nervioso, y ________ decidió plantearle la cuestión cara acara.
—Pensaba que ibas a venir a casa ayer por la noche —dijo, tratando de que su tono no resultara acusador.
—Iba a hacerlo, pero Danny se puso malo y no me pareció bien dejarlo con la canguro.
—Podías haber llamado.
Joe asintió.
—Lo sé. Lo siento. Me puse a terminar de quitar el papel del salón y se me pasó el tiempo volando. No quise llamarte a media noche.
—No me habría importado. Esta mañana no he tenido que levantarme hasta tarde.
—Qué suerte —dijo Joe—. Yo sí me he levantado temprano. La nueva niñera ha empezado hoy, y me temo que va a ser un desastre. Iría a verte esta noche, pero voy a tener que quedarme en casa. Para colmo, estamos a mitad del trimestre, los niños tienen vacaciones y van a tener que estar todo el día en casa con ella.
—¿Por qué no voy yo a tu casa?
—No. No me parece buena idea. No con los niños en casa. Si puedo escaparme iré a verte, pero será una visita rápida.
«Migajas», pensó ________ con tristeza. «Eso es todo lo que puede darme… migajas».
Joe llegó pasadas las diez. Su rostro mostraba claramente los indicios de la tensión doméstica por la que estaba pasando.
—¿Problemas?
—Muchos —dijo, y tomó a ________ entre sus brazos con un suspiro de alivio—. Me temo que va a ser una visita rápida, pero necesitaba verte, recuperar un poco de cordura en mi vida —se apartó un poco, alzó la barbilla de ________ con un dedo y la miró a los ojos.«Parece tan infeliz y cansado», pensó ella, y alzó una mano para acariciarle la mejilla. Luego lo besó.
—¿Cuánto tiempo puedes quedarte? —preguntó, y él rio con suavidad contra su boca.
—Lo suficiente —murmuró, y volvió a besarla.
Mintió. No fue lo suficiente. Ni siquiera «para siempre» habría bastado para que ella le diera todo el amor que tenía para dar.
Ben mejoró rápidamente y Joe le dio el alta el martes por la mañana.
Cuando Lissa fue a llevárselo, Josh se despidió de él con un beso y suspiró aliviado mientras veía cómo se alejaban.
—Menos mal… Ahora podré seguir con mi trabajo sin sentirme culpable. Me ha costado mucho tratarlo como a un paciente normal y no pasarme todo el día viniendo a verlo —dijo a ________ con una sonrisa. Cuando la miró, su sonrisa se desvaneció.
—¿Qué tal van las cosas?
Ella se encogió de hombros.
—Más o menos igual. No sé cuánto tiempo voy a poder soportarlo, Josh. Me siento como un hámster en una jaula de la que Joe me saca cuando quiere jugar conmigo.
—Creo que es una comparación un poco dura —dijo Josh amablemente—. Joe tiene problemas, ________. Esos niños necesitan mucho tiempo y atención. Sobre todo Skye.
—Lo que necesita es una madre —dijo ________, tensa.
—Ya ha tenido dos. Puede que lo que necesite sea lo que Joe le está dando, estabilidad y seguridad. Odio decirlo, pero puede que estuviera equivocado. No creo que sea lo que le conviene a Joe, pero tal vez sea loque los niños necesitan, y es posible que él sea lo suficientemente fuerte como para hacer ese sacrificio por ellos. En cuyo caso, ________, me temo que vas a sufrir mucho.
—Lo sé —dijo ella, al borde de las lágrimas—. No estoy de acuerdo en lo de Skye, pero creo que tienes razón en lo de Joe; si considera que lo mejor para los niños es acabar con lo nuestro, lo hará a pesar de lo mucho que pueda dolemos a ambos. Solo el tiempo lo dirá.
El teléfono sonó en ese momento y se excusó para responder.
—De acuerdo. Nos pondremos en marcha enseguida. Tenemos algunas camas… no muchas. Trataré de agilizar algunas altas y de cancelar algunas operaciones. Gracias por avisar —miró a Josh—. Un autobús escolar ha volcado. Hay muchos lesionados y los van a traer rápidamente. ¿Puedes dar de alta a alguno de tus pacientes?
Josh deslizó la mirada por la sala.
—No lo sé. Podías llamar a Joe para averiguar si alguno de los suyos puede irse. Yo voy a echar un vistazo a las fichas.
________ llamó a la consulta de Joe y le explicó lo que pasaba.
—Tengo muchos pacientes esperando pasar consulta —murmuró él, pensativo—. Pero no va a haber más remedio que retrasarla. Estaré en urgencias para recibir a los niños según vayan llegando. Y eso significa que llegaré a casa tarde, y la nueva niñera tiene que irse a las seis.
—¿Quieres que me acerque yo a tu casa?
—No… avisaré a mi madre. Si ella no puede ir, aceptaré tu oferta, gracias. En cuanto a las camas, lo más que podría hacer sería enviar a Kate a casa. Su pierna se está recuperando bien. Iba a darle el alta mañana, pero puedo hacerlo hoy. Habla con su madre para ver qué dice.
—De acuerdo. Luego hablamos.
________ avisó a Allie para que se ocupara rápidamente de organizar las cosas y luego fue a ver a la señora Funnell y a Kate para explicarles lo que sucedía.
—A mí me encantaría volver a casa —dijo la niña—. Aquí me aburro mucho. Quiero volver al colegio.
—Eso va a llevar más tiempo, pero creo que en casa podrás estar perfectamente —________ se volvió hacia la madre—. ¿Necesita llamar a alguien para que vengan a buscarla?
—He traído mi coche —dijo la señora Funnell, animada ante la perspectiva de poder llevarse a su hija—. Puedo llevármela enseguida.
—Creo que el doctor Jonas vendrá antes a ver a Kate… oh, aquí está.
Las miradas de ________ y Joe se encontraron y compartieron una breve pero íntima sonrisa.
—Kate está entusiasmada con la idea de irse —dijo ________, y sonrió a la niña.
—Lo suponía —Joe examinó la pierna y asintió—. No hay ningún problema. Ve a casa y disfruta. Tendrás que venir a diario a las sesiones de fisioterapia, pero estarás bien. Siento haber tenido que meterte prisa, pero no parece que te haya molestado mucho, ¿no?
Kate sonrió.
—No me ha molestado nada.
Joe rio, se despidió de la niña y de la madre, guiñó un ojo a ________ y se fue a urgencias.
El teléfono volvió a sonar y ________ hizo que otra enfermera se ocupara del alta de Kate antes de ir a contestar.
Después de colgar reunió a todas las enfermeras.
—Están llegando los primeros heridos. Aseguraos de que se haga todo lo que hay que hacer, y que las prisas no os hagan olvidar a los pacientes que ya tenemos en tratamiento. Yo me ocuparé de los nuevos ingresos.Allie, quiero que te quedes a cargo de la sala de momento, por favor. No olvidéis sonreír a los niños. Estarán asustados y dolidos. Sus padres estarán muy nerviosos. Manteneos tranquilas y sed amables. Muy bien. Adelante.
________ estaba de guardia el domingo por la mañana, y la primera persona a la que vio al entrar en el hospital fue a Josh, que estaba sentado junto a la cama de Ben, leyéndole.
Se acercó a ellos, sonriente.
—Buenos días. ¿Cómo te sientes, Ben?
—Duele —contestó el niño.
________ tanteó las puntas de sus dedos, que asomaban por el borde de la escayola. Comprobó que tenían la temperatura adecuada y que reaccionaban al tacto. Eso era buena señal. El brazo estaba apoyado en un cabestrillo especial sujeto a la cama y eso reducía mucho la movilidad, cosa muy incómoda para un niño tan activo como Ben.
—Está bien —dijo Josh—. Ha pasado una noche un poco inquieta. Yo me he quedado con él y Lissa ha estado en casa con Katie, pero ahora viene para aquí… ah, acaba de llegar. Ben, mamá está aquí.
________ se volvió para saludar a Lissa y vio que Joe entraba en la sala tras ella con sus tres hijos.
—Es una fiesta —dijo, sonriente, y saludó con la mano.
Los niños le devolvieron el saludo, todos excepto Skye, que miró a su alrededor, cohibida, y se arrimó a su padre. ________ se acercó a ellos y dejó a Lissa y a Katie hablando con Ben y con Josh.
—Hola —saludó—. ¿Has venido de visita o estás trabajando?
—Las dos cosas. ¿Qué tal está Ben? Estaba un poco preocupado por su circulación.
—Acabo de comprobarla y no hay problema.
—¿Se va a poner bien? —preguntó Skye, mirando el cabestrillo con recelo.
—Sí —contestó Joe—. Solo necesita tiempo para que los huesos vuelvan a juntarse. Luego le quitaremos las placas de metal que los sostienen unidos de momento.
—¿Placas de metal? —preguntó Danny, visiblemente interesado.
Joe miró a ________.
—¿Puedes darme las radiografías?
—Claro —________ las sacó del carrito en el que estaban todos los archivos de los pacientes y se las entregó.
Joe las colocó en la pantalla de luz que había junto a la cama de Ben.
—¿Ves, Ben? Ese es tu brazo, y esas cosas blancas son las placas que sostienen unidos tus huesos, y esos puntitos son los tornillos. Te los quitaremos en cuatro semanas, cuando estés mejor, y luego solo tendrás que llevar la escayola.
—¿Cuándo podrá volver a casa? —preguntó Josh.
Joe se encogió de hombros y miró a su colega pensativamente.
—¿En un par de días? Antes quiero que le baje la hinchazón para ponerle bien la escayola.
—¿Qué está mirando Jaz? —preguntó Danny.
Todos se volvieron y vieron al pequeño agachado bajo la cama especial de Damián, mirando por el hueco en el que este apoyaba el rostro.
—Ese es Damián —dijo Joe—. Tiene que pasar una temporada en esa cama que da vueltas. Se aburre mucho. Supongo que le gustará tener alguien con quien hablar —se volvió hacia ________—. Supongo que la cama está bien sujeta, ¿no?
Ella rio.
—Oh, sí. No hay forma de que Jaz pueda darle la vuelta y acabar con Damián en el suelo. De todas formas, creo que será mejor sacarlo de ahí debajo. Jaz, cariño, ven aquí.
El pequeño se despidió de Damián y corrió a arrojarse en brazos de ________. Ella lo sujetó, riendo, y lo apoyó en su cadera. Cuando miró a Joe, vio en su rostro una expresión pétrea.
—Será mejor que saque a los chicos de aquí —dijo él, tenso—. Vamos, Jasper.
________ dejó al niño en el suelo y vio cómo se alejaban, sorprendida por la repentina decisión de Joe.
—¿He dicho algo malo?
Josh se acercó a ella.
—Quién sabe —murmuró—. Ese hombre actúa de forma misteriosa. Creo que se ha asustado.
—¿Asustado? —repitió ________, sin comprender.
—Te estás acercando demasiado. Pero mantente firme. Lo conseguirás.
________ suspiró y miró la hora en su reloj.
—Debo ponerme en marcha. Tengo que recibir los informes de la noche. Nos vemos luego.
«Te estás acercando demasiado», pensó mientras iba a su despacho, tratando de ignorar el dolor que le había causado la repentina marcha de Joe. «¿Cómo puedo acercarme demasiado? Quiero a los niños, quiero a Joe y el me corresponde… ¿Cómo puedo acercarme demasiado?»
Joe no fue a su casa esa noche, y, por motivos de trabajo, ella no lo vio hasta el lunes por la tarde. Cuando se presentó a comprobar el estado de los operados, parecía nervioso, y ________ decidió plantearle la cuestión cara acara.
—Pensaba que ibas a venir a casa ayer por la noche —dijo, tratando de que su tono no resultara acusador.
—Iba a hacerlo, pero Danny se puso malo y no me pareció bien dejarlo con la canguro.
—Podías haber llamado.
Joe asintió.
—Lo sé. Lo siento. Me puse a terminar de quitar el papel del salón y se me pasó el tiempo volando. No quise llamarte a media noche.
—No me habría importado. Esta mañana no he tenido que levantarme hasta tarde.
—Qué suerte —dijo Joe—. Yo sí me he levantado temprano. La nueva niñera ha empezado hoy, y me temo que va a ser un desastre. Iría a verte esta noche, pero voy a tener que quedarme en casa. Para colmo, estamos a mitad del trimestre, los niños tienen vacaciones y van a tener que estar todo el día en casa con ella.
—¿Por qué no voy yo a tu casa?
—No. No me parece buena idea. No con los niños en casa. Si puedo escaparme iré a verte, pero será una visita rápida.
«Migajas», pensó ________ con tristeza. «Eso es todo lo que puede darme… migajas».
Joe llegó pasadas las diez. Su rostro mostraba claramente los indicios de la tensión doméstica por la que estaba pasando.
—¿Problemas?
—Muchos —dijo, y tomó a ________ entre sus brazos con un suspiro de alivio—. Me temo que va a ser una visita rápida, pero necesitaba verte, recuperar un poco de cordura en mi vida —se apartó un poco, alzó la barbilla de ________ con un dedo y la miró a los ojos.«Parece tan infeliz y cansado», pensó ella, y alzó una mano para acariciarle la mejilla. Luego lo besó.
—¿Cuánto tiempo puedes quedarte? —preguntó, y él rio con suavidad contra su boca.
—Lo suficiente —murmuró, y volvió a besarla.
Mintió. No fue lo suficiente. Ni siquiera «para siempre» habría bastado para que ella le diera todo el amor que tenía para dar.
Ben mejoró rápidamente y Joe le dio el alta el martes por la mañana.
Cuando Lissa fue a llevárselo, Josh se despidió de él con un beso y suspiró aliviado mientras veía cómo se alejaban.
—Menos mal… Ahora podré seguir con mi trabajo sin sentirme culpable. Me ha costado mucho tratarlo como a un paciente normal y no pasarme todo el día viniendo a verlo —dijo a ________ con una sonrisa. Cuando la miró, su sonrisa se desvaneció.
—¿Qué tal van las cosas?
Ella se encogió de hombros.
—Más o menos igual. No sé cuánto tiempo voy a poder soportarlo, Josh. Me siento como un hámster en una jaula de la que Joe me saca cuando quiere jugar conmigo.
—Creo que es una comparación un poco dura —dijo Josh amablemente—. Joe tiene problemas, ________. Esos niños necesitan mucho tiempo y atención. Sobre todo Skye.
—Lo que necesita es una madre —dijo ________, tensa.
—Ya ha tenido dos. Puede que lo que necesite sea lo que Joe le está dando, estabilidad y seguridad. Odio decirlo, pero puede que estuviera equivocado. No creo que sea lo que le conviene a Joe, pero tal vez sea loque los niños necesitan, y es posible que él sea lo suficientemente fuerte como para hacer ese sacrificio por ellos. En cuyo caso, ________, me temo que vas a sufrir mucho.
—Lo sé —dijo ella, al borde de las lágrimas—. No estoy de acuerdo en lo de Skye, pero creo que tienes razón en lo de Joe; si considera que lo mejor para los niños es acabar con lo nuestro, lo hará a pesar de lo mucho que pueda dolemos a ambos. Solo el tiempo lo dirá.
El teléfono sonó en ese momento y se excusó para responder.
—De acuerdo. Nos pondremos en marcha enseguida. Tenemos algunas camas… no muchas. Trataré de agilizar algunas altas y de cancelar algunas operaciones. Gracias por avisar —miró a Josh—. Un autobús escolar ha volcado. Hay muchos lesionados y los van a traer rápidamente. ¿Puedes dar de alta a alguno de tus pacientes?
Josh deslizó la mirada por la sala.
—No lo sé. Podías llamar a Joe para averiguar si alguno de los suyos puede irse. Yo voy a echar un vistazo a las fichas.
________ llamó a la consulta de Joe y le explicó lo que pasaba.
—Tengo muchos pacientes esperando pasar consulta —murmuró él, pensativo—. Pero no va a haber más remedio que retrasarla. Estaré en urgencias para recibir a los niños según vayan llegando. Y eso significa que llegaré a casa tarde, y la nueva niñera tiene que irse a las seis.
—¿Quieres que me acerque yo a tu casa?
—No… avisaré a mi madre. Si ella no puede ir, aceptaré tu oferta, gracias. En cuanto a las camas, lo más que podría hacer sería enviar a Kate a casa. Su pierna se está recuperando bien. Iba a darle el alta mañana, pero puedo hacerlo hoy. Habla con su madre para ver qué dice.
—De acuerdo. Luego hablamos.
________ avisó a Allie para que se ocupara rápidamente de organizar las cosas y luego fue a ver a la señora Funnell y a Kate para explicarles lo que sucedía.
—A mí me encantaría volver a casa —dijo la niña—. Aquí me aburro mucho. Quiero volver al colegio.
—Eso va a llevar más tiempo, pero creo que en casa podrás estar perfectamente —________ se volvió hacia la madre—. ¿Necesita llamar a alguien para que vengan a buscarla?
—He traído mi coche —dijo la señora Funnell, animada ante la perspectiva de poder llevarse a su hija—. Puedo llevármela enseguida.
—Creo que el doctor Jonas vendrá antes a ver a Kate… oh, aquí está.
Las miradas de ________ y Joe se encontraron y compartieron una breve pero íntima sonrisa.
—Kate está entusiasmada con la idea de irse —dijo ________, y sonrió a la niña.
—Lo suponía —Joe examinó la pierna y asintió—. No hay ningún problema. Ve a casa y disfruta. Tendrás que venir a diario a las sesiones de fisioterapia, pero estarás bien. Siento haber tenido que meterte prisa, pero no parece que te haya molestado mucho, ¿no?
Kate sonrió.
—No me ha molestado nada.
Joe rio, se despidió de la niña y de la madre, guiñó un ojo a ________ y se fue a urgencias.
El teléfono volvió a sonar y ________ hizo que otra enfermera se ocupara del alta de Kate antes de ir a contestar.
Después de colgar reunió a todas las enfermeras.
—Están llegando los primeros heridos. Aseguraos de que se haga todo lo que hay que hacer, y que las prisas no os hagan olvidar a los pacientes que ya tenemos en tratamiento. Yo me ocuparé de los nuevos ingresos.Allie, quiero que te quedes a cargo de la sala de momento, por favor. No olvidéis sonreír a los niños. Estarán asustados y dolidos. Sus padres estarán muy nerviosos. Manteneos tranquilas y sed amables. Muy bien. Adelante.
Nani Jonas
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
Capitulo 16
Joe fue a urgencias, miró a su alrededor y vio a un grupo de médicos en torno a Patrick Haddon, uno de los especialistas.
—Tenemos tres equipos ortopedistas de guardia, incluyendo al de JoeJonas… Hola, Joe. Reúnete con nosotros, por favor. Ya conoces a Robert Ryder y a su ayudante David Patterson. Vosotros formaréis los tres equipos. Quiero que trabajéis juntos en los casos de traumatología, asignándolos a vuestros equipos según las especialidades. Sé que hay al menos una fractura de pelvis, y que probablemente haya otras. También es posible que haya lesiones de columna. Los neurocirujanos se ocuparán de estas, pero tengo entendido que la cama Stryker no está libre, ¿no, Joe?
—El paciente está prácticamente listo para salir de ella. Si es absolutamente necesario, haré que lo saquen.
—De acuerdo. Ya veremos. Y ahora, suerte y pongámonos en marcha. Ya oigo las sirenas.
Fue caótico, pero estaban tan ocupados que no tuvieron tiempo de notarlo. La rotura de pelvis era fea y necesitó fijación externa. Joe se ocupó de ella. Estaba a punto de sacar las radiografías de la pantalla de luz cuando se fijó en una línea prácticamente invisible a lo largo de una de las vértebras.
—Quiero otra placa de esto —dijo al radiógrafo—. Muévalo con mucho cuidado. Parece una fractura muy inestable.
—De acuerdo. ¿Qué punto de vista quiere?—Lateral y oblicuo. Puede que así la veamos mejor.
Tenía razón. Era una fractura de la cuarta vértebra lumbar, y la radiografía lateral mostraba un fragmento de hueso a punto de penetrar la médula espinal.
—Habrá que operar —dijo Joe a Robert Ryder—. Quiero un escáner antes de hacer nada, y hay que colocar al niño en el tablero espinal.
—Tendrás que pelearte con los de neurocirugía por el escáner. Tienen un par de heridos en la cabeza.
—Podemos esperar un poco. Este caso no es urgente, sino crítico. ¿Qué más tenemos?
El primer caso de Joe en el quirófano fue una complicada fractura de mano y brazo. Tuvo que trabajar dos horas para restaurar la circulación y alinear los huesos a su satisfacción. Después operó al niño con la rotura de pelvis y la fractura de la vértebra. Al abrir se encontró con una hemorragia interna inesperada y tuvo que averiguar de dónde venía.
Fue una lucha contra el tiempo, pero finalmente encontró el origen, un vaso sanguíneo que se había roto al final de uno de los huesos pélvicos. Tras cortar la hemorragia pudo empezar a trabajar con el paciente y olvidó todo lo demás.
No había tiempo para preocuparse por los pacientes que aguardaban, ni por la niñera que sus hijos odiaban, ni por si su madre habría escuchado el mensaje que le había dejado en el contestador.
________ tuvo que quedarse después de su turno para atender a los numerosos pacientes que no dejaban de salir del quirófano.
En aquellos momentos, Joe estaba operando a un niño con rotura de pelvis y fractura de una vértebra. Estaba preguntándose cómo diablos iban a atenderlocuando Joe entró frotándose los ojos y flexionando los hombros.
—Pareces agotado.
—Lo estoy… ¿Qué haces tú todavía por aquí?
—Echar una mano. No podía irme en esta situación. ¿Has hablado ya con tu madre?
—No. Voy a hacerlo ahora. ¿Hay más pacientes para mí?
—Me temo que sí. Una niña con el codo roto y un niño con una fractura simple de fémur.
Joe miró a lo alto, exasperado.
—Odio los codos. De acuerdo; primero me ocuparé del fémur. En cuanto al codo, haz que lo mantengan inmovilizado y que le den un analgésico a la niña. ¿Ya se lo han prescrito?
—Sí, pero está llorando.
—No es de extrañar. Si yo me hubiera roto el codo también estaría llorando.
Joe entró en el despacho y reapareció un momento después con expresión preocupada.
—Mi madre está en casa. Ha echado a la niñera. Por lo visto, esta mañana ha pegado a Jasper por estar llorando. Mamá ha presentado una denuncia a la agencia. ¿Qué diablos hago ahora?
—Ocuparte de tu fémur y de tu codo. Tu madre se las arreglará perfectamente, no te preocupes.
—¿Y mañana?
—Trae aquí a los niños. Pueden sentarse en la sala de juegos, ver la tele, pintar y jugar con los demás niños. No será ningún problema. Y ahora vete a operar.
Joe le dedicó una sonrisa cansada y salió al pasillo.
Una hora después, ________ se fue a casa, comió un sandwich, tomó un baño y se acostó, agotada. Estaba a punto de quedarse dormida cuando sonó el teléfono.
—¿Hola?
—Hola, soy Joe.
El corazón de ________ latió con más fuerza y una sonrisa curvó sus labios. Suspiró, satisfecha.
—¿Qué tal te ha ido con el codo y el fémur?
—Bien. Por fin estoy en casa.
—¿Y los niños?
—Dormidos. Mañana llamaré a la agencia para protestar por lo sucedido. He sobornado a mis padres para que se queden hasta el fin de semana, pero el martes se marchan a Florida. Eso me da menos de una semana para resolver el asunto…
—Ahora olvídate de eso. Toma un baño y acuéstate.
—Estoy en el baño —dijo Joe—. Con el teléfono inalámbrico y un vaso de vino. Una auténtica bendición.
—Yo estoy en la cama.
—¿Te he despertado?
—Aún no estaba dormida, pero no me habría importado que me hubieras despertado. Me gusta hablar contigo.
—Ojalá estuviera ahí —murmuró Joe—. Me vendría bien un abrazo.
—¿Solo un abrazo? —preguntó ________, y él rio.
—De acuerdo. Me confieso.
—Ojalá estuvieras aquí —admitió ________—. Antes no solía importarme dormir sola.
—Cierra los ojos y simula que estoy contigo —susurró él en tono seductor—. Imagina que te estoy acariciando, que sientes el calor de mis manos sobre tu piel. Imagina mi cuerpo…
—¿Joe?
________ oyó un gruñido de sorpresa seguido de un chapoteo y de una maldición entre dientes. No pudo contener una risita.
—¿Es tu madre?
—Sí… estoy hablando por teléfono, mamá —dijo Joe en voz alta para hacerse oír a través de la puerta.
—Oh. Bien. He preparado té.
—Gracias mamá.
________ oyó el sonido de unos pasos que se alejaban y la risa apagada de Joe.
—Podría matarla. He estado a punto de dejar caer el teléfono al agua.
—Es encantadora.
—Está en todas partes —Joe suspiró. Luego, en un susurro, añadió—: Te deseo.
________ tragó saliva.
—Lo sé. ¿Por qué no te escapas? Dile que tienes que comprar leche, o que quieres dar un paseo…
—Podría decirle que necesito ir a verte. Le encantaría. No ha dejado de hablar de ti desde que te conoció.
—¿Y por qué no lo haces? —preguntó ________ con suavidad, pero sabía que Joe no lo haría.
Él suspiró y permaneció un momento en silencio. Cuando habló, ________ supo que había vuelto a la realidad, a sus responsabilidades y deberes.
—No. Será mejor que nos veamos mañana. ¿Tienes el turno de primera hora?
—No. El siguiente.
—¿Quieres que te llame para despertarte?
—¡Joe!
________ oyó un profundo suspiro al otro lado de la línea.
—Sí, mamá. Ya voy —Joe volvió a suspirar y rio perezosamente—. Será mejor que cuelgue. Nos vemos mañana. Que duermas bien.
________ oyó el timbre de la puerta entre sueños. Salió de la cama, se puso la bata y bajó a abrir medio dormida.
—El desayuno —dijo Joe. Pasó al interior y la tomó entres sus brazos.Ella rio y lo miró con ojos aún adormilados.
—Estás loco… Estaba dormida —miró su reloj—. ¡Son solo las seis y media!
—Lo siento —Joe la tomó por la barbilla y acarició con el pulgar su mejilla—. Anoche te eché de menos. Nuestra conversación no me ayudó precisamente a conciliar el sueño.
—Estoy segura de ello. Yo he tenido unos sueños bastante… coloridos, diríamos —________ deslizó la lengua por sus labios e hizo una mueca—. Necesito cinco minutos en el baño. Pon agua a hervir, por favor.
Corrió escaleras arriba, se duchó rápidamente y se limpió los dientes. Al salir encontró a Joe desnudo en su cama, con el té recién preparado en una bandeja y un plato de bollos rellenos de chocolate. Palmeó el colchón a su lado.
—Desayuno en la cama —dijo.
Al ver la lenta y sugerente sonrisa que curvó sus labios, ________ sintió que se derretía.
—Eso tiene muy buen aspecto —murmuró.
—Y sabrá aún mejor —prometió Joe mientras apartaba la bandeja a un lado—. Podrás comer luego. Es el postre.
________ se pasó el día con una sonrisa tonta en el rostro. La hora que había pasado Joe con ella había sido la más maravillosa de su vida. El recuerdo la ayudó a pasar su difícil turno, con todas las camas llenas y varios pacientes en situación crítica.
El niño con la fractura de pelvis y columna estaba siendo atendido en una cama con un colchón especial, pues no se le podía dar la vuelta debido a la fijación externa de su pelvis. Dentro de un orden, su estado era bastante satisfactorio.Joe había visto a todos sus pacientes y estaba muy satisfecho con sus progresos. ________ ya había comprobado lo maravilloso que era con los padres de los niños. Explicaba lo justo, de manera que no se sintieran tratados con condescendencia y entendieran lo que había tenido que hacer y por qué. Ella sabía por experiencia que aquella era una habilidad de la que carecían muchos médicos, pero Joe parecía tener un talento natural para comunicarse.
La pequeña Emily Parker con su enfermedad de huesos era la única que realmente la preocupaba, a pesar de que estaba progresando. Pero el progreso era más lento de lo que Joe esperaba, y estaba preocupado por su pecho.
—Está muy comprimido —murmuró—. Esas costillas tienen una forma muy peculiar y le obligan a respirar solo abdominalmente.
—El pronóstico no es muy bueno, ¿verdad? —dijo ________, pensativa.
—Me temo que no. Está en el filo de la navaja —admitió Joe—. Lo que más temo es que se acatarre. Sus pulmones se encharcarían y acabaría ahogándose. Mantenla alejada de cualquiera con un catarro.
Pero no sirvió de nada. El jueves, la niña empezó a toser, y el viernes por la mañana, cuando ________ fue al hospital su cama estaba vacía.
—¿Dónde está Emily? —preguntó a la enfermera a cargo del turno de noche.
—La perdimos a las tres de la mañana a causa de una neumonía. Sus pulmones se encharcaron y luego sufrió un paro cardíaco. Joe trató de reanimarla, pero no fue posible. Se quedó destrozado.
________ se dejó caer en una silla.
—Oh —fue todo lo que pudo decir. Pensó en la valiente chiquilla con los huesos deformados y en su madre, que había pasado la mayoría de los seis últimos años protegiendo a su frágil hija del mundo. Y ahora se había ido para siempre a causa de un catarro sin importancia.
—Era inevitable —dijo la enfermera del turno de noche pragmáticamente—. Tenía que pasar.
—Lo sé —dijo ________, pero eso no hizo que la afectara menos.
Tras recibir el resto del informe, fue a la cocina, lloró, se sonó la nariz, se lavó la cara y sacó su neceser de emergencia. Allí fue donde la encontró Joe, dándose maquillaje. Lo miró en el espejo, se volvió y lo tomó entre sus brazos.
—Lo siento, amor —dijo con ternura, y él la abrazó con fuerza. Ella pudo sentir su tensión, el dolor que aún trataba de escapar de su cuerpo—. Ven a verme esta noche —añadió, y él asintió.
—Lo haré —Joe se apartó y se apoyó contra el borde de la encimera con un suspiro—. ¿Cuántos pacientes he perdido? ¿Cuántas veces he pasado por esto? Lo más lógico sería que me hubiera acostumbrado.
—Me alegra que no haya sido así. Creo que eso hace que seas mejor doctor.
Joe sonrió.
—Eso no lo sé, pero creo que me hace mejor padre. Cuando he vuelto a casa he entrado al cuarto de Skye y la he mirado largo rato, preguntándome cómo me sentiría si hubiera sido ella —se miró las manos y volvió a suspirar—. Sabía que tenía que pasar, que en el fondo era lo mejor para Emily, porque su vida era un calvario. Pero duele de todos modos.
—Lo sé. ¿Quieres que te preste mi pintalabios? A mí me sirve.
Él rio con suavidad y volvió a abrazarla.
—Eres un tesoro. Nos vemos esta noche, si no antes.Puede que incluso llegue a un acuerdo con mi madre y pueda pasar la tarde contigo. ¿Qué te parecería?
—Maravilloso —dijo ________, y se preguntó qué se sentiría realmente siendo un hámster en una jaula al que sacaran de vez en cuando para volver a meterlo en ella.
Detuvo aquellos pensamientos en seco. Joe ya estaba lo suficientemente tenso, y no lo ayudaría que ella empezara a quejarse porque no podía dividirse en más partes. La necesitaba. Eso era todo lo que importaba de momento.
La necesitaba y ella lo amaba. No había más que decir.
Joe fue a urgencias, miró a su alrededor y vio a un grupo de médicos en torno a Patrick Haddon, uno de los especialistas.
—Tenemos tres equipos ortopedistas de guardia, incluyendo al de JoeJonas… Hola, Joe. Reúnete con nosotros, por favor. Ya conoces a Robert Ryder y a su ayudante David Patterson. Vosotros formaréis los tres equipos. Quiero que trabajéis juntos en los casos de traumatología, asignándolos a vuestros equipos según las especialidades. Sé que hay al menos una fractura de pelvis, y que probablemente haya otras. También es posible que haya lesiones de columna. Los neurocirujanos se ocuparán de estas, pero tengo entendido que la cama Stryker no está libre, ¿no, Joe?
—El paciente está prácticamente listo para salir de ella. Si es absolutamente necesario, haré que lo saquen.
—De acuerdo. Ya veremos. Y ahora, suerte y pongámonos en marcha. Ya oigo las sirenas.
Fue caótico, pero estaban tan ocupados que no tuvieron tiempo de notarlo. La rotura de pelvis era fea y necesitó fijación externa. Joe se ocupó de ella. Estaba a punto de sacar las radiografías de la pantalla de luz cuando se fijó en una línea prácticamente invisible a lo largo de una de las vértebras.
—Quiero otra placa de esto —dijo al radiógrafo—. Muévalo con mucho cuidado. Parece una fractura muy inestable.
—De acuerdo. ¿Qué punto de vista quiere?—Lateral y oblicuo. Puede que así la veamos mejor.
Tenía razón. Era una fractura de la cuarta vértebra lumbar, y la radiografía lateral mostraba un fragmento de hueso a punto de penetrar la médula espinal.
—Habrá que operar —dijo Joe a Robert Ryder—. Quiero un escáner antes de hacer nada, y hay que colocar al niño en el tablero espinal.
—Tendrás que pelearte con los de neurocirugía por el escáner. Tienen un par de heridos en la cabeza.
—Podemos esperar un poco. Este caso no es urgente, sino crítico. ¿Qué más tenemos?
El primer caso de Joe en el quirófano fue una complicada fractura de mano y brazo. Tuvo que trabajar dos horas para restaurar la circulación y alinear los huesos a su satisfacción. Después operó al niño con la rotura de pelvis y la fractura de la vértebra. Al abrir se encontró con una hemorragia interna inesperada y tuvo que averiguar de dónde venía.
Fue una lucha contra el tiempo, pero finalmente encontró el origen, un vaso sanguíneo que se había roto al final de uno de los huesos pélvicos. Tras cortar la hemorragia pudo empezar a trabajar con el paciente y olvidó todo lo demás.
No había tiempo para preocuparse por los pacientes que aguardaban, ni por la niñera que sus hijos odiaban, ni por si su madre habría escuchado el mensaje que le había dejado en el contestador.
________ tuvo que quedarse después de su turno para atender a los numerosos pacientes que no dejaban de salir del quirófano.
En aquellos momentos, Joe estaba operando a un niño con rotura de pelvis y fractura de una vértebra. Estaba preguntándose cómo diablos iban a atenderlocuando Joe entró frotándose los ojos y flexionando los hombros.
—Pareces agotado.
—Lo estoy… ¿Qué haces tú todavía por aquí?
—Echar una mano. No podía irme en esta situación. ¿Has hablado ya con tu madre?
—No. Voy a hacerlo ahora. ¿Hay más pacientes para mí?
—Me temo que sí. Una niña con el codo roto y un niño con una fractura simple de fémur.
Joe miró a lo alto, exasperado.
—Odio los codos. De acuerdo; primero me ocuparé del fémur. En cuanto al codo, haz que lo mantengan inmovilizado y que le den un analgésico a la niña. ¿Ya se lo han prescrito?
—Sí, pero está llorando.
—No es de extrañar. Si yo me hubiera roto el codo también estaría llorando.
Joe entró en el despacho y reapareció un momento después con expresión preocupada.
—Mi madre está en casa. Ha echado a la niñera. Por lo visto, esta mañana ha pegado a Jasper por estar llorando. Mamá ha presentado una denuncia a la agencia. ¿Qué diablos hago ahora?
—Ocuparte de tu fémur y de tu codo. Tu madre se las arreglará perfectamente, no te preocupes.
—¿Y mañana?
—Trae aquí a los niños. Pueden sentarse en la sala de juegos, ver la tele, pintar y jugar con los demás niños. No será ningún problema. Y ahora vete a operar.
Joe le dedicó una sonrisa cansada y salió al pasillo.
Una hora después, ________ se fue a casa, comió un sandwich, tomó un baño y se acostó, agotada. Estaba a punto de quedarse dormida cuando sonó el teléfono.
—¿Hola?
—Hola, soy Joe.
El corazón de ________ latió con más fuerza y una sonrisa curvó sus labios. Suspiró, satisfecha.
—¿Qué tal te ha ido con el codo y el fémur?
—Bien. Por fin estoy en casa.
—¿Y los niños?
—Dormidos. Mañana llamaré a la agencia para protestar por lo sucedido. He sobornado a mis padres para que se queden hasta el fin de semana, pero el martes se marchan a Florida. Eso me da menos de una semana para resolver el asunto…
—Ahora olvídate de eso. Toma un baño y acuéstate.
—Estoy en el baño —dijo Joe—. Con el teléfono inalámbrico y un vaso de vino. Una auténtica bendición.
—Yo estoy en la cama.
—¿Te he despertado?
—Aún no estaba dormida, pero no me habría importado que me hubieras despertado. Me gusta hablar contigo.
—Ojalá estuviera ahí —murmuró Joe—. Me vendría bien un abrazo.
—¿Solo un abrazo? —preguntó ________, y él rio.
—De acuerdo. Me confieso.
—Ojalá estuvieras aquí —admitió ________—. Antes no solía importarme dormir sola.
—Cierra los ojos y simula que estoy contigo —susurró él en tono seductor—. Imagina que te estoy acariciando, que sientes el calor de mis manos sobre tu piel. Imagina mi cuerpo…
—¿Joe?
________ oyó un gruñido de sorpresa seguido de un chapoteo y de una maldición entre dientes. No pudo contener una risita.
—¿Es tu madre?
—Sí… estoy hablando por teléfono, mamá —dijo Joe en voz alta para hacerse oír a través de la puerta.
—Oh. Bien. He preparado té.
—Gracias mamá.
________ oyó el sonido de unos pasos que se alejaban y la risa apagada de Joe.
—Podría matarla. He estado a punto de dejar caer el teléfono al agua.
—Es encantadora.
—Está en todas partes —Joe suspiró. Luego, en un susurro, añadió—: Te deseo.
________ tragó saliva.
—Lo sé. ¿Por qué no te escapas? Dile que tienes que comprar leche, o que quieres dar un paseo…
—Podría decirle que necesito ir a verte. Le encantaría. No ha dejado de hablar de ti desde que te conoció.
—¿Y por qué no lo haces? —preguntó ________ con suavidad, pero sabía que Joe no lo haría.
Él suspiró y permaneció un momento en silencio. Cuando habló, ________ supo que había vuelto a la realidad, a sus responsabilidades y deberes.
—No. Será mejor que nos veamos mañana. ¿Tienes el turno de primera hora?
—No. El siguiente.
—¿Quieres que te llame para despertarte?
—¡Joe!
________ oyó un profundo suspiro al otro lado de la línea.
—Sí, mamá. Ya voy —Joe volvió a suspirar y rio perezosamente—. Será mejor que cuelgue. Nos vemos mañana. Que duermas bien.
________ oyó el timbre de la puerta entre sueños. Salió de la cama, se puso la bata y bajó a abrir medio dormida.
—El desayuno —dijo Joe. Pasó al interior y la tomó entres sus brazos.Ella rio y lo miró con ojos aún adormilados.
—Estás loco… Estaba dormida —miró su reloj—. ¡Son solo las seis y media!
—Lo siento —Joe la tomó por la barbilla y acarició con el pulgar su mejilla—. Anoche te eché de menos. Nuestra conversación no me ayudó precisamente a conciliar el sueño.
—Estoy segura de ello. Yo he tenido unos sueños bastante… coloridos, diríamos —________ deslizó la lengua por sus labios e hizo una mueca—. Necesito cinco minutos en el baño. Pon agua a hervir, por favor.
Corrió escaleras arriba, se duchó rápidamente y se limpió los dientes. Al salir encontró a Joe desnudo en su cama, con el té recién preparado en una bandeja y un plato de bollos rellenos de chocolate. Palmeó el colchón a su lado.
—Desayuno en la cama —dijo.
Al ver la lenta y sugerente sonrisa que curvó sus labios, ________ sintió que se derretía.
—Eso tiene muy buen aspecto —murmuró.
—Y sabrá aún mejor —prometió Joe mientras apartaba la bandeja a un lado—. Podrás comer luego. Es el postre.
________ se pasó el día con una sonrisa tonta en el rostro. La hora que había pasado Joe con ella había sido la más maravillosa de su vida. El recuerdo la ayudó a pasar su difícil turno, con todas las camas llenas y varios pacientes en situación crítica.
El niño con la fractura de pelvis y columna estaba siendo atendido en una cama con un colchón especial, pues no se le podía dar la vuelta debido a la fijación externa de su pelvis. Dentro de un orden, su estado era bastante satisfactorio.Joe había visto a todos sus pacientes y estaba muy satisfecho con sus progresos. ________ ya había comprobado lo maravilloso que era con los padres de los niños. Explicaba lo justo, de manera que no se sintieran tratados con condescendencia y entendieran lo que había tenido que hacer y por qué. Ella sabía por experiencia que aquella era una habilidad de la que carecían muchos médicos, pero Joe parecía tener un talento natural para comunicarse.
La pequeña Emily Parker con su enfermedad de huesos era la única que realmente la preocupaba, a pesar de que estaba progresando. Pero el progreso era más lento de lo que Joe esperaba, y estaba preocupado por su pecho.
—Está muy comprimido —murmuró—. Esas costillas tienen una forma muy peculiar y le obligan a respirar solo abdominalmente.
—El pronóstico no es muy bueno, ¿verdad? —dijo ________, pensativa.
—Me temo que no. Está en el filo de la navaja —admitió Joe—. Lo que más temo es que se acatarre. Sus pulmones se encharcarían y acabaría ahogándose. Mantenla alejada de cualquiera con un catarro.
Pero no sirvió de nada. El jueves, la niña empezó a toser, y el viernes por la mañana, cuando ________ fue al hospital su cama estaba vacía.
—¿Dónde está Emily? —preguntó a la enfermera a cargo del turno de noche.
—La perdimos a las tres de la mañana a causa de una neumonía. Sus pulmones se encharcaron y luego sufrió un paro cardíaco. Joe trató de reanimarla, pero no fue posible. Se quedó destrozado.
________ se dejó caer en una silla.
—Oh —fue todo lo que pudo decir. Pensó en la valiente chiquilla con los huesos deformados y en su madre, que había pasado la mayoría de los seis últimos años protegiendo a su frágil hija del mundo. Y ahora se había ido para siempre a causa de un catarro sin importancia.
—Era inevitable —dijo la enfermera del turno de noche pragmáticamente—. Tenía que pasar.
—Lo sé —dijo ________, pero eso no hizo que la afectara menos.
Tras recibir el resto del informe, fue a la cocina, lloró, se sonó la nariz, se lavó la cara y sacó su neceser de emergencia. Allí fue donde la encontró Joe, dándose maquillaje. Lo miró en el espejo, se volvió y lo tomó entre sus brazos.
—Lo siento, amor —dijo con ternura, y él la abrazó con fuerza. Ella pudo sentir su tensión, el dolor que aún trataba de escapar de su cuerpo—. Ven a verme esta noche —añadió, y él asintió.
—Lo haré —Joe se apartó y se apoyó contra el borde de la encimera con un suspiro—. ¿Cuántos pacientes he perdido? ¿Cuántas veces he pasado por esto? Lo más lógico sería que me hubiera acostumbrado.
—Me alegra que no haya sido así. Creo que eso hace que seas mejor doctor.
Joe sonrió.
—Eso no lo sé, pero creo que me hace mejor padre. Cuando he vuelto a casa he entrado al cuarto de Skye y la he mirado largo rato, preguntándome cómo me sentiría si hubiera sido ella —se miró las manos y volvió a suspirar—. Sabía que tenía que pasar, que en el fondo era lo mejor para Emily, porque su vida era un calvario. Pero duele de todos modos.
—Lo sé. ¿Quieres que te preste mi pintalabios? A mí me sirve.
Él rio con suavidad y volvió a abrazarla.
—Eres un tesoro. Nos vemos esta noche, si no antes.Puede que incluso llegue a un acuerdo con mi madre y pueda pasar la tarde contigo. ¿Qué te parecería?
—Maravilloso —dijo ________, y se preguntó qué se sentiría realmente siendo un hámster en una jaula al que sacaran de vez en cuando para volver a meterlo en ella.
Detuvo aquellos pensamientos en seco. Joe ya estaba lo suficientemente tenso, y no lo ayudaría que ella empezara a quejarse porque no podía dividirse en más partes. La necesitaba. Eso era todo lo que importaba de momento.
La necesitaba y ella lo amaba. No había más que decir.
Nani Jonas
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
awww me encanta
Joe es tan lindo
Solo que a veces es un poco tonto
Gracia x el maraton!!!
Joe es tan lindo
Solo que a veces es un poco tonto
Gracia x el maraton!!!
aranzhitha
Re: "Quererte A Ti" - Joe y tu Terminada
He llorado por lo de la Emily ..
pobre de su madre ..
y también Joe que fue el que la estaba tratando ..
Empiezo a odiar a Joe ..
porque es verdad ella solo es su hámster ..
él solo le da migajas ..
es un idiota él ..
porque no se da una oportunidad ..
para ser felices ? ..
Espero que Skye llegue a ser como sus hermanitos y que también quiera a la raya ..
Hermosos capis ..
SI-GUE-LAA !! ..
pobre de su madre ..
y también Joe que fue el que la estaba tratando ..
Empiezo a odiar a Joe ..
porque es verdad ella solo es su hámster ..
él solo le da migajas ..
es un idiota él ..
porque no se da una oportunidad ..
para ser felices ? ..
Espero que Skye llegue a ser como sus hermanitos y que también quiera a la raya ..
Hermosos capis ..
SI-GUE-LAA !! ..
Jess Jonas ..
Página 10 de 13. • 1, 2, 3 ... 9, 10, 11, 12, 13
Temas similares
» No Quiero Quererte {Zayn Malik} TERMINADA
» Las cosas que no nos dijimos (Zayn Malik y _______)
» Las Cosas Que No Nos Dijimos (Zayn Malik y ____) Adaptada |CANCELADA|
» Cuando termine de quererte ® /larry, _arry & Habby/
» i can't change.
» Las cosas que no nos dijimos (Zayn Malik y _______)
» Las Cosas Que No Nos Dijimos (Zayn Malik y ____) Adaptada |CANCELADA|
» Cuando termine de quererte ® /larry, _arry & Habby/
» i can't change.
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 10 de 13.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.