Los Ojos del Demonio (Harry Styles)

Los ojos de Apple estaban más que encantados mirando hacia un sitio en específico de la cafetería, Dina miraba su pan glaciado con mantequilla sobre su plato en la bandeja, suspiro mirando ahora a su compañera.

-¿Qué es lo que no dejas de ver? – la chica se giro hacia ella mirándola algo nerviosa, pero después señalo en dirección a donde veía. Un chico estaba de pie frente a ellas, lanzaba un balón a otro muchacho a su lado, parecían sacados de una película americana. Al parecer él sintió su mirada, porque de inmediato el chico le sonrió, dejo atrás a sus amigos y se dirigió hacia donde estaban ellas.

-Viene hacia acá – decía Apple en susurros, se giro a ver a Dina y esta estaba ya con la mirada en otro lugar, ni siquiera le había regresado la sonrisa, y esto todo se debía a que su idea de que en ese lugar todos eran unos mal educados. Esto le hizo recordar al chico de cabello rizado en su clase de latín.

-Hola ¿Apple, cierto? – la chica asintió mirando como se sentaba junto con ellas, Dina le miro algo incomoda, este chico no le daba buena espina, amabilidad con su compañera y ni siquiera estaba seguro si ese era el nombre de la chica.

-Ella es Dina – hablo la chica de cabello color rojizo, Dina sonrió mostrando incomodidad hacia el chico. El estrecho la mano y sonrió mostrando su dentadura.

-Soy Matthew – Dina trato de sonreír pero sonó el timbre y se paro deprisa, miro a Apple encogiéndose de hombros y después de un “nos vemos luego” salió de la cafetería.

Dina tenía que cambiar de edificio para próxima clase, apenas llevaba tres días y ya sentía como se estaba acoplando al ajetreo que tenían en este instituto.

Compañeros de escuela corrían o simplemente caminaban de un lado a otro para llegar a tiempo a sus clases, Dina solo caminaba despacio, había un poco de agua en el suelo debido a los aspensores que siempre dejaban encendidos por las noches. Con cuidado daba pasos evitando resbalar, veía el edificio a lo lejos pero sintió un leve jalón en su brazo asiéndole detener.

-He estado buscándote desde que comenzó el día – la señora le veía por encima de los lentes. Dina solo frunció el ceño sabiendo que era lo que se venia después.

Cuando menos pensó ya estaba sentada en una de las sillas fuera de la dirección, Tamara, estaba a su lado y retocaba su maquillaje sobrecargado con la polvera de espejo en manos.

Georgina, la recepcionista las miraba, creía que alguna de las dos en cualquier momento saltaría sobre la otra y la pelea volvería a comenzar.

Después de hablar con el director, él les dijo que ambas irían a detención hoy, debían escoger entre hacer limpieza toda la semana en el campo de americano, o quedarse hoy hasta las siete de la noche en el aula de los problemáticos. Era obvia la opción por la que ambas optarían.

Dina le lanzo una mirada de desprecio a la rubia, pero aquella chica solo sonrió, frunció el ceño abriendo la puerta de lo que seria su aula por el resto de lo que quedaba del día.

-Tamara, su asiento es aquí frente a mi – susurro el profesor antes de que la chica se sentara en un lugar mas a alejado a él. – usted puede sentarse en cualquiera de esos – señalo dos puestos detrás de un par de alumnos.

Dejo su mochila sobre el pupitre, se digno a sentarse y mirar al frente, jamás había estado en detención a pesar de su mala conducta, en su anterior escuela ni siquiera había un aula específica para los que no acataban las órdenes.

Suspiro recostando su cabeza sobre la mochila, sintió lo duro de su cámara dentro de esta y sonrió sacándola. Si iba a estar aquí por cinco horas seguidas, debía hacer al menos algo que le gustara.

Comenzó a ver las fotos de su cámara. La casa de su abuelo, el interior de esta y lo que era su habitación antes de mudarse a Durham, las calles, incluso las caballerizas en las que había pasado su cumpleaños 16, sonrió mirando cada una de las fotos, recuerdos increíbles y una historia tras cada una, pero una foto en especifico le había echo detenerse y quedarse mirándola detenidamente, el cementerio de Lothian, se puso a pensar que no había ido al cementerio de Durham, era lo que mas le gustaba de los lugares, ella siempre decía “si no tienen un bello cementerio, no son un bello pueblo” tenia la creencia de que si trataban bien a sus habitantes en vida, dejándoles construir unas bellas casas o paseando por las calles de su pueblo, entonces también debían tratarles bien en muerte, debían tener un buen lugar donde el alma del difunto pueda descansar en paz, odiaba como las personas se olvidaban de sus seres queridos al convertirse en cenizas, pero ¿Quién era ella para odiar a las personas por ese motivo? Ella ni siquiera había visitado a su difunto abuelo desde hace 2 semanas.

Pero no había sido su culpa, su madre se había negado a dejarle visitar aquel lugar, por miedo que su única hija cayera en manos de algún criminal en serie que podría andar rondando por esos solitarios lugares. Pero el obstáculo que mas odiaba era la distancia, ahora que se había mudado a un lugar lejano, menos podría visitar a su abuelo, y al parecer su madre se negaba a regresar al lugar que le había visto crecer.

Varias veces se planteaba tomar el primer vuelo hacia Lothian y dejar todo aquí en este lugar que no le gustaba, pero no era tan fácil como parecía en su cabeza.

Suspiro dejando de lado su cámara al ver como un chico rubio entraba al aula, le observo detenidamente, era el mismo chico que la señora de la recepción, Georgina, le había llamado la atención por lanzar balones en medio de los pasillos.

El chico camino despacio hasta desplomase sobre un asiento a su lado, recargo su espalda en el respaldo de la silla sin siquiera mirar a los de su alrededor. Hecho sus brazos hacia atrás ladeando la cabeza mientras que movía sus ray-ban para dejarlas sobre el pupitre.

Dina sintió curiosidad de ver sus ojos, ya que desde que llego lo único que había visto eran esas gafas obscuras sobre ellos, trato de ser lo mas disimulada posible pero el chico ya tenía la mirada sobre ella. Se quedo mirándole fijamente sin alguna expresión, pero algo enfrente llamo su atención antes de que ella perdiera el control de si misma.



Las estrellas se veían lejanas y brillantes, como el hielo en el cielo sin nubes. Dina se sentía justo igual que ellas. Sentía que no pertenecía a este lugar y que jamás encajaría.

Recordó que a pesar de ser algo tarde, se había prometido ir al cementerio, la hora no le importaba, ella jamás había temido a los muertos, siempre había pensado que en verdad a los que deberían de temer seria a los vivos, ellos si podrían hacerte daño, pero alguien que había desaparecido de la fas de la tierra no podría siquiera tocarte un pelo.

Observo detenidamente como algo blanco y enorme flotaba por encima del horizonte. Dina no tardo en comprender que era la luna, quien la seguía desde su salida del instituto. Era tan grande y parecía irreal ante sus ojos, su masa inchada brillaba pálidamente con luz propia.

Cruzo el alambrado rasgando un poco su pantalón, lanzo una maldición por lo bajo después de ver la rasgadura, si bien su madre se preocuparía por lo tarde que llegaría a casa, también lo haría por verle el pantalón rasgado de la parte de enfrente de la pierna.

Continuo caminando colina arriba, las lapidas estaban mas que visibles gracias a la luz que le proporcionaba la luna. Un fuerte aleteo de aves le hizo poner su piel de gallina de inmediato, sintió la corriente helada pasar por su espalda, no soporto mas y se quedo sentada sobre una de las lapidas.

No estaba aquí para ver como unas aves le hicieran temer, tomo su cámara decidida y con su mochila colgada en sus hombros retomo el paso. Llego a una enorme lapida, podría decir que era la mas grande y no dudarlo. Estaba llena de polvo, no entendía como era que no las limpiaban, frunció el ceño molesta con los familiares del difunto. Paso su mano por el escrito sintiendo una descarga eléctrica, aparto su mano cubriéndola con la otra, suspiro mirando detenidamente lo que tenia grabado el cemento.

-Ellery Nerky… -susurro Dina sosteniendo su cámara con ambas manos - … 1852-1884… - tomo una foto a la lapida para después leer lo que estaba grabado debajo de aquello – Solo se muere una vez, haz que valga la pena… - frunció el ceño tratando de comprender la frase, de nuevo tomo su cámara, capturo la imagen que quería, dejo caer la cámara sobre su cuello.

Al pie de la lapida, un extraño símbolo capto su atención, no podría describirlo, era redondo pero tenia picos simulando ser ¿garras?.

Harry se había resistido a entrar en el cementerio, todo su interior había gritado en contra. Pero sus amigos habían entrado por la parte del bosque en su forma animal. Liam y Zayn controlaban el cielo, haciéndose precavidos de vigilar el cementerio de personas curiosas, o incluso los adolescentes que planeaban ir y hacer destrozos dentro de este.

Mientras que Louis y el rubio iban detrás de Harry. La pantera se movió sigilosa entre los matorrales, detrás le seguía un zorro de pelaje cobrizo, y al lado un lobo blanco con matices negros en el pelaje.

En su forma felina, Harry podía escuchar los pensamientos de sus compañeros.

“Liam ha detectado algo mas adelante” – el zorro comenzó a correr detrás del lobo, mientras que la pantera se movía perezosa detrás de ambos.

“Liam” – pensó buscando a su amigo en el cielo, no obtuvo respuesta. Perdió el conocimiento en el momento en que su lado felino había llenado su cuerpo.



Dina seguía perpleja mirando aquella lapida, que entre todas había llamado su atención. “Ellery Nerky” musito de nuevo Dina volviendo a poner su mano sobre la lapida, subió la mirada y se topo con un cuervo, le miraba ladeando la cabeza.

-En este lugar habitan demasiados de ustedes ¿cierto? – sonrió tomando su cámara para sacarle una foto, pero el animal, agito sus alas rápidamente emitiendo un sonido espeluznante, Dina se tapo los oídos con ambas manos mirando la escena en que el ave volaba. Su mirada no se apartaba de aquel animal, hasta que un gruñido le hizo quedarse helada.

Los ojos del animal le miraban mientras se movía despacio hacia ella. Sentía como su vida pasaba por sus ojos, el felino soltaba gruñidos y le mostraba sus afilados dientes, Dina se debatía en si correr o quedarse ahí viendo como el animal le amenazaba con la mirada, pero antes de que pudiera pensar bien las cosas, la pantera dio un brinco hacia ella que fue detenido inmediatamente por otro animal mas.

Su mirada no se apartaba de donde aquellos dos animales estaban luchando, la pantera gruñía mientras que el lobo había mordido su costado, pero de inmediato el felino respondió con otro mordisco en el mismo lugar.

Dina sentía como la respiración le faltaba, trato de sostenerse sobre la lapida pero de inmediato escucho una voz a su espalda.

-Dina – se giro asustada viendo a aquel chico de pie frente a ella. Después regreso la mirada hacia donde había estado los dos enormes animales y frunció el ceño al ya no verles.

-Había dos enormes animales devorándose – susurro mientras que Zayn se acercaba a ella.

-¿Qué? – dijo sin entender lo que decía.

-Una enorme pantera junto con un perro, o lobo, no tengo idea de que era pero… - miro a Zayn desesperada, mientras que él solo sonreía haciéndola caminar. - ¿de que te ríes? – pregunto con el ceño fruncido.

-De la gran imaginación que tienes – sin darse cuenta ya estaban fuera del cementerio, Dina estaba segura de lo que había visto.

-Estoy mas que segura de lo que vi – dijo tranquilizándose.

-Dina, en Durham no hay panteras ni lobos merodeando por los cementerios, ni siquiera es un lugar donde abunden esos animales…

-¿Cómo puedes estar seguro?… Es más ¿Por qué estabas en el cementerio a estas horas? – Zayn frunció el ceño.

-Porque mi casa esta cerca del bosque, y por si no te has dado cuenta el bosque esta allá… - señalo hacia adentro del cementerio, donde comenzaba el bosque colina arriba. Dina estaba digiriendo la información que estaba escuchando, pero Zayn prosiguió. – Tal vez necesites descansar y relajar tu mente, te llevare a tu casa, pero antes debemos pasar a la mía por mi coche – susurro.

-Dijiste que tú casa esta cerca del bosque, supongo que seria mas corto el trayecto si entramos por ahí – Zayn negó con la cabeza.

-El bosque no es muy seguro, y al ver tus nervios de punta, prefiero tardar en llegar a mi casa que verte muerta de miedo dentro de ese lugar…

Dina asintió encogiéndose de hombros. Tranquilo y silencioso, el muchacho anduvo a su lado, le dirigía la mirada en ciertas ocasiones, y jamás la toco, excepto para colocarle su chamarra sobre los hombros.

Cruzaron calles, jardines vallados y campos obscuros detrás de ellos, hasta entrar a una calle empedrada. Una imponente casa se podía ver no muy lejos, en el camino no se veían muchas viviendas como por donde estaba su casa, solo había arboles cubriendo el cielo haciendo un arco hacia el centro. Dina miro la casa observando como todas las ventanas estaban a obscuras, excepto una, se veía una tenue luz reflejada en el vidrio.

Zayn abrió con la llave la puerta, entraron en un elegante vestíbulo, con unas escaleras frente a ellos. Subieron por estas hasta llegar al segundo piso, que estaba muy levemente iluminado. Ante la sorpresa de Dina, Zayn la condujo hacia el interior de uno de los dormitorios. Su mirada no se apartaba de los movimientos que hacia el chico, no le conocía y por lo que sentía un poco de miedo estar en ese lugar con él. Pero se encontraba aun espantada por la imagen que rondaba su cabeza, esa imagen de aquellos ojos verdes asechándola mientras que mostraba sus dientes en forma amenazadora.

-¿Podría entrar a tu baño…? – su instinto curioso había aparecido. Zayn le dijo que afuera de la habitación había uno, seguido de esto, Dina se quito la chamarra tendiéndola en la cama, junto con su mochila y su cámara, salió del cuarto.

Dina salió de la habitación en la que había estado con Zayn hace unos minutos. Recorrió la mirada por el pasillo, estaba solo y ni siquiera se escuchaba que había otros habitando esa casa. Abrió una pequeña puerta entrando a lo que era el baño. Se miro en el espejo y pudo notar como tenia aun el rasguño que Tamara le había echo sobre su mejilla.

Comenzó a lavarse la cara pasando delicadamente su mano por su mejilla dañada, miro su cabello alborotado, lo ato con una pequeña liguita en un moño alto, apretó la quijada mirándose por última vez antes de salir de aquel encerrado lugar.

Abrió la puerta para salir, solo que una puerta mas, al final del pasillo, llamo su atención. La curiosidad se hizo mas presente en ella, camino sin pensarlo, paro al estar frente a aquella puerta de color caoba, vacilo antes de tomar la manija, pero al final lo hizo.

Miro todo a su alrededor, la habitación era amplia y estaba algo desordenada, estaba mas fría que en la que había estado con Zayn. Camino despacio hasta un mueble de madera, había un par de cosas sin ordenar, monedas, esferas e incluso anillos de oro. Tomo una esfera entre sus manos, la miro detenidamente, tenía grabados en otro idioma, Dina no entendía lo que decía, pero cuando estaba a punto de dejarla en su lugar, la puerta se abrió.

Cerró los ojos estando de espaldas a donde debería estar la persona que había entrado a la habitación.

-No deberías estar aquí – escucho la voz y se encogió de hombros mirándole de pie en la puerta.

-Lo siento, creo que confundí el baño – se disculpo yendo hacia él.

-Menos mal que fui yo quien te encontró aquí, si hubiese sido…

-Yo, te echaría de inmediato y te haría temblar del miedo, y esa curiosidad que te invade desaparecería siendo sustituida por una agonía incorregible – ambos miraron a Harry quien estaba bajando por unas escaleras dentro de la habitación mientras hablaba, llevaba las mismas ray-ban obscuras sobre sus ojos. Dina se quedo en silencio mirándole, no esperaba encontrarle ahí.

-Vámonos Dina – dijo Zayn, la mirada de ambos se hizo presente, una mirada de amenaza se dedicaron antes de que Harry cerrara la puerta de la habitación.

-Creí que vivías solo con tus padres – susurro Dina llegando a la habitación de Zayn.

-En realidad solo vive un adulto con nosotros, la señora Wind – dijo Zayn buscando algo en los cajones de el mueble. – Mis padres murieron al igual que toda mi familia – sonrió de lado encontrando las llaves del coche.

-Lo siento – susurro, pero Zayn le dedico una sonrisa.

-No lo sientas, inclusive yo en ese tiempo no me sentía con pesar por su muerte – murmuro yendo hacia la ventana, ella no entendió. Dina recorrió la mirada por la habitación, tomo sus cosas que había dejado sobre la cama.

-Pero siempre es dolor el ver como alguien querido muere…

-Tu misma lo has dicho, “alguien querido” – resalto las palabras y se giro a verle, Dina estaba a su lado mirando por la ventana también, pero ahora él la veía a ella.



Dina no tenia ni idea de lo tarde que era cuando bajaron por las escaleras de la casa. Ambos subieron al mercedes de Zayn, ninguno dijo ninguna palabra, el chico solo se dedicaba a mirar al frente conduciendo por las estrechas calles, mientras que Dina tenía en su mente la imagen de Harry bajando por las escaleras y pronunciando aquellas palabras con odio hacia ella. Lo primero que Dina vio cuando se acercaban a su casa.

-¡Es la policía! – dijo, recuperando la voz con cierta dificultad. Le resultaba curioso hablar después de haber estado en silencio por tanto rato.

Zayn paro detrás de uno de los coches de policía, y de mala gana bajo del coche al mismo tiempo que Dina. Ambos caminaron hacia la entrada, la puerta estaba abierta y la casa estaba toda iluminada.

Al entrar, Dina vio tres rostros vueltos hacia ella, y tuvo una pequeña visión del aspecto que debía tener ahora ella, y con Zayn a su lado. Entonces su mamá soltó un grito y la rodeo entre sus brazos.

-¡Dina! Gracias a Dios que estas bien, pero ¿Dónde has estado? ¿No te has dado cuenta de lo que nos has hecho pasar?

Dina paseo la mirada por la casa, Apple estaba de pie al lado de las escaleras junto con su madre.

-Nos alegramos de que hayas aparecido – la chica de cabello rojizo le abrazo efusivamente.

-He estado en casa de Zayn, él me trajo – dijo ella mirando la reacción que tendría su madre – Mamá, él es Zayn…

-Malik, Zayn Malik – dijo el chico al ver que Dina no sabía su apellido.

-Gracias – susurro su madre mirando al chico.

-Pero en realidad la policía esta aquí, porque han atacado a Alden – Apple hablo mirando a Zayn. Dina se percato de una cuarta persona al lado de donde estaba su madre hace unos minutos. Una señora de cabello castaño sostenía una taza entre sus manos, sus ojos estaban llorosos.

-¿Qué ocurrió? ¿Atacada? – pregunto Dina atónita. Bien sabia que no conocía muy bien a la chica e incluso se preguntaba como su madre conocía a la que supondría era la madre de la chica.

-Nadie sabe quien le ataco, pero ella insiste que fue un enorme animal blanco – Susurro su madre inquieta – tiene arañazos e incluso estaba sufriendo de hipotermia…

-El doctor dice que estaba bebiendo, por lo que podría ser fruto de su imaginación – la pelirroja suspiro encogiéndose de hombros.

-Esos arañazos no eran imaginarios – la señora detrás de su madre hablo al fin.

-¿Qué arañazos? ¿De que me están hablando? – pregunto exaltada Dina, pasando la mirada de un rostro a otro.

-¿No había otras marcas en ella? – pregunto Zayn en tono seco.

-No – dijo Apple – pero bien podría haberlos hecho un gato – se limito a decir.

-¿Dónde dicen que la encontraron? – preguntaba Zayn algo acongojado.

-Detrás del bar “Rock rio”

-¿hace cuanto tiempo, Apple?

-Hace un par de horas, ¿Por qué?

Zayn no dijo nada, y Dina sintió como tensaba su cuerpo a su lado.

-¿Qué sucede, Zayn? – susurro.

-¿vivirá? – pregunto él súbitamente.

-Por lo que sabemos ni siquiera tienen como opción que valla a morir. – Zayn asintió bruscamente, se giro hacia Dina.

-Tengo que irme – dijo sin sonreír – estas en casa y ya estas a salvo – Dina sonrió y asintió a su comentario.

-Te veré mañana – dicho esto beso su mejilla y salió por el umbral de la puerta.

“-Tiene bordadas mis iniciales, porque a papá le gusta como se ve la G junto a la S – murmuro Gemma mirando el pequeño dije sobre su cuello.

-Entonces debo decir que también le gusta la H junto a la S – farfullo Harry siguiendo a su hermana.

-Entonces creo que debo pedirle un dije para mi también – la voz que ambos escucharon era suave y arrogante, pero cuando Harry se volvió vio que los ojos de Louis estaban llenos de ese brillo de diversión que siempre le caracterizaba. – su padre ha dicho que Gemma se ira a Suiza…un convento, tal vez… - Gemma le dedico una maliciosa mirada.

-Estoy segura que eso le complacería a Harry

-No, eso no es cierto – dijo Louis – Harry jamás desearía verte lejos de él.

Los labios de Harry se curvaron, y lanzo a Gemma una mirada irónica mientras se colocaba al lado de Louis.

-Pero Louis tiene razón – ahora el que hablaba era Harry – Los días se acortan y pronto nuestro padre te hará subir al barco para que comiences una vida en Suiza…

-A menos que tengas una razón para quedarte – la mirada de Gemma y de Louis eran miradas cómplices, ambos sonrieron. Harry se quedo en silencio observándoles, sabia que las palabras que Louis había dicho, significaban “A menos que tengas un esposo por el cual quedarte”.

-Dejémonos de estas situaciones incomodas y salgamos un poco –resoplo Harry interrumpiéndoles.”

Harry despertó preparado para otro día más. La semana había pasado rápido, se había mantenido dentro de la casa por las noches mientras que sus amigos salían a divertirse. Ahora le aterraba perder el control de nuevo.

Miro hacia la puerta que se estaba abriendo despacio, Niall entro sin siquiera mirarlo a los ojos, pues Harry no llevaba las gafas de sol puestas.



Dina despertó con el sol entrando por su ventana. Se levanto deprisa, pues era sábado y le esperaba tanto por hacer. Había quedado el día anterior ir al cementerio con Apple, la chica se había negado pero después de que Dina le había dicho sobre lobos y panteras, pareció despertar su lado aventurero.

-Buenos días, mamá – sonrió tomando un pan tostado con mermelada de fresa.

-Pareces de buen humor esta mañana – Dina asintió mordiendo el pan.

-No me esperes despierta – dijo mientras salía por el umbral de la puerta, un diminuto “Cuídate” se pudo escuchar desde el interior de la casa.

Afuera la estaba esperando la chica de cabello rojizo, sonrieron al mirarse y comenzaron a caminar.

-¿Has sabido algo sobre Alden? – preguntaba Dina mientras jugaba con la correa de su cámara.

-Han pasado cuatro días, y ni siquiera se ha dicho su nombre en el instituto – se encogió de hombros, Dina hizo una mueca.

-Pobre chica, estoy casi segura que la ataco el gigantesco lobo que vi en el cementerio…

-Dina, ¿Cómo puedes estar segura de eso? Como te lo dijo Zayn, aquí no habitan lobos ni panteras…

-Si estas tan segura de eso ¿Por qué decidiste acompañarme esta noche al cementerio? – farfullo sin detener el paso. Apple no respondió a su pregunta, continuaron su caminata en silencio.



La noche había caído sobre Durham, ambas chicas ahora estaban en el cementerio, Apple había llevado algunas golosinas y se encontraba sentada sobre una de las lapidas, miraba el cielo estrellado y suspiraba. Dina estaba a su lado, mirando el lugar donde la pantera y el lobo se habían estado devorando.

-Esto es absurdo, jamás aparecerán – hablo la chica pelirroja después de haber estado tres horas en aquel lugar.

-Tienes que esperar…

-Seguramente se retrasaron – murmuro Apple, Dina le miro mal tomando su cámara entre sus manos.

-Mejor regresemos otro día – Apple hizo caso y se levanto de donde estaba sentada, comenzó a seguir a Dina colina arriba.

-Genial, ahora buscaremos en el bosque – resoplo la chica entrando detrás de Dina a aquel obscuro lugar.

Ninguna se separaba de la otra, tan solo la luna les seguía alumbrando su camino. Los arboles iban desapareciendo detrás de ellas, Apple caminaba perezosamente mordiendo su chocolate en barra, Dina sostenía la cámara tomando algunas fotos de los diversos arboles que iba encontrando.

El aleteo de unas aves hicieron que ambas se detuvieran mirando al cielo, Dina saco una foto de eso y siguió con su paso. No sabia cuando es que terminaría el bosque, pero el miedo se fue apoderando de Dina. Sentía como alguien les observaba, giro rápidamente su cara, forzando sus ojos para ver en la obscuridad.

Giro su cabeza hacia otro lado mirando como la neblina ahora cubría el suelo, neblina gris. Apple se detuvo al escuchar un gruñir.

-¿Qué fue eso? – susurro Dina mirando a su amiga.

-No tengo idea… - la chica le tomo por el brazo haciéndole caminar de nuevo, quería salir lo mas pronto posible de allí.

De nuevo el gruñir se escucho, y una enorme figura detrás de ellas se hizo presente, ambas se quedaron inmóviles viendo como se acercaba a ellas. Las orejas puntiagudas, un pelaje blanco y unos ojos amenazadores poseían aquel animal. Dina no pudo hacer nada más que jalar del brazo a Apple arrastrándola para que se moviera.

-¡CORRE! – sentía su corazón en la garganta, sus piernas parecían no querer detenerse, giro un poco la cabeza mirando como su amiga corría detrás de ella. Apple detuvo su paso tratando de recuperar el aliento, al parecer le habían perdido de vista.

-¿Qué era eso?… – decía sin aliento la chica pelirroja – era enorme – ambas trataban de recobrar el aliento.

-No lo se… pero… debemos salir de aquí antes de que… regrese – caminaron sin separarse.

Habían salido del bosque y una enorme casa frente a ellas se había echo presente. Dina reconoció rápidamente el lugar, se apresuró a llegar al umbral, toco varias veces la puerta esperando respuesta.

Una mujer de cabello cobrizo se hizo presente frente a ellas, su cara era de espanto al verles, Dina supuso que su apariencia no seria muy buena.

-¡Madre Santa! – Exclamo la mujer haciéndoles pasar a ambas – pero ¿Qué les ha pasado? – Dina se encogió de hombros mirando a la mujer, agacho la mirada pero de inmediato unos pasos en la planta alta le hizo mirar hacia las escaleras.

-¿Dina? ¿Apple? – pregunto Zayn mirando a ambas antes de llegar hacia ellas. - ¿Qué ocurrió?

-Tenemos que hablar contigo de inmediato… - hablo Dina mirando a la mujer y después regreso la mirada al moreno – pero no aquí…

-Esta bien, síganme – dijo Zayn conduciéndolas hacia su habitación.

Apple miraba el interior de la casa con curiosidad, mientras que Dina y Zayn caminaban frente a ella, jamás había estado en ese lugar. Desde que conocía a Zayn había escuchado cosas sobre él, y los que eran sus amigos, pero jamás ninguno se atrevía a hablar al respecto. Observaba los cuadros que había en las paredes, fotografías del siglo pasado.

Los tres entraron a la habitación, un silencio se hizo presente pero fue roto de inmediato por el chico.

-¿Qué sucedió? No lucen muy bien – las miro de pies a cabeza examinando cada detalle con la mirada.

-Fuimos atacadas – soltó Apple yendo a la ventana. Zayn frunció el ceño mirando ahora a Dina.

-En realidad no fuimos atacadas, solo nos persiguió un animal…

-Enorme animal – le interrumpió Apple.

-Ahora ambas están alucinando, ¿Qué animal fue esta vez? ¿Un oso pardo? Porque te aclaro que ese es el único creíble animal que habita por esta región… - Dina frunció el ceño molesta.

-Zayn, debes creernos…

-Lo siento, Dina, no puedo creer ese tipo de cosas…

-¿Y que hay sobre los cuervos? ¿Esos si habitan aquí? – murmuro cuando Zayn ya no le miraba. El chico se quedo atónito digiriendo las preguntas. – Por que resulta que siempre que un estúpido cuervo anda cerca, a los segundos tú apareces de la nada… - susurro Dina, evitando que Apple les escuchara.

-¿Qué estas insinuando? – Dina negó con la cabeza sentándose sobre la cama.

-Lo siento, es solo que son muchas emociones para una sola noche… - suspiro sosteniendo su cabeza con sus manos.

Zayn se recostó en su cama después de que las chicas se habían ido. Las palabras de Dina rondaban en su cabeza. Harry tenía razón, debía ser más cuidadoso a la hora de cambiar de apariencia. Dina no era una chica tonta, y estaba seguro que iba a buscar respuestas a lo que ocurría.

Salió de su habitación, tenia que hablar con Liam antes de que todo se saliera de control.

-Pasa – escucho antes de que pudiera tocar la puerta. Entro a la habitación, pero Liam no estaba en ella. Comenzó a caminar hacia las estrechas escaleras que había dentro, subió paso a paso, encontrándole en el ático.

El ático era un lugar amplio, abarcaba todo el tercer piso, cada una de las habitaciones del segundo piso – excepto el baño – tenía unas escaleras secretas, por las que podías subir hasta allí. Miles de libros habían en el estante pegado a la pared, plantas y algunos amuletos sobre el mueble de madera. Liam estaba sentado en el viejo sofá con un libro entre sus manos, Zayn le miro atento mientras se sentaba a su lado.

-¿Tienes problemas? – pregunto el chico sin apartar la vista de su libro. – ahora mismo te preguntas como es que lo se – sonrió cambiando de pagina, aparto los lentes de su rostro mirando a su amigo.

-Usaría el termino de los mirtingasis “Eres un brujo” pero es obvio que lo eres – rio Zayn acomodándose desordenadamente en el sofá.

-¿Cuál es el problema? – Liam le miraba serio, y a pesar de que el moreno había dicho una broma, no pareció hacerle gracia.

-Se trata sobre la chica… - Liam arqueo una ceja sin comprender – Parece que sospecha de mi…

-¿En que aspecto? – preguntaba mientras se levantaba del sofá yendo al estante de libros, parecía que buscaba algo.

-Las palabras exactas que utilizo fueron “porque resulta que siempre que un estúpido cuervo anda cerca, a los segundos tu apareces de la nada…” – susurro Zayn recordando la escena en su cabeza – después termino arrepintiéndose con un “lo siento”… - paso su mano por sus cabellos mirando a Liam recorrer rápidamente los libros, tomo uno dejándolo sobre la mesa frente a él.

-Lee – le ordeno, Zayn miro el libro recorriendo el manuscrito rápidamente con su mirada.

-¿Un hechizo para perder la memoria? – alzo ambas cejas.

-Comienza a ver que es lo que necesitas, tenlo preparado para mañana…

-Pero mañana no es día de instituto – Liam resoplo mirando a Zayn.

-No seas estúpido, Zayn, mañana saldrás con esa chica y lo usaras… - el moreno frunció el ceño asintiendo. -No queremos más errores…

-Debe asumirlos, Liam – la voz ronca de Harry inundo los oídos de ambos chicos, el rizado les miro a ambos resoplando. –Zayn ya esta grande para asumir las consecuencias de sus actos… - camino hacia él quitándole el libro – perder la memoria – leyó y sonrió – tu mismo has dicho que debemos ser precavidos a la hora de usar hechizos…

-Pero esa chica puede sospechar de todos, Harry – la voz de Liam se mantenía calmada.

-No me interesa, tu mismo hiciste las reglas en esta casa, no creo que sea conveniente que el chico maduro e inteligente de aquí rompa una de sus propias reglas… - frunció el ceño lanzando el libro hacia la mesa de nuevo.

-Esto no se trata solo de mí – se defendió Zayn.

-Pero es TU problema, tu debes buscar como resolverlo sin ayuda de la magia… - Zayn miraba con desprecio a Harry, mientras que el rizado le veía atravez de los lentes obscuros.

-Tu solo lo dices porque no puedes cambiar de apariencia debido a tu mal autocontrol – le reto el moreno, pero Harry se puso frente a él de inmediato. – Vamos, Styles, golpéame… - seguía hablando sin importarle nada. Harry levanto la mano, Zayn pudo ver como las llamas comenzaban a brotar de la palma de la mano del chico, la mandíbula se le tenso dejándolo en silencio. – ¿Me atacaras aquí adentro? Sabes que no podre defenderme muy bien aquí, y te aprovecharas de eso…

-Silencio niño de la selva – la voz de Harry fue arrogante.

Cuando bajo la mano se volvió topándose con dos rostros mas en la habitación, Niall y Louis veían la escena, el rubio sonreía, mientras que su otro amigo le miraba con desaprobación. Era obvio que Niall apoyara cuando Zayn y Harry se peleaban, él siempre decía que era la única “acción” que tenían desde que Vivian en Durham. Pero Louis conocía a Harry mejor que los demás, sabía hasta donde podía llegar el poder de su amigo y que no se limitaría a usarlo mientras alguien le estorbara del camino.

Harry suspiro apartándose de Zayn, le empujo levemente por el hombro caminando hacia las escaleras que conducían a su habitación.

-Esta así por su mal autocontrol – escucho detrás de él, pero decidió no volver a pelear con Zayn.

Siguió con paso perezoso hasta su cama, se recostó en ella, sintió la brisa helada entrar por la ventana, provocándole un ligero estremecimiento en el cuerpo. Aspiro por la nariz siendo invadido por los recuerdos, como ya era de costumbre.

“-Aun no entiendo como es que llegue a esto – susurraba su hermana mirándose en el espejo.

-No debes quejarte, tu fuiste la que decidió dejar de lado tu romance con Louis, pensaste que un Tomlinson no te daría lo mejor… - Harry tomaba un anillo que estaba sobre la mesa de madera. Hecho un vistazo hasta donde estaba Gemma e hizo una mueca. – Tienes que apresurarte, nuestro padre en cualquier momento anunciara tu nombre – Gemma hizo una mueca acariciando el dije sobre su pecho.

-Mi presencia es importante en esta ceremonia, sin mi no habrá boda – susurro

-No te sientas la importante, Gemma… - mascullo Harry ahora abriendo la puerta – Los Ghinter podrían buscar una sumisa candidata para desposar a su hijo – la chica resoplo al mirar la sonrisa burlona de su hermano.



Los invitados esperaban en el vestíbulo, la familia Styles se destacaba por sus reuniones más lujosas y cómodas. Y más hoy que anunciarían el compromiso de su hija mayor. Harry sonreía a los invitados, pudo ver a Louis charlar con sus padres. Lucían todos elegantes para la celebración.

El rizado camino hasta su amigo quien le veía con una sonrisa cómplice. Ambos tenían preparada una broma para la princesa Gemma, querían que su despedida de esta casa fuera la mejor.

-Deberías estar en el sótano ahora mismo – le susurro el ojiazul a su amigo. Harry sonrió cruzándose de brazos.

-Lo estaría, pero tu tampoco estas en tu posición, estas socializando – Louis castañeo los dientes divertido.

-Era solo para despistar, ahora ve y has lo indicado.

-Hurtle estará decepcionado – dijo antes de irse. Bien sabia que su profesor de modales, estaría mas que decepcionado de lo que iba a hacer.

Los pasos apresurados de Harry pasaron desapercibidos, abrió la pequeña puerta de caoba entrando al sucio lugar. Había una puerta en el techo que conducía al vestíbulo, era una puerta secreta que apenas se podía ver en el piso del vestíbulo. Solo debía jalar la cuerda para que se abriera y así podría Gemma caer al empolvado sótano. Esperaría que ella estuviera de pie en el punto y tiraría de la cuerda.

La mirada comenzó a nublársele, un fuerte ruido en la parte de arriba le espanto, sintió miedo y desesperación cubriéndose los ojos con ambas manos. Sintió el dolor y como los recuerdos de aquel día afuera de su hogar volvían. Imágenes borrosas de las afueras de Londres, casas quemadas, muertos en las calles, su hermana de pie con los ojos negros, su padre defendiéndolos, y esa voz, la voz del demonio en su cabeza.

A como pudo salió del sótano, podía escuchar gritos pero su mirada no le permitía ver bien, los ojos le ardían de nuevo, sentía el fuego recorrer sus venas. Cayo al suelo observando a su padre muerto junto a su madre, Louis temblaba arrojando agua por la boca, el ojiazul cubría su cuello con ambas manos, como si estuviese ahogándose. Buscaba a Gemma, pero le era imposible.

-GEMMA – grito al ver como los invitados iban muriendo poco a poco.

Golpeo su mano en el suelo como signo de desesperación, ¿Qué era lo que estaba pasando? Se preguntaba mientras gateaba para llegar al lado de Louis, él chico le miraba asustado y conmocionado por la situación.

“¿La están pasando bien?” escucho dentro de su cabeza, de pronto su mirada comenzaba a tornarse clara, miro a Louis quien le miraba atento también. “Ansiaba que este día llegara” susurraba la voz, Louis apretó las sienes con ambas manos, hacia presión para que la voz saliera, pero no podía.

-¿Qué es lo que quieres? – la voz de Louis estaba distorsionada y con dolor.

“Aquí no importa eso ya, lo que quiero ya lo obtuve desde que ustedes nacieron” Los ojos se Harry comenzaron a cerrarse, los sentía débiles a la luz de los candelabros, trato de mantener la calma, sabiendo que el dolor jamás se iría. “hoy no tengo tiempo para explicaciones… pero cuando pueda, hijos míos, se las daré” todo a su alrededor se volvió silencioso, Harry tenia los ojos cerrados, sintió como una mano le tomaba por el brazo.

-¿Qué paso? – preguntaba Louis desesperado. – Harry, respóndeme – el chico negó con la cabeza. Iba a intentar abrir los ojos, quería verificar que el dolor al ver la luz había desaparecido. Los parpados fueron dejando ver los ojos color esmeralda, Harry suspiro aliviado, al notar que podía ver bien. Miro a su amigo quien tenia la mirada perdida en la suya, frunció el ceño notando que la luz era tenue.

-Harry, tus ojos… - susurro Louis mirándole sorprendido.”

-Eres una necia – decía Apple un domingo por la noche. Las chicas habían quedado en dormir en casa de la pelirroja, Dina accedió tratando de que fuera divertida, y ya que Apple era la única chica que se había atrevido a tratar con ella y su temperamento, se dio por bien servida.

-No lo soy – miraba la chica por la ventana de la habitación. – Es solo que hay algo raro en este lugar – la mirada de Apple estuvo sin ninguna expresión mirando cada movimiento de la chica.

-Durham es el lugar mas normal y tranquilo, Dina – las palabras no llegaron a convencerle, se volvió encarándole.

-Tu también viste ese enorme animal en el bosque, aun no entiendo como salimos vivías de eso…

-Tal vez era un perro – musito la chica sentándose al lado de su amiga.

-¿Un perro? Apple eso no era un perro…

-Podría serlo – susurro.

-Tal vez eso fue lo que ataco a Alden aquella noche en Rock Rio – Apple negó. - ¿Cómo puedes estar tan segura que no fue eso?

-Tú ¿Cómo puedes estar segura que eso fue? – Dina suspiro dándose por vencida, era obvio que algo pasaba en Durham, pero también sentía como Apple le ocultaba algo, sentía como comenzaban las mentiras.

-Tienes razón, no puedo saber que fue lo que le ataco, y tal vez mi imaginación creo que ese animal, un “perro” como dices tu, se volviera algo demasiado grande en mi cabeza – bien sabia que estaba mintiendo, ella estaba segura de lo que había visto, y no iba a dejar que nadie le hiciera cambiar de opinión. Había encontrado a un amigo en Zayn, pero él era otro de los que no le creían, tal vez si encontrase algo que diera una explicación a las hipótesis que estaba formando en su cabeza, entonces estaría más segura de lo que estaba ahora.

-Ahora deberíamos dormir, mañana hay instituto – murmuro Apple arropándose con la cobija sobre su cama. – Buenas noches Dina – susurro antes de cerrar los ojos.

-Buenas noches - mascullo por lo bajo recostándose en la cama de al lado.

Corría por el bosque, sus piernas estaban entumidas y su cuerpo le pedía agua, pero el miedo no le permitía detenerse. No sabia de que era lo que huía, no sabio que aspecto tenia, lo único que podía hacer era correr.

Se detuvo en seco antes de llegar al final de una colina, del otro lado comenzaba un precipicio, si daba otro paso mas caería.

Volteo a todos lados, sentía que alguien le veía, pero no había nadie. Una gruñir inundo sus oídos, se quedo quieta mirando un zorro blanco salir de un arbusto. Segundos después no pudo moverse, ni una sola palabra o grito salió de su garganta, el animal había saltado y ahora Dina se encontraba entre el suelo y los colmillos del animal, un rasguño en su brazo le hizo gemir de dolor. Seguido de un fuerte dolor de cabeza, el animal se apartó chillando y encogiéndose, después salió corriendo al ver como una sombra negra se acercaba.

Un hombre alto, de unos 30 años más o menos, se acercó hacia ella, le extendió la mano sonriente, por unos momentos había creído que era su abuelo, pero este hombre no podía ser su abuelo. Llevaba una gabardina negra cubriéndole la parte de arriba, unos pantalones negros y un sombrero. Dina le tomo la mano y él hombre le ayudo a ponerse de pie, no aparto la sonrisa de su rostro, pero ella se encontraba atónita, ¿Quién era él? Se pregunto.

El hombre tomo su brazo lastimado. Las marcas de aruños que había dejado el animal blanco. Miro las heridas pasando levemente su mano, ella podía sentir el roce de sus dedos, estaba frio y todo a su alrededor había cambiado. La obscuridad lleno su alrededor, seguido de unas llamas detrás el hombre. La sonrisa amable había desaparecido y se había hecho una sonrisa perversa, le miraba, con ahora su mirada ennegrecida completamente. Mostro sus dientes, eran colmillos, acaricio la vena sobre el cuello de Dina, sus labios iban acercándose hasta su cuello pero algo logro alejarlo…

-Dina – la voz de Apple le hizo mirar a su alrededor

-Dina – volvió a repetir la chica, pero ella ya estaba con los ojos abiertos como platos y de un salto de levanto de la cama. – Llegaremos tarde – anuncio la chica desde el baño

Dina comenzó a vestirse, se miro en el espejo tratando de arreglar un poco su alborotado castaño cabello, resoplo al ver imposible su misión.

Apple caminaba por la habitación en busca de una de sus blusas preferidas. Ambas chicas bajaron después de que terminaron, un pan tostado como aperitivo antes de salir.

-¿Hoy regresaras a casa temprano? – pregunto Apple cuando estuvieron frente al instituto.

-En realidad no, iré a la biblioteca y tomare un poco de fotos del lugar – la pelirroja se encogió de hombros caminando ahora por los pasillos.

-¿Quieres que te acompañe?

-Prefiero estar un tiempo sola, ya sabes… pasar tiempo metida en mis pensamientos… - susurro, Apple le miro extrañada, pero no se negó a su decisión.

-Tan solo cuídate, Dina – ella asintió – nos veremos en el almuerzo – ambas se separaron yendo a sus respectivas clases.



Liam caminaba al lado de Zayn, ambos sentían las miradas de las chicas en su pasar, millones de suspiros y charlas que ambos podían escuchar, no es que fueran muy discretas.

-Supongo que no quieres continuar con el plan – susurro Zayn entrando al aula. Tenían historia medieval juntos.

-No es buena idea, ahora que lo pienso con mas calma – Liam miro al frente esperando que el profesor hiciera su aparición. No es que le importara la clase, había tenido ya antes esta clase, inclusive él había vivido en esa época, y el leer estupideces en los libros de texto, le ponía de malas.

-Dejas que Harry te intimide – resoplo el moreno, Liam rechino los dientes molesto.

-Al decir eso, hablas por ti – Zayn le miro molesto, ¿acaso le estaba diciendo cobarde? Estaba por contestarle pero el profesor Finadtes apareció por la puerta, entro dejando sus materiales de trabajo sobre la mesa, comenzó a escribir algo en el pizarrón dándoles la espalda a todos.

Los ojos de Zayn miraron a Liam por última vez, “yo seguiré con el plan” pensó mientras una sonrisa curvaba su rostro.



Al terminar las clases Dina, salió deprisa dirigiéndose hasta la biblioteca, iba a paso veloz con su cámara colgando de su cuello. Pasos detrás de ella le hicieron sobresaltarse, pero no se giro, últimamente estaba muy paranoica.

-Dina, espera – se volvió mirando a Zayn caminar hacia ella.

-Hola – saludo sonriendo – creí que ya todos estaban fuera del instituto – él negó ofreciéndome uno de los vasos de frappe que llevaba en sus manos. Lo tomo – gracias. Zayn miro la bebida sonriendo, sabia que con un pequeño sorbo del líquido podría hacerte perder la memoria sin notarlo.

-Tu también deberías estar en casa – musito caminando a su lado.

-Iré a la biblioteca, tengo tarea el día de hoy, es demasiada – se encogió de hombros mintiendo.

-Te acompañaría pero debo hacer algunas cosas en casa – Dina asintió mirándolo detenerse – termínate tu frappe, es de los mejores por aquí – sonrió caminando en sentido contrario a ella, suspiro mirando el vaso en su mano.

Dina espero que Zayn desapareciera, colocando en el bote de basura el vaso con aquel liquido espeso café, el frappe siempre terminaba haciendo que su estomago le doliera, aun no entendía como el café podría tomarlo pero un frappe le hacia mal a su cuerpo, era una de las cosas que no terminaba de comprender.

Entro a la biblioteca echando un vistazo primero en los libros de historia, no había nada de su interés, vago la mirada por cada uno de los libros, hasta que un signo llamo su atención. El libro estaba en la sección de fantasía. Le había visto en el panteón al pie de la tumba de un tipo llamado Ellery Nerky, le recordaba muy bien.

Tomo el libro llevándolo con ella hasta una mesa, lo abrió en la pagina donde había visto el signo, saco su cámara poniendo la imagen que había tomado de la tumba, era el mismo signo.

“…el portador de este signo en su piel puede cambiar su forma, la forma de un animal…” su mirada pasaba por el escrito “… este signo también es como los cazadores distinguen a los brujos, quienes usan una piel de animal para ocultarse de quienes le hacen daño, la mayoría del tiempo llevan dicho signo en la espalda, en la parte del omoplato, otros la llevan en la parte baja del vientre, mientras que muy pocos en la parte del pecho.” Dina suspiro mostrándose interesada en lo que leía, hojeo el libro sin leer, y pudo notar como algunas hojas le faltaba, las habían arrancado.

Se levanto guardando el libro en su mochila, nadie le vería si lo tomaba.

Harry estaba en la ducha, sentía el agua recorrer su cuerpo. Después de haber terminado las clases, esto era lo único que le hacia relajarse. El agua caía por su cuerpo desnudo, pego su frente el la pared dejando caer las gotas de agua en su cuerpo, se sentía relajado y en paz haciendo esto, podía escuchar el sonido de estas al caer. Suspiro notando como el agua se deslizaba por su marca en el pecho, acaricio con sus dedos el signo negro, sabia lo que significaba y como lo había obtenido.

“-Esto no puede estar pasando – decía Louis mientras veía los muertos a su alrededor. La mansión Styles estaba en llamas, ambos habían salido con dificultad, Harry intentaba localizar a su hermana, suponía que estaba muerta.

-¿Qué haremos ahora? – pregunto Harry colocándose en el empedrado.

-Esa no es la pregunta – susurro Louis a su lado – la pregunta correcta es ¿Por qué paso esto? – Harry desvió la mirada al notar como su amigo no apartaba la vista de sus ojos.

-Deja de hacer eso – la voz del rizado sonó dura y con melancolía.

-Lo siento, solo que es raro, tus ojos son tan… - Harry le cayo con una mirada.

-tenemos que salir de aquí, sea quien sea ese que acaba de hacer esto, volverá – se levanto comenzando a caminar.

-No sabes lo que dices, él nos encontrara – se giro mirándole sin comprender – creo saber quien es, pero debemos ir a algún lugar donde no nos escuche – Harry asintió caminando al lado de Louis.

Caminaron en silencio, apreciando la raquítica vista de Londres, el paisaje era sin vida y las calles estaban sin algún alma en ellas. La catedral estaba cerca, podían ver la torre a lo lejos. Las enormes puertas estaban cerradas, Louis empujo poniendo fuerza para que se abrieran, pero fallo.

-Maldita sea – murmuro mientras Harry se ponía a su lado para empujar también. De pronto una de las puertas de abrió, ambos se miraron con dudas pero Harry entro apresurado. En cuanto puso un pie dentro y su cuerpo ingreso en la sagrada casa de Dios, un estruendo se escucho, Harry comenzó a estremecerse y quejarse en el suelo. Louis le miro asustado, sin entrar aun.

-Hijos de satán – un hombre canoso salía detrás de las bancas con agua bendita, Harry seguía retorciéndose en el suelo.

-Señor obispo, ayúdele – Louis estuvo por entrar pero una fuerza le impidió hacerlo. - ¿Qué sucede? Demonios.

-Hijo de satán, ríndete ante la casa del Señor… - el obispo comenzó a hablar tirando agua bendita alrededor de Harry. El chico estaba delirando del dolor, se retorcía como un animal y comenzaba a jadear fuertemente. – el señor es mi pastor, mientras este junto a mi el mal no aparecerá aquí, llévate a este hijo del mal y has que reciba su castigo… - decía el hombre.

-Maldición, déjelo – Louis apretó sus manos, iba a entrar para sacar a su amigo. Se armó de valor y aspiro por la nariz, dio un paso al frente para jalar a Harry por la camisa, él sentía dolor pero lo soportaría.

-No les será fácil – murmuro el obispo lanzándole unas gotas de agua bendita a Louis. Donde dicha agua cayo, sobre la piel de Louis, comenzó a quemar, él grito fuertemente mientras salía de ahí.

Harry se retoca en el suelo fuera de la catedral, Louis le miraba las quemaduras, donde el agua bendecida había caído. Styles había quedado inconsciente después de aquella dura batalla con la casa del Señor. Louis le tomo dejándolo caer sobre su hombro, camino con él hasta alejarse de allí.

Lo dejo bajo un árbol a las afueras de Londres. El buscaría algo de agua para refrescarle y curar de a poco sus heridas. Un pequeño rio que cruzaba por ahí le hizo detenerse. Metió sus manos tocando el agua despacio, el agua comenzó a moverse mientras que él agitaba sus manos dentro. Junto sus manos simulando un casito, levanto las manos tomando el agua, se quedo quieto al ver que el agua no caía de sus manos.

Separo las manos logrando que el agua siguiera a la altura de sus hombros, abrió mas lo ojos cuando se dio cuenta que aquel liquido comenzaba a hacerse una esfera. Pensó que estaba soñando.

-¿Louis? – la voz débil de Harry le sobresalto, la esfera de agua cayo de nuevo al rio y él se volvió hacia su amigo. - ¿Cómo hiciste eso? – pregunto acercándose lentamente, el cuerpo aun le dolía.

-No lo se – susurro haciendo una mueca. Se encogió de hombros mirándole cerca - ¿aun te duele? – Harry asintió. – Déjame ver que tan mal están ahora – Harry comenzó a desabotonar su camisa que ahora había perdido el color blanco, era de un color perjudido.

-Solo no toques – le pidió despojándose de su ropa, dejando desnuda su parte superior. Se giro para que él pudiera ver su espalda. Louis buscaba las heridas pero no había ningún rastro de esto. - ¿Cómo se ven? – pregunto mirando la expresión perpleja de su amigo.

Él no dijo nada, solo se quedo mirando el pecho de Harry.

-¿Cuando te hiciste eso? -pregunto mirando el signo negro en su pecho. El rizado de inmediato agacho la mirada hacia donde veía su amigo.

-No lo hice yo, sabes que no me gusta marcar mi cuerpo con esas cosas - paso sus dedos por la marca sin dejar de mirarla.”

Los dedos de Harry aun seguían sobre la marca del demonio, le acariciaba como si fuera algo preciado para él, pero no era así. Este signo le tenia marcado, hacia que su pasado le persiguiera, la vida eterna le había sido otorgada desde aquella noche, pero de nada le servia, la eternidad no era nada buena cuando te sientes perseguido, no le agradaba el simple hecho de tener que vivir escondido del demonio, Nerky debía pagar aunque Harry sabia que dicho demonio ya estaba en el infierno, pero debía haber una forma para que le hiciera pagar su desgracia. Suspiro pasando su mano por su cabello revuelto por el agua. Enjabono cada parte de su cuerpo, incluso los lugares donde el sol no podía tocar, su ducha vespertina estaba por terminar.

La puerta comenzó a sonar fuera, hizo un rápido movimiento cerrando la llave del agua. Enredo una toalla en su cadera saliendo del baño, los ojos marrones de la señora Wind le miraban sonrientes.

-Todo suyo – trato de sonar gentil, pero su voz salió áspera y con desprecio.

La señora Wind era la que se encargaba de cuidar de ellos, no es que lo necesitaran, pero cuando lo habían necesitado ella había estado ahí para ellos.



Dina veía la misma página sin entender el idioma, había dado la medianoche y ella seguía metida en el libro. El nombre Ellery Nerky apareció, haciéndole sentir una revolución de nervios en el estomago.

Coloco el libro sobre la cama, ella estaba boca abajo leyendo. Tiro su cabeza hacia adelante, suspiro. Un ruido fuera de su habitación le hizo sobresaltarse. Se levanto de la cama yendo a la ventana, estaba todo tranquilo, solo una silueta estaba en medio de la calle mirando hacia su ventana. Sintió un escalofrió recorrer su cuerpo. Frunció el ceño sintiéndose intimidada por aquella mujer.