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"Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
aww me encanta
Joe esta celoso !!!
Ahhh siguela!!!
Joe esta celoso !!!
Ahhh siguela!!!
aranzhitha
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
yo creo q joe sta celos..y ya sta enamoradooo..
siguela!!!!!
siguela!!!!!
jamileth
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
jejejje
joe esta celosoooooo!!!
nada que hacer
ya encontro el molde de su zapatooo!!!
siguela pronto plissssssssss
joe esta celosoooooo!!!
nada que hacer
ya encontro el molde de su zapatooo!!!
siguela pronto plissssssssss
Julieta♥
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
Nani Jonas escribió:kaarb escribió:
holaa nueva lectora here!!
woow quiero felicitarte amoooo tus novees! TODAS!! empeze a leerlas hace tres dias y ya he leido como 4 o 5 me hice adicta aksjkajsakj :D
siguela pronto!!
wow enserio? me alegra qe te gusten mis noves te entiendo porqe yo tambien soy adicta a ellas jajaja cual a sido la qe mas te a gustado?
las q mas me han gustado han sido :
* un regalo en mi puerta
* el dulce sabor de la venganza
* un novio diferente
bueno en realidad todas aksjkasjask pero esas son mis preferidas
ya tengo los ojos haci de tanto leer JAJA :face: ahora empezare a leer "compañeros de trabajo" y las nuevas q estas escribiendo.. quiero leerlas todas :)
kaarb
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
Capitulo 5
Cuando ésta abrió la puerta, Joe se apoyó en el quicio de la entrada y sonrió:
—Bueno, ¿por qué no lo has besado?
______ pestañeó asombrada. Luego se le encendieron las mejillas.
—Porque no quería —respondió con firmeza.
—Pero a mí sí me has besado —replicó Joe.
—Tú imponías más —contestó, alzando la barbilla.
—Así que te forcé, ¿no? —Joe enarcó las cejas.
—¿Quieres pasar? —preguntó ______ directamente, después de suspirar.
—Encantado. ¿También invitaste a pasar a don Mercedes Benz? Si piensas volver a verlo, dile que le tienen que arreglar el carburador. Hacía ruido.
—Lo tendré en cuenta —respondió ella, mientras tomaba asiento en el salón.
—No has contestado a mi pregunta —insistió Joe—. ¿Invitaste a pasar a don Mercedes?
—No, no lo invité —contestó, mirándolo a los ojos—. ¿Por qué lo preguntas?
—Curiosidad —respondió, mientras dejaba que ese par de ojos azules lo examinara.
—Era una cita a ciegas. Mi amiga Sherry metió unos cuantos datos en un programa de ordenador y decidió que debía salir con él.
—No fastidies, ¿un programa de ordenador para citas a ciegas? —repitió Joe, incrédulo—. Bueno, ¿y qué te pareció?
—Era un hombre educado, atento, amable…
—Vamos, un plasta —concluyó Joe, al tiempo que ocupaba una esquina de la silla en la que estaba sentada ______.
—No era mi intención llamarlo así —curvó los labios hacia arriba.
—Pero ya que lo he hecho yo… —sonrió Joe.
—Ya que lo has hecho —______ suspiró. Ese hombre era la persona más perturbadora que jamás había conocido—, te daré la razón. No me llamó la atención.
—¿Por qué será?
—Supongo que no me asustaba lo suficiente —respondió. Luego se puso de pie.
—Bueno, señorita ______ —Joe la agarró por la cintura y tiró de ella hasta tenerla sentada, frente a frente, entre las piernas—, ¿por qué dejaste que yo te besara?
Tiró de ella un poco más, hasta que los pechos le rozaron el torso, y los pezones se le endurecieron. ______ se sintió enojada y excitada al mismo tiempo, lo cual la permitió comportarse con descaro:
—¿Nadie te ha dicho que eres muy presumido? —le preguntó mientras le rodeaba el cuello con los brazos.
—No suelen decírmelo de una manera tan agradable —esbozó una sonrisa seductora—; claro que tampoco suelo estar en compañía de una chica tan agradable.
Una chica agradable. ______ sintió un impulso fogoso de no ser tan agradable. Llevaba siendo agradable veintiocho años y, sin embargo, de pronto le molestó que Joe usara ese adjetivo para calificarla.
Este debió de notar la contrariedad de ______. La miró con más intensidad, colocó una mano en la parte baja de la espalda de ella y presionó hasta hacerla sentir su masculinidad.
El corazón le martilleaba contra las costillas. Aquel movimiento había sido una clara invitación al sexo.
En otros tiempos, se habría retirado de inmediato. Con otro hombre, se habría retirado de inmediato.
Pero dejó que Joe siguiera mirándola y ______ empezó a deslizar el cuerpo sinuosamente contra su excitación.
Él tragó saliva y subió las manos hasta conquistar sus senos, rozándolos por encima del fino tejido de la blusa.
—¿Quieres problemas? —susurró Joe, frotándole uno de los pezones.
—No lo sé —______ cerró los ojos. Luego le ofreció la boca—. ¿Los quiero?
Joe tomó sus labios y la atrapó con la lengua. Ella se sintió gloriosamente consumida. Fuera de control, ______ empezó a acariciarle los hombros, satisfaciendo así su curiosidad.
Joe se estremeció, inclinó los labios hacia uno de sus pechos y le mordisqueó el pezón a través de la blusa.
______ gimió y notó que se humedecía. Quería más de Joe y menos espacio entre ambos.
—No me lleves al extremo, ______ —dijo él, separándose, mirándola con los ojos centelleantes de pasión—. ¿Qué es lo quieres?
—Quiero… —arrancó; pero la voz se le quebró, desbordada por las emociones. Tragó saliva—. Quiero que me hagas sentir que estoy viva.
—Yo no soy ningún Príncipe Azul —Joe respiró profundamente, sin dejar de mirarla.
—Ni yo la Bella Durmiente, no te digo —replicó ______.
—Pero podrías serlo —comentó Joe, al tiempo que la apartaba de su lado. Ella tuvo ganas de protestar, pero se contuvo. Había sido tan placentero estar entre sus brazos…—. Mientras que yo nunca seré un príncipe, ______. Es importante que entiendas eso. Conmigo no sucederá lo de vivir felices y comer perdices para siempre.
Cuando ésta abrió la puerta, Joe se apoyó en el quicio de la entrada y sonrió:
—Bueno, ¿por qué no lo has besado?
______ pestañeó asombrada. Luego se le encendieron las mejillas.
—Porque no quería —respondió con firmeza.
—Pero a mí sí me has besado —replicó Joe.
—Tú imponías más —contestó, alzando la barbilla.
—Así que te forcé, ¿no? —Joe enarcó las cejas.
—¿Quieres pasar? —preguntó ______ directamente, después de suspirar.
—Encantado. ¿También invitaste a pasar a don Mercedes Benz? Si piensas volver a verlo, dile que le tienen que arreglar el carburador. Hacía ruido.
—Lo tendré en cuenta —respondió ella, mientras tomaba asiento en el salón.
—No has contestado a mi pregunta —insistió Joe—. ¿Invitaste a pasar a don Mercedes?
—No, no lo invité —contestó, mirándolo a los ojos—. ¿Por qué lo preguntas?
—Curiosidad —respondió, mientras dejaba que ese par de ojos azules lo examinara.
—Era una cita a ciegas. Mi amiga Sherry metió unos cuantos datos en un programa de ordenador y decidió que debía salir con él.
—No fastidies, ¿un programa de ordenador para citas a ciegas? —repitió Joe, incrédulo—. Bueno, ¿y qué te pareció?
—Era un hombre educado, atento, amable…
—Vamos, un plasta —concluyó Joe, al tiempo que ocupaba una esquina de la silla en la que estaba sentada ______.
—No era mi intención llamarlo así —curvó los labios hacia arriba.
—Pero ya que lo he hecho yo… —sonrió Joe.
—Ya que lo has hecho —______ suspiró. Ese hombre era la persona más perturbadora que jamás había conocido—, te daré la razón. No me llamó la atención.
—¿Por qué será?
—Supongo que no me asustaba lo suficiente —respondió. Luego se puso de pie.
—Bueno, señorita ______ —Joe la agarró por la cintura y tiró de ella hasta tenerla sentada, frente a frente, entre las piernas—, ¿por qué dejaste que yo te besara?
Tiró de ella un poco más, hasta que los pechos le rozaron el torso, y los pezones se le endurecieron. ______ se sintió enojada y excitada al mismo tiempo, lo cual la permitió comportarse con descaro:
—¿Nadie te ha dicho que eres muy presumido? —le preguntó mientras le rodeaba el cuello con los brazos.
—No suelen decírmelo de una manera tan agradable —esbozó una sonrisa seductora—; claro que tampoco suelo estar en compañía de una chica tan agradable.
Una chica agradable. ______ sintió un impulso fogoso de no ser tan agradable. Llevaba siendo agradable veintiocho años y, sin embargo, de pronto le molestó que Joe usara ese adjetivo para calificarla.
Este debió de notar la contrariedad de ______. La miró con más intensidad, colocó una mano en la parte baja de la espalda de ella y presionó hasta hacerla sentir su masculinidad.
El corazón le martilleaba contra las costillas. Aquel movimiento había sido una clara invitación al sexo.
En otros tiempos, se habría retirado de inmediato. Con otro hombre, se habría retirado de inmediato.
Pero dejó que Joe siguiera mirándola y ______ empezó a deslizar el cuerpo sinuosamente contra su excitación.
Él tragó saliva y subió las manos hasta conquistar sus senos, rozándolos por encima del fino tejido de la blusa.
—¿Quieres problemas? —susurró Joe, frotándole uno de los pezones.
—No lo sé —______ cerró los ojos. Luego le ofreció la boca—. ¿Los quiero?
Joe tomó sus labios y la atrapó con la lengua. Ella se sintió gloriosamente consumida. Fuera de control, ______ empezó a acariciarle los hombros, satisfaciendo así su curiosidad.
Joe se estremeció, inclinó los labios hacia uno de sus pechos y le mordisqueó el pezón a través de la blusa.
______ gimió y notó que se humedecía. Quería más de Joe y menos espacio entre ambos.
—No me lleves al extremo, ______ —dijo él, separándose, mirándola con los ojos centelleantes de pasión—. ¿Qué es lo quieres?
—Quiero… —arrancó; pero la voz se le quebró, desbordada por las emociones. Tragó saliva—. Quiero que me hagas sentir que estoy viva.
—Yo no soy ningún Príncipe Azul —Joe respiró profundamente, sin dejar de mirarla.
—Ni yo la Bella Durmiente, no te digo —replicó ______.
—Pero podrías serlo —comentó Joe, al tiempo que la apartaba de su lado. Ella tuvo ganas de protestar, pero se contuvo. Había sido tan placentero estar entre sus brazos…—. Mientras que yo nunca seré un príncipe, ______. Es importante que entiendas eso. Conmigo no sucederá lo de vivir felices y comer perdices para siempre.
Nani Jonas
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
kaarb escribió:Nani Jonas escribió:kaarb escribió:
holaa nueva lectora here!!
woow quiero felicitarte amoooo tus novees! TODAS!! empeze a leerlas hace tres dias y ya he leido como 4 o 5 me hice adicta aksjkajsakj :D
siguela pronto!!
wow enserio? me alegra qe te gusten mis noves te entiendo porqe yo tambien soy adicta a ellas jajaja cual a sido la qe mas te a gustado?
las q mas me han gustado han sido :
* un regalo en mi puerta
* el dulce sabor de la venganza
* un novio diferente
bueno en realidad todas aksjkasjask pero esas son mis preferidas
ya tengo los ojos haci de tanto leer JAJA :face: ahora empezare a leer "compañeros de trabajo" y las nuevas q estas escribiendo.. quiero leerlas todas :)
jajaja me alegra qe te gusten yo enrealidad no tengo ninguna favorita a mi me gustan todas solo dejame hacerte una aclaracion yo no las escribo solo las adapto ya qisiera yo poder escribir asi jaja
Nani Jonas
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
awww me encanta Joe
Es tan chico malo
Siguela!!!
Es tan chico malo
Siguela!!!
aranzhitha
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
wow joe :twisted:
sigueee
ahhh que va a pasar entre ellos 2?¿?¿
siguelaaaaaaaaaaaaaaa
sigueee
ahhh que va a pasar entre ellos 2?¿?¿
siguelaaaaaaaaaaaaaaa
jamileth
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
Ahhhh Joe por que eres tan amargado??
Sabemos que cambiaras de parecer
Asi que calla y sigue jejejejejejeje
Ok ya me calmo
Pero ahhhh plis siguela!! :D
Sabemos que cambiaras de parecer
Asi que calla y sigue jejejejejejeje
Ok ya me calmo
Pero ahhhh plis siguela!! :D
Karli Jonas
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
bueno almenos le va poner claro las regals no sea q la rayis se haga muchas ilusiones y termine sufriendo
siguela pronto plissss
siguela pronto plissss
Julieta♥
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
Nani Jonas escribió:kaarb escribió:Nani Jonas escribió:kaarb escribió:
holaa nueva lectora here!!
woow quiero felicitarte amoooo tus novees! TODAS!! empeze a leerlas hace tres dias y ya he leido como 4 o 5 me hice adicta aksjkajsakj :D
siguela pronto!!
wow enserio? me alegra qe te gusten mis noves te entiendo porqe yo tambien soy adicta a ellas jajaja cual a sido la qe mas te a gustado?
las q mas me han gustado han sido :
* un regalo en mi puerta
* el dulce sabor de la venganza
* un novio diferente
bueno en realidad todas aksjkasjask pero esas son mis preferidas
ya tengo los ojos haci de tanto leer JAJA :face: ahora empezare a leer "compañeros de trabajo" y las nuevas q estas escribiendo.. quiero leerlas todas :)
jajaja me alegra qe te gusten yo enrealidad no tengo ninguna favorita a mi me gustan todas solo dejame hacerte una aclaracion yo no las escribo solo las adapto ya qisiera yo poder escribir asi jaja
asjaksakj ahh pense q habias escrito aunque sea una :) igual muchas gracias x subirlas estan geniales TODAS! :arre:
kaarb
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
Capítulo 6
Se quedó asombradísimo al ver a ______ entre el público que asistía al partido de baloncesto de pretemporada entre la Universidad de Salem y Randolph Macon. Llevaba una blusa muy femenina con un vestido que cubría justo hasta debajo de las rodillas, zapatos planos, y su indómito pelo, recogido por detrás.
Era muy sencillo recordar lo bien que se había sentido rozándola; demasiado sencillo recordar lo mucho que había deseado poseerla allí mismo, sobre la silla de su salón. Pero Joe sabía que ella no estaba a su alcance. Por eso no había vuelto a verla ni a llamarla.
Se dijo que podía dejar de mirarla si quería, pero no lo logró. ______ seguía el partido con los ojos bien abiertos. Había en esa mujer una mezcla de dulzura y fuego contenido que lo atraía. Sintió un calambre extraño al verla de pie, festejando una de las canastas.
Pensó que la evitaría, como lo había hecho durante las anteriores dos semanas; pero el destino quiso que ______ mirara hacia él… un segundo. Luego desvió los ojos hacia otra parte, adrede. Joe sintió una mezcla de irritación y diversión al mismo tiempo. De alguna manera, acababan de darle calabazas.
Joe supuso que el comportamiento socialmente aceptado sería no hacerse caso el uno al otro. Sin embargo, en sus veintinueve años de existencia sobre el planeta, rara vez había optado por ese tipo de comportamiento. Se levantó de su asiento y se dirigió hacia ella.
—No sabía que fueras amante del baloncesto —le dijo al acercársela.
—No lo soy —respondió sin dejar de mirar a la cancha—. Pero tengo un alumno con una beca de baloncesto que necesitaba un poco de apoyo. Acordamos que él revisaría un trabajo de Historia si yo iba a verlo jugar un partido de baloncesto.
—¿Por hacer una cosa al día que te asuste? —quiso saber Joe.
—Mirar no me da miedo. Jugar sería distinto.
Entonces llegaron al descanso del partido y ______ saludó a uno de los jugadores, el cual devolvió el saludo tanto a ésta como a Joe.
—Es Jerry —dijo él—. Es uno de mis chicos.
—¿Tus chicos? —repitió ______, ahora sí, mirándolo.
—Sí —Joe se encogió de hombros—. Echo un partidillo de baloncesto todas las semanas con algunos chavales de la Liga Junior. Jerry es uno de los mejores.
—Es el que tiene que revisar el trabajo de Historia —comentó ______, confundida—. ¿Y juegas con él al baloncesto?
—Sí, y ya le he advertido sobre los riesgos de tomar malas decisiones. Jugar en la Liga Junior es una forma de evitar que los jóvenes se metan en problemas, pero tampoco debe volcarse en exceso y descuidar los estudios.
—Pero, ¿no eres tú el primero que ha tenido problemas con la ley y que no ha querido ir a la universidad? —replicó, todavía confusa, después de unos segundos en silencio.
—Sí, pero fueron problemas tontos, sin importancia, y tampoco me va mal con mi trabajo —Joe se preguntó cómo se habría enterado ______ de aquello—. El entrenador del grupo dice que soy el ejemplo perfecto de cómo un chico malo puede convertirse en bueno.
______ asintió lentamente, como si no terminara de estar convencida. Luego desvió la mirada y se dispuso a alejarse de Joe.
—Bueno, disfruta del partido —se despidió.
—No hace falta que te vayas tan rápido —la detuvo Joe, sorprendido por aquel desplante—. ¿Qué ha sido de tus modales, señorita ______?
—¿Mis modales? —repitió abriendo mucho los ojos. Respiró profundo y elevó la barbilla—. Creo que eres tú quien me debe una disculpa; aunque imagino que no estás muy acostumbrado a decir «perdón» o «lo siento» —añadió, sin permitir que Joe la interrumpiera.
—¿Una disculpa? —dijo Joe, confundido—. ¿Por qué diablos te debo una disculpa?
—¿Por qué? —______ miró a su alrededor y superó la vergüenza de discutir en público—. Porque diste por sentado un detalle importante.
—¿Y qué di por sentado exactamente? —preguntó Joe, que tuvo que realizar un gran esfuerzo por no comentarle lo guapa y sexy que estaba cuando se enfadaba.
—Diste por sentado que yo querría vivir feliz y comer perdices contigo para siempre. Pues te diré algo, señor… —denegó con la cabeza, como si estuviera tan disgustada que ni siquiera pudiera recordar su nombre.
—Señor Palmer —la ayudó Joe, el cual, más allá de la indignación de ésta, notó una veta de dolor en los ojos de ______ que lo desgarró.
—Señor del Baloncesto —corrigió ella—. Yo ya he tenido mi cuento de hadas y no terminó felizmente; de modo que no estoy buscando ningún final feliz con ningún hombre en estos momentos. Y mucho menos contigo.
Se dio media vuelta y Joe la siguió, pasando por alto el tono despectivo con que había dicho lo de «señor del Baloncesto». Le dio alcance cuando ya estaba saliendo de la cancha del gimnasio.
—Espera —dijo él.
—No pienso hablar contigo. Me has insultado. Me debes una disculpa y sé que eres el tipo de hombre incapaz de admitir que se ha equivocado.
—______ —insistió Joe, tratando de controlar su genio—, creo que me malinterpretaste. Yo…
—No, no te malinterpreté —lo interrumpió, sin dejar de andar—. Y no pienso hablar contigo.
—Por supuesto que sí —aceleró el paso para amoldarse al de ______.
—No. Voy a un sitio donde ni siquiera tú puedes entrar.
—¿Dónde, si puede saberse?
—Al servicio de mujeres —contestó, dándole casi con la puerta en las narices.
Joe colocó las manos sobre las caderas y respiró profundamente. Aquella conversación había sido intolerable. Su relación, si es que podía llamarse así, era intolerable. Ella no era la clase de mujer con la que estaba acostumbrado a verse; era demasiado vulnerable y emotiva.
Odiaba la idea de hacerle daño. Por eso la había advertido la noche anterior. No tenía nada que ver con que estuviera confundido sobre lo que sentía hacia ella.
Joe maldijo. Le disgustaba reconocerlo, pero ______ tenía razón en algunas cosas. Por otra parte, se equivocaba en otras, y él se lo iba a demostrar. Para empezar, eso de que no podía entrar en el servicio de mujeres era una estupidez.
Abrió la puerta y anunció su presencia para avisar al resto de las mujeres, aunque sólo había una, aparte de ______, y se marchó en seguida.
—¿Te has vuelto loco? —le preguntó ésta, mirándolo a través del espejo—. Se supone que no puedes entrar aquí. Es el servicio de mujeres.
—No es la primera vez —dijo Joe.
—Por favor, no quiero oír nada más —aseguró ______, cerrando los ojos.
—Claro que quieres. Atenta: siento haberme comportado como un imbécil.
—¿Cómo dices? —abrió los ojos, asombrada.
—Típico de las mujeres: no basta con decir las cosas una sola vez; hay que repetirlas. Por última vez —suspiró—, siento haberme comportado como un imbécil.
—Tenemos que salir de aquí —murmuró después de unos segundos en los que pareció bella y asombradamente desconcertada, incapaz de articular palabra.
______ salió del servicio y Joe le sujetó la puerta a una mujer que entraba en esos momentos, la cual le dio las gracias con cierto rubor.
—Ahora tienes que cumplir tu parte del trato —le dijo Joe, ya en el exterior.
—¿Cuál es mi parte del trato?
—Tienes que hablar conmigo —respondió Joe.
—De acuerdo —contestó después de vacilar unos segundos.
Joe estaba siguiendo sus instintos; instintos que podían ser muy peligrosos. Pero la deseaba por encima de todas las cosas.
—Te doy una vuelta en moto hasta la heladería.
—No estoy vestida…
—¿Para que te secuestre? —atajó Joe, adelantándose a la negativa de ella. De nuevo sintió una excitación incomparable. Se preguntaba cómo era posible que una mujer tan fina pudiera resultarle tan provocativa. Y estaba decidido a encontrar la respuesta.
—Para montar en moto —matizó ______.
—Valiente excusa.
—Además, estamos en noviembre. Hace demasiado frío para tomar helados.
—Más excusas de cobardica.
—Le prometí a Jerry que vería el partido.
—De acuerdo —concedió Joe, aunque no estaba dispuesto a darse por vencido—. Iremos luego.
—¿Qué quieres? —le preguntó Joe.
Todavía no podía creerse que él le hubiera pedido disculpas. Al mirar el mostrador con los distintos sabores de la heladería, le entró un escalofrío.
—Una taza de chocolate caliente y un baño más caliente todavía —respondió.
Joe sonrió y la miró de arriba abajo.
—El vestido es bonito, pero es demasiado fino. Es normal que estés congelada —frotó sus manos contra los brazos de ______, para darle calor.
—Ya te dije que no iba vestida para montar en moto.
—Hola, Joe —lo saludó el camarero de la heladería—, ¿no estarás asaltando a mis clientes?
—No. Y deberías darme las gracias. Estoy usando mi influencia para traerte nuevos clientes.
—Influencia… —repitió en voz baja y queda ______.
¿Qué tipo de locura se apoderaba de ella cada vez que estaba junto a Joe? ¿Por qué se había congelado de frío para acompañarlo a tomar un helado? Cada vez que pensaba que ya lo había calado, Joe hacía algo que la despistaba y le ofrecía una nueva perspectiva de su personalidad. Cada vez que intentaba convencerse de que no merecía la pena seguir con aquella relación, Joe hacía algo diferente que despertaba su curiosidad de nuevo.
Había llegado a la conclusión de que era un hombre egoísta e insensible; pero le había pedido disculpas. Había pensado que no sería atento; pero, incluso en esos momentos, estaba intentando calentarla. El corazón de ______ latió a un ritmo desenfrenado.
—Tienes razón: te he torturado —dijo Joe, cubriéndole la fría nariz con los dedos—. Déjame que te compense. ¿Qué quieres?
—Algo caliente. Algo muy, muy caliente.
—Eso lo puedo arreglar yo solo —esbozó una sonrisa sexy y le dio un beso fugaz en los labios.
—¡Joe! —una mujer lo llamó, sorprendida y complacida a partes iguales.
—Maddie —dijo él, después de darse la vuelta—. ¿Qué haces aquí?
Una mujer atractiva, pelirroja y de ojos marrones avanzó hacia ellos con curiosidad.
—Iba de camino a casa y decidí comprar un poco de helado para Davey y Joshua —Maddie sonrió y escudriñó a ______ con la mirada—. Preséntanos —le ordenó a su hermano.
—______ —arrancó Joe, tras dar un suspiro—, mi hermana, Maddie.
—Encantada de conocerte —dijo la primera.
—Lo mismo digo —Maddie estrechó la mano de ______ efusivamente—. Por lo general, no suelo tener la oportunidad de conocer a…
Joe carraspeó y lanzó una mirada amenazante a Maddie.
—A las amigas de Joe —corrigió la hermana sobre la marcha—. Está tan ocupado que nunca encontramos el momento para salir todos juntos… ¿Hace cuánto os conocéis?
______ miró a Joe, el cual daba la impresión de querer que la tierra se lo tragara.
—No mucho —respondió—. Joe me está enseñando a montar en moto. Es algo que siempre he querido aprender.
—¿De veras? —preguntó Maddie, después de mirar el vestido de ______.
—Bueno, hoy no —dijo ______—. Simplemente nos hemos encontrado en el partido de baloncesto del equipo de Salem. Doy clases de Historia en la universidad.
—Así que eres profesora de Historia —repitió Maddie, que no podía creerse lo que acababa de oír. Miró de reojo a Joe, como pidiéndole una explicación.
—Sí —insistió ______, la cual intuyó que a Joe no le gustaba hablarle a su hermana de sus relaciones—. ¿Te licenciaste en esta universidad? —añadió.
—No. Dejé los estudios después del instituto; aunque hace tiempo que quiero apuntarme a algún curso en la universidad —Maddie miró el reloj—. Oye, no tengo que volver a casa inmediatamente y me encantaría quedarme un rato con vosotros, haciéndoos compañía. No os importa, ¿verdad? —añadió, mirando a Joe.
Joe emitió un extraño sonido y, de pronto, ______ notó que las miradas de ambos hermanos se clavaban en ella. Incómoda, se encogió de hombros y se dirigió a Joe.
—A mí no me importa que…
—Genial —atajó Maddie al instante.
Durante la siguiente media hora, Maddie trató a ______ amigablemente. Se mostró amable cuando se enteró del fallecimiento del esposo de ésta y expresó su admiración por su trabajo como profesora. Luego los entretuvo con diversas anécdotas de la infancia de Joe, cuya expresión era casi la de quien está siendo sometido a una tortura china. Para cuando Maddie concluyó, ______ ya había oído unos cuantos pasajes del pasado de Joe.
Disfuten el cap
Se quedó asombradísimo al ver a ______ entre el público que asistía al partido de baloncesto de pretemporada entre la Universidad de Salem y Randolph Macon. Llevaba una blusa muy femenina con un vestido que cubría justo hasta debajo de las rodillas, zapatos planos, y su indómito pelo, recogido por detrás.
Era muy sencillo recordar lo bien que se había sentido rozándola; demasiado sencillo recordar lo mucho que había deseado poseerla allí mismo, sobre la silla de su salón. Pero Joe sabía que ella no estaba a su alcance. Por eso no había vuelto a verla ni a llamarla.
Se dijo que podía dejar de mirarla si quería, pero no lo logró. ______ seguía el partido con los ojos bien abiertos. Había en esa mujer una mezcla de dulzura y fuego contenido que lo atraía. Sintió un calambre extraño al verla de pie, festejando una de las canastas.
Pensó que la evitaría, como lo había hecho durante las anteriores dos semanas; pero el destino quiso que ______ mirara hacia él… un segundo. Luego desvió los ojos hacia otra parte, adrede. Joe sintió una mezcla de irritación y diversión al mismo tiempo. De alguna manera, acababan de darle calabazas.
Joe supuso que el comportamiento socialmente aceptado sería no hacerse caso el uno al otro. Sin embargo, en sus veintinueve años de existencia sobre el planeta, rara vez había optado por ese tipo de comportamiento. Se levantó de su asiento y se dirigió hacia ella.
—No sabía que fueras amante del baloncesto —le dijo al acercársela.
—No lo soy —respondió sin dejar de mirar a la cancha—. Pero tengo un alumno con una beca de baloncesto que necesitaba un poco de apoyo. Acordamos que él revisaría un trabajo de Historia si yo iba a verlo jugar un partido de baloncesto.
—¿Por hacer una cosa al día que te asuste? —quiso saber Joe.
—Mirar no me da miedo. Jugar sería distinto.
Entonces llegaron al descanso del partido y ______ saludó a uno de los jugadores, el cual devolvió el saludo tanto a ésta como a Joe.
—Es Jerry —dijo él—. Es uno de mis chicos.
—¿Tus chicos? —repitió ______, ahora sí, mirándolo.
—Sí —Joe se encogió de hombros—. Echo un partidillo de baloncesto todas las semanas con algunos chavales de la Liga Junior. Jerry es uno de los mejores.
—Es el que tiene que revisar el trabajo de Historia —comentó ______, confundida—. ¿Y juegas con él al baloncesto?
—Sí, y ya le he advertido sobre los riesgos de tomar malas decisiones. Jugar en la Liga Junior es una forma de evitar que los jóvenes se metan en problemas, pero tampoco debe volcarse en exceso y descuidar los estudios.
—Pero, ¿no eres tú el primero que ha tenido problemas con la ley y que no ha querido ir a la universidad? —replicó, todavía confusa, después de unos segundos en silencio.
—Sí, pero fueron problemas tontos, sin importancia, y tampoco me va mal con mi trabajo —Joe se preguntó cómo se habría enterado ______ de aquello—. El entrenador del grupo dice que soy el ejemplo perfecto de cómo un chico malo puede convertirse en bueno.
______ asintió lentamente, como si no terminara de estar convencida. Luego desvió la mirada y se dispuso a alejarse de Joe.
—Bueno, disfruta del partido —se despidió.
—No hace falta que te vayas tan rápido —la detuvo Joe, sorprendido por aquel desplante—. ¿Qué ha sido de tus modales, señorita ______?
—¿Mis modales? —repitió abriendo mucho los ojos. Respiró profundo y elevó la barbilla—. Creo que eres tú quien me debe una disculpa; aunque imagino que no estás muy acostumbrado a decir «perdón» o «lo siento» —añadió, sin permitir que Joe la interrumpiera.
—¿Una disculpa? —dijo Joe, confundido—. ¿Por qué diablos te debo una disculpa?
—¿Por qué? —______ miró a su alrededor y superó la vergüenza de discutir en público—. Porque diste por sentado un detalle importante.
—¿Y qué di por sentado exactamente? —preguntó Joe, que tuvo que realizar un gran esfuerzo por no comentarle lo guapa y sexy que estaba cuando se enfadaba.
—Diste por sentado que yo querría vivir feliz y comer perdices contigo para siempre. Pues te diré algo, señor… —denegó con la cabeza, como si estuviera tan disgustada que ni siquiera pudiera recordar su nombre.
—Señor Palmer —la ayudó Joe, el cual, más allá de la indignación de ésta, notó una veta de dolor en los ojos de ______ que lo desgarró.
—Señor del Baloncesto —corrigió ella—. Yo ya he tenido mi cuento de hadas y no terminó felizmente; de modo que no estoy buscando ningún final feliz con ningún hombre en estos momentos. Y mucho menos contigo.
Se dio media vuelta y Joe la siguió, pasando por alto el tono despectivo con que había dicho lo de «señor del Baloncesto». Le dio alcance cuando ya estaba saliendo de la cancha del gimnasio.
—Espera —dijo él.
—No pienso hablar contigo. Me has insultado. Me debes una disculpa y sé que eres el tipo de hombre incapaz de admitir que se ha equivocado.
—______ —insistió Joe, tratando de controlar su genio—, creo que me malinterpretaste. Yo…
—No, no te malinterpreté —lo interrumpió, sin dejar de andar—. Y no pienso hablar contigo.
—Por supuesto que sí —aceleró el paso para amoldarse al de ______.
—No. Voy a un sitio donde ni siquiera tú puedes entrar.
—¿Dónde, si puede saberse?
—Al servicio de mujeres —contestó, dándole casi con la puerta en las narices.
Joe colocó las manos sobre las caderas y respiró profundamente. Aquella conversación había sido intolerable. Su relación, si es que podía llamarse así, era intolerable. Ella no era la clase de mujer con la que estaba acostumbrado a verse; era demasiado vulnerable y emotiva.
Odiaba la idea de hacerle daño. Por eso la había advertido la noche anterior. No tenía nada que ver con que estuviera confundido sobre lo que sentía hacia ella.
Joe maldijo. Le disgustaba reconocerlo, pero ______ tenía razón en algunas cosas. Por otra parte, se equivocaba en otras, y él se lo iba a demostrar. Para empezar, eso de que no podía entrar en el servicio de mujeres era una estupidez.
Abrió la puerta y anunció su presencia para avisar al resto de las mujeres, aunque sólo había una, aparte de ______, y se marchó en seguida.
—¿Te has vuelto loco? —le preguntó ésta, mirándolo a través del espejo—. Se supone que no puedes entrar aquí. Es el servicio de mujeres.
—No es la primera vez —dijo Joe.
—Por favor, no quiero oír nada más —aseguró ______, cerrando los ojos.
—Claro que quieres. Atenta: siento haberme comportado como un imbécil.
—¿Cómo dices? —abrió los ojos, asombrada.
—Típico de las mujeres: no basta con decir las cosas una sola vez; hay que repetirlas. Por última vez —suspiró—, siento haberme comportado como un imbécil.
—Tenemos que salir de aquí —murmuró después de unos segundos en los que pareció bella y asombradamente desconcertada, incapaz de articular palabra.
______ salió del servicio y Joe le sujetó la puerta a una mujer que entraba en esos momentos, la cual le dio las gracias con cierto rubor.
—Ahora tienes que cumplir tu parte del trato —le dijo Joe, ya en el exterior.
—¿Cuál es mi parte del trato?
—Tienes que hablar conmigo —respondió Joe.
—De acuerdo —contestó después de vacilar unos segundos.
Joe estaba siguiendo sus instintos; instintos que podían ser muy peligrosos. Pero la deseaba por encima de todas las cosas.
—Te doy una vuelta en moto hasta la heladería.
—No estoy vestida…
—¿Para que te secuestre? —atajó Joe, adelantándose a la negativa de ella. De nuevo sintió una excitación incomparable. Se preguntaba cómo era posible que una mujer tan fina pudiera resultarle tan provocativa. Y estaba decidido a encontrar la respuesta.
—Para montar en moto —matizó ______.
—Valiente excusa.
—Además, estamos en noviembre. Hace demasiado frío para tomar helados.
—Más excusas de cobardica.
—Le prometí a Jerry que vería el partido.
—De acuerdo —concedió Joe, aunque no estaba dispuesto a darse por vencido—. Iremos luego.
—¿Qué quieres? —le preguntó Joe.
Todavía no podía creerse que él le hubiera pedido disculpas. Al mirar el mostrador con los distintos sabores de la heladería, le entró un escalofrío.
—Una taza de chocolate caliente y un baño más caliente todavía —respondió.
Joe sonrió y la miró de arriba abajo.
—El vestido es bonito, pero es demasiado fino. Es normal que estés congelada —frotó sus manos contra los brazos de ______, para darle calor.
—Ya te dije que no iba vestida para montar en moto.
—Hola, Joe —lo saludó el camarero de la heladería—, ¿no estarás asaltando a mis clientes?
—No. Y deberías darme las gracias. Estoy usando mi influencia para traerte nuevos clientes.
—Influencia… —repitió en voz baja y queda ______.
¿Qué tipo de locura se apoderaba de ella cada vez que estaba junto a Joe? ¿Por qué se había congelado de frío para acompañarlo a tomar un helado? Cada vez que pensaba que ya lo había calado, Joe hacía algo que la despistaba y le ofrecía una nueva perspectiva de su personalidad. Cada vez que intentaba convencerse de que no merecía la pena seguir con aquella relación, Joe hacía algo diferente que despertaba su curiosidad de nuevo.
Había llegado a la conclusión de que era un hombre egoísta e insensible; pero le había pedido disculpas. Había pensado que no sería atento; pero, incluso en esos momentos, estaba intentando calentarla. El corazón de ______ latió a un ritmo desenfrenado.
—Tienes razón: te he torturado —dijo Joe, cubriéndole la fría nariz con los dedos—. Déjame que te compense. ¿Qué quieres?
—Algo caliente. Algo muy, muy caliente.
—Eso lo puedo arreglar yo solo —esbozó una sonrisa sexy y le dio un beso fugaz en los labios.
—¡Joe! —una mujer lo llamó, sorprendida y complacida a partes iguales.
—Maddie —dijo él, después de darse la vuelta—. ¿Qué haces aquí?
Una mujer atractiva, pelirroja y de ojos marrones avanzó hacia ellos con curiosidad.
—Iba de camino a casa y decidí comprar un poco de helado para Davey y Joshua —Maddie sonrió y escudriñó a ______ con la mirada—. Preséntanos —le ordenó a su hermano.
—______ —arrancó Joe, tras dar un suspiro—, mi hermana, Maddie.
—Encantada de conocerte —dijo la primera.
—Lo mismo digo —Maddie estrechó la mano de ______ efusivamente—. Por lo general, no suelo tener la oportunidad de conocer a…
Joe carraspeó y lanzó una mirada amenazante a Maddie.
—A las amigas de Joe —corrigió la hermana sobre la marcha—. Está tan ocupado que nunca encontramos el momento para salir todos juntos… ¿Hace cuánto os conocéis?
______ miró a Joe, el cual daba la impresión de querer que la tierra se lo tragara.
—No mucho —respondió—. Joe me está enseñando a montar en moto. Es algo que siempre he querido aprender.
—¿De veras? —preguntó Maddie, después de mirar el vestido de ______.
—Bueno, hoy no —dijo ______—. Simplemente nos hemos encontrado en el partido de baloncesto del equipo de Salem. Doy clases de Historia en la universidad.
—Así que eres profesora de Historia —repitió Maddie, que no podía creerse lo que acababa de oír. Miró de reojo a Joe, como pidiéndole una explicación.
—Sí —insistió ______, la cual intuyó que a Joe no le gustaba hablarle a su hermana de sus relaciones—. ¿Te licenciaste en esta universidad? —añadió.
—No. Dejé los estudios después del instituto; aunque hace tiempo que quiero apuntarme a algún curso en la universidad —Maddie miró el reloj—. Oye, no tengo que volver a casa inmediatamente y me encantaría quedarme un rato con vosotros, haciéndoos compañía. No os importa, ¿verdad? —añadió, mirando a Joe.
Joe emitió un extraño sonido y, de pronto, ______ notó que las miradas de ambos hermanos se clavaban en ella. Incómoda, se encogió de hombros y se dirigió a Joe.
—A mí no me importa que…
—Genial —atajó Maddie al instante.
Durante la siguiente media hora, Maddie trató a ______ amigablemente. Se mostró amable cuando se enteró del fallecimiento del esposo de ésta y expresó su admiración por su trabajo como profesora. Luego los entretuvo con diversas anécdotas de la infancia de Joe, cuya expresión era casi la de quien está siendo sometido a una tortura china. Para cuando Maddie concluyó, ______ ya había oído unos cuantos pasajes del pasado de Joe.
Disfuten el cap
Nani Jonas
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