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"Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
COSA HERMOSA JOE
SI FUEEE
PERO ESE DECANO ASHHH LO MATO¡¡¡¡
SI FUEEE
PERO ESE DECANO ASHHH LO MATO¡¡¡¡
berenice_89
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
lamento mucho la tardanza chicas esqe estoy enferma y la verdad me siento fatal por eso no habia subido aqi les dejo otro cap espero les guste
Capitulo 20
—Maldito idiota —murmuró mientras bajaban del coche, hacia el porche de la casa.
—¿Cómo dices? —preguntó Joe.
—Nada —respondió ______—. ¿Qué quieres de beber?
—Estás enfadada por lo que dijo el decano al despedirnos —adivinó Joe, el cual le agarró una mano y la sentó junto a él en el sofá—. Ya te dije que…
—No se te ocurra decirme «ya te dije que» nada. En general, casi toda la velada fue mejor incluso de lo que me esperaba; y no digamos de lo que tú te esperabas.
—Ya —dijo Joe en un tono neutro mientras asentía y la colocaba sobre su regazo.
—Los has dejado fascinados —dijo ______.
—Eso es exagerar un poco, ¿no te parece? —replicó Joe, mirándola con una ligera incredulidad.
—Bueno, pero les has caído bien.
—No te des cabezazos contra la pared, cariño —Joe apoyó la frente sobre la de ella—. No nos ven mucho futuro como pareja.
______ pensó durante un largo segundo en lo que Joe acababa de decir. Ella quería que todo el mundo supiera lo increíble que era Joe. Quería que todos vieran la buena pareja que hacían; pero lo que Joe pensaba era mucho más importante para ella.
—¿Y tú qué ves, Joe?
—Yo veo a una mujer preciosa, por fuera y por dentro —sonrió, le acarició una mejilla y luego bajó por el cuello, la cadera, la cintura y se posó sobre un muslo—. Veo un vestido maravilloso que te vas a quitar dentro de nada… Veo a una mujer peligrosa —añadió después de una breve pausa, con expresión seria.
—Yo no soy peligrosa —dijo ______, sorprendida y conmovida, con un nudo de emoción en la garganta.
—Para mí sí lo eres.
***
—Joe nació en diciembre —informó Maddie a ______, mientras hablaban por teléfono—. Pobre, con eso de que está tan cerca de navidades, nunca se celebraba mucho su cumpleaños. Como mis padres están pensando en hacer un crucero durante estas fiestas, había pensado en organizar una cena para él en mi casa, el día anterior a la víspera de Navidad. ¿Te apuntas?
______ recordó el recelo de Joe a que ambos compartieran sus respectivos mundos y sintió un latigazo de dolor:
—Me encantaría, pero… —dobló el cordón del teléfono, sin saber muy bien qué excusa poner.
—¿Estás ocupada?
—No, pero…
—Seguís saliendo juntos, ¿verdad?
—Sí, pero…
—Entonces vienes —zanjó Maddie con alegría.
—Puede que Joe prefiera que fuese una fiesta exclusivamente familiar —replicó ______, después de tragarse un suspiro, batallando entre sus ganas de acudir a la celebración y su intención de respetar los deseos de Joe— y como es su cumpleaños…
—Nunca se ha comportado de una forma tan rara antes —comentó Maddie—. Es verdad que siempre le ha gustado llevar muy en privado su vida amorosa; pero contigo es como si se tratara de un caso secreto de espionaje y tú fueras el presidente, al que hay que proteger de todo. ¿Te gustaría venir si lo aclaro antes con él?
—Por supuesto…
—Entonces le diré que te he invitado —afirmó Maddie con decisión—. Quedamos para el día anterior a la víspera de Navidad. Nos vemos.
______ intentó contestar, pero Maddie ya había colgado cuando fue a articular palabra. Colocó el auricular sobre el teléfono y se hundió en una silla. César saltó sobre su regazo y elevó la cabeza pidiéndole que lo acariciara. ______ sonrió: seguro que él no tenía tantas preocupaciones y se sentía un gato especial y querido.
Claro que Joe Palmer, sin duda, también era muy especial. Cada día que pasaba, mayores eran los deseos de ______ de estar con él más y más tiempo. Era de locos, pero hasta la molestaba tener que despedirse de él cuando Joe se marchaba a su casa por la noche. Se preguntó si él sentiría la misma frustración. Desde la carrera de motos para la beneficencia, no había vuelto a decir nada de que aquella relación fuera temporal o pasajera.
______ nunca había sentido algo tan fuerte por su difunto esposo. Y ser consciente de eso la hacía sentirse culpable en algunas ocasiones. Después de todo, Charles y ella se habían hecho promesas para compartir toda su vida, juntos.
El último año, sin embargo, había cambiado a ______ y eso se reflejaba en su aspecto, en su casa y hasta en el trabajo. Se sonrió cuando pensó en una tarea que había puesto recientemente en la clase de Historia. Sus alumnos tenían que escribir un ensayo acerca de alguna mujer que hubiera realizado alguna contribución importante a la Historia de Estados Unidos. Algunos de los chicos habían protestado, pero ella había disfrutado con aquella oportunidad de fisgonear en lo que aquellas cabecitas pensaban. Y había quedado más que satisfecha con los resultados.
Nada que ver con los anteriores años, en los que ______ siempre había llevado las clases de acuerdo a lo establecido, sin salirse un milímetro de la norma. Le había parecido más seguro. Ahora, en cambio, estaba aprendiendo, poco a poco, a desarrollar su propia creatividad y a gozar de ésta.
Con Joe se sentía más viva y más contenta consigo misma. Más que nunca en toda su vida. Él hacía que cada día fuese una aventura. Él suponía un estímulo, un reto para ella. Él le regalaba naranjas y la animaba a que creciera como persona autónoma.
Esos pensamientos eran placenteros, pero ______ sentía una especie de corriente subterránea de algo que olía y sabía a miedo. Era un sentimiento punzante que emergía a la superficie de vez en cuando, como si algo no fuera bien… Más que nada, era el hecho de que Joe nunca le había dicho con palabras que la amaba. Le había demostrado su amor hacia ella de muchas maneras, pero nunca lo había expresado en voz alta.
Pero daba igual. Ella no necesitaba que la tranquilizara con palabras, para saber que lo que compartía con Joe era una relación muy especial… trató de convencerse. También se dijo que no era una mujer tan convencional como para tener que acabar casándose. Seguro que era mucho más abierta que todo eso… ¿o no?
Chicas ya solamente qedan 4 capitulos para qe termine la nove
Capitulo 20
—Maldito idiota —murmuró mientras bajaban del coche, hacia el porche de la casa.
—¿Cómo dices? —preguntó Joe.
—Nada —respondió ______—. ¿Qué quieres de beber?
—Estás enfadada por lo que dijo el decano al despedirnos —adivinó Joe, el cual le agarró una mano y la sentó junto a él en el sofá—. Ya te dije que…
—No se te ocurra decirme «ya te dije que» nada. En general, casi toda la velada fue mejor incluso de lo que me esperaba; y no digamos de lo que tú te esperabas.
—Ya —dijo Joe en un tono neutro mientras asentía y la colocaba sobre su regazo.
—Los has dejado fascinados —dijo ______.
—Eso es exagerar un poco, ¿no te parece? —replicó Joe, mirándola con una ligera incredulidad.
—Bueno, pero les has caído bien.
—No te des cabezazos contra la pared, cariño —Joe apoyó la frente sobre la de ella—. No nos ven mucho futuro como pareja.
______ pensó durante un largo segundo en lo que Joe acababa de decir. Ella quería que todo el mundo supiera lo increíble que era Joe. Quería que todos vieran la buena pareja que hacían; pero lo que Joe pensaba era mucho más importante para ella.
—¿Y tú qué ves, Joe?
—Yo veo a una mujer preciosa, por fuera y por dentro —sonrió, le acarició una mejilla y luego bajó por el cuello, la cadera, la cintura y se posó sobre un muslo—. Veo un vestido maravilloso que te vas a quitar dentro de nada… Veo a una mujer peligrosa —añadió después de una breve pausa, con expresión seria.
—Yo no soy peligrosa —dijo ______, sorprendida y conmovida, con un nudo de emoción en la garganta.
—Para mí sí lo eres.
***
—Joe nació en diciembre —informó Maddie a ______, mientras hablaban por teléfono—. Pobre, con eso de que está tan cerca de navidades, nunca se celebraba mucho su cumpleaños. Como mis padres están pensando en hacer un crucero durante estas fiestas, había pensado en organizar una cena para él en mi casa, el día anterior a la víspera de Navidad. ¿Te apuntas?
______ recordó el recelo de Joe a que ambos compartieran sus respectivos mundos y sintió un latigazo de dolor:
—Me encantaría, pero… —dobló el cordón del teléfono, sin saber muy bien qué excusa poner.
—¿Estás ocupada?
—No, pero…
—Seguís saliendo juntos, ¿verdad?
—Sí, pero…
—Entonces vienes —zanjó Maddie con alegría.
—Puede que Joe prefiera que fuese una fiesta exclusivamente familiar —replicó ______, después de tragarse un suspiro, batallando entre sus ganas de acudir a la celebración y su intención de respetar los deseos de Joe— y como es su cumpleaños…
—Nunca se ha comportado de una forma tan rara antes —comentó Maddie—. Es verdad que siempre le ha gustado llevar muy en privado su vida amorosa; pero contigo es como si se tratara de un caso secreto de espionaje y tú fueras el presidente, al que hay que proteger de todo. ¿Te gustaría venir si lo aclaro antes con él?
—Por supuesto…
—Entonces le diré que te he invitado —afirmó Maddie con decisión—. Quedamos para el día anterior a la víspera de Navidad. Nos vemos.
______ intentó contestar, pero Maddie ya había colgado cuando fue a articular palabra. Colocó el auricular sobre el teléfono y se hundió en una silla. César saltó sobre su regazo y elevó la cabeza pidiéndole que lo acariciara. ______ sonrió: seguro que él no tenía tantas preocupaciones y se sentía un gato especial y querido.
Claro que Joe Palmer, sin duda, también era muy especial. Cada día que pasaba, mayores eran los deseos de ______ de estar con él más y más tiempo. Era de locos, pero hasta la molestaba tener que despedirse de él cuando Joe se marchaba a su casa por la noche. Se preguntó si él sentiría la misma frustración. Desde la carrera de motos para la beneficencia, no había vuelto a decir nada de que aquella relación fuera temporal o pasajera.
______ nunca había sentido algo tan fuerte por su difunto esposo. Y ser consciente de eso la hacía sentirse culpable en algunas ocasiones. Después de todo, Charles y ella se habían hecho promesas para compartir toda su vida, juntos.
El último año, sin embargo, había cambiado a ______ y eso se reflejaba en su aspecto, en su casa y hasta en el trabajo. Se sonrió cuando pensó en una tarea que había puesto recientemente en la clase de Historia. Sus alumnos tenían que escribir un ensayo acerca de alguna mujer que hubiera realizado alguna contribución importante a la Historia de Estados Unidos. Algunos de los chicos habían protestado, pero ella había disfrutado con aquella oportunidad de fisgonear en lo que aquellas cabecitas pensaban. Y había quedado más que satisfecha con los resultados.
Nada que ver con los anteriores años, en los que ______ siempre había llevado las clases de acuerdo a lo establecido, sin salirse un milímetro de la norma. Le había parecido más seguro. Ahora, en cambio, estaba aprendiendo, poco a poco, a desarrollar su propia creatividad y a gozar de ésta.
Con Joe se sentía más viva y más contenta consigo misma. Más que nunca en toda su vida. Él hacía que cada día fuese una aventura. Él suponía un estímulo, un reto para ella. Él le regalaba naranjas y la animaba a que creciera como persona autónoma.
Esos pensamientos eran placenteros, pero ______ sentía una especie de corriente subterránea de algo que olía y sabía a miedo. Era un sentimiento punzante que emergía a la superficie de vez en cuando, como si algo no fuera bien… Más que nada, era el hecho de que Joe nunca le había dicho con palabras que la amaba. Le había demostrado su amor hacia ella de muchas maneras, pero nunca lo había expresado en voz alta.
Pero daba igual. Ella no necesitaba que la tranquilizara con palabras, para saber que lo que compartía con Joe era una relación muy especial… trató de convencerse. También se dijo que no era una mujer tan convencional como para tener que acabar casándose. Seguro que era mucho más abierta que todo eso… ¿o no?
Chicas ya solamente qedan 4 capitulos para qe termine la nove
Nani Jonas
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
que ira a decir Joe de q la rayis vaya a su cumpleaños y ademas esten todos sus amigos...ya quiero saberlo
tienes que seguirla yaaaaaaaaaaaaa
tienes que seguirla yaaaaaaaaaaaaa
Julieta♥
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
awww mi Joe es tan lindo
Ya se va a acabar?? Nooo que tristeza
Siguela!!!
Ya se va a acabar?? Nooo que tristeza
Siguela!!!
aranzhitha
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
Waaaaaaaa en serio ha acabaraa!!
Ahhhhhhhh quiero leer mas
Y ojalá te recuperes pronto :)
Ahhhhhhhh quiero leer mas
Y ojalá te recuperes pronto :)
Karli Jonas
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
Capítulo 21
Maddie, su esposo Joshua y Davey saludaron a ______ y a Joe desde la puerta delantera de la casa.
—¡Felicidades, tío Joe! —gritó Davey al tiempo que corría a enredarse entre las piernas de éste—. Mamá dice que cumples treinta años. ¡Qué mayor eres!
______ rió ante la expresión desconcertada que vio en la cara de Joe.
—Antes de que te des cuenta —le dijo a éste—, te tomará por un anciano y te intentará quitar la Harley.
—De eso nada —intervino un joven que estaba justo al otro lado de la puerta—. La Harley la vi yo antes. Felicidades, hombre mayor —se burló.
—Tú ríete; pero de mí no conseguirás ni una Vespa de tres al cuarto —Joe le dio un abrazo al joven y luego se giró hacia ______—. Éste es Patrick, el hijo de Joshua. Se ha escapado de su universidad para venir a casa.
—También es mío —apuntó Maddie.
—Mientras ella cocine, soy todo suyo —comentó Patrick.
—Mi hijo se guía sólo por el estómago —dijo Joshua, fingiendo disgustarse.
El grupo intercambió saludos amigables durante un rato y, aunque _______ necesitó un par de explicaciones, al final se enteró de que Joshua se había casado con Maddie unos pocos años después de que ésta diera a luz a Davey, y que Patrick era el resultado de una relación anterior entre Joshua y otra mujer. A juzgar por el cariño tan natural y espontáneo que se tenían, nadie habría pensado que no compartían la misma sangre.
Todos se apresuraron a abrazar a ______ para darle una cálida bienvenida y se mostraron curiosos e hicieron bromas sobre ella y Joe, hasta hacerla sentir que era parte imprescindible de esa celebración tan especial. Sin separarse nunca mucho de su lado, Joe le rozaba la parte trasera de la cintura o, en ocasiones, le agarraba una mano. Su proximidad le servía de recordatorio de que sus sentimientos hacia él se hacían más intensos segundo a segundo. Si no tenía cuidado, podría acabar deseando algo más, mucho más de lo que él estaría dispuesto a darle jamás.
Los hombres se encargaron de preparar la cena: unas costillas con patatas asadas, deliciosamente preparadas. ______ felicitó a los cocineros y éstos aceptaron con una sonrisa de sincero agradecimiento.
—Y ahora el postre —dijo Maddie mientras traía una tarta de chocolate, encendida con treinta velas—. No tenía pensado ponerle tantas velas, pero Davey insistió y no me quedó más remedio. He llamado a los bomberos para que estén alertas… por si acaso —añadió con ironía.
Después de cantarle un Cumpleaños Feliz ligeramente desafinado, llegó el momento de pedir un deseo y apagar las velas.
—Esperemos que no incendies la casa —bromeó Joshua.
—Ya ves tú quién habla. El joven del grupo —replicó Joe para devolverle la pulla.
—Sé bueno —intervino Maddie, esbozando una sonrisa inocente—. Joshua no tiene la culpa de ser el más viejo.
Éste le dio un cachete en el trasero juguetonamente y la sentó sobre su regazo.
—Venga, apaga las velas de una vez —le dijo a Joe.
Éste se encogió de hombros, cerró los ojos un momento y luego sopló con fuerza hasta no dejar ni una sola vela encendida.
______ habría cambiado un año de su vida por saber lo que Joe había deseado. Habría cambiado su casa por formar parte de su vida para siempre; por tener un lugar en su corazón para siempre. El pecho se le retorció al descubrir la intensidad de sus sentimientos hacia Joe, el cual no tardó en girarse hacia ella y darle un beso.
—¿Qué te pasa? —le preguntó él en voz baja, que había notado que ______ estaba a punto de echarse a llorar, de emocionada que estaba.
—Nada —pestañeó para evitar que le cayeran más lágrimas y denegó con la cabeza, sonriente—. Sólo que me alegro de estar aquí.
—Yo también —dijo él.
Y ______ contuvo la respiración al recibir la enloquecedora mirada que Joe le lanzó. Casi parecía que… Casi.
Después de que devoraran la tarta, Maddie condujo a todos hasta el salón.
—Para celebrar que mi hermano ha sobrevivido a un año más, y a que yo he sobrevivido siendo su hermana a pesar de su alocada, temeraria, testaruda…
—Nos hacemos una idea, Maddie —intervino Joshua, después de aclararse la garganta.
—En honor a ti —prosiguió ella, dirigiéndose a Joe y apuntando con un dedo hacia el televisor—, tengo el honor de presentar el vídeo «Vida y milagros de Joe Palmer».
La primera imagen que se vio era la de una niña pequeña, Maddie, sujetando en sus brazos a su hermano Joe cuando éste era un bebé. Parecía una escena muy entrañable, hasta que Joe empezó a berrear y Maddie se tapó los oídos con los dedos.
—¿Dónde has encontrado esto? —preguntó Joe.
—Mamá y papá me dieron total libertad para mirar los vídeos que grabaron cuando éramos pequeños.
—Genial —exclamó mortificado—. Perdona por hacerte pasar por esto, ______. No sabía que Maddie hubiera planeado convertirme en estrella de cine para la ocasión —añadió, dirigiéndose a aquélla.
—¡Si me parece perfecto! —exclamó ______, al tiempo que le daba un pellizquito en la mano—. Quiero verlo entero. Esto es mucho mejor que un viejo álbum de fotos.
Joe emitió un raro sonido de resignación, pero entrelazó los dedos con los de ella.
Un minuto más tarde, se veía a Joe, todavía un bebé, jugando con un cochecito de juguete. Luego aparecía gateando a toda velocidad con un tacataca.
—Ha sido así desde el principio —dijo Maddie—. Siempre le gustó todo lo que tuviera ruedas. Comenzó a ponernos los pelos de punta desde muy pequeñito, cuando se cayó por las escaleras con el tacataca. A mamá casi le da un infarto, pero cuando lo recogió, Joe estaba sonriendo tan campante.
______ degustó aquellas imágenes en las que se apreciaba la transformación de Joe, de bebé a niño, cuando montó en su primera bicicleta.
—Tendrías siempre las rodillas llenas de arañazos —le comentó al oído.
—Sí —asintió Joe—. Y también tenía muchos rasguños en los codos.
—No hay imágenes de cuando montabas con las ruedas pequeñas de apoyo —observó ______.
—Por supuesto que no. Ya te dije que eso era para…
—Cobardicas —se adelantó ______—. Y está claro que tú siempre has sido muy lanzado desde pequeñito —añadió.
Ver a Joe de pequeño fue un regalo para su imaginación y su corazón. Se preguntó si un hijo o una hija de éste se parecería a él; si sería tan intrépido y tan aficionado a las ruedas como él. ______ se permitió fantasear durante un par de segundos con la idea de ser ella la mujer que le daba un hijo. Era un deseo profundo y tuvo que respirar hondo para aliviar el dolor que le producía.
Entonces apareció un grupo de chavales con pinta de niños traviesos, delante de un árbol en el que habían construido una caseta.
—El Club de los Chicos Malos —dijo Joe mientras esbozaba una sonrisa nostálgica.
—El terror del barrio —añadió Maddie.
Después se vio a Joe, ya de adolescente, sobre su primera moto. Parecía tan orgulloso que a ______ le dio un vuelco el corazón.
—Y ahora vienen las mujeres —prosiguió Maddie, cuando apareció una chica rubia, de pelo largo, sentada con Joe en la moto—. ¿Recuerdas su nombre?
—¿Debbie?
—Gail —corrigió Maddie—. ¿Y ésta? —preguntó, refiriéndose a otra chica.
—¿Lisa?
—Kara —Maddie rió.
—No tendrás grabadas a todas, ¿no?
—No tenía dinero para tantas cintas —bromeó la hermana—. En los últimos años te has calmado mucho, pero parece que tendremos que drogarte o golpearte en la cabeza para llevarte al altar.
—Ya está otra vez con la misma historia de siempre —le comentó Joe a ______—. Ahora que ella está casada, no soporta la idea de que otras personas sean solteras y vivan tan felices.
Sonrió y se quedó esperando a que ______ dijera algo; pero ésta no pudo articular palabra alguna. Un nudo en la garganta se lo impedía.
______ deseó que Joe no pudiera leer sus pensamientos. Desvió la mirada hacia la televisión:
—¿Qué es eso? —preguntó, al ver a Joe levantando polvo con una moto.
—Una de las competiciones de trial a las que me apuntaba años atrás —respondió.
—¿Cómo te las arreglaste para no matarte? —preguntó, preocupada a posteriori al ver los giros tan peligrosos que Joe daba con la moto.
—Observa —replicó Joe. Entonces se le vio perdiendo el equilibrio, cayéndose por la ladera de una colina.
—¡Dios, qué espanto! —exclamó ______, acongojada—. ¿Tuviste que ir al hospital?
—Esa vez no —presumió. La moto se detuvo y cuando Joe se levantó y se quitó el polvo, una mujer fue corriendo hacia él y le dio un fuerte abrazo—. Creo que ya has visto suficiente —añadió, tapándole los ojos con una mano.
______ miró entre los dedos, pero la anterior escena había acabado. Ver a Joe realizar piruetas más y más arriesgadas le pusieron los pelos de punta. Sabía que le gustaban los riesgos, pero no hasta qué punto. Se preguntaba qué le llevaba a exponer su vida a tales peligros. Se preguntaba si sería siendo igual.
Joe miraba al joven temerario que había sido y notaba las uñas de ______ sobre una mano.
—¿Te pasa algo? —le preguntó.
Maddie, su esposo Joshua y Davey saludaron a ______ y a Joe desde la puerta delantera de la casa.
—¡Felicidades, tío Joe! —gritó Davey al tiempo que corría a enredarse entre las piernas de éste—. Mamá dice que cumples treinta años. ¡Qué mayor eres!
______ rió ante la expresión desconcertada que vio en la cara de Joe.
—Antes de que te des cuenta —le dijo a éste—, te tomará por un anciano y te intentará quitar la Harley.
—De eso nada —intervino un joven que estaba justo al otro lado de la puerta—. La Harley la vi yo antes. Felicidades, hombre mayor —se burló.
—Tú ríete; pero de mí no conseguirás ni una Vespa de tres al cuarto —Joe le dio un abrazo al joven y luego se giró hacia ______—. Éste es Patrick, el hijo de Joshua. Se ha escapado de su universidad para venir a casa.
—También es mío —apuntó Maddie.
—Mientras ella cocine, soy todo suyo —comentó Patrick.
—Mi hijo se guía sólo por el estómago —dijo Joshua, fingiendo disgustarse.
El grupo intercambió saludos amigables durante un rato y, aunque _______ necesitó un par de explicaciones, al final se enteró de que Joshua se había casado con Maddie unos pocos años después de que ésta diera a luz a Davey, y que Patrick era el resultado de una relación anterior entre Joshua y otra mujer. A juzgar por el cariño tan natural y espontáneo que se tenían, nadie habría pensado que no compartían la misma sangre.
Todos se apresuraron a abrazar a ______ para darle una cálida bienvenida y se mostraron curiosos e hicieron bromas sobre ella y Joe, hasta hacerla sentir que era parte imprescindible de esa celebración tan especial. Sin separarse nunca mucho de su lado, Joe le rozaba la parte trasera de la cintura o, en ocasiones, le agarraba una mano. Su proximidad le servía de recordatorio de que sus sentimientos hacia él se hacían más intensos segundo a segundo. Si no tenía cuidado, podría acabar deseando algo más, mucho más de lo que él estaría dispuesto a darle jamás.
Los hombres se encargaron de preparar la cena: unas costillas con patatas asadas, deliciosamente preparadas. ______ felicitó a los cocineros y éstos aceptaron con una sonrisa de sincero agradecimiento.
—Y ahora el postre —dijo Maddie mientras traía una tarta de chocolate, encendida con treinta velas—. No tenía pensado ponerle tantas velas, pero Davey insistió y no me quedó más remedio. He llamado a los bomberos para que estén alertas… por si acaso —añadió con ironía.
Después de cantarle un Cumpleaños Feliz ligeramente desafinado, llegó el momento de pedir un deseo y apagar las velas.
—Esperemos que no incendies la casa —bromeó Joshua.
—Ya ves tú quién habla. El joven del grupo —replicó Joe para devolverle la pulla.
—Sé bueno —intervino Maddie, esbozando una sonrisa inocente—. Joshua no tiene la culpa de ser el más viejo.
Éste le dio un cachete en el trasero juguetonamente y la sentó sobre su regazo.
—Venga, apaga las velas de una vez —le dijo a Joe.
Éste se encogió de hombros, cerró los ojos un momento y luego sopló con fuerza hasta no dejar ni una sola vela encendida.
______ habría cambiado un año de su vida por saber lo que Joe había deseado. Habría cambiado su casa por formar parte de su vida para siempre; por tener un lugar en su corazón para siempre. El pecho se le retorció al descubrir la intensidad de sus sentimientos hacia Joe, el cual no tardó en girarse hacia ella y darle un beso.
—¿Qué te pasa? —le preguntó él en voz baja, que había notado que ______ estaba a punto de echarse a llorar, de emocionada que estaba.
—Nada —pestañeó para evitar que le cayeran más lágrimas y denegó con la cabeza, sonriente—. Sólo que me alegro de estar aquí.
—Yo también —dijo él.
Y ______ contuvo la respiración al recibir la enloquecedora mirada que Joe le lanzó. Casi parecía que… Casi.
Después de que devoraran la tarta, Maddie condujo a todos hasta el salón.
—Para celebrar que mi hermano ha sobrevivido a un año más, y a que yo he sobrevivido siendo su hermana a pesar de su alocada, temeraria, testaruda…
—Nos hacemos una idea, Maddie —intervino Joshua, después de aclararse la garganta.
—En honor a ti —prosiguió ella, dirigiéndose a Joe y apuntando con un dedo hacia el televisor—, tengo el honor de presentar el vídeo «Vida y milagros de Joe Palmer».
La primera imagen que se vio era la de una niña pequeña, Maddie, sujetando en sus brazos a su hermano Joe cuando éste era un bebé. Parecía una escena muy entrañable, hasta que Joe empezó a berrear y Maddie se tapó los oídos con los dedos.
—¿Dónde has encontrado esto? —preguntó Joe.
—Mamá y papá me dieron total libertad para mirar los vídeos que grabaron cuando éramos pequeños.
—Genial —exclamó mortificado—. Perdona por hacerte pasar por esto, ______. No sabía que Maddie hubiera planeado convertirme en estrella de cine para la ocasión —añadió, dirigiéndose a aquélla.
—¡Si me parece perfecto! —exclamó ______, al tiempo que le daba un pellizquito en la mano—. Quiero verlo entero. Esto es mucho mejor que un viejo álbum de fotos.
Joe emitió un raro sonido de resignación, pero entrelazó los dedos con los de ella.
Un minuto más tarde, se veía a Joe, todavía un bebé, jugando con un cochecito de juguete. Luego aparecía gateando a toda velocidad con un tacataca.
—Ha sido así desde el principio —dijo Maddie—. Siempre le gustó todo lo que tuviera ruedas. Comenzó a ponernos los pelos de punta desde muy pequeñito, cuando se cayó por las escaleras con el tacataca. A mamá casi le da un infarto, pero cuando lo recogió, Joe estaba sonriendo tan campante.
______ degustó aquellas imágenes en las que se apreciaba la transformación de Joe, de bebé a niño, cuando montó en su primera bicicleta.
—Tendrías siempre las rodillas llenas de arañazos —le comentó al oído.
—Sí —asintió Joe—. Y también tenía muchos rasguños en los codos.
—No hay imágenes de cuando montabas con las ruedas pequeñas de apoyo —observó ______.
—Por supuesto que no. Ya te dije que eso era para…
—Cobardicas —se adelantó ______—. Y está claro que tú siempre has sido muy lanzado desde pequeñito —añadió.
Ver a Joe de pequeño fue un regalo para su imaginación y su corazón. Se preguntó si un hijo o una hija de éste se parecería a él; si sería tan intrépido y tan aficionado a las ruedas como él. ______ se permitió fantasear durante un par de segundos con la idea de ser ella la mujer que le daba un hijo. Era un deseo profundo y tuvo que respirar hondo para aliviar el dolor que le producía.
Entonces apareció un grupo de chavales con pinta de niños traviesos, delante de un árbol en el que habían construido una caseta.
—El Club de los Chicos Malos —dijo Joe mientras esbozaba una sonrisa nostálgica.
—El terror del barrio —añadió Maddie.
Después se vio a Joe, ya de adolescente, sobre su primera moto. Parecía tan orgulloso que a ______ le dio un vuelco el corazón.
—Y ahora vienen las mujeres —prosiguió Maddie, cuando apareció una chica rubia, de pelo largo, sentada con Joe en la moto—. ¿Recuerdas su nombre?
—¿Debbie?
—Gail —corrigió Maddie—. ¿Y ésta? —preguntó, refiriéndose a otra chica.
—¿Lisa?
—Kara —Maddie rió.
—No tendrás grabadas a todas, ¿no?
—No tenía dinero para tantas cintas —bromeó la hermana—. En los últimos años te has calmado mucho, pero parece que tendremos que drogarte o golpearte en la cabeza para llevarte al altar.
—Ya está otra vez con la misma historia de siempre —le comentó Joe a ______—. Ahora que ella está casada, no soporta la idea de que otras personas sean solteras y vivan tan felices.
Sonrió y se quedó esperando a que ______ dijera algo; pero ésta no pudo articular palabra alguna. Un nudo en la garganta se lo impedía.
______ deseó que Joe no pudiera leer sus pensamientos. Desvió la mirada hacia la televisión:
—¿Qué es eso? —preguntó, al ver a Joe levantando polvo con una moto.
—Una de las competiciones de trial a las que me apuntaba años atrás —respondió.
—¿Cómo te las arreglaste para no matarte? —preguntó, preocupada a posteriori al ver los giros tan peligrosos que Joe daba con la moto.
—Observa —replicó Joe. Entonces se le vio perdiendo el equilibrio, cayéndose por la ladera de una colina.
—¡Dios, qué espanto! —exclamó ______, acongojada—. ¿Tuviste que ir al hospital?
—Esa vez no —presumió. La moto se detuvo y cuando Joe se levantó y se quitó el polvo, una mujer fue corriendo hacia él y le dio un fuerte abrazo—. Creo que ya has visto suficiente —añadió, tapándole los ojos con una mano.
______ miró entre los dedos, pero la anterior escena había acabado. Ver a Joe realizar piruetas más y más arriesgadas le pusieron los pelos de punta. Sabía que le gustaban los riesgos, pero no hasta qué punto. Se preguntaba qué le llevaba a exponer su vida a tales peligros. Se preguntaba si sería siendo igual.
Joe miraba al joven temerario que había sido y notaba las uñas de ______ sobre una mano.
—¿Te pasa algo? —le preguntó.
Nani Jonas
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
Capitulo 22
—No…
—Entonces, ¿por qué me estás despellejando la mano?
—¡Uy, perdona! —se disculpó.
A pesar de que el momento de peligro había sucedido años atrás, Joe notó que ______ se preocupaba por él y eso lo complacía.
—En el vídeo parece mucho peor de lo que en realidad era —comentó, rodeándola por los hombros.
—Sí —dijo ella sin mucha convicción.
Sintió que ______ respiraba aliviada cuando unas últimas imágenes lo mostraban vestido de Papá Noel, llevando un saco lleno de regalos sobre su actual Harley.
Todos aplaudieron al final y, acto seguido, Davey le dio un regalo:
—Ábrelo.
Joe abrazó a su sobrino para darle las gracias por la enorme bolsa de caramelos que le había regalado.
Después de abrir los presentes de los demás, ______ le dio una pequeña cajita.
—¿Qué es? —preguntó con curiosidad.
—Tienes que abrirla para descubrirlo —respondió ______, sonriente.
—¿Animal, vegetal o mineral?
—Vegetal —respondió—. Aunque alguien podría decir que animal. Sobre todo, muchas mujeres —añadió con ironía.
—¿Un regalo para hombres?
—Puede ser —se encogió de hombros.
—¿Dos entradas para ver a los Chicago Bulls? —preguntó sorprendido, al ver las dos tiras de papel.
—¡Los Bulls! —exclamaron Joshua y Patrick al unísono.
—¿Es una broma? —le preguntó Joe a ______.
—En absoluto —______ pareció ofendida.
—Tienes dos entradas —dijo Patrick—. Yo puedo ir contigo.
—No tan deprisa, pequeño —intervino Joshua—. Yo iré con Joe.
—Dado que es el cumpleaños de Joe —arrancó Maddie, para poner paz—, ¿no creéis que debería ser él quien decida quién lo acompaña?
—Gracias, Maddie —dijo Joe.
Entonces llegó la hora de que Davey se acostara, circunstancia que Joe aprovechó para marcharse.
—¿Sigues pensándote la oferta que te hicieron por tu negocio de coches? —le preguntó Joshua, cuando ya estaban en la salida—. ¿De verdad vas a venderla para dar una vuelta al país en moto?
—No lo sé —respondió Joe, después de mirar a ______—. El comprador me ha ofrecido aún más dinero; pero quiere una respuesta la semana que viene.
—No se te ocurrirá vender ¿no? —intervino Maddie.
—Todavía no lo he decidido —contestó Joe—. Nunca planeé ser jefe de nada y el negocio me trae muchos quebraderos de cabeza. Este tipo de oferta no llega todos los días.
—Pero…
—Ya es adulto, Maddie —dijo Joshua, rodeando a su esposa por la cintura—. Joe tomará la decisión más adecuada.
Joe notó la expresión preocupada de su hermana, pero se despidieron y se marcharon en el coche de ______. Como hacía un frío helador, ésta lo había convencido para llevarlo en su coche a casa.
—¿Cómo conseguiste las entradas para el partido de baloncesto? —le preguntó Joe, inquieto por lo callada que ______ estaba—. ¿______? —la llamó, al ver que ésta no reaccionaba.
—Sí, perdona —pestañeó—. No te había oído.
—Las entradas para ver a los Bulls, ¿cómo las conseguiste?
—Pregunté al entrenador de baloncesto de la universidad y me dio un par de números de teléfono —contestó, esbozando una ligera sonrisa—. No pensé que fuera a provocar una especie de guerra civil entre Patrick y Joshua.
—Se mueren de envidia —dijo Joe, preocupado por la tensión que notaba en ______—. A los dos les gustaría tener una mujer tan lista que pudiera hacerles un regalo así.
—No creo que Joshua cambiara a Maddie por un abono para ver a los Bulls —replicó ______.
—Puede que no —bromeó Joe—. ¿Qué te pasa esta noche? Pareces tensa —añadió tras una breve pausa.
—El vídeo estaba genial, pero ha sido horrible verte hacer esas piruetas tan peligrosas y ver cómo te caías —se estremeció—. Me habías dicho que antes eras más alocado, pero ahora conduces tan bien y con tanta precaución que no podía imaginarme algo así.
—Ya te digo que es historia —le aseguró—. Ya no soy el mismo de antes.
—¿Seguro? —insistió ______—. ¿Nunca te entran ganas de participar en algún concurso de obstáculos de ésos?
—Hace mucho que no —se acercó a ella—. No tendrás miedo de que vaya a matarme, ¿no?
—¡En serio, Joe! No soportaría que te hicieses daño. Yo… No es que tenga derechos sobre ti. Me doy cuenta de que nuestra relación… es temporal. Pero me preocupo por ti y no quiero que tengas ningún accidente —contestó, vacilante.
—Ahora soy muy precavido —la tranquilizó—. No tienes por qué preocuparte, cariño.
______ asintió con la cabeza y giró hacia la calle que daba a su casa. Permanecieron en silencio varios segundos.
—¿Te molestó verme con tantas mujeres en el vídeo? —le preguntó Joe por fin.
—Ni la mitad que verte hacer tantas burradas con la moto —respondió—. Aunque es evidente que siempre tenías a una chica al lado.
—Casi todo el vídeo era de hace muchos años —Joe pensó si no habría sido mejor que ______ no lo hubiera visto, aunque se alegraba porque así podría ver el hombre en el que se había convertido, después de ser el salvaje que había sido de joven.
—Bueno, ¿piensas en serio lo de vender el negocio? —le preguntó después de aparcar el coche.
—Es una oferta buena. Sería de tontos no considerarla.
—¿Y qué harás si vendes?
—Siempre quise cruzar el país en moto. Sin reservas de hotel, sin horarios, sólo seguir la carretera.
—¿Y has pensado en lo que harías después? —______ intentó sonreír, pero no lo logró del todo.
—En realidad, no —confesó Joe—. Puede que encuentre algún otro sitio donde vivir durante una temporada. No sé qué pasaría. Creo que eso es lo que más me atrae: cada día sería nuevo y no me sentiría atrapado.
—¿Te sientes atrapado ahora? —quiso saber ______.
—Lo he estado. Últimamente no, pero… –intentó descubrir cuándo había dejado de sentirse asfixiado—. Mi comprador quiere una respuesta antes de fin de año, así que me decidiré esta semana.
—Tendrás que pensar en muchas cosas.
—Sí —respondió Joe, deseando saber qué se escondería en la mente de ______—. Pero en estos momentos sólo estoy pensando en ti. ¿Te asustó la familia de mi hermana?
—En absoluto. Son cariñosos y entrañables. Tienes suerte —lo miró a los ojos—. Y ellos también tienen suerte de tenerte.
—Eso sólo lo dices tú.
—No es verdad: seguro que Davey también lo diría —replicó ______—. Y es posible que hasta Maddie.
La miró con suavidad y sintió una necesidad que invadía ciertos lugares recónditos de su corazón. La deseaba en cuerpo y alma. Y ella lo amaba y era capaz de hacer que él sintiera ese amor con unas pocas palabras.
Tomó sus labios, buscando detrás el corazón de ______, y se besaron hasta que ya no podían casi respirar.
—Podría poseerte ahora mismo, en el asiento delantero del coche —susurró Joe.
—Y yo te lo permitiría probablemente —______ cerró los ojos y trató de recobrar el juicio—. No puedo invitarte a pasar la noche en casa. El avión de mi madre llega mañana temprano.
—Está bien —se resignó Joe. El aire de la noche golpeaba su cara como si fuera una palmada de aftershave. Notaba que ______ estaba molesta con algo, pero no conseguía discernir con qué—. ¿Cuánto tiempo se quedara tu madre contigo?
—Cinco días —respondió en tono ausente—. Pero vienes mañana a cenar con nosotras, ¿verdad?
—No me lo perdería por nada del mundo —Joe sonrió y pensó en todas las madres a las que le habían presentado y él había horrorizado—. ¿Estás segura de que es una buena idea? Las madres suelen ponerse nerviosas conmigo.
—Estoy convencida de que es una idea estupenda —______ elevó la barbilla—. Quiero que mi madre te conozca.
—Está bien —Joe se acercó y le dio un beso de despedida.
—Felicidades, Joe. El mundo es un lugar mejor gracias a ti. Me alegro de que nacieras —le dijo con todo el corazón.
Aquellas palabras le sonaron tan tiernas como una caricia; sin embargo, al llegar a casa, Joe tuvo la impresión de que había percibido cierta tristeza en los ojos de ______.
—No…
—Entonces, ¿por qué me estás despellejando la mano?
—¡Uy, perdona! —se disculpó.
A pesar de que el momento de peligro había sucedido años atrás, Joe notó que ______ se preocupaba por él y eso lo complacía.
—En el vídeo parece mucho peor de lo que en realidad era —comentó, rodeándola por los hombros.
—Sí —dijo ella sin mucha convicción.
Sintió que ______ respiraba aliviada cuando unas últimas imágenes lo mostraban vestido de Papá Noel, llevando un saco lleno de regalos sobre su actual Harley.
Todos aplaudieron al final y, acto seguido, Davey le dio un regalo:
—Ábrelo.
Joe abrazó a su sobrino para darle las gracias por la enorme bolsa de caramelos que le había regalado.
Después de abrir los presentes de los demás, ______ le dio una pequeña cajita.
—¿Qué es? —preguntó con curiosidad.
—Tienes que abrirla para descubrirlo —respondió ______, sonriente.
—¿Animal, vegetal o mineral?
—Vegetal —respondió—. Aunque alguien podría decir que animal. Sobre todo, muchas mujeres —añadió con ironía.
—¿Un regalo para hombres?
—Puede ser —se encogió de hombros.
—¿Dos entradas para ver a los Chicago Bulls? —preguntó sorprendido, al ver las dos tiras de papel.
—¡Los Bulls! —exclamaron Joshua y Patrick al unísono.
—¿Es una broma? —le preguntó Joe a ______.
—En absoluto —______ pareció ofendida.
—Tienes dos entradas —dijo Patrick—. Yo puedo ir contigo.
—No tan deprisa, pequeño —intervino Joshua—. Yo iré con Joe.
—Dado que es el cumpleaños de Joe —arrancó Maddie, para poner paz—, ¿no creéis que debería ser él quien decida quién lo acompaña?
—Gracias, Maddie —dijo Joe.
Entonces llegó la hora de que Davey se acostara, circunstancia que Joe aprovechó para marcharse.
—¿Sigues pensándote la oferta que te hicieron por tu negocio de coches? —le preguntó Joshua, cuando ya estaban en la salida—. ¿De verdad vas a venderla para dar una vuelta al país en moto?
—No lo sé —respondió Joe, después de mirar a ______—. El comprador me ha ofrecido aún más dinero; pero quiere una respuesta la semana que viene.
—No se te ocurrirá vender ¿no? —intervino Maddie.
—Todavía no lo he decidido —contestó Joe—. Nunca planeé ser jefe de nada y el negocio me trae muchos quebraderos de cabeza. Este tipo de oferta no llega todos los días.
—Pero…
—Ya es adulto, Maddie —dijo Joshua, rodeando a su esposa por la cintura—. Joe tomará la decisión más adecuada.
Joe notó la expresión preocupada de su hermana, pero se despidieron y se marcharon en el coche de ______. Como hacía un frío helador, ésta lo había convencido para llevarlo en su coche a casa.
—¿Cómo conseguiste las entradas para el partido de baloncesto? —le preguntó Joe, inquieto por lo callada que ______ estaba—. ¿______? —la llamó, al ver que ésta no reaccionaba.
—Sí, perdona —pestañeó—. No te había oído.
—Las entradas para ver a los Bulls, ¿cómo las conseguiste?
—Pregunté al entrenador de baloncesto de la universidad y me dio un par de números de teléfono —contestó, esbozando una ligera sonrisa—. No pensé que fuera a provocar una especie de guerra civil entre Patrick y Joshua.
—Se mueren de envidia —dijo Joe, preocupado por la tensión que notaba en ______—. A los dos les gustaría tener una mujer tan lista que pudiera hacerles un regalo así.
—No creo que Joshua cambiara a Maddie por un abono para ver a los Bulls —replicó ______.
—Puede que no —bromeó Joe—. ¿Qué te pasa esta noche? Pareces tensa —añadió tras una breve pausa.
—El vídeo estaba genial, pero ha sido horrible verte hacer esas piruetas tan peligrosas y ver cómo te caías —se estremeció—. Me habías dicho que antes eras más alocado, pero ahora conduces tan bien y con tanta precaución que no podía imaginarme algo así.
—Ya te digo que es historia —le aseguró—. Ya no soy el mismo de antes.
—¿Seguro? —insistió ______—. ¿Nunca te entran ganas de participar en algún concurso de obstáculos de ésos?
—Hace mucho que no —se acercó a ella—. No tendrás miedo de que vaya a matarme, ¿no?
—¡En serio, Joe! No soportaría que te hicieses daño. Yo… No es que tenga derechos sobre ti. Me doy cuenta de que nuestra relación… es temporal. Pero me preocupo por ti y no quiero que tengas ningún accidente —contestó, vacilante.
—Ahora soy muy precavido —la tranquilizó—. No tienes por qué preocuparte, cariño.
______ asintió con la cabeza y giró hacia la calle que daba a su casa. Permanecieron en silencio varios segundos.
—¿Te molestó verme con tantas mujeres en el vídeo? —le preguntó Joe por fin.
—Ni la mitad que verte hacer tantas burradas con la moto —respondió—. Aunque es evidente que siempre tenías a una chica al lado.
—Casi todo el vídeo era de hace muchos años —Joe pensó si no habría sido mejor que ______ no lo hubiera visto, aunque se alegraba porque así podría ver el hombre en el que se había convertido, después de ser el salvaje que había sido de joven.
—Bueno, ¿piensas en serio lo de vender el negocio? —le preguntó después de aparcar el coche.
—Es una oferta buena. Sería de tontos no considerarla.
—¿Y qué harás si vendes?
—Siempre quise cruzar el país en moto. Sin reservas de hotel, sin horarios, sólo seguir la carretera.
—¿Y has pensado en lo que harías después? —______ intentó sonreír, pero no lo logró del todo.
—En realidad, no —confesó Joe—. Puede que encuentre algún otro sitio donde vivir durante una temporada. No sé qué pasaría. Creo que eso es lo que más me atrae: cada día sería nuevo y no me sentiría atrapado.
—¿Te sientes atrapado ahora? —quiso saber ______.
—Lo he estado. Últimamente no, pero… –intentó descubrir cuándo había dejado de sentirse asfixiado—. Mi comprador quiere una respuesta antes de fin de año, así que me decidiré esta semana.
—Tendrás que pensar en muchas cosas.
—Sí —respondió Joe, deseando saber qué se escondería en la mente de ______—. Pero en estos momentos sólo estoy pensando en ti. ¿Te asustó la familia de mi hermana?
—En absoluto. Son cariñosos y entrañables. Tienes suerte —lo miró a los ojos—. Y ellos también tienen suerte de tenerte.
—Eso sólo lo dices tú.
—No es verdad: seguro que Davey también lo diría —replicó ______—. Y es posible que hasta Maddie.
La miró con suavidad y sintió una necesidad que invadía ciertos lugares recónditos de su corazón. La deseaba en cuerpo y alma. Y ella lo amaba y era capaz de hacer que él sintiera ese amor con unas pocas palabras.
Tomó sus labios, buscando detrás el corazón de ______, y se besaron hasta que ya no podían casi respirar.
—Podría poseerte ahora mismo, en el asiento delantero del coche —susurró Joe.
—Y yo te lo permitiría probablemente —______ cerró los ojos y trató de recobrar el juicio—. No puedo invitarte a pasar la noche en casa. El avión de mi madre llega mañana temprano.
—Está bien —se resignó Joe. El aire de la noche golpeaba su cara como si fuera una palmada de aftershave. Notaba que ______ estaba molesta con algo, pero no conseguía discernir con qué—. ¿Cuánto tiempo se quedara tu madre contigo?
—Cinco días —respondió en tono ausente—. Pero vienes mañana a cenar con nosotras, ¿verdad?
—No me lo perdería por nada del mundo —Joe sonrió y pensó en todas las madres a las que le habían presentado y él había horrorizado—. ¿Estás segura de que es una buena idea? Las madres suelen ponerse nerviosas conmigo.
—Estoy convencida de que es una idea estupenda —______ elevó la barbilla—. Quiero que mi madre te conozca.
—Está bien —Joe se acercó y le dio un beso de despedida.
—Felicidades, Joe. El mundo es un lugar mejor gracias a ti. Me alegro de que nacieras —le dijo con todo el corazón.
Aquellas palabras le sonaron tan tiernas como una caricia; sin embargo, al llegar a casa, Joe tuvo la impresión de que había percibido cierta tristeza en los ojos de ______.
Nani Jonas
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
Capítulo 23
Saltaba a la vista que era toda una dama. Su cabello ya había encanecido y sus ojos tenían un brillo de calidez e inteligencia.
—Tengo entendido que has estado enseñando a ______ a conducir en moto —le dijo a Joe mientras estaban sentados en la mesa—. ¿Qué tal va?
—Casi dimito después de la primera lección —confesó Joe—. Pero tu hija no me lo permitió.
—A ______ siempre le ha costado mucho adaptarse a cualquier cosa con ruedas —Grace sonrió—. Mi esposo casi se queda calvo de los nervios cuando la enseñó a montar en bici.
—He dado tres clases y Joe dice que casi estoy lista para salir a la calle —dijo ______.
—Pero, ¿por qué demonios quieres montar ahora en moto? —quiso saber Grace.
—Porque es divertido.
Grace la advirtió de los peligros de la carretera y luego volvió a centrar su atención en Joe, al cual sometió a un profundo interrogatorio sobre su vida, aunque de manera agradable, intercalando sonrisas y anécdotas sobre ______.
Joe notó que ésta se iba poniendo tensa con el transcurrir de la conversación. Deseó saber de qué se trataba, para poder hacer algo y aliviarla, y lamentó no tener ocasión de estar a solas con ella hasta que la madre se marchara de la ciudad.
—______ lo pasó muy mal durante mucho tiempo cuando Charles murió —le comentó Grace con sinceridad, en un momento en que ______ había ido a la cocina—. Tú has conseguido que mi hija vuelva a sonreír y siempre te estaré agradecida por eso.
—Mamá, ¿no estarás coqueteando con él? —dijo ______, al regresar con el postre.
—Sí. Será mejor que me rescates, porque ya me tiene en el bote —contestó Joe, logrando que las dos mujeres rieran. Luego notó a ______ preocupada—. ¿Algún problema?
—He buscado a César, pero no está en casa —respondió—. Si no os importa, voy a ver si lo encuentro fuera.
—Voy yo, tranquila —se ofreció Joe, que no quería proseguir con las preguntas de Grace.
La noche era fría y estrellada. Mientras paseaba alrededor de la casa de ______, Joe pensó que conocer a ______ era lo mejor que le había pasado en toda su vida. Lo único que lo preocupaba era que los amigos de ésta no lo aceptaran a él como pareja…
Respiró profundo y se recordó que había salido a buscar un gato, el cual, después de varias vueltas, encontró entre unos arbustos cercanos al porche.
—Es muy agradable, pero no se parece nada a Charles… —le estaba diciendo Grace a su hija cuando Joe se acercó, de vuelta a casa—. ______, estoy segura de que ya sabes que hay hombres para pasarlo bien y hombres para casarse. Puede que Joe sea majo, pero no está hecho para el matrimonio. ¿No te gustaría volver a casarte?
—No sé si quiero —oyó Joe que ______ contestaba—. Soy consciente de que Ben nunca aceptará comprometerse conmigo y sé que algún día me pueda llegar a doler seguir ahora con él… pero en estos momentos me alegro de haberlo conocido. Es un hombre muy especial —añadió con una veta de tristeza.
César le clavó una uña a Joe en la mano y éste no pudo evitar dar un pequeño grito.
—Te he traído a tu desagradecido gato —dijo Joe, mientras se rascaba el arañazo de la mano.
—Recuerda que fuiste tú quien me lo dio —replicó ______, curvando los labios hacia arriba.
—Quizá debería haber dejado que se congelara.
—Anda, déjame que te mire esa mano.
Minutos después, Joe le deseó a Grace un feliz día de Navidad y se despidió.
—¿Estás segura de que no es de la CÍA? —le preguntó a ______, a solas ambos en la puerta.
—Los de la CÍA aprendieron de ella —______ rió—. Espero que no te haya aburrido con esas historias sobre mi infancia.
—Al contrario —Joe le dio un beso y supo que la iba a echar de menos durante esos cinco días—. ¿Crees que se molestaría si te rapto?
—Ella sí; pero yo no —se acercó a Joe y le rozó la nariz con la suya propia.
—Feliz Navidad, señorita ______ —se despidió él, conmovido.
—Feliz Navidad, Joe —contestó ella. Entonces le dio un beso lleno de amor, tintado de cierta incertidumbre, y Joe sintió que se le hacía un nudo de emociones en la garganta.
Iba a perderla.
Puede que no fuera esa semana o la siguiente, pero si seguían avanzando en la misma dirección, acabaría perdiéndola. Era evidente que ______ lo amaba, pero era la clase de mujer que exigiría pasar por el altar. Por su parte, Joe siempre le había cerrado las puertas al matrimonio.
Entonces trató de imaginarse su vida sin ______ y sintió que el corazón se le desgarraba. Estaba convencido de que era la mujer más hermosa, buena e inteligente del universo y no dejaba de sorprenderlo que ella lo considerara el mejor hombre de la tierra.
Joe no tuvo más remedio que aceptar que en esta ocasión se había enamorado de ______ de pies a cabeza, y no sabía qué hacer al respecto.
Disculpen qe no ponga mas pero ya solamente qeda un capitulo para el final disfruten el maraton
Saltaba a la vista que era toda una dama. Su cabello ya había encanecido y sus ojos tenían un brillo de calidez e inteligencia.
—Tengo entendido que has estado enseñando a ______ a conducir en moto —le dijo a Joe mientras estaban sentados en la mesa—. ¿Qué tal va?
—Casi dimito después de la primera lección —confesó Joe—. Pero tu hija no me lo permitió.
—A ______ siempre le ha costado mucho adaptarse a cualquier cosa con ruedas —Grace sonrió—. Mi esposo casi se queda calvo de los nervios cuando la enseñó a montar en bici.
—He dado tres clases y Joe dice que casi estoy lista para salir a la calle —dijo ______.
—Pero, ¿por qué demonios quieres montar ahora en moto? —quiso saber Grace.
—Porque es divertido.
Grace la advirtió de los peligros de la carretera y luego volvió a centrar su atención en Joe, al cual sometió a un profundo interrogatorio sobre su vida, aunque de manera agradable, intercalando sonrisas y anécdotas sobre ______.
Joe notó que ésta se iba poniendo tensa con el transcurrir de la conversación. Deseó saber de qué se trataba, para poder hacer algo y aliviarla, y lamentó no tener ocasión de estar a solas con ella hasta que la madre se marchara de la ciudad.
—______ lo pasó muy mal durante mucho tiempo cuando Charles murió —le comentó Grace con sinceridad, en un momento en que ______ había ido a la cocina—. Tú has conseguido que mi hija vuelva a sonreír y siempre te estaré agradecida por eso.
—Mamá, ¿no estarás coqueteando con él? —dijo ______, al regresar con el postre.
—Sí. Será mejor que me rescates, porque ya me tiene en el bote —contestó Joe, logrando que las dos mujeres rieran. Luego notó a ______ preocupada—. ¿Algún problema?
—He buscado a César, pero no está en casa —respondió—. Si no os importa, voy a ver si lo encuentro fuera.
—Voy yo, tranquila —se ofreció Joe, que no quería proseguir con las preguntas de Grace.
La noche era fría y estrellada. Mientras paseaba alrededor de la casa de ______, Joe pensó que conocer a ______ era lo mejor que le había pasado en toda su vida. Lo único que lo preocupaba era que los amigos de ésta no lo aceptaran a él como pareja…
Respiró profundo y se recordó que había salido a buscar un gato, el cual, después de varias vueltas, encontró entre unos arbustos cercanos al porche.
—Es muy agradable, pero no se parece nada a Charles… —le estaba diciendo Grace a su hija cuando Joe se acercó, de vuelta a casa—. ______, estoy segura de que ya sabes que hay hombres para pasarlo bien y hombres para casarse. Puede que Joe sea majo, pero no está hecho para el matrimonio. ¿No te gustaría volver a casarte?
—No sé si quiero —oyó Joe que ______ contestaba—. Soy consciente de que Ben nunca aceptará comprometerse conmigo y sé que algún día me pueda llegar a doler seguir ahora con él… pero en estos momentos me alegro de haberlo conocido. Es un hombre muy especial —añadió con una veta de tristeza.
César le clavó una uña a Joe en la mano y éste no pudo evitar dar un pequeño grito.
—Te he traído a tu desagradecido gato —dijo Joe, mientras se rascaba el arañazo de la mano.
—Recuerda que fuiste tú quien me lo dio —replicó ______, curvando los labios hacia arriba.
—Quizá debería haber dejado que se congelara.
—Anda, déjame que te mire esa mano.
Minutos después, Joe le deseó a Grace un feliz día de Navidad y se despidió.
—¿Estás segura de que no es de la CÍA? —le preguntó a ______, a solas ambos en la puerta.
—Los de la CÍA aprendieron de ella —______ rió—. Espero que no te haya aburrido con esas historias sobre mi infancia.
—Al contrario —Joe le dio un beso y supo que la iba a echar de menos durante esos cinco días—. ¿Crees que se molestaría si te rapto?
—Ella sí; pero yo no —se acercó a Joe y le rozó la nariz con la suya propia.
—Feliz Navidad, señorita ______ —se despidió él, conmovido.
—Feliz Navidad, Joe —contestó ella. Entonces le dio un beso lleno de amor, tintado de cierta incertidumbre, y Joe sintió que se le hacía un nudo de emociones en la garganta.
Iba a perderla.
Puede que no fuera esa semana o la siguiente, pero si seguían avanzando en la misma dirección, acabaría perdiéndola. Era evidente que ______ lo amaba, pero era la clase de mujer que exigiría pasar por el altar. Por su parte, Joe siempre le había cerrado las puertas al matrimonio.
Entonces trató de imaginarse su vida sin ______ y sintió que el corazón se le desgarraba. Estaba convencido de que era la mujer más hermosa, buena e inteligente del universo y no dejaba de sorprenderlo que ella lo considerara el mejor hombre de la tierra.
Joe no tuvo más remedio que aceptar que en esta ocasión se había enamorado de ______ de pies a cabeza, y no sabía qué hacer al respecto.
Disculpen qe no ponga mas pero ya solamente qeda un capitulo para el final disfruten el maraton
Nani Jonas
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
awww me da tristeza que la gente se meta en las relaciones de los demas
Si ellos son felices juntos dejenlos :(
Gracias por el maraton!!!
Si ellos son felices juntos dejenlos :(
Gracias por el maraton!!!
aranzhitha
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
aaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!! solo un capitulo no puedo creer qe termine
yupiii Joe acepto qe se enamoro de rayita!!
yujuu
siguelaaaa!!!
yupiii Joe acepto qe se enamoro de rayita!!
yujuu
siguelaaaa!!!
Kari_JB
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
OMJ!
De lo que una se pierde!
QUE NO LES IMPORTE LO QUE LOS DEMÁS PIENSEN! :3
TIENEN QUE ESTAR JUNTOS!
Sube el ultimo nani!
TE LO PIDO! :c
Siguelaaa!
De lo que una se pierde!
QUE NO LES IMPORTE LO QUE LOS DEMÁS PIENSEN! :3
TIENEN QUE ESTAR JUNTOS!
Sube el ultimo nani!
TE LO PIDO! :c
Siguelaaa!
-Lizz-
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
Ahhhhhhhhhh Joe pues sencillo
Antes que nada confiesacelo así la rayis ya
No se sentiría tan mal
Awwwww en verdad adoro a Joe
Tienes que seguirla ya plis!!
Antes que nada confiesacelo así la rayis ya
No se sentiría tan mal
Awwwww en verdad adoro a Joe
Tienes que seguirla ya plis!!
Karli Jonas
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
Hola chicas aqi vengo a dejarles el final de la nove muchas gracias a todas por pasarse a leer y comentar y mil disculpas por todas las veses qe tarde en subir, espero disfruten el final
Capitulo 24
—¿Qué te pasa? —le preguntó Stan, que acababa de llegar a la fiesta de Navidad que Maddie daba en su casa—. ¿Se te ha roto la Harley?
—No, no pasa nada —Joe sonrió—. Sólo le estaba dando vueltas a una cosa.
—¡Vaya, vaya! Eso suena a penas de amor.
—Feliz Navidad a ti también —replicó Joe con sarcasmo.
—Vamos, hombre: esto sólo prueba que eres humano —Stan le dio una palmada en la espalda y rió—. Yo también pasé lo mío con Jenna… ¿Está embarazada? —añadió después de una pausa.
—¡No, por Dios! —exclamó, tan alto que llamó la atención de Jenna—. No —repitió con más calma.
—Oye, si le pasó a mi Jenna, le puede pasar a cualquiera… ¿Te vas a casar con ella? —se atrevió a preguntarle.
—Yo no soy de los que se casan —denegó Joe de inmediato.
—Ningún hombre es de los que se casan hasta que encuentra a la mujer adecuada, Joe —contestó Stan—. Pero si ______ no hace que desees tenerla contigo para siempre, entonces no es la mujer adecuada. Si no sientes que tu vida sin ella sería desgraciada, no es la mujer adecuada. Si no la amas…
—Basta ya, Stan —lo interrumpió Joe, mortificado—. ¿Qué pretendes decirme con todo esto?
—Que la humildad es el principio de la sabiduría —respondió Stan con seriedad.
—Ella no cree que yo esté hecho para casarme —comentó Joe, apesadumbrado.
—Y no lo estás. Pero no te costaría tanto cambiar. Puedes seguir con tu Harley y con tu chaqueta de cuero. Sólo necesitas convencerla a ella de que serías un buen esposo… Necesitas un trabajo fijo —dijo Stan, como enunciando el primero de una larga lista de requisitos.
—Tengo una oferta para vender el negocio de coches.
—¿La vas a aceptar?
—Todavía no lo he decidido —Joe no quería perder a ______, pero tampoco renunciar a su viejo sueño de cruzar el país en moto.
—Pues tienes que decidirte. Si de verdad quieres retenerla, ella tiene que poder contar contigo.
—No estoy seguro…
—Tú sabrás. Encontrar a la mujer adecuada puede hacerte más feliz de lo que jamás hayas soñado, o puede hacerte sentir el hombre más desgraciado del mundo si la dejas escapar. Hace falta mucho valor para comprometerse.
—Valor o estar loco.
—Entonces deja que te cambie por otro hombre dispuesto a comprometerse —Stan se encogió de hombros—. Lo superarás.
Joe sintió unos celos espantosos sólo de imaginar a ______ con otro que no fuera él. Además, no tenía nada claro eso de que pudiera superar la pérdida de ésta.
—¿Todavía no estás seguro? —prosiguió Stan—. Bueno, si decides seguir con ella, tienes que tener un trabajo fijo, ver películas de mujeres de vez en cuando y también sería útil… despedirte de tu propio cuarto de baño. Pero, sobre todo, tienes que estar perdidamente enamorado de ella… Declararse con un anillo es lo que más se estila.
—¿Eso es todo? —gruñó Joe.
—Y un traje para las ocasiones especiales.
—¿Ocasiones especiales?
—Sí: bodas, aniversarios, bautizos…
—Mi funeral —replicó Joe—. Sólo necesitaré un traje para mi funeral.
Cuatro agónicos días después, Joe estaba en su despacho vestido con un traje azul.
—Señor Palmer —dijo uno de sus empleados tras abrir la puerta—. Lo siento, señor, le acompaño en el sentimiento.
—No se ha muerto nadie —contestó Joe—. ¿Querías preguntarme algo?
—Yo… me preguntaba si puedo salir antes esta noche.
—¿Cuántos vendedores quedarían aquí trabajando?
—Cuatro, señor.
—Permiso concedido —dijo Joe mientras miraba el reloj, deseando que ______ llegara ya. Se había puesto el traje para impresionarla, pero se sentía incomodísimo con él—. ¿Sí? —preguntó, después de que golpearan de nuevo a la puerta.
—Señor Palmer, un cliente quiere verlo en el aparcamiento.
—¿Tengo que atenderlo yo?
—Eso parece. El cliente insiste en verlo a usted.
Maldijo en voz baja, salió hacia el aparcamiento y se quedó de piedra al ver «al cliente». Vestida en ropa negra de cuero, de los pies a la cabeza, ______ se quitó el casco de su moto. Tenía las mejillas encarnadas y sus labios esbozaban una sonrisa nerviosa.
—Hola, pequeño —lo saludó ella—. Te invitaría a dar una vuelta en mi nueva moto, pero no llevas la ropa adecuada.
—¿Tu nueva moto? —preguntó Joe, asombrado.
—La he comprado hoy.
—Vamos a mi despacho —dijo Joe, que estaba deseando besarla.
—De acuerdo —______ rozó la manga de la chaqueta de Joe—. Un traje muy bonito. ¿Quién se ha muerto?
—Nadie. No se ha muerto nadie —contestó, mientras oía un murmullo de risillas entre sus empleados.
Nada más cerrar la puerta del despacho, la abrazó y la besó.
—Te he echado de menos —susurró ______.
—Y yo a ti —bajó la mano hacia sus caderas—. ¿Qué haces con esta ropa?, ¿y la moto?
—Pensé que tendría que ir bien equipada si vas a cruzar el país en moto —lo miró fijamente a los ojos—. Si es que me dejas que te acompañe… aunque me costaría un poco acostumbrarme a seguir tu ritmo… y entiendo que quizá prefieras hacer parte del viaje solo… —fue añadiendo, ansiosa porque Joe dijera algo.
—¿Te has comprado una moto para poder cruzar el país conmigo? —repitió incrédulo, acariciándole una mejilla.
—Sé que no te lo había consultado, pero… eres importante para mí. Aunque si te parece una imposición…
—¡Por favor, ______! Quiero que te me impongas de todas las maneras posibles —apoyó la frente sobre la de ella.
—¡Oh, Joe! —las lágrimas empezaron a brotarle de los ojos.
—¿Estás llorando, cariño?
—Es que te amo. Te amo demasiado.
—Nunca. Nunca será demasiado —la besó con ternura—. No he vendido el negocio.
—¿Por qué? Creía que querías viajar.
—Pero había otra cosa que quería más —Joe rió—. ¿Sabes?, tengo que convencer a una mujer muy especial para que se junte conmigo.
—¿Juntarse?
—Sí, ______. Quiero que no te despegues nunca de mí. Te amo… Por eso me he puesto el traje.
—¿El traje? —______ estaba que se desmayaba de la emoción.
—Para que te convenzas de que sí estoy hecho para casarme.
—¿Has dicho… casarnos? —se le aflojaron las piernas.
—Sí.
—Esto es un sueño, ¿verdad?
—Tú eres un sueño. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Te amo.
—Yo había venido dispuesta a convencerte a que me dejaras ir contigo en moto…
—Quiero más que un viaje en moto, ______. Te quiero para toda la vida.
—Te amaré aunque no te cases conmigo —le dijo ______.
—¿Quieres casarte conmigo? —insistió Joe, declarándose boca contra boca.
—Sí.
—Te volveré loca —la advirtió, mientras se quitaba la chaqueta.
—Perfecto —______ sonrió—. ¿Qué estás haciendo, Joe? —le preguntó, cuando éste le metió las manos bajo la camisa, en busca de sus pechos.
—Estoy haciendo el amor a la mujer con la que voy a casarme.
—Creo que ya he cubierto mi cuota de retos peligrosos por hoy.
Pero Joe siguió besándola y ______ no tardó en comenzar a desnudarlo. En seguida necesitó sentir su boca más cerca, su cuerpo dentro de ella.
—Entra —le susurró ______—. Entra ya.
—Tenemos que protegernos.
—Ya me he encargado yo —replicó ella, rodeando la espalda de Joe con las piernas.
La sujetó por las nalgas y la penetró sin separar la mirada de sus ojos ni un segundo. Se movió con un ritmo enloquecedor y ______ gozó con la expresión de placer que percibía en la cara de Joe, así como con su propia excitación.
—¡Dios, ______! Nunca dejes de amarme —exclamó Joe jadeante.
Capitulo 24
—¿Qué te pasa? —le preguntó Stan, que acababa de llegar a la fiesta de Navidad que Maddie daba en su casa—. ¿Se te ha roto la Harley?
—No, no pasa nada —Joe sonrió—. Sólo le estaba dando vueltas a una cosa.
—¡Vaya, vaya! Eso suena a penas de amor.
—Feliz Navidad a ti también —replicó Joe con sarcasmo.
—Vamos, hombre: esto sólo prueba que eres humano —Stan le dio una palmada en la espalda y rió—. Yo también pasé lo mío con Jenna… ¿Está embarazada? —añadió después de una pausa.
—¡No, por Dios! —exclamó, tan alto que llamó la atención de Jenna—. No —repitió con más calma.
—Oye, si le pasó a mi Jenna, le puede pasar a cualquiera… ¿Te vas a casar con ella? —se atrevió a preguntarle.
—Yo no soy de los que se casan —denegó Joe de inmediato.
—Ningún hombre es de los que se casan hasta que encuentra a la mujer adecuada, Joe —contestó Stan—. Pero si ______ no hace que desees tenerla contigo para siempre, entonces no es la mujer adecuada. Si no sientes que tu vida sin ella sería desgraciada, no es la mujer adecuada. Si no la amas…
—Basta ya, Stan —lo interrumpió Joe, mortificado—. ¿Qué pretendes decirme con todo esto?
—Que la humildad es el principio de la sabiduría —respondió Stan con seriedad.
—Ella no cree que yo esté hecho para casarme —comentó Joe, apesadumbrado.
—Y no lo estás. Pero no te costaría tanto cambiar. Puedes seguir con tu Harley y con tu chaqueta de cuero. Sólo necesitas convencerla a ella de que serías un buen esposo… Necesitas un trabajo fijo —dijo Stan, como enunciando el primero de una larga lista de requisitos.
—Tengo una oferta para vender el negocio de coches.
—¿La vas a aceptar?
—Todavía no lo he decidido —Joe no quería perder a ______, pero tampoco renunciar a su viejo sueño de cruzar el país en moto.
—Pues tienes que decidirte. Si de verdad quieres retenerla, ella tiene que poder contar contigo.
—No estoy seguro…
—Tú sabrás. Encontrar a la mujer adecuada puede hacerte más feliz de lo que jamás hayas soñado, o puede hacerte sentir el hombre más desgraciado del mundo si la dejas escapar. Hace falta mucho valor para comprometerse.
—Valor o estar loco.
—Entonces deja que te cambie por otro hombre dispuesto a comprometerse —Stan se encogió de hombros—. Lo superarás.
Joe sintió unos celos espantosos sólo de imaginar a ______ con otro que no fuera él. Además, no tenía nada claro eso de que pudiera superar la pérdida de ésta.
—¿Todavía no estás seguro? —prosiguió Stan—. Bueno, si decides seguir con ella, tienes que tener un trabajo fijo, ver películas de mujeres de vez en cuando y también sería útil… despedirte de tu propio cuarto de baño. Pero, sobre todo, tienes que estar perdidamente enamorado de ella… Declararse con un anillo es lo que más se estila.
—¿Eso es todo? —gruñó Joe.
—Y un traje para las ocasiones especiales.
—¿Ocasiones especiales?
—Sí: bodas, aniversarios, bautizos…
—Mi funeral —replicó Joe—. Sólo necesitaré un traje para mi funeral.
Cuatro agónicos días después, Joe estaba en su despacho vestido con un traje azul.
—Señor Palmer —dijo uno de sus empleados tras abrir la puerta—. Lo siento, señor, le acompaño en el sentimiento.
—No se ha muerto nadie —contestó Joe—. ¿Querías preguntarme algo?
—Yo… me preguntaba si puedo salir antes esta noche.
—¿Cuántos vendedores quedarían aquí trabajando?
—Cuatro, señor.
—Permiso concedido —dijo Joe mientras miraba el reloj, deseando que ______ llegara ya. Se había puesto el traje para impresionarla, pero se sentía incomodísimo con él—. ¿Sí? —preguntó, después de que golpearan de nuevo a la puerta.
—Señor Palmer, un cliente quiere verlo en el aparcamiento.
—¿Tengo que atenderlo yo?
—Eso parece. El cliente insiste en verlo a usted.
Maldijo en voz baja, salió hacia el aparcamiento y se quedó de piedra al ver «al cliente». Vestida en ropa negra de cuero, de los pies a la cabeza, ______ se quitó el casco de su moto. Tenía las mejillas encarnadas y sus labios esbozaban una sonrisa nerviosa.
—Hola, pequeño —lo saludó ella—. Te invitaría a dar una vuelta en mi nueva moto, pero no llevas la ropa adecuada.
—¿Tu nueva moto? —preguntó Joe, asombrado.
—La he comprado hoy.
—Vamos a mi despacho —dijo Joe, que estaba deseando besarla.
—De acuerdo —______ rozó la manga de la chaqueta de Joe—. Un traje muy bonito. ¿Quién se ha muerto?
—Nadie. No se ha muerto nadie —contestó, mientras oía un murmullo de risillas entre sus empleados.
Nada más cerrar la puerta del despacho, la abrazó y la besó.
—Te he echado de menos —susurró ______.
—Y yo a ti —bajó la mano hacia sus caderas—. ¿Qué haces con esta ropa?, ¿y la moto?
—Pensé que tendría que ir bien equipada si vas a cruzar el país en moto —lo miró fijamente a los ojos—. Si es que me dejas que te acompañe… aunque me costaría un poco acostumbrarme a seguir tu ritmo… y entiendo que quizá prefieras hacer parte del viaje solo… —fue añadiendo, ansiosa porque Joe dijera algo.
—¿Te has comprado una moto para poder cruzar el país conmigo? —repitió incrédulo, acariciándole una mejilla.
—Sé que no te lo había consultado, pero… eres importante para mí. Aunque si te parece una imposición…
—¡Por favor, ______! Quiero que te me impongas de todas las maneras posibles —apoyó la frente sobre la de ella.
—¡Oh, Joe! —las lágrimas empezaron a brotarle de los ojos.
—¿Estás llorando, cariño?
—Es que te amo. Te amo demasiado.
—Nunca. Nunca será demasiado —la besó con ternura—. No he vendido el negocio.
—¿Por qué? Creía que querías viajar.
—Pero había otra cosa que quería más —Joe rió—. ¿Sabes?, tengo que convencer a una mujer muy especial para que se junte conmigo.
—¿Juntarse?
—Sí, ______. Quiero que no te despegues nunca de mí. Te amo… Por eso me he puesto el traje.
—¿El traje? —______ estaba que se desmayaba de la emoción.
—Para que te convenzas de que sí estoy hecho para casarme.
—¿Has dicho… casarnos? —se le aflojaron las piernas.
—Sí.
—Esto es un sueño, ¿verdad?
—Tú eres un sueño. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Te amo.
—Yo había venido dispuesta a convencerte a que me dejaras ir contigo en moto…
—Quiero más que un viaje en moto, ______. Te quiero para toda la vida.
—Te amaré aunque no te cases conmigo —le dijo ______.
—¿Quieres casarte conmigo? —insistió Joe, declarándose boca contra boca.
—Sí.
—Te volveré loca —la advirtió, mientras se quitaba la chaqueta.
—Perfecto —______ sonrió—. ¿Qué estás haciendo, Joe? —le preguntó, cuando éste le metió las manos bajo la camisa, en busca de sus pechos.
—Estoy haciendo el amor a la mujer con la que voy a casarme.
—Creo que ya he cubierto mi cuota de retos peligrosos por hoy.
Pero Joe siguió besándola y ______ no tardó en comenzar a desnudarlo. En seguida necesitó sentir su boca más cerca, su cuerpo dentro de ella.
—Entra —le susurró ______—. Entra ya.
—Tenemos que protegernos.
—Ya me he encargado yo —replicó ella, rodeando la espalda de Joe con las piernas.
La sujetó por las nalgas y la penetró sin separar la mirada de sus ojos ni un segundo. Se movió con un ritmo enloquecedor y ______ gozó con la expresión de placer que percibía en la cara de Joe, así como con su propia excitación.
—¡Dios, ______! Nunca dejes de amarme —exclamó Joe jadeante.
Nani Jonas
Re: "Polos Opuestos" - Joe y tu Terminada
Epílogo
Decían que no durarían, pero se equivocaron.
Así, una soleada tarde de mayo, Joe y ______ prometieron amarse eternamente y dejaron a todos los pesimistas con un palmo de narices… y tan contentos por su erróneo vaticinio.
Efectivamente, todos los invitados parecían estar divirtiéndose en el banquete de boda. Joe miró a su esposa y el corazón se le hinchó de amor y de orgullo. Llevaba un vestido color crema precioso y un anillo de diamantes y perlas que había diseñado especialmente para ______, a quien se le habían saltado las lágrimas de la emoción al recibirlo.
Estaba tan contento que no le había importado ponerse un esmoquin durante la ceremonia; pero, pasada ésta, ya había recuperado sus pantalones y su chaqueta de cuero de costumbre.
—¿Estabas incómodo con el traje? —le preguntó ______, al verlo con su habitual indumentaria.
—No —Joe la rodeó por la cintura—. Hora de marcharnos —añadió con urgencia.
—¿Hora de marcharos? —intervino Maddie—. ¿No crees que tienes mucha prisa?
—No. Despídete de todos, Maddie. Voy a secuestrar a mi mujer —dijo, estrechándola entre los brazos.
—¿Estás seguro de que la pajarita no te ha cortado la circulación? —bromeó ______.
—He sido muy generoso hasta ahora, compartiéndote con toda esta gente la mayoría del día —replicó Joe.
—No seas tan ansioso —un destello de felicidad brilló en los ojos de ______—. Vamos a tener toda la vida para estar juntos.
—Pero me muero de impaciencia —protestó Joe, susurrándole al oído.
—¿Y qué pasa con el ramo de flores? —preguntó la madre de ______.
—Será mejor que estés atenta si quieres ver quién lo recoge —respondió Joe, tirando de ______ en dirección a la moto de él. Una vez sentados, ______ lanzó el ramo hacia atrás.
—Una promesa más —le pidió ella.
—Cualquier cosa —respondió Joe, sorprendido aún por el amor que compartían.
—Quiero que me prometas que seguirás secuestrándome el resto de mi vida.
—Prometido —aseguró él. Y acto seguido, Joe y ______ arrancaron hacia la luz del sol que iluminaría su matrimonio para siempre.
Fin
Espero les guste nos vemos pronto las qiero
Decían que no durarían, pero se equivocaron.
Así, una soleada tarde de mayo, Joe y ______ prometieron amarse eternamente y dejaron a todos los pesimistas con un palmo de narices… y tan contentos por su erróneo vaticinio.
Efectivamente, todos los invitados parecían estar divirtiéndose en el banquete de boda. Joe miró a su esposa y el corazón se le hinchó de amor y de orgullo. Llevaba un vestido color crema precioso y un anillo de diamantes y perlas que había diseñado especialmente para ______, a quien se le habían saltado las lágrimas de la emoción al recibirlo.
Estaba tan contento que no le había importado ponerse un esmoquin durante la ceremonia; pero, pasada ésta, ya había recuperado sus pantalones y su chaqueta de cuero de costumbre.
—¿Estabas incómodo con el traje? —le preguntó ______, al verlo con su habitual indumentaria.
—No —Joe la rodeó por la cintura—. Hora de marcharnos —añadió con urgencia.
—¿Hora de marcharos? —intervino Maddie—. ¿No crees que tienes mucha prisa?
—No. Despídete de todos, Maddie. Voy a secuestrar a mi mujer —dijo, estrechándola entre los brazos.
—¿Estás seguro de que la pajarita no te ha cortado la circulación? —bromeó ______.
—He sido muy generoso hasta ahora, compartiéndote con toda esta gente la mayoría del día —replicó Joe.
—No seas tan ansioso —un destello de felicidad brilló en los ojos de ______—. Vamos a tener toda la vida para estar juntos.
—Pero me muero de impaciencia —protestó Joe, susurrándole al oído.
—¿Y qué pasa con el ramo de flores? —preguntó la madre de ______.
—Será mejor que estés atenta si quieres ver quién lo recoge —respondió Joe, tirando de ______ en dirección a la moto de él. Una vez sentados, ______ lanzó el ramo hacia atrás.
—Una promesa más —le pidió ella.
—Cualquier cosa —respondió Joe, sorprendido aún por el amor que compartían.
—Quiero que me prometas que seguirás secuestrándome el resto de mi vida.
—Prometido —aseguró él. Y acto seguido, Joe y ______ arrancaron hacia la luz del sol que iluminaría su matrimonio para siempre.
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Nani Jonas
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