Entrega la Evidencia y nadie saldrá herido. (One Direction y tú) [TERMINADA]

Ordené mi ropa con desganas y caminé hacia la salida. Abrí la puerta y dejé que se cerrase a mi espalda al dirigirme hacia el ascensor.
Dentro, apoyé mi espalda contra el gran espejo que tenía y miré mi reflejo en el de en frente. Mis ojos estaban empapados con lágrimas, lágrimas que tenían una gran importancia en el final de todo.
— ¡Hoy es el gran esperado concierto de One Direction en el Madison Square Garden! Los boletos se agotaron en tan solo 2 horas y las fanáticas están aquí desde altas horas de la madrugada…
La televisión estaba encendida en mi cocina, mientras yo me arreglaba las sandalias con el cepillo dental en la boca, alistándome para salir.
— La prensa estará expectante ante la llegada del grupo a bambalinas, algunos suponen que vendrán con sus posibles parejas y muchas editoriales se encuentran a la espera de las declaraciones ante rumores.
Terminé de lavarme los dientes y miré a la pantalla otra vez.
Ahí estaba, The Next Time siempre en el frente, pero ahora con el gran Will como su nuevo presidente.
— ¿Han podido hablar directamente con los integrantes de la banda? —Dijo un periodista.
Will se sonrió a sí mismo y habló:
— Una de nuestras ex integrantes en la banda “Times” pudo entablar una gran relación con ellos, de hecho, hoy en la mañana tuve la posibilidad de conversar sobre ella con un par de los chicos, ¿Quieren saber más?
Mierda, no Will. No digas nada.
— Con “una”, quieres decir… ¿Fue una chica? —Preguntó el hombre.
Ahora Will rió.
— Pues claramente hablo de una chica. Ella es mi más preciada amiga, creo que ha sido la persona más valiente que he conocido, por no decir la más hermosa. Y como iba diciendo…
Alcancé a tomar mis llaves y, con un simple vestido negro adornado por un cinturón y sandalias cafés, salí corriendo por la puerta de mi casa en dirección al último concierto de la gira de One Direction, antes de ser descubierta por todo el mundo como la chica “especial” de la que todo rumor hablaba. (Aquí)

— ¿Y por qué nos está contando todo esto? —Dijo el periodista cuando llegué a la calle times square.
Mi cansancio me hacía respirar con dificultad, agitando un poco la palma de mi mano para darme aire. Miré al periodista y a Will, éste último satisfecho de todo lo que había declarado. Pero lo que me dio la puñalada de nervios al final, fue la razón a su acto de confesión.
— Por que si no lo hubiese hecho, ella no estaría frente a nosotros intentando enfrentarse por última vez a los guardias de seguridad y ver a los chicos que creía odiar.
Sus ojos se dirigieron hacia mí, al igual que la cámara y miles de fans, concentrando toda su atención en la pequeña niña de 18 años. O como solían decirme antes, Little ____.
— ¿Qué edad tienes?
— ¿Cuál es tu nombre?
— ¿Alguno de los One Direction es tu novio?
Las preguntas no se detenían, y la lluvia de miradas tampoco. Por un momento quise escapar otra vez, como cuando mi padre fue en mi busca y hui de él dándome por vencida. Pero ahora no lo haría, no sería la pequeña nunca más.
Will se acercó a mí y junto a unos hombres grandes de negro, me dirigió hacia la entrada principal del Square. Las fotografías flasheaban por todo rincón, abrían y abrían puertas hasta que en una pequeña con la inicial A en ella se abrió y todo quedó en silencio.
Eran los vestidores, junto a un gran espejo y accesorios de estilistas.
— ¿____? —Escuché una voz femenina a mis espaldas; Lou.
Traía consigo a Lux en sus brazos y por el rostro sorprendido supuse que no entendía nada de lo que estaba sucediendo, al igual que yo.
— ¿Qué estás haciendo aquí? —Dijo, pero antes de responder levantó la palma desocupada y dijo—. Dejaré a Lux con mi asistente…
Salió un momento del bastidor y quedé sola otra vez. Si ella tampoco quería verme, entonces me rendiría, era muy importante su decisión.
Regresó rápidamente y cerró la puerta con su respiración agitada. Sus ojos se posaron en mí y en un par de zancadas se encontraba abrazándome fuertemente.
— Oh, por Dios, ____. No tenía idea de que estuvieses aquí y… —Respiró—. …vi todos esos paparazis reclamando fuera, pensé que se trataba de los chicos pero… ¡Decían tu nombre! ¿Cómo lo supieron? ¿Entregaste la fotografía? ¿Es por el trabajo?
«Lou, son muchas preguntas», pensé. Pero solo me dediqué a sonreír y ella se separó.
— Fue William Grif, ¿No? Escuché que es el presidente ahora y… ¿Te ha quitado el puesto?
Se estaba ahogando en sus propias incógnitas, tanto así que reí por el interés que tenía y las respuestas que le daría.
— Si, fue él pero… Le entregué el puesto yo misma.
— ¿Tú? Entonces sigues de investigado-
— Renuncié.
Su rostro se endureció, o mejor dicho, quedó hecho piedra. No lo podía creer.
— ¿Tú crees que fue lo correcto?
Aquella pregunta no salió de la boca de ella, ni iba dirigida hacia mí. Porque se pudo escuchar detrás de la puerta de la habitación y simplemente podía pertenecer a un irlandés rubio que siempre aparecía en circunstancias inoportunas.
Lou volteó y se mordió el labio inferior, estaba nerviosa.
— Debes esconderte en el armario. Ahora. —Me susurró.
Hice lo que pude para caber en aquel espacio pequeño, los accesorios arreglados por la estilista más afortunada colgaban por encima de mi cabeza y me senté con las rodillas dobladas hacia mi pecho, así no sería muy obvio.
Lou abrió la puerta y por un pequeño espacio pude ver entrar a los cinco chicos que actuarían hoy mismo frente a Nueva York.
— Grif dijo que ella vendría, y por las obvias preguntas de la prensa sobre nuestro noviazgo debe de estar en el público —Dijo Harry, pelando una banana del cesto de comida.
Así que Will era partícipe de todo esto. Claro, él mismo dijo que había hablado con ellos por la mañana, ¿cómo no entendí la indirecta…?
— ¿____ estará entre el público? Pensé que no la querían ver —Dijo Lou, mientras arreglaba el cabello de Zayn.
— No la veremos, Lou. Ella nos observará a nosotros. —Rió Louis—. Además… es increíble que haya asistido luego de lo de anoche…
Zayn gruñó y Louis calló. Liam se levantó de su asiento y mientras se sacaba su polera, caminó en dirección hacia el armario. Lugar donde me encontraba escondida entre las sombras.
— Bueno, bueno. Lo siento, Zayn. Es que —Continuó Louis—. Pensé que le dirías que se quedase.
«Yo también», pensé.
La puerta del armario se abrió y pude ver completamente el torso desnudo de Liam, pero al parecer él no se percató de mi cuerpo porque sacó su traje y cerró a media la salida, caminando de regreso a su lugar.
— Lo iba a hacer…
Alto. ¿Qué dijo?
Me removí un poco en el suelo para inclinarme y ver la escena que no podía presenciar directamente, y mi corazón se aceleró al ver a Zayn con una mirada triste en su semblante.
Lou terminó de acomodarle su peinado y con un poco de nerviosismo en sus manos dijo:
— ¿Qué ibas a hacer? ¿Pedirle que esté con ustedes?
Sus ojos fueron hacia mí por un breve segundo y supe que ella haría algo, quería sacarle información para mí más de lo que yo misma deseaba. Niall y Harry caminaron hacia mi posición, dejándome el tiempo colgando de un hilo para que me escondiese otra vez.
— Si ella venía con nosotros… no podría dejarla ir nunca más.
La puerta del armario fue otra vez abierta y pude ver el rostro de Niall, pero por suerte, no fui descubierta. Suspiré aliviada.
— Así que… no querías que por algún error se fuese de tu lado. —Tan maduro como siempre, Liam.
El silencio en la habitación había regresado luego de que todos se vistiesen y subiesen al escenario, por última vez vería su espectáculo de ésta gira. Salí directamente atónita ante lo que el moreno declaró; él quería seguir a mi lado aun cuando los había traicionado y por favor, estuve 6 meses inventando que solo era una chica de vacaciones. No me sentía de lo mejor en ese momento.
Escuché los gritos abrazadores de miles de fans detrás de unas cortinas. Si salía, todo el mundo me reconocerá y ya no bastaría con esconderme para que se olvidasen de mí, si no lo hacía, de todas maneras perdería mi orgullo al no poder enfrentármeles. Elija lo que elija, todo me daba mala espina.
— ¡Sean todos bienvenidos a esta asombrosa noche, Nueva York! —Se escuchó fuerte, la voz de Liam—. ¿Están listos para “Up All Night”?
Creí que el piso temblaría, los aplausos combinados con los chillidos y exageraciones de todo el público hacía rebotar mis oídos. Tal como la primera vez que los vi arriba del escenario.
— ¿Vas a quedarte ahí parada?
Giré instantáneamente y vi la cabellera rubia de Lou, mientras le acompañaba a sus espaldas Paul, con una gran sonrisa para mí.
— Ellos están esperando verte ahí entre el público, al igual que todos nosotros.
Bien, me lo comenzaron a hacer difícil. Arrugué la frente.
— No creo que quieran a una desconocida dentro de sus fanáticas…
— ¿Estás loca? —Me interrumpió, Lou—. Han aprendido a conocerte mucho más de lo que puedes creer. Niall me ha contado que hablas mientras duermes, Liam dice que tienes la costumbre de comerte las uñas cuando te sientes presionada, Louis soltó por casualidad que tomabas una taza de té antes de ir a dormir, Harry ayudó también con el secreto de que rechazabas a cualquier chico que quisiera besarte y Zayn… él acaba de aceptar que está estúpidamente enamorado de ti, separando las cosas de tu razón por estar con nosotros estos 6 meses. ¿No es suficiente?
Se acercó un par de pasos y apoyó sus manos en mis hombros; yo ya estaba sumergida en lágrimas por la emoción. Ellos se preocuparon del más mínimo detalle.
— Quiero que salgas, ahora.
Su voz se quebró en el último instante, dejando una prueba de que también comenzaría a sollozar.
Asentí, le di un abrazo con todas mis fuerzas y volteé hacia la cortina, dejando a mi suerte la siguiente decisión que tomase.
Creo que volví en el tiempo, a un pasado remoto donde mis padres me llevaron por primera vez a un concierto en vivo. Tenía 9 años, y los artistas en el escenario eran la moda del año. Kate y mi padre gritaban de la emoción, nunca antes los sorprendí con toda esa fuerza con la que repercutían en el escenario. Desde ese momento tuve la apreciación de un famoso frente a mí.
Pero ahora, no solo eran famosos chicos que estaban de moda, sino que comenzaron a cantar especialmente una de las canciones más esperadas por las Directioners; la misma que me dio la indicación que estaba siendo observada por el público al salir por la cortina: Up All Night.
Entrecerré mis ojos por los constantes flashes que atacaban mi cuerpo segundo a segundo, pero de un momento a otro, Paul llegó a mi rescate y me guió hacia la primera fila.
Mantuve mi cabeza baja como cuando llevan arrestado a algún criminal, así me sentía.
— ¿Es ella? —Dijo una chica—. ¡Está presente!
— No es tan bonita como decían…
— ¡Es horrible lo que le hizo a los chicos!
Si, lo sé, soy lo menos atractiva para ellos. Si, fue horrible. Todo eso lo tenía en mente desde que conocí al grupo y por fin me sentí querida. ¿Por qué aun así me hacían daño? No podía resistirme a que solo una opinión me afectase, y más ahora que todo el mundo sabía la verdad.
Pero también tomé en cuenta los comentarios positivos, que en cada segundo se hicieron notar mucho más que los demás…
— ¡Eres una envidia sana! —Gritaron un trío a mi derecha—. ¡Hagan señales a los chicos para que la encuentren!
Comencé a escuchar como cada una de ellas gritaba “Primera fila”, apuntándome e intentando llamar la atención de los chicos mientras llegaban al instrumental. Se acercaba el gran solo de Zayn antes del coro final, y lo que me hizo reaccionar fue el último comentario del público que escuché.
— ¡Levanta la cabeza!
Y así lo hice.
La voz de Zayn resonó en toda la arena, había comenzado el coro final y ellos me estaban observando. Los cinco. A mí. Frente a frente, sentados sobre el escenario sonriendo como siempre los vi.
Llevé ambas palmas hacia mi boca ahogando un grito. ¡Estaban dedicándome esa canción! Todos los expectantes, fans, Lou, la prensa, el mundo, mis padres… fueron testigos de nuestro rencuentro.
La canción terminó y el público gritó, más por mí que por ellos.
— ¿A quién tenemos aquí? —Dijo Liam en el micrófono.
— ¿Es una fanática? —Preguntó Zayn—. ¿Por qué la dejaste pasar, Paul?
La misma escena, las mismas preguntas que me hicieron enojar la primera vez que me los encontré en el hotel, pero ahora yo me encontraba en uno de sus conciertos, estúpidamente enamorada de ellos pero especialmente, del idiota ogro que se encontraba riendo más que nunca frente a mí.
— Les dije que no me dedicasen ninguna canción.
Me crucé de brazos y los miré enojada, Niall me sonrió y estiró los brazos.
— Eres una enojona, ¿Lo sabías?
Su pregunta me recordó a los típicos comentarios que yo les di, “Son unos idiotas, ¿Lo sabían?”, era una gran frase.
Estiré los brazos dejándome alzar por los del rubio irlandés y con la ayuda de Louis me dejaron de pie junto a ellos. Harry sonrió enormemente y supe que haría una maldad, porque de un segundo a otro me levantó en sus hombros y dejó caer mi peso sobre uno de los de ellos. Cerré los ojos pensando en la caída, pero al encontrarme sana y salva en el pecho de un chico, los abrí lentamente.
Los gritos no cesaron nunca, incluso habían incrementado cuando descubrieron que el que me tenía sosteniendo era Zayn.
Su sonrisa tampoco había desaparecido. Estaba feliz, muy feliz.
— Te quedarás con nosotros.
Sonreí nerviosa.
— ¿Qué harías si dijese que no?
— Cloe, no fue una consulta. —Dijo, dejándome con los pies en el suelo—. Eres la nueva ayudante de Lou, además de la pareja oficial de uno de nosotros.
Mis mejillas enrojecieron inmediatamente, ¿Pareja oficial?
— ¿D-De quién? —Intenté pronunciar.
Él negó con la cabeza y miró a los 4 compañeros de atrás, luego regresó a mí.
— Soy el único que está compitiendo ahora, ¿sabes? —Louis se le acercó con el micrófono en mano, entregándoselo—. Así que… ¿Dónde quedó mi último dólar? Aceptaste besarme por cada dólar que te debía.
El corazón no dejaba de latir más acelerado que antes, él me estaba pidiendo ante miles de fans que lo besase… sin duda era un gran idiota.
— Recuerdo que quedaban dos, ¿Cuándo me darás el siguiente? —Le sonreí de lado.
— Cuando termine con este especial espectáculo.
Dicho esto, me guiñó un ojo, se inclinó lo suficiente y besó mis labios con la ternura y calidez que quería de él. Nunca antes me había sentido tan deseada, tan querida, tan amada. Ese cantante orgulloso me había enamorado por fin. Ya veía los titulares del día siguiente: “One Direction tienen secuestrada a una chica en sus corazones, Zayn Malik fue el líder”.
Cuando el beso acabó abrí lentamente los ojos, que sin titubear, comenzaron a soltar lágrimas nublando aún más mi mirada.
Ellos me habían perdonado, mejor dicho, Zayn «cabezadecemento» lo había hecho. Con eso, mi conciencia estaba más que limpia.
La evidencia no fue entregada a tiempo, pero de todas maneras hubo un final feliz.
Y de todo lo que tuvo que pasar, nadie salió realmente herido.