Entrega la Evidencia y nadie saldrá herido. (One Direction y tú) [TERMINADA]

Han pasado dos días desde los abandoné en el aeropuerto y regresé a casa.
Kate me esperó con los brazos abiertos en Nueva York, acurrucándome entre su pecho por los constantes sollozos que dejé salir en el auto hacia mi hogar.
«Todo el mundo se equivoca, ____. Es parte de un ser humano cometer errores», fue lo que dijo. Pero yo me sentía arrepentida, abrumada, apenada, depresiva. Todo lo que se mete en tu cabeza es para mal.
— ¿Quieres un raspado de limón? —Me preguntó Kate—. Sé que es tu favorito.
Estaba en la puerta de mi habitación mirándome. Por favor, cómo es tan fuerte soportando esto.
— Les hice algo horrible —Le susurré.
Ella me negó con la cabeza y caminó hasta sentarse a mi lado. Levanté la mirada y la veo; su sonrisa.
— Todo estará bien.
Me acaricia la frente y pellizca mi nariz. Gemí.
— Esto es serio —Dijo, disimulando un dolor en su pecho—. No me digas, ¿Estás dispuesta a quedarte por todo el día acostada con tus cicatrices? ¡Arriba, Ahora!
La miré por unos momentos confundida, ¿Qué rayos estaba haciendo?
No encuentro el momento de responder, porque de un momento a otro me destapa de las sábanas y arroja encima de mí unos shorts de mezclilla negros, una polera blanca con un chaleco delgado azul marino y por último, deja a mis pies un par de botines de taco alto. (Aquí)
— ¿Qué haces? —Le pregunté.
— Irás a The Next Time. Ahí —Apuntó hacia mi torso, cerca del corazón—. Encontrarás la respuesta. Entregarle la fotografía que cambiará todo, o beneficiar a ambos lados.
La miré unos segundos. Así no es Kate. Ella ahora se iría de mi casa hacia la suya en el otro extremo de Manhattan.
— ¿Quién eres? —Dije seriamente.
Abrió demasiado los ojos para mi gusto y comenzó a reírse, niega con uno de sus dedos índices y se acerca hacia mí otra vez para decir:
— Yo soy Kate Ellesonn, esposa de Stephen Ellesonn y madre de ____ Cloe Ellesonn. Pero mi pregunta final es —Aclaró su garganta—. ¿Quién eres realmente tú?
Sí, parece una película. Pero gracias a esa frase ahora estoy corriendo hacia el edificio principal de la editorial donde estoy trabajando.
No sé en realidad que haré cuando llegue ahí, si renunciaré o le daré la fotografía.
Al igual que la primera vez, estoy nerviosa. ¿Qué diré? ¿Will estará ahí? Bien. Estoy hiperventilando. Basta.
— ¿____? —Escuché la voz de Will desde recepción—. Pensé que estabas en casa…
Me apoyé unos segundos sobre mis rodillas con las manos y levanto la mirada hacia él. Ha bajado de peso, ¿Por qué tanto?
— ¿Hel no te está dando… —Dije entrecortadamente— …tu salario?
Con la sola vibración de su frente al escuchar mi pregunta me lo aseguró. Helen hacía eso cuando iba a despedir a algún empleado de la revista. Y esta última vez, era Will.
Me puse de pie firmemente y tomé aire. Si se metían con él se meterían conmigo.
— Se las verá conmigo.
Comencé a caminar hacia la oficina principal de mi diablo vestida de bruja, con la fuerza en la palma de la mano y una furia que hace mucho no sentía.
Toqué con ímpetu la puerta y esperé. Luego de unos segundos interminables escuché su voz:
— Adelante.
Suspiré y abrí la puerta.
Sentada en su escritorio con los ojos puestos en la computadora, un café en la mano y un lápiz en el otro. Así era Helen.
— Pensé que no llegarías —Dijo.
Me acerqué a ella lentamente. La fuerza que creí sentir antes comenzaba a desvanecerse de a poco.
— Siempre cumplo con mi trabajo, Hel.
Su mirada se centra en mí y ahí la veo. Mi respuesta.
— Bien hecho, Little ____. Estaba preocupada por tu cambio de mando cuando dijiste que viajarías en cercanía con ellos. Aunque debo admitir que se te ve algo diferente.
Toma un sorbo de su taza y la dejó luego encima del escritorio. Se levantó de su silla y con pasos firmes caminó hacia mí.
— ¿Has cambiado, Ellesonn?
Apreté mi garganta.
— No —Dije—. Solo tuve algunos contratiempos, es todo.
Desvié la mirada al final de la oración y me crucé de brazos.
— ¿Enojada? —Apuntó hacia ellos—. Hablemos sobre tu trabajo, ¿Está bien?

— Quieres decir que… ¿Estuviste todos estos meses viajando dentro de sus aviones y conciertos?
Su pregunta parece hacerla sorprender a ella misma, pero al relatarle solo lo importante de la gira, yo también me sorprendí.
No podía creer que solo con 18 años estuviese aquí. A solo una frase de cambiar mi vida.
— Todo empezó con la fotografía, ¿Sabes?
Ni yo misma me pude escuchar tan enemiga. Vamos, ____. Solo un poco más.
— ¡Oh, Cierto! ¡La fotografía! ¿La tienes?
Su rostro se iluminó como cuando el sol ilumina el día. Nunca la había visto tan feliz. Ahora solo faltaba esa pregunta.
— Cambiando de tema, —Dije— ¿A quién despedirás ésta vez?
Oh. Su felicidad fue arruinada por completo.
— ¿Por qué quieres saberlo? Solo es una persona sin importancia en la revista.
Cruel. Eso era ella. ¡Estaba hablando de Will! Quería despedirlo, cuando él era el menos desperdiciador de tiempo del mundo. Peor que yo. Siempre trabajaba en un puzle o algo, y yo estaba ahí para acompañarlo. No podía dejarlo solo ahora.
— Hay buenos empleados aquí, Helen —Le aseguré.
Su rostro volvió a arrugarse por un instante y como lo suponía; se estaba enojando.
— No lo son cuando se toman todo esto a la ligera. Ésta persona tiene un trabajo que cualquiera lo puede hacer.
Mentirosa, un puzle es difícil cuando Will los hace.
— ¿A quién despedirás ésta vez? —Volví a repetirle.
Se cruzó de brazos y apoyó su peso sobre el escritorio. ¿Quería desafiarme? Bien.
— Will es mi compañero de trabajo.
Una leve sonrisa se formó en la comisura de sus labios, luego desvió la mirada hacia la pantalla del computador y volvió a mí otra vez.
— A veces hay que dejar atrás a las amistades, Ellesonn.
No.
— No —Le dije.
Frunció el ceño. Vamos, otra más.
— ¿Qué acabas de decir? —Subió un poco la voz.
Yo también lo hice:
— Estás equivocada, Hel. Las amistades nunca se dejan atrás, y menos cuando te han hecho feliz alguna vez.
Eso era verdad. Obviamente ocurría con Will, pero cuando pronuncié la palabra “Feliz”, a mi ente vinieron rostros inconfundibles de idiotas frente a mí. Esos idiotas, sí.
— ¿Por qué estás aquí realmente, Ellesonn? —Entrecerró los ojos, estaba furiosa.
Fruncí el ceño y di un paso hacia ella. Metí mi mano al bolsillo de mi chaqueta y saqué el celular.
Busqué la fotografía.
— Todo comenzó por ésta fotografía.
Sostuve su mano con la mía liberada y con un poco de brusquedad, le entregué mi móvil con un Harry borracho en él.
No sonrió. Ella la estaba esperando, lo sabía. Pero no de la forma en que yo se la proporcionaba.
— Siéntete libre de difundirla por internet y la prensa, Helen. Pero eso ya es pasado, de seguro no les importará algo que ha ocurrido hace medio año.
Retrocedí más de un par de pasos. Si explotaba, no quería estar frente a ella.
Cuando estuve a solo segundos de salir corriendo de su oficina, un suspiro de su parte me hizo detener.
La miré a los ojos.
— Eres igual a tu madre, ____ —Dijo.
Dejó mi teléfono encima del escritorio y caminó a paso lento en mi dirección. Para cuando estuvo lo suficientemente cerca para intimidarme, sonrió.
— Aunque ella fue más ingenua y me entregó la fotografía cuando se encontraban en Los Ángeles.
¡Un momento!
— ¿Qué…?
— Me pidió que guardara el secreto, tenía una muy buena razón al parecer —Murmuró, apuntando ahora mi cabeza—. Porque si hubieses pensado con eso, la fotografía ya hubiese sido entregada desde el comienzo del viaje.
Ahora había bajado hacia mi pecho y continuó:
— Kate me enseñó a que estabas lista para tener el puesto como directora, ya que una buena persona como tú, pensó con el corazón.
Apoyó ambas manos en sus caderas en forma de mango, retrocedió y me sonrió otra vez.
Esto no puede estar pasando, ¿Cómo consiguió la fotografía Kate?
Oh, mierda.
Lo recordé. La vez que pasamos a la playa Santa Mónica, cuidó mis cosas mientras entraba al baño.
Como no lo supe antes.
— Estás diciendo que…
Acomodó su garganta y dijo:
— Esa evidencia era necesaria, por supuesto. Pero como tú misma lo dijiste, luego de tanto tiempo no será una gran noticia y dejará de importarles a la prensa.
Estaba completamente confundida. Si el tiempo que estuve apenada luego de la llegada de Kate en medio de la gira no me importaba, ahora me comenzaba a comer. Hablo de la furia que sentía, claro.
— ¿Y Will? ¿Lo despedirás de todas maneras? —Le escupí.
Su rostro sonriente volvió a desaparecer.
— Él no es importante, ____. Deberías saberlo.
No, él si lo era. Y como su mejor amiga y él el mío, lo rescataría de todo lo malo. Incluso de Helen. Aunque todo eso me deje en la calle, lo haría.
— ¿Sabes? —Tragué saliva.
Con esas palabras, terminaría todo. Mi antiguo sueño, mi trabajo, el principio de todos mis problemas.
Puede que yo haya tomado una gran decisión de guardarme la foto hasta el final, ya que cuando estás en compañía de un grupo tan famoso de chicos de tu edad queriendo acosarte, les comienzas a tener cariño y respeto.
Will era mi amigo, el que sabía desde un principio qué pensaba y estaba ahí cuando las cosas eran imposibles de superar. Él necesitaba de un trabajo que lo mantuviese alejado de todo este tipo de fama y aprendiese a llevar la sabiduría que tenía, mucho más ahora que tenía una novia presente.
Por todo eso, es que lo dije.
— Renuncio.