Entrega la Evidencia y nadie saldrá herido. (One Direction y tú) [TERMINADA]

Bien, mira a tu derecha. Una de las más conocidas zonas turísticas de Roma iluminada de todos los colores en la noche. La Fontana de Trevi. Ahora, mira a tu izquierda. El integrante del grupo más famoso del mundo tomando tu mano mientras se esconde de la prensa. Liam Payne.
— ¿Disculpa? — Dijo una chica caminando hacia nosotros.
Pensé lo peor. “Oh, Dios. Liam fue descubierto y ahora preguntarán por mí”.
— ¿Podemos tomarte una fotografía? — Me preguntó.
La chica no era más joven que yo, tenía el cabello rubio y era acompañada por una amiga del mismo rubio pero más corto. Ambas ajustaban sus cámaras para enfocarme.
— Nos ha encantado tu vestuario y queríamos subirlo a nuestro blog. ¿Podríamos? — Dijo la otra chica.
¿Una fotografía de mi vestido? No lo había esperado.
Liam soltó mi mano y se puso al lado de ellas sonriéndome para que posara para sus cámaras. No sabía que hacer, era inexperta total.
El castaño me sacó su lengua y me hizo sonreír. Ahí fue donde las chicas, sorprendidas, sonrieron y tomaron una perfecta muestra de mi vestuario.
Cuando terminaron me acerqué a ellas y divisé una pegatina en una de las cámaras. Eran fans de One Direction.
— ¿Directioners? — Les pregunté.
Liam volvió a tomar mi mano con más fuerza de lo normal poniéndose nervioso. Ellas no tenían idea de que uno de sus ídolos estaba a solo centímetros de sus cuerpos.
— ¡Oh, Claro! ¿Los conoces? — Dijo una de ellas sonriente. — ¡Mañana nos toca estar en primera fila en el concierto! No los hemos visto salir a visitar los alrededores pero en algún momento lo harán, ¿No lo crees?
Observé por un segundo a Liam a mi izquierda y luego me devolví hacia ellas sonriendo. No lo habían descubierto.
— Yo creo que son muy asustadizos. Tal vez algunos no son tan valientes de soportarnos. — Reí.
La otra chica rió y dijo. — ¿Eso piensas? En la actuación anterior nos contaron que Liam preguntó en medio del espectáculo a una chica si la puede besar. ¡Es lo más valiente que he escuchado!
Mi corazón se aceleró y el agarre incrementó. Asentí y luego de que las fans se retirasen, el castaño soltó el aire retenido con fuerza.
— ¿Por qué te asustas? Ellas ni si quiera pensaron en que uno de esos “cobardes” estaría en frente conmigo. Tranquilízate. — Reí.
— ¿Cobardes? Mírame, estoy con una hermosa chica en la fuente de agua más famosa del mundo y aún no veo ningún paparazi. ¿Cómo le llamas a eso?
— Eso es suerte.
Bufó y volteó hacia la fuente buscando algo en su bolsillo. Mis mejillas enrojecieron, él me había llamado “hermosa”.
Luego de unos segundos sacó dos monedas y me entregó una de ellas a mí.
— ¿Qué es esto? — Le pregunté.
Me sonrió y volvió a voltearse dándole la espalda a la fuente, para acto seguido, arrojar la moneda hacia ella.
— Listo. — Me sonrió. — Ahora es tu turno.
— ¿Turno de qué? — Dije confundida.
— Arroja esa moneda hacia la fuente, pide un deseo y se te cumplirá. — Dijo. — Dicen que cuando lo haces siempre vuelves a Roma.
Me hizo dar media vuelta y cerró mi puño con la moneda dentro.
— Solo pide lo que deseas en este momento, y todo se hará realidad.
Alcé una de mis cejas. Luego me relajé y decidí seguirle el juego, tal vez así no seguiría insistiendo. Cerré los ojos y comencé a pensar.
¿Qué pediría?
Puedo desear por la salud de mis padres, que siempre estemos juntos… pero no, aunque ese fuese mi deseo no puedo darles una vida que no quieren.
Tal vez puedo pedir por que mi trabajo siga en pie cuando vuelva a Nueva York. Reí para mí misma. No todo es el trabajo.
Pero cuando a mi mente vinieron los rostros de los chicos, mi deseo estaba decidido.
Suspiré lentamente y al momento de alzar mi mano soltando la pequeña moneda, abrí los ojos y observé a Liam sonreírme. De todas maneras tendría que pedírselo.
— Bésame… — Susurré.
Y ahí fue cuando su rostro se iluminó verdaderamente para acercarse a mí y juntar nuestros labios.
Debo recordar que en sus ojos, los lentes oscuros nos separaban por un centímetro. Por lo que sonreí entre el beso y él también lo hizo, dejando la ternura de su boca rozando la mía.
Mi pecho saltaba de la emoción, era caballeroso cómo no intentaba presumir de ello y seguir besándome con dulzura. Pero el momento se estropeó cuando intenté subir mis brazos hacia sus hombros y unos gritos nos arremetieron la cabeza con fuerza.
Sus labios se separaron y pude observar un pequeño sonrojo en sus mejillas, además de la molestia por los chillidos que venían desde el otro lado de la fuente.
Mis ojos se dirigieron hacia el bullicio y el enojo de él me contagió por los aires.
Los cuatro integrantes que faltaban, también arrojaron monedas hacia la fuente y pedían deseos mientras docenas de fans locas intentaban sacarse una foto con ellos. Entre todas pude divisar a las chicas que antes me pidieron una y me crucé de brazos enojada. ¿Qué hacían ahí?
Liam suspiró con fuerza y volteó a mirarme para decir:
— Lo están haciendo por venganza, ____. No te preocupes, volveré cuando hable con ellos.
Me sonrió y se acercó tímidamente para besar mis labios otra vez, justo antes de que se mezclara con la gente sacándose su improvisado disfraz y aparecer al lado de sus compañeros.
Las chicas gritaron aún más y él hizo caso omiso a sus peticiones para hablar con el grupo.
— Deberías de sacar algunas fotografías para llevárselas a Helen. — Salió la voz de Will a mis espaldas.
Volteé asustada dando un pequeño salto y suspiré al verlo.
— ¿Cómo supiste que estaba acá? — Le pregunté mirándolo a los ojos.
Él sonrió y apuntó al grupo.
— Los escuché en el pasillo de que había un malévolo plan llamado “Arruinar la cita de Liam”, y supuse que estarías en medio de todo.
Fruncí el ceño y mi mirada fue hacia ellos otra vez.
Así que de eso se trataba cuando Harry me deseó suerte un par de horas atrás… Siempre tan “inteligente”.
Busqué mi teléfono en el bolso pequeño que traía conmigo, para por lo menos obtener una evidencia decente de que ellos estaban en Roma disfrutando. Pero cuando pasaron los segundos y no podía encontrarlo, mi mente hizo click.
¡No estaba mi móvil!
— ¡Will! — Grité.
Mi compañero me observó asustado y llevé mis manos hacia mi boca.
¿Dónde diablos se encontraba mi celular?
— No está… — Intenté decir.
— ¿Qué? ¿Qué cosa no está? — Me preguntó él agarrándome por los hombros.
— ¡El teléfono! ¡Me lo han robado!
Su rostro horrorizado no lo pudo evitar, aunque pensándolo bien, yo estaba igual o peor.
Will suspiró intentando calmarse y dijo:
— Tal vez lo has olvidado en el hotel, no te asustes. Volvamos y ten por seguro que estará encima de tu escritorio o algo.
Solté las manos de mis labios y le asentí. Tenía razón. Tal vez en ningún momento lo guardé pensando que lo necesitaría y ahora estaba encima de la mesa diciendo “Hey, me has dejado.”
Will tomó mi brazo arrastrándome con rapidez, intentando hacerse un espacio entre la multitud que gritaba eufórica por el famoso grupo en el sentido contrario.
Miré un momento hacia atrás pidiéndole perdón a Liam por dejar nuestra “cita” ahí, pero la única mirada que pude conectar fue la de un asombrado Louis observándonos fijamente en el momento en que corríamos.

— Llámame. — Dije cuando llegamos a mi habitación.
Will no dudó ni un segundo al ver que no tenía razón. El teléfono no estaba ahí.
Sacó su móvil y marcó mi número, sin ningún resultado.
— Mierda, Will. Ahora estoy perdida.
Desordené mi cabello intentando ordenar mis ideas. ¿Dónde y cómo se pudo haber perdido?
Estuve el resto del día tratando de no echarme a llorar, además de gritar y destruir todo, porque si bien solo era un teléfono, lo más importante del trato y de todas estas “vacaciones” se encontraba archivado dentro en una fotografía. La evidencia que tanto quería el grupo.
La puerta de mi habitación se abrió lentamente, como si alguien estuviese entrando a la casa del terror por obligación y reunía sus fuerzas para no asustarse.
— ¿____? — Escuché la voz de Niall.
Yo estaba acostada boca arriba encima del cobertor de mi cama, con los ojos abiertos viendo mi vida caer por un precipicio, y lo único que pude hacer fue voltear a observarlo.
— Déjanos entrar, Niall. — Dijo otra voz que pertenecía a Louis.
Y cuando menos lo esperaba, tenía a 3/5 del grupo dentro de mi habitación.
Niall, Louis y Liam.
— ¿Qué quieren? — Intenté sonar enferma pero al parecer no fue así, sonó con fuerza.
Niall retrocedió un paso inocente y Liam tomó el hombro de Tommo para empujarlo hacia mí.
— Louis tiene que decirte algo. — Dijo maduramente.
Me senté en la cama con la mirada puesta en el castaño mayor y el irlandés solo bufó.
— Lo lamento… — Comenzó despacio. — … Ya sabes, por echar a perder tu cita con Liam…
Miré hacia sus ojos y él se sonrojó. Luego suspiré y dije:
— No te disculpes.
Niall dio un paso al frente para quedar al lado de ellos. Él también lo sentía.
— Louis dijo que te habías ido con Will con cara de preocupación… ¿Ocurrió algo?
Bien, Niall no tenía idea de que mi celular había desaparecido. No puedo negar que se me pasó el hecho de que alguno de ellos me lo haya quitado.
Liam asintió y agregó:
— Grif sigue siendo tu novio, ¿No es verdad?
Otra vez la culpa me comenzó a comer. Mis ojos se entrecerraron y cuando vi al trío tensarse al escuchar aquello, decidí decirles algo que Niall ya sabía.
— No tengo novio. — Bufé desviando la mirada. — Si lo fuese, Niall ni si quiera estaría vivo ahora luego de que me invitara a dormir con él en la mañana.
Reí y el rubio se enrojeció. Louis sonrió junto con Liam y me levanté de la cama al fin par agradecerles la atención que tanto tomaban a mi persona.
— Gracias por preocuparse por mí, chicos.
Luego sonreí de verdad, porque ellos me hacían experimentar una felicidad distinta a la que yo estaba acostumbrada.
— Aún tengo una duda, ____. — Dijo Louis. — Si no fue nada con Grif el acto de tu mirada… ¿Por qué estabas tan impactada?
Arrugué un poco mi nariz y me arrojé al sillón molesta, seguida del trío que se acomodaron en diferentes lugares de mi habitación. Esperando.
— No encuentro mi teléfono. Toda la méndiga tarde estuve buscándolo y no está por ningún rincón. — Suspiré. — Supongo que el trato se rompe aquí.
Lo último, lo dije en son de broma. Pero por un lado tenía razón. El trato involucraba la fotografía que mantenía ahí dentro como evidencia de una noticia reveladora, pero si no estaba, no existía suceso, y si no existía suceso tampoco existía el acuerdo.
Niall negó con la cabeza disgustado consigo mismo y miró directo hacia Louis, quién le devolvía la mirada también mientras que Liam fruncía levemente el ceño.
— ¿Qué les ocurre? — Pregunté frotándome los ojos.
Liam gruñó y se levantó para decir:
— El compromiso era que te daríamos la mejor de tus vacaciones con todos. Y al final del recorrido obtendríamos la fotografía. Si ella aparece hasta entonces no hay problema porque sigas viajando con el grupo.
Mis mejillas ahora eran dos pedazos de lava ardiente. ¿Me estaban invitando aún sin esa prueba?
Era mentira.
— No. — Dije sin dudar. — No, no, no. El trato comenzó por esa evidencia, ¿No es así? Entonces si no existe no hay caso por el que esté aquí con ustedes.
Al parecer eso lo dije sin una buena razón de por medio. Porque por el rostro afectado de los tres supuse que fue muy rudo de mi parte.
Acababa de decir que no quería estar con ellos.
— Chicos… yo no quise… — Logré articular.
— Llama a Harry. — Ordenó Louis al mismo tiempo en que su rostro se volvía serio y veía hacia Niall.
El rubio asintió con timidez y salió de la habitación rápidamente. Luego de un par de minutos reapareció con el de rulos detrás, quién con su mirada estrecha pudo darme a conocer su conocimiento de lo que acababa de ocurrir.
— ¿Qué…?
— Tienes el número de ____, ¿Verdad? — Dijo Louis.
Harry asintió y me volteé a verle. ¿Cómo lo había obtenido?
— Llámale a su móvil, así lo encontraremos más rápido.
Cuando el ruliento aceptó otra vez la orden, pedí a los cielos que dejasen de comportarse así. No siendo ellos mismos.
El silencio nos invadió a todos y un sonido apareció de la nada mientras Harry marcaba mi número.
Venía fuera del pasillo.
Me levanté con rapidez y abrí la puerta con fuerza. Para encontrarme a un desarreglado y recién despierto Zayn, sosteniendo mi teléfono entre sus manos y con sus ojos penetrándome hasta la médula.