A la luz de la luna. [Damian McGinty] One Shot.

Ambos estábamos acostumbrados a ver la vida de una forma perfecta. De una forma distinta a los demás, de una manera bastante especial. Nuestros sentimientos siempre fueron sinceros, al menos los míos siempre lo fueron.
Tengo que decir que tú fuiste la luz que guio mi camino, tú fuiste mi vida entera, mi alma, mi razón de ser, el fuego que me hace vibrar. Fuiste mi todo, fuiste mi felicidad.

¿Por qué hablo en pasado? Porque ahora eso eres, pasado. El más hermoso pasado que he vivido y que jamás volveré a vivir.

Tus sueños fueron mis sueños siempre, lo que tú anhelabas lo anhelaba yo. Tú eras todo lo que siempre quise hacer, tú fuiste yo. Tú eras mi todo, y nunca me cansare de decirlo. Mi todo.

Como siempre en toda relación hubo problemas, quizá fueron pocos pero existieron en nuestro hermoso caminar. Te mentí en ciertas ocasiones, pero no porque quise si no porque necesite hacerlo. Te hice creer que no te amaba, siempre te desprecie. Quizá no siempre, pero si al principio de conocernos. Yo no podía estar contigo, yo nunca había compartido mi corazón con alguien como tú.

Alguien que pensaba que no necesitaba alas para volar, solo necesitaba tener un corazón dispuesto ante cualquier situación, no importaba el grado de dificultad.

Aun recuerdo la primera vez que te vi y te dije que eras tonta, y no lo dije porque así lo sintiera, si no porque quería llamar tu atención. Quería que supieras que existo, quería que tan solo una vez hubieras pensado en mi, tan siquiera una bendita vez.

Nuestro primer beso no fue el mejor de todos, aun lo recuerdo y me muero de la risa pero a los segundos vienen las lágrimas. No fue la mejor idea de todas besarte frente al equipo de futbol americano siendo tú una chica del grupo de matemáticas avanzadas. No fue una buena idea después de besarte decirte que fue el peor beso de todos aunque dentro de mi pensara que fue el mejor beso que había tenido.

Si fui un completo estúpido, pero llego el tiempo de madurar. Y eso pasó cuando dije que te amaba, cuando te declare mis sentimientos a la luz de la luna, solos tú y yo. Por un momento creí volverme loco y pensar que estaba alucinando.

Odie ese día, odie declararte mis sentimientos porque en vez de recibir un sí de tu parte recibí una gran bofetada en mi mejilla. Sabía que lo merecía pero de todos modos me fui muy molesto de allí. Aun recuerdo que Cameron dijo que fui un idiota y después se burlo de mí toda la semana, fue una semana completamente dura, bastante dura.

¿Quieres saber cuál fue el día mas feliz de mi vida? El día que te escuche cantar. Ese día fue el más magnifico y exótico día de toda mi maldita vida. Nunca había escuchado una voz tan dulce como la tuya, nunca. Recuerdo aun el color de tus mejillas al verme ahí sentado observándote cantar, bajaste tu mirada y yo sin pensarlo me acerque y te bese. Ahí fui correspondido, cuando el Damian superficial se había marchado, cuando era yo mismo.
Y después de ese beso todos mis días se volvieron completamente felices.

Aun recuerdo tu dulce cara de sorpresa al decirte que había renunciado al equipo de futbol, aun recuerdo tus gemidos al hacerte mía por primera vez. Ese fue el día mas erótico que jamás pensé tener. Nunca pensé que detrás de esa delgada figura había una divina mujer. Aun recuerdo el sabor de tu piel virginal, aun recuerdo tus besos de esa noche, se quedaron tatuados en mi piel desde esa noche hasta el resto de mi vida.

Sé que pensaras porque de tantos años de mi ausencia vuelvo a escribirte amor mío. Aquí viene la respuesta, te necesito. Te necesito como jamás he necesitado a alguien para vivir, te necesito más que el aire que respiro. Y déjame decirte que solo ocupe un día después de dejarte para darme cuenta, pero no me acerque a ti después, tenía miedo, no quería pedirte perdón debido a que no se pedir perdón, no se disculparme y menos con la persona que robo mi corazón.

Si, tú eres la ladrona. Eres la que se llevo mi corazón y ahora me hago presente en esta carta para pedirte que me lo regreses. Estoy cansado… ¿y sabes por qué? Porque me di cuenta que ya no soy aquel adolescente que creía que la juventud nunca se le escaparía de las manos. Ya no soy ese chico popular que te robo tu primer beso o que te hizo suya una noche de pasión. Ya no lo soy, ese Damian ya no está. Ahora solo hay cenizas de ese joven, cenizas regadas por la alfombra de tu habitación, por esas sabanas donde gemiste mi nombre más de veinticinco veces. Ahora soy un hombre, un maldito hombre desgraciado infeliz.

Y sinceramente ya no busco mi felicidad porque ahora sé donde está. Mi felicidad está contigo, tú eres mi felicidad. Pero además de ser mi felicidad eres mi infierno, eres mi caída. Eres mi droga, eres la razón por la cual odio levantarme temprano debido a que ya no te veo, ya no veo tus ojos almendrados mirándome a los ojos como antes solíamos estar. Ya no veo tu cuerpo desnudo en la bañera, ya no veo tus caricias, no te siento. No siento mi felicidad y eso me convierte en el peor de todos, me convierte en un desperdicio a la humanidad.

Sé que no volverás así que he decidido irme. Pero antes de irme quiero decirte lo que me ha costado tanto decirte después de tantos años, hasta me cuesta escribirlo, ahora mismo mis manos tiemblan bastante… te amo ________. Te amo tanto, te amo como no tienes una idea. Y sé que todo hubiera sido diferente si en el momento en que te hubieras ido te hubiera retenido y te hubiera dicho que te amo, pero no lo hice, este idiota no lo hizo.
Y ahora estoy pagando mis errores. Uno por uno, se que este infierno no acabara así que he decidido acabarlo por mi propia cuenta. No, no estoy pensando en suicidio. Así que todo estará bien, o al menos eso espero.

Nuestro destino ya no está escrito. Ahora son destinos separados. Espero que te encuentres bien, que estés feliz. Que disfrutes la vida como el tiempo que yo la disfrute estando a tu lado, con el amor de mi infeliz vida.
Cumple tus sueños, y ya sabes… te estaré esperando en luz de la luna.
Con amor.
Damian McGinty.


Una semana después ______ abrió la puerta de su casa y observo un sobre azul en su tapete. Lo tomo y al ver la firma un escalofrió se extendió por todo su cuerpo. Tomo la carta y se fue a su habitación evitando que su esposo la viera.

Leyó la carta y al finalizar soltó lágrimas. Pero ella ya no podía volver con él, ella ya tenía una vida. Tenía un esposo quien la amaba y un hijo de dos años. Toco la última frase con sus dedos “te estaré esperando a la luz de la luna” ella claramente sabia donde estaba, donde se encontraba su amor. Que a pesar de todos estos años sin el aun lo amaba con locura.

Seco sus lágrimas y guardo la carta en un cajón debajo de su libro favorito. Atendió a su hijo y espero que anocheciera para iniciar su partida.

Dejo al pequeño dormido y le beso la frente. Su esposo, Ryan. Dormía junto al niño. No le importo si después de esto se divorciaban o si la iría buscar. _____ no estaría en calma hasta verlo, hasta volverse encontrar con esos ojos celestes que le robaron el aliento.

Se sentó en la arena, aun olía la brisa del mar y le recordaba a sus aventuras adolescentes. De pronto sintió unos fuertes y cálidos brazos apoderarse de sus hombros. Su mirada se encontró con los ojos azules de Damian.
Su respiración no le ayudaba en ese momento, ni el palpitar de su corazón. Lo vio y él le sonrió como si ya se hubieran visto antes. Tomo asiento a su lado y la miro a los ojos, ella estaba muerta de miedo, tenía miedo a dejar todo por el, por su completa felicidad.

- Recuerdas nuestra promesa, ahora estoy seguro de que lo haces. –dijo eso y Damian encendió un cigarrillo- a la luz de la luna, esa sería la última vez que nos veríamos, la ultima.

- Es muy tarde Damian, muy tarde. –pronuncio _____ con rencor y miedo pero eso era pequeño al comparar con el amor tan grande que sentía.- yo ya tengo una vida, tengo un hijo y un esposo que me ama.

- Lo sé. –dijo Damian soltando aquel cigarrillo y aplastándolo con la arena- yo sé todo eso, y no te pediré que los dejes por mí. Yo no valgo la pena, nunca valí algo- solo quiero pedirte una cosa y que seas honesta –dijo eso y tomo el rostro de ella para apreciar la belleza de sus ojos avellana- ¿lo amas? ¿lo amas más de lo que me amaste alguna vez?

- No. - ____ admitió con cobardía- no he amado a alguien más que a ti, nunca sería capaz de hacerlo.

- Yo tampoco sería capaz de eso, nunca podre amar a alguien más que a ti, que a mis ojos de chocolate –dijo eso y _____ soltó una risa tímida a recordar que así le decía en su juventud- soy un adulto ahora _____, ambos lo somos. Ya no somos los adolescentes que pensaban que el tiempo no correría tan rápido. Todo eso ha cambiado.

- Lo sé. Todo eso ya lo sé. –respondió ____ alejando las manos de Damian de su rostro- ¿sabes? La vida no fácil, nada ha sido fácil. Ahora solo desearía regresar el tiempo, exactamente el día en que me escuchaste cantar y me besaste. Pararlo ahí y nunca jamás volverte a dejar.

- No desees eso, solo desea que esto dure para siempre.


Un inesperado beso recibió _______ al instante. Damian nuevamente se había hecho dueño de sus labios. Sus labios se convirtieron en los labios de ella. Aun sabia aplicar esa sensualidad al besar, aun sabía como enamorar a una mujer.

Las manos de Damian recorrieron el cuerpo de _____ sin aviso. Y una vez más la sintió tan frágil, tan dulce. Se sintió joven, en ese momento se sintió feliz. Ambos se sintieron felices.

Ambos cerraron los ojos y escucharon el sonar de las olas, esperando que ese momento durara para siempre.
Por toda la eternidad.

_______ despertó con la respiración agitada. Todo había sido un sueño. Giro al otro lado de la cama y visualizo a Ryan durmiendo. Abrió el cajón y levanto aquel libro y vio la carta. La tomo entre sus manos y se la llevo a su pecho, a un lado de su corazón.


- Te amare por siempre Damian, por siempre. –susurro hasta nuevamente quedar dormida.