Detrás de una sonrisa

Nombre: detrás de una sonrisa
Autor:yo
Adaptación: no
Género:emm ps no se realmente asi que solo la puse aqui ._.
Advertencias:no lo creo, no hay nada tan fuerte, al menos eso creo.
aquí la narración sera un poco diferente a lo que estoy acostumbrada, pero hare lo mejor que pueda:




Uno tras otro; la sangre empieza a correr. Dice que quiere morir, dice que nada le importa, pero lo que en sus muñecas se ve, refleja su voz interior que pide a gritos “sálvame”  “ayúdame” pero nadie se da cuenta, esconde sus cortes con numerosas pulseras aunque casi siempre lo hace con sudaderas, su atuendo habitual. A diferencia de lo que se podría cree ella no camina cabizbaja y tampoco es asocial; de hecho, a simple vista es una chica mas, normal como todas. Es bonita y simpática, tiene su grupo de amigos, va a fiestas, sale al mall, no es la más inteligente pero saca buenas notas, tiene una posición económica bastante  estable, varios chicos la desean y hay muchas que desearían poder ser como ella ¿que mas podría pedir?

Cassie Bronw  es una adolescente de 16 años que tiene lo que muchas desearía, pero a veces no todo es como aparece, ya que su vida, así como la luna, también tiene un lado oscuro

1
07:00 am, se levanta preparada para otro miserable día, se ducha rápidamente, y se sienta en la peinadora para maquillarse un poco " me veo horrible" piensa al ver sus ojos hinchados y a las oscuras ojeras que se dibujan debajo de ellos, producto de haber pasado toda la noche llorando hasta quedarse dormida; nada nuevo, así terminaba la mayoría de sus noches: sola entre lagrimas. Lo bueno es que había aprendido s disimularlo muy bien con maquillaje. Puede que suene extraño pero en su interior albergaba el deseo de que alguna vez alguien pudiera verla así, sin maquillaje, sin mascara, sin tener que aparentar que está bien todo el tiempo, le gustaría que por una vez alguien pudiera ver como se encuentra su interior; pero sabía que eso no podía seria tenía que alejar esas ideas tan absurdas. Porque ella estaba bien, tenía que estarlo.

2

Una vez maquillada y vestida se dio un ultimo vistazo en el espejo mientras sonreirá levemente, y se dijo a si misma “estoy feliz”. Quizás no fuera del todo cierto, pero había leído una vez que a veces cuando las personas mienten mucho terminan creyéndose sus propias mentiras; desde entonces todas las mañanas se dice a si misma que es feliz. Con la esperanzan de algún día poder creerse su propia felicidad. Pero por mucho que lo dijera nunca daba resultado.

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--Cassie--

Llegue al colegio un poco tarde, se me había pasado un poco el tiempo mientras me arreglaba. Entre al aula tratando de no llamar mucho la atención, por suerte para mi el señor Johnson; mi maestro de historia, no estaba en el aula. Tome asiento junto a rebeca; se podría decir que es mi mejor amiga, nos conocimos cuando entramos en tercer grado, fuimos juntas a un paseo que la escuela organizo, me toco hacer pareja con ella y desde entonces fuimos inseparables. Paso hace mucho tiempo pero puedo recordarlo como si hubiese sido ayer, recuerdo su cabello rojo recogido en dos coletas, sus ojos color miel reflejaban una mirada aterrorizada al ver los esqueletos de dinosaurios que exhibían en el museo, un niño del otro grupo le quiso hacer una broma y la asusto por detrás, la pobre salió corriendo aterrorizada. Fui a buscarla y le explique que no tenia nada que temer, la saque de su escondite y me acerque al niño que la había asustado para luego hacerlo caer de un buen empujón. En ese entonces era muy segura de mi, a veces desearía volver a tener 9 años, todo era mas simple, no tenia tantos problemas, aunque la verdad no estoy segura de cuando exactamente mi vida se volvió tan miserable.

-Que paso?- pregunto rebeca refiriéndose a la hora que era.

- el tiempo se me fue volando; y el profesor?- el señor Johnson no acostumbraba llegar tarde

-esta en la dirección al parecer le están dando una información o algo así.

Se notaba que en ese momento lo que menos le interesaba era donde estaba el señor Johnson así que fui justo a donde ella quería:

-cuéntame que tal te ha ido en tu cita con Derek ?- el brillo se encendió sus ojos, tan expresivos que si pudieran hablar habrían dicho “por fin”

-Derek es un romántico, fuimos a ver una película y …

No la estaba escuchando, yo no estaba de acuerdo en que saliera con ese chico. Siempre fue un engreído, tal vez nosotras fuésemos populares en la secundaria pero preparatoria era su territorio y siempre se encargaba de dejarlo claro; a demás, se la pasa con las chicas fáciles. Sinceramente no se que le vio rebeca pero no estaba dispuesta a discutir ese tema más de lo que ya hicimos el día que me dijo que tenía una cita con él[/URL]

3

--Rebeca—

En cuanto termino la hora de historia, fui con cassie a los baños.

-¿Vamos hoy de compras al salir de clases? necesito unos zapatos que convienen con el vestido que llevare a la fiesta de Mónica-que sería en tres días. Una vez en los baños saque mi estuche de maquillaje de mi bolso y lo puse sobre el lavabo; necesitaba retocar mi maquillaje, la clase de historia se alargo un poco y pase casi toda la hora lamiendo disimuladamente el brillo sabor cereza de mis labios.

-por supuesto-sonrió- pero déjame pasar antes por mi casa, he dejado el móvil sobre la cama esta mañana.

No se como, pero cassie, siempre lograba verse genial; hiciera lo que hiciera y con lo que sea que tuviese puesto. todo en ella se veía bien, debe medir un metro setenta, sus ojos azules grisáceos hermosos, su cabello castaño claro ondulado, abdomen plano y aparte de tener un cuerpo de modelo, es segura de si, atrevida y alegre, llena de personalidad; todo esto sin mencionar sus buena notas. a veces me pregunto como logra ser tan perfecta, incluso en ciertos momentos he llegado a sentir envidia, pero supongo que no todos podemos tener una vida perfecta.

4

--Cassie—
Rebeca me dejo en mi casa para que me arreglara un poco antes de que fuésemos al mall, se supone que iríamos después del colegio pero como de todas formas tenía que pasar por mi casa a recoger el móvil, decidió aprovechar que hoy habíamos salido temprano-gracias a que la señorita Parker, la profesora de gimnasia, había faltado- y quedamos en que me recogería en una hora.

Entre y desde la entrada podía escuchar los gritos de mis padres discutiendo nuevamente y seguro por alguna estupidez como es de costumbre. Subí pesadamente las escalera, la verdad es que mientras mas me adentraba a mi casa, mas fuerte era necesidad de huir de allí; muchos dicen que no hay nada como estar en casa, pero en mi caso es todo lo contrario, haría cualquier cosa por no tener que volver, pero no puedo irme, no tengo a donde, este es mi lugar, un lugar al que no pertenezco o al menos así lo siento, ya hace mucho que mi casa había dejado de ser un hogar para mi .
Subí y encontré a mis padres peleando en el pasillo, su maldito problema es que ninguno de los dos escucha, no son capaces de sentarse a conversar de sus problemas, solo se gritan el uno al otro esperando a que alguno de los dos admita que está equivocado y he hay una razón mas por las que estas peleas no se acaban nunca. Al final terminan cansándose ambos y vuelven a la normalidad como si nada paso, pero es cuestión de tiempo para que estalle nuevamente otra discusión. Me pregunto si en ellos aun quedara algo del amor que existía al principio y creo que ellos se preguntan lo mismo, pero utilizan el privilegio de la duda como excusa para seguir juntos cuando todos sabemos que ya no hay nada que los una.
Recuerdo cuando era niña, no existían en el mundo dos personas más enamoradas que mis padres y no existía familia más feliz que la nuestra; en la casa todo era alegría, mamá era delicada y cuidaba cada detalle en todas las cosas que hacía para que siempre todo estuviese perfecto y los ojos de papá no se permitían mirar otra cosa que no fuéramos yo y mi madre, ambos eran unos padres cariñosos y atentos, dábamos paseos, salíamos de vez en cuando y los mas importante: “disfrutábamos de las pequeñas cosas” quizás de niña no parecía la gran cosa pero no podría describir lo mucho que extraño las películas juntos, los chistes compartidos, los juegos de mesa…cada risa, cada cuento, cada pequeño detalle de esos momentos está grabado a fuego en mi mente, y son lo único que puedo asegurar que atesorare siempre, ya que para mí son algo muy valioso, recuerdos de otra época, una casi tan lejana para mí como la de las cavernas, aquella época en que yo solía ser feliz.

5


Una vez lista, baje, les pase por un lado a mis padre pero estaban tan ocupados volviendo a discutir que ni cuenta se dieron, aunque si vamos al caso nunca están pendientes de nada que no sea su trabajo y sus malditas peleas. Ni siquiera me moleste en avisar a donde iba, no creo que les hubiese importado de todas formas.

Salí en mi coche, un Chevrolet Cruze; regalo de mi cumpleaños 16. mis padres no es que me tengan descuidada, ellos me lo han dado todo, pero ese es el problema, me lo dan no porque reconocen mis buenas notas o por mantener mi habitación ordenada, no, solo lo hacen porque son mis padres porque es lo que se supone que hagan; la verdad es que desearía que alguien me diera algo porque si; en un cumpleaños las personas regalan cosas porque eso se supone que se hace pero, ¿a cuantos has visto regalando cosas, en un día cualquiera, sin ningún motivo en especifico, solo porque si? No digo que no pase, solo digo que me gustaría que me pasara a mí.

--Rebeca—

Me reuní con casiie en Strarbucks

-mientras subía he visto unos zapatos fabulosos, estoy segura que te encantaran- no lo dudaba, Cassie desde siempre ha tenido muy buen gusto en todo. No puedo recordar una vez que me haya dado un mal consejo de moda.

-suena genial, pero antes me gustaría pasar por la victoria secret- le comente mientras me llevaba el caffe a la boca.

-Pero fuimos allí la semana pasada-dijo dudosa
Vacile un poco y finalmente respondi:

-quiero verme bien para Derek-dije rápidamente atropellando las palabras.

Cassie puso los ojos en blanco, pero luego su mirada se torno muy dulce. Esto me confundió

-esta bien- se limito a responder

7


--narrador—

“Ella se corta... Nunca es demasiado profundo, nunca es suficiente para matar... Más suficiente para sentir el dolor”
 
Una vez más, lo hacía, estaba mal ¿acaso no lo sabía? oh, claro que lo hacía, sabía perfectamente el daño que se estaba haciendo. Sus heridas físicas apenas podían igualar las heridas de su corazón.

Una vez se calmo, limpio todo, como siempre, no habría de dejar pruebas. Para terminar se metió a duchar. Sollozaba al tiempo que veía caer el agua ensangrentada; empezó a llorar nuevamente, no podía evitarlo pero no lloraba porque dolían las heridas, lloraba porque le dolía el alma. Estaba cansada de todo aquello, de los cortes, de llorar en silencio, de las peleas y sobre todas las cosas, estaba cansada de fingir que siempre estaba bien.

Esto quizás no fuera algo a lo que estuviera obligada, pero hace mucho entendió que mostrar tus sentimientos es darle oportunidad a los demás de jugar con ellos y eso era algo a lo que no estaba dispuesta a arriesgarse nuevamente.