Sin ataduras (Harry Styles)

Me estiré. Tenía un horrible dolor de espalda, al igual que el cuello, y ni hablar del dolor de cabeza. Emití un quejido casi involuntario y quedé sentada en la cama. Me eché el pelo hacia atrás y miré hacia mi costado. Harry estaba acostado boca arriba con un brazo a su costado y el otro sobre su estómago. Sus rizos, que estaban ligeramente más largos se esparcían por la almohada y por su frente, y sus labios estaban entreabiertos.
Me encontraba incómoda porque había dormido con la ropa de la tarde anterior puesta.
El reloj marcaba las siete de la mañana. Había dormido más de doce horas corridas y moría de hambre. Me fui silenciosamente hacia el baño y me duché. Luego me coloqué unos shorts de jean, una blusa de tirantes y una sudadera gris que era de Harry. Salí de la habitación sin hacer ningún ruido y pasé por el cuarto de mamá, ella se encontraba durmiendo, con Chris en brazos, los dos acurrucados y con las ropas del día anterior. Volví a cerrar la puerta e hice lo mismo con la de Tania. Estaba cerrada desde adentro. Suspiré y me dirigí hacia la cocina a hacer algo de comer.
Estaba colocando el último panqueque en el plato cuando unos brazos me rodearon desde atrás, sentí unos tibios labios en mi hombro.
—Definitivamente esta sudadera te queda mejor a ti—musitó dejando un beso en mi cabeza antes de que se separara.—¿Cómo te sientes?
—Bien, creo—me encogí de hombros. Le tendí un plato y la miel, ya que sabía que así le gustaba. El se sentó en una de las sillas altas del desayunador y yo tomé asiento a su lado luego de colocar dos vasos con jugo a un lado de nuestros platos.—No puedo evitar sentir pena por Tania. Y ahora por Chris. Es muy pequeño, ¿cómo explicarle que su padre ya no va a estar?—aguanté las ganas de llorar.
—Ya, preciosa, no quiero verte llorar—él tomó y apretó mi mano. Asentí, mientras los dos comenzábamos a desayunar en silencio, cada quien perdido en su mundo.
—Parece que nuestro pequeño viaje se pospondrá—dije luego de unos minutos en completo silencio.
—Prometo que iremos, pronto, cuando todo se haya calmado, ¿sí?
—Claro—asentí. Y sin siquiera darme cuenta, me había quedado mirándole, como una tonta enamorada. ¿Podía existir un chico más hermoso y tierno que él? ¿Más dulce y preocupado? Tal vez Louis se le acercaba, pero él era mi hermano perdido, y Harry… él era el amor de mi vida.
—¿Qué tanto me miras? Me pones nervioso—hizo una voz rara mientras se levantaba a lavar su plato. Nos reímos y terminé de comer. El miró su reloj.
—¿Tienes que irte?—pregunté dejando mi plato en el escurridor.
—Eso me temo—hice un pucherito.
—Quisiera quedarme, pero ahora que no nos iremos de viaje, tengo que resolver algunas cosas en casa. He dejado mucho tiempo a Gemma sola con la niñera.
—¿Cómo está Anne?—me atreví a preguntar.
—Igual que siempre—se encogió de hombros—, su desinterés hacia nosotros es tal que ya ni me afecta—sabía que en el fondo le dolía.—Cuando termine los estudios pienso irme a vivir a un apartamento y llevarme a Gemma conmigo. Soy responsable y no he tenido problemas con la justicia. Dudo que Anne se preocupe por eso.
—Sabes que cuentas conmigo para lo que sea, ¿verdad?—acaricié su mejilla. El cerró los ojos ante el tacto.
—Sí, lo sé. Vuelvo ahora—subió las escaleras rápidamente, pero en silencio. Bajó minutos después con la bolsa donde había traído su ropa la otra noche del accidente.—Te llamaré luego, princesa—tomó mi cabeza con sus manos y me besó suavemente, sin prisas.—Te amo demasiado—murmuró cuando se separó.
—Yo también te amo, Harry—besé su mejilla y él suspiró, sonriente. Cerró la puerta detrás de él cuando se marchó.
Me había quedado perdida en mis pensamientos cuando la se escucharon repetitivos toques en la puerta. No tenía idea de quién podría ser, era muy temprano para cualquier tipo de visitas. Me dirigí hacia la puerta y la abrí. Un chico con expresión triste y rubio cabello estaba del otro lado.
—Nialler, no te esperaba aquí. Pensé que llegarías hasta pasado mañana—dije realmente sorprendida. Me hice a un lado y el pasó. Niall había estado de viaje en varias ciudades debido a distintos partidos de fútbol a los que tenía que ir junto con el resto del equipo de la escuela.
El me miró con una leve mueca en el rostro y sin decir nada, dejó el bulto que estaba cargando en el suelo y me abrazó, tomándome por sorpresa.
—Me ha llamado tu mamá, me ha contado todo lo que ha pasado, le dije al entrenador que tenía que regresar. Siento no haber estado aquí, Val—murmuró, apretándome fuertemente.
—Descuida Niall, no es tu culpa. Solo… solo es algo que pasó…—murmuré tragándome las lágrimas. Nos separamos y le sonreí, aunque no fuera totalmente una sonrisa sincera, no quería que sintiera culpabilidad por algo que no había tenido que ver absolutamente nada con él.—¿Quieres comer algo? Claro que sí, siempre tienes hambre—me respondí a mí misma y él rió entre dientes.
Le serví de los panqueques que aún quedaban en el plato, junto a un vaso de jugo. Nos sentamos en el sofá, y mientras él comía, yo cambiaba los canales de la televisión, buscando algo que ver.
—¿Cómo está Greg?—le preguntó sin quitar la vista del televisor.
—Bien, hablamos ayer. Volverá a Londres mañana, creo—Greg tampoco había estado en la casa. Se había ido a Irlanda a visitar a su madre, que permanecía allá.—Hablando del rey de Roma…—murmuró viendo su teléfono, ya que tenía una llamada.
Respondió con monosílabos, con algunas preguntas, y la llamada pronto terminó. El estaba algo pensativo.
—¿Sucedió algo?
—No, nada. Solo me dijo que mamá consiguió una transferencia aquí. Así que no tendremos que volver a Irlanda.
—Qué suerte, no quisiera que te fueras—le sonreí, medio abrazándolo.
—Y nos mudaremos la semana entrante.
—¿En serio?—fruncí el ceño.
—¿Recuerdas cuando vinimos aquí y dijimos que solo serían unos días? Esos días se convirtieron en meses largos, y ya va siendo hora de que dejemos de abusar de la hospitalidad de tu madre. Y mucho más que no va a tener ninguna relación con mi tío.
—No hables babosadas, Niall, sabes que no nos molesta para nada. Incluso, se me hará raro, ya me acostumbraba a tenerlos aquí metidos—dije con tristeza.
—Descuida, nos veremos en la escuela y eso, no te librarás tan fácil de mí—me abrazó por los hombros y luego siguió comiendo.
—Ya veo—reí—. Tengo que hacer un par de llamadas, Niall—él asintió. Me levanté y subí a mi cuarto, dispuesta a llamar a los chicos y contarles todo lo que había pasado como se merecían.

Me bajé de mi auto y me froté los ojos. Me sentía agotada. Aparte de que me había atrasado un tanto en los deberes. Suspiré y me encaminé hacia el interior del edificio.
Me dirigí a mi casillero y metí algunos libros a la vez que sacaba los que me tocarían en pocos minutos. Cerré la puerta y me afirmé al casillero cuando un mareo atravesó mi cuerpo, haciéndome ver las cosas borrosas. Apoyé la frente en la fría de metal y cuando estuve finalmente bien me separé del casillero, me giré y comencé a caminar por los pasillos atestados de estudiantes.
Alguien pasó a mi lado, chocando contra mi hombro bruscamente. La cabeza me dio vueltas y casi caigo. Me giré y vi a Fanny con una risa burlona en su rostro.
—Corren los rumores de que Tania vuelve a la escuela…
—Es cierto—dije tratando de mantener el balance—. Y cuando vuelva, estarás acabada, Tifanny. Ella te hundirá, y sabrás lo que es estar sola, y sentirte humillada, como tú hiciste con nosotras. Sabes que Tania no vacilará en dejarte sin nada, como ella sabe hacer.
—Já, mira como tiemblo de miedo—dijo con sorna.
—Tal vez no lo hagas ahora, pero lo harás, Tifanny. Y ninguno estará ahí para ayudarte, no después de lo que has hecho—tragué saliva, tragándome las ganas de abalanzarme contra ella y jalarla de los cabellos.
—Valerie…—alguien me llamó desde atrás. Supe quién era, pero no me giré. Tifanny apretó la mandíbula y se fue, junto con las clones detrás de ella. Suspiré y me giré.—¿Sucedió algo?
—No, nada importante, la verdad—murmuré.—Hola, Harry.
—Hola, princesa—se inclinó y besó mi frente dulcemente.—¿Estás bien? Estás algo pálida—acarició suavemente mi mejilla.
—Sí, Hazza—le resté importancia, quitando su mano de mi rostro para entrelazar sus dedos con los míos—. Vamos a clase.
Historia pasaba tortuosamente lento, y la cabeza me dolía, me daba vueltas y tenía ganas de llorar, sin saber exactamente por qué. Dejé de hacer anotaciones cuando la letra salía distorsionada por el temblor en mi mano. Mi pulcra letra ahora parecía haber sido escrita durante un terremoto. Dejé el bolígrafo en la mesa y me froté los ojos, tratando de que el mareo pasara pronto.
—Valerie, ¿qué te pasa?—preguntó Harry en mi oído, ya que estaba a mi lado. Aprovechó que el profesor anotaba algo en la pizarra y frotó mi espalda suavemente.
—Harry…—murmuré, levantando la vista hacia el frente.
—Señorita Evans… ¿tiene la respuesta a mi pregunta?
No podía ni siquiera ver al profesor bien. Los estudiantes presentes esperaban una reacción de mi parte y Harry me llamaba, preocupado por mi actitud. Puse las manos sobre la mesa para levantarme, necesitaba salir de allí.
—Yo…—murmuré, poniéndome de pie. Y el piso se movió debajo de mis pies, impidiéndome dar un paso más. No sentí el impacto de mi cabeza contra el suelo, pero todo se volvió negro y no pude escuchar nada, justo como aquella vez que Robert me había empujado contra el mueble.

Ay que tendrá
Siguela por favor

juhusigvivurhwroghr okno ESTÁS INCREÍBLE!!! Por favor siguela en cuanto puedas, Suerte:) xxx

ESTA EMBARAZADA :O uyhfvesudkjfvhjudskfvh

Me parece a mi o Val esta embarazada? No puede ser, nono tranquila cami no puede ser eso, ella no esta embarazada dfjkdshfs (no me hagas caso). Harry siempre tan tiernoo. Tiffany agh la odio con todo mi ser (? Ojala la pise un tren sdffsdfs. Siguelaa :D