Sin ataduras (Harry Styles)

sunshine001 escribió:

MichelleJonas escribió:

sunshine001 escribió:

MichelleJonas escribió:Dios mioooooooo!! Me voy a morir de una molestia con la perra esa

El karma vendrá y la va a golpear bien fuerte, ya verás :]. Hahaha, gracias por leer y comentar <3. Lots of love xx.

Ebtonces espero que le de bien duro para q se deje de meter con hazza...pobre el que la quiere proteger y le sale todo mal...
Pd:sigue

Hahahahaha, ojalá :p. Eh... pues, veré qué hago. Estoy escribiendo capítulo de Confía en mí y Live. Love. Laugh. .-. entonces luego de esos escribiré los de Moments y esta ^^. Además, comencé hoy la escuela, y ya sabes :'l. Pero gracias por leer y comentar <3. Lots of love xx

Wow!, jajajaja trankila sin presiones sube cuando puedas, y no te preocupes si me desaparesco que siempre me voy a acordar de escribir aki :-)

LA SIGUES LA SIGUES LA SIGUES..

JAJAJAJAJA lo siento se me salio lo de pu** para Tania jajaajajajajaja:$

Sigueeeeee

Todo estaba destrozado. Había un fuerte olor a perfumes y colonia. Todos los objetos que habían estado pulcramente organizados estabas desperdigados y rotos por el suelo. Ropa por todos lados, la cama desecha y las sábanas manchadas con algo que no pude distinguir desde mi punto. El espejo de cuerpo entero que estaba en la pared tenía algo escrito con lo que parecía labial. «Zorra» escrita con letras gruesas, grandes, legibles y muy rojas en la superficie cristalina del espejo. Las cortinas arrancadas de las barras que permanecían desnudas sobre las grandes ventanas. Los cuadros estaban desgarrados, colgando en tiras irregulares sobre los marcos.
«¿Por qué? ¿Qué había hecho mal? ¿Merecía esto?» eran cosas que me preguntaba mentalmente.
Mi teléfono sonó, sacándome de mi trance. Lo tomé de uno de mis bolsillos y vi la pantalla. Me sequé las lágrimas furiosamente a la vez que apretaba el botón verde.
—¿Dónde estás? Todos estamos preocupados…
—¿Qué demonios quieres? ¿Hiciste todo lo que querías? ¿Te desquitaste? ¿Conseguiste lo que querías al tener sexo con Tania? ¿Ya me lastimaste lo suficiente? ¡Ahora déjame y no vuelvas a llamarme ni a hablarme nunca! ¿Escuchaste Harry? ¡Nunca!—colgué la llamada, arrojando el teléfono a un lado. Dejé la puerta con seguro y me levanté del suelo
Prácticamente arranqué las sábanas y colchas de la gran cama, arrojando todo al suelo y luego me tiré en el desnudo colchón, derramando lágrimas.
—¡Valerie!—gritaba alguien del otro lado. No respondí, ni me moví.— ¡Sal de esa habitación ahora! ¡Tienes que ir a la escuela!
—¡No iré a ningún lado, maldita sea!—grité en respuesta, arrojando un cojín a la puerta.
—¡Que salgas de ahí!—minutos después de insistencia, se calló y se fue, haciendo resonar sus altos tacones con furia escaleras abajo. Escuché un portazo más tarde, creyendo que se había llevado al pequeño a la escuela.
Luego de media hora, moría de sed, así que pensando que me encontraba sola, bajé las escaleras, aún secándome las lágrimas que habían dejado húmedos rastros en mis mejillas. Como me había estado esperando, la casa estaba vacía, ninguna ama de llaves por aquí o por allá, todo vuelto un completo desastre. Ya que estaba descalza, caminé con cuidado, evitando los pedazos de cristal esparcidos del suelo, restos de lo que alguna vez había sido un hermoso jarrón de cristal con un arreglo de flores que permanecía en la gran mesa alta en medio del recibidor, debajo de la araña de luces que goteaba lágrimas de cristal tallado que colgaba en el techo.
Me dispuse a subir las escaleras tan pronto tenía mi vaso con agua en la mano., tratando de hacer el menos ruido posible, a pesar de que la casa estaba prácticamente deshabitada.
Un dolor punzante me atravesó los hombros. El vaso había abandonado mi mano y ahora se encontraba hecho añicos en el suelo, con el líquido incoloro mojando el suelo. Levante la vista para encontrarme con la persona que me había estampado contra la pared. Robert. O simplemente, el padre de Tania. Para ser honesta, hacía semanas que no veía, ya que estaba en sus viajes de negocios, como siempre. Sus manos me sujetaban por los antebrazos, causando un punzante dolor y creando marcas rojas por la presión en mi piel.
—¿Podrías explicarme qué es todo esto? No me digas que pasas por tu etapa de rebeldía.
—No tengo nada que explicar porque nada de esto fue mi idea—me removí, quitando sus manos de encima de mí y me giré para caminar hacia la escalera. Sus manos me atraparon y volvieron a estrellarme violentamente contra la pares, volviendo a lanzar esas punzadas agudas de dolor en mis hombros y hasta cabeza, la cual había chocado contra la pared en esa ocasión. Maldije en voz baja.
—Ese no es el vocabulario apropiado para una dama, querida Val.
—No me llames así—tensé la mandíbula, enojada y levemente asustada por la dura expresión de su rostro.
—No seas insolente—apretó su agarre en mis brazos—. Mi hija tuvo la buena intención de despachar a las amas de llave por hoy como su descanso, pero ella no contaba con que intentarías destruir la casa.—Una de sus manos aún me tomaba del antebrazo. Sentía los dedos clavarse en mi piel, haciéndome querer chillar, pero no demostraría nada delante de ese hombre, aunque quería gritarle que me soltara, que me hacía mucho daño.— Tu madre no vendrá hasta el medio día, así que tienes hasta ese tiempo para dejar la casa totalmente reluciente y reemplazar lo dañado, ¿entendido?
—¡A mí no me obligas a nada! ¡No eres mi padre!
—¿Y? ¡Está muerto! ¡Muerto!—con un brusco movimiento de su brazo me empujó, haciéndome caer en el suelo, en medio del desastre. Al caer, mis manos trataron de amortiguar la caída, de una manera que una de ella cayó sobre los restos del cristal del jarrón. Miré la mano herida y un hilillo de sangre corría por la palma hasta mi muñeca.—Ahora, limpia. Regresaré temprano, y quiero ver todo en orden—se dirigió hacia la puerta con altanería y antes de salir totalmente se giró en mi dirección para decir—: Y no menciones esto a tu madre, si sabes lo que te conviene—la puerta se cerró detrás de él con un portazo.
Me levanté con cuidado, subí a calzarme y bajé. Tomé lo necesario y comencé a cumplir con la tarea que me fue asignada: ordenar el chiquero en que se había convertido la casa.

—¿Alguien ha visto a Valerie?—preguntó Sophie al borde de la desesperación.
—Has preguntado eso cincuenta veces ya, te hemos dicho que no—dijo Zayn casi histérico. Tampoco sabía nada de su amiga y la desesperación de Sophie le estaba colmando a la paciencia.
—¿Valerie vino a la escuela?—preguntó un preocupado Louis, que llegaba con una bandeja de comida y se sentaba a un lado de su novia.
—No—respondió Zayn antes de que Sophie comenzara con su ronda de preguntas, de nuevo.
—No me contesta el teléfono—comentó Louis mirando su iPhone.
—¿Ha venido Val?—se acercó Harry, preocupado también, buscándola con la mirada.
—¡Que no, maldita sea!—gritó Zayn ya desesperado. Algunos pares de estudiantes voltearon a verlo. Harry, aún medio sorprendido por su actitud, se sentó a su lado, frente a Zayn.—Mira, ahí viene Niall, a lo mejor y sabe algo.
—Hola chicos—saludó con su típica sonrisa.
—Niall, ¿por qué no vino Val hoy?—se apresuró a preguntar el moreno.
—¿No vino?—respondió el rubio extrañado. No compartía muchas clases con ellos, así que no se había percatado de ello.
—¿Con quién viniste entonces?
—Tan pronto supe de lo de la fiesta de Tania yo y mi hermano nos quedamos a dormir en casa de unos amigos. Sabemos lo descontroladas e imparables que son esas fiestas, así que vine directo, no he pasado por su casa… ¿no la han llamado?—mordió una de sus papas fritas.
—No contesta…—respondió Louis.
—Se suponía que se quedaría a dormir a tu casa, ¿no era así?—le preguntó Niall a Sophie.
—Sí, pero no estaba cuando desperté. Dejó una simple nota diciendo que no me preocupara y que se había ido.
—No me gusta esto—murmuró Harry, el cual había estado tamborileando la mesa con sus dedos inquietamente.
—A lo mejor todo esto tiene que ver contigo. ¿Acaso le has hecho algo Styles?—preguntó retadoramente Sophie, que lo fulminaba con la mirada—. ¿No te hartas de dañarla? Ya estás con Tania, le has dado un golpe bajo, ¿qué más quieres? Eres un egoísta y no te importa lo que ella piense o sienta ¡Déjala en paz!
Harry, el cual no dejaba que nadie lo retara ni que lo acusaran, se quedó callado y tensó la mandíbula, sintiéndome aún peor que la noche anterior.
—Sophie… no le digas eso—Louis defendió a su amigo. Pero ya era tarde, Harry se había levantado y había salido de la cafetería
—¿Qué? ¿Por qué lo defiendes? ¿Acaso está bien lo que hizo? No debió ir esa fiesta.
—No entiendes…
—¿Qué es lo que no entiendo? No me digas que tú también fuiste a la fiesta y disfrutaste como él—. Louis no respondió ante eso, pero apretó los dientes, evitando la mirada de su novia.—Fuiste a la fiesta…—no fue una pregunta, sino más bien una afirmación—. Por Dios, ¿qué cruza por tu mente? ¿También nos traicionas? Primero Fanny, luego Harry, ¿tú también? Demonios…—se levantó y se dispuso a marcharse, pero Louis la tomó de la muñeca.—Suéltame—gruñó ella, zafándose de su agarre y tomando su celular para intentar llamar a su mejor amiga nuevamente.
Louis suspiró, frustrado y también se levantó.
—Iré a ver a Harry—sólo dijo y desapareció de su vista.
—Y así, amigo mío, es como solo quedamos tú y yo—inquirió Zayn en un suspiro.

La última persona que había entrado a la casa por lo de los reemplazos de las decoraciones dañada había salido, dejándome sola nuevamente. Me senté, agotada, y luego de darme una larga ducha, sobre el sofá. No había conseguido las mismas piezas decorativas, pero aquellas se ajustaban perfectamente al ambiente, y le daban un toque diferente.
Había contactado con la diseñadora de interiores amiga de mamá, y había conseguido todo en tan solo un rato de largas llamadas y espera. Todo había quedado limpió, todos menos mi habitación, la cual estaba limpia a medias. Había hablado con ella y había tenido que pedir muchas cosas para reemplazar los cuadros desgarrados, las cortinas arrancadas, las paredes manchadas con algo que desconocía, en fin, un montón de cosas que había preferido dejar para último.
Había desinfectado y cubierto la mano herida por el corte sentía los pies adoloridos por estar subiendo y bajando las escaleras una infinidad de veces cargando con fundas repletas de botellas y basura. El timbre sonó, y refunfuñando me levanté, con un agudo dolor de cabeza y sintiendo los hombros punzándome, justo donde la pared había impactado.
—Estás bien—unos brazos me envolvieron con ansiedad, lastimándome la piel herida—, me tenías preocupado—me soltó y sostuvo mi rostro con sus dos manos.—Vine tan pronto salí de la universidad. No contestabas el teléfono.
—Pasa Liam—respondí haciéndome a un lado.
—¿Estás bien?—preguntó ya dentro, colocando sus manos en mi cintura.
—No—respondí. Suspiré y estaba a punto de contarle todo, cuando escuché el ruido de un vehículo afuera. Me asomé por las nuevas cortinas y vi que era el auto de Robert—. Liam, cariño, ¿podrías subir a mi habitación? Voy en un momento…
—Ok…—él asintió frunciendo levemente el ceño. Subió las escaleras y se perdió en el piso superior. La puerta se abrió en ese instante. El padre de la bruja examinó la casa minuciosamente.
—Ha quedado bien. Realmente no esperaba que pudieras hacerlo en tan poco tiempo, buen trabajo—sonrió con sorna, dándole una palmada un tanto brusca en la espalda. Lo insulté en voz baja cuando se dio la vuelta, en dirección a la cocina. Subí las escaleras cuando lo perdí de vista.
Cerré la puerta de mi habitación detrás de mí cuando entré. Liam estaba sentado en la cama, con uno de los almohadones sobre su regazo, jugando con uno de los flecos que colgaban en las esquinas lleno de cuentas de colores.
—¿Qué pasó aquí?—preguntó cuando me senté a su lado. Miré toda la habitación. Ya había recogido la basura y la había limpiado, arrojando la mayoría de mis cosas irreparables a la basura. No había cortinas, aunque ya había cambiado las sábanas de la cama. Los cuadros habían ido a parar a la basura, desgarrados y la pared y el espejo seguían manchados.
—Tania, eso pasó—suspiré, para luego contarle todo, claro, excepto el “percance” con Robert aquella mañana.
—Tranquila hermosa. Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea—me abrazó fuertemente, y esta vez yo me dejé refugiar en sus brazos, sintiéndome mejor que antes. Sabía que muchas cosas habían cambiado… muchos sentimientos también.—No quiero que llores más, no mereces estar triste—acarició mi mejilla y besó mis labios cortamente, para luego colocar un mechón de cabello detrás de mi oreja.
—Liam…—mi voz apenas salió en un susurro.
—¿Sí?—inquirió con media sonrisa, aún acariciando mi rostro.
Mi corazón latía a mil con las palabras que tenía pensado decir, porque ya las había comenzado a sentir de verdad. Y estaba asustada, también… una batalla de sentimientos encontrados tomaba lugar dentro de mi corazón, haciéndolo latir desenfrenadamente.
—Te amo.
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¡Gracias a todos sus comentarios! <3 No sé ustedes, pero ya comienzo a ponerme emocionada con la novela, ¿ustedes no? ;o Imagínense, le dijo "te amo" a Liam... que yo recuerde, ella no se lo había dicho... ¿Qué pasará ahora? ._. ¡Gracias por leer! <3 Lots of love xx.

OHHHH! MALDITA TANIA Y SU PADRE TAMBIEN :O LE DIJE TE AMO A LIAM QUE LINDA LA RAYIS. SIGUELA :D

hola por favor siguela, esa bich de tania y su padre los odio

Hola soy Sonia una nueva lectora
Me encanta tu nove sigulaaaaa!!!!

Sigueee esta buena como tu dices, ese maldito del papa de tania!,ash!

sunshine001 escribió:

Albani escribió:JAJAJAJAJA lo siento se me salio lo de pu** para Tania jajaajajajajaja:$

La boca, Alba la boca... xD. Ya la sigo \o/. Saliendo del tema... ¡me matas con los gifs de tu firma! >< haces que me de un mini infarto :p. Gracias por leer y comentar <3. Lots of love xx.

soy mala muajajajaja:$ se ven tan :O rsiughvgnaeign xd