Zombieland (Novela Colectiva) PARTE UNO

Después de haber deambulando por lo que solían ser calles repletas de niños y adultos ahora era un lugar fantasma, pude escuchar unos pasos acercándose a mi dirección y unos quejidos, al momento de girar mi cabeza y buscar de donde provenían esos ruidos vislumbre a un caminante, para mi suerte este no se había percatado de mi presencia o eso parecía, no quise correr riesgo así que me escondí detrás de un auto abandonado, espere pacientemente hasta tenerlo demasiado cerca como para golpearlo.
Dos golpes en el cráneo y lo había derribado, no era una costumbre mía detenerme a examinarlos pero, yo conocía a esta persona.
─¿Stacy?─ dije al removerle unos mechones enmarañados con el bate .
Si antes me daba repulsión ahora con más razón, la odiaba, era la clásica perra maldita del instituto se acostaba con todos incluso los profesores, recordé su sonrisa hipócrita y el bate azoto de nuevo contra su rostro o lo que quedaba. El continúo golpeteo de la cabeza de Stacy y el resto de su cuerpo impactándose con el pavimento gracias al bate, me empezó a cansar fue cuando la recordé:
─No puedes descargar toda tu ira, no puedes quedarte sin energía ¿Qué tal si un Zombie aparece? Intentara morderte ¿Cómo podrías defenderte?─ me dijo mi hermana Audrey, la primera vez que me permitió acabar con un muerto viviente sin su ayuda.
─Descuida es solo uno y todavía conservo energía─ respondí mientras me alejaba del cuerpo.
─No te confíes Anya, como este hay muchos haya fuera, y no creo que tengas la energía necesaria como para enfrentar a miles.
─Por es siempre cargo mi RedBull─ reí. Si las miradas mataran yo estaría tendida junto al Zombie.
─¡Anya por favor!─ Alzo la voz y me sorprendí nunca antes me había gritado. ─Esto no es juego, ellos no están vestidos para Halloween ni tampoco despertaran una mañana regresando a su estado normal. Ni te pasaran por alto solo porque no tienes la energía para acabar con ellos.
─Pero…─ intente defenderme per fue inútil sus palabras me callaron
─No quiero que te conviertas en uno de ellos─ dijo con voz queda, acaricio mi mejilla y yo solo me limite a asentir y seguimos con nuestro camino.

Siempre que recordaba a mi hermana me volvía melancólica ¿y quien no? Era mi única familia y hasta ahora no sabía nada de su paradero, una lágrima salió sin aviso alguno y se deslizo por mi rostro. “No hay lugar para emociones” me dije a mi misma. Mientras seguía caminado, siempre con la frente en alto y la mente clara, miraba para cualquier dirección cuidadosamente de no toparme con un grupo de esos monstros.

Mis ojos se posaron sobre un jardín y un árbol, en pocas palabras un lugar para descansar. Me asegure que no hubiera indicios de zombies al notar que el área estaba libre de zombies me senté utilizando el tronco del árbol como respaldo. Unos minutos después mis ojos comenzaron a vagar por el lugar, de pronto divise un periódico en frente de la casa, me levante de mi lugar y me acerque con cautela hacia él estaba aburrida y porque no leer las noticias pasadas tal vez algo interesante encontraría.

Antes de tomarlo me asegure que nadie me viera “Que estúpida, pero si no hay un ser viviente con la capacidad de reprenderte, Anya” pensé. Volví a echar un vistazo por la calle desierta en busca de zombies y como no se veía ninguno que estuviera acechando por ahí, lo tome sin vergüenza alguna. Inicie leyendo el nombre del periódico: “La voz de la ciudad”.

No me sorprendía que en la primera plana se hablara de la “enfermedad que atraviesa el mundo”.
El comportamiento inusual de las personas es el primer síntoma de esta nueva enfermedad, aun no se conoce el nombre de este mal, sin embargo, se sabe que es muy contagiosa, los doctores no se explican como inicio siendo así tampoco tienen una cura… No quería recordar que todavía no hay modo de solucionar este problema, por lo que me salte es parte de la noticia.
El gobierno no hablado abiertamente con los habitantes de la ciudad ni se ha tomado medidas para los no infectados. Hay fuentes que dicen “existen albergues” a las afueras de la ciudad, otras aseguran que “no hay refugios de este tipo”. Lo único que a expresado el gobierno “hay que estar preparados para lo que venga”.
Y nuestras indicaciones son:
Tenga preparado un kit de primeros auxilios siempre a su lado.
No tener contacto alguno con personas que sufran los mismos síntomas ya dichos.
Contar con provisiones que le permitan sobrevivir por una temporada
Instalarse en sitios seguros.

Deje el periódico en su lugar a la vez que tomaba mi mochila y el bate alejándome de la casa.
Camine y camine, un paso detrás del otro era tan aburrido ir caminando sola, completamente sola ya no se me ocurrían canciones para cantar, sentía que en cualquier momento tomaría a el bate y le hablaría de mi vida.

¿Por qué no? Nadie esta aquí, nadie se burlara de ti si ven que hablas con un bate de baseball.

─¿Te dolió golpear a Stacy o lo disfrutaste como yo?─ me anime a decir. ─Es que me entenderías, si la hubieras conocido era una zorra y…─ mi oración no pudo ser completada por una risa.
¿Una risa? Me asuste ¿ahora los zombies ríen? Voltee para todos lados, prepare el bate lo tome firmemente en espera de un hijo de perra. Pero no hubo algún quejido o pies arrastrándose ningún indicio de Zombie y eso me asusto aun mas.
─Por favor dime que no estoy loca y también escuchaste la risa─ le dije al bat.

Ahora la risa fue mas potente y un chico salió de entre los arbustos conteniendo la risa.

─¿Se llama Wilson tu bate?─ dijo el chico

Yo no conteste, me quede inmóvil no sabia como reaccionar.
─Mi nombre es…─ intento decir el
─No me importa y aléjate de mi.
─Que carácter con razón el bate no te contestaba─ dijo entre risas
─Cállate idiota, el que no dirá nada eres tu.
─¿Y eso porque?
─Porque Wilson te pegara tan fuerte y terminaras siendo la cena de algún zombie─ dije furiosa
─Entonces si se llama Wilson─ después de que dijo eso, con mi rodilla le golpe la entrepierna haciendo que el muchacho se dejara caer empezándose a retorcer del dolor.

Sigue; ~Madness.