Memorias de una vampiresa (Nicholas Jonas) Terminada

La lluvia cae fuerte y decidida sobre mi largo cabello oscuro, con la intención de recordarme que no soy bienvenida allí, que ya no  pertenezco a este mundo y que nunca mas perteneceré a el. L soledad de la vacía plaza que observo no hace otra cosa que representar la  oscura existencia.

Todo termino o todo empezó, depende como sea visto, en una noche muy similar a esta, una noche lluviosa con el aire lleno de tristeza y este mismo lugar, una plaza vacía sin nada mas que  observar que un vacío paisaje, si nada que escuchar mas allá del agua chocar fuertemente contra el suelo y las copas de los arboles…

…Y ahí estaba yo, sentada sobre una banca de madera mirando al frente sin mirar nada. Mis sentidos estaban destruidos, mi cuerpo estaba allí pero mi mente había quedado varada en algún otro lugar. A pesar de todo eso, no podía evitar llorar como una desquiciada desde lo más profundo de mi alma, las lágrimas caían desde mis ojos como cataratas interminables en medio de una selva tropical. Lo bueno de llorar en medio de tanta lluvia era que era que solo en ese momento mis lágrimas parecían pequeñas y mi tristeza insignificante.

De repente un perro marrón pasa aullando  por mi lado sacándome de mi estado de trance, miro al pobre animal alejarse asustado de la plaza pero al mirar hacia al frente algo había cambiado.  A veinte metros delante de mi se extendía una magnifica fuente central y al lado de esta se encontraba un chico,, un par de años mayor que yo. El me miraba fijamente y yo no pude evitar mirarlo a el de la misa manera, nunca en mi vida había visto una persona tan perfectamente hermosa, pero habia algo mas en el. Si puedo decirlo con palabras, el seria un ser profundamente aterrador y misteriosamente atractivo, tanto era así que mis lagrimas habían cesado y me encontraba caminando decidida hacia el como si no pudiera evitarlo, como si ya no controlara mis propias acciones.

Solo detengo mis pasos al estar a medio metro de el pero no digo nada y el tampoco. Nos quedamos mirándonos a los ojos y finalmente el hablo, su voz era aun mas impresionante que se belleza. Era como el canto de las sirenas, esas criaturas mitológicas que por más que supieras que ibas a terminar muerto nada importaba, no se podía escapar, no se quería huir.

- Hola – Me dijo con una esplenda sonrisa y sus ojos hipnotizantes. Como luciría un dios griego o algo por el estilo.
- Hola – Le respondí, con la mente saturada de sus ojos brillantes.
- Nicholas
- Melody – Ahora ambos sonreíamos pero su mirada seguía siendo aterradora. Sabía que debería sentir miedo, sabia que debería salir corriendo. Pero por alguna extraña razón eso no me importaba, algo que no sabía que era me retenía en ese lugar con esa persona.
- ¿Por qué tan triste? Quizás, serviría contármelo de ayuda
- Lo mío no tiene solución  -  Le dije evitando contarle nada pero el no parecía creerme mucho
- Todo tiene una solución – Su mirada sobre mis ojos se volvió mas intensa, justo cuando pensé que eso ya no era posible.

Se acerco lenta pero decididamente a mi rostro y yo por puro instinto cerré mis ojos. Rozó sus labios con los míos y se desato un beso voraz que quemaba la lluvia y al frío aire que invadía la triste escena. Yo estaba en un mundo de sueños y deseos en el cual solo existíamos nosotros dos. Cuando estaba a punto de perder el aliento por completo, el deslizo sus labios por mi mandíbula hasta mi cuello y allí le sentí traspasarlo, hincar sus colmillos en mi yugular. Suavidad, dulzura y el dolor mas fuerte e intenso de toda mi vida, cada sensación vino a mi una tras otra. Abrí mis ojos de repente. Por mas que quisiera no me podía mover, mi cuerpo estaba paralizado entre sus brazos.

De repente sentí a mis parpados caer cansados y derrotados sobre mis ojos. Dejándome en las sombras, en las que solo podía sentir dolor y más dolor: Sentía como mi cuerpo se quemaba y yo no podía hacer nada hasta que caí en la inconciencia pero aun así el fuego seguía quemando.

De un momento a otro, el fuego desapareció y fue sustituido por un frío polar que inundo mi cuerpo, desde la cabeza a los pies. Abrí mis ojos sin dificultad alguna, vi la luz del sol iluminar un río que pasaba por allí. Intente levantarme del suelo sobre el que me encontraba y al medio segundo ya estaba a la orilla del río. Mi piel era pálida y helada como nunca lo había sido, como nunca pensé que fuera a ser.

Sentí unos delicados pies sobre el verde césped detrás de mi, al darme cuenta lo vi a el. Su hermosura era mayor ahora. Yo seguía sin entender nada, el brillaba como un diamante bajo el sol, mire mi mano, yo también brillaba.

- ¿Nicholas? – Pregunte - ¿Cómo es que…?
- Te he convertido en una criatura de la noche – Me interrumpió – Ahora vivirás eternamente por el poder de la inmortalidad alimentado por la sangre.
- ¿Qué se supone que soy? – Pregunte mas confundida aun por sus extrañas palabras.
- Vos. Hermosa. Melody – Se acerco a mí. Vestía de negro. Tomo mi rostro entre sus manos, miro dentro de mis ojos y dijo lo que nunca en mi vida espere escuchar – Sos un vampiro – Y me beso co mas ferocidad y pasión que la vez anterior.

Ahora, hace años que vivo de esta manera. Sigo con Nicholas, la verdad es que somos inseparables. Se que suena aterrador pero amo esta vida y no la cambiaria por nada del mundo. NUNCA HE SIGO TAN FELIZ ANTES.