Una historia de fútbol y chicos [Logan Lerman]

por **Maite.** Lun 15 Oct 2012, 6:35 am

Nombre: Una historia de fútbol y chicos
Autor: Stephie Davis
Adaptación: Si
Género: Drama/Romance
Advertencias: No
Otras Páginas: No

Sinopsis

Apoyé la pelota en mi cadera y me dirigí hacia el cobertizo. En la oscuridad.
Sola. Con un chico.
Yo estaría completamente enloquecida por las pruebas de fútbol para entrar al equipo universitario, si no fuera por el nuevo estudiante, Logan, quién me está ayudando a practicar. Él tiene los más increíbles ojos azules, el cabello castaño oscuro y liso y unas piernas perfectas. Además, tenemos mucho en común, ¡ya que todo lo que nos importa es el fútbol! Bueno, eso es todo lo que le importa. Pero mi corazón late tan rápido cuando estamos juntos en el campo. . . y yo no creo que sea sólo por correr alrededor.

por **Maite.** Lun 15 Oct 2012, 7:14 am

Capítulo 1

El sol de la tarde caía sobre mis hombros mientras veía una mirada maliciosa en el rostro de mi mejor amiga, Sara Myers. Sus largas piernas eran como palos por debajo de sus pantalones cortos, y apenas había rastro de sudor sobre su nariz respingada, la que ella juraba era su única característica decente.

—Simplemente trata de detenerme, ____—se burló, con sus rizos oscuros rebotando a cada paso.
—Haz la prueba y pásame —le respondí, sonriendo mientras se acercaba.

Podría ser sólo una rutina de ejercicio de uno a uno en una tarde de jueves en la práctica de fútbol Juvenil Varsity, pero siempre era mucho más cuando jugaba uno a uno con Sara.

Sara era mejor que yo en el fútbol. Y ni siquiera trataba de serlo. Yo reventaba mis pies. Y ella aún era mejor. Y eso me molestaba totalmente. Pero ella odiaba el hecho de que durante el verano, yo había conseguido una figura real y ella seguía siendo tan delgada como siempre, así que ahí estábamos. Especialmente porque haríamos el trueque si pudiéramos. Ella tendría toda la atención que tengo de los chicos en un latido del corazón, y yo le haría eso en un minuto si pudiera tener sus habilidades de fútbol. En realidad, me gustaría dejarlo en un minuto de forma gratuita, si pudiera. Sólo seis semanas después de mi primer año de la escuela secundaria y ya estaba cansada de que los chicos me trataran de forma diferente que antes. ¿Hola? ¿Qué había de malo en darse cuenta de que era una buena defensora, en vez de comentar acerca de cómo me quedaba la camisa?

La sonrisa de Sara se desvaneció por la concentración y yo me centré en cada ángulo de su cuerpo, tratando de anticipar los movimientos que haría para pasarme. Mis músculos estaban tensos, y sentí el subidón de adrenalina que amaba, la sensación de poder que me hacía jugar en el campo de fútbol todas las tardes, impulsándome totalmente a sudar y gritar y olvidarme de todo el bagaje de mi día en la escuela. En el campo de fútbol, no se trataba de chicos o chicas, ni de cómo me veía. Se trataba de lo que podías demostrar. Era mi lugar favorito.

—¡Hey ___! ¡Mira bien ahí!

Sara contuvo el aliento, y frunció el ceño al oír el sonido de la desagradable voz de Zac Bolt, no se molestarse siquiera en echar un vistazo a las líneas laterales, donde sabía que estaría junto a su sombra fiel, Damian Burdett.
Probablemente llevaba gafas de sol Nike, gorra de béisbol y vaqueros descoloridos, como siempre hacia, a sabiendas de cómo vestirse para lucir bien.
Bueno, ellos eran lindos, pero también eran idiotas, así que los descarte y me concentre en Sara. Su mirada giró hacia Zac, y sonreí. Oh, ella lo había estropeado. Mantente gritando, Zac. Un poco de distracción era más que suficiente para mí para ganar.

—¡____! ¡Hey, ____ ____! ¿Vas a venir conmigo esta noche a Pop's, o qué? —Zac gritó.

Sara me frunció el ceño. Me mordí el labio y me adapté rápidamente a su repentino aumento de intensidad. Genial. Así que ahora iba a venirse encima ahora que Zac estaba gritando mi nombre y no el de ella. Clásico de Zac. Siempre arruinando mi vida.

—¡Sara! ¡Dile que tiene que venir! —gritó Zac.

Las mejillas de Sara se pusieron rosadas y lanzó una mirada rápida en su dirección. Me lancé hacia adelante para tomar ventaja de su distracción, con mis zapatos de fútbol agarrados al césped cuando arranqué el balón de entre sus pies. Se dio la vuelta, y me esquivó, haciendo una mueca sarcástica a Zac, qué estaba gritando algo acerca de cuánto le gustaba mi nuevo corte de cabello. Él debería estar gritando acerca de mi gran estilo, no haciendo comentarios estúpidos sobre mi cabello. Tan típico de Zac, y de los chicos en general. Volví la cabeza para mirarlo… y noté al hombre que se hallaba de pie junto a él y Damian.

El tipo era más alto que ellos, tenía el pelo corto y castaño, llevaba zapatos de fútbol. Sus pantalones cortos mostraban sus tan musculosas piernas de futbolista. Tenía agarrado contra la cadera un balón de fútbol, con su brazo colgando sobre él. ¿Quién diablos era?. Antes de darme cuenta, Sara estaba a mi lado, tenía los pies sobre la pelota, y luego salí volando. Alcé mis brazos, cuando resbalaba sobre mi cadera izquierda terminando con la cara contra el pasto. Sara cantó la victoria y yo rodé para tomar posición sentada, escupiendo pasto de mi boca.

Zac y Damian aullaban de risa, y de inmediato miré por encima de ellos. Hacia el hombre. Que se había ido. Hice un rápido escaneo del campo, pero no lo volví a ver. ¿Dónde se había ido? Mi otra mejor amiga, Beth Stevenson, se acercó y me miró. Llevaba zapatos de fútbol y una camiseta como yo, pero aún estaba limpia. No había sudor ni suciedad. No era una sorpresa. Sólo jugaba al fútbol JV para pasar el rato con nosotras. Yo jugaba por diversión. Sara jugaba… bueno… Nunca estuve muy segura con Sara.

—Casi la tenías —dijo Beth.

Suspiré. —Ya lo sé. Siempre de trata de casi cuando se trata de Sara jugando fútbol.

Beth me tendió la mano y me levantó. —Quiero decir, la tenías, y luego la dejaste volver y tenerte. ¿Qué fue eso?

Como si yo fuera a decirle que había dejado un chico me distraiga. ¡Ja! Eso era un movimiento de Sara, no algo que yo haría. En realidad, era totalmente vergonzoso. Así que me encogí de hombros. —Me sentí mal por ella. No quise demostrarlo con Zac mirando.

Beth resopló. —Sí, claro. Tú no tienes piedad en el campo de fútbol. —Lo dices como si fuera algo malo. —

Mi muslo estaba quemándome, así que me subí los pantalones cortos e inspeccioné la frambuesa que comenzaba en la cadera y seguía hasta la mitad de mi muslo. Ya era de color rojo brillante. Sonreí, amando la medalla de honor que me daba. A pesar de lo que Zac podía pensar, había mucho más de mí que tan sólo cómo me veía. ¡Yo era una guerrera!—. Ahí va mi plan de usar una minifalda mañana —bromeé.

Zac y Damian gritaban y silbaban, así que baje mis pantalones para cubrir mis piernas, mis mejillas estaban repentinamente calientes. ¡Los chicos eran tan molestos!

Beth levantó las cejas. Habían sido cuidadosamente depiladas para aumentar sus brillantes ojos azules, debido un cambio de imagen el fin de semana pasado cortesía de Sara, que había acabado con todo nuestra imagen de deportistas, con reflejos y nuevos cortes de cabello. No podrías decir eso sobre mí, salvo por el hecho de que algunas de las capas no se quedaban en mi cola de caballo muy bien. Bueno, se podía ver los reflejos castaños sobre el marrón más oscuro de mi color de pelo natural, pero eso era todo.

—Nunca has tenido una falda en toda tu vida —dijo Beth—. De ningún tipo.

Me sonrió. Yo definitivamente no era una chica de falda. Especialmente este año, ya que gente como Zac había comenzado a molestarme. No hay nada como conseguir una figura en el verano para cambiar la forma en que los chicos actúan a tu alrededor, supongo. De seres humanos normales a plagas fuertes y molestas en general.
Yo estaba pegada a los pantalones vaqueros, gracias.

—Buena frambuesa —Sara caminó enfadada hacia nosotras, disparando una sonrisa coqueta en dirección de las líneas laterales—. Es totalmente anticuado tomar ventaja cuando Zac me distrajo. Si no te hubiera golpeado al final, te haría besarme los pies. —Una referencia a cuando éramos pequeñas y estúpidas, y acostumbrábamos besarnos los pies la una a la otra cuando nos peleábamos, o después de que alguna hiciera algo malo a la otra.

—No habría besado tus pies —le respondí—. Es tu culpa por no prestar atención.

Sara llevaba una camiseta, pantalones cortos de spandex y llevaba maquillaje a prueba de agua. Era alta, delgada, y tenía cabello rizado…todo lo que Beth no tenía, con su corta y rechoncha figura. Pero Beth era rubia, y yo sabía que Sara mataría por poseer el derecho de Beth, de lucir dorada.

Ambas estaban totalmente lindas y metidas en los chicos. Quiero decir, a Sara se le había caído su cuaderno la semana pasada y había visto que había escrito el nombre de Zac por toda la cubierta interior, no era que ella lo admitiría en voz alta. Y Beth estaba allí con ella mirando a los chicos juntas. Ambas pasaban diez minutos haciendo su maquillaje antes de la práctica, con la esperanza de conseguir que estúpidos como Zac gritaran por ellas.

Como sea.

La entrenadora Merrill sopló su silbato. —Tengo un anuncio que hacer.

Noté a Zac y a Damian de pie a lo lejos. Zac me decía algo sobre mí y apuntaba a sus caderas, donde me había quemado con el pasto. Sentí a Sara mirándome, así que me crucé de brazos y me volví hacia la entrenadora Merrill lejos de Zac.

—Cada temporada a finales de octubre, elijo a dos chicas de JV para trasladarlas al equipo universitario por el resto de la temporada —dijo la entrenadora Merrill—. Durante dos semanas a partir de este viernes, vamos a tener pruebas de aptitud con el equipo universitario. Las mejore cinco muchachas en JV serán invitados a esa práctica, y dos se trasladaran.

¡De ninguna manera! ¡No lo podía creer! Universitarias. ¿Cuán maravilloso sería eso? Mi corazón empezó a correr. Me acerqué un poco más para no perderme ninguno de los detalles.

—Entonces, quiero anunciar a las cinco jugadoras preseleccionadas, para que me puedan decir si están interesadas en ser consideradas.

Miré de reojo a Sara. Ella era mejor que yo, pero no trabajaba tan duro. ¿Tendría eso en cuenta la entrenadora? Cinco puestos no eran muchos, cuando había más de cuarenta niñas en el equipo.

Sara estaba mirando a Zac y Damian, sin prestar ninguna atención a la entrenadora. Una pequeña parte de mí esperaba que la entrenadora se diera cuenta. Es decir, yo no quería que la entrenadora lo notara, porque Sara era mi amiga y merecía estar en el equipo universitario, pero ella no quería un lugar en el equipo. No como yo quería. Así que tenía la esperanza de que la entrenadora le llamara la atención.

—Los jugadores que estoy considerando son Kathleen Hoffman...
—Ella es el mejor jugador de nuestro equipo —susurró Beth.
La hice callar con la mano, conteniendo la respiración.
—Heidi Maxwell…
—Oh, no había pensado en ella. Es genial en defensa —dijo Beth.
—¡Ssh!
—Vicky Conant…
Sara se inclinó. —Beth, creo que Damian te está mirando.

Beth golpeó a Sarah en el brazo. —¡Imposible! ¿En serio? —ella se sonrojó e inmediatamente le dio la espalda a los chicos—. ____, míralos y dime si ella está mintiendo.

—¡Cállate! —Me alejé de ellas, esforzándome por escuchar mientras las otras chicas en el equipo comenzaron a susurrar.

—Sara Myers...

Mordí mi labio ante el repentino aumento de celos mientras escucho a Beth chillando tras de mí. Bien. Estaba tan feliz por Sara.
—Y___ ____.

¡Sí!

Beth lanzó sus brazos a mí alrededor. —¡____! ¡Impresionante! ¡Ustedes son demasiado geniales!
La entrenadora dijo algo acerca de que la práctica había terminado por hoy, pero no la escuché. Mi corazón estaba latiendo muy fuerte y Beth estaba gritando en mi oído. Nos tenía a ambas, a mí y a Sara en un abrazo y tomó menos de un minuto para que las tres termináramos en una pila en la hierba.

Todavía estaba riendo y tratando de desenredarme cuando el sol fue bloqueado y una sombra cayó sobre nosotras.

Sara se cayó mientras Zac se inclinaba sobre nosotras. —Competencia entre amigas —bromeó.

—¿Quién tiene las de ganar? ¿___ o Sara? ¿Tendremos una pelea de chicas?

Rodé mis ojos. —Cállate.

¿Ven? Por eso evitaba a Zac. Un idiota total. ¿Hola? ¿Dónde estaban las felicitaciones? ¿La apreciación por haber sido elegido en la corta lista? No tenía ni idea de lo que era importante.

—Eso desearías tú, Zac —Sara rió—. Pero nos aseguraremos de llamarte si lo hacemos.

Beth y yo intercambiamos un gemido, luego Zac tomó mi mano y tiró de mí hasta ponerme de pie antes de que pudiera alejarme de él. —¿Qué tal si vamos a Pop's por una pequeña celebración, ___? ¿Un poco de baile, quizás? —Su mirada se desvió a mi pelo—. Una ducha rápida y un cambio de ropas y estarás de muerte.

Tiro la mano de su agarre. —No, gracias. — Pop's era el lugar predilecto para los chicos de nuestra secundaria. Servían una excelente pizza, había recargas gratis de soda, y eran dueños de una máquina de discos dulce provista de todas las mejores canciones, incluyendo el último CD de Maroon 5. Yo había estado muy emocionada de empezar a ir para allá cuando éramos novatas, pero después me desanimó por completo. Era todo acerca de chicos siendo ruidosos y desagradables y viendo chicas, y chicas preocupándose por su cabello y maquillaje y riendo por los chicos. No tenía ningún interés en quedarme allí mientras los demás coqueteaban los unos con los otros. Especialmente Zac.

Al contrario, sacudí la mancha de pasto en mi camisa y dije: —Voy a practicar un poco más.

—¿Practicar? —Zac rió—. ¿Estás bromeando? Es jueves por la noche. Hora de fiesta.

Sara acomodó su cabello y le sonrió. —Yo iré a Pop's contigo. ___ puede ser antisocial, pero yo no lo soy.

Fruncí el ceño ante su observación. No había hecho comentarios como esos antes de este otoño, cuando Zac había comenzado a notarme. —Yo me tomo el fútbol en serio. Eso es algo bueno.

—A menos de que se entrometa en el camino de la diversión —dijo Sara—. Vamos, Beth. Vamos a bañarnos.

Le dio a Zac una sonrisa especial.

—Estaremos listas en veinte minutos. ¿Puedes esperar?
—Seguro —él me miró de nuevo, luego se dirigió al gimnasio con Damian a la siga.

Dirigí un vistazo a Sara. —¿No soy divertida?
—Si eliges el fútbol sobre salir con Zac a Pop's, sí.
Crucé mis brazos, con una repentina esperanza ardiendo en mi pecho.
—Así que, ¿eso significa que vas a rechazar a la entrenadora por la cosa de la universidad?
Echó una mirada a la parte trasera de Zac, luego coincidió con mi mirada. —¿Quieres que lo haga?
—Ha. Por supuesto que no. —Pero cuando dije las palabras, me di cuenta de que estaba mintiendo. Si Sara renunciaba, tenía una mejor oportunidad para entrar en el equipo universitario. Probablemente estaba unida a Heidi como la tercera mejor del equipo, tras Sara y Kathleen. Pero quería a Sara allí conmigo.

Juntas.

Pero si surgía el caso de elegir entre ella o yo... No. Ella era mi amiga. Quería que entrara también. Tragué duro y formé una sonrisa. —¿Por qué no te quedas y practicas conmigo? Me favorecería tu ayuda para mejorar mis habilidades estas próximas dos semanas.

Ella ladeó su cabeza, realmente considerándolo, luego Zac lo arruinó.
—¡Hey, ___! —Zac gritó, y la boca de Sara se tensó.
—Te guardaré un puesto en caso de que cambies de opinión. ¡Sabes que no te puedes resistir a mí por siempre!
Sara dudó. —Voy por el universitario, pero no voy a perderme la diversión para quedarme hasta tarde practicando. Me voy con Zac y Damian. —Luego se volteó y rompió a trotar tras los chicos.

Beth me abrazó. —Felicidades de nuevo, ___. Estoy tan feliz por ti. Sé que lo puedes lograr.
Sí, quizás. Pero iba a ser mucho más difícil si tenía que practicar sola. No pude evitar ver a Sara cuando alcanzó a los chicos. No quería que salieran sin mí. Quiero decir, no quería ir, pero quería que se quedaran conmigo. Sólo chicas, como solía serlo.

—¿Quieres quedarte y practicar conmigo?
Beth arrugó la nariz. —Lo siento, pero más de una hora de fútbol al día me produce urticaria. ¿Segura no quieres venir a Pop's?
Pateé mi pie en la tierra. —Sí. ¿Segura que no te quieres quedar?
—Totalmente. Diviértete —ella me palmeó el hombro y salió corriendo, gritándole a Sara que la esperara. Miré como los alcanzaba, disparándole una mirada tímida a Damian antes de ubicarse al lado de Sara. Pude escuchar sus risas a través del campo.

Suspiré y comencé a deprimirme, luego me di cuenta que las chicas del universitario estaban trotando hacia mí para tomar nuestro campo de prácticas.
Oh, genial.
Me olvidé de mis amigas y Zac mientras veía a las jugadoras universitarias comenzar a driblar. Por unos pocos minutos, tenía miedo de su trabajo de manejo del balón y su trabajo con los pies. Estaban bromeando y divirtiéndose, pero también estaban serias. Iba a extrañar JV, pero este era totalmente mi mundo. Al que yo pertenecía.

Luego me di cuenta lo mucho mejores que eran en comparación conmigo. Y de cuánto tendrá que mejorara para tener una oportunidad con ellas.
Demonios. No pertenecía. No todavía. No por un largo tiempo.
Incluso Sara tenía que mejorar. Y ella no estaba practicando, ¿cierto? Debería correr al gimnasio y decirle.
Debería.
Pero no lo hice. Ella había elegido, ¿correcto? En su lugar, me enganché un balón y me dirigí hacia el campo de entrenamiento más pequeño detrás del cobertizo. Oí chillar a Sara y lancé mi mirada al gimnasio a tiempo para verla a ella y a Beth entrar a él, riéndose de algo.

Mi estómago se tensó en un pequeño nudo, pero yo apreté los dientes y me volví hacia el campo. Me encantaba el fútbol. Quería el universitario. Donar un poco de tiempo con mis amigos apestaba, pero valía la pena. Ellos no me entendían, no esta parte de mí. La parte de mí que amaba tener manchas de pasto en mis shorts y sudor rodando por mis sienes. La parte que amaba estar allá fuera con el balón, en un mundo en el que nada importaba excepto cómo jugabas.

Comencé a trotar, manejando el balón frente a mí, mientras una sensación de estar haciendo lo correcto se asentaba dentro de mí mientras mis músculos comenzaban a trabajar. Nada de Kirk alrededor para juzgarme y hacerme sentir estúpida porque no me importara mí cabello. Nada de chicos haciendo comentarios tontos acerca de peleas de chicas en lugar de apreciar que una chica podía ser atlética...
Crucé la esquina y vi al chico que noté durante la práctica. Inmediatamente me tropecé con mi pelota de fútbol y me fui hacia abajo. Me levanté de nuevo, viendo como dribleaba a dos balones a través de una carrera de obstáculos de conos.

Su cabeza estaba baja y su cuerpo suelto. Tenía la contextura que todos los buenos jugadores de fútbol tienen, con piernas fuertes y bien formada la parte superior de su cuerpo. Su cabello era oscuro y pegado a su cabeza. A diferencia de Zac el idiota, había estado sudando. Y era bueno también. ¿Por qué no lo había visto antes? Conocía a todos los que jugaban fútbol.
No es que importara. No era como si fuera a hablar con él.
Tomé mi balón y comencé a correr lejos para encontrar algún otro lugar para practicar, cuando levantó su cabeza y me vio. Y olvidé completamente lo que iba a hacer.

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Espero que les guste la novela :D

por Invitado Dom 21 Oct 2012, 1:14 pm

SEGUILA! :D

por **Ainara Malfoy** Jue 15 Nov 2012, 12:12 pm

Me encanta siguelaaaaaaaaa!!!!!!!!!

por **GabuchiJonas** Lun 24 Dic 2012, 10:09 am

Aaaaaahhhhhhh!!!!! Siguelaaaaa! Esta genial! Me encanta la nove :) porfa siguelaaaaa

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