Los rayos del sol y ese clima veranil que hoy me da que pensar.. [harry styles y tú] [TERMINADA!]

Narra _____:
Pasé quince minutos buscando a la tal Amanda por todo el hospital. Me caí más de tres veces, y sentía desfallecer mi mundo. Hasta que por fin, la encontré.
Hablamos, le conté lo que pasaba y al ver la foto de Harold y mía en mi billetera pude sentir una mirada fulminante de su parte. No entendí el por qué de ésta. Siguió hablando sobre lo ocurrido con Harry y con cada palabra que decía a mi se me terminaba por destrozar el corazón.
Su explicación de los hechos quedó grabada en mi mente, lo que textualmente había dicho fue lo siguiente:
''Harry llegó aquí hace dos años y unos meses, siempre me acordé de él y me aprendí rápido su nombre porque no era posible olvidarse de esos rulos. Entró con un traumatismo de cráneo grave, varios golpes en el cuerpo, había tenido un accidente. Estuvo varios días sufriendo de éste, internado e inconciente, hasta que dos semanas después cayó en un estado de coma. Es así que hasta el día de hoy no despierta, y yo soy su enfermera personal desde que ingresó aquí.''
En ese momento me estaba comenzando a faltar la respiración, sentía un nudo en la garganta enorme y unas ganas de salir corriendo y abrazar a Harold. Después de tanto insistir en verlo, fuimos al área de terapias, y allí me encontré con Anne. Una Anne totalmente diferente, ya no tenía esa sonrisa de simpatía y dulzura, estaba muy delgada y tenía la cara demacrada- no es para menos- pensé. Su hijo estaba en coma. ¡Dos años en coma! En ese momento me pregunté por qué no me había avisado en el momento de lo ocurrido, pero no le iba a preguntar eso en esta situación. No dudé y corriendo me acerqué a ella, la abracé con todas mis fuerzas. Se refregó los ojos y me miró. Acarició mi cara y lloró sobre mi hombro.
-Anne- susurré- ya todo va a pasar, Harry dentro de muy poquito va a estar sonriendo como siempre lo hacía- lo dije para que se calmara, porque yo no estaba totalmente segura de eso. Tenía que ser fuerte y brindarle a Anne tranquilidad, en estos dos años no me imagino todo lo que sufrió.
-_____- me dijo abrazándome más fuerte- ______- repitió- perdón por no haberte avisado, es que con todo esto perdí contacto con todo el mundo. No uso celular, no hablo con nadie. Vivo prácticamente en este hospital, no tuve tiempo para pensar en ustedes, fue muy egoísta de mi parte- lloraba desconsoladamente- perdón, perdón.
-Entiendo- mientras tocaba su cabello- lo entiendo Anne, no fue egoísta. En estas situaciones, toda madre no tiene tiempo para pensar en otra cosa que no sea su hijo.
-¿Cómo lo encontraste?- preguntó ya más calmada.
-Larga historia. ¿Podría pasar a verlo?
-Justo es el horario de visita, claro que puedes.
Emití un suspiro profundo y me junté de valentía. Me paré y me acerqué hacia la habitación 209.
Abrí la puerta. Me asomé. Lo ví. Entré.
Y ahí estaba él, lleno de cables y con sus ojos cerrados. No se movía, no sonreía, no hacia chistes, estaba pálido.
En estos dos años siempre pensé que al volverlo a ver se me formaría una sonrisa espléndida en el rostro, pero al verlo de esta forma lo único que consigo es sentir lágrimas deslizarse sobre mi mejilla. No dudé y le tomé la mano, me senté a su lado y besé su frente.
Miles de sentimientos encontrados, cuando creí haberlo superado vuelvo a encontrarme con el amor de mi vida, en coma. ¡En coma!
Y fue en ese momento donde supe que uno tenía que valorar cada momento en su vida, y también supe que no había algo que desease más que volver a encontrarme con esa sonrisa de Styles y perderme al instante en sus hermosos ojos. Entonces le hablé, le hablé, le hablé. Le conté al oído como lo extrañaba y lo difícil que fue vivir sin él en esos dos años, le conté que me faltaba un año para terminar mi carrera de periodista, ya que son tres e iba por el segundo. Le hablaba como si fuese a escucharme, porque muy dentro mio, yo tenía esa ilusión.
Llamé a los chicos para avisarles cómo y dónde se encontraba Harry. Entre gritos y desesperación que se escuchaba a través de mi teléfono celular, pude entender que viajarían a Londres en ese momento.
Anne ingresó a la habitación con un papel en la mano. La miré raro y ella tomó asiento a mi lado.
-Esto es para vos, _____- me entregó ese sobre- Harry la escribió el día que sufrió el accidente, horas antes. Cuando lo encontraron en el auto, tenía esa carta guardada en el bolsillo de su campera.
Y se retiró de aquella habitación. Abrí el sobre y me encontré con un papel escrito con una letra que sabía reconocer muy bien, la de Styles.

Princesa,

hoy el amor se llama distancia, y hoy la distancia, se llama soledad. La noche se sigue llamando noche, mientras el verbo se conjuga despacio y el adjetivo se condena a esculpir emociones entre el gris y el rojo.

La distancia entre los días que pasan y tu cuerpo, es hoy la causante de mi insomnio, que tras cada esquina de recuerdos, trata de encontrarse con tu sonrisa y tu sorpresa.

Sabes, esta noche, tengo una luna en mi ventana partida en dos, para recordarme a tus ojos, que brillan lejos, en esos paisajes que para mi, solo son retales de un atlas deshojado y descolorido. A ojos cerrados, mi alma te persiguió por esas viejas páginas de mapas, para recostarse en el recuerdo de tu voz. Y allí me escondo, y te acaricio suavemente la piel, espolvorea mi aire agitando un deseo intenso de no abandonar nunca ese sueño que siempre es tan real...

Y llegan los segundos rayos de sol, para esconder tras su luz la luna y tus ojos, y para empujarme otra vez, a la condena de la rutina de mis días... te extraño, mi amor. Te extraño a tal punto de extrañar hasta tu histeria.
Ayer me encontré en mi camino matinal a la universidad con los ojos de mi amor de adolescente. Ese amor me vino a recordar, una canción que aun hoy escuchándola, esa canción sonaba casualmente por la sala de música, mientras pasaba por ésta me paré en seco al escuchar tales melodías. Look after you, la recordas?
Los estados de ánimo van y vienen a mi vida, volteándome como un carrusel.

Hoy el aire sabe a nostalgia. Nostalgia de esos tiempos que no solo no volverán, sino que hoy el paso del tiempo ha difuminado, adornado y ha distanciado todavía más, de esta tarde de otoño y soledad.
Hoy como un niño, me siento falto de las sensaciones del amor de verano. Ese amor de pantalón corto, de rodillas escorchadas y bicicleta. El amor de río, de excursión y piscina. Y amor sobre todo de interminables vacaciones coloniales.
Te extraño, te amo, te quiero de vuelta conmigo.

Estos días que mañana, como ayer, se seguirán llamando tristeza, pero mientras, los sueños, se seguirán llamando esperanza...

Buenas noches, Princesa
Te ama, tu ruloso.

-Te amo, te amo, te amo- susurraba una y otra vez acariciando tus rulos- te amo con toda mi alma, ruloso de mi vida- y de a poco fui cerrando mis ojos, para dejarme caer dormida en el incómodo asiento de esa habitación, al lado de Harold.