Los rayos del sol y ese clima veranil que hoy me da que pensar.. [harry styles y tú] [TERMINADA!]

-¡Valentina, que sea la última vez que me asustas así!- exclamó Louis con una mano en su pecho mostrando alivio. Realmente que con los chicos- y por idea de Valen- lo asustamos bastante diciéndole que ésta estaba embarazada. En el momento de dar la noticia- totalmente ficticia, claro- Lou exclamó algo de las zanahorias, y por dos minutos, que fueron contados a reloj, éste no emitió palabra alguna. Pasados los dos minutos empezó a correr por toda la casa diciendo que iba a ser padre y preguntándose a él mismo, pero en voz alta, ¿cómo iba a hacer para cuidar de un pequeño, mientras ni siquiera sabía como cuidarse él mismo? ¿Que, qué le iban a decir los padres de Valen? Que seguramente lo matarían, lo cortarían en pedacitos y bla bla bla bla. Todos nos aguantábamos la risa en ese entonces, pero cuando vimos que Louis estaba poniéndose pálido y le comenzaban a temblar las manos, fue Zayn quien confesó la broma.
La cara de Louis era totalmente inexpresiva, y después fue tomando más color hasta llegar al tono de su rostro habitual. Al fin y al cabo, después de insultarnos y querer matarnos a todos, confesó que la idea de ser papá, quitando la parte del miedo a lo desconocido, le había gustado. Y luego comenzó a reír con nosotros recordando tal escena.
Las cosas en la universidad marchaban bien, como siempre. Claro, que de vez en cuando me hartaban los parciales y esas cosas, pero todo tiene su sacrificio.
Todos estudiábamos en la misma universidad, pero diferentes carreras, menos Louis, que se dedicaba a estudiar comedia musical, ya que siempre tuvo vocación de actor.
Corría agosto, y todo lo que solía hacer era enfocarme en mis amigos, mis estudios y en terminar de decorar mi reciente nuevo hogar. Sí, hace varios meses tenía en mente independizarme de alguna forma y poder tener mi propio lugar. Durante los dos años que pasaron cada vez que caminaba por el vecindario donde vivía y pasaba por aquella casa donde antes convivían Harry y Anne, siempre tuve la necesidad de hablar con los que habían comprado después de que Styles partiera para Londres, insistirles y proponer un buen monto de dinero para que esa casa pueda ser mía. Y así fue, hace dos semanas que me mudé y todavía me faltan retocar algunas cosas de la casa. De alguna manera, estar allí me hace bien y me trae buenos recuerdos. Coroné la –llamada por mi- memoriosa habitación donde una noche se pudo colocar como la mejor de mi vida, en un cuarto donde de vez en cuando entro y me recuesto a pensar, ya que mi dormitorio era otro en la casa. No es que no haya superado a Styles, porque de hecho creí hacerlo. Simplemente ese recuerdo fugaz me hace bien, claro que tuve otros chicos en mi vida en estos dos años, pero el ruloso siempre va a ser el ruloso, y siempre, siempre me va a traer buenos recuerdos. Ya perdí la esperanza de que vuelva, o de volver a contemplar esos ojos verdes que un verano me llenaron el alma. Por eso, cuando estoy mal o algo por el estilo, suelo mirar las fotografías que tenemos juntos. Eso me hace sonreír y recordar esa estación veranil en la cual aprendí y di muchas cosas de mí. Inolvidable todo, y no solo por Styles. También conocí bajo los rayos del sol, una tarde de enero a Lou, Zayn, Liam, Nialler, Marti, Valen y Dafne. Mis amigos, mis mejores amigos.
Estaba entusiasmada, muy entusiasmada debido a que mañana tenía que hacer prácticas relacionadas al periodismo, nos tocaba realizar notas. Fueron seleccionadas las chicas que tenían mejores promedios en la carrera, y mañana temprano estaríamos yendo a Londres para realizar las notas allí, que saldrían en el noticiero principal del país durante la noche. Algo me decía que mañana iba a ser un día crucial, tenía ese presentimiento.

Un nuevo día. Todo listo. Momento de subir al micro. Todos estamos entusiasmados. ¡Quiero llegar!
A cada uno de los estudiantes seleccionados nos había tocado un tema diferente para informar, un lugar diferente también. Con el micro iban bajando en las diferentes paradas, algunos bajaron en un museo importantísimo de Londres, que era el lugar que se les había sido asignado, otros en London Eye, y a mi me tocaba la última parada. Un hospital. Sí, tenía que cubrir la nota de un hospital, informando cómo trabajaban los doctores, enfermeras, como se encontraban sus instalaciones, si tenían los requisitos necesarios, etc.
No comí nada en lo que había pasado del día, eran aproximadamente las dos de la tarde y yo seguía con los nervios de punta. Todavía no había sido mi turno de hacer una nota, moría de ganas de que lo fuera. Estaba sentada en una de las sillas del lugar aspirando ese olor tan peculiar que emitían los hospitales. Solo pensaba en las caras de los chicos, que como me había dicho, se iban a reunir todos en el departamento que compartían Niall y Marti para ver el noticiero en el cual pasarían mi nota, el horario en el cual comenzaba ese noticiero era las ocho de la noche, obviamente que mi nota iba a ser grabada y luego, transmitida. Me reí sola al recordar que me habían ordenado que les mandara un saludo, y no entendían que si lo hacía, perdía la seriedad que debía tener el asunto. ¡¿Cómo en una nota seria, una periodista va a mandar saludos a sus amigos?! Eso no cabía en la cabeza de mis amigos, que por supuesto insistieron e insistieron toda la tarde anterior. Mi respuesta fue un rotundo no, claro está.
Y.. había llegado la hora de hacer la nota. La entrevista concluyó muy bien, y me gané una felicitación y un diez de parte de mis profesores. ¡Estaba más que feliz! Y no podía esperar a llegar a casa para verla en el noticiero.
Pero.. mis piernas comenzaron a tambalearse y mi piel comenzó a palidecerse, de un momento a otro todo se volvió negro.
Desperté en una camilla de aquel lugar, y lo primero que vi fue la mirada evaluante de una doctora. Después la cara de preocupación de una de mis compañeras de carrera, y luego la de uno de mis profesores.
-¿Qué me pasó?- pregunté confundida. Solo recordaba haberme tambaleado.
-Te desmayaste- me respondió la doctora- no comiste nada en todo el día, ¿cierto?
-Sí. Con los nervios que tenía no podía ni comer- intenté reírme.
-Toma- me ofreció un chocolate- esto te hará bien- sonrió.
Al salir de esa habitación, ya nos encontrábamos en el pasillo y comencé a despedirme de la amable doctora.
-Chau pequeña periodista, muy buena la nota. Pero por favor para la próxima, coma algo señorita. Ante estas situaciones usted nunca debe olvidarse de ingerir las cuatro comidas del día, son útiles para el organismo, y el desayuno es la más import..- por aquel lugar pasó una enfermera, la mirada de la doctora se fijo en ella.
-¡Ah!- exclamó como si hubiera recordado algo- ¡Amanda!- gritó hacia la enfermera. Ésta volteó y se encaminó hacia donde nos encontrábamos.
-¿Sí, doctora?- preguntó la tal Amanda.
-Por favor ve a fijarte si el paciente Styles se encuentra bien en cuanto a los medicamentos, y que estén todos los aparatos en su lugar, hazme ese favor.
Y en ese momento mis piernas volvieron a tambalearse otra vez. ¡¿Había dicho Styles o ya era producto de mi imaginación y mi poca ingesta de comida?! ¡¡Styles, Styles!!
-¿Us.. usted dijo Styles?- apenas pude decir. Mi corazón estaba a punto de paralizarse.
- Sí, eso dije. Discúlpame por interrumpir nuestra charla, la verd..- la interrumpí
-No- dije de repente, aún confundida. Igual o más de nerviosa- ¿Harry? ¡¿Qué le pasó?!
-¿Usted conoce a alguien llamado así?
-Sí, sí- mis manos temblaban también- este- balbuceé confundida- claro que sí, él tiene rulos y unos ojos verdes esmeralda- intenté explicar con miedo.
-El paciente Styles tiene rulos, lo de los ojos no sé si pueda confirmarlo. Nunca los abrió.
-¡¿Cómo?!- pregunté mientras mi cabeza procesaba esa información- ¡¿pero, qué le pasó?!- ya se avecinaban unas lágrimas.
-Bueno señorita, eso es confidencial, no podemos dar datos de los pacientes sin saber si es..-
-Miré- la volví a interrumpir mientras revisaba mi cartera. Saqué mi billetera, en ella conservaba una foto de Harry conmigo- ¿es él? ¿él está acá?- la doctora miro bien la imagen y entendió mi desesperación.
-Sí, definitivamente es él. Está aquí desde hace dos años y algunos meses.
-¡¿Qué le sucedió?! ¡quiero verlo!- grité ya asustada.
-Háblalo con Amanda, es la enfermera de Styles. Que ella te informe sobre lo sucedido y si los familiares de Styles te dejan verlo, lo harás. Ahora si me disculpas, tengo pacientes a los que atender.

Y se fue, dejándome con el corazón en la boca, y una angustia inexplicable.