{·} Payphone (Niall Horan).

Me he gastado todo el cambio que tenía para llamarte, ¿dónde estás? ¿Dónde están los momentos que pasamos juntos, nena? Todo esto está mal. ¿Dónde están los planes que hicimos para los dos? Sí, yo sé que es difícil de recordar las personas que solíamos ser. Es, incluso, más difícil imaginar que tú no estés aquí junto a mí. Tú dices que es demasiado tarde para hacerlo, pero… ¿es demasiado tarde para intentar? “And in our time that you wasted, all of our bridges burned down.”
Yo gasté mis noches. Tú has apagado las luces.
Ahora estoy paralizado, atascado en aquello que llamábamos amor. Pero aún el Sol se esconde en el paraíso. Si el “Felices para Siempre” existiera yo aún estaría contigo ahora mismo. Todos esos cuentos de hadas son puras mierdas. “One more fuckin’ love song I’ll be sick.”
Le diste la espalda al mañana por olvidarte de aquel pasado que vivimos juntos. Tomaste todo mi amor prestado y lo desechaste. No esperes que esté bien, cuando solo te dedicaste a cambiarme por otro; pero yo no espero que te importe. Sé lo que dije antes, pero todos nuestros puentes se vinieron abajo. “Now I’m at a payphone…”
—A la mierda con todo… —dije con los ojos llenos de lágrimas—. Estaré afuera gastando todo este dinero mientras tú estás por ahí. ¿Por qué no fuiste tú que apareciste de la nada? —miré el cielo—. Dime las oportunidades que desperdicie o como sea… dilas. Cambiaré mi número de teléfono —murmuré al tiempo que salía de mi casa—, para que nunca más puedas llamarme. No necesitas mi nombre en tu show, puedes decirles que he renunciado. Debe haber sido vergonzoso —me reí—. Tenías un juego muy bueno, pero fallaste tu último tiro. Conseguiste lo que querías, pero ahora es a mí a quien quieren. Así que puedes irte… llévate a ese pedazo de basura contigo.
No noté cuando el teléfono de la cabina comenzó a funcionar. Estaba diciéndote todo aquello a ti, y me sentí más hijo de puta de lo que me sentía hacía pocos segundos. Metí la pata, sé que lo hice. Pero… no podía aguantar más. No estoy hecho para que me mangoneen.
—Niall… —tu voz sonó al otro lado de la línea.
—¿Qué?
—Te amo y siempre lo he hecho.
—¿De qué hablas? ¿Qué hay del otro?
—Nunca hubo un ‘otro’. Siempre fuiste tú, y sólo tú.