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No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
Hola Andy ahhh lo se me he desaparcido
y ahhhh la nove ya vaaa demaciado avanzada
asi que tengo que apurarme para alcanzarlas
pero ya estoy de nuevo por aqui!! :D lo siento!!
solo me queda ya esta semana de escuela y por fin
sere libre!! jejejeje
y ahhhh la nove ya vaaa demaciado avanzada
asi que tengo que apurarme para alcanzarlas
pero ya estoy de nuevo por aqui!! :D lo siento!!
solo me queda ya esta semana de escuela y por fin
sere libre!! jejejeje
Karli Jonas
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
chelis escribió:AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!!!!!!..
NO LO PUEDOOO CREEEEEERRRRRR!!!!!!!!.....
SI ES AMYYYYY!!!????.. VERDAAAAAAAAAAAAADDDD!!!!!!!...
ESA BRUJAAAAAAA!!!!!!!.......
SE HABRA LLEVAAADOOO A SUUU PAAAAPAAAA DE _____??????
AAAIIIIIIII... NICK NO DESESPEREEEESSSSS!!!!!... CONCENTRATEEEEE!!!!..
AAAIIIIIII
TIEEENES QUE SEGUIRLAAAAA PORFIIISSSS
ME COMIII MIS UÑITAAAASSSSS!!!!!!!
JEJEJE
jejeje eres toda una detective!!! desde hace mucho que lo sabias!!! yo me entere cuando leei este cap! :P
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
Dorin escribió:aaaaaaaaaaaaaaaaaaa siguelaaaaaaaaaaaaaa como la dejas hay me encanta
aaaaaa pobre vito y esa mendiga de amy me dan unas ganas de golpiarlaaaaaaa, siguelaaaa
esque tenia que dejarlas con el suspenso! 8)
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
Pamm Jonas escribió:NO PUEDE SER ES AMY!!!!!
Y lo más segfuro es que también esté involucrado Jim!
NOO pero si se supone que es mi amiga!!!
Que miedoo!!
SIguelaa!!!
Y que tireno con lo que dijiste y espero que si me saludes en el foro y que nunca olvides a los Jonas!!
Siguela!!!
yo dije lo mismo!!!!! :P hasta pense: acaso leii mal?? y lo volvi a leer :P y aun asi no me lo creia me decia a mi misma: como va a ser ella si es su amiga?? tal vez despues el asesino las atrape a las dos! y valla solpresita que va siendo ella!!
me encantan estas novelas porque siempre es quien menos te imaginas!!!
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
WhoIam13 escribió:NOOOOOOOOOOOOOOO DESGRAAAAAAAAAAAAAAAAACIAAAAAAAAAADAAAAAAAAAA LO SABIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, AMIGAS COMO ESAS MEJOR NI TENEEEEEERLAS, SEGURO QUE LE ENVIDIABA LA FAMILIA A _________ PORQUE SINO HUBIERA MATADO A VITO, SE LLEVÓ AL PADRE DE LA RAYIS TAAAAMBIEN? HDFGVHDVGFHJFDJG QUE SE MUERAAAAAAAAAAAAAAAA. OKNO
PERO SIGUELA PORFAAAAAAAAAAVOR. NICHOLAS CONCENTRATE PLEASE, TIENES QUE SALVARLA!
:P jajaja tranquila no te exaltes!!! en un ratito mas la sigo!! :D
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
chelis escribió:ESPERANDOOO OTRO CAAAPIISS
en un ratito la sigo!! :D
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
Rachel lovebug escribió:Y luego?
Lo dejas en la mejor parte ;###
Cielos! nunca habia sospechado de Amy ;$$
¿pero como? Ashhh porfavor sube mass!!!
jijijijiji de eso se trataba!!! 8)
creeme que yo tampoco :| en un ratito mas la sigo! :D
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
*Karli Jonas Lovato* escribió:Hola Andy ahhh lo se me he desaparcido
y ahhhh la nove ya vaaa demaciado avanzada
asi que tengo que apurarme para alcanzarlas
pero ya estoy de nuevo por aqui!! :D lo siento!!
solo me queda ya esta semana de escuela y por fin
sere libre!! jejejeje
karli!!! :cheers: no te preocupes! te comprendo asi estaba y estoy! :| pero tranquila tomate tu tiempo para ponerte al corriente! ;)
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
chelis escribió:ESPERANDOOO MAS CAAAPIIISSS
ya casi!!! XD
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
hoooolaaaa no dire nueva lectora porque no lo soy...
la leo siempre solo que me da una perezaaaaaaaaa comentar... :roll:
lo se, lo se, vergonzoso, estoy segura que algun dia morire de eso...
en fin a la nove...
lo sabia! era amy! siempre lo supe, ja!! (no es cierto lo averigue en el cap anterior jajajajjaja shhhhh)
no lo puedo creer :o pero pregunta: para que se llevo al papa de ____?
la leo siempre solo que me da una perezaaaaaaaaa comentar... :roll:
lo se, lo se, vergonzoso, estoy segura que algun dia morire de eso...
en fin a la nove...
lo sabia! era amy! siempre lo supe, ja!! (no es cierto lo averigue en el cap anterior jajajajjaja shhhhh)
no lo puedo creer :o pero pregunta: para que se llevo al papa de ____?
jennito moreno
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
Ola soy nueva lectora
ya tengo tiempo leyendo, bueno tratando de llegar u.u jaja leo muy lento xD
apenas llegue ayer :D
me encanta la nove, síguela pronto (:
ya tengo tiempo leyendo, bueno tratando de llegar u.u jaja leo muy lento xD
apenas llegue ayer :D
me encanta la nove, síguela pronto (:
karenluna
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
hoooolaaa chicas!!! :D como estan???
pues bueno chicas llegamos ala recta final! este es el penultimo cap pero tranquilas! que tenemos epilogo!!! y como de costumbre los caps estan partidos en dos partes asi que aun nos queda bastantita nove!! y como ya es lo ultimo y lo mas emocionante :P pues pense en subir todos los días... o ustedes prefieren que siga cada tercer dia?? díganme que prefieren y yo hago lo que quieran! bueno ya no las entretengo mas! aqui el cap espero que les guste!:D
Atada. Amordazada. «Me ha atrapado.» Estaba aterrorizada. «Y sola.»
Le dolía la espalda por culpa de la incómoda y forzada posición. A su derecha, oyó un débil gemido. «No estoy sola.» Aun así, estaba aterrorizada.
La cabeza estaba a punto de estallarle y el corazón le latía con tanta fuerza que incluso le dolía. Aspiró por la nariz y notó un asqueroso olor de tierra húmeda. ¿Estaba al aire libre? No, no hacía frío. ¿Qué había ocurrido? Lo último que recordaba era que se encontraba en el coche con Amy. ¿Dónde estaba Amy? ¿La habrían herido también? Aquel gemido, ¿sería de ella?
Se abrió una puerta y _____ se puso tensa. Aguardó. Un débil ruido de pasos en el duro pavimento. Volvió a oír el gemido a su derecha y, procedente de arriba, un chasquido.
—Así que estás despierto, viejo.
Ante la familiar voz el acelerado corazón de _____ se paró y la estupefacción hizo que un estremecimiento sacudiera su cuerpo.
La invadió la incredulidad. No. No era posible. Sería otra imitación. O una pesadilla. «Por favor, que sea una pesadilla.» Una pesadilla horrorosa. Pero el puntapié que recibió en la espalda era real, y le arrancó un verdadero gemido.
—Tú también estás despierta. Parece que nuestra pequeña reunión familiar está a punto de empezar.
La venda de los ojos se le clavó en la piel al tensarse, luego se destensó de golpe y _____ se encontró mirando los ojos en los que durante tantos años había confiado. Ahora emitían un centelleo intensísimo. Malvado. Enfermizo. El horror se apoderó de ella y fue incapaz de desviar la mirada. «Santo Dios.»
La sonrisa de Amy hizo que se le helara la sangre.
—Ya te he dicho que cuando te despertaras todo se habría arreglado. ¿Lo ves? Papá está aquí.
Aturdida, _____ volvió la cabeza hacia un lado. Su padre yacía encogido junto a ella, con los ojos cerrados; tenía la cabeza a menos de un palmo de distancia. Su mirada recorrió la habitación. Era un cubículo no mucho mayor que un armario. Un armario diminuto. Un sudor frío le invadió el cuerpo y empezó a sentir náuseas. Lo que en su garganta empezó como un gemido acabó como un gimoteo y Amy volvió a sonreír.
—Es una pequeña habitación. Probablemente te estás preguntando qué va a ocurrirte a continuación.
_____ solo podía mirarla.
—Debes de pensar: "Está loca." —Amy la agarró por el pelo y de un tirón le levantó la cabeza; ahora su mirada era fría e inexpresiva. La sacudió con fuerza—. ¿Verdad? —Le echó la cabeza hacia atrás y esta dio un fuerte golpe en el suelo que _____ oyó más que sintió. Se sentía... alienada. Como si flotara.
—Se te está pasando el efecto del tranquilizante —siguió Amy—. Ya ves; tanto preocuparte por tu corazón, tanto ejercicio, la aspirina y el vaso de vino diario... No hacía falta. Eres más fuerte que un roble. Si ese tranquilizante no te ha matado, nada lo hará. —Abrió la puerta y se echó a reír—. No, espera. Lo haré yo. Pero cuando lo haga te quiero totalmente consciente; quiero que lo notes todo. —Cerró la puerta y dejó a _____ anonadada. Indefensa. Aterrorizada.
Su padre gimió. «Tengo que sacarlo de aquí o morirá.» Entonces, una risotada de puro horror vibró en su garganta. «Pues claro que morirá. Y yo también.»
En el centro estaba Deering, que estaba vinculada con Davis, que estaba vinculada con Turner, que a su vez estaba vinculada con Deering. El intrincado laberinto de corporaciones olía a blanqueo de dinero, a alguien con bienes o actividades que ocultar. ¿Quién sería el cliente de Lawe?
El intrincado laberinto no les aclaraba dónde podían encontrar a _____. Vito, Zac y Amy estaban frenéticos y llamaban a todas horas, y cada vez tenía que decirles lo mismo. "Aún no ha aparecido. Seguimos trabajando en ello." No se había sentido tan terriblemente impotente en toda su vida.
—¿Qué demonios es esto? —preguntó Miller desde atrás. Había entrado en la sala de reuniones y miraba la pizarra. Su rostro, habitualmente sosegado, aparecía severo y encolerizado.
—Seguro que no puedes encontrar a Swanson.
Miller crispó la mandíbula.
—Ni rastro. En la aduana no consta que haya salido del país. He consultado a un filatelista y me ha dicho que venden paquetes para coleccionistas de sellos de Chad en eBay. El matasellos es falso. Nadie ha vuelto a ver a Swanson. O está muerto o se esconde en alguna parte. —Cerró los ojos—. Lo siento; es que ya hace cinco horas.
Nicholas apartó de sí el miedo que empezaba a invadirlo y que le atenazaba la garganta.
—Ya lo sé.
—¿Y qué rayos es eso? Parece el análisis de las mejores jugadas del fin de semana.
—Son las empresas que aparecen como clientes de Lawe. He comprobado los casos de su libro de contabilidad y la mayoría corresponden a divorcios, así que he supuesto que Lawe se dedicaba a buscar bienes o a vigilar en disputas sobre custodia. Esas empresas son sospechosas porque son la manera perfecta de que una persona pueda operar bajo mano.
—El fraude de las empresas fantasma —dijo Miller.
—Exacto. A y B se unen para formar la empresa C, que es quien contrata y paga a Lawe. No he podido encontrar un solo nombre en la lista de directivos, pero la principal entidad es Deering.
Spinnelli y Jack entraron y se quedaron mirando la pizarra con gestos de interrogación.
—¿Nada? —preguntó Spinnelli.
—Nada —confirmó Nicholas con amargura—. Me estoy volviendo loco.
—Bueno, aquí tienes una novedad —dijo Jack—. He examinado el abrigo del doctor Carter, el que llevaba ayer en el tanatorio. —Extendió la mano y en la palma había otro micrófono del tamaño de una aguja de coser—. He ido a su casa y he examinado el resto de las prendas de su armario y del de Archer. No he encontrado más micrófonos.
—Entonces quienquiera que sea ayer estuvo allí —observó Miller—, en el tanatorio.
—Hay unas cuantas cosas más que deberíais ver. Uno de mis hombres encontró esto en el piso de Roberts. —Era una pequeña bolsa de plástico que contenía un pelo—. No es de la novia de Roberts, ya lo he comprobado. Podría ser de la asistenta. Vamos a verificarlo. Parece pelo de mujer. Muestra indicios de color artificial. Reflejos.
Nicholas se quedó mirando el pelo; la mente le iba a cien por hora.
—Pero eso no cuadra con los zapatos.
—Hemos examinado los moldes de escayola de las huellas que había en la parte trasera de tu casa, Nicholas. El contorno se corresponde exactamente con el de las huellas que encontramos en el suelo del baño de Bacon. Sin embargo, el dibujo de la suela es distinto. La profundidad de la huella cambia en sentido vertical y horizontal con cada paso, como si el pie de dentro del zapato se desplazara. Y la persona que dejó las huellas pesa entre cincuenta y cinco y sesenta kilos.
—Entonces no es un hombre —dedujo Spinnelli—. Es una mujer. ¿Masterson?
—Samantha Masterson encaja con esa descripción, pero no estuvo en el tanatorio anoche; por lo menos nosotros no la vimos —explicó Miller mientras Nicholas pensaba en la gente que habían visto la noche anterior. De pronto, se acordó de un fragmento de una conversación.
—Es una persona difícil de manejar —recordó Nicholas.
Jack lo miró extrañado.
—¿Qué?
—Amy Parks dijo eso de _____ anoche en el tanatorio. Yo creí que se refería a que no se dejaba cuidar fácilmente. —Se resistía a creer lo que su mente le indicaba.
—Tiene la altura y el peso adecuados —observó Miller en tono tranquilo, expresando en voz alta el pensamiento de Nicholas—. Y lleva mechas rubias.
—Pero son amigas desde hace veinte años. Se ocupó de _____ cuando estuvo enferma y la defendió cuando nosotros sospechábamos de ella. Son casi como hermanas. Por otro lado, tiene llave del piso de _____, y también puede acceder a la consulta. —Se frotó las sienes—. Me ha estado llamando cada hora para preguntarme si teníamos noticias suyas. ¿Por qué? ¿Por qué haría una cosa así? No tiene sentido.
—¿Podemos establecer alguna conexión entre ella y Rivera o Bacon? —preguntó Spinnelli con gravedad—. ¿O Lawe? Para conseguir una orden de registro tenemos que poder relacionarla con alguien más aparte de _____.
Nicholas se puso en pie, tenía todos los músculos en tensión.
—Si la relación existe la descubriremos. De momento podemos ir a su casa, tal vez tenga a _____ allí. Es lo primero que voy a hacer.
Spinnelli lo retuvo.
—No, tú no irás.
La desesperación lo invadía, pero consiguió dominarla.
—No cometeré ninguna estupidez.
—A sabiendas no, pero si se trata de Parks, es muy lista. Si cree que sospechamos de ella es posible que desaparezca y entonces será imposible encontrar a _____. Al menos vamos a hacer que venga para poder vigilarla mientras conseguimos una orden y registramos su casa. La llamaré y con la excusa de que tenemos una pista le pediré que venga a ver unas fotos. Tú te encargas de buscar la conexión.
—¿Y qué hay de Swanson? —preguntó Miller—. ¿Dejamos de buscarlo?
Spinnelli frunció los labios.
—¿Seguro que Swanson no estuvo ayer en el tanatorio?
—He revisado la grabación que hicimos —dijo Miller—. No estuvo allí.
Spinnelli asintió.
—Entonces centrémonos en Parks. Encuentra ese vínculo.
—Bacon era un ex presidiario —observó Nicholas—. El hermano de Rivera está en la cárcel, esperando el juicio. Y Parks es abogada defensora.
—No está mal para empezar —convino Spinnelli—. Llámame cuando hayas encontrado algo más.
Al cabo de treinta minutos Spinnelli estaba de vuelta.
—He llamado a Parks a casa y al despacho y no contesta. ¿Tienes su número de móvil?
—No. _____ lo tiene grabado en su teléfono. Los que sí tengo son los números de Zac Carter. —Nicholas extrajo de su cartera la lista de teléfonos de urgencias que Zac le había entregado el día que Malcolm Seward había estado a punto de matar a _____—. A estas horas es probable que esté en el hospital.
Spinnelli vaciló.
—No me gustaría que avisara a Parks.
—No creo que lo haga, Marc —dijo Miller con aire pensativo.
Nicholas se quedó mirando el papel que tenía en la mano y recordó la tarde en que Carter había anotado los teléfonos.
—Estoy de acuerdo. De hecho, creo que será mejor que venga. El conoce bien a Amy, sabe qué costumbres tiene. Tenemos que ser capaces de ponernos en su lugar para adivinar qué es lo siguiente que hará.
Spinnelli asintió con frialdad.
—Muy bien. Llámalo. Pero pídele que venga; se lo diremos cuando esté aquí. Y, puesto que pensamos hablar con las personas que mejor conocen a Parks, haremos venir a Vito Rossi y a su madre. Vito se va a volver loco sentado de brazos cruzados.
Pero también mucho menos satisfactorio. «Jugaré con ella un poco más. Lo haré durar un poco más porque, cuando todo termine, no me quedará nada.» El futuro gravitaba, vacuo y desolador. Y todo por culpa de ella, de _____ Rossi. Menuda c*abrona.
La furia se desató y con ella las imágenes del cuerpo mutilado y descuartizado de Rossi. Tentadoras, fascinantes. Todavía no. «Recobra el autocontrol. Siéntate y recobra el autocontrol.»
El único sitio donde podía sentarse era la silla que había frente al ordenador, desde allí la pantalla ejercería su atracción. Era mejor que la magia. Era el libre acceso, total y absoluto, a cualquier persona a cualquier hora. Y el acceso significaba información. Y la información era poder. Y el poder lo era todo.
Todavía quedaban micrófonos. Aunque ahora que habían limpiado el piso y el despacho de Rossi, había menos. Sin embargo, la parte positiva era que Rossi ya no estaba en ninguno de los dos sitios. Básicamente, se había quedado sin hogar, sin trabajo. Merecía la pena el no tener ya que espiarla.
Sabía que la policía encontraría los aparatos. Lo que no esperaba era que Rossi descubriera el micrófono en el collar de la gata. Qué mala suerte.
La calidad de la grabación era mala, el ronroneo del animal causaba interferencias. No obstante, la información obtenida había resultado valiosísima; lo más útil tal vez fue descubrir que la pequeña Demi era la chivata anónima y que Jonas estaba preocupado por encontrar al asesino de un niño. Solo habían hecho falta unas discretas llamadas para averiguar quién era el niño y cómo se llamaba su padre. Un telefonazo a una clienta con algo que ocultar garantizaba unas cuantas llamadas que atraerían a Jonas a los distintos puntos aleatorios de la ciudad donde presuntamente se encontraba el hombre.
Pronto se daría cuenta del engaño, pero no podría de dejar de acudir a ninguno de los lugares por si acaso. Las personas con escrúpulos resultaban muy fáciles de manipular.
Joanna Carmichael era harina de otro costal. Su micrófono era uno de los pocos que quedaban por descubrir y funcionaba a la perfección. La chica había hecho un buen trabajo al perseguir a Rossi. Al principio su amenaza de revelar información confidencial sobre los amigos de Rossi había resultado un peligro, pero hasta el momento solo había redactado un artículo muy poco profesional acerca de Zac Carter. Por desgracia, lo único que había conseguido con ello había sido aumentar la clientela de la taberna de Robin.
Y, pensando en Zac y Robin, era probable que la policía hubiera encontrado el vídeo del piso de Roberts y a esas horas sospechara de la pareja. Roberts era un cabo suelto que necesitaba un tijeretazo imperioso y no había tiempo de atraerlo hacia un lugar menos arriesgado. Lo de los zapatos había sido un truco muy ingenioso, y eso combinado con las llamadas anónimas que guiarían a Jonas a puntos muy alejados de la ciudad mantendría apartada a la policía un tiempo. Para cuando todo hubiera acabado, la mayoría de los c*abrones de azul no habrían sido capaces ni de encontrarse la polla al ir a mear. Aunque Jonas y Miller eran un poco más listos que la mayoría y, por si fuera poco, leales.
Ese tipo de lealtad era realmente sorprendente. Eran todos unos pobres diablos. El archivo conectado a la línea telefónica de casa de Joanna se había abierto. El aparato había emitido y recibido seis llamadas en total desde el miércoles. Un simple clic en el ratón hizo que se pusiera en marcha la cinta. Las primeras cinco llamadas no tenían importancia, pero la sexta...
—Joanna Carmichael, soy Kelsey Chin.
Notó una sacudida de pura impresión. Había dado con Chin. Chin, que sabía tantas cosas. Cosas personales. Joanna se había encontrado con Chin... esa mañana. Como Bacon, Joanna poseía información que no debería poseer. Y, como Bacon, tenía que desaparecer.
—Adivina quién defendió a David Bacon.
Nicholas no levantó la cabeza, de la lista de personas que habían ido a visitar al hermano de Rivera a la cárcel. Amy Parks no aparecía por ninguna parte.
—Arthur no sé qué, un abogado de oficio; ya lo he mirado.
—Pero adivina a qué abogada relevó Arthur al haberse excusado en mitad del caso alegando un conflicto de intereses.
Ahora sí que levantó la vista del papel.
—¿A Amy Parks?
—Ni más ni menos. Arthur dice que solo había llegado a presentar las peticiones cuando asignaron el caso a Eleanor Brigham. Como Parks conocía a Eleanor por _____, le pidió al juez que la excusara. En aquel momento Arthur pensó que se debía a la carga de trabajo.
Nicholas notaba el fuerte golpeteo del pulso. Por fin encontraban algo que podían utilizar.
—Es un vínculo fuerte. Conocía las dotes de Bacon y tomó nota de su nombre para contar con él en un futuro.
Miller descolgó el teléfono.
—Voy a llamar a Patrick.
—Entonces, ¿han encontrado algo?
Sin levantarse de la silla, Nicholas se giró hacia la puerta, donde estaban Vito Rossi y su madre. Spinnelli se encontraba justo detrás. Vito tenía un aspecto horroroso y el corazón de Nicholas se llenó de compasión. Había pasado unos momentos incómodos con Gina Rossi. La noche anterior, de camino al tanatorio, _____ le había contado lo de la reconciliación con su padre. También le había explicado el papel que había desempeñado su madre en el terrible malentendido. Nicholas en su lugar no se habría mostrado tan dispuesto a perdonarla. Aun así, su madre le había enseñado a ser respetuoso y se puso en pie.
—Es posible —confirmó Nicholas—. Tomen asiento, por favor. Queríamos avisarles al mismo tiempo que a Zac Carter, pero aún queda una hora para que salga del quirófano. —Nicholas le ofreció una silla a la madre de _____, luego se irguió y miró fijamente los oscuros ojos de Vito; se parecían tanto a los de _____ que tuvo que volver a esforzarse por apartar de sí el miedo—. Se trata de una mujer —dijo sin rodeos—. Creemos que es Amy Parks.
Gina dio un grito ahogado y se llevó la mano al corazón.
—No. No es posible. Es como una hija para mí. Ella nunca le haría daño a _____.
Pero Vito permanecía callado.
—No lo sé, mamá. Yo no lo veo tan descabellado.
—¿Por qué lo dices, Vito? —preguntó Miller—. ¿Qué es lo que sabes?
—Nada en particular —masculló—. Es una impresión que tengo desde hace años. No quería creerlo y no hacía más que intentar convencerme de que estaba equivocado. —Torció la boca—. Tendría que haber hecho más caso de mi intuición. Ya saben que Amy estuvo viviendo con nosotros cuando tenía quince años.
—_____ me explicó que son como hermanas —dijo Nicholas—, pero no sabía que hubiera estado viviendo en su casa. ¿Cómo fue eso?
—Porque asesinaron a su padre. Su padre y el mío eran socios y buenos amigos. La madre de Amy había muerto... hacía mucho tiempo.
—Cuando Amy tenía dos años —susurró Gina—. Se suicidó.
Vito hizo una mueca.
—Nunca nos lo contaste.
—El padre de Amy no quería que ella lo supiera, así que no se lo dijimos. La acogimos en casa y la tratamos como si fuera de la familia. Te equivocas, Vito. Ella no puede estar implicada en esto.
—¿Cómo asesinaron a su padre? —preguntó Nicholas con gravedad.
—Su novia y él fueron apuñalados durante un robo en su casa. —Vito bajó la cabeza—. Atacaron también a Amy; la violaron. —Vito hizo una pausa elocuente—. Eso es lo que dijo. Detuvieron a un vecino.
—Leon Vanneti —dijo Gina con voz trémula—. Era un endemoniado. Siempre andaba zumbando como un salvaje con esos motoristas. —Tragó saliva—. Tú siempre has dicho que era inocente.
—Porque es lo que me parecía.
—Has dicho -es lo que dijo- —observó Miller—. ¿Por qué?
—Conocía a Leon. Era un bestia, pero no era malo. Sin embargo, en el hospital examinaron a Amy y encontraron restos de semen y unos cuantos moratones. Salió a la luz en el juicio.
—Junto con lo del cuchillo ensangrentado que habían encontrado debajo de su almohada —espetó Gina—. Vito, ¿cómo puedes decir esas cosas?
—Porque todo era absurdo. Leon no era estúpido. Si hubiera alguna prueba la habría ocultado. Él dijo que nunca había tocado a Amy pero el jurado no lo creyó. Era un motero con mala pinta contra una linda jovencita. No se analizó el ADN porque en aquella época todavía no se hacía. Ahora Leon cumple cadena perpetua.
—Y Amy se hizo abogada defensora —musitó Miller—. Lo normal sería que, como víctima, se hubiera decantado por la acusación.
Los motivos profesionales de Amy eran dignos de analizarse. Nicholas apartó de sí ese pensamiento.
—¿Por qué crees que Amy podría querer hacer daño a _____?
Vito se encogió de hombros con incomodidad.
—Es solo una impresión. En casa, _____ era la única que tenía habitación propia puesto que no había más chicas, pero cuando Amy vino a vivir con nosotros _____ se moría de ganas por compartirla con ella. Amy quería una habitación para ella sola y armó un buen escándalo. Siempre quería recibir un trato especial.
—Había perdido a sus padres —protestó Gina.
—Eso es lo que siempre decían —respondió Vito—. No paraban de repetirlo. Luego empezaron a desaparecer objetos. Eran pequeñas cosas, nada importante. Después pasó lo del sótano.
Gina movió la cabeza con un gesto de desesperación:
—Fue un accidente. Vito, por favor.
—¿Qué es lo del sótano? —preguntó Nicholas, aunque creía saberlo.
—Cuando tenía dieciséis años, _____ se quedó encerrada en el cuarto de contadores que había debajo de la casa donde crecimos —explicó Vito—. Es pequeño, oscuro y...
—Y por eso _____ nunca quiere coger el ascensor —masculló Nicholas, y Vito asintió.
—Habíamos salido a pasar fuera un fin de semana largo. _____ y Amy se habían ido a casa de una amiga, pero al final Amy cambió de idea y se vino con nosotros. Al parecer, _____ la siguió pero se quedó encerrada en el sótano de casa. Se pasó allí tres días, sin agua ni comida. Aporreó y arañó la puerta hasta dejarse las manos hechas cisco y quedarse sin uñas.
Nicholas se estremeció.
—Santo Dios.
—Amy se excusó diciendo que no sabía que _____ había decidido volver a casa y venirse con nosotros. Nadie se atrevió a echarle la culpa. Se sentía fatal y estuvo cuidando de _____ días enteros.
Gina se apartó de la mesa.
—Vito, esto está muy mal. —Se levantó, se cruzó de brazos y empezó a andar de un lado a otro, furiosa. Pero cuando llegó frente a la pizarra, se detuvo en seco con el semblante paralizado de pura estupefacción—. ¿Qué es esto? —preguntó sin apenas voz.
Nicholas se levantó y se dirigió a la pizarra. A Gina le temblaba la mano al tratar de señalar el nombre de una de las empresas. Deering. La entidad clave.
—He visto este nombre antes. —Se volvió a mirar a Vito; por la expresión horrorizada de sus ojos se veía que lo había comprendido todo—. Es la empresa que contrató los servicios de aquella mujer.
«Aquella mujer.» A Nicholas la verdad lo golpeó como un ladrillo y Vito se puso en pie de un salto. Otra vez Amy. El distanciamiento entre _____ y su padre no se debía a ningún malentendido. No había sido accidental. La ira bullía en lo más profundo de su ser.
—¿Qué mujer? —preguntó Miller.
Nicholas le narró la historia con rapidez y serenidad.
—La que ha tenido a la familia dividida durante cinco jodidos años —soltó Vito hecho una furia—. La p*uta misteriosa. Amy quería que _____ desapareciera del mapa y le tendió una trampa a papá.
—Mientras ella ocupaba su silla cada año el día de Acción de Gracias. —Los ojos de Gina se llenaron de lágrimas.
—Y durante cinco años se ha salido con la suya. —Nicholas se frotó la cabeza con desaliento.
—Justin Roberts —dijo Miller tras él en voz muy baja, y Nicholas supo enseguida a qué se refería.
—Amy era la otra mujer.
Miller asintió.
—Si hubiéramos interrogado a Roberts, él nos lo habría dicho y la habríamos descubierto.
Nicholas se dejó caer en la silla.
—Se ha pasado año tras año destrozándole la vida a _____.
—¿Por qué se suicidó la madre de Amy? —preguntó Spinnelli.
—Padecía esquizofrenia paranoide. —Gina temblaba sin poder controlarse—. Estuvimos observando de cerca a Amy porque sabíamos que a veces la enfermedad se hereda, pero siempre nos pareció la mar de normal. La mar de feliz. No se lo dijimos porque no queríamos asustarla.
Vito cerró los ojos.
—Santo Dios.
—¿Lo sabe _____? —preguntó Nicholas, y Gina negó con la cabeza.
—La voluntad del padre de Amy era que nadie lo supiera, así que lo mantuvimos en secreto.
El teléfono de la sala de reuniones sonó y Miller lo descolgó enseguida.
—Gracias —dijo, y colgó—. Patrick dice que nos esperará en casa de Parks con la orden de registro. Vamos.
pues bueno chicas llegamos ala recta final! este es el penultimo cap pero tranquilas! que tenemos epilogo!!! y como de costumbre los caps estan partidos en dos partes asi que aun nos queda bastantita nove!! y como ya es lo ultimo y lo mas emocionante :P pues pense en subir todos los días... o ustedes prefieren que siga cada tercer dia?? díganme que prefieren y yo hago lo que quieran! bueno ya no las entretengo mas! aqui el cap espero que les guste!:D
Capitulo 22
Viernes, 17 de marzo, 17.00 horas.
Estaba oscuro. Y seguía sin poder moverse. «Estoy paralizada.» Pero si estaba paralizada, no debería sentir dolor. No debería sentir nada de nada. Pero le dolía todo el cuerpo, de los pies a la cabeza. Poco a poco fue recobrando los sentidos. No estaba oscuro: tenía los ojos vendados. «Y no estoy paralizada.» Tenía las manos y los pies atados, y una mordaza en la boca.Atada. Amordazada. «Me ha atrapado.» Estaba aterrorizada. «Y sola.»
Le dolía la espalda por culpa de la incómoda y forzada posición. A su derecha, oyó un débil gemido. «No estoy sola.» Aun así, estaba aterrorizada.
La cabeza estaba a punto de estallarle y el corazón le latía con tanta fuerza que incluso le dolía. Aspiró por la nariz y notó un asqueroso olor de tierra húmeda. ¿Estaba al aire libre? No, no hacía frío. ¿Qué había ocurrido? Lo último que recordaba era que se encontraba en el coche con Amy. ¿Dónde estaba Amy? ¿La habrían herido también? Aquel gemido, ¿sería de ella?
Se abrió una puerta y _____ se puso tensa. Aguardó. Un débil ruido de pasos en el duro pavimento. Volvió a oír el gemido a su derecha y, procedente de arriba, un chasquido.
—Así que estás despierto, viejo.
Ante la familiar voz el acelerado corazón de _____ se paró y la estupefacción hizo que un estremecimiento sacudiera su cuerpo.
La invadió la incredulidad. No. No era posible. Sería otra imitación. O una pesadilla. «Por favor, que sea una pesadilla.» Una pesadilla horrorosa. Pero el puntapié que recibió en la espalda era real, y le arrancó un verdadero gemido.
—Tú también estás despierta. Parece que nuestra pequeña reunión familiar está a punto de empezar.
La venda de los ojos se le clavó en la piel al tensarse, luego se destensó de golpe y _____ se encontró mirando los ojos en los que durante tantos años había confiado. Ahora emitían un centelleo intensísimo. Malvado. Enfermizo. El horror se apoderó de ella y fue incapaz de desviar la mirada. «Santo Dios.»
La sonrisa de Amy hizo que se le helara la sangre.
—Ya te he dicho que cuando te despertaras todo se habría arreglado. ¿Lo ves? Papá está aquí.
Aturdida, _____ volvió la cabeza hacia un lado. Su padre yacía encogido junto a ella, con los ojos cerrados; tenía la cabeza a menos de un palmo de distancia. Su mirada recorrió la habitación. Era un cubículo no mucho mayor que un armario. Un armario diminuto. Un sudor frío le invadió el cuerpo y empezó a sentir náuseas. Lo que en su garganta empezó como un gemido acabó como un gimoteo y Amy volvió a sonreír.
—Es una pequeña habitación. Probablemente te estás preguntando qué va a ocurrirte a continuación.
_____ solo podía mirarla.
—Debes de pensar: "Está loca." —Amy la agarró por el pelo y de un tirón le levantó la cabeza; ahora su mirada era fría e inexpresiva. La sacudió con fuerza—. ¿Verdad? —Le echó la cabeza hacia atrás y esta dio un fuerte golpe en el suelo que _____ oyó más que sintió. Se sentía... alienada. Como si flotara.
—Se te está pasando el efecto del tranquilizante —siguió Amy—. Ya ves; tanto preocuparte por tu corazón, tanto ejercicio, la aspirina y el vaso de vino diario... No hacía falta. Eres más fuerte que un roble. Si ese tranquilizante no te ha matado, nada lo hará. —Abrió la puerta y se echó a reír—. No, espera. Lo haré yo. Pero cuando lo haga te quiero totalmente consciente; quiero que lo notes todo. —Cerró la puerta y dejó a _____ anonadada. Indefensa. Aterrorizada.
Su padre gimió. «Tengo que sacarlo de aquí o morirá.» Entonces, una risotada de puro horror vibró en su garganta. «Pues claro que morirá. Y yo también.»
Viernes, 17 de marzo, 17.15 horas.
Nicholas miró la pizarra blanca de la sala de reuniones, con la conciencia puesta en todas y cada una de las cinco horas que _____ llevaba desaparecida. La pizarra estaba llena de nombres de clientes que había encontrado en el libro de contabilidad de Lawe. Todos eran empresas sin actividad, solo servían para vincularlas con otras empresas también sin actividad. Las flechas señalaban hacia todas las direcciones.En el centro estaba Deering, que estaba vinculada con Davis, que estaba vinculada con Turner, que a su vez estaba vinculada con Deering. El intrincado laberinto de corporaciones olía a blanqueo de dinero, a alguien con bienes o actividades que ocultar. ¿Quién sería el cliente de Lawe?
El intrincado laberinto no les aclaraba dónde podían encontrar a _____. Vito, Zac y Amy estaban frenéticos y llamaban a todas horas, y cada vez tenía que decirles lo mismo. "Aún no ha aparecido. Seguimos trabajando en ello." No se había sentido tan terriblemente impotente en toda su vida.
—¿Qué demonios es esto? —preguntó Miller desde atrás. Había entrado en la sala de reuniones y miraba la pizarra. Su rostro, habitualmente sosegado, aparecía severo y encolerizado.
—Seguro que no puedes encontrar a Swanson.
Miller crispó la mandíbula.
—Ni rastro. En la aduana no consta que haya salido del país. He consultado a un filatelista y me ha dicho que venden paquetes para coleccionistas de sellos de Chad en eBay. El matasellos es falso. Nadie ha vuelto a ver a Swanson. O está muerto o se esconde en alguna parte. —Cerró los ojos—. Lo siento; es que ya hace cinco horas.
Nicholas apartó de sí el miedo que empezaba a invadirlo y que le atenazaba la garganta.
—Ya lo sé.
—¿Y qué rayos es eso? Parece el análisis de las mejores jugadas del fin de semana.
—Son las empresas que aparecen como clientes de Lawe. He comprobado los casos de su libro de contabilidad y la mayoría corresponden a divorcios, así que he supuesto que Lawe se dedicaba a buscar bienes o a vigilar en disputas sobre custodia. Esas empresas son sospechosas porque son la manera perfecta de que una persona pueda operar bajo mano.
—El fraude de las empresas fantasma —dijo Miller.
—Exacto. A y B se unen para formar la empresa C, que es quien contrata y paga a Lawe. No he podido encontrar un solo nombre en la lista de directivos, pero la principal entidad es Deering.
Spinnelli y Jack entraron y se quedaron mirando la pizarra con gestos de interrogación.
—¿Nada? —preguntó Spinnelli.
—Nada —confirmó Nicholas con amargura—. Me estoy volviendo loco.
—Bueno, aquí tienes una novedad —dijo Jack—. He examinado el abrigo del doctor Carter, el que llevaba ayer en el tanatorio. —Extendió la mano y en la palma había otro micrófono del tamaño de una aguja de coser—. He ido a su casa y he examinado el resto de las prendas de su armario y del de Archer. No he encontrado más micrófonos.
—Entonces quienquiera que sea ayer estuvo allí —observó Miller—, en el tanatorio.
—Hay unas cuantas cosas más que deberíais ver. Uno de mis hombres encontró esto en el piso de Roberts. —Era una pequeña bolsa de plástico que contenía un pelo—. No es de la novia de Roberts, ya lo he comprobado. Podría ser de la asistenta. Vamos a verificarlo. Parece pelo de mujer. Muestra indicios de color artificial. Reflejos.
Nicholas se quedó mirando el pelo; la mente le iba a cien por hora.
—Pero eso no cuadra con los zapatos.
—Hemos examinado los moldes de escayola de las huellas que había en la parte trasera de tu casa, Nicholas. El contorno se corresponde exactamente con el de las huellas que encontramos en el suelo del baño de Bacon. Sin embargo, el dibujo de la suela es distinto. La profundidad de la huella cambia en sentido vertical y horizontal con cada paso, como si el pie de dentro del zapato se desplazara. Y la persona que dejó las huellas pesa entre cincuenta y cinco y sesenta kilos.
—Entonces no es un hombre —dedujo Spinnelli—. Es una mujer. ¿Masterson?
—Samantha Masterson encaja con esa descripción, pero no estuvo en el tanatorio anoche; por lo menos nosotros no la vimos —explicó Miller mientras Nicholas pensaba en la gente que habían visto la noche anterior. De pronto, se acordó de un fragmento de una conversación.
—Es una persona difícil de manejar —recordó Nicholas.
Jack lo miró extrañado.
—¿Qué?
—Amy Parks dijo eso de _____ anoche en el tanatorio. Yo creí que se refería a que no se dejaba cuidar fácilmente. —Se resistía a creer lo que su mente le indicaba.
—Tiene la altura y el peso adecuados —observó Miller en tono tranquilo, expresando en voz alta el pensamiento de Nicholas—. Y lleva mechas rubias.
—Pero son amigas desde hace veinte años. Se ocupó de _____ cuando estuvo enferma y la defendió cuando nosotros sospechábamos de ella. Son casi como hermanas. Por otro lado, tiene llave del piso de _____, y también puede acceder a la consulta. —Se frotó las sienes—. Me ha estado llamando cada hora para preguntarme si teníamos noticias suyas. ¿Por qué? ¿Por qué haría una cosa así? No tiene sentido.
—¿Podemos establecer alguna conexión entre ella y Rivera o Bacon? —preguntó Spinnelli con gravedad—. ¿O Lawe? Para conseguir una orden de registro tenemos que poder relacionarla con alguien más aparte de _____.
Nicholas se puso en pie, tenía todos los músculos en tensión.
—Si la relación existe la descubriremos. De momento podemos ir a su casa, tal vez tenga a _____ allí. Es lo primero que voy a hacer.
Spinnelli lo retuvo.
—No, tú no irás.
La desesperación lo invadía, pero consiguió dominarla.
—No cometeré ninguna estupidez.
—A sabiendas no, pero si se trata de Parks, es muy lista. Si cree que sospechamos de ella es posible que desaparezca y entonces será imposible encontrar a _____. Al menos vamos a hacer que venga para poder vigilarla mientras conseguimos una orden y registramos su casa. La llamaré y con la excusa de que tenemos una pista le pediré que venga a ver unas fotos. Tú te encargas de buscar la conexión.
—¿Y qué hay de Swanson? —preguntó Miller—. ¿Dejamos de buscarlo?
Spinnelli frunció los labios.
—¿Seguro que Swanson no estuvo ayer en el tanatorio?
—He revisado la grabación que hicimos —dijo Miller—. No estuvo allí.
Spinnelli asintió.
—Entonces centrémonos en Parks. Encuentra ese vínculo.
—Bacon era un ex presidiario —observó Nicholas—. El hermano de Rivera está en la cárcel, esperando el juicio. Y Parks es abogada defensora.
—No está mal para empezar —convino Spinnelli—. Llámame cuando hayas encontrado algo más.
Al cabo de treinta minutos Spinnelli estaba de vuelta.
—He llamado a Parks a casa y al despacho y no contesta. ¿Tienes su número de móvil?
—No. _____ lo tiene grabado en su teléfono. Los que sí tengo son los números de Zac Carter. —Nicholas extrajo de su cartera la lista de teléfonos de urgencias que Zac le había entregado el día que Malcolm Seward había estado a punto de matar a _____—. A estas horas es probable que esté en el hospital.
Spinnelli vaciló.
—No me gustaría que avisara a Parks.
—No creo que lo haga, Marc —dijo Miller con aire pensativo.
Nicholas se quedó mirando el papel que tenía en la mano y recordó la tarde en que Carter había anotado los teléfonos.
—Estoy de acuerdo. De hecho, creo que será mejor que venga. El conoce bien a Amy, sabe qué costumbres tiene. Tenemos que ser capaces de ponernos en su lugar para adivinar qué es lo siguiente que hará.
Spinnelli asintió con frialdad.
—Muy bien. Llámalo. Pero pídele que venga; se lo diremos cuando esté aquí. Y, puesto que pensamos hablar con las personas que mejor conocen a Parks, haremos venir a Vito Rossi y a su madre. Vito se va a volver loco sentado de brazos cruzados.
Viernes, 17 de marzo, 18.00 horas.
El escenario estaba a punto. Todos los actores ocupaban sus lugares. Sin embargo, se respiraba cierto descontento. El desenlace estaba demasiado próximo. Tanta planificación, tantas expectativas requerían una recompensa mayor, más importante. Podría poner fin a la vida de Rossi con un simple balazo en su cabeza. De hecho, podría hacerlo con cualquiera de los Rossi. Probablemente, sería lo menos arriesgado.Pero también mucho menos satisfactorio. «Jugaré con ella un poco más. Lo haré durar un poco más porque, cuando todo termine, no me quedará nada.» El futuro gravitaba, vacuo y desolador. Y todo por culpa de ella, de _____ Rossi. Menuda c*abrona.
La furia se desató y con ella las imágenes del cuerpo mutilado y descuartizado de Rossi. Tentadoras, fascinantes. Todavía no. «Recobra el autocontrol. Siéntate y recobra el autocontrol.»
El único sitio donde podía sentarse era la silla que había frente al ordenador, desde allí la pantalla ejercería su atracción. Era mejor que la magia. Era el libre acceso, total y absoluto, a cualquier persona a cualquier hora. Y el acceso significaba información. Y la información era poder. Y el poder lo era todo.
Todavía quedaban micrófonos. Aunque ahora que habían limpiado el piso y el despacho de Rossi, había menos. Sin embargo, la parte positiva era que Rossi ya no estaba en ninguno de los dos sitios. Básicamente, se había quedado sin hogar, sin trabajo. Merecía la pena el no tener ya que espiarla.
Sabía que la policía encontraría los aparatos. Lo que no esperaba era que Rossi descubriera el micrófono en el collar de la gata. Qué mala suerte.
La calidad de la grabación era mala, el ronroneo del animal causaba interferencias. No obstante, la información obtenida había resultado valiosísima; lo más útil tal vez fue descubrir que la pequeña Demi era la chivata anónima y que Jonas estaba preocupado por encontrar al asesino de un niño. Solo habían hecho falta unas discretas llamadas para averiguar quién era el niño y cómo se llamaba su padre. Un telefonazo a una clienta con algo que ocultar garantizaba unas cuantas llamadas que atraerían a Jonas a los distintos puntos aleatorios de la ciudad donde presuntamente se encontraba el hombre.
Pronto se daría cuenta del engaño, pero no podría de dejar de acudir a ninguno de los lugares por si acaso. Las personas con escrúpulos resultaban muy fáciles de manipular.
Joanna Carmichael era harina de otro costal. Su micrófono era uno de los pocos que quedaban por descubrir y funcionaba a la perfección. La chica había hecho un buen trabajo al perseguir a Rossi. Al principio su amenaza de revelar información confidencial sobre los amigos de Rossi había resultado un peligro, pero hasta el momento solo había redactado un artículo muy poco profesional acerca de Zac Carter. Por desgracia, lo único que había conseguido con ello había sido aumentar la clientela de la taberna de Robin.
Y, pensando en Zac y Robin, era probable que la policía hubiera encontrado el vídeo del piso de Roberts y a esas horas sospechara de la pareja. Roberts era un cabo suelto que necesitaba un tijeretazo imperioso y no había tiempo de atraerlo hacia un lugar menos arriesgado. Lo de los zapatos había sido un truco muy ingenioso, y eso combinado con las llamadas anónimas que guiarían a Jonas a puntos muy alejados de la ciudad mantendría apartada a la policía un tiempo. Para cuando todo hubiera acabado, la mayoría de los c*abrones de azul no habrían sido capaces ni de encontrarse la polla al ir a mear. Aunque Jonas y Miller eran un poco más listos que la mayoría y, por si fuera poco, leales.
Ese tipo de lealtad era realmente sorprendente. Eran todos unos pobres diablos. El archivo conectado a la línea telefónica de casa de Joanna se había abierto. El aparato había emitido y recibido seis llamadas en total desde el miércoles. Un simple clic en el ratón hizo que se pusiera en marcha la cinta. Las primeras cinco llamadas no tenían importancia, pero la sexta...
—Joanna Carmichael, soy Kelsey Chin.
Notó una sacudida de pura impresión. Había dado con Chin. Chin, que sabía tantas cosas. Cosas personales. Joanna se había encontrado con Chin... esa mañana. Como Bacon, Joanna poseía información que no debería poseer. Y, como Bacon, tenía que desaparecer.
Viernes, 17 de marzo, 18.10 horas.
Miller colgó el teléfono.—Adivina quién defendió a David Bacon.
Nicholas no levantó la cabeza, de la lista de personas que habían ido a visitar al hermano de Rivera a la cárcel. Amy Parks no aparecía por ninguna parte.
—Arthur no sé qué, un abogado de oficio; ya lo he mirado.
—Pero adivina a qué abogada relevó Arthur al haberse excusado en mitad del caso alegando un conflicto de intereses.
Ahora sí que levantó la vista del papel.
—¿A Amy Parks?
—Ni más ni menos. Arthur dice que solo había llegado a presentar las peticiones cuando asignaron el caso a Eleanor Brigham. Como Parks conocía a Eleanor por _____, le pidió al juez que la excusara. En aquel momento Arthur pensó que se debía a la carga de trabajo.
Nicholas notaba el fuerte golpeteo del pulso. Por fin encontraban algo que podían utilizar.
—Es un vínculo fuerte. Conocía las dotes de Bacon y tomó nota de su nombre para contar con él en un futuro.
Miller descolgó el teléfono.
—Voy a llamar a Patrick.
—Entonces, ¿han encontrado algo?
Sin levantarse de la silla, Nicholas se giró hacia la puerta, donde estaban Vito Rossi y su madre. Spinnelli se encontraba justo detrás. Vito tenía un aspecto horroroso y el corazón de Nicholas se llenó de compasión. Había pasado unos momentos incómodos con Gina Rossi. La noche anterior, de camino al tanatorio, _____ le había contado lo de la reconciliación con su padre. También le había explicado el papel que había desempeñado su madre en el terrible malentendido. Nicholas en su lugar no se habría mostrado tan dispuesto a perdonarla. Aun así, su madre le había enseñado a ser respetuoso y se puso en pie.
—Es posible —confirmó Nicholas—. Tomen asiento, por favor. Queríamos avisarles al mismo tiempo que a Zac Carter, pero aún queda una hora para que salga del quirófano. —Nicholas le ofreció una silla a la madre de _____, luego se irguió y miró fijamente los oscuros ojos de Vito; se parecían tanto a los de _____ que tuvo que volver a esforzarse por apartar de sí el miedo—. Se trata de una mujer —dijo sin rodeos—. Creemos que es Amy Parks.
Gina dio un grito ahogado y se llevó la mano al corazón.
—No. No es posible. Es como una hija para mí. Ella nunca le haría daño a _____.
Pero Vito permanecía callado.
—No lo sé, mamá. Yo no lo veo tan descabellado.
—¿Por qué lo dices, Vito? —preguntó Miller—. ¿Qué es lo que sabes?
—Nada en particular —masculló—. Es una impresión que tengo desde hace años. No quería creerlo y no hacía más que intentar convencerme de que estaba equivocado. —Torció la boca—. Tendría que haber hecho más caso de mi intuición. Ya saben que Amy estuvo viviendo con nosotros cuando tenía quince años.
—_____ me explicó que son como hermanas —dijo Nicholas—, pero no sabía que hubiera estado viviendo en su casa. ¿Cómo fue eso?
—Porque asesinaron a su padre. Su padre y el mío eran socios y buenos amigos. La madre de Amy había muerto... hacía mucho tiempo.
—Cuando Amy tenía dos años —susurró Gina—. Se suicidó.
Vito hizo una mueca.
—Nunca nos lo contaste.
—El padre de Amy no quería que ella lo supiera, así que no se lo dijimos. La acogimos en casa y la tratamos como si fuera de la familia. Te equivocas, Vito. Ella no puede estar implicada en esto.
—¿Cómo asesinaron a su padre? —preguntó Nicholas con gravedad.
—Su novia y él fueron apuñalados durante un robo en su casa. —Vito bajó la cabeza—. Atacaron también a Amy; la violaron. —Vito hizo una pausa elocuente—. Eso es lo que dijo. Detuvieron a un vecino.
—Leon Vanneti —dijo Gina con voz trémula—. Era un endemoniado. Siempre andaba zumbando como un salvaje con esos motoristas. —Tragó saliva—. Tú siempre has dicho que era inocente.
—Porque es lo que me parecía.
—Has dicho -es lo que dijo- —observó Miller—. ¿Por qué?
—Conocía a Leon. Era un bestia, pero no era malo. Sin embargo, en el hospital examinaron a Amy y encontraron restos de semen y unos cuantos moratones. Salió a la luz en el juicio.
—Junto con lo del cuchillo ensangrentado que habían encontrado debajo de su almohada —espetó Gina—. Vito, ¿cómo puedes decir esas cosas?
—Porque todo era absurdo. Leon no era estúpido. Si hubiera alguna prueba la habría ocultado. Él dijo que nunca había tocado a Amy pero el jurado no lo creyó. Era un motero con mala pinta contra una linda jovencita. No se analizó el ADN porque en aquella época todavía no se hacía. Ahora Leon cumple cadena perpetua.
—Y Amy se hizo abogada defensora —musitó Miller—. Lo normal sería que, como víctima, se hubiera decantado por la acusación.
Los motivos profesionales de Amy eran dignos de analizarse. Nicholas apartó de sí ese pensamiento.
—¿Por qué crees que Amy podría querer hacer daño a _____?
Vito se encogió de hombros con incomodidad.
—Es solo una impresión. En casa, _____ era la única que tenía habitación propia puesto que no había más chicas, pero cuando Amy vino a vivir con nosotros _____ se moría de ganas por compartirla con ella. Amy quería una habitación para ella sola y armó un buen escándalo. Siempre quería recibir un trato especial.
—Había perdido a sus padres —protestó Gina.
—Eso es lo que siempre decían —respondió Vito—. No paraban de repetirlo. Luego empezaron a desaparecer objetos. Eran pequeñas cosas, nada importante. Después pasó lo del sótano.
Gina movió la cabeza con un gesto de desesperación:
—Fue un accidente. Vito, por favor.
—¿Qué es lo del sótano? —preguntó Nicholas, aunque creía saberlo.
—Cuando tenía dieciséis años, _____ se quedó encerrada en el cuarto de contadores que había debajo de la casa donde crecimos —explicó Vito—. Es pequeño, oscuro y...
—Y por eso _____ nunca quiere coger el ascensor —masculló Nicholas, y Vito asintió.
—Habíamos salido a pasar fuera un fin de semana largo. _____ y Amy se habían ido a casa de una amiga, pero al final Amy cambió de idea y se vino con nosotros. Al parecer, _____ la siguió pero se quedó encerrada en el sótano de casa. Se pasó allí tres días, sin agua ni comida. Aporreó y arañó la puerta hasta dejarse las manos hechas cisco y quedarse sin uñas.
Nicholas se estremeció.
—Santo Dios.
—Amy se excusó diciendo que no sabía que _____ había decidido volver a casa y venirse con nosotros. Nadie se atrevió a echarle la culpa. Se sentía fatal y estuvo cuidando de _____ días enteros.
Gina se apartó de la mesa.
—Vito, esto está muy mal. —Se levantó, se cruzó de brazos y empezó a andar de un lado a otro, furiosa. Pero cuando llegó frente a la pizarra, se detuvo en seco con el semblante paralizado de pura estupefacción—. ¿Qué es esto? —preguntó sin apenas voz.
Nicholas se levantó y se dirigió a la pizarra. A Gina le temblaba la mano al tratar de señalar el nombre de una de las empresas. Deering. La entidad clave.
—He visto este nombre antes. —Se volvió a mirar a Vito; por la expresión horrorizada de sus ojos se veía que lo había comprendido todo—. Es la empresa que contrató los servicios de aquella mujer.
«Aquella mujer.» A Nicholas la verdad lo golpeó como un ladrillo y Vito se puso en pie de un salto. Otra vez Amy. El distanciamiento entre _____ y su padre no se debía a ningún malentendido. No había sido accidental. La ira bullía en lo más profundo de su ser.
—¿Qué mujer? —preguntó Miller.
Nicholas le narró la historia con rapidez y serenidad.
—La que ha tenido a la familia dividida durante cinco jodidos años —soltó Vito hecho una furia—. La p*uta misteriosa. Amy quería que _____ desapareciera del mapa y le tendió una trampa a papá.
—Mientras ella ocupaba su silla cada año el día de Acción de Gracias. —Los ojos de Gina se llenaron de lágrimas.
—Y durante cinco años se ha salido con la suya. —Nicholas se frotó la cabeza con desaliento.
—Justin Roberts —dijo Miller tras él en voz muy baja, y Nicholas supo enseguida a qué se refería.
—Amy era la otra mujer.
Miller asintió.
—Si hubiéramos interrogado a Roberts, él nos lo habría dicho y la habríamos descubierto.
Nicholas se dejó caer en la silla.
—Se ha pasado año tras año destrozándole la vida a _____.
—¿Por qué se suicidó la madre de Amy? —preguntó Spinnelli.
—Padecía esquizofrenia paranoide. —Gina temblaba sin poder controlarse—. Estuvimos observando de cerca a Amy porque sabíamos que a veces la enfermedad se hereda, pero siempre nos pareció la mar de normal. La mar de feliz. No se lo dijimos porque no queríamos asustarla.
Vito cerró los ojos.
—Santo Dios.
—¿Lo sabe _____? —preguntó Nicholas, y Gina negó con la cabeza.
—La voluntad del padre de Amy era que nadie lo supiera, así que lo mantuvimos en secreto.
El teléfono de la sala de reuniones sonó y Miller lo descolgó enseguida.
—Gracias —dijo, y colgó—. Patrick dice que nos esperará en casa de Parks con la orden de registro. Vamos.
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
AAAAAAAAAAAAAAH DESGRACIAAAAAAAAAADA HIJA DE PU*A TODO ESO SI QUE NO ME LO ESPERABA, POBRE RAYIS EN EL SOTANO DIOS, MALDITA PERRA DEGRACIADAAAAAAAAAA OJAÁ LA CAGUE UN HIPOPOTAMO Y LUEGO LA PIS DE UN DINOSAURIOOOOOOOO BITCHHHHHHHHHHHHH. LE DIERON TODO PERO QUERÍA MAS DKFHJDKF AHORA TODO TIENE SENTIDO. SHITTTTTTTTTTT, COMO LA ENCONTRARÁN AHORA? QUE E SLO QUE PLANEA LA LOCAAAAAA?
SIGUEA CUANTO ANTES, ME PARECE QUE LO MEJOR ES QUE SUBAS TODOS LOS DÍAS :3 PERO ESE ES MI PARECER TU HAZLO COMO MAS COMODO TE QUEDE A TI ANDII. CUIDATEEEEEEE!
SIGUEA CUANTO ANTES, ME PARECE QUE LO MEJOR ES QUE SUBAS TODOS LOS DÍAS :3 PERO ESE ES MI PARECER TU HAZLO COMO MAS COMODO TE QUEDE A TI ANDII. CUIDATEEEEEEE!
WhoIam13
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