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No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
haydeejOnaz escribió:como se te ocurrio dejarla ahi-..- eso...eso no es de dios...tienes que seguirla mujer...o nos matas o todas de la intriga por lo menos a mi si.... esque esta tan genial la nove...ahahah siguela pronto y cuidate
jujuju soy mala! muy mala!!! mujajajajaja(? :P ok no! me alegra mucho que te guste la nove!!!
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
Bien creeo que conteste todos los comentarios! :D puedo morir tranquila 8)
hablando de comentarios... chicas note que todas dicen que quieren saber quien es el malo porque estan tan seguras de que es "el"??? digo... yo solo pregunto... :yonofui: no es que yo sepa quien es... o esperen!!! si se!!! :P pero les arruinaria el suspenso y todo lo demas si les digo... asi que... les dejo su cap de hoy!! :cheers: espero que les guste!!!
gracias por sus comentarios!!!!
—Estaba soñando.
Él levantó la cabeza.
—Ya lo sé. Estabas gritando. Me has dado un susto de muerte. —Sus labios esbozaron una sonrisa irónica—. Parece que lo has tomado como una costumbre.
Ella le levantó suavemente el pelo de la nuca.
—Lo siento.
—¿Qué soñabas, _____?
—Lo mismo de cada noche, solo que hoy aparecía más gente. —Cynthia, Avery Winslow. Los Seward. Y hoy también Harrison y el señor Hughes—. ¿Recuerdas el videoclip de "Thriller", con todos aquellos zombis? Bueno, los de mi sueño no bailaban. —Se retiró el pelo de la cara con una mano—. Todo empezó el domingo por la noche. Soñé con Cynthia... y tú también aparecías. Cynthia estaba allí tendida... —Hizo una mueca al recordarlo—. Estaba destrozada, y el corazón le latía con fuerza. Entonces tú te abalanzabas sobre ella y le arrancabas el corazón, y luego me lo dabas a mí. —Tragó saliva—. Me decías que lo cogiera.
Él la miró horrorizado.
—Santo Dios.
—Sí. Creo que entonces también chillé, porque Zac me despertó.
—¿Estaba en tu casa?
Ella asintió.
—Tiene llave.
Él frunció el entrecejo.
—¿Quién más tiene llave de tu casa, _____?
—Amy, Robin. Es posible que Justin aún la conserve. —Levantó la cabeza de la almohada para mirarlo; no le había gustado el tono de la pregunta—. No puede ser. No es posible que ninguno tenga que ver con todo esto.
—Yo no he dicho nada.
—Lo has pensado.
—Hago mi trabajo, _____. —Tensó la mandíbula—. Se supone que tengo que protegerte. Aunque esta noche no me he dedicado a eso precisamente.
Ella volvió a posar la cabeza en la almohada, incapaz de discutir con él sobre sus amigos. Con el tiempo se daría cuenta de que estaba equivocado.
—Bueno, has evitado que matara a ese hijo de p*uta. Supongo que debo estarte agradecida.
—Tómate tu tiempo. ¿Por qué hay tantas personas que tienen llave de tu casa, _____? No es muy prudente que haya tantas copias dando vueltas por ahí. Alguien ha accedido libremente a tu casa durante el tiempo suficiente para instalar ese montón de cámaras.
El miedo volvió a encogerle el corazón.
—David Bacon.
—Es posible que él instalara las primeras cámaras, pero ¿quién puso los micrófonos en las chaquetas? ¿Cuánto tiempo llevan en tu armario? Me refiero a las chaquetas.
—Depende. —Tragó saliva—. Según cuándo haya asaltado cada tienda. ¿Encontraste algún micrófono en la chaqueta roja que llevaba el domingo?
—Sí.
—Pues la compré hace solo un mes. Hacían descuentos por San Valentín. —Cerró los ojos—. Alguien ha estado en mi casa durante las últimas semanas.
—O no. ¿Has llevado las chaquetas a la tintorería?
—Todas excepto la roja. Estaba sin estrenar. Santo Dios, Nicholas.
Él le besó el canal de sus senos.
—Chis. No vamos a preocuparnos de eso ahora. Háblame de tus amigos.
Ella abrió los ojos como platos.
—No, no es posible. ¿No te parece que si fuera alguno de ellos lo sabría? —Pero él no dijo nada, lo cual la exasperó—. Conozco a Zac desde que estudiábamos juntos en la facultad, y a Robin también. Amy y yo somos amigas desde que empezamos el instituto. Por el amor de Dios.
—Tal vez alguien les robara la llave e hiciera una copia.
Ella lo pensó.
—Es posible.
—¿Por qué tienen llave?
—Se las dio Justin cuando yo estaba enferma.
—¿Te refieres al año pasado, cuando te hirieron?
Ella negó con la cabeza. Detestaba recordarlo.
—No, eso fue después de lo del estrangulador de la cadena. Me pasé unos cuantos días en el hospital. Justin estaba en un congreso fuera de la ciudad, pero regresó pronto. Me llevó a casa y me ayudó a acostarme. —_____ miró fijamente el techo—. Se quedó a mi lado vigilándome como si fuera a reventar o algo así. No tiene buena mano con los enfermos.
—¿Qué hace? Profesionalmente quiero decir.
—También es médico. Lo conocí en la facultad, igual que a Zac.
Él frunció el ceño.
—¿Es médico y no tiene buena mano con los enfermos? ¿No es imprescindible tenerla para ejercer?
—Por eso decidió dedicarse a la investigación.
—¿Y por qué estabas enferma? ¿Es a eso a lo que Vito se refería cuando te dijo que estabas demasiado flaca?
—Vito siempre me encuentra demasiado flaca.
—Estás saliendo por peteneras, _____.
Ella suspiró.
—Estoy aquí tumbada tal como mi madre me trajo al mundo y tú quieres hablar de mi enfermedad. No es muy normal, Nicholas.
Él le acarició el pecho con la nariz y la besó lo bastante cerca del pezón para hacerla ahogar un grito y lo bastante lejos para hacerla arquear la espalda.
—Dime lo que quiero saber y pasaré a otros temas.
Ella se echó a reír.
—¿Sueles utilizar esta técnica en los interrogatorios?
—_____ —le dijo en tono de advertencia—, hablo en serio.
Ella volvió a suspirar.
—Me resulta violento, ¿sabes? Por eso no me gusta hablar de ello. Después de que Justin fuera a recogerme al hospital debería haber hecho reposo durante una semana y luego haber estado en condiciones de volver al trabajo, pero cada vez que me levantaba de la cama me entraban náuseas y me sentía muy débil. Si hubiera vuelto al trabajo me habría pasado las tres cuartas partes del día en el lavabo, echando los hígados.
—¿Cuál era el problema?
Ella le dirigió una mirada sombría.
—Ninguno. Me miraron por todas partes y no encontraron ningún desarreglo físico.
—Entonces tu enfermedad era psicosomática.
Ella alzó los ojos.
—Al final el médico dijo que lo que tenía se llamaba estrés postraumático. Qué vergüenza, una psiquiatra con problemas mentales. No me atrevía a hacer mi trabajo. —Se encogió de hombros—. Pero no importó mucho porque tres semanas después me rescindieron el contrato con la fiscalía. Ya no tenía que preocuparme más porque algún chiflado quisiera estrangularme con una cadena.
—¿Mejoraste?
Ella volvió a mirar el techo.
—Empeoré, y mucho. Justin estaba empezando a perder la paciencia. Se había mostrado tan atento como había podido pero solo pensaba en verme recuperada. Quería... sexo, y yo no era capaz. No tenía fuerzas, no comía nada. A duras penas podía vestirme, ¿cómo iba a ser la reina de la cama? —Cambió de tema—. Él viajaba mucho, por eso les dio una llave a Zac y Robin. Amy ya tenía una copia. Venían a verme cuando no me sentía con fuerzas para ir a trabajar y me cuidaban. —Hizo una mueca—. Me hacían tomar sopa. Yo detesto la sopa, pero la que hace Robin es soportable; en cambio la de Amy es repugnante. No se le da nada bien la cocina.
—Ya. Pues para ti no habrá sopa —añadió en tono jovial, y ella se echó a reír—. ¿Qué pasó con don C*abrón?
—Después de unos meses de abstinencia forzosa decidió buscarse la vida. —El sufrimiento se dejó sentir de nuevo, pero con menor intensidad—. Se acostó con otra en mi cama.
Nicholas se quedó mudo y la miró muy serio.
—Qué poca delicadeza.
Ella soltó otra risita.
—Sí, sobre todo ella tuvo muy poca al dejarse un pendiente debajo de la almohada y las bragas enredadas con la sábana a los pies de la cama. Ocurrió mientras yo estaba en la consulta de don C*abrón. Cuando llegué a casa él ya se había ido, pero el olor del perfume de ella no.
—¿Le dijiste algo?
—Sí. No se molestó en negarlo, recogió sus cosas y se marchó esa misma noche. No ha vuelto a dar señales de vida y yo tampoco he vuelto a ponerme en contacto con él. Eso es todo.
—¿Y cuándo empezaste a sentirte mejor?
—Después de la luna de miel.
Él alzó las cejas de golpe.
—¿Cómo?
—No me devolvían el dinero del crucero, así que Amy y yo nos lanzamos de cabeza a recorrer la costa de México. En algún momento durante el viaje las náuseas desaparecieron y cuando regresé volví al trabajo. Todos mis amigos saben lo que ocurrió, no puedes cancelar una boda dos semanas antes de la ceremonia sin dar explicaciones. Justin se convirtió en persona no grata dentro de mi pequeño grupo. Lo último que he oído de él es que tiene novia, una ricachona de North Shore.
Él sonrió.
—Tú también eres rica, _____.
—Ni hablar, yo solo llevo una vida holgada. Eleanor sí que era rica. Espera al verano que viene, el contrato de alquiler del piso vence y ya me veo viviendo en un barrio mucho menos agradable y teniendo que patearme toda la ciudad después del trabajo para volver casa.
Él volvía a fruncir el entrecejo.
—¿Alquiler?
—Sí. A Eleanor le gustaba pagar las cosas por adelantado. Había pagado de golpe el alquiler de muchos años y cuando murió me dejó a mí el derecho a disfrutar de los meses que quedaban, tanto del piso como del Mercedes. El treinta de junio a medianoche la carroza volverá a convertirse en una calabaza.
Él parecía sorprendido, lo cual la satisfizo.
—Ya te dije que no era ninguna esnob. Más bien soy una ocupa, pero me defiendo bien.
Él soltó una súbita risotada.
—Sí, me di cuenta anoche. Por cierto, ¿cómo le rompiste la nariz? No ha querido contarlo.
Ella le hizo una demostración, y le dio un suave golpe en la nariz con la base de la mano.
—Así.
Él le besó la muñeca.
—¿Te lo ha enseñado Vito? —masculló.
Ella vaciló.
—No, Vito me enseñó a usar la pistola.
Él le rozó la barbilla con los labios.
—Estás volviendo a salir por peteneras.
—Me lo enseñó mi padre —explicó, molesta por su insistencia—. Vivíamos en un barrio peligroso y mi padre no me dejó salir con chicos hasta que no aprendí unas cuantas medidas de defensa personal. De todos modos, los chicos no eran estúpidos y teniendo cuatro hermanos mayores ninguno se atrevía a intentar nada conmigo.
—¿Todos son tan corpulentos como Vito?
—Más o menos. —Ella suspiró—. Los echo mucho de menos. Vito quiere que vuelva a casa para siempre. —Vio que él hacía un gesto—. Mi padre está muy enfermo. No quiero dejar que eso me influya, pero no puedo evitarlo. Al verte esta noche con tus padres... —Cerró los ojos—. Hace mucho tiempo que no veo a mi familia.
—¿Cuánto?
—Cinco años.
—¿Por qué?
—Decidimos separarnos.
—_____...
Ella alzó un hombro con desaliento.
—Mi padre siempre ha sido un hombre muy estricto, además de muy católico. Íbamos a misa todos los domingos. Si dejamos de lado a Papá Noel y al ratoncito Pérez, diría que nunca me había mentido.
—Y llegó un día en que lo hizo, ¿no?
—Le mintió a mi madre.
—¿La engañó?
—Sí. Habían venido los dos a Chicago de visita. Entonces no vivía en casa de Eleanor. Amy y yo compartíamos un pequeño estudio cerca del hospital donde hacía prácticas, así que ellos se alojaron en un hotel. Mi madre y yo fuimos de compras. —Esbozó una triste sonrisa ladeada—. Era nuestro pasatiempo común. Estábamos llegando a la tienda cuando mi madre se dio cuenta de que había olvidado la tarjeta de crédito de mi padre, así que fui al hotel a buscarla.
—Y él estaba con otra mujer.
—Con una niñita de poca chicha que podría haber sido su hija —confirmó con amargura—. Creo que ese día perdí la inocencia. Hasta entonces siempre había sido la niña de sus ojos y ahora no tengo ni idea de quién es ese hombre. Negó haber hecho nada malo, dijo que todo había sido un malentendido.
—¿Y no es posible que estuviera diciendo la verdad?
_____ tensó la mandíbula.
—Ella estaba desnuda encima de él. La cosa me pareció lo bastante evidente. Al principio no le dije nada a mi madre, pero, cuando me decidí a contárselo, ella se puso de su parte. Hubo una crisis familiar. Cuando mi padre supo que se lo había contado se puso furiosísimo, empezó a chillarme y a decir que iba a darle un ataque. Y al final le dio un ataque, al corazón. —Tragó saliva—. Yo pensaba que fingía y en vez de ayudarle me marché.
—Pero no fingía.
—No. Le había dado un infarto. No fue mortal, pero su vida cambió para siempre. Y la mía también. Desde entonces no me habla. Imagínate, su hija médico lo había abandonado al borde de la muerte.
—Qué dramático.
Ella asintió.
—Sabe serlo. En fin. Vito me ha dicho que ahora está muy mal. Tendrá que vender el negocio y toda la maquinaria. Es ebanista, uno de los pocos artesanos que quedan en Filadelfia. Ha elaborado los muebles de las mejores familias de la ciudad; de la gente "de sangre azul", tal como él los llama. Le parecía irónico que le pagaran miles de dólares por una estantería y que no fueran capaces de dirigirle la palabra al cruzarse con él por la calle. Cuando me hice mayor aprendí a detestarlos.
La mirada de Nicholas se iluminó al captar el significado de sus palabras.
—Porque eran unos esnobs.
—No cuesta mucho llegar a conocerme, detective.
—Un poco más de lo que creía —dijo él en voz baja—. Pero merece la pena. —La besó con ternura—. Antes he ido muy deprisa, me he dejado unos cuantos rincones.
Ella arqueó la espalda y fingió quedarse pensativa, lo cual hizo sonreír a Nicholas.
—No me ha importado mucho.
—Me parece que podemos mejorarlo. —La besó en la garganta, justo donde la cicatriz le marcaba la piel, y ella se apartó conscientemente. Él la miró con mala cara—. No vuelvas a hacer eso, _____ —le ordenó en tono suave pero con firmeza—. No te escondas de mí.
A Justin le repelía. Y eso que más de la mitad de las cicatrices que _____ tenía se las había hecho él durante el mes que había transcurrido entre que la llevara a casa y llevara allí a otra mujer.
—Es horrible.
—Tú eres muy bella. —Le besó la garganta, de punta a punta, y ella suspiró—. Bastantes rincones. —Deslizó la boca hasta volver a posarla en su pecho—. Unos más que otros. Te lo demostraré.
Y así lo hizo. Y a _____ le gustó más que la vez anterior. Rindió homenaje a todos y cada uno de los rincones de su cuerpo con los ojos, las manos y la boca. _____ cerró los ojos y lo dejó hacer. Dejó que le succionara el pecho; primero uno, luego el otro; hasta que cada tirón de sus labios provocaba una pulsación en su interior. Dejó que la recorriera beso a beso, hacia abajo por el abdomen y hacia arriba por el interior de los muslos, y de nuevo él volvió a demostrarle lo sensible que podía llegar a ser, arrancándole súplicas desesperadas hasta dejarla sin apenas voz. Rodeó con las manos sus nalgas y la inclinó hacia atrás para poder hundir en ella la lengua y hacerla enloquecer. La llevó hasta el clímax con la boca, y antes de que su pulso se hubiera sosegado sus ágiles dedos la estimularon de nuevo hasta el final, dejándola anhelante y húmeda.
Y al fin, donde antes se había zambullido con fuerza y rapidez ahora procedía con lentitud, y entró en ella con tal reverencia que los ojos de _____ se llenaron de lágrimas a la vez que el inmenso placer de sentirse llena después de tantos meses de soledad la hacía gemir. Él la llenaba con un grosor, una dureza y una profundidad que no había experimentado nunca hasta entonces. Ella pestañeó y las lágrimas le resbalaron por las sienes y le empaparon el pelo.
Él dejó de moverse y se contuvo con un control admirable.
—¿Te hago daño? —Su voz emergió como un grave y tenso murmullo.
—No, no. No pares. —Ella flexionó las rodillas y le sujetó las caderas con los muslos, e hizo que la penetrara más mientras oía sus rápidas inspiraciones—. Es que me gusta mucho.
Él no paró. Mantuvo el ritmo hasta que notó cómo se convulsionaba su cuerpo pegado a él, hasta que ella oyó su propio grito de placer. Entonces, con expresión resuelta y una vehemencia salvaje, entró hasta el fondo una vez más y contuvo la tensión en su interior mientras se derramaba, con los brazos trémulos y los dientes apretados.
Luego se derrumbó sobre ella obligándola a expulsar de golpe el aire de los pulmones. Su suspiro azotó el pelo que le cubría el rostro. Estaba sudoroso y pesaba muchísimo, pero cuando trató de levantarse ella le rodeó la espalda con los brazos y lo mantuvo allí. Notaba los fuertes latidos de su corazón contra el pecho.
—No te muevas, quédate así un poco más.
Él tomó aire con fuerza por la nariz.
—Peso demasiado.
Nicholas oyó gruñir a Elvis en el recibidor y levantó la cabeza. Al cabo de un minuto sonó el timbre de la puerta y el perro empezó a ladrar con desesperación.
—¡Jonas! Abre la puerta.
_____ abrió los ojos como platos.
—Es Vito. ¿Qué rayos está haciendo aquí?
Con la agilidad de un pez, Nicholas se deslizó entre sus brazos y se tumbó de espaldas en la cama.
—Probablemente quiere asegurarse de que no haga lo que acabo de hacer. No tengo fuerzas para levantarme.
Pero Vito continuó aporreando la puerta y los ladridos de Elvis se volvieron más frenéticos.
—Va a despertar a todo el vecindario —susurró _____. Se levantó de la cama; al ir a ponerse en pie tanteó la firmeza de sus piernas y se echó a reír al notar que parecían de goma. Se colocó rápidamente unos tejanos y la sudadera de Nicholas y se dispuso a abrir la puerta.
Por la forma de comportarse, cualquiera habría dicho que Vito estaba loco. Cuando se dispuso a entrar, Elvis empezó a gruñir enseñándole los dientes.
—Elvis, siéntate —le ordenó Nicholas en tono suave—. No le gustan las visitas de extraños por la noche.
Vito no le hizo caso y posó las manos en los hombros de _____.
—¿Te ha hecho daño?
Ella lo miró perpleja.
—¿Quién? ¿Nicholas?
—No —respondió él, frenético—. Wallace Clayborn. Te he estado llamando al móvil pero no contestabas. Me has dado un susto de muerte. —Le escrutó el rostro—. Estás roja. —Le acarició la mejilla con el pulgar y luego miró el rostro desaliñado de Nicholas, y su mirada se ensombreció. Nicholas no se inmutó, lo cual decía mucho en su favor.
_____ le dio unos golpecitos en el brazo a Vito.
—Anda, entra. Te contaré lo de Clayborn. Seguro que estarás orgulloso de mí.
hablando de comentarios... chicas note que todas dicen que quieren saber quien es el malo porque estan tan seguras de que es "el"??? digo... yo solo pregunto... :yonofui: no es que yo sepa quien es... o esperen!!! si se!!! :P pero les arruinaria el suspenso y todo lo demas si les digo... asi que... les dejo su cap de hoy!! :cheers: espero que les guste!!!
gracias por sus comentarios!!!!
Miércoles, 15 de marzo, 23.35 horas.
Se despertó con la boca de él contra uno de sus pechos y ovillada como un gato tras haberse removido hasta adaptar la forma de su cuerpo al de él. Él descansaba entre sus piernas abiertas, con el pecho apoyado en su pelvis. Resultaba muy agradable; no tanto como notarlo dentro pero agradable al fin y al cabo. Indiscutiblemente mucho más que el sueño del que la había arrancado.—Estaba soñando.
Él levantó la cabeza.
—Ya lo sé. Estabas gritando. Me has dado un susto de muerte. —Sus labios esbozaron una sonrisa irónica—. Parece que lo has tomado como una costumbre.
Ella le levantó suavemente el pelo de la nuca.
—Lo siento.
—¿Qué soñabas, _____?
—Lo mismo de cada noche, solo que hoy aparecía más gente. —Cynthia, Avery Winslow. Los Seward. Y hoy también Harrison y el señor Hughes—. ¿Recuerdas el videoclip de "Thriller", con todos aquellos zombis? Bueno, los de mi sueño no bailaban. —Se retiró el pelo de la cara con una mano—. Todo empezó el domingo por la noche. Soñé con Cynthia... y tú también aparecías. Cynthia estaba allí tendida... —Hizo una mueca al recordarlo—. Estaba destrozada, y el corazón le latía con fuerza. Entonces tú te abalanzabas sobre ella y le arrancabas el corazón, y luego me lo dabas a mí. —Tragó saliva—. Me decías que lo cogiera.
Él la miró horrorizado.
—Santo Dios.
—Sí. Creo que entonces también chillé, porque Zac me despertó.
—¿Estaba en tu casa?
Ella asintió.
—Tiene llave.
Él frunció el entrecejo.
—¿Quién más tiene llave de tu casa, _____?
—Amy, Robin. Es posible que Justin aún la conserve. —Levantó la cabeza de la almohada para mirarlo; no le había gustado el tono de la pregunta—. No puede ser. No es posible que ninguno tenga que ver con todo esto.
—Yo no he dicho nada.
—Lo has pensado.
—Hago mi trabajo, _____. —Tensó la mandíbula—. Se supone que tengo que protegerte. Aunque esta noche no me he dedicado a eso precisamente.
Ella volvió a posar la cabeza en la almohada, incapaz de discutir con él sobre sus amigos. Con el tiempo se daría cuenta de que estaba equivocado.
—Bueno, has evitado que matara a ese hijo de p*uta. Supongo que debo estarte agradecida.
—Tómate tu tiempo. ¿Por qué hay tantas personas que tienen llave de tu casa, _____? No es muy prudente que haya tantas copias dando vueltas por ahí. Alguien ha accedido libremente a tu casa durante el tiempo suficiente para instalar ese montón de cámaras.
El miedo volvió a encogerle el corazón.
—David Bacon.
—Es posible que él instalara las primeras cámaras, pero ¿quién puso los micrófonos en las chaquetas? ¿Cuánto tiempo llevan en tu armario? Me refiero a las chaquetas.
—Depende. —Tragó saliva—. Según cuándo haya asaltado cada tienda. ¿Encontraste algún micrófono en la chaqueta roja que llevaba el domingo?
—Sí.
—Pues la compré hace solo un mes. Hacían descuentos por San Valentín. —Cerró los ojos—. Alguien ha estado en mi casa durante las últimas semanas.
—O no. ¿Has llevado las chaquetas a la tintorería?
—Todas excepto la roja. Estaba sin estrenar. Santo Dios, Nicholas.
Él le besó el canal de sus senos.
—Chis. No vamos a preocuparnos de eso ahora. Háblame de tus amigos.
Ella abrió los ojos como platos.
—No, no es posible. ¿No te parece que si fuera alguno de ellos lo sabría? —Pero él no dijo nada, lo cual la exasperó—. Conozco a Zac desde que estudiábamos juntos en la facultad, y a Robin también. Amy y yo somos amigas desde que empezamos el instituto. Por el amor de Dios.
—Tal vez alguien les robara la llave e hiciera una copia.
Ella lo pensó.
—Es posible.
—¿Por qué tienen llave?
—Se las dio Justin cuando yo estaba enferma.
—¿Te refieres al año pasado, cuando te hirieron?
Ella negó con la cabeza. Detestaba recordarlo.
—No, eso fue después de lo del estrangulador de la cadena. Me pasé unos cuantos días en el hospital. Justin estaba en un congreso fuera de la ciudad, pero regresó pronto. Me llevó a casa y me ayudó a acostarme. —_____ miró fijamente el techo—. Se quedó a mi lado vigilándome como si fuera a reventar o algo así. No tiene buena mano con los enfermos.
—¿Qué hace? Profesionalmente quiero decir.
—También es médico. Lo conocí en la facultad, igual que a Zac.
Él frunció el ceño.
—¿Es médico y no tiene buena mano con los enfermos? ¿No es imprescindible tenerla para ejercer?
—Por eso decidió dedicarse a la investigación.
—¿Y por qué estabas enferma? ¿Es a eso a lo que Vito se refería cuando te dijo que estabas demasiado flaca?
—Vito siempre me encuentra demasiado flaca.
—Estás saliendo por peteneras, _____.
Ella suspiró.
—Estoy aquí tumbada tal como mi madre me trajo al mundo y tú quieres hablar de mi enfermedad. No es muy normal, Nicholas.
Él le acarició el pecho con la nariz y la besó lo bastante cerca del pezón para hacerla ahogar un grito y lo bastante lejos para hacerla arquear la espalda.
—Dime lo que quiero saber y pasaré a otros temas.
Ella se echó a reír.
—¿Sueles utilizar esta técnica en los interrogatorios?
—_____ —le dijo en tono de advertencia—, hablo en serio.
Ella volvió a suspirar.
—Me resulta violento, ¿sabes? Por eso no me gusta hablar de ello. Después de que Justin fuera a recogerme al hospital debería haber hecho reposo durante una semana y luego haber estado en condiciones de volver al trabajo, pero cada vez que me levantaba de la cama me entraban náuseas y me sentía muy débil. Si hubiera vuelto al trabajo me habría pasado las tres cuartas partes del día en el lavabo, echando los hígados.
—¿Cuál era el problema?
Ella le dirigió una mirada sombría.
—Ninguno. Me miraron por todas partes y no encontraron ningún desarreglo físico.
—Entonces tu enfermedad era psicosomática.
Ella alzó los ojos.
—Al final el médico dijo que lo que tenía se llamaba estrés postraumático. Qué vergüenza, una psiquiatra con problemas mentales. No me atrevía a hacer mi trabajo. —Se encogió de hombros—. Pero no importó mucho porque tres semanas después me rescindieron el contrato con la fiscalía. Ya no tenía que preocuparme más porque algún chiflado quisiera estrangularme con una cadena.
—¿Mejoraste?
Ella volvió a mirar el techo.
—Empeoré, y mucho. Justin estaba empezando a perder la paciencia. Se había mostrado tan atento como había podido pero solo pensaba en verme recuperada. Quería... sexo, y yo no era capaz. No tenía fuerzas, no comía nada. A duras penas podía vestirme, ¿cómo iba a ser la reina de la cama? —Cambió de tema—. Él viajaba mucho, por eso les dio una llave a Zac y Robin. Amy ya tenía una copia. Venían a verme cuando no me sentía con fuerzas para ir a trabajar y me cuidaban. —Hizo una mueca—. Me hacían tomar sopa. Yo detesto la sopa, pero la que hace Robin es soportable; en cambio la de Amy es repugnante. No se le da nada bien la cocina.
—Ya. Pues para ti no habrá sopa —añadió en tono jovial, y ella se echó a reír—. ¿Qué pasó con don C*abrón?
—Después de unos meses de abstinencia forzosa decidió buscarse la vida. —El sufrimiento se dejó sentir de nuevo, pero con menor intensidad—. Se acostó con otra en mi cama.
Nicholas se quedó mudo y la miró muy serio.
—Qué poca delicadeza.
Ella soltó otra risita.
—Sí, sobre todo ella tuvo muy poca al dejarse un pendiente debajo de la almohada y las bragas enredadas con la sábana a los pies de la cama. Ocurrió mientras yo estaba en la consulta de don C*abrón. Cuando llegué a casa él ya se había ido, pero el olor del perfume de ella no.
—¿Le dijiste algo?
—Sí. No se molestó en negarlo, recogió sus cosas y se marchó esa misma noche. No ha vuelto a dar señales de vida y yo tampoco he vuelto a ponerme en contacto con él. Eso es todo.
—¿Y cuándo empezaste a sentirte mejor?
—Después de la luna de miel.
Él alzó las cejas de golpe.
—¿Cómo?
—No me devolvían el dinero del crucero, así que Amy y yo nos lanzamos de cabeza a recorrer la costa de México. En algún momento durante el viaje las náuseas desaparecieron y cuando regresé volví al trabajo. Todos mis amigos saben lo que ocurrió, no puedes cancelar una boda dos semanas antes de la ceremonia sin dar explicaciones. Justin se convirtió en persona no grata dentro de mi pequeño grupo. Lo último que he oído de él es que tiene novia, una ricachona de North Shore.
Él sonrió.
—Tú también eres rica, _____.
—Ni hablar, yo solo llevo una vida holgada. Eleanor sí que era rica. Espera al verano que viene, el contrato de alquiler del piso vence y ya me veo viviendo en un barrio mucho menos agradable y teniendo que patearme toda la ciudad después del trabajo para volver casa.
Él volvía a fruncir el entrecejo.
—¿Alquiler?
—Sí. A Eleanor le gustaba pagar las cosas por adelantado. Había pagado de golpe el alquiler de muchos años y cuando murió me dejó a mí el derecho a disfrutar de los meses que quedaban, tanto del piso como del Mercedes. El treinta de junio a medianoche la carroza volverá a convertirse en una calabaza.
Él parecía sorprendido, lo cual la satisfizo.
—Ya te dije que no era ninguna esnob. Más bien soy una ocupa, pero me defiendo bien.
Él soltó una súbita risotada.
—Sí, me di cuenta anoche. Por cierto, ¿cómo le rompiste la nariz? No ha querido contarlo.
Ella le hizo una demostración, y le dio un suave golpe en la nariz con la base de la mano.
—Así.
Él le besó la muñeca.
—¿Te lo ha enseñado Vito? —masculló.
Ella vaciló.
—No, Vito me enseñó a usar la pistola.
Él le rozó la barbilla con los labios.
—Estás volviendo a salir por peteneras.
—Me lo enseñó mi padre —explicó, molesta por su insistencia—. Vivíamos en un barrio peligroso y mi padre no me dejó salir con chicos hasta que no aprendí unas cuantas medidas de defensa personal. De todos modos, los chicos no eran estúpidos y teniendo cuatro hermanos mayores ninguno se atrevía a intentar nada conmigo.
—¿Todos son tan corpulentos como Vito?
—Más o menos. —Ella suspiró—. Los echo mucho de menos. Vito quiere que vuelva a casa para siempre. —Vio que él hacía un gesto—. Mi padre está muy enfermo. No quiero dejar que eso me influya, pero no puedo evitarlo. Al verte esta noche con tus padres... —Cerró los ojos—. Hace mucho tiempo que no veo a mi familia.
—¿Cuánto?
—Cinco años.
—¿Por qué?
—Decidimos separarnos.
—_____...
Ella alzó un hombro con desaliento.
—Mi padre siempre ha sido un hombre muy estricto, además de muy católico. Íbamos a misa todos los domingos. Si dejamos de lado a Papá Noel y al ratoncito Pérez, diría que nunca me había mentido.
—Y llegó un día en que lo hizo, ¿no?
—Le mintió a mi madre.
—¿La engañó?
—Sí. Habían venido los dos a Chicago de visita. Entonces no vivía en casa de Eleanor. Amy y yo compartíamos un pequeño estudio cerca del hospital donde hacía prácticas, así que ellos se alojaron en un hotel. Mi madre y yo fuimos de compras. —Esbozó una triste sonrisa ladeada—. Era nuestro pasatiempo común. Estábamos llegando a la tienda cuando mi madre se dio cuenta de que había olvidado la tarjeta de crédito de mi padre, así que fui al hotel a buscarla.
—Y él estaba con otra mujer.
—Con una niñita de poca chicha que podría haber sido su hija —confirmó con amargura—. Creo que ese día perdí la inocencia. Hasta entonces siempre había sido la niña de sus ojos y ahora no tengo ni idea de quién es ese hombre. Negó haber hecho nada malo, dijo que todo había sido un malentendido.
—¿Y no es posible que estuviera diciendo la verdad?
_____ tensó la mandíbula.
—Ella estaba desnuda encima de él. La cosa me pareció lo bastante evidente. Al principio no le dije nada a mi madre, pero, cuando me decidí a contárselo, ella se puso de su parte. Hubo una crisis familiar. Cuando mi padre supo que se lo había contado se puso furiosísimo, empezó a chillarme y a decir que iba a darle un ataque. Y al final le dio un ataque, al corazón. —Tragó saliva—. Yo pensaba que fingía y en vez de ayudarle me marché.
—Pero no fingía.
—No. Le había dado un infarto. No fue mortal, pero su vida cambió para siempre. Y la mía también. Desde entonces no me habla. Imagínate, su hija médico lo había abandonado al borde de la muerte.
—Qué dramático.
Ella asintió.
—Sabe serlo. En fin. Vito me ha dicho que ahora está muy mal. Tendrá que vender el negocio y toda la maquinaria. Es ebanista, uno de los pocos artesanos que quedan en Filadelfia. Ha elaborado los muebles de las mejores familias de la ciudad; de la gente "de sangre azul", tal como él los llama. Le parecía irónico que le pagaran miles de dólares por una estantería y que no fueran capaces de dirigirle la palabra al cruzarse con él por la calle. Cuando me hice mayor aprendí a detestarlos.
La mirada de Nicholas se iluminó al captar el significado de sus palabras.
—Porque eran unos esnobs.
—No cuesta mucho llegar a conocerme, detective.
—Un poco más de lo que creía —dijo él en voz baja—. Pero merece la pena. —La besó con ternura—. Antes he ido muy deprisa, me he dejado unos cuantos rincones.
Ella arqueó la espalda y fingió quedarse pensativa, lo cual hizo sonreír a Nicholas.
—No me ha importado mucho.
—Me parece que podemos mejorarlo. —La besó en la garganta, justo donde la cicatriz le marcaba la piel, y ella se apartó conscientemente. Él la miró con mala cara—. No vuelvas a hacer eso, _____ —le ordenó en tono suave pero con firmeza—. No te escondas de mí.
A Justin le repelía. Y eso que más de la mitad de las cicatrices que _____ tenía se las había hecho él durante el mes que había transcurrido entre que la llevara a casa y llevara allí a otra mujer.
—Es horrible.
—Tú eres muy bella. —Le besó la garganta, de punta a punta, y ella suspiró—. Bastantes rincones. —Deslizó la boca hasta volver a posarla en su pecho—. Unos más que otros. Te lo demostraré.
Y así lo hizo. Y a _____ le gustó más que la vez anterior. Rindió homenaje a todos y cada uno de los rincones de su cuerpo con los ojos, las manos y la boca. _____ cerró los ojos y lo dejó hacer. Dejó que le succionara el pecho; primero uno, luego el otro; hasta que cada tirón de sus labios provocaba una pulsación en su interior. Dejó que la recorriera beso a beso, hacia abajo por el abdomen y hacia arriba por el interior de los muslos, y de nuevo él volvió a demostrarle lo sensible que podía llegar a ser, arrancándole súplicas desesperadas hasta dejarla sin apenas voz. Rodeó con las manos sus nalgas y la inclinó hacia atrás para poder hundir en ella la lengua y hacerla enloquecer. La llevó hasta el clímax con la boca, y antes de que su pulso se hubiera sosegado sus ágiles dedos la estimularon de nuevo hasta el final, dejándola anhelante y húmeda.
Y al fin, donde antes se había zambullido con fuerza y rapidez ahora procedía con lentitud, y entró en ella con tal reverencia que los ojos de _____ se llenaron de lágrimas a la vez que el inmenso placer de sentirse llena después de tantos meses de soledad la hacía gemir. Él la llenaba con un grosor, una dureza y una profundidad que no había experimentado nunca hasta entonces. Ella pestañeó y las lágrimas le resbalaron por las sienes y le empaparon el pelo.
Él dejó de moverse y se contuvo con un control admirable.
—¿Te hago daño? —Su voz emergió como un grave y tenso murmullo.
—No, no. No pares. —Ella flexionó las rodillas y le sujetó las caderas con los muslos, e hizo que la penetrara más mientras oía sus rápidas inspiraciones—. Es que me gusta mucho.
Él no paró. Mantuvo el ritmo hasta que notó cómo se convulsionaba su cuerpo pegado a él, hasta que ella oyó su propio grito de placer. Entonces, con expresión resuelta y una vehemencia salvaje, entró hasta el fondo una vez más y contuvo la tensión en su interior mientras se derramaba, con los brazos trémulos y los dientes apretados.
Luego se derrumbó sobre ella obligándola a expulsar de golpe el aire de los pulmones. Su suspiro azotó el pelo que le cubría el rostro. Estaba sudoroso y pesaba muchísimo, pero cuando trató de levantarse ella le rodeó la espalda con los brazos y lo mantuvo allí. Notaba los fuertes latidos de su corazón contra el pecho.
—No te muevas, quédate así un poco más.
Él tomó aire con fuerza por la nariz.
—Peso demasiado.
Nicholas oyó gruñir a Elvis en el recibidor y levantó la cabeza. Al cabo de un minuto sonó el timbre de la puerta y el perro empezó a ladrar con desesperación.
—¡Jonas! Abre la puerta.
_____ abrió los ojos como platos.
—Es Vito. ¿Qué rayos está haciendo aquí?
Con la agilidad de un pez, Nicholas se deslizó entre sus brazos y se tumbó de espaldas en la cama.
—Probablemente quiere asegurarse de que no haga lo que acabo de hacer. No tengo fuerzas para levantarme.
Pero Vito continuó aporreando la puerta y los ladridos de Elvis se volvieron más frenéticos.
—Va a despertar a todo el vecindario —susurró _____. Se levantó de la cama; al ir a ponerse en pie tanteó la firmeza de sus piernas y se echó a reír al notar que parecían de goma. Se colocó rápidamente unos tejanos y la sudadera de Nicholas y se dispuso a abrir la puerta.
Por la forma de comportarse, cualquiera habría dicho que Vito estaba loco. Cuando se dispuso a entrar, Elvis empezó a gruñir enseñándole los dientes.
—Elvis, siéntate —le ordenó Nicholas en tono suave—. No le gustan las visitas de extraños por la noche.
Vito no le hizo caso y posó las manos en los hombros de _____.
—¿Te ha hecho daño?
Ella lo miró perpleja.
—¿Quién? ¿Nicholas?
—No —respondió él, frenético—. Wallace Clayborn. Te he estado llamando al móvil pero no contestabas. Me has dado un susto de muerte. —Le escrutó el rostro—. Estás roja. —Le acarició la mejilla con el pulgar y luego miró el rostro desaliñado de Nicholas, y su mirada se ensombreció. Nicholas no se inmutó, lo cual decía mucho en su favor.
_____ le dio unos golpecitos en el brazo a Vito.
—Anda, entra. Te contaré lo de Clayborn. Seguro que estarás orgulloso de mí.
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
Andrea P. Jonas:) escribió:WhoIam13 escribió:Me haz matado.
Creo que estoy en el septimo cielo (? El capitulo tuvo, demasiaaaaaaado.
Fue increiblemente increible. Mi futuro suegro es lo mejor :3 Yo se que la rayis le caerá de maravillas, luego fue todo taaaaaaaaaaaan con la Rayis en acción, casi lo mata al desgraciado & luegoooooooooo Nicholas y la Rayis fue todo tan :arre:
Siguela porfavor!
:P si eso te mato y te mando al septimo cielo no quiero saber sonde terminaras con los caps que faltan!!!!
Aaaaaaaaaaaah pero eso no lo sabrás si no lo intentas, mira que por ah dicen que la curiosidad mató al gato, yo que tu no me arriesgo y subo cap, para saber si sobrevivo.
WhoIam13
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
:oops: :¬¬:
ME HE VUELTO PERVERTIDAAAAAA!!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!!!!!!
WUUUAUUUUU!!! QUE RELAX .. PERO MIRA COMO NICK SACA LAS RESPUESTAAAASSSSS!!!!!.... :P
:x Y ESE VITOOOOO!!! SE PARECIA A ELVIIISSS...!!! SOLO LE FALTABA LADRARRRR!!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
PERO ME DISTES OTRA PISTA!!!!... PUEDE SER MUJER Y ASI SE REDUCEN LOS NOMBREEEESSS!!!!!.. YA QUE PARA PONER LAS CAMARAS Y LOS MICROFONOS EN LA ROPA ES ALGUIEN MUY... PERO MUY CERCANO A ELLAA!!!!!..
:scratch: YA CASIII LO TENGOOO
CHELIS LA DECTECTIVE QUIERO OTROO CAAAPIIISSS!!!
ME HE VUELTO PERVERTIDAAAAAA!!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!!!!!!
WUUUAUUUUU!!! QUE RELAX .. PERO MIRA COMO NICK SACA LAS RESPUESTAAAASSSSS!!!!!.... :P
:x Y ESE VITOOOOO!!! SE PARECIA A ELVIIISSS...!!! SOLO LE FALTABA LADRARRRR!!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
PERO ME DISTES OTRA PISTA!!!!... PUEDE SER MUJER Y ASI SE REDUCEN LOS NOMBREEEESSS!!!!!.. YA QUE PARA PONER LAS CAMARAS Y LOS MICROFONOS EN LA ROPA ES ALGUIEN MUY... PERO MUY CERCANO A ELLAA!!!!!..
:scratch: YA CASIII LO TENGOOO
CHELIS LA DECTECTIVE QUIERO OTROO CAAAPIIISSS!!!
chelis
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
jajajajja la rayis se pasa, reciebiendo a su hermano con la ropa de Nicholas seguro que tiene todos los chupones por ahi xD
menuda forma la del detective de obtener respuestas! fue todo tan dulce tan tierno <3
Depues me preguntan porque me desilusiona la realidad, con personajes asi, a quien no?
Pobre Amy si no lo es, y es que lo dudo son amigas durante muchisimo tiempo pero es la unica persona que veo tan cercana jhdjdhfdkj es frustrante.
Gracias por compartir la nove es realmente hermosa <3 Siguela pronto Andri (? te diré asi xd.
menuda forma la del detective de obtener respuestas! fue todo tan dulce tan tierno <3
Depues me preguntan porque me desilusiona la realidad, con personajes asi, a quien no?
Pobre Amy si no lo es, y es que lo dudo son amigas durante muchisimo tiempo pero es la unica persona que veo tan cercana jhdjdhfdkj es frustrante.
Gracias por compartir la nove es realmente hermosa <3 Siguela pronto Andri (? te diré asi xd.
WhoIam13
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
aaaaaaaa me encanto enserio =)
siguelaaaaa, me mato el capitulo, creo que nick y vito hablaran jajaja
y me dejaste pensando con eso del que el asesino podria ser el o ella, asi que siguelaa
siguelaaaaa, me mato el capitulo, creo que nick y vito hablaran jajaja
y me dejaste pensando con eso del que el asesino podria ser el o ella, asi que siguelaa
Dorin
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
uuuhuhhu ese Nick es un pillin como le saca las respuestas a la rayis...y bueno a la rayis bien que le gusta ...y hahah ese vito como llega a interrumpir de veras con ese hermano...siguela pronto ycuidate
haydeejOnaz
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
chelis escribió: :oops: :¬¬:
ME HE VUELTO PERVERTIDAAAAAA!!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!!!!!!
WUUUAUUUUU!!! QUE RELAX .. PERO MIRA COMO NICK SACA LAS RESPUESTAAAASSSSS!!!!!.... :P
:x Y ESE VITOOOOO!!! SE PARECIA A ELVIIISSS...!!! SOLO LE FALTABA LADRARRRR!!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
PERO ME DISTES OTRA PISTA!!!!... PUEDE SER MUJER Y ASI SE REDUCEN LOS NOMBREEEESSS!!!!!.. YA QUE PARA PONER LAS CAMARAS Y LOS MICROFONOS EN LA ROPA ES ALGUIEN MUY... PERO MUY CERCANO A ELLAA!!!!!..
:scratch: YA CASIII LO TENGOOO
CHELIS LA DECTECTIVE QUIERO OTROO CAAAPIIISSS!!!
:P creeme que no eres la unica!!!
ami me encantaria que me interrogara asi :twisted: jajajaja ya se pero es buen hermano!
jajajaja espero que pronto lo sepas!!!
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
WhoIam13 escribió:jajajajja la rayis se pasa, reciebiendo a su hermano con la ropa de Nicholas seguro que tiene todos los chupones por ahi xD
menuda forma la del detective de obtener respuestas! fue todo tan dulce tan tierno <3
Depues me preguntan porque me desilusiona la realidad, con personajes asi, a quien no?
Pobre Amy si no lo es, y es que lo dudo son amigas durante muchisimo tiempo pero es la unica persona que veo tan cercana jhdjdhfdkj es frustrante.
Gracias por compartir la nove es realmente hermosa <3 Siguela pronto Andri (? te diré asi xd.
jajajajaja :P tu crees??? :twisted: aii siii!!! lo se!! con ganas de hacerme psicologa y que uno de mis pacientes se vuelva un asesino y que un detective me visite y que se como este! :P ok no! pero estaria genial que psara *_* bueno quitando la parte en que matan a todos!
gracias a ti por leer!! y tu dime como quieras!!! :D por cierto se tu nombre?? :P la verdad no recuerdo si me lo dijiste!
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
Andy ! tanto tiempoooo ! volvi, cuando quise ver ya habias terminado una novela y empezado con otra! lastima que no voy a poder acompañarte en esta! porque ya la leei, pero cuando empieces con otra es solo avisar ;) que voy a estar allí para leer :B un beso
Flor
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
Dorin escribió:aaaaaaaa me encanto enserio =)
siguelaaaaa, me mato el capitulo, creo que nick y vito hablaran jajaja
y me dejaste pensando con eso del que el asesino podria ser el o ella, asi que siguelaa
que bueno que te gusto!!! :D
:twisted: de eso se trataba mujajajajaajaja (?
jajajaja pobre vito el todo asustado y la rayis lo que andaba haciendo!! XD
Andrea P. Jonas:)
Re: No Te Escondas (N. Jonas y Tu)
haydeejOnaz escribió:uuuhuhhu ese Nick es un pillin como le saca las respuestas a la rayis...y bueno a la rayis bien que le gusta ...y hahah ese vito como llega a interrumpir de veras con ese hermano...siguela pronto ycuidate
jajaja y aquien no!!!! :twisted: pero bueno siempre tiene que haber un hermano molesto!! :P
Andrea P. Jonas:)
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