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Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
awwww nonono que dilema :x yo no se que haria si fuera la rayiz, porque por un lado esta Nick que es tan lindo y sexy y la quiere y adora, pero esta Joe que es sexy, y tierno algunas veces y tambien se ve que la quiere pero es muy mujeriego, definitivamente ya no se que pensar
Siguela!!!!
Porcierto porque desaparecio Nick ???? A donde fue???
Siguela!!!!
Porcierto porque desaparecio Nick ???? A donde fue???
Última edición por aranzhitha el Mar 17 Abr 2012, 9:14 pm, editado 1 vez
aranzhitha
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
Me encanta Nick pero Joe es Joe y definitivamente ya no se que pensar, y no te preocupes a mi me gusta mucho comentar,
Ustedes chicas con quien se quedarian con Joe o con Nick????
Ustedes chicas con quien se quedarian con Joe o con Nick????
aranzhitha
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
aranzhitha escribió:Me encanta Nick pero Joe es Joe y definitivamente ya no se que pensar, y no te preocupes a mi me gusta mucho comentar,
Ustedes chicas con quien se quedarian con Joe o con Nick????
ME QUEDARIA CON AMBOS HAHHA
berenice_89
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
awwwwwwwwww ya siguela esta genial...siguelaaaaaaa
jonatic&diectioner
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
no me gusta la nove ¬¬
aaaaaaaaa mentiras me encanta
lo que no me gsuta qes que joe se acosto con otra :$
sigueeee
aaaaaaaaa mentiras me encanta
lo que no me gsuta qes que joe se acosto con otra :$
sigueeee
andreita
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
berenice_89 escribió:aranzhitha escribió:Me encanta Nick pero Joe es Joe y definitivamente ya no se que pensar, y no te preocupes a mi me gusta mucho comentar,
Ustedes chicas con quien se quedarian con Joe o con Nick????
ME QUEDARIA CON AMBOS HAHHA
Yo también me quedaría con ambos
aranzhitha
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
aranzhitha escribió:berenice_89 escribió:aranzhitha escribió:Me encanta Nick pero Joe es Joe y definitivamente ya no se que pensar, y no te preocupes a mi me gusta mucho comentar,
Ustedes chicas con quien se quedarian con Joe o con Nick????
ME QUEDARIA CON AMBOS HAHHA
Yo también me quedaría con ambos
siii mmmm rico haha
berenice_89
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
:cherry:andreita escribió:no me gusta la nove ¬¬
aaaaaaaaa mentiras me encanta
lo que no me gsuta qes que joe se acosto con otra :$
sigueeee
andreita
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
hola chicas espero q esten bien
bueno si yo fuera la rayis me desicion es la misma de ustedes me quedaria con los 2 pero q se le va hacer ya veremos q decide la rayis en esta novela todo puede pasar creanme.....
aqui les dejo su tan esperado capitulo espero q les guste.
Chicas muchisimas gracias x sus comentarios son muy bien apreciados
No, no pude decirle eso, las palabras se rehusaban a salir.
Lo intenté numerosas veces y por alguna absurda razón no me permitía decirle que no lo deseaba mirando esos perfectos ojos marrones claros deslumbrantes.
¿Por qué no puedo decirlo? ¿Por qué ni siquiera podía pensarlo? ¿Acaso ésa no era la verdad?
Lo más cercano que hice parecido a hablar fue volver a gemir cuando su lengua recorrió nuevamente mi cuello.
–Tomaré eso como un sí, tú sí me deseas –murmuró de vuelta.
Volvió a obligarme a mirarlo, su agarre era firme y doloroso, me miraba al rostro, como si quisiera conocerlo, me exploraba de forma conminatoria. Y ahí estaba yo, debajo de él soportando su peso.
Joe me acarició los labios con las yemas de sus dedos, sus dedos en mis labios incitaban a mi cuerpo a reaccionar impulsivamente, me incliné hacia adelante para atrapar sus labios con los míos, apartó su rostro. Jadeé sintiéndome abatida, me estaba dando por vencida.
Poco a poco levantó mi camisa y me la quitó como un especialista, miró la desnudez de mi abdomen y mi sujetador apretando mis pechos, deslizó mi falda por mis piernas y en un santiamén también se deshizo de esta, exclusivamente estaba mi ropa interior, eran mis últimas prendas restantes. Y sentí sus gruesos Jeans rozando mis piernas, él llevaba toda su ropa encima, si esperaba que yo sé arrancara debía saber que eso no iba a suceder.
Sin embargo mi cuerpo me contradijo, traicionero puto cuerpo, me quejé. Algo incontrolable y desenfrenado me hizo mover mis manos, ansié desaparecer de mi camino su ropa pero al momento en que sintió que mis manos levantaban su camiseta me rechazó, me agarró de las muñecas llevando mis manos a cada costado de mi cabeza, apoyándose en la cama contra mis muñecas para así no cederme movilidad.
Llevó su lengua a mi abdomen, sentí que moriría de placer, su tacto fue tan impactante que me hizo sentir andanadas de adrenalina y mi vientre y mi pecho se ahogaban en revoloteos de nerviosismo. Yo estaba sin aliento.
Aventuró sus manos hasta mi espalda y desabrochó el broche de mi sujetador con más facilidad de lo que yo pudiera haberlo hecho, era todo un experto, también se deshizo de esta prenda en un abrir y cerrar de ojos. Se detuvo a mirar mi rostro y después mi pecho con los ojos ceñidos en llamas. Todo mi cuerpo palpitaba sin saber por qué, volvió a recorrer con su lengua el largo de mi abdomen desde la parte baja de mi vientre hasta la línea entre mis senos, sus manos seguidamente se posaron en la liga de mis bragas, estaba determinado a deshacerse de esta prenda igualmente. En mis remotos denuedos por hacer algo o decir algo me dispuse a reaccionar.
–Joe –sólo pude decir más que eso.
–¿Hmm? –atendió a mí mientras seguía tocándome.
–Joe –seguí susurrando–. Detente Joe, nick va a enfurecerse.
Funcionó. Se paró en seco y me vio a los ojos, los suyos destilaban fuego, ahora su mirada parecía envuelta en ira.
–Bien –dijo él–. Anda a revolcarte con tu noviecito Nick.
Se apartó de mi cuerpo, se puso de pie y salió dando furiosos trancos para finalizar con un portazo al cerrar la puerta del cuarto.
Me dejó sola y desnuda, me envolví entre mis sábanas. ¿Cómo pudo dejarme así? Yo estaba furiosa e inexplicablemente decaída. Francamente fui yo la que le pedí que se marchara pero al menos podía ser un poco más considerado, ¿no? Se fue dejándome desnuda y tan apenada cómo se es posible, me sentía más que avergonzada, sedienta y desnuda, me sentía incluso dolida. Envuelta en mis sábanas me levanté a buscar mi ropa (de Nina) que estaba extendida por todo el suelo de la habitación.
Maldije a Joe en mi mente unas mil veces. Lo maldije porque mi cuerpo tenía todo su olor, porque todavía sentía sus caricias en mi piel, porque había dejado marcas invisibles en cada parte de mi cuerpo, porque pudo saborearme como nadie lo había hecho, porque me hizo gemir de placer, porque era tan sexy que dolía verlo, porque sabía exactamente como hacer las cosas, porque logró dejarme con más sed de la que antes tenía, porque me hizo sentir ese estúpido cosquilleo ahogado dentro de mí, porque era tan orgulloso, patán, presumido y fanfarrón, porque yo no sabía lo que él pensaba de mí, porque dejé que me desnudara, porque se aprovechó de que yo estaba tan sedienta y débil, porque... No podría acabar nunca la lista de porqués: “porque maldecir a Joseph jonas en un momento como ése.” Seguramente Joe también me estaría maldiciendo al mismo tiempo.
Volví a vestirme con mi indumentaria poco conservadora, todavía el rubor en mis mejillas se encendía como una chispa, me senté en la cama a plena oscuridad y observaba la ventana y el balcón con la palpable tentación de huir en busca de sangre.
Allí en mi cama me abracé a mi misma y me cubrí con las sábanas tratando de postergar mi nociva sed y al maldito de Joe quien me había dejado oliendo como él, cerré los ojos viendo como mis pensamientos traicionaban mis sentidos, detrás de mis párpados imaginaba, recordaba y reflexionaba cosas sin concordancia alguna, volví mi mirada hacia mi costado y vi el osito de felpa de Nick, que prácticamente había olvidado que existía cuando Joe me había aventado a la cama, ahora estaba con su carita inocente y sentí que probablemente me miraba con desaprobación acusatoria, casi sentí que era Nick mirándome y culpándome de algo, pues ese afelpado amigo había sido testigo de algo muy personal y que nadie debía saber, mucho menos Nick.
Genial. Pensé con ironía. Ahora mi conciencia me quiere abrumar.
Estuve minutos, horas, quien sabe, con los ojos cerrados mordiendo mis labios, aguantando la abusiva sed que me afligía hasta que otra vez llamaron a mi puerta. Esta vez no abrí, me quedé tumbada en la cama ignorando el golpeteo en la madera, pensando en que no quería arriesgarme a que fuera Joe del otro lado con ganas de más.
–______ –dijo la voz detrás la puerta–. ______, ¿puedo pasar? Soy yo, Nick.
No respondí.
Él abrió la puerta, lo miré con susceptibilidad y desconfianza, cerró la puerta detrás de él con cautela como si tratara de hacer silencio, en sus manos tenía uno de esos vasos térmicos.
–¿Por qué no contestabas? –inquirió Nick sentándose en mi cama.
Me encogí de hombros y supo que no le respondería a eso.
–Te traje sangre –susurró.
–¿De dónde la sacaste?
En respuesta, se encogió de hombros y me ofreció el vaso. Me bebí la sangre con impaciencia, hasta la última gota en fondo y luego relamí mis labios, casi estuve satisfecha.
–Gracias –le agradecí con la mayor honestidad.
Me sesgué para besarlo, no rechazo el beso pero tampoco respondió a él, al percibirlo me aparté en seguida. Lo miré a los ojos reclamando por una explicación.
–Bésame cuando no huelas como Joe –murmuró con un tono de amargura.
Se levantó de la cama y se fue por donde vino con su aparente calma.
–Nick... –vociferé, pero él ya se había marchado.
Sin esa debilidad que me abordaba salí de la habitación para ir a darme un baño de agua tibia y espumosa, debía quitarme el olor a Joe, y él sabor a Joe, y las marcas de su lengua recorriendo mi piel. Cuando lo hice fui en búsqueda de Nick, y no lo encontré en ninguna parte. Era cerca de la medianoche, justo a esa hora solía desaparecer y eso se me hacía muy sospechoso. Tropecé con Adolph en el pasillo.
–¿Dónde se mete ese chico cada noche? –me quejé en voz alta.
Adolph me miró con el rabillo del ojo sonriendo.
–¿Quién? ¿Nick?
–Exacto –afirmé.
–Quien sabe –su mirada cambió al decirlo–. Sólo espero que no esté fuera de casa. Veo que ya te sientes mejor.
–Uh, sí, Nick me dio, ya sabes... –no terminé la frase, no quería que las hermanas escucharan.
–¿Nick te dio más de su sangre? –susurró muy bajo.
Negué.
–No, Nick me dio sangre humana en un recipiente –seguí con los susurros.
–¿Cómo rayos...? –no concluyó su frase, en lugar de eso cambio el tema–. Ven, vamos a ver una película que están dando en el canal 50, Nina y Alan están abajo también.
Abajo en el salón de la televisión estaban Alan en un sillón y Joe en otro. Noté como Joe evitaba mirarme y sinceramente a mí se me caía la cara de la vergüenza. ¿Cómo iba a mirarlo a los ojos sabiendo que hace un rato me tuvo desnuda en sus brazos? Era bochornoso y asqueroso. Ambos estábamos enojados, la tensión se propagaba en el aire a nuestro alrededor. Yo estaba furiosa por su actitud y él estaba furioso por quién sabe qué mierda. ¿Era porque lo había rechazado en la cama? Pues Joe era un imbécil, eso era, un inmundo y peligrosamente sexy imbécil.
Nina apareció con una taza de nachos con queso para empezar con nuestra función y tres latas de cervezas debajo de su brazo.
–Creo que necesitamos más bebidas ahora –indicó Nina sonriendo como toda una chica solazada y mirándonos a Adolph y a mí.
–Yo voy a buscarlas –Adolph se ofreció y salió de la habitación.
Volvió con su cerveza y la mía, obligatoriamente me senté en el tapete a beber un poco de cerveza, pensé en mis padres, quienes no me dejaban beber alcohol, pero ellos ahora no estaban, nadie me impedía hacerlo.
Después de terminar esa cerveza fui por otra, Nina me alcanzó a la cocina.
–Oh no, niña, dijiste que no te dejáramos beber tanto. ¿Debo recordarte que te emborrachas fácilmente? –me dijo Nina al tiempo que me arrancaba la lata de las manos.
Resignada volví a la sala a sentarme sobre el mismo tapete con la taza de nachos en mis piernas.
–Nina –dijo Joe–. ¿Puedes decirle a ______ que me pase los nachos?
Nina con sorpresa en el rostro nos miró a ambos, pasando su mirada de Joe a mí.
–¿Por qué no lo haces tú? –preguntó ella.
–Que te importa –respondió Joe con arrogancia.
Enrojecí de furia.
–Sólo no quiero. Le preguntarás, ¿o no? –continuó Joe.
Caminé hasta el otro sillón y le di los malditos nachos, antes de retirarme lo observé directamente a los ojos con odio.
–Nina, ¿puedes decirle al señor Joe que es un infantil? –concreté hablando en la cara de Joe.
–¡Chicos! –Nina casi gritó–. Si andan de malas busquen a otro mensajero. Yo renuncio, los dos son tontos e infantiles.
–Parece que algunos aquí han tenido algunas peleas, ¿o me equivoco? –se burló Alan.
Volví a mi lugar y la película pasó a ser un segundo plano, lo que ahora pasaba a ser el tema principal era toda la tensión acumulada en el ambiente. La tensión entre Joe y yo.
Esa noche me acosté a dormir en la habitación, no quise permanecer un minuto más con Joe en la misma habitación, tenía ganas de gritarle en la cara lo idiota que pensaba que era.
A mitad de la madrugada desperté con irrefutable angustia ahogada en el pecho, ya no tenía sueño, oí voces en el pasillo, las voces de Adolph y Nick, no logré entender lo que ellos decían así que a hurtadillas me levanté y abrí la puerta dispuesta a saludarlos pero escuché algo que captó mi atención y entrecerré la puerta esperando que no me vieran.
–Nick Fox, ella me lo dijo, desapareces cada noche –le reclamaba Adolph a Nick–. ¿Adónde vas durante la noche?
No escuché respuesta de Nick.
–Dime de dónde sacaste la sangre –combinó Adolph–. No creo que trabajes para los Zephyrs.
–Adolph –profirió Nick–. Sucede que soy un Succubus.
–Podrías habérmelo dicho, sólo ten cuidado, sabes lo peligroso que es que uno de nosotros ande solo. Deberías haberme dicho, es peligroso que andes fuera cada noche. Espero que esto no nos ponga en peligro porque no me gustaría tener que matarte –reprendió Adolph a Nick.
No me matarías, Adolph, no lo harías, pero aun así debo decirte que hago esto desde antes de estar con ustedes. Nunca ha sido un problema.
Escuché un suspiro, de Adolph, supuse.
–Sólo cuídate –advirtió Adolph y lo oí alejarse dando zancadas.
Terminé de abrir la puerta pensando que Nick ya se había alejado pero entonces lo vi recostado de la pared con sus brazos cruzados. Me vio y me sonrió.
–Hola –le saludé después de acercarme–. ¿Llegaste más temprano esta noche?
–¿De qué hablas? –pregunto él–. No estuve en ninguna parte, tan solo estaba en mi habitación.
Me mintió.
Chicas una pregunta les gustaria leer otra novela super buena pero con Kevin .....??
bueno si yo fuera la rayis me desicion es la misma de ustedes me quedaria con los 2 pero q se le va hacer ya veremos q decide la rayis en esta novela todo puede pasar creanme.....
aqui les dejo su tan esperado capitulo espero q les guste.
Chicas muchisimas gracias x sus comentarios son muy bien apreciados
Segunda Parte
No, no pude decirle eso, las palabras se rehusaban a salir.
Lo intenté numerosas veces y por alguna absurda razón no me permitía decirle que no lo deseaba mirando esos perfectos ojos marrones claros deslumbrantes.
¿Por qué no puedo decirlo? ¿Por qué ni siquiera podía pensarlo? ¿Acaso ésa no era la verdad?
Lo más cercano que hice parecido a hablar fue volver a gemir cuando su lengua recorrió nuevamente mi cuello.
–Tomaré eso como un sí, tú sí me deseas –murmuró de vuelta.
Volvió a obligarme a mirarlo, su agarre era firme y doloroso, me miraba al rostro, como si quisiera conocerlo, me exploraba de forma conminatoria. Y ahí estaba yo, debajo de él soportando su peso.
Joe me acarició los labios con las yemas de sus dedos, sus dedos en mis labios incitaban a mi cuerpo a reaccionar impulsivamente, me incliné hacia adelante para atrapar sus labios con los míos, apartó su rostro. Jadeé sintiéndome abatida, me estaba dando por vencida.
Poco a poco levantó mi camisa y me la quitó como un especialista, miró la desnudez de mi abdomen y mi sujetador apretando mis pechos, deslizó mi falda por mis piernas y en un santiamén también se deshizo de esta, exclusivamente estaba mi ropa interior, eran mis últimas prendas restantes. Y sentí sus gruesos Jeans rozando mis piernas, él llevaba toda su ropa encima, si esperaba que yo sé arrancara debía saber que eso no iba a suceder.
Sin embargo mi cuerpo me contradijo, traicionero puto cuerpo, me quejé. Algo incontrolable y desenfrenado me hizo mover mis manos, ansié desaparecer de mi camino su ropa pero al momento en que sintió que mis manos levantaban su camiseta me rechazó, me agarró de las muñecas llevando mis manos a cada costado de mi cabeza, apoyándose en la cama contra mis muñecas para así no cederme movilidad.
Llevó su lengua a mi abdomen, sentí que moriría de placer, su tacto fue tan impactante que me hizo sentir andanadas de adrenalina y mi vientre y mi pecho se ahogaban en revoloteos de nerviosismo. Yo estaba sin aliento.
Aventuró sus manos hasta mi espalda y desabrochó el broche de mi sujetador con más facilidad de lo que yo pudiera haberlo hecho, era todo un experto, también se deshizo de esta prenda en un abrir y cerrar de ojos. Se detuvo a mirar mi rostro y después mi pecho con los ojos ceñidos en llamas. Todo mi cuerpo palpitaba sin saber por qué, volvió a recorrer con su lengua el largo de mi abdomen desde la parte baja de mi vientre hasta la línea entre mis senos, sus manos seguidamente se posaron en la liga de mis bragas, estaba determinado a deshacerse de esta prenda igualmente. En mis remotos denuedos por hacer algo o decir algo me dispuse a reaccionar.
–Joe –sólo pude decir más que eso.
–¿Hmm? –atendió a mí mientras seguía tocándome.
–Joe –seguí susurrando–. Detente Joe, nick va a enfurecerse.
Funcionó. Se paró en seco y me vio a los ojos, los suyos destilaban fuego, ahora su mirada parecía envuelta en ira.
–Bien –dijo él–. Anda a revolcarte con tu noviecito Nick.
Se apartó de mi cuerpo, se puso de pie y salió dando furiosos trancos para finalizar con un portazo al cerrar la puerta del cuarto.
Me dejó sola y desnuda, me envolví entre mis sábanas. ¿Cómo pudo dejarme así? Yo estaba furiosa e inexplicablemente decaída. Francamente fui yo la que le pedí que se marchara pero al menos podía ser un poco más considerado, ¿no? Se fue dejándome desnuda y tan apenada cómo se es posible, me sentía más que avergonzada, sedienta y desnuda, me sentía incluso dolida. Envuelta en mis sábanas me levanté a buscar mi ropa (de Nina) que estaba extendida por todo el suelo de la habitación.
Maldije a Joe en mi mente unas mil veces. Lo maldije porque mi cuerpo tenía todo su olor, porque todavía sentía sus caricias en mi piel, porque había dejado marcas invisibles en cada parte de mi cuerpo, porque pudo saborearme como nadie lo había hecho, porque me hizo gemir de placer, porque era tan sexy que dolía verlo, porque sabía exactamente como hacer las cosas, porque logró dejarme con más sed de la que antes tenía, porque me hizo sentir ese estúpido cosquilleo ahogado dentro de mí, porque era tan orgulloso, patán, presumido y fanfarrón, porque yo no sabía lo que él pensaba de mí, porque dejé que me desnudara, porque se aprovechó de que yo estaba tan sedienta y débil, porque... No podría acabar nunca la lista de porqués: “porque maldecir a Joseph jonas en un momento como ése.” Seguramente Joe también me estaría maldiciendo al mismo tiempo.
Volví a vestirme con mi indumentaria poco conservadora, todavía el rubor en mis mejillas se encendía como una chispa, me senté en la cama a plena oscuridad y observaba la ventana y el balcón con la palpable tentación de huir en busca de sangre.
Allí en mi cama me abracé a mi misma y me cubrí con las sábanas tratando de postergar mi nociva sed y al maldito de Joe quien me había dejado oliendo como él, cerré los ojos viendo como mis pensamientos traicionaban mis sentidos, detrás de mis párpados imaginaba, recordaba y reflexionaba cosas sin concordancia alguna, volví mi mirada hacia mi costado y vi el osito de felpa de Nick, que prácticamente había olvidado que existía cuando Joe me había aventado a la cama, ahora estaba con su carita inocente y sentí que probablemente me miraba con desaprobación acusatoria, casi sentí que era Nick mirándome y culpándome de algo, pues ese afelpado amigo había sido testigo de algo muy personal y que nadie debía saber, mucho menos Nick.
Genial. Pensé con ironía. Ahora mi conciencia me quiere abrumar.
Estuve minutos, horas, quien sabe, con los ojos cerrados mordiendo mis labios, aguantando la abusiva sed que me afligía hasta que otra vez llamaron a mi puerta. Esta vez no abrí, me quedé tumbada en la cama ignorando el golpeteo en la madera, pensando en que no quería arriesgarme a que fuera Joe del otro lado con ganas de más.
–______ –dijo la voz detrás la puerta–. ______, ¿puedo pasar? Soy yo, Nick.
No respondí.
Él abrió la puerta, lo miré con susceptibilidad y desconfianza, cerró la puerta detrás de él con cautela como si tratara de hacer silencio, en sus manos tenía uno de esos vasos térmicos.
–¿Por qué no contestabas? –inquirió Nick sentándose en mi cama.
Me encogí de hombros y supo que no le respondería a eso.
–Te traje sangre –susurró.
–¿De dónde la sacaste?
En respuesta, se encogió de hombros y me ofreció el vaso. Me bebí la sangre con impaciencia, hasta la última gota en fondo y luego relamí mis labios, casi estuve satisfecha.
–Gracias –le agradecí con la mayor honestidad.
Me sesgué para besarlo, no rechazo el beso pero tampoco respondió a él, al percibirlo me aparté en seguida. Lo miré a los ojos reclamando por una explicación.
–Bésame cuando no huelas como Joe –murmuró con un tono de amargura.
Se levantó de la cama y se fue por donde vino con su aparente calma.
–Nick... –vociferé, pero él ya se había marchado.
Sin esa debilidad que me abordaba salí de la habitación para ir a darme un baño de agua tibia y espumosa, debía quitarme el olor a Joe, y él sabor a Joe, y las marcas de su lengua recorriendo mi piel. Cuando lo hice fui en búsqueda de Nick, y no lo encontré en ninguna parte. Era cerca de la medianoche, justo a esa hora solía desaparecer y eso se me hacía muy sospechoso. Tropecé con Adolph en el pasillo.
–¿Dónde se mete ese chico cada noche? –me quejé en voz alta.
Adolph me miró con el rabillo del ojo sonriendo.
–¿Quién? ¿Nick?
–Exacto –afirmé.
–Quien sabe –su mirada cambió al decirlo–. Sólo espero que no esté fuera de casa. Veo que ya te sientes mejor.
–Uh, sí, Nick me dio, ya sabes... –no terminé la frase, no quería que las hermanas escucharan.
–¿Nick te dio más de su sangre? –susurró muy bajo.
Negué.
–No, Nick me dio sangre humana en un recipiente –seguí con los susurros.
–¿Cómo rayos...? –no concluyó su frase, en lugar de eso cambio el tema–. Ven, vamos a ver una película que están dando en el canal 50, Nina y Alan están abajo también.
Abajo en el salón de la televisión estaban Alan en un sillón y Joe en otro. Noté como Joe evitaba mirarme y sinceramente a mí se me caía la cara de la vergüenza. ¿Cómo iba a mirarlo a los ojos sabiendo que hace un rato me tuvo desnuda en sus brazos? Era bochornoso y asqueroso. Ambos estábamos enojados, la tensión se propagaba en el aire a nuestro alrededor. Yo estaba furiosa por su actitud y él estaba furioso por quién sabe qué mierda. ¿Era porque lo había rechazado en la cama? Pues Joe era un imbécil, eso era, un inmundo y peligrosamente sexy imbécil.
Nina apareció con una taza de nachos con queso para empezar con nuestra función y tres latas de cervezas debajo de su brazo.
–Creo que necesitamos más bebidas ahora –indicó Nina sonriendo como toda una chica solazada y mirándonos a Adolph y a mí.
–Yo voy a buscarlas –Adolph se ofreció y salió de la habitación.
Volvió con su cerveza y la mía, obligatoriamente me senté en el tapete a beber un poco de cerveza, pensé en mis padres, quienes no me dejaban beber alcohol, pero ellos ahora no estaban, nadie me impedía hacerlo.
Después de terminar esa cerveza fui por otra, Nina me alcanzó a la cocina.
–Oh no, niña, dijiste que no te dejáramos beber tanto. ¿Debo recordarte que te emborrachas fácilmente? –me dijo Nina al tiempo que me arrancaba la lata de las manos.
Resignada volví a la sala a sentarme sobre el mismo tapete con la taza de nachos en mis piernas.
–Nina –dijo Joe–. ¿Puedes decirle a ______ que me pase los nachos?
Nina con sorpresa en el rostro nos miró a ambos, pasando su mirada de Joe a mí.
–¿Por qué no lo haces tú? –preguntó ella.
–Que te importa –respondió Joe con arrogancia.
Enrojecí de furia.
–Sólo no quiero. Le preguntarás, ¿o no? –continuó Joe.
Caminé hasta el otro sillón y le di los malditos nachos, antes de retirarme lo observé directamente a los ojos con odio.
–Nina, ¿puedes decirle al señor Joe que es un infantil? –concreté hablando en la cara de Joe.
–¡Chicos! –Nina casi gritó–. Si andan de malas busquen a otro mensajero. Yo renuncio, los dos son tontos e infantiles.
–Parece que algunos aquí han tenido algunas peleas, ¿o me equivoco? –se burló Alan.
Volví a mi lugar y la película pasó a ser un segundo plano, lo que ahora pasaba a ser el tema principal era toda la tensión acumulada en el ambiente. La tensión entre Joe y yo.
Esa noche me acosté a dormir en la habitación, no quise permanecer un minuto más con Joe en la misma habitación, tenía ganas de gritarle en la cara lo idiota que pensaba que era.
A mitad de la madrugada desperté con irrefutable angustia ahogada en el pecho, ya no tenía sueño, oí voces en el pasillo, las voces de Adolph y Nick, no logré entender lo que ellos decían así que a hurtadillas me levanté y abrí la puerta dispuesta a saludarlos pero escuché algo que captó mi atención y entrecerré la puerta esperando que no me vieran.
–Nick Fox, ella me lo dijo, desapareces cada noche –le reclamaba Adolph a Nick–. ¿Adónde vas durante la noche?
No escuché respuesta de Nick.
–Dime de dónde sacaste la sangre –combinó Adolph–. No creo que trabajes para los Zephyrs.
–Adolph –profirió Nick–. Sucede que soy un Succubus.
–Podrías habérmelo dicho, sólo ten cuidado, sabes lo peligroso que es que uno de nosotros ande solo. Deberías haberme dicho, es peligroso que andes fuera cada noche. Espero que esto no nos ponga en peligro porque no me gustaría tener que matarte –reprendió Adolph a Nick.
No me matarías, Adolph, no lo harías, pero aun así debo decirte que hago esto desde antes de estar con ustedes. Nunca ha sido un problema.
Escuché un suspiro, de Adolph, supuse.
–Sólo cuídate –advirtió Adolph y lo oí alejarse dando zancadas.
Terminé de abrir la puerta pensando que Nick ya se había alejado pero entonces lo vi recostado de la pared con sus brazos cruzados. Me vio y me sonrió.
–Hola –le saludé después de acercarme–. ¿Llegaste más temprano esta noche?
–¿De qué hablas? –pregunto él–. No estuve en ninguna parte, tan solo estaba en mi habitación.
Me mintió.
Chicas una pregunta les gustaria leer otra novela super buena pero con Kevin .....??
ElitzJb
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
awwww Joe es un idiota insensible se pasa :(
Pobre rayita
Y que es succubus???
Nick es tan lindo no creo que sea malo o si??
Tienes que seguirla!!!
P.D. A mi si me gustaria que subieras la nove de kevin yo la leiria :)
Pobre rayita
Y que es succubus???
Nick es tan lindo no creo que sea malo o si??
Tienes que seguirla!!!
P.D. A mi si me gustaria que subieras la nove de kevin yo la leiria :)
aranzhitha
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
andreita escribió::cherry:andreita escribió:no me gusta la nove ¬¬
aaaaaaaaa mentiras me encanta
lo que no me gsuta qes que joe se acosto con otra :$
sigueeee
ME ASUSTASTE¡¡¡
HAHA COMO NO PUEDE GUSTARLE A ALGUIEN SI ESTA BUENISIMA:D
berenice_89
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