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Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
aranzhitha escribió:
awww me encanto
a mi tambien me daria miedo esas brujas
owww Nick es tan sexy y el si la quiere o no???
y Joe que engreído es a veces pero sexy
pero no entiendo hay un triangulo amoroso entre la rayiz, Joe y Nick???
porque yo me quedaría con los dos
joe en casi toda la novela es asi de engreído, vanidoso, sexy, odioso, etc
y bueno alli hay un triangulo amoroso pero tranquis mas adelante veras como todo se transforma y sip ya subire el otro capitulo
muchas grtacias x los comentarios y x leer la nove
ElitzJb
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
Parte 2
Fin del mini maraton 2-2
El rubor en mi cara era notable y hacia arder mi rostro, sentí la presión de mi estómago avergonzado.
–No sabía... Lo siento –tartamudeé completamente desapacible.
Comencé a cerrar la puerta de vuelta pero él me contuvo.
–¿Por qué no te quedas? –sugirió con la más persuasiva de las sonrisas.
¡Oh por Dios no!
Mi maldito corazón no dejaba de latir con apresuramiento asombroso y yo sabía que Joe podía percibirlo.
En una milésima de segundo me rodeó la cintura con sus brazos, metiéndome a la fuerza en el cuarto de baño y cerrando la puerta conmigo dentro. Mi respiración era discontinua y esporádica.
–Podemos bañarnos juntos –propuso Joe.
No lo pensé, no iba pensar en eso, claro que no. ¿Qué clase de proposición era esa?
Sabiendo que mi corazón latía exasperado sobre el pecho de Joe quise retirarme lo más antes posible, sin embargo, me fue imposible porque aquellos gruesos y musculosos brazos me aprisionaban contra un cuerpo rígido y sanguinariamente sugestivo. Me revolví inútilmente en sus brazos tratando de zafarme.
–¿Estás borracho? –pregunté, fue lo único que me vino a la mente en aquel segundo.
–Oh sí, lo estoy –respondió él de forma atemorizante y graciosa.
¿De verdad lo estaba?
En ese momento ni siquiera podía pensar nada lo suficiente como para darme cuenta de que Joe no había bebido nada desde la última vez que yo lo había hecho, es decir, desde la noche anterior.
Y yo nunca sabía cuando Joe hablaba en serio y cuando no, porque todo se lo tomaba con el mismo sentido del humor.
–No me mientas –repuse nerviosa.
–Pero claro que estoy borracho. ¿Que no ves lo que estoy haciendo? –me apretó mas fuerte contra él.
Pareció muy lógico por un instante.
–Pues suéltame, borracho –impugné.
Joe sonreía sin parecer estar ebrio en absoluto.
Negó con la cabeza.
Acarició mi cabello de forma sensual.
Un minuto más y pasaría algo de lo que luego estaría arrepentida.
–¿Entonces qué? ¿Nos bañamos juntos? –repitió él con esa sonrisita curvada en sus labios.
Estaba jugando conmigo, adiviné por fin, me quería engañar haciéndose pasar por un chico ebrio para ver que tal reaccionaba yo ante sus encantamientos sin los efectos del alcohol de por medio. Wow eso fue un razonamiento rápido y admisible.
Yo también podía jugar con él, ¿no? Claro que podía. Desde el fondo de mi ser saqué lo mas seductor que tenía y actué igual a él, con voz sensual le dije: –ay Joe, ahora no. Es muy temprano para eso.
Él ya sabía que ambos estábamos jugando el mismo juego. Contuvo su carcajada.
–Hmmmm... Eso suena interesante... ¿Esta noche entonces? –se mordió los labios esperando mi respuesta.
–Claro, esta noche, por supuesto –le acaricié el pecho con mis dedos.
Eso sí que me mantuvo sonrojada, y por alguna estúpida razón yo no tenía ninguna intención de apartar las manos de su pecho.
–Me parece bien. Entonces es una cita para esta noche, acá en este baño, para un par de borrachos como tú y yo –prorrumpió al cabo de morder mi oreja y me dejó libre. Pude zafarme de sus brazos con alivio. Logré lo que quería, que era quitármelo de encima.
Lo de la cita de la noche era algo que ambos sabíamos que no era cierto, solo jugábamos, ¿verdad?
Tímida como nunca me escapé de ese lugar tan rápido como la luz. Al estar afuera sabía que estaba pálida, todavía llevaba la ropa de Nina colgando en una mano y mi corazón seguía exacerbado, me horroricé cuando una sonrisilla se curvó en la comisura de mis labios.
Nina apareció de repente en el pasillo con su mochila al hombro y una cara adormilada. Me vio cerrar la puerta detrás de mí.
–¿Ya utilizaste el baño? –me apartó de la puerta para abrirla.
–¡No...! –protesté muy tarde.
Ella abrió la puerta y vio a Joe mirándola con sus brazos cruzados en el pecho y aún con la toalla resguardando sus caderas. Nina también se sonrojó y cerró la puerta tan rápido como pudo. Entrecerró los ojos mientras me observaba directamente como preguntándose algo. Imaginándose algo. Algo que probablemente yo sabía lo que era, parecía obvio que yo saliera del baño donde había un chico con mediana desnudez y luego estuviera sonriendo como idiota. Espero que no lo malinterprete, pensé avergonzada. La mirada de ella pasó a estar llena de picardía. Para mi alivio no me dijo una sola palabra, se limitó irse caminando hasta el otro sanitario al final del pasillo.
Después de haber hallado otro cuarto de baño en el piso de abajo me coloqué una falda de Nina de color rosa, con un top pegado al cuerpo y acompañado de mis únicos zapatos, los tacones negros. Peiné mi cabello en mucho tiempo que llevaba sin pasarme la más mínima manito y salí a encontrarme con los chicos. Yo estaba famélica y hambrienta, de sangre por supuesto. Aunque debía admitir que ya extrañaba la comida humana.
Eran alrededor de las 10:00 am, las hermanas brujas no habían aparecido, pero unas dos asistentas habían llegado, una de ellas nos preparó un desayuno formidable y la otra se paseaba de aquí para allá limpiando la mansión.
Fue un día lleno de tensión, debíamos evitar las conversaciones sobre cualquier cosa que nos involucrara con vampiros, evitar nuestros instintos y contener nuestra sed. Aunque estas tres mujeres no aparecieron durante todo el día, pero debíamos tener precaución, Adolph nos recordaba que las paredes podían escuchar, y mucho más si se trataban de paredes de una mansión de hechiceras. Al final, en presencia o no de las tres mujeres, conseguimos salir de fiesta esa noche, no sin antes hacerme escuchar una larga charla de como cazar con precaución, por favor. Somos vampiros malvados. ¿Quién necesita precaución?
A pesar de la distancia enorme que nos separaba de la ciudad llegamos sin problemas a una celebración, los dulces dieciséis de una chica llamada Lucy, nadie sabía quién era ella, aun así figurábamos en la lista, esas eran las ventajas de ser uno de nosotros. La fiesta estaba bastante encendida, la música, los tragos, el ambiente, a comparación con la fiesta para estirados de la última vez. La gente aglomerada en la pista de baile hacia difícil el movimiento, hacía frío pero todos ellos sudaban acalorados por la sofocación de las personas, por el roce de sus cuerpos con todos los de las personas que bailaban, por el rudo ejercicio que implica bailar, por lo caliente que estaba la situación y por que el espacio parecía muy reducido cuando le agregabas un montón de adolescentes alocados y borrachos, no podía faltar aquellas parejas besándose y toqueteándose escondidas en los rincones. Mis amigos parecían sentirse como pez en el agua, yo también, hace menos de un año casi todas mis amigas estaban envueltas en sus dulces dieciochos y yo asistí a un sinnúmero de de fiestas como tal. Sólo quedaba divertirse y luego terminar de bebernos la sangre de aquellos chicos. La música tan alta hacía vibrar mi pecho en mi interior, el olor alcohol ya me había mareado, aunque no tanto como el olor de la sangre y la carne fresca de todos esos detractados humanos, a eso se le agregaba mi sed desbocada que urgentemente necesitaba ser saciada, pero debía estar en el banco de la paciencia porque aún no era el momento, así que halé a Nick mientras caminábamos para que se quedara conmigo por mi problemilla de "vampira salvaje descontrolada a la vista", le pedí que nos sentáramos y lo hicimos en una de las mesas vacías, escondí mi cara entre su pecho, venteé aquella sutil fragancia a colonia masculina, una diferente a la de Joe pero igual de buena, por un segundo él vaciló sobre lo que yo estaba haciendo pero luego se dio cuenta, yo necesitaba aislar mi olfato de toda esa provocativa comida (humanos). El cuerpo de nick se sentía frío, perfecto para mí, una amante del clima frío y las bajas temperaturas, su aroma me llenaba hasta lo más profundo, su mirada estaba puesta en mí y sus brazos me envolvieron inesperadamente.
No vi a Joe acercarse porque mi cara estaba en el pecho de Nick , pero pude olfatearlo mientras él se acercaba, lo que me permitió imaginármelo andando con esos aires engreídos, su cara y su cuerpo de perdonavidas, su manera específica de moverse, sus músculos tensándose, su sonrisa blanca con colmillos asomados disimuladamente, su cabello negro enmarañado ligeramente, su mirada con aquellos juguetones ojos marrones claros, su...
Sentí su mano en mi hombro desnudo, sentí que se me helaba la piel cuando me tocó, y transfirió una buena dosis de adrenalina a mi interior. Saqué mi cara del traje de Nick para mirarle a Joe que seguía con su mano en mi hombro. Ya veía venir sus indirectas machistas, sus comentarios atorrantes, su característica de patán, su voz presumiendo la chica que estaba a punto de echarse, no me apetecía escuchar aquello así que mi mirada fue dura cuando me volví a verlo. Sorpresivamente me dijo sin asomos de borrachera y con su más hermosa sonrisa:
–¿Quieres bailar? –parpadeé tantas veces como pude, tratando de comprender lo que eso significaba.
¿Qué pasó con los ultrajes? ¿Con aquello de presumirme en la cara algo que ni siquiera me importaba, las indirectas, los comentarios morbosos? ¿Quieres bailar? Eso sonaba tan calmado, tan distinto a Joe, y me sacó de onda como un balde de agua fría. Estaba más preocupada dándole vueltas al asunto de que me había invitado a bailar que por responderle, y como yo no le decía nada me enganchó ambas manos y me sacó del regazo de nick para trasladarme a la pista de baile, sonaba un fresco hip hop electro, Joe puso sus manos alrededor de mi cintura y yo espontánea, distraída e involuntariamente rodeé su cuello con mis brazos, entablamos un baile, nuestros cuerpos se tocaban plenamente, estábamos tan juntos que no podía sentirme más cerca jamás de alguna persona, nuestras piernas se entrelazaban mientras nos movíamos, su olor me atraía con abundancia, clavé mi mirada en su rostro, primero en sus ojos, luego en sus labios, sin poder ignorar lo cerca que estaban y tampoco la sensación de sus manos puestas en mi cintura y atrayéndome hacia él cada vez más. No iba a negar que mis movimientos eran sensuales, ésa es mi forma de bailar, sensual y provocativa, movía los labios simulando cantar la canción directo en el rostro de Joe, como si cada palabra que decía se la estuviera escupiendo en la cara a él sin importar su significado, sólo nos divertíamos como cualquier par de chicos que bailaba, él sonreía al verme, tenía los ojos clavados en algún punto de mi cara, no podría decir que era exactamente lo que miraba, no miraba mis ojos y tampoco pasaba por distraído mirándome la cara completamente, meramente tenía la vista recta en algún punto como si intentara no verme sin tener que desviar la mirada. Tampoco pude ignorar la sensación del roce de su cuerpo, ni el calor corporal que sublimaba.
La canción acabó. Se apartó de mí al mismo momento y soltó casi una pequeña carcajada antes de dejarme marchar casi con alivio. Mi sonrisa se desdibujó al percatarme de no podía interpretar nada de lo que él hacía, o decía o insinuaba. Él me llevó de vuelta a la mesa con nick y se marchó sonriendo sin decir nada.
No había ni una gota de sudor en mi cuerpo, sólo por eso mi maquillaje estaba intacto, pero me dolían los pies, llevaba días utilizando zapatos altos, lo cual me mantenía adolorida. Al sentarme junto a Nick él me besó, me dio repetitivos besos cortos, cedí por ese sabor tan grato y la suavidad de aquellos suculentos labios fastuosos.
Desde la mesa vi la actividad, empecé a creer que nick era un chico aburrido, Nina estaba bailando con Alan, Adolph conversaba con una chica en la barra, Joe bailaba descontrolado con más de cinco chicas a la vez mientras que nick no se movió de la mesa durante toda la noche, por lo tanto yo me quede con él observando cómo tomaba cocteles y bebidas, mientras yo me limitaba a beber agua y soda, la mala experiencia me había hecho aprender, no me quedaban ganas de volver a beber de nuevo, al menos no por un tiempo, pero a medida que la noche avanzaba sentía que cada vez perdía más el control y que ni siquiera el olor de Nick podía desviar mi atención de toda esa sangre que esperaba por mí.
nick miró su reloj.
–Ya es hora –me dijo–. Ve por ellos.
Casi sonreí de alegría. Visité con la vista cada rincón cercano del lugar a ver si encontraba a un chico guapo para seducir y luego beber su deliciosa y tibia sangre fresca.
Lo encontré, había un chico rubio de ojos bonitos recostado a una pared bebiendo de una botella de cerveza, sabía cómo acercarme con la perfecta determinación y audacia, caminé de forma sensual hasta el chico, parecía una perfecta víctima allí solo en ese rincón, con su bonito pelo cayéndole en el rostro, su saludable corazón latiendo para mí, y sus adorables ojos viéndome como una gatito embobado. Lo tengo, pensé.
–Hola, caballero –le saludé de cerca, tracé la línea de su mandíbula tensa con mi dedo índice, tal como lo haría una dama de esas promiscuas que aparecen en televisión, el chico estaba nervioso, podía sentirlo.
–¿Quieres tomar algo? –me ofreció entre dientes el joven después de tomar otro trago de su bebida.
–¡Oh no! Prefiero estar a solas con este apuesto hombre –era fácil seducirlo, parecía pequeño como la presa perfecta.
–¿Por qué no? ¿A dónde quieres ir? –interpeló.
–¿Qué tal por allá? –señalé la noche en las afueras de la zona, allá en el jardín del lugar, donde había una piscina rodeada de flores y antorchas clavadas al suelo, un ambiente demasiado romántico para beber sangre pero al fin y al cabo iba a morderle el cuello. Mis pensamientos dieron un vuelco de inmediato y me pregunté repentinamente si Joe en ese preciso instante estaría acostándose con su próxima víctima, él solía hacerlo. Yo no iba a hacer eso, por supuesto que no.
Seducción empezaba a parecer una hermosa palabra, era la palabra que saciaba mi sed al menos.
Tentación era la palabra más odiosa para mí en cualquier momento, la tentación muchas veces es más fuerte que la fuerza de voluntad y es por eso que cuando muerdes la manzana te destierran del paraíso. Primero placer y luego miseria.
Y yo seguía convirtiéndome en el ser más repulsivo. ¿Cómo podía parecerme tan placentero hacer el mal? ¿Asesinar gente a diestra y siniestra? Cada vez que lo recordaba cerraba los ojos y mordía mi labio hasta sentir dolor.
El chico rubio fue atraído por mí, la tentación. Lo encaminé hasta la parte trasera de los arbustos donde nadie podía observarnos, él parecía muy cómodo. Nos devoramos la boca con aquellos besos y mordidas, mi lengua recorrió su boca con sabor a cerveza, mis labios se colmaron de un placer incoloro y desteñido, pero lo único que a mí me apetecía era tener su sangre, únicamente eso, mi cuerpo temblaba por la necesidad de aquello, sólo un poco de dulce sangre caliente llenando mi boca, era todo lo que deseaba, incluso me sentía muy débil debido al hambre, hambre de sangre lógicamente, la necesitaba a diario, delirantemente necesitaba eso para mantenerme. El joven que me besaba ganó aprovecharse también de la situación tocándome las piernas y la espalda con lujuria. Descontroladamente lo besé deseando singularmente su sangre, y lo obtuve, mis dientes rompieron sus labios y detuve mi beso para saborear la calidez de la roja sangre, el sabor atestado de placer y remordimiento, pasé mi lengua por su labio roto esperando tragarme toda la sangre posible.
Sólo un poco más, pensé cerrando los ojos con fuerza cuando el más inadvertido dolor cruzó mi estómago, apreté mis ojos con más fuerza al sentir como me franqueaban punzadas dolorosas por todo el abdomen. Abrí los ojos sin saber lo que sucedía para descubrir al chico rubio con una navaja enterrada en mi abdomen. Mi boca se abrió por los intentos de quejarme aunque sólo salió un gemido poco audible.
–Muere, cría de vampiro –espetó riéndose al tiempo que sacaba su arma del interior de mi cuerpo deslizándola fuera de mi abdomen y perforado vestido.
–¿Qué demonios...? –hablé con muchísima dificultad.
:affraid: hay y ahora q pasara con la rayis ......???
bueno lamento dejarlas con la intriga :roll:
es posible q mañana las saque de dudas okis
q tal les parec la nove.....???????
ElitzJb
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
pero que mala que eres :evil:
como la dejas asi :(
Omg que le va a pasar a la rayiz
Nick la salvara o sera Joe???
Oow me encanta Nick es muy lindo :arre:
Si Joe me hubiera dicho a mi que si nos bañavamos juntos yo le hubiera dicho que si
Vamos siguela
como la dejas asi :(
Omg que le va a pasar a la rayiz
Nick la salvara o sera Joe???
Oow me encanta Nick es muy lindo :arre:
Si Joe me hubiera dicho a mi que si nos bañavamos juntos yo le hubiera dicho que si
Vamos siguela
aranzhitha
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
SIIIIIII.. QUE DEMONIOOOOSSS!!!!!
AAAII PON OTROOOOO
AAAII PON OTROOOOO
chelis
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
haha me mato cuando joe le dijo "podemos bañarnos juntos" hehe en serio que ese hombre es lo maximo
berenice_89
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
me encanta la nove!!!!!!!!!!
aunque no entiendo a joe :/
y la rayis que le van a ahcer????
sigue prfavor
aunque no entiendo a joe :/
y la rayis que le van a ahcer????
sigue prfavor
andreita
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
hola chicas agradezco sus comentarios me alegra q la novela les guste
y les gustara mas cada vez q coloque capitulos esta es una novela muy larga pronto le are un maraton okis para q sean felices y descubran mas cosas acerca de todos los personajes las quiero mucho x ser fieles y muy lindas lectoras :D
les dejo Capitulo nuevo puede ser q ahora mas tarde les coloque otro si me da tiempo ok.
no las interrumpo mas disfruten el capitulo
El chico se limpió la sangre de la boca mientras yo llevaba mis manos a mi herida.
–¡Qué asco! He besado a un vampiro –escupió.
–Qué raro, yo te vi disfrutándolo –indiqué con mi voz ronca y entonación de una adolorida chica.
Con los ojos entreabiertos fijé mi mirada en su cara, no contuve mi mueca de dolor profundo, él, de manera tosca me tomó de las muñecas, di una ojeada a mis manos ensangrentadas y él en ese instante deslizó fuera de su bolsillo del pantalón un par de esposas, de forma inadvertida permití que cerrara uno de los aros en una de mis muñecas pero en lo que intentó enganchar mi otra mano di un fuerte tirón que hizo tambalearse al humano. ¡Y sorpresa! El inofensivo humano estaba muy bien armado, a la velocidad de un rayo se movió para apuntarme la cabeza con una pesada arma de fuego. Desistí de respirar al sentir el frío del metal y el peso de la pistola en mi frente.
–¿Qué te parece esto? ¿Cazador cazado? –susurró este individuo.
–No puedo creer que haya besado a un fanático cazador de vampiros –no pude ocultar la dolencia en mi voz.
–También lo has disfrutado, nena –descansó sus labios en mi cuello y se ayudó con su mano libre para intentar llevar mis manos detrás de mi espalda pero me reí ante sus intentos. No lo logró, le di un golpe con el codo bien ensamblado en las costillas.
–Ayy, zorra –se encogió de dolor, por último me soltó las manos–. ¿Quieres ponérmelo difícil entonces?
¿Qué debo hacer? me interrogué. ¿Tengo que huir corriendo o enfrentarme contra él? aún siendo mortal tenía provecho de la pistola que estaba apuntando en mi cabeza, sin pecar de ignorancia sabía que podía matarme. Pero inclusive con esa arma parecía ser más indefenso que yo, y mi hambre ahora se sentía tan dolorosa y excedida que no estaba segura de contener un par de mordidas que estaban por presentarse.
Sentí luego un fuerte golpe a un costado de mi cabeza, percibí la humedad de un caliente líquido empapando mi cara, mi sangre goteando desde la herida hecha por impacto del arma.
–Sucio –lo desprecié intentando no soltar lágrimas.
Mis labios también se llenaron de mi sangre, le di una lamida a la superficie de mi boca y el sabor de mi sangre encendió algo en mí, la sed se avivó, una fuerza garrafal se acrecentó desde mis adentros haciéndome brincar a su cuello y lo mordí. Lo agredí con una mortal mordida y como era de esperarse una bala se escapó, yo estaba tendida en el suelo con el cazador debajo de mí, bebí su sangre, él se revolcaba tratando de hacerme más daño, yo soportaba un dolor terrible en el tobillo debido a que la bala que se desbandó me había dado justo allí, aunque la sangre del mortal me hacía sentir más fuerte.
Escuché pasos aproximándose, no eran de una sola persona, eran muchas, y de todas partes se manifestaron chicos y chicas asediándome, dejé inconsciente al cazador al que estaba mordiendo, sin estar segura de si había muerto o no, me alcé casi soltando las lágrimas por el dolor que me causó erguirme con el tobillo magullado.
–Oh por Dios, la vampira mató a Charlie –gritó una chica que venía junto con su pandilla.
Esos escuincles, la mayoría jóvenes, me apresaron colocándose en círculo a mi alrededor, atiné a que eran los amiguitos de Charlie, se me ocurrió que podrían ser cazadores también.
Uno de esos chicos corrió hacia a mí, era más grande que yo, de contextura enorme y cuerpo fornido, grande como un oso, tal vez alcanzaba mas de los dos metros de altura, sentí mucho miedo cuando se avecinó. Vi en sus ojos las ambiciones de matarme, no podía correr a ninguna parte, ellos estaban a mi espalda, a mis costados, delante de mí, por todas partes; estuve muy segura de que yo sola no podría con todos ellos, eran demasiados para mi sola. El tipo gigante me atrapó, consiguió sostener mis manos detrás de mi espalda reteniéndome. También era un tipo corpulento y macizo, yo no pude moverme siquiera un poco. Me remolcaron hasta el lugar más oscuro y más remoto del jardín, me liquidarían.
–Oh querida, no debiste hacerle daño a nuestro amigo –habló una femenina voz.
–Morirás por jugar con fuego –el hombre gigante que me tenía atrapada sostenía una estaca de madera apuntándome en el pecho.
–Suéltenme o podrían tener el mismo destino que su amigo Charlie –amenacé, aunque por mi lastimosa voz llena de pánico supe que mi amenaza no funcionaría.
El hombre gigante negó con la cabeza.
–No, no, no. Mira como tiemblo –me provocó. Él sabía que ahora yo estaba más indefensa que ellos–. ¿Qué vas a hacer? ¿Morderme?
Fruncí el ceño sintiéndome pequeña, lastimada, molesta, con ganas de llorar.
–Por monstruos como tú soy tan infeliz, matan todo a su paso, se han llevado todo lo que alguna vez he querido, ¿y algunos de ustedes siguen creyendo que son del bando de los buenos? –me balbuceó ese tipo a la vez que cargaba su pistola con balas absolutamente plateadas.
Prensé los dientes.
Cerré los ojos cuando vi el arma de fuego adosándose con velocidad a mi cara. Recibí otro golpe directo en mi pómulo. Fui lo suficientemente fuerte para no llorar.
–Deberías estar feliz de que no podemos matarte ahora por toda la gente que está allá en la fiesta. Pero... No celebres aún porque la fiesta de cumpleaños está por terminar, pronto los invitados tendrán que salir del lugar y te incineraremos viva. Es una lástima que seas linda porque luego del inesperado incendio no quedarán más que tus cenizas, amiga mía –puso su arma dentro de mi boca.
Sus amigos cazadores estaban detrás de él con los brazos cruzados sobre el pecho, me miraban con odio.
Mi cuerpo se inclinó hacia adelante, instintivamente solté una mordida, iba a atrapar su cuello pero el tipo se reclinó hacia atrás y me sujetó de los hombros.
–Oooohh, tranquila, cuidado con los dientes –se burló riéndose.
Nuevamente traté de morder pero fue infructífero, de súbito el hombre irritado regresó la pistola dentro de mi boca.
No tardó en amanecer, la música cesó de sonar, los sonidos dentro del salón murieron. Había llegado mi hora. El cazador desertó de apuntarme con su arma y pidió un encendedor a uno de sus compañeros. Lo encendió y me lo aproximó a la cara, sentí el calor de cerca, podía oler el gas y divisar el desagrado del fuego contiguo a mi rostro. Ellos estaban dispuestos a destruirme, como si hubieran ido a esa reunión con el único propósito de asesinarme. Tenían armas, estacas, ballestas, pistolas... Fuego.
Un joven superficialmente de menor edad que yo se acercó a mí con una botella de plástico, cuando la destapó mi olfato se atestó de un penetrante aroma a combustible... Gasolina.
Aterrorizada me moví para ponerme de pie y salir corriendo y el dolor en mi tobillo no fue lo único que me reprimió de poder levantarme, también el hombre grande me había azotado nuevamente contra el suelo con su intrépida rudeza.
El chico de la botella se aproximó más, vació la botella de gasolina en mi cabello y yo cerré los ojos sintiendo el frío líquido escurriéndose por mi cuerpo. Mi cabello mojado se adhería a mi piel.
No podía pensar en nada, sólo quería llorar, no quería imaginarme la espantosa forma en la que moriría. Mi cuerpo temblaba y mis ojos se llenaron de humedad, sin llorar, ni una lágrima. El cazador de vampiros que tenía delante de mí sostuvo en sus dedos el mechero con fuego, sólo debía acercarlo a mí para terminar hecha carbón.
Vacilé, casi con una sonrisa delineada en mi rostro soplé aire y la pequeña llama se extinguió. Ellos se rieron de mí.
–¡Vaya! Sí que quieres jugar, linda vampiro –redimió uno de ellos.
Sabía que eso no iba a funcionar pero me ayudaba a ganar tiempo.
Ahora cada segundo me parecía valioso, sólo ahora que mi vida estaba por terminarse.
Vi mi salvación iluminada por la tenue luz del creciente amanecer, Joe emergió corriendo, corría hacia a mí con los ojos impresos en ese mechero apagado.
Los cazadores se volvieron hacia Joe sin dar ninguna muestra de sorpresa. El más guapo de los vampiros, Joe, se aproximó a la caterva de cazadores de vampiros.
–¿Ya la tienen? –indagó el mismísimo Joe. Palidecí, mi corazón se paralizó.
¿Joe estaba de acuerdo?
–Sí, Joe. Aquí está –refutó el grandulón apartándose de mi camino para que Joe me viera.
Joe me prestó atención, yo estaba empapada de combustible y probablemente ensangrentada, después de fruncir el ceño miró sus uñas con mucha quietud y calma.
–Adiós mundo cruel –dije con una resignación burlona. ¿Cómo pude ponerle gracia a mis últimos minutos de vida?
–¿Van a quemarla ahora? –persistió Joe interrogando.
–Sí, Joe, estamos perdiendo tiempo –se quejó con voz mortificada una chica.
–Podrían haberme avisado –protestó Joe.
–Te vimos ocupado –habló el grandulón–. Ahora, ¿podemos proseguir?
Joe apaciblemente acomodó su corbata de lazo antes de hablar.
–Me pregunto... –espetó Joe–. ¿Tenían ustedes idea de que esta chica es mi amiga?
–Joe. ¿De qué estás hablando? –una chica de cabello corto se acercó a él hablándole como si estuviera segura de que Joe estaba bromeando.
–La chica vampiro, es mi amiga.
–¿No estarás pensando en dejar con vida a esta sanguijuela? Ha matado a Charlie –el grandulón se puso de pie frente a Joe.
–Lo sé, ha matado a Charlie, pero ella es mi amiga, y no sólo ella, también unos cuantos vampiros más, y no sólo eso, yo también he matado a unos cuantos como ustedes. Ahora déjenla en paz porque no quiero tener que usar la fuerza bruta, o los colmillos –Joe expuso esos enormes y filosos colmillos mostrando su deslumbrante sonrisa.
–Puto imbécil –gritó el grandulón lanzando un golpe empuñando una estaca. Antes de que el arma de madera pudiera tocar a Joe, él alcanzó a detener al hombre gigante tomándolo por la muñeca.
–Buen intento –oí decir a Joe.
Me levanté para echarme a correr y más de cinco cazadores se aventaron sobre de mí. Me tenían agarrada de los brazos y yo no podía evitar soltar mordidas de un lado a otro sin éxito en herir a nadie.
–Raúl, libera a mi amiga antes de que yo me malee de ser tan bueno, puedo hacerles mucho daño –la amenaza de Joe fue tan cruda y real que me congeló los huesos incluso a mí.
Lanzaron sobre mí el líquido combustible de otra botella. El grandulón Raúl se volvió hacia a mí con el encendedor en sus manos, mostrándome como se acercaba con el fuego. Me encogí asustada como una niña, pero yo era la mala en este asunto, no debía mostrar debilidad, puse mi cara más ruda.
A pesar de la situación yo estaba feliz porque Joe no había estado de acuerdo con mi asesinato doloroso, a contramano, venía a salvarme la vida. Gracias al cielo.
Como Raúl le había dado la espalda a Joe no pudo ver cuando Joe lo asechaba para atacarlo. Él le clavó los colmillos en el hombro y Raúl gritó dejando caer el encendedor y la pequeña llama se disolvió.
Sonreí con malicia, estaba extrañamente feliz, hasta que el resto de los cazadores se lanzaron sobre Joe como perros salvajes. Eso me asustó pero no lo manifesté.
Los movimientos de Joe rebosaban en agilidad, fue tan rápido como un gato, despidió algunos golpes que casi dejaban sin conocimiento a sus "amigos" cazadores. Los chicos adoloridos terminaron en el suelo.
–Pueden huir ahora. Les estoy dando ventaja –susurró Joe desafiante.
Pude reírme con ganas cuando todos ellos se fugaron espantados, corrieron hacia la salida del lugar con toda la cobardía que pudieron revelar, dejaron a su amigo Raúl tirado revolviéndose en el suelo adolorido por la mordida de Joe.
–Es tuyo –Joe me echó una sonrisa al hablar, señaló con la mirada a Raúl–. Puedes beberte toda su sangre si te apetece.
Fue entonces cuando comprendí lo que había asustado a los cazadores, había más vampiros. Nina, Adolph, Alan y nick venían caminando con placidez.
–¡Hey! eso no es justo –gritó Nina–. Nunca me dejas ninguna víctima a mí, ¿ahora le darás a ella el postre?
–No, el postre lo tendrá cuando lleguemos a casa –rebatió Joe sonriendo malintencionadamente.
Observé a la criatura humana revolviéndose de dolor. Cerré los ojos lamentándome desde lo más hondo de ser inevitablemente la asesina que era. Hice que mis sentidos se dejaran llevar, me lancé sobre el enorme hombre y como sentía cierto desagrado hacia su persona me limité a morderlo en la muñeca y bebí hasta que me sentí satisfecha.
Destruimos todas las pistas que pudieran revelar nuestra condición de "Súper villanos".
En el castillo de Deadly Hall nos esperaban tres hechiceras sentadas en la sala principal.
–¿Dónde estuvieron? –curioseó una de las trillizas.
–Salimos de fiesta. Ustedes entienden –no tardó en responder Joe.
–Sólo queríamos divertirnos un rato –alegó Adolph en tono de disculpa.
–¿Cómo esperan que les brindemos protección si se la pasan saliendo toda la noche? Si quieren nuestra ayuda deberían colaborar –reprochó la hechicera.
–No siempre nuestros poderes pueden alcanzarlos, al parecer fueron lejos porque no logré localizarlos. No lo vuelvan a hacer, no sin nuestro consentimiento –rebatió otra de las réplicas góticas sentada en sofá.
Yo había lavado ya el combustible de mi cuerpo y cubría mi rostro bajo la sombra de la capucha de un sweater que me dio Alan para ocultar mis heridas ante las cazadoras hechiceras.
La habitación se llenó de un inesperado humo que salía de alguna parte y las tres mujeres desaparecieron en un haz de luz.
puede ser posible q en la noche suba mas capitulos ok
y les gustara mas cada vez q coloque capitulos esta es una novela muy larga pronto le are un maraton okis para q sean felices y descubran mas cosas acerca de todos los personajes las quiero mucho x ser fieles y muy lindas lectoras :D
les dejo Capitulo nuevo puede ser q ahora mas tarde les coloque otro si me da tiempo ok.
no las interrumpo mas disfruten el capitulo
Capítulo 6: Primera Parte
Súper Villanos
Súper Villanos
El chico se limpió la sangre de la boca mientras yo llevaba mis manos a mi herida.
–¡Qué asco! He besado a un vampiro –escupió.
–Qué raro, yo te vi disfrutándolo –indiqué con mi voz ronca y entonación de una adolorida chica.
Con los ojos entreabiertos fijé mi mirada en su cara, no contuve mi mueca de dolor profundo, él, de manera tosca me tomó de las muñecas, di una ojeada a mis manos ensangrentadas y él en ese instante deslizó fuera de su bolsillo del pantalón un par de esposas, de forma inadvertida permití que cerrara uno de los aros en una de mis muñecas pero en lo que intentó enganchar mi otra mano di un fuerte tirón que hizo tambalearse al humano. ¡Y sorpresa! El inofensivo humano estaba muy bien armado, a la velocidad de un rayo se movió para apuntarme la cabeza con una pesada arma de fuego. Desistí de respirar al sentir el frío del metal y el peso de la pistola en mi frente.
–¿Qué te parece esto? ¿Cazador cazado? –susurró este individuo.
–No puedo creer que haya besado a un fanático cazador de vampiros –no pude ocultar la dolencia en mi voz.
–También lo has disfrutado, nena –descansó sus labios en mi cuello y se ayudó con su mano libre para intentar llevar mis manos detrás de mi espalda pero me reí ante sus intentos. No lo logró, le di un golpe con el codo bien ensamblado en las costillas.
–Ayy, zorra –se encogió de dolor, por último me soltó las manos–. ¿Quieres ponérmelo difícil entonces?
¿Qué debo hacer? me interrogué. ¿Tengo que huir corriendo o enfrentarme contra él? aún siendo mortal tenía provecho de la pistola que estaba apuntando en mi cabeza, sin pecar de ignorancia sabía que podía matarme. Pero inclusive con esa arma parecía ser más indefenso que yo, y mi hambre ahora se sentía tan dolorosa y excedida que no estaba segura de contener un par de mordidas que estaban por presentarse.
Sentí luego un fuerte golpe a un costado de mi cabeza, percibí la humedad de un caliente líquido empapando mi cara, mi sangre goteando desde la herida hecha por impacto del arma.
–Sucio –lo desprecié intentando no soltar lágrimas.
Mis labios también se llenaron de mi sangre, le di una lamida a la superficie de mi boca y el sabor de mi sangre encendió algo en mí, la sed se avivó, una fuerza garrafal se acrecentó desde mis adentros haciéndome brincar a su cuello y lo mordí. Lo agredí con una mortal mordida y como era de esperarse una bala se escapó, yo estaba tendida en el suelo con el cazador debajo de mí, bebí su sangre, él se revolcaba tratando de hacerme más daño, yo soportaba un dolor terrible en el tobillo debido a que la bala que se desbandó me había dado justo allí, aunque la sangre del mortal me hacía sentir más fuerte.
Escuché pasos aproximándose, no eran de una sola persona, eran muchas, y de todas partes se manifestaron chicos y chicas asediándome, dejé inconsciente al cazador al que estaba mordiendo, sin estar segura de si había muerto o no, me alcé casi soltando las lágrimas por el dolor que me causó erguirme con el tobillo magullado.
–Oh por Dios, la vampira mató a Charlie –gritó una chica que venía junto con su pandilla.
Esos escuincles, la mayoría jóvenes, me apresaron colocándose en círculo a mi alrededor, atiné a que eran los amiguitos de Charlie, se me ocurrió que podrían ser cazadores también.
Uno de esos chicos corrió hacia a mí, era más grande que yo, de contextura enorme y cuerpo fornido, grande como un oso, tal vez alcanzaba mas de los dos metros de altura, sentí mucho miedo cuando se avecinó. Vi en sus ojos las ambiciones de matarme, no podía correr a ninguna parte, ellos estaban a mi espalda, a mis costados, delante de mí, por todas partes; estuve muy segura de que yo sola no podría con todos ellos, eran demasiados para mi sola. El tipo gigante me atrapó, consiguió sostener mis manos detrás de mi espalda reteniéndome. También era un tipo corpulento y macizo, yo no pude moverme siquiera un poco. Me remolcaron hasta el lugar más oscuro y más remoto del jardín, me liquidarían.
–Oh querida, no debiste hacerle daño a nuestro amigo –habló una femenina voz.
–Morirás por jugar con fuego –el hombre gigante que me tenía atrapada sostenía una estaca de madera apuntándome en el pecho.
–Suéltenme o podrían tener el mismo destino que su amigo Charlie –amenacé, aunque por mi lastimosa voz llena de pánico supe que mi amenaza no funcionaría.
El hombre gigante negó con la cabeza.
–No, no, no. Mira como tiemblo –me provocó. Él sabía que ahora yo estaba más indefensa que ellos–. ¿Qué vas a hacer? ¿Morderme?
Fruncí el ceño sintiéndome pequeña, lastimada, molesta, con ganas de llorar.
–Por monstruos como tú soy tan infeliz, matan todo a su paso, se han llevado todo lo que alguna vez he querido, ¿y algunos de ustedes siguen creyendo que son del bando de los buenos? –me balbuceó ese tipo a la vez que cargaba su pistola con balas absolutamente plateadas.
Prensé los dientes.
Cerré los ojos cuando vi el arma de fuego adosándose con velocidad a mi cara. Recibí otro golpe directo en mi pómulo. Fui lo suficientemente fuerte para no llorar.
–Deberías estar feliz de que no podemos matarte ahora por toda la gente que está allá en la fiesta. Pero... No celebres aún porque la fiesta de cumpleaños está por terminar, pronto los invitados tendrán que salir del lugar y te incineraremos viva. Es una lástima que seas linda porque luego del inesperado incendio no quedarán más que tus cenizas, amiga mía –puso su arma dentro de mi boca.
Sus amigos cazadores estaban detrás de él con los brazos cruzados sobre el pecho, me miraban con odio.
Mi cuerpo se inclinó hacia adelante, instintivamente solté una mordida, iba a atrapar su cuello pero el tipo se reclinó hacia atrás y me sujetó de los hombros.
–Oooohh, tranquila, cuidado con los dientes –se burló riéndose.
Nuevamente traté de morder pero fue infructífero, de súbito el hombre irritado regresó la pistola dentro de mi boca.
No tardó en amanecer, la música cesó de sonar, los sonidos dentro del salón murieron. Había llegado mi hora. El cazador desertó de apuntarme con su arma y pidió un encendedor a uno de sus compañeros. Lo encendió y me lo aproximó a la cara, sentí el calor de cerca, podía oler el gas y divisar el desagrado del fuego contiguo a mi rostro. Ellos estaban dispuestos a destruirme, como si hubieran ido a esa reunión con el único propósito de asesinarme. Tenían armas, estacas, ballestas, pistolas... Fuego.
Un joven superficialmente de menor edad que yo se acercó a mí con una botella de plástico, cuando la destapó mi olfato se atestó de un penetrante aroma a combustible... Gasolina.
Aterrorizada me moví para ponerme de pie y salir corriendo y el dolor en mi tobillo no fue lo único que me reprimió de poder levantarme, también el hombre grande me había azotado nuevamente contra el suelo con su intrépida rudeza.
El chico de la botella se aproximó más, vació la botella de gasolina en mi cabello y yo cerré los ojos sintiendo el frío líquido escurriéndose por mi cuerpo. Mi cabello mojado se adhería a mi piel.
No podía pensar en nada, sólo quería llorar, no quería imaginarme la espantosa forma en la que moriría. Mi cuerpo temblaba y mis ojos se llenaron de humedad, sin llorar, ni una lágrima. El cazador de vampiros que tenía delante de mí sostuvo en sus dedos el mechero con fuego, sólo debía acercarlo a mí para terminar hecha carbón.
Vacilé, casi con una sonrisa delineada en mi rostro soplé aire y la pequeña llama se extinguió. Ellos se rieron de mí.
–¡Vaya! Sí que quieres jugar, linda vampiro –redimió uno de ellos.
Sabía que eso no iba a funcionar pero me ayudaba a ganar tiempo.
Ahora cada segundo me parecía valioso, sólo ahora que mi vida estaba por terminarse.
Vi mi salvación iluminada por la tenue luz del creciente amanecer, Joe emergió corriendo, corría hacia a mí con los ojos impresos en ese mechero apagado.
Los cazadores se volvieron hacia Joe sin dar ninguna muestra de sorpresa. El más guapo de los vampiros, Joe, se aproximó a la caterva de cazadores de vampiros.
–¿Ya la tienen? –indagó el mismísimo Joe. Palidecí, mi corazón se paralizó.
¿Joe estaba de acuerdo?
–Sí, Joe. Aquí está –refutó el grandulón apartándose de mi camino para que Joe me viera.
Joe me prestó atención, yo estaba empapada de combustible y probablemente ensangrentada, después de fruncir el ceño miró sus uñas con mucha quietud y calma.
–Adiós mundo cruel –dije con una resignación burlona. ¿Cómo pude ponerle gracia a mis últimos minutos de vida?
–¿Van a quemarla ahora? –persistió Joe interrogando.
–Sí, Joe, estamos perdiendo tiempo –se quejó con voz mortificada una chica.
–Podrían haberme avisado –protestó Joe.
–Te vimos ocupado –habló el grandulón–. Ahora, ¿podemos proseguir?
Joe apaciblemente acomodó su corbata de lazo antes de hablar.
–Me pregunto... –espetó Joe–. ¿Tenían ustedes idea de que esta chica es mi amiga?
–Joe. ¿De qué estás hablando? –una chica de cabello corto se acercó a él hablándole como si estuviera segura de que Joe estaba bromeando.
–La chica vampiro, es mi amiga.
–¿No estarás pensando en dejar con vida a esta sanguijuela? Ha matado a Charlie –el grandulón se puso de pie frente a Joe.
–Lo sé, ha matado a Charlie, pero ella es mi amiga, y no sólo ella, también unos cuantos vampiros más, y no sólo eso, yo también he matado a unos cuantos como ustedes. Ahora déjenla en paz porque no quiero tener que usar la fuerza bruta, o los colmillos –Joe expuso esos enormes y filosos colmillos mostrando su deslumbrante sonrisa.
–Puto imbécil –gritó el grandulón lanzando un golpe empuñando una estaca. Antes de que el arma de madera pudiera tocar a Joe, él alcanzó a detener al hombre gigante tomándolo por la muñeca.
–Buen intento –oí decir a Joe.
Me levanté para echarme a correr y más de cinco cazadores se aventaron sobre de mí. Me tenían agarrada de los brazos y yo no podía evitar soltar mordidas de un lado a otro sin éxito en herir a nadie.
–Raúl, libera a mi amiga antes de que yo me malee de ser tan bueno, puedo hacerles mucho daño –la amenaza de Joe fue tan cruda y real que me congeló los huesos incluso a mí.
Lanzaron sobre mí el líquido combustible de otra botella. El grandulón Raúl se volvió hacia a mí con el encendedor en sus manos, mostrándome como se acercaba con el fuego. Me encogí asustada como una niña, pero yo era la mala en este asunto, no debía mostrar debilidad, puse mi cara más ruda.
A pesar de la situación yo estaba feliz porque Joe no había estado de acuerdo con mi asesinato doloroso, a contramano, venía a salvarme la vida. Gracias al cielo.
Como Raúl le había dado la espalda a Joe no pudo ver cuando Joe lo asechaba para atacarlo. Él le clavó los colmillos en el hombro y Raúl gritó dejando caer el encendedor y la pequeña llama se disolvió.
Sonreí con malicia, estaba extrañamente feliz, hasta que el resto de los cazadores se lanzaron sobre Joe como perros salvajes. Eso me asustó pero no lo manifesté.
Los movimientos de Joe rebosaban en agilidad, fue tan rápido como un gato, despidió algunos golpes que casi dejaban sin conocimiento a sus "amigos" cazadores. Los chicos adoloridos terminaron en el suelo.
–Pueden huir ahora. Les estoy dando ventaja –susurró Joe desafiante.
Pude reírme con ganas cuando todos ellos se fugaron espantados, corrieron hacia la salida del lugar con toda la cobardía que pudieron revelar, dejaron a su amigo Raúl tirado revolviéndose en el suelo adolorido por la mordida de Joe.
–Es tuyo –Joe me echó una sonrisa al hablar, señaló con la mirada a Raúl–. Puedes beberte toda su sangre si te apetece.
Fue entonces cuando comprendí lo que había asustado a los cazadores, había más vampiros. Nina, Adolph, Alan y nick venían caminando con placidez.
–¡Hey! eso no es justo –gritó Nina–. Nunca me dejas ninguna víctima a mí, ¿ahora le darás a ella el postre?
–No, el postre lo tendrá cuando lleguemos a casa –rebatió Joe sonriendo malintencionadamente.
Observé a la criatura humana revolviéndose de dolor. Cerré los ojos lamentándome desde lo más hondo de ser inevitablemente la asesina que era. Hice que mis sentidos se dejaran llevar, me lancé sobre el enorme hombre y como sentía cierto desagrado hacia su persona me limité a morderlo en la muñeca y bebí hasta que me sentí satisfecha.
Destruimos todas las pistas que pudieran revelar nuestra condición de "Súper villanos".
En el castillo de Deadly Hall nos esperaban tres hechiceras sentadas en la sala principal.
–¿Dónde estuvieron? –curioseó una de las trillizas.
–Salimos de fiesta. Ustedes entienden –no tardó en responder Joe.
–Sólo queríamos divertirnos un rato –alegó Adolph en tono de disculpa.
–¿Cómo esperan que les brindemos protección si se la pasan saliendo toda la noche? Si quieren nuestra ayuda deberían colaborar –reprochó la hechicera.
–No siempre nuestros poderes pueden alcanzarlos, al parecer fueron lejos porque no logré localizarlos. No lo vuelvan a hacer, no sin nuestro consentimiento –rebatió otra de las réplicas góticas sentada en sofá.
Yo había lavado ya el combustible de mi cuerpo y cubría mi rostro bajo la sombra de la capucha de un sweater que me dio Alan para ocultar mis heridas ante las cazadoras hechiceras.
La habitación se llenó de un inesperado humo que salía de alguna parte y las tres mujeres desaparecieron en un haz de luz.
puede ser posible q en la noche suba mas capitulos ok
ElitzJb
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOHHHH!!!!
ESTUVOOO!!!!!
CERCAAAAAA!!!!!!!
AAII PON OTRO PORFAAA
ESTUVOOO!!!!!
CERCAAAAAA!!!!!!!
AAII PON OTRO PORFAAA
chelis
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
wow¡¡¡¡me encanto el cap....y estoi encantda con la idea del maraton¡¡
berenice_89
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
aww me encanto ya decia yo que Joe la salvaria es tan sexy y pobre rayiz casi muere, por cierto no podre comentar tanto por que ya entre a la escuela pero no creas que te libraras de mi no, no a quie me tendras asi que siguela!!!!
aranzhitha
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