Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)

OOOOOOOOOOOHHH ESE JOOOOEEEE!! NOS AAAMAAAAAA!!!!!
AAAII ESE MALDITO VAMPIROO COMO LES HACE ESOOOOO!!!!!
AAAII TIENES QUE SEGUIRLAA MIRA QUE YA QUIERO SABER QUE MAS PAASAAA

pobrecito de mi joe!!!!
no es justo
y que malvado ese edmond..como me chocaaaaa
pero van a salir verdad???
dime que siii
siguela pronto plissssssssssssss

DanieladeJonas escribió:y luego dices que no eres mala....si nos dejaste peor que antes!!! hahaha sabes que es broma!!si eres la mejor del mundo por estar subiendo una novela tan increible!!! I LOVE YOU!!! sigo en shock por el maraton!!! estoy asi O.O dios peo que onda con ese Edmond?!! ahhh pero lo mejor es que Joe ya dijo que la ama!!! fue mi parte favorita!! y que luego le dice que lo repita mil veces!!! awwww casi muero de amor yo hahaha nono tienes que seguirla pronto porfavor si no te juro que yo muero!! si la van a obligar que se casen? y que malos no dejan que se toquen!!! hay ya ves como me dejas hahaha ok ya te dije como toda una biblia solo te suplico que la sigas pronto!!!

me encanto tu comentario ....
I LOVE YOU!!! a ti tambien :risa:
poco a poco me querras mas x los maratones q tengo pensado hacer mas adelante....
no mentira si tengo pensado hacer maraton pero mas adelente ...... aunq esta novela es laaaaaaaaaaaaarga
por favor no te mueras xq me quedare sin 1 lectora no es justo ......


chicas gracias x sus comentarios adoro cada comentario q hacen los leeo tooooooooodos y cada uno
déjenme decirles q estoy muy agradecida con ustedes x leer la nove son un gran apoyo :)

y si chicas edmon es un sucio nada mas les adelanto q la acción apenas comienza
se daran cuenta de quien es quien en realidad en esta nove y creo saber q ustedes saben x quien lo digo......
como todo nada es color de rosas cadad vez el capitulo sera mejor q el anterior se los aseguro ;)

:D

hahaha ok ok prometo resistir un poco mas...pero como que cada capitulo sera mejor que el anterior?? hahaha en serio quue te encanta dejarnos bien emocionadas!!! ahh siempre me dejas con esta intriga!!! ya quiero leer!!! :bounce:

PORFIIISSS NO PUEDOOO RESISTIR MUCHOOOO

a mi me encantooo el minimaraton
y joe la ama
me enanto esa parte

oye tengo una duda: QUE ES LOQ UE ELLOS ROMPIERON QUE CODIOGo?
ME PERDI AHI

:D

SIGUELA

andreita escribió:a mi me encantooo el minimaraton
y joe la ama
me enanto esa parte

oye tengo una duda: QUE ES LOQ UE ELLOS ROMPIERON QUE CODIOGo?
ME PERDI AHI

el código q rompieron ellos por transformar a la rayis sin permisos de los vampiros mayores
los mayores deberían matar a la rayis y a sus amigos por romper ese código de leyes vampiricas ........

ya les subo capitulo nuevo no desesperen

OKIISSS

siii siguela!!!!!!

Segunda Parte de:
Transylvania

–No tienes idea de las ganas que tengo de besarte –me dijo.
¡Uff! Por su puesto, yo sentía la mismas ganas de devorar sus labios, pero... ¿Por qué tenía que decirme ese tipo de cosas? ¿Acaso no sabía que hacía que me fundiera como una barra de chocolate en un horno microondas?
–Joe... ¿Cuando dijiste que siempre me quisiste para ti te referías a: desde la noche del baile de mascaras?
Para mi sorpresa él negó con la cabeza.
–La primera vez que te vi estabas cumpliendo quince. Estabas en tu fiesta, estabas tan hermosa, haciéndote mujer, tan coqueta, tan ardiente. Pensé que eras ingenua e inocente –confesó Joe–. Aunque luego supe que no era así, pero siempre me gustó tu lado oscuro.
–¿Todo ese tiempo estuviste allí? ¿Tú sabías de mí desde hace 4 años y yo ni siquiera tenía idea de tu existencia? –murmuré atónita.
–He estado enamorado de ti desde la primera vez que te vi, pero nunca me acerqué a ti porque descubrí que eras despiadada y caprichosa. Siempre estuve merodeándote, sé perfectamente quien eres tú ________ Eve Moore –musitó Joe–. Tu vanidad, tus caprichos. Te dedicabas a humillar a cada ser que se interponía en tu camino. Recuerdo aquel día en los juegos inter-escolares de tu secundaria cuando besaste a Brad, el chico que era novio de tu amiga, la destrozaste, la hiciste sufrir y te reíste luego. Sin embargo ese lado tuyo siempre me ha gustado, pero yo cazaba en esos tiempos y sabía que no me convenía andar con una chica como tú. Eras tan malvada, ¿y por qué? Simplemente nunca te entendí, lo tenías todo, la mejor ropa, autos, chicos, belleza, ¡tu familia te amaba! eras tan envidiada, todo era tuyo, tenías todo lo que te apetecía.
–Todo menos a ti –proferí.
Y Joe estaba en lo cierto, él sabía quién era yo realmente, siempre tan malvada, despiadada, sanguinaria. Eso era lo que yo había sido. Me escondía tras mi cara inocente y hacía daño a todos, ¿y por qué? Había algo que hacía falta en mi vida, no sabía lo que era pero su ausencia me hacía sentir vacía, a pesar de todo el amor que me daban yo estaba vacía. Y ahora me seguía preocupando estar vacía, Edmond lo había dicho: "ninguno de ellos te importa, sólo quieres verlo a él." En lo más profundo de mi ser sentía que Joe me llenaba tanto que no podría querer a nadie más, como si todo mi corazón le perteneciera y no existiera lugar para alguien más, eso me tenia absolutamente frustrada, estaba tan enamorada, ilusionada, pero ¿por qué? ¿Por qué con Joe? ¿Cómo pasó todo esto? Me pregunté.
La culpa me estaba destruyendo, todo era cierto, Joe tenía razón, siempre tuve ese lado oscuro dentro de mí, oculto detrás de una máscara, él realmente me conocía, ¿y aun así me amaba? Conociendo la cara negra de mí ser, sabiendo que yo no era la que aparentaba, y él me amaba así, le gustaba lo que yo era. No obstante me costaba creer que él estaba sintiendo lo mismo que yo. Lo mío era tan diferente, tan posesivo, nunca antes me había sentido de esa forma, porque no era simple atracción, ni amor de chicos , ni un crush de verano, era más bien como si Joe me perteneciera y yo él. Confesarme a mi misma que lo amaba fue incluso más difícil que confesárselo a él, estaba negada a creer que posiblemente me había obsesionado con Joe.
–No te sientas mal –musitó Joe–. Yo tampoco he sido demasiado bondadoso.
–No te conozco lo suficiente.
–Sí me conoces –replicó.
–No lo creo, tu pasado... Eras un cazador, hacen el bien, ¿por qué entonces dices que no eras tan bondadoso? –escudriñé.
Sus facciones se suavizaron antes de hablar, oí su respiración y la sentía de cerca.
–Yo sólo era cazador para vengar la muerte de mi familia, pero no es lo que parece... Ellos murieron por mi culpa –Joe parecía querer continuar pero se interrumpió a sí mismo y el silencio reinó nuevamente.
–No lo entiendo, ¿por qué sería tu culpa? –indagué.
Joe estuvo callado por mucho tiempo, me daba miedo romper el silencio, su mirada era fría y compenetrada.
No me responderá. Supuse.
Me dolió que se negara a hablarme de sí mismo. ¿No confiaba en mí? Mi corazón dio vuelco, mi pecho dolió.
–Ha sido suficiente –intervino una severa voz a mis espaldas.
Era Liam que giraba en su dedo un aro del que colgaba esa llave dorada y antigua. Su reflejo se contemplaba en todas partes, entonces no podría decir dónde se encontraba él realmente. Miré a Joe con angustia, preocupada por dejarlo solo.
–Anda, vete –concretó Joe impetuosamente.
Me levanté del suelo y le di la espalda a Joe para irme, caminé directo hasta la puerta abierta alzando ligeramente la falda del vestido para no pisarla.

El hermano de Edmond me condujo hasta el dormitorio blanco por segunda vez.
Allí dentro batallé con el corsé que me estaba matando y pude respirar cuando me deshice de él.
Durante todo el día me mantuvieron encerrada en el mismo dormitorio bajo llave, los ventanales estaban sellados y bloqueados, haciendo imposible poder escapar u observar algo del lado de afuera, pero podía atender al sonido de la lluvia del exterior, cosa que me hizo relajarme profundamente.

La siguiente mañana una mucama humana llevó a mi cama un desayuno caliente con un poco de sangre y al pie del colchón colocó un traje al que no presté atención, pero a través de la bolsa transparente que lo envolvía vi que era de color rosado claro, casi blanco.
–Edmond quiere que uses este traje para hoy –habló la mucama con vocecita tímida y turbada.
La joven salió del cuarto y escuché cuando volvió a cerrar con llave desde afuera.
El aroma de las tostadas francesas atiborró la habitación, pero antes de comer o beber aparté la comida a un lado y salí de mis sábanas. El traje era un corto vestido en color rosa pálido, parecía absolutamente costoso, y en mi mesita de luz esta vez había joyas, una gargantilla en color plateado, un anillo, aretes y una pulsera con... No puede ser, ¿esos son diamantes?
Sentí que si usaba su ropa y joyas me estaría vendiendo al diablo o firmando un peligroso contrato, me negué hacerlo, mordisqueé un poco de tostadas y bebí el resto de la sangre.

Después de horas liam irrumpió al dormitorio.
–¿Por qué no te has colocado el vestido? –departió él, su tonalidad no dejaba de emanar amargura.
–Porque no lo haré.
liam dio algunas zancadas en dirección a mí, su semblante se endureció.
–No me pagan por hacer esto –se quejó para sí mismo antes de dirigirse a mí–. Escúchame, creo que preferirías colocarte la ropa, al menos que quieras que yo lo haga coactivamente.
A pesar de que sentí miedo no iba a permitirme comportarme como una tonta asustada.
–¿Qué vas a hacer? ¿Me golpearás? Pues eres un poco hombre –lo repudié–. Si, debí imaginar que eras homosexual.
Los ojos de liam se encendieron como llamas, apretó sus puños, se aproximó hacía a mí andando pesadamente, me hubiera gustado saber lo estaba pensando, a mi parecer quería matarme, pero no podía estar segura.
–Lo diré una última vez. ¿Vas a vestirte o lo hago yo? –dijo.
Está bien, yo lo haré, pensé para mí misma.
Liam sonrió.
–Así me gusta. Si no fuera porque Edmond me pidió que trate bien te hubiera cortado la cabeza, pequeña perra –me insultó.
Dije mil maldiciones en mi cabeza, si él podía leer mentes pues sabría que lo estaba mandando al infierno.
–Voy a esperarte del lado de afuera de la puerta –farfulló y se marchó.
Con las manos temblorosas por la furia me desvestí para colocarme el vestido, era corto y sensual. Me coloqué las joyas y salí de la habitación, la puerta estaba abierta y liam me esperaba.
Una vez más me llevó a ver a Joe, fue una tortura, queríamos tocarnos, abrazarnos, besarnos y estábamos limitados, si yo lo tocaba le harían mucho daño, aún tenía ese dispositivo en su tobillo. Él estaba más herido que el día anterior, cuando se suponía que a ésas alturas ya sus heridas debían de haber sanado, no quería imaginarme lo que le hacían pero me destrozaba verlo así.

Día y noche transcurrieron sucesos similares, me encerraban, me trataban como una reina, me daban lujos, ropa costosa, joyas, comida a la cama, liam no se atrevía a tocarme un cabello, y era torturada psicológicamente, puesto que durante esos varios días veía a Joe una vez al día sin poder tocarlo, viendo como cada día estaba más lastimado físicamente, y pasábamos nuestro tiempo conversando, básicamente diciendo tonterías, charlando como.... Amigos o novios tal vez. Ninguno de los dos sabíamos nada sobre el resto de los chicos desde hacía días. Quizás había pasado una semana, la verdad no tenía noción del tiempo, pero me tenía muy preocupada seguir en esas condiciones, me estaba volviendo loca con tan solo unos días de tortura, pensaba en escapar pero debía sacar a Joe de su encierro y buscar al resto del grupo, pues sabía que estaba rodeada de asesinos potenciales.

–Esto es horrible, es una tortura –le susurré a Joe.
Estaba en mi visita diaria con Joe, estábamos en la habitación de los espejos, hacía tanto frio que parecía el interior de un refrigerador. Joe estaba a mi lado, sentado tan cerca que parecía imposible no rozarnos. No me cansaba de mirarlo, pero tenía siempre la tentación de tocarlo, sobre todo cuando lo veía sonreír, y tocarse, y cuando hacía esos gestos graciosos cada vez que hablaba, cuando me miraba con esos hipnotizadores ojos, cuando su ropa se apegaba a su cuerpo a causa de tensaba sus músculos, ¡Dios Santo! Me moría por besar ese lunar que tiene a un lado del mentón y sentir el raposo vello diminuto de su barbilla cuando me besaba, quería tener sus manos en mi piel, veía la vena sobresaliente en su cuello con total deseo y quería que sus dientes penetraran en mi garganta. Esto es terrible, me quejé en mi mente.
–Da igual –resopló Joe–. Ya es suficiente tortura cuando no estás aquí. Me basta con sólo mirarte.
No quería imaginarme lo que le hacían cuando yo no estaba, porque él se veía cada vez más apaleado y frágil.
–¿Has bebido algo de sangre? –inquirí preocupada.
–No, nada desde que me trajeron aquí –negó él.
¿Cómo pueden torturarlo así? Me dije.
Le habría ofrecido mi sangre pero sería inútil, no podíamos tocarnos.
Sin saber que responder me quedé callada, Joe hizo lo mismo, dejó de mírame, posó su vista en sus manos, no podía escuchar nada más que nuestras respiraciones y nuestros latidos. Al cabo de innumerables minutos corté súbitamente ese silencio.
–¿En qué piensas? –le pregunté con curiosidad.
–En mi hermano –respondió–. Soy un maldito, ¿cómo pude matarlo? Era mi única familia, lo único que me quedaba, ahora no tengo a nadie –su voz sonaba tan quebradiza. ¿Iba a llorar?
Lo escuché tragar saliva y maldecirse a sí mismo.
–Yo lo siento mucho, ha sido mi culpa –me culpé.
–¿Qué? ¿Estás loca? –Joe giró y me miró directo a los ojos–. Mira, yo sé que te dije que tenías la culpa pero no es así, yo soy el único culpable. ¡Dios! Soy una bestia, no debes creer todo lo que digo, no hago más que herir a la gente, siempre he sido tan malo amando.
–Pero eres muy buen amante –lo animé. Lo vi sonreír.
–Siempre sabes cómo levantarme el ánimo. Te quiero, chica diabólica.
–¿Chica diabólica? –cuestioné y alcé mi ceja mientras le regalaba una sonrisa-. Lo tomaré como un cumplido.
–Oh sí, lo es –me respondió y me coqueteó con un guiño.
¿Me pregunto cómo puede ser tan atractivo?
Entonces recordé que no podíamos seguir así, no podíamos continuar más tiempo con esa tortura, necesitábamos escapar.
–Joe, tenemos que salir de aquí, debemos huir.
–No seas ilusa, no podemos contra esos despiadados monstruos, ellos son muy poderosos –respondió desesperanzado.
Antes de poder responder Joe empezó a gritar adolorido y empezó a convulsionar lanzado en el suelo.
¿Qué está pasando? Me pregunté horrorizada.
¡Santo cielos! Era el dispositivo, le estaban mandando descargas eléctricas. ¡Pero si ni siquiera nos tocamos! No tenía la menor idea de que hacer, me causaba temor tocarlo, no sabía cómo detener su dolor y estaba aterrorizada, presa del pánico al verlo sufrir.
–¡Joe! ¿Qué sucede? –chillé consternada.
Después de unos segundos Joe dejó de gritar y se quedó inmóvil tendido en el suelo, su pecho crecía y se encogía cuando respiraba impaciente, aún estaba haciendo esa mueca de radical dolor, tenía los ojos cerrados y apretados, los labios fruncidos y el rostro enrojecido.
–¿Qué te han hecho? Yo no te he tocado. ¿Qué clase de enfermos son Edmond y su hermano? –reflejé toda mi angustia en mi voz, de hecho estaba por sollozar pero me contuve.
Entonces escuché el chillido de la puerta de madera gigante al abrirse a mis espaldas. Joe jadeaba y lanzaba cortos gemidos de dolor.
–Joe, ¿estás bien? Dime algo por favor.
–Vete, es hora de que te vayas –jadeó con lastimosa voz.
Joe intentó volver a sentarse y noté que todo su cuerpo fluctuaba.
Sin mirar hacia atrás sentí una fuerte presencia a mis espaldas, como si alguien me observara. Instintivamente me volví hacia la puerta y en medio del umbral de madera vi a nuestra posible salvación.

–¡Oh Darius! Dime que viniste a sacarme de aquí –articulé al verlo ahí de pie con su atípica ropa antigua y palidez mortal.
–¿De qué hablas? –interrogó Joe recuperándose.
–Darius ha venido a sacarnos de este lugar –musité.
Darius se adentró en el salón.
–¿Quién? –dijo Joe llevando una de sus manos a su frente.
–Él es Darius Ross, el chico del que te he hablado.
–¿Te sientes bien? –preguntó Joe poniéndose de pie.
–Sí, lo estoy –dije extrañada–. ¿Por qué lo preguntas?
–Por nada –balbuceó.
–______, salgan de aquí –indicó Darius–. La zona está despejada.
–Vámonos, Joe. Hay que salir de este lugar –proferí.
Joe sacudió la cabeza de forma negativa.
–Si salimos de aquí me atraparan y van a cortarme en pedacitos –murmuró Joe.
–Joe, no hay nadie afuera, es nuestra oportunidad para irnos –insistí.
–No, _____, esto no va a funcionar –replicó.
–Por favor Joe, ¿desde cuándo eres tan cobarde?
–Esto es por ti, ¡no quiero que nada te pase! –alzó la voz en tonalidad firme e insistente.
–No va a pasarme nada, y a ti tampoco, confía en mí, Darius va ayudarnos –continué.
Joe guardó silencio y me miró como si no quisiera rendirse. Suspiró con frustración.
–____, no hay ningún Darius –explicó de forma calmada–. Aquí sólo estamos tú y yo.
Largué un resoplido burlón.
–¿Qué quieres decir? –cuestioné.
–Bien, yo entiendo que te sientas un poco alterada, algunas veces solemos ver algunas cosas... –Joe daba rodeos sin llegar al meollo del asusto–. Tu amigo Darius no está acá.
–¡Joe, él es Darius! –alcé mi voz y señalé a Darius que estaba a mi lado.
Joe negó con la cabeza.
–No hay nadie, no hay ningún Darius –reiteró de manera calmada.
¿Qué rayos está diciendo? No lo entiendo, pensé.
Miré a Darius con expresión alucinada.
Ahí estaba él, por supuesto que estaba allí.

continuara......

:D PORFIISSS