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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
me faciinaaarooonnn
aaiii ese joe es un maaangoteeeeee!!!!
jejeje siguela porfiiiiss
aaiii ese joe es un maaangoteeeeee!!!!
jejeje siguela porfiiiiss
chelis
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
ERES IDIOTA O QUE JOE??
SABES QUE LA AMAS PERO NO ADMITES
ASHHHHHH MEJOR QUE SE QUEDE CON NICK...HEHE
SABES QUE LA AMAS PERO NO ADMITES
ASHHHHHH MEJOR QUE SE QUEDE CON NICK...HEHE
berenice_89
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
SEGUILAAAAAA :bounce:
Invitado
Invitado
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
nos tienes abandonadas :(
no ves que estamos sufriendo sin capi?
siguela pronto porfis!!
no ves que estamos sufriendo sin capi?
siguela pronto porfis!!
DanieladeJonas
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
si las dejes abandonadas discúlpenme
pero aqui estoy de nuevo
Cuando desperté nick quiso hablarme en privado.
–¿Cómo te fue anoche? –inquirió mirándome reclinado en una pared con sus manos en sus bolsillos.
Aclaré mi garganta antes de hablar.
–Estuvo bien –balbuceé con timidez–. Pero no fue tan divertido.
–Entonces me supongo que no ha de ser muy bueno en la cama –soltó con aparente calma.
–nick... Joe y yo no... –empecé a mentir.
–Sí, sigue mintiendo, pero no vas a engañarme, ______–nick se acercó a mí y me rodeó con fuerza aprisionándome contra su caja torácica–. No quiero saber lo que hicieron, tampoco me importa. El asunto es que... Tú eres mía, ________ –jamás lo oí hablar tan posesivo–. No quiero que estés mas con él, no voy a permitirte que vuelvan a estar juntos, no te permitiré que estén a solas, no quiero que salgan juntos, no quiero que te toque, ni que ponga uno de sus dedos sobre tu piel.
Repetí sus palabras en mi mente. Él quiere prohibirme estar con Joe. Qué buena broma, nick no tenía derecho de prohibirme nada en absoluto. Aunque quizás podía tratar de entenderlo, tal vez se sentía traicionado por mi parte.
–Mira yo... Te demostraré que no pasa nada entre Joe y yo, pero será sólo porque yo quiero –le respondí hablando con mis labios cercanos a los suyos.
nick sin decir nada y sosteniendo la mirada me robó un beso de mis labios.
A media tarde me encontraba a solas con Alan, ambos hacíamos chistes sobre cualquier cosa que mirábamos en la televisión y discutíamos entre risas.
–¿Y ya te decidiste? –preguntó espontáneamente Alan al tiempo que rastreaba algún tentempié en el refrigerador.
–¿Qué? –inquirí sin entender.
–Ya sabes, sobre lo que estabas pensando hace dos minutos.
Fruncí el ceño y lo miré confusa.
–¿De qué hablas? –bebí un trago de soda.
–Sobre Joe, y nick. Eso estabas pensando hacía dos minutos atrás –me respondió sin rodeos.
Casi escupí la soda que estaba bebiendo.
–¿Cómo sabes que estaba pensando eso? –balbuceé entre una oleada de asombro.
–Digamos que a veces indago en las mentes de los demás –contestó él.
–¿Lees mentes?
–Sí, escucho los pensamientos de las personas –afirmó–. Después de todo soy hijo de Zephyrs.
Abrí mis ojos como dos platos, estaba pasmada. ¿Qué otras habilidades tendrá?
–Hmmm... Nada importante, uno que otro poder –contestó a mis pensamientos.
¿Los chicos sabían esto? Me pregunté a mí misma.
–No, ellos no lo saben –volvió a responder antes de que yo preguntara en voz alta–. Por favor no digas nada.
Supe que sería difícil acostumbrarme a su extraño poder.
–¿Cómo lo haces? –murmuré sin dar créditos a lo que escuchaba.
–No lo sé, todo esto es nuevo para mí –manifestó Alan–. La mayoría de las habilidades las he adquirido cuando cumplí la mayoría de edad.
¿Alan había estado tanto tiempo irrumpiendo en mi cabeza?
No realmente –de nuevo respondió a mis pensamientos–. Sucede que lo hago cuando yo quiero, no ando por la calle escuchando los pensamientos de todo el mundo, puedo leer tu mente cuando yo quiera y como yo quiera, también puedo dejar de hacerlo si quiero.
–Entonces deja de hacerlo –dije entre dientes–. Deja de hurgar en mis pensamientos.
–Está bien, pero no hablamos de eso –escrutó–. ¿Te has decidido al fin?
Entonces él sabía demasiado.
–Todos lo saben. No soy el único –dijo él.
–¿Qué saben exactamente?
–Que has estado con Joe un par de veces, y no, Joe no ha dicho nada. No fue necesario leer tu mente para saber eso –rebatió–. Bueno, si pides mi opinión te recomendaría elegir a Joe, créeme, he estado en la mente de ambos chicos, nick no es muy fiable, pero no pienses mal, tampoco es mal chico.
Alan entonces conocía todos mis secretos.
–No digas nada de esto, ______ –me pidió–. Yo tampoco voy a decir nada de lo que he visto en tu mente, no suelo hacer eso, nunca, puedes estar tranquila.
–¿Que más ocultas? –indagué.
–Nada más. Bueno, nada que importe –contestó.
–Alan, eres un sucio –dije en broma–. Te quiero fuera de mi mente.
Terminé de tragar la última bocanada de mi soda, sintiendo como el frio líquido cruzaba mi garganta y daba a mi lengua un gusto endulzado.
La puerta principal de Bourbon Street Cafe rechinó con un ahogado sonido de alguien que estaba llamando del otro lado.
–Yo voy –se ofreció Alan–. Quédate callada, no hagas ningún ruido y no salgas.
Asentí sin saber el porqué de tales precauciones. Alan con apaciguadas zancadas atravesó la estancia antes de abrir la puerta. Una cegadora luz amarillenta se infiltró desde el lado de afuera y la calidez de la calle sofocó el ambiente.
–¡Black! ¡Qué agradable sorpresa! –exclamó una voz masculina del otro lado de la puerta.
–¿Qué quiere? –sondeó Alan.
–________, ¿dónde está? –la voz del hombre retumbaba en mis pensamientos, yo trataba de recordar si su voz me era familiar porque, al parecer él me conocía, pero yo no reconocí ni un ápice de su voz.
–¿Quién? No conozco a ninguna ______ –resopló Alan.
–No te creo. No sueñes que vas a engañarme –habló el hombre.
–Ella no está en este momento –escuché mentir a Alan.
Me quedé inmóvil y contuve la respiración para que no fuera capaz de escucharme ese hombre.
–Volveré al anochecer –escuché el siseo de la voz del tipo.
Alan rápidamente volvió a cerrar la puerta.
–¿Quién era? –pregunté en voz baja.
–Problemas –respondió él, tan calmado que su rostro se veía aniñado y sus risos castaños ordenados y los hoyuelos en sus mejillas marcados.
–¿Como qué problemas?
–un Zephyr, viene por ti, y si tenemos suerte nos aniquilará a todos –objetó en Alan en total calma.
¿Cómo podía estar tan calmado?
Alan largó una leve risita.
–He aprendido a mantener el control en situaciones difíciles –aseguró.
Supe que una vez más estaba leyendo mi mente, eso de responder antes de que yo pudiera preguntar me empezaba a malear.
–Lo siento –se excusó ante mis especulaciones mentales–. Ahora escúchame... –puso sus manos sobre mis hombros–. Tenemos que dejar este lugar, ellos ya saben que estamos acá, no pienses que es por tu culpa, las bandas de vampiros como nosotros usualmente nos trasladamos de guarida. Ponte algo bonito para salir bajo el sol, tendremos que llamar a Joe y al resto.
Cuando Alan decía "ponte algo bonito para salir bajo el sol" quería decir: “cúbrete que te va a doler”. Titubeando tomé un par de gafas de sol, un enorme sombrero de Nina y un sobretodo largo hasta los pies. Una buena imitación de una chica detective. Alan viéndome fijamente soltó una carcajada audible debido a mi extravagante atuendo. Él se colocó su Jersey y unos anteojos negros. Estaba muy guapo.
A esas horas de la tarde la calle de los vampiros emprendía a abrir sus negocios. Restaban un par de horas para el anochecer, Alan caminaba a mi lado con andar de rompecorazones, cuando observó a un transeúnte humano que pasaba por la calle se detuvo a hablarle a la menuda chica tímida.
–¿Podría permitirme su teléfono móvil? –le dijo Alan a la mortal.
La chica de ojos negros asustada le entregó el aparato con los dedos temblorosos y por alguna razón emprendió a correr. Alan me mostró su nuevo teléfono móvil con una sonrisa indemne pintada en la comisura de sus labios.
–¿Qué tal? –presumió–. Fue más fácil de lo que pensé.
Al teléfono escuché hablar a Alan y un poco los balbuceos de Joe.
–Joe, necesito que traigas tu trasero y al auto en este instante, ______ y yo esperaremos en el bar de Jacob –concluyó Alan y cerró la tapa del teléfono celular.
Mi corazón estaba en suspenso mientras nos abríamos camino entre la muchedumbre hasta ese tal bar de Jacob, la gente no dejaba de mirarme, pues con ese atuendo tan cubierto en medio de una oleada de calor era lógico que las personas se detuvieran a pensar que yo era muy rara.
El nombrado bar estaba atestado de personas, Alan saludó a un hombre de piel morena entre los cuarenta años que atendía la barra.
–Hey Jacob. ¿Qué tal un café mientras mi amiga y yo esperamos? –dijo Alan jovial.
De inmediato salieron un par de tazas humeantes.
–¿No vas a beber? –murmuró Alan luego de haber bebido un sorbo de su café con leche.
Negué con la cabeza y alejé ligeramente la taza. Alan se concentró en mí y me contempló fijamente.
–Oh, debí saber que no te gustaba el café –escrutó–. Te dije que no andaba hurgando en tus pensamientos todo el tiempo. ¿Qué te parece un helado? Déjame adivinar, te gusta el de mantecado.
Era trampa, no había adivinado, lo había sacado directo de mi cabeza.
Antes de que Alan pudiera llamar a su amigo Jacob éste venía a entregarme un apetitoso helado de mantecado cremoso en una copa con una fresa encima.
–Pero... –balbuceó Alan.
–Lo envía el chico de allá para la señorita –explicó Jacob guiñando el ojo.
–Cierto –replicó Alan–. Estoy con la seductora detective Miss Holmes.
Rodeé la copa de helado con una mano y giré mi vista hacia "el chico" que señalaba el señor Jacob. Contemplé a un atractivo hombre pálido sentado en una de las mesas lejanas, me saludó con la mano y me envió una sonrisa.
La densidad del aire era pesado, hacía calor, traté de ignorar el bullicio del gentío que era incómodo. Escuchaba las risotadas por lo alto, los latidos de cada persona a mi alrededor, la música country. Un montón de mortales me rodeaban, y yo estaba sedienta desde la noche anterior, esas personas eran una copiosa tentación para mí.
–Actúa normal –murmuró Alan–. Es un Zephyr, pero no sabe que tú eres ________ –se refería al tipo del helado.
–Normal –repetí en murmullos–. ¿Debería devolverle el saludo? Digo, es guapo, cualquier chica lo haría.
Alan se rió entre dientes.
–Sí, podrías hacer eso, pero no muestres demasiado interés –advirtió Alan.
Mi sentido del olfato repentinamente percibió un afrodisíaco aroma familiar, volví mi vista siguiendo mi olfato y vislumbré en la entrada que Joe se materializaba, con un atuendo informal, gafas de sol, Jeans negros ajustados, una camiseta gris delgada, su perfecto cabello desordenado, llevaba una pinta deseable, apetecible, tenía un aroma más atrayente que cualquier sangre de cualquier humano que allí estuviera, con su modo de caminar de galán-playboy-presumido-vestido de cuero, y esa media sonrisa que dejaba a la vista sus perfectos blancos dientes. Todas las mujeres del lugar posaron sus miradas en Joseph Jonas, sentí inexplicablemente que mi garganta se cerraba y quería gritarle a todas esas zorras algo como: “¡Oh! Yo lo conozco, y sí, también he estado en la cama con él.” Y él dirigió una despectiva mirada hacia el Zephyr responsable de mi helado de mantecado y luego hacia mí. No permití que nuestras miradas se encontraran y seguí en lo que estaba haciendo.
La idea de que Joe volviera a repetirme que estaba celoso me llenaba gusto, y entonces me concentré en devolver un saludo y una sonrisa al pálido vampiro sentado en la mesa mientras sentía a Joe aproximándose.
–Alan –lo llamé–. ¿Joe está celoso?
Alan alzó una ceja.
–¿No te mencioné que nunca hablo de los pensamientos de las otras personas? –se quejó él.
–¡Oh! por favor, sólo quiero saber eso –supliqué entre susurros.
–Lo siento, averígualo tú misma –insistió Alan.
Resignada percibí la presencia de Joe un poco más cerca.
–¿Qué te pasó? –me dijo Joe contemplando mi vestuario detenidamente–. ¿Quieres convertirte en "Sherlock Holmes"?
–A los chicos les gusta –lancé un atisbo hacia aquel vampiro.
–Te miran porque pareces un personaje salido de “Who Framed Roger Rabbit.” –resopló Joe.
–Sí, sólo por eso me envían helados –dije y probé el primer bocado de crema–. Quizá me parezco a Jessica Rabbit.
De forma inteligentemente sensual tomé entre mis dedos la fresa y la devoré poco a poco, luego de desaparecer esa fresa lamí mis dedos uno a uno para limpiar los residuos de sirope rojo.
Le eché una mirada maliciosa a Joe que increíblemente parecía nervioso, y sí, me miraba exclusivamente a mí. Él aclaró su garganta y apartó la vista titubeando.
–¿Nos vamos o tomaremos un té? –farfulló Joe con ironía.
Alan se puso de pie y yo lo imité, los tres caminamos hacia la salida. En las afueras el Chevy reposaba aparcado en el sol, en éste esperaban Adolph, Nina y Nick.
Alan, Joe y yo ingresamos al asiento trasero del automóvil, Alan besó a Nina de forma apasionada. Ambos hacían una muy linda pareja.
nick me saludó, no me miró ni me habló.
En la seguridad del vehículo me quité las gafas, el pesado abrigo y el sombrero. Con su mano izquierda Joe deslizó sus gafas hasta su nariz, dejando a la vista sus indomables y fieros ojos que me inspeccionaron en una rápida ojeada de pies a cabeza.
–Jessica Rabbit –resopló Joe para sí mismo en voz baja. Aunque yo me había asegurado de escuchar.
El automóvil aceleró imbuyéndose en el tráfico, podía escuchar las bocinas de los demás vehículos, podía percibir la tensión de las personas de New York, me concentré en la respiración perturbada de Joe que estaba a mi lado, mis hombros estaban apretados entre los cuerpos de Alan y Joseph.
El cielo estaba tornándose púrpura en un fastuoso efecto del anochecer, e incluso la luna ya se vislumbraba remontada en el cielo de colores. El motor del coche vibraba y los diálogos escaseaban ahí dentro. Joe no me hablaría, Nick tampoco y Adolph y Alan no eran precisamente los más conversadores, Nina era la que iba todo el camino parloteando sobre cada cosa que miraba en la calle y relatando una historia por cada disparate que se le viniera a la cabeza.
No sabía a dónde nos dirigíamos pero yo iría con ellos, esa banda de criminales eran lo único que yo tenía, mi única familia.
ahora sip las cosas se pondrán en acción
se q les gusta la novela y les agradezco q la lean las quiero
son las mejores lectoras q nunk eh tenido
chicas las cosas se podran un poco PICANTE....... :P
pero aqui estoy de nuevo
Segunda Parte de:
“Who Framed Roger Rabbit?”
“Who Framed Roger Rabbit?”
Cuando desperté nick quiso hablarme en privado.
–¿Cómo te fue anoche? –inquirió mirándome reclinado en una pared con sus manos en sus bolsillos.
Aclaré mi garganta antes de hablar.
–Estuvo bien –balbuceé con timidez–. Pero no fue tan divertido.
–Entonces me supongo que no ha de ser muy bueno en la cama –soltó con aparente calma.
–nick... Joe y yo no... –empecé a mentir.
–Sí, sigue mintiendo, pero no vas a engañarme, ______–nick se acercó a mí y me rodeó con fuerza aprisionándome contra su caja torácica–. No quiero saber lo que hicieron, tampoco me importa. El asunto es que... Tú eres mía, ________ –jamás lo oí hablar tan posesivo–. No quiero que estés mas con él, no voy a permitirte que vuelvan a estar juntos, no te permitiré que estén a solas, no quiero que salgan juntos, no quiero que te toque, ni que ponga uno de sus dedos sobre tu piel.
Repetí sus palabras en mi mente. Él quiere prohibirme estar con Joe. Qué buena broma, nick no tenía derecho de prohibirme nada en absoluto. Aunque quizás podía tratar de entenderlo, tal vez se sentía traicionado por mi parte.
–Mira yo... Te demostraré que no pasa nada entre Joe y yo, pero será sólo porque yo quiero –le respondí hablando con mis labios cercanos a los suyos.
nick sin decir nada y sosteniendo la mirada me robó un beso de mis labios.
A media tarde me encontraba a solas con Alan, ambos hacíamos chistes sobre cualquier cosa que mirábamos en la televisión y discutíamos entre risas.
–¿Y ya te decidiste? –preguntó espontáneamente Alan al tiempo que rastreaba algún tentempié en el refrigerador.
–¿Qué? –inquirí sin entender.
–Ya sabes, sobre lo que estabas pensando hace dos minutos.
Fruncí el ceño y lo miré confusa.
–¿De qué hablas? –bebí un trago de soda.
–Sobre Joe, y nick. Eso estabas pensando hacía dos minutos atrás –me respondió sin rodeos.
Casi escupí la soda que estaba bebiendo.
–¿Cómo sabes que estaba pensando eso? –balbuceé entre una oleada de asombro.
–Digamos que a veces indago en las mentes de los demás –contestó él.
–¿Lees mentes?
–Sí, escucho los pensamientos de las personas –afirmó–. Después de todo soy hijo de Zephyrs.
Abrí mis ojos como dos platos, estaba pasmada. ¿Qué otras habilidades tendrá?
–Hmmm... Nada importante, uno que otro poder –contestó a mis pensamientos.
¿Los chicos sabían esto? Me pregunté a mí misma.
–No, ellos no lo saben –volvió a responder antes de que yo preguntara en voz alta–. Por favor no digas nada.
Supe que sería difícil acostumbrarme a su extraño poder.
–¿Cómo lo haces? –murmuré sin dar créditos a lo que escuchaba.
–No lo sé, todo esto es nuevo para mí –manifestó Alan–. La mayoría de las habilidades las he adquirido cuando cumplí la mayoría de edad.
¿Alan había estado tanto tiempo irrumpiendo en mi cabeza?
No realmente –de nuevo respondió a mis pensamientos–. Sucede que lo hago cuando yo quiero, no ando por la calle escuchando los pensamientos de todo el mundo, puedo leer tu mente cuando yo quiera y como yo quiera, también puedo dejar de hacerlo si quiero.
–Entonces deja de hacerlo –dije entre dientes–. Deja de hurgar en mis pensamientos.
–Está bien, pero no hablamos de eso –escrutó–. ¿Te has decidido al fin?
Entonces él sabía demasiado.
–Todos lo saben. No soy el único –dijo él.
–¿Qué saben exactamente?
–Que has estado con Joe un par de veces, y no, Joe no ha dicho nada. No fue necesario leer tu mente para saber eso –rebatió–. Bueno, si pides mi opinión te recomendaría elegir a Joe, créeme, he estado en la mente de ambos chicos, nick no es muy fiable, pero no pienses mal, tampoco es mal chico.
Alan entonces conocía todos mis secretos.
–No digas nada de esto, ______ –me pidió–. Yo tampoco voy a decir nada de lo que he visto en tu mente, no suelo hacer eso, nunca, puedes estar tranquila.
–¿Que más ocultas? –indagué.
–Nada más. Bueno, nada que importe –contestó.
–Alan, eres un sucio –dije en broma–. Te quiero fuera de mi mente.
Terminé de tragar la última bocanada de mi soda, sintiendo como el frio líquido cruzaba mi garganta y daba a mi lengua un gusto endulzado.
La puerta principal de Bourbon Street Cafe rechinó con un ahogado sonido de alguien que estaba llamando del otro lado.
–Yo voy –se ofreció Alan–. Quédate callada, no hagas ningún ruido y no salgas.
Asentí sin saber el porqué de tales precauciones. Alan con apaciguadas zancadas atravesó la estancia antes de abrir la puerta. Una cegadora luz amarillenta se infiltró desde el lado de afuera y la calidez de la calle sofocó el ambiente.
–¡Black! ¡Qué agradable sorpresa! –exclamó una voz masculina del otro lado de la puerta.
–¿Qué quiere? –sondeó Alan.
–________, ¿dónde está? –la voz del hombre retumbaba en mis pensamientos, yo trataba de recordar si su voz me era familiar porque, al parecer él me conocía, pero yo no reconocí ni un ápice de su voz.
–¿Quién? No conozco a ninguna ______ –resopló Alan.
–No te creo. No sueñes que vas a engañarme –habló el hombre.
–Ella no está en este momento –escuché mentir a Alan.
Me quedé inmóvil y contuve la respiración para que no fuera capaz de escucharme ese hombre.
–Volveré al anochecer –escuché el siseo de la voz del tipo.
Alan rápidamente volvió a cerrar la puerta.
–¿Quién era? –pregunté en voz baja.
–Problemas –respondió él, tan calmado que su rostro se veía aniñado y sus risos castaños ordenados y los hoyuelos en sus mejillas marcados.
–¿Como qué problemas?
–un Zephyr, viene por ti, y si tenemos suerte nos aniquilará a todos –objetó en Alan en total calma.
¿Cómo podía estar tan calmado?
Alan largó una leve risita.
–He aprendido a mantener el control en situaciones difíciles –aseguró.
Supe que una vez más estaba leyendo mi mente, eso de responder antes de que yo pudiera preguntar me empezaba a malear.
–Lo siento –se excusó ante mis especulaciones mentales–. Ahora escúchame... –puso sus manos sobre mis hombros–. Tenemos que dejar este lugar, ellos ya saben que estamos acá, no pienses que es por tu culpa, las bandas de vampiros como nosotros usualmente nos trasladamos de guarida. Ponte algo bonito para salir bajo el sol, tendremos que llamar a Joe y al resto.
Cuando Alan decía "ponte algo bonito para salir bajo el sol" quería decir: “cúbrete que te va a doler”. Titubeando tomé un par de gafas de sol, un enorme sombrero de Nina y un sobretodo largo hasta los pies. Una buena imitación de una chica detective. Alan viéndome fijamente soltó una carcajada audible debido a mi extravagante atuendo. Él se colocó su Jersey y unos anteojos negros. Estaba muy guapo.
A esas horas de la tarde la calle de los vampiros emprendía a abrir sus negocios. Restaban un par de horas para el anochecer, Alan caminaba a mi lado con andar de rompecorazones, cuando observó a un transeúnte humano que pasaba por la calle se detuvo a hablarle a la menuda chica tímida.
–¿Podría permitirme su teléfono móvil? –le dijo Alan a la mortal.
La chica de ojos negros asustada le entregó el aparato con los dedos temblorosos y por alguna razón emprendió a correr. Alan me mostró su nuevo teléfono móvil con una sonrisa indemne pintada en la comisura de sus labios.
–¿Qué tal? –presumió–. Fue más fácil de lo que pensé.
Al teléfono escuché hablar a Alan y un poco los balbuceos de Joe.
–Joe, necesito que traigas tu trasero y al auto en este instante, ______ y yo esperaremos en el bar de Jacob –concluyó Alan y cerró la tapa del teléfono celular.
Mi corazón estaba en suspenso mientras nos abríamos camino entre la muchedumbre hasta ese tal bar de Jacob, la gente no dejaba de mirarme, pues con ese atuendo tan cubierto en medio de una oleada de calor era lógico que las personas se detuvieran a pensar que yo era muy rara.
El nombrado bar estaba atestado de personas, Alan saludó a un hombre de piel morena entre los cuarenta años que atendía la barra.
–Hey Jacob. ¿Qué tal un café mientras mi amiga y yo esperamos? –dijo Alan jovial.
De inmediato salieron un par de tazas humeantes.
–¿No vas a beber? –murmuró Alan luego de haber bebido un sorbo de su café con leche.
Negué con la cabeza y alejé ligeramente la taza. Alan se concentró en mí y me contempló fijamente.
–Oh, debí saber que no te gustaba el café –escrutó–. Te dije que no andaba hurgando en tus pensamientos todo el tiempo. ¿Qué te parece un helado? Déjame adivinar, te gusta el de mantecado.
Era trampa, no había adivinado, lo había sacado directo de mi cabeza.
Antes de que Alan pudiera llamar a su amigo Jacob éste venía a entregarme un apetitoso helado de mantecado cremoso en una copa con una fresa encima.
–Pero... –balbuceó Alan.
–Lo envía el chico de allá para la señorita –explicó Jacob guiñando el ojo.
–Cierto –replicó Alan–. Estoy con la seductora detective Miss Holmes.
Rodeé la copa de helado con una mano y giré mi vista hacia "el chico" que señalaba el señor Jacob. Contemplé a un atractivo hombre pálido sentado en una de las mesas lejanas, me saludó con la mano y me envió una sonrisa.
La densidad del aire era pesado, hacía calor, traté de ignorar el bullicio del gentío que era incómodo. Escuchaba las risotadas por lo alto, los latidos de cada persona a mi alrededor, la música country. Un montón de mortales me rodeaban, y yo estaba sedienta desde la noche anterior, esas personas eran una copiosa tentación para mí.
–Actúa normal –murmuró Alan–. Es un Zephyr, pero no sabe que tú eres ________ –se refería al tipo del helado.
–Normal –repetí en murmullos–. ¿Debería devolverle el saludo? Digo, es guapo, cualquier chica lo haría.
Alan se rió entre dientes.
–Sí, podrías hacer eso, pero no muestres demasiado interés –advirtió Alan.
Mi sentido del olfato repentinamente percibió un afrodisíaco aroma familiar, volví mi vista siguiendo mi olfato y vislumbré en la entrada que Joe se materializaba, con un atuendo informal, gafas de sol, Jeans negros ajustados, una camiseta gris delgada, su perfecto cabello desordenado, llevaba una pinta deseable, apetecible, tenía un aroma más atrayente que cualquier sangre de cualquier humano que allí estuviera, con su modo de caminar de galán-playboy-presumido-vestido de cuero, y esa media sonrisa que dejaba a la vista sus perfectos blancos dientes. Todas las mujeres del lugar posaron sus miradas en Joseph Jonas, sentí inexplicablemente que mi garganta se cerraba y quería gritarle a todas esas zorras algo como: “¡Oh! Yo lo conozco, y sí, también he estado en la cama con él.” Y él dirigió una despectiva mirada hacia el Zephyr responsable de mi helado de mantecado y luego hacia mí. No permití que nuestras miradas se encontraran y seguí en lo que estaba haciendo.
La idea de que Joe volviera a repetirme que estaba celoso me llenaba gusto, y entonces me concentré en devolver un saludo y una sonrisa al pálido vampiro sentado en la mesa mientras sentía a Joe aproximándose.
–Alan –lo llamé–. ¿Joe está celoso?
Alan alzó una ceja.
–¿No te mencioné que nunca hablo de los pensamientos de las otras personas? –se quejó él.
–¡Oh! por favor, sólo quiero saber eso –supliqué entre susurros.
–Lo siento, averígualo tú misma –insistió Alan.
Resignada percibí la presencia de Joe un poco más cerca.
–¿Qué te pasó? –me dijo Joe contemplando mi vestuario detenidamente–. ¿Quieres convertirte en "Sherlock Holmes"?
–A los chicos les gusta –lancé un atisbo hacia aquel vampiro.
–Te miran porque pareces un personaje salido de “Who Framed Roger Rabbit.” –resopló Joe.
–Sí, sólo por eso me envían helados –dije y probé el primer bocado de crema–. Quizá me parezco a Jessica Rabbit.
De forma inteligentemente sensual tomé entre mis dedos la fresa y la devoré poco a poco, luego de desaparecer esa fresa lamí mis dedos uno a uno para limpiar los residuos de sirope rojo.
Le eché una mirada maliciosa a Joe que increíblemente parecía nervioso, y sí, me miraba exclusivamente a mí. Él aclaró su garganta y apartó la vista titubeando.
–¿Nos vamos o tomaremos un té? –farfulló Joe con ironía.
Alan se puso de pie y yo lo imité, los tres caminamos hacia la salida. En las afueras el Chevy reposaba aparcado en el sol, en éste esperaban Adolph, Nina y Nick.
Alan, Joe y yo ingresamos al asiento trasero del automóvil, Alan besó a Nina de forma apasionada. Ambos hacían una muy linda pareja.
nick me saludó, no me miró ni me habló.
En la seguridad del vehículo me quité las gafas, el pesado abrigo y el sombrero. Con su mano izquierda Joe deslizó sus gafas hasta su nariz, dejando a la vista sus indomables y fieros ojos que me inspeccionaron en una rápida ojeada de pies a cabeza.
–Jessica Rabbit –resopló Joe para sí mismo en voz baja. Aunque yo me había asegurado de escuchar.
El automóvil aceleró imbuyéndose en el tráfico, podía escuchar las bocinas de los demás vehículos, podía percibir la tensión de las personas de New York, me concentré en la respiración perturbada de Joe que estaba a mi lado, mis hombros estaban apretados entre los cuerpos de Alan y Joseph.
El cielo estaba tornándose púrpura en un fastuoso efecto del anochecer, e incluso la luna ya se vislumbraba remontada en el cielo de colores. El motor del coche vibraba y los diálogos escaseaban ahí dentro. Joe no me hablaría, Nick tampoco y Adolph y Alan no eran precisamente los más conversadores, Nina era la que iba todo el camino parloteando sobre cada cosa que miraba en la calle y relatando una historia por cada disparate que se le viniera a la cabeza.
No sabía a dónde nos dirigíamos pero yo iría con ellos, esa banda de criminales eran lo único que yo tenía, mi única familia.
ahora sip las cosas se pondrán en acción
se q les gusta la novela y les agradezco q la lean las quiero
son las mejores lectoras q nunk eh tenido
chicas las cosas se podran un poco PICANTE....... :P
ElitzJb
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
perdonada!!!! me encanto el capi!!!
ese Alan sigue siendo un misterio...
y Joe si se puso celoso!!!
nono como nos dejas asi?
y como que habra accion y que se va poner picante??
hay nonono morire de intriga!!! por favor siguela pronto!!!!
ese Alan sigue siendo un misterio...
y Joe si se puso celoso!!!
nono como nos dejas asi?
y como que habra accion y que se va poner picante??
hay nonono morire de intriga!!! por favor siguela pronto!!!!
DanieladeJonas
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
JAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJ
ESA CHICAAAA ME MAAATAAAA!!! Y ALAN WUUUAAUUUUU
TENEMOS QUE TENER LA MENTE EN BLANCOO CUANDO ESTAMOOOSS CON EL
PORFIIISSS SIGUELAAAAA
ESA CHICAAAA ME MAAATAAAA!!! Y ALAN WUUUAAUUUUU
TENEMOS QUE TENER LA MENTE EN BLANCOO CUANDO ESTAMOOOSS CON EL
PORFIIISSS SIGUELAAAAA
chelis
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
ayyyy yo quiero que la rayis
escoja a joe!!!!!
escoja a joe!!!!!
andreita
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
awww me encanto
Joe celoso se ve divino :)
Lo que no entiendo es que Nick es malo o no???
Ya no se
Y Alan se imaginan no puedes pensar junto a el
si no sabria tus secretos, que padre seria leer mentes :roll:
Siguela!!!!
Joe celoso se ve divino :)
Lo que no entiendo es que Nick es malo o no???
Ya no se
Y Alan se imaginan no puedes pensar junto a el
si no sabria tus secretos, que padre seria leer mentes :roll:
Siguela!!!!
aranzhitha
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
New Reader <3
SIGUELA!!$:
SIGUELA!!$:
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SIGUELA!!$:
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SIGUELA!!$:
SIGUELA!!$:
SIGUELA!!$:
kastefanny
Re: Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)
nueva lectora!!
siguela pronto!!!!!!!!
siguela pronto!!!!!!!!
Julieta♥
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