Mi amigo imaginario (Nick Jonas)

me llego a hacer pipi por esto quiero capi ahora en serio no estoy de bromas pero es que la ame...

Hola!! soy yo otra vez (? xD
aqui vengo a empezar a subir caps.
por el principio no son muy largos, pero ya vere.. :P
ademas hoy estoy muy contenta porque acabo de ver a la protagonista de Los Juegos Del Hambre en el Hormiguero :) y ya tengo mis entradas reservadas para ir mañana a ver la peli!!! si, en España la estrenan casi un mes más tarde u.u pero aun asi estoy feliz!!
Nixa , NO TE SUICIDES! tendreis caps para hartaros :risa:
aqui cap!

Capitulo 1

Él día era solado en el East High. Los alumnos salían a descansar a los jardines y almorzaban mientras que otros preferían tomar el sol o practicar deporte.
Samantha tenía ya dieciséis años. Todos los chicos suspiraban por ella.
Tenía un hermoso y largo pelo moreno que caía en ligeras ondas más allá de su cintura. Su cara era fina y delicada, con pómulos altos, labios hechos para besar y unas grandes y hermosos ojos azul verdosos. Pero lo que más les gustaba era su esbelto cuerpo y su generoso busto. Tenía un cuerpo perfecto. Era perfecta. Pero estaba cogida.
Taylor, el capitán del equipo de rugby del East High, la agarró por la cintura cuando la vio caminar por el pasillo.
- ¿A dónde vas, preciosa? -preguntó en tono seductor.
- Voy con las chicas a almorzar antes del ensayo. ¿Vienes?
- Tengo practica -le dio un beso rápido en los labios y se alejó por el pasillo. Antes de desaparecer, gritó:- te veo esta noche en la fiesta.
Ella asintió y fue hacia los jardines del colegio. Muchas mesas estaban ocupadas, por eso tenían que sentarse en el césped. Pero ella no. Ella tenía un lugar reservado en la mesa de los populares.
Se sentó entre medias de sus mejores amigas. Aria y Ariel. Eran mellizas. La primera era morena con unos hermosos ojos azules. Siempre daba los mejores consejos y tenía los pies sobre el suelo. Era muy inteligente, a pesar de lo que la gente creía. Ariel era rubia con los mismos ojos. Ella siempre sabía como alegrar a la gente aun que pasaras por una crisis emocional. Le encantaba reír y hacer reír y por supuesto, ir de fiesta. Era más alocada que su hermana, pero aun así era muy estudiosa y sacaba varias matriculas.
- ¿Cómo están mis mejores amigas hoy? -preguntó Sam con una enorme sonrisa.
- ¿Vas a venir a la fiesta? -Ariel saltó emocionada y la abrazó con fuerza.
- Por supuesto. Taylor estará allí.
- Pero tenemos examen mañana -dijo Aria a regañadientes. Quería ir a esa fiesta porque James estaría allí, pero estudiar para ella era lo primero.
- Podemos volver temprano -propuso Sam. Bebió del batido de fresa que habían pedido sus amigas por ella y suspiró ante el dulce sabor.
- Venga, hay entrenamiento -dijo Jess, otra de sus amigas y capitana de las animadoras.
Todas las chicas se levantaron de la mesa -Sam antes, terminó deprisa su batido-. Cuando llegaron al gimnasio, pusieron música hip-hop a todo volumen para oír mientras se cambiaban al uniforme de animadora.
Samantha se recogió el pelo en una coleta alta y salió a darlo todo. Le encantaba expresar sus sentimientos mediante la música, y el baile era la forma que tenía.
Hicieron pirámides, mortales y bailes con los pompones rojos, color del equipo de rugby.
Fue un entrenamiento muy duro. Cuando Samantha llegó a su casa, se dejó caer sobre el sofá. Pero su paz duró poco.
- ¿Qué tal el entrenamiento, Sammy? No te has cambiado -Grace se tapó la nariz poniendo una mueca de desagrado.
- Pensaba ducharme aquí e ir directamente a la fiesta -musitó mientras se sentaba.
- ¿Fiesta? -dijo su madre emocionada- ¿va a ir Taylor?
- Si, mamá.
- Ponte el vestido nuevo que te compré. Y esos zapatos tan altos, así no tendrás que subir tanto la cabeza para besarlo. ¡Oh! Tengo el maquillaje perfecto para…-Samantha la interrumpió, irritada.
- No hace falta, mamá. Sé vestirme sola, no necesito que me ayudes.
Grace hizo pucheros a los que Sam no pudo resistir.
- Aun que sea sólo el vestido… -dijo con una dulce y falsa voz.
- Si así me dejas, está bien. Pero vendré pronto, mañana tengo examen.
- ¿Y quien necesita aprobar un examen teniendo una fiesta? -dijo Grace como si fuera lo más obvio. Samantha no entendía como todavía le interesaba más una fiesta que sería olvidada, que su educación.
Ella negó con la cabeza y subió a ducharse.
Cuando ya estuvo vestida y maquillada, se miró al espejo. No se sentía del todo cómoda vestida así. Prefería llevar unos jeans y sudaderas, pero a su madre le daría un infarto. Se retocó el maquillaje una vez más y salió de su habitación. Taylor le había mandando un mensaje que decía que la recogería en su casa.
Cuando bajó ya estaba allí. Tenía el pelo todavía húmedo, pero se veía impresionante. Taylor era rubio de ojos azules con cuerpo alto y atlético. El chico que toda mujer desea. Además era cariñoso, divertido y atento -con ella, a veces-.
Lanzó un silbido cuando la vio y su madre aplaudió satisfecha.
- ¡Con ese vestido te ves hasta delgada! -exclamó y se secó una lagrima de orgullo que cayó de sus ojos.
Samantha quiso morir de vergüenza. Su madre nunca estaba satisfecha con su aspecto físico, pero no tenía por qué gritar que le sobraban unos kilos cuando no era así. Estaba un poco más delgada que lo normal para su edad y estatura, pero para ella, las chicas que rozaban la anorexia eran perfectas. Suerte que Sam creció rápido y entendió que no era normal estar a dieta con siete años.
- Yo te veo magnifica -dijo Taylor cuando la tomó de la mano. Ella le sonrió.
- Gracias, tu tampoco estás mal -ambos soltaron una risita y él le besó la mejilla suavemente.
- Venir cuando queráis. Samantha no tiene horario.
- ¿Y por qué cuando voy a la biblioteca si tengo? -frunció el ceño.
- No es lo mismo -Grace sacudió la cabeza y los empujó hacia la puerta- pasarlo bien. Yo estaré en el club de las Damas y Señoritas.
Samantha asintió y salió de la mano de Taylor. Irían a la fiesta en su flamante deportivo rojo, regalo por sus diecisiete. A Sam le gustaba el coche, pero prefería andar. Ella tenía un mercedes rosa, que solo usaba de vez en cuando para hacer feliz a su madre.

La fiesta estaba abarrotada de gente emborrachándose y borracha. Ella nunca bebía, ya que según su madre, engordar era lo que menos necesitaba.
Sonrió cuando vio a sus mejores amigas acercarse. Las abrazó y la arrastraron hasta la otra esquina, dejando a Taylor solo. Al menos, hasta que se le acercaron varias chicas. Pero Sam, sorprendentemente, no estaba celosa.
- ¿Qué pasa? -les dijo a sus amigas.
- Adivina quien tiene mañana una cita con Don culazo -Ariel río cuando vio como Sam abría los ojos y asintió- ¡Si! ¡Yo!
Se volvieron a abrazar todas entre risas y pidieron bebidas sin alcohol.
Bailaron casi sin descanso. Sam no volvió a ver a su novio en lo que llevaban de noche, pero no le preocupó. El olor del tabaco estaba empezando a marearla hasta el punto de agobiarla.
- Voy a salir un momento a tomar el aire -le gritó al oído a Aria para que la escuchara sobre la fuerte música.
Ella asintió y siguió bailando con James, quien al final se atrevió a pedirla bailar. Se alegraba mucho por su amiga.
Esquivó a todos los jóvenes que bailaban y se enrollaban sin pudor. Rió e inhaló aire cuando por fin estuvo fuera. Había oscurecido y empezaba a hacer frío, pero se estaba bien.
Se sentó en los escalones de la entrada y suspiró. El cielo estaba bañado de brillantes estrellas y una hermosa y redonda luna. La miró durante un rato. La hacia sentir relajada.
Miró la hora en su teléfono y descubrió que eran más de las nueve. Tendría que irse ya si quería estudiar antes de ir a dormir.
Entró para buscar a Taylor, pero no quiso molestarlo cuando lo vio riendo junto a sus amigos. Había tenido unos días muy duros respecto al rugby, y necesitaba desconectar.
Salió y decidió volver a casa caminando. No estaba muy lejos y había mucha gente por la calle, así que no tenía nada que temer.
Lo peor vendría cuando su madre supiera que llegó pronto a casa.

Me encanto el cap!
Grace es una madre medio desinteresada pero bueh,
Siguela Pronto

Cómo se te ocurre dejarla ahí? Síguela Ya quiero que aparezca Nicho Hay Dios!!

16, wow ya crecio...esa madre tan especial que tiene, le dice gorda, la averguenza, y mas encima si fuese por ella que no estudiara y puro parrandeara
awww quiero a Nick
SIGUELA

que bueno que aun que han pasado los años sigue

siendo la misma.....pero que mal que solo quiera

hacer feliz a su mama!!! hay en serio adoro la novela

siguela pronto porfis!!!!

this is amazing... quiero mas capis por fiss

Me gusto muchisimo el capitulo...
Am como te llamas? No lo recuerdo o no lo dijiste?
En fin!
Se me antojo una mama como la de sam
Jaja esta bien loquilla
Me dejaste en intriga -.-
Wue te pasa!?
Ahora quiero. Cappppp
Wow eres de españa! Que bonito esta hermoso por alla - suspiro-
Ademas me encanta como hablan <3
Sige pronto!

mas capi, si? :z:

estoy viendo el futbol :) el clasico!!!
Real Madrid - Barça
Si gana el R. Madrid subo hoy cap :D

ah, entonces que gane :)

1-2 ganó el Madrid!!!! :D
Melanie bienvenida y yo si que amo como escribes!! ahora estoy intentando leer (por el colegio -.-) tu novela "The only one for you"
Heaven Jonas, me llamo Carolina y tu? :D
gracias a todas por vuestros comentarios! en el cap sabreis por qué quiere hacerla feliz y amareis mas a Grace :)

Capitulo 2

Abrió los ojos al escuchar una fuerte música que provenía de la planta baja. Sam observó el techo durante unos segundos y se levantó de un golpe de la cama. Se duchó con agua caliente y se vistió con lo primero que encontró en el armario. Una camisa blanca de seda y unos pantalones negros de pitillo que habían costado más que el sueldo de muchas personas. Combinó la ropa con unos botines de piel y un bolso de marca. Todo regalos de su madre.
No le gustaba tener que vestir ropa que no definía su personalidad, pero solo intentaba quitarle dolor a su madre.
Desde que su padre se había ido de casa cuando Sam tenía doce años, Grace había quedado desamparada y sin ganas de vivir. Su único apoyo fue Samantha, y aun lo era. Por eso buscaba el modo de que se olvidara de más problemas. Y para Grace, problemas era que la gente pensara mal de ellas.
Suspiró cuando al bajar las escaleras, vio a su madre en medio del salón haciendo aerobic.
- ¿Por qué no usas el gimnasio? -preguntó Sam.
Tenían una habitación con varias máquinas de ejercicios. Estaba acondicionada y tiene televisiones y música. Pero su madre se empeñaba en ponerse en medio para que las limpiadoras y sirvientes admiraran su cuerpo perfecto.
Sacudió la cabeza y cogió una manzana de la nevera. Sonrió cuando vio a Dolores.
- Hola, Dolores.
- Hola, señorita. ¿Ha dormido bien esta noche? -se acercó a la encimera de la cocina y colocó en la mesa un plato lleno de tortitas con huevos revueltos, beicon y un zumo de naranja- coma, señorita. Su madre no se enterará -le guiñó un ojo.
- Te he dicho mis veces que me llames Sam, como cuando era pequeña. Y no debería comer tanto -miró su plano estomago y suspiró.
- No la escuche en esos aspectos, anda, coma -le acercó el apetitoso plato que desprendía un agradable olor que incitaba a probarlo. Sam notaba como la boca se le hacia literalmente agua.
Ignoró los comentarios de su madre y se sentó en la mesa a desayunar.

El desayuno le había sentado genial. Se sentía con más energías y hasta más feliz. Se despidió de su madre con un movimiento de mano y salio de su casa. Frunció el ceño al ver como la casa de al lado tenía las persianas abiertas. Era una casa menos lujosa que la suya, pero muy grande. Llevaba cerrada casi cinco años y creía que seguiría así hasta que se mudara de casa. Pero al parecer había nuevos vecinos.
Se acercó curiosa a la puerta de la casa y sonrió al ver cajas de cartón apelotonadas frente a un camión de mudanzas. Intentó asomar más la cabeza, pero una mano la agarró del hombro, haciéndola girar.
- ¡Aria! -gritó ante el susto.
- Lo siento -rió- ¿qué estabas mirando?
- Tengo nuevos vecinos -miró hacia la casa donde trabajadores no paraban de meter cajas y muebles- venga, vámonos.
Cogió a su amiga del brazo y caminaron juntas hasta el colegio.
En la puerta del East High se podía ver como Taylor hablaba con varios chicos y chicas. Era muy popular al ser el capitán del equipo de rugby.
Si fueras capitana de las animadoras tú también serías más popular.
Sam recordaba las palabras que su madre repetía a diario. Pero estaba en las animadoras porque le gustaba la música y bailar, no para vestir el uniforme por los pasillos y fingiendo estar en una categoría más alta. Ella no lo sentía de ese modo.
- Mira que piernas tan bonitas vienen -exclamó Taylor al verla.
La agarró por la cintura y la besó delante de todos. A él le encantaba presumir de chica. Desde que lo conocía era así, pero ella prefería tener su vida intima en privado. Samantha puso las manos en su pecho y lo empujó para desprenderse del beso.
- Tenemos clase, te veo luego.
Ariel se desprendió del grupo y fue con Sam y Aria. Las tres juntas fueron hasta su siguiente clase, literatura.

Esa tarde no tenían entrenamiento, así que pensaba hacer ejercicio por su cuenta en su casa.
Estaba en su habitación, cambiando su ropa de marca por unas mayas y una camiseta de deporte. Se recogió el pelo en una coleta alta y por el rabillo del ojo vio movimiento en la casa de al lado.
Su ventana daba con otra ventana, por lo que sin cortinas podía ver todo. Se asomó y vio como una mujer colocaba varias cajas dentro. Miró a la puerta de entrada. El camión no estaba, pero los nuevos vecinos entraban y salían sin parar.
Decidió que en vez de hacer deporte en una habitación, haría footing para así aprovechar y dar la bienvenida a los vecinos nuevos.
Bajó las escaleras de tres en tres, pero su madre estaba parada frente a la puerta vestida solamente con un diminuto bikini.
- ¿Qué haces así, mamá?
- Estaba dándome los rayos UVA. Es la hora de mi batido.
- ¿Otra vez la dieta del batido? -dijo con tono irónico.
Su madre siempre estaba a dieta. Variaba según el peso que quería perder. La del batido significaba perder peso cuanto antes. Al menos no era la del agua.
- Oh, no. Rayos UVA, dieta del batido… ¿Cuándo es la fiesta? -suspiró.
- El domingo por la mañana -sonrió Grace- tú deberías irte ya y quemar muchas calorías. Prepararé la dieta del batido para ti.
Sam sonrió de manera falsa y se escabulló de su madre. Estaba harta de ser la única que se preocupaba por la felicidad de la otra.
Se puso los cascos irritada y corrió por la acera. Estaba cansada de fingir ante su madre que era la hija perfecta. No aguantaba más sus duras criticas sobre su imagen. Muchas veces pensaba como habría sido su vida si hubiera vivido en una familia pobre donde el amor era siempre lo más importante. Pero de nada le servia, sino para soñar lo imposible. Quería a su madre sobre cualquier cosa, pero eran pocas las veces en que ella demostraba lo mismo por ella. Si hasta quería mas a sus girasoles.
Iba tan distraída corriendo que no se dio cuenta de que corría sin mirar hasta que se chocó con alguien.
Ella cayó encima de un cuerpo duro que la sujetaba por la cintura. Miró unos ojos color café que la acariciaban con la mirada. Nerviosamente, se levantó y se sacudió el polvo de su ropa.
- Lo siento -se disculparon ambos a la vez.
Samantha observó sus cascos y comprobó que estaban intactos. Los guardó en un bolsillo y ató sus zapatillas.
- Mis zapatillas estaban desatadas -dijo Sam sin mirarlo directamente.
- No pasa nada -contestó una melódica voz.
Samantha se levantó y miró a un hermoso chico de cabello rizado, ojos marrones, rasgos cincelados, lunares por toda la cara… Su rostro perdió el color al comprobar que era idéntico a Nick, su amigo imaginario de la infancia.
- Me llamo Nick -él extendió la mano.
¡Y encima se llamaba igual!
¿Y si lo que aquella mujer dijo era verdad? ¿y si Nick logró hacerse real? ¿y si lo tenía delante de ella ahora mismo?
Él la miraba con la mano estirada, esperando confuso a que la cogiera.
Ella no podía quitarse la idea de que Nick era real. Con los años creyó que solo fue producto de su imaginación y que, con los años, creció y ese amigo irreal desapareció. Tal como pasó. No podía ser real. No podía aceptarlo.
- Debo irme. Un placer conocerte -se puso los cascos apurada y corrió como alma que lleva el diablo. No iba ni escuchando música. Solo quería alejarse y darse cabezazos con una pared. Era real. Nick existía y era su vecino.

Siiiiiiiiiii, nick volvio.....existe :),
pero no me recuerda :(
SIGUELA