Mi amigo imaginario (Nick Jonas)

oh, si porfavor Nick va a existir va a ser real, es una ternura juega al te con mi cebra jajaja
a buscar esa piedra ya mismo, quiero que llueva
SIGUELA

¡¡Dios!! ¡Cómo amo tus novelas! Se te ocurren los temas
más inesperados y estupendos... ¡¡Los amo, de verdad!!
Por cierto... Nueva Lectora :P Bueno, sólo quería decir eso(?
Adiós... ¡Cuídate!

Nooooooooooooooooooooooooooooooooooo PoD qe dime pod qe Siguela
PD:New reader jasjasjas

Hola chicas!! vengo a daros la mala noticia de que hoy no puedo subir :(
yo queria subir pero no he tenido tiempo de escribir mas de renglones.
Mañana prometo subir algo más largo ok? :)
Por ultimo pero no menos importante, muchas gracias pos vuestros comentarios y bienvenidas a las nuevas lectoras
me alegrais el dia :D

habra que esperar nomas :)

Oh mi dios! nick sera REAL
Tienes que seguirla :D

13 de Mayo de 2003


Sam entró en su casa y dejó el chubasquero a un lado. Estaba triste.
Tras una semana intentando convencer a su madre para poder ir al bosque -con la excusa de un trabajo para clase- no había encontrado nada.
Les había dicho que en clase pedían llevar unas plantas y unas piedras muy extrañas, para un trabajo de primavera. Su madre había insistido en que las compraría, pero ella se negó poniendo la excusa de que muchas de esas plantas no se encontraban en las tiendas.
Ese día, tras una larga noche de lluvia, habían ido al bosque junto al jardinero -especializado en las plantas- y Dolores. Su madre le explicó que su pelo no podía estar expuesto a la humedad, y no podía ir.
Pero de todas formas, lo único que habían encontrado fueron hongos, piedras de varios tamaños pero de un corriente color marrón y plantas que parecieron emocionar más a Paul -el jardinero- que a ella.
Cuando subió a su habitación, estaba totalmente vacía. No le había contado nada a Nick sobre la piedra del arco iris, por miedo a no encontrarla nunca y que él se lo reprochara. Le daba miedo el perderlo a él más que perder a sus padres. No sabía si era normal, pero así era.
Se sentó en el suelo, frente a la casa de sus muñecas. Esta era más grande que la que tuvo cuando era más pequeña, y también tenía más cosas nuevas y modernas. Tomó su muñeca favorita. Era morena, con un largo cabello ondulado y unos hermosos ojos azules. A diferencia de la mayoría de las muñecas, ella vestía unos simples jeans y una camisa ancha. Para Samantha, era la más bella.
- Hola, cariño -su muñeco favorito, que vestía un estilo surfista, se acercó a la muñeca que sostenía en las manos.
Samantha giró la cabeza y vio como Nick estaba sentado a su lado, jugando con ella de nuevo. Sonrió ante su mejor amigo.
- Hola, marido. Te he echado de menos -ambos acercaron las cabezas de sus muñecos, simulando un beso. Levantaron sus cabezas a la vez y se miraron a los ojos con dulce inocencia.


8 de Julio de 2004


El calor se hizo imposible nada mas salir de la limusina. Samantha se puso sus Ray-Ban. Vestía un vestido turquesa que llegaba hasta suelo, y arrastraría de no ser por los tacones que llevaba, un tocado de color negro que consistía en varias flores pequeñas y plumas, y montones de complementos.
Grace la miró con el ceño fruncido y le quitó las gafas.
- Odio las gafas que te compró tu padre. No son de señorita. -dijo su madre.
Esa noche tenían una cena muy importante. Grace llevaba un vestido dorado que se amoldaba a cada perfecta curva, unos tacones que la hacían una cabeza más alta, una diadema como tocado que consistía en unas piedras semipreciosas -ya que no había conseguido convencer a Tom para que fuera de diamantes- y un maquillaje en tonos más claros y más oscuros que su vestido. Tom, aun no había llegado. Tenía un importante contrato entre manos que no podía dejar escapar, y hasta la cena no podría ir.
El sol todavía estaba en lo alto y Sam notaba como el maquillaje que llevaba se corría por culpa del sudor. Se abanicó con su bolso en un intento de enfriar su cara, pero paró cuando vio como su madre la fulminaba con la mirada.
Llevaba semanas avisándola de lo importante que era. Nada podía salir mal esa noche. Estaba en juego la clase social de la familia.
Samantha odiaba todo eso. Estaba cansada de ello a pesar de vivirlo apenas durante ocho años.
Grace le hizo un gesto de desprecio con la mano a Dolores y se encaminó hacia la mansión Lincoln. El recibidor estaba lleno de luces y las personas hablaban sin parar entre risas. Sam se puso recta, con la barbilla alzada y caminó con paso lento y seguro. Era difícil hacerlo con los tacones y el vestido tirando por la parte de delante, pero se habían empeñado tanto en hacer que aprendiera a moverse con gracia, que no quería fallar para no volver a repetir lo mismo hasta quedar exhausta.
Miró hacia los lados disimuladamente. ¿Dónde se había metido Nick? Llevaba más de dos semanas sin verlo o hablar con él. Estaba empezando a preocuparse. Había veces que tardaba unos días en volver, pero siempre lo hacía. Según él, era normal que tuviera que irse algunos días.
Suspiró y camino hacia los demás niños. Su madre la había advertido de que fuera social con todo el mundo y, sobre todo, educada y refinada.
Cuando se acercó, la ignoraron completamente. Intentó probar con una chica que estaba bebiendo té de una diminuta taza.
- A mí me encanta tomar el té con Purple y Nick.
La niña la envenenó con la mirada- Fracasada.
Giró y fue hacia un grupo de chicos, les susurró y todos rieron a grandes carcajadas. Samantha tragó saliva y volvió sobre sus pasos. No entendía que había dicho o hecho mal.
Intentó buscar a su madre, pero empezaron a dar la orden de la cena. Sam fue hacia el enorme salón. En lo alto del techo había una lámpara de araña que coincidía con el lujo de la gran habitación.
Una suave y fina mano la agarró. Samantha miró a su madre mientras caminaban hasta la mesa, donde más de cien personas se sentaban a cenar.

Samantha miró la enorme langosta de su plato. No entendía como las demás personas podían comer eso con tenedor y cuchillo, pero no podía tocarlo con las manos y su madre no la enseñaría. Buscó a su padre con la mirada, pero no lo encontró. Llevaban casi una hora sentados en esa mesa, pero no había llegado. Observó sus pequeñas manos, repletas de grandes anillos que le dificultaba mover los dedos. Exhaló nuevamente y miró al frente. Su corazón paró de golpe.
Apoyado en el marco de la puerta, Nick la miraba con una enorme sonrisa en la cara que mostraba sus perfectos dientes. Se veía más maduro, aun que sabía que si ahora le pedía que jugaran en el suelo a las casitas, él lo haría.
Se levantó, arrastrando la silla de un ruido seco y corrió hacia él. Estaba demasiado feliz como para que le importaran las represalias. Se echó sobre él y lo abrazó con fuerza.
El salón entero se habría sumido en un pleno silencio si no fuera por varios cuchicheos y exclamaciones. Grace se agarró a la servilleta con fuerza mientras veía como su hija de abrazaba al aire. Ojeó a los lados, descubriendo como hablaban en susurros mientras la miraban con desprecio.
Ella tomó aire y mientras se acercaba a su hija con paso lento, contó hasta diez. Acarició el pelo de Sam y la miró con dulzura.
- Sammy, cariño, ven un momento al baño con mami -tomó del brazo a Samantha y la arrastró hasta el jardín, ahora vacío.
- Mamá, ha ven…
- ¿Qué demonios estabas haciendo? -gritó furiosa.
- Eso intentaba decirte, ha venido Nick.
Grace estaba rabiosa e indignada. No podía permitir que algo así le sucediese. Su hija tenía ya ocho años. Sabía que tenía que haber acudido antes a un psicólogo.
- Escúchame bien, Sammy. Ahora, vas a ir hasta el coche y vas a olvidar las tonterías que tienes. Ya eres mayor para estos juegos.
- ¡No es ningún juego! Es real. ¿No lo ves?
- ¡Cállate! -Grace agitó los brazos a los lados de su cabeza- vete, no quiero verte más.
Llevó a Samantha hasta el coche con varios empujones. Habló unas breves palabras con Dolores y volvió hasta la mansión como si nada hubiera pasado.
Sam tenía la cara mojada de las lagrimas que habían empezado a salir de sus ojos. Ahora más que nunca necesitaba a Nick, pero había vuelto a desaparecer. Se dejó caer en el suelo mientras los sollozos no cesaban.

5 comentarios mas y subo la parte final!

quiero
capiii!ya quiero que sam crezca :B
aunque ahorita es toda tierna y no entiende muchas cosas
si! sigeeee

A COMENTAR PARA QUE CABES ESTE BELLO CAPITULO,
SIGUELA