SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

ahhhh Serafina los va a ayudar!!! :affraid:
parece ser que si quiere a Nick después de todo :P
Nick aguanta pronto te liberaran
siguela!!!!!!!!!!!

Serafina estaba tunbada de costado en el suelo frio y húmedo, al lado del borde del acantilado. Tenia puestas unas esposas y los pies atados con cinta de embalar.
Estaba inmóvel con los ojos cerrados y el pelo despeniado. Se habia manchado la cara y el vestidõ con barro,con la esperanza de que todo resultara más convincente en la oscuridad.
Joe sintió cierta admiración por aquella mujer. Era valiente.Tenia razones para serlo porque era más fuerte que diez hombres a la vez. Sin embargo, aquello era correr muchos riesgos.Era evidente que queria mucho a Nick.
- Todavia no tengo clara su relación con Nick- le dijo Joe, suavemente. Estaba de pie,a su lado escuchando atentamente para saber cuándo llegaba Stiles-Ha dicho que es su hermana,su madre y su tia¿Como demonios puedes ser eso?
Ella abrio los ojos y lo miró sin mover la cabeza.
- Soy su hermana porque todos los vampiros lo somos.Venimos de la misma fuente,compartimos la misma sangre con el antígeno que nos hace únicos.Lo transformé de um mortal agonizante a

awww esta bien cortito
Sube mas!! :(

Lo transformé de un mortal a una poderosa criatura inmortal. Yo le di su nueva vida.
- ¿Y su tia?
- Por el método normal. Soy tataratia, si quieres decirlo tecnicamente. Yo era la hermana de su tatarabuela.
- Asi que lo cambió porque...
- ¡Shhh! ¡Están ahi!- susurró Serafina- Él sabe que con las esposas no será suficiente, asi que intentará drogarme,como hizo con Nick, no puedes permitírselo.
Joe agudizó los oidos y la vista, pero no conseguio percibir nada. Seguramente, los sentidos de aqulla mujer eran mucho más agudos que los de los humanos. Finalmente, empezó a oir los pasos de Stiles, y el hombre emergió de la oscuridad.
Se acerco cautelosamente a Serafina, de la misma forma que alguien se acercaria a un tigre dormido.
- Está inconsciente- lo tranquilizó Joe- se dio un golpe muy fuerte al caer.
- Eso fue lo que la pelirroja me dijo por teléfono- dijo Stiles. Se sacó una jeringuilla del bolsillo y le puso una aguja.
Después dio un paso hacia Serafina, y otro, y después se retiró.

ok, esta bien espero un capi muy largo!!

—Oh, por Dios, ¿quiere hacerlo ya? —le dijo Joe.
Finalmente, Stiles se acercó a ella, se arrodilló y acercó la aguja al brazo de Sarafina. De repente, ella le dio un cabezazo a Stiles en el pecho y lo tiró al suelo. La jeringuilla cayó al suelo. Lou se tiró sobre ella y forcejearon durante un momento mientras él conseguía tomar la jeringuilla y apretaba el émbolo para echar el contenido al suelo, ocultando sus acciones de Stiles.
—Ya está, maldita sea —gruñó Joe.
Sarafina fingió que se quedaba inconsciente y Joe se levantó. Le tendió a Stiles la jeringuilla y él la miró.
—Gracias —le dijo.
—Ese monstruo ha intentado matarme —dijo Joe—. Y eso hacen dos veces, esta noche. Tenía usted razón sobre ellos, Stiles.
El hombre asintió.
—Ella no lo intentará más veces —tiró la jeringui­lla al suelo y tomó en brazos a Sarafina—. Recuerde. - le dijo a Joe mientras se acercaban a la camioneta del hombre, que estaba delaparcada en la parte antera de la casa—. No se lo diga a nadie. Esto ha terminado. Usted y todos los que están involucrados en esto tienen que olvidarse de ello. ¿Entendido?
—No lo olvidaré —respondió Joe—. Pero me lo guardaré —y esbozó una sonrisa forzada—. Y, de to­das formas, ¿quién iba a creerme?
—Exacto.
Cuando Stiles arrojó a Sarafina a la parte trasera de la camioneta, Joe se estremeció.
—No volverá a verme.
—No se ofenda, Stiles, pero espero que tenga razón —respondió Lou, y le dijo adiós con la mano mientras el coche se alejaba. En cuando las luces traseras desaparecieron en la curva, Demi apareció en el coche de Joe y él saltó al asiento del pasajero.



—Ha pasado mucho tiempo —dijo Lydia, paseando por la habitación de _____ una hora más tarde—. ¿Por qué no han vuelto ya? Dios, va a amanecer dentro de muy poco.
David le puso una mano sobre el hombro.
—Intenta tener fe, Lyd. Todo va a salir bien. Tiene que salir bien.
Ella le sonrió de una manera que le dijo a _______ que había algo entre ellos. Algo que le habían oculta­do.
—Demi tiene razón —le dijo David con suavidad—. Deberías decírselo.
Lydia se acercó a la cama, se sentó junto a ____ y le tomó la mano. Mirándola a los ojos, le dijo:
—________... yo soy la mujer que os trajo al mundo a ti y a Demi. Soy... soy vuestra madre.
—Madre... —________ susurró la palabra. No esta­ba totalmente asombrada por la
noticia. Se había pre­guntado por qué Lydia y Demi estaban tan unidas, y
por qué Lydia se preocupaba tanto por ella, cuando acaba­ban de
conocerse. Había visto a la mujer llorando en el hospital a su lado y, sabiendo que era adoptada, no ha­bía sido muy difícil de deducir.
—Os di en adopción porque pensé que sería lo me­jor. Quería que tuvierais una buena vida. Me dijeron que ibais a ir a la misma familia, y pasaron diez años hasta que me enteré de que no había sido así.
Suspirando, _____ asintió con los ojos. Estaba de­masiado débil como para mover la cabeza. Entonces, miró a David.
—¿Eres tú mi padre? —consiguió susurrar.
—No —respondió David—. Aunque lo pensé du­rante algún tiempo. Podría haberlo sido —él también se acercó y se sentó sobre la
cama—. Yo era uno de los clientes de Lydia. Siempre me gustó. Cuando me
dijo que estaba embarazada, accedí a hacerme las pruebas. Cuando supe
que no erais hijas mías me... me marché. Fue un error, _______. Aquello
me obsesionó. Busqué a Lydia un año más tarde, y ella me dijo que
habíais sido adoptadas, aunque no sabía los detalles, sabía que erais
felices. Yo contraté a un detective privado para encontraros. Maxine
estaba bien, en una buena familia. Pero tú... —sacudió la cabeza—. No me gustaba el ambiente en el que estabas creciendo, y no sabía cómo deshacer lo que ya se había hecho, así que me mudé a la
costa oeste y me hice el mejor amigo de tu padre. Era lo único que
podía hacer para estar cerca de ti y vi­gilarte. Me sentía obligado a
nacerlo. No volví a llamar a Lydia para decírselo porque... bueno,
porque sabía que se moriría si se enteraba de que te había adoptado una
gente como aquella —se inclinó para besarle la me­jilla—. Lo siento, cariño. Siento no haberte dicho la ver­dad.
Ella cerró los ojos.
—Te quiero —murmuró.
David
tenía los ojos llenos de lágrimas. _______ quería decirles a los dos
que no tenía nada contra ellos, que todo estaba bien. Pero no podía.
Aquella maldita debilidad le había robado la capacidad de hacer las co­sas. Intentó decírselo con los ojos. Era lo único que po­día hacer así que los abrió para mirarlos.
—¿Por qué están tardando tanto?

Demi frenó cuando vio que Stiles había aminorado la marcha. Había estado conduciendo sin luces, guiándose sólo por las luces traseras de la camioneta de Stiles en la
distancia. Era muy arriesgado y estúpido, pero lo hacía por su hermana.
No podía creer que ella misma hubiera estropeado las cosas. Tenía que
arreglarlo. Aparcó fuera de la carretera y abrió la puerta del coche.
—Ya hemos llegado —le dijo a Lou.
—No. Tú no. Vete en el coche a pedir ayuda. No me importa lo que vayas a decir, sólo quiero que avises a la policía. Voy a entrar solo.
— Y un cuerno —entonces sacó su móvil y llamó a la policía—. No tenemos cobertura.
—Así que, como te he dicho, tienes que ir en busca de ayuda.
—Aunque
lo hiciera y viniéramos a toda prisa, no llegaríamos a tiempo. Tenemos
que hacerlo ahora, Joe. Tú y yo. Quizá con un poco de ayuda del dúo de. la
muerte que está ahí dentro lo conseguiremos —dejó las llaves puestas,
salió del coche y, sin esperar a que Lou respondiera, empezó a andar. Él
la alcanzó al instante.
—Podrías salir herida, Demi, y yo no podría vivir con eso.
—Mi
hermana se está muriendo, Lou. Yo lo provo­qué. Tengo que hacerlo. Si
no lo hago, y ella muere, ¿cómo demonios crees que yo voy a vivir con
eso?
Él tragó saliva y la miró en la oscuridad.
—Maldita sea, eres muy obstinada.
—Sí, y a ti te encanta.
—Aquí tienes —dijo él, y le puso su pistola en la mano. Era la pistola pequeña.
—¿Y tú?
Él levantó el otro brazo y ella vio, por primera vez, la forma oscura del arma que llevaba. Era una pistola enorme.
—Me he imaginado que había llegado la hora de las armas grandes.
—Bien pensado.
Caminaron por un lado de la carretera hasta que vie­ron el coche de Stiles al lado de una casa apartada, casi en ruinas. Parecía abandonada, pero había luz dentro.
—¿Crees que Sarafina todavía está en la camione­ta? —le preguntó Demi, susurrando.
—Stiles habría sido un idiota si la hubiera dejado allí.
Cuando estaban llegando a la casa, Max notó el ca­ñón de un arma en la espalda.
—Muévete y la mato —dijo el hombre.
Ella se ladeó ligeramente y vio a Joe mirándola con una expresión de horror.
—Está bien, está bien, tranquilo —dijo—. Somos amigos.
—Tira el arma.
Lou se inclinó y puso la pistola en el suelo. Des­pués se irguió de nuevo.
—Tú también, guapa.
Max dejó caer la pistola que tenía en la mano.
—Ahora, adentro. Los dos.
Joe y demi entraron en la casa y el hombre los guió hacia una habitación en la que había un farol encendi­do. Allí estaban Stiles y los otros dos hombres, senta­dos en una mesa.
—Bueno, ¿qué es lo que tenemos aquí? —preguntó Stiles, levantándose.
A través de una puerta abierta que había a su iz­quierda, Max vio a Joe atado en una camilla, y a Sa­rafina en otra. Ella fingió que no se daba cuenta.
—Impresionante —le dijo a Stiles—. ¿Así que este es el nuevo cuartel general de la DIP? Esto sí que es alta tecnología.
—Es algo temporal —dijo Stiles—. ¿Queréis morir ahora, o prefieres explicarme primero por qué habéis venido?
Lou habló antes de que Max pudiera darle a Stiles otra contestación sarcástica.
—Lo hemos seguido.
—Lo sabía.
—Si lo sabía, ¿por qué se marchó?
—¿De qué está hablando?
Lou se humedeció los labios.
—Después de que usted se marchara, tomé la jerin­guilla del suelo y vi que todavía quedaba la mitad de la droga. Me preocupé de que ella pudiera despertarse y atacarlo en la camioneta, y vine a advertírselo.
Stiles arqueó las cejas, asintiendo mientras Lou mentía. Silbó cuando acabó la explicación.
—Y
yo que creía que todo esto era para intentar sa­car a Nick de aquí.
Dígame, Joe, ¿dónde ha dejado su coche? No le he oído entrar en el camino.
—Nos quedamos sin gasolina. Está aparcado en la carretera, un poco más allá.
—Ya —Stiles miró al hombre que estaba detrás de ellos—. Llévalos fuera y mátalos.

Demi miró a Joe y se dio cuenta de que él tenía miedo. Por ella, no por él.
Entonces, el hombre y otro de sus compañeros los agarraron y los sacaron
de la casa por la puerta de atrás. Los pusieron uno junto al otro de espaldas a ellos.
—Arrodillaos.
—Moriré de pie, gracias —dijo Max.
—Como quieras —el cañón de la pistola se movió desde su espalda hasta la nuca.
De repente, Lou se agachó y le dio al otro hombre un codazo en el estómago. Entonces se volvió y se tiró sobre el que estaba apuntando a Demi. La
pistola saltó por los aires y se disparó. Aunque Max sintió un ruido
ensordecedor, no notó ningún dolor, así que supuso que el disparo no la había alcanzado. Se encontró en
el suelo, probablemente por el shock del disparo tan cer­ca de su oído,
pero se levantó cuando vio que uno de los tipos estaba arrastrándose
para llegar hasta su pis­tola. Ella también fue por ella, pero él la tomó primero y la apuntó. Joe estaba luchando con el otro hombre, rodando por el suelo entre los arbustos.
Demi levantó una mano instintivamente, y el hom­bre, que la estaba apuntando al pecho, disparó.

oh Stefy siempre la dejas en la parte mas interesante!!
Nick tiene que salvar a la rayiz!!!
Siguela!!!

26

Nick salió del coche y miró la casa. El miedo que sentía era tan intenso que casi sobrepasaba el dolor que le causaba la
bala. Sentía a ______. Su esencia era dé­bil, tenue, y se desvanecía
más y más cada vez que to­maba aliento. Su propio cuerpo se balanceaba
de debi­lidad, recordándole lo vinculados que estaban el uno al otro.
Max lo agarró por el brazo para apoyarlo.
—¿Estás bien?
—Es ella. Está muy débil.
—Lo sé. Vamos.
Él
le permitió que lo guiara y se dio cuenta de que Lou se quedaba atrás
cuando llegaron a las escaleras. No podía dejar de pensar que, si ______
moría, sería culpa suya. Debía haberla escuchado desde el princi­pio.
Debería haberla cambiado en aquel momento, cuando ella estaba fuerte. Si conseguía transformarla en aquel momento, si conseguía salvarla, nunca cono­cerían la fuerza preternatural que ella habría tenido si él hubiera actuado antes.
Se
odiaba por su egoísmo. Por su miedo. Sí, él ha­bía tenido miedo de
ella. Miedo del poder que tenía so­bre él. Podía hacerle daño,
destruirlo. Lo haría, si mo­ría.

En la habitación, David y Lydia estaban al lado de la cama, pero Nick apenas los miró mientras se acer­caba a_______. Oh, Dios. Ya casi parecía un fantas­ma.
Demi se acercó a Lydia y a David y les dijo algo en voz muy baja. Nick los observó mientras cada uno de ellos se inclinaba para darle a _______ un beso en la frente. Después salieron de la habitación.
Entonces, Max se inclinó también hacia ella.
—Lo he traído, tal y como te prometí.
Nick se acercó, y ______ le sonrió débilmente.
—Gracias —susurró.
Demi asintió.
—No volveré a verte, ¿verdad?
________ no respondió, y Demi la abrazó suavemente. Después se alejó de ella.
—Sé feliz.
Nick miró hacia el ventanal. Estaba a punto de amanecer. Suavemente, tomó a ________ en brazos y la llevó hasta el balcón. Antes de salir, se volvió hacia Max.
—Gracias por ayudarnos.
— Sólo desearía haberme dado cuenta mucho antes de quiénes eran los monstruos en realidad.
Nick salió por las puertas del balcón y se dejó caer hasta el suelo.
Mientras caminaba hacia el acantilado, sintió los ojos de Demi sobre
ellos. Y también sintió sus lágrimas.
Llevó a __________ a su refugio bajo la
casa. Él estaba seguro de que ella no le había contado a nadie, ni
si­quiera a su hermana, que aquel lugar existía. Allí estarían a salvo.
Sin embargo, no la pondría en el ataúd. Ella estaba a punto de morir, y debía de estar muy asustada. En
vez de aquello, arrancó el forro de seda blanco y el relleno e hizo un
lecho sobre el suelo. Allí posó a _________ y se tumbó junto a ella.
Después la besó.
Ella le devolvió el beso. Él lo sintió, sintió su res­puesta aunque ella no pudiera moverse apenas. Él le acarició la barbilla.
—Estarás conmigo para siempre, _______. Nunca jamás volveré a dudar de ti.
— Sí —susurró ella.
Él levantó su barbilla y apretó la cara contra su cue­llo. La mordió y le atravesó la yugular. La sangre fluyó hacia su lengua, y él sintió que la excitación se desper­taba en su cuerpo, incluso en aquel estado tan débil. Y el hambre lo poseyó, como siempre poseía a los de su raza.
Pero no podía tomar demasiado, se recordó a sí mismo. Sólo un poco. Bebió profundamente, hasta que la trasladó al reino oscuro entre la vida y la muerte. El corazón de _______ flaqueó, y entonces, rápidamente, él se abrió la muñeca con los colmillos y se la acercó a los labios. Ella bebió hasta que Joe se sintió marea­do. Entonces tiró firmemente de la muñeca y se la ven­dó con un trozo de tela.
________ cayó hacia atrás, con los ojos cerrados.
—Por favor, no te mueras. No. Dios, haz que esto funcione. Por favor.
Ella le susurró al oído:
—Hazme el amor... por última vez.
Él cerró los ojos de pena.
—No puede ser la última vez, mi amor. No puede ser.
Le quitó el camisón y le hizo el amor, con ternura, despacio, suavemente. Nunca había amado así a nadie. En ninguna de sus dos vidas.
Todavía estaban unidos cuando salió el sol. Y cuan­do ella se durmió, Nick no supo que estaba muerta... o era inmortal.
Y entonces él durmió también.

Epílogo

Un mes después

Demetria, vestida de punta en blanco, se sentó y dis­frutó de la
visión de Lou con un esmoquin. Estaba sen­tada entre él y Lydia. Lydia
también estaba maravillosa aquella noche. Todo era maravilloso, pero
agridulce.
—Esto es increíble —dijo Stormy, sonriéndole a Demi—. No me puedo creer que me consiguieras una entrada.
—Los candidatos al premio al mejor guión original son...
Stormy volvió a sentarse en su asiento y todos fija­ron su atención en el escenario. David estaba sentado al otro lado de Lydia, y por la expresión de su cara Max supo que estaba igual de nervioso que ella.
La presentadora continuó:
—Y el ganador es... —abrió el sobre—: ¡_________ _________, por Twilight Hunger
El público estalló en aplausos. La favorita había ga­nado. La gente se levantó, incluidos ellos cinco. Se abrazaron. Demi y Lydia gritaron de alegría, y David subió al estrado mientras la presentadora anunciaba:
—Recogerá el premio, en nombre de ___________ _______, David Sumner, su productor, director y amigo.
Él asintió tristemente cuando tomó el premio de la mano de la preciosa mujer y levantó la estatuilla dora­da para que la gente la admirara. Cuando los aplausos cesaron, una enorme fotografía de ______ antes de que la enfermedad hubiera hecho estragos en ella fue proyectada en la enorme pantalla.
—Era tan guapa —dijo alguien detrás de Max—. Y tan joven.
Lentamente, el público volvió a sentarse en silencio para escuchar las palabras de David.
—Gracias.________
se hubiera sentido emocionada y agradecida por esto. Ojalá ella hubiera
podido reco­ger este premio. Esta película, y las otras tres, lo eran
todo para ella. Gracias. Muchas gracias.
Los aplausos resonaron de nuevo, mientras un par de modelos lo acompañaban fuera del escenario.


Joe acompañó a Demi al cementerio de madrugada. Una vez que llegaron a la puerta, él se quedó allí, para dejarle espacio.
Con la estatuilla en las manos, Demi se acercó a la preciosa lápida de granito. El nombre de _______ esta­ba grabado en la piedra, junto a su fecha de nacimiento y la de su muerte. Con lágrimas en los ojos, Max acer­có el premio a la tumba.
—Lo conseguiste, hermana mía. Has ganado.

Bueno ainda falta una parte del epilogo
despues subo!!!

esta muerta??? O ellos piensan que esta muerta??
Stefy no seas asi siguela!!!
No puede morir!!!

_______ salió de detrás de la lápida. No podía qui­tarse la sonrisa de la cara al tomar la estatuilla y abra­zarla contra su pecho.
—Lo
conseguí, ¿verdad? ¡Oh, es increíble! ¡He ganado! ¡He ganado! —dijo, y
giró sobre sí misma, rién­dose, disfrutando del sonido de sus carcajadas
suaves en la noche.
Nick también salió de entre las sombras y la abra­zó, deteniendo su movimiento.
—No olvidemos de quién era en realidad la histo­ria.
—Oh, por favor —dijo ella, sonriéndole—. No te­nía vida hasta que yo lo convertí en un guión.
—Tu guión no tuvo vida hasta que encontraste mis historias —bromeó él.
—Estupendo. Entonces, compartiremos el trofeo.
Nick la besó, y su risa cesó momentáneamente.
—Como lo compartimos todo —susurró él, y su voz profunda al lado del oído hizo que ________ se es­tremeciera.
Demi carraspeó exageradamente, y Nick liberó a su hermana.
—Tú puedes verla mucho más que yo —dijo Demi, abriendo los brazos—. ¿Te importa?
Nick hizo un gesto de rendición y las dos herma­nas se abrazaron. Su
hermana. Su propia hermana. ________ no podía creer cuánto había llegado
a querer a Demi en tan
poco tiempo. Pero parecía que, una vez que sobrevivir había dejado de
ser su obsesión princi­pal, había tenido tiempo de pensar en lo que realmente significaba tener a Maxine en su vida.
—Estás maravillosa —le dijo Demi, mientras posa­ba sus ojos verdes en el rostro de su hermana—. Salu­dable. Vibrante. Un poco pálida, es cierto, pero supon­go que las cosas son como son.
—Me
siento maravillosa —respondió ______—. Mejor de lo que nunca he estado, Demi. Fuerte, podero­sa y más viva que cuando realmente lo estaba. Y
todo gracias a ti.
Max bajó la cabeza.
—Yo estuve a punto de causarte la muerte —susu­rró.
—No,
cariño. Tú me salvaste. Apareciste cuando más te necesitaba, y te
quedaste a mi lado a pesar de que yo intenté echarte. Me mantuviste con
vida y res­cataste a mi amor para traerlo conmigo —le dijo ________. Sin
embargo, Max todavía tenía la cabeza gacha. _______ le tomó la barbilla e hizo que alzara la
cara—. Querida, si no hubieras venido, Stiles nos habría mata­do a los
dos. Aunque te costara un poco reconocer lo verdadero, fue tu presencia la que marcó la diferencia. Estoy convencida.
Demi la abrazó de nuevo.
—Siento no haberte escuchado desde el principio.
—Yo
también cometí ese error, Demetria —dijo Nick, suavemente—. De hecho, creo
que Malone fue el único que vio las cosas claras desde el principio.
—Al final, todo ha salido bien —dijo Joeu, que fi­nalmente se había acercado—. Hemos estado muy cer­ca de perder el pellejo.
—Es cierto —Nick le tendió la mano para saludar­lo.
_______ tomó a Max por el brazo y la alejó un poco, mientras los dos hombres se quedaron charlando junto a la tumba.
—Tenemos que hablar —le dijo.
—¿Sobre qué?
—Sobre la
casa —respondió _________, mientras ca­minaban entre los árboles del
cementerio, entre las tumbas y las flores—. Casi no has estado allí
desde... bueno, desde mi funeral —una suave brisa fría le aca­rició el
cuello, y se estremeció—. Dios, es incluso di­vertido decir eso.
—Es tu casa, __________. Necesitas un sitio en el que vivir. No quiero quitártela. Quiero decir, que todo ha sido una formalidad. Es mía sólo sobre el papel.
—No,
no es verdad. Quiero que sea tuya —respon­dió ________—. Además, yo no
puedo habitarla abierta­mente y arriesgarme a ser descubierta. Quiero
que tú vivas aquí, y que la uses. Puedes establecer aquí tu ne­gocio, si quieres. Sería lo mejor para las dos.
—Para las dos, ¿eh? —preguntó Demi—. ¿En
qué os beneficia a ti y a Nick? Tener parientes por todas partes no es
lo mejor para una pareja tan apasionada. Vosotros estáis completamente
atolondrados, como dos recién casados.
—No te lo imaginas. Él es increíble —susurró—. Nunca creí que todo pudiera ser tan... completo. Nunca en
toda mi vida tuve a nadie... sólo a David. Y ahora, de repente, te
tengo a ti, y tengo a este hombre que... que moriría por mí. Me quiere
tanto, que casi no lo he asimilado todavía.
—Tú misma me estás dando la razón para preservar más vuestra intimidad —dijo Demi—. A vosotros dos no os beneficiaría nada.
—Sí. Que tú estuvieras aquí sería nuestra tapadera.
—¿Tapadera?
— Sí. De esta forma, tengo que tener muchísimo cuidado para que nadie me vea. Si tú estuvieras aquí y alguien me viera, la gente pensaría que soy tú. Podría salir en público alguna vez. Ir a una película, o incluso de compras —entonces se detuvo y le tomó las manos a Demi—. Sobre todo, si la casa está ocupada por mi fa­milia, los extraños no se acercarán.
—¿Ha venido gente a fisgar?
—Oh, de vez en cuando. Fans, curiosos, niños del pueblo... Eh, soy famosa. He ganado un premio impor­tante, ¿sabes?
Demi sonrió.
—Sí, ya lo había oído.
—¿Y? ¿Qué me dices?
Max lo pensó durante un largo momento.
—Realmente, sería un lugar estupendo para esta­blecer la empresa. Pero... Stormy es mi socia. Ella también tendría que venir.
_________ asintió. Había visto a la chica rubia de le­jos.
—¿Ella sabe algo de mí?
—No se lo he contado —dijo Demi—, pero creo que lo sospecha. Y yo confío en ella. No nos traicionará.
_________ sonrió.
—Y además, está Joe. También tengo que pensar en él —continuó Max.
—¿Crees que querrá mudarse aquí y trabajar contigo?
Demi se encogió de hombros.
—Creo que no sería difícil convencerlo, porque va a retirarse de la policía dentro de poco, y me ha habla­do sobre ir a vivir a una casita en la playa, y tener un barco para salir a pescar...
—Entonces,
¿qué es lo que te detiene, Max? Vamos, hazlo. Yo te echo de menos, y si
estuvieras aquí, podría­mos recuperar todos los años que hemos perdido.
—No sé... Si tú estás segura de que nos quieres aquí...
—Eres mi hermana. Sabes que quiero que estés aquí.
Finalmente, Max asintió.
—Está bien. Vendré, entonces. El Servicio de In­vestigaciones Sobrenaturales tendrá su cuartel general en Easton, Maine.
—SIS —dijo _________—. Me gusta cómo suena.
—Pensé que te gustaría.
Tomadas del brazo dieron la vuelta y caminaron de nuevo hasta la tumba. ________ se acurrucó en los bra­zos de Nick y él la abrazó con ternura.
—Va a amanecer, cariño —le dijo.
—Lo sé —respondió _________. Sonrió a su hermana y a Joe—. ¿Nos veremos pronto?
—Muy pronto —prometió Demi.
_________ y Nick se perdieron entre las sombras.


—Creo que ahora es más feliz de lo que nunca ha sido —dijo Demi, observando cómo se marchaban—. Tiene mucha suerte.
—¿Por qué dices eso? —preguntó Joe. Empezó a andar hacia el coche, y Max lo alcanzó al instante, en­cogiéndose de hombros.
—¿No
es evidente? Son almas gemelas. Loca, sal­vaje y eternamente
enamorados. No puedo imaginarme lo gratificante que debe de ser tener un
hombre que te quiera como Nick quiere a ________. Lo que tienen es muy
especial.
—Supongo que tienes razón —dijo Joe, poniéndo­le el brazo a
Max sobre los hombros despreocupada­mente mientras se dirigían al
aparcamiento—. Algunos tipos se pasan la vida sin encontrar eso.
—Sí. Y hay otros que lo tienen justo debajo de la nariz y no quieren verlo.
—¿Tú crees? —le preguntó, mirándola.
Max puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza.
—Sí —respondió ella—. Eso creo.
Lou se encogió de hombros y continuó caminando.

Desde las sombras, Sarafina observó a Nick mien­tras hablaba y reía con los mortales y después se mar­chaba abrazando a su amante.
—Te querré siempre —le susurró a _______—. Creo que, de algún modo, ya te amaba.
—Estamos hechos el uno para el otro, Nick. Lo sabes ahora, ¿verdad?
—Siempre lo he sabido, inconscientemente. La pri­mera vez que lo dijiste, me estremecí —la besó suave­mente—. Siento que me costara tanto.
Ella sonrió y le devolvió el beso.
—Está bien, pero no dejes que vuelva a suceder — entonces, se alejó de él, con la vida y el amor brillándole en los ojos—. ¡Te echo una carrera hasta la casa! —y, girando y riendo, salió disparada tan rápido como lo hubiera podido hacer Sarafina.
Nick salió corriendo tras ella sin mirar atrás.
Así que aquello era lo que quería. Tenía una nueva familia. Le había vuelto la espalda.
Nick, el último vínculo que le quedaba con su familia, su herencia, su sangre.
Maldito fuera.
La había traicionado, exactamente igual que el res­to de sus familiares.
Sarafina pensó que no importaba. Caminó hasta en­contrar un lugar iluminado por los rayos de la luna y se sentó en el suelo. Era una vampiresa. No necesitaba una familia. No necesitaba a nadie en absoluto. Y nun­ca lo necesitaría.
Jamás.

FIN