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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por *Stephanie* Mar 10 Jul 2012, 10:42 am

Todo ocurrió sema­nas después. Eramos huéspedes
de una hombre mayor y muy rico, que estaba totalmente enamorado de
Sarafina. A mí no me gustaba mezclarme de aquel modo con los mortales,
pero a ella no le importaba en abso­luto. Se escondía detrás de una
fachada de mentiras y jugaba a ser su amiga y su invitada. No sentía
nada por ellos, ni tampoco se alimentaba de ellos. Sin em­bargo, yo
estaba seguro de que había estado cazando campesinos en el pueblo de al
lado. Habían desapare­cido tres personas desde que habíamos llegado
allí.
A mí no me gustaba pensar que mi tía estuviera ca­zando
inocentes, pero aquella era su elección. Yo no podía entrometerme en su
vida; ella tendría que en­frentarse a su propia culpa, a su karma, o a
su pecado, o a cualquiera que fueran los resultados de sus accio­nes.
Una
noche estaba pensando en aquellas cosas cuando alguien llamó suavemente
a mi puerta. No me molesté en abrir mi mente y reunir impresiones, un
error que cometía frecuentemente en mis primeros días, me temo.
Simplemente asumí que sería Sarafina la que estaba llamando, y dije:
—Adelante.
La
puerta se abrió y entró una sirvienta joven que yo había visto varias
veces durante las cenas que com­partíamos con nuestro anfitrión y sus
demás invitados.
noche tras noche, en veladas que parecían no
terminar nunca. La muchacha llevaba tan sólo un camisón tan fino que
cada milímetro de su cálida carne mortal era visible a mis ojos. Llevaba
una palmatoria. Tenía el pelo espeso, rubio del color de la miel,
suavemente ri­zado, y lo llevaba suelto por los hombros. Sus labios
estaban húmedos y separados. Su cuerpo era rotundo y exuberante.
Me
obligué a mirarla a la cara y le pregunté:
—¿Qué quieres de mí?
—Usted
lo ha entendido mal, milord. He venido a hacerle la misma pregunta a
usted.
—Me temo que no te entiendo.
Ella entró en la habitación y
dejó la palmatoria so­bre un buró. Después cerró la puerta y me miró con
calma.
—Me he dado cuenta de cómo me mira, milord. Me he cansado de
esperar a que me pida algo, y he pensa­do que podría atreverme a
ofrecérselo.
Era cierto. Aquella muchacha llevaba unos escotes tan
pronunciados que era imposible no mirar lo que sobresalía de sus pechos
por encima de la tela de su uniforme. Y ella se aseguraba de ponérmelos
bien cer­ca de la nariz mientras me servía. Me sentí tentado e
intrigado, a la vez.
—Usted no es tímido, ¿verdad, milord?
—No. No
lo soy.
—Se dará cuenta de que yo tampoco —y me lo de­mostró. Se
acercó, y mientras cruzaba la habitación hacia mí, se deslizó los
tirantes del camisón por los hombros y dejó que se deslizara hasta el
suelo. Se que­dó orgullosamente desnuda a unos centímetros de la butaca
donde yo estaba sentado, frente al fuego.
Yo percibí todas sus
esencias. Estaba limpia, recién bañada para mí, pensé.
Su pelo olía a henna, y su piel a aloe. Y olí también su excitación, y
supe que estaba húmeda. Y ni siquiera la había acariciado.
*Stephanie*
*Stephanie*


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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por aranzhitha Mar 10 Jul 2012, 11:26 am

awww no mas un capi
Quiero mas!!!
Me encanta!!!
Siguela
aranzhitha
aranzhitha


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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por *Stephanie* Lun 16 Jul 2012, 1:16 pm

Me relamí los labios de impaciencia. Dios sabe que hacía años desde que no había estado con una mujer. Había bebido la sangre de muchas de ellas, sí, en pe­queñas cantidades que siempre me dejaban hambrien­to y temblando de deseo. Iba a ellas de noche, y les or­denaba que me recordasen como un sueño.
Sarafina me había dicho que no podría hacer nada más sin matarlas. Yo no la creía. Seguramente podía tocarla. La
muchacha se puso de rodillas frente a mí, me acarició y sintió mi
erección. Sonrió y me desabotonó el pantalón para acariciarme. Yo me
estremecí de pla­cer, y ella se acercó para tomarme en su boca húmeda y cálida. Me puso los brazos alrededor de la cintura. Yo sentí que la lujuria de la sangre me invadía como un hambre oscura que se acrecentaba con el placer que ella me proporcionaba. Oía la sangre correr por sus venas. La olía.
La tomé por el pelo y la obligué a separarse de mí y a levantarse para que se sentara a horcajadas en mis rodillas. La tomé por las caderas y me hundí profun­damente en ella, tan profundamente que gritó, no sé si de dolor, o de placer, o de ambas cosas a la vez- Empe­zó a botar sobre mí. Yo tenía en mente su garganta, su dulce yugular, pero sus pechos moviéndose frente a mi cara hicieron que cambiara de opinión.
Estiré el cuello y tomé uno con la boca para lamér­selo. Ella chilló de placer, y yo le clavé uno de los col­millos en la punta y succioné con fuerza el hilillo de sangre que brotó.
En cuanto tocó mi lengua, estuve perdido. La
sen­sación de necesidad, el hambre que abruma cualquier indicio de
lógica me invadió el pensamiento y mordí más fuerte para tomar de ella
todo lo que quería, ha­ciendo caso omiso de sus chillidos.
Me levanté, todavía dentro de ella, con sus piernas rodeándome la cintura y su pezón sangrando en mi boca y caminé hacia la cama. Me dejé caer sobre ella y solté su pecho para entrar en ella con tan fuerza que la cama se movió con mis embestidas. Ella estaba gri­tando alto de la pasión, y temí que la oyeran. Le tapé la boca con la mano y hundí los colmillos en
su otro pecho, mordiendo sin control, succionando todo lo que brotaba.
Empujé con fuerza, salvajemente, y mordí su carne deliciosa una y otra
vez hasta llegar a la gar­ganta. Mis colmillos afilados se hundieron en su cuello como si fuera de mantequilla, rompiendo el cartílago y atravesando la vena. Me hundí en ella por completo mientras su corazón bombeaba su sangre para que yo me bebiera su sacrificio. La
devoré y alcancé el cli­max, y fue mil veces más intenso que todos los
clímax que había experimentado cuando era humano. Un mi­llón de veces.
Mi cuerpo estuvo a punto de hacerse añicos. Me quedé ciego por unos
momentos. Sordo. Mi ser estaba por completo atrapado en los dos puntos de unión con ella, por el sexo y por la
sangre. Sentía dos arcos de electricidad, como rayos. Era un placer tan
intenso que parecía una agonía. Grité, liberando su garganta, echando la cabeza hacia atrás para poder rugir en un éxtasis salvaje.
Cuando la sensación se desvaneció por fin, me que­dé allí encima de ella, adorando la sensación de su vida recorriéndome las venas y la satisfacción del clímax se­xual. Sentía el calor de su sangre dándome poder.
Poco a poco fui consciente del sonido rítmico de unos aplausos lentos detrás de mí. Levanté la cabeza, enfoqué los ojos y vi a Sarafina al otro lado de la habi­tación, aplaudiendo.
—Bien hecho, Nick. Muy bien hecho.
Miré a la mujer que tenía debajo de mí.
Tenía los ojos completamente abiertos y fijos.
*Stephanie*
*Stephanie*


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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por Val's Matth. Lun 16 Jul 2012, 1:31 pm

Nueva Lectora!!!

haahah ya estoy leyendo tu otra nove "buenas noches" y me encanta aunque estoy recién poniéndome al día al igual que esta pero me encantaron los primeros capítulos :)



Pd: Pasa por mi nueva nove y comenta que tal te parece por favor :)

Tu eres Mi Hombre Perfecto- Nick y Tu
Val's Matth.
Val's Matth.


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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por aranzhitha Lun 16 Jul 2012, 1:50 pm

esperando capis!!!!!!! :bounce:
aranzhitha
aranzhitha


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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por *Stephanie* Jue 19 Jul 2012, 2:30 pm

Val's Matth. escribió:Nueva Lectora!!!

haahah ya estoy leyendo tu otra nove "buenas noches" y me encanta aunque estoy recién poniéndome al día al igual que esta pero me encantaron los primeros capítulos :)



Pd: Pasa por mi nueva nove y comenta que tal te parece por favor :)

Tu eres Mi Hombre Perfecto- Nick y Tu


Awnn
que bueno que te guste las 2 noves!!!
E si, pasare por tu nove!!!
SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 67591
*Stephanie*
*Stephanie*


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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por *Stephanie* Jue 19 Jul 2012, 2:32 pm

Y yo le había des­trozado la garganta. Le había abierto la carne y la vena, arrancado el músculo y dejando su nuez a la vis­ta. Me levanté y me eché hacia atrás, y entonces vi con claridad mi obra. Tenía heridas más pequeñas en los pechos, los brazos, los hombros, incluso en la mandí­bula. Había sangrado, pero sólo un poco. Yo había de­jado escapar muy pocas gotas del néctar que corría por sus venas.
Me llevé una mano a la boca, en estado de shock, pero la retiré con sangre. La tenía por la cara. Sabía que me había enterrado en -aquella herida para inten­tar sacar más y más de ella. Las pruebas estaban en mi pecho y en mis manos.
Me volví hacia Sarafina, horrorizado, y le susurré:
—¿Por qué no me detuviste? ¿Por qué?
—¿Detenerte? —ella sacudió la cabeza—. Te la en­vié yo, Nick. Hay algunas lecciones que sólo se aprenden con la práctica. Ahora ya sabes lo que ocu­rre cuando compartes tu pasión con una mortal. Será mejor que te la
guardes. Las únicas opciones válidas que te quedan son los esclavos u
otros vampiros, si es­tás decidido a no matar. Aunque también podrías
cam­biar tu opinión en eso, ahora que has comprobado lo bueno que es.
—Yo no mato.
—Ahora
sí. Como un lobo, o como un tiburón, o como cualquier depredador, lo
has probado, Nick. Y volverás a hacerlo. Somos depredadores. Es lo que
so­mos. Pero dejemos la discusión para más tarde. Ahora tenemos que irnos de aquí antes de que descubran esto. Envuelve a la muchacha en una sábana y ve a la­varte. Yo recogeré nuestras cosas.
—Pero...
—Pero nada. Probablemente no se darán cuenta hasta que alguien entre aquí, mañana. A ella no la
buscarán. Ha escrito una nota diciendo que se escapa­ba con un mozo de
los establos. Le dije que, una vez que probaras su cuerpo, querrías
llevártela con noso­tros —echó la cabeza hacia detrás y se rió delicada­mente—. De veras, Nick, no sabía que fueras seme­jante semental.
—Cállate, Sarafina —dije avergonzado y espanta­do, y me subí los pantalones rápidamente—. Eres mi tía, por el amor de Dios.
—Dios
no tiene nada que ver con esto, chico. Y no soy sólo tu tía, sino
también tu madre, tu señora y tu hermana. Los lazos de sangre del pasado
ya no signifi­can nada. Ahora somos otra clase de familia. Y yo po­dría
soportar todo lo que le has dado a ella y más, sin ningún daño.
Yo la miré con frialdad.
—Los lazos de sangre del pasado sí tienen signifi­cado para mí, Sarafina. Te prometo que nunca estare­mos juntos de esta manera.
Yo vi el dolor y la ira en sus ojos. Quizá ella lleva­ba muerta en vida tanto tiempo que había perdido la
noción de lo que era aceptable según el código de los mortales. Pero yo
no. Le hice daño con mis palabras, pero era lo que pensaba y lo que
sentía. Y aunque odiaba lo que me había hecho aquella noche, tuve que reconocer que había aprendido una lección muy im­portante.

No podía tener relaciones sexuales con los morta­les.
*Stephanie*
*Stephanie*


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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por *Stephanie* Jue 19 Jul 2012, 2:34 pm

______ cerró el libro, espantada. Había excepcio­nes. Había
hablado algo sobre esclavos, lo cual no le parecía nada apetecible a
________. Y algo sobre «los elegidos», que entendía aún menos. Y otros
vampiros.
Nada de cómo un vampiro transformaba a otro. Nada útil,
excepto que había averiguado por qué Nick se había negado a acostarse con
ella. No quería matar­la, y ella, ciertamente, no quería que la matara.
Se miró y se dio cuenta de que tenía que cambiarse. Rápidamente se puso de pie, metió el volumen en la caja fuerte y colocó la falsa estantería en
su lugar. Des­pués salió del despacho y subió corriendo las escaleras.
Tenía que ponerse otra cosa, porque no quería tentarlo y que... que...
que le hiciera aquello mismo.
Sin embargo, en el mismo momento en que cerró la puerta de su dormitorio, lo oyó. Lo oyó dentro de su mente.
«________».
Ella no le prestó atención, y abrió un cajón de la cómoda.
«¡_______!».
Las puertas del balcón se abrieron, empujadas por una ráfaga de viento. Ella se dio la
vuelta, asustada. Sin embargo, él no estaba allí, como se esperaba.
_______ se asomó y entonces, lo vio. Estaba abajo, a medio camino entre la casa y el acantilado. La estaba miran­do.
«Sal aquí. Ven conmigo».
¿Realmente era posible que estuviera oyéndolo sin un sonido? Pensó en decirle que sólo tardaría un minu­to, pero oyó la palabra final.
«Ahora».
Se sintió arrastrada. No pudo convencerse de no obedecer y salió de la casa. Caminó descalza por la hierba húmeda hasta que estuvo frente a él.
Nick deslizó la mirada por su cuerpo. Ella sintió la caricia y se estremeció.
— Ahora tenemos tiempo. De hecho, tenemos la noche entera. Y vas a decirme, _______, cómo es posi­ble que sepas tantas cosas de mí.
Ella lo miró a los ojos y se dio cuenta de que era in­capaz de pensar con coherencia. No había nada más que sumisión en su cabeza. Obediencia. Le costó un tremendo esfuerzo apartar su mirada de la
de él para evitar que él le obligara a decirle todo lo que sabía, pero
lo consiguió. Miró hacia el mar. Su mente le susu­rró que si le hablaba
de los volúmenes que había en la casa, él se los llevaría. Y, Dios, no podía perder su úni­co vínculo con él.
—¿Cómo lo has hecho? —le preguntó en un susu­rro.
—¿Qué? ¿Llamarte para que vinieras aquí? —le preguntó, y cuando ella asintió, él suspiró—. Soy un vampiro. De los viejos.
—¿Has aprendido a controlar la mente con los años?
—Hasta cierto punto, sí.
—Entonces,
¿podrías llamar a cualquiera y hacer que vinieran, incluso si no
quieren? —le preguntó, mi­rando hacia el suelo. Todo con tal de evitar
sus ojos.
Él le levantó la barbilla suavemente con un dedo.
—Tú sí querías.
Ella se estremeció.
—Es más difícil convencer a alguien de que haga algo que no quiere. Pero me da la impresión, ________, de que podría convencerte de hacer cualquier cosa que yo quisiera.
—Yo... Oí tu voz en mi mente, casi tan claramente como si estuvieras a mi lado, hablándome.
Él asintió.
—¿Eso ocurre también con todo el mundo?
En aquella ocasión, fue él quien apartó la mirada.
—He venido aquí a hacer preguntas, no a respon­derlas.
—Pero yo también tengo preguntas, y necesito las respuestas tanto como tú.
Él irguió los hombros.
—Entonces, tus condiciones han cambiado.
—Yo no...
—Anoche me ofreciste contármelo todo si te toma­ba. Hoy ya estás lista para intercambiar esa informa­ción a cambio de sexo.
Cuando él pronunció las palabras «si te tomaba», la mente de ________ se llenó de imágenes. «Si te toma­ba». Aquello implicaba sumisión, disposición. Impli­caba que él tendría la
autoridad y sería dueño de ella de cualquier forma que deseara. Ella
deseaba todo aquello, y más. Sus manos sujetándole las muñecas, su boca
moviéndose por su cuerpo, besándola, probándo­la y mordisqueándola, saboreando su carne y su sangre mientras ella gemía de dolor y de placer.
— ¡Basta!
Su voz, ronca y profunda, la sacó de sus pensa­mientos. Él se había dado la vuelta y tenía los dedos apretados contra las sienes y los ojos cerrados.
—Veo tus pensamientos tan claramente como tú, y tengo que advertirte que mi control tiene un límite.
—Lo siento.
*Stephanie*
*Stephanie*


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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por *Stephanie* Jue 19 Jul 2012, 2:37 pm

Él se quedó inmóvil durante un momento, recupe­rando su compostura. Finalmente, tomó aire y se irguió de nuevo, encarándola.
—Te ruego que me cuentes lo que sabes ahora. Cuanto más tiempo paso cerca de ti, más peligro co­rres.
Ella controló el sentimiento de miedo.
—¿Peligro
de qué, Nick? ¿De morir? Es un riesgo pequeño, de veras. Me estoy
muriendo de todas formas. No sé si habría sobrevivido hoy si tú no me
hu­bieras... —recordó cómo había bebido de su cuello y rápidamente borró
el recuerdo de su cabeza—. Necesi­to saber unas cuantas cosas antes.
—¿Para poder usarlas en tu próximo guión?
Ella bajó la cabeza.
—Cuando
escribí el guión, no sabía que eras real. Creía que estaba usando las
ilusiones de un viejo loco que probablemente había muerto hacía mucho
tiem­po.
Suspirando, él se volvió y comenzó a andar hacia el
acantilado. Sus pasos eran poderosos y largos, y ella tuvo que dar dos
por cada uno de Joe.
—Tienes que creerme, Nick. Nunca te traiciona­ría. Ya no.
—¿Y por qué no?
—Porque estoy enamorada de ti.
Llegaron al borde del acantilado y él se detuvo cuando ella pronunció aquellas palabras. Se quedó allí, mirándola fijamente.
—No me conoces. No sabes lo que soy en realidad. Tu mente de escritora ha creado una fantasía de un mito bañado de romanticismo que no tiene nada que ver con la realidad. Tienes que fijar esto en tu mente mortal, ______. Los vampiros somos depredadores. Asesinos. Y los mortales son nuestras presas.
—¿Fue así con Laura Sullivan? ¿Ella también era tu presa?
Él le lanzó una mirada fría.
—Yo
era joven y estaba enamorado. Creí que podría controlar mis tendencias
naturales con ella. Afortunada­mente, se volvió contra mí antes de que
tuviera la opor­tunidad de averiguarlo —dijo él—. Aquella fue la
se­gunda parte de una lección vital, _______. Los vampiros y los
mortales son enemigos mortales. ¿Crees que una cobra y una mangosta
podrían amarse? Su amor estaría abocado al fracaso. Uno de ellos
destruiría al otro.
Ella se tragó el miedo.
—¿Qué significa ser un elegido? —le preguntó.
—¿Dónde has oído el término?
En
el mismo sitio donde he averiguado las demás cosas sobre ti. Sé que
ciertos humanos son llamados los elegidos. Y sé que hay algo en su sangre que hace que los vampiros lo sientan y sean protectores hacia ellos.
—Entonces, ya sabes lo mismo que yo.
—No lo creo.
—Esto es una pérdida de tiempo. Me marcho — dijo, y se volvió.
—¿Soy una de ellos? ¿Significa que no tengo que morir?
El se quedó en silencio.
Ella se acercó y le puso las manos en los hombros.
—Cuando
tú me alimentaste de tu cuerpo, Nick, me sentí... viva. Mis sentidos se
agudizaron y me sentí viva y fuerte. Pero no duró. Quiero sentirme así
duran­te todo el tiempo. Quiero ser lo que tú eres.
—Así que ya hemos llegado al quid de la cuestión. Ves la entrada al mundo de los inmortales. Eso es lo que significan en realidad todas esas declaraciones de amor y de deseo. No tienes la fuerza de carácter sufi­ciente como para aguantarlo, ______. Estarías muerta en menos de un año.
—Eso es un año más de lo que tengo ahora.
—No lo haré —dijo él, sacudiendo la cabeza—. No quiero curar esta locura con otra.
—Entonces, es posible. ¡Soy una elegida!
Él suspiró, frustrado y exasperado.
— Sí, maldita sea, sí. Tienes el antígeno Belladonna en la sangre. Por eso estás apagándote tan pronto. To­dos los de tu casta mueren jóvenes.
Ella asintió, procesando la información y revisando la historia que había leído en su mente. Era poco pro­bable, según lo que le había contado su demoníaca tía, que le hiciera daño a una elegida.
—¿Cómo se hace?
A él le brillaron los ojos en la oscuridad. Estaba en­fadado con ella por obligarle a seguir su juego, pero al mismo tiempo se sentía excitado con la perspectiva. Su mirada se posó en la garganta de ________.
—Hundo los colmillos en tu cuello blanco, _______, y me bebo tu sangre. Bebo hasta que estás al bor­de de la muerte. Si tomo demasiado, morirás. Después, cuando estás debatiéndote entre la vida y la muerte, yo te alimento con mi sangre. Bebes de mis venas, y tra­gas mi maldición.
El viento sopló con fuerza desde el mar.
—¿Y eso es todo?
—Después, duermes. Te despiertas. Te alimentas. Y el ciclo está completo.
Ella asintió firmemente.
—Muy bien. Entonces, hazlo —se apartó el pelo del cuello y de los hombros e inclinó la cabeza hacia atrás, ofreciéndole la garganta.
Él la miró con un brillo fiero en los ojos. Con el dedo índice, recorrió suavemente la piel de su cuello y granó muy bajo, como un animal de la noche.
— Sí, quieres hacerlo. Sabes que quieres —le susu­rró.
La respiración de Nick era entrecortada, como si estuviera luchando con ella, con su propio hambre y con su deseo. En aquel momento recordó lo que había leído: que el deseo sexual y el hambre de sangre eran una misma cosa para los muertos en vida.
Él volvió la cara para no mirarla.
Entonces,
______ se desabotonó el camisón a toda prisa y el viento se lo arrancó
de los hombros. Se que­dó desnuda, sintiendo el viento helado en el cuerpo.
La mirada de Nick volvió a posarse en ella. ________ se acercó y le rodeó el cuello con los brazos. Des­pués lo besó.
Con un suspiro, temblando, él le devolvió el beso, sosteniendo su cuerpo con ternura. Le recorrió la man­díbula con los labios y llegó al cuello, donde la besó y la lamió. Con un gran esfuerzo, levantó la cabeza.
—Por favor,
no me obligues a hacerte daño. No po­dría soportarlo, ¿no lo entiendes? Y sé que te haré daño.
— Conmigo será diferente. Soy una elegida. Te quiero, y lo sé. No dejaré que me hagas daño, Nick.
—No podrías detenerme.
—No tengo nada que perder
. Por favor, Nick, por favor...
*Stephanie*
*Stephanie*


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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por *Stephanie* Jue 19 Jul 2012, 2:41 pm

Gruñendo, él abrió la boca y hundió los colmillos en su cuello. _____ sintió un dolor punzante y, casi al instante, oleadas de éxtasis mientras él se alimentaba en su cuello.
Hubo un sonido, un silbido en el aire y un golpe. Nick gimió de dolor y la soltó, tambaleándose hacia atrás. _________ cayó al suelo, mareada y débil.
— ¡Te tengo, maldito! —gritó una voz.
________ miró hacia arriba y vio un dardo clavado en el hombro de Nick. La sangre brotaba alrededor de la herida. Después, miró hacia el otro lado y vio al hombre de las cicatrices acercarse corriendo con una ballesta en la mano.
—_____...
—Estoy bien. Corre, Nick. Vete. ¡Ahora!
Y él lo hizo. Se desvaneció en
un solo movimiento, un salto por el acantilado. Cuando saltó, ______
gritó de puro instinto. Y entonces, el cazador se arrodilló a su lado,
mirando hacia abajo. Ella también se asomó, pero Nick no estaba allí.
Ella se puso de rodillas y le dio un golpe débil al hombre.
—¡Imbécil! ¿Qué demonios está haciendo?
El hombre paseó su mirada por su cuerpo desnudo en la oscuridad, tanto como quiso. Entonces, ella se le­vantó y vio su bata tirada en el suelo a unos metros de distancia. La tomó y se la puso.
—¡Acabo de salvarle la vida! —le gritó el hombre, andando detrás de ella.
—Ha disparado a mi novio, y probablemente lo ha matado —le soltó ella—. Voy a llamar a la policía.
—¡No va a llamar a nadie! —la tomó por el hom­bro y la obligó a darse la vuelta. Ella se envolvió en la bata, agarrando bien el cuello para taparse—. Al me­nos, hasta que no me haya enseñado la garganta.
—Ya ha tenido la oportunidad de ver lo que ha que­rido —replicó ella—. Debería haberla aprovechado.
—Estaba bebiéndose su sangre. Y usted se lo esta­ba permitiendo. ¡Desgraciada!
—Usted está loco — ________ comenzó a andar ha­cia la casa, pero las rodillas le fallaron y tuvo que apo­yarse en el tronco de un árbol para tomar aire.
—Él ha tomado demasiado —dijo el hombre—. La habría matado si yo no hubiera llegado.
—¡Estoy en
estado de shock, por haber visto cómo usted disparaba a mi novio con
una ballesta y él caía por el acantilado, lunático! —entonces,
__________ creyó oír el ruido de un coche y de una puerta que se
cerraba.
Al segundo vio claramente las luces.
Él la agarró de nuevo por el brazo.
—¡Dígame la verdad, maldita sea!
—¡Eh! ¿Qué está ocurriendo aquí? —gritó la voz de un hombre, mientras se acercaban tres figuras— Soy policía, señor, y será mejor que suelte a la señorita antes de que me decida a meterle un balazo en el trase­ro.
El hombre de las cicatrices la soltó, se volvió y sa­lió corriendo.
El
recién llegado farfulló una maldición y salió a perseguirlo. Las otras
dos personas eran mujeres. Ellas se acercaron a ______ y le preguntaron
si estaba bien.
Ella no pudo levantar la cabeza. Mantuvo la bata bien agarrada para evitar que ellas vieran las marcas que tenía en el cuello.
—No sé quiénes son, pero estoy contenta de que hayan llegado tan oportunamente —murmuró.
—Díganos dónde está la puerta más cercana —dijo una de ellas—. La llevaremos dentro.
Ella asintió y señaló la puerta trasera, la de la coci­na, y las mujeres la llevaron casi en brazos. ________ irguió la cabeza y mantuvo la bata bien agarrada a su cuello.
—Espérenme aquí, por favor. Necesito un minuto...
Se arrastró por las escaleras a su habitación. Se en­contraba muy débil. La interrupción de aquel misera­ble podía significar el fin de todo. Se quitó la
bata y se puso un pijama de seda y un jersey de cuello alto negro por
encima. Cuando se puso frente al espejo, vio a una mujer pálida y
frágil. Se bajó un poco el cuello del jer­sey y vio las dos marcas,
diminutas, rojas.
Tragó saliva y se puso el cuello del jersey en
su lu­gar. Después se cepilló el pelo, mientras se preguntaba quiénes
serían aquellos extraños. Tendría que bajar las escaleras y hablar con
ellos en cuestión de minutos. ¿Cómo, si ni siquiera era capaz de mantenerse de pie?
Tendría que arreglárselas.
Con los ojos llenos de lágrimas, se acercó a la ven­tana y miró al cielo de la noche.
—Dios, Nick, ¿estás bien? Dime que estás vivo. Dime algo. Si has muerto por mi culpa...
«________».
Oyó su voz claramente en la mente, y al mismo tiempo sintió un dolor insoportable. Se apretó las ma­nos en la cabeza y cayó de rodillas.
«Volveré».
Era una promesa, hecha con otro golpe de dolor.


Espero que les guste!!!
Gracias por los coments!!
saludos
SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 681836
*Stephanie*
*Stephanie*


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Mensaje por aranzhitha Jue 19 Jul 2012, 5:38 pm

ahhh maldito tipo tenia que interrumpir :caliente:
Nick la quiere verdad?
Y Serafina quiere a Nick que feo es su sobrino
Son Demi y Joe los que llegaron verdad???
Siguela!!! Quiero mas!!
aranzhitha
aranzhitha


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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por Sunny Jue 19 Jul 2012, 8:16 pm

Awwww Porque Tuvo que interrupir el señor!Dios, lo estoy odiando!

Espero que sea Jemi los que llegaron!Perdon por no pasarme antes!Besos.
Sunny
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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por *Stephanie* Lun 23 Jul 2012, 2:04 pm

—Nick, ¿dónde estás? —dijo en voz alta—. Déja­me ayudarte. Déjame hacer algo.
Pero no hubo respuesta. Nada. Y ella supo que no le diría nada más, porque cada vez que le enviaba sus pen­samientos, también le enviaba su agonía. ¿Cómo podían estar tan conectados? Quizá el hecho de que hubiera be­bido de ella aquella noche tuviera algo que ver.
—Te quiero, Nick —susurró—. Te juro que no sa­bía que ese hombre iba a venir. Te lo juro. Yo lo mata­ré con tal de protegerte. Lo haré —Dios, no podía so­portar que él creyera que ella había planeado todo aquello para matarlo.
Se le derramaron las lágrimas por las mejillas. En­tró de nuevo en la habitación, dejando las puertas del balcón abiertas por si acaso él quería volver. Después se dio la vuelta, irguió los hombros y se dispuso a en­frentarse con los extraños.









18

Demi caminaba por la enorme cocina de __________ _________*observando todos los detalles de la decora­ción y el mobiliario. Había una isla en medio con un fregadero y cuatro taburetes, y Lydia ocupó uno de ellos. Demi no podía sentarse. No mientras Lou estuvie­ra ahí fuera en mitad de la noche, intentando cazar a Dios sabía qué o quién.
—¿Has visto lo mismo que yo? —le preguntó, aun­que estaba segura de Lydia sí lo había visto.
—¿Qué? —le preguntó la mujer.
—En el cuello de la bata que llevaba.
Lydia la miró sin comprender, y después sacudió la cabeza.
—Sangre, Lydia. Sólo un poco, una o dos gotas. Pero estaba ahí. Por eso ella se apretaba la bata alrede­dor del cuello.
—Yo pensé que tenía frío, o miedo. Quizá las dos cosas.
Demi agitó la cabeza con vehemencia.
—Estaba escondiendo algo. ¿No viste lo rápido que corrió para escaparse de aquí?
—Estaba disgustada, Demi.
—Te apuesto lo que quieras a que baja con algo que le tapa el cuello —caminó hacia la puerta de atrás de nuevo y apartó la cortinilla para ver algo—. Dios, ojalá ya hubiera vuelto —dijo con un suspiro de frus­tración, agarrando el pomo—. Al demonio. Voy a bus­carlo —y justo cuando abrió la puerta, Joe estaba su­biendo las escaleras, jadeante.
Demi se controló para no abrazarlo, pero lo miró bien para asegurarse de que no había sufrido ningún daño.
—¿Lo has atrapado?
—Se ha ido. No hay ni rastro de él.
—Maldita sea.
Joe se dejó caer en uno de los taburetes, pero se le­vantó a los pocos segundos, al ver que la mujer a la que habían rescatado sin querer entraba en la cocina. Demi miró directamente a su cuello y vio el jersey ne­gro de cuello alto. Entonces le lanzó a Lydia una sonri­sa autosuficiente. Sin embargo, Lydia no estaba mirán­dola. Ella y Joe estaban mirando a la mujer como si hubieran visto un fantasma.
Con el ceño fruncido, Demi volvió a mirarla. Enton­ces parpadeó, boquiabierta.
—Dios mío...
—¿Quiénes sois? ¿Qué es esto? —preguntó la mu­jer, mirando a Demi con cara de perplejidad.
Demi la comprendía, porque ella tenía las mismas preguntas.
¡Son idénticas! —dijo Joe, como si nadie se hu­biera dado cuenta.
*Stephanie*
*Stephanie*


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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por aranzhitha Lun 23 Jul 2012, 2:47 pm

Dios santo!!! Sin identicas
Pero como?? Son hermanas o que???
Hay anda siguela!!!
Quiero mas!!!!
aranzhitha
aranzhitha


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SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu) - Página 12 Empty Re: SOMBRAS EN LA NOCHE(Nick y Tu)

Mensaje por *Stephanie* Jue 26 Jul 2012, 11:57 am

«No, no lo somos», pensó Demi. _____ ________* estaba pálida como un fantasma, delgadísima y tenía el pelo muy largo, suave y brillante. Demi no era así.
Llevaba el pelo corto, y si se lo dejaba crecer un poco, se le rizaba. Y ella tenía color en la cara, al menos, el suficiente para distinguirla de un cadáver. Pero aparte de aquellas diferencias... aquella mujer podría ser su hermana gemela.
Demi se sentó en un taburete y la palabra «gemela» se repitió como un eco en su cabeza. Dios, ¿sería posible?
—Eres ________ _____* —dijo Joe, afirmándolo.
—Sí. Pero no entiendo de qué trata todo esto. ¿Por qué...? ¿Qué...
—Señorita ___________*, por favor, esto es una impre­sión tan grande para nosotros como para usted —dijo
Joe, suavemente, y al ver que estaba temblando, la agarró por los brazos de esa manera en la que él lo hacía, agradable, sin amenazar.
—Venga, siéntese —le dijo, y ella lo hizo.
Entonces él miró a Demi, sin saber si era para ani­marla a que dijera algo o para cerciorarse de que esta­ba bien. Quizá un poco de las dos cosas. Ella lo miró sin saber qué decir. Joe lo entendió, y empezó a hablar él mismo.
—Me llamo Joe Malone —le dijo a ________—. Soy policía, de White Plains, estado de Nueva Cork. Ella es Maxine Stuart, y ella Lydia Jordán. Son amigas mías.
Mirando a Demi sin parpadear, _______ le preguntó:
—¿Tú también eres policía?
—Investigadora privada —respondió ella.
—¿Eres adoptada?
—Sí. ¿Y tú?
_______ asintió.
—¿Cuándo naciste?
—El cuatro de mayo de mil...
—Novecientos setenta y siete —terminó _________.
Demi vio por el rabillo del ojo que Lydia se estaba levantando, asimilándolo con la única parte de su cere­bro que era capaz de asimilar algo más que a la mujer que tenía enfrente.
—¿Lydia? —preguntó Joe.
—Esto es algo privado, Joe. Deberían estar solas.
Asintiendo, Joe le puso una mano a Demi en el hombro y se lo apretó.
—Vamos a dar un paseo. Dadnos un grito si nos ne­cesitáis.
Ella asintió vagamente. Cuando la puerta se cerró, estaba a solas con aquella mujer pálida y frágil que ha­bría podido ser su gemela. Que quizá lo fuera.
—No puedo creerlo. Yo sabía que era adoptada, pero nadie se molestó en decirme que tenía una herma­na gemela por ahí.
_______ la miró.
—¿Quieres decir que esta visita sorpresa no es la culminación de algún tipo de búsqueda?
Demonios, tenía un tono de voz un poco hostil.
—No, no es la culminación de nada. Hasta que no te vi la cara no sabía nada.
—¿Nunca me habías visto antes?
—No, es la primera vez que vengo a Maine.
—Me refiero a los periódicos y la televisión.
Entonces Demi lo entendió.
—Ah, claro. Ahora debes de ser famosa, con lo de la nominación.
—Un poco —dijo ella, desdeñosamente.
Parecía que estaba intentando adoptar una postura autoritaria, muy erguida, con la cabeza muy alta y los ojos clavados en ella. Pero Demi notaba que le estaba costando mucho esfuerzo, lo cual estropeaba el efecto.
—Entonces, si no sabías nada de mí, ¿qué estás ha­ciendo aquí?
—Dios, ¿es que eso tiene importancia? —Max se levantó y se acercó a ella. Levantó una mano y le rozó la cara a _______ con las puntas de los dedos—. Somos hermanas. No puedo creerlo, es...
_____ bajó la mirada.
—Compartimos un útero durante nueve meses. No es para tanto.
Demi dejó que la mano le cayera al lado del cuerpo.
—¿No significa nada para ti?
—Obviamente nuestra madre no pensó que tuviera importancia. ¿Por qué demonios nos habría dado en adopción y además, separadas, si no? Es sólo una coin­cidencia biológica.
—Eres una bruja sin sentimientos, ¿no?
_______ atravesó a Demi con la mirada.
—¿Por qué no me dices lo que quieres de mí para que podamos ir directamente al grano?
—¿Lo que quiero de ti?
La mujer pálida arqueó las cejas con una actitud expectante.
Demi puso los ojos en blanco.
—Oh, ya lo entiendo. Tienes dinero. Éxito. Piensas que estoy aquí por eso, que quiero sacar algo.
*Stephanie*
*Stephanie*


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