Re: "Los riesgos de amar" (Nicholas y Tú) - Adaptación

por **Christine Rose** Lun 02 Abr 2012, 8:05 pm

NaTnAt escribió:yeiiiii
pase de pagina!!!

sube un cap please!!

MUCHISISIMAAAS gracias por TODOS tus comentarios me hicieron reir mucho gracias por pasar de pag eres muy linda ya subo cap!

por **NaTnAt** Lun 02 Abr 2012, 8:12 pm

Christine Rose escribió:
NaTnAt escribió:yeiiiii
pase de pagina!!!

sube un cap please!!

MUCHISISIMAAAS gracias por TODOS tus comentarios me hicieron reir mucho gracias por pasar de pag eres muy linda ya subo cap!

ok
yo espero el cap!! :D

por **Christine Rose** Lun 02 Abr 2012, 8:16 pm

Luego recordó que, en teoría, era una prostituta habituada a que la manosearan. Puso una mano sobre la mejilla del mercenario y sonrió de un modo que esperó resultase seductor y lascivo. En un español de lo más melodioso le dijo que era un cerdo comilón, pero hizo sonar el insulto como un apelativo afectuoso. Luego puso el camión en marcha de nuevo y condujo la distancia que faltaba hasta el control. Había dos coches delante de ella. El conductor del primero estaba discutiendo con el guardia. Bien. Éste se alegraría de ver un camión militar, que no había de presentarle problema alguno.

-¿Qué pasa?.-El mercenario alzó la cabeza y pestañeó, tratando de ver a través del sucio parabrisas, en el que un millar de insectos habían perdido la vida. Después apoyó la cabeza sobre el hombro de (tu nombre) de nuevo, la cual le dijo que la dejara hablar a ella y que ya casi habían llegado. El mercenario permaneció con la cabeza en su hombro mientras (tu nombre) avanzaba hasta la barrera. El guardia, un muchacho de no más de dieciséis años, se acercó a la ventanilla del conductor y le enfocó con la linterna a la cara. (tu nombre) se obligó a sonreír.

-Buenas noches.-susurró en un tono sensual y rugoso.

-Buenas noches.-contestó el guardia, receloso.-¿Qué le pasa al capitán?.

-Ha bebido demasiado.-dijo ella tras chasquear con la lengua contra el cielo del paladar.-Pobre hombre, es un soldado valeroso, pero una botella ha podido más que él.

-¿Adonde lo llevas?.

-Soy tan buena persona que me lo voy a llevar a mi casa.-respondió (tu nombre), guiñándole un ojo.-Me pidió que lo cuidara por la noche.

El guardia le sonrió. Miró un segundo al otro ocupante del vehículo. Después de asegurarse de que estaba inconsciente, replicó:

-¿Para qué molestarte con él? ¿No preferirías estar con un hombre de verdad?.-el muchacho hizo una cruda referencia a las dimensiones de su miembro, que a (tu nombre) le parecieron, aparte de imposibles, nauseabundas. No obstante, esbozó una sonrisa boba y bajó las pestañas.

-Lo siento, pero el capitán ya me ha pagado la noche. Quizá en otra ocasión.

-Quizá.-contestó el guardia con altivez.-Si puedo pagarte.

(tu nombre) le dio una palmadita coqueta en la mano. Luego puso cara de fastidio por la oportunidad perdida, se despidió del muchacho con la mano y metió primera. El guardia le ordenó a su compañero del control que levantara la barrera y (tu nombre) pasó y la dejó atrás.

Durante varios kilómetros, apretó con fuerza el volante y mantuvo los ojos atentos al retrovisor tanto como a la carretera que tenía por delante. Cuando se convenció de que no la seguía nadie, empezó a temblar lo que no había podido temblar antes, mientras disimulaba los nervios. ¡Lo había conseguido! Por suerte, el mercenario había permanecido quieto durante todo el diálogo con el guardia. Habían logrado superar el control y ni siquiera los seguía nadie.

(tu nombre) dio una vuelta grande por la ciudad y tomó la desviación, la cual dirigía directa a la jungla. En seguida, las copas de los árboles se entrelazaron sobre la carretera, formando un túnel frondoso. La carretera se estrechaba y se picaba de baches y más baches a cada kilómetro que pasaba. La cabeza del mercenario empezó a pesarle, allí tendida contra sus pechos. Estaba recostado encima de todo el costado derecho de (tu nombre), la cual intentó desembarazarse de él en varias ocasiones, pero sin conseguir apartarlo.

Por fin desistió y decidió que era mejor tenerlo dormido encima de ella que combatir su asfixiante juego amoroso. Contempló largamente la idea de parar antes de llegar al sitio que había divisado antes, pero terminó resolviéndose en contra. Cuanto más alejara al mercenario de la ciudad durante esa noche, más fuerza para negociar con él tendría al día siguiente. Así que siguió conduciendo por la ondulada carretera, soportando los botes de la cabeza del hombre cada vez que pasaban un hoyo.

Le entró sueño. La monotonía de no ver más faros que los del camión que conducía resultaba hipnótica. Se adormiló tanto que estuvo a pique de saltarse la desviación. Pero nada más reconocer el ligero hueco entre la sólida pared de árboles de la selva, reaccionó, giró el volante a la izquierda y detuvo luego el camión, antes de apagar el motor. Los pájaros de la selva, instalados en lo alto de los árboles, protestaron estridentemente por la intempestiva intrusión.

Luego se calmaron y la oscuridad envolvió de silencio el pequeño camión, como negro puño de terciopelo. Suspiró de cansancio y se quitó al hombre de encima. (tu nombre) arqueó la espalda para estirar los músculos, cargados. Giró el cuello, describiendo varios círculos con la cabeza. Se sentía muy aliviada por haber llevado acabo su misión. No había nada que hacer salvo esperar a que amaneciera. Pero el mercenario tenía otros planes.

Sin tiempo a prepararse para su ataque, la agarró en un abrazo oprimente. La siesta parecía haber renovado sus fuerzas. Sus besos eran más fogosos que nunca. Mientras su lengua jugaba a merodear sobre los labios de ella, sus manos le bajaron unos centímetros el hueco corpiño. Metió una mano y le agarró un pecho.

-¡No!.-(tu nombre) se revolvió, le puso las manos sobre los hombros y lo empujó con todas sus fuerzas. El mercenario perdió el equilibrio y cayó hacia atrás, golpeándose la cabeza contra el salpicadero. Rodó de lado y se echó hacia adelante descontrolado. Lo único que impidió que se diera de bruces contra el suelo fue su tamaño. La envergadura de sus hombros lo mantuvo atrapado entre el salpicadero y el asiento. Se quedó quieto. En silencio.

¡COMENTEN POR FAVOR! "Los riesgos de amar" (Nicholas y Tú) - Adaptación - Página 3 188110

por **NaTnAt** Lun 02 Abr 2012, 8:37 pm

:affraid:
q le paso al Nick????
va a estar bien???
siguelaaaaaaaa
no me dejes con la duda

por Dayi_JonasLove!* Mar 03 Abr 2012, 8:40 am

¡Nueva Lectora! :D
Todavía no entiendo muy bien de que va la nove pero es un hecho que quiero averiguarlo. Siguela pronto porfavor (:

por **Christine Rose** Mar 03 Abr 2012, 6:02 pm

Dayi_JonasLove!* escribió:¡Nueva Lectora! :D
Todavía no entiendo muy bien de que va la nove pero es un hecho que quiero averiguarlo. Siguela pronto porfavor (:

¡BIENVENIDA! si el principio es un poco confuso yo estuve apunto de no leerla por eso pero me enganche y ahora no me arrepiento de haberla leido, ya despues de este cap que voy a subir se empieza a aclarar todo un poco!

por **Christine Rose** Mar 03 Abr 2012, 6:10 pm

Horrorizada, (tu nombre) se cubrió la boca con una mano y contuvo la respiración varios segundos. Seguía inmóvil.

-¡Dios, no!, ¡lo he matado!.-susurró espantada. Abrió la puerta del camión. La luz del techo se encendió. Una vez que sus ojos se hubieron ajustado a la repentina claridad, miró al mercenario. Le dio un toquecito con precaución. Y gruñó. La expresión aterrada de (tu nombre) dibujó una mueca despectiva. No estaba muerto, sólo tenía una borrachera de muerte y estaba inconsciente.

Intentó levantarlo por el cuello de la camisa, en vano. Se arrodilló frente a él para estar a su altura y tiró de sus hombros hasta echarlo hacia atrás, recostándolo entre la puerta y el asiento. Echó la cabeza hacia adelante y apoyó una mejilla sobre el hombro. Al día siguiente tendría tortícolis. Mejor. Que le doliera el cuello, deseó (tu nombre).

Cualquiera que se emborrachara hasta ese punto se merecía soportar todas las consecuencias. Pero aquella postura lo hacía parecer mucho menos amenazante. Tenía pestañas largas y rizadas, observó (tu nombre), lo cual contrastaba con su semblante masculino. Así, débilmente iluminado, advirtió que su cabello era marrón oscuro, pero con brillos rojizos, y que, debajo de su bronceada piel, tenía los pómulos salpicados de pecas. Respiraba profundamente por la boca. Tenía los labios algo separados. Con aquel labio inferior tan carnoso no era extraño que besara tan… (tu nombre) se obligó a no hacer la menor consideración sobre el modo en que besaba.

Antes de empezar a sentir el menor cariño por él, pensó en cómo reaccionaría cuando despertase. Tal vez no se tomara bien haber sido reclutado para su causa. Tal vez se pusiera violento al verse en medio de ninguna parte, antes de que ella tuviera oportunidad de explicarse. Los mercenarios eran hombres de tremendo genio. Miró el machete. Sin darse tiempo a acobardarse, lo sacó de la vaina. Parecía que pesaba cincuenta kilos.

Lo sujetó con torpeza y a punto estuvo de rebanarse los muslos en dos. Luego lo tiró al suelo a través de la puerta abierta. Quedaba la pistola. La miró durante varios segundos. Se le hizo un extraño nudo en el estómago. Debía desarmarlo. Eso era lo inteligente. Aunque, teniendo en cuenta dónde estaba la pistola…¡Pero no era momento para ponerse aprensiva! Después de todo lo que había hecho esa noche, cohibirse por aquello era ridículo.

Estiró un brazo. Se acobardó. Retiró las manos. Cerró las manos en puños, flexionó los dedos y lo intentó de nuevo. Esa vez, sí, agarró la culata de la pistola y dio un tirón. Otro. Con más fuerza. Pero se negaba a salir de la pretina. Apartó la mano y sopesó sus opciones. No tenía ninguna. Tenía que quitarle la pistola, y hacerlo sin que se despertara.

Miró su cinturón. Cerró los ojos un segundo mientras se humedecía los labios, hizo acopio de valor, aplacó los nervios y tocó la hebilla. Con la punta del dedo índice, levantó el botón para liberar el tirador de la cremallera. La bajó sólo un poco, lo justo para que la presión cediese. El mercenario exhaló un suspiro. Y (tu nombre) se quedó helada. Volvió a llevar las manos al cinturón. Logró desabrochárselo. Tocó entonces el botón de los pantalones. El mercenario emitió un ligero gruñido y se giró, situando una rodilla sobre el asiento. Lo que cambió todo. Todo.

Aparte de que, así colocado, la pistola estaba más agarrada entre el estómago y la cintura. Le sudaban las manos. Prefirió no pensar qué haría el mercenario si se despertaba. Si pensaba que estaba intentando arrebatarle la pistola, la mataría de un disparo. Y si pensaba… Lo otro era demasiado horrible para considerarlo siquiera. Echó mano al botón de nuevo y esa vez no se amilanó por el débil ronquido del mercenario. A pesar de los nervios, logró desabrochárselo. Agarró la culata de la pistola y volvió a tirar, pero seguía sin salir.

Maldijo en silencio. Se mordió el labio inferior y tomó el tirador de la cremallera. Que se había enganchado. Tuvo que dar tres tirones para que se moviera. Y aunque su intención había sido bajarla uno o dos centímetros nada más, al final se abrió del todo. De repente. Impactantemente. Soltó el tirador como si le hubiera mordido y sacó por fin la pistola. El mercenario roncó, volvió a cambiar de postura, pero no se despertó. (tu nombre) se llevó la pistola al pecho como si fuese el Santo Grial y se hubiera dedicado toda la vida a buscarlo. El cuerpo entero le transpiraba.

Cuando terminó de convencerse de que seguía dormido a pesar de sus maniobras, y de que no tendría que usar la pistola para protegerse, la lanzó al suelo junto al machete. Luego cerró la puerta del camión a todo correr, como para ocultar la prueba del crimen. Y, entonces, silencio. Se quedó a oscuras, pensando. Quizá no había acertado escogiendo al mercenario si se había dejado desarmar sin oponer resistencia. Aunque estaba borracho, y a donde iban no tendría acceso a ninguna bebida alcohólica.

Había ahuyentado a aquel otro soldado con una sola mirada. Y era un hombre fuerte, capacitado para el trabajo que pretendía asignarle. Había estado suficientemente cerca de él para estar segura de eso. Y también sabía que era un hombre decidido. Si no se hubiera golpeado contra el salpicadero, lo más probable fuera que aún siguiera intentando desnudarla. Mejor no dudarlo. Había acertado en la elección y punto.

Resuelto lo cual, (tu nombre) se acomodó en su esquina del camión, apoyó la cabeza en el borde de la ventana, abierta, y se quedó dormida al compás de los leves ronquidos del hombre. Le parecía que no había sino cerrado los ojos cuando la despertó una letanía de exabruptos intranscribibles. La bestia se había despertado.

COMENTEN

por Invitado Mar 03 Abr 2012, 7:37 pm

hola soy nueva lectora me llama paty y me mencanta tu nove por favor sigue me encanta tienes que seguir no puedo creer que la dejes asi. plis, plis, me encanta sube. aqui tienes una fiel lectora.

por Invitado Mar 03 Abr 2012, 7:38 pm

sigue sigue sigue sigue sigue sigue sigue siegue siegue sigue sigue sigue

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por Invitado Mar 03 Abr 2012, 7:39 pm

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por Invitado Miér 04 Abr 2012, 5:53 pm

hola yo de nuevo, sigue por favor me encanta y bueno digamos que tal si no tienes muchas seguidoras, si se siente mal pero bueno si no sigues desepcionarias a barias no cres asi que por favor sigue sigue sigue.

por Dayi_JonasLove!* Miér 04 Abr 2012, 6:45 pm

Oh vamos, no puedes dejarla ahí :(
Es ahora que comienza a ponerse interesante, ¡POR FAVOR SIGUELA! :D

por Invitado Miér 04 Abr 2012, 8:54 pm

siiiiii por favor siguela siguela por favor

por Invitado Miér 04 Abr 2012, 8:54 pm

siiiii cambio de pagina

sigue sigue sigue sigue sigue

por **Christine Rose** Jue 05 Abr 2012, 7:52 pm

dnangelpaty escribió:hola soy nueva lectora me llama paty y me mencanta tu nove por favor sigue me encanta tienes que seguir no puedo creer que la dejes asi. plis, plis, me encanta sube. aqui tienes una fiel lectora.

¡BIENVENIDA PATY! muchas gracias por todooos tus comentarios gracias, gracias, gracias por comentar, por leer la nove, por pasar de pag muchas gracias...ya subo cap

PD: y no te preocupes si comenta solo una persona por esa la seguiria hasta el final :)

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