Atentado & Asesinato. [JOE & TU]

Bueno Chicas Lo Prometido Es Deuda $: Ayer No Les Pude Subir Porque Estoi Enferma & Me Tienen En Cama ¬¬. Pero Aproveche De Que No Hay Nadie En Casa Para Subirles La Maraton. Las Kiero

Maratón
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Tú: ¡Maldito estupido! Me las pagarás.
Joe: ¿Qué Cosa? -susurro en mi oído.

Me sobresalte, intenté girar pero no podía me tenía las muñecas agarradas, detrás de mi espalda. Levanté el pie intentado dar con su entrepierna pero fui imposible. Me dio un codazo y caí de rodillas al piso. Noté como me ponía unas esposas.

Tú: ¿Por qué no te has largado?
Joe: ya te lo he dicho, me has jodido, nena -apretó al máximo las esposas, haciendo unas marcas horribles en la piel, el dolor no lo sentía, quizás ya estaba acostumbrada a el.
Tú: Me haces daño, imbecil -me quejé.
Joe: eso es lo que quiero preciosa, hacerte daño, pero antes me aseguraré de matar a todo lo que quieres
Tú: ¿hum? eso es lo que crees. Atrévete a poner una mano encima a cualquiera de ellos y te mataré -advertí.
Joe: Si yo me muero tú te vienes conmigo -dijo en ademán de superioridad, como si pudiera llegar a matarme.
Tú: Por supuesto, te seguiré hasta en el infierno Idiota

Joe me cogió de la cabeza y tiró de mi, fuertemente, hacia arriba. Me levanté y bajamos las escaleras de dos en dos. Me sentó en la enorme cama y me amarró las manos. Cogí una gran bocanada de aire y empecé a hablar.

Tú: Antes de matarme y hacerme sufrir y blah blah blah, ¿podrías hacerme un favor?
Joe: ¿Te rindes sin luchar? Qué fácil
Tú: ¿Sí o no?
Joe: Depende. Dime y te diré
Tú: Hazmelo, hazmelo bien, duro, rápido, audaz, pasional, hazlo pero hazlo ya, no esperes, no hables, solo siente y hazlo, lo deseo, lo deseas, lo deseamos, hazme lo que tanto piensas desde hace días, hazme de ti lo que quieras, hazme tuya, hazme sentir lo que quieras, pideme lo que necesites. ¡Por dios santo hazlo ya!

Joe se puso duro rápidamente, era increíble, deseaba, anhelaba todo lo que me hacía sentir cuando simplemente me rozaba quería sentirlo, era verdad, lo quería es más lo necesitaba. Ya no más mentiras, necesitara que se hundiera tanto en mi hasta el punto de no saber donde empezaba uno y terminaba el otro. Lo quería. Se movio, como esperando que algo ocurriera pero lo único que hizo fue ir a la cocina y sacar una pistola. Me apuntó.

Tú: No quisiera herir tu ego, pero esta no es la primera vez que alguien me apunta con su pistola -sonreí.
Joe: Oh no nena, esta no es una pistola cualquiera es una Glock 18 diseñada en Europa, para los tiros secos, cariño esto te reventaría los sesos.
Tú: Vamos disparame Joe, hazlo, aunque sería una pena morir sin antes probar ese cuerpo tuyo -confesé.


Chicas No Comenten Hasta Que Termine De Subir Todos Los Caps.

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Cerré los ojos, y el tiempo se paró ante mi ser indefenso, no tenía escapatoria. Apretó el gatillo. La Glock 18 hizo un ruido sordo de "pum". Entonces lo comprendí, si morir significaba querer reconocer que en algún momento de mi vida necesité y amé a alguien, al instante lo vi claro, mi vida no era más que una gran farsa. ¿Quién era yo? ¿Quién eran ellos? ¿Qué era la AAA? ¿Por qué mi hermano murió y su nombre no sale en las listas? ¿Qué querían de mí? ¿A qué venían y de quién eran aquellos mensajes? ¿Quién era Joe? Y la pregunta que más me inquietaba de todas: ¿Qué mierda sentía por Joe? Mi vida pasó como un flash de una cámara de fotos cegándote por unos segundos y que al ver, la luz te resplandece, hasta que tus pupilas se adaptan al cálido exterior. Solo que esta vez no volvería a ver, ni sentir, ni levantarme, ni mi corazón volvería a latir. "Todo ha acabado" dijo una vocecilla en mi interior. Si todo terminó, ¿por qué sigo pensando? Algo no encajaba, rápidamente intente poner mi cabeza en funcionamiento. Repasé los detalles " Oh no nena, esta no es una pistola cualquiera es una Glock 18 diseñada en Europa, para los tiros secos, cariño esto te reventaría los sesos". “para los tiros secos". "para los tiros secos". "para los tiros secos". Ese no había sido un tiro seco, más bien una Colt -típica en armamento militar- 1911 del calibre 45. Respiré un poco, sentí el pecho darme un vuelco. Sí yo no había muerto y Joe no había disparado ¿Quién había sido? Conocía esa arma. Abrí los ojos rápida y agudice el oído.

Ire: ¡Mierda! -exclamó la pelirrubia. ¿Es qué siempre soy yo la que te salva el culo? -sonrió y se metió la Colt en el bolsillo del pantalón.

Silencio. No podía hablar. Ni siquiera hacer un gesto. No podía gesticular ni una sola frase coherente. No quería mirar, pero la curiosidad mató al gato así que... Estaba tirado en el piso, con un agujero de bala en el hombro derecho. Gracias a dios. Suspiré cuando sus penetrantes ojos avellana se abrieron interrogativos y aturdidos, no sé por qué pero sentí un alivio inmenso en el pecho, pero al ver la sangre de él sentí un nudo en mi garganta. Examiné a Ire. Tenía el pelo, ligeramente descuidado, unos moretones en los brazos y un par de cortes, nada grave pero juro que le daría una buena al que lo hizo. Ire me hablaba movía sus labios pero lo único que podía hacer era respirar entrecortadamente. Me zarandeó un par de veces y oí un grito ahogado. De Joe. "ah, ah." repitió. Estaba muy mal, podría morir.

Tú: Desátame -dije al fin.
Ire: ¡Dios mío! ¿Estás bien?
Tú: Sí -confirmé.

Ire, me desató y volvió a levantarse con un suspiro ahogado. Mi cuerpo reacciono solo y se levantó de la cama. Había estado en situaciones caóticas, al borde de la muerte y no le tenía miedo, pero aún así me sentía aturdida y en ese instante lo único que quería hacer era ayudar a Joe y saber que se pondría bien. Me acerque -tambaleándome- hacia Joe. Me miró los ojos y pude notar cierto odio, pero a pesar de todo, dolor. Le había dado, en el punto exacto como para dejarle muerto o quizás, si tenía suerte, sin brazo. Pero, no. Nada de eso pasaría.

Tú: ¿Estas bien? -pregunté en un murmullo apenas audible.

Para mi suerte lo oyó y zarandeo la cabeza e hizo una mueca exasperante.

Joe: ¿Qué te parece? Bah, estoy de puta madre, tanto que creo que no he estado mejor en toda mi vida -dijo sarcástico además de pausada y entrecortadamente.

Notaba que le costaba hablar y respirar. ¡mierda se estaba desangrando!

Ire: Haber si lo entiendo, este tío casi te mata, he venido yo te he salvado tu lindo trasero exótico y...¿vas tú y lo ayudas? -dijo con los ojos fuera de sus orbitas. Definitivamente estas loca.
Tú: ¡Cállate! -grité. Tráeme agua caliente, un cuchillo, una aguja, hilo de coser, paños, una cinta, una manta y vodka
Ire: entendido

Ire salió corriendo en dirección a la cocina. Joe me miro con ojos interrogativos. Me agaché a su lado y corté la camisa para hacerle un torniquete aunque solo fuera para detener un poco la hemorragia. Joe dio un respingo hacia atrás cuando me acerque.

Joe: ¿Por qué me quieres ayudar?
Tú: no lo sé
Joe: ¿Cómo sé que no me vas a terminar de matar?
Tú: no te voy a matar, si quisiera ya lo hubiera hecho. Mira Joe no tengo ni idea de porque te estoy ayudando, tampoco puedo verte morir, me he acostumbrado a ti, a que estés insoportable, a que quieras matarme. Y lo más raro de todo es que ahora mismo voy a sacarte la bala del brazo y no me lo vas a discutir ¿Capisci?

Joe asintió con un movimiento suave de la cabeza, y le hice el torniquete. Cerró los ojos y apretó los puños.

Tú: ¡Ire, vamos no tengo todo el día!
Ire: Voy, voy -dijo apareciendo, con las manos cargadas. ______, lo siento, no sabía que... bueno en realidad no lo siento, tuve que pedir clemencia para que los dos idiotas de tus amigos me dejarán salir -dijo mirando a Joe desafiante.
Joe: Vale est-amos en paz
Ire: Vale, pero solo lo hago porque estas realmente bueno -dijo mirándolo bien.

No sé por qué pero me enfurecí con ese comentario, la miré a los ojos con cara de matar y ella retrocedió dos pasos.

Ire: sí, sí lo entendí
Tú: Bien -gruñí.

Metí el paño en el agua caliente.

Tú: Quitate la camisa

Joe sonrió maliciosamente.

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Tú: ¡Dios! Hasta para esto piensas mal
Joe: tú me das que pensar, cariño
Tú: Quitatela antes de que me arrepienta

Joe levanto el brazo izquierdo, el otro no lo movió. Le ayudé un poco. Le levanté la parte posterior primero haciendo que pareciera más sensual. Mi boca se secó, ¿cómo parecería tan sexy muriéndose y con un agujero en el pecho del tamaño de una pelota de golf? No tengo ni la más remota idea, pero lo era.

Tú: A ver esto va a doler mucho, ¿ok?
Ire: ¿Mucho? Nada más, se vá a...
Joe: No ayudas rubita -la interrumpió frunciendo el ceño. Todo esto es por tu culpa
Ire: ¡Por mi culpa! -dijo irritada. Demonios, has sido tú el que le ha dicho a esos idiotas que me secuestraran, pero no eres lo suficientemente listo como para saber que tus amiguitos no se resisten a mis encantos de mujer -sonrió.
Tú: Shhh. Vale el vodka escocerá
Joe: Lo he echo un par de veces tranquila una bala más no me matará aunque debo de reconocer que la rubita tiene puntería -dijo irónico.

Saqué el tapón de la botella y moje la punta del paño, se la pase por toda la herida y empezó a moverse.

Tú: Bebé de la botella -dije dándosela. Te dolerá menos, lo prometo

Le puse la mano en la mejilla y le susurré un "Todo irá bien" aunque ni yo misma sabía si eso era verdad.

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Dio un trago largo y suspiró. Cogí la botella y di un trago bastante profundo. El alcohol quemaba mi garganta, ardía como fuego. Tenía que prepárame. Mire bien el pecho de Joe y la herida relucía brillante bajo sus bíceps, estaba completamente ensangrentado. Lo miré fijamente examinándolo todo, tenía un par de rasguños por la presión de la bala pero nada grave, aún así, tendría que clavar bien el cuchillo para sacársela sus músculos impedirían el paso. Cogí el cuchillo y suspiré de nuevo. Sin previo aviso lo clavé. La sangre salió. Joe apretó más los puños. Lo profundicé un poco más -con cuidado- para no romper un vaso, con toda la sangre que salía bastaría para alimentar a un vampiro que lleva en ayunas una semana. Se incorporó un poco después de unos minutos como si ya no aguantará el dolor.

Joe: ¡Haz que paré! -murmuró. Te lo suplico ______
Tú: Lo siento, queda poco, aguanta un poco más, ¿vale?
Joe: ¿Tenías que dispararme? -preguntó.
Ire: Si no hubieras intentado disparar a mi amiga ni secuestrarme -rodó los ojos.
Tú: ¡Ya cállense!
Ire: Perdón
Tú: Hazme un favor, llama a tu hermano
Ire: Lo haré después
Tú: Ahora -ordené.

Ire asintió y salió casi corriendo del salón. Joe se volteó y me miró a los ojos.


Joe: ¿Por qué quieres que se vaya?
Tú: Está nerviosa y eso me desconcentra
Joe: ¿No son celos, verdad?
Tú: ¡¿Qué?! Claro que no -me apresuré a decir.
Joe: ya, ya -dijo con indiferencia. Seguro -esbozo una sonrisa y entornó las cejas.

Noté algo de metal con la punta del cuchillo, la bala. Estaba ahí y podría sacarla.

Tú: ¡Por fin! La encontré ahora... -respiré. Va a doler, mucho así que lo mejor que puedes hacer es respirar
Joe: ¡_______! -exclamó. Hazlo ya
Tú: 1..2...y...

La saqué, dio un respingo más un gritó ahogado. Puse la bala en el agua caliente y moje un paño suave. Joe empezó a tiritar. Sus labios carnosos, deseables, rojizos y perfectos se volvieron de un tono azul pálido. Empezó a convulsionarse un poco y se apoyó en el respaldo del sofá -ahora lleno de sangre-. Cogí la manta que me dio Ire y lo tapé, por encima.

Tú: No, no, no, no. Joe escúchame, abre los estupidos ojos, no los cierres, no te atrevas. -dije rápido. Joe vamos abre la boca y dime una de tus estupideces
Joe: De lo único que me arrepiento es de no haberme acostado contigo -dijo con un hilo de voz. Lo haré en la otra vida.
Tú: Vamos Joe, no me jodas, como te mueras me mato, te seguiré hasta el más allá. Lo juro -aseguré.

Todo parecía irreal, Joe muriéndose y yo, como estaba, no puede ser que este... No, no, ni de broma, no estoy mal quizás decepcionada, solo un poco. Luché contra las ganas de llorar y como resultado me salió una mueca. Todo iba mal hasta que empecé a escuchar una carcajada.

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Joe: Tendrías que haber visto tu cara, cariño -sonrió. ¡Has caído!

Cambio de opinión "le volveré a clavar la bala hasta que se quede sin conocimiento"

Tú: Idiota
Joe: ¿Te has preocupado por mí? Vaya, es todo un halago
Tú: Te arrepentirás de lo que has hecho
Joe: Venganza
Tú: Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él -dije, con aires de superioridad. Prepárate te voy a coser esta mierda
Joe: Cuidado

Cogí la aguja y el hilo. Lo clave en el extremo derecho justo donde empezaba la herida, fui lento. Di al menos cuatro puntos y aún seguía por un poco más de la mitad. Clavé por sexta vez la aguja y Joe apretó la mandíbula.

Tú: Lo siento
Joe: Ten más cuidado, así conseguirás matarme
Tú: No es mi culpa que tus músculos sean intocables, la aguja no pasa más allá de ellos
Mierda, ahora había aumentado su ego. ¡Fantástico!
Joe: Lo sé, están bien ¿eh?

"Bien, solo bien, son impresionantes" pensé. Pero callé no tenía ganas de subirle más su ego. Aunque estuviera siendo una completa mentirosa y una hipócrita.
Metí por última vez la aguja e hice un nudo al pequeño hilo. Listo, no se podría decir "como nuevo" porque aún así tenía una enorme raja en el hombro. Aparte de la sangre que le cubría todo el torso y las manos.

Tú: Hecho
Ire: Ya he llamado a mi hermano, se puso como loco, le expliqué todo y está aquí en media hora tiene algo importante que decirte o eso me dijo además le he dicho que trajera un poco de ropa para el hombretón
Tú: Vale, ¿te ha dicho que tenía que decirme?
Ire: No, pero a juzgar por su tono de voz parecía importante, solo me ha dicho algo de unos mensajes y...

Deje de escucharla después de la palabra "mensaje". ¿Serían los de hace días? Tragué saliva y sin pensarlo me desplomé a un lado, y si algo le pasaba a mis hermanos. No, no y no. Por encima de mi cadáver y aún así habrían doscientos agentes para ayudarlos.

Ire: ¿_____? ¡______! ¿Me estas escuchando?
Tú: No, perdón
Ire: ¿Tú, pidiendo perdón? Qué te pasa, cariño
Tú: Nada, solo pensaba -sonreí, una de esas sonrisas tristes. Y...¿Dónde esta Joe?
Ire: Acaba de irse a darse una ducha, ahora que estamos solas dime ¿Por qué mierda lo has salvado? ¡Estaba apunto de matarte! Lo vi con mis propios ojos -dijo alarmada, sorprendida ante mi actuación de hace una hora.
Tú: No lo sé -respondí con sinceridad, realmente no tenía ni la más remota idea de por qué había salvado a Joe quizás tendría la guardia baja.
Ire: Yo sí, amiga lo he visto
Tú: ¿qué cosa?
Ire: ¡No te hagas la inocente! He visto como te mira, y como lo miras tú
Tú: No estoy enamorada -respondí con rapidez. Ni loca
Ire: No iba a decir eso exactamente, lo que iba a decir es que lo que quieres -y necesitas- es un buen polvo con Joe -sonrío ampliamente.
Tú: Quizás
Ire: No quizás no, lo necesitas y lo sabes -sonrió.
Tú: Cambiemos de tema dime, ¿como hiciste para librarte de Nick y Kevin?
Ire: Fue bastante fácil, un poco de vodka, tequila después, sexo duro y ¡Zas! -chasqueó los dedos. En el bote
Tú: No cambiarás
Ire: Lo aprendo de ti, zorra
Tú: Lo sé y eso me motiva a continuar -reí.
Ire: Ve a darte una ducha anda, estás llena de sangre
Tú: Agh. Sí lo haré

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Me levanté del sofá y subí las escaleras lentamente. Cogí del armario ropa limpia, un vaquero y una camiseta básica, nada de formalidad. Oí el ruido del agua caer, Joe estaba duchándose. Empapado, mojado. Lleno de jabón y Shampoo con olor a cereza. ¡Dios! ______, autocontrol repetí varias veces seguidas. A la mierda, entré en el baño y sigilosamente cerré la puerta. Levanté la vista y me encontré con una silueta de hombre debajo de un chorro caliente de agua. El baño estaba lleno de vapor. Empecé a sentir calor, quemándome la piel. Él estaba ahí dentro, desnudo, empapado, caliente... volví a mirar, estaba lavándose el pelo, con movimientos lentos y circulares a través de sus mechones dorados, ahora más que nunca ansíe tocarlo. Sus manos se movían lentamente por sus sienes, en un movimiento rítmico. Casi como si supiera que yo estaba ahí aumento la velocidad. Dios sabe la de cosas que pueden hacer esas manos. Tragué saliva silenciosamente y repase por última vez su cuerpo miré hacia su abdomen, sus piernas atléticas, tenía los gemelos como piedras, y -sin poder evitarlo- miré su entrepierna, su silueta era bastante larga diría unos 25 cm. Dios mío, eso era increíble, ¿cómo se sentiría todo eso? La pregunta salio automáticamente. Bien, muy bien, mierda perfectamente bien. Estaba concentrada mirando todo su miembro que cuando levanté la vista para mi sorpresa me encontré dos círculos ámbar, quizás café, mirándome con el ceño fruncido. Automáticamente me apoye en la puerta y suspiré. Volví a mirar su miembro ahora al descubierto, lo veía todo. Estaba erecto, dos venas sobresalían del resto, una de ellas iba desde los testículos hasta el glande, de un color morado, más claro. Miré esta vez su abdomen, era perfecto, llegué a contar siete abdominales. Los pezones erizados a causa del frío, pero no fue eso lo que me llamó la atención, si no un piercing en ellos, lo hacía extremadamente sexy, como si estuviera echo para seducir, ¡pues claro que lo estaba! Entraban ganas de lanzarse y chuparlo. Chuparlo entero, comérmelo, literalmente. Se aclaró la voz y me sobresalté.

Joe: ¿Qué mirabas? -sonrió.
Tú: Ponte la toalla -dije al fin.
Joe: ¿Por qué? ¿No te gusta lo que ves? Creí que sí
Tú: No me hagas arrepentirme de salvar tu vida
Joe: ¿O qué? -me retó.
Tú: Te mataré
Joe: Esta bien, cariño -cogió la toalla y se la puso alrededor de las caderas.
Tú: ¿Tienes un piercing? Además de los muchos tatuajes
Joe: Sí -sonrió pícaro. ¿No te diste cuenta antes?
Tú: No me fijé, estaba más... ocupada

Joe amplió su sonrisa y recorrió con la mirada mi figura.

Tú: Voy a ducharme
Joe: ¿Quieres que te ayude? Te puedo ayudar con la espalda
Tú: No, gracias, puedo sola
Joe: ¿Es verdad?
Tú: ¿qué cosa? -pregunté quitándome la camisa.
Joe: Lo que dijiste antes de que la rubia me disparara -volvió a sonreír, entreabriendo los labios, solo como él sabía hacerlo.

Las mejillas tomaron color por si solas, la sangre fluía con más rapidez y sentí mi cuerpo precalentarse. ¡Estaba avergonzada! De un comentario.

Tú: No -mentí.

Mentirosa, Mentirosa, Mentirosa.

Joe: Mentirosa -respondió esbozando una mueca.
Tú: Ok sí, era verdad, ¿contento? -dije llevándome las manos como jarras debajo de el pecho, abultándolo más. Pero no creas que voy a acostarme contigo, solo era un comentario -volví a mentir.
Joe: Cariño -dijo. Llevas queriéndote acostar conmigo desde la primera vez que me viste -sonrió.
Tú: Creído -espeté. Eres un completo imbécil
Joe: Un imbécil al que quieres llevarte a la cama, pero no voy a ser uno más de esa lista, cariño
Tú: No tenía pensamiento de que lo fueras
Joe: por muchas ganas que tenga de hundirme en ti, tan fuerte que me pedirías clemencia -murmuró con la voz grave.


CHICAS HASTA AQUI LA MARATON ESPERO QUE LES GUSTE :B
COMENTEN

ame el maratpon la rayis se esta enamorando de joe :9
bueno y caundo van a hacerlo?? jajaja

Nueva lectora :cheers:
me encanta siiguelaaaaa :bounce:

el maratón estuvo genial pero me dejaste con las ganas de que la rayis y joe por fin lo hicieran jajajajajajaja


siguelaaaaaaaaaaaaaaaaa

aaaaaahhhhhh me encnto!!! me encanto!!! me encanto!!!

que bueno que joe no se murio

seguila!!!!

MUY BUENOS

TODOS LOS CAPS

DE LA MARATON xD

SIGUELAA...!!!

OMJ! Si que fueron buenos los caps!
La hiba a matar! Lo bueno que llego ire a salvarla!
Todavia lo salva!.esta enamorada!
Y el tambien que no se hagan!
Que dira Jef de esto?
Me encantaron los caps!
Gracias pir el maraton!
Fue genial!
Siguela please ya quiero saber que pasara con esos dos!

seguila!!!!

siguelaaaaaaaaaaaaaaa

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa