Atentado & Asesinato. [JOE & TU]

Cap. 31 [parte II]


Tú: ¿Qué haces?
Joe: Ese tipo -señalo con la cabeza al negro, luego cerró la puerta del coche con cuidado. No para de mirarte y me estoy enojando bastante -susurró.
Tú: Tranquilo, no es mi tipo -sonreí. Aunque es bastante...
Joe: Cállate, no estoy de humor
Tú: ¿Qué mierda te pasa ahora? -murmuré; caminamos a paso lento, por el camino de flores.
Joe: Ha venido el mismo tipo por aquí, y preguntó lo mismo que en tu casa, le he dicho a esos dos que no dejen pasar a nadie más, excepto gente autorizada
Tú: ¡mierda!

Llegamos al porche y me sentí observada desde atrás, me giré y tenía un par de ojos negros mirándome. El hombre alto de la entrada parecía bastante imbécil.

- Espero que el Señor Jonas te tenga bien atendida, preciosidad, yo en su lugar no te dejaría ni un segundo -sonrió y guiñó un ojo.
Joe: La verdad Hond... -sonrió y luego miró al tal Kenny. Es que mi vida sexual con _______, es bastante buena, no quieres saber las cosas que hacemos en la cama y no precisamente me hace falta una, además de todas las veces diarias que la mantengo ocupada, por eso mi ausencia estas últimas semanas.

Mis ojos se abrieron de par en par. Mi hermano se tragó una carcajada y Carla no entendió absolutamente nada. Joe volvió a acercarme más a él. Pasó una mano por mi espalda. Le pellizqué el brazo y me miró. Me acerqué a su oído.

Tú: Deja de inventarte cosas Jonas, me estas enojando -susurré.
Joe: ¡Es un cerdo! No dejaré que te hable así -murmuró entre dientes. Vamos entremos -dijo más alto.

Entramos a la casa. Una araña colgaba del recibidor, tenía pequeños detalles con piedras de swarovski. Los muebles en estilo franco-italiano. Los pasillos con arcos en la puerta lo hacía más acogedor, los grandes sillones con detalles florales eran al estilo español, con una pequeña mesita para el té. Una mesa en el comedor con doce sillas a su alrededor, un poco más minimalista. La cocina era bastante más sencilla, con los últimos electrodomésticos. A la izquierda había unas escaleras de caracol, y un poco más lejos, a unos metros, había un ascensor. A su izquierda había unas escaleras que llevaban a un sótano, con un cartel en la puerta en forma de botella de vino, señal de que era una bodega. Un salón grande con una tele de plasma y sofás acordes con el tono vino, un poco más claro, de las paredes. Había un pasillo con unas tres salas más. Solo me pude fijar en que una decía 'Sala de juegos' y la otra 'Cine'. Joe se giró a verme.

Joe: Quédate aquí un momento, iré a hablar con mi madre -me soltó de su agarre y pude respirar, no lo había hecho hasta entonces por miedo a que su particular olor entrara por mi nariz y paralizara mi mente.

Solo asentí con la cabeza y vi como él subía las escaleras hasta el segundo piso. Una mujer se acercó a nosotros. Llevaba un delantal y unos vasos con refrescos en las manos.

- Señorita klein, ¿verdad? Me ha dicho el señor Jonas que me acompañe al salón podrá sentarse y esperarle más tranquila -habló la mujer, con tono educado.
Tú: Ehmm... sí claro -sonreí forzadamente.

Nos guió hasta el salón y me senté en el sofá, la sirvienta dejó los vasos y se marchó. Mi hermana me miró y cogió un refresco, mi hermano en cambio se quedó inmóvil en el sofá. Estaba un poco incómoda. Miré para todos lados y vi un marco con una foto de Joe y su padre. Los dos parecían contentos, con los trajes de la CIA, un niño más pequeño estaba en brazos de Paul, mientras que una niña, bastante parecida a Joe, estaba en brazos de una mujer mayor, seguro que su madre. Eran bastante parecidos todos, y extremadamente guapos, su padre era fuerte y tenía una expresión decidida, pero miraba y sonreía enamorado a su esposa. Ella tenía la expresión un poco más cariñosa pero se notaba que mandaba en él y su familia. Mientras que los dos niños sonreían felices. Joe estaba increíble con su traje de la CIA, sonriendo como siempre a la cámara. Su pelo despeinado y alocado le daba un toque más viril. Y la barba de un par de días asomaba en su mentón. Agarraba al niño con delicadeza. Paseé la vista por otro marco, este me llamó más la atención. Era Joe, con un polo negro y unos vaqueros, estaba con una mujer, un poco más baja que él, con el uniforme de la CIA, morena, flaca, alta, de ojos cafés oscuros, estaban abrazados cariñosamente, él la tenía cogida por la cadera, y los dos sonreían...enamorados. Suspiré y quité mi vista de esa estúpida foto. Para mi sorpresa un par de ojos avellana me miraba, y no, no eran los de Joe.

Cap. 32


- ¡Hola! ¿Quién eres? -preguntó la niña de la foto, seguro que la hermana de Joe, con una sonrisa impecable, era igual a él pero en niña.
Tú: Hola -sonreí. Soy ______, una amiga de Joe
- Yo me llamo Mandy -sonrío. En realidad me llamo Amanda Lynn Jonas Miller, pero es muy largo así que soy Mandy -explicó. Así que eres la nueva novia de Joe... -sonrió. Eres más guapa que las demás, hasta pareces simpática -dijo la niña, batiendo las dos coletas.
Tú: Ehmm... No, no soy la novia -sonreí nerviosa.
Carla: No, no lo es pero lo será -sonrió. Me llamo Carla, soy la hermana de ______
Mandy: ¿Quieres jugar conmigo? Estoy jugando con las princesas y sus caballos, además tengo el castillo nuevo -sonrió. Me lo regaló Joe para mi cumple
Carla: Claro vamos, ______ ¿puedo?
Tú: Sí, claro no tardes, encantada de conocerte peque -Mandy vino a mí y me dio un sonoro beso en la mejilla.
Mandy: Mi hermano esta loco -sonrió.
Tú: ¿Por qué? -sonreí, esa pequeña tenía una sonrisa contagiosa.
Mandy: Por no ser tu novio, eres tan guapa -suspiró. Pero lo convenceré

Reí divertida y miré como las dos niñas subían las escaleras despacio, agarradas de las manos, como si se conocieran de toda la vida, tan amigas. Oí un suspiró y miré a mi hermano.

Tú: ¿Qué pasa?
Teba: _____, veras yo...
Tú: ¿Tú qué?
Teba: Estaba saliendo con una chica del instituto y...
Tú: ¿Qué? ¿No estará embarazada? -grité.
Teba: No, no nada de eso -suspiró. Esta saliendo con otro -suspiró, yo sonreí.
Tú: Esteban, no tengo experiencia en esto pero... las mujeres se cansan rápido, olvídate de ella y disfruta de la vida, solo tienes diecisiete años -sonreí.
Teba: Lo sé pero no es tan fácil olvidarse de alguien, además, ¿alguna vez no hiciste una estupidez tan grande, que rompía tus propias reglas, por esa persona?

Automáticamente me vinieron recuerdos de hace unos días. Cuando salvé a Joe. Cuando le quité la bala y no sé porque. Esa gran estupidez. Pero la verdad es que no me arrepiento. Nada. Y lo volvería a hacer.

Tú: ¿Quieres recuperarla?
Teba: Realmente sí
Tú: ¿Quién es el idiota que cambió por ti?
Teba: El capitán del equipo de baloncesto -dijo entre dientes.
Tú: Lo mejor que puedes hacer es ser su amigo
Teba: ¡¿Qué?! ¿Esta loca?
Tú: Escúchame bien, tienes que ganar la confianza de aquellos quienes te hicieron daño para que con el tiempo les des la puñalada por la espalda -sonreí. Te haces su amigo, y te contará que se está cansando de ella, ¿como lo sé? Es el capitán del equipo y probablemente su ego sea más grande que él mismo, ahí intervienes tú y la consigues de vuelta -sonreí. Cuando salgamos de esta mierda, la tendrás.
Teba: Gracias, supongo
Tú: No me las des a mí -sonreí. Yo solo di el consejo

Un sonido de tacones retumbó en toda la sala. Después unos pasos bajar las escaleras con mucho cuidado. Unos zumbidos más cerca y un suspiro. Me volteé y giré mi vista en dirección a todo ese ruido. Una mujer de ojos verdes, de mediana estatura y de unos cincuenta y tantos años me miraba sonriente. Tenía la cabellera ondulada, de un color castaño oscuro. Este caía por sus hombros. Tenía una figura alta y delgada. Su cutis era liso y tenía una palidez en la piel que la hacía más tierna. La nariz estaba acorde con sus labios ligeramente afilados por un lápiz de labios marrón claro y no se daba a notar tanto que tenía uno más carnoso que el otro. Tenía la sonrisa tan bonita -incluso más- que la de Joe. Sus dientes estaban perfectamente alineados y blancos. Era increíblemente guapa y era muy joven para su edad, aunque en sus ojos había cierto atisbo de cansancio y tristeza. Tenía la mirada profunda y perdida, a pesar de su sonrisa maternal. Por un momento pensé en la de mi madre, demasiado parecida. Llevaba un vestido rosa palo, con unos tacones altos color beige. Un collar de perlas descansaba en su cuello al igual que dos perlas en sus orejas. Una impresión bastante señorial y decidida. Mientras se acercaba cada vez un poco más con zancadas cortas y firmes. No había ni rastro de Joe. Por una extraña razón me puse nerviosa, como si una adolescente fuera a conocer a su suegra. Sacudí la cabeza y dejé la mente en blanco. No sirvió de nada.

- Hola, señorita Klein - extendió su mano en modo de saludo. Soy la señora Jonas dime Denise -sonrió, cariñosa.
Tú: Encantada Denise -le extendí mi mano también. Puede llamarme ______. Este es mi hermano Esteban y -sonreí. Su hija ha capturado a mi otra hermana
Denise: Y...dime, ¿como se porta mi hijo, Joe, contigo? Suele ser muy posesivo y celoso, como su padre -rió. Pero se le pasara -guiñó. O eso espero, eres una chica muy guapa y estoy segura que pretendientes no te harán falta
Joe: Ehmm... No mamá, ella, yo...-intentó explicar.

Juego sucio Jonas, me las pagarás. Me levanté del sofá y fui hasta su lado. Sonreí 'cariñosa' y con cuidado me acerqué a él. Le puse la mano en su cintura y descansé mi cabeza en su hombro. El me miró interrogativo.

Tú: Joe, cariño no tienes nada que explicarle a tu madre, nos queremos y punto, además somos felices juntos -sonreí aún más. Somos novios desde hace cuatro semanas, cinco horas y veinte minutos -sonreí como una auténtica estúpida enamorada.

Joe sonrió forzadamente y me atrajo más a él. Se acercó a mi oído con 'cariño'. Falso.

Joe: Eres una completa manipuladora
Tú: Te la debía -sonreí y me volteé. Joe cariño no seas impaciente, después hablaremos sobre eso, además has tenido tu porción de 'amor' por hoy, ¿cierto? -oí como mi hermano reprimía una carcajada y Denise abría los ojos de par en par.
Denise: Igual de desesperado que su padre -sonrió. Joe no todo se basa en el 'sexo' cariño -suspiró su madre indignada. La pobre chica tendrá que sentirse querida, no cansada
Joe: Mamá yo...
Denise: No -interrumpió. No intentes explicarlo, yo también tuve tu edad, cariño, además me alegro mucho de que seas feliz con esta increíble mujer, no la conozco pero es muy guapa y agradable me da buena impresión -yo sonreí aún más. Tienes suerte, mujeres así no se encuentran todos los días. Y me alegro de que te olvidaras de la estúpida de Selena, sé que te costó -suspiró. Pero se te ve enamorado
Joe: ¡Mamá! -espetó irritado.
Denise: Lo siento, pero esa chica era una autentica víbora come hombres, además era una pésima agente -sonrió.
Joe: Ya basta, no hables así de ella, sabes que sus infidelidades fueron porque fui un idiota con ella -dijo entre dientes.

Me tensé. Lo que se estaba debatiendo no era de mi agrado. Selena. Solo con oír el nombre una corriente de electricidad subía por mi espina dorsal. Y sabía perfectamente que tipo de corriente era. Celos. Mierda. Estaba completamente celosa. Pero zarandeé la cabeza y me relajé. Intentando pensar en otra cosa. El silencio se tensó y Joe intentó cambiar de tema.

Joe: Tengo las maletas en el coche, ¿nos vamos?
Tú: Vamonós, amorcito -sonreí y le pellizque la mejilla.
Denise: Adiós cariño -dijo mientras abrazaba tiernamente a su hijo. Tengan cuidado, no sé porque quieres que me vaya a Italia pero mañana saldrá mi avión, si eso te hace más feliz... -sonrió.
Joe: Ya lo hablamos mamá, además irás con la madre de Nick y los niños, ten cuidado, nos vemos pronto mamá

Eso último sonó como a despedida.

Joe: Dile a los niños que se porten bien -sonrió.
Denise: Lo haré, anda vete ya -susurró. Encantada ______ -se acercó a mí y me besó la mejilla suavemente. Supongo que después de las vacaciones podré tomar el té contigo y saber que planes hay -guiñó coqueta.
Tú: Seguro -reprimí una carcajada.

Salí agarrada a Joe hasta las escaleras, donde estaba mi hermana hablando entretenidamente con Mandy. Me miró y sonrió, las dos niñas se acercaron a mí.

Mandy: Prométeme que volverás -le dijo a Carla.
Carla: Lo prometo -le sonrió.
Tú: Veo que se han hecho amigas -sonreí.
Mandy: Sip -respondió asintiendo. ¿Te veré a ti?

Miré a Joe y este a mí. Estaba un poco...nervioso. Como si buscara la aprobación de su hermana.

Joe: La verás siempre que quieras -sonrió.
Tú: Claro, bueno pequeña, adiós

Con un besó en la mejilla nos despedimos de la madre de Joe y seguimos caminando hacia el coche. Los hombres de la puerta no pararon de mirarme hasta que estuve dentro del coche, esta vez conducido por Joe. Salimos de aquella imponente casa y regresamos a la carretera. Mi hermano estiró el brazo y subió el volumen de la radio, donde sonaba " Otherside" de Red Hot Chili Peppers. Joe me miró.

Joe: ¿Dónde es?
Tú: Garment District -dije apoyando el codo en el marco de la ventana.

Luego de un par de minutos nadie habló el silencio se hizo consumidor y sofocante. Bajé la ventanilla del coche y el aire azotó mi cara. Apoyé la cabeza en el asiento y por un momento cerré los ojos. Sentí el aire fresco de Nueva York por toda mi piel. Desde atrás oía los ronquidos de mi hermano. Mientras el zumbido de la respiración de Carla parecía normal y plácido. Despejé la mente y pare de pensar por un momento. Hasta que todo se volvió absolutamente negro.


Chicas Hasta Aqui La Maraton Espero Que Les Haya Gustado :D

Lo siento mucho mujer me.habia perdido!
Esos dos como me dan risa tan celosos uno de otro!
Que tierna la familia de Joe!
Esteban me sorprende!
Y aaaww me parte el corazon la pequeña Carla!
Ojala no sepa nada!
Ni puedo creer como van las cosas! Todo avanza rapido!
Siguela please

he leido todos los caps en un dia jejej me ha encantado la novela espero subas cap pronto...... :)

jajajaja esa rayis le hace cada cosa a joe mira que hacerle creer a denise que ya eran novios y aparte que joe era un insaciable en cuanto al sexo jajajajaja pero se que pronto eso se hará realidad si que si :P :risa:


siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaa

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

nueva lectora!! SIGUELA POR FAVOR!!! AMÉ LA MARATÓN!!! PERO NO LA DEJES AHI!!! U.U

jojojojo la verdadq u hacen una pareja magnifica los dos
ojala se hagan novios :)
que apsoo====?

siguela

jajajajajaja denise se creyo
lo que la rayis le dijo
y quien es esa tal selena
me encanto el maraton
seguila!!!!

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

:affraid:

Siguela :(

Chicas Mil Perdones Por No Subirles El Cap Ayer Pero Estoi Un Poco Ocupada Con Todo Esto De La Semana Santa D; ¬¬ & Nose Les Pueda Subir En Este Fin De Semana! Tratare De Hacer Todo Lo Posible Para Subirles Aunque Sea Un Cap. No Me Maten Plis :D
& Bienvenidas Ke Genias Tener Cada Vez Mas Lectoras & Ojala Les Guste La Nove :B

Cap. 33


Sentí que me movían. Casi al instante abrí mis ojos y pude ver la figura de Joe delante de mí.

Joe: Te dormiste -susurró. No quería despertarte pero hemos llegado
Tú: ¿Me he dormido? -dije sobresaltándome; poniéndome recta, de repente sentí un dolor agudo en el cuello, me di cuenta que el asiento del coche no era el más reconfortante.
Joe: Sí, tranquila estabas demasiado cansada -sonrió.
Tú: ¿Podrías por un momento dejar de sonreír así?
Joe: ¿Así como?
Tú: Como si estuvieras.... intentando provocarme -suspiré cansada.
Joe: No. Me gusta provocarte, eso lleva al camino fácil -volvió a sonreír.
Tú: No conseguirás absolutamente nada -mentí; su sonrisa se ensanchó y sentí por enésima vez como mi cuerpo se precalentaba y mi feminidad palpitaba desesperado.
Joe: Te conseguiré a ti -murmuró, con la voz ronca; su tono de arrogancia hizo que me estremeciera.
Tú: Sí, conseguirás un tremendo enojo de mí parte -sonreí yo y él entrecerró sus ojos.
Joe: Vamos, discutiremos luego en un sitio más... privado -sonrió de nuevo mientras guiñaba y sentí ganas de ahorcarlo hasta que se pusiera azul como un estupido avatar.

Salimos del coche y toqué la puerta del piso de Jefferson. La madera de esta crujió en mis nudillos. Nadie contestaba y esto me estaba molestando, bastante. Un Jaguar negro se encontraba aparcado delante de la casa, un poco apartado. Sentí unas manos rodear mi cintura y de la sorpresa pegué un gritito y luego reaccione. Levanté la pierna derecha y le di una patada en la entrepierna. Se retorció de dolor. Movió su mano hacia mí y se la cogí, retorciéndosela. Él giro sobre su propio cuerpo y cayó boca abajo en la gravilla. Le di una patada en la cabeza. Sobresaltó e intentó levantarse. Le di con el codo en la espalda y volvió a caer. Saqué la pistola para terminar el trabajo. Intentando que nada se pudiera oír, mis hermanos estaban en la parte trasera del coche durmiendo. Justo cuándo iba a apretar el gatillo, Joe me dio un codazo en el estómago, haciendo que cayera. Un gritito de dolor salió de los labios de Jefferson. Cuando me di cuenta de la gran estupidez que había hecho. Apunto de matarle. Tenía el brazo lleno de cortes y moretones. Mientras estaba tirado en el piso. Alzó las manos de modo pacífico y murmuró algo, que no pude llegar a escuchar. Mientras intentaba incorporarse. Le ayudé a levantarse y cojeó un poco. Instintivamente se llevó la mano a la espalda.

Tú: ¡Mierda Jefferson! -sonreí. No deberías de haber hecho eso, casi te mato.
Jefferson: Me di cuenta -siguió con un tono apenas audible. ¡Diablos _____, intentaba darte un abrazo no matarte!
Joe rió, burlándose de él.
Tú: Sabes que me pongo... agresiva cuando la situación no es del todo 'buena' -resoplé. Y precisamente ahora no estoy en el mejor momento de mi vida.
Jefferson: Dejémoslo ahí -miró la cara burlona de Joe y maldijo. Callate imbécil
Joe: Encima que le quito la pistola para que no te terminé de matar y me insultas, debería haber dejado que continuara -dijo sonriendo, arrogante como siempre; revoleé los ojos y ayudé a Jefferson a sentarse en el porche.
Tú: ¿Estás mejor?
Jefferson: Sí pero me duele la espalda -intento sonreír pero le salió una mueca.
El hombre de la época de mi tatarabuelo habló. Maldito cavernícola, ¿es que no se enteró que la época del neandertal acabó hace mucho? Respuesta fácil. No.
Joe: ¿Te duele un golpe de una mujer? ¡Qué poca cosa! -sonrió.

Ire saltó encima de él, propinándole un golpe en la cabeza. Tirándolo al suelo.

Ire: Hay que reconocer que esta nena le da... duro -sonrió. Y omitiré tu comentario, no quiero terminar de matarte, hombretón.
Jefferson: Y bien... duro -sonrió aún más; encajando a la perfección el doble sentido; Joe se tensó y fue con paso decidido hacia él, Ire intentó detenerlo, pero caminó hecho una furia, levantó el brazo y fue directamente a su cara, otra mano masculina la detuvo, lo empujó hacia atrás y lo miró directamente a los ojos.
Chris: Joe, tranquilo hombre -suspiró.

Joe bajó la intensidad de su mirada. Por un momento creí que lo mataría. Y si Chris no lo hubiese detenido, lo más probable era que terminara en un hospital, o quizás en una tumba. Dos figuras masculinas más aparecieron delante de mis ojos. Dos esbeltas, fuertes y sonrientes figuras llegaron hasta nosotros con un tono de burla en los ojos. Haciendo bromas como solo ellos dos sabían hacerlas. Nick le dio un codazo a Kevin y este lo miró mal y luego comenzaron a carcajear. Solté un bufido. Todo se lo tomaban a broma, eran tan felices que me daba envidia. Chris me pasó una mano por el hombro.

Chris: Tengo que hablar contigo -murmuró. Es importante.

Asentí frenéticamente y me volví hasta quedar en frente de él. Los demás ni se inmutaron, hablando como si se conocieran de toda la vida. Mientras la rivalidad y la tensión entre Joe y Jefferson carraspeaba en el aire.

Tú: ¿Qué pasa?
Chris: Ofrecen cuarenta de los grandes por tu cabeza -tragó. A toda la AAA y veinte si nos matan a alguno de nosotros -suspiró. Esto va en serio.
Tú: Mierda -espeté ya, furiosa. Puede venir cualquiera, y peor, puede conocernos -suspiré y me estremecí, no aguantaba más, tanta presión en la cabeza, tantos mareos, tantas cosas, tanto miedo.

Fue entonces cuando sentí que me derrumbaba. Que moría, que quería hacerlo. Todos los muros que desde hacía años que había puesto ahí mismo se esfumaron. Toda la coraza que me protegía se desvaneció. Toda la seguridad se fue. Toda la fuerza para seguir adelante se convirtieron en un total desastre. No pude recordar las palabras que un día me había dicho mi hermano. Aunque en el interior de mi cabeza seguían estando esas palabras. Esas sabias palabras.

Flashback

Rudy me sacudía en el aire y me rascaba la cabeza haciendo que escalofríos inocentes recorrieran mi pequeño y frágil cuerpo de niña. Aún sentía esas palabras, y sabía que jamás se irían. Él me sonrió y me soltó, dejándome caer en el césped. Él cayó a mi lado.

Rudy: ¿Cuidarás de ellos?
Tú: Claro, hasta la muerte -sonreí, inocente como siempre.
Rudy: No -él se tensó y no comprendí por qué; ahora todo tenía más sentido, todos los clavos sueltos del final. Escúchame bien _______. Eres la persona más fuerte que he conocido nunca, me superas con creces, eres igual de testaruda y cabezota que yo -sonrió. Sé que cuidaras de ellos, sé que lo harás, este yo o no -suspiró, uno amargo; afrontando la dura realidad. Te quiero mucho enana -rió. Pero hay cosas que harás de las que no te arrepentirás pero otras que no te gustan tanto, también será duro, pero nunca dejes de pelear, mi pequeña leona -susurró. Hay que luchar para conseguir lo que quieres, hay que amar para saber llegar hasta el final... y hay que entender que 'La muerte no es salida a ninguna solución, es el final de todas las opciones'

Fin Flashback

Ahora lo entendí no tenía sentido morir, no dejaría que eso pasara. No lo haría. Yaciendo en el suelo pude desahogarme de la mejor manera posible, de la más correcta. No esconder más lo que tanto ansiaba salir. ¿Por qué no? Lloré. Lloré como nunca lo había hecho. En el piso tirada. Con un dolor agudo en el corazón. Sabiendo que podría matarnos. Y lloré. Ya no más ser la tipa dura. Yo también era persona. Yo también sentía. Y me di cuenta que había vuelto a encender el interruptor de mis emociones. Sentí las manos duras de Chris abrazarme con fuerza. Lloré en su pecho. No me importaba que me miraran. Noté que una mano más pequeña y cálida también me rodeaba. Ire me susurraba cosas para calmarme al oído. No podía parar de llorar. Tantas lágrimas acumuladas en mis ojos, tanto dolor tragado. Había salido fuera. Unos brazos más cálidos que los demás me abrazaron con más fuerza. Más intensidad. Su tacto hizo que me olvidara por un momento del dolor. Dando paso a otra emoción. No sabía con exactitud lo que era o lo que significaba. Un nudo se formó en mi garganta. Seguí llorando desconsoladamente. Creí que eran horas. Pero me sentía tan bien en aquellos brazos. Me sentí tan protegida. Él me abrazaba con cariño, como si por alguna razón me pudiera perder. Me siguió abrazando mientras yo lloraba en su pecho y me abrazaba más a él. Sentí su respiración entrecortada y dejé de llorar. Sintiéndome mejor. Mucho mejor. Supe que aquellos brazos que me protegían y me aferraban a él con tanto cariño eran los de Joe. Levanté la cabeza. Con los ojos rojos y hinchados. Los labios en un tono azul. La cara pálida y el poco rimel ligeramente corrido. Él me sonrió de una manera más cariñosa y menos fría. Hizo que me estremeciera como tanto pasaba cuando estaba con él. Me acarició el pelo suave, con una mano, mientras que con la otra me sujetaba con fuerza. No había nadie al rededor. Y la luz de la casa de Jefferson estaba encendida. La risa de mi hermana pequeña inundó mi cerebro. Y yo seguí allí en los brazos de Joe, tan cómoda. Tan ligeramente feliz. Después de haber llorado tanto.

Joe: Estás horrible -murmuró mientras carcajeaba.

Su risa tan normal y confortable me hizo gracia. Me miró con ojos tiernos y sonreí. No me importaba si podría parecer idiota.

Joe: Así me gusta... -sonrió y colocó un mechón de pelo detrás de mi oreja. Me encanta cuando sonríes, cuando es de verdad, espontáneo -murmuró. No hagas más esto _______. Me has asustado, cuando te caíste así yo...
Tú: ¿Por qué? -fue lo único que pude decir.
Joe: Porque sí
Tú: No me consta Joe. ¡Mierda! ¿Por qué me ayudas, por qué contigo es diferente, por qué? -volví a repetir.
Joe: Porque es la regla, protegerte en todo momento -susurró, cerca de mi boca; sentí que me derretía.

No lo pensó dos veces, la poca distancia que quedaba entre nosotros se desvaneció en segundos. Juntó sus carnosos y apretados labios contra los míos. Me besó, como nadie lo había hecho jamás. Su beso pasional pero protector. Audaz pero cariñoso. Eléctrico pero lento. Hambriento pero suave. Tantas contradicciones en un solo beso. Tantas sensaciones y emociones. Entreabrió el labio superior y metió la lengua, cálida pero húmeda en mi boca. Buscó desesperadamente la mía y por unos segundos se entrelazaron, después jugó e inspeccionó toda las partes de mi boca, devorándome. Empujaba la lengua, volvía a sacarla en un ritmo hipnotizante. Mientras aún sentía el fuerte agarre de sus manos sosteniéndome. Jugamos por un momento, mientras nuestros cuerpos se pegaban más intensificando el beso, sabiendo que encajábamos a la perfección. Cada vez se me hacía más difícil respirar, pero no quería, no quería que parase. Se separó de mí. No sin antes morderme el labio, hasta que sentí un sabor a metal, el de mi propia sangre. Sonreí y no me importó nada más. Él me miró y sonrió. Sosteniéndome igual de protector. Lo sentí. Diferente.


HASTA AQUI EL CAP CHICAS TRATARE DE SUBIRLES OTRO *-*