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Heart On A Chain (Nick y Tu) Adaptacion
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Heart On A Chain (Nick y Tu) Adaptacion
nueva lectora
me encanta la novela
por favor siguelaaaaaaaaaaa
no la puedes dejar asi
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa :(
me encanta la novela
por favor siguelaaaaaaaaaaa
no la puedes dejar asi
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa :(
N.L.T.J.B.
Re: Heart On A Chain (Nick y Tu) Adaptacion
por que no la sigues
por favor no la abndones
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
por favor no la abndones
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
N.L.T.J.B.
Re: Heart On A Chain (Nick y Tu) Adaptacion
por favor siguelaaaaaaaaaaaa
no la dejes por lo mas que tu quieras
no la dejes por lo mas que tu quieras
N.L.T.J.B.
Re: Heart On A Chain (Nick y Tu) Adaptacion
Hay mis amores enserio lamento no a ver subido cap.
Sorry sorry sorry sorry
Estuve sin internet durante todo este tiempo, la ultima vez que me conecte fue cuando subi capi. Enserio lo lamento y les voy a subir una Maraton!!!
A las nuevas lectoras BIENVENIDAAAS y lamento que no hayan podido leer, recien empiesan a leer y la escritora las bandona :( me siento fatal. Espero me perdonen Las amoooooo
MARATON!!!!!!!!!!!!!!!!!
1/5
Capitulo 32
Cuando regreso, todavía estoy tirada en el piso de la cocina donde ella me dejó. Estoy acostada en algo pegajoso. ¿El jugo del pavo? Ruedo a un lado, gritando por el dolor en mis costillas, me detengo y jadeo un doloroso aliento. Me concentro en mi respiración, manteniéndola bajo control, sabiendo por experiencia que esta es la única manera de aliviar un poco el dolor. Me empujo hacia arriba con el brazo bueno, apoyándome contra la pared y tomo respiraciones lentas y profundas cuando el mundo comienza a girar de nuevo. Me siento un poco mejor, miro al suelo y me doy cuenta con rigidez que había estado recostada encima de mi propia sangre. La náusea rueda a través de mí.
Uso el borde de la mesa para impulsarme con mi brazo para pararme sobre mis rodillas, luego a mis pies, luchando contra la nueva ronda de náuseas y de mareos que vienen con eso. Miro a la mesa, está justo como la había dejado, menos el pavo. Ella está allí sentada con desdén, burlándose de mis esfuerzos. Me levanto insegura, tratando de recobrar el suficiente aliento para llegar arriba y limpiarme. Cuando finalmente me muevo, voy instantáneamente hacia la puerta de atrás.
Miro a mi columpio colgado, balanceándose suavemente en la fría brisa y tomo una decisión. Salgo de mi casa, moviéndome lentamente y con cuidado hacia el frente. No sé si ella será capaz de verme, pero no voy a darle la oportunidad. Una vez que estoy en la calle, sin ser detectada por ella o por cualquiera de los vecinos, atravieso el campo y finalmente, hago mi camino a través de los árboles hacia otro lado.
Caigo varias veces, cada vez toma más tiempo que el anterior volverme a levantar. Sé lo que tengo que hacer, tengo que llegar a él. Su cara me hace seguir adelante, tirándome fuera de la nieve cada vez que me caigo y mancho de rojo la intachable nieve blanca.
Finalmente llego a su casa, sin saber cuánto tiempo ha pasado. Está empezando oscurecer, así que calculo que ha sido bastante tiempo. ¿Y ahora qué?, me pregunto. Cojeo por encima del paseo, pero en vez de ir a la puerta de la calle, hago mi camino por alrededor de la casa y colapso de nuevo cerca de la clínica. Trato de levantarme, pero no soy capaz de subir. Me doy por vencida. Me quedo allí en la nieve no sé por cuánto tiempo, entonces ocurre un milagro.
—Nick, la cereza y el pastel de manzana están en el estante superior, pero la crema de plátano y calabaza en el fondo, por lo que no te olvides de ellos— escucho decir a Denisse cuando la puerta de atrás se abre, luz y calor se extienden desde su casa.
—Está bien, mamá —le dice Nick de vuelta, saliendo a la terraza y dejando cerrarse la puerta detrás de él —como si no fuera donde están cada año —dice refunfuñando para sí mismo mientras camina, cerrando la cremallera de su chaqueta ―no lo he olvidado todavía, ¿verdad?
Claramente ha sido enviado a buscar unos pasteles de fuera, en la clínica. Sus quejas continúan. —Los almacenas aquí cada año. No es, como una sorpresa, ni nada.
No me ve tumbada, porque tiene la intención de cumplir con su propósito y salir rápidamente del frío.
—Nick —le llamo débilmente, levantando mi mano. Se detiene y ve hacia donde estoy, no me reconoce debajo de mi cara hinchada y ensangrentada.
Se acerca con cautela, no demasiado cerca.
—¿Quién anda ahí? —dice.
—Nick —digo otra vez, y veo el cambio en su rostro cuando escucha mi voz.
—¿Qué pasó? ¿Cómo te hiciste...? no puedo... Tengo que traer a mi papá— dice frenéticamente.
—¡No! —Se necesita toda mi fuerza de voluntad para utilizar mi voz con la fuerza suficiente para detenerlo en su carrera. Caigo de nuevo a la nieve —Promete... —Hago un ruido áspero, mi respiración se transforma en algo dolorosamente veloz, pero es importante conseguir su palabra —Nada de policías... sin padres... prométemelo.
—Está bien, está bien— Cada promesa viene acompañada de una respiración jadeante, y con sorpresa me doy cuenta que está llorando.
—Ayúdame —le ruego.
—¿Cómo? —está angustiado.
—Ayúdame a... levantarme. —Él se inclina hacia abajo y gentilmente me hace rodar sobre la espalda. Yo grito de dolor.
—Lo siento —gime él.
—No lo... sientas.
Desliza un brazo detrás de mi espalda y otro debajo de mis rodillas, levantándose lentamente y con cuidado, sosteniéndome con seguridad en sus brazos.
—Tengo... frío —digo.
—Bueno, te voy a llevar adentro.
—No... No a la casa… tú lo prometiste.
Él asiente con la cabeza tristemente, con las lágrimas aun corriendo por sus mejillas. Me carga hasta el interior de la clínica. Está destinada para los animales, pero la cama en la sala de exámenes tiene el justo del tamaño para que quepa en ella, con mis tobillos colgando sobre el final. Me deja caer, cuidadosamente colocando mis brazos sobre mi vientre, bruscamente da una sacudida ya que lloro cuando mueve mi evidente brazo roto.
—Espera aquí, voy a conseguir algunas mantas― Trato de sonreír, aunque es probable que parezca una espantosa mueca producto de la hinchazón y la sangre.
—No... Voy..., a ningún lugar.
Él me da un medio-sollozo, media-risa por eso, inclinándose para darme un suave beso en la frente. Él se va, sólo ha pasado medio minuto cuando regresa, con una pila de mantas. Ninguna de ellas es lo suficientemente larga como para cubrirme, así que las amontona por mi cuerpo.
—¿Qué pasó? —pregunta Nick de nuevo. Sacudo la cabeza, no queriendo decirle por el momento. La puerta se abre detrás de él.
—Nick, tu madre me envió a ver... —Su padre se desvanece cuando me ve acostada. Nick salta y se pone a la defensiva al frente de mí. —¿Qué en el mundo....? ¿Qué está pasando Nick? Eso es... ______ (TN), ¿eres tú? ―Cierro los ojos.
—La encontré, papá, justo ahora, afuera de la clínica.
Su padre se acerca y se mueve con impaciencia a Nick fuera del camino. Echa un vistazo a mi cara, y luego tira de la manta hacia abajo. Echa una mirada a mi muñeca recostada en mi pecho y toma un aliento con los dientes apretados. Comienzo a temblar y tira de nuevo las mantas sobre mí.
—Llama al 911 —ordena a Nick. Se aparta y comienza a abrir las puertas del armario.
—No. —Agarro el brazo de Nick con la mano buena —No, lo prometiste. Por favor, lo prometiste.
El Dr. Jonas se vuelve ante eso, levantando las cejas a Nick quien sacude la cabeza.
—No, papá, le prometí que no haría eso― El Dr. Jonas me mira, suspira y por último, toma una decisión.
—Está bien, pero por lo menos hay que llamar a sus padres.
—¡No! —Mi protesta es aún más exaltada. ¡Eso es peor! Me esfuerzo por incorporarme, jalando contra el brazo de Nick para apoyarme—. No... No... Me voy.... Por favor, no.
CONTINUARA…
2/5
Capitulo 33
—Papá... —La suplica de Nick coincide con la mía.
El Dr. Jonas está inmediatamente a mi lado, con sus manos tratando de evitar que me levante.
—______ (TN), cálmate. No voy a llamar a nadie, ¿de acuerdo? Cálmate antes de que te lastimes más.
Vuelvo a caer sobre la camilla, las costillas gritando en agonía, tratando de coger un aliento mientras las lágrimas corren por mi rostro. Nick se inclina hacia abajo, poniendo su frente contra la mía, la agonía en sus ojos oscuros brillando con lágrimas. El Dr. Jonas vuelve a suspirar.
—Soy un veterinario, ______ (TN), no un doctor. No sé si te puedo ayudar.
—No ayudar..., sólo descansar.
—No creo que eso te ayude ahora. Obviamente tienes una muñeca rota y necesitas puntos de sutura. Y eso es sólo lo que puedo ver. Es posible que haya daños internos. No te puedo dejar sin tratar.
Me estiro y agarro su mano. Él tiene que entender urgentemente la importancia de esto.
—No policías... sin padres... o ella me va a matar. —Mi voz está ronca por la asfixia, pero él entiende lo bastante claro. Si no me viera tan mal, no me hubiera creído, pero mis heridas hacen a mi demanda absolutamente legítima. Aprieta la mandíbula, algo que yo he visto hacer a Nick en innumerables ocasiones cuando está molesto.
—Está bien. —Suena resignado a regañadientes—. Haré lo que pueda para ayudarte.
Me relajo con sus palabras y dejo ir su mano.
—Voy a tener que decirle a tu madre —le dice a Nick—. Ella se preguntará qué está tomando tanto tiempo y es mejor si sabe ahora en lugar de cuando envíe a una de las chicas aquí para que nos encuentren.
Me mira por aprobación. No quiero ser la causa de angustia para cualquiera de sus hermanas, así que no tengo más remedio que asentir con mi consentimiento. Instruye a Nick para que mantenga una gasa contra el corte en mi frente y mientras tanto él regresa a la casa para decirle a Denisse.
Nick saca un taburete rodante y se sienta a mi lado, alisando el pelo hacia atrás, sosteniendo suavemente la gasa sobre la herida que sangra. Sus lágrimas han cesado, pero la expresión de su rostro se alterna entre la pena y la ira. Él no habla, y finalmente, dejo a mis ojos vagar cerrados. No estoy durmiendo, pero si reposando, tranquila y segura por el momento, el dolor en fondo zumbando contra mi alivio, aunque siga tendida tranquilamente.
Muy pronto el Dr. Jonas vuelve con algunas mantas limpias. Denisse les había dicho a todos que había una emergencia, y ya que eso no es poco común, no hicieron preguntas. Él saca un kit de sutura y se pone a trabajar en mi lesión, después de asegurarse de que sé que no es un doctor, y de que esto probable deje una enorme marca. Me cose con rapidez, entonces Nick consigue algunos paños húmedos para limpiar mi cara. Decide que para corte en el labio no se necesitan puntos de sutura, pero que definitivamente necesito radiografías.
Nick me levanta con cuidado, aunque esto todavía me causa dolor, y me lleva a la sala de rayos-x. Me pone sobre la mesa, y no se aleja mientras que el Dr. Jonas toma las fotos, teniendo que tomar más de las habituales porque las películas de rayos X no son tan grandes como son necesarias.
Él me dice que tengo tres costillas rotas y dos astilladas. Mi muñeca está rota, pero es simple, aunque muy doloroso para que él la fije. Lo hace, y los veo a él y a Nick hacer muecas de dolor. Tan pronto como ha terminado, mi brazo se siente mejor. Las radiografías otra vez, ahora a las férulas, y explica que se necesitan un par de días para que la hinchazón baje antes de moldearlas.
Envía a Nick a la casa para conseguir ayuda de Denisse para envolver mis costillas, ya que se requiere remover mi ropa, y quiere proteger mi pudor. Cuando ella viene y me ve, jadea y de inmediato comienza a llorar, pero se pone en marcha de igual manera. Esta es una mujer que llora por las lesiones que han sido causadas por culpa de mi propia madre. Con ellos dos, muy pronto estoy vendada y envuelta en una de las colchas. El Dr. Jonas dice que estar tendida en la nieve fría probablemente había ayudado a mis lesiones. Había sido como estar tendida sobre una gran bolsa de hielo.
—Ella no puede ir a casa. —El Dr. Jonas le dice a Denisse de modo significativo, y aunque veo la curiosidad en su rostro, ella mantiene a sus preguntas en su interior, ordenándole a Nick que me cargue a la casa y me ponga en la habitación de invitados.
—Voy a distraer a los demás por el momento para que puedan ir de forma privada. Llévala a través de la puerta principal.
Nick nuevamente me levanta, me tira estrechándome contra él sin hacerme daño, poniéndome bajo su mentón, acariciando su mandíbula contra de mi pelo. Él me lleva a una habitación que está justo al lado de la puerta de entrada y detrás de la sala de estar formal, otra habitación que no había notado antes.
Nick y su padre me recuestan con cuidado sobre la cama. El Dr. Jonas revisa mí temperatura, la cual todavía está un poco baja, y apila unas cuantas mantas de más sobre mí, ayudándome a tragar una pastilla para el dolor.
—Vamos, Nick. Volvamos con la familia y dejemos reposar a ______ (TN).
—No la voy a abandonar —dice Nick, con sus ojos en los míos.
El Dr. Jonas vuelve a suspirar.
—Por alguna razón sabía que ibas a decir eso. Está bien, pero déjala dormir. Ella necesita más que nada dormir en este momento.
Nick asiente con la cabeza, acercando una silla junto a la cama, y metiendo su brazo por debajo de las mantas para sostener mi mano buena.
—Vas a estar bien, ______ (TN) —dice, y suena como una orden. Quiero asegurárselo, darle las gracias, pero ya mis ojos se están cerrando a la distancia. Nunca he estado tan cansada en mi vida.
Cuando abro los ojos otra vez, la habitación está oscura. Por un momento no sé dónde estoy, pero cuando trato de mover mi cuerpo lo recuerdo de inmediato. Los eventos del día vienen corriendo hacia mí, y gruño de dolor.
—¿______ (TN)? —Nick está inmediatamente a mi lado con sus suaves manos sosteniendo mi cabeza.
—Nick —susurro, y es todo lo que garganta puede manejar. Él se acerca y se enciende la lámpara de noche, y lo veo estremecerse ante la visión de mi rostro. Humillada, volteo la cara. Él agarra mi barbilla ligeramente y me torna de nuevo hacia él. Se inclina y me besa suavemente en la esquina de mi boca en buen estado.
—¿Quién te hizo esto? —Su propia voz está dañada.
Sacudo la cabeza, con las lágrimas cayendo por las comisuras de mis ojos.
—Yo no soy una persona violenta, en su mayoría, pero felizmente mataría a quien te hizo esto. —Mis ojos se abren por esto. Él está absolutamente serio —¿Fue Justin?
CONTINUARA…
3/5
Capitulo 34
—¿Quién te hizo esto? —Su propia voz está dañada.
Sacudo la cabeza, con las lágrimas cayendo por las comisuras de mis ojos.
—Yo no soy una persona violenta, en su mayoría, pero felizmente mataría a quien te hizo esto. —Mis ojos se abren por esto. Él está absolutamente serio—. ¿Fue Justin?
Tengo que pensar por un minuto a qué se refiere, recordando que fue él quien había logrado que Justin dejara de intimidarme en el almuerzo.
—No. —Mi respuesta sale con una voz ronca.
—Entonces, ¿quién? —pregunta. No puedo decirle.
Soy salvada de tener que responderle cuando el Dr. Jonas y Denisse entran a la habitación. Habían visto a todos sus clientes fuera y habían dejado a Avery a cargo de las dos niñas más jóvenes. Denisse se apresura a mi lado, susurrando y calmando, algo que sólo una madre de verdad sabe hacer. El Dr. Jonas me está mirando atentamente, como si estuviera decidiendo algo en su cabeza.
—Está bien, ustedes dos, tengo que examinar ______ (TN). Déjennos solos por unos minutos.
—Papá, yo no… —El Dr. Jonas pone la mano sobre el hombro de Nick, interrumpiéndolo.
—Nick, es sólo por unos pocos minutos. Ve a ducharte, luego puedes volver y quedarte con ella esta noche.
Nick está renuente, pero asiente con la cabeza en acuerdo. Me besa de nuevo y se va.
—Denisse, ¿ella podría necesitar algún paquete de hielo y tal vez un poco de caldo?
Denisse cabecea, con lágrimas en los ojos mientras me mira. Y luego hace una cosa increíble, ella se inclina y besa mi frente. Es el más fuerte afecto maternal que he recibido en un largo tiempo y que puedo recordar. Cuando estamos solos, el Dr. Jonas revisa mi muñeca y la unión de mis costillas, tomando mi temperatura de nuevo y observa los puntos de sutura. Siento que él sólo es quisquilloso, hallando algo que hacer. Por último, suspira y se sienta en la silla de Nick.
—¿Supongo que no me vas a contar lo que ocurrió? —Él me mira, pero puedo ver en su cara que ya conoce la respuesta, incluso antes de yo sacuda la cabeza.
—Soy mejor cuidando a los animales que a las personas pero, por supuesto, puedo leer una radiografía. —Él mira hacia mí, sosteniendo mi mirada con aquellos ojos tan parecidos a los de Nick —Había un montón de viejas lesiones, sanadas. Esta no es la primera vez que te han hecho daño.
Mis ojos caen.
—Hay una razón por la que no quieres ir a casa.
Yo no contesto.
Se aclara la garganta. —¿Nick lo sabe?
Yo podría preguntarle de lo que está hablando, pretender que nada malo está pasando en casa, pero la verdad cuelga en el aire entre nosotros.
—No.
—Hay gente que puede ayudarle, lugares a los que se pueden ir...
Me encuentro con su mirada otra vez.
—Dr. Jonas, tengo diecisiete años, casi dieciocho años. ¿Qué sucede, el estado me pone en una casa de acogida? ¿Quién toma a una de diecisiete años? —Mi garganta herida empuja las palabras —Alguien que está en busca de dinero, tal vez. O, no lo sé, alguien que quiere sacar de todo eso. Aquellos que quieren una familia adoptan bebés. ¿Cree que las cosas serían diferentes para mí en otro lugar? Al menos aquí sé qué esperar.
Su cabeza cae entre sus manos mientras reconoce la verdad de mis palabras.
—No me gusta esto —dice entre dientes, probablemente no queriendo decirlo para que yo no lo escuche. Entonces él me mira de nuevo. —Estás muy mal herida. ¿Ha sido tan mal antes?― Pienso en las otras veces he sido golpeada, pero tengo que admitir que esta ha sido la peor. Sacudo la cabeza. —¿Qué pasa si se pone peor? Peor podría significar muerte.― Sé eso. Recuerdo haber pensado claramente que me iba a matar en ese momento. No lo hizo, sin embargo. Algo la había detenido. ¿Se detendría la próxima vez?
—Puedo intentar ayudarte.
—No. —Tengo la garganta en fuego, hablando dolorosamente. Es imperativo hacerle entender —Yo no podría vivir con ella si sabe de Nick.
No podría soportarlo si él se compadeciera de mí. Él es mi amigo. Eso cambiaría si él lo supiera.
El Dr. Jonas niega con su cabeza.
—No le estás dando suficiente crédito.
—Por favor —le ruego.
—Esto no se trata de Nick, o sobre lo que piensa. Se trata de ti.
—Correcto. Y yo le estoy pidiendo dejarlo. Si esto hace que sea difícil para usted, legalmente, quiero decir, me marcharé. Encontraré otro lugar para ir por unos días.
Él no responde, pregunta en cambio: —¿Qué pasará si no te presentas en casa durante unos días?
Miro por la ventana, como si las respuestas estuvieran ahí, en las estrellas.
—Ella no va a llamar a la policía. No los quiere investigando.
Probablemente se pregunta si me mató —susurro, recordando el charco de sangre en el piso de la cocina a los pies de mi fallida cena de Acción de Gracias.
El Dr. Jonas se sacude por la sorpresa, ya sea por yo admitirlo, o por el hecho de que dije ella en lugar de él, no sé. Resopla un aire lleno de incómoda resignación.
—De acuerdo, bien, necesitas descansar durante unos días. Las costillas rotas pueden ser peligrosas, y si te pinchan un pulmón tendrías que ir al hospital para vivir.
—Me quedaré —prometo.
Camina hacia la puerta, tomando una respiración sin voltearse hacia mí, gira la perrilla. —Ella debería estar en prisión por esto.
CONTINUARA…
4/5
Capitulo 35
Debido a las vacaciones de otoño, no tenemos que regresar a la escuela hasta el miércoles siguiente a Acción de Gracias. Me paso esos días recuperándome en la casa de los Jonas. Les han permitido a las chicas entrar a donde estoy, y les han dicho que estuve en un accidente. No me preguntan por qué estoy quedándome en su casa en lugar de en la mía propia. Ellas sólo están felices de tenerme ahí.
Después de un par de días, me es permitido levantarme un poco, y pasar tiempo con ellos en el área de la habitación familiar, comiendo sándwiches de sobras de pavo, que son mucho mejores que los sándwiches que tienen en la escuela. Toda la familia ha tomado la iniciativa para tratar de superarse unos a otros como mi cuidador. Se ha convertido en una especie de juego para ellos, ver quién puede hacer más por mí.
Sobre todo, me deleito en estar cerca de Nick, todo el día, todos los días. Trato de hacer que se tome un descanso de mí, pero no quiere escucharme hablar de eso. Excepto cuando va a tomarse una ducha él está conmigo, incluso cuando es de noche, duerme en la silla junto a mí.
El Dr. Jonas enyesa mi muñeca, y me permite tener mis costillas sin vendar temporalmente para tomar un baño. Incluso me proporcionan una silla de plástico para sentarme en la ducha. Podría haber vivido en este mundo de fantasía para siempre, pero inexorablemente, llega el martes. El regreso a clases es mañana, y no puedo darme el lujo de perdérmelo y que toda la atención caiga sobre mí.
—Quédate una noche más —implora Nick—. Te llevaré a casa mañana después de la escuela.
Así que me quedo. Sólo tengo mi ropa rota y ensangrentada que había sido tomada el primer día, y tirada a la basura, supongo, y sólo he estado vistiendo un par de pijamas de Avery. Ella me trae un par de pantalones y un top prestado para vestir mañana en la escuela, ya que es improbable que seamos de la misma talla.
Estas son las mejores ropas que he vestido, pero de una manera muy femenina y vanidosa, me alegro de que Nick pueda verme al menos una vez en algo que no es deforme y feo. Me despierto a la mañana siguiente, vendando mis costillas más fuerte, no es una tarea fácil con una muñeca enyesada. Todavía estoy muy adolorida, pero sé que puedo lograrlo. Me miro en el espejo, mi rostro está manchado con moretones púrpura y amarillo. Aunque la mayor parte de la hinchazón ha bajado. Mi labio está sólo un poco hinchado, el mayor inconveniente de eso es que me duele cuando Nick me besa, por lo que lo ha hecho muy poco.
Conducimos hacia la escuela en una nevada ligera. Nick me ha dado su abrigo en contra de mis protestas, ya que su chaqueta se encuentra todavía en mi casa. Estoy feliz que él insistiera, porque su chaqueta ha perdido su aroma hace tiempo, pero su abrigo está lleno de él. Él se encuentra ya corriendo la voz entre algunos de sus amigos sobre mi “accidente automovilístico”, sabiendo que su palabra llegará a toda la escuela. Sigue frustrado conmigo porque no le diré exactamente qué pasó.
Encuentro que mi “accidente” me hace receptora de cierta simpatía, probablemente más por la forma en que mi rostro luce que nada. No sólo nadie intenta hacerme daño o hacer que tropiece, en realidad ellos sostienen la puerta para mí y me ayudan a cargar mis libros, los que afortunadamente son dejados con Nick, cuando no estoy con él.
Sobre todo, esto es llevado a cabo por los amigos de Nick, con los que estoy agradecida cuando me encuentro con Jessica en los pasillos y veo no sólo su falta de simpatía en sus ojos, sino también su ira.
Después de la escuela Nick discute conmigo, tratando de conseguir que regrese a su casa. Sólo quiero hacer esto, tomar el camino fácil y esconderme tanto como pueda. Él hace que sea mucho más difícil cuando me mira con súplica desesperada en las oscuras profundidades de sus ojos. No sé qué es lo que sabe, pero creo que tal vez sospecha la verdad, o algo cercano a ella.
Finalmente, cede cuando sostengo mi razón.
—Al menos déjame llevarte a tu casa. No deberías estar caminando tan pronto.
Así comienza una nueva discusión, pero encuentro a Nick tan terco como lo soy yo. Nos comprometemos a que no me dejará enfrente de mi casa, sino en frente de la casa de al lado, y que él me dejará hacer sola mi camino a casa. Me ayuda a salir del coche, tirando de mí cerca para un suave abrazo, dejando besos en mi rostro y ligeramente en mi boca. Presiona algo en mi mano y miro hacia abajo para ver un teléfono celular ahí.
—No —protesto, mi voz sigue estando un poco áspera.
—No es de parte mía. Es de papá— Cuando empiezo a devolverlo, envuelve su mano alrededor de la mía, atrapando el teléfono ahí —Pertenecía a uno de sus empleados que ya no trabaja para él. Mi papá paga cada mes para que esté en un cajón. Le preocupa que no tengas un teléfono. Es un préstamo. Tómalo.
—No puedo...
—Por favor. Por mí. Tiene todos nuestros números de teléfono programados en él. Todo lo que tienes que hacer es llamar y vendré, estaré aquí antes de que termines de marcar.
—Nick...
—Es sólo un préstamo— Él ve mi duda —Si no lo tomas, lo tiraré de vuelta en mi coche ahora mismo y te mantendré de rehén en mi casa hasta que estés de acuerdo.
Le sonrío. —¿Dónde está la amenaza en eso?― Él se ríe, besándome suavemente.
—Por favor, tómalo. Mi mamá no me dejará regresar a la casa si no lo haces.
Me rindo. —Bueno, no podemos permitir eso, ¿verdad?
Él me muestra cómo usar el teléfono, ya que nunca he tenido uno para mí misma. Él tiene, por supuesto, programado el suyo como la primera marcación rápida. Me besa de nuevo, y me sostiene firmemente. Me relajo en él, temiendo ya el momento de irme hasta que pueda verlo de nuevo.
—Te extrañaré esta noche —le digo.
Él mira hacia mí.
—Llámame antes de ir a la cama.
—Está bien. —Me libera y me dirijo hacia mi casa, atemorizada de entrar, pero sabiendo que es tiempo de hacerlo. Él espera hasta que he llegado a mi puerta antes de alejarse y volver a entrar a su coche.
Mamá está sentada en el sofá, pero en lugar de estar medio dormida o viendo la TV, está sentada, con la cabeza entre las manos, y los brazos apoyados en las rodillas. Levanta la vista mientras cierro la puerta detrás de mí. El alivio inunda su rostro al verme ahí. Me acerco para ponerme de pie ante ella y sus ojos me dan una ojeada, observando el yeso en mi brazo, y mi frente cosida antes de detenerse en mi mirada. La sostiene por un minuto, luego mira hacia otro lado.
—Yo estaba... pensé... no sabía dónde estabas —tartamudea, y si no supiera mejor, podría creer que hay preocupación en su voz.
—Quieres decir, que no sabías si estaba viva o no —le digo, con miedo girando a través de mi estómago al pensar en lo que podría hacerme por hablarle de esa manera. Me mira de nuevo y su rostro se retuerce con culpa. Siento un momento de compasión por ella, pero que desaparece cuando tomo una respiración profunda y mis costillas se estremecen en protesta. —Estoy viva y estoy de regreso, y necesito descansar para recuperarme completamente.
Me muevo más allá de ella hacia las escaleras, mirando hacia la cocina. Ella ha limpiado el desorden, tallado la pared y el suelo de modo que no permanezcan evidencias. Es mucho para su preocupación por mí, personalmente, me parece que estaba más preocupada acerca si podría ser atrapada. Doy un paso en las escaleras, y me vuelvo para enfrentarla de nuevo, con mi corazón palpitando. Ella me observa de cerca.
—No puedes hacerme esto de nuevo. No puedes hacerme daño nunca más— Ella no dice nada, así que me doy la vuelta y subo por las escaleras. En mi habitación, me acuesto en mi cama, mareada por el esfuerzo que me tomó enfrentarme a ella.
Una sonrisa cruza por mi rostro.
CONTINUARA…
5/5
Capitulo 36
Un nuevo tipo de vida comienza de nuevo. Porque es mi muñeca derecha la que está rota, así que requiero ayuda para hacer mi tarea, tanto en la escuela (para lo que curiosamente hay un montón de voluntarios, de nuevo en su mayoría amigos de Nick, pero también varios de los “perdedores” que comparten nuestra mesa del almuerzo) como con mi tarea después de la escuela. Le digo esto a mi madre, sorprendida cuando no discute.
Así que después de la escuela, voy a casa con Nick y me quedo en la tarde y hasta la noche cada día. Denisse parece feliz con esto, y se asegura de que tengo la cena cada noche antes de irme. Me recupero rápidamente, probablemente porque mi cuerpo está recibiendo más alimentación de la que nunca he tenido. Me encuentro a mí misma encajando en una familia, y me gusta cómo se siente.
Avery se asegura de mostrarme un montón de embarazosas fotos de Nick, especialmente de unas en las que está peinando su cabello cuando éste era más largo. Le soborno para ver esas dejándole peinar el mío. Me muestra una foto de los miembros de la familia, incluido el abuelo Nick por el que Nick fue nombrado, y eso trae un claro de recuerdo de Nick cuando era niño.
El primer día de escuela, él había anunciado su nombre enfrente de la clase, diciéndole a todos que había sido nombrado por su abuelo Nick, y por los próximos años, cada vez que se presentaba a alguien nuevo, repetía la misma historia. Por el tiempo en que estuvimos en cuarto grado, todos estábamos muy conscientes de dónde había salido su nombre.
Me río ante el recuerdo y les cuento a sus hermanas acerca de eso, quienes lo encuentran como algo genial para burlarse de él. Empiezan a llamarlo “Nick quien fue nombrado por su abuelo” como un nombre largo.
Cada noche cuando regreso a casa, limpio la cocina y la sala de estar, aunque no es tan difícil como antes, porque mamá está haciendo algo de esfuerzo en eso también. Limpio mi baño mientras me preparo para ir a la cama, entonces llamo a Nick tan pronto como estoy en la cama, y hablamos hasta que uno de los dos o ambos se queda dormido.
A medida que el clima se vuelve más frío, algunas veces bajando por debajo de cero grados por la noche y lucha por levantar a la mitad de adolescentes durante el día, Nick comienza a recogerme y dejarme enfrente de mi casa. Ignora mis protestas de que he estado caminando en un clima como éste por años, y cuando no parece haber ninguna queja de mamá, dejo de objetar.
Una noche, estamos solos en su casa. Estamos sentados en el piso de la sala de estar, haciendo la tarea de matemáticas. Este es mi lugar favorito para estar por todas las decoraciones navideñas. Una mezcla de adornos, hechos por los chicos Jonas a lo largo de los años, que engalanan el enorme árbol de Navidad, junto a los que fueron comprados en la tienda que fueron escogidos por los chicos. Cada uno está cuidadosamente marcado con su nombre y el año en que fue hecho el adorno o cuándo fue adquirido. De alguna manera, Denisse ha logrado que luzca elegante y acogedor a la vez.
El Dr. Jonas me dijo que necesitaba llevar el yeso hasta Año Nuevo, así que sigo sin poder escribir. Aunque no hemos aventajado mucho, ya que Nick se mantiene distrayéndome por besarme, pues la hinchazón de mi labio se ha ido ya no duele más. Además de que, prefiero besarlo que a las matemáticas, así que no estoy realmente protestando mucho.
—Quiero pedirte un favor —me dice entre besos. Está mirando mi boca, con sus largas y gruesas pestañas ocultando sus ojos, así que lo estoy teniendo difícil para pensar con claridad.
—Cualquier cosa —respiro, besándolo de nuevo. Él sonríe, luego mira a mis ojos, su mirada con oscura intención.
—Quiero que me digas algo.
—Está bien —estoy de acuerdo, dispuesta a decirle cualquier cosa. Levanta la mano, cepillando su pulgar a través de la cicatriz desvaneciéndose por encima de mi frente, siguiendo el movimiento con sus ojos. La laceración corre a lo largo de la línea de mi ceja, así que no es muy notable ahora que los puntos han sido removidos, y será eventualmente, casi imperceptible.
Sus ojos regresan a los míos, y en voz baja, de manera poco ceremoniosa, dice: —Quiero que me digas quién te hizo esto.
Me congelo bajo su toque. Su mirada no vacila. Bajo los ojos y me siento, alejándome de él.
—No me pidas eso —mi propia voz es baja.
—¿No confías en mí? —pregunta. Me vuelvo hacia él, sorprendida. Él está mirando hacia abajo, dibujando patrones en el suelo.
—Por supuesto que confío en ti, Nick. Yo te a... —Me detengo a mí misma, pero sus ojos llegan a los míos, manteniendo su cuerpo inmóvil.
Pienso en las palabras que casi había dicho, palabras que no pueden ser dichas en voz alta. Así que le digo la siguiente verdad. Bajo los ojos, tomo una respiración, luego lo miro fijamente de nuevo —Quiero decir, eres mi mejor amigo. Confío en ti más que en cualquier otro. Estoy pidiendo que confíes en mí cuando digo que no puedo decirte.
Sigue sin mover un músculo, observándome, esperando. Cuando no digo nada más, libera su respiración, mirando a otro lado. Finalmente, asiente con la cabeza.
—Puedo aceptar eso. —Se mueve entonces, arrodillándose, tirando de mí sobre mis propias rodillas hacia sus brazos —No me gusta, pero puedo aceptarlo. —Mantiene un brazo alrededor de mi cintura, atrayendo la otra para descansar a un lado de mi cuello, con un pulgar trazando mi mandíbula—. ¿Aunque, puedo preguntarte algo más?― Con un poco más de cuidado ahora, asiento con la cabeza. —¿Eso es todo lo que somos? ¿Amigos?
—Uh... —mis pensamientos se dispersan de nuevo.
—Porque pensaba que éramos algo más. —Él baja la cabeza hacia la mía. Cuando sus ojos están a sólo centímetros de los míos, me pregunta —¿Cuántos amigos hacen esto? —
Entonces su boca está en la mía.
CONTINUARA…
Espero les haya gustado y nuevamente perdón voy a tratar de subir mas seguido y cuando pase esto se van a dar cuenta que estoy sin Internet sino no voy a pasar tanto tiempo sin escribir.
Las amoooooooo.
Sorry sorry sorry sorry
Estuve sin internet durante todo este tiempo, la ultima vez que me conecte fue cuando subi capi. Enserio lo lamento y les voy a subir una Maraton!!!
A las nuevas lectoras BIENVENIDAAAS y lamento que no hayan podido leer, recien empiesan a leer y la escritora las bandona :( me siento fatal. Espero me perdonen Las amoooooo
MARATON!!!!!!!!!!!!!!!!!
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Capitulo 32
Cuando regreso, todavía estoy tirada en el piso de la cocina donde ella me dejó. Estoy acostada en algo pegajoso. ¿El jugo del pavo? Ruedo a un lado, gritando por el dolor en mis costillas, me detengo y jadeo un doloroso aliento. Me concentro en mi respiración, manteniéndola bajo control, sabiendo por experiencia que esta es la única manera de aliviar un poco el dolor. Me empujo hacia arriba con el brazo bueno, apoyándome contra la pared y tomo respiraciones lentas y profundas cuando el mundo comienza a girar de nuevo. Me siento un poco mejor, miro al suelo y me doy cuenta con rigidez que había estado recostada encima de mi propia sangre. La náusea rueda a través de mí.
Uso el borde de la mesa para impulsarme con mi brazo para pararme sobre mis rodillas, luego a mis pies, luchando contra la nueva ronda de náuseas y de mareos que vienen con eso. Miro a la mesa, está justo como la había dejado, menos el pavo. Ella está allí sentada con desdén, burlándose de mis esfuerzos. Me levanto insegura, tratando de recobrar el suficiente aliento para llegar arriba y limpiarme. Cuando finalmente me muevo, voy instantáneamente hacia la puerta de atrás.
Miro a mi columpio colgado, balanceándose suavemente en la fría brisa y tomo una decisión. Salgo de mi casa, moviéndome lentamente y con cuidado hacia el frente. No sé si ella será capaz de verme, pero no voy a darle la oportunidad. Una vez que estoy en la calle, sin ser detectada por ella o por cualquiera de los vecinos, atravieso el campo y finalmente, hago mi camino a través de los árboles hacia otro lado.
Caigo varias veces, cada vez toma más tiempo que el anterior volverme a levantar. Sé lo que tengo que hacer, tengo que llegar a él. Su cara me hace seguir adelante, tirándome fuera de la nieve cada vez que me caigo y mancho de rojo la intachable nieve blanca.
Finalmente llego a su casa, sin saber cuánto tiempo ha pasado. Está empezando oscurecer, así que calculo que ha sido bastante tiempo. ¿Y ahora qué?, me pregunto. Cojeo por encima del paseo, pero en vez de ir a la puerta de la calle, hago mi camino por alrededor de la casa y colapso de nuevo cerca de la clínica. Trato de levantarme, pero no soy capaz de subir. Me doy por vencida. Me quedo allí en la nieve no sé por cuánto tiempo, entonces ocurre un milagro.
—Nick, la cereza y el pastel de manzana están en el estante superior, pero la crema de plátano y calabaza en el fondo, por lo que no te olvides de ellos— escucho decir a Denisse cuando la puerta de atrás se abre, luz y calor se extienden desde su casa.
—Está bien, mamá —le dice Nick de vuelta, saliendo a la terraza y dejando cerrarse la puerta detrás de él —como si no fuera donde están cada año —dice refunfuñando para sí mismo mientras camina, cerrando la cremallera de su chaqueta ―no lo he olvidado todavía, ¿verdad?
Claramente ha sido enviado a buscar unos pasteles de fuera, en la clínica. Sus quejas continúan. —Los almacenas aquí cada año. No es, como una sorpresa, ni nada.
No me ve tumbada, porque tiene la intención de cumplir con su propósito y salir rápidamente del frío.
—Nick —le llamo débilmente, levantando mi mano. Se detiene y ve hacia donde estoy, no me reconoce debajo de mi cara hinchada y ensangrentada.
Se acerca con cautela, no demasiado cerca.
—¿Quién anda ahí? —dice.
—Nick —digo otra vez, y veo el cambio en su rostro cuando escucha mi voz.
—¿Qué pasó? ¿Cómo te hiciste...? no puedo... Tengo que traer a mi papá— dice frenéticamente.
—¡No! —Se necesita toda mi fuerza de voluntad para utilizar mi voz con la fuerza suficiente para detenerlo en su carrera. Caigo de nuevo a la nieve —Promete... —Hago un ruido áspero, mi respiración se transforma en algo dolorosamente veloz, pero es importante conseguir su palabra —Nada de policías... sin padres... prométemelo.
—Está bien, está bien— Cada promesa viene acompañada de una respiración jadeante, y con sorpresa me doy cuenta que está llorando.
—Ayúdame —le ruego.
—¿Cómo? —está angustiado.
—Ayúdame a... levantarme. —Él se inclina hacia abajo y gentilmente me hace rodar sobre la espalda. Yo grito de dolor.
—Lo siento —gime él.
—No lo... sientas.
Desliza un brazo detrás de mi espalda y otro debajo de mis rodillas, levantándose lentamente y con cuidado, sosteniéndome con seguridad en sus brazos.
—Tengo... frío —digo.
—Bueno, te voy a llevar adentro.
—No... No a la casa… tú lo prometiste.
Él asiente con la cabeza tristemente, con las lágrimas aun corriendo por sus mejillas. Me carga hasta el interior de la clínica. Está destinada para los animales, pero la cama en la sala de exámenes tiene el justo del tamaño para que quepa en ella, con mis tobillos colgando sobre el final. Me deja caer, cuidadosamente colocando mis brazos sobre mi vientre, bruscamente da una sacudida ya que lloro cuando mueve mi evidente brazo roto.
—Espera aquí, voy a conseguir algunas mantas― Trato de sonreír, aunque es probable que parezca una espantosa mueca producto de la hinchazón y la sangre.
—No... Voy..., a ningún lugar.
Él me da un medio-sollozo, media-risa por eso, inclinándose para darme un suave beso en la frente. Él se va, sólo ha pasado medio minuto cuando regresa, con una pila de mantas. Ninguna de ellas es lo suficientemente larga como para cubrirme, así que las amontona por mi cuerpo.
—¿Qué pasó? —pregunta Nick de nuevo. Sacudo la cabeza, no queriendo decirle por el momento. La puerta se abre detrás de él.
—Nick, tu madre me envió a ver... —Su padre se desvanece cuando me ve acostada. Nick salta y se pone a la defensiva al frente de mí. —¿Qué en el mundo....? ¿Qué está pasando Nick? Eso es... ______ (TN), ¿eres tú? ―Cierro los ojos.
—La encontré, papá, justo ahora, afuera de la clínica.
Su padre se acerca y se mueve con impaciencia a Nick fuera del camino. Echa un vistazo a mi cara, y luego tira de la manta hacia abajo. Echa una mirada a mi muñeca recostada en mi pecho y toma un aliento con los dientes apretados. Comienzo a temblar y tira de nuevo las mantas sobre mí.
—Llama al 911 —ordena a Nick. Se aparta y comienza a abrir las puertas del armario.
—No. —Agarro el brazo de Nick con la mano buena —No, lo prometiste. Por favor, lo prometiste.
El Dr. Jonas se vuelve ante eso, levantando las cejas a Nick quien sacude la cabeza.
—No, papá, le prometí que no haría eso― El Dr. Jonas me mira, suspira y por último, toma una decisión.
—Está bien, pero por lo menos hay que llamar a sus padres.
—¡No! —Mi protesta es aún más exaltada. ¡Eso es peor! Me esfuerzo por incorporarme, jalando contra el brazo de Nick para apoyarme—. No... No... Me voy.... Por favor, no.
CONTINUARA…
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Capitulo 33
—Papá... —La suplica de Nick coincide con la mía.
El Dr. Jonas está inmediatamente a mi lado, con sus manos tratando de evitar que me levante.
—______ (TN), cálmate. No voy a llamar a nadie, ¿de acuerdo? Cálmate antes de que te lastimes más.
Vuelvo a caer sobre la camilla, las costillas gritando en agonía, tratando de coger un aliento mientras las lágrimas corren por mi rostro. Nick se inclina hacia abajo, poniendo su frente contra la mía, la agonía en sus ojos oscuros brillando con lágrimas. El Dr. Jonas vuelve a suspirar.
—Soy un veterinario, ______ (TN), no un doctor. No sé si te puedo ayudar.
—No ayudar..., sólo descansar.
—No creo que eso te ayude ahora. Obviamente tienes una muñeca rota y necesitas puntos de sutura. Y eso es sólo lo que puedo ver. Es posible que haya daños internos. No te puedo dejar sin tratar.
Me estiro y agarro su mano. Él tiene que entender urgentemente la importancia de esto.
—No policías... sin padres... o ella me va a matar. —Mi voz está ronca por la asfixia, pero él entiende lo bastante claro. Si no me viera tan mal, no me hubiera creído, pero mis heridas hacen a mi demanda absolutamente legítima. Aprieta la mandíbula, algo que yo he visto hacer a Nick en innumerables ocasiones cuando está molesto.
—Está bien. —Suena resignado a regañadientes—. Haré lo que pueda para ayudarte.
Me relajo con sus palabras y dejo ir su mano.
—Voy a tener que decirle a tu madre —le dice a Nick—. Ella se preguntará qué está tomando tanto tiempo y es mejor si sabe ahora en lugar de cuando envíe a una de las chicas aquí para que nos encuentren.
Me mira por aprobación. No quiero ser la causa de angustia para cualquiera de sus hermanas, así que no tengo más remedio que asentir con mi consentimiento. Instruye a Nick para que mantenga una gasa contra el corte en mi frente y mientras tanto él regresa a la casa para decirle a Denisse.
Nick saca un taburete rodante y se sienta a mi lado, alisando el pelo hacia atrás, sosteniendo suavemente la gasa sobre la herida que sangra. Sus lágrimas han cesado, pero la expresión de su rostro se alterna entre la pena y la ira. Él no habla, y finalmente, dejo a mis ojos vagar cerrados. No estoy durmiendo, pero si reposando, tranquila y segura por el momento, el dolor en fondo zumbando contra mi alivio, aunque siga tendida tranquilamente.
Muy pronto el Dr. Jonas vuelve con algunas mantas limpias. Denisse les había dicho a todos que había una emergencia, y ya que eso no es poco común, no hicieron preguntas. Él saca un kit de sutura y se pone a trabajar en mi lesión, después de asegurarse de que sé que no es un doctor, y de que esto probable deje una enorme marca. Me cose con rapidez, entonces Nick consigue algunos paños húmedos para limpiar mi cara. Decide que para corte en el labio no se necesitan puntos de sutura, pero que definitivamente necesito radiografías.
Nick me levanta con cuidado, aunque esto todavía me causa dolor, y me lleva a la sala de rayos-x. Me pone sobre la mesa, y no se aleja mientras que el Dr. Jonas toma las fotos, teniendo que tomar más de las habituales porque las películas de rayos X no son tan grandes como son necesarias.
Él me dice que tengo tres costillas rotas y dos astilladas. Mi muñeca está rota, pero es simple, aunque muy doloroso para que él la fije. Lo hace, y los veo a él y a Nick hacer muecas de dolor. Tan pronto como ha terminado, mi brazo se siente mejor. Las radiografías otra vez, ahora a las férulas, y explica que se necesitan un par de días para que la hinchazón baje antes de moldearlas.
Envía a Nick a la casa para conseguir ayuda de Denisse para envolver mis costillas, ya que se requiere remover mi ropa, y quiere proteger mi pudor. Cuando ella viene y me ve, jadea y de inmediato comienza a llorar, pero se pone en marcha de igual manera. Esta es una mujer que llora por las lesiones que han sido causadas por culpa de mi propia madre. Con ellos dos, muy pronto estoy vendada y envuelta en una de las colchas. El Dr. Jonas dice que estar tendida en la nieve fría probablemente había ayudado a mis lesiones. Había sido como estar tendida sobre una gran bolsa de hielo.
—Ella no puede ir a casa. —El Dr. Jonas le dice a Denisse de modo significativo, y aunque veo la curiosidad en su rostro, ella mantiene a sus preguntas en su interior, ordenándole a Nick que me cargue a la casa y me ponga en la habitación de invitados.
—Voy a distraer a los demás por el momento para que puedan ir de forma privada. Llévala a través de la puerta principal.
Nick nuevamente me levanta, me tira estrechándome contra él sin hacerme daño, poniéndome bajo su mentón, acariciando su mandíbula contra de mi pelo. Él me lleva a una habitación que está justo al lado de la puerta de entrada y detrás de la sala de estar formal, otra habitación que no había notado antes.
Nick y su padre me recuestan con cuidado sobre la cama. El Dr. Jonas revisa mí temperatura, la cual todavía está un poco baja, y apila unas cuantas mantas de más sobre mí, ayudándome a tragar una pastilla para el dolor.
—Vamos, Nick. Volvamos con la familia y dejemos reposar a ______ (TN).
—No la voy a abandonar —dice Nick, con sus ojos en los míos.
El Dr. Jonas vuelve a suspirar.
—Por alguna razón sabía que ibas a decir eso. Está bien, pero déjala dormir. Ella necesita más que nada dormir en este momento.
Nick asiente con la cabeza, acercando una silla junto a la cama, y metiendo su brazo por debajo de las mantas para sostener mi mano buena.
—Vas a estar bien, ______ (TN) —dice, y suena como una orden. Quiero asegurárselo, darle las gracias, pero ya mis ojos se están cerrando a la distancia. Nunca he estado tan cansada en mi vida.
Cuando abro los ojos otra vez, la habitación está oscura. Por un momento no sé dónde estoy, pero cuando trato de mover mi cuerpo lo recuerdo de inmediato. Los eventos del día vienen corriendo hacia mí, y gruño de dolor.
—¿______ (TN)? —Nick está inmediatamente a mi lado con sus suaves manos sosteniendo mi cabeza.
—Nick —susurro, y es todo lo que garganta puede manejar. Él se acerca y se enciende la lámpara de noche, y lo veo estremecerse ante la visión de mi rostro. Humillada, volteo la cara. Él agarra mi barbilla ligeramente y me torna de nuevo hacia él. Se inclina y me besa suavemente en la esquina de mi boca en buen estado.
—¿Quién te hizo esto? —Su propia voz está dañada.
Sacudo la cabeza, con las lágrimas cayendo por las comisuras de mis ojos.
—Yo no soy una persona violenta, en su mayoría, pero felizmente mataría a quien te hizo esto. —Mis ojos se abren por esto. Él está absolutamente serio —¿Fue Justin?
CONTINUARA…
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Capitulo 34
—¿Quién te hizo esto? —Su propia voz está dañada.
Sacudo la cabeza, con las lágrimas cayendo por las comisuras de mis ojos.
—Yo no soy una persona violenta, en su mayoría, pero felizmente mataría a quien te hizo esto. —Mis ojos se abren por esto. Él está absolutamente serio—. ¿Fue Justin?
Tengo que pensar por un minuto a qué se refiere, recordando que fue él quien había logrado que Justin dejara de intimidarme en el almuerzo.
—No. —Mi respuesta sale con una voz ronca.
—Entonces, ¿quién? —pregunta. No puedo decirle.
Soy salvada de tener que responderle cuando el Dr. Jonas y Denisse entran a la habitación. Habían visto a todos sus clientes fuera y habían dejado a Avery a cargo de las dos niñas más jóvenes. Denisse se apresura a mi lado, susurrando y calmando, algo que sólo una madre de verdad sabe hacer. El Dr. Jonas me está mirando atentamente, como si estuviera decidiendo algo en su cabeza.
—Está bien, ustedes dos, tengo que examinar ______ (TN). Déjennos solos por unos minutos.
—Papá, yo no… —El Dr. Jonas pone la mano sobre el hombro de Nick, interrumpiéndolo.
—Nick, es sólo por unos pocos minutos. Ve a ducharte, luego puedes volver y quedarte con ella esta noche.
Nick está renuente, pero asiente con la cabeza en acuerdo. Me besa de nuevo y se va.
—Denisse, ¿ella podría necesitar algún paquete de hielo y tal vez un poco de caldo?
Denisse cabecea, con lágrimas en los ojos mientras me mira. Y luego hace una cosa increíble, ella se inclina y besa mi frente. Es el más fuerte afecto maternal que he recibido en un largo tiempo y que puedo recordar. Cuando estamos solos, el Dr. Jonas revisa mi muñeca y la unión de mis costillas, tomando mi temperatura de nuevo y observa los puntos de sutura. Siento que él sólo es quisquilloso, hallando algo que hacer. Por último, suspira y se sienta en la silla de Nick.
—¿Supongo que no me vas a contar lo que ocurrió? —Él me mira, pero puedo ver en su cara que ya conoce la respuesta, incluso antes de yo sacuda la cabeza.
—Soy mejor cuidando a los animales que a las personas pero, por supuesto, puedo leer una radiografía. —Él mira hacia mí, sosteniendo mi mirada con aquellos ojos tan parecidos a los de Nick —Había un montón de viejas lesiones, sanadas. Esta no es la primera vez que te han hecho daño.
Mis ojos caen.
—Hay una razón por la que no quieres ir a casa.
Yo no contesto.
Se aclara la garganta. —¿Nick lo sabe?
Yo podría preguntarle de lo que está hablando, pretender que nada malo está pasando en casa, pero la verdad cuelga en el aire entre nosotros.
—No.
—Hay gente que puede ayudarle, lugares a los que se pueden ir...
Me encuentro con su mirada otra vez.
—Dr. Jonas, tengo diecisiete años, casi dieciocho años. ¿Qué sucede, el estado me pone en una casa de acogida? ¿Quién toma a una de diecisiete años? —Mi garganta herida empuja las palabras —Alguien que está en busca de dinero, tal vez. O, no lo sé, alguien que quiere sacar de todo eso. Aquellos que quieren una familia adoptan bebés. ¿Cree que las cosas serían diferentes para mí en otro lugar? Al menos aquí sé qué esperar.
Su cabeza cae entre sus manos mientras reconoce la verdad de mis palabras.
—No me gusta esto —dice entre dientes, probablemente no queriendo decirlo para que yo no lo escuche. Entonces él me mira de nuevo. —Estás muy mal herida. ¿Ha sido tan mal antes?― Pienso en las otras veces he sido golpeada, pero tengo que admitir que esta ha sido la peor. Sacudo la cabeza. —¿Qué pasa si se pone peor? Peor podría significar muerte.― Sé eso. Recuerdo haber pensado claramente que me iba a matar en ese momento. No lo hizo, sin embargo. Algo la había detenido. ¿Se detendría la próxima vez?
—Puedo intentar ayudarte.
—No. —Tengo la garganta en fuego, hablando dolorosamente. Es imperativo hacerle entender —Yo no podría vivir con ella si sabe de Nick.
No podría soportarlo si él se compadeciera de mí. Él es mi amigo. Eso cambiaría si él lo supiera.
El Dr. Jonas niega con su cabeza.
—No le estás dando suficiente crédito.
—Por favor —le ruego.
—Esto no se trata de Nick, o sobre lo que piensa. Se trata de ti.
—Correcto. Y yo le estoy pidiendo dejarlo. Si esto hace que sea difícil para usted, legalmente, quiero decir, me marcharé. Encontraré otro lugar para ir por unos días.
Él no responde, pregunta en cambio: —¿Qué pasará si no te presentas en casa durante unos días?
Miro por la ventana, como si las respuestas estuvieran ahí, en las estrellas.
—Ella no va a llamar a la policía. No los quiere investigando.
Probablemente se pregunta si me mató —susurro, recordando el charco de sangre en el piso de la cocina a los pies de mi fallida cena de Acción de Gracias.
El Dr. Jonas se sacude por la sorpresa, ya sea por yo admitirlo, o por el hecho de que dije ella en lugar de él, no sé. Resopla un aire lleno de incómoda resignación.
—De acuerdo, bien, necesitas descansar durante unos días. Las costillas rotas pueden ser peligrosas, y si te pinchan un pulmón tendrías que ir al hospital para vivir.
—Me quedaré —prometo.
Camina hacia la puerta, tomando una respiración sin voltearse hacia mí, gira la perrilla. —Ella debería estar en prisión por esto.
CONTINUARA…
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Capitulo 35
Debido a las vacaciones de otoño, no tenemos que regresar a la escuela hasta el miércoles siguiente a Acción de Gracias. Me paso esos días recuperándome en la casa de los Jonas. Les han permitido a las chicas entrar a donde estoy, y les han dicho que estuve en un accidente. No me preguntan por qué estoy quedándome en su casa en lugar de en la mía propia. Ellas sólo están felices de tenerme ahí.
Después de un par de días, me es permitido levantarme un poco, y pasar tiempo con ellos en el área de la habitación familiar, comiendo sándwiches de sobras de pavo, que son mucho mejores que los sándwiches que tienen en la escuela. Toda la familia ha tomado la iniciativa para tratar de superarse unos a otros como mi cuidador. Se ha convertido en una especie de juego para ellos, ver quién puede hacer más por mí.
Sobre todo, me deleito en estar cerca de Nick, todo el día, todos los días. Trato de hacer que se tome un descanso de mí, pero no quiere escucharme hablar de eso. Excepto cuando va a tomarse una ducha él está conmigo, incluso cuando es de noche, duerme en la silla junto a mí.
El Dr. Jonas enyesa mi muñeca, y me permite tener mis costillas sin vendar temporalmente para tomar un baño. Incluso me proporcionan una silla de plástico para sentarme en la ducha. Podría haber vivido en este mundo de fantasía para siempre, pero inexorablemente, llega el martes. El regreso a clases es mañana, y no puedo darme el lujo de perdérmelo y que toda la atención caiga sobre mí.
—Quédate una noche más —implora Nick—. Te llevaré a casa mañana después de la escuela.
Así que me quedo. Sólo tengo mi ropa rota y ensangrentada que había sido tomada el primer día, y tirada a la basura, supongo, y sólo he estado vistiendo un par de pijamas de Avery. Ella me trae un par de pantalones y un top prestado para vestir mañana en la escuela, ya que es improbable que seamos de la misma talla.
Estas son las mejores ropas que he vestido, pero de una manera muy femenina y vanidosa, me alegro de que Nick pueda verme al menos una vez en algo que no es deforme y feo. Me despierto a la mañana siguiente, vendando mis costillas más fuerte, no es una tarea fácil con una muñeca enyesada. Todavía estoy muy adolorida, pero sé que puedo lograrlo. Me miro en el espejo, mi rostro está manchado con moretones púrpura y amarillo. Aunque la mayor parte de la hinchazón ha bajado. Mi labio está sólo un poco hinchado, el mayor inconveniente de eso es que me duele cuando Nick me besa, por lo que lo ha hecho muy poco.
Conducimos hacia la escuela en una nevada ligera. Nick me ha dado su abrigo en contra de mis protestas, ya que su chaqueta se encuentra todavía en mi casa. Estoy feliz que él insistiera, porque su chaqueta ha perdido su aroma hace tiempo, pero su abrigo está lleno de él. Él se encuentra ya corriendo la voz entre algunos de sus amigos sobre mi “accidente automovilístico”, sabiendo que su palabra llegará a toda la escuela. Sigue frustrado conmigo porque no le diré exactamente qué pasó.
Encuentro que mi “accidente” me hace receptora de cierta simpatía, probablemente más por la forma en que mi rostro luce que nada. No sólo nadie intenta hacerme daño o hacer que tropiece, en realidad ellos sostienen la puerta para mí y me ayudan a cargar mis libros, los que afortunadamente son dejados con Nick, cuando no estoy con él.
Sobre todo, esto es llevado a cabo por los amigos de Nick, con los que estoy agradecida cuando me encuentro con Jessica en los pasillos y veo no sólo su falta de simpatía en sus ojos, sino también su ira.
Después de la escuela Nick discute conmigo, tratando de conseguir que regrese a su casa. Sólo quiero hacer esto, tomar el camino fácil y esconderme tanto como pueda. Él hace que sea mucho más difícil cuando me mira con súplica desesperada en las oscuras profundidades de sus ojos. No sé qué es lo que sabe, pero creo que tal vez sospecha la verdad, o algo cercano a ella.
Finalmente, cede cuando sostengo mi razón.
—Al menos déjame llevarte a tu casa. No deberías estar caminando tan pronto.
Así comienza una nueva discusión, pero encuentro a Nick tan terco como lo soy yo. Nos comprometemos a que no me dejará enfrente de mi casa, sino en frente de la casa de al lado, y que él me dejará hacer sola mi camino a casa. Me ayuda a salir del coche, tirando de mí cerca para un suave abrazo, dejando besos en mi rostro y ligeramente en mi boca. Presiona algo en mi mano y miro hacia abajo para ver un teléfono celular ahí.
—No —protesto, mi voz sigue estando un poco áspera.
—No es de parte mía. Es de papá— Cuando empiezo a devolverlo, envuelve su mano alrededor de la mía, atrapando el teléfono ahí —Pertenecía a uno de sus empleados que ya no trabaja para él. Mi papá paga cada mes para que esté en un cajón. Le preocupa que no tengas un teléfono. Es un préstamo. Tómalo.
—No puedo...
—Por favor. Por mí. Tiene todos nuestros números de teléfono programados en él. Todo lo que tienes que hacer es llamar y vendré, estaré aquí antes de que termines de marcar.
—Nick...
—Es sólo un préstamo— Él ve mi duda —Si no lo tomas, lo tiraré de vuelta en mi coche ahora mismo y te mantendré de rehén en mi casa hasta que estés de acuerdo.
Le sonrío. —¿Dónde está la amenaza en eso?― Él se ríe, besándome suavemente.
—Por favor, tómalo. Mi mamá no me dejará regresar a la casa si no lo haces.
Me rindo. —Bueno, no podemos permitir eso, ¿verdad?
Él me muestra cómo usar el teléfono, ya que nunca he tenido uno para mí misma. Él tiene, por supuesto, programado el suyo como la primera marcación rápida. Me besa de nuevo, y me sostiene firmemente. Me relajo en él, temiendo ya el momento de irme hasta que pueda verlo de nuevo.
—Te extrañaré esta noche —le digo.
Él mira hacia mí.
—Llámame antes de ir a la cama.
—Está bien. —Me libera y me dirijo hacia mi casa, atemorizada de entrar, pero sabiendo que es tiempo de hacerlo. Él espera hasta que he llegado a mi puerta antes de alejarse y volver a entrar a su coche.
Mamá está sentada en el sofá, pero en lugar de estar medio dormida o viendo la TV, está sentada, con la cabeza entre las manos, y los brazos apoyados en las rodillas. Levanta la vista mientras cierro la puerta detrás de mí. El alivio inunda su rostro al verme ahí. Me acerco para ponerme de pie ante ella y sus ojos me dan una ojeada, observando el yeso en mi brazo, y mi frente cosida antes de detenerse en mi mirada. La sostiene por un minuto, luego mira hacia otro lado.
—Yo estaba... pensé... no sabía dónde estabas —tartamudea, y si no supiera mejor, podría creer que hay preocupación en su voz.
—Quieres decir, que no sabías si estaba viva o no —le digo, con miedo girando a través de mi estómago al pensar en lo que podría hacerme por hablarle de esa manera. Me mira de nuevo y su rostro se retuerce con culpa. Siento un momento de compasión por ella, pero que desaparece cuando tomo una respiración profunda y mis costillas se estremecen en protesta. —Estoy viva y estoy de regreso, y necesito descansar para recuperarme completamente.
Me muevo más allá de ella hacia las escaleras, mirando hacia la cocina. Ella ha limpiado el desorden, tallado la pared y el suelo de modo que no permanezcan evidencias. Es mucho para su preocupación por mí, personalmente, me parece que estaba más preocupada acerca si podría ser atrapada. Doy un paso en las escaleras, y me vuelvo para enfrentarla de nuevo, con mi corazón palpitando. Ella me observa de cerca.
—No puedes hacerme esto de nuevo. No puedes hacerme daño nunca más— Ella no dice nada, así que me doy la vuelta y subo por las escaleras. En mi habitación, me acuesto en mi cama, mareada por el esfuerzo que me tomó enfrentarme a ella.
Una sonrisa cruza por mi rostro.
CONTINUARA…
5/5
Capitulo 36
Un nuevo tipo de vida comienza de nuevo. Porque es mi muñeca derecha la que está rota, así que requiero ayuda para hacer mi tarea, tanto en la escuela (para lo que curiosamente hay un montón de voluntarios, de nuevo en su mayoría amigos de Nick, pero también varios de los “perdedores” que comparten nuestra mesa del almuerzo) como con mi tarea después de la escuela. Le digo esto a mi madre, sorprendida cuando no discute.
Así que después de la escuela, voy a casa con Nick y me quedo en la tarde y hasta la noche cada día. Denisse parece feliz con esto, y se asegura de que tengo la cena cada noche antes de irme. Me recupero rápidamente, probablemente porque mi cuerpo está recibiendo más alimentación de la que nunca he tenido. Me encuentro a mí misma encajando en una familia, y me gusta cómo se siente.
Avery se asegura de mostrarme un montón de embarazosas fotos de Nick, especialmente de unas en las que está peinando su cabello cuando éste era más largo. Le soborno para ver esas dejándole peinar el mío. Me muestra una foto de los miembros de la familia, incluido el abuelo Nick por el que Nick fue nombrado, y eso trae un claro de recuerdo de Nick cuando era niño.
El primer día de escuela, él había anunciado su nombre enfrente de la clase, diciéndole a todos que había sido nombrado por su abuelo Nick, y por los próximos años, cada vez que se presentaba a alguien nuevo, repetía la misma historia. Por el tiempo en que estuvimos en cuarto grado, todos estábamos muy conscientes de dónde había salido su nombre.
Me río ante el recuerdo y les cuento a sus hermanas acerca de eso, quienes lo encuentran como algo genial para burlarse de él. Empiezan a llamarlo “Nick quien fue nombrado por su abuelo” como un nombre largo.
Cada noche cuando regreso a casa, limpio la cocina y la sala de estar, aunque no es tan difícil como antes, porque mamá está haciendo algo de esfuerzo en eso también. Limpio mi baño mientras me preparo para ir a la cama, entonces llamo a Nick tan pronto como estoy en la cama, y hablamos hasta que uno de los dos o ambos se queda dormido.
A medida que el clima se vuelve más frío, algunas veces bajando por debajo de cero grados por la noche y lucha por levantar a la mitad de adolescentes durante el día, Nick comienza a recogerme y dejarme enfrente de mi casa. Ignora mis protestas de que he estado caminando en un clima como éste por años, y cuando no parece haber ninguna queja de mamá, dejo de objetar.
Una noche, estamos solos en su casa. Estamos sentados en el piso de la sala de estar, haciendo la tarea de matemáticas. Este es mi lugar favorito para estar por todas las decoraciones navideñas. Una mezcla de adornos, hechos por los chicos Jonas a lo largo de los años, que engalanan el enorme árbol de Navidad, junto a los que fueron comprados en la tienda que fueron escogidos por los chicos. Cada uno está cuidadosamente marcado con su nombre y el año en que fue hecho el adorno o cuándo fue adquirido. De alguna manera, Denisse ha logrado que luzca elegante y acogedor a la vez.
El Dr. Jonas me dijo que necesitaba llevar el yeso hasta Año Nuevo, así que sigo sin poder escribir. Aunque no hemos aventajado mucho, ya que Nick se mantiene distrayéndome por besarme, pues la hinchazón de mi labio se ha ido ya no duele más. Además de que, prefiero besarlo que a las matemáticas, así que no estoy realmente protestando mucho.
—Quiero pedirte un favor —me dice entre besos. Está mirando mi boca, con sus largas y gruesas pestañas ocultando sus ojos, así que lo estoy teniendo difícil para pensar con claridad.
—Cualquier cosa —respiro, besándolo de nuevo. Él sonríe, luego mira a mis ojos, su mirada con oscura intención.
—Quiero que me digas algo.
—Está bien —estoy de acuerdo, dispuesta a decirle cualquier cosa. Levanta la mano, cepillando su pulgar a través de la cicatriz desvaneciéndose por encima de mi frente, siguiendo el movimiento con sus ojos. La laceración corre a lo largo de la línea de mi ceja, así que no es muy notable ahora que los puntos han sido removidos, y será eventualmente, casi imperceptible.
Sus ojos regresan a los míos, y en voz baja, de manera poco ceremoniosa, dice: —Quiero que me digas quién te hizo esto.
Me congelo bajo su toque. Su mirada no vacila. Bajo los ojos y me siento, alejándome de él.
—No me pidas eso —mi propia voz es baja.
—¿No confías en mí? —pregunta. Me vuelvo hacia él, sorprendida. Él está mirando hacia abajo, dibujando patrones en el suelo.
—Por supuesto que confío en ti, Nick. Yo te a... —Me detengo a mí misma, pero sus ojos llegan a los míos, manteniendo su cuerpo inmóvil.
Pienso en las palabras que casi había dicho, palabras que no pueden ser dichas en voz alta. Así que le digo la siguiente verdad. Bajo los ojos, tomo una respiración, luego lo miro fijamente de nuevo —Quiero decir, eres mi mejor amigo. Confío en ti más que en cualquier otro. Estoy pidiendo que confíes en mí cuando digo que no puedo decirte.
Sigue sin mover un músculo, observándome, esperando. Cuando no digo nada más, libera su respiración, mirando a otro lado. Finalmente, asiente con la cabeza.
—Puedo aceptar eso. —Se mueve entonces, arrodillándose, tirando de mí sobre mis propias rodillas hacia sus brazos —No me gusta, pero puedo aceptarlo. —Mantiene un brazo alrededor de mi cintura, atrayendo la otra para descansar a un lado de mi cuello, con un pulgar trazando mi mandíbula—. ¿Aunque, puedo preguntarte algo más?― Con un poco más de cuidado ahora, asiento con la cabeza. —¿Eso es todo lo que somos? ¿Amigos?
—Uh... —mis pensamientos se dispersan de nuevo.
—Porque pensaba que éramos algo más. —Él baja la cabeza hacia la mía. Cuando sus ojos están a sólo centímetros de los míos, me pregunta —¿Cuántos amigos hacen esto? —
Entonces su boca está en la mía.
CONTINUARA…
Espero les haya gustado y nuevamente perdón voy a tratar de subir mas seguido y cuando pase esto se van a dar cuenta que estoy sin Internet sino no voy a pasar tanto tiempo sin escribir.
Las amoooooooo.
MaleDeJonas
Re: Heart On A Chain (Nick y Tu) Adaptacion
:( COMO UNA MADRE!!.. PUEDE HACERLE ESO A UN HIJOOO?????...
:crybaby: TODO EL CAAAPIISS ESTUVE LLORANDOOOO!!!!!
AAAII POBREEEEE DE ____ CUANDOO DEJARAAAA DE SUFRRIIIRRR!!!!...
YO NO CREO QUE SU MAMI ESTE CAMBIANDOOOO!!!...
PERO ME ALEGROOO QUE NIIICCCKKK!!!.... AIIIIII SE VE COMO LA QUIEREEE!!!
:crybaby: TODO EL CAAAPIISS ESTUVE LLORANDOOOO!!!!!
AAAII POBREEEEE DE ____ CUANDOO DEJARAAAA DE SUFRRIIIRRR!!!!...
YO NO CREO QUE SU MAMI ESTE CAMBIANDOOOO!!!...
PERO ME ALEGROOO QUE NIIICCCKKK!!!.... AIIIIII SE VE COMO LA QUIEREEE!!!
chelis
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