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"Secretos De Una Noche De Verano" {Nick y Tu} -- Adaptación-
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Secretos De Una Noche De Verano" {Nick y Tu} -- Adaptación-
Jajajaja ame este capitulo ! bien Nick es un tierno *_*
defendiendo a ______ es un amor lo amo !!
jajaj siguela cuando puedas linda un besito
defendiendo a ______ es un amor lo amo !!
jajaj siguela cuando puedas linda un besito
Flor
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" {Nick y Tu} -- Adaptación-
AAAAAAHHH MI VIDAAA NICK EL LA AMA :arre: ADEMAS LA DEFIENDO ESPERO QUE ______ SE FIJE EN EL EN VES DE CRITICARLO :/
raqel d' Jonas(NJJ<3
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" {Nick y Tu} -- Adaptación-
Aquí vieeeeene le otroooo.. C: Gracias por esperar y comentar.
Una vez que su prima, una mujer mayor que en ocasiones actuaba como su carabina, la hubo acompañado de regreso a su casa de la ciudad, ___________ recorrió a grandes zancadas el vacío vestíbulo embaldosado. Al advertir el objeto que habían dejado sobre la mesa semicircular que se apoyaba contra la pared, se detuvo en seco. Era un sombrero masculino de copa alta, de color gris y decorado con una banda de satén borgoña. Un sombrero muy peculiar, sobre todo si se lo comparaba con los sombreros negros que solían lucir la mayoría de los caballeros. ___________ lo había visto en demasiadas ocasiones sobre aquella misma mesa, como una serpiente enroscada.
Un elegante bastón con el mango en forma de diamante se apoyaba contra la mesa. ___________ experimentó el intenso deseo de utilizar el bastón para aplastar la copa del sombrero..., a ser posible, mientras estuviera sobre la cabeza del propietario. En su lugar, subió las escaleras con el corazón en un puño y el entrecejo fruncido.
Cuando se aproximaba a la segunda planta, donde se encontraba las habitaciones de la familia, apareció un hombre corpulento en el descansillo. Este la observó con una insoportable sonrisa burlona dibujada en un rostro de tez rosada y sudorosa por el reciente esfuerzo físico, mientras un mechón de pelo, que llevaba peinado hacia atrás, colgaba hacia un lado como la creta de un gallo.
-Lord Hodgeham -saludó ___________ con rigidez al tiempo que luchaba contra la vergüenza y la ira que se atascaban en su garganta.
Hodgeham era una de las pocas personas a las que odiaba de verdad. Como supuesto amigo de su difunto padre, Hodgeham visitaba con frecuencia la casa, pero nunca a las horas normales para tal fin. Llegaba bien entrada la noche y, contra todo lo que dictaba el decoro, pasaba gran cantidad de tiempo a solas con la madre de ___________, Philippa, en una habitación privada. Además, a ___________ no se le había pasado por alto que, en los días posteriores a sus visitas, algunas de las facturas más acuciantes se pagaban de forma misteriosa y que algún que otro airado acreedor quedaba apaciguado. En cuanto a Philippa, se mostraba más sensible e irritable que de costumbre y poco dispuesta a hablar.
A ___________ le resultaba casi imposible creer que su madre, que siempre había huido de las conductas indecorosas, permitiera que alguien usara su cuerpo a cambio de dinero. Sin embargo, era la única conclusión razonable a la que podía llegar, cosa que colmaba a ___________ de una irremediable vergüenza y de ira. Su rabia no iba dirigida únicamente contra su madre: estaba furiosa por la situación en la que se encontraban e, incluso, consigo misma por no haber sido capaz de encontrar todavía un marido. Le había costado mucho tiempo darse cuenta de que, por muy hermosa y encantadora que fuera y por mucho interés que le demostrara un caballero no iba a recibir una proposición. Al menos, no una respetable.
Desde su presentación en sociedad, se había visto obligada, a aceptar, poco a poco, que sus sueños acerca de un pretendiente apuesto y educado que se enamorara de ella e hiciera desaparecer todos sus problemas no eran más que una fantasía ingenua. La desilusión había calado hasta el fondo durante la prolongada decepción en la que se había convertido su tercera temporada. Y, en esos momentos, cuando se encontraba en la cuarta, la poco atractiva idea de convertirse en «___________, la esposa de un granjero», estaba inquietantemente cerca de hacerse realidad.
Con una expresión pétrea, ___________ trató de pasar junto a Hodgeham sin decir palabra, pero éste la detuvo al ponerle una mano rolliza en el brazo. Ella retrocedió con tal aversión que el movimiento estuvo a punto de hacerle perder el equilibrio.
-No me toque -dijo con la vista clavada en el rubicundo rostro del hombre.
Los ojos de Hodgeham lucían muy azules en contraste con el rubor de su tez. Con una sonrisa, el hombre dejó la mano sobre la barandilla, impidiendo así que ___________ alcanzara el descansillo.
-Qué poco hospitalaria -murmuró con esa voz de tenor tan incongruente que mortificaba a muchos hombres altos-. Después de todos los favores que he hecho a esta familia...
-No nos ha hecho ningún favor -respondió ___________ de modo cortante.
-De no ser por mi generosidad, hace mucho que estaríais en la calle.
-¿Acaso sugiere que debo mostrarme agradecida? -Preguntó, ella, y su tono destilaba odio-. No es usted más que un detestable carroñero.
-No he tomado nada que no se me haya ofrecido voluntariamente. -Hodgeham extendió la mano para tocarle la barbilla, pero el húmedo roce de sus dedos la hizo retroceder con repulsión-.A decir verdad, ha sido un juego muy aburrido. Su madre es demasiado dócil para mi gusto. -Se inclinó hacia ella, de modo que el olor que emanaba su cuerpo, un sudor rancio sofocado por la colonia, inundó las fosas nasales de ___________ con un hedor insoportable-. Tal vez lo intente la próxima vez contigo -murmuró.
Sin duda alguna, esperaba que ___________ se pusiera a llorar o a suplicar, o que se ruborizara. Sin embargo, ésta se limitó a dirigirle una mirada fría.
-No es más que un viejo estúpido y presumido -dijo con tranquilidad-. Si estuviera dispuesta a convertirme en la amante de alguien, ¿.no cree que elegiría a alguien mejor que usted?
Al final, Hodgeham consiguió esbozar una sonrisa, si bien ___________ tuvo el placer de comprobar que no le había resultado fácil hacerlo.
-No es muy inteligente que me tenga por enemigo. Con algunas palabras vertidas en los oidos adecuados, podría arruinar a su familia más allá de cualquier posibilidad de redención. -Desvió la vista hacia la tela de su corpiño y sonrió de modo despectivo-. En su lugar, yo no me mostraría tan desdeñosa mientras llevara esos andrajos y esas joyas falsas.
___________ se ruborizó y le golpeó la mano sin miramientos cuando el hombre hizo amago de tocar el corpiño. Riendo para sí Hodgeham bajó las escaleras mientras ___________ aguardaba en el silencio más absoluto. En cuanto escuchó el sonido de la puerta al cerrarse, corrió escaleras abajo y echó la llave. Con la respiración agitada a causa de la ansiedad y la indignación, apoyó las manos y, la frente contra la pesada puerta de roble.
-Se acabó -murmuró en voz alta, temblando de furia.
No más Hodgeham, no más facturas sin pagar... Ya habían sufrido bastante. Todos. Tendría que conseguir a alguien con quien casarse de inmediato: encontraría al mejor candidato que pudiera en la fiesta campestre en Hampshire y acabaría de una vez por todas con ese asunto. Y si no resultaba...
Deslizó las manos muy despacio por la superficie de la puerta y sus palmas dejaron un rastro de líneas sobre la nudosa madera. Si no encontraba a alguien con quien casarse, se convertiría en la amante de un hombre. A pesar de que ninguno parecía inclinado a aceptarla como esposa, al parecer había un número infinito de caballeros deseosos de arrastrarla al pecado. Si jugaba bien sus cartas, podría ganar una fortuna. No obstante, le repugnaba la mera idea de no poder regresar jamás a la buena sociedad..., de ser despreciada y relegada al ostracismo, de que sólo la valoraran por sus habilidades en la cama. La alternativa, que no era otra que vivir una pobreza virtuosa y ganarse la vida como costurera o lavandera, o convertirse en institutriz, era mucho más peligrosa: una mujer joven en semejante posición quedaría a merced de cualquiera. Además, el sueldo no alcanzaría para mantener a su madre ni a Jeremy, que también debería ponerse a trabajar. Al parecer, ninguno de los tres podía permitirse que ___________ se aferrara a su moral. Vivían en un castillo de naipes..., y cualquier movimiento brusco podía echado abajo.
A la mañana siguiente, ___________ estaba sentada a la mesa del desayuno con una taza de porcelana entre sus dedos helados. Aunque ya había acabado su té, la cerámica todavía conservaba e. calor del fuerte brebaje. Tenía una pequeña muesca en el borde que ella acariciaba repetidamente con el pulgar y no se molestó en levantar la vista cuando escuchó el ruido que su madre hizo al entrar en la estancia.
-¿Quieres té? -preguntó con una voz meticulosamente monótona, tras lo cual escuchó a Philippa murmurar una respuesta afirmativa. Llenó otra taza con la tetera que tenía delante, la endulzó con una cucharadita de azúcar y rebajó el brebaje con una buena cantidad de leche.
-Ya no lo tomo con azúcar -dijo Philippa-. He llegado a preferirlo sin él.
El día en que a su madre dejaran de gustarle las cosas dulces, sería el día en que se sirviera agua helada en el infierno.
-Aún podemos permitimos echarle azúcar al té -replicó ___________ mientras removía el líquido con un par de enérgicas vueltas de cucharilla.
Levantó la vista y deslizó la taza y su platillo por encima de la mesa en dirección a Philippa. Tal y como esperaba, su madre tenía un aspecto malhumorado y ojeroso, y llevaba la vergüenza escrita bajo esa máscara de amargura. Hubo un tiempo en que creyó imposible que su enérgica y alegre madre -que siempre había sido más hermosa que cualquier otra madre- pudiera lucir semejante expresión. Fue en ese momento, mientras contemplaba el tenso rostro de Philippa, que ___________ se dio cuenta de que su propia cara mostraba un cansancio muy parecido al de su madre y de que su boca se fruncía con el mismo rictus de desencanto.
.¿QUé tal fue el baile? -preguntó Philippa, que acercó tanto la cara a la taza de té que el vapor le veló el rostro.
-El desastre habitual-respondió ___________, que suavizó la honestidad de su réplica con una suave carcajada-. El único hombre que me invitó a bailar fue el señor Hunt.
-Por, todos los cielos -murmuró Philippa antes de tomar un sorbo de té abrasador-. ¿Y aceptaste?
-Por supuesto que no. No hubiera tenido sentido alguno. Resulta evidente que, cuando me mira, piensa en cualquier cosa menos en el matrimonio.
-Hasta los hombres como el señor Hunt acaban por casarse- argumento Phlippa, que la miró por encima del borde de la taza-. Y tú serías una esposa ideal para él... Incluso podrías suavizado y ayudado a que fuera aceptado en la sociedad decente...
-Por Dios, mamá... Cualquiera diría que me alientas para que acepte sus atenciones.
-No... -Philippa cogió su cucharilla y removió el té en un gesto innecesario-. Al menos, no si de verdad encuentras alguna objeción al señor Hunt. Sin embargo, si fueses capaz de pulido un poco, no tendríamos más problemas económicos...
-No es de los que se casan, mamá. Todo el mundo lo sabe. Hiciera lo que hiciese, jamás conseguiría una proposición honesta por su parte.
___________ hurgó en el azucarero con un par de pequeñas pinzas de plata de aspecto deslustrado, en busca del terrón más pequeño que pudiera encontrar. Sacó un pedacito de azúcar moreno, lo echó en la taza y después se sirvió más té.
Philippa dio un sorbo a su taza y, poniendo mucho cuidado en mantener la vista apartada, pasó a otro tema de conversación que, según sospechaba ___________, tenía una desagradable relación con el, anterior.
-No podemos permitimos que Jeremy siga en la escuela el próximo semestre. Hace dos meses que no pago el sueldo a los criados. Algunas facturas...
-Sí, ya estoy al tanto de todo eso -replicó ___________, que se ruborizó ligeramente a causa de una súbita oleada de enojo-. Encontraré un marido, mamá. Muy pronto. -De algún modo, consiguió esbozar una sonrisa-. ¿Qué te parecería una excursión a Hampshire? Ahora que la temporada está a punto de concluir, serán muchos los que dejen Londres en busca de nuevas diversiones.., Me refiero a la cacería que lord Westcliff dará en su propiedad.
Philippa la observó con renovado interés.
-No estaba al tanto de que hubiéramos recibido una invitación del conde.
-Y no nos ha llegado -respondió ___________-. Todavía. Pero llegará... y tengo el presentimiento de que nos esperan unas cuantas sorpresas en Hampshire, mamá.
3° Capítulo.
Una vez que su prima, una mujer mayor que en ocasiones actuaba como su carabina, la hubo acompañado de regreso a su casa de la ciudad, ___________ recorrió a grandes zancadas el vacío vestíbulo embaldosado. Al advertir el objeto que habían dejado sobre la mesa semicircular que se apoyaba contra la pared, se detuvo en seco. Era un sombrero masculino de copa alta, de color gris y decorado con una banda de satén borgoña. Un sombrero muy peculiar, sobre todo si se lo comparaba con los sombreros negros que solían lucir la mayoría de los caballeros. ___________ lo había visto en demasiadas ocasiones sobre aquella misma mesa, como una serpiente enroscada.
Un elegante bastón con el mango en forma de diamante se apoyaba contra la mesa. ___________ experimentó el intenso deseo de utilizar el bastón para aplastar la copa del sombrero..., a ser posible, mientras estuviera sobre la cabeza del propietario. En su lugar, subió las escaleras con el corazón en un puño y el entrecejo fruncido.
Cuando se aproximaba a la segunda planta, donde se encontraba las habitaciones de la familia, apareció un hombre corpulento en el descansillo. Este la observó con una insoportable sonrisa burlona dibujada en un rostro de tez rosada y sudorosa por el reciente esfuerzo físico, mientras un mechón de pelo, que llevaba peinado hacia atrás, colgaba hacia un lado como la creta de un gallo.
-Lord Hodgeham -saludó ___________ con rigidez al tiempo que luchaba contra la vergüenza y la ira que se atascaban en su garganta.
Hodgeham era una de las pocas personas a las que odiaba de verdad. Como supuesto amigo de su difunto padre, Hodgeham visitaba con frecuencia la casa, pero nunca a las horas normales para tal fin. Llegaba bien entrada la noche y, contra todo lo que dictaba el decoro, pasaba gran cantidad de tiempo a solas con la madre de ___________, Philippa, en una habitación privada. Además, a ___________ no se le había pasado por alto que, en los días posteriores a sus visitas, algunas de las facturas más acuciantes se pagaban de forma misteriosa y que algún que otro airado acreedor quedaba apaciguado. En cuanto a Philippa, se mostraba más sensible e irritable que de costumbre y poco dispuesta a hablar.
A ___________ le resultaba casi imposible creer que su madre, que siempre había huido de las conductas indecorosas, permitiera que alguien usara su cuerpo a cambio de dinero. Sin embargo, era la única conclusión razonable a la que podía llegar, cosa que colmaba a ___________ de una irremediable vergüenza y de ira. Su rabia no iba dirigida únicamente contra su madre: estaba furiosa por la situación en la que se encontraban e, incluso, consigo misma por no haber sido capaz de encontrar todavía un marido. Le había costado mucho tiempo darse cuenta de que, por muy hermosa y encantadora que fuera y por mucho interés que le demostrara un caballero no iba a recibir una proposición. Al menos, no una respetable.
Desde su presentación en sociedad, se había visto obligada, a aceptar, poco a poco, que sus sueños acerca de un pretendiente apuesto y educado que se enamorara de ella e hiciera desaparecer todos sus problemas no eran más que una fantasía ingenua. La desilusión había calado hasta el fondo durante la prolongada decepción en la que se había convertido su tercera temporada. Y, en esos momentos, cuando se encontraba en la cuarta, la poco atractiva idea de convertirse en «___________, la esposa de un granjero», estaba inquietantemente cerca de hacerse realidad.
Con una expresión pétrea, ___________ trató de pasar junto a Hodgeham sin decir palabra, pero éste la detuvo al ponerle una mano rolliza en el brazo. Ella retrocedió con tal aversión que el movimiento estuvo a punto de hacerle perder el equilibrio.
-No me toque -dijo con la vista clavada en el rubicundo rostro del hombre.
Los ojos de Hodgeham lucían muy azules en contraste con el rubor de su tez. Con una sonrisa, el hombre dejó la mano sobre la barandilla, impidiendo así que ___________ alcanzara el descansillo.
-Qué poco hospitalaria -murmuró con esa voz de tenor tan incongruente que mortificaba a muchos hombres altos-. Después de todos los favores que he hecho a esta familia...
-No nos ha hecho ningún favor -respondió ___________ de modo cortante.
-De no ser por mi generosidad, hace mucho que estaríais en la calle.
-¿Acaso sugiere que debo mostrarme agradecida? -Preguntó, ella, y su tono destilaba odio-. No es usted más que un detestable carroñero.
-No he tomado nada que no se me haya ofrecido voluntariamente. -Hodgeham extendió la mano para tocarle la barbilla, pero el húmedo roce de sus dedos la hizo retroceder con repulsión-.A decir verdad, ha sido un juego muy aburrido. Su madre es demasiado dócil para mi gusto. -Se inclinó hacia ella, de modo que el olor que emanaba su cuerpo, un sudor rancio sofocado por la colonia, inundó las fosas nasales de ___________ con un hedor insoportable-. Tal vez lo intente la próxima vez contigo -murmuró.
Sin duda alguna, esperaba que ___________ se pusiera a llorar o a suplicar, o que se ruborizara. Sin embargo, ésta se limitó a dirigirle una mirada fría.
-No es más que un viejo estúpido y presumido -dijo con tranquilidad-. Si estuviera dispuesta a convertirme en la amante de alguien, ¿.no cree que elegiría a alguien mejor que usted?
Al final, Hodgeham consiguió esbozar una sonrisa, si bien ___________ tuvo el placer de comprobar que no le había resultado fácil hacerlo.
-No es muy inteligente que me tenga por enemigo. Con algunas palabras vertidas en los oidos adecuados, podría arruinar a su familia más allá de cualquier posibilidad de redención. -Desvió la vista hacia la tela de su corpiño y sonrió de modo despectivo-. En su lugar, yo no me mostraría tan desdeñosa mientras llevara esos andrajos y esas joyas falsas.
___________ se ruborizó y le golpeó la mano sin miramientos cuando el hombre hizo amago de tocar el corpiño. Riendo para sí Hodgeham bajó las escaleras mientras ___________ aguardaba en el silencio más absoluto. En cuanto escuchó el sonido de la puerta al cerrarse, corrió escaleras abajo y echó la llave. Con la respiración agitada a causa de la ansiedad y la indignación, apoyó las manos y, la frente contra la pesada puerta de roble.
-Se acabó -murmuró en voz alta, temblando de furia.
No más Hodgeham, no más facturas sin pagar... Ya habían sufrido bastante. Todos. Tendría que conseguir a alguien con quien casarse de inmediato: encontraría al mejor candidato que pudiera en la fiesta campestre en Hampshire y acabaría de una vez por todas con ese asunto. Y si no resultaba...
Deslizó las manos muy despacio por la superficie de la puerta y sus palmas dejaron un rastro de líneas sobre la nudosa madera. Si no encontraba a alguien con quien casarse, se convertiría en la amante de un hombre. A pesar de que ninguno parecía inclinado a aceptarla como esposa, al parecer había un número infinito de caballeros deseosos de arrastrarla al pecado. Si jugaba bien sus cartas, podría ganar una fortuna. No obstante, le repugnaba la mera idea de no poder regresar jamás a la buena sociedad..., de ser despreciada y relegada al ostracismo, de que sólo la valoraran por sus habilidades en la cama. La alternativa, que no era otra que vivir una pobreza virtuosa y ganarse la vida como costurera o lavandera, o convertirse en institutriz, era mucho más peligrosa: una mujer joven en semejante posición quedaría a merced de cualquiera. Además, el sueldo no alcanzaría para mantener a su madre ni a Jeremy, que también debería ponerse a trabajar. Al parecer, ninguno de los tres podía permitirse que ___________ se aferrara a su moral. Vivían en un castillo de naipes..., y cualquier movimiento brusco podía echado abajo.
A la mañana siguiente, ___________ estaba sentada a la mesa del desayuno con una taza de porcelana entre sus dedos helados. Aunque ya había acabado su té, la cerámica todavía conservaba e. calor del fuerte brebaje. Tenía una pequeña muesca en el borde que ella acariciaba repetidamente con el pulgar y no se molestó en levantar la vista cuando escuchó el ruido que su madre hizo al entrar en la estancia.
-¿Quieres té? -preguntó con una voz meticulosamente monótona, tras lo cual escuchó a Philippa murmurar una respuesta afirmativa. Llenó otra taza con la tetera que tenía delante, la endulzó con una cucharadita de azúcar y rebajó el brebaje con una buena cantidad de leche.
-Ya no lo tomo con azúcar -dijo Philippa-. He llegado a preferirlo sin él.
El día en que a su madre dejaran de gustarle las cosas dulces, sería el día en que se sirviera agua helada en el infierno.
-Aún podemos permitimos echarle azúcar al té -replicó ___________ mientras removía el líquido con un par de enérgicas vueltas de cucharilla.
Levantó la vista y deslizó la taza y su platillo por encima de la mesa en dirección a Philippa. Tal y como esperaba, su madre tenía un aspecto malhumorado y ojeroso, y llevaba la vergüenza escrita bajo esa máscara de amargura. Hubo un tiempo en que creyó imposible que su enérgica y alegre madre -que siempre había sido más hermosa que cualquier otra madre- pudiera lucir semejante expresión. Fue en ese momento, mientras contemplaba el tenso rostro de Philippa, que ___________ se dio cuenta de que su propia cara mostraba un cansancio muy parecido al de su madre y de que su boca se fruncía con el mismo rictus de desencanto.
.¿QUé tal fue el baile? -preguntó Philippa, que acercó tanto la cara a la taza de té que el vapor le veló el rostro.
-El desastre habitual-respondió ___________, que suavizó la honestidad de su réplica con una suave carcajada-. El único hombre que me invitó a bailar fue el señor Hunt.
-Por, todos los cielos -murmuró Philippa antes de tomar un sorbo de té abrasador-. ¿Y aceptaste?
-Por supuesto que no. No hubiera tenido sentido alguno. Resulta evidente que, cuando me mira, piensa en cualquier cosa menos en el matrimonio.
-Hasta los hombres como el señor Hunt acaban por casarse- argumento Phlippa, que la miró por encima del borde de la taza-. Y tú serías una esposa ideal para él... Incluso podrías suavizado y ayudado a que fuera aceptado en la sociedad decente...
-Por Dios, mamá... Cualquiera diría que me alientas para que acepte sus atenciones.
-No... -Philippa cogió su cucharilla y removió el té en un gesto innecesario-. Al menos, no si de verdad encuentras alguna objeción al señor Hunt. Sin embargo, si fueses capaz de pulido un poco, no tendríamos más problemas económicos...
-No es de los que se casan, mamá. Todo el mundo lo sabe. Hiciera lo que hiciese, jamás conseguiría una proposición honesta por su parte.
___________ hurgó en el azucarero con un par de pequeñas pinzas de plata de aspecto deslustrado, en busca del terrón más pequeño que pudiera encontrar. Sacó un pedacito de azúcar moreno, lo echó en la taza y después se sirvió más té.
Philippa dio un sorbo a su taza y, poniendo mucho cuidado en mantener la vista apartada, pasó a otro tema de conversación que, según sospechaba ___________, tenía una desagradable relación con el, anterior.
-No podemos permitimos que Jeremy siga en la escuela el próximo semestre. Hace dos meses que no pago el sueldo a los criados. Algunas facturas...
-Sí, ya estoy al tanto de todo eso -replicó ___________, que se ruborizó ligeramente a causa de una súbita oleada de enojo-. Encontraré un marido, mamá. Muy pronto. -De algún modo, consiguió esbozar una sonrisa-. ¿Qué te parecería una excursión a Hampshire? Ahora que la temporada está a punto de concluir, serán muchos los que dejen Londres en busca de nuevas diversiones.., Me refiero a la cacería que lord Westcliff dará en su propiedad.
Philippa la observó con renovado interés.
-No estaba al tanto de que hubiéramos recibido una invitación del conde.
-Y no nos ha llegado -respondió ___________-. Todavía. Pero llegará... y tengo el presentimiento de que nos esperan unas cuantas sorpresas en Hampshire, mamá.
Danne G.
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" {Nick y Tu} -- Adaptación-
Ame el capitulooo !!! perdon que no este comentando como antes lo que pasa es que se me vienen las clases y eh andado de arriba para bajo todo el tiempo
Flor
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" {Nick y Tu} -- Adaptación-
AAAH ME ENCANTO EL CAP. DIOS ME DA UN ASCO ESE LORD Hodgeham ES UN ASCO CON SOLO IMAGINÁRMELO SEGUILAAA
raqel d' Jonas(NJJ<3
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" {Nick y Tu} -- Adaptación-
nueeevaaaa lectoooraaaaaaa!!!!!!!
chelis
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" {Nick y Tu} -- Adaptación-
esperoo que esas nuevas cosass seaaaaaaaaaannn cooon nick!!!!!
chelis
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" {Nick y Tu} -- Adaptación-
Bienvenida Chelis Este cap dedicado a ti por aparecer. Y chicas desde que _________ llega a Hampshire las cosas se ponen buenísimas. Aquí empieza la historia de las Wallflowers
su formación y desarrollo C: .
Verán que la más fuerte de todas 4 es Annabelle, es la única pobre de todas y le ha tocado cargar con su familia y se sacrificaría por ellos. Las amo a las 4 por igual pero siento admiración por ella en especial.
Un beso.
Dos días antes de que _____________ y su madre partieran hacia Hampshire, llegó un enorme montón de cajas y paquetes. Al criado le costó tres viajes llevados desde el vestíbulo de la entrada hasta la habitación de _____________, en la planta superior, donde los apilo en una montaña junto a la cama. _____________ los abrió con mucho cuidado y descubrió al menos media docena de vestidos que jamás habían sido utilizados: tafetanes y muselinas de ricos colores; chaquetas a juego forradas de gamuza suave como la mantequilla; y un vestido de baile confeccionado con una pesada seda de color marfil y adornado con chorreras de delicado encaje belga en el corpiño y las mangas. También había guantes, chales, pañoletas y sombreros de tal calidad y belleza que casi sintió ganas de echarse a llorar. Los vestidos y los complementos debían de haber costado una fortuna; sin duda, aquello no significaba nada para las chicas Bowman, pero para _____________ ese regalo resultaba abrumador.
Cogió la nota que habían entregado junto con los paquetes, rompió el sello de cera y leyó las decididas líneas escritas a mano:
De tus hadas madrinas, también conocidas como Lillian y Daisy. Para que tengas una caza exitosa en Hampshire.
P.D.: No irás a perder el coraje ahora, ¿verdad?
Les respondió:
Queridas Hadas Madrinas:
Lo único que me queda es el coraje. Os agradezco inmensamente los vestidos. No os imagináis lo mucho que me emociona poder vestir al fin ropas bonitas de nuevo. Que me gusten tantísimo las cosas hermosas es uno de mis muchos defectos. Con todo mi afecto,
_____________
P.D.: Os devuelvo los zapatos, no obstante, ya que son demasiado pequeños para mí. ¡Y yo que siempre había oído que las chicas americanas tenían los pies grandes!
Querida _____________:
¿De veras es un defecto adorar las cosas hermosas? Debe de ser un concepto inglés, porque estamos seguras de que jamás se le habría ocurrido a nadie de Manhattanville. Y sólo por ese comentario acerca de los pies, te obligaremos a jugar al rouhders con nosotras en Hampshire. Te encantará atizar las pelotas con los bates. No hay nada tan satisfactorio.
Queridas Lillian y Daisy:
Estoy dispuesta a jugar al rounders sólo si conseguís persuadir a Evie de que se una a nosotras, lo que, para ser honesta, dudo mucho. Y, a pesar de que no lo sabré hasta que lo practique, se me ocurren un montón de cosas más satisfactorias que golpear pelotas con bates. Por ejemplo, encontrar marido..
A propósito, ¿qué hay que ponerse para jugar al rounders? ¿Un vestido de paseo?
Querida _____________:
Nosotras jugamos con pololos, por supuesto. No se puede correr bien con faldas.
Queridas Lillian y Daisy:
La palabra «pololo» me resulta del todo desconocida. ¿No os estaréis refiriendo por casualidad ala ropa interior?¡No es posible que estéis sugiriendo que retocemos por el campo en calzones, como salvajes...
Querida _____________:
La palabra procede de un, estrato de la sociedad neoyorquina del que nosotras estamos virtualmente excluidas. En América, los «calzones» son algo que llevan los hombres. Y Evie ha dicho que sí.
Querida Evie:
No podía creer lo que veían mis ojos cuando las hermanas Browman me escribieron para informarme de que habías aceptado jugar al rounders en pololos. ¿De verdad lo has hecho? Espero, que tu respuesta sea negativa, ya que yo he dado mi con-sentimiento en función del tuyo.
Querida _____________:
Comienzo a creer que esta asociación con las hermanas Browman me ayudará a curarme de la timidez. Jugar al rounders en pololos es sólo una forma de empezar. ¿Te he dejado asombrada? ¡Jamás había asombrado a nadie antes! Al menos, no por mi misma. Espero sinceramente que estés sorprendida por mi disposición a adentrarme de lleno en las cosas.
Querida Evie:
Impresionada, divertida y, de algún modo, asustada al pensar en los apuros que en los que nos meterán las Bowman. Te ruego que me digas dónde vamos a encontrar un lugar en el que jugar al rounders en pololos sin que nadie nos vea... Y sí, estoy total-mente asombrada, picarona desvergonzada.
Querida _____________:
Estoy comenzando a creer que existen dos tipos de personas: las que eligen ser dueñas de su propio destino y las que esperan sentadas mientras los demás bailan: Yo prefiero ser una de las primeras y no de las últimas. Y, con respecto al lugar donde tendrá lugar el Juego de rounders, me conformo con dejar esos detalles a las Bowman. Con todo mi cariño,
EVIE LA PICARONA
Durante el intercambio de estas y otras divertidas notas que fueron enviadas de acá para allá, _____________ comenzó a experimentar algo que había olvidado mucho tiempo atrás: las delicias de tener amigas. A medida que sus anteriores amistades habían adoptado la vida de las parejas casadas, la habían dejado atrás. Su estatus de florero, por no mencionar su carencia de medios económicos, había creado un abismo que la amistad parecía incapaz de sortear. Durante los años anteriores, se había vuelto cada vez más independiente, e incluso se había esforzado por evitar la compañía de las chicas con las que una vez había hablado, reído y compartido secretos.
No obstante, de un plumazo, había conseguido tres amigas con las que tenía algo en común, a pesar de que sus orígenes fuesen radicalmente diferentes. Todas eran mujeres jóvenes con esperanzas, sueños y temores..., y cada una de ellas estaba más que familiarizada con la visión de los zapatos negros de los caballeros caminando por delante de su fila de sillas en busca de una presa más prometedora. Las floreros no tenían nada que perder al ayudarse las unas a las otras, pero sí mucho que ganar.
-_____________ -escuchó que la llamaba su madre desde la puerta, mientras empaquetaba con cuidado las cajas de guantes nuevos en la maleta-. Tengo una pregunta que hacerte, y quiero que la respondas con sinceridad. I
-Siempre soy sincera contigo, mamá -replicó _____________, apartando la mirada de lo que estaba haciendo.
La embargó un sentimiento de culpa al contemplar el encantador rostro de Philippa fatigado por las preocupaciones. ¡Por el amor de Dios!, estaba tan harta del sentimiento de culpa de Philipha como del suyo propio. La llenaba de lástima y desesperación el sacrificio que su madre había hecho al acostarse con lord Hodgeham. Aun así, en lo más profundo de su mente bailoteaba la impertinente idea de que si Philippa había elegido hacer algo semejante, ¿por qué al menos no se había establecido adecuadamente como la amante de alguien en lugar de conformarse con las migajas que le daba lord Hodgeham?
-¿ De dónde han salido esas ropas?, -preguntó Philippa, que estaba pálida, pero parecía decidida a enfrentar la mirada de su hija.
_____________ frunció el ceño.
-Ya te lo he dicho, mamá, me las ha regalado Lillian Bowman. ¿Por qué me miras así?
-Te las ha dado un hombre? ¿El señor Hunt, quizás?
_____________ se quedó con la boca abierta.
-¿De verdad me estás preguntando si yo...? ¿Con él? ¡Dios mío mama! Aun si hubiese estado dispuesta a hacerlo, no habría tenido la más mínima oportunidad. En nombre del cielo, ¿de dónde has sacado una idea semejante?
Su madre la miró a los ojos sin pestañear.
-Esta temporada has mencionado al señor Hunt bastante a menudo. Mucho más que a cualquier otro caballero. Y es obvio que esos vestidos son bastante caros...
-No los ha pagado él-replicó _____________ con firmeza.
Philippa pareció relajarse, pero en sus ojos aún se adivinaba la incertidumbre. Como no estaba acostumbrada a que nadie la mirara con suspicacia, _____________ cogió un sombrero y se lo colocó dándole una elegante inclinación sobre la frente.
-No lo ha hecho –repitió.
La amante de Nicholas Hunt... Al girarse hacia el espejo, _____________, vio una extraña y fría expresión en su rostro. Suponía que su madre tenía razón: había mencionado bastante a menudo a Hunt. Ese hombre tenía algo que conseguía que los pensamientos acerca de el se demorara en su mente mucho después de que se hubieran visto. Ningún otro hombre entre sus conocidos poseía ese carisma ni ese atractivo perverso que tenia Hunt; y ningún otro hombre había mostrado jamás de una forma tan abierta su interés por ella. En ese momento, durante las últimas semanas de una temporada fallida, se descubría meditando cosas que ninguna joven decente debería pensar siquiera. Sabía que no le resultaría muy complicado convertirse en la amante de Hunt y, de ese modo, todos sus problemas acabarían. Era un hombre rico: le daría todo lo que deseara, pagaría' las deudas de su familia y le proporcionaría bonitos vestidos, joyas, un carruaje propio; una casita propia... Todo a cambio de acostarse con él.
La idea hizo que un súbito estremecimiento recorriera su vientre. Trató de imaginarse cómo sería estar en la cama de Nicholas Hunt, las cosas que le exigiría, esas manos, sobre su cuerpo, esa boca…
Con un intenso sonrojo, se obligó a desechar esas imágenes y jugueteó con los adornos de seda rosada del lazo de su sombrero. Si se convertía en la amante de Nicholas Hunt, éste la poseería completamente, tanto dentro como fuera de la cama, y el mero hecho, de imaginarse por entero a su merced le resultaba aterrador. Una voz burlona en su cabeza le preguntó: «¿Tan importante es tu honor? ¿Más importante que el bienestar de tu familia? ¿O incluso que tu propia supervivencia?»
-Sí -respondió _____________ con un susurro mientras contemplaba su pálido y decidido reflejo-. En estos momentos, lo es.
No sabía si más tarde seguiría pensando lo mismo, pero hasta que se hubieran agotado todas las posibilidades, aún le quedaba su, autoestima... y lucharía por conservarla.
su formación y desarrollo C: .
Verán que la más fuerte de todas 4 es Annabelle, es la única pobre de todas y le ha tocado cargar con su familia y se sacrificaría por ellos. Las amo a las 4 por igual pero siento admiración por ella en especial.
Un beso.
4° Capítulo.
Dos días antes de que _____________ y su madre partieran hacia Hampshire, llegó un enorme montón de cajas y paquetes. Al criado le costó tres viajes llevados desde el vestíbulo de la entrada hasta la habitación de _____________, en la planta superior, donde los apilo en una montaña junto a la cama. _____________ los abrió con mucho cuidado y descubrió al menos media docena de vestidos que jamás habían sido utilizados: tafetanes y muselinas de ricos colores; chaquetas a juego forradas de gamuza suave como la mantequilla; y un vestido de baile confeccionado con una pesada seda de color marfil y adornado con chorreras de delicado encaje belga en el corpiño y las mangas. También había guantes, chales, pañoletas y sombreros de tal calidad y belleza que casi sintió ganas de echarse a llorar. Los vestidos y los complementos debían de haber costado una fortuna; sin duda, aquello no significaba nada para las chicas Bowman, pero para _____________ ese regalo resultaba abrumador.
Cogió la nota que habían entregado junto con los paquetes, rompió el sello de cera y leyó las decididas líneas escritas a mano:
De tus hadas madrinas, también conocidas como Lillian y Daisy. Para que tengas una caza exitosa en Hampshire.
P.D.: No irás a perder el coraje ahora, ¿verdad?
Les respondió:
Queridas Hadas Madrinas:
Lo único que me queda es el coraje. Os agradezco inmensamente los vestidos. No os imagináis lo mucho que me emociona poder vestir al fin ropas bonitas de nuevo. Que me gusten tantísimo las cosas hermosas es uno de mis muchos defectos. Con todo mi afecto,
_____________
P.D.: Os devuelvo los zapatos, no obstante, ya que son demasiado pequeños para mí. ¡Y yo que siempre había oído que las chicas americanas tenían los pies grandes!
Querida _____________:
¿De veras es un defecto adorar las cosas hermosas? Debe de ser un concepto inglés, porque estamos seguras de que jamás se le habría ocurrido a nadie de Manhattanville. Y sólo por ese comentario acerca de los pies, te obligaremos a jugar al rouhders con nosotras en Hampshire. Te encantará atizar las pelotas con los bates. No hay nada tan satisfactorio.
Queridas Lillian y Daisy:
Estoy dispuesta a jugar al rounders sólo si conseguís persuadir a Evie de que se una a nosotras, lo que, para ser honesta, dudo mucho. Y, a pesar de que no lo sabré hasta que lo practique, se me ocurren un montón de cosas más satisfactorias que golpear pelotas con bates. Por ejemplo, encontrar marido..
A propósito, ¿qué hay que ponerse para jugar al rounders? ¿Un vestido de paseo?
Querida _____________:
Nosotras jugamos con pololos, por supuesto. No se puede correr bien con faldas.
Queridas Lillian y Daisy:
La palabra «pololo» me resulta del todo desconocida. ¿No os estaréis refiriendo por casualidad ala ropa interior?¡No es posible que estéis sugiriendo que retocemos por el campo en calzones, como salvajes...
Querida _____________:
La palabra procede de un, estrato de la sociedad neoyorquina del que nosotras estamos virtualmente excluidas. En América, los «calzones» son algo que llevan los hombres. Y Evie ha dicho que sí.
Querida Evie:
No podía creer lo que veían mis ojos cuando las hermanas Browman me escribieron para informarme de que habías aceptado jugar al rounders en pololos. ¿De verdad lo has hecho? Espero, que tu respuesta sea negativa, ya que yo he dado mi con-sentimiento en función del tuyo.
Querida _____________:
Comienzo a creer que esta asociación con las hermanas Browman me ayudará a curarme de la timidez. Jugar al rounders en pololos es sólo una forma de empezar. ¿Te he dejado asombrada? ¡Jamás había asombrado a nadie antes! Al menos, no por mi misma. Espero sinceramente que estés sorprendida por mi disposición a adentrarme de lleno en las cosas.
Querida Evie:
Impresionada, divertida y, de algún modo, asustada al pensar en los apuros que en los que nos meterán las Bowman. Te ruego que me digas dónde vamos a encontrar un lugar en el que jugar al rounders en pololos sin que nadie nos vea... Y sí, estoy total-mente asombrada, picarona desvergonzada.
Querida _____________:
Estoy comenzando a creer que existen dos tipos de personas: las que eligen ser dueñas de su propio destino y las que esperan sentadas mientras los demás bailan: Yo prefiero ser una de las primeras y no de las últimas. Y, con respecto al lugar donde tendrá lugar el Juego de rounders, me conformo con dejar esos detalles a las Bowman. Con todo mi cariño,
EVIE LA PICARONA
Durante el intercambio de estas y otras divertidas notas que fueron enviadas de acá para allá, _____________ comenzó a experimentar algo que había olvidado mucho tiempo atrás: las delicias de tener amigas. A medida que sus anteriores amistades habían adoptado la vida de las parejas casadas, la habían dejado atrás. Su estatus de florero, por no mencionar su carencia de medios económicos, había creado un abismo que la amistad parecía incapaz de sortear. Durante los años anteriores, se había vuelto cada vez más independiente, e incluso se había esforzado por evitar la compañía de las chicas con las que una vez había hablado, reído y compartido secretos.
No obstante, de un plumazo, había conseguido tres amigas con las que tenía algo en común, a pesar de que sus orígenes fuesen radicalmente diferentes. Todas eran mujeres jóvenes con esperanzas, sueños y temores..., y cada una de ellas estaba más que familiarizada con la visión de los zapatos negros de los caballeros caminando por delante de su fila de sillas en busca de una presa más prometedora. Las floreros no tenían nada que perder al ayudarse las unas a las otras, pero sí mucho que ganar.
-_____________ -escuchó que la llamaba su madre desde la puerta, mientras empaquetaba con cuidado las cajas de guantes nuevos en la maleta-. Tengo una pregunta que hacerte, y quiero que la respondas con sinceridad. I
-Siempre soy sincera contigo, mamá -replicó _____________, apartando la mirada de lo que estaba haciendo.
La embargó un sentimiento de culpa al contemplar el encantador rostro de Philippa fatigado por las preocupaciones. ¡Por el amor de Dios!, estaba tan harta del sentimiento de culpa de Philipha como del suyo propio. La llenaba de lástima y desesperación el sacrificio que su madre había hecho al acostarse con lord Hodgeham. Aun así, en lo más profundo de su mente bailoteaba la impertinente idea de que si Philippa había elegido hacer algo semejante, ¿por qué al menos no se había establecido adecuadamente como la amante de alguien en lugar de conformarse con las migajas que le daba lord Hodgeham?
-¿ De dónde han salido esas ropas?, -preguntó Philippa, que estaba pálida, pero parecía decidida a enfrentar la mirada de su hija.
_____________ frunció el ceño.
-Ya te lo he dicho, mamá, me las ha regalado Lillian Bowman. ¿Por qué me miras así?
-Te las ha dado un hombre? ¿El señor Hunt, quizás?
_____________ se quedó con la boca abierta.
-¿De verdad me estás preguntando si yo...? ¿Con él? ¡Dios mío mama! Aun si hubiese estado dispuesta a hacerlo, no habría tenido la más mínima oportunidad. En nombre del cielo, ¿de dónde has sacado una idea semejante?
Su madre la miró a los ojos sin pestañear.
-Esta temporada has mencionado al señor Hunt bastante a menudo. Mucho más que a cualquier otro caballero. Y es obvio que esos vestidos son bastante caros...
-No los ha pagado él-replicó _____________ con firmeza.
Philippa pareció relajarse, pero en sus ojos aún se adivinaba la incertidumbre. Como no estaba acostumbrada a que nadie la mirara con suspicacia, _____________ cogió un sombrero y se lo colocó dándole una elegante inclinación sobre la frente.
-No lo ha hecho –repitió.
La amante de Nicholas Hunt... Al girarse hacia el espejo, _____________, vio una extraña y fría expresión en su rostro. Suponía que su madre tenía razón: había mencionado bastante a menudo a Hunt. Ese hombre tenía algo que conseguía que los pensamientos acerca de el se demorara en su mente mucho después de que se hubieran visto. Ningún otro hombre entre sus conocidos poseía ese carisma ni ese atractivo perverso que tenia Hunt; y ningún otro hombre había mostrado jamás de una forma tan abierta su interés por ella. En ese momento, durante las últimas semanas de una temporada fallida, se descubría meditando cosas que ninguna joven decente debería pensar siquiera. Sabía que no le resultaría muy complicado convertirse en la amante de Hunt y, de ese modo, todos sus problemas acabarían. Era un hombre rico: le daría todo lo que deseara, pagaría' las deudas de su familia y le proporcionaría bonitos vestidos, joyas, un carruaje propio; una casita propia... Todo a cambio de acostarse con él.
La idea hizo que un súbito estremecimiento recorriera su vientre. Trató de imaginarse cómo sería estar en la cama de Nicholas Hunt, las cosas que le exigiría, esas manos, sobre su cuerpo, esa boca…
Con un intenso sonrojo, se obligó a desechar esas imágenes y jugueteó con los adornos de seda rosada del lazo de su sombrero. Si se convertía en la amante de Nicholas Hunt, éste la poseería completamente, tanto dentro como fuera de la cama, y el mero hecho, de imaginarse por entero a su merced le resultaba aterrador. Una voz burlona en su cabeza le preguntó: «¿Tan importante es tu honor? ¿Más importante que el bienestar de tu familia? ¿O incluso que tu propia supervivencia?»
-Sí -respondió _____________ con un susurro mientras contemplaba su pálido y decidido reflejo-. En estos momentos, lo es.
No sabía si más tarde seguiría pensando lo mismo, pero hasta que se hubieran agotado todas las posibilidades, aún le quedaba su, autoestima... y lucharía por conservarla.
Danne G.
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" {Nick y Tu} -- Adaptación-
aaaah dios hasta yo me lo imagine eso con nick dios :oops: SEGUILAAA
raqel d' Jonas(NJJ<3
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" {Nick y Tu} -- Adaptación-
OOOOOOOOOOOOOOOOOHHHH
GRACIAS POR DEDICARME EL CAAAPIIIISSS
Y QUE CAAAAAAPIIIIIISSSS
JEJEJEJEJEJEJEJEJE
AAAII SIGUELA PORFAAAAAAA.. YA VI QUE TENGOO MUCHA IMAGINACIOOOOONNNNN!!!!
GRACIAS POR DEDICARME EL CAAAPIIIISSS
Y QUE CAAAAAAPIIIIIISSSS
JEJEJEJEJEJEJEJEJE
AAAII SIGUELA PORFAAAAAAA.. YA VI QUE TENGOO MUCHA IMAGINACIOOOOONNNNN!!!!
chelis
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" {Nick y Tu} -- Adaptación-
Amee el capituuuuloooo sigueeela!!!
Flor
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