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“Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
NoemiPotter escribió:DIos me encanto el capitulo!!!! Me encanta que Harry sienta celos :twisted: eso es una brillante idea te sacaste un 10.... por otra parte odio a la chang y a Snape :evil:
Sigue Pronto!!!!!
Besos
Yo!! XD
Posdata: :albino: :albino: sigo con Proximamente :twisted:
¡Hola Noe! :D
Awwww enserio? que buenoo!!*-*
¿Un 10? :o yeeeeeeeeeeeeeei! :bounce: :cheers: jajaja la verdad es q viendo cmo era Harry
de celoso cuando veia a Dean y Ginny en el sexto libro, pense que seria buena idea poner algo de eso
en esta temporada ñ___ñ GRACIAS x comentar besitos!!
PD: Noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!! :affraid: no pongas proximamente quiero sabeeeeeeeeeeeer!!! :caliente: :bounce: jajaja quiero saber! :sad:
TheGirlImpossible
Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
Anniiee'Gϟ escribió:¡SI ERA HORA QUE HARRY SUFRIERA LOS CELOS! okno ñ___ñ
Me encanto el capitulo, Como odio a Cho Chang :twisted:
Siguela cuando puedas, estuvo genial
Un beso, Ana <3
¡Hola Annieee! :D jajaja sii era hora! :twisted: hoy estoy con ganas de q Harry se ponga celoso(? :P jaja
muchisiimas GRACIIAS x comentaar *-*
Bess!!
TheGirlImpossible
Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
Sandy 99 escribió:Hola! :afro:
Me encanto el cap :D
Ya te he dicho que AMO como escribes? :)
Tienes que seguirla lo antes posible
Pero si no te comento muy seguido, pero estoy terminando el 4 bimestre y estoy ocupadisima con trabajos, tareas, projectos etc. :x
Muero por leer mas
SIGUELA !! :o
Bueno, me voy
atte: Sandy
¡Hola Sandy! :D
wooow graciiias!!*-* la verdad es q me alegra tanto cuando dicen q les gusta cmo escribo:')
me emociona! Porq siempre trato de mejorar en todo lo q pueda y no me gusta escribir un capitulo
si me sale feo D: me gusta q quede entendible y de la manera en q lo imagino ñ__ñ jaja pero saber
q les gusta significa muchiismo para mi GRACIIAS x comentaar!
Y ya sabes, no te preocupes comenta cuando puedas :D te deseo muchisima suerte en tus cosas del cole!! ñ__ñ
TheGirlImpossible
Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
Anniiee'Gϟ escribió:Maay ¡Amooo tu firma! esta hermosa ^^ ¡Ya quiero empezar la novela *---*!
Siguelaaa!
Besos, Ana.
awwwwwww enserio te gusto? *-* Graciias!! Debo decir q tarde mucho en captar como se hacia! :P
y estube a punto de darme por vencida xq no encontraba un fondo :S
pero al fiin pude lograrlo!! :cheers: Sii yo tambiien ya quiero saber de los otros personajes y mas!*-*
PD: Amo tu foto de Selena :') besitos!! :hi:
TheGirlImpossible
Harry Potter & La Orden del Fenix [Adaptacion] Harry&Tu
Perdonen mi tardanza :S pero ahora que mi mama ya no trabaja espero poder tener mas tiempo para escribir
y subirles capi seguido, o al menos un dia por medio! ñ__ñ odio atrasarme tanto :( de verdad!
Pero aca esta el capi y espero lo disfruten! ñ___ñ Las quiero muchisimo y les agradesco el q comenten! :hug:
Que tengan lindo domingo! :D Bess!!
— ¿Harry?
Harry dejó su pastel, puso su mochila sobre sus hombros y les dejó sentados allí Harry subió dos escalones de la escalera de mármol, cuando un montón de estudiantes corrieron a almorzar.
La ira que se acababa de avivar, inesperadamente siguió latiendo en su interior, y la visión de las caras escandalizadas de Ron y Hermione le proporcionó una sensación de profunda satisfacción.
— Les está bien empleado –pensó - ¿por qué no lo dejan?... discutiendo todo el tiempo... es suficiente para sacarme de mis casillas… Nina no tenía nada que ver pero, no deseaba hablarle en ese momento.
Pasó de largo el cuadro de Sir Cadogan, el caballero del rellano; Sir Cadogan cogió su espada y la blandió fieramente contra Harry, que lo ignoró.
— Vamos ¡defiéndete! –gritó Sir Cadogan con voz ahogada desde detrás de la visera, pero Harry siguió andando y cuando Sir Cadogan lo siguió metiéndose en el cuadro vecino, fue expulsado por su habitante, un gran y feroz perro de caza.
Harry pasó el resto del almuerzo sentado solo bajo la trampilla de la torre Norte. Por tanto, fue el primero en subir la plateada escalera que llevaba a la clase de Sybill Trelawney cuando sonó la campana. Después de pociones, Adivinación era la clase que menos gustaba a Harry, debido a la costumbre que tenía la profesor a, de predecir su muerte prematura en todas las sesiones. Era una mujer delgada con pañuelos, y llena de pulseras y collares, que recordaba a algún tipo de insecto, con sus gafas que hacían más grandes sus ojos.
Estaba ocupada poniendo copias de deformados libros de cuero en cada una de las pequeñas mesas esparcidas por la habitación, cuando Harry entró, pero la luz que desprendían las lámparas cubiertas con pañuelos y la poco intensa fogata qua ardía en la chimenea eran muy débiles y no se dio cuenta cuando él se sentó entre las sombras.
El resto de la clase llegó en los siguientes 5 minutos. Ron y Nina surgieron de la trampilla, miraron alrededor, se fijaron en Harry y fueron directo hacia él, o por lo menos todo lo directo que pudieron esquivando las mesas, sillas y pufs.
— Hermione y yo paramos de discutir –dijo sentándose al lado de Harry.
— Si es verdad. –comento Nina, sentándose al otro lado de Harry.
— Bien –Respondió Harry.
— Pero Hermione y yo pensamos que sería mejor si pararas de pagar tu mal genio con nosotros. –bufo Nina, mirándole con desaprobación.
— Yo no…
— No intentes decir que no es cierto Harry, sus discusiones son insoportables pero tampoco como para que tengas que huir sin hablarnos todo el tiempo, o para que nos trates mal. –continuo acaloradamente, le miraba fijo y sin rodeos; Harry no sabía que decirle.
— Bueno, reconozco que tiene razón. –dijo Ron.- No es culpa nuestra como te traten Seamus y Snape…
— Oh lo estúpidos que sean todos al dejarse engañar por el Profeta, hablando de ti sin importarles que vayas pasando a su lado, ¡nosotros te estamos apoyando y defendiendo siempre!
— Yo nunca he dicho eso….
— Buenos días –dijo la profesora Trelawney en su habitual tono, y Harry dejó de hablar, sintiéndose de nuevo molesto y ligeramente avergonzado de sí mismo.– y bienvenidos de nuevo a Adivinación. Yo, por supuesto, he ido siguiendo su suerte muy cuidadosamente este verano, y me encanta ver, que todos han vuelto a Hogwarts en perfecto estado… aunque, claro, eso ya lo sabía. Pueden encontrar en sus mesas una copia de EL ORÁCULO DE LOS SUEÑOS, de Inigo Imago. La interpretación de sueños es una de las cosas más importantes de la adivinación del futuro y una de las que probablemente os examinaran los TIMOS. Claro, que aprobar o suspender los exámenes no tiene importancia cuando se trata del sagrado arte de la adivinación. Si tienen el ojo de la visión los exámenes no sirven de mucho... Sin embargo, el director quiere que los examine, así que...
Siguió hablando, dejándoles sin ningún a duda de que la profesora Trelawney consideraba, su asignatura por encima de problemas como los exámenes.
— Pasen, por favor, a la introducción y leer lo que Imago dice sobre el problema de la interpretación de sueños. Luego, pónganse por parejas. Usen EL ORÁCULO DE LOS SUEÑOS para interpretar los sueños más recientes del compañero. Pueden empezar.
La única cosa que le gustaba de esa clase es que no era doble. Cuando acabaron de leer la introducción del libro, apenas tuvieron 10 minutos para interpretar sueños. En la mesa de al lado de Harry y Ron, Nina que se había sentado con Neville, inmediatamente emprendió una divertida explicación sobre una pesadilla sobre unas tijeras gigantes que llevaban el mejor sombrero de su abuela.
— Yo nunca recuerdo mis sueños –dijo Ron –dime tu uno.
— Tienes que recordar alguno –comento Harry impacientemente.
— Bueno, la otra noche soñé que estaba jugando a Quidditch –dijo Ron, arrugando su cara en un esfuerzo por recordar.- ¿Qué crees que quiere decir?
— Seguramente vas a ser devorado por un “marshmallow” gigante, o algo por el estilo –respondió Harry, volviendo las páginas del libro sin interés.
Era muy aburrido buscar trozos de sueños en el ORÁCULO y Harry no se animó cuando la Profesora Trelawney les mandó la tarea de copiar sus sueños diarios durante un mes. Cuando sonó la campana, él, Nina y Ron bajaron la escalera. Ron se quejó al instante.
— ¿Te das cuenta de la cantidad de deberes que tenemos ya? Binn nos ha mandado un ensayo de pie y medio sobre las guerras de los gigantes, Snape quiere otro sobre el uso de moonstones, y ahora ¡Tenemos que hacer un diario de nuestros sueños durante un mes para Trelawney! Fred y George no se equivocaban sobre el año de los TIMOS ¿verdad? Será mejor que esa Umbridge no nos ponga nada…
— No estoy tan segura, esa sonrisita falsa y estúpida… -comento Nina.- no me alberga nada bueno.
Cuando entraron en la clase de Defensa Contra las Artes oscuras la profesora Umbridge estaba sentada en la mesa del profesor. Llevaba la chaqueta rosa de lana de la noche anterior y un lazo de tercio pelo en la cabeza. A Harry le recordó de nuevo una gran mosca posada encima de una gran rana. La clase estaba en silencio; la profesora Umbridge era aún una desconocida, y nadie sabía lo estricta y disciplinaria que podía llegar a ser.
— Bien ¡Buenas tardes! –dijo cuándo toda la clase estuvo sentada.
Algunas personas contestaron vagamente buenas tardes.
— No, no, no –negó La profesora Umbridge– Esto no puede ser así. Deben contestar “Buenas Tardes, profesora Umbridge” todos a la vez, por favor. ¡Buenas Tardes Clase!
— Buenas Tardes, Profesora Umbridge –contestaron.
— Bien, ahora –dijo dulcemente– no ha sido muy difícil ¿no? Guarden las varitas y saquen las plumas, por favor.
— ¿Qué? –murmuro Nina desconcertada.
Y no era la única, la mayoría de la clase intercambió miradas tristes; la orden “guarden las varitas” nunca iba seguida de una clase interesante. Harry metió su varita en la mochila y sacó su pluma, tinta y un pergamino. La profesora Umbridge abrió su maletín, sacó su propia varita, que era extraordinariamente corta y golpeó con ella la pizarra. Al momento aparecieron unas letras.
Defensa contra las Artes Oscuras, una vuelta a los principios básicos
— Bien. Su enseñanza en esta asignatura ha sido interrumpida y fragmentada ¿no es así?
Afirmó la profesora Umbridge, volviéndose hacia la clase con las manos apretadas pulcramente ante ella.
— El constante cambio de profesores, siendo que algunos de ellos no tenían un currículo aceptado por el ministerio, ha tenido como resultado que están por detrás de la media que deberíais tener en el año de los TIMOS. Tienen que alegrarse de saber, sin embargo, que esos problemas van a ser corregidos. Vamos a seguir un cuidadosamente estructurado plan de estudios, centrado en la teoría, que ha aprobado el ministerio, copien lo siguiente por favor...
Tocó la pizarra de nuevo y el primer mensaje desapareció, siendo remplazado por los objetivos del curso:
.Entender los principios de la magia defensiva.
.Aprender a reconocer situaciones en las que podemos usar la magia defensiva legalmente.
.Situar el uso de la magia defensiva en un contexto para su uso legal.
Durante un par de minutos la clase se llenó de ruidos de plumas moviéndose sobre pergaminos. Cuando todo el mundo hubo copiado los tres principios de la profesora Umbridge, ella preguntó:
— ¿Tiene todo el mundo un ejemplar de LA TEORÍA DE LA MAGIA DEFENSIVA de Wilbert Slinkhard?
Hubo un murmullo de asentimiento en la clase.
— Creo que tienen que intentarlo de nuevo –dijo la profesora Umbridge –Cuando yo les pregunte, quiero que me contesten “Si, profesora Umbridge” o “no, profesora Umbridge”. Así que: ¿tiene todo el mundo un ejemplar de LA TEORÍA DE LA MAGIA DEFENSIVA de Wilbert Slinkhard?
— Si profesora Umbridge –sonó a través de la habitación.
— Bien –dijo la profesora– Me gustaría que fueran a la página 5 y leyeran el capítulo uno “fundamentos para principiantes”. No necesitan hablar.
— Vieja loca. –susurro Nina lo suficientemente alto como para que Harry y Ron escucharan y se sonrieran cómplices.
La profesora Umbridge se alejó de la pizarra y se sentó en la silla tras la mesa del profesor, observándolos a todos con sus ojos de sapo. Harry fue a la página cinco de su ejemplar de Teoría de la magia defensiva y comenzó a leer.
Era desesperadamente aburrido, casi peor que escuchar al profesor Binn.
Sintió que su concentración de deslizaba muy lejos; pronto habría leído la misma línea media docena de veces sin hablar.
Pasaron varios minutos de severo silencio. A su lado, Ron giraba distraídamente su pluma sobre sus dedos, mirando al mismo lugar de la página, Nina fingía leer cuando en realidad se perdía en cada bostezo oculto y Harry sonriendo miró a su derecha llevándose una sorpresa que lo sacó definitivamente de su sopor. Hermione no había abierto su ejemplar de LA TEORÍA DE LA MAGIA DEFENSIVA. Ella miraba fijamente a la profesora Umbridge con su mano levantada Harry no recordaba que Hermione se hubiera negado nunca a leer cuando se lo mandaban, de hecho ella no resistía la tentación de abrir cada libro que caía en sus manos. Él la miró interesado, pero ella movió la cabeza como signo de que no iba a responder preguntas, y continuó mirando a la profesora, que miraba justo en la otra dirección.
Después de que pasaran algunos minutos más, Harry no era el único que miraba a Hermione
El capítulo que tenían que leer era muy aburrido, y más y más gente escogió mirar la silenciosa atención con que Hermione intentaba captar la mirada de la profesora, en vez de leer los “fundamentos para principiantes” Cuando más de la mitad de la clase miraba a Hermione en lugar de a sus libros, la profesora Umbridge pareció decidir que no podía ignorar la situación por más tiempo.
— ¿Quieres preguntar algo sobre el capítulo, querida? –preguntó a Hermione.
— No es sobre el capítulo –respondió ella.
— Bueno, ahora estamos leyéndolo –dijo la Profesora Umbridge, mostrando sus dientes –Si quieres hacer otras preguntas podemos hablar al final de la clase.
— Tengo una pregunta sobre los objetivos del curso –espeto Hermione.
La profesora levantó sus ojos.
— ¿Y tu nombre es…?
— Hermione Granger.
— Bien, señorita Granger, creo que los objetivos del curso quedan muy claros si los lees detenidamente –Dijo la profesora con un tomo resuelto de dulzura.
— Bueno, no lo están –le atajo Hermione bruscamente –No hay nada escrito sobre el uso de hechizos de defensa.
Hubo un pequeño silencio en el que la mayoría de la clase giró su cabeza para leer los tres objetivos del curso escritos en la pizarra.
— ¿Uso de hechizos de defensa? –repitió la profesora Umbridge con una ligera risa -¿por qué? No puedo imaginar que se presente ninguna situación en mi clase que pueda necesitar que use usted un hechizo de defensa señorita Granger. ¿o cree que va a ser atacada en medio de la clase?
— ¿No vamos a usar la magia? –pregunto Ron.
— Los alumnos deben levantar sus manos para hablar en mi clase, Sr…
— Weasley –dijo Ron, levantando su mano en el aire.
La profesora Umbridge, sonriendo aún más ampliamente, lo ignoró. Harry y Hermione también levantaron inmediatamente las manos. Los ojos de la profesora se fijaron en Harry por un momento, pero luego se dirigió a Hermione.
— ¿Si señorita Granger? ¿quiere preguntar algo más?
— Si –dijo Hermione– ¿se da cuenta de que lo más importante de la Defensa contra las Artes Oscuras es practicar hechizos de defensa?
— ¿Es usted una experta en educación del ministerio, señorita Granger? –preguntó la profesora Umbridge con su falsa voz dulce.
— No, pero…
— Bien. Entonces, siento decirte que no estás cualificada para decidir qué es lo más importante en mi clase. Magos mucho más ancianos y mejor preparados que tú han diseñado nuestro muevo programa de estudio…
— ¡Eso es basura! –replico Nina indignada mientras levantaba su mano.
— ¿Perdona querida? –Umbridge parecía luchar por contenerse y no estallar de ira.
— ¡Eso no es defensa contra las artes oscura, es pura tontería profesora!
— ¿Y tú quién eres para…?
— Soy Nina Lupin, hija de un ex profesor de defensa. –dijo alzando la vista y clavándola en la cara de sapo de la profesora Umbridge.
— Ya veo, así que tú eres la hija del… híbrido.
— Prefiere que le llamen Lupin, gracias. –gruño.
— No importa, como iba diciendo –se giró y le ignoro también.- este año van a aprender cosas acerca de los hechizos de defensa por un camino mucho más seguro...
— ¿De qué sirve eso? –replico Harry –si vamos a ser atacados, eso no servirá de...
— ¡la mano Sr Potter! –grito la Profesora Umbridge.
Harry tenía la mano en el aire. De nuevo, la profesora Umbridge le ignoró, pero ahora mucha más gente tenía su mano en alto.
— ¿Y tu nombre es? –dijo la profesora a Dean.
— Dean Thomas.
— Usted dirá Sr Thomas.
— Bien, lo que dice Harry es cierto ¿no? –comento Dean– Si vamos a ser atacados, no nos libraremos del riesgo.
— Repito –hablo la profesora Umbridge sonriendo irritada a Dean -¿Crees que vas a ser atacado durante mis clases?
— No, pero…
— ¿Qué pasa si nos atacan fuera de Hogwarts? ¿Cómo nos defenderemos? La mayoría de nosotros tiene una vida fuera de Hogwarts, ¿sabes? Si pretende…
La profesora no le dejó terminar a Nina, era evidente que ya sentía un creciente odio hacia la muchacha porque la ira sele reflejaba en los ojos cuando le miraba.
— No voy a criticar como se hacen las cosas en este colegio –dijo, con una sonrisa burlona en su cara al resto de la clase– pero han estado expuestos a muchos magos irresponsables en esta asignatura, muy irresponsables de hecho… por no mencionar –se rió desagradablemente –los extremadamente peligrosos hombres-lobo. –su mirada se había clavado con malicia en Nina.
— Si se refiere al Profesor Lupin –dijo ferozmente Dean –él es el mejor profesor que nosotros...
— ¡La mano Sr Thomas! Como iba diciendo...han sido introducidos en encantamientos muy difíciles, inapropiados para su edad y potencialmente letales…
— ¡Mi padre no es una persona peligrosa y no dejare que usted…!
— Han sido asustados con la idea de que recibirán ataques oscuros algún día… -prosiguió Umbridge ignorando a la chica.
— No es cierto –interrumpió Hermione– Nosotros solo…
— ¡SU MANO NO ESTÁ EN ALTO SEÑORITA GRANGER!
Hermione alzó su mano. La profesora la ignoró.
— Tengo entendido que mi predecesor no solo puso en peligro la vida de alumnos transformándose frente a ellos sino que también ha permitido que su hijita se sobreexponerla a magia avanzada y peligrosa…
— A decir verdad, aprendimos un montón. –comento Dean.
— ¡SU MANO NO ESTÁ EN ALTO SR THOMAS! –chilló la profesora –Ahora, el ministerio cree que los conocimientos teóricos son más que suficientes para pasar los exámenes, que al fin y al cabo, es de lo que se trata. ¿Y tu nombre es? –añadió mirando a Parvati, cuya mano se acababa de levantar.
— Parvati Patil, ¿no hay una parte practica en el TIMO de Defensa Contra las Artes Oscuras? ¿no se supone que tenemos que mostrar que podemos hacer hechizos y esas cosas?
— Si has estudiado la teoría duramente, no hay razón por la que no tengas que ser capaz de realizar hechizos bajo el control de los examinadores –dijo la Profesora Umbridge.
— ¿Sin haberlos practicado antes? –pregunto Parvati incrédula -¿Está diciéndonos que la primera vez que haremos esos encantamientos será durante el examen?
— Repito que si te estudias la teoría duramente…
— ¿Y que teoría va a haber en el mundo real? –dijo Harry con la mano en el aire de nuevo.
La profesora lo miró.
— Esto es el colegio, Sr Potter, no el mundo real –dijo suavemente.
— ¿Pero no se supone que estamos preparándonos para lo que nos espera fuera de aquí?
— No hay nada esperandole fuera Sr Potter.
— ¿De verdad? –dijo Harry. Su mal humor, que parecía haber estado todo el día como una burbuja en la superficie todo el día, estaba a punto de explotar.
— ¿Que se supone que va a atacar a niños como ustedes? –preguntó la profesora en un horrible y meloso tono de voz.
— Mmm, déjeme pensar –hablo en tono burlón –Quizás..... LORD VOLDEMORT.
Ron se atragantó, Lavender Brown di o un pequeño chillido y Neville se escurrió de su taburete, la profesora, sin embargo, no retrocedió. Ella miraba a Harry con una gran expresión de satisfacción en su cara.
— Diez puntos menos para Gryffindor señor Potter.
La clase estaba callada y quieta. Todo el mundo miraba a Umbridge y Harry.
— Ahora, déjame que te deje unas cuantas cosas bien claras.
La profesora Umbridge de puso de pie se inclinó hacia él, con las manos sobre su mesa.
— Acabas de decir que realmente el Señor Oscuro ha vuelto de la muerte...
— ¡Él no estaba muerto! –dijo Harry furiosamente –pero sí ¡Ha vuelto!
— Sr Potter acaba-de-perder-10-puntos-de-su-casa-así-que-no-se-busque-más-problemas. –dijo la profesora Umbridge de un solo golpe sin mirar a Harry –como iba diciendo acabas de decir que el Señor Oscuro ha vuelto, lo has dicho de nuevo. Eso es MENTIRA.
— ¡Eso NO es mentira! –replico Harry -¡Yo lo vi! ¡Yo luché con él!
— ¡Está usted castigado Sr Potter! –dijo triunfalmente la Profesora –Mañana por la tarde. A las 5 en punto. En mi despacho. Lo repito, eso es MENTIRA. El ministerio ha garantizado que no estás en peligro por ningún Señor Oscuro. Si aún estás preocupado, de todas maneras puedes venir a hablar conmigo fuera de las horas de clase. Si alguien está alarmado con cuentos sobre Magos Oscuros que se alzan, puedo escucharlos. Estoy aquí para ayudar. Soy su amiga. Y ahora, deben continuar leyendo. Pagina cinco, “fundamentos para principiantes”
La profesora se sentó tras su mesa. Harry, sin embargo, se levantó. Todo el mundo le miraba;
Seamus parecía medio-asustado y medio-fascinado.
— ¡Harry no! –le dijo Hermione con todo preocupado, tirándole de la manga, pero tiró de su brazo.
— ¡Harry no vale la pena, esta chiflada! –le susurro Nina.
— Entonces, según usted, todas esas personas muertas lo hicieron por sus propios medios, ¿no?
Hubo un gran número de bufidos en la clase. Pasaban su mirada de Harry a la Profesora, que arqueaba las cejas y lo miraba sin su falsa sonrisa.
— La muerte de esas personas fueron un trágico accidente –dijo fríamente.
— Fueron asesinados –corrigió Harry. Podía sentir como temblaba. No había hablado a nadie de eso y menos a treinta de sus compañeros –Voldemort los mató y usted lo sabe.
La cara de la profesora Umbridge estaba blanca. Por un momento, Harry pensó que iba a chillarle Entonces, ella dijo, con voz dulce y muy suave:
— Venga aquí, Sr Potter, querido.
Él apartó su silla, andando alrededor de Ron, Nina y Hermione y subiendo hasta la mesa de la profesora. Podía sentir que el resto de la clase aguantaba la respiración.
Se sentía tan enfadado que no atendió a lo que sucedió después.
La profesora Umbridge sacó un pequeño rollo de pergamino rosa de su maletín, lo estiró sobre la mesa, metió su pluma en un bote de tinta y comenzó a garabatear, tapándolo para que Harry no pudiera leer lo que escribía. Nadie habló. Después de un minuto, enrolló el pergamino y lo golpeó con su varita; se selló para que él no lo pudiera abrir.
— Dale esto a la Profesora McGonagall, querido –dijo la profesora Umbridge, dándole la nota.
Lo cogió sin decir una palabra, se giró sobre sí mismo y dejó la habitación, sin mirar a Ron, Nina y Hermione, cerrando la puerta de la clase tras él. Anduvo muy deprisa por los pasillos, con la nota para McGonagall fuertemente agarrada con su mano, y giró una esquina encontrándose con Peeves, el Poltergeist, que estaba flotando sobre su espalda en medio del aire, haciendo juegos malabares con botes de tinta.
Luego de haberse deshecho de él, Harry llego con la profesora McGonagall que al leer el pergamino entregado por Harry, le comunico a este que estaba castigado todas las tardes de esa misma semana; mientras le advertía que tuviera cuidado con Umbridge.
Harry salió del despacho de McGonagall indignado porque pasara su primer semana en Hogwarts castigado y cuando vio a sus amigos salir de clases les conto lo que había pasado.
— Todo esto es mi culpa. –razono Nina.
— No es cierto, tu no le dijiste a Harry que lo hiciera. –dijo Ron.
— Es cierto, ¿Por qué te hechas la culpa?
— En todo caso Hermione inicio todo.
— ¡No es cierto Ronald! –replico esta.
— ¿no lo entienden? Mi deber es vigilar a Umbridge y en parte tratar de que Harry no se meta en más problemas de los que debería, tendría que haberte detenido pero no lo hice, -bufo.- no lo hice porque me indigno tanto que hablara así de mi padre solo por ser mitad hombre lobo… quería que le dieras una lección Harry.
— Y yo quería dársela, no fue tu culpa. –le aseguro.
— Pero… diablos debo contarle de esto a la Orden, toda una semana de castigo con Umbridge… de verdad no imagino lo que podría hacer.
— Bueno, nada ilegal ¿verdad? –pregunto Hermione cohibida.- ella es del ministerio…
— Ella demostró que más que querer ser nuestra ‘amiga’ quiere imponerse ante nosotros, no me fio en nada, ni siquiera porque sea del ministerio, eso no quiere decir que realmente quiera lo mejor para nosotros.
Y con aquellas últimas palabras de Nina en mente, los cuatro amigos siguieron asistiendo al resto de las clases que les quedaba, para luego reunirse con Ginny en el Gran Comedor.
Fin del Capitulo. :study:
Otra cosita chicas :D No es obligacion hacerlo ni nada! D:
Solo lo pondre x si hay alguna interesada en leerla :D
Una novela q escribi x haya en el 2010 cuando recien me habia unido al foro! ñ__ñ
Aca la traigo mejorada x si les interesa leer, es de Joe Jonas y tu :D
https://onlywn.activoforo.com/t10711-my-guardian-angel-angeles-vs-demonios-joetu#780051
Ahora si me marchooo :P bess!!
y subirles capi seguido, o al menos un dia por medio! ñ__ñ odio atrasarme tanto :( de verdad!
Pero aca esta el capi y espero lo disfruten! ñ___ñ Las quiero muchisimo y les agradesco el q comenten! :hug:
Que tengan lindo domingo! :D Bess!!
12
La clase de Defensas Contra las Artes Oscuras.
La clase de Defensas Contra las Artes Oscuras.
— ¿Harry?
Harry dejó su pastel, puso su mochila sobre sus hombros y les dejó sentados allí Harry subió dos escalones de la escalera de mármol, cuando un montón de estudiantes corrieron a almorzar.
La ira que se acababa de avivar, inesperadamente siguió latiendo en su interior, y la visión de las caras escandalizadas de Ron y Hermione le proporcionó una sensación de profunda satisfacción.
— Les está bien empleado –pensó - ¿por qué no lo dejan?... discutiendo todo el tiempo... es suficiente para sacarme de mis casillas… Nina no tenía nada que ver pero, no deseaba hablarle en ese momento.
Pasó de largo el cuadro de Sir Cadogan, el caballero del rellano; Sir Cadogan cogió su espada y la blandió fieramente contra Harry, que lo ignoró.
— Vamos ¡defiéndete! –gritó Sir Cadogan con voz ahogada desde detrás de la visera, pero Harry siguió andando y cuando Sir Cadogan lo siguió metiéndose en el cuadro vecino, fue expulsado por su habitante, un gran y feroz perro de caza.
Harry pasó el resto del almuerzo sentado solo bajo la trampilla de la torre Norte. Por tanto, fue el primero en subir la plateada escalera que llevaba a la clase de Sybill Trelawney cuando sonó la campana. Después de pociones, Adivinación era la clase que menos gustaba a Harry, debido a la costumbre que tenía la profesor a, de predecir su muerte prematura en todas las sesiones. Era una mujer delgada con pañuelos, y llena de pulseras y collares, que recordaba a algún tipo de insecto, con sus gafas que hacían más grandes sus ojos.
Estaba ocupada poniendo copias de deformados libros de cuero en cada una de las pequeñas mesas esparcidas por la habitación, cuando Harry entró, pero la luz que desprendían las lámparas cubiertas con pañuelos y la poco intensa fogata qua ardía en la chimenea eran muy débiles y no se dio cuenta cuando él se sentó entre las sombras.
El resto de la clase llegó en los siguientes 5 minutos. Ron y Nina surgieron de la trampilla, miraron alrededor, se fijaron en Harry y fueron directo hacia él, o por lo menos todo lo directo que pudieron esquivando las mesas, sillas y pufs.
— Hermione y yo paramos de discutir –dijo sentándose al lado de Harry.
— Si es verdad. –comento Nina, sentándose al otro lado de Harry.
— Bien –Respondió Harry.
— Pero Hermione y yo pensamos que sería mejor si pararas de pagar tu mal genio con nosotros. –bufo Nina, mirándole con desaprobación.
— Yo no…
— No intentes decir que no es cierto Harry, sus discusiones son insoportables pero tampoco como para que tengas que huir sin hablarnos todo el tiempo, o para que nos trates mal. –continuo acaloradamente, le miraba fijo y sin rodeos; Harry no sabía que decirle.
— Bueno, reconozco que tiene razón. –dijo Ron.- No es culpa nuestra como te traten Seamus y Snape…
— Oh lo estúpidos que sean todos al dejarse engañar por el Profeta, hablando de ti sin importarles que vayas pasando a su lado, ¡nosotros te estamos apoyando y defendiendo siempre!
— Yo nunca he dicho eso….
— Buenos días –dijo la profesora Trelawney en su habitual tono, y Harry dejó de hablar, sintiéndose de nuevo molesto y ligeramente avergonzado de sí mismo.– y bienvenidos de nuevo a Adivinación. Yo, por supuesto, he ido siguiendo su suerte muy cuidadosamente este verano, y me encanta ver, que todos han vuelto a Hogwarts en perfecto estado… aunque, claro, eso ya lo sabía. Pueden encontrar en sus mesas una copia de EL ORÁCULO DE LOS SUEÑOS, de Inigo Imago. La interpretación de sueños es una de las cosas más importantes de la adivinación del futuro y una de las que probablemente os examinaran los TIMOS. Claro, que aprobar o suspender los exámenes no tiene importancia cuando se trata del sagrado arte de la adivinación. Si tienen el ojo de la visión los exámenes no sirven de mucho... Sin embargo, el director quiere que los examine, así que...
Siguió hablando, dejándoles sin ningún a duda de que la profesora Trelawney consideraba, su asignatura por encima de problemas como los exámenes.
— Pasen, por favor, a la introducción y leer lo que Imago dice sobre el problema de la interpretación de sueños. Luego, pónganse por parejas. Usen EL ORÁCULO DE LOS SUEÑOS para interpretar los sueños más recientes del compañero. Pueden empezar.
La única cosa que le gustaba de esa clase es que no era doble. Cuando acabaron de leer la introducción del libro, apenas tuvieron 10 minutos para interpretar sueños. En la mesa de al lado de Harry y Ron, Nina que se había sentado con Neville, inmediatamente emprendió una divertida explicación sobre una pesadilla sobre unas tijeras gigantes que llevaban el mejor sombrero de su abuela.
— Yo nunca recuerdo mis sueños –dijo Ron –dime tu uno.
— Tienes que recordar alguno –comento Harry impacientemente.
— Bueno, la otra noche soñé que estaba jugando a Quidditch –dijo Ron, arrugando su cara en un esfuerzo por recordar.- ¿Qué crees que quiere decir?
— Seguramente vas a ser devorado por un “marshmallow” gigante, o algo por el estilo –respondió Harry, volviendo las páginas del libro sin interés.
Era muy aburrido buscar trozos de sueños en el ORÁCULO y Harry no se animó cuando la Profesora Trelawney les mandó la tarea de copiar sus sueños diarios durante un mes. Cuando sonó la campana, él, Nina y Ron bajaron la escalera. Ron se quejó al instante.
— ¿Te das cuenta de la cantidad de deberes que tenemos ya? Binn nos ha mandado un ensayo de pie y medio sobre las guerras de los gigantes, Snape quiere otro sobre el uso de moonstones, y ahora ¡Tenemos que hacer un diario de nuestros sueños durante un mes para Trelawney! Fred y George no se equivocaban sobre el año de los TIMOS ¿verdad? Será mejor que esa Umbridge no nos ponga nada…
— No estoy tan segura, esa sonrisita falsa y estúpida… -comento Nina.- no me alberga nada bueno.
Cuando entraron en la clase de Defensa Contra las Artes oscuras la profesora Umbridge estaba sentada en la mesa del profesor. Llevaba la chaqueta rosa de lana de la noche anterior y un lazo de tercio pelo en la cabeza. A Harry le recordó de nuevo una gran mosca posada encima de una gran rana. La clase estaba en silencio; la profesora Umbridge era aún una desconocida, y nadie sabía lo estricta y disciplinaria que podía llegar a ser.
— Bien ¡Buenas tardes! –dijo cuándo toda la clase estuvo sentada.
Algunas personas contestaron vagamente buenas tardes.
— No, no, no –negó La profesora Umbridge– Esto no puede ser así. Deben contestar “Buenas Tardes, profesora Umbridge” todos a la vez, por favor. ¡Buenas Tardes Clase!
— Buenas Tardes, Profesora Umbridge –contestaron.
— Bien, ahora –dijo dulcemente– no ha sido muy difícil ¿no? Guarden las varitas y saquen las plumas, por favor.
— ¿Qué? –murmuro Nina desconcertada.
Y no era la única, la mayoría de la clase intercambió miradas tristes; la orden “guarden las varitas” nunca iba seguida de una clase interesante. Harry metió su varita en la mochila y sacó su pluma, tinta y un pergamino. La profesora Umbridge abrió su maletín, sacó su propia varita, que era extraordinariamente corta y golpeó con ella la pizarra. Al momento aparecieron unas letras.
Defensa contra las Artes Oscuras, una vuelta a los principios básicos
— Bien. Su enseñanza en esta asignatura ha sido interrumpida y fragmentada ¿no es así?
Afirmó la profesora Umbridge, volviéndose hacia la clase con las manos apretadas pulcramente ante ella.
— El constante cambio de profesores, siendo que algunos de ellos no tenían un currículo aceptado por el ministerio, ha tenido como resultado que están por detrás de la media que deberíais tener en el año de los TIMOS. Tienen que alegrarse de saber, sin embargo, que esos problemas van a ser corregidos. Vamos a seguir un cuidadosamente estructurado plan de estudios, centrado en la teoría, que ha aprobado el ministerio, copien lo siguiente por favor...
Tocó la pizarra de nuevo y el primer mensaje desapareció, siendo remplazado por los objetivos del curso:
.Entender los principios de la magia defensiva.
.Aprender a reconocer situaciones en las que podemos usar la magia defensiva legalmente.
.Situar el uso de la magia defensiva en un contexto para su uso legal.
Durante un par de minutos la clase se llenó de ruidos de plumas moviéndose sobre pergaminos. Cuando todo el mundo hubo copiado los tres principios de la profesora Umbridge, ella preguntó:
— ¿Tiene todo el mundo un ejemplar de LA TEORÍA DE LA MAGIA DEFENSIVA de Wilbert Slinkhard?
Hubo un murmullo de asentimiento en la clase.
— Creo que tienen que intentarlo de nuevo –dijo la profesora Umbridge –Cuando yo les pregunte, quiero que me contesten “Si, profesora Umbridge” o “no, profesora Umbridge”. Así que: ¿tiene todo el mundo un ejemplar de LA TEORÍA DE LA MAGIA DEFENSIVA de Wilbert Slinkhard?
— Si profesora Umbridge –sonó a través de la habitación.
— Bien –dijo la profesora– Me gustaría que fueran a la página 5 y leyeran el capítulo uno “fundamentos para principiantes”. No necesitan hablar.
— Vieja loca. –susurro Nina lo suficientemente alto como para que Harry y Ron escucharan y se sonrieran cómplices.
La profesora Umbridge se alejó de la pizarra y se sentó en la silla tras la mesa del profesor, observándolos a todos con sus ojos de sapo. Harry fue a la página cinco de su ejemplar de Teoría de la magia defensiva y comenzó a leer.
Era desesperadamente aburrido, casi peor que escuchar al profesor Binn.
Sintió que su concentración de deslizaba muy lejos; pronto habría leído la misma línea media docena de veces sin hablar.
Pasaron varios minutos de severo silencio. A su lado, Ron giraba distraídamente su pluma sobre sus dedos, mirando al mismo lugar de la página, Nina fingía leer cuando en realidad se perdía en cada bostezo oculto y Harry sonriendo miró a su derecha llevándose una sorpresa que lo sacó definitivamente de su sopor. Hermione no había abierto su ejemplar de LA TEORÍA DE LA MAGIA DEFENSIVA. Ella miraba fijamente a la profesora Umbridge con su mano levantada Harry no recordaba que Hermione se hubiera negado nunca a leer cuando se lo mandaban, de hecho ella no resistía la tentación de abrir cada libro que caía en sus manos. Él la miró interesado, pero ella movió la cabeza como signo de que no iba a responder preguntas, y continuó mirando a la profesora, que miraba justo en la otra dirección.
Después de que pasaran algunos minutos más, Harry no era el único que miraba a Hermione
El capítulo que tenían que leer era muy aburrido, y más y más gente escogió mirar la silenciosa atención con que Hermione intentaba captar la mirada de la profesora, en vez de leer los “fundamentos para principiantes” Cuando más de la mitad de la clase miraba a Hermione en lugar de a sus libros, la profesora Umbridge pareció decidir que no podía ignorar la situación por más tiempo.
— ¿Quieres preguntar algo sobre el capítulo, querida? –preguntó a Hermione.
— No es sobre el capítulo –respondió ella.
— Bueno, ahora estamos leyéndolo –dijo la Profesora Umbridge, mostrando sus dientes –Si quieres hacer otras preguntas podemos hablar al final de la clase.
— Tengo una pregunta sobre los objetivos del curso –espeto Hermione.
La profesora levantó sus ojos.
— ¿Y tu nombre es…?
— Hermione Granger.
— Bien, señorita Granger, creo que los objetivos del curso quedan muy claros si los lees detenidamente –Dijo la profesora con un tomo resuelto de dulzura.
— Bueno, no lo están –le atajo Hermione bruscamente –No hay nada escrito sobre el uso de hechizos de defensa.
Hubo un pequeño silencio en el que la mayoría de la clase giró su cabeza para leer los tres objetivos del curso escritos en la pizarra.
— ¿Uso de hechizos de defensa? –repitió la profesora Umbridge con una ligera risa -¿por qué? No puedo imaginar que se presente ninguna situación en mi clase que pueda necesitar que use usted un hechizo de defensa señorita Granger. ¿o cree que va a ser atacada en medio de la clase?
— ¿No vamos a usar la magia? –pregunto Ron.
— Los alumnos deben levantar sus manos para hablar en mi clase, Sr…
— Weasley –dijo Ron, levantando su mano en el aire.
La profesora Umbridge, sonriendo aún más ampliamente, lo ignoró. Harry y Hermione también levantaron inmediatamente las manos. Los ojos de la profesora se fijaron en Harry por un momento, pero luego se dirigió a Hermione.
— ¿Si señorita Granger? ¿quiere preguntar algo más?
— Si –dijo Hermione– ¿se da cuenta de que lo más importante de la Defensa contra las Artes Oscuras es practicar hechizos de defensa?
— ¿Es usted una experta en educación del ministerio, señorita Granger? –preguntó la profesora Umbridge con su falsa voz dulce.
— No, pero…
— Bien. Entonces, siento decirte que no estás cualificada para decidir qué es lo más importante en mi clase. Magos mucho más ancianos y mejor preparados que tú han diseñado nuestro muevo programa de estudio…
— ¡Eso es basura! –replico Nina indignada mientras levantaba su mano.
— ¿Perdona querida? –Umbridge parecía luchar por contenerse y no estallar de ira.
— ¡Eso no es defensa contra las artes oscura, es pura tontería profesora!
— ¿Y tú quién eres para…?
— Soy Nina Lupin, hija de un ex profesor de defensa. –dijo alzando la vista y clavándola en la cara de sapo de la profesora Umbridge.
— Ya veo, así que tú eres la hija del… híbrido.
— Prefiere que le llamen Lupin, gracias. –gruño.
— No importa, como iba diciendo –se giró y le ignoro también.- este año van a aprender cosas acerca de los hechizos de defensa por un camino mucho más seguro...
— ¿De qué sirve eso? –replico Harry –si vamos a ser atacados, eso no servirá de...
— ¡la mano Sr Potter! –grito la Profesora Umbridge.
Harry tenía la mano en el aire. De nuevo, la profesora Umbridge le ignoró, pero ahora mucha más gente tenía su mano en alto.
— ¿Y tu nombre es? –dijo la profesora a Dean.
— Dean Thomas.
— Usted dirá Sr Thomas.
— Bien, lo que dice Harry es cierto ¿no? –comento Dean– Si vamos a ser atacados, no nos libraremos del riesgo.
— Repito –hablo la profesora Umbridge sonriendo irritada a Dean -¿Crees que vas a ser atacado durante mis clases?
— No, pero…
— ¿Qué pasa si nos atacan fuera de Hogwarts? ¿Cómo nos defenderemos? La mayoría de nosotros tiene una vida fuera de Hogwarts, ¿sabes? Si pretende…
La profesora no le dejó terminar a Nina, era evidente que ya sentía un creciente odio hacia la muchacha porque la ira sele reflejaba en los ojos cuando le miraba.
— No voy a criticar como se hacen las cosas en este colegio –dijo, con una sonrisa burlona en su cara al resto de la clase– pero han estado expuestos a muchos magos irresponsables en esta asignatura, muy irresponsables de hecho… por no mencionar –se rió desagradablemente –los extremadamente peligrosos hombres-lobo. –su mirada se había clavado con malicia en Nina.
— Si se refiere al Profesor Lupin –dijo ferozmente Dean –él es el mejor profesor que nosotros...
— ¡La mano Sr Thomas! Como iba diciendo...han sido introducidos en encantamientos muy difíciles, inapropiados para su edad y potencialmente letales…
— ¡Mi padre no es una persona peligrosa y no dejare que usted…!
— Han sido asustados con la idea de que recibirán ataques oscuros algún día… -prosiguió Umbridge ignorando a la chica.
— No es cierto –interrumpió Hermione– Nosotros solo…
— ¡SU MANO NO ESTÁ EN ALTO SEÑORITA GRANGER!
Hermione alzó su mano. La profesora la ignoró.
— Tengo entendido que mi predecesor no solo puso en peligro la vida de alumnos transformándose frente a ellos sino que también ha permitido que su hijita se sobreexponerla a magia avanzada y peligrosa…
— A decir verdad, aprendimos un montón. –comento Dean.
— ¡SU MANO NO ESTÁ EN ALTO SR THOMAS! –chilló la profesora –Ahora, el ministerio cree que los conocimientos teóricos son más que suficientes para pasar los exámenes, que al fin y al cabo, es de lo que se trata. ¿Y tu nombre es? –añadió mirando a Parvati, cuya mano se acababa de levantar.
— Parvati Patil, ¿no hay una parte practica en el TIMO de Defensa Contra las Artes Oscuras? ¿no se supone que tenemos que mostrar que podemos hacer hechizos y esas cosas?
— Si has estudiado la teoría duramente, no hay razón por la que no tengas que ser capaz de realizar hechizos bajo el control de los examinadores –dijo la Profesora Umbridge.
— ¿Sin haberlos practicado antes? –pregunto Parvati incrédula -¿Está diciéndonos que la primera vez que haremos esos encantamientos será durante el examen?
— Repito que si te estudias la teoría duramente…
— ¿Y que teoría va a haber en el mundo real? –dijo Harry con la mano en el aire de nuevo.
La profesora lo miró.
— Esto es el colegio, Sr Potter, no el mundo real –dijo suavemente.
— ¿Pero no se supone que estamos preparándonos para lo que nos espera fuera de aquí?
— No hay nada esperandole fuera Sr Potter.
— ¿De verdad? –dijo Harry. Su mal humor, que parecía haber estado todo el día como una burbuja en la superficie todo el día, estaba a punto de explotar.
— ¿Que se supone que va a atacar a niños como ustedes? –preguntó la profesora en un horrible y meloso tono de voz.
— Mmm, déjeme pensar –hablo en tono burlón –Quizás..... LORD VOLDEMORT.
Ron se atragantó, Lavender Brown di o un pequeño chillido y Neville se escurrió de su taburete, la profesora, sin embargo, no retrocedió. Ella miraba a Harry con una gran expresión de satisfacción en su cara.
— Diez puntos menos para Gryffindor señor Potter.
La clase estaba callada y quieta. Todo el mundo miraba a Umbridge y Harry.
— Ahora, déjame que te deje unas cuantas cosas bien claras.
La profesora Umbridge de puso de pie se inclinó hacia él, con las manos sobre su mesa.
— Acabas de decir que realmente el Señor Oscuro ha vuelto de la muerte...
— ¡Él no estaba muerto! –dijo Harry furiosamente –pero sí ¡Ha vuelto!
— Sr Potter acaba-de-perder-10-puntos-de-su-casa-así-que-no-se-busque-más-problemas. –dijo la profesora Umbridge de un solo golpe sin mirar a Harry –como iba diciendo acabas de decir que el Señor Oscuro ha vuelto, lo has dicho de nuevo. Eso es MENTIRA.
— ¡Eso NO es mentira! –replico Harry -¡Yo lo vi! ¡Yo luché con él!
— ¡Está usted castigado Sr Potter! –dijo triunfalmente la Profesora –Mañana por la tarde. A las 5 en punto. En mi despacho. Lo repito, eso es MENTIRA. El ministerio ha garantizado que no estás en peligro por ningún Señor Oscuro. Si aún estás preocupado, de todas maneras puedes venir a hablar conmigo fuera de las horas de clase. Si alguien está alarmado con cuentos sobre Magos Oscuros que se alzan, puedo escucharlos. Estoy aquí para ayudar. Soy su amiga. Y ahora, deben continuar leyendo. Pagina cinco, “fundamentos para principiantes”
La profesora se sentó tras su mesa. Harry, sin embargo, se levantó. Todo el mundo le miraba;
Seamus parecía medio-asustado y medio-fascinado.
— ¡Harry no! –le dijo Hermione con todo preocupado, tirándole de la manga, pero tiró de su brazo.
— ¡Harry no vale la pena, esta chiflada! –le susurro Nina.
— Entonces, según usted, todas esas personas muertas lo hicieron por sus propios medios, ¿no?
Hubo un gran número de bufidos en la clase. Pasaban su mirada de Harry a la Profesora, que arqueaba las cejas y lo miraba sin su falsa sonrisa.
— La muerte de esas personas fueron un trágico accidente –dijo fríamente.
— Fueron asesinados –corrigió Harry. Podía sentir como temblaba. No había hablado a nadie de eso y menos a treinta de sus compañeros –Voldemort los mató y usted lo sabe.
La cara de la profesora Umbridge estaba blanca. Por un momento, Harry pensó que iba a chillarle Entonces, ella dijo, con voz dulce y muy suave:
— Venga aquí, Sr Potter, querido.
Él apartó su silla, andando alrededor de Ron, Nina y Hermione y subiendo hasta la mesa de la profesora. Podía sentir que el resto de la clase aguantaba la respiración.
Se sentía tan enfadado que no atendió a lo que sucedió después.
La profesora Umbridge sacó un pequeño rollo de pergamino rosa de su maletín, lo estiró sobre la mesa, metió su pluma en un bote de tinta y comenzó a garabatear, tapándolo para que Harry no pudiera leer lo que escribía. Nadie habló. Después de un minuto, enrolló el pergamino y lo golpeó con su varita; se selló para que él no lo pudiera abrir.
— Dale esto a la Profesora McGonagall, querido –dijo la profesora Umbridge, dándole la nota.
Lo cogió sin decir una palabra, se giró sobre sí mismo y dejó la habitación, sin mirar a Ron, Nina y Hermione, cerrando la puerta de la clase tras él. Anduvo muy deprisa por los pasillos, con la nota para McGonagall fuertemente agarrada con su mano, y giró una esquina encontrándose con Peeves, el Poltergeist, que estaba flotando sobre su espalda en medio del aire, haciendo juegos malabares con botes de tinta.
Luego de haberse deshecho de él, Harry llego con la profesora McGonagall que al leer el pergamino entregado por Harry, le comunico a este que estaba castigado todas las tardes de esa misma semana; mientras le advertía que tuviera cuidado con Umbridge.
Harry salió del despacho de McGonagall indignado porque pasara su primer semana en Hogwarts castigado y cuando vio a sus amigos salir de clases les conto lo que había pasado.
— Todo esto es mi culpa. –razono Nina.
— No es cierto, tu no le dijiste a Harry que lo hiciera. –dijo Ron.
— Es cierto, ¿Por qué te hechas la culpa?
— En todo caso Hermione inicio todo.
— ¡No es cierto Ronald! –replico esta.
— ¿no lo entienden? Mi deber es vigilar a Umbridge y en parte tratar de que Harry no se meta en más problemas de los que debería, tendría que haberte detenido pero no lo hice, -bufo.- no lo hice porque me indigno tanto que hablara así de mi padre solo por ser mitad hombre lobo… quería que le dieras una lección Harry.
— Y yo quería dársela, no fue tu culpa. –le aseguro.
— Pero… diablos debo contarle de esto a la Orden, toda una semana de castigo con Umbridge… de verdad no imagino lo que podría hacer.
— Bueno, nada ilegal ¿verdad? –pregunto Hermione cohibida.- ella es del ministerio…
— Ella demostró que más que querer ser nuestra ‘amiga’ quiere imponerse ante nosotros, no me fio en nada, ni siquiera porque sea del ministerio, eso no quiere decir que realmente quiera lo mejor para nosotros.
Y con aquellas últimas palabras de Nina en mente, los cuatro amigos siguieron asistiendo al resto de las clases que les quedaba, para luego reunirse con Ginny en el Gran Comedor.
Fin del Capitulo. :study:
Otra cosita chicas :D No es obligacion hacerlo ni nada! D:
Solo lo pondre x si hay alguna interesada en leerla :D
Una novela q escribi x haya en el 2010 cuando recien me habia unido al foro! ñ__ñ
Aca la traigo mejorada x si les interesa leer, es de Joe Jonas y tu :D
https://onlywn.activoforo.com/t10711-my-guardian-angel-angeles-vs-demonios-joetu#780051
Ahora si me marchooo :P bess!!
Última edición por Maay·Wright·Jonas el Sáb 24 Mar 2012, 11:51 pm, editado 1 vez
TheGirlImpossible
Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
Umbridge esta loca, vieja maldita ¡LA ODIO! :x
Se lo que se siente pelearse con una profesora, yo lo hago todos los dias con mi maestra de ofimatica [es igual a Umbridge] tambien la odio 8)
Al parecer las peleas entre Hermione y Ron no terminaran pronto :|
Tengo ganas de que suceda pronto una escena entre Cedric y Nina para que Harry se ponga celoso :twisted: okno. Pero esque este cap me puso de mal humor y cuando se pone celoso me da risa :P [soy rara, lo se ._.]
Sigula pronto May!:*
Se lo que se siente pelearse con una profesora, yo lo hago todos los dias con mi maestra de ofimatica [es igual a Umbridge] tambien la odio 8)
Al parecer las peleas entre Hermione y Ron no terminaran pronto :|
Tengo ganas de que suceda pronto una escena entre Cedric y Nina para que Harry se ponga celoso :twisted: okno. Pero esque este cap me puso de mal humor y cuando se pone celoso me da risa :P [soy rara, lo se ._.]
Sigula pronto May!:*
Kardashian♡.
Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
¡YEAHHHHHHHHHHHHH!
Pase de pagina :D
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Kardashian♡.
Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
ODIO A ESA VIEJA SAPO!!!! la odio es una..... dame 5 segundos 5...4...3...2...1 listo :) jaja lo lamento es que el sapo rosa me saca de mis casillas, pero la verdad me encanto el capi :)
Sigue Pronto!!!!!
Besos
Posdata: :albino: jajaja en el proximo capi se acaba la espera (solo alejen las zanahorias)
Sigue Pronto!!!!!
Besos
Posdata: :albino: jajaja en el proximo capi se acaba la espera (solo alejen las zanahorias)
NoemiPotter
Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
AAAAAAAAAh! soy la lectora mas mala de la historia de las lectoraas! (? .
no me pasaba por aqui hace tiempoo :(, lo siento es que he estado ocupada con mi nove de one direction, y no me pasaba por otras noves de aqui :(, lo sientooooooooo!, me perdi de muchoo. Por cierto me encantaron los capitulos *-* estuvieron geeeeniales :D. espero que me perdones.
besos a mi escritora favorita May :hug: .
no me pasaba por aqui hace tiempoo :(, lo siento es que he estado ocupada con mi nove de one direction, y no me pasaba por otras noves de aqui :(, lo sientooooooooo!, me perdi de muchoo. Por cierto me encantaron los capitulos *-* estuvieron geeeeniales :D. espero que me perdones.
besos a mi escritora favorita May :hug: .
fefi weasley
Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
Jonas' Tomlinson<3 escribió:Umbridge esta loca, vieja maldita ¡LA ODIO! :x
Se lo que se siente pelearse con una profesora, yo lo hago todos los dias con mi maestra de ofimatica [es igual a Umbridge] tambien la odio 8)
Al parecer las peleas entre Hermione y Ron no terminaran pronto :|
Tengo ganas de que suceda pronto una escena entre Cedric y Nina para que Harry se ponga celoso :twisted: okno. Pero esque este cap me puso de mal humor y cuando se pone celoso me da risa :P [soy rara, lo se ._.]
Sigula pronto May!:*
¡Hola Glo! :D D: que horrible que tengas una profe como Umbridge T.T
Yo creo q nunca pelie con un profe, creo! .__. es q mi memoria es un caso terrible D: funciona y otras no :S jaja
asi q ni idea xD pero tengo una profe bipolar! :pale: unas veces te habla re bien y otra poco mas nos mata(? jaja
en fiin Ron y Hermione, uff espero poder cambiar un poco el guion entre estos dos :D espero poder escribir junstamente lo q quiero, es q a veces me da pena cambiar tanto lo q Jo escribio xD pero en fiin, lo intentare :D
Creeme no solo habran escenas entre Cedric y Nina, los celos seran mutuos x lo q Harry y Cho tambien daran q hablar :| ya lo veras, ya lo veras! :lol:
GRACIIAS por comentaaaaaaaaaar! :hug:
GLOOOOOOOOOORIIIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! *_*
GRACIAS, GRACIAS, POR PASARME DE PAGINAA!! :cheers:
Última edición por Maay·Wright·Jonas el Miér 28 Mar 2012, 1:17 am, editado 1 vez
TheGirlImpossible
Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
NoemiPotter escribió:ODIO A ESA VIEJA SAPO!!!! la odio es una..... dame 5 segundos 5...4...3...2...1 listo :) jaja lo lamento es que el sapo rosa me saca de mis casillas, pero la verdad me encanto el capi :)
Sigue Pronto!!!!!
Besos
Posdata: :albino: jajaja en el proximo capi se acaba la espera (solo alejen las zanahorias)
Noeeee hola! :D uff relajate relajate :pale: jaja lo se a todos nos pone asi una vieja mala e injusta como ella!! :caliente:
Peroo awww GRACIIAS x haber leido y comentado!! :')
wujuuuuuuuuuu la espera terminaraa!! :bounce: ya quiero saber, ya quiero saber!! :bounce: :cheers:
TheGirlImpossible
Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
fefi weasley escribió:AAAAAAAAAh! soy la lectora mas mala de la historia de las lectoraas! (? .
no me pasaba por aqui hace tiempoo :(, lo siento es que he estado ocupada con mi nove de one direction, y no me pasaba por otras noves de aqui :(, lo sientooooooooo!, me perdi de muchoo. Por cierto me encantaron los capitulos *-* estuvieron geeeeniales :D. espero que me perdones.
besos a mi escritora favorita May :hug: .
¡Hola Fefi! Godd que alegria tenerte x aca*-* :( no sos mala! D:
Solo estabas ocupada(? jaja pero goshh q alegria de verdad!! :D
Lo bueno es q aca estas y q bien q te gustaran los capis!
¿Yo ttu tu tuu escritora fa.favorita? :affraid: hasta me pongo nerviosa(?
GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOD quee lindaa*-* me haces emocionar :(
y tampoco quiero alimentar a mi ego(? :P jaja enserio q wooow GRACIIIAS :'D
Sobre todo x haberte pasado leido y comentado besitos!!
TheGirlImpossible
Harry Potter & La Orden del Fenix [Adaptacion] Harry&Tu
Perdon de nuevo mi tardanza, pero les traigo un buen capi!! :twisted:
Y demasiado largo D: para recompenzarlas
Y de verdad les agradesco el q sigan conmigo siempre*-* tanto a las chicas q tienen cuentas como a las q no!
Porque me eh puesto a pensar que quizas tengo lectoras sin cuentas D: les agradesco a ellas a ustedes
Y les digo (si es q tengo alguna lectora :P) q se unan al foro xq es PERFECTO a mi me encanta *-*
En fiin, aca el capi y una dudilla mia:
¿Alguna de ustedes sabe dónde sale el contador de visitas?
Porque leo en muchas noves que las escritoras dicen: No hay comentarios pero tuvo muchas vicitas el tema...
Y yo así de WTF? ¿Cmo saben si alguien entro al tema de la nove? ¿Cómo saben si alguien la leyo? D:
xq yo no se .___. y tengo esa curiosidad desde uff!!
Asi que si alguna me entendio y me sabe explicar, GRACIAS :D
Ahoa sii, Bess!! :hi:
La cena en el Gran Comedor esa noche no fue una experiencia placentera para Harry. La noticia de su competencia a gritos con Umbridge había viajado excepcionalmente rápido, aún para los estándares de Hogwarts. Oía murmullos alrededor, cuando se sentó a comer entre Ron y Hermione, y frente a Nina y Ginny. Lo más notorio era que ninguno de los que susurraban parecía interesarle en lo más mínimo que escuchara lo que decían de él. Por el contrario, era como si esperasen que se enojara nuevamente y comenzara a gritar, así podrían obtener su versión de la historia, de primera mano.
— …Reconoce que se batió a duelo con Ya-Saben-Quién...
— …Salvándose...
— ¿A quiénes cree que engaña?
— Lo que no entiendo, -dijo Harry con los dientes apretados, dejando a un lado cuchillo y tenedor (Sus manos temblaban demasiado para mantenerlos derechos).- es por qué todos creyeron la historia dos meses atrás cuando Dumbledore la contó...
— El asunto Harry, es que no estoy segura de que lo hayan hecho. –comento Hermione ceñudamente –Oh, vámonos.
Arrojó los cubiertos; Nina se despidió de Ginny y se puso de pie mientras que Ron contempló largamente su pastel de manzana a medio terminar pero luego los siguió, sumiso. Varios los observaron durante todo el trayecto fuera del Comedor.
— ¿Qué quieres decir, que no estás segura de que le creyeran a Dumbledore? –Preguntó Harry a Hermione cuando alcanzaron el descansillo del primer piso.
— Mira, no entiendes como era la situación después de que pasaron aquellas cosas, -explico Hermione quedamente –Apareciste en medio del patio… ninguno de nosotros pudo ver lo que pasó entre ustedes aquella vez... lo único que teníamos era la palabra de Dumbledore para decirnos que Ya-Sabes-Quién había retornado, asesinado y peleado contigo.
— ¡Lo cual es cierto! –aseguro Harry levantando el tono de la voz.
— Lo sé, Harry, así que por favor ¿puedes dejar de tomártelas conmigo? –dijo Hermione fastidiada.- ¡Es sólo que antes de que la verdad pudiera ser aceptada, todo el mundo se fue a casa a pasar el verano, en donde estuvieron dos meses leyendo que tú eres un loco y Dumbledore se está volviendo senil!
La lluvia golpeaba los cristales de las ventanas, mientras recorrían a grandes trancos los vacíos corredores de regreso a la Torre de Gryffindor. Harry tuvo la impresión de que el primer día había durado lo que una semana, aunque todavía le quedaba una montaña de tarea para hacer antes de irse a la cama. Un dolor sordo, palpitante se extendía sobre su ojo derecho. Se asomó a través de una ventana bañada por la lluvia a los oscuros terrenos de la escuela, a medida que giraban hacia el corredor del retrato. No había luz alguna en la cabaña de Hagrid.
— Mimbulus mimbletonia. –pronuncio Nina antes de que la señora gorda pudiera siquiera preguntar. El retrato se abrió para revelar el agujero y los cuatro se precipitaron a través de él.
La sala común estaba casi vacía; la mayoría aún cenaba. Crookshanks se desenroscó en un sillón y corrió a su encuentro, ronroneando con fuerza y, cuando Harry, Ron, Nina y Hermione tomaron sus asientos favoritos cerca de la chimenea, saltó grácilmente a la falda de esta última y se hizo una bola como si se tratara de un almohadón peludo de mal gusto. Harry se quedó mirando las llamas, sintiéndose consumido y exhausto. Nina por su parte tomo al pequeño Shawun que dormía en un taburete y lo recostó sobre su regazo para poder contemplarlo y acariciarlo.
— ¿Cómo pudo permitir Dumbledore que pasara esto? –gimió de repente Hermione, sobresaltando a Harry, a Nina y a Ron; Crookshanks dejó su falda, agraviado. Hermione golpeó los brazos de su sillón con furia, haciendo que fragmentos del relleno escaparan por los agujeros.
— ¿A qué te refieres Hermione? –pregunto Nina, mientras Shawun despierto, se estiraba en su regazo.
— ¿Cómo puede permitir que esa horrible mujer nos enseñe? ¡Y en el año de nuestros TIMOS!
— Bueno, nunca hemos tenido grandes maestros en Defensa Contra las Artes Oscuras, ¿o no? –dijo Harry –Tú sabes cómo es, Hagrid nos dijo, nadie quiere el trabajo, dicen que el puesto está maldito.
— Sí, ¡pero porqué dárselo a alguien que se niega a permitirnos usar magia! ¿A qué juega Dumbledore?
— Y Umbridge está intentando conseguir gente que espíe para ella. –agregó Ron sombríamente.- ¿Recuerdan cuando dijo que quería que le avisáramos si oíamos a alguien diciendo que Ustedes-Saben-Quién estaba de vuelta?
— Por supuesto que ella está aquí para espiarnos, ¿por qué otra razón Fudge querría que viniese? –estalló Hermione.
— Lo sé, lo sabemos. Por eso me están utilizando a mi como espía –advirtió Nina –yo puedo estar en clases y vigilar como es ella, o puedo verla en los pasillos e intentar saber qué hace, como se comporta, como actúa… -explico –no creo que sospeche mucho de una simple estudiante hija de un ‘hibrido’.
— Solo no le haga caso, ya sabemos que esta chiflada. –dijo Ron.
— Sí, me-mejor hagamos la tarea.
Recogieron sus mochilas de la esquina y regresaron a sus lugares cerca del fuego.
Había gente volviendo de cenar ahora. Harry mantuvo la cara apartada del agujero del retrato, pero aún así podía sentir las miradas que atraía.
— ¿Deberíamos hacer las cosas de Snape primero? –pregunto Ron, mojando la pluma en el tintero.- ‘Las cualidades de la roca lunática y sus usos en la preparación de pociones...’ susurró, escribiendo las palabras en el extremo superior de su pergamino al tiempo que las pronunciaba –Eso. –subrayó el título y luego levantó la vista hacia Hermione, expectante –Bueno, ¿Cuáles son las cualidades de la roca lunática y sus usos en la preparación de pociones?
Pero Hermione no le escuchaba; miraba furtivamente hacia la lejana esquina de la sala donde Fred, George y Lee Jordan estaban ahora sentados en el centro de un grupo de estudiantes de primer año de aspecto inocente, los cuales masticaban algo que semejaba haber salido de una gran bolsa de papel que Fred sostenía.
Aquella noche en la Sala Común de Gryffindor se pudo oír la pequeña discusión que Hermione sin ayuda de Ron, había tenido con los Gemelos y Lee Jordan por probar sus surtidos con los alumnos de primer año; enojada Hermione, había decidió irse a dormir sin ayudar a Ron con la tarea, no sin antes, haber dejado gorros deformados de lana para elfos.
— Creo que yo también me voy chicos, los veré mañana. –saludo Nina, yéndose con Shawun en brazos.
— Deberían darse cuenta al menos lo que están recogiendo. –murmuro Ron convencido, mientras dejaba a la vista los gorros que Hermione había ocultado –De todas formas… -continuó enrollando el pergamino en el que había escrito el título del ensayo de Snape. –no tiene sentido tratar de terminar esto sin Hermione o Nina, no tengo idea cuáles son las aplicaciones de las piedras lunáticas, ¿y tú?
Harry negó con un gesto, notando que el dolor en la parte derecha de su cabeza empeoraba. Pensó en el largo ensayo acerca de las guerras de los gigantes y el dolor lo aguijoneó todavía más fuerte. Sabiendo perfectamente que a la mañana siguiente lamentaría no haber finalizado su tarea esa noche, apiló sus libros en la mochila.
— Voy a dormir también.
El siguiente día se sucedió gris y lluvioso como los anteriores. Hagrid seguía ausente de la mesa de los profesores durante el desayuno.
— Pero como punto positivo, no tenemos con Snape hoy. –dijo en tono consolador Ron.
Hermione bostezó con ganas, volcándose encima algo de café. Parecía complacida con algo, y cuando Ron le preguntó que era, dijo simplemente:
— Los sombreros no están. Parece que los elfos domésticos querían libertad después de todo.
— Yo no apostaría eso. –dijo cortante Ron –Podrían no contar como prendas de vestir. No me parecieron sombreros a mí, sino globos lanudos.
— ¡Ronald! –le grito Nina por lo bajo mientras luchaba por no reír y le miraba consternada.
Pero de todas formas era tarde, Hermione no le habló durante el resto de la mañana.
A dos períodos de Encantamientos le siguieron dos de Transfiguraciones. Los profesores Flitwick y McGonagall pasaron quince minutos cada uno al comienzo de sus clases recordándoles la importancia de los TIMOS.
Pasaron más de una hora repasando Encantamientos Invocantes, que según el profesor Flitwick serían parte segura de los TIMOS. Para finalizar la clase les asignó la cantidad más grande de tarea de Encantamientos hasta ese momento.
Fue exactamente igual, sino peor, en Transfiguración.
La profesora estaba en lo cierto; Harry encontró los hechizos desvanecedores horriblemente difíciles. Para el final de la clase ni él ni Ron habían logrado desaparecer los caracoles en los que practicaban, a pesar de que Ron sostenía esperanzado que el suyo se veía más pálido. Hermione, por su parte, consiguió desvanecer el suyo en el tercer intento, ganando una recompensa de diez puntos para Gryffindor de McGonagall. Fue la única junto a Nina que lo consiguió en el quinto intento que no recibieron tarea; al resto se le dijo que practicara toda la noche, para intentarlo otra vez la mañana siguiente.
Ahora, con un dejo de pánico invadiéndoles ante la cantidad de trabajo pendiente, Harry y Ron pasaron la hora del almuerzo en la biblioteca, indagando acerca de los usos de las piedras lunáticas en la preparación de pociones. Aún enojada por el exabrupto de Ron con sus sombreros de lana, Hermione rehusó acompañarlos. Para el tiempo de la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, la cabeza le dolía a Harry nuevamente.
— Es mucho estrés para un segundo día de clases, ¿verdad? Esto de los TIMOS apesta. –dijo Nina mientras caminaban –casi hubiese preferido quedarme en casa con Sirius…
El día se había desarrollado frío y ventoso, y a medida que descendían por la explanada cubierta de césped hacia la cabaña de Hagrid, en el borde del bosque prohibido, percibieron algunas gotas ocasionales de lluvia golpeándoles en la cara.
La profesora Grubbly Plank los esperaba de pie a cierta distancia de la puerta principal de Hagrid, frente a una larga mesa sobre caballetes cargada con ramitas. Aquella clase no había estado para nada mal de hecho los Bowtruckles habían resultado sumamente interesantes, pero por más que Harry le preguntara a la profesora sobre el paradero de Hagrid, no había obtenido respuestas.
Luego los cuatro amigos, se encaminaban hacia Herbologia.
La puerta del invernadero más cercano se abrió y algunos estudiantes de cuarto año salieron de ella, incluyendo a Ginny.
— Hola. –saludo ella rápidamente al pasar.
Unos segundos después, Luna Lovegood emergió siguiendo al resto de la clase, con una marca de tierra en la nariz y el cabello en rodete alrededor de lo más alto de la cabeza. Cuando vio a Harry, sus ojos saltones parecieron brillar con excitación y se dirigió directamente donde él estaba. Varios de sus compañeros se dieron vuelta a mirar, curiosos. Luna aspiró con fuerza y luego dijo, sin mayor introducción:
— Creo que Quien-No-Debe-Ser-Nombrado ha regresado y que luchaste con él y escapaste.
— Este… bien. –respondió Harry nervioso.
Luna llevaba lo que parecían ser un par de rábanos anaranjados como pendientes, hecho que Parvati y Lavender habían notado, como lo demostraban sus risitas mientras señalaban los lóbulos de las orejas de Lovegood.
— Puedes reírte. –agregó Luna, levantando la voz, aparentemente bajo la impresión de que Parvati y Lavender se reían de lo que acababa de decir y no de lo que llevaba puesto –Pero la gente creía también que el Blibbering Humdinger y el Rufoso de Cuerno Aplastado no existían.
— Bueno, estaban en lo cierto, ¿no? –interrumpió Hermione impaciente –Nunca hubo tales cosas como un Blibbering Humdinger y un Rufoso de Cuerno Aplastado.
Luna le dirigió una mirada que quitaba el aliento y se alejó, con los rábanos balanceándose violentamente. Parvati y Lavender no eran las únicas que reían ahora, Nina las observaba con enojo y Ron intentaba no reírse.
— ¿Te importaría no ofender a los pocos que me creen? –preguntó Harry a Hermione mientras se acercaban a la clase.
— Oh, por Dios, Harry, puedes conseguir alguien mejor que Lovegood. –dijo Hermione –Ginny me ha dicho todo acerca de ella; aparentemente sólo cree en cosas mientras no haya pruebas en absoluto. Bueno, en realidad no esperaría otra cosa de alguien cuyo padre dirige el Quisquilloso.
— Hermione no seas tan cruel con los Lovegood. –bufo Nina –cada quien tiene derecho a opinar y creer en lo que quiera, ¿no?
— Bueno… -pero antes de que Hermione pudiera contradecirle, Ernie Macmillan se encontraba frente a los cuatro amigos.
— Quiero que sepas, Potter. –comenzó en voz alta en tono aprobador –que no sólo gente extraña te apoya. Personalmente te creo cien por ciento mi familia siempre ha respaldado con firmeza a Dumbledore, y yo también.
— Esto… muchas gracias, Ernie –dijo Harry amedrentado pero complacido.
Ernie podía ser pomposo en ocasiones como esta, pero Harry estaba de humor como para apreciar un voto de confianza de alguien de cuyas orejas no colgaban rábanos.
Las palabras de Ernie ciertamente habían borrado la sonrisa de la cara de Lavender Brown y mientras Harry se volvía para hablarles a Ron, Nina y Hermione pudo observar la expresión de Seamus, mezcla de confusión y desafío.
Para sorpresa de nadie, la Profesora Sprout comenzó su lección sermoneándolos con la importancia de los TIMOS. Harry deseó que los profesores dejaran de hacerlo; estaba empezando a ponerse ansioso, revolviéndosele el estómago cada vez que recordaba cuánta tarea tenía que hacer, una sensación que empeoró dramáticamente cuando la Profesora Sprout les dio otro ensayo para hacer al final de la clase. Cansados y oliendo a estiércol de dragón, fertilizante favorito de la profesora, los estudiantes de Gryffindor regresaron al castillo una hora y media después, sin charlar demasiado; había sido otro largo día.
Como Harry estaba hambriento, y tendría su primer castigo con Umbridge a las cinco en punto, se dirigió si n más a cenar, sin dejar su bolsa en la torre Gryffindor, así podía comer algo antes de enfrenta r cualquier cosa que le destinara la profesora. Sin embargo, apenas alcanzad a la entrada al Gran Comedor, una voz agria y enojada le gritó:
— ¡Oye Potter!
— ¿Y ahora qué? –murmuró, dando vuelta para enfrentarse con Angelina Johnson, que lucía exasperada.
— Te diré qué hay ahora –dijo, adelantándose directamente hacia él y hundiéndole el índice en el pecho.- ¿Cómo es que has conseguido que te castiguen para un viernes a las cinco en punto?
— ¿Qué? –pregunto Harry –Cómo... Oh sí, ¡las pruebas de los Guardianes!
— ¡Ahora recuerda! –resopló Angelina.- ¡No te he dicho que quería hacer una prueba con el equipo completo y encontrar a alguien que armonizara con todos! ¿No te he dicho que reservé el campo de Quidditch especialmente para la ocasión? ¡Y ahora has decidido no concurrir!
— ¡Yo no escogí no presentarme! –se defendió Harry, sorprendido por la injusticia de las palabras de Angelina. –Fui castigado por Umbridge, sólo porque le dije la verdad acerca de Ya-Sabes-Quién.
— Bueno, ya puedes ir yendo a pedirle que te deje salir el viernes. –dijo Angelina con fiereza –no me importa cómo lo hagas. Dile que Ya-Sabes-Quién es sólo un invento de tu imaginación si quieres, ¡pero asegúrate de estar ahí!
Angelina dio media vuelta y se alejó rápidamente.
— ¿Saben una cosa? –dijo a Ron, Nina y Hermione mientras entraban al Gran Comedor –Pienso que deberíamos preguntarle al Puddlemore United si Oliver Wood ha fallecido durante alguna sesión de entrenamiento, porque Angelina parece estar conectándose con su espíritu.
— ¿Estás considerando las posibilidades de que Umbridge te deje salir el viernes? –pregunto Ron con escepticismo, cuando se sentaban en la mesa de Gryffindor.
— Menores a cero. –respondió sombríamente Harry, sirviéndose patas de cordero y comenzando a comer –Mejor intentarlo, ¿no? Voy a ofrecerle tomar dos o más castigos o algo así, no sé...
Tragando un bocado de patatas, agregó:
— Espero que no me retenga por demasiado tiempo esta tarde. ¿Se dan cuenta de que tenemos que escribir tres ensayos, practicar encantamientos desvanecedor es para McGonagall, descubrir un contra conjuro para Flitwick, terminar el diagrama del Bowtruckle y empezar el estúpido diario de sueños para Trelawney?
Ron gruñó y quedose mirando el techo del comedor por alguna razón.
— Y parece que va a llover.
— ¿Qué tiene que ver eso con nuestra tarea? –preguntó Hermione, alzando los ojos.
— Nada. –dijo inmediatamente Ron, sonrojándosele las orejas.
Faltando cinco minutos para las cinco, Harry amagó un saludo a los tres y abandonó el comedor hacia la oficina de Umbridge, en el tercer piso. Cuando llamó a la puerta, ella respondió "Adelante" en voz melosa. Harry entró con cautela, mirando alrededor.
Hermione, Ron y Nina ya habían terminado de cenar y se encaminaban hacia la Sala común, cuando entraron varios estudiantes ya estaban allí sentados y Hermione había subido rápidamente a la habitación de chicas para hacer más gorros de lana; por lo que Ron decidido había tomado a Nina por el brazo y la había llevado a un sector alejado de la Sala, como si quisiera decirle algo muy privado y confidencial.
— ¿Qué sucede…?
— ¡Baja la voz!
— Ron, estamos demasiado apartados como para que alguien nos escuche. –bufe -¿Qué pasa?
— Bueno es que… es que…
— Si no te apuras vendrá Hermione, y por lo visto no quieres que se entere ¿de qué se trata? –pregunto -¿te gusta una chica?
— ¿Qué? ¡No! –se alarmo –solo, solo quiero pedirte ayuda.
— Si es con la tarea Ron sabes que no tengo problema.
— ¡No, no con eso! Es solo que… quiero ayuda…. Con, con el Quidditch. –susurro totalmente sonrojado.
— ¿Con el Quidditch?
— Si bueno, me refiero a las pruebas de Guardián yo…
— ¡Oh por dios! –chillo de alegría.- ¡quieres postularte para el puesto!
— Si, y no puedo hacerlo solo, necesito que me digan si en verdad lo hago bien. –suspiro.
— Seguro que eres increíble, -le animo con una sonrisa –claro que te ayudare, tu solo dime cuando empezamos y aquí estaré.
— Perfecto, ¡gracias! –y sin poder contener la alegría Ron le había dado un abrazo.
— Ejem. –los amigos se giraron y vieron a Hermione con una inexpresión en el rostro y se separaron rápidamente.
— Eh yo… esto… Ron me estaba agradeciendo… por… -miro al pelirrojo.
— Por ayudarme con la tarea, ¡si eso!
— Ah, qué bueno. A mí nunca me agradeciste así pero, da igual ¿no? –respondió de forma fría mientras se iba a sentar.
— Es un secreto Nina, por favor no le cuentes a nadie ¿de acuerdo? Ni siquiera a Ginny –le advirtió.
— De acuerdo. –le sonrió esta, yéndose a sentar con su amiga.
La oscuridad cayó fuera de las ventanas del despacho de Umbridge. Harry no preguntó cuándo le sería permitido detenerse. Ni siquiera se fijó en su reloj. Sabía que ella estaba mirando, buscando signos de debilidad y él no iba a darle ninguno, aunque tuviera que pasarse sentado allí toda la noche, lacerando su propia mano con esa pluma.
— Ven aquí. –le dijo ella después de lo que parecieron horas.
Él se incorporó. La mano le punzaba dolorosamente. Cuando la contempló, vio que la herida se había cerrado, pero el tejido circundante estaba encarnado.
— La mano. –exigió ella.
Él se la extendió y la profesora la tomó entre las suyas. Harry tuvo que reprimir un estremecimiento cuando ella lo tocó con sus gruesos y cortos dedos en los cuales llevaba una serie de horribles, viejos anillos.
— Tut, tut, no creo haber causado mucha impresión todavía. –dijo sonriente –Bueno, podemos intentarlo de nuevo mañana por la tarde, ¿o no? Puede retirarse.
Harry dejó la oficina sin decir palabra. La escuela estaba desierta; era seguramente pasada la medianoche. Caminó lentamente por el corredor, entonces, cuando hubo doblado una esquina y estuvo seguro que ella no podría oírle, se lanzó a la carrera.
Harry no había tenido tiempo de practicar los hechizos desvanecedores, no había anotado ningún sueño en su diario, no había terminado el diagrama del Bowtruckle ni redactado sus ensayos. Se salteó el desayuno a la mañana siguiente para garrapatear un par de sueños inventados para Adivinación, la primera clase y se sorprendió de encontrar un desmañado Ron haciéndole compañía.
— ¿Cómo es que no lo hiciste la última noche? –preguntó Harry mientras Ron paseaba frenéticamente la vista alrededor del salón común en busca de inspiración.
Ron, que había estado profundamente dormido cuando Harry regresó al dormitorio, murmuró algo de "haciendo otra cosa" se encorvó sobre su pergamino y garabateó algunas palabras.
— Eso tiene que bastar. –dijo, cerrando el diario –He dicho que me he soñado comprando zapatos, no puede deducir nada extraño de eso, ¿o no?
Ambos se apresuraron hacia la Torre Norte.
— Cómo ha estado el castigo con Umbridge? ¿Qué te hizo hacer?
Harry dudó un segundo y dijo:
— Copiar renglones.
— Eso no es tan malo, ¿eh? –comento Ron.
— Nah. –respondió Harry.
— Hey, lo olvidaba, ¿te dejó salir el viernes?
— No. –dijo Harry.
Ron suspiró, condescendiente.
Fue otro mal día para Harry; estuvo entre los peores en Transfiguración, no habiendo practicado hechizos desvanecedores en absoluto. Hubo de renunciar a la hora concedida al almuerzo en orden a completar el diagrama del Bowtruckle y, en el ínterin, los profesores McGonagall, Grubbly Plank y Sinistra les dieron más tarea, la cual no tenía esperanzas de terminar esa tarde a causa de su segundo período de castigo con Umbridge.
Para coronarlo todo, Angelina Johnson lo persiguió durante la cena otra vez y, habiéndose enterado de que no le sería posible asistir a las pruebas de Guardianes el viernes, le dijo que no estaba impresionado con su actitud y que esperaba que los jugadores que aspiraran a permanecer en el equipo antepusieran el entrenamiento a sus otras obligaciones.
— ¡Estoy castigado! –le gritó Harry mientras ella se alejaba– ¿Piensas que preferiría estar varado en un cuarto con esa vieja rana o jugar quidditch?
— Al menos es sólo copiar renglones. –comento Hermione en tono consolador, mientras Harry volvía a sentarse en el banco y miraba su bistec y pastel de riñón, que ya no se le antojaban tanto –No es un castigo tan espantoso, en verdad...
Harry abrió la boca para responder, pero la cerró nuevamente e hizo un gesto afirmativo.
No estaba seguro de por qué no les decía a Ron, Nina y Hermione lo realmente acontecía en el despacho de Umbridge: lo único que sabía era que no quería ver sus gestos de horror, lo que haría que todo el asunto se viera peor y por lo tanto aún más difícil de enfrentar. También percibía difusamente que esto era entre él y Umbridge, una batalla personal de voluntades y no le iba a dar la satisfacción de oír que se lamentaba de ello.
— No puedo creer todo el trabajo que tenemos. –dijo Ron lastimeramente.
— Bueno, ¿por qué no hiciste algo la última noche? –inquirió Hermione.- ¿Dónde estabas?
— Estaba... se me antojó una caminata. –dijo Ron, cambiando de opinión sobre la marcha.
— Pero tú tampoco estabas Nina, -se giró hacia ella, que había intercambiado una ligera mirada con el pelirrojo.
— Eh… ¿yo? ¡ah sí! Hablaba con… con la… ¡Orden! Si, lo ciento pero no puedo contarles. –negó.
— Si, lo entiendo. –comento la castaña no muy convencida.
Harry tuvo la inequívoca impresión de que no era el único que ocultaba cosas en ese momento.
El segundo período de castigo fue tan malo como el primero. La piel del dorso de la mano de Harry se irritó esta vez más rápidamente y pronto estuvo roja e inflamada. Harry pensó que la herida no se mantendría cerrándose tan efectivamente por mucho tiempo más. Pronto quedaría marcada en su mano y Umbridge quizás estaría entonces satisfecha. El no dejaba escapar quejido; sin embargo desde el momento en el que entraba a la oficina hasta que era despedido, siempre después de medianoche, no decía otra cosa que fuera "Buenas tardes" y "Buenas noches".
El jueves pasó envuelto en un halo de cansancio. Ron parecía bastante soñoliento también, aun cuando Harry no podía ver porqué. El tercer período de castigo de Harry transcurrió de la misma manera que los anteriores dos, con la excepción de que después de dos horas la frase 'no debo contar mentiras' no se desvaneció de la mano de Harry, sino que permaneció allí, rezumando gotas de sangre.
— ¡Vamos Ron! –le animo Nina.
Era una noche perfecta, las estrellas tintineaban y la brisa del viento era tranquila, Nina se encontraba volando en una vieja escoba mientras hechizaba a las quaffle para que volaran hacia ella luego de cruzar o no el aro; en si era divertido volar al aire libre, solos y solo por diversión.
Ron estaba frente a los tres aros e increíblemente atajaba una tras otra las quaffles que Nina le iba lanzando de las maneras que se le ocurrieran. En toda la semana se habían escapado para practicar en el campo sin que nadie los viera, pero Hermione comenzaba a sospechar de hecho, sospechaba más de la ausencia de ambos que por separado; como si pensara que se escapaban juntos o algo.
— ¡Y Lupin de Gryffindor se acerca, se acerca y… que mala suerte! –grito la chica, imitando a Lee Jordan el comentarista.
— ¿Sabes? Es genial que seas tú quien me ayude, -rio el chico –contigo es divertido además de que eres muy buena como cazadora.
— ¿Tú crees? –sonrió volando hasta anotar un gol.- ¡En tu cara Weasley!
— Sí, es cierto. –sonrió –oye creo que ya es tarde, llevamos horas aquí.
— Si, y no puedo seguirle diciendo a Hermione que me comunico con la Orden todas las noches, sonaría sospechoso.
— Cuando sean las pruebas ella se enterara de que me ayudabas, ahora no. –se sonrojo.
— Tendrías que tenerte un poco más de fe Ron, confiar más en ti. –le aconsejo –y no avergonzarte de nada, eres un excelente jugador, apuesto a que consigues el puesto.
— Ojala. –suspiro.
Harry se encontraba en el despacho, escribiendo las líneas de siempre pero esta vez la pausa en el rasguido de la pluma llamó la atención de la profesora Umbridge.
— Ah. –dijo con suavidad, rodean do el escritorio para observar la mano por sí misma –Bien. Eso ha de servirte como recordatorio, ¿no? Puedes retirarte.
— ¿Tengo que venir mañana? –levantando su mochila con la mano izquierda en lugar de la escociente derecha.
— Oh sí. –asintió la profesora Umbridge, sonriendo tan ampliamente como la anterior ocasión –Sí, creo que podemos grabar el mensaje un poco más profundo con otra tarde de trabajo.
Harry nunca consideró la posibilidad de que pudiera haber en el mundo otro profesor que pudiera odiar más que a Snape, pero a medida que caminaba hacia la Torre Gryffindor tuvo que admitir que había hallado un fuerte contrincante. ‘Es una perversa’, pensó mientras subía la escalera hasta el séptimo piso, ‘una perversa, retorcida y vieja....’
— ¿Ron?
Había alcanzado el tope de las escaleras, girado a la derecha y casi tropezado de bruces con Ron, que merodeaba detrás de la estatua de Lachan el Larguirucho, empuñando su escoba. Dio un gran salto de sorpresa cuando vio a Harry e intentó esconder su nueva Barredora 11 detrás de la espalda.
— ¿Qué haces?
— Este... nada, ¿Qué haces tú?
Harry frunció el entrecejo.
— ¡Vamos, puedes decírmelo! ¿Por qué te escondes?
— M-Me oculto de Fred y George, si te hace falta saber, -dijo Ron –Acaban de pasar con un grupo de los de primer año, apuesto a que están probando cosas en ellos de nuevo. Quiero decir, no pueden hacerlo en la sala común ahora, no con Hermione por ahí.
Ron hablaba con rapidez, afiebrada mente.
— Pero por qué tienes tu escoba, no habrás estado volando, ¿o sí? –inquirió Harry.
— ¡Ron…Ron! –Nina que los había escuchado, tenía que pensar en algo urgente por lo que se apresuró a decir la primer mentira que le había venido en mente. –Oye solo quería agradecerte por haberme invitado a volar fue muy… ¡Harry, hola! –sonrió.
— ¿Por qué te tardaste? –pregunto Ron, nervioso pero agradecido de la salvada de Nina.
— Me cruce a tus hermanos, si Hermione los viera… pero te alcance.
— ¿Us-ustedes… ustedes estaban juntos? –pregunto Harry viéndolos con detenimiento.
— Oh, sí bueno no queríamos molestar a Hermione –se apresuró a decir Nina –y Ron tenía ganas de salir a volar, así que lo acompañe.
— Pe-pero si tú no estuvieras castigado también te hubiéramos invitado –se apresuró a decir Ron, notando la creciente rabia de su amigo.
— Claro. Si bien, entonces los dejo.
— Vamos juntos, de todos modos vamos al mismo lugar, ¿no? –propuso la castaña.
— Sí, pero…
— ¿Harry, qué es eso en el dorso de tu mano? –se exalto a verlo.
— ¿Qué cosa?
Harry, que sin darse cuenta se había rascado la nariz con la mano que tenía libre, la derecha, intentó esconderla con el mismo resultado de Ron con su Barredora 11.
— Es sólo un corte, no es nada, es…
Pero Ron tomó el brazo de Harry, obligándole a levantar la mano a la altura de sus ojos. Observó durante unos instantes las palabras marcadas en la piel al igual que Nina y luego, asqueado, lo soltó.
— ¡Pensé que habías dicho que sólo te hacía copiar renglones!
— ¡Oh por dios Harry! –chillo Nina.- ¿Cómo… como…?
Harry dudó un segundo, sentía enojo por haber descubierto a Nina y a Ron diciéndoles que habían salido a volar juntos, un sentimiento extraño le había arañado las entrañas al imaginárselos a ambos volando en la escoba de Ron… pero aun no podía escapar, no le quedaba más remedio que decirles la verdad, así que le contó todo acerca de las horas pasadas en el despacho de Umbridge.
— Esa vieja alimaña. –susurró Ron con repulsión cuando llegaron frente al retrato de la señora gorda, que dormitaba plácidamente, la cabeza contra el marco de su pintura.- ¡Está enferma de la cabeza! Ve con McGonagall, ¡di algo!
— No. –le interrumpió Harry.
— ¿No? Harry por dios reacciona, ¡esto que está haciendo contigo es inhumano! –grito Nina enojada –le diré a la Orden ellos deben…
— ¡Que no! –le atajo el pelinegro –No voy a darle a Umbridge la satisfacción de hacerle saber que me tiene en sus manos.
— ¿Te tiene…? ¡No puedes dejar que continúe con esto! –le reprocho.
— No sé cuánta influencia tenga McGonagall sobre ella. –le dijo Harry –y mucho menos los miembros de la Orden.
— ¡Dumbledore entonces, dile a Dumbledore! –propuso Ron.
— No. –respondió tajantemente Harry.
— ¿Por qué no?
— Él tiene demasiado en que ocuparse. –dijo Harry, pero esa no era la verdadera razón. No iba a pedirle ayuda a Dumbledore, cuando este ni siquiera le había hablado una vez desde junio.
— Bueno, me parece que debe rías… -comenzó Ron, pero fue interrumpido por la señora gorda, que había estado oyéndoles soñolienta y ahora gritó:
— ¿Van a darme la contraseña o voy a tener que permanecer despierta toda la noche hasta que terminen su charla?
— Mimbulus mimbletonia. –dijo Ron mientras el cuadro se abría.
— Bien, es tu decisión Harry pero yo creo que los de la Orden deberían saberlo, sin embargo no voy a decirles nada solo porque no lo quieres. –comento Nina, hablando rápidamente –pero si te vuelve a hacer otro tipo de daño aún más severo que ese, ten por hecho que no voy a consultártelo ¿de acuerdo? Buenas noches.
El viernes transcurrió sombrío como el resto de la semana. Aunque Harry miraba siempre hacia la mesa de los profesores automáticamente al ingresar al Gran Comedor, lo hacía sin verdadera esperanza de encontrar a Hagrid, por lo que tornó su atención hacia problemas más urgentes como la montaña de tareas por hacer y la perspectiva de otra penitencia con Umbridge.
Dos cosas sostuvieron a Harry ese día. Una, la idea de que el fin de semana estaba próximo; la otra era que, terrible como seguramente iba a ser su última penitencia con la profesora, aun así tenía una vista lejana del campo de Quidditch desde su ventana, con lo cual quizás lograra ver algo de la selección del Guardián. Eran pálido rayos de luz, cierto, pero Harry estaba agradecido de cualquier cosa que le aliviara su presente ofuscación. Su primera semana en un curso nunca había sido peor en Hogwarts. Exactamente unos minutos antes de Harry fuera a su castigo con Umbridge, Hermione se le había acercado con aire preocupado.
— Harry, necesito que hablemos es importante. –le menciono mientras lo conducía a uno de los pasillos.
— ¿Qué pasa Hermione? ¿Dónde están Nina y Ron?
— ¡No lo sé!
— ¿No lo sabes?
— ¡No! –murmuro exasperada –por eso quería hablarte.
— Yo tampoco sé dónde…
— ¡Escucha! –le silencio, se veía nerviosa –ya lo eh pensado Harry y creo… cre-creo que ellos dos se traen algo.
— ¿Qué, cómo? –el cerebro de Harry parecía haberse desconectado momentáneamente, mientras que sentía como un fuego le quemaba en su interior, haciendo que su corazón le doliera, tanto, como los cortes de la mano.
— Si bueno, al principio el que Ron desapareciera no importaba pero Nina, que decía siempre que se iba a juntar con Ginny me despertó sospechas cuando un día Ginny apareció antes que ella en la sala y me aseguro que no se la había cruzado en toda la noche.
— ¿Entonces…?
— Entonces, las excusas que ponían comenzaron a inquietarme, sobre todo porque siempre desaparecían y aparecieran juntos ¿entiendes? Y una noche los encontré hablando en susurros, -su voz parecía sonar diferente, como si aquellas palabras le hicieran daño –y los vi abrazarse… -finalizo.
— Yo… yo los vi anoche –dijo Harry pasmado –me encontré a Ron y a Nina, me dijeron que venían de volar en escoba y que te habían invitado pero que no quisiste…
— ¡Eso es mentira! Nina me dijo que McGonagall la llamaba y Ron bueno, ni siquiera lo vi cuando salió. –negó.
— ¿Quieres decir entonces… que, que ellos salen?
— En secreto. –finalizo –lo que no entiendo es porque nos lo ocultaron.
Harry de pronto se sintió sin ganas de nada, ni siquiera quería ir con Umbridge, simplemente quería desaparecer por un largo periodo sin saber nada de nadie, ¿en verdad salían Nina y Ron su mejor amigo? Sin dudas la forma en que actuaban era sospechosa pero no entendía en que momento ellos se habían enamorado, cuando parecían quererse como hermanos y aun mas, cuando Nina lo había besado siempre a él. ¿Acaso era su culpa por no haber pasado más tiempo con ella? ¿Por no haberse animado a besarla o propuesto que salieran? ¿Se había cansado ella de esperarle y había encontrado consuelo en los brazos de Ron?
— No, Hermione ellos no… no pueden, no Ron no…
— ¿Te aria algo así? Vamos Harry, ¿has sido alguna vez claro con respecto a tus sentimientos hacia Nina? –Harry simplemente no supo que decir –se besaron sí, pero luego de eso no pasó nada más.
— Es que… es solo que… Hermione ahora no –vacilo luchando con sus sentimientos –lo ciento, tengo un castigo que cumplir.
— Harry, Harry sé cómo te sientes. –intento consolarle –yo…
— No Hermione, no voy a creer en lo que dices, ¡Ron nunca me aria una cosa así!
Y negando rotundamente, incapaz de creer en aquello, Harry se marchó dejando a su amiga sola, con la impresión de querer llorar.
Fin del Capitulo. :study:
Y demasiado largo D: para recompenzarlas
Y de verdad les agradesco el q sigan conmigo siempre*-* tanto a las chicas q tienen cuentas como a las q no!
Porque me eh puesto a pensar que quizas tengo lectoras sin cuentas D: les agradesco a ellas a ustedes
Y les digo (si es q tengo alguna lectora :P) q se unan al foro xq es PERFECTO a mi me encanta *-*
En fiin, aca el capi y una dudilla mia:
¿Alguna de ustedes sabe dónde sale el contador de visitas?
Porque leo en muchas noves que las escritoras dicen: No hay comentarios pero tuvo muchas vicitas el tema...
Y yo así de WTF? ¿Cmo saben si alguien entro al tema de la nove? ¿Cómo saben si alguien la leyo? D:
xq yo no se .___. y tengo esa curiosidad desde uff!!
Asi que si alguna me entendio y me sabe explicar, GRACIAS :D
Ahoa sii, Bess!! :hi:
13
El secreto de Ron.
El secreto de Ron.
La cena en el Gran Comedor esa noche no fue una experiencia placentera para Harry. La noticia de su competencia a gritos con Umbridge había viajado excepcionalmente rápido, aún para los estándares de Hogwarts. Oía murmullos alrededor, cuando se sentó a comer entre Ron y Hermione, y frente a Nina y Ginny. Lo más notorio era que ninguno de los que susurraban parecía interesarle en lo más mínimo que escuchara lo que decían de él. Por el contrario, era como si esperasen que se enojara nuevamente y comenzara a gritar, así podrían obtener su versión de la historia, de primera mano.
— …Reconoce que se batió a duelo con Ya-Saben-Quién...
— …Salvándose...
— ¿A quiénes cree que engaña?
— Lo que no entiendo, -dijo Harry con los dientes apretados, dejando a un lado cuchillo y tenedor (Sus manos temblaban demasiado para mantenerlos derechos).- es por qué todos creyeron la historia dos meses atrás cuando Dumbledore la contó...
— El asunto Harry, es que no estoy segura de que lo hayan hecho. –comento Hermione ceñudamente –Oh, vámonos.
Arrojó los cubiertos; Nina se despidió de Ginny y se puso de pie mientras que Ron contempló largamente su pastel de manzana a medio terminar pero luego los siguió, sumiso. Varios los observaron durante todo el trayecto fuera del Comedor.
— ¿Qué quieres decir, que no estás segura de que le creyeran a Dumbledore? –Preguntó Harry a Hermione cuando alcanzaron el descansillo del primer piso.
— Mira, no entiendes como era la situación después de que pasaron aquellas cosas, -explico Hermione quedamente –Apareciste en medio del patio… ninguno de nosotros pudo ver lo que pasó entre ustedes aquella vez... lo único que teníamos era la palabra de Dumbledore para decirnos que Ya-Sabes-Quién había retornado, asesinado y peleado contigo.
— ¡Lo cual es cierto! –aseguro Harry levantando el tono de la voz.
— Lo sé, Harry, así que por favor ¿puedes dejar de tomártelas conmigo? –dijo Hermione fastidiada.- ¡Es sólo que antes de que la verdad pudiera ser aceptada, todo el mundo se fue a casa a pasar el verano, en donde estuvieron dos meses leyendo que tú eres un loco y Dumbledore se está volviendo senil!
La lluvia golpeaba los cristales de las ventanas, mientras recorrían a grandes trancos los vacíos corredores de regreso a la Torre de Gryffindor. Harry tuvo la impresión de que el primer día había durado lo que una semana, aunque todavía le quedaba una montaña de tarea para hacer antes de irse a la cama. Un dolor sordo, palpitante se extendía sobre su ojo derecho. Se asomó a través de una ventana bañada por la lluvia a los oscuros terrenos de la escuela, a medida que giraban hacia el corredor del retrato. No había luz alguna en la cabaña de Hagrid.
— Mimbulus mimbletonia. –pronuncio Nina antes de que la señora gorda pudiera siquiera preguntar. El retrato se abrió para revelar el agujero y los cuatro se precipitaron a través de él.
La sala común estaba casi vacía; la mayoría aún cenaba. Crookshanks se desenroscó en un sillón y corrió a su encuentro, ronroneando con fuerza y, cuando Harry, Ron, Nina y Hermione tomaron sus asientos favoritos cerca de la chimenea, saltó grácilmente a la falda de esta última y se hizo una bola como si se tratara de un almohadón peludo de mal gusto. Harry se quedó mirando las llamas, sintiéndose consumido y exhausto. Nina por su parte tomo al pequeño Shawun que dormía en un taburete y lo recostó sobre su regazo para poder contemplarlo y acariciarlo.
— ¿Cómo pudo permitir Dumbledore que pasara esto? –gimió de repente Hermione, sobresaltando a Harry, a Nina y a Ron; Crookshanks dejó su falda, agraviado. Hermione golpeó los brazos de su sillón con furia, haciendo que fragmentos del relleno escaparan por los agujeros.
— ¿A qué te refieres Hermione? –pregunto Nina, mientras Shawun despierto, se estiraba en su regazo.
— ¿Cómo puede permitir que esa horrible mujer nos enseñe? ¡Y en el año de nuestros TIMOS!
— Bueno, nunca hemos tenido grandes maestros en Defensa Contra las Artes Oscuras, ¿o no? –dijo Harry –Tú sabes cómo es, Hagrid nos dijo, nadie quiere el trabajo, dicen que el puesto está maldito.
— Sí, ¡pero porqué dárselo a alguien que se niega a permitirnos usar magia! ¿A qué juega Dumbledore?
— Y Umbridge está intentando conseguir gente que espíe para ella. –agregó Ron sombríamente.- ¿Recuerdan cuando dijo que quería que le avisáramos si oíamos a alguien diciendo que Ustedes-Saben-Quién estaba de vuelta?
— Por supuesto que ella está aquí para espiarnos, ¿por qué otra razón Fudge querría que viniese? –estalló Hermione.
— Lo sé, lo sabemos. Por eso me están utilizando a mi como espía –advirtió Nina –yo puedo estar en clases y vigilar como es ella, o puedo verla en los pasillos e intentar saber qué hace, como se comporta, como actúa… -explico –no creo que sospeche mucho de una simple estudiante hija de un ‘hibrido’.
— Solo no le haga caso, ya sabemos que esta chiflada. –dijo Ron.
— Sí, me-mejor hagamos la tarea.
Recogieron sus mochilas de la esquina y regresaron a sus lugares cerca del fuego.
Había gente volviendo de cenar ahora. Harry mantuvo la cara apartada del agujero del retrato, pero aún así podía sentir las miradas que atraía.
— ¿Deberíamos hacer las cosas de Snape primero? –pregunto Ron, mojando la pluma en el tintero.- ‘Las cualidades de la roca lunática y sus usos en la preparación de pociones...’ susurró, escribiendo las palabras en el extremo superior de su pergamino al tiempo que las pronunciaba –Eso. –subrayó el título y luego levantó la vista hacia Hermione, expectante –Bueno, ¿Cuáles son las cualidades de la roca lunática y sus usos en la preparación de pociones?
Pero Hermione no le escuchaba; miraba furtivamente hacia la lejana esquina de la sala donde Fred, George y Lee Jordan estaban ahora sentados en el centro de un grupo de estudiantes de primer año de aspecto inocente, los cuales masticaban algo que semejaba haber salido de una gran bolsa de papel que Fred sostenía.
Aquella noche en la Sala Común de Gryffindor se pudo oír la pequeña discusión que Hermione sin ayuda de Ron, había tenido con los Gemelos y Lee Jordan por probar sus surtidos con los alumnos de primer año; enojada Hermione, había decidió irse a dormir sin ayudar a Ron con la tarea, no sin antes, haber dejado gorros deformados de lana para elfos.
— Creo que yo también me voy chicos, los veré mañana. –saludo Nina, yéndose con Shawun en brazos.
— Deberían darse cuenta al menos lo que están recogiendo. –murmuro Ron convencido, mientras dejaba a la vista los gorros que Hermione había ocultado –De todas formas… -continuó enrollando el pergamino en el que había escrito el título del ensayo de Snape. –no tiene sentido tratar de terminar esto sin Hermione o Nina, no tengo idea cuáles son las aplicaciones de las piedras lunáticas, ¿y tú?
Harry negó con un gesto, notando que el dolor en la parte derecha de su cabeza empeoraba. Pensó en el largo ensayo acerca de las guerras de los gigantes y el dolor lo aguijoneó todavía más fuerte. Sabiendo perfectamente que a la mañana siguiente lamentaría no haber finalizado su tarea esa noche, apiló sus libros en la mochila.
— Voy a dormir también.
El siguiente día se sucedió gris y lluvioso como los anteriores. Hagrid seguía ausente de la mesa de los profesores durante el desayuno.
— Pero como punto positivo, no tenemos con Snape hoy. –dijo en tono consolador Ron.
Hermione bostezó con ganas, volcándose encima algo de café. Parecía complacida con algo, y cuando Ron le preguntó que era, dijo simplemente:
— Los sombreros no están. Parece que los elfos domésticos querían libertad después de todo.
— Yo no apostaría eso. –dijo cortante Ron –Podrían no contar como prendas de vestir. No me parecieron sombreros a mí, sino globos lanudos.
— ¡Ronald! –le grito Nina por lo bajo mientras luchaba por no reír y le miraba consternada.
Pero de todas formas era tarde, Hermione no le habló durante el resto de la mañana.
A dos períodos de Encantamientos le siguieron dos de Transfiguraciones. Los profesores Flitwick y McGonagall pasaron quince minutos cada uno al comienzo de sus clases recordándoles la importancia de los TIMOS.
Pasaron más de una hora repasando Encantamientos Invocantes, que según el profesor Flitwick serían parte segura de los TIMOS. Para finalizar la clase les asignó la cantidad más grande de tarea de Encantamientos hasta ese momento.
Fue exactamente igual, sino peor, en Transfiguración.
La profesora estaba en lo cierto; Harry encontró los hechizos desvanecedores horriblemente difíciles. Para el final de la clase ni él ni Ron habían logrado desaparecer los caracoles en los que practicaban, a pesar de que Ron sostenía esperanzado que el suyo se veía más pálido. Hermione, por su parte, consiguió desvanecer el suyo en el tercer intento, ganando una recompensa de diez puntos para Gryffindor de McGonagall. Fue la única junto a Nina que lo consiguió en el quinto intento que no recibieron tarea; al resto se le dijo que practicara toda la noche, para intentarlo otra vez la mañana siguiente.
Ahora, con un dejo de pánico invadiéndoles ante la cantidad de trabajo pendiente, Harry y Ron pasaron la hora del almuerzo en la biblioteca, indagando acerca de los usos de las piedras lunáticas en la preparación de pociones. Aún enojada por el exabrupto de Ron con sus sombreros de lana, Hermione rehusó acompañarlos. Para el tiempo de la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, la cabeza le dolía a Harry nuevamente.
— Es mucho estrés para un segundo día de clases, ¿verdad? Esto de los TIMOS apesta. –dijo Nina mientras caminaban –casi hubiese preferido quedarme en casa con Sirius…
El día se había desarrollado frío y ventoso, y a medida que descendían por la explanada cubierta de césped hacia la cabaña de Hagrid, en el borde del bosque prohibido, percibieron algunas gotas ocasionales de lluvia golpeándoles en la cara.
La profesora Grubbly Plank los esperaba de pie a cierta distancia de la puerta principal de Hagrid, frente a una larga mesa sobre caballetes cargada con ramitas. Aquella clase no había estado para nada mal de hecho los Bowtruckles habían resultado sumamente interesantes, pero por más que Harry le preguntara a la profesora sobre el paradero de Hagrid, no había obtenido respuestas.
Luego los cuatro amigos, se encaminaban hacia Herbologia.
La puerta del invernadero más cercano se abrió y algunos estudiantes de cuarto año salieron de ella, incluyendo a Ginny.
— Hola. –saludo ella rápidamente al pasar.
Unos segundos después, Luna Lovegood emergió siguiendo al resto de la clase, con una marca de tierra en la nariz y el cabello en rodete alrededor de lo más alto de la cabeza. Cuando vio a Harry, sus ojos saltones parecieron brillar con excitación y se dirigió directamente donde él estaba. Varios de sus compañeros se dieron vuelta a mirar, curiosos. Luna aspiró con fuerza y luego dijo, sin mayor introducción:
— Creo que Quien-No-Debe-Ser-Nombrado ha regresado y que luchaste con él y escapaste.
— Este… bien. –respondió Harry nervioso.
Luna llevaba lo que parecían ser un par de rábanos anaranjados como pendientes, hecho que Parvati y Lavender habían notado, como lo demostraban sus risitas mientras señalaban los lóbulos de las orejas de Lovegood.
— Puedes reírte. –agregó Luna, levantando la voz, aparentemente bajo la impresión de que Parvati y Lavender se reían de lo que acababa de decir y no de lo que llevaba puesto –Pero la gente creía también que el Blibbering Humdinger y el Rufoso de Cuerno Aplastado no existían.
— Bueno, estaban en lo cierto, ¿no? –interrumpió Hermione impaciente –Nunca hubo tales cosas como un Blibbering Humdinger y un Rufoso de Cuerno Aplastado.
Luna le dirigió una mirada que quitaba el aliento y se alejó, con los rábanos balanceándose violentamente. Parvati y Lavender no eran las únicas que reían ahora, Nina las observaba con enojo y Ron intentaba no reírse.
— ¿Te importaría no ofender a los pocos que me creen? –preguntó Harry a Hermione mientras se acercaban a la clase.
— Oh, por Dios, Harry, puedes conseguir alguien mejor que Lovegood. –dijo Hermione –Ginny me ha dicho todo acerca de ella; aparentemente sólo cree en cosas mientras no haya pruebas en absoluto. Bueno, en realidad no esperaría otra cosa de alguien cuyo padre dirige el Quisquilloso.
— Hermione no seas tan cruel con los Lovegood. –bufo Nina –cada quien tiene derecho a opinar y creer en lo que quiera, ¿no?
— Bueno… -pero antes de que Hermione pudiera contradecirle, Ernie Macmillan se encontraba frente a los cuatro amigos.
— Quiero que sepas, Potter. –comenzó en voz alta en tono aprobador –que no sólo gente extraña te apoya. Personalmente te creo cien por ciento mi familia siempre ha respaldado con firmeza a Dumbledore, y yo también.
— Esto… muchas gracias, Ernie –dijo Harry amedrentado pero complacido.
Ernie podía ser pomposo en ocasiones como esta, pero Harry estaba de humor como para apreciar un voto de confianza de alguien de cuyas orejas no colgaban rábanos.
Las palabras de Ernie ciertamente habían borrado la sonrisa de la cara de Lavender Brown y mientras Harry se volvía para hablarles a Ron, Nina y Hermione pudo observar la expresión de Seamus, mezcla de confusión y desafío.
Para sorpresa de nadie, la Profesora Sprout comenzó su lección sermoneándolos con la importancia de los TIMOS. Harry deseó que los profesores dejaran de hacerlo; estaba empezando a ponerse ansioso, revolviéndosele el estómago cada vez que recordaba cuánta tarea tenía que hacer, una sensación que empeoró dramáticamente cuando la Profesora Sprout les dio otro ensayo para hacer al final de la clase. Cansados y oliendo a estiércol de dragón, fertilizante favorito de la profesora, los estudiantes de Gryffindor regresaron al castillo una hora y media después, sin charlar demasiado; había sido otro largo día.
Como Harry estaba hambriento, y tendría su primer castigo con Umbridge a las cinco en punto, se dirigió si n más a cenar, sin dejar su bolsa en la torre Gryffindor, así podía comer algo antes de enfrenta r cualquier cosa que le destinara la profesora. Sin embargo, apenas alcanzad a la entrada al Gran Comedor, una voz agria y enojada le gritó:
— ¡Oye Potter!
— ¿Y ahora qué? –murmuró, dando vuelta para enfrentarse con Angelina Johnson, que lucía exasperada.
— Te diré qué hay ahora –dijo, adelantándose directamente hacia él y hundiéndole el índice en el pecho.- ¿Cómo es que has conseguido que te castiguen para un viernes a las cinco en punto?
— ¿Qué? –pregunto Harry –Cómo... Oh sí, ¡las pruebas de los Guardianes!
— ¡Ahora recuerda! –resopló Angelina.- ¡No te he dicho que quería hacer una prueba con el equipo completo y encontrar a alguien que armonizara con todos! ¿No te he dicho que reservé el campo de Quidditch especialmente para la ocasión? ¡Y ahora has decidido no concurrir!
— ¡Yo no escogí no presentarme! –se defendió Harry, sorprendido por la injusticia de las palabras de Angelina. –Fui castigado por Umbridge, sólo porque le dije la verdad acerca de Ya-Sabes-Quién.
— Bueno, ya puedes ir yendo a pedirle que te deje salir el viernes. –dijo Angelina con fiereza –no me importa cómo lo hagas. Dile que Ya-Sabes-Quién es sólo un invento de tu imaginación si quieres, ¡pero asegúrate de estar ahí!
Angelina dio media vuelta y se alejó rápidamente.
— ¿Saben una cosa? –dijo a Ron, Nina y Hermione mientras entraban al Gran Comedor –Pienso que deberíamos preguntarle al Puddlemore United si Oliver Wood ha fallecido durante alguna sesión de entrenamiento, porque Angelina parece estar conectándose con su espíritu.
— ¿Estás considerando las posibilidades de que Umbridge te deje salir el viernes? –pregunto Ron con escepticismo, cuando se sentaban en la mesa de Gryffindor.
— Menores a cero. –respondió sombríamente Harry, sirviéndose patas de cordero y comenzando a comer –Mejor intentarlo, ¿no? Voy a ofrecerle tomar dos o más castigos o algo así, no sé...
Tragando un bocado de patatas, agregó:
— Espero que no me retenga por demasiado tiempo esta tarde. ¿Se dan cuenta de que tenemos que escribir tres ensayos, practicar encantamientos desvanecedor es para McGonagall, descubrir un contra conjuro para Flitwick, terminar el diagrama del Bowtruckle y empezar el estúpido diario de sueños para Trelawney?
Ron gruñó y quedose mirando el techo del comedor por alguna razón.
— Y parece que va a llover.
— ¿Qué tiene que ver eso con nuestra tarea? –preguntó Hermione, alzando los ojos.
— Nada. –dijo inmediatamente Ron, sonrojándosele las orejas.
Faltando cinco minutos para las cinco, Harry amagó un saludo a los tres y abandonó el comedor hacia la oficina de Umbridge, en el tercer piso. Cuando llamó a la puerta, ella respondió "Adelante" en voz melosa. Harry entró con cautela, mirando alrededor.
Hermione, Ron y Nina ya habían terminado de cenar y se encaminaban hacia la Sala común, cuando entraron varios estudiantes ya estaban allí sentados y Hermione había subido rápidamente a la habitación de chicas para hacer más gorros de lana; por lo que Ron decidido había tomado a Nina por el brazo y la había llevado a un sector alejado de la Sala, como si quisiera decirle algo muy privado y confidencial.
— ¿Qué sucede…?
— ¡Baja la voz!
— Ron, estamos demasiado apartados como para que alguien nos escuche. –bufe -¿Qué pasa?
— Bueno es que… es que…
— Si no te apuras vendrá Hermione, y por lo visto no quieres que se entere ¿de qué se trata? –pregunto -¿te gusta una chica?
— ¿Qué? ¡No! –se alarmo –solo, solo quiero pedirte ayuda.
— Si es con la tarea Ron sabes que no tengo problema.
— ¡No, no con eso! Es solo que… quiero ayuda…. Con, con el Quidditch. –susurro totalmente sonrojado.
— ¿Con el Quidditch?
— Si bueno, me refiero a las pruebas de Guardián yo…
— ¡Oh por dios! –chillo de alegría.- ¡quieres postularte para el puesto!
— Si, y no puedo hacerlo solo, necesito que me digan si en verdad lo hago bien. –suspiro.
— Seguro que eres increíble, -le animo con una sonrisa –claro que te ayudare, tu solo dime cuando empezamos y aquí estaré.
— Perfecto, ¡gracias! –y sin poder contener la alegría Ron le había dado un abrazo.
— Ejem. –los amigos se giraron y vieron a Hermione con una inexpresión en el rostro y se separaron rápidamente.
— Eh yo… esto… Ron me estaba agradeciendo… por… -miro al pelirrojo.
— Por ayudarme con la tarea, ¡si eso!
— Ah, qué bueno. A mí nunca me agradeciste así pero, da igual ¿no? –respondió de forma fría mientras se iba a sentar.
— Es un secreto Nina, por favor no le cuentes a nadie ¿de acuerdo? Ni siquiera a Ginny –le advirtió.
— De acuerdo. –le sonrió esta, yéndose a sentar con su amiga.
La oscuridad cayó fuera de las ventanas del despacho de Umbridge. Harry no preguntó cuándo le sería permitido detenerse. Ni siquiera se fijó en su reloj. Sabía que ella estaba mirando, buscando signos de debilidad y él no iba a darle ninguno, aunque tuviera que pasarse sentado allí toda la noche, lacerando su propia mano con esa pluma.
— Ven aquí. –le dijo ella después de lo que parecieron horas.
Él se incorporó. La mano le punzaba dolorosamente. Cuando la contempló, vio que la herida se había cerrado, pero el tejido circundante estaba encarnado.
— La mano. –exigió ella.
Él se la extendió y la profesora la tomó entre las suyas. Harry tuvo que reprimir un estremecimiento cuando ella lo tocó con sus gruesos y cortos dedos en los cuales llevaba una serie de horribles, viejos anillos.
— Tut, tut, no creo haber causado mucha impresión todavía. –dijo sonriente –Bueno, podemos intentarlo de nuevo mañana por la tarde, ¿o no? Puede retirarse.
Harry dejó la oficina sin decir palabra. La escuela estaba desierta; era seguramente pasada la medianoche. Caminó lentamente por el corredor, entonces, cuando hubo doblado una esquina y estuvo seguro que ella no podría oírle, se lanzó a la carrera.
Harry no había tenido tiempo de practicar los hechizos desvanecedores, no había anotado ningún sueño en su diario, no había terminado el diagrama del Bowtruckle ni redactado sus ensayos. Se salteó el desayuno a la mañana siguiente para garrapatear un par de sueños inventados para Adivinación, la primera clase y se sorprendió de encontrar un desmañado Ron haciéndole compañía.
— ¿Cómo es que no lo hiciste la última noche? –preguntó Harry mientras Ron paseaba frenéticamente la vista alrededor del salón común en busca de inspiración.
Ron, que había estado profundamente dormido cuando Harry regresó al dormitorio, murmuró algo de "haciendo otra cosa" se encorvó sobre su pergamino y garabateó algunas palabras.
— Eso tiene que bastar. –dijo, cerrando el diario –He dicho que me he soñado comprando zapatos, no puede deducir nada extraño de eso, ¿o no?
Ambos se apresuraron hacia la Torre Norte.
— Cómo ha estado el castigo con Umbridge? ¿Qué te hizo hacer?
Harry dudó un segundo y dijo:
— Copiar renglones.
— Eso no es tan malo, ¿eh? –comento Ron.
— Nah. –respondió Harry.
— Hey, lo olvidaba, ¿te dejó salir el viernes?
— No. –dijo Harry.
Ron suspiró, condescendiente.
Fue otro mal día para Harry; estuvo entre los peores en Transfiguración, no habiendo practicado hechizos desvanecedores en absoluto. Hubo de renunciar a la hora concedida al almuerzo en orden a completar el diagrama del Bowtruckle y, en el ínterin, los profesores McGonagall, Grubbly Plank y Sinistra les dieron más tarea, la cual no tenía esperanzas de terminar esa tarde a causa de su segundo período de castigo con Umbridge.
Para coronarlo todo, Angelina Johnson lo persiguió durante la cena otra vez y, habiéndose enterado de que no le sería posible asistir a las pruebas de Guardianes el viernes, le dijo que no estaba impresionado con su actitud y que esperaba que los jugadores que aspiraran a permanecer en el equipo antepusieran el entrenamiento a sus otras obligaciones.
— ¡Estoy castigado! –le gritó Harry mientras ella se alejaba– ¿Piensas que preferiría estar varado en un cuarto con esa vieja rana o jugar quidditch?
— Al menos es sólo copiar renglones. –comento Hermione en tono consolador, mientras Harry volvía a sentarse en el banco y miraba su bistec y pastel de riñón, que ya no se le antojaban tanto –No es un castigo tan espantoso, en verdad...
Harry abrió la boca para responder, pero la cerró nuevamente e hizo un gesto afirmativo.
No estaba seguro de por qué no les decía a Ron, Nina y Hermione lo realmente acontecía en el despacho de Umbridge: lo único que sabía era que no quería ver sus gestos de horror, lo que haría que todo el asunto se viera peor y por lo tanto aún más difícil de enfrentar. También percibía difusamente que esto era entre él y Umbridge, una batalla personal de voluntades y no le iba a dar la satisfacción de oír que se lamentaba de ello.
— No puedo creer todo el trabajo que tenemos. –dijo Ron lastimeramente.
— Bueno, ¿por qué no hiciste algo la última noche? –inquirió Hermione.- ¿Dónde estabas?
— Estaba... se me antojó una caminata. –dijo Ron, cambiando de opinión sobre la marcha.
— Pero tú tampoco estabas Nina, -se giró hacia ella, que había intercambiado una ligera mirada con el pelirrojo.
— Eh… ¿yo? ¡ah sí! Hablaba con… con la… ¡Orden! Si, lo ciento pero no puedo contarles. –negó.
— Si, lo entiendo. –comento la castaña no muy convencida.
Harry tuvo la inequívoca impresión de que no era el único que ocultaba cosas en ese momento.
El segundo período de castigo fue tan malo como el primero. La piel del dorso de la mano de Harry se irritó esta vez más rápidamente y pronto estuvo roja e inflamada. Harry pensó que la herida no se mantendría cerrándose tan efectivamente por mucho tiempo más. Pronto quedaría marcada en su mano y Umbridge quizás estaría entonces satisfecha. El no dejaba escapar quejido; sin embargo desde el momento en el que entraba a la oficina hasta que era despedido, siempre después de medianoche, no decía otra cosa que fuera "Buenas tardes" y "Buenas noches".
El jueves pasó envuelto en un halo de cansancio. Ron parecía bastante soñoliento también, aun cuando Harry no podía ver porqué. El tercer período de castigo de Harry transcurrió de la misma manera que los anteriores dos, con la excepción de que después de dos horas la frase 'no debo contar mentiras' no se desvaneció de la mano de Harry, sino que permaneció allí, rezumando gotas de sangre.
— ¡Vamos Ron! –le animo Nina.
Era una noche perfecta, las estrellas tintineaban y la brisa del viento era tranquila, Nina se encontraba volando en una vieja escoba mientras hechizaba a las quaffle para que volaran hacia ella luego de cruzar o no el aro; en si era divertido volar al aire libre, solos y solo por diversión.
Ron estaba frente a los tres aros e increíblemente atajaba una tras otra las quaffles que Nina le iba lanzando de las maneras que se le ocurrieran. En toda la semana se habían escapado para practicar en el campo sin que nadie los viera, pero Hermione comenzaba a sospechar de hecho, sospechaba más de la ausencia de ambos que por separado; como si pensara que se escapaban juntos o algo.
— ¡Y Lupin de Gryffindor se acerca, se acerca y… que mala suerte! –grito la chica, imitando a Lee Jordan el comentarista.
— ¿Sabes? Es genial que seas tú quien me ayude, -rio el chico –contigo es divertido además de que eres muy buena como cazadora.
— ¿Tú crees? –sonrió volando hasta anotar un gol.- ¡En tu cara Weasley!
— Sí, es cierto. –sonrió –oye creo que ya es tarde, llevamos horas aquí.
— Si, y no puedo seguirle diciendo a Hermione que me comunico con la Orden todas las noches, sonaría sospechoso.
— Cuando sean las pruebas ella se enterara de que me ayudabas, ahora no. –se sonrojo.
— Tendrías que tenerte un poco más de fe Ron, confiar más en ti. –le aconsejo –y no avergonzarte de nada, eres un excelente jugador, apuesto a que consigues el puesto.
— Ojala. –suspiro.
Harry se encontraba en el despacho, escribiendo las líneas de siempre pero esta vez la pausa en el rasguido de la pluma llamó la atención de la profesora Umbridge.
— Ah. –dijo con suavidad, rodean do el escritorio para observar la mano por sí misma –Bien. Eso ha de servirte como recordatorio, ¿no? Puedes retirarte.
— ¿Tengo que venir mañana? –levantando su mochila con la mano izquierda en lugar de la escociente derecha.
— Oh sí. –asintió la profesora Umbridge, sonriendo tan ampliamente como la anterior ocasión –Sí, creo que podemos grabar el mensaje un poco más profundo con otra tarde de trabajo.
Harry nunca consideró la posibilidad de que pudiera haber en el mundo otro profesor que pudiera odiar más que a Snape, pero a medida que caminaba hacia la Torre Gryffindor tuvo que admitir que había hallado un fuerte contrincante. ‘Es una perversa’, pensó mientras subía la escalera hasta el séptimo piso, ‘una perversa, retorcida y vieja....’
— ¿Ron?
Había alcanzado el tope de las escaleras, girado a la derecha y casi tropezado de bruces con Ron, que merodeaba detrás de la estatua de Lachan el Larguirucho, empuñando su escoba. Dio un gran salto de sorpresa cuando vio a Harry e intentó esconder su nueva Barredora 11 detrás de la espalda.
— ¿Qué haces?
— Este... nada, ¿Qué haces tú?
Harry frunció el entrecejo.
— ¡Vamos, puedes decírmelo! ¿Por qué te escondes?
— M-Me oculto de Fred y George, si te hace falta saber, -dijo Ron –Acaban de pasar con un grupo de los de primer año, apuesto a que están probando cosas en ellos de nuevo. Quiero decir, no pueden hacerlo en la sala común ahora, no con Hermione por ahí.
Ron hablaba con rapidez, afiebrada mente.
— Pero por qué tienes tu escoba, no habrás estado volando, ¿o sí? –inquirió Harry.
— ¡Ron…Ron! –Nina que los había escuchado, tenía que pensar en algo urgente por lo que se apresuró a decir la primer mentira que le había venido en mente. –Oye solo quería agradecerte por haberme invitado a volar fue muy… ¡Harry, hola! –sonrió.
— ¿Por qué te tardaste? –pregunto Ron, nervioso pero agradecido de la salvada de Nina.
— Me cruce a tus hermanos, si Hermione los viera… pero te alcance.
— ¿Us-ustedes… ustedes estaban juntos? –pregunto Harry viéndolos con detenimiento.
— Oh, sí bueno no queríamos molestar a Hermione –se apresuró a decir Nina –y Ron tenía ganas de salir a volar, así que lo acompañe.
— Pe-pero si tú no estuvieras castigado también te hubiéramos invitado –se apresuró a decir Ron, notando la creciente rabia de su amigo.
— Claro. Si bien, entonces los dejo.
— Vamos juntos, de todos modos vamos al mismo lugar, ¿no? –propuso la castaña.
— Sí, pero…
— ¿Harry, qué es eso en el dorso de tu mano? –se exalto a verlo.
— ¿Qué cosa?
Harry, que sin darse cuenta se había rascado la nariz con la mano que tenía libre, la derecha, intentó esconderla con el mismo resultado de Ron con su Barredora 11.
— Es sólo un corte, no es nada, es…
Pero Ron tomó el brazo de Harry, obligándole a levantar la mano a la altura de sus ojos. Observó durante unos instantes las palabras marcadas en la piel al igual que Nina y luego, asqueado, lo soltó.
— ¡Pensé que habías dicho que sólo te hacía copiar renglones!
— ¡Oh por dios Harry! –chillo Nina.- ¿Cómo… como…?
Harry dudó un segundo, sentía enojo por haber descubierto a Nina y a Ron diciéndoles que habían salido a volar juntos, un sentimiento extraño le había arañado las entrañas al imaginárselos a ambos volando en la escoba de Ron… pero aun no podía escapar, no le quedaba más remedio que decirles la verdad, así que le contó todo acerca de las horas pasadas en el despacho de Umbridge.
— Esa vieja alimaña. –susurró Ron con repulsión cuando llegaron frente al retrato de la señora gorda, que dormitaba plácidamente, la cabeza contra el marco de su pintura.- ¡Está enferma de la cabeza! Ve con McGonagall, ¡di algo!
— No. –le interrumpió Harry.
— ¿No? Harry por dios reacciona, ¡esto que está haciendo contigo es inhumano! –grito Nina enojada –le diré a la Orden ellos deben…
— ¡Que no! –le atajo el pelinegro –No voy a darle a Umbridge la satisfacción de hacerle saber que me tiene en sus manos.
— ¿Te tiene…? ¡No puedes dejar que continúe con esto! –le reprocho.
— No sé cuánta influencia tenga McGonagall sobre ella. –le dijo Harry –y mucho menos los miembros de la Orden.
— ¡Dumbledore entonces, dile a Dumbledore! –propuso Ron.
— No. –respondió tajantemente Harry.
— ¿Por qué no?
— Él tiene demasiado en que ocuparse. –dijo Harry, pero esa no era la verdadera razón. No iba a pedirle ayuda a Dumbledore, cuando este ni siquiera le había hablado una vez desde junio.
— Bueno, me parece que debe rías… -comenzó Ron, pero fue interrumpido por la señora gorda, que había estado oyéndoles soñolienta y ahora gritó:
— ¿Van a darme la contraseña o voy a tener que permanecer despierta toda la noche hasta que terminen su charla?
— Mimbulus mimbletonia. –dijo Ron mientras el cuadro se abría.
— Bien, es tu decisión Harry pero yo creo que los de la Orden deberían saberlo, sin embargo no voy a decirles nada solo porque no lo quieres. –comento Nina, hablando rápidamente –pero si te vuelve a hacer otro tipo de daño aún más severo que ese, ten por hecho que no voy a consultártelo ¿de acuerdo? Buenas noches.
El viernes transcurrió sombrío como el resto de la semana. Aunque Harry miraba siempre hacia la mesa de los profesores automáticamente al ingresar al Gran Comedor, lo hacía sin verdadera esperanza de encontrar a Hagrid, por lo que tornó su atención hacia problemas más urgentes como la montaña de tareas por hacer y la perspectiva de otra penitencia con Umbridge.
Dos cosas sostuvieron a Harry ese día. Una, la idea de que el fin de semana estaba próximo; la otra era que, terrible como seguramente iba a ser su última penitencia con la profesora, aun así tenía una vista lejana del campo de Quidditch desde su ventana, con lo cual quizás lograra ver algo de la selección del Guardián. Eran pálido rayos de luz, cierto, pero Harry estaba agradecido de cualquier cosa que le aliviara su presente ofuscación. Su primera semana en un curso nunca había sido peor en Hogwarts. Exactamente unos minutos antes de Harry fuera a su castigo con Umbridge, Hermione se le había acercado con aire preocupado.
— Harry, necesito que hablemos es importante. –le menciono mientras lo conducía a uno de los pasillos.
— ¿Qué pasa Hermione? ¿Dónde están Nina y Ron?
— ¡No lo sé!
— ¿No lo sabes?
— ¡No! –murmuro exasperada –por eso quería hablarte.
— Yo tampoco sé dónde…
— ¡Escucha! –le silencio, se veía nerviosa –ya lo eh pensado Harry y creo… cre-creo que ellos dos se traen algo.
— ¿Qué, cómo? –el cerebro de Harry parecía haberse desconectado momentáneamente, mientras que sentía como un fuego le quemaba en su interior, haciendo que su corazón le doliera, tanto, como los cortes de la mano.
— Si bueno, al principio el que Ron desapareciera no importaba pero Nina, que decía siempre que se iba a juntar con Ginny me despertó sospechas cuando un día Ginny apareció antes que ella en la sala y me aseguro que no se la había cruzado en toda la noche.
— ¿Entonces…?
— Entonces, las excusas que ponían comenzaron a inquietarme, sobre todo porque siempre desaparecían y aparecieran juntos ¿entiendes? Y una noche los encontré hablando en susurros, -su voz parecía sonar diferente, como si aquellas palabras le hicieran daño –y los vi abrazarse… -finalizo.
— Yo… yo los vi anoche –dijo Harry pasmado –me encontré a Ron y a Nina, me dijeron que venían de volar en escoba y que te habían invitado pero que no quisiste…
— ¡Eso es mentira! Nina me dijo que McGonagall la llamaba y Ron bueno, ni siquiera lo vi cuando salió. –negó.
— ¿Quieres decir entonces… que, que ellos salen?
— En secreto. –finalizo –lo que no entiendo es porque nos lo ocultaron.
Harry de pronto se sintió sin ganas de nada, ni siquiera quería ir con Umbridge, simplemente quería desaparecer por un largo periodo sin saber nada de nadie, ¿en verdad salían Nina y Ron su mejor amigo? Sin dudas la forma en que actuaban era sospechosa pero no entendía en que momento ellos se habían enamorado, cuando parecían quererse como hermanos y aun mas, cuando Nina lo había besado siempre a él. ¿Acaso era su culpa por no haber pasado más tiempo con ella? ¿Por no haberse animado a besarla o propuesto que salieran? ¿Se había cansado ella de esperarle y había encontrado consuelo en los brazos de Ron?
— No, Hermione ellos no… no pueden, no Ron no…
— ¿Te aria algo así? Vamos Harry, ¿has sido alguna vez claro con respecto a tus sentimientos hacia Nina? –Harry simplemente no supo que decir –se besaron sí, pero luego de eso no pasó nada más.
— Es que… es solo que… Hermione ahora no –vacilo luchando con sus sentimientos –lo ciento, tengo un castigo que cumplir.
— Harry, Harry sé cómo te sientes. –intento consolarle –yo…
— No Hermione, no voy a creer en lo que dices, ¡Ron nunca me aria una cosa así!
Y negando rotundamente, incapaz de creer en aquello, Harry se marchó dejando a su amiga sola, con la impresión de querer llorar.
Fin del Capitulo. :study:
TheGirlImpossible
Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
aaaaaah! que lindo capitulo. jajaj medio rollo que se pasaron harry y hermione, aun que admito que yo igual lo hubiera pensado jajajaj :) . siguela harry esta celosooo! ajaja sii . siguela besos
y si eres mi escritora favoritaaa! :D
chau besos
y si eres mi escritora favoritaaa! :D
chau besos
fefi weasley
Re: “Harry Potter & La Orden del Fénix” Harry & Tu [Adaptación] - TERMINADA
¡Ahhhh! Maldita Umbridge, ¡¿porque no se muere?! :x
Espero que a Ron le vaya bien en las pruebas de guardian ;)
Que feo que Harry se sienta tan mal, espero que no dude de Ron & Ninas ¡El deberia saber que Ron no le haria algo asi! [espero que no haiga problemas, porque los celos no son los mejores consejeros :/]
¡No puede ser May, que cap tan intenso! Desbes seguirla pronto :D
Espero que a Ron le vaya bien en las pruebas de guardian ;)
Que feo que Harry se sienta tan mal, espero que no dude de Ron & Ninas ¡El deberia saber que Ron no le haria algo asi! [espero que no haiga problemas, porque los celos no son los mejores consejeros :/]
¡No puede ser May, que cap tan intenso! Desbes seguirla pronto :D
Kardashian♡.
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