Midpoint.

En el instituto Falls Hills posee una gran taza de bromas extracurriculares por alumnos ya graduados. El propósito de esto es enardecer a los alumnos inferiores. Es decir los de segundo año.
El comienzo de un nuevo año significa algo importante para padres y maestros. Forjar a jóvenes a seguir un futuro a rienda atascada en un proyecto de vida, sentado detrás de un escritorio, para un futuro mejor. Por agradable suerte esto no influye casi en la mayoría de los estudiantes. Nuestros Jóvenes se suman a la inercia de: bromas, materias, exámenes, grupos sociales. ¡Es mucha presión!
En Falls Hills toda la participación del alumnado ha hecho que la mayoría de rostros sean conocidos entre sí.
Aparentemente todo en este instituto parece normal en el señuelo académico. Profesores que te hacen la vida imposible. Alumnos ligeramente nerds. Grupos de biblioteca. Idiotas excéntricos. Y así puede existir una lista completa que forma lo que se puede llamar, instituto.
Todo el bullicio de nuestra historia comienza cuando unas pequeñas notas extracurriculares traen  la mayor consecuencia vehemente hacia el alumnado. Entonces el primer día de clase, se convierte en una locura.

Una serie de rumores dan rienda suelta a todo el instituto. Sin discriminar a nadie, puesto que estos, no solo repercuten en el alumnado.

“Ansel Anderson se acuesta con la maestra Reynols en la sala de audiovisuales”
“Katherine y Sam son pareja aunque él tenga una aventura con Summer”
“Tara Jones se involucró con Tim ¡su hermanastro!”

Mientras cada día pasa, estos estudiantes tendrán que sobrellevar nueva información sobre compañeros, profesores e incluso del conserje— sumándose más al bochornoso historial del incriminatorio comienza a crecer en este instituto.
Pero ¿Qué ocurrirá si la víctima de un nuevo rumor, son ellos? Y la pregunta más importante de aquí es… ¿son solo rumores?

Puede que no.